Subido por PALOMA SCARLETH ROQUE AGUILAR

LOS EFECTOS BALÍSTICOS SOBRE CADÁVERES

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LOS EFECTOS BALÍSTICOS SOBRE CADÁVERES
Morfología de las heridas por arma de fuego
Para su estudio conviene diferenciar:
 El orificio de entrada.
 El trayecto.
 El orificio de salida (si lo hubiere).
Todo ello con arreglo a las lesiones producidas por un solo proyectil, por múltiples
proyectiles o por proyectiles de alta velocidad.
Cuando existe orificio de
entrada y trayecto hablamos de heridas penetrantes y si hay orificio de salida, de
heridas perforantes.
 ORIFICIO DE ENTRADA
El orificio de entrada presenta características
especiales.
generales y
características
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Son producidas por la actuación mecánica de la bala al penetrar la piel,
conformadas por el referido el orificio de entada, el anillo de enjugamiento y el anillo
de contusión. El diámetro del orificio puede ser, igual, mayor, o menor que el calibre
real de la bala que lo haya producido. Su tamaño dependerá de varios factores,
como la forma y velocidad de traslación de la bala, de su velocidad de rotación, de
la posición y ángulo de llegada, de las características de elasticidad de la piel
dependiendo de la zona que sea impactada, del espesor del panículo subcutáneo,
de la profundidad de las estructuras óseas, así como de las posibles deformaciones
previas que haya adquirido la bala con respecto a su forma original.
En los impactos perpendiculares de balas, generalmente el orificio de entrada se
presenta de forma circular, con un diámetro un tanto inferior al calibre de la bala. Si
la bala penetra en forma tangencial, producirá una excoriación muy alargada,
equimosis una herida en forma de canal. Si la penetración de la bala es de posición
oblicua, puede originar un orificio semilunar. En algunas ocasiones la bala puede
entrar por una cavidad natural del cuerpo, como pueden ser los conductos auditivos,
las narinas de las fosas nasales, la cavidad bucal, el esfínter anorrectal, o la cavidad
vaginal, en cuyo caso el orificio de entrada es a través de una cavidad natural se le
puede denominar como natural.
ANILLO DE ENJUGAMIENTO. Ese anillo por lo general circunda al orificio de
entrada, presentando la forma de un ribete negruzco por el polvo, el lubricante y la
temperatura que la bala adquiere y acarrea durante su recorrido por el interior del
cañón del arma, los que se enjugan sobre los bordes de la piel. La ausencia de este
anillo se puede deber a que la bala previamente haya perforado otros planos como
pueden ser las prendas de vestir, en las que se van a depositar el polvo, el aceite y
también disminuirá la temperatura de la bala.
ANILLO DE CONTUSIÓN. A este efecto también se le conoce como cintilla erosiva,
la que se observa como una zona rojiza en la piel la cual está desposeída de
epidermis, situada por afuera del anillo de enjugamiento originado por la fricción que
ejerce la bala sobre los límites del orificio al perforar la piel. En heridas recientes, el
anillo erosivo presenta regularmente una apariencia húmeda y carnosa,
posteriormente se deshidrata y se observa como una costra de aspecto pardo rojiza
de sangre coagulada.
La forma de este anillo puede ser concéntrica o excéntrica, dependiendo del ángulo
en que impacta a la piel la bala. En el primero, se produce por disparos
perpendiculares, y el segundo, por disparos oblicuos, con la zona más amplia sobre
el costado de su llegada. En disparos a corta distancia se produce ahumamiento en
este anillo, la conjunción del anillo de enjugamiento y del anillo de contusión,
constituyen lo que se denomina como zona o Anillo de Fish.
ANILLO DE FISH. Este anillo se conforma alrededor del orificio de entrada, y puede
presentarse completo o incompleto, formado de adentro hacia fuera, por un aro de
enjugamiento y un aro erosivo, pero que no determina la distancia del disparo. Su
presencia es producto del efecto de la penetración de la bala y, por las
características de la piel dependiendo de la zona donde impacte la bala, que en
base a su elasticidad tiende a ejercer resistencia al paso de la bala. Cuando la bala
empuja la piel, esta se deprime y se amolda a su forma, como si fuera un dedo en
un guante, y la piel se estira y contusiona excoriándose, para finalmente perforar la
piel y penetrar. Este mecanismo produce un anillo en la piel, que limpia a la bala de
las impurezas que esta porta en su superficie cilíndrica, las cuales adquiere en su
desplazamiento por el cañón del arma.
CARACTERÍSTICAS ESPECIALES
Considerando la configuración del orificio de entrada, las características
especiales se pueden agrupar de la siguiente manera:
a) orificio de entrada por disparo de contacto
b) orificio de entrada por disparo a corta distancia
c) orificio de entrada por disparo a distancia intermedia
d) orificio de entrada por disparo a larga distancia
e) orificio de entrada por bala de rebote
a) ORIFICIO DE ENTRADA PRODUCIDO POR DISPARO DE CONTACTO.
Se produce cuando la boca de fuego del arma se encuentra apoyada sobre la
superficie de la piel, y este contacto puede ser FIRME, LAXO, ANGULADO e
INCOMPLETO.
• CONTACTO FIRME. Resulta del hecho de apoyar la boca de fuego del arma
contra la piel, haciendo presión, de tal manera que la piel la envuelva, provocando
que los bordes del orifico de entrada estén chamuscados, por el efecto de los gases
calientes de la combustión de la pólvora y ennegrecidos por el humo.
• CONTACTO LAXO. Se da cuando la boca de fuego del arma es sostenida sobre
la piel haciendo poca presión sobre ella, quedando un espacio entre ambas que
permite el depósito de humo alrededor del orificio de entrada.
• CONTACTO ANGULADO. Es el resultado de apoyar la boca de fuego del arma
en ángulo agudo sobre la piel, de tal manera que en los puntos donde no hay
contacto completo, es decir, quedando un espacio libre suficiente entre la boca de
fuego del arma y la piel, que permitirá la fuga de gases y de humo, lo que producirá
quemaduras y ahumamiento excéntricos en torno al orificio de entrada.
• CONTACTO INCOMPLETO. Este contacto es una variante del contacto angulado,
ya que se presenta cuando la boca de fuego del arma es apoyada en regiones del
cuerpo que no son planas, como la cabeza, por esta razón, quedan pontos donde
la boca de fuego del arma y la piel están separados, es decir, quedan espacios que
permiten el escape de los gases de combustión, lo que produce una zona
chamuscada y ennegrecida en el orificio de entrada.
En todos los orificios de entrada de contacto, producidos por bala disparada por
arma de fuego, el humo, las partículas de pólvora, los vapores metálicos de la bala,
del fulminante, del casquillo y de la grasa, así como el monóxido de carbono, se
depositan a lo largo del trayecto de la bala.
En los disparos de contacto, pueden estar presentes otros dos fenómenos
conocidos como el SIGNO DE PUPPE-WERGARTHER y el SIGNO DE LA BOCA
DE MINA DE HOFMANN. El primero corresponde al estampado reproducido por el
contacto de la boca de fuego del arma sobre la piel, el que se observa como un
anillo concéntrico con relación al orificio de entrada y de color rojo pálido, incluso se
pueden imprimir otras estructuras que conforman la parte frontal del arma, como el
botón obturador del resorte recuperador de las pistolas, o la cabeza de la baqueta
de los revólveres que disponen de este mecanismo con la misma longitud del cañón.
Para la formación de tal fenómeno se desprenden dos explicaciones, una señalada
por BONNET, quien refiere que este Signo se debe al recalentamiento del cañón
como consecuencia del disparo, y la otra corresponde a ADELSON, quien señala
que es debido a la onda explosiva que se introduce por debajo de la piel, obligándola
a presionar fuerte e intensamente sobre la boca de fuego del arma.
El SIGNO DE BOCA DE MINA DE HOFMAN, corresponde al efecto desgarrado,
de bordes irregulares y ennegrecidos del orificio de entrada, producido por el disparo
de contacto sobre la frente de un individuo, considerando que en esa zona existe
piel resistente que se encuentra muy adherida al hueso, por lo cual, los gases
expulsados por la boca de fuego del arma y que acompañan a la bala se introducen
por debajo de la piel, produciendo desgarros en la búsqueda de una salida,
originando también ennegrecimiento del área que recibió el disparo.
En lo que se refiere al cráneo, se observa el SIGNO DE BENASSI, que consiste en
un anillo negruzco de humo en el epicraneo, y alrededor del orificio de entrada, el
cual fue reportado por JULIO BENASSI en 1924.
b) ORIFICIO DE ENTRADA POR DISPARO A CORTA DISTANCIA.
Es el resultado de cuando la boca de fuego del arma no hace contacto con la piel,
pero donde la distancia entre ambos es reducida, lo que impide una dispersión
sustancial de los granos de pólvora y del humo que acompañan a la bala, los que
se manifiestan en tres efectos alrededor del orificio de entrada, conocidos como la
zona de tatuaje, la zona de ahumamiento y, la zona con quemaduras o zona
socarrada, las que consisten en lo siguiente:
• ZONA DE TATUAJE. Está constituida por los granos de pólvora que se expulsan
a través de la boca de fuego del arma y que se incrustan en la piel. Estas lesiones
no varían ni desaparecen con el lavado, las que en disparos perpendiculares se
observan como puntos oscuros que se van compactando conforme vaya
disminuyendo la distancia de los disparos. La presencia de un diámetro mayor, y
cada vez menos intenso del tatuaje, es un indicativo del incremento de l distancia
entre la boca de fuego del arma y la piel, hasta una separación máxima donde ese
ya no aparece.
• ZONA DE AHUMAMIENTO. Corresponde al área cercana al orificio de entrada,
donde se depositan los residuos de negro de humo.
• ZONA CON QUEMADURAS O SOCARRADA. Corresponde al área de la piel
afectada por los gases calientes que acompañan a la bala.
c) ORIFICIO DE ENTRADA POR DISPARO A DISTANCIA INTERMEDIA. Es el
resultado de cuando la boca de fuego del arma presenta una mayor separación con
respecto a la piel, lo que permite la formación del tatuaje de pólvora por fuera por
fuera de la zona socarrada, donde posiblemente se conformen las zonas de tatuaje,
de ahumamiento y de quemaduras, dentro de las que destaca el tatuaje de pólvora,
que corresponde a lesiones alrededor del orificio de entrada en forma de puntos de
color pardo rojizo, o de color naranja, y que de acuerdo al ángulo del disparo pueden
ser simétricos o asimétricos. La presencia de este fenómeno indica un origen ante
mortem, indicando que la víctima se encontraba aún con vida en el momento en que
recibió el impacto.
En el caso en que el tatuaje se observe en tono amarillento, o grisáceo, puede ser
indicativo, de que específicamente ese disparo, haya sido ocasionado después de
que la víctima ya se encontraba sin vida. Se dice que la distancia mínima a partir de
la cual se presenta el tatuaje, es de un centímetro entre la piel y la boca de fuego
del arma. Si la pólvora genera mayor cantidad de derivados nitrados, entonces
incrementará la porción del tatuaje. Algunas pólvoras producen grandes llamaradas,
en consecuencia, producirán quemaduras y tatuajes más evidentes, que inclusive
chamuscaran vellos y cabellos de la víctima, así como la posible combustión de las
prendas de vestir de materiales inflamables.
d) ORIFICIO DE ENTRADA PRODUCIDO POR DISPARO A LARGA DISTANCIA.
En estos orificios se observarán básicamente los signos correspondientes a los
efectos mecánicos propios de las balas al perforar la piel. Cuando en plano del
organismo queda fuera del alcance de las partículas y residuos del disparo que
forman el tatuaje.
e) ORIFICIO DE ENTRADA POR BALA DE REBOTE. Estos orificios tienden a
presentarse más grandes, son de forma irregular y de bordes rasgados,
considerando la deformación previa que hayan sufrido las balas al chocar con otras
estructuras, y que dependiendo de la dureza de éstas, pueden provocar
deformaciones ligeras o excesivas, ya se a de su punta, o de su costado cilíndrico.
Lo que a su vez origina una reducción de su energía remanente, al igual que la
inestabilidad de eje de su trayectoria original, ocasionando posibles heridas
penetrantes, pero poco profundas, esto se puede determinar al examinar los restos
de la bala desalojada del cuerpo.
Los efectos de rebote de las balas, se reflejan en una fragmentación de las mismas,
cuyas porciones de metal pueden proyectarse de manera imprevisible, que al
alcanzar a una persona producirán heridas secundarias, las que difieren en
apariencia con el tatuaje de pólvora, pues tales lesiones se observarán más grandes
e irregulares, y que su profundidad dependerá de la velocidad de proyección que
los fragmentos obtengan.
En el caso del agua y de las superficies sólidas hay un ángulo crítico de impacto por
debajo del cual una bala que choca usualmente rebotará en vez de penetrar.
El orificio de entrada producido por una bala que ha rebotado en una superficie dura
tiende a ser más grande y de forma más irregular. Los bordes son rasgados y el
anillo de contusión es grande e irregular. La herida es más penetrante que
perforante debido a la inestabilidad y pérdida de velocidad de la bala.
BALAS REBOTADAS
Las balas rebotadas son relativamente raras. La mayor parte de las balas que
golpean una superficie dura rompen o penetran en ella. Sin embargo, existe un
ÁNGULO CRÍTICO DE IMPACTO por debajo del cual una bala que golpee sobre
una superficie, rebotará.
• En el caso del agua, este oscila entre 3° y 8°. Una bala rebotada en el agua
saldrá con un ángulo mayor que el del impacto.
• El ángulo crítico de impacto en superficies duras es mucho más variable.
Oscila entre 10° y 30°. En este caso, el ángulo de salida es menor que el de
impacto.
• Las heridas de entrada producidas por balas rebotadas suelen ser
mayores y más irregulares, con extensas áreas de abrasión alrededor del
orificio de entrada.
• Las balas rebotadas desde una superficie dura tienen, típicamente, un
lado aplanado, con superficie pulida. Esto es cierto tanto para las balas con
revestimiento como para las de plomo.
 TRAYECTO
El trayecto habitualmente sigue una línea recta, que enlaza al orificio de entrada con
respecto al orificio de salida, siempre y cuando se produzca este último. Cuando no
se produce un orificio de salida, el trayecto se relaciona con la ubicación donde
queda alojada la bala. El trayecto de las balas puede presentar dos variantes, la
DESVIACIÓN y la MIGRACIÓN.
• DESVIACIÓN. Corresponde a las variaciones del trayecto original de una
bala, producidas por impactos secundarios sobre estructuras interiores de
mayor consistencia o densidad, como pueden ser los arcos costales y las
vértebras. Las desviaciones se ocasionan por el ángulo en el momento del
impacto que produce la bala, la baja velocidad de la misma y, por la cantidad
de energía liberada, que la obligan a cambiar de rumbo. En balas de alta
velocidad, se reduce la posibilidad de que se produzcan desviaciones
sustanciales, todo lo contrario sucede con las balas de baja velocidad y
energía, ya que tienden a desviarse por la resistencia que ofrecen los
órganos de mayor densidad.
• MIGRACIÓN. Corresponde al desplazamiento pasivo de la bala por efectos
del torrente sanguíneo, que pueden trasladar a la bala a otro lugar, cercano
o distante de su alojamiento inicial, sin que para ello presente una velocidad
remanente.
 ORIFICIO DE SALIDA
El orificio de salida presentará una dimensión generalmente mayor que el orificio
de entrada, dependiendo del calibre y la forma de la bala, caracterizándose por
sus bordes evertidos, y careciendo de los respectivos anillos de enjugamiento y
contusión, al igual que de los signos de tatuaje y ahumamiento, debido,
obviamente, a que el impacto inicial se produjo en la parte contraria a la salida de
la bala.
El incremento de su tamaño se debe entre otras cosas, a la inestabilidad que
adquiere la bala durante su trayecto por estructuras orgánicas más densas, lo que
puede provocar que la bala salga de costado. Otro factor, corresponde a las
deformaciones previas que haya sufrido la bala durante su trayecto en el interior del
cuerpo, debiendo recordar que las balas de punta blanda o hueca, tienen la función
de deformarse para liberar mayo cantidad de energía. También existe la posibilidad
de un orificio de salida d menor tamaño que el de entrada, esto sucederá cuando la
bala haya penetrado inicialmente e ángulo agudo, y haya salido en ángulo recto. O
bien, cuando los dos orificios sean de un tamaño similar, debido a que los tejidos
perforados sean de análoga densidad, o que la forma de la bala no sufra
modificaciones y, que la energía de ésta no sea demasiado grande.
LOS EFECTOS BALÍSTICOS SOBRE METALES
El hierro.
El hierro colado no se deja sensiblemente penetrar; pero se rompe en pedazos, aun
cuando la masa de hierro sea muy considerable bastando un choque no muy fuerte
para hendida. Esto explica el inconveniente de emplear cureñas de este metal
expuestas siempre á romperse por un choque cualquiera, sea debido al fuego
enemigo ó bien á la reacción del disparo, utilizándose sin embargo con ventaja para
preservar los montajes de madera y hierro forjado, en tiempo de paz. Cuando se
lanza un proyectil sobre una masa de plomo penetra fácilmente en ella, pero sin
alcanzar gran profundidad, quebrándose cuando está animado de mucha velocidad:
el hueco tiene forma de embudo, sobresaliendo una rebaba cortada en grietas. Los
efectos del choque de los proyectiles sobre el hierro forjado, no difieren
notablemente de los que se producen sobre el colado; debe notarse, sin embargo,
que á causa de la mayor maleabilidad del hierro, las impresiones hechas en él son
más profundas, formándose también una rebaba en el borde dé la abertura.
Planchas de hierro forjado de Om,0S de espesor son hendidas en toda su longitud
por el choque, aun cuando el proyectil las hiera con pequeña velocidad, así como
con grandes velocidades son atravesadas de parle á parte; siendo el calor
desarrollado por el choque tan considerable que no permite conservar en la mano
los pedazos de hierro, observándose en ellos manchas azuladas, que indican una
elevación de temperatura hasta próximamente de 600 grados.
LOS EFECTOS BALÍSTICOS SOBRE CRISTALES
Cuando el proyectil atraviesa un vidrio, en el lado opuesto que fue impactado se
forma un cráter o bisel, y según el ángulo de trayectoria y de penetración de la
bala habrá más astillamiento en una orilla que en la otra, o podrá tener forma
concéntrica si el disparo fue realizado en forma perpendicular. En este último caso
las astillas se observarán en mayor cantidad en el lado opuesto, y muy poca
cantidad del lado de incidencia. En el caso que el orificio fuera producido por un
proyectil de arma de fuego que penetra a gran velocidad, se produce una
perforación más limpia y precisa, y sus bordes más afilados. En cambio, si el
proyectil proviene de una larga distancia al impactar en la ventana o puerta de
vidrio, lo hará a baja velocidad, por ende, romperá el vidrio de la misma manera
que lo haría una piedra. Un disparo a corta distancia producirá el estallido del
vidrio en forma violenta, por acción de la presión de los gases de la combustión.
Si el proyectil no atraviesa el vidrio, sino que cae al exterior puede deberse a: una
escasa energía cinética en el proyectil de arma de fuego; un espesor considerable
del vidrio; un impacto previo; en el caso que se trate de una piedra que la misma
fuera arrojada a poca velocidad; etc. en estos casos la cara que recibe el impacto
demuestra un orificio más pequeño que el proyectil, o se astilla. Por otra parte, la
cara del vidrio se rompe hacia fuera o se forma un cono interno, (que puede caer
o no hacia el interior del lugar), sin que el proyectil haya podido atravesar el
elemento. Cualquier proyectil que posea suficiente energía y una incidencia
adecuada, puede ocasionar estas características en cualquier vidrio, existiendo
variaciones particulares según el grosor del material:
 Cráter, o cono de desprendimiento de fragmentos vítreos: es el
desprendimiento de las astillas que quedaron sueltas al estirarse y
contraerse el material por impulso del proyectil, cuyo cuerpo ocasionó el
orificio a través del cual pasó, o no. Además, al transmitir su energía a esta
superficie, en especial a sus adyacencias, hizo que estas partículas sigan
su dirección y sentido hasta caer.
 Fracturas radiales: Se presentan en forma de inflexiones, a veces
serpenteantes. Se originan en el punto del impacto y son las primeras en
producirse. Se forman en la cara opuesta a la que recibe el impacto, (el
proyectil presiona sobre la cara impactada, curvando el cristal y sometiendo
a una mayor tensión la cara opuesta, que se agrieta formando fracturas
radiales).
 Fracturas concéntricas: Se presentan de forma circular. Se producen
alrededor del punto de impacto, después de las radiales, finalizando al
encontrarse con ellas. Se forman por la cara que recibe el impacto
(producidas las fracturas radiales, los fragmentos del cristal se curvan por la
cara opuesta a la que recibe el impacto, sometiendo ahora a una mayor
tensión a la cara impactada, que se agrieta formando las fracturas
concéntricas).
 Perforaciones: Son orificios con fracturas en el cristal, con entrada y
salida, producidos por un proyectil de bala disparado y tienen forma de
cráter. La boca menor del cráter corresponde con la entrada del proyectil y

la boca mayor con la salida. Se pueden localizar fragmentos o debris de
cristales en el área de la salida.
Las características de la perforación dependerán del espesor del cristal, de
la velocidad, forma y calibre del proyectil, y de la distancia del disparo.
Concoidales:Cuando el proyectil atraviesa un vidrio plano, sobre la
superficie opuesta se forma una fractura concoidal (curva) o cónica, similar
a un cráter, causada por la gran tensión que se produce en la región
inmediata al impacto.
Trayectoria
El sentido de la dirección de la trayectoria se determinará, en las perforaciones,
basándose en la observación de las bocas menor y mayor del cráter, que
corresponden con la entrada y salida del proyectil.
En las trayectorias perpendiculares (ángulo de 90), la distribución de
fragmentación de las fracturas radiales y concéntricas es homogénea (parejo) en
torno al orificio.
En las trayectorias oblicuas (diagonales), se produce una mayor fragmentación y
mayor cantidad de fracturas radiales y concéntricas en el lado contrario del que
viene el proyectil. Cuanto más oblicua sea la trayectoria, más fragmentación y
concentración de fracturas habrá en el lado contrario.
Orden de las perforaciones al tener contacto con el cristal
Se determina por el estudio de las fracturas radiales; Las fracturas radiales del
primer impacto se extienden libremente por la lámina del cristal. Las radiales del
segundo impacto finalizan al encontrarse con las radiales del primer impacto. Las
radiales del tercer impacto finalizan al encontrarse con las radiales del segundo
impacto. Y así sucesivamente.
Fractura de un cristal por un proyectil a poca velocidad
Cuando la velocidad del proyectil es inferior a 50 m/s, como es el caso de las
piedras y bolas lanzadas, que llegan con poca velocidad, puede producir o no
perforación.
Si esta se produce, el orificio, es circular, uniforme y de contornos regulares. El
cráter de pequeñas dimensiones, presenta alguna fractura radial y escasas
fracturas concéntricas.
Si por el contrario, no se produce perforación del cristal el proyectil sale despedido
en dirección contraria, en la mayoría de las ocasiones se desprende un fragmento
de cristal semicircular en la cara opuesta a la que recibe el impacto. Este orificio
no es uniforme, con un cráter estrellado y pequeño, y presenta alguna fractura
radial y ninguna concéntrica.
Generalidades y particularidades
Cuando el proyectil atraviesa un vidrio con mucha velocidad, se produce un
orificio limpio, con las fracturas mencionadas, con poca pérdida de material. Si el
proyectil llega al vidrio con poca energía, la rotura pierde regularidad,
describiendo fracturas radiales quebradas, y hay mucha fragmentación y
desprendimiento.
La irregularidad de la forma del elemento arrojado, como una piedra, también
produce roturas de ese tipo, de tamaño muy superior al del objeto.
Si el disparo ha sido a corta distancia, la presión de los gases que acompañan al
proyectil va a romper el material, dependiendo del espesor, y se puede perder
gran parte de éste. Si la velocidad del proyectil es escasa, y, además, pequeña
la masa del proyectil, como en el caso de algunos balines disparados con armas
de aire comprimido, no le será fácil atravesar el vidrio, describiendo una impronta
muy particular, con una sola fractura concéntrica, casi nulas serán las radiales, y
el cráter es una pieza única y regular, es decir, sin fracturas escamadas. El orificio
de menor diámetro del cráter no supera en general los 2mm, y a veces ni siquiera
existe, marcando suavemente al vidrio, y el cono del cráter puede llegar a no
desprenderse del panel de vidrio principal.
Si el vidrio es trabajado o con diferentes grosores en un mismo panel, la respuesta
al impacto puede cambiar, especialmente si los proyectiles son de baja velocidad.
Cuando el vidrio posee insertos de malla de alambre, la resistencia cambia, las
fracturas radiales se pueden interrumpir, las concéntricas son irregulares porque
no sólo se interrumpen en las radiales, sino también en los alambres, pero la
deformación de éstos sirve para orientar la trayectoria. En el caso de vidrios
templados, que tienden a astillarse y caer totalmente, es difícil hallar el punto de
impacto, a menos que el proyectil haya impactado con mucha energía, logrando
que el panel no caiga, especialmente cuando está enmarcado. Si al templado se
lo cubre con una lámina la tarea se facilita, porque los fragmentos, aun los más
pequeños, se conservan. Si se trata de vidrios de parabrisas (doble con lámina
central), se produce un fenómeno especial: hay cráter hacia ambos lados.
La diferencia de ambos cráteres es que el ubicado en forma opuesta al origen de
trayectoria se describe regularmente, con desprendimiento progresivo de las
escamas de vidrio, mientras que el situado del lado donde impactó el proyectil, se
observa escalonado e irregular, generalmente de menor diámetro que la base del
primero. La dirección del disparo en este caso, como en todos los que afecten a
material sintético, posee los bordes o la pieza plástica expandida en dirección
igual a la del proyectil.
Un mismo panel de cualquier vidrio responde distinto según se ubique el impacto
respecto del marco que lo contiene, porque cambia la resistencia del material. Las
radiales se cortan obviamente en ese límite, y se puede dificultar establecer el
sentido de la trayectoria. Difícil es determinar fehacientemente la angulación del
disparo, por lo menos hasta el momento en que el proyectil toca el vidrio (puede
cambiar según su calibre, su velocidad, su deformación consecuente, la
resistencia del material); es necesario contar con la evaluación antes indicada y
los impactos consecuentes. A un proyectil blindado lo afectará menos la
resistencia del material impactado, y más aún si su forma es ojival aguzada,
porque tiende a atravesarlo. Un proyectil de plomo, de pequeño calibre,
impactando contra un vidrio de 10 mm sufre alteraciones en su trayectoria
secundaria que pueden ser relevantes o no, según el ángulo inicial de incidencia.
Cuanto menor sea el ángulo, mayor será su afectación. Si el proyectil, por su
pequeño ángulo de incidencia, no logra atravesar el vidrio, las fracturas radiales
también se forman, pero con menor intensidad, y las concéntricas casi se anulan
(efecto piedra).
Cuando se trata de proyectiles blindados, pueden sufrir descamisado de su
cobertura, ya que si el vidrio es resistente lo puede cortar, hasta el punto de no
permitir que el encamisado avance, dejando que siga actuando sólo el núcleo.
Fractura por golpe y fuego
Las fracturas por golpe producen un orificio de gran extensión, en forma de
estrella invertida (con las puntas hacia dentro). Los fragmentos desprendidos, son
de grandes dimensiones, aparecen en el lado de la cara posterior esparcidos por
el suelo y puede tener más de un punto de impacto.
Las fracturas producidas por fuego, presentan líneas quebradas, distribuidas por
el cristal sin un punto común de convergencia (punto de impacto). Los fragmentos
del cristal caen hacia el lado de donde procede el calor.
LOS EFECTOS BALÍSTICOS SOBRE MADERA
Sobre las maderas los efectos que se producen son más variables,
dependiendo no solo de la clase y naturaleza de ellas, sino también de
la manera como el choque se verifica. El roble y la encina, se dejan
penetrar menos que el pino: en este, como las fibras son
alternativamente blandas y duras, aquellas quedan comprimidas v las
segundas no se levantan más que en parte, por lo que el agujero
producido por el proyectil es mayor que en la encina, cuyas fibras,
heridas perpendicularmente a su dirección, como mus elásticas, si se
aplastan bajo la acción del proyectil se enderezan después de su paso,
sin que dejen hueco suficiente para introducir la sonda, marcándose
este efecto de tal suerte, que si la bala es de 0m,10 de diámetro , el
agujero está enteramente cerrado y aun el producido por la de 0m,15
puede taparse con una clavija. Esto no obstante, como en el pino, si las
fibras que toca el proyectil, quedan c-así completamente rotas, el efecto
no se extiende más allá del hueco que se produce y el aplastamiento y
separación de las fibras de encina y roble ocasionan rajas longitudinales
de considerable extensión, los revestimientos construidos de estas
maderas, que como se ha dicho resisten más al a penetración, se
inutilizan sin embargo, con mayor facilidad, por lo que para blockaus,
blindajes y encofrados y en general para revestimientos que amortigüe
n el efecto de los proyectiles, deber a preferirse el pino.
LOS EFECTOS BALÍSTICOS SOBRE CONCRETO
Los disparos no siempre son acertados al blanco y específico por lo que tienden
muchas veces a impactar en los alrededores. La mayoría de casos siempre se
encuentran proyectiles de arma de fuego impregnados en las paredes de casas
situadas alrededor de la escena del crimen, en el caso de escenas cerradas e s muy
común encontrar orificios en las paredes de la habitación o casa donde sucedió el
incidente. Estos al momento de impactar en concreto tienden a formar agujeros u
orificios visibles en algunos casos siempre va a depender del material con el que
este hecho el paredón o muro a la vez es de considerar el tipo de munición y calibre
utilizado ya que de esto depende mucho el tipo de lesión que se produce en
cualquier objeto donde impacta. En muchas escenas suelen haber cientos de
disparos por lo que para evidenciar el número de disparos es complicado por lo que
decir “la determinación total de numero de disparos realizados solo es factible en
lugares cerrados y no siempre” debido que suelen haber intersecciones entre los
disparos produciendo un solo orificio, “en lugares abiertos así como cerrados de
imposible determinación y en lugares semi cerrados, podrá determinarse el número
mínimo de disparos realizados, pero no el total, dada la posibilidad de balas
perdidas y la inexistencia total o parcial de impactos o de casquillos” por lo que la
determinación exacta del total de disparos que se realizaron es complicado ya que
muchas veces los proyectiles tienden a rebotar provocando doble lesión y esto
causa una confusión. Es importante determinar el número de disparos mediante la
recolección de casquillos y proyectiles dentro de la escena del crimen.
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