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Amparo directo Ignacio Sa nchez Becerra

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Expediente 178/2014 conexo al 118/2014
H. TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA
Y DEL TRABAJO.
EN EL ESTADO DE JALISCO.
POR CONDUCTO DEL 53 TRIBUNAL UNITARIO AGRARIO
CON SEDE EN CIUDAD GUZMAN, JALISCO
PRESENTE
IGNACIO SÁNCHEZ BECERRA, mexicano, mayor de edad, indicando como
domicilio para oír y recibir notificaciones la finca marcada con el número 1230 interior 10,
tercer piso, de la Avenida Américas, colonia Altamira, en la ciudad de Zapopan, Jalisco,
señalando como autorizados en términos amplios del artículo 12 de la ley de amparo a los
Abogados Antonio Jiménez Díaz y/o Rosío Barajas Sahagún y para recibir notificaciones a
los Licenciados Alejandro García Castañeda, Julio Cesar Díaz Villaseñor, Alfonso Allegre
Martínez, Fausto Abraham Flores Jiménez, Cesar Jiménez Hernández, y Edgar Elizondo
Aguilar, ante Usted, respetuosamente, comparezco a
EXPONER
Por mi propio derecho y con fundamento en lo dispuesto por los artículos 1º,
103, 107 y demás relativos y aplicables de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 170 fracción I, 171, 172 fracción III, 174, 175 y demás relativos y aplicables de
la Ley de Amparo en vigor, reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, ocurro a reclamar el AMPARO Y PROTECCIÓN
DE LA JUSTICIA FEDERAL a favor del suscrito, en contra de la sentencia definitiva dictada
por el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 53 con sede en Ciudad Guzmán, Jalisco; dictada
el 09 nueve de noviembre del año 2016, y notificada personalmente el día 06 seis de
diciembre del mismo año, para lo cual realizo los siguientes
SEÑALAMIENTOS
I.- El nombre y domicilio del quejoso y de quien promueva en su
nombre; ha quedado debidamente indicado en el proemio de esta demanda.
II.- El nombre y domicilio del tercero interesado; Son los señores María
de los Ángeles Castañeda Cuevas, con domicilio en la finca marcada con el número 153 de
la calle Joaquín Aguirre, colonia Constituyentes, en Ciudad Guzmán, Jalisco; Ernesto
Alejandro, Mario, Marcela, Guillermina, Eduardo, Sonia, Pedro, Juan Gabriel todos de
apellidos Juárez Castañeda, con domicilio procesal en la finca marcada con el número 19
de la calle Zaragoza, colonia Centro en Ciudad Guzmán, Jalisco.
III.- La autoridad responsable; es el Tribunal Unitario Agrario del Distrito
53, con sede en Ciudad Guzmán, Jalisco.
IV.- Acto reclamados; Es la sentencia definitiva dictada en el expediente
178/2014 conexo del expediente 118/2014, tramitado ante el Tribunal Unitario Agrario del
Distrito 53 con sede en Ciudad Guzmán, en el estado de Jalisco, el cual conoció del juicio
de conflicto relacionado con la tenencia de la tierra respecto de las parcela identificada con
el número 502 Z1 p10/14 ubicada en el ejido de Ciudad Guzmán, Jalisco; mediante el cual
el suscrito ejercité acción de usucapión respecto de la parcela referida en contra de la C.
María de los Ángeles Castañeda Cuevas, sentencia que declaro improcedente la acción
ejercitada por el quejoso.
V.- La fecha en que se haya notificado la sentencia definitiva, laudo o
resolución que hubiere puesto fin al juicio, o la fecha en que haya tenido conocimiento del
mismo; La sentencia impugnada fue notificada personalmente el día 06 seis de diciembre
del año 2016.
VI.- Los preceptos que, conforme a la fracción I del artículo 1o de esta Ley,
contengan los derechos humanos cuya violación se reclame; y;
Se violan en mi perjuicio los artículos 1°, 14, 16 y 17 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como el 8 y 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así
como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los
casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los
tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger
y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Artículo 14. “A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”
“Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio
seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho”.
Artículo 16. “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud
de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.”
Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla
en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial.
Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas. Tales leyes determinarán las
materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de reparación del daño. Los jueces
federales conocerán de forma exclusiva sobre estos procedimientos y mecanismos…
…Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de
los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.
De la Convención Americana Sobre Derechos Humanos
Artículo 8 CADH. Garantías Judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley,
en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de
sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Artículo 25. Protección Judicial
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante
los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre
los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya
estimado procedente el recurso.
VII.
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.
A. VIOLACIONES EN CUANTO AL FONDO
1. Cómputo incorrecto para entender por consumada la posesión.
Una de las partes torales que utiliza la autoridad responsable al momento de dictar la
sentencia definitiva es el cómputo de menos de diez años para tener por acreditada la
usucapión, dice entonces que al faltar algunos meses por haberla interrumpido con la
presentación de la demanda, no se puede tener por consumada.
Ahora bien, si analizamos la literalidad del artículo 48 de la Ley Agraria, encontramos que
literalmente reza:
Artículo 48.- Quien hubiere poseído tierras ejidales, en concepto de titular de
derechos de ejidatario, que no sean las destinadas al asentamiento humano
ni se trate de bosques o selvas, de manera pacífica, continua y pública
durante un período de cinco años si la posesión es de buena fe, o de diez si
fuera de mala fe, adquirirá sobre dichas tierras los mismos derechos que
cualquier ejidatario sobre su parcela.
De la lectura literal del artículo en cuestión, se desprenden los siguientes elementos:
a) La posesión de tierras ejidales
b) En concepto de titular de derechos de ejidatario
c) Que no sean destinadas al asentamiento humano
d) Que no se trate de bosques o selvas
e) De manera paífica, continua y pública
f)
Durante un periodo de cinco años si la posesión es de buena fe
g) O diez años si fuera de mala fe
h) Produce los mismos derechos que cualquier ejidatario sobre su parcela
Al hacer análisis de las variantes encontramos:
a) La posesión de tierras ejidales
b) En concepto de titular de derechos ejidales
c) De manera pacífica, pública y continua
d) Por un término de cinco años si la posesión es de buena fe
e) O diez si es de mala fe
f)
Otorga los mismos derechos que al ejidatario sobre la parcela
Excluimos los supuestos:
a) Tierras para asentamientos humanos;
b) Tierras en áreas de bosques o selvas
En razón de que, en el caso que nos ocupa, así como de la declaración de los testigos e
inspección ocular se pudo advertir que la parcela es para fines estrictamente agrícola.
Por otra parte, con relación a los elementos de la acción de usucapión, entendemos que:
a) Se acreditó la posesión:
Mediante la declaración de los testigos que dijeron que el suscrito dedico la parcela al cultivo
de maíz, en la que incluso uno de los atestes declaró que, en algún tiempo él me rentó la
parcela para él cultivar ese producto; así mismo, de la contestación de la demanda, se
advierte que la demandada reconoció que el suscrito tengo la posesión, por otra parte, en
el expediente 118/2014, conexo al presente del mismo Tribunal de Distrito Agrario número
53, con sede en Ciudad Guzmán, Jalisco, los ahí actores, aquí terceros interesados, hijos
de la cedente, me reclaman la devolución de la posesión de la parcela, con lo que
reconocen que el suscrito soy quien la mantengo en posesión desde la fecha de compra, la
cual reconocen en todos sus aspectos.
b) En concepto de titular de derechos ejidales
Se acreditó este elemento mediante la exhibición del contrato de cesión de derechos
parcelarios, celebrado entre la señora María de los Angeles Castañeda Cuevas y el aquí
quejoso, con fecha 2 de septiembre del año 2004. La posesión es en concepto de titular,
contrario a lo que sostiene la responsable, en virtud de que pactamos el precio de la
enajenación que fue onerosa, el suscrito acredité entonces haber cubierto el precio, además
de que socialmente he sido reconocido como el titular de la parcela, lo que así fue
aseverado en el interrogatorio que contestaron los testigos así como con las constancias
del juicio conexo 118/2014 en el que los ahí actores, acá terceros interesados me reclaman
la nulidad de la cesión y devolución de la parcela.
c) De manera pacífica, pública y continua.
Se desprende del contrato de cesión de derechos parcelarios, fechado el 2 de septiembre
del año 2004, que el aquí quejoso adquirí en esa fecha de manera pacífica, ya que el
ingresar a utilizar la parcela derivó de un contrato, en el que libre y espontáneamente la
señora María de los Ángeles Castañeda Cuevas, acompañada incluso de una de sus hijas,
quien firmó como testigo de la enajenación, al realizar el pago del precio pactado, me
entregaron la posesión de la parcela. Ha sido pública porque los avecindados así lo
reconocieron, como lo pudieron aseverar los testigos y continua, porque no ha sido motivo
de interrupción, lo que puede también se demostró con el interrogatorio articulado a los
testigos, además de la presunción que se otorga a mi favor, atento a lo dispuesto por el
artículo 801 del código civil federal que dispone que si se demuestra que actualmente una
persona ejerce la posesión y se demuestra que se tuvo en el pasado, se presume que se
tuvo en el tiempo intermedio.
d) Por un término de cinco años, si la posesión es de buena fe.
En este punto particular es donde existe una indebida interpretación de parte de la autoridad
responsable, en virtud de que, a pesar de que del contenido literal del contrato, que no fue
objetado con ningún medio probatorio, se demostró que el inicio de la posesión fue el
contrato de cesión de derechos parcelarios a título oneroso.
Aquí, las normas de aplicación supletoria a la legislación agraria fueron inadvertidas por la
responsable, en virtud de que, en primer término, el artículo 807 del código civil federal
dispone:
Artículo 807.- La buena fe se presume siempre; al que afirme la mala fe del
poseedor le corresponde probarla.
En el caso que nos ocupa, el aquí quejoso tengo la presunción a mi favor de la buena fe,
recayendo entonces en los terceros interesados la carga de demostrar la mala fe. Así pues,
se puede apreciar del contenido de la sentencia que esto fue desatendido por la
responsable y que no existe prueba alguna de la existencia de mala fe.
Por su parte, en lo tocante a las definiciones de buena y mala fe, el artículo 806 del mismo
cuerpo normativo dispone:
Artículo 806.- Es poseedor de buena fe el que entra en la posesión en virtud
de un título suficiente para darle derecho de poseer. También es el que ignora
los vicios de su título que le impiden poseer con derecho.
Es poseedor de mala fe el que entra a la posesión sin título alguno para
poseer; lo mismo que el que conoce los vicios de su título que le impiden
poseer con derecho.
Entiéndese por título la causa generadora de la posesión.
El primer párrafo del artículo en comento deja entonces claro que, es poseedor de buena
fe quien tiene un título suficiente para darle derecho a poseer. En el caso que nos ocupa,
el título para poseer fue el contrato de cesión de derechos parcelarios, de fecha 2 de
septiembre del año 2004. El título es suficiente porque la titular de los derechos parcelarios,
quien adquirió de su esposo los mismos derechos, fue quien transmitió al suscrito todas las
prerrogativas que el causante tenía sobre la parcela, luego entonces el quejoso tengo título
suficiente para poseer.
En consecuencia de lo anterior, la posesión que he mantenido desde el 2 de septiembre
del año 2004 dio lugar a la usucapión que se consumó el día 1 de septiembre del año 2009.
Así pues, si en mayo del año 2014 reclamé la declaración de usucapión, ésta se tendrá por
cumplida por esa misma razón.
Ad cautelam señalo además de que, el hecho de que hubiese presentado la demanda de
declaración de usucapión en el mes de mayo del año 2014, no existe medio alguno para
declarar por interrumpida la posesión, ya que la única forma de interrumpirla es con
sentencia definitiva que así lo hubiese hecho o, por vía de hechos alguien hubiese impedido
al suscrito que continuara con la misma, lo que en la especie no acontece.
e) Diez años si es de mala fe.
No estamos en el supuesto de que la posesión sea de mala fe, sin embargo, a pesar de
que ello no se actualice, es necesario determinar que, el hecho de que el suscrito hubiese
solicitado la declaración de usucapión, ello no constituye un medio para interrumpir la
posesión. En el criterio que cito a continuación, incluso los Tribunales Colegiados han
llegado a reconocer que no únicamente la posesión actual es suficiente para tener por
demostrada la usucapión, ello es así porque incluso si una persona posee bienes y ya había
operado a su favor antes de la privación de la misma, ello dará derecho a que se haga la
declaratoria judicial de consumada la prescripción adquisitiva. El criterio a que me refiero
es el que cito a continuación:
PRESCRIPCIÓN POSITIVA EN MATERIA AGRARIA. CASO DE
EXCEPCIÓN EN QUE NO ES NECESARIO DETENTAR LA
POSESIÓN ACTUAL DEL BIEN INMUEBLE AL MOMENTO DE
EJERCITAR LA ACCIÓN.1
En términos generales, la posesión requerida para el ejercicio de la
acción de prescripción debe ser actual, es decir, debe tenerse en el
momento de su ejercicio, teniendo en cuenta que uno de sus
elementos, conforme al artículo 48 de la Ley Agraria, es la continuidad
en la posesión. Sin embargo, existe un caso de excepción, en virtud
de que en el artículo 1168, fracción I, del Código Civil para el Distrito
Federal en Materia Común y para toda la República en Materia
Federal, de aplicación supletoria en materia agraria, aparece como
una de las causas de interrupción de la prescripción, el que el
poseedor sea privado de la posesión de la cosa o el goce del derecho
por más de un año, de donde se desprende que cuando se da este
supuesto normativo, el poseedor tiene todavía el derecho de promover
la acción de prescripción positiva, respecto del bien inmueble que
tenía en posesión, dentro del término señalado; y considerando dicho
caso de excepción, del análisis del acervo probatorio se deberá
determinar si en la situación jurídica planteada se dan los elementos
de la prescripción a que se refiere el artículo 48 de la Ley Agraria, sin
dejar de observar el origen de la posesión, por parte del quejoso, y la
fecha en que perdió la posesión del bien materia de la prescripción,
relacionado con la fecha en que ejercitó dicha acción, para efectos del
cómputo del término a que se refiere el aludido artículo 1168, fracción
I, del Código Civil supletorio.
2. Incorrecta interpretación del término “causa generadora de la posesión” como uno
de los elementos a acreditar en el ejercicio de la acción de prescripción positiva.
Considero violatorio de mi Derecho Humano al debido proceso la resolución
del Tribunal Agrario, en virtud que él mismo desacredita la acción intentada por la ahora
Quejosa, determinando que la pretensión del suscrito Ignacio Sánchez Becerra, es decir,
en la acción de prescripción adquisitiva que ejercité no demostré que operó en mi favor
dicha prescripción, al no haber acreditado la causa generadora de la posesión que dije tener
por diez años sobre la parcela en cita, incumpliendo con el artículo 48 de la Ley Agraria. El
cual aun cuando no exige un “justo título” para poseer, sí requiere que se acredite la causa
Novena Época. Registro: 189907. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XIII, Abril de 2001. Materia(s): Administrativa. Tesis:
III.2o.A.68 A. Página: 1107. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL
TERCER CIRCUITO. Amparo directo 86/2000. Luis Vargas Villalvazo. 7 de diciembre de 2000. Unanimidad de
votos. Ponente: Luis Francisco González Torres. Secretario: Antonio Luis Betancourt Sánchez.
1
generadora de la posesión, pues ello es necesario para conocer la calidad con la que se
ejerce. Afirmando que el actor Ignacio Sánchez Becerra no demostré poseer la parcela en
concepto de titular de la misma, ya que el acto jurídico mediante el cual obtuve la posesión
del bien inmueble que pretendí usucapir fue declarado nulo, mediante sentencia dictada en
el diverso juicio agrario 118/2014, que se tramitó ante el mismo Tribunal.
Interpretación falaz que contraviene lo dispuesto por el artículo en cita, toda
vez que contrario a las apreciaciones del Tribunal, el cual determina que al dejar de surtir
efectos el documento fundatorio de la acción (convenio de cesión de derechos parcelarios
que exhibió el suscrito) conlleva a dejar sin efecto las demás acciones intentadas, e incluso
las situaciones de facto que han imperado durante más de 10 años; pues hace referencia
a la nulidad del título que origina la posesión, en virtud de no haberse cumplido lo dispuesto
por el artículo 80 de la Ley Agraria, que establece el derecho del tanto, es decir, por omitir
notificar dicha enajenación a los hijos de la enajenante, ahora demandada, lo que trae como
consecuencia la nulidad del mismo y los efectos que produjo. Interpretación alejada de la
normatividad agraria y jurisprudencia que ha emitido la Corte respecto del significado del
término causa generadora de la posesión y los alcances de ésta. Pues, aun cuando se
actualizara la omisión del requisito de notificación del derecho al tanto, esto no implica que
a pesar, de dicha deficiencia en el acto que dio origen a la posesión, el acto jurídico no haya
existido, situación plenamente acreditada con el contrato que se exhibió como documento
fundatorio y con el conjunto de los diversos medios probatorios y por las presunciones que
la juzgadora ha advertido. Sin embargo, he de resaltar que el aviso del derecho del tanto,
a que se refiere el artículo 80 de la Ley Agraria, fue asumido contractualmente como carga
de la cedente, no obstante, este hecho no afecta la calidad de la posesión originaria a título
de dueño que detento el quejoso respecto de la parcela en cuestión, dado que a pesar de
que al título que es causa generadora de la posesión pueda ser imperfecto, por la
notificación, existen otros elementos que sirven para probar tanto la existencia del
consentimiento, como la ejecución del acto jurídico, a saber, la entrega del certificado
parcelario original, la posesión del inmueble y el respeto de dicha posesión, en tanto que
no hubo una acción jurídica por parte de los hijos de la demandada, aquí tercera interesada
demostrando así, el consentimiento tácito.
No menos importante, es hacer notar que el suscrito desde el momento que en que celebre
el contrato de enajenación de derechos parcelarios de fecha 02 de septiembre del año 2004
dos mil cuatro, con la señora María de los Ángeles Castañeda Cuevas respecto de la
parcela número 502 ZI P10/14 en el Ejido de esta Ciudad, con una superficie de 05-8506.79 cinco hectáreas ochenta y cinco áreas y cero seis punto setenta y nueve centiáreas,
mantuve la creencia suficientemente fundada de mantener el dominio y disposición del bien,
creencia que además que distintos criterios jurisprudenciales refieren que debe ser seria y
descansar en un error insuperable de la persona; siendo lo anterior suficiente para acreditar
que el quejoso he mantenido la posesión durante más de diez años en concepto de titular
de derechos de ejidatario, lo que no implica que esa situación de facto deje de existir al
declarar la supuesta nulidad del contrato con el que he venido ostentando la calidad de
titular de la parcela en mención.
Existe entonces, una serie de hechos que del suscrito muestra los principios de ejecución
del negocio, que consisten en la firma del contrato de cesión de derechos parcelarios, la
ratificación del mismo ante fedatario público, lo que le da fecha cierta al acto jurídico y la
entrega y respeto de la posesión en favor del actor suscrito, así como el pago del precio
pactado en la operación, y éstos en conjunto son una clara evidencia de la existencia y
perfección del acto jurídico, al haber acordado en precio y condiciones, haberse pagado el
precio, y haber entregado el objeto del contrato.
Cabe mencionar que si bien es necesario un título del que derive la posesión originaria y
que dicho título sea traslativo de dominio, el contrato de compraventa ofrecido es de fecha
cierta y su objeto es un bien cierto y determinado, y resulta, por lo tanto, apto para acreditar
que el cesionario posee a título de dueño, elemento esencial de la usucapión, toda vez que
el actor detenta la posesión a manera de propietario en virtud de un título cuya finalidad fue
la transmisión permanente de la propiedad, realidad que no se altera con la incapacidad de
exhibir los comprobantes de pago, porque que ello es materia del cumplimiento del contrato,
y no modifica la naturaleza del mismo; por ende son evidentes la voluntad del enajenante
de transmitir la titularidad de la parcela materia del presente juicio y, en consecuencia, el
origen de la posesión originaria.
PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA. EL CONTRATO DE COMPRAVENTA ES
UN MEDIO APTO PARA ACREDITAR LA POSESIÓN EN CONCEPTO DE
DUEÑO, AUN CUANDO SE ENCUENTRE PENDIENTE DE SATISFACER
EL PAGO RESPECTIVO.2
Para demostrar la posesión en concepto de dueño es necesario acreditar la
existencia de un título del que se derive la posesión originaria, es decir, de un
título cuya naturaleza sea traslativa de dominio; por consiguiente, si el
contrato de compraventa, cuando es de fecha cierta y tratándose de un bien
cierto y determinado, tiene tal carácter, es inconcuso que es apto para
acreditar que el comprador posee a título de dueño, resultando irrelevante la
falta de pago del precio, pues ese incumplimiento no afecta el carácter de la
posesión originaria del comprador, la cual se detenta en virtud de un título
cuya finalidad es la transmisión permanente de la propiedad, misma que no
se altera por la omisión en el pago, toda vez que ello es materia del
Novena Época. Registro: 189280. Primera Sala. Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta. Tomo XIV, Julio de 2001. Materia(s): Civil. Tesis: 1a./J. 40/2001. Página: 320
2
cumplimiento del contrato, que no modifica su naturaleza y, por ende, la de la
posesión originaria.
En efecto, no pueden soslayarse las consecuencias que en el mundo fáctico
acarrea la celebración de un contrato de un contrato de cesión de derechos parcelarios,
pues la e notificación del derecho al tanto a los hijos de la enajenante fue deber de la
cedente, no del suscrito, lo que por otra parte no impide alcanzar los beneficios derivados
del acto celebrado, como son la posesión y disfrute de la parcela en mención, quien reitero
adquirí de buena fe, al mantener la creencia que con la celebración del contrato de
enajenación de derechos parcelarios, la ratificación del mismo, precio pactado y la forma
de pagos, eran condiciones suficientes para considerarme titular de la parcela en mención.
Por los razonamientos expuestos, no necesariamente es dable calificar a ese
acto jurídico como inexistente, sino como afectado de nulidad relativa, esto es, susceptible
de ser confirmado o convalidado por el titular del derecho, toda vez que considerar lo
contrario sería como desconocer los efectos que produjo en la vida real que son la posesión
y disfrute del inmueble motivo del contrato por parte del quejoso, ignorando que ésta se
colocó en esa situación por su propia voluntad y riesgo.
Ahora, suponiendo sin conceder, que el contrato de cesión de derechos no
fuera un título justo para demostrar la calidad de poseedor de buena fe, ello no implica que
el suscrito no haya acreditado la causa generadora de dicha posesión, pues la celebración
del contrato aludido mediante fecha 02 de septiembre del año 2004 dos mil cuatro con la
señora María de los Ángeles Castañeda Cuevas respecto de la parcela número 502 ZI
P10/14 en el Ejido de esta Ciudad, con una superficie de 05-85-06.79 cinco hectáreas
ochenta y cinco áreas y cero seis punto setenta y nueve centiáreas, fue el acto que dio
origen a que el quejoso mantuviera la posesión sobre la parcela en mención. De ahí que
sea inconcuso pretender aseverar que con la declaración de nulidad de dicho contrato en
el juicio diverso 118/2014 se interrumpa el plazo de 10 diez años para usucapir; pues no se
puede desconocer los efectos que se produjo con la celebración del mismo, como son la
posesión y disfrute de la parcela por parte del suscrito, usucapión que reitero ya estaba
consumada al 1 de septiembre del año 2009.
Así las cosas, en el caso que nos ocupa, la acción de usucapión que ejercité
en el juicio natural tiene sustento en la causa generadora de la posesión que he venido
detentando en concepto de titular de la parcela citada, así mismo ha sido de forma pacífica,
pública y de buena, características que
quedaron debidamente demostradas con la
declaración de los testigos ofertados por el suscrito en el juicio natural, así como en
actuaciones. Resulta violatorio del derecho a la tutela judicial efectiva y a la Administración
de Justicia Plena e Imparcial, el hecho que el Tribunal unitario Agrario del Distrito 53 hubiere
sustentado parte de la resolución en la interpretación que dista de lo establecido por la
normatividad agraria negando eficacia y valor probatorio al documento fundatario de mi
acción.
3. Indebida valoración de las pruebas.
El Tribunal responsable hace una indebida valoración de las pruebas aportadas,
constituyendo esta conducta violación a las formalidades esenciales del procedimiento
derivadas del Artículo 14 Constitucional, tomando en cuenta que en el capítulo de
valoración de pruebas le otorga valor probatorio al contrato de enajenación de derechos
parcelarios pero al momento de considerar si la acción de prescripción adquisitiva es
procedente, determina que no se acredito que la posesión que ostenta el suscrito sea a
título de dueño. Es así, porque de la foja 88 y 89 de la sentencia que se combate, se
advierte que el Tribunal arriba a la conclusión de que el actor Ignacio Sánchez Becerra no
demostró que posee la parcela con ánimo de titular de esos derechos en razón de que el
acto jurídico mediante el cual obtuvo la posesión de bien a usucapir fue declarado nulo en
el diverso juicio agrario 118/2014; además que no acreditó e actor el haber cumplido con el
pago total por la compraventa de la parcela, por lo que dice no le generó ningún derecho.
Análisis que resulta contradictorio, pues reitero, en el capítulo de valoración de pruebas le
otorga valor al mismo, y sin embargo al analizar la procedencia de la acción refiere que aun
cuando la actora exhibió dicho contrato de enajenación de derechos parcelarios que genero
la posesión en la parcela, ésta no se acredita , esto a pesar, de que no solo los testigos
fueron coincidentes en afirmar que la mantiene el quejoso, sino que también la demandada
María De los Ángeles Castañeda Cuevas y los testigos ofertados por ésta reconocieron que
el quejoso mantengo la posesión de forma pacífica, continua y pública, resultando
contradictoria dicha sentencia.
Tanto en lo relativo al pago íntegro de la cantidad pactada entre la cedente y el suscrito,
que cubrí en su totalidad, como en lo referente al deber que era carga directa de la cedente,
ello es así porque a pesar de que las pruebas en materia agraria pueden ser valoradas por
el Tribunal bajo principio de verdad sabida y buena fe, ella no existe en el caso que nos
ocupa.
La razón de la afirmación vertida en el párrafo anterior es que, por una parte,
con relación al pago de la suma acordada como precio de la operación, el Tribunal
responsable dijo que, únicamente se tuvieron por hechos dos pagos:
a)
El de $400,000.00 cuatrocientos mil pesos 00/100 moneda nacional
que se desprende del contrato de cesión de derechos parcelarios;
b)
Los $700,000.00 setecientos mil pesos 00/100 moneda nacional que
se desprenden del cheque cuya póliza fue exhibida al sumario;
Sin embargo, el último pago, consistente en los $100,000.00 cien mil pesos
00/100 moneda nacional, entregados en efectivo contra la exhibición del certificado
parcelario original, el cual fue desconocido por el Tribunal responsable.
Así, este primer rubro quedó demostrado incluso con la exhibición del
certificado parcelario original que tengo el poder el aquí quejoso.
Con relación al segundo aspecto, esto es, la demostración de que la carga
para cumplir con las obligaciones derivadas del artículo 80 de la Ley Agraria corría a cuenta
de la cedente, deslindando así esa responsabilidad al suscrito quejoso, lo que desatendió
completamente la autoridad responsable. Lo anterior se desprende de la cláusula sexta que
se hizo valer en la contestación de demanda que, el Tribunal de la causa desatendió.
4. Violación del principio de congruencia externa del dictado de sentencias.
Con la resolución que se combate por esta vía constitucional, queda claro
que la afectación a los derechos y principios de legalidad, lo que pretende es obtener la
regularidad constitucional, sobre todo en observancia del principio de congruencia de las
sentencias. Ello es así porque atender de manera puntual y clara a las exigencias, requisitos
y principios del orden constitucional y convencional en materia de derechos humanos nos
lleva a una sana administración de justicia.
La interpretación integral de los artículos invocados en el apartado de
fundamentos, lleva a concluir que los derechos y principios contenidos en Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, tienen por objeto la tutela judicial efectiva, la cual se consigue si y solo si los
tribunales cumplen con el papel impuesto por los tribunales constitucionales e
internacionales en materia de derechos humanos.
En el caso que nos ocupa, si el órgano jurisdiccional hace caso omiso a los
conceptos de violación señalados de manera puntual y que se desprenden del sumario, la
administración de justicia no será completa, lo que contravendría el artículo 17 de la Carta
Fundamental Mexicana, en correlación con los arábigos 8 y 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
Lo anterior cobra aplicación al realizar un análisis de la sentencia que se
combate, en la que el Tribunal Unitario Agrario realiza violaciones sistemáticas a los
derechos del suscrito como recurrente, en virtud del dictado de la sentencia, por una parte,
se dejaron de analizar pruebas ofrecidas y desahogadas legalmente, manifestando que con
las mismas no se acreditó por parte del hoy quejoso que éste ha venido manteniendo la
posesión de la parcela materia del juicio y, por otra, se les otorga valor probatorio para
condenarlo a la entrega física y material de la parcela a favor de la demandada María de
los ángeles Castañeda Cuevas. Ellos es así en razón de que de la lectura de la sentencia
se advierte en reiterados apartados que el Tribunal desconoce la posesión que ostenta el
quejoso, pero resulta contradictorio al afirmar que de los medios de convicción aportados
se desprende que el suscrito Ignacio Sánchez Becerra invade con su siembra de maíz la
propiedad del Gobierno del Estado en donde se encuentra el Centro Integral de Justicia
Regional CEINJURE de la zona sur decretando dejarle a éste último sus derechos a salvo
para hacerlos valer por cuerda separada.
Además declara en la foja 91, que al no proceder la acción reconvencional
de recisión de nulidad de contrato de cesión de derechos agrarios celebrada el dos de
septiembre de 2004, sobre la parcela identificada con el número 502 Z1 P101/14
perteneciente al ejido de Ciudad Guzmán, Jalisco, quedando sin materia el presente
contrato porque dicho contrato dejo de surtir efectos, mediante sentencia 1118/2014, en el
cual se ordenó a restituirse las prestaciones que se hubieren hecho, es decir, el comprador
a entregar a la vendedora la parcela materia del contrato y en cambio la vendedora entregar
las cantidades recibidas, esto es la cantidad de $400,000.00 cuatrocientos mil pesos y la
segunda $700,000.00 setecientos mil pesos 00/100 moneda nacional como se desprende
de la póliza de cheque de fecha 24 de septiembre de 2004 a cargo de la institución de
Crédito denominada BBVA Bancomer a favor de la demandada María de los
Luego entonces, el hecho de que de igual manera resulta completamente
incongruente el Considerando octavo (foja 87, 88, 89 y 90 de la sentencia) de la sentencia
del expediente 178/2014 pues en esta no se me reconoce el carácter de poseedor de la
parcela materia del juicio, mientras que en la sentencia del conexo 118/2014 resultando
segundo (la cual se me condenó a cumplir) me condena a la entrega de la posesión de la
parcela a la C. María de los Ángeles Castañeda Cuevas; así las cosas, queda demostrado
claramente que resulta ilógico el contenido de dicha sentencia, pues en una me condena a
la entrega de la parcela sobre la que mantengo la posesión y en el diverso declaran que
no acredite mantener la posesión del inmueble.
5. Inconstitucionalidad e inconvencionalidad del artículo 80 de la Ley Agraria.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 21,
Derecho a a la Propiedad, establece:
1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley
puede subordinar tal uso y goce al interés social.
2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto
mediante el pago de indemnización justa, por razones de utilidad
pública o de interés social y en los casos y según las formas
establecidas por la ley.
3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del hombre
por el hombre, deben ser prohibidas por la ley.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en
su artículo 4º establece:
Artículo 4
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que, en el ejercicio
de los derechos garantizados conforme al presente Pacto por el
Estado, éste podrá someter tales derechos únicamente a limitaciones
determinadas por ley, sólo en la medida compatible con la naturaleza
de esos derechos y con el exclusivo objeto de promover el bienestar
general en una sociedad democrática.
Por su parte, el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en su fracción VIII, párrafo tercero, establece:
La ley, con respeto a la voluntad de los ejidatarios y comuneros para
adoptar
las
condiciones
que
más
les
convengan
en
el
aprovechamiento de sus recursos productivos, regulará el ejercicio de
los derechos de los comuneros sobre la tierra y de cada ejidatario
sobre su parcela. Asimismo establecerá los procedimientos por los
cuales ejidatarios y comuneros podrán asociarse entre sí, con el
Estado o con terceros y otorgar el uso de sus tierras; y, tratándose de
ejidatarios, transmitir sus derechos parcelarios entre los miembros del
núcleo de población; igualmente fijará los requisitos y procedimientos
conforme a los cuales la asamblea ejidal otorgará al ejidatario el
dominio sobre su parcela. En caso de enajenación de parcelas se
respetará el derecho de preferencia que prevea la ley.
Del análisis de las previsiones internacionales, tenemos:
a) La Convención Americana sobre Derechos Humanos protege la propiedad privada;
b) La Convención Americana permite subordinar el uso y goce de la propiedad privada
al interés social;
c) La Convención Americana prevé que en caso de privación de la propiedad, deba
darse una justa indemnización al afectado;
d) La explotación del hombre por el hombre debe estar prohibida por la ley;
e) El Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales diseña un esquema de
afectación a derechos en tanto constituyan medidas compatibles con la naturaleza
de los derechos y con el objeto de promover el bienestar general de la sociedad
democrática.
Ahora bien, el dictado de nuestra Constitución en materia de enajenaciones
de derechos parcelarios dispone:
a) Se permite a los ejidatarios transmitir sus derechos entre miembros del núcleo de
población;
b) Se respetará el derecho de preferencia que establezca la ley;
c) Permite a ejidatarios obtener el dominio pleno sobre su parcela;
Por su parte, el artículo 80 de la Ley Agraria, en vigor al momento de la
celebración del contrato, disponía
Artículo 80.- Los ejidatarios podrán enajenar sus derechos parcelarios a otros
ejidatarios o avecindados del mismo núcleo de población.
Para la validez de la enajenación a que se refiere este artículo bastará la conformidad
por escrito de las partes ante dos testigos y la notificación que se haga al Registro
Agrario Nacional, el que deberá expedir sin demora los nuevos certificados
parcelarios. Por su parte, el Comisariado Ejidal deberá realizar la inscripción
correspondiente en el libro respectivo.
El cónyuge y los hijos del enajenante, en ese órden, gozarán del derecho del tanto, el
cual deberán ejercer dentro de un término de treinta días naturales contados a partir
de la notificación, a cuyo vencimiento caducará tal derecho. Si no se hiciera la
notificación, la venta podrá ser anulada.
El artículo en comento, en particular con relación a los avisos del derecho
del tanto, ha sido el que ha tenido más reformas, de un total de ocho, este ha sido
modificado en dos ocasiones, el único que así lo ha sufrido.
La primera reforma fue la del 17 de abril del año 2008 para quedar en los
términos siguientes:
Artículo 80. Los ejidatarios podrán enajenar sus derechos parcelarios a otros
ejidatarios o avecindados del mismo núcleo de población.
Para la validez de la enajenación se requiere:
a) La manifestación de conformidad por escrito de las partes ante dos testigos,
ratificada ante fedatario público;
b) La notificación por escrito al cónyuge, concubina o concubinario y los hijos del
enajenante, quienes, en ese orden, gozarán del derecho del tanto, el cual deberán
ejercer dentro del término de treinta días naturales contados a partir de la notificación
a cuyo vencimiento caducará tal derecho. Será aceptable para este efecto la renuncia
expresada por escrito ante dos testigos e inscrita en el Registro Agrario Nacional, y
c) Dar aviso por escrito al comisariado ejidal.
Realizada la enajenación, el Registro Agrario Nacional, procederá a inscribirla y
expedirá los nuevos certificados parcelarios, cancelando los anteriores. Por su parte,
el comisariado ejidal deberá realizar la inscripción correspondiente en el libro
respectivo.
De esta forma se reconoció la posibilidad de realizar la enajenación con el
requisito de notificar a los interesados, que estos comparecieran ante fedatario o testigos
a expresar su renuncia y eliminó la posibilidad de anulación de la operación cuando no se
cumpliera con ese requisito.
Por último, el 19 de diciembre del año 2016 se realizó una modificación más
al artículo en cuestión, el cual quedó de la forma siguiente:
b) La notificación por escrito al cónyuge, concubina o concubinario y los hijos
del enajenante, quienes, en ese orden, gozarán del derecho del tanto, el cual
deberán ejercer dentro del término de treinta días naturales contados a partir
de la notificación a cuyo vencimiento caducará tal derecho. Será aceptable
para este efecto la renuncia expresada por escrito ante dos testigos e inscrita
en el Registro Agrario Nacional. En caso de que se desconozca el domicilio
o ubicación de las personas que gozan del derecho del tanto, se procederá
en términos de lo dispuesto por el párrafo tercero del artículo 84 de esta Ley,
y
De esta forma, se puede ver que, se va flexibilizando la situación de los
avisos con relación a los sujetos que pueden representar un derecho preferente en la
enajenación de derechos parcelarios, lo que de suyo implicaría que en la protección
constitucional que este Tribunal tenga a bien otorgarme se consideren todas estas
cuestiones, ello atendiendo a que de no hacerse así, se tolera la aplicación de una norma
no vigente, restrictiva, sin justificación, que vulnera dos instrumentos internacionales y la
propia Constitución Mexicana.
A manera de ilustración, en el Caso Salvador Chiriboga Vs. Ecuador, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha considerado que no es necesario que toda
causa de privación o restricción al derecho a la propiedad esté señalada en la ley, sino que
es preciso que esa ley y su aplicación respeten el contenido esencial del derecho
a la propiedad privada. Este derecho supone que toda limitación a éste deba ser
excepcional. De la excepcionalidad se deriva que toda medida de restricción debe ser
necesaria para la consecución de un objetivo legítimo en una sociedad democrática, de
conformidad con el propósito y fin de la Convención Americana. Por lo tanto, es necesario
analizar la legitimidad de la utilidad pública y el trámite o proceso que se empleó para
perseguir dicho fin". Cfr. también: Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No.
107, párr. 120; Caso Ricardo Canese Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 31 de agosto de 2004. Serie C No. 111, párr. 96; Caso Comunidad Indígena
Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia 17 de junio de 2005.
Serie C No. 125, párr. 144; Caso López Álvarez Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie C No. 141, párrs. 67 a 69; Caso
Comunidad Indígena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C No. 146, párr. 212; Caso Chaparro Álvarez y
Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 93; Caso Kimel Vs.
Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de mayo de 2008. Serie C No.
177, párr. 54; Caso Castañeda Gutman Vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184, párr. 175, 176
y 180, y Caso Escher y otros Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 6 de julio de 2009. Serie C No. 200, párr. 129.
Se trae el tema de la posible colisión entre la utilidad pública y el derecho a
la propiedad privada, en tanto que se asume que el interés de otorgar el derecho
preferencial al tanto al cónyuge y/o hijos del ejidatario, lo que se pretende es permitir que
los pertenecientes a la misma familia sigan aprovechando los derechos parcelarios, lo que
ya representa una norma anacrónica y obsoleta, teniendo en cuenta que cada vez más las
generaciones en nuestra sociedad han abandonado el campo, los hijos buscan prepararse
con formaciones técnica o profesional, con el objeto de buscar un destino distinto al de sus
padres, hecho pues que es diametralmente distinto al pensado con la disposición de la Ley
Agraria de 1992, con una tradición endogámica de los ejidatarios y su protección al máximo
de intromisiones de extraños, situación pues que por sí sola es discriminatoria y excluyente
para terceros que deseamos dedicarnos al campo y contamos con los recursos para
comprar una parcela y buscar una forma honesta de vivir.
Ahora bien, atendiendo a que el objeto de la norma es la protección a los
ejidatarios y avecinados, quedó demostrado con los testigos que los diez años que he
tenido la posesión de la parcela la he dedicado al cultivo de maíz, objeto de las unidades
agrarias, la utilización para actividades productivas relacionadas con el campo para evitar
el abandono que, dicho sea de paso es lo que hicieron los terceros interesados pues es
muy extraño que diez años después de la enajenación les surgiera el interés por la parcela
que nunca quisieron trabajar.
Siendo
entonces
la
medida
legislativa
restrictiva
de
derechos,
discriminatoria, violatoria de derechos humanos de fuente internacional, incluso
considerados así por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lo adecuado será
declarar inconstitucional la parte del artículo 80 que permite anular la transmisión de
derechos parcelarios ante la falta de notificación a los hijos y/o cónyuge del ejidatario,
aunado a que dicha falta de notificación surge por un incumplimiento de la parte cedente y
no del aquí quejoso.
6. Injusta indemnización ante la anulación de la cesión onerosa de derechos
parcelarios.
La determinación del Tribunal Agrario de otorgarme únicamente una porción
que dijo demostré del precio pagado, esto es, $1´100,000.00 un millón cien mil pesos
00/100 moneda nacional, desconociendo los $100,000.00 cien mil pesos 00/100 moneda
nacional que fueron pagados en efectivo, la pena convencional pactada equivalente al 20%
veinte por ciento del valor total de la operación, el interés legal reclamado y una justa
indemnización por el valor adquisitivo de la moneda tan depreciada representa una
vulneración al artículo 21 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, dado
que lo que existe de trasfondo en el asunto que nos ocupa es que un especulador pretende
privarme de los derechos sobre la parcela en conflicto, ofreciendo a los terceros
interesados un precio mayor por la plusvalía que tiene ahora dicho inmueble, pretendiendo
entonces con una suma que no representa mi inversión dejarme a un lado y obtener un
mejor precio, lo que es una forma más de usura, se repite prohibida por el numeral 21.3
del Pacto de San José.
Así, en el caso Salvador Chiriboga vs. Salvador, Reparaciones y Costas, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos refirió que "a fin de que el Estado pueda
satisfacer legítimamente un interés social y encontrar [dicho] justo equilibrio [...,] debe
utilizar los medios proporcionales a fin de vulnerar en la menor medida el derecho a la
propiedad de la persona objeto de la restricción"[126]. Para ello, resulta indispensable
observar las "justas exigencias" de una "sociedad democrática", valorar los distintos
intereses en juego y las necesidades de preservar el objeto y fin de la Convención[127].
Todo ello será ponderado al momento de fijar el valor del bien como justa
indemnización, en particular respecto de bienes que tienen un carácter ambiental.
En el caso que nos ocupa, es injusta la indemnización fijada por la
responsable, consistente únicamente en la devolución de una parte de lo entregado, sin
actualizaciones, intereses, ni penas convencionales a las que la cedente se hizo acreedora
al incumplir con su obligación de notificar a los interesados su derecho del tanto y mucho
menos el valor actualizado de los derechos parcelarios sobre el inmueble motivo del trato,
lo que fue reclamado como contraprestación tanto en el particular como en el conexo
178/2014 en el que el suscrito reclamé la usucapión de la finca. Así, de continuar este
tribunal con la declaratoria de nulidad del contrato, a pesar de los argumentos vertidos en
su contra, lo correcto será que se haga el pago de la indemnización conforme a valor
actualizado de la parcela.
Por todos los argumentos esgrimidos en este libelo ha lugar a conceder el
Amparo y la Protección de la Justicia Federal, a efecto de que se dicte otra en su lugar en
la que declare que el suscrito acredité cada uno de los elementos previstos por el artículo
48 de la ley Agraria para usucapir la parcela sobre que ostento la posesión en concepto de
titular de derechos ejidales. Solo para el caso extremo que eso no fuera así, habrá de tener
en cuenta que, se demostró el pago del precio íntegro, por lo que la privación de los
derechos sobre la parcela habrá de ser mediante una justa indemnización, acorde a lo
reclamado en el último concepto de violación.
Con motivo de lo antes expuesto y fundado, a Usted, con el debido respeto
S O L I C I TO:
PRIMERO: Se me tenga por debidamente presentada en términos legales
MI DEMANDA DE AMPARO DIRECTO, en contra de los actos autoritarios señalados como
reclamados, así como de las Autoridades expresamente mencionadas.
SEGUNDO: Se me tenga señalando como domicilio procesal para recibir
notificaciones el antes referido, así como autorizando en términos amplios a los Licenciados
Antonio Jiménez Díaz y/o Rosío Barajas Sahagún y/o Alejandro García Castañeda
Tercero. Se emplace a los Terceros Interesados, y se remitan las
correspondientes actuaciones con el Informe Justificado en términos Legales.
CUARTO: Se reconozca que opera a favor de la suscrita quejosa la suplencia
de la queja, al encontrarme en el supuesto previsto por el inciso a) de la fracción III del
Artículo 107 Constitucional, así como lo señalado en la fracción VI primer y último párrafos
del Artículo 79, visible en la Ley de Amparo.
QUINTO: Se conceda a la Quejosa el Amparo y la Protección de la Justicia
Federal a fin de obtener mis pretensiones reclamadas por esta Vía Legal, absolviéndome
en consecuencia como actora respecto de cualquier obligación de pago de Costas y Gastos
en segunda instancia.
Atentamente
Ciudad Guzmán, Jalisco, a 9 de enero de 2016
IGNACIO SÁNCHEZ BECERRA
Aceptamos el cargo conferido de Autorizados en términos amplios y protestamos su fiel y
legal desempeño
Mtro. Antonio Jiménez Díaz
Lic. Rosío Barajas Sahagún
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