Sentire cum Ecclesia – un guión personal que ayude a la reflexión

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Sentire cum Ecclesia – un guión personal que ayude a la reflexión
0.-Unos previos, desde mi historia objetiva (familia, colegio de los jesuitas en
Valladolid, Congregación Mariana-Concilio Vaticano II, CVX-España, Compañía de
Jesús en España, en Uruguay…). También ustedes tendrán sus previos objetivos
importantes, y no sólo subjetivos (quizá no muy formulados, y no necesariamente ya
hechos pre-juicios formales incuestionables).
1.-Propongo para avanzar esta mañana, meternos en una reflexión lo más honda,
sincera, equilibrada, crítica y amorosa-esperanzada, según nuestra vocaciónconvocación CVX, y nuestras
posibilidades realistas (intelectuales, afectivas,
comunitarias y de misión).
1.1.Recibimos con gusto la herencia de S. Ignacioa la Iglesia y CVX, para
saber “militar”en la comunidad eclesial como creyentes honestos y arriesgados; para
saber discernir en los conflictos. Su experiencia y enseñanza hablan de la Iglesia como
posibilitadora (el por qué de la Iglesia) y potenciadora (el cómo de la Iglesia) de la
experiencia de Dios Trinidad Santísima; y también como objetivadora (el para qué de
la Iglesia) de esa experiencia de Dios (Cfr. Diego Molina, S.J.).
Como “madre” y “maestra”, la Iglesiaes el espacio en el cual la fe se ha ido
transmitiendo, ahondando y profundizando (madurando) a lo largo del tiempo.Como
buena “madre” quiere hacer de nosotros hijos lanzados a la vida, maduros, arriesgados,
con futuro (sin crisis de generatividad, ni de fraternidad). Gentes alimentadas por el
Espíritu.Como buena “madre”,es para S. Ignacio la que confiere raíces, identidad y
sentido a nuestro ser de creyentes en Dios Trinidad Santísima.
Ya S. Ignacio comprendió la realidad visible de la Iglesia como vehículo del
Espíritu. La Iglesia toda, institución y carisma, tiene un papel en todo el proceso de
toma de decisiones (en las elecciones de los EE., y en la vida diaria), pero este papel no
es el de suplantar al Espíritu, convirtiéndose en le único cauce a través del cual Dios
podría manifestar su voluntad. Su papel es más delicado: ha de objetivar las
experiencias del Espíritu, y las elecciones que como consecuencia de dichas
experiencias los creyentes van realizando y, a partir de ello, ha de asumirlas o no.
Pero más aún, más a lo profundo: no sólo instancia objetivadora, o posibilitadora
y potenciadora de experiencia de Dios; no sólo como buena “madre” y “maestra”. Es
comunión en el mismo misterio de Dios, es “esposa” de Cristo, toda ella miembros de
la cabeza -Cristo- que llevará todo a plenitud.
1.2.Sentir Iglesia-Ekklesia (en griego, Ekklesia = “los convocados de todos los
pueblos que pertenecen a Cristo por el bautismo”. Cfr. YOUCAT); sentirme y sentirnos
Iglesia. Ignacio proponía “sentir y gustar” en determinadas ocasiones de los EE.
Sentir la Iglesia
Sentir en la Iglesia: sentido del en, en cuanto dentro de.Sentido no sólo de
inclusión, en ella respiramos y somos (fuera de ella nos “ahogaríamos”), sino en como
pertenencia a su esencial vitalidad o espíritu.
El sentir con la Ig.
Para evangelizar y servir al mundo (clave en el Concilio Vaticano II, Concilio
de la Iglesia).
1.3.En general, un miembro del Cuerpo Apostólico CVX, viene del Bautismo
en la Iglesia católica (incluso en otra iglesia cristiana), viene de familia cristiana
(aunque no necesariamente), ha vivido los sacramentos de la Eucaristía, de la
Reconciliación, de la Confirmación (no todos), y en el abanico de opciones de vida, se
encamina al sacramento del matrimonio, o viviéndolo ya en la generación de una nueva
familia desde hace tiempo (si bien no todas las personas viven esta vocación laical
matrimonial; y en el deseo de vida en pareja, algunas han sufrido ya dolorosas rupturas
en su pareja).
Cada miembro de la CVX mundial sabe que CVX es una “asociación
internacional(no nacional, regional, o parroquial…), pública(abierta a toda persona que
se interese, y no privada), de fieles, de derecho pontificio(unida desde su concepción al
Papa) (Cfr. Estatutos CVX).
Desde el “Principio y Fundamento” (PyF) de los Ejercicios espirituales de S.
Ignacio, tenemos un “desde dónde” (origen), un “con quien” (compañía), y un
“hacia dónde” (meta final). También hay PyF para la Iglesia, para la CVX en ella,
para cada persona en la CVX (nuestro modo comprometido de ser Iglesia, camino para
nuestra unión con Dios). Fue anterior el “desde dónde” de Jesucristo que el de la Iglesia,
que el de la CVX en la Iglesia, y que el mío en Jesucristo-en la Iglesia-en la CVX.
Nuestro “desde dónde”, a quien llamamos Dios, quiso encarnarse en nuestro
mundo, quiso ser nuestro Servidor, aceptó con todas las consecuencias (hasta las más
terribles) el limitarse, dejarse contener, “encerrarse”, ensangrentarse (en este mundo que
describimos roto, inhumano, irracional e injusto). También nuestro mundo nos ofrece
dignidad, belleza, justicia, entrega y generosidad. Quiso encarnarse en nuestra Iglesia,
esta que conocemos desde la vida de Jesucristo, y que tantos avatares ha vivido.
La Iglesia en la que Dios se ha encarnado, también es agrupación humana. Si el
Hijo encarnado en Jesús de Nazaret es igual en todo al ser humano menos en pecar,
nosotros, su Iglesia, también somos en todo semejantes a todo lo humano, y además en
el pecar. Y esta Iglesia es la que nos contiene y a ella contenemos. Como toda
asociación-organización-institución humana puede ser -en algo, al menosdecepcionante, desastre, equivocada, y reconocerlo, y pedir perdón ahí mismo o
después, y variar la actitud desviada.
¿Qué me pasa con nuestra Iglesia? ¿Qué me ha pasado ya, pues en ella está el
origen de mi fe: me ha cuidado, formado, acompañado, impulsado?, y también ¿me ha
hecho daño, me ha herido, me ha engañado, se me ha impuesto, no ha dialogado, me ha
marginado?
1.4.Siempre nos encontramos en algún punto de vista, o en varios (pocos) a la
vez:Teológico, espiritual, cultural, social, político, económico, de determinados medios
de comunicación…La Iglesia siempre es en los procesos sociales, de pluralización y
diferenciación en nuestras sociedades occidentales (y de modernización y de
secularización).¿Que sabemos de la propia autocomprensión teológica de la Iglesia;
y de la propia autocomprensión cultural, social y política, comunicativa…?
Las esencias de la Iglesia concentradas y explicadas por el Concilio Vaticano II:
Lumen Gentium y Gaudium et Spes.
Por imperativo del Concilio, la teología de la Iglesia, Misterio y Pueblo de Dios
en comunión fraterna y en misión, tiene que ser traducida a cada ámbito eclesial en
capacidad de compasión y misericordia; y con el aforismo de inspiración agustiniana
asumido por el Concilio: “unidad en lo esencial, libertad en la duda y, en todo, caridad”.
Definición de la Iglesia fundamentalmente como sacramento -signo e
instrumento- de salvación (LG 1); como Pueblo de Dios, como misterio de
Comunión. Para sentir en y con una Iglesia pecadora y “santa”;“casta meretrix”(y
ante las cuatro notas del ser de la Ig: “una, santa, católica y apostólica”).
1.5.¿Cómo es mi (nuestra-CVX) propia relación espiritual con la Iglesia,
ymi(nuestra-CVX) comprensión teológica de la Iglesia:hogar; refugio en la fe;
madre; maestra; esposa de Cristo; pueblo de Dios; comunión para la unión universal…?
¿“Iglesia oficial”, como realidad institucional situada enfrente de las comunidades y los
miembros particulares del pueblo de Dios?
Un jesuita joven, Marc Vilarassau Alsina, ha escrito en la revista Sal Terrae: “Reglas para
sentirnos Iglesia” (tomo 100, junio 2012 (nº 1.168), pp. 539-551. Los títulos por los que
transcurre su reflexión equivalentes a cada una de sus “reglas”, son: 1. Hablar más de la Iglesia
en primera persona. 2. El Espíritu Santo anima la Iglesia. 3. Tratar de contribuir a la sinfonía
eclesial (“la verdad es sinfónica”, de Hans Urs von Balthasar). 4. Abrirnos a una nueva vitalidad
eclesial. 5. Integrar en la fe la “cruz eclesial”. 6. Darle un rostro a la Iglesia. Conclusión: para
construir un sentido de Iglesia lo más encarnado y estimulante posible; para sentir a la Iglesia
como algo nuestro.
En tomo 100, abril 2012, (nº 1.166) de la revista Sal Terrae, Nicolás Castellanos, OSA,
presidente de la Fundación “Hombres Nuevos”, Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), escribe acerca
de las “diversas maneras de hacernos visibles”, en el contexto del ser sal y luz de la Iglesia (pp.
309-321), y propone “Aceptar, retomar, asumir y aplicar el Concilio Vaticano II”, “reconocer
con realismo los signos visibles que ya hacen a la Iglesia creíble”, y aporta “catorce propuestas
para que el Evangelio tenga sabor en el siglo nuestro”. “No queda otra que recuperar el espíritu,
la letra y la mística del Concilio”.
1.6.En esta “Escuela de Asesores CVX”, ya hemos recibido importantes
impactos de vida eclesial (desde la misma vida de Ignacio, sus compañeros, y la historia
de las Congregaciones Marianas y de CVX mundial, así como testimonios de las
Asambleas mundiales CVX -tiempos de fuerte integración eclesial-. Seguiremos
avanzando y sintiendo y gustando (aún más que los disgustos).
En nuestro ser (hacernos y ser hechos) CVX, ¿quiénes han sido nuestros
“compañeros significativos” en la Iglesia, de quienes también hemos aprendido
eclesialidad? ¿Para quiénes hemos sido “compañeros significativos”? Hoy, y para
adelante, todas las gracias que hemos recibido de nuestra historia carismática, ¿a
quiénes se las regalamos? ¿a qué jóvenes, y no tanto, que luego reconocerán que
tuvieron en CVX testigos de lo más genuino y valioso de la Iglesia?
¿Cómo seguimos encontrándonos con lo diverso y diferente en la Iglesia
uruguaya (y universal)? Y aportamos una luz (pequeña en principio, aunque para
algunos no tanto) de ser laicos, en comunidad-cuerpo apostólico, en discernimiento por
Ejercicios espirituales y espiritualidad ignaciana, y en acción no dispersa ni dispersante.
Y aunque dará para más este tema, qué conciencia tenemos de la urgencia de
apoyar, respaldar, defender y amar a la Iglesia que aún será atacada injustamente, con
toda fuerza, estrategias sin escrúpulos, y deseos de destruirla. En lo que somos atacados
por nuestros errores y pecados, podemos ser más claros en reconocerlo. En lo que está
orquestado para aniquilarnos, podemos ser menos ingenuos. Siempre será tiempo de
fortalecer y reforzar, discernida y sanamente, mi (nuestra-CVX) eclesialidad.
Bibliografía hoy; en negrita la que ya está en la dirección web:
RevistaManresa, número monográfico: “La Iglesia en la espiritualidad ignaciana”, vol. 84, nº
331, Abril-Junio 2012, con artículos de J.M. Rambla, Santiago Madrigal, Diego Molina, Joao B.
Libanio.Revista Manresa, número monográfico: “Instancias objetivadoras de la espiritualidad
ignaciana”, vol. 80, nº 315, Abril-Junio 2008, con artículo de Diego Molina, S.J.: “Y que
militen dentro de nuestra santa madre Iglesia”, pp. 153-167.
Santiago Madrigal, “El Vaticano II en los diarios de Yves Congar y Henri de Lubac”, Sal
Terrae, Santander 2009.“Eclesialidad, reforma y misión. El legado teológico de Ignacio de
Loyola, Pedro Fabro y Francisco Javier”, San Pablo y Comillas, Madrid 2008. “Estudios de
eclesiología ignaciana”, Madrid-Bilbao 2002.
Rev. Manresa,Jesús Corella, S.J., “San Ignacio y la Iglesia: unas reglas que nos siguen
iluminando”, vol. 79, nº 311, Abril-Junio 2007, pp. 167-182.
Bruno Forte, “La Iglesia, icono de la Trinidad. Breve eclesiología”, Sígueme, Salamanca 1997.
Karl Rahner,“Cambio estructural en la Iglesia”.
Henri de Lubac, “Meditación sobre la Iglesia” (“La Iglesia hace la eucaristía y la eucaristía
hace la Iglesia)
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