Actas Uno

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Acta #1
LUNES 31 DE ENERO 2011
Instalaciones del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús de las
Hermanas Bethlemitas en Tejar del Guarco en Cartago
Art. 1. A las 9 a.m. se inicia la bienvenida, recepción e inscripción de las delegaciones
de los diferentes países que tienen participación en el II Congreso Continental
Latinoamericano de Vocaciones 2011. Se les hace entrega del material propio del
Congreso.
Realizado lo anterior, se hacen presentes las familias que hospedarán a los participantes
del Congreso y que son delegados de los diferentes países de Latinoamérica.
Art. 2. A las 4 p.m. se inicia la bienvenida, la recepción e inscripción de las diferentes
Diócesis de Costa Rica. Se le va recibiendo a cada uno y proceden a retirar el material
propio del Congreso.
Realizado lo anterior, se hacen presentes las familias que hospedarán a los participantes
del Congreso y que son de Costa Rica, esto con el fin de presentarse y conocerse, para
que terminada la eucaristía puedan ser llevados a las casas que los hospedarán.
Art. 3. A las 6 pm. se inicia con la Celebración Eucarística que se realiza en la Catedral
Nuestra Señora del Carmen en Cartago. Esta celebración es presidida por Mons. Guido
Plante, Obispo de Choluteca en Honduras y Encargado de la Pastoral Vocacional del
Celam, acompañado por los Señores Cardenales, Mons. Raimundo Damasceno,
Arzobispo de Aparecida –Brasil y Presidente del Celam y Mons. Julio Terrazas,
Arzobispo de Santa Cruz -Bolivia. Además de Mons. José Francisco Ulloa Rojas,
Obispo de Cartago y anfitrión, y de Mons. Oswaldo Brenes, Obispo de Ciudad Quesada
– Costa Rica y Encargado de la Pastoral Vocacional en la CECOR. Están presentes
además los Arzobispos y Obispos de los diferentes países de Latinoamérica. También se
hacen presentes todos los sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y religiosas, así
como todos los laicos y laicas delegados y participantes como miembros del Congreso.
En la Iglesia Catedral el Pueblo de Dios congregado celebra con alegría, entusiasmo y
solemnidad esta gran fiesta, mediante la que pide al Señor Jesús la fuerza para “lanzar
en su nombre las redes”.
La predicación estuvo a cargo de Mons. Plante, el texto de la misma lo adjuntamos a
continuación:
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HOMILÍA
MISA INAUGURAL DEL II CONGRESO CONTINENTAL
LATINOAMERICANO DE VOCACIONES DE MONSEÑOR
GUIDO PLANTE, OBISPO DE LA DIÓCESIS DE CHOLUTECA, HONDURAS,
Y
REPONSABLE DE LA SECCIÓN PASTORAL VOCACIONAL DEL CELAM
31 de Enero del 2011, Catedral de Cartago, Costa Rica
Hermanas y hermanos:
Estas dos lecturas que acabamos de escuchar nos ofrecen los rasgos de una pastoral
vocacional completa que involucra la Santísima Trinidad. Hay como tres rasgos más
importantes.
El primer rasgo es el rol de Dios Padre que aparece como fundamental; cuando Jesús
dice: “El Padre es más que yo”, cuando Jesús dice también: “la Palabra que estáis
oyendo no es mía, es la del Padre que me envió”. Y en el Evangelio hemos escuchado
estas palabras profundas; el Padre hace su morada en el corazón de los discípulos que
deben guardar la Palabra y vivirla.
Eso nos hace comprender, por qué la Pastoral Vocacional consiste ante todo en dar
testimonio de esta presencia sublime de Dios en el corazón humano, aunque sea un
corazón humilde como un pesebre. La Pastoral Vocacional es una experiencia de lucha
por el Reino, de sufrimientos, pero también de gozo, para decir, como Pedro y Juan lo
dijeron: “no podemos callar lo que hemos visto y oído”.
Por eso la Pastoral Vocacional no es una carrera que uno escoge, es una respuesta a
Dios que siempre toma la iniciativa, y nos deja a veces sin comprender totalmente lo
que nos pide; en definitiva, nos deja un espacio para que avancemos en la neblina de la
fe y digamos como la Virgen María: “hágase según tu Palabra”; o como Pedro:
“hemos trabajado toda la noche sin pescar nada, pero en tu Palabra echaré las redes”.
Como se dan cuenta, estamos lejos de una Pastoral Vocacional concebida como un hábil
marketing de ofertas de empleo.
El segundo rasgo nos recuerda el rol indispensable del Espíritu Santo. Jesucristo no
solo llama y reta, sino que promete un Defensor, el Espíritu Santo que les enseñará
todo, dice Jesús, y que les vaya recordando todo lo que les ha dicho, y se cumplió.
Oigan bien, el Espíritu Santo les enseñará y recordará todo lo que les ha dicho. Qué
bondad del Señor porque experimentamos todos con qué facilidad olvidamos las
palabras del Señor cuando nos exige una superación.
Qué Defensor precioso, qué fortaleza al momento de responder a Dios, al momento de
decidirnos, y todo eso se averiguó en el Cenáculo; los apóstoles estaban encerrados,
paralizados, desanimados, sabían intelectualmente lo que debían hacer; pero no basta
saber, hace falta sentir una pasión, una pasión que nos hace comprender y vivir que en
definitiva hay más gozo que yugo, que hay más ardor que claridad intelectual.
Hoy no faltan tampoco los miedos, las frustraciones en el campo de la Pastoral
Vocacional: tantas noches sin pescar nada. Hace falta en definitiva el viento de
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Pentecostés.
Hoy como los obispos lo pidieron en Aparecida, la Iglesia
Latinoamericana necesita una sacudida, un nuevo Pentecostés. Jesucristo no nos dijo
pongan aire acondicionado en el Cenáculo, Jesús les envió un viento que los sacudió a
todos. El Espíritu Santo no vino a aguar, a diluir las exigencias del Reino, las
exigencias de los consejos evangélicos; no vino para bajar la barra de los atletas, sino
para fortalecer las piernas de los atletas para que puedan brincar y saltar encima de la
barra.
En definitiva el Espíritu Santo viene a recordar la voz de Jesús: “sean perfectos como
su Padre Celestial es perfecto”, nada menos que la santidad, y para todos los
bautizados: laicos, religiosos, sacerdotes, y no hay descuentos.
El tercer rasgo es la imitación de Jesucristo que nos pide Pablo en su carta a los
Filipenses que hemos escuchado en la Primera Lectura. Qué programa de vida el de
Pablo: “tengan los mismos sentimientos que los de Jesucristo”, y se atreve a decir,
como primer rasgo, la humildad, “que no actúen por rivalidad ni ostentación”, y hasta
decir, “consideren siempre superiores a los demás”, a las demás personas, y me permito
añadir, a las demás formas de vocaciones, a las demás congregaciones religiosas, a los
demás movimientos y grupos apostólicos.
No hay vocaciones superiores a los demás. La única vocación superior es la propia, la
de cada uno cuando se vive con amor. Cada uno tiene que responder al Señor según el
don recibido. Los dones, los servicios, los ministerios, pueden ser diferentes, pero es el
mismo espíritu que los anima: vida activa, vida contemplativa; virginidad, vida
matrimonial; vida misionera ad intra, vida misionera fuera de las fronteras; o vocación
a temprana edad, o vocaciones llamadas adultas; todo viene de Dios, todo merece
respeto.
Y San Pablo ilumina también nuestros encuentros de Pastoral Vocacional, nuestros
trabajos de este preciso Congreso cuando nos dice: “manténganse concordes con un
mismo amor y un mismo sentir”. Si un día se pudo comparar la Pastoral Vocacional a
un supermercado, donde cada uno promueve su carisma y vende su producto, hoy
gracias a Dios, y particularmente en el Departamento de Vocaciones y Ministerios del
CELAM, el DEVYM, en América Latina, gracias a Dios el DEVYM ha fortalecido el
aspecto de la Pastoral de Conjunto en la Pastoral Vocacional, y de esta manera el
DEVYN ha ayudado a toda la Iglesia Latinoamericana a ofrecer mejor al pueblo la vida
plena de Jesucristo.
Hermanas y hermanos la Eucaristía es el momento por excelencia de dar gracias al
Señor de haber sido llamados a este II Congreso Continental Latino de Pastoral
Vocacional. En definitiva, haber sido llamados a edificar el futuro de la Iglesia
Latinoamericana en su gran parte, porque el futuro de nuestra Iglesia Latinoamericana y
Caribeña está en nuestras manos, en nuestra capacidad de llevar a cabo una Pastoral
Vocacional enraizada al mismo tiempo en el misterio de amor de la Santísima Trinidad,
y en los surcos de la realidad social y eclesial de nuestro continente, de tal manera que
al final de este Congreso nos sintamos más capaces de clamar y proclamar como Pedro:
“MAESTRO, EN TU PALABRA ECHARÉ LAS REDES”.
Amén.
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Luego en la presentación de los dones, se presentaron también de forma muy colorida y
vistosa algunos signos propios de algunas regiones, simbolizando a través de ellos la
entrega total de la vida al mismo Dios.
Art. 4. Terminada la celebración y de forma seguida se procedió con el acto
protocolario que daba inicio al Congreso. Para ello se contó con la animación del P.
Carlos Arturo. Se presenta inicialmente al ganador del segundo lugar del concurso que
escogía el himno del Congreso, procedente de Argentina el Sr. Fernando José, entonó el
canto que le acreditó como segundo lugar; canto muy valorado y apreciado por los
asistentes, con la misma vehemencia fue aplaudido.
Art. 5. Como segundo punto de la agenda de este acto se procedió a escuchar a Mons.
Pierre Nguyen Van Tot, Nuncio Apostólico en Costa Rica, quien dirigió un acertado y
pequeño mensaje a los presentes, que se presentan a continuación:
SALUDO
DE MONSEÑOR PIERRE NGUYEN VAN TOT,
NUNCIO APOSTÓLICO EN COSTA RICA,
A LOS PARTICIPANTES AL
II CONGRESO CONTINENTAL LATINOAMERICANO DE LAS VOCACIONES
31 de enero 2011 en la Catedral de Cartago
Eminencias, Excelencias, muy queridos hermanos y hermanas:
Agradezcamos a Jesús, Quien nos da la posibilidad de reunirnos aquí para
comenzar el Segundo Congreso Continental Latinoamericano de las vocaciones y
celebrar también juntos, el Año Santo Jubilar Mariano. Además de la Iglesia en
Cartago y en Costa Rica, también nuestra querida Madrecita nos acoge con mucho
amor.
Con gozo podemos decir con el salmista:”Vean ¡qué bueno, qué grato convivir
los hermanos unidos!” (Salmo 133)
Es hermoso estar como en un solo corazón, viniendo de muchas partes de
América Latina y del mundo. Experimentamos la comunión gustando el sentido
sabroso de la Iglesia.
Como Representante de Su Santidad Benedicto XVI, me da gran alegría
poderles dirigir en Su Nombre y en comunión con los Señores Obispos de Costa Rica,
un cordial y fraterno saludo de ¡Bienvenida! a todos y a cada uno de ustedes, a este
magno acontecimiento eclesial.
Deseo expresar a todos ustedes mucho cariño, transmitiéndoles un paternal
saludo de parte del Santo padre Su Santidad Benedicto XVI. El Papa acompaña con su
oración el caminar de cada uno de los participantes. Él está cercano y les alienta a vivir
cda día, con renovado entusiasmo, los valores del Evangelio.
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En el Mensaje que Él envía para este II Congreso, escribe que “la gran tarea de
la evangelización requiere un número cada vez mayor de personas que respondan
generosamente al llamado de Dios y se entreguen de por vida a la causa del
Evangelio”.
“Hay que tener siempre presente”, nos dice el Papa, “la primacía de la vida en
el Espíritu como base de toda programación pastoral. Es necesario ofrecer a las
jóvenes generaciones la posibilidad de abrir sus corazones a una realidad más grande:
a CRISTO, el Único que puede dar sentido y plenitud a sus vidas. El testimonio
personal y comunitario de una vida de amistad con Cristo, de total y gozosa entrega a
Dios, ocupa un lugar de primer orden en la labor de promoción vocacional. El
testimonio fiel y alegre de la propia vocación ha sido y es un medio privilegiado para
despertar en muchos jóvenes el deseo de ir tras los pasos de Cristo”.
En este contexto, la siguiente frase del Padre Paolo Manna podría guiarnos
durante estos días de reflexión:
“Sin evangelizadores santos no se convierten las almas y no se fundan nuevas
iglesias y de las misiones depende la formación de los apóstoles y de los pastores”.
Como miembro de un pueblo asiático, quiero invitar a la Iglesia de América
Latina a preparar misioneros y misioneras para el Vietnam y otros países de Asia, como
China. Si no me equivoco, las Hermanas Clarisas del Sagrado Corazón de Jesús están
entrando a mi país. Les estoy muy agradecido y sean bienvenidas!. Es una decisión
tomada con generosidad, valentía y coraje. Las felicito y estoy a su disposición para
una eventual ayuda. En estos días el Santo Padre nombró un Nuncio Apostólico para el
Vietnam. Les ruego recen por algunos países de Asia, que el próximo jueves 03 de
febrero celebrarán el nuevo año lunar.
Rezamos por los sacerdotes que, por motivos de salud, no pueden participar en
este Congreso. Pienso particularmente en el Padre José Francisco Arias Salguero,
Canciller de esta Diócesis de Cartago. Pidamos la gracia de su pronta recuperación.
Les ofrezco mi oración para que, durante este importante Congreso, el Espíritu
Santo y nuestra Negrita de los Ángeles, en Quien “bajo su protección estamos”, los
ayuden en todos sus trabajos y esfuerzos por consolidar en nuestra Iglesia en América
Latina, una Pastoral Vocacional que dé muchos y eficientes frutos de santidad.
Que el Papa Juan Pablo II interceda por nosotros.
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Art.6 . Una vez terminado el Sr. Nuncio Apostólico, se procede a leer, de parte de
Mons. Raimundo Cardenal Damasceno, el Mensaje que SS Benedicto XVI dirige con
motivo de la realización de este Congreso y que a continuación transcribimos:
MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
AL II CONGRESO CONTINENTAL
LATINOAMERICANO DE VOCACIONES
[CARTAGO, 31 DE ENERO-5 DE FEBRERO DE 2001]
Queridos hermanos en el Episcopado,
amados presbíteros,
religiosas, religiosos y fieles laicos
Próximamente se cumplirán 17 años del Primer Congreso Continental Latinoamericano
de Vocaciones, convocado por la Santa Sede, en estrecha colaboración con el Consejo
Episcopal Latinoamericano y la Confederación Latinoamericana de Religiosos. Aquel
evento significó una importante ocasión para relanzar en todo el Continente la pastoral
vocacional. El presente Congreso, que os disponéis a celebrar en la ciudad de Cartago,
en Costa Rica, es una iniciativa de los Obispos responsables de la pastoral vocacional de
América Latina y el Caribe, con la que se pretende seguir el camino ya iniciado, en el
contexto de ese gran impulso misionero promovido por la V Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano, en Aparecida (Documento conclusivo, 548). La gran tarea
de la evangelización requiere un número cada vez mayor de personas que respondan
generosamente al llamado de Dios y se entreguen de por vida a la causa del Evangelio.
Una acción misionera más incisiva trae como fruto precioso, junto al fortalecimiento de
la vida cristiana en general, el aumento de las vocaciones de especial consagración. De
alguna manera, la abundancia de vocaciones es un signo elocuente de vitalidad eclesial,
así como de la fuerte vivencia de la fe por parte de todos los miembros del Pueblo de
Dios.
La Iglesia, en lo más íntimo de su ser, tiene una dimensión vocacional, implícita ya en
su significado etimológico: «asamblea convocada» por Dios. La vida cristiana participa
también de esta misma dimensión vocacional que caracteriza a la Iglesia. En el alma de
cada cristiano resuena siempre de nuevo aquel «sígueme» de Jesús a los apóstoles, que
cambió para siempre sus vidas (cf. Mt 4, 19).
En este segundo Congreso, que tiene por lema: «Maestro, en tu Palabra echaré las
redes» (Lc 5, 5), los distintos agentes de pastoral vocacional de la Iglesia en América
Latina y el Caribe se han reunido con el objetivo de fortalecer la pastoral vocacional,
para que los bautizados asuman su llamado de ser discípulos y misioneros de Cristo, en
las circunstancias actuales de esas amadas tierras. A este respecto, el Concilio Vaticano
II afirma que: «toda la comunidad cristiana tiene el deber de fomentar las vocaciones, y
debe procurarlo, ante todo, con una vida plenamente cristiana» (Optatam totius, 2). La
pastoral vocacional ha de estar plenamente insertada en el conjunto de la pastoral
general, y con una presencia capilar en todos los ámbitos pastorales concretos (Cf. V
Conferencia General, Aparecida, Documento conclusivo, 314). La experiencia nos
enseña que, allí donde hay una buena planificación y una práctica constante de la
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pastoral vocacional, las vocaciones no faltan. Dios es generoso, e igualmente generoso
debería ser el empeño pastoral vocacional en todas las Iglesias particulares.
Entre los muchos aspectos que se podrían considerar para el cultivo de las vocaciones,
quisiera destacar la importancia del cuidado de la vida espiritual. La vocación no es
fruto de ningún proyecto humano o de una hábil estrategia organizativa. En su realidad
más honda, es un don de Dios, una iniciativa misteriosa e inefable del Señor, que entra
en la vida de una persona cautivándola con la belleza de su amor, y suscitando
consiguientemente una entrega total y definitiva a ese amor divino (cf. Jn 15, 9.16). Hay
que tener siempre presente la primacía de la vida del espíritu como base de toda
programación pastoral. Es necesario ofrecer a las jóvenes generaciones la posibilidad de
abrir sus corazones a una realidad más grande: a Cristo, el único que puede dar sentido
y plenitud a sus vidas. Necesitamos vencer nuestra autosuficiencia e ir con humildad al
Señor, suplicándole que siga llamando a muchos. Pero al mismo tiempo, el
fortalecimiento de nuestra vida espiritual nos ha de llevar a una identificación cada vez
mayor con la voluntad de Dios, y a ofrecer un testimonio más limpio y transparente de
fe, esperanza y caridad.
Ciertamente, el testimonio personal y comunitario de una vida de amistad e intimidad
con Cristo, de total y gozosa entrega a Dios, ocupa un lugar de primer orden en la labor
de promoción vocacional. El testimonio fiel y alegre de la propia vocación ha sido y es
un medio privilegiado para despertar en tantos jóvenes el deseo de ir tras los pasos de
Cristo. Y, junto a eso, la valentía de proponerles con delicadeza y respeto la posibilidad
de que Dios los llame también a ellos. Con frecuencia, la vocación divina se abre paso a
través de una palabra humana, o gracias a un ambiente en el que se experimenta una fe
viva. Hoy, como siempre, los jóvenes «son sensibles a la llamada de Cristo que les
invita a seguirle» (Discurso en la sesión inaugural de la V Conferencia General,
Aparecida, 13 mayo 2007). El mundo tiene necesidad de Dios, y por eso siempre tendrá
necesidad de personas que vivan para él y que lo anuncien a los demás (cf. Carta a los
seminaristas, 18 octubre 2010).
La preocupación por las vocaciones ocupa un lugar privilegiado en mi corazón y en mis
oraciones. Les animo, pues, queridos hermanos y hermanas, a que se consagren con
todas sus fuerzas y talentos a esta apasionante y urgente tarea, que el Señor sabrá
recompensar con creces. Imploro sobre los organizadores y participantes en ese
Congreso la intercesión de la Virgen María, verdadero modelo de respuesta generosa a
la iniciativa de Dios, al mismo tiempo que les imparto una especial Bendición
Apostólica.
Vaticano, 21 de enero de 2011
BENEDICTO PP. XVI
Art. 7. Terminada la lectura del Mensaje Papal, se le da la palabra a Mons. Raimundo Card.
Damasceno, que como Presidente del Celam ofrece sus palabras de bienvenida a los
participantes y de apertura de la actividad. Palabras que fueron dirigidas en portugués, para
hacer explícita la condición de “internacional” que tiene el Congreso.
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Art. 8. Luego se le concede la palabra a Mons. José Francisco Ulloa Rojas, Obispo de Cartago en
Costa Rica, que como Obispo anfitrión da su bienvenida a todos los participantes y agradece la
elección de su Diócesis para ser la Sede de este II Congreso Latinoamericano de Vocaciones. Su
mensaje dice:
PALABRAS DE BIENVENIDA DE
MONSEÑOR JOSÉ FRANCISCO ULLOA ROJAS
OBISPO DE CARTAGO
A LOS PARTICIPANTES AL II CONGRESO CONTINENTAL
LATINOAMERICANO DE VOCACIONES
Cartago, 31 de enero al 06 de Febrero de 2011
Eminentísimos señores Cardenales: Eminencia Raimundo Damasceno Assis, Arzobispo
de Aparecida, Brasil, y Presidente del CELAM.
Eminencia Julio Terrazas, Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Eminencia Juan Saldoval, Arzobispo de Guadalajara, México.
Excelentísimos señores Arzobispos y obispos venidos de los diversos países del
Continente Americano.
Señor Alcalde de la Ciudad de Cartago y autoridades civiles
Reverendo Padre Amedeo Cencini.
Amadísimos sacerdotes.
Estimadas religiosas.
Queridos delegados Laicos y Laicas de los diversos países del Continente Americano.
Un saludo muy cordial y fraterno a todos ustedes participantes en el II Congreso
Continental de Vocaciones.
La Diócesis de Cartago se siente profundamente honrada con la presencia de tan
honorables y distinguidos visitantes.
Esta Ciudad de Cartago que los recibe con todo afecto y con los brazos abiertos, fue
fundada en el año 1563 por el español Juan Vázquez de Coronado. Ciudad que se le
conoce como la “muy noble y leal Ciudad de Cartago”, título otorgado por el Rey
Felipe II de España. Ciudad que se convirtió en la Capital de Costa Rica y centro civil
de gobierno y en el año 1824 se trasladó a la ciudad de San José, actual Capital de la
Nación.
Pero sobre todo, ha sido el corazón de la Evangelización. Desde aquí se irradió la fe por
todo el territorio que conforma la pequeña República de Costa Rica. Como signo de la
primera parroquia dedicada a Santiago Apóstol, nos queda un imponente templo
inconcluso frente a la Plaza Mayor, conocido como “Las Ruinas” que un terremoto
impidió terminar.
También, Cartago tiene el alto honor de ser la cuna nacional de la devoción mariana,
desde el 2 de agosto del año 1635. Fue en esa memorable fecha cuando la Santísima
Virgen María miró a Cartago con ojos de amor y bondad, siendo hallada la prodigiosa y
amada imagen sobre una piedra por una humilde y sencilla joven indígena. Desde
entonces, veneramos la imagen de nuestra Señora de los Ángeles como Patrona
Nacional, y desde su Santuario regala diariamente toda clase de favores a sus devotos.
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Ella ha mostrado siempre su amor y auxilio a los hijos de esta nación. Ella nos ha
inspirado su confianza maternal y nos ha llevado de la mano en todas las vicisitudes por
las que ha pasado nuestra patria. Este amor y devoción a la Reina de los Ángeles o a
nuestra querida “Negrita”, como cariñosamente la llama nuestro pueblo, ha mantenido
la fe en las familias que han sabido transmitirla a lo largo de los siglos.
Con motivo de los 375 años que se están cumpliendo del hallazgo de nuestra amada y
venerada imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, solicitamos al Santo padre nos
concediera un Año Jubilar, que estamos celebrando hasta el 2 de agosto de este año.
Por este motivo, además de su participación en el Congreso, ustedes son peregrinos
honorables y selectos con que se honra nuestro Santuario de acogerlos con todas las
gracias que se conceden en estas ocasiones.
Este profundo sentido religioso ha caracterizado a Cartago como la región que ha
dotado a Costa Rica de numerosas vocaciones sacerdotal y religiosas, y nos sigue
prodigando.
Estoy seguro que este II Congreso Continental de vocaciones que estamos inaugurando
es una respuesta al gran impulso misionero promovido por la V Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano, en Aparecida y a la Misión Continental que estamos
promoviendo por mandato de la misma y que requiere de muchos discípulos
misioneros: sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que atiendan el llamado de Dios y
se entreguen generosamente a la tarea urgente de la Evangelización.
Han venido ustedes, a una ciudad llena de historia, de fe, y amor a la Virgen María, en
donde se les acoge con el corazón lleno de cariño y en donde todos los habitantes nos
sentimos muy orgullosos con su presencia. Tengo la seguridad que cada uno de ustedes
que se hospeda en casas de familias cartaginesas, se sentirá como en su propia casa, y
dejarán una huella de amistad y afecto.
Ponemos todas las actividades de este Congreso y sobre todo nuestro encuentro fraterno
en manos de Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona y Madre de las vocaciones. Ella
nos anime y nos acompañe durante estos días de reflexión y de intercambio de
experiencias, como estuvo presente con los discípulos en el Cenáculo.
Iniciemos con mucha ilusión y esperanza nuestros trabajos y digámosle al Señor como
Pedro: “Maestro, en tu Nombre echaré las redes” (Lc 5,5).
Sean todos bienvenidos al II Congreso Continental de Vocaciones y siéntanse como en
su casa.
Art. 9. Se dirige a los presentes el Encargado del Departamento de Vocaciones y
Ministerios del Celam, Mons. Sergio Da Rocha, Arzobispo en Brasil. Quien menciona
brevemente la razón del Congreso y la importancia que reviste esta actividad para
América Latina en el campo de las Vocaciones.
Art. 10. La presentación de las Delegaciones, estuvo a cargo del P. Alexis Rodríguez
Vargas, Secretario Ejecutivo del DEVYM. Las Delegaciones son mencionadas por las
diversas Regiones en que se organizan en el Celam, a saber:
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a.
b.
c.
d.
Países bolivarianos
Países del Caribe
Países del Cono Sur
Países de Centroamérica y México
Art. 11. Se propone por último, el canto del Himno del Congreso, contando para ello
con una coreografía presentada por un grupo de jóvenes de diversas edades y al final
dentro de la Catedral se termina, a las 9:00 pm, con algunas luces pirotécnicas y el
aplauso general de los asistentes. Las familias que hospedan a los participantes del
Congreso pasan adelante para llevárselos a sus casas a Cenar y dormir, hasta mañana a
las 8 a.m. Así se cierra la actividad del presente día y se da la apertura del II Congreso
Continental Latinoamericano de Vocaciones 2011.
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