Subido por Adriana Carolina Rojas

LOS SUJETOS PROCESALES Y LA TRILOGÍA DEL DERECHO PROCESAL

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
ESCUELA DE DERECHO
SAN JOAQUÍN DE TURMERO – ESTADO ARAGUA
LOS SUJETOS PROCESALES Y LA TRILOGÍA DEL DERECHO
PROCESAL
AUTOR: Luis Medina.
C.I.: 30.137.763
San Joaquín de Turmero, julio, 2022.
Introducción
A juicio del autor, los sujetos procesales son la médula del sistema procesal
venezolano, pues en ellos radica la razón y esencial de dicho proceso. Si no
estuviesen definidos los sujetos procesales, entonces simplemente no habría
proceso. Por este mismo motivo, el autor opina que es de gran relevancia
tratar este tema. En este contexto, donde varios de los sujetos procesales
son parte fundamental del sistema judicial, el autor encuentra importante
destacar cómo la Ley Orgánica del Poder Judicial regula el papel que estos
actores deben desempeñar, de acuerdo con sus atribuciones y funciones.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el presente ensayo tiene como objetivo
definir cómo interactúan específicamente estos sujetos procesales en lo
ordinario, dejando en claro su individualización y la demarcación de sus
atribuciones e incompatibilidades. Sin embargo, antes de este punto el autor
también revisa y analiza los alcances de la conocida Trilogía del Derecho
Procesal, por cuanto se considera uno de los aportes más significativos
dentro del estudio del Derecho Procesal. En su calidad de disciplina
científica, vale la pena revisar los sistemas de ideas, conocimientos, y
conceptos que le dan forma, consiguiendo también ver más de cerca cómo
funciona y se coordina la actividad del juzgador con los demás elementos del
sistema.
Los Sujetos Procesales y la Trilogía del Derecho Procesal
Partiendo de la idea de Pérez (2004), los sujetos del proceso penal
venezolano son aquellas personas naturales o jurídicas que participan de
manera directa e indirecta con sus actuaciones dentro del proceso penal.
Cada una de estas figuras tiene un grado de importancia determina, y su
participación en el proceso está determinada por la normativa legal, por
ejemplo, el Código Orgánico Procesal Penal (COPP, 2009). Al entender del
autor, cada sujeto procesal tiene un determinado rol dentro del proceso, el
cual debe desempeñar de forma responsable en función de los derechos y
atribuciones consagradas en la ley. Los Sujetos Procesales son: el Tribunal,
el Ministerio Público, los órganos de policía de investigaciones penales, la
víctima, el imputado, los auxiliares de las partes y la participación ciudadana.
Estos conceptos se pueden asociar con los alcances de la llamada Trilogía
del Derecho Procesal. De acuerdo con su autor, Ramiro J. Podetti, esta
trilogía estructural está conformada por tres elementos: acción, jurisdicción y
proceso. Para comenzar con la definición de cada una de sus partes, un
paso importante para comprender el sistema considera el autor de este
ensayo, es necesario citar a Alcalá Zamora (1974) que expone: “la energía o
principio anímico de la actividad procesal realizada por las partes, proviene
de la acción, que únicamente así […] alcanza su pleno desarrollo y se erige,
por su trascendencia, en uno de los conceptos fundamentales de nuestra
disciplina”. Es decir, la acción es el elemento dinámico del proceso, es el
derecho abstracto de obrar en juicio, ya que el actor merece estar amparado
dentro del derecho.
Por otro lado, apunta el autor de este ensayo, la jurisdicción es el elemento
que le permite al Estado cumplir con su función esencial de administrar la
justicia de forma eficaz y transparente. En otras palabras, este elemento de
la estructura supervisa la aplicación objetiva del derecho. La Trilogía del
Derecho Procesal se cierra con el proceso, que en palabras de Santos
Azuela (2001) viene a ser “la sucesión de actos jurídicos encaminados a
obtener la solución del litigio mediante la intervención de un órgano
jurisdiccional, imparcial y superior a las partes”. El proceso es el instrumento
del Derecho Procesal para la ejecución de la justicia.
Ahora bien, cada uno de los sujetos que desempeñan un rol dentro del
proceso
actúan
de
acuerdo
con
una
serie
de
atribuciones
e
incompatibilidades que se describen en la Ley Orgánica del Poder Judicial, la
cual en su artículo 1 establece que:
El ejercicio de la justicia emana del pueblo y se
realiza y por los órganos del Poder Judicial, el cual
es independiente de los demás órganos del Poder
Público. Sus deberes y atribuciones son las
definidas por la Constitución, los tratados,
acuerdos y convenios internacionales suscritos por
la República, esta Ley y las demás leyes y a ellos
debe sujetarse su ejercicio.
(Ley Orgánica del Poder Judicial, 1998).
El autor considera imprescindible repasar por separado las características de
tres actores fundamentales del sistema judicial: el Juez, el secretario y el
alguacil. En primer lugar, se le llama Juez en sentido amplio a los miembros
que integran el Poder Judicial, y son encargados de juzgar asuntos
sometidos a su jurisdicción. Mientras que el Juez en sentido restringido es
quien actúa unipersonalmente, no colegiadamente. Normalmente se les
llama ministros, vocales o magistrados.
El Juez puede ser de dos tipos, un Juez a quo corresponde generalmente a
la primera instancia, y recibe este nombre cuando su sentencia ha sido
apelada ante un tribunal superior. Directamente relacionado con este
concepto está el Juez ad quem, que no es más que el Juez superior, también
llamado Tribunal superior, donde se presenta el recurso a la sentencia del
Juez a quo. Al respecto del rol de los jueces, la Ley Orgánica del Poder
Judicial indica que el Juez solo podrá separarse de su cargo cuando haya
otro Juez que lo sustituya. Asimismo, durante su desempeño como Juez no
podrá tener otro cargo público remunerado.
Desde el punto de vista del autor, el rol de Juez debido a su alcance y
responsabilidad necesita de ayuda para poder garantizar el mejor desarrollo
de sus facultades. Estos puestos los ocupan el secretario y el alguacil, cuyas
atribuciones e incompatibilidades están consagradas en la Ley Orgánica del
Poder Judicial. El secretario es quien gestiona la solicitud, entrega y firma de
los documentos que se utilizan durante un proceso judicial. Por ejemplo,
entre sus atribuciones se incluyen recibir los escritos de las partes, llevar el
registro en el Libro Diario del tribunal y en el Libro de Actas. Es opinión del
autor, que este rol es fundamental para el progreso eficiente y puntual de
cualquier proceso.
Por su parte, el alguacil es la persona encargada de las labores de orden y
seguridad dentro de la corte, justo como se indica en el artículo 17 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial: “Los alguaciles tendrán el carácter de
autoridades de policía dentro de la sede de los tribunales”. Igualmente,
tendrá la responsabilidad de entregar las notificaciones y citaciones a las
partes, al mismo tiempo que ejecuta las órdenes que puedan darle el
secretario y el Juez. Con respecto a su incompatibilidad, la mencionada
legislación estipula que las personas ligadas con parentesco no podrán
desempeñarse dentro del mismo tribunal como alguacil o secretario. Lo
mismo ocurre cuando existe una relación de parentesco con el Juez.
En ese sentido, el autor opina que la relación que debe existir entre Juez,
secretario y alguacil es lo que permite que exista el orden a lo largo de un
proceso judicial, debido a que en él convergen una gran cantidad de
documentos, medios probatorios, solicitudes y personas con distintas
funciones que se encontrarían perdidas si no existiera una estructura
definida.
Finalmente, no se puede dejar de estudiar y describir los deberes de las
partes que se presentan a resolver un conflicto, lo cual también incluye a sus
apoderados y abogados. Estas responsabilidades están enmarcadas en el
artículo 170 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el cual contempla:
1 ° Exponer los hechos de acuerdo a la verdad;
2° No interponer pretensiones ni alegar defensas,
ni promover incidentes, cuando tengan conciencia
de su manifiesta falta de fundamentos;
3° No promover pruebas, ni realizar, ni hacer
realizar, actos inútiles o innecesarios a la defensa
del derecho que sostengan.
(Ley Orgánica del Poder Judicial, 1998).
Debido a que el principal objetivo del proceso es llegar a la verdad de los
hechos y administrar la justicia en base a este conocimiento, no se puede
permitir que ninguna de las partes incurra en actos de mala fe que
entorpezcan la labor de los actores del sistema judicial. Las partes no deben
actuar de mala fe, esto implica no obstaculizar el desarrollo normal del
proceso ni alterar u omitir hechos de valor indispensable para la causa. En
consecuencia, la mencionada legislación hará responsables de los daños y
perjuicios a la parte infractora.
Conclusión
El autor de este ensayo puede concluir que la Trilogía del Proceso Penal
permite visualizar más fácilmente la estructura del proceso, para comprender
hasta dónde llega y qué implica. La acción se refiere al derecho que tienen
las partes de acceder a un proceso, la jurisdicción le permite al Estado
cumplir su función y garantizar el acceso a la justicia. En tercer lugar, el
proceso se conforma de todos los mecanismos que proporciona el sistema
judicial del Estado para poder ejecutar la justicia. Se trata de una trilogía
porque todos los elementos van juntos, y su eficacia e importancia depende
de que estén completos.
Desde otro orden de ideas, los órganos del Poder Judicial están regulados
por distintas leyes y normativas, tal y como lo es la Ley Orgánica del Poder
Judicial. Sus roles y atribuciones están muy bien definidos por la legislación,
que además establece las incompatibilidades que busca prevenir problemas
o conflictos futuros. En este trabajo, se exploraron los conceptos de Juez,
secretario y alguacil como tres sujetos fundamentales para el curso de un
proceso. Entre las tres figuras se reparten las tareas de una corte, y se les
asignan responsabilidades que les permitan ayudarse entre ellos.
Por último, el autor también hace un repaso de los deberes que necesitan
aceptar las partes involucradas, ya que, si bien tiene derecho a acceder a la
justicia a través de un proceso, también deben comprometerse con actuar de
buena fe, sin intentar entorpecer el desarrollo de dicho proceso.
Referencias
Alcalá Zamora, N. (1974). Estudios de Teoría General e Historia del Proceso.
Universidad Autónoma de México. México.
Ley Orgánica del Poder Judicial [LOPJ]. Ley 5232 de 1998. 11 de septiembre
de 1998 (Venezuela).
Pérez, E. (2004). Comentarios al Código Orgánico Procesal Penal. Editorial
Vadell Hermanos. Caracas, Venezuela.
Santos Azuela, H. (2001). La Teoría General del Proceso en el sistema del
Derecho Procesal Social. Universidad Autónoma de México. México.
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