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CAPÍTULO 5 Métodos anticonceptivos y esterilización

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Williams Ginecología, 4e
CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización
INTRODUCCIÓN
Hoy, la variedad de métodos efectivos de regulación de la fecundidad continúa creciendo. La disponibilidad de anticonceptivos es primordial para el
cuidado de las mujeres, ya que aproximadamente la mitad de los embarazos en Estados Unidos no es intencional (Finer, 2016). En relación con ello, en
2014, casi 11% de las mujeres fértiles con actividad sexual en dicho país que no buscaban un embarazo no usaban ningún método anticonceptivo
(Kavanaugh, 2018). Estas estadísticas han conducido a un nuevo análisis de la asesoría anticonceptiva para prevenir embarazos no planificados.
Los métodos anticonceptivos se agrupan según su efectividad. Los métodos de primera elección o primer nivel son los más eficaces y se caracterizan
por su facilidad de uso (figura 5–1). Estos métodos requieren una motivación o intervención mínima por parte del usuario y tienen una tasa de
embarazo de uso característico <1 por 100 mujeres durante el primer año de administración (cuadro 5–1) (Guttmacher Institute, 2018; Trussell, 2018).
Como era de esperar, estos métodos de primer nivel proporcionan la mayor duración de la anticoncepción después de su inicio y requieren la menor
cantidad de visitas de regreso. Los métodos de primer nivel incluyen varios métodos de esterilización masculina y femenina, dispositivos
anticonceptivos intrauterinos e implantes anticonceptivos. Los dos últimos se consideran anticonceptivos reversibles de acción prolongada (LARC,
long-acting reversible contraceptives). Si bien se brinda asesoría para todos los métodos anticonceptivos, se puede lograr una reducción de la tasa de
embarazo no deseado al aumentar el uso de métodos de primera elección.
Cuadro 5–1.
Tasas de error durante el primer año del uso de métodos anticonceptivos en mujeres estadounidenses.
M é t o d oa
Uso perfecto
Uso típico
Primer tipo: más eficaces
Dispositivos intrauterinos:
LNG-IUS 52 mg
0.1
0.1
T 380A de cobre
0.6
0.8
Implante de etonogestrel
0.1
0.1
Esterilización femenina
0.5
0.5
Esterilización masculina
0.1
0.15
Comprimido combinado
0.3
7
Anillo vaginal
0.3
7
Parche
0.3
7
DMPA
0.2
4
Segundo tipo: muy eficaces
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CAPÍTULO
5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
Comprimido de progestágeno solo
0.3
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Tercer tipo: eficaces
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long-acting reversible contraceptives). Si bien se brinda asesoría para todos los métodos anticonceptivos, se puede lograr una reducción de la tasa de
embarazo no deseado al aumentar el uso de métodos de primera elección.
Cuadro 5–1.
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Tasas de error durante el primer año del uso de métodos anticonceptivos en mujeres estadounidenses.
M é t o d oa
Uso perfecto
Uso típico
Primer tipo: más eficaces
Dispositivos intrauterinos:
LNG-IUS 52 mg
0.1
0.1
T 380A de cobre
0.6
0.8
Implante de etonogestrel
0.1
0.1
Esterilización femenina
0.5
0.5
Esterilización masculina
0.1
0.15
Comprimido combinado
0.3
7
Anillo vaginal
0.3
7
Parche
0.3
7
DMPA
0.2
4
Comprimido de progestágeno solo
0.3
7
Para hombre
2
13
Para mujer
5
21
16
24
18
28
En multíparas
20
27
En nulíparas
9
14
Segundo tipo: muy eficaces
Tercer tipo: eficaces
Preservativo
Diafragma con espermicidas
Cuarto tipo: menos eficaces
Espermicidas
Esponja
a Los métodos están organizados con base en su nivel de eficacia.
DMPA, acetato de medroxiprogesterona de depósito (depot medroxyprogesterone acetate); LNG-IUS, sistema intrauterino con liberación de levonorgestrel
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(levonorgestrel releasing intrauterine system).
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Figura 5–1.
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En nulíparas
a Los métodos están organizados con base en su nivel de eficacia.
9
14
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DMPA, acetato de medroxiprogesterona de depósito (depot medroxyprogesterone acetate); LNG-IUS, sistema intrauterino con liberación de levonorgestrel
(levonorgestrel releasing intrauterine system).
Figura 5–1.
Métodos anticonceptivos ordenados de acuerdo con su efectividad.
Los métodos de segunda elección incluyen anticonceptivos hormonales sistémicos que están disponibles como tabletas orales, inyecciones
intramusculares, parches transdérmicos o anillos transvaginales. En resumen, su tasa de embarazo de uso característico es de 4 a 7 por cada 100
usuarias durante el primer año (cuadro 5–1). Las tasas de uso perfecto reflejan la tasa de embarazo si un método se utiliza sin problemas. Con los
métodos de segunda elección, es probable que la mayor diferencia entre las tasas de uso perfecto y característico se deba a la falta de redosificación
en el intervalo apropiado. Los sistemas de recordatorio automatizados para estos métodos de segunda elección han demostrado una eficacia limitada
(Halpern, 2013).
Los métodos de tercera elección incluyen preservativos para varones y mujeres, métodos de coito interrumpido y conocimiento de la fecundidad,
como las cuentas del ciclo menstrual. La tasa de embarazo de uso típico es de 13 a 24 embarazos por cada 100 usuarias en el primer año (Guttmacher
Institute, 2018). Sin embargo, la eficacia aumenta con la utilización constante y correcta.
Los métodos del cuarto tipo comprenden preparados espermicidas cuya tasa de ineficacia es de 28% por cada 100 usuarias en el primer año
(Guttmacher Institute, 2018).
CRITERIOS DE ELEGIBILIDAD MÉDICA
En 2016, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) publicaron la actualización de los Criterios de elegibilidad médica de Estados Unidos
(US MEC, United States Medical Eligibility Criteria) para el empleo de anticonceptivos (Curtis, 2016). Estas guías están a la disposición en el sitio de
internet: www.cdc.gov/reproductivehealth/contraception/mmwr/mec/summary.html y se actualizan con regularidad. En los US MEC, muchos métodos
anticonceptivos se clasifican en 6 grupos, de acuerdo con su semejanza: anticonceptivos hormonales combinados (CHC, combination hormonal
contraceptive); comprimidos de progestágenos solos (POP, progestin-only pill); acetato de medroxiprogesterona de depósito (DMPA, depot
medroxyprogesterone acetate), implantes, sistema uterino con liberación de levonorgestrel (LNG-IUS, levonorgestrel releasing intrauterine system) y
el dispositivo intrauterino de cobre (Cu-IUD, copper intrauterine device). Por un estado particular de salud, cada método se clasifica en categorías del
1 al 4. La calificación describe el perfil de seguridad de cada uno para una mujer típica con dicha situación: 1) ninguna restricción para el uso del
método;
2) las2021­1­27
ventajas del
método
superan
sus riesgos; 3) los riesgos del método superan sus ventajas, y 4) el método conlleva un riesgo
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inaceptablemente
alto para
la salud.
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5: Métodos
anticonceptivos
y esterilización,
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Lactancia
anticonceptivos se clasifican en 6 grupos, de acuerdo con su semejanza: anticonceptivos hormonales combinados (CHC, combination hormonal
contraceptive); comprimidos de progestágenos solos (POP, progestin-only pill); acetato de medroxiprogesterona de depósito (DMPA, depot
medroxyprogesterone acetate), implantes, sistema uterino con liberación de levonorgestrel (LNG-IUS, levonorgestrel releasing intrauterine system) y
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el dispositivo intrauterino de cobre (Cu-IUD, copper intrauterine device). Por un estado particular de salud, cada método se clasifica en categorías
del
1 al 4. La calificación describe el perfil de seguridad de cada uno para una mujer típica con dicha situación: 1) ninguna restricción para el uso del
método; 2) las ventajas del método superan sus riesgos; 3) los riesgos del método superan sus ventajas, y 4) el método conlleva un riesgo
inaceptablemente alto para la salud.
Lactancia
La lactancia es un factor de salud incorporado en las guías de los US MEC. Cerca del 20% de las mujeres que lactan ovula a los tres meses después del
parto. La ovulación suele anteceder a la menstruación, razón, por la cual estas mujeres se encuentran expuestas al riesgo de embarazarse sin
desearlo. En el caso de mujeres que lactan de manera intermitente, se debe comenzar una técnica anticonceptiva eficaz como si no alimentaran a su
hijo. Además, la anticoncepción es esencial después de las primeras menstruaciones, salvo que se planee otro embarazo.
De los métodos disponibles, el dispositivo intrauterino de cobre no afecta la lactancia porque carece de hormonas. El estado de categoría 2 que se
presenta en el cuadro 5–2 refleja una mayor tasa de expulsión si se coloca durante el puerperio, pero más de 10 min después del parto.
Cuadro 5–2.
Criterios de elegibilidad médica de Estados Unidos para utilizar diversos métodos anticonceptivos durante la lactancia.
M é t o d oa
Categoría
C H Cb
Mujer que lacta
<21 días
4
21–30 días
3
30–42 díasc
2
>42 días
2
Mujer que no lacta
<21 días
4
21–42 díasc
2
>42 días
1
DMPA, POP, implantes
Mujer que lacta
<1 mes
2
≥1 mes
1
Mujer que no lacta
1
LNG-IUS
Mujer que lacta o no lacta
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<10 min
2
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10 min a ≤4 semanas
2
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Mujer que no lacta
1
LNG-IUS
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Mujer que lacta o no lacta
<10 min
2
10 min a ≤4 semanas
2
≥4 semanas
1
Fiebre puerperal
4
Cu-IUD
Mujer que lacta o no lacta
<10 min
1
10 min a ≤4 semanas
2
≥4 semanas
1
Fiebre puerperal
4
a El tiempo refleja el lapso a partir del parto.
b El grupo de anticonceptivos hormonales combinados (CHC combination hormonal contraceptive) incluye píldora, anillo vaginal y parche.
c Entre los riesgos asociados que incrementan la calificación de la categoría puerperal están edad ≥35 años, transfusión en el momento del parto; índice de masa
corporal ≥30; hemorragia puerperal, cesárea, tabaquismo y preeclampsia.
Cu-IUD, dispositivo intrauterino de cobre (copper intrauterine device); DMPA, acetato de medroxiprogesterona de depósito (depot medroxyprogesterone acetate);
LNG-IUS, sistema intrauterino con liberación de levonorgestrel (levonorgestrel releasing intrauterine system); POP, comprimido de progestágenos solos (progestin-
only pill).
Resumido de Curtis, 2016.
De forma ideal, iniciar anticonceptivos hormonales durante el puerperio es un proceso compartido de toma de decisiones entre el profesional de la
salud y la nueva madre (Bryant, 2019). En teoría, los progestágenos sistémicos pueden interferir con la producción inicial de leche materna; esto se
refleja en su estado de periparto de categoría 2 de las guías US MEC durante las primeras cuatro semanas después del parto. En las revisiones, los
autores describen la falta de evidencia para respaldar un efecto negativo en la anticoncepción del progestágeno en la lactancia (Gurtcheff, 2011;
Lopez, 2015c; Phillips, 2016; Tepper, 2016b). Sin embargo, debido a que el metabolismo de los progestágenos varía entre los individuos, es posible la
alteración de la lactancia materna a causa de diferencias individuales. Los anticonceptivos hormonales combinados son de categoría 2 o mayor
porque el componente de estradiol puede aumentar el riesgo de tromboembolia venosa (VTE, venous thromboembolism), en especial durante el
puerperio.
Adolescentes
La tasa de natalidad en adolescentes en Estados Unidos alcanzó su mínimo histórico en 2017 (Martin, 2018). A pesar de ello, la tasa de embarazo
adolescente en ese país es la más alta entre las naciones industrializadas, de 22 nacimientos por 1000 mujeres de 15 a 19 años de edad. Los
dispositivos intrauterinos y los implantes son seguros para las adolescentes y, por tanto, son recomendados por organismos nacionales como el
American College of Obstetricians and Gynecologists (2018a) y la American Academy of Pediatrics (2014). Es importante destacar que, en 2011, 75% de
los embarazos en adolescentes no fue intencional (Finer, 2016), por tanto, lo ideal es brindar asesoría anticonceptiva eficaz antes del comienzo de las
actividades sexuales. En muchas entidades de Estados Unidos, las menores tienen autoridad legal explícita para consentir los servicios
anticonceptivos y, en muchas áreas, hay clínicas que trabajan con fondos públicos que otorgan técnicas anticonceptivas gratuitas a las adolescentes
(Guttmacher Institute, 2014). Además, se pueden emprender técnicas anticonceptivas incluso sin exploración ginecológica ni métodos de detección de
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cáncer
cervicouterino.
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Perimenopausia
dispositivos intrauterinos y los implantes son seguros para las adolescentes y, por tanto, son recomendados por organismos nacionales como el
American College of Obstetricians and Gynecologists (2018a) y la American Academy of Pediatrics (2014). Es importante destacar que, en 2011, 75% de
los embarazos en adolescentes no fue intencional (Finer, 2016), por tanto, lo ideal es brindar asesoría anticonceptiva eficaz antes del comienzo de las
actividades sexuales. En muchas entidades de Estados Unidos, las menores tienen autoridad legal explícita para consentir los servicios Access Provided by:
anticonceptivos y, en muchas áreas, hay clínicas que trabajan con fondos públicos que otorgan técnicas anticonceptivas gratuitas a las adolescentes
(Guttmacher Institute, 2014). Además, se pueden emprender técnicas anticonceptivas incluso sin exploración ginecológica ni métodos de detección de
cáncer cervicouterino.
Perimenopausia
En la perimenopausia, la ovulación se torna irregular y poco a poco la mujer deja de ser fecunda. Sin embargo, sí hay embarazos, y en las mujeres >40
años cerca de la mitad de todos los embarazos no es deseado (Finer, 2011). Es importante señalar que el embarazo en la mujer de mayor edad conlleva
un riesgo más alto de morbilidad y mortalidad gravídicas. Las personas dentro de ese grupo también pueden tener problemas médicos concurrentes
que impidan la práctica de algunos métodos anticonceptivos. Los últimos síntomas perimenopáusicos pueden mejorarse con métodos
anticonceptivos hormonales. Se alienta a las mujeres a continuar el uso de anticonceptivos hasta que hayan alcanzado un año completo de
amenorrea.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS DE PRIMERA ELECCIÓN
Anticoncepción intrauterina
Hoy día, la anticoncepción intrauterina (IUC, intrauterine contraception) es utilizada por casi 12% de todas las usuarias de anticonceptivos en Estados
Unidos (figura 5–2) (Guttmacher Institute, 2018), lo que representa un aumento de seis veces desde 2002. Aun así, esta tasa sigue siendo mucho menor
que la tasa de anticoncepción intrauterina a nivel mundial, que es de 14% y, de manera específica, en China (40%) y el norte de Europa (11%) (Naciones
Unidas, 2013).
Figura 5–2.
Tasas de métodos anticonceptivos utilizados en el último mes por mujeres en Estados Unidos, 2014. La suma no es 100%, ya que no se incluyeron los
métodos de abstinencia ni los valores de anticoncepción de urgencia. DMPA, acetato de medroxiprogesterona de depósito (depot
medroxyprogesterone acetate); IUC, anticoncepción intrauterina (intrauterine contraception); NFP, planificación familiar natural (natural family
planning).
Algunos de los obstáculos para el uso de la anticoncepción intrauterina en Estados Unidos son su costo, normas y políticas e imposibilidad del
personal para ofrecer o aconsejar la utilización de esta técnica. A pesar de que los costos iniciales parecen altos, el lapso amplio de eficacia les
confiere una rentabilidad competitiva que no tienen las demás formas de evitar el embarazo.
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Sistema
intrauterino
liberación yde
levonorgestrel
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anticonceptivos
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Estos anticonceptivos se han vuelto más populares en Estados Unidos, y hoy día la Food and Drug Administration (FDA) aprueba cuatro tipos de
sistemas intrauterinos que liberan levonorgestrel (cuadro 5–3). Estos sistemas anticonceptivos son estructuras de polietileno en forma de T con el
Algunos de los obstáculos para el uso de la anticoncepción intrauterina en Estados Unidos son su costo, normas y políticas e imposibilidad del
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personal para ofrecer o aconsejar la utilización de esta técnica. A pesar de que los costos iniciales parecen altos, el lapso amplio de eficacia
les
confiere una rentabilidad competitiva que no tienen las demás formas de evitar el embarazo.
Sistema intrauterino con liberación de levonorgestrel
Estos anticonceptivos se han vuelto más populares en Estados Unidos, y hoy día la Food and Drug Administration (FDA) aprueba cuatro tipos de
sistemas intrauterinos que liberan levonorgestrel (cuadro 5–3). Estos sistemas anticonceptivos son estructuras de polietileno en forma de T con el
tallo encerrado por un cilindro que contiene polidimetilsiloxano y levonorgestrel (figura 5–3). El cilindro tiene una membrana permeable que regula la
liberación diaria continua de hormonas. Aunque de forma similar, cada tipo de dispositivo se puede distinguir por su tamaño, color de cuerda y
presencia o ausencia de una banda plateada en la unión del tallo y los brazos.
Cuadro 5–3.
Propiedades de los dispositivos intrauterinos.
Sustancia
activa
Cantidad de
Ancho ×
sustancia
altura
activa
(mm)
Diámetro del tubo
de inserción (mm)
Duración de uso
aprobada por la FDA
(años)
Color de
la cuerda
Anillo
Marca
de
de
plata
fábrica
Levonorgestrel
52 mg
32 × 32
4.4
5
Bronce
No
Mirena
Levonorgestrel
52 mg
32 × 32
4.8
5
Azul
No
Liletta
Levonorgestrel
19.5 mg
28 × 30
3.8
5
Azul
Sí
Kyleena
Levonorgestrel
13.5 mg
28 × 30
3.8
3
Bronce
Sí
Skyla,
Jaydess
Cobre
380 mm2
32 × 36
—
10
Blanco
No
ParaGard
Figura 5–3.
Dispositivos intrauterinos. A . T de cobre ParaGard 380A; B . Dispositivo que libera levonorgestrel.
Varios mecanismos mediados por el progestágeno pueden explicar la acción anticonceptiva del sistema uterino con liberación de levonorgestrel. El
progestágeno atrofia el endometrio, estimula el espesamiento del moco cervical, lo cual bloquea la penetración del espermatozoide en la cavidad
uterina, y puede disminuir la motilidad tubaria, lo que impide la unión del óvulo y el espermatozoide. También puede inhibir la ovulación, aunque es
un hecho inconstante (Nilsson, 1984).
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En el cuadro5:
5–4
se muestran
las contraindicaciones
señaladas por el fabricante para el uso del sistema uterino con liberación de levonorgestrel.
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Métodos
anticonceptivos
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mujer
tuvo un
embarazo
ectópico
previoTerms
puedeofestar
un riesgo
mayor
de repetir el problema por la menor motilidad tubaria causada
por la acción del progestágeno. En las que tienen leiomiomas uterinos, la colocación del sistema uterino con liberación de levonorgestrel puede ser
problemática si hay deformación de la cavidad del útero. Aunque no es un límite estricto, muchos estudios han incluido sólo úteros cuyo corresponde
Varios mecanismos mediados por el progestágeno pueden explicar la acción anticonceptiva del sistema uterino con liberación de levonorgestrel. El
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progestágeno atrofia el endometrio, estimula el espesamiento del moco cervical, lo cual bloquea la penetración del espermatozoide en laAccess
cavidad
uterina, y puede disminuir la motilidad tubaria, lo que impide la unión del óvulo y el espermatozoide. También puede inhibir la ovulación, aunque es
un hecho inconstante (Nilsson, 1984).
En el cuadro 5–4 se muestran las contraindicaciones señaladas por el fabricante para el uso del sistema uterino con liberación de levonorgestrel. La
mujer que tuvo un embarazo ectópico previo puede estar expuesta a un riesgo mayor de repetir el problema por la menor motilidad tubaria causada
por la acción del progestágeno. En las que tienen leiomiomas uterinos, la colocación del sistema uterino con liberación de levonorgestrel puede ser
problemática si hay deformación de la cavidad del útero. Aunque no es un límite estricto, muchos estudios han incluido sólo úteros cuyo corresponde
a ≤12 semanas.
Cuadro 5–4.
Contraindicaciones del fabricante para el uso de dispositivo intrauterino.
Dispositivos con cobre
Embarazo o sospecha de embarazo
Anomalía del útero con deformación de su cavidad
Enfermedad inflamatoria pélvica aguda o conducta actual que sugiere un mayor riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica
Endometritis posparto o posaborto en los últimos 3 meses
Cáncer uterino o cervicoturerino corroborado o presunto
Hemorragia del aparato genital de origen desconocido
Cervicitis mucopurulenta
Enfermedad de Wilson
Alergia a cualquier componente de ParaGard
Dispositivo intrauterino que se colocó antes y que no se extrajo
Dispositivos con liberación de levonorgestrel
Embarazo y sospecha de embarazo
Anomalía del útero con deformación de su cavidad
Enfermedad inflamatoria pélvica aguda o antecedente de la misma, salvo que haya habido más adelante un embarazo intrauterino
Endometritis posparto o aborto infectado en los últimos 90 días
Neoplasia uterina o cervicouterina confirmada o presunta
Hemorragia uterina de causa desconocida
Cervicitis o vaginitis agudas no tratadas u otras infecciones de la parte baja del aparato genital
Hepatopatía aguda o tumor en el hígado (benigno o maligno)
Mayor susceptibilidad a infección pélvica
Dispositivo intrauterino que se colocó y que no fue extraído
Hipersensibilidad a cualquier componente del dispositivo Mirena
Cáncer mamario confirmado o presunto u otros cánceres sensibles a progestágenos
Dispositivo intrauterino con T de cobre 380A
Comercializado como ParaGard, este dispositivo se compone de un cilindro fino cubierto por 314 mm2 de alambre delgado de cobre y un brazalete de
33 mm2 del mismo metal en cada brazo, de modo que la suma de tales superficies es de 380 mm2 de cobre. Como se indica en la figura 5–3, de la base
del cilindro fino se extienden dos filamentos. Se ha aprobado el uso de Cu-T 380A para una duración continua de 10 años, aunque se ha demostrado
que evita el embarazo incluso por 20 años si se usa de manera continua (Bahamondes, 2005).
La intensa reacción inflamatoria local inducida en el útero por los dispositivos de cobre facilita la activación lisosómica y otras acciones inflamatorias
que son espermicidas (Alvarez, 1988; Ortiz, 1987). En el caso remoto de que se produzca la fecundación, contra el blastocisto se dirigen las mismas
acciones inflamatorias. Por último, todo el endometrio se torna hostil e inadecuado para la implantación.
Asesoramiento para los métodos anticonceptivos intrauterinos
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Infección
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Algunas mejorías han permitido crear dispositivos más seguros y eficaces, aunque subsisten algunos efectos secundarios indeseados y también
conceptos erróneos sobre su empleo.
que evita el embarazo incluso por 20 años si se usa de manera continua (Bahamondes, 2005).
La intensa reacción inflamatoria local inducida en el útero por los dispositivos de cobre facilita la activación lisosómica y otras acciones inflamatorias
que son espermicidas (Alvarez, 1988; Ortiz, 1987). En el caso remoto de que se produzca la fecundación, contra el blastocisto se dirigen las mismas
acciones inflamatorias. Por último, todo el endometrio se torna hostil e inadecuado para la implantación.
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Asesoramiento para los métodos anticonceptivos intrauterinos
Infección
Algunas mejorías han permitido crear dispositivos más seguros y eficaces, aunque subsisten algunos efectos secundarios indeseados y también
conceptos erróneos sobre su empleo.
En primer lugar, el miedo a infecciones causadas por el dispositivo intrauterino impedía su empleo. Las mejorías en el diseño han aplacado tales
dudas de modo apreciable. Además, diversos estudios con diseño adecuado han indicado que la conducta sexual y las enfermedades de transmisión
sexual (STD, sexually transmitted disease) son factores importantes de riesgo.
Con los dispositivos actuales, no es necesario administrar antibióticos con fin profiláctico para la colocación en mujeres con poco riesgo de padecer
enfermedades de transmisión sexual (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2018c). De las <1 mujeres por cada 100 que padecen
infección dentro de los 20 días ulteriores a la colocación del dispositivo intrauterino, muchas tienen otra infección cervicouterina simultánea no
identificada. Por consiguiente, es importante detectar a todas aquellas que están expuestas a mayor riesgo de tener infecciones de transmisión sexual
en la zona baja del aparato reproductor antes de colocar el dispositivo o en el momento de hacerlo (Centers for Disease Control and Prevention, 2015;
Turok, 2016). Si el resultado de esta prueba de enfermedad de transmisión sexual es positivo y la paciente se encuentra asintomática, el dispositivo
intrauterino puede permanecer y se proporcionan antibióticos específicos. De forma alternativa, se supone que un número reducido de infecciones
pélvicas es causado por la contaminación intrauterina con la flora normal en el momento de la colocación. Por tal razón, es necesario que los
antibióticos elegidos para combatir cualquier infección pélvica sintomática en las primeras semanas después de colocar el dispositivo sean de amplio
espectro para proteger de forma adecuada contra dichos microorganismos.
El empleo de la anticoncepción intrauterina por largo tiempo no se relaciona con el incremento de las tasas de infección pélvica en mujeres que tienen
poco riesgo de padecer infecciones de transmisión sexual. De hecho, estas usuarias de largo plazo tienen una tasa de infección pélvica similar a la de
aquellas que usan anticonceptivos orales combinados. Cualquier infección pélvica que excede de 45 a 60 días debe considerarse de transmisión
sexual y tratarse de manera apropiada, como se describió en el capítulo 3 (Infecciones ginecológicas, Enfermedad inflamatoria pélvica). A menos que
se haya formado un absceso tuboovárico, las mujeres que desarrollan una infección del sistema urogenital con un dispositivo intrauterino colocado
no necesitan la extracción de éste. Se justifica una reevaluación clínica cercana, que estaría justificada para el tratamiento extrahospitalario de
cualquier paciente con enfermedad inflamatoria pélvica (Centers for Disease Control and Prevention, 2015).
Han surgido preocupaciones especiales respecto de las mujeres en quienes se identifica Actinomyces en el sistema urogenital inferior, con mayor
frecuencia durante el informe de la prueba de Papanicolaou. Fiorino (1996) observó una incidencia de 7% en las pruebas de Papanicolaou de las
usuarias de dispositivo intrauterino, en comparación con una incidencia de 1% en quienes no lo utilizan. Hoy día, en ausencia de síntomas, la
identificación incidental de Actinomyces en muestras citológicas tiene una importancia incierta. Para una mujer asintomática, el American College of
Obstetricians and Gynecologists (2017) favorece el tratamiento mediante vigilancia. Otras alternativas terapéuticas incluyen antibióticos orales,
extracción del dispositivo intrauterino o antibióticos más extracción del dispositivo. La actinomicosis pélvica sintomática es poco frecuente, pero
tiende a ser inconstante y grave. El tratamiento se describe en el capítulo 3 (Infecciones ginecológicas, Enfermedad inflamatoria pélvica crónica).
Nulíparas jóvenes
Incluidas las adolescentes, estas mujeres pueden usar anticoncepción intrauterina de manera segura (American College of Obstetricians and
Gynecologists, 2018a; Lohr, 2017). El etiquetado revisado ahora no impone restricciones al uso de anticoncepción intrauterina en función del número
de partos. Un bloqueo paracervical con lidocaína a 1% colocado inmediatamente antes de la inserción del dispositivo intrauterino puede reducir de
modo notable las puntuaciones de dolor para nulíparas de 14 a 22 años (Akers, 2017). Sin embargo, para todas las mujeres, la administración de
misoprostol antes de la inserción del dispositivo intrauterino no mejora la eficacia de este procedimeinto y puede aumentar el dolor asociado con la
inserción (Matthews, 2016; Lathrop, 2013).
Mujeres infectadas por el virus de inmunodeficiencia humana
La anticoncepción intrauterina es apropiada para mujeres con infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV, human immunodeficiency
virus) que cumplen con otros criterios habituales para la inserción del dispositivo intrauterino. Ningún dispositivo de este tipo genera tasas más altas
de complicaciones causadas por sí mismo, si se emplea en tal población. Además, al parecer dichos dispositivos no afectan de manera adversa la
propagación del virus ni la eficacia de los antirretrovirales (Tepper, 2016a).
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CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
Colocación
del dispositivo
intrauterino
después
de aborto
o parto
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Un momento óptimo en el que mejor se pueden ofrecer las medidas anticonceptivas es el que sigue al aborto o al parto. En el caso de mujeres con un
Mujeres infectadas por el virus de inmunodeficiencia humana
La anticoncepción intrauterina es apropiada para mujeres con infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV, human immunodeficiency
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virus) que cumplen con otros criterios habituales para la inserción del dispositivo intrauterino. Ningún dispositivo de este tipo genera tasas
más altas
de complicaciones causadas por sí mismo, si se emplea en tal población. Además, al parecer dichos dispositivos no afectan de manera adversa la
propagación del virus ni la eficacia de los antirretrovirales (Tepper, 2016a).
Colocación del dispositivo intrauterino después de aborto o parto
Un momento óptimo en el que mejor se pueden ofrecer las medidas anticonceptivas es el que sigue al aborto o al parto. En el caso de mujeres con un
aborto en el primero o el segundo trimestres inducido o espontáneo, es posible colocar de inmediato un dispositivo intrauterino después de la
evacuación uterina. Las técnicas de colocación dependen del tamaño del útero. Después de la evacuación de un producto del primer trimestre, la
longitud de la cavidad uterina rara vez rebasa los 12 cm. En tales casos, se puede aplicar el dispositivo intrauterino con el colocador que se incluye en
el empaque. Si la cavidad uterina es más grande, se puede colocar el dispositivo con pinzas de anillos y orientación ecográfica.
En quienes se coloca el dispositivo intrauterino inmediatamente después de aborto inducido, la tasa de repetición de ese tipo de aborto es sólo de una
tercera parte de las mujeres que no se deciden por la colocación inmediata del dispositivo (Goodman, 2008; Heikinheimo, 2008). Como puede
esperarse, el riesgo de expulsión del dispositivo intrauterino es un poco mayor si se aplica en seguida del aborto provocado o espontáneo, pero las
ventajas de prevenir embarazos no planeados son mayores y superan tal inconveniente (Bednarek, 2011; Fox 2011; Okusanya, 2014).
También se ha estudiado la inserción de un dispositivo intrauterino inmediatamente después del parto vaginal o por cesárea. Además, para la
puérpera con mayor riesgo de complicaciones futuras del embarazo, la Society for Maternal Fetal Medicine (2019) fomenta la inserción inmediata de
anticonceptivos reversibles de acción prolongada posparto para las pacientes elegibles. La colocación a mano o usando un instrumento tiene una tasa
de expulsión similar (Xu, 1996).
Como ocurre con la colocación después de aborto, las tasas de expulsión a los seis meses son mayores que las observadas en mujeres cuyo
dispositivo intrauterino se colocó después de la involución uterina completa (Lopez, 2015a). En un estudio, la tasa de expulsión en el primer grupo se
acercó a 25% (Chen, 2010). Sin embargo, incluso en estas circunstancias, la aplicación inmediata puede ser beneficiosa porque en algunas
poblaciones incluso 40% de las mujeres no retorna a la consulta posparto (Ogburn, 2005). Por último, según los US MEC, la colocación posparto
pertenece a la categoría 1 o 2, es decir, las ventajas siempre son mayores y superan a los riesgos si no hay infección puerperal (cuadro 5–2).
A pesar de estos hallazgos, muchas mujeres deciden diferir la colocación para semanas después del parto. Colocar el dispositivo a las dos semanas es
muy satisfactorio, y en las Parkland System Family Planning Clinics se programa a las seis semanas del puerperio para asegurar la involución total del
útero.
Cambios menstruales
A menudo, la anticoncepción intrauterina puede acompañarse de cambios en los patrones de la menstruación. A las mujeres que aceptan la
colocación de Cu-T 380A se les informa que pueden intensificarse la dismenorrea y la expulsión de sangre menstrual. De manera objetiva, por lo
regular no cabe esperar ningún cambio de importancia clínica en los niveles de hemoglobina (Tepper, 2013). La administración de antiinflamatorios
no esteroideos (NSAID, nonsteroidal antiinflammatory drugs) por lo regular disminuye el volumen de sangre (incluso llega a cantidades normales) y
también reduce la dismenorrea (Grimes, 2006). Sin embargo, el sangrado intermenstrual casi nunca mejora con estos medicamentos (Godfrey, 2013).
En el caso del sistema uterino con liberación de levonorgestrel, se orienta a la mujer para que no se alarme por la expulsión irregular de gotas de
sangre incluso seis meses después de la colocación del mismo y, más adelante, el volumen de su menstruo será menor e incluso puede llegar a la
amenorrea. El dispositivo del sistema uterino con liberación de levonorgestrel aminora la expulsión de sangre menstrual y es un tratamiento eficaz en
algunas pacientes con menstruo abundante. Lo anterior suele acompañarse de mejoría de la dismenorrea.
Expulsión o perforación
Cerca de 5% de las mujeres expulsa de manera espontánea su dispositivo en el primer año de uso; lo más probable es que suceda en el primer mes.
Por consiguiente, se orienta a la mujer a que palpe y perciba de manera periódica los filamentos marcadores que sobresalen del orificio cervical. Esto
debe realizarlo sentada en el borde de una silla o en cuclillas y después introducir el dedo medio en la vagina hasta llegar al cuello uterino. Luego de la
colocación del dispositivo intrauterino, se reprograma a la mujer para una nueva consulta en unas semanas, por lo común después de concluir el ciclo
menstrual. En dicha consulta, se atienden todos los efectos secundarios, y para confirmar la colocación del dispositivo intrauterino se visualizan los
filamentos marcadores. Algunos autores recomiendan anticonceptivos de barrera para tener la certeza de evitar embarazos en el primer mes. Lo
anterior quizá sea muy conveniente cuando la mujer ya ha expulsado en otras ocasiones un dispositivo.
El útero se puede
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o con un dispositivo intrauterino. Algunas perforaciones generan manifestaciones clínicas y otras
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Métodos
anticonceptivos
y
esterilización,
son asintomáticas. Su frecuencia depende de la habilidad del médico y se calcula que es de cerca de 1 a 2 casos por 1000 colocaciones (Barnett,
2017).
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En algunas pacientes, la perforación parcial en el momento de la colocación es seguida de migración del dispositivo completamente a través de la
pared uterina.
debe realizarlo sentada en el borde de una silla o en cuclillas y después introducir el dedo medio en la vagina hasta llegar al cuello uterino. Luego de la
colocación del dispositivo intrauterino, se reprograma a la mujer para una nueva consulta en unas semanas, por lo común después de concluir el ciclo
menstrual. En dicha consulta, se atienden todos los efectos secundarios, y para confirmar la colocación del dispositivo intrauterino se visualizan los
filamentos marcadores. Algunos autores recomiendan anticonceptivos de barrera para tener la certeza de evitar embarazos en el primer Access
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anterior quizá sea muy conveniente cuando la mujer ya ha expulsado en otras ocasiones un dispositivo.
El útero se puede perforar con una sonda uterina o con un dispositivo intrauterino. Algunas perforaciones generan manifestaciones clínicas y otras
son asintomáticas. Su frecuencia depende de la habilidad del médico y se calcula que es de cerca de 1 a 2 casos por 1000 colocaciones (Barnett, 2017).
En algunas pacientes, la perforación parcial en el momento de la colocación es seguida de migración del dispositivo completamente a través de la
pared uterina.
Filamentos marcadores
En algunas mujeres, los filamentos marcadores no se palpan ni se visualizan con el espéculo. Mientras se hacen los estudios, la mujer no embarazada
debe recurrir a otras técnicas anticonceptivas. Las posibilidades son que hubo expulsión imperceptible del dispositivo, el dispositivo intrauterino
perforó de manera completa o parcial el útero, la mujer está embarazada y el útero al agrandarse arrastró el dispositivo hacia arriba, o bien, los
filamentos marcadores están ocultos de forma temporal en el interior del conducto endocervical. Salvo que la paciente corrobore la expulsión, se
considerará que el dispositivo está colocado todavía.
En el comienzo, se puede utilizar un cepillo endocervical o un instrumento similar para arrastrar con suavidad el filamento y expulsarlo del conducto
cervical. Si no se logra tal objetivo, se cuenta con dos opciones, por lo menos. Después de descartar que la mujer esté embarazada, se sondea con toda
suavidad la cavidad uterina con un instrumento, como las pinzas de Randall para cálculos o un cilindro fino con un extremo en gancho. Con este
método se identifican los filamentos o el dispositivo. Si no se obtienen buenos resultados, en este punto, o tal vez como primera opción, se obtiene
ecografía transvaginal (TVS, transvaginal sonography). Como se describió en el capítulo 2 (Técnicas utilizadas para estudios de imagen en ginecología,
Técnicas de exploración), la ecografía transvaginal tridimensional define mejor la visualización del dispositivo (Moschos, 2011). Si no se detecta el
dispositivo dentro de la cavidad o las paredes uterinas, es posible localizarlo por medio de una radiografía abdominal, con una sonda uterina
colocada o sin ella. Otra opción sería la histeroscopia.
Las decisiones para el tratamiento dependen del sitio donde está el dispositivo y si hay presencia de un embarazo intrauterino. En primer lugar, la
penetración del dispositivo en la pared uterina puede tener grados variables, lo que hace necesario extraerlo. Los dispositivos cuya ubicación es
intrauterina de manera predominante, se extraen de manera habitual por histeroscopia. A diferencia de ello, los que han atravesado casi por
completo la pared uterina se extraen con mayor facilidad por laparoscopia.
Para las mujeres con un dispositivo intrauterino intraabdominal, si éste es de material inerte y está ubicado fuera del útero puede causar daño, pero
no de manera universal. Se han notificado perforaciones intestinales tanto del colon como del intestino delgado, así como la presencia de fístulas
intestinales. En situaciones más frecuentes, una vez identificados por vía laparoscópica, los dispositivos inertes pueden recuperarse con facilidad
mediante laparoscopia. Por el contrario, un dispositivo de cobre extrauterino induce una inflamación intensa con adherencias. Dado que éstas
pueden estar adheridas con mayor fuerza, puede ser necesaria la laparotomía (Balci, 2010). Los dispositivos intrauterinos adheridos al epiplón o al
intestino delgado pueden moverse con estos órganos desde su ubicación radiográfica preoperatoria. En raras ocasiones, es posible la necesidad de
una radiografía transoperatoria o fluoroscopia para localizar dichos dispositivos.
En quienes coexisten el embarazo y el dispositivo intrauterino, es importante la identificación de la gestación en su fase temprana. Más o menos hasta
las 14 semanas de embarazo se identifica la cola o los filamentos dentro del cuello uterino y, en caso de que se detecte, se le sujetan para retirar el
dispositivo intrauterino completo; tal maniobra disminuye la frecuencia de complicaciones ulteriores, como aborto tardío, septicemia y parto
prematuro (Brahmi, 2012). Tatum y colaboradores (1976) señalaron una tasa de aborto de 54% con el dispositivo intrauterino en su sitio, en
comparación con 25% si se le extraía pronto. En otro estudio de dispositivo intrauterino de cobre, los resultados se compararon en los dos grupos de
mujeres con y sin extracción del dispositivo, así como con la población obstétrica general. Casi siempre el grupo de mujeres con un dispositivo
intrauterino colocado tuvo los peores resultados.
Se recomienda extraer el dispositivo intrauterino si se desea continuar el embarazo. Sin embargo, si no se identifica la cola o los filamentos, los
intentos de localizarlos y extraer el dispositivo pueden culminar en pérdida del embarazo. Este riesgo debe sopesarse con el de dejar en su sitio el
dispositivo. Si se intenta la extracción, se utiliza ecografía transvaginal. Cuando los intentos de extracción son seguidos por signos de infección, se
comienza el tratamiento con antibióticos para seguir con la evacuación inmediata del útero.
Embarazo ectópico
La anticoncepción intrauterina es eficaz para evitar todo tipo de embarazos. Sin embargo, los mecanismos de acción de la anticoncepción intrauterina
son más eficaces para evitar la implantación dentro del útero. Por consiguiente, en caso de ineficacia de la anticoncepción intrauterina, es posible que
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una mayor proporción
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fuera del útero, es decir, sean ectópicas (Furlong, 2002).
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Procedimientos de inserción
La Food and Drug Administration (FDA) exige que antes de colocar un dispositivo intrauterino, la mujer reciba un folleto en que se señalen de manera
comienza el tratamiento con antibióticos para seguir con la evacuación inmediata del útero.
Embarazo ectópico
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La anticoncepción intrauterina es eficaz para evitar todo tipo de embarazos. Sin embargo, los mecanismos de acción de la anticoncepción intrauterina
son más eficaces para evitar la implantación dentro del útero. Por consiguiente, en caso de ineficacia de la anticoncepción intrauterina, es posible que
una mayor proporción de gestaciones se sitúen fuera del útero, es decir, sean ectópicas (Furlong, 2002).
Procedimientos de inserción
La Food and Drug Administration (FDA) exige que antes de colocar un dispositivo intrauterino, la mujer reciba un folleto en que se señalen de manera
detallada los efectos secundarios y los riesgos evidentes de su uso. El momento que se elija para la inserción influye en la facilidad de colocación y
repercute también en las tasas de embarazo y de expulsión. Cuando la colocación se lleva a cabo al final del ciclo menstrual normal, momento en que
el cuello está más blando y un poco más dilatado, la introducción puede ser más fácil y así se descarta embarazo temprano. Sin embargo, la inserción
no se lleva a cabo sólo en esa fecha. Para la paciente que tiene la seguridad de no estar embarazada y no desea estarlo, puede intentarse la inserción
en cualquier fecha del ciclo menstrual. La colocación inmediatamente en el puerperio o después del aborto también es factible, como ya se expuso.
Antes de su colocación, se lleva a cabo una exploración ginecológica para identificar la posición y el tamaño del útero. El ginecólogo valora a la
paciente en busca de anomalías porque pueden constituir un elemento que contraindique el uso del dispositivo. Cuando hay evidencia de infección,
como secreción mucopurulenta o vaginitis importante, se administra el tratamiento apropiado para que se resuelva antes de la colocación.
Para combatir el dolor, no se ha decidido cuál es el método de analgesia más eficaz, y las preferencias de la paciente y de su médico son las que
orientan su selección. Es útil aplicar la crema de lidocaína-prilocaína localmente o colocar un bloqueo paracervical antes de la inserción (Samy, 2019).
Como se señaló, las nulíparas jóvenes pueden sufrir menos dolor si se administra un bloqueo paracervical con 1% de lidocaína inmediatamente antes
de la inserción del dispositivo intrauterino (Akers, 2017).
El uso de ketorolaco o naproxeno también tiene algún respaldo basado en evidencia. Pero la mayoría de los otros fármacos antiinflamatorios no
esteroides, el gel de lidocaína tópica o el misoprostol no reducen el dolor de la inserción (Lopez, 2015b; Samy, 2019).
Inmediatamente antes de iniciar el procedimiento de inserción se realiza una exploración bimanual para valorar el tamaño, la forma y la posición del
útero. Después de la colocación del espéculo, la superficie cervical se limpia con una solución antiséptica y se coloca un tenáculo en el labio cervical.
La ecografía del útero permitirá guiar la colocación profunda correcta. Los pasos de inserción específicos para un dispositivo dado se resumen e
ilustran en el documento de información de prescripción que acompaña a cada dispositivo intrauterino. Si durante la inserción la colocación correcta
del dispositivo es incierta, puede verificarse su ubicación mediante inspección ecográfica. Si el dispositivo no se colocó en su totalidad dentro del
útero, se le extraerá y sustituirá por otro nuevo. Es importante no colocar por segunda vez un dispositivo expulsado en forma total o parcial.
Implantes de progestágeno
Se puede evitar la concepción con un dispositivo que contenga progestágeno, implantado en un plano subdérmico y que libere la hormona durante
muchos años. Tales dispositivos están recubiertos de un polímero para evitar la fibrosis a su alrededor. Se han creado varios sistemas, pero sólo uno
se distribuye en Estados Unidos. El primer implante, un sistema que liberaba levonorgestrel de seis barras finas de silástico, fue retirado del mercado
estadounidense. Al parecer, las barras de silicona ocasionaban síntomas mal definidos que se revertían con la extracción. La FDA aprobó un nuevo
sistema de levonorgestrel de dos barras, Jadelle (Sivin, 2002), aunque no se comercializa ni distribuye en Estados Unidos, el cual provee
anticoncepción durante cinco años y en varios países de Asia y África se ha aprobado su uso (Steiner, 2010).
En la actualidad el implante Nexplanon es el único anticonceptivo subdérmico que se comercializa en Estados Unidos. Este implante subdérmico de
una sola barra contiene 68 mg del progestágeno etonogestrel, cubierto por un copolímero de acetato de etilenvinilo. El Nexplanon ha sustituido a otro
implante anterior con etonogestrel, el Implanon.
En el caso del Nexplanon se logra el efecto anticonceptivo gracias al progestágeno liberado en forma continua para suprimir la ovulación, hacer más
espeso el moco cervical e inducir la atrofia del endometrio. El implante con dicha sustancia impedirá la concepción incluso durante tres años.
Transcurrida esa fecha se extrae el dispositivo y se puede colocar otra barra dentro del mismo sitio de incisión. Las contraindicaciones para el uso de
dicho dispositivo son similares a las citadas con otros métodos que contienen progestágenos. De manera específica, incluyen embarazo, trombosis o
trastornos tromboembólicos, tumores hepáticos benignos o malignos, hepatopatía activa, expulsión anormal de sangre de genitales, no
diagnosticada, o cáncer de mama (Merck, 2018). Es importante advertir a las mujeres que Nexplanon ocasiona irregularidad de la menstruación que no
se normaliza con el paso del tiempo. Por consiguiente, las mujeres que no toleran la expulsión de gotas o mayor cantidad de sangre en forma
impredecible e irregular deben escoger otro método.
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El implante anticonceptivo
(Nexplanon)
por vía subdérmica. En 2018, Merck lanzó nuevas recomendaciones para la ubicación de la inserción
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de este implante, el cual debe colocarse sobre el tríceps a 8 a 10 cm del epicóndilo medial del húmero y 3 a 5 cm medial al surco (sulcus) que se
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encuentra entre los músculos bíceps y tríceps (Merck, 2018). Esta ubicación está destinada a evitar los grandes vasos sanguíneos y los nervios que se
encuentran dentro y alrededor del surco. La colocación subdérmica es esencial, y una inserción más profunda puede provocar lesiones nerviosas y
dicho dispositivo son similares a las citadas con otros métodos que contienen progestágenos. De manera específica, incluyen embarazo, trombosis o
trastornos tromboembólicos, tumores hepáticos benignos o malignos, hepatopatía activa, expulsión anormal de sangre de genitales, no
diagnosticada, o cáncer de mama (Merck, 2018). Es importante advertir a las mujeres que Nexplanon ocasiona irregularidad de la menstruación que no
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se normaliza con el paso del tiempo. Por consiguiente, las mujeres que no toleran la expulsión de gotas o mayor cantidad de sangre en forma
impredecible e irregular deben escoger otro método.
El implante anticonceptivo (Nexplanon) se inserta por vía subdérmica. En 2018, Merck lanzó nuevas recomendaciones para la ubicación de la inserción
de este implante, el cual debe colocarse sobre el tríceps a 8 a 10 cm del epicóndilo medial del húmero y 3 a 5 cm medial al surco (sulcus) que se
encuentra entre los músculos bíceps y tríceps (Merck, 2018). Esta ubicación está destinada a evitar los grandes vasos sanguíneos y los nervios que se
encuentran dentro y alrededor del surco. La colocación subdérmica es esencial, y una inserción más profunda puede provocar lesiones nerviosas y
migración intravascular (Odom, 2017; Rowlands, 2017). Inmediatamente después de la inserción, el profesional de la salud y el paciente deben
documentar que el dispositivo es palpable debajo de la piel.
Cuando se retira el implante anticonceptivo, esta ubicación superficial permite su extracción en el consultorio. Antes de la extracción, la presión sobre
el extremo proximal del dispositivo debe elevar su punta distal. La incapacidad de apreciar la punta distal puede indicar que la ubicación del
dispositivo es profunda. En este caso, se prefiere que la extracción la lleve a cabo un profesional de la salud con experiencia y conocimiento de la
anatomía de la parte superior del brazo (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019b; Laumonerie, 2018). Para casos de rutina,
después de la limpieza quirúrgica del sitio se hace una pequeña incisión lo suficientemente grande como para admitir las puntas hemostáticas. El
implante se sujeta y se retira. Si se desea, es posible colocar una nueva barra al mismo tiempo. Con las recomendaciones más recientes para la
ubicación de la inserción, es posible que la barra de reemplazo deba colocarse en un lugar diferente.
Si no se palpa el dispositivo, se pueden realizar radiografías, tomografía computarizada (CT, computed tomography), ecografía o imágenes por
resonancia magnética (MR, magnetic resonance). Norplant y Jadelle también son radioopacos. Esto es una ventaja que no ofrece Implanon, y para
localizarlo se necesita ecografía con un transductor de 10 a 15 mHz o imágenes por resonancia magnética (Shulman, 2006). En el caso muy poco
frecuente de que no se palpe ni se identifique por medios radiológicos el implante de etonogestrel, habrá que entrar en comunicación con el
fabricante (1-877-888-4231) y hacer arreglos para medir el nivel de dicho progestágeno (Merck, 2018).
Técnicas anticonceptivas permanentes: esterilización
En 2014, la esterilización quirúrgica fue la técnica anticonceptiva notificada más a menudo en mujeres en edad de procreación en Estados Unidos
(Guttmacher Institute, 2018). Es difícil conocer la frecuencia real de su práctica, porque casi todas las esterilizaciones tubarias y las vasectomías de
intervalo se realizan en centros quirúrgicos ambulatorios. Sin embargo, según la National Survey of Family Growth, cada año se llevan a cabo en
Estados Unidos cerca de 643 000 esterilizaciones tubarias (Chan, 2010).
Esterilización tubaria
Esta técnica consiste en ocluir o seccionar las trompas de Falopio para evitar el paso del óvulo y, con ello, la fecundación. Según el National Health
Statistics Report, en Estados Unidos 25% de las mujeres que no desean concebir en ese país utilizan dicho método (Daniels, 2015). Los procedimientos
de esterilización tubaria se realizan junto con aproximadamente 7% de los partos (Moniz, 2017). Los procedimientos con esta temporalidad se
denominan esterilización puerperal. El procedimiento de esterilización tubaria realizado en un momento no relacionado con el embarazo reciente se
denomina esterilización tubaria no puerperal o esterilización por intervalos. Hoy día, la esterilización tubaria no puerperal se lleva a cabo
principalmente mediante laparoscopia.
Métodos para interrupción tubaria
Tres métodos, junto con sus modificaciones, se utilizan para la interrupción tubaria. Comprenden la aplicación de diversos anillos o clips
permanentes en las trompas de Falopio, la electrocoagulación de un segmento de la trompa o la ligadura con material de sutura con ablación (o sin
ella) de un segmento tubario. En una revisión Cochrane, Lawrie y colaboradores (2016) concluyeron que todas las técnicas mencionadas son eficaces y
evitan el embarazo.
La electrocoagulación se utiliza para destruir un segmento de la trompa y tal técnica se practica con corriente unipolar o bipolar. La coagulación
unipolar tiene la tasa más baja de ineficacia a largo plazo, pero posee la tasa más alta de complicaciones graves y, por esta razón, entre las opciones
citadas, muchos cirujanos se inclinan por la coagulación bipolar (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019a).
Los métodos mecánicos de oclusión tubaria se llevan a cabo con: 1) una banda de caucho siliconizado, como el anillo Falope o el anillo tubario; 2) el
clip con resorte Hulka-Clemens, conocido también como clip Wolf, o 3) el clip de titanio recubierto de silicona Filshie. En el capítulo 44 (Cirugía de
mínima invasión, Esterilización laparoscópica y remoción de Essure) se incluyen las fases de colocación de tales métodos. En un estudio con
asignación al azar de 2746 mujeres, Sokal y colaboradores (2000) compararon el anillo tubario y el clip Filshie y señalaron tasas similares de seguridad
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y tasas de embarazo
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mujeres. Todos estos métodos mecánicos de oclusión tienen una tasa favorable de buenos resultados a
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largo plazo.
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La ligadura con sutura y la ablación de un segmento de la trompa se usa más a menudo para la esterilización puerperal. Los métodos incluyen
Parkland, Pomeroy y Pomeroy modificado, que se ilustran en el capítulo 43 (Cirugía de enfermedades ginecológicas benignas, Salpingectomía parcial
citadas, muchos cirujanos se inclinan por la coagulación bipolar (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019a).
Los métodos mecánicos de oclusión tubaria se llevan a cabo con: 1) una banda de caucho siliconizado, como el anillo Falope o el anillo tubario; 2) el
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clip con resorte Hulka-Clemens, conocido también como clip Wolf, o 3) el clip de titanio recubierto de silicona Filshie. En el capítulo 44 (Cirugía
de
mínima invasión, Esterilización laparoscópica y remoción de Essure) se incluyen las fases de colocación de tales métodos. En un estudio con
asignación al azar de 2746 mujeres, Sokal y colaboradores (2000) compararon el anillo tubario y el clip Filshie y señalaron tasas similares de seguridad
y tasas de embarazo anuales de 1.7 por 1000 mujeres. Todos estos métodos mecánicos de oclusión tienen una tasa favorable de buenos resultados a
largo plazo.
La ligadura con sutura y la ablación de un segmento de la trompa se usa más a menudo para la esterilización puerperal. Los métodos incluyen
Parkland, Pomeroy y Pomeroy modificado, que se ilustran en el capítulo 43 (Cirugía de enfermedades ginecológicas benignas, Salpingectomía parcial
interválica).
También es variable la vía de acceso en el abdomen para la esterilización. La ligadura tubaria por laparoscopia es el método principal usado en
Estados Unidos para esterilizar a no puérperas. Por lo regular, esto se efectúa en un entorno quirúrgico ambulatorio, con anestesia general y la mujer
es dada de alta horas después. También, algunas eligen la minilaparotomía con una incisión suprapúbica de 3 cm; esta técnica tiene gran aceptación
en países con pocos recursos. Con la laparoscopia o la minilaparotomía, pocas veces hay complicaciones graves. Sin embargo, las complicaciones
menores mostraron una frecuencia del doble en el caso de la minilaparotomía en una revisión de Kulier y colaboradores (2004). Por último, es posible
penetrar en la cavidad peritoneal por medio de una colpotomía en el fondo de saco posterior de la vagina, aunque tal vía de acceso no se usa mucho.
Asesoramiento
Para realizar este método planeado de esterilización, la paciente debe solicitarlo y saber sin la menor duda que es permanente e irreversible. Se
asesora a cada mujer en cuanto a otras opciones anticonceptivas y su eficacia. Muchas mujeres también pueden tener dudas o malentendidos sobre
posibles resultados a largo plazo después de la esterilización femenina. Como con cualquier intervención quirúrgica, se evalúan los riesgos
quirúrgicos y, en ocasiones, el procedimiento puede estar contraindicado.
Salpingectomía para reducir el riesgo
La Society of Gynecologic Oncology recomienda considerar la salpingectomía bilateral oportunista como una medida preventiva contra los cánceres
serosos de ovario y peritoneo entre las mujeres que tienen un riesgo promedio de cáncer ovárico y se someten a otra cirugía pélvica o esterilización al
finalizar la maternidad (Walker, 2015). Se cree que la mayoría de los cánceres serosos pélvicos se origina en la parte distal de la trompa de Falopio
(Erickson, 2013). Y, aunque hoy día es teórico, la salpingectomía bilateral puede reducir las tasas de cáncer ovárico (Falconer, 2015; Lessard-Anderson,
2014). Como se expone en el capítulo 35 (Cáncer ovárico epitelial, Tumores con bajo potencial maligno), tal situación puede tener importancia especial
para la mujer que está expuesta al máximo riesgo de presentar tales neoplasias, y en particular las pacientes que tienen mutaciones de BRCA1 o
BRCA2. Si se escoge la salpingectomía para disminuir riesgos en mujeres con mutaciones de BRCA, la solicitud para estudio histopatológico debe
señalar dicha información genética. Esto hace que el seccionamiento y la evaluación de las muestras tubáricas sean más minuciosos.
En mujeres de bajo riesgo, dado que el riesgo de cáncer ovárico es menor de 2%, es posible que no esté justificada la salpingectomía como técnica
aislada, para disminuir riesgos. Sin embargo, si se planea la esterilización tubaria, se debe aconsejar a las mujeres sobre los riesgos y beneficios de la
salpingectomía en comparación con la ligadura tubaria. Los datos de estudios epidemiológicos encuentran que la ligadura tubaria ofrece una
disminución aproximada de 30% en las tasas de cáncer ovárico (Rice, 2012; Sieh, 2013). En estudios similares se comprobó que la salpingectomía
puede reducir el riesgo 42% a 78% (Gockley, 2018). Como otra ventaja, la cirugía tubaria posterior puede evitarse después de la salpingectomía total.
Los estudios retrospectivos han informado que la salpingectomía laparoscópica tiene una tasa de pérdida de sangre y complicaciones similar en
comparación con la ligadura tubaria (Kim, 2019; Powell, 2017; Westberg, 2017). Sin embargo, aún no se han realizado estudios prospectivos de tamaño
o duración suficientes para demostrar la verdadera relación riesgo-beneficio para las mujeres. La salpingectomía alarga ligeramente el tiempo
quirúrgico y quizá requiera puertos laparoscópicos adicionales. Por último, con la salpingectomía total para la esterilización, pocos datos describen
los posibles efectos sobre la reserva ovárica por la interrupción del suministro de sangre. En un pequeño estudio que comparó las dos cirugías, no se
encontraron diferencias en la concentración de hormona antimülleriana, que es una medida de la reserva ovárica (Ganer Herman, 2017; Findley 2013).
Por tanto, las mujeres que tienen un riesgo promedio y que solicitan anticoncepción permanente deben recibir asesoría completa sobre los riesgos y
beneficios de la salpingectomía bilateral en comparación con la ligadura tubaria.
Arrepentimiento
De manera invariable, algunas mujeres expresarán su arrepentimiento después de haberse esterilizado. En un estudio CREST, Jamieson y
colaboradores (2002) señalaron que a los cinco años, 7% de las mujeres en quienes se había practicado la ligadura de trompas mostró
arrepentimiento; lo anterior no se limita a la esterilización de la mujer, porque 6% de aquéllas cuyo esposo se sometió a la vasectomía también señaló
arrepentimiento.
La probabilidad
acumulada
de arrepentimiento en un lapso de 14 años de esterilización fue de 20% para pacientes ≤30 años en el
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Métodos
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y
esterilización,
momento de la esterilización, en comparación con sólo 6% para quienes eran mayores de esa edad (Hillis, 1999).
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Ninguna mujer debe someterse a esterilización tubaria con la idea de que la fecundidad posterior está garantizada con la reanastomosis quirúrgica o
con técnicas de reproducción asistida, pues son métodos que plantean dificultades técnicas, son caros y no siempre se obtienen buenos resultados.
Arrepentimiento
De manera invariable, algunas mujeres expresarán su arrepentimiento después de haberse esterilizado. En un estudio CREST, Jamieson yAccess Provided by:
colaboradores (2002) señalaron que a los cinco años, 7% de las mujeres en quienes se había practicado la ligadura de trompas mostró
arrepentimiento; lo anterior no se limita a la esterilización de la mujer, porque 6% de aquéllas cuyo esposo se sometió a la vasectomía también señaló
arrepentimiento. La probabilidad acumulada de arrepentimiento en un lapso de 14 años de esterilización fue de 20% para pacientes ≤30 años en el
momento de la esterilización, en comparación con sólo 6% para quienes eran mayores de esa edad (Hillis, 1999).
Ninguna mujer debe someterse a esterilización tubaria con la idea de que la fecundidad posterior está garantizada con la reanastomosis quirúrgica o
con técnicas de reproducción asistida, pues son métodos que plantean dificultades técnicas, son caros y no siempre se obtienen buenos resultados.
Las tasas de embarazo varían mucho con la edad, el tramo de trompa restante y la tecnología utilizada. Las tasas de embarazos varían de 50% a 90%
con la reversión quirúrgica (Deffieux, 2011). Es importante destacar que existe el riesgo de que los embarazos posteriores a la reanastomosis de la
esterilización tubaria sean ectópicos.
Ineficacia del método
No siempre son evidentes las causas por las cuales son ineficaces los métodos de esterilización tubaria de intervalo, aunque algunas se han
identificado. En primer lugar, puede haber error quirúrgico y quizás abarca 30% a 50% de los casos. Segundo, la fístula tubaria tal vez complique los
métodos de oclusión. A pesar de que a veces surgen con técnicas de electrocoagulación, es probable que las fístulas por aplicación inadecuada o
deficiente de la corriente eléctrica sean menos frecuentes en la actualidad porque se utiliza siempre un amperímetro. En algunos casos, la ineficacia
del método puede deberse a la reanastomosis espontánea de los segmentos tubarios. En el caso de clips defectuosos, la oclusión puede ser
incompleta. Por último, quizás haya un embarazo en fase luteínica y esto es ejemplo de la situación en la que una mujer estaba ya embarazada cuando
se llevó a cabo la técnica; tal vez se evite tal eventualidad si se programa la cirugía durante la fase folicular del ciclo menstrual, y antes de dicha
intervención debe cuantificarse la gonadotropina coriónica humana (hCG, human chorionic gonadotropin).
La mejor tasa de ineficacia general estimada con la esterilización tubaria laparoscópica proviene de los estudios CREST informados por Peterson y
colaboradores (1999). La tasa de ineficacia global informada a través de los estudios CREST fue de 1.3% en 10 685 esterilizaciones tubarias. Como se
muestra en la figura 5–4, estas tasas varían con diferentes técnicas, e incluso con la misma cirugía las tasas de ineficacia varían. Por ejemplo, en el caso
de la electrocoagulación, si el cirujano coagula menos de tres sitios en las trompas, la tasa quinquenal acumulada de embarazo es de unos 12 por 1000
métodos. Sin embargo, si hubo coagulación de tres o más sitios, dicha tasa será sólo de 3 por 1000. El incremento de las tasas de ineficacia acumulada
con el transcurso del tiempo sirve de sustento a la afirmación de que la ineficacia después de un año seguramente no se debe a errores técnicos.
Figura 5–4.
Datos de la Collaborative Review of Sterilization (CREST) en Estados Unidos en que se observa la probabilidad acumulada de embarazo por 1000
procedimientos, por medio de cinco métodos de esterilización tubaria.
Con la ineficacia del método, los embarazos que aparecen después de la esterilización tubaria muestran una incidencia alta de implantación ectópica,
en comparación con la tasa observada en la población general de mujeres. Las tasas son en especial altas después de métodos de electrocoagulación,
en los cuales hasta 65% de los embarazos son ectópicos. Con el fracaso de otros métodos (anillo, clip, extirpación tubaria), este porcentaje es de sólo
de 10% (Peterson, 1999). Es importante destacar que se tiene que descartar embarazo ectópico cuando aparezca cualquier síntoma de embarazo en
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Otros efectos
Con la ineficacia del método, los embarazos que aparecen después de la esterilización tubaria muestran una incidencia alta de implantación ectópica,
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en comparación con la tasa observada en la población general de mujeres. Las tasas son en especial altas después de métodos de electrocoagulación,
en los cuales hasta 65% de los embarazos son ectópicos. Con el fracaso de otros métodos (anillo, clip, extirpación tubaria), este porcentaje es de sólo
de 10% (Peterson, 1999). Es importante destacar que se tiene que descartar embarazo ectópico cuando aparezca cualquier síntoma de embarazo en
una mujer a quien se ha realizado esterilización tubaria.
Otros efectos
Algunos estudios han valorado el riesgo de menorragia y goteo intermenstrual después de esterilización tubaria y en muchos no se ha señalado
vínculo alguno (DeStefano, 1985; Shy, 1992). Además, Peterson y colaboradores (2000) compararon los resultados a largo plazo de 9514 mujeres a
quienes se practicó esterilización tubaria, con una cohorte de 573 personas cuyo cónyuge había sido sometido a vasectomía. Los riesgos de
menorragia, goteo intermenstrual y dismenorrea fueron similares en cada grupo. Como un dato tal vez inesperado, a quienes se practicó la
esterilización tuvieron una menor duración y volumen más reducido del menstruo y señalaron menos dismenorrea, pero tuvieron una mayor
incidencia de irregularidad de ciclos menstruales.
Se han estudiado otros efectos a largo plazo y no hay consenso en cuanto a que los riesgos de histerectomía ulterior son elevados (Pati, 2000). En el
estudio de vigilancia CREST, Hillis y colaboradores (1997) indicaron que 17% de mujeres a quienes se realizó esterilización tubaria se sometieron
después a histerectomía, en un lapso de 14 años. A pesar de que ellos no compararon tal incidencia con una cohorte testigo, las indicaciones para
histerectomía fueron similares a las de mujeres no esterilizadas en quienes se había practicado histerectomía. Es muy poco probable que surja
salpingitis después de la esterilización (Levgur, 2000).
Costello y colaboradores (2002), en el estudio CREST, valoraron algunas secuelas psicológicas de la esterilización. La ligadura tubaria no cambió el
interés ni el placer sexuales en 80% de las mujeres. En 20% restante de aquellas que indicaron un cambio, 80% describió que era positivo.
Esterilización transcervical
En teoría, la esterilización se puede completar utilizando un acceso transcervical para alcanzar la desembocadura tubaria. Sin embargo, ningún
método que utilice este acceso está aprobado hoy día en Estados Unidos.
Los métodos mecánicos emplean la inserción de un dispositivo en la porción proximal de las trompas de Falopio mediante histeroscopia. Tanto el
sistema con espirales de metal (Essure) como el sistema anticonceptivo permanente Adiana se han eliminado del mercado estadounidense.
El sistema de control de la natalidad permanente con espirales de metal mencionado consiste en un microinserto que consta de una bobina interna de
acero inoxidable que está encerrada en fibras de poliéster. Estas fibras están rodeadas por una espiral externa expansible hecha de nitinol, una
aleación de níquel y titanio utilizada en endoprótesis de arterias coronarias (figura 5–5). La proliferación fibroblástica dentro de las fibras causa
oclusión tubaria. Las tasas de fracaso de los anticonceptivos con espirales de metal varían entre <1 y 5% (Gariepy, 2014; Munro, 2014).
Figura 5–5.
Dispositivo de microinserción utilizado en el sistema de control permanente de la natalidad Essure.
El dolor pélvico crónico después de la esterilización histeroscópica puede generarse en 2% a 6% de las personas con insertos (Chudnoff, 2015;
Kamencic, 2016; Yunker, 2015). El dolor quizá provenga de la perforación tubaria, la migración del dispositivo o el dispositivo en sí (Adelman, 2014).
Para aquellas que así lo desean un método de eliminación se describe en el capítulo 44 (Cirugía de mínima invasión, Esterilización laparoscópica y
remoción de Essure). Es importante destacar que la extracción del dispositivo no es curativa en todas las pacientes sintomáticas (Clark, 2017; Maassen,
2019).
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cuanto a nuevos embarazos espontáneos después de la reversión tubaria con microcirugía va de 0% a 36% (Fernandez, 2014; Monteith, 2014).
El dolor pélvico crónico después de la esterilización histeroscópica puede generarse en 2% a 6% de las personas con insertos (Chudnoff, 2015;
Kamencic, 2016; Yunker, 2015). El dolor quizá provenga de la perforación tubaria, la migración del dispositivo o el dispositivo en sí (Adelman, 2014).
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Para aquellas que así lo desean un método de eliminación se describe en el capítulo 44 (Cirugía de mínima invasión, Esterilización laparoscópica
y
remoción de Essure). Es importante destacar que la extracción del dispositivo no es curativa en todas las pacientes sintomáticas (Clark, 2017; Maassen,
2019).
Al igual que con todas las técnicas de esterilización, hay que considerar como permanente la colocación de Essure. La tasa de buenos resultados en
cuanto a nuevos embarazos espontáneos después de la reversión tubaria con microcirugía va de 0% a 36% (Fernandez, 2014; Monteith, 2014).
También es posible colocar sustancias químicas dentro de la cavidad uterina o los orificios tubarios para inducir una respuesta inflamatoria que
ocluya las trompas. Un método que se ha utilizado a escala mundial en >100 000 mujeres es el que utiliza un introductor tipo dispositivo intrauterino
para colocar microglóbulos de quinacrina. Es eficaz, sobre todo si se considera su sencillez. Las tasas de embarazo notificadas por Sokal y
colaboradores (2008) fueron de 1% y 12% al año y a los 10 años, respectivamente. La Organización Mundial de la Salud (2009) no recomienda su uso
por aspectos de probable carcinogénesis. La evidencia es contradictoria, y algunos autores consideran que sigue constituyendo un método
importante en países y poblaciones de escasos recursos (Lippes, 2015).
Histerectomía
En el caso de la mujer con algún trastorno uterino o del aparato reproductor en que pudiera estar indicada, la histerectomía constituye la forma ideal
de esterilización.
Esterilización del varón
En Estados Unidos, aproximadamente medio millón de varones se someten a vasectomía cada año (Ostrowski, 2018). Se trata de una técnica que se
lleva a cabo en el consultorio con analgesia local, y para su realización se necesitan ≤20 minutos. Como se ilustra en la figura 5–6, se hace una pequeña
incisión en el escroto y se interrumpe la continuidad del conducto deferente para bloquear el transporte de espermatozoides procedentes de los
testículos. La vasectomía es muy efectiva y tiene una tasa de ineficacia <1% (Michielsen, 2010). Las causas incluyen los errores en la relación sexual sin
protección demasiado pronto después de la intervención, oclusión incompleta del conducto deferente o recanalización después de una separación
adecuada.
FIGURA 5–6.
Vasectomía. A la izquierda se muestra el sitio de la incisión. A la derecha, se extirpó parte del conducto deferente.
La esterilidad después de la vasectomía no es inmediata ni es posible anticipar la fecha en que comienza. Es variable el lapso que media hasta la
expulsión total de los espermatozoides que quedan en la zona distal a la sección del conducto deferente y se calcula que es de unos tres meses en
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no se corrobore del todo la azoospermia, habrá que recurrir a otro método anticonceptivo. Si bien
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muchos expertos recomiendan analizar el semen hasta que la cuenta de espermatozoides en dos estudios consecutivos sea cero, Bradshaw
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colaboradores (2001) indicaron que basta con un solo análisis en que no se identifiquen espermatozoides en el semen.
Restauración de la fecundidad
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La esterilidad después de la vasectomía no es inmediata ni es posible anticipar la fecha en que comienza. Es variable el lapso que media hasta la
expulsión total de los espermatozoides que quedan en la zona distal a la sección del conducto deferente y se calcula que es de unos tres meses en
promedio o 20 eyaculaciones. Por ello, mientras no se corrobore del todo la azoospermia, habrá que recurrir a otro método anticonceptivo. Si bien
muchos expertos recomiendan analizar el semen hasta que la cuenta de espermatozoides en dos estudios consecutivos sea cero, Bradshaw y
colaboradores (2001) indicaron que basta con un solo análisis en que no se identifiquen espermatozoides en el semen.
Restauración de la fecundidad
Después de la vasectomía, el varón puede recuperar su fecundidad por medio de técnicas quirúrgicas de reanastomosis o mediante la obtención de
espermatozoides directamente del testículo. La American Society for Reproductive Medicine (2008) revisó las técnicas de reversión quirúrgica y la
valoración perioperatoria (2008). La técnica de recuperación de espermatozoides, combinada con la de fecundación in vitro, evita dichas
intervenciones quirúrgicas de reversión y se describen en el capítulo 21 (Tratamiento de la pareja estéril, Inseminación intrauterina). Shridharani y
Sandlow (2010) después de revisar tal estudio, concluyeron que la reversión microquirúrgica es rentable, pero se necesitan estudios con grupo testigo
en que se utilicen métodos de recuperación de espermatozoides.
Efectos de largo plazo
Ya se comentó acerca del arrepentimiento respecto de la esterilización. Salvo ésta, muy pocas veces se observan consecuencias de largo plazo
(Amundsen, 2004). Sin embargo, ante el hecho que en los varones a menudo surgen anticuerpos contra los espermatozoides, en un inicio hubo
preocupaciones de que originaran alguna enfermedad sistémica. Los supuestos riesgos fueron analizados por Köhler y colaboradores (2009) e
incluyeron enfermedades cardiovasculares, trastornos por complejos inmunitarios, cambios psicológicos, cánceres en los genitales del varón y
demencia frontotemporal. Los hallazgos de éstos y otros investigadores no indican datos convincentes para atribuir a la vasectomía un mayor riesgo
de enfermedades cardiovasculares o de aterogénesis acelerada (Schwingl, 2000). Además, al parecer, con este método no aumentan las tasas de
cánceres testiculares o prostáticos (Holt, 2008; Köhler, 2009).
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS DEL SEGUNDO TIPO
Los preparados hormonales que incluyen anticonceptivos orales combinados (COC, combination oral contraceptives), comprimidos con
progestágenos solos y anticonceptivos con estrógenos, progestágenos o ambos compuestos, que están disponibles como inyección, parche
transdérmico o anillo intravaginal, todos son métodos considerados como muy eficaces. Cuando su uso es voluntario, son efectivos, pero su eficacia
depende en gran medida de la usuaria. Por consiguiente, se considera que el uso típico consiste en que la mujer cumpla con tomarse una píldora
todos los días, cambiar parches o anillos transdérmicos o acudir al personal de atención de la salud para que reciba una inyección (cuadro 5–1). Dicho
uso en el “mundo real” disminuye de modo notable la eficacia y, en el caso de las estadounidenses, los anticonceptivos de esta índole conllevan una
tasa de embarazo en el primer año de uso, de 4 a 7 por 100 usuarias (Trussell, 2018).
Anticonceptivos hormonales combinados
Los productos de esta categoría contienen un estrógeno y un progestágeno. Como tales, hay varias enfermedades subyacentes que constituyen
contraindicaciones para su empleo (cuadro 5–5). Los anticonceptivos hormonales combinados se distribuyen en Estados Unidos en tres formatos:
anticonceptivos orales combinados, parche transdérmico y anillo intravaginal. Ante la escasez de datos de los métodos transdérmico y transvaginal en
relación con los que se tienen de los anticonceptivos hormonales combinados, por lo común se considera su uso junto con una forma oral
combinada.
Cuadro 5–5.
Contraindicaciones para el uso de anticonceptivos hormonales combinados.
Embarazo
Hipertensión no controlada
Mujer fumadora >35 años de edad
Diabetes con afectación vascular
Apoplejía o arteriopatía coronaria
Migrañas con déficits neurológicos focales acompañantes
Tromboflebitis o trastornos tromboembólicos
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Antecedente de trastornos tromboflebíticos o trombóticos de venas profundas
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cardiacas
o valvulopatías
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Hemorragia genital anormal no diagnosticada
Carcinoma mamario diagnosticado o sospechado
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contraindicaciones para su empleo (cuadro 5–5). Los anticonceptivos hormonales combinados se distribuyen en Estados Unidos en tres formatos:
anticonceptivos orales combinados, parche transdérmico y anillo intravaginal. Ante la escasez de datos de los métodos transdérmico y transvaginal en
relación con los que se tienen de los anticonceptivos hormonales combinados, por lo común se considera su uso junto con una forma oral
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combinada.
Cuadro 5–5.
Contraindicaciones para el uso de anticonceptivos hormonales combinados.
Embarazo
Hipertensión no controlada
Mujer fumadora >35 años de edad
Diabetes con afectación vascular
Apoplejía o arteriopatía coronaria
Migrañas con déficits neurológicos focales acompañantes
Tromboflebitis o trastornos tromboembólicos
Antecedente de trastornos tromboflebíticos o trombóticos de venas profundas
Arritmias cardiacas trombógenas o valvulopatías cardiacas trombógenas
Hemorragia genital anormal no diagnosticada
Carcinoma mamario diagnosticado o sospechado
Ictericia colestásica del embarazo o ictericia con el uso de la píldora
Adenomas o carcinomas hepáticos o hepatopatía activa con anomalía de las funciones hepáticas
Cáncer endometrial u otras neoplasias dependientes de estrógenos diagnosticadas o sospechadas
Farmacología
Los anticonceptivos hormonales combinados poseen múltiples acciones anticonceptivas. La más importante es que inhiben la ovulación al suprimir la
hormona liberadora de gonadotropina por el hipotálamo, lo cual evita la secreción hipofisaria de hormona foliculoestimulante (FSH, follicle-
stimulating hormone) y de hormona luteinizante (LH, luteinizing hormone). Los estrógenos suprimen la liberación de FSH y estabilizan al endometrio
para impedir la expulsión de sangre, conocida como metrorragia intermenstrual en tal situación. Los progestágenos inhiben la ovulación al suprimir la
LH, espesan el moco cervical para restringir el paso de espermatozoides y hacen que el endometrio quede en un estado inadecuado para la
implantación del óvulo. De ese modo, los anticonceptivos hormonales combinados generan efectos anticonceptivos de las dos hormonas, y cuando se
toman diario durante 3 de cada 4 semanas, se obtiene una protección prácticamente absoluta contra el embarazo.
Hasta hace poco sólo se contaba con dos estrógenos para utilizar en los anticonceptivos orales en Estados Unidos; eran el etinilestradiol y, con menor
frecuencia, su 3-metil éter, el mestranol (cuadro 5–6). En 2010, la FDA aprobó un tercer estrógeno, el valerato de estradiol. Gran parte de los
progestágenos disponibles se deriva de la 19-nortestosterona. Sin embargo, la drospirenona es un análogo espironolactónico y la dosis de ella en los
anticonceptivos orales combinados que se encuentran en el mercado posee propiedades similares a 25 mg de este diurético (Seeger, 2007). La
drospirenona muestra actividad antiandrogénica y en teoría sus propiedades antimineralocorticoides pueden ocasionar retención de potasio que
culmine en hiperpotasemia. Por todo lo expuesto, es importante no usar la drospirenona en personas con disfunción renal, suprarrenal o hepática.
Además, se recomienda vigilar las concentraciones séricas de potasio en el primer mes en pacientes que durante largo tiempo han recibido también
cualquier fármaco que ocasione retención de potasio (Bayer HealthCare Pharmaceuticals, 2012). Algunos estudios han señalado mejoría de los
síntomas en mujeres con trastorno disfórico premenstrual (PMDD, premenstrual dysphoric disorder) que utilizan Yaz, un anticonceptivo hormonal
combinado que contiene drospirenona (Lopez, 2012; Yonkers, 2005). En cuanto a este comprimido, en Estados Unidos, la FDA ha aprobado sus
indicaciones que incluyen el tratamiento del trastorno disfórico premenstrual y el acné vulgar moderado en mujeres que solicitan alguna técnica
anticonceptiva por vía oral.
Cuadro 5–6.
Estrógeno y progestágenos que se usan en las grageas anticonceptivas orales aprobadas por la FDA.
Grageas combinadas
Tipo de estrógeno (dosis por gragea)
Progestágeno combinadoa
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Etinil estradiol, 20 μg
Acetato de noretindrona
Desogestrel
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síntomas en mujeres con trastorno disfórico premenstrual (PMDD, premenstrual dysphoric disorder) que utilizan Yaz, un anticonceptivo hormonal
combinado que contiene drospirenona (Lopez, 2012; Yonkers, 2005). En cuanto a este comprimido, en Estados Unidos, la FDA ha aprobado sus
indicaciones que incluyen el tratamiento del trastorno disfórico premenstrual y el acné vulgar moderado en mujeres que solicitan algunaAccess
técnica
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anticonceptiva por vía oral.
Cuadro 5–6.
Estrógeno y progestágenos que se usan en las grageas anticonceptivas orales aprobadas por la FDA.
Grageas combinadas
Tipo de estrógeno (dosis por gragea)
Progestágeno combinadoa
Etinil estradiol, 10 μg
Acetato de noretindrona
Etinil estradiol, 20 μg
Acetato de noretindrona
Desogestrel
Drospirenona
Levonorgestrel
Etinil estradiol, 25 μg
Desogestrel
Norgestimato
Ethinyl estradiol 30–35 μg
Acetato de noretindrona
Desogestrel
Diacetato de etinodiol
Drospirenona
Levonorgestrel
Noretindrona
Norgestimato
Norgestrel
Etinil estradiol, 50 μg
Diacetato de etinodiol
Norgestrel
Valerato de estradiol, 2 mg
Dienogest
Mestranol, 50 μg
Noretindrona
a Los progestágenos se listan en orden alfabético.
En el comienzo, se elegían los progestágenos por su potencia progestacional. Sin embargo, a menudo se les compara, distribuye y receta con base en
sus supuestos efectos estrogénicos, antiestrogénicos y androgénicos. No obstante, las dosis de progestágenos utilizadas en combinaciones
anticonceptivas son tan bajas que ninguno de estos supuestos efectos secundarios en realidad se manifiesta en términos clínicos. De hecho, un efecto
importante de los anticonceptivos hormonales combinados es la producción optimizada de globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG,
sex hormone- binding globulin) por el hígado, y su síntesis es estimulada en su mayor parte por el componente estrogénico de los anticonceptivos
hormonales combinados. Los niveles más altos de SHBG disminuyen los de testosterona libre sérica y con ello limitan la acción de 5α-reductasa,
enzima necesaria para transformar la testosterona en su forma activa, dihidrotestosterona. Por la razón anterior, cabe esperar que los progestágenos
ejerzan efectos beneficiosos en los trastornos causados por andrógenos, como el acné (Rosen, 2003; Thorneycroft, 1999).
Anticonceptivos orales combinados
Formulaciones
Los anticonceptivos orales combinados se comercializan en una extraordinaria variedad. Hoy día el contenido de estrógeno diario en muchos de los
anticonceptivos hormonales combinados varía de 20 a 50 µg de etinilestradiol, y gran cantidad de ellos contiene 35 µg o menos (cuadro 5–6). Es
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importante destacar
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en 2011,
la FDA
la primera píldora que contenía sólo 10 µg de etinilestradiol, llamada Lo Loestrin Fe. En lo que
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esterilización,
respecta a las presentaciones actuales, la dosis
mínima aceptable depende de la capacidad de evitar la metrorragia intermenstrual inaceptable.
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Con anticonceptivos orales combinados, la dosis de progestágeno puede ser constante durante todo el ciclo (píldoras monofásicas), pero a menudo la
dosis es variable (píldoras bifásicas y trifásicas) (figura 5–7). En algunas de estas últimas, las dosis de estrógeno varían también durante el ciclo
Anticonceptivos orales combinados
Formulaciones
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Los anticonceptivos orales combinados se comercializan en una extraordinaria variedad. Hoy día el contenido de estrógeno diario en muchos de los
anticonceptivos hormonales combinados varía de 20 a 50 µg de etinilestradiol, y gran cantidad de ellos contiene 35 µg o menos (cuadro 5–6). Es
importante destacar que en 2011, la FDA aprobó la primera píldora que contenía sólo 10 µg de etinilestradiol, llamada Lo Loestrin Fe. En lo que
respecta a las presentaciones actuales, la dosis mínima aceptable depende de la capacidad de evitar la metrorragia intermenstrual inaceptable.
Con anticonceptivos orales combinados, la dosis de progestágeno puede ser constante durante todo el ciclo (píldoras monofásicas), pero a menudo la
dosis es variable (píldoras bifásicas y trifásicas) (figura 5–7). En algunas de estas últimas, las dosis de estrógeno varían también durante el ciclo
menstrual. Dichas píldoras multifásicas fueron elaboradas en un intento por disminuir la cantidad de progestágeno total por ciclos sin que se perdiera
la eficacia anticonceptiva o el control de ciclos. Para conseguir esta disminución hay que comenzar con una dosis pequeña de progestágeno y
aumentarla después en el ciclo. En teoría, la dosis total menor lleva al mínimo la intensidad de los cambios metabólicos inducidos por progestágenos y
también los efectos adversos. Entre las desventajas de las presentaciones multifásicas están la confusión creada por píldoras de varios colores (en
algunas marcas hasta cinco colores). A su vez, la tasa de goteo intermenstrual de sangre son mayores en comparación con el que producen las
píldoras monofásicas (Woods, 1992).
FIGURA 5–7.
Diversos anticonceptivos orales combinados (COC, combined oral contraceptive). A . COC de uso extendido. La mujer consume cada una de las tres
tiras seriadas de píldoras. En la tira inferior, están las píldoras placebo (de color durazno). B . COC trifásico 21/7. Se toman durante tres semanas
píldoras activas para seguir con siete píldoras placebo (verdes). En el caso de las píldoras trifásicas, la combinación de estrógeno y progestágeno varía
con el color y en este caso de blanco a azul y a azul oscuro. C . COC monofásico 24/4. Las píldoras monofásicas contienen una dosis constante de
estrógeno y progestágeno en todas las hileras de la tira. En el caso de regímenes con dosis 24/4 el número de píldoras placebo se reduce a cuatro.
En unos cuantos anticonceptivos orales combinados, las píldoras de placebo inerte han sido sustituidas por otras que contienen hierro. El nombre de
ellas incluye el sufijo Fe, agregado. Además, hay una modalidad de ácido fólico, el llamado levomefolato de calcio, que forma parte de las píldoras
activas y las tipo placebo.
Administración
Las mujeres pueden comenzar los anticonceptivos orales combinados con un método de inicio rápido. Con esto, las grageas se inician en cualquier
día del ciclo, comúnmente el día prescrito. Este criterio mejora el cumplimiento a corto plazo (Westhoff, 2002, 2007a). Un horario más tradicional
(iniciar en domingo) requiere comenzar a tomar la gragea el primer domingo siguiente al inicio de la menstruación. Si la menstruación comienza un
domingo, las grageas se inician ese día. Por último, tanto los métodos de comienzo rápido como los de domingo requieren el uso de un método
adicional durante una semana para proteger contra la concepción, a menos que la gragea se inicie el primer día de un ciclo menstrual, en cuyo caso no
es necesario un método anticonceptivo adicional.
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Para obtener eficacia
máxima
y favorecer
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uso constante, muchos fabricantes de dispositivos los colocan en dosificadores que expulsan 21 píldoras
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secuenciales de un solo color codificado que contiene hormonas, para después seguir con siete píldoras inertes de otro color (figura 5–7B). Algunos
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regímenes nuevos con píldoras de dosis pequeñas continúan usando hormonas activas durante 24 días para seguir con cuatro píldoras inertes (figura
5–7C). El objetivo de estos regímenes llamados 24/4 es mejorar la eficacia de los anticonceptivos orales combinados de dosis muy bajas. Es importante
día del ciclo, comúnmente el día prescrito. Este criterio mejora el cumplimiento a corto plazo (Westhoff, 2002, 2007a). Un horario más tradicional
(iniciar en domingo) requiere comenzar a tomar la gragea el primer domingo siguiente al inicio de la menstruación. Si la menstruación comienza un
domingo, las grageas se inician ese día. Por último, tanto los métodos de comienzo rápido como los de domingo requieren el uso de un método
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adicional durante una semana para proteger contra la concepción, a menos que la gragea se inicie el primer día de un ciclo menstrual, enAccess
cuyoProvided
caso no
es necesario un método anticonceptivo adicional.
Para obtener eficacia máxima y favorecer el uso constante, muchos fabricantes de dispositivos los colocan en dosificadores que expulsan 21 píldoras
secuenciales de un solo color codificado que contiene hormonas, para después seguir con siete píldoras inertes de otro color (figura 5–7B). Algunos
regímenes nuevos con píldoras de dosis pequeñas continúan usando hormonas activas durante 24 días para seguir con cuatro píldoras inertes (figura
5–7C). El objetivo de estos regímenes llamados 24/4 es mejorar la eficacia de los anticonceptivos orales combinados de dosis muy bajas. Es importante
señalar que para obtener la eficacia anticonceptiva máxima, cada mujer debe adoptar un esquema eficaz que garantice la autoadministración
consistente todos los días, o noches.
Durante el uso de los anticonceptivos orales combinados, si la mujer deja de recibir una dosis, es poco probable que conciba si utiliza los
anticonceptivos orales combinados monofásicos y de dosis altas. Cuando se identifica la situación, tomar la píldora de ese día más la que faltó
reducirá al mínimo la posibilidad de goteo intermenstrual. Luego la mujer se toma una píldora diaria hasta concluir el resto del paquete.
Si la mujer olvida varias dosis, o si omite una dosis en el caso de los comprimidos con dosis menores, habrá que tomar dos píldoras, pero tendrá que
agregar un método eficaz de barrera para los siete días siguientes. La mujer consume el resto del paquete a razón de un comprimido diario. También
se puede comenzar un nuevo paquete y agregar un método de barrera como una técnica adicional durante una semana. En cualquier escenario en
que la mujer olvide las píldoras, si no surge metrorragia por supresión durante los días en que consume las píldoras placebo, se continuará el uso de
las píldoras, pero la mujer debe solicitar consulta médica para descartar un embarazo. Por fortuna los anticonceptivos orales combinados no son
teratógenos si se toman en forma accidental al comienzo de la gestación (Charlton, 2016).
Sistema transdérmico
En Estados Unidos, se cuenta con un sistema de parche transdérmico. El parche tiene una capa interior con un adhesivo y una matriz hormonal y otra
capa exterior impermeable o resistente al agua. El parche se aplica en los glúteos, en la cara externa del brazo, en la mitad inferior del vientre o
superior del tronco, pero no en las mamas. Expulsa diariamente una dosis de 150 µg de progestágeno que es la norelgestromina y 20 µg de
etinilestradiol. Durante tres semanas, se aplica cada semana un nuevo parche y la siguiente semana no se aplica parche alguno, para permitir que
surja metrorragia por abstinencia.
Las preocupaciones iniciales cuestionaron la eficacia del parche en mujeres obesas. Sin embargo, la evidencia que informa el uso del parche
transdérmico entre las mujeres con un índice de masa corporal (BMI, body mass index) ≥25 es de baja calidad y limitada (Lopez, 2016). Hoy día,
ninguna recomendación sugiere un cambio en la dosis del parche transdérmico para mujeres con un BMI >30 (Curtis, 2016). Otros efectos metabólicos
y fisiológicos del parche son los correspondientes a los observados con los anticonceptivos orales combinados de dosis bajas, con el inconveniente de
que es escasa la experiencia acumulada. El parche es adecuado para mujeres que prefieren una aplicación semanal al consumo diario de píldoras y
que cumplen con los demás criterios para aplicación de anticonceptivos hormonales combinados.
Otra preocupación fue que los anticonceptivos orales combinados difundidos por el parche pudieran causar mayor riesgo de tromboembolia venosa
y otras complicaciones vasculares; lo anterior surgió después de señalamientos de que el uso del parche originaba mayor síntesis hepática de
procoagulantes que los anticonceptivos orales combinados o el uso de un anillo vaginal (Jensen, 2008; White, 2006). A pesar de que las
concentraciones séricas máximas de estrógeno fueron menores con el parche, en comparación con lo observado con los anticonceptivos orales
combinados, la exposición total fue mayor (un efecto neto relativamente más grande del estrógeno) (Kluft, 2008; Van den Heuvel, 2005). En 2008, la
FDA ordenó que la información del fabricante del parche señalara que las usuarias podían estar expuestas a mayor riesgo de presentar
tromboembolia venosa. Comenzaron a aparecer demandas por parte de abogados de quejosas, que inevitablemente aminoraron el uso del método
del parche. A la fecha, no hay pruebas concluyentes de una mayor morbilidad con el parche, en comparación con el uso de otros anticonceptivos
orales combinados (Jick, 2010; Tepper, 2017).
Anillo transvaginal
En Estados Unidos, se cuenta con un anticonceptivo hormonal intravaginal, NuvaRing, el cual es un anillo de polímero flexible con un diámetro externo
de 54 mm y otro interno de 50 mm (figura 5–8). Su material central libera una dosis diaria de 15 µg de etinilestradiol y 120 µg del progestágeno, que es
el etonogestrel. Estas dosis inhiben de modo muy eficaz la ovulación y, según informes, la tasa de ineficacia es de 0.65 embarazos por 100 mujeres-año
(Mulders, 2001; Roumen, 2001).
Figura 5–8.
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Anillo anticonceptivo vaginal con liberación de estrógeno y progestágeno.
CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
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de 54 mm y otro interno de 50 mm (figura 5–8). Su material central libera una dosis diaria de 15 µg de etinilestradiol y 120 µg del progestágeno, que es
el etonogestrel. Estas dosis inhiben de modo muy eficaz la ovulación y, según informes, la tasa de ineficacia es de 0.65 embarazos por 100 mujeres-año
(Mulders, 2001; Roumen, 2001).
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Figura 5–8.
Anillo anticonceptivo vaginal con liberación de estrógeno y progestágeno.
Antes de su distribución, en la farmacia se conservarán refrigerados los anillos; una vez en manos de la usuaria, su vida útil es de unos cuatro meses. El
anillo se introduce en los primeros cinco días de haber comenzado la menstruación. Después de tres semanas se extrae, para que durante una
semana no esté colocado y se produzca la metrorragia intermenstrual. Después de ese lapso, se introduce un nuevo anillo. Pocas veces aparece la
metrorragia mencionada. Incluso 20% de las mujeres y 35% de los varones notificaron que podían sentir el anillo durante el coito. En caso de ser algo
molesto, el anillo puede extraerse durante la relación sexual pero hay que colocarlo de nuevo en un lapso de 3 horas.
Técnica anticonceptiva de ciclos extendidos
La aceptación del empleo de anticonceptivos hormonales combinados continuos por más de 28 días es cada vez mayor. Sus beneficios incluyen un
número menor de episodios de hemorragia cíclica, disminución de síntomas menstruales y costos más reducidos. Se cuenta con diversas
presentaciones preenvasadas, pero también se logra evitar embarazos en ciclos extendidos por otros medios. En concreto, los envases de
anticonceptivos orales combinados habituales de 21 o 28 días (si se descartan las píldoras placebo) se utilizan de forma continua; también es posible
usar el parche transdérmico o el anillo vaginal, sin los intervalos de una semana sin hormonas.
Hay varios factores que son característicos de los anticonceptivos hormonales combinados de ciclos extendidos. Algunos de ellos son iguales a los de
diversos métodos con progestágenos continuos, como los implantes o las inyecciones. El cambio principal es que se pierde la normalidad menstrual
(episodios de hemorragia menos frecuentes, de volumen escaso y casi siempre impredecibles). Por ejemplo, las mujeres señalaron amorrea de seis
meses, con una frecuencia de 8% a 63% de las que utilizaron los ciclos extendidos. Muchas personas lo consideran como un beneficio, pero éste no es
absoluto. Muy a menudo, las pacientes tienen menos episodios de expulsión de sangre por mes lo cual permite compensar y corregir la anemia
acompañante en quienes habían tenido menorragia antes de usar los ciclos extendidos.
Sin embargo, estas características también hacen que algunas mujeres rechacen el método porque para ellas “es contranatural” no menstruar
durante varios meses. A algunas les preocupa que la amenorrea sea un signo de embarazo, disminuya la fecundidad futura o puede incrementar el
riesgo de neoplasia endometrial. Más bien, los hallazgos refuerzan la disminución del riesgo de cáncer endometrial vinculado con el uso cíclico de
anticonceptivos hormonales combinados. De este modo, sobre bases biológicas parecería razonable concluir que dicho efecto protector también
sería válido en el caso del uso continuo de anticonceptivos hormonales combinados. Además, la supresión del eje hipotálamo-hipófisis-ovarios es
mayor con el uso continuo y aminora la posibilidad de ovulación de escape originada en la tardanza del comienzo de un nuevo ciclo anticonceptivo.
Interacciones farmacológicas
Las interacciones entre los anticonceptivos hormonales combinados y otros medicamentos toman dos formas. Primero, los anticonceptivos
hormonales pueden
interferir
conYour
las actividades
de algunos fármacos, como se muestra en el cuadro 5–7. Como ejemplo, las concentraciones de
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CAPÍTULO
5:
Métodos
anticonceptivos
y
esterilización,
lamotrigina anticonvulsiva se reducen casi siempre mediante anticonceptivos hormonales combinados.
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Cuadro 5–7.
Fármacos afectados por los anticonceptivos orales combinados.
sería válido en el caso del uso continuo de anticonceptivos hormonales combinados. Además, la supresión del eje hipotálamo-hipófisis-ovarios es
mayor con el uso continuo y aminora la posibilidad de ovulación de escape originada en la tardanza del comienzo de un nuevo ciclo anticonceptivo.
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Interacciones farmacológicas
Las interacciones entre los anticonceptivos hormonales combinados y otros medicamentos toman dos formas. Primero, los anticonceptivos
hormonales pueden interferir con las actividades de algunos fármacos, como se muestra en el cuadro 5–7. Como ejemplo, las concentraciones de
lamotrigina anticonvulsiva se reducen casi siempre mediante anticonceptivos hormonales combinados.
Cuadro 5–7.
Fármacos afectados por los anticonceptivos orales combinados.
Fármaco con el
Evidencia
Tratamiento
Acetaminofén
Adecuada
Es posible que se necesite aumentar la dosis
Ácido acetilsalicílico
Probable
Es posible que se necesite aumentar la dosis
Meperidina
Sospecha
Es posible que se necesite disminuir la dosis
Morfina
Probable
Es posible que se necesite aumentar la dosis
que interactúan
Analgésicos
Anticoagulantes
Dicumarol, warfarina
Controvertida
Antidepresivos
Imipramina
Sospecha
Reducir la dosis cerca de una tercera parte
Sospecha
Reducir la dosis
Temazepam
Posible
Es posible que se necesite aumentar la dosis
Otras
Sospecha
Identificar si el efecto es mayor
Adecuada
Observar si aumenta el efecto, hacer la disminución correspondiente de dosis
Adecuada
Disminuir 33% la dosis inicial
Ciclopentiazida
Adecuada
Aumentar la dosis
Metoprolol
Sospecha
Es posible que se necesite disminuir la dosis
Tranquilizantes
Diazepam,
alprazolam
benzodiazepinas
Antiinflamatorios
Corticoesteroides
Broncodilatadores
Aminofilina, teofilina
Antihipertensivos
Otros fármacos
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Sospecha
de
No usar
daño hepático
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Antihipertensivos
Ciclopentiazida
Adecuada
Aumentar la dosis
Metoprolol
Sospecha
Es posible que se necesite disminuir la dosis
Sospecha de
No usar
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Otros fármacos
Trolandomicina
daño hepático
Ciclosporina
Posible
Se puede usar una dosis menor
Antirretrovirales
Variable
Consultar instrucciones del fabricante u otros datosa
Lamotrigina
Adecuada
Con un solo fármaco o cuando se administra con medicamentos que no se sabe si alteran los niveles de
lamotrigina, será mejor no usar los anticonceptivos orales combinados
a University of California at San Francisco (UCSF): HIV Insite, 2014.
De Gaffield, 2011; Nanda, 2017; Wallach, 2000.
En contraste, algunos medicamentos que se muestran en el cuadro 5–8 pueden disminuir la efectividad de los anticonceptivos hormonales
combinados. En muchos casos, los genes que codifican las enzimas del sistema de citocromo oxidasa son estimulados o suprimidos. En particular, los
antibióticos que no sean rifampicina no reducen la eficacia clínica de los anticonceptivos orales combinados (Simmons, 2018). Además, la mayoría de
los regímenes antirretrovirales para el tratamiento de la infección por HIV son compatibles con los anticonceptivos hormonales combinados. De las
excepciones, efavirenz puede disminuir la eficacia de dichos anticonceptivos, mientras que estos últimos pueden reducir la efectividad de
fosamprenavir (Curtis, 2016; Nanda, 2017). Para otros fármacos contra el HIV, se pueden investigar posibles interacciones similares en el sitio de
internet HIV InSite de la University of California en San Francisco: http://hivinsite.ucsf.edu/insite?page=ar-00-02.
Cuadro 5–8.
Fármacos que pueden reducir la eficacia de los anticonceptivos orales combinados.
Medicamento antituberculoso
Rifampicina
Medicamento antimicótico
Griseofulvina
Anticonvulsivos y sedantes
Fenitoína, barbitúricos, primidona, carbamazepina, oxcarbazepina, topiramato, rufinamida, felbamato
Medicamento antirretroviral
Efavirenz
Medicina herbaria
Hierba de San Juan
Resumido de Back, 1980; Berry-Bibee, 2016; Curtis, 2016; Gaffield, 2011; Nanda, 2017; Reimers, 2015; Van Dijke, 1984.
Estas interacciones a menudo requieren que la dosis del anticonceptivo o la del otro medicamento se ajuste para garantizar la eficacia.
Alternativamente, quizá sea preferible elegir otro método anticonceptivo.
Uso con trastornos médicos
En el cuadro 5–9 se incluye un resumen de los beneficios que para la salud de la mujer tiene el uso de anticonceptivos hormonales combinados. A
pesar de esto, las interacciones de anticonceptivos hormonales combinados con algunos trastornos médicos crónicos pudieran constituir una
contraindicación relativa o absoluta para el uso de anticonceptivos hormonales combinados, mismos que se describen en las secciones siguientes.
Cuadro 5–9.
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Algunos beneficios
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los anticonceptivos
orales de estrógeno y progestágeno combinados.
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Mejoría del acné
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Uso con trastornos médicos
En el cuadro 5–9 se incluye un resumen de los beneficios que para la salud de la mujer tiene el uso de anticonceptivos hormonales combinados. A
pesar de esto, las interacciones de anticonceptivos hormonales combinados con algunos trastornos médicos crónicos pudieran constituir
una
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contraindicación relativa o absoluta para el uso de anticonceptivos hormonales combinados, mismos que se describen en las secciones siguientes.
Cuadro 5–9.
Algunos beneficios de los anticonceptivos orales de estrógeno y progestágeno combinados.
Mejoría del acné
Mayor densidad ósea
Profilaxis de la aterogénesis
Menores molestias premenstruales
Inhibición de la evolución del hirsutismo
Menor riesgo de embarazo ectópico
Menor actividad de la artritis reumatoide
Menor pérdida menstrual de sangre y menor anemia
Disminución de la frecuencia de algunas mastopatías benignas
Mejoría en la dismenorrea por endometriosis
Riesgo menor de cáncer endometrial y ovárico
Menores incidencia y gravedad de la salpingitis aguda
Mujeres obesas y con sobrepeso
En general, los anticonceptivos hormonales combinados son muy eficaces en las obesas (Lopez, 2016). Sin embargo, la obesidad puede alterar la
farmacocinética de algunos métodos con anticonceptivos hormonales combinados. Sin embargo, los datos en cuanto a las mujeres con sobrepeso
son contradictorios respecto del mayor riesgo de embarazo debido a la disminución de la eficacia de los anticonceptivos hormonales combinados por
la reducción de su biodisponibilidad (Brunner, 2005; Edelman, 2009; Holt, 2005; Westhoff, 2010). Es importante señalar que en algunas mujeres la
obesidad puede tener efecto sinérgico con alguna de las entidades patológicas descritas más adelante y que pueden hacer que los anticonceptivos
hormonales combinados se tornen un método anticonceptivo menos óptimo.
El incremento excesivo de peso es motivo de preocupación con el uso de cualquier anticonceptivo hormonal. Gallo y colaboradores (2014)
concluyeron una vez más en su revisión que las evidencias actuales no bastaban para determinar la influencia de los anticonceptivos hormonales
combinados en el incremento ponderal, aunque no era evidente ningún efecto grande.
Diabetes mellitus
Los anticonceptivos hormonales combinados en dosis altas se asociaron a propiedades antagonistas de la insulina, en particular las mediadas por
progestágenos. Sin embargo, ante la disminución de las dosis de los anticonceptivos hormonales combinados, hoy día se han disipado tales
preocupaciones. En mujeres sanas, grandes estudios prospectivos por largo tiempo han identificado que los anticonceptivos hormonales
combinados no incrementan el riesgo de diabetes (Rimm, 1992). Además, estos fármacos no parecen agravar el riesgo de diabetes evidente en
mujeres que alguna vez tuvieron diabetes gestacional (Kjos, 1998). Por último, se ha aprobado el uso de los anticonceptivos en cuestión para
diabéticas que no fuman, <35 años de edad y que no tienen además alguna vasculopatía (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019d).
Enfermedades cardiovasculares
En términos generales, las enfermedades cardiovasculares graves limitan el empleo de anticonceptivos hormonales combinados. Sin embargo, en el
caso de trastornos mucho más frecuentes pero menos graves, las presentaciones actuales no agravan los riesgos concomitantes.
En primer lugar, los anticonceptivos hormonales combinados en dosis bajas no incrementan de manera apreciable el riesgo absoluto de hipertensión
de importancia clínica (Chasan-Taber, 1996). Sin embargo, es práctica frecuente que las mujeres vuelvan 8 a 12 semanas después de haber comenzado
el uso de anticonceptivos hormonales combinados para valorar su presión arterial y otros síntomas. Para aquellas que tienen ya desde antes
hipertensión crónica, el uso de anticonceptivos hormonales combinados es permisible si la hipertensión no es complicada y por lo demás está bien
controlada (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019d). Las formas graves de hipertensión, y en particular las que tienen afectación
de órgano terminal, impiden por lo regular el uso de anticonceptivos hormonales combinados.
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Las
mujeres 5:
que
han tenido
un infarto delymiocardio
corroborado no deben recibir anticonceptivos hormonales combinados. Sin embargo,
estos
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CAPÍTULO
Métodos
anticonceptivos
esterilización,
anticonceptivos
no
incrementan
el
riesgo
de
novo
de
isquemia
del
miocardio
en
mujeres
que
no
fuman
y
que
tienen
<35
años
de
vida
(Margolis,
2007;
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Mishell, 2000; World Health Organization, 1997). Sin embargo, el tabaquismo por sí mismo es un poderoso factor de riesgo de tener cardiopatía
isquémica y los anticonceptivos hormonales combinados utilizados después de los 35 años de edad actúan de forma sinérgica y agravan dicho riesgo.
de importancia clínica (Chasan-Taber, 1996). Sin embargo, es práctica frecuente que las mujeres vuelvan 8 a 12 semanas después de haber comenzado
el uso de anticonceptivos hormonales combinados para valorar su presión arterial y otros síntomas. Para aquellas que tienen ya desde antes
hipertensión crónica, el uso de anticonceptivos hormonales combinados es permisible si la hipertensión no es complicada y por lo demás está bien
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controlada (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019d). Las formas graves de hipertensión, y en particular las que tienen afectación
de órgano terminal, impiden por lo regular el uso de anticonceptivos hormonales combinados.
Las mujeres que han tenido un infarto del miocardio corroborado no deben recibir anticonceptivos hormonales combinados. Sin embargo, estos
anticonceptivos no incrementan el riesgo de novo de isquemia del miocardio en mujeres que no fuman y que tienen <35 años de vida (Margolis, 2007;
Mishell, 2000; World Health Organization, 1997). Sin embargo, el tabaquismo por sí mismo es un poderoso factor de riesgo de tener cardiopatía
isquémica y los anticonceptivos hormonales combinados utilizados después de los 35 años de edad actúan de forma sinérgica y agravan dicho riesgo.
Enfermedades cerebrovasculares
Las mujeres que han tenido una apoplejía de origen isquémico o hemorrágico no deben usar anticonceptivos hormonales combinados; sin embargo,
la incidencia en pacientes jóvenes que no fuman es pequeña y el empleo de anticonceptivos hormonales combinados no eleva el riesgo de uno u otro
tipo de apoplejía o enfermedad en dichas mujeres (World Health Organization, 1996). La enfermedad cerebrovascular aparece más a menudo en
mujeres que fuman, son hipertensas, tienen migrañas con aura visual y que utilizan anticonceptivos hormonales combinados (MacClellan, 2007).
Las migrañas pueden constituir un factor de riesgo para la aparición de enfermedades cerebrovasculares en algunas mujeres jóvenes. Una revisión
sistemática informó que las mujeres que utilizaban anticonceptivos orales combinados y que tenían migrañas tuvieron un incremento de 2 a 4 veces
en el riesgo de apoplejía en comparación con quienes no usaron tales anticonceptivos (Tepper, 2016c). El American College of Obstetricians and
Gynecologists (2019d), ante el hecho de que el riesgo absoluto es bajo, concluyó que cabe considerar la utilización de anticonceptivos hormonales
combinados en las pacientes jóvenes no fumadoras que tienen migraña sin cambios neurológicos focales. En lo que se refiere a muchas de las
mujeres mencionadas, quizá sea más apropiado un método anticonceptivo intrauterino o una píldora con progestágenos solos.
Tromboembolia venosa
Cuando se inició el uso de anticonceptivos hormonales combinados se advirtió que los riesgos de trombosis de venas profundas y de embolia
pulmonar aumentaba de manera significativa en mujeres que utilizaban dichos anticonceptivos (Realini, 1985). Se observó que estos riesgos se
relacionaban con la dosis de estrógeno y se han reducido de manera apreciable con el desarrollo de las presentaciones de dosis pequeñas que
contienen sólo 20 a 35 µg de etinilestradiol (Westhoff, 1998). Es importante destacar que en dos estudios se demostró un posible incremento del
riesgo de tromboembolia venosa con anticonceptivos orales combinados que contiene drosperinona. La FDA ha instado a que se valoren los
beneficios y los riesgos de tromboembolia venosa en usuarias de las píldoras mencionadas (Food and Drug Administration, 2012; Jick, 2011; Parkin,
2011).
Mishell y colaboradores (2000) concluyeron que el riesgo de tromboembolia venosa era tres a cuatro veces mayor en usuarias actuales de
anticonceptivos orales combinados que en las mujeres que no los utilizaban. Sin embargo, el riesgo sin anticoncepción es bajo (cerca de 1 de cada 10
000 mujeres por año) y, por tal situación, la incidencia con los anticonceptivos hormonales combinados es sólo de 3 a 4 por 10 000 mujeres por año. Es
importante señalar que tales riesgos intensificados por los anticonceptivos hormonales combinados al parecer se disipan rápido una vez que se
interrumpe la administración del anticonceptivo y, de igual importancia, estos riesgos de tromboembolia venosa siguen siendo menores que los
estimados durante el embarazo, en que existe una incidencia de 5 a 6 por 10 000 mujeres por año.
Algunos cofactores incrementan la incidencia de tromboembolia venosa en pacientes que utilizan anticonceptivos con estrógeno o las que están
embarazadas o son puérperas. Éstos incluyen una o más de las muchas trombofilias, entre ellas, la deficiencia de vitaminas C o S o mutación del factor
V de Leiden (capítulo 39, Consideraciones preoperatorias, Prevención de tromboembolia) (Mohllajee, 2006). Otros factores que aumentan los riesgos
de tromboembolia venosa son hipertensión, obesidad, diabetes, tabaquismo y vida sedentaria (Pomp, 2007, 2008).
Estudios originales indicaron un riesgo dos veces mayor de tromboembolia periquirúrgica en usuarias de anticonceptivos hormonales combinados
(Robinson, 1991). No se cuenta con datos de las presentaciones de dosis bajas utilizadas de modo habitual y, por tal razón, el American College of
Obstetricians and Gynecologists (2019d) recomienda comparar y equilibrar los riesgos de tromboembolia venosa con los de un embarazo no buscado,
en las 4 a 6 semanas necesarias en el prequirúrgico para que se disipen los efectos trombógenos de los anticonceptivos hormonales combinados.
Para las mujeres que se someten a una cirugía mayor que implica inmovilidad prolongada, los anticonceptivos hormonales combinados deben
suspenderse de manera periquirúrgica.
Lupus eritematoso sistémico
El uso de anticonceptivos hormonales combinados en mujeres con lupus eritematoso sistémico (SLE, systemic lupus erythematosus) por lo demás sin
complicaciones ha sido el “tema obligado” de investigación clínica basada en evidencias. En el pasado, y con mucha razón, se consideraba que estaba
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contraindicado el uso de anticonceptivos hormonales combinados en pacientes con esta enfermedad y ello se debía al riesgo alto subyacente
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CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
presentar
trombosis
venosa
y
arterial
junto
con
los
efectos
trombógenos
de
los
antiguos
anticonceptivos
orales
con
dosis
altas
de
esteroides.
La
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seguridad de los actuales anticonceptivos hormonales combinados con dosis bajas en muchas mujeres con lupus eritematoso sistémico ha sido un
hecho demostrado en dos estudios con asignación al azar (Petri, 2005; Sánchez-Guerrero, 2005). Es importante destacar que los anticonceptivos
suspenderse de manera periquirúrgica.
Lupus eritematoso sistémico
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El uso de anticonceptivos hormonales combinados en mujeres con lupus eritematoso sistémico (SLE, systemic lupus erythematosus) por lo demás sin
complicaciones ha sido el “tema obligado” de investigación clínica basada en evidencias. En el pasado, y con mucha razón, se consideraba que estaba
contraindicado el uso de anticonceptivos hormonales combinados en pacientes con esta enfermedad y ello se debía al riesgo alto subyacente de
presentar trombosis venosa y arterial junto con los efectos trombógenos de los antiguos anticonceptivos orales con dosis altas de esteroides. La
seguridad de los actuales anticonceptivos hormonales combinados con dosis bajas en muchas mujeres con lupus eritematoso sistémico ha sido un
hecho demostrado en dos estudios con asignación al azar (Petri, 2005; Sánchez-Guerrero, 2005). Es importante destacar que los anticonceptivos
hormonales combinados no son los anticonceptivos adecuados en mujeres con lupus eritematoso sistémico que también tienen resultados positivos
en las pruebas de anticuerpos antifosfolípidos u otras contraindicaciones identificadas para utilizar tales compuestos. Las mujeres afectadas que
muestran dichos anticuerpos tienen riesgos de coagulación elevados.
Trastornos convulsivos
En Estados Unidos, cerca de un millón de mujeres en edad reproductiva tienen alguna forma diagnosticada de epilepsia. Como se muestra en los
cuadros 5–7 y 5–8, algunos, no todos, de los anticonvulsivos más usados alteran de modo apreciable el metabolismo y la depuración de algunos de los
anticonceptivos hormonales combinados. Un mecanismo en el caso de muchos antiepilépticos es la inducción potente de enzimas del sistema de
citocromo P450. A su vez, esto intensifica el metabolismo de los esteroides anticonceptivos y, con ello, disminuye la concentración de los mismos en el
suero, incluso 50% (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019d; Zupanc, 2006).
Dichas interacciones metabólicas casi nunca aumentan la actividad convulsiva. Una excepción posible es el uso mixto de anticonceptivos hormonales
combinados y lamotrigina, un anticonvulsivo solo. Las concentraciones séricas del anticonvulsivo disminuyen incluso a 50%, situación que quizás
aumente el riesgo de convulsiones (Gaffield, 2011).
En los US MEC se incluyen las guías basadas en evidencias para el empleo de anticonceptivos por epilépticas. El uso de anticonceptivos hormonales
combinados en dichas mujeres ha sido clasificado como categoría 1. Sin embargo, estos anticonceptivos utilizados junto con algunos anticonvulsivos
pueden disminuir la eficacia anticonceptiva o anticonvulsiva. Por todo lo expuesto, a las epilépticas que utilizan anticonvulsivos que intensifican la
actividad del citocromo P450 se les debe recomendar que elijan otros métodos contra el embarazo de ser posible; en caso contrario, habrá que utilizar
un anticonceptivos hormonales combinados que contenga como mínimo 30 µg de etinilestradiol. Para quienes utilizan lamotrigina como fármaco
único, no se recomienda el uso de anticonceptivos hormonales combinados.
A pesar de que no son anticonceptivos hormonales combinados, los preparados que contienen sólo progestágenos también son alterados por el uso
de anticonvulsivos que inducen el sistema de la enzima citocromo P450; el resultado es disminución de las concentraciones séricas de progestágeno y
tasas menores de supresión eficaz de la ovulación, y conllevan un riesgo inaceptable de embarazo no planeado.
Hepatopatía
Los estrógenos y los progestágenos tienen efectos probados en la función hepática. La colestasis y la ictericia colestásica, que surgen más a menudo
en el embarazo, también son inducidas en algunas ocasiones por el uso de anticonceptivos hormonales combinados. Es posible que la susceptibilidad
a dichos problemas provenga de una mutación genética hereditaria en el transporte de bilirrubina, por lo que la colestasis con anticonceptivos
hormonales combinados muestra mayor posibilidad de que surja también en mujeres afectadas durante la gestación. Lo habitual es que con la
interrupción de los anticonceptivos hormonales combinados se resuelvan los síntomas. No hay certeza de que dichos efectos colestásicos de los
anticonceptivos hormonales combinados también agraven los riesgos de colestasis y colecistectomía ulteriores. Es probable que cualquier
incremento del riesgo sea pequeño y habría que considerar también los efectos identificados de aumento de la paridad en las mujeres con
colecistopatías.
En cuanto a las pacientes con hepatitis viral o cirrosis, la Organización Mundial de la Salud ha emitido recomendaciones (Kapp, 2009b). En las que
tienen hepatitis activa es importante no comenzar el uso de anticonceptivos hormonales combinados, pero el empleo de los anticonceptivos se puede
continuar en mujeres que presentan una exacerbación de la hepatopatía en tanto consumen anticonceptivos hormonales combinados. No está
restringido el uso de anticonceptivos que tienen sólo progestágeno en tales mujeres. En el caso de la cirrosis, la enfermedad leve compensada no
limita el uso de anticonceptivos hormonales combinados o de métodos con sólo progestágenos. Sin embargo, en aquéllas con enfermedad grave
descompensada será mejor no recurrir a ningún método hormonal.
Enfermedades neoplásicas
Un motivo de preocupación lo constituyen los efectos de los esteroides sexuales en la estimulación de algunos cánceres. Sin embargo, parecería que,
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en general, estas
hormonas
no causan cáncer
(Hannaford, 2007). Una notificación hecha por el Collaborative Group on Epidemiological Studies
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anticonceptivos
y esterilización,
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OvarianMcGraw
Cancer (2008)
verificó
de los primeros
que indicaban
un efecto
protector contra cánceres de endometrio y ovario (Cancer and
Steroid Hormone Study, 1987a,b). Sin embargo, la protección mencionada disminuye conforme se prolonga el tiempo en que la mujer no recibe el
anticonceptivo (Tworoger, 2007). En seguida se presentan informes contradictorios en cuanto a la posibilidad de mayor riesgo de cambios
limita el uso de anticonceptivos hormonales combinados o de métodos con sólo progestágenos. Sin embargo, en aquéllas con enfermedad grave
descompensada será mejor no recurrir a ningún método hormonal.
Enfermedades neoplásicas
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Un motivo de preocupación lo constituyen los efectos de los esteroides sexuales en la estimulación de algunos cánceres. Sin embargo, parecería que,
en general, estas hormonas no causan cáncer (Hannaford, 2007). Una notificación hecha por el Collaborative Group on Epidemiological Studies of
Ovarian Cancer (2008) verificó datos de los primeros estudios que indicaban un efecto protector contra cánceres de endometrio y ovario (Cancer and
Steroid Hormone Study, 1987a,b). Sin embargo, la protección mencionada disminuye conforme se prolonga el tiempo en que la mujer no recibe el
anticonceptivo (Tworoger, 2007). En seguida se presentan informes contradictorios en cuanto a la posibilidad de mayor riesgo de cambios
premalignos y malignos en el hígado, el cuello uterino y la mama.
En primer lugar, antes se vinculaba la hiperplasia nodular focal hepática y los adenomas hepáticos benignos con los anticonceptivos orales
combinados antiguos que contenían dosis altas de estrógeno. Sin embargo, los estudios que valoraron a mujeres que toman anticonceptivos orales
combinados contemporáneos de dosis bajas no señalaron que hubiera ninguna relación (Hannaford, 1997; Heinemann, 1998). En forma similar, las
correlaciones tempranas entre anticonceptivos hormonales combinados y el carcinoma hepatocelular fueron refutadas (Maheshwari, 2007; World
Health Organization, 1989)). En el caso de muchas mujeres con tumores diagnosticados, pueden utilizar anticonceptivos orales combinados las que
tienen hiperplasia nodular focal, pero será mejor no usarlos en las que tienen un adenoma hepático benigno y el carcinoma hepatocelular (Kapp,
2009a).
En segundo lugar, en usuarias de anticonceptivos orales combinados aumentan las cifras de displasia y cáncer cervicouterinos. Estos riesgos
aumentaron con la duración del empleo, pero de acuerdo con la International Collaboration of Epidemiological Studies of Cervical Cancer (2007), si se
interrumpe el uso de anticonceptivos orales combinados, a los 10 años los riesgos se tornan similares a los de mujeres que no los utilizaron. Las
explicaciones de tales situaciones son especulativas y quizá dependan de una exposición más frecuente al virus de papiloma humano (HPV, human
papillomavirus) por los métodos de barrera menos usados. Tal vez también se explique por la detección citológica más frecuente a la cual se someten
las usuarias de anticonceptivos orales combinados. Además, éstos pueden incrementar la persistencia de la infección por HPV y la expresión del
oncogén de dicho virus (De Villiers, 2003). Como dato importante, si se trata la displasia cervicouterina, en las usuarias de anticonceptivos hormonales
combinados no aumenta la tasa de recurrencia.
Por último, el cáncer de mama es estimulado por la administración de hormonas esteroides sexuales femeninas, pero no se sabe si los
anticonceptivos hormonales combinados tienen un efecto adverso en la proliferación o el desarrollo del tumor. El Collaborative Group on Hormonal
Factors in Breast Cancer (1996) analizó datos de estudios que incluyeron a >53 000 mujeres con cáncer mamario y 100 000 mujeres no afectadas. El
grupo en cuestión observó un incremento notable de 1.24 veces del riesgo en usuarias actuales de anticonceptivos orales combinados. Este riesgo
disminuyó a 1.16, entre 1 y 4 años después de haber interrumpido la utilización de anticonceptivos orales combinados y de 1.07 para aquéllas entre los
5 y 9 años. En los riesgos no influyeron factores como edad en que se consumió por primera vez el anticonceptivo, duración de uso, antecedente
familiar de cáncer mamario, primera utilización antes del embarazo, ni la dosis o el tipo de hormonas usadas. Esta falta de correlación permitió
cuestionar cualquier importancia causal de los anticonceptivos orales combinados en la oncogénesis mamaria.
Los investigadores del Collaborative Group también observaron que los tumores vinculados con anticonceptivos orales combinados tendieron a ser
menos malignos y que fue posible detectar los cánceres en etapas más tempranas. Sugirieron que el aumento en la frecuencia de diagnóstico de
cáncer tal vez se debió a una vigilancia más intensiva entre las usuarias. En un estudio de casos y testigos (4575 casos y 4682 testigos), no se detectó
relación alguna con el consumo actual o pasado de anticonceptivos orales combinados y el cáncer de mama (Marchbanks, 2002). Por último, no se ha
demostrado que mujeres heterocigotas respecto de las mutaciones de los genes BRCA1 o BRCA2 tengan una mayor incidencia de cánceres de mama u
ovario con el uso de anticonceptivos orales combinados (Brohet, 2007). En cuanto a la mastopatía benigna, Vessey y Yeates (2007) publicaron que el
consumo de anticonceptivos orales combinados al parecer disminuyó el riesgo relativo.
Anticonceptivos con progestágeno solo
Los anticonceptivos que contienen sólo un progestágeno fueron creados para eliminar los efectos secundarios indeseados de los estrógenos. Los
progestágenos se pueden administrar por varias vías, como tabletas, inyecciones, dispositivos intrauterinos e implantes subdérmicos.
Comprimidos con progestágenos solos
Los comprimidos de progestágenos solos (POP, progestin-only pills), llamados también minipíldoras, se administran por vía oral todos los días. No
inhiben con toda certeza la ovulación, pero en vez de ello espesan el moco cervicouterino y decidualizan y atrofian el endometrio. Los cambios del
moco no persisten más allá de 24 horas, razón por la que, para obtener eficacia máxima, la mujer debe tomar la píldora a la misma hora todos los días.
Su uso no ha tenido gran aceptación por la incidencia mucho mayor de metrorragia irregular y una tasa un poco más alta de embarazo que el
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observado con
los anticonceptivos
hormonales
combinados (cuadro 5–1).
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Los comprimidos a base de un solo progestágeno tienen efectos mínimos (si es que los tienen) en el metabolismo de carbohidratos y en los factores
de coagulación. No ocasionan ni exacerban la hipertensión, por lo que pueden ser muy convenientes en algunas mujeres expuestas a mayor riesgo de
presentar otras complicaciones cardiovasculares. Dado que no disminuyen la producción de leche, los comprimidos de progestágenos solos son
Comprimidos con progestágenos solos
Los comprimidos de progestágenos solos (POP, progestin-only pills), llamados también minipíldoras, se administran por vía oral todos los días. No
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inhiben con toda certeza la ovulación, pero en vez de ello espesan el moco cervicouterino y decidualizan y atrofian el endometrio. Los cambios
del
moco no persisten más allá de 24 horas, razón por la que, para obtener eficacia máxima, la mujer debe tomar la píldora a la misma hora todos los días.
Su uso no ha tenido gran aceptación por la incidencia mucho mayor de metrorragia irregular y una tasa un poco más alta de embarazo que el
observado con los anticonceptivos hormonales combinados (cuadro 5–1).
Los comprimidos a base de un solo progestágeno tienen efectos mínimos (si es que los tienen) en el metabolismo de carbohidratos y en los factores
de coagulación. No ocasionan ni exacerban la hipertensión, por lo que pueden ser muy convenientes en algunas mujeres expuestas a mayor riesgo de
presentar otras complicaciones cardiovasculares. Dado que no disminuyen la producción de leche, los comprimidos de progestágenos solos son
adecuados para mujeres que lactan. Cuando se usan en combinación con la lactancia, las píldoras que poseen sólo progestágenos generan una
eficacia casi de 100% incluso durante seis meses (Betraber, 1987; Shikary, 1987). Los comprimidos de progestágenos solos no deben ser consumidos
por mujeres con sangrado uterino inexplicable, cáncer de mama, neoplasias hepáticas, embarazo o hepatopatía grave activa (Janssen
Pharmaceuticals, 2017).
El cumplimiento es esencial para el uso de comprimidos de progestágenos solos. Si la mujer consume la píldora con un retraso de incluso 4 horas,
debe utilizar una forma adicional de protección anticonceptiva las 48 horas siguientes, aunque ello podría contribuir a otro inconveniente importante,
que es el riesgo mayor de ineficacia anticonceptiva en comparación con anticonceptivos hormonales combinados. Además, con la ineficacia, aumenta
la proporción de embarazos ectópicos (Sivin, 1991).
Otra desventaja es la hemorragia uterina irregular que se caracteriza a veces por amenorrea, hemorragia intermenstrual o metrorragia prolongada. Al
igual que ocurre con otros métodos anticonceptivos que contienen progestágeno, surgen quistes ováricos funcionales con mayor frecuencia, aunque
por lo común no necesitan intervención alguna (Hidalgo, 2006; Inki, 2002).
Progestágenos inyectables
Formulaciones
Se conocen tres preparados de progesterona inyectable de depósito que se usan a escala mundial. Este método tiene gran aceptación en Estados
Unidos y lo utilizan cerca de 5% de mujeres que seleccionan un anticonceptivo (Daniels, 2015). Los progestágenos inyectables tienen mecanismos de
acción semejantes a los que se administran por vía oral e incluyen mayor viscosidad del moco cervical, generación de endometrio desfavorable para el
implante y supresión impredecible de la ovulación.
Entre los preparados inyectables están el acetato de medroxiprogesterona de depósito (DMPA, depot medroxyprogesterone acetate). Cada 90 días se
aplica una inyección intramuscular de 150 mg. Un derivado del acetato de medroxiprogesterona de depósito se aplica por vía subcutánea a razón de
una dosis de 104 mg también cada 90 días. La dosis de 104 mg, por su absorción menor con la inyección subcutánea, equivale a la del preparado
intramuscular de 150 mg (Jain, 2004). Con uno u otro métodos, si se aplica la dosis inicial en los primeros cinco días después del comienzo de la
menstruación, no se necesitará ningún método anticonceptivo de refuerzo (Haider, 2007). El enantato de noretindrona es un tercer progestágeno
inyectable de depósito que no se distribuye en Estados Unidos; cada dos meses se inyecta por vía intramuscular una dosis de 200 mg.
Los progestágenos inyectables tienen eficacia anticonceptiva equivalente o mayor que la de anticonceptivos orales combinados. Si se utiliza de
manera perfecta, el acetato de medroxiprogesterona de depósito tiene una tasa de embarazo de 0.2%, pero las tasas de ineficacia con el uso habitual
llegan a 7% a los 12 meses (Trussell, 2018). La progesterona de depósito no suprime la lactancia y existe menor posibilidad de que surja anemia
ferropénica en mujeres que la usan por tiempo prolongado porque es menor el volumen de sangre menstrual con ella. Es importante que no utilicen
los progestágenos inyectables las mujeres embarazadas, las que tienen metrorragia inexplicada, cáncer de mama, enfermedad tromboembólica activa
o el antecedente de la misma, enfermedad cerebrovascular o hepatopatía grave (Pfizer, 2017).
El acetato de medroxiprogesterona de depósito, al igual que ocurre con casi todos los métodos anticonceptivos que tienen sólo progestágeno, no
afecta en grado significativo el metabolismo de lípidos, los niveles de glucosa, los factores hemostáticos, las funciones de hígado y tiroides ni la
presión arterial (Dorflinger, 2002). Además, se ha demostrado que no aumentan el riesgo de tromboembolia, apoplejía o enfermedades
cardiovasculares (Mantha, 2012; World Health Organization, 1998). A pesar de lo anterior, la información del fabricante suele incluir a la trombosis o a
cuadros tromboembólicos como contraindicaciones. Sin embargo, para las personas con estos trastornos, los US MEC consideran a los métodos que
contienen progestágenos dentro de la categoría 2.
Efectos importantes
Las mujeres interesadas en el uso de acetato de medroxiprogesterona de depósito deben conocer sus posibles efectos y reacciones adversas. En
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primer lugar, como
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problema
típico
los anticonceptivos que son progestágenos solos, el acetato de medroxiprogesterona de depósito por lo
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CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
común causa una expulsión de sangre del tipo de menstruación irregular. Cromer y colaboradores (1994) señalaron que 25% de las mujeres
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interrumpieron su uso en el primer año por sangrado irregular. Después del uso prolongado, puede surgir amenorrea y hay que informar a la paciente
de que se trata de un efecto benigno.
cuadros tromboembólicos como contraindicaciones. Sin embargo, para las personas con estos trastornos, los US MEC consideran a los métodos que
contienen progestágenos dentro de la categoría 2.
Efectos importantes
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Las mujeres interesadas en el uso de acetato de medroxiprogesterona de depósito deben conocer sus posibles efectos y reacciones adversas. En
primer lugar, como es un problema típico de los anticonceptivos que son progestágenos solos, el acetato de medroxiprogesterona de depósito por lo
común causa una expulsión de sangre del tipo de menstruación irregular. Cromer y colaboradores (1994) señalaron que 25% de las mujeres
interrumpieron su uso en el primer año por sangrado irregular. Después del uso prolongado, puede surgir amenorrea y hay que informar a la paciente
de que se trata de un efecto benigno.
La supresión prolongada de la ovulación también puede persistir después de interrumpir el uso de inyecciones de acetato de medroxiprogesterona de
depósito. En un estudio temprano de Gardner y Mishell (1970), 25% de las mujeres tardaron un año para reanudar su menstruación regular. Por
consiguiente, es posible que acetato de medroxiprogesterona de depósito no sea la mejor elección para mujeres que piensan utilizar anticonceptivos
por lapsos breves antes de intentar la concepción.
Puede haber disminución significativa de la densidad de minerales óseos por los menores niveles de estrógeno, y es una situación más preocupante
en usuarias que consumen estos productos por largo tiempo. Tal pérdida es importante en adolescentes porque la densidad ósea aumenta muy
rápido de los 10 a los 30 años de edad (Sulak, 1999). Además, la menor densidad de minerales óseos puede ser motivo de preocupación para las
perimenopáusicas que pronto iniciarán la menopausia, lapso en que se acelera la pérdida ósea. Los puntos de preocupación anteriores hicieron que
la FDA en 2004 exigiera al fabricante del producto que incluyera una advertencia de que el acetato de medroxiprogesterona de depósito “debe
utilizarse como un método de control de natalidad por largo tiempo (más de dos años) sólo si son inadecuados los otros métodos anticonceptivos”.
Hay algunos factores que compensan esta preocupación. En primer lugar, a pesar de que la pérdida ósea es máxima en los primeros dos años,
después es mucho más lenta. En segundo lugar, gran parte de la pérdida ósea durante el uso del anticonceptivo se restablece en los cinco años
posteriores a su interrupción (Clark, 2006; Harel, 2010). En resumen, el American College of Obtetricians and Gynecologists (2019c) concluyó que las
preocupaciones sobre la pérdida de la densidad ósea, no deben impedir o limitar el uso de dicho método anticonceptivo.
Entre los riesgos potenciales de cáncer, es posible que el uso de acetato de medroxiprogesterona de depósito aumente las tasas de carcinoma
cervicouterino in situ. Sin embargo, los riesgos de dicho cáncer o de neoplasias hepáticas no son mayores con este método (Thomas, 1995). Una
ventaja es que disminuye la tasa de cánceres ováricos y endometriales (Kaunitz, 1996; World Health Organization, 1991). Además, Skegg y
colaboradores (1995) reunieron los resultados de estudios de casos y testigos en Nueva Zelandia y de la Organización Mundial de la Salud que
incluyeron a casi 1 800 mujeres con cáncer mamario. En comparación con 14 000 personas testigos, el uso de acetato de medroxiprogesterona de
depósito como anticonceptivo se acompañó de un riesgo doble de cáncer en los primeros cinco años de empleo; sin embargo, el riesgo global no
aumentó.
Con respecto a otros riesgos, algunas mujeres señalaron dolorimiento de las mamas con el uso de acetato de medroxiprogesterona de depósito.
También se indicó depresión, pero no se ha demostrado una relación causal. Por último, a pesar de que el incremento de peso se atribuyó a menudo a
los progestágenos de depósito, no todos los estudios han demostrado tal hecho (Bahamondes, 2001; Mainwaring, 1995; Moore, 1995;
Taneepanichskul, 1998). Beksinska y colaboradores (2010) señalaron que las adolescentes que utilizaron acetato de medroxiprogesterona de
depósito intramuscular ganaron 2.3 kg de peso durante un intervalo de 4 a 5 años, en comparación con el peso que aumentaron las adolescentes que
usaron anticonceptivos orales combinados. Se ha demostrado que el acetato de medroxiprogesterona de depósito subcutáneo puede originar un
pequeño incremento ponderal en muchas mujeres (Westhoff, 2007b). Es muy probable que las mujeres cuyo peso se incrementa en los primeros seis
meses de usar acetato de medroxiprogesterona de depósito muestren el mismo fenómeno a largo plazo, por lo que Le y colaboradores (2009)
sugieren que es conveniente un asesoramiento oportuno a estas personas.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS DEL TERCER TIPO
Los métodos anticonceptivos de este grupo son considerados como de eficacia moderada. El primero incluye los llamados métodos de barrera
diseñados para evitar que los espermatozoides funcionales lleguen al óvulo y lo fecunden. La otra categoría consiste en conocer las fechas de
fecundidad. Tal vez en mayor grado que con otros métodos anticonceptivos, los métodos de eficacia moderada tienen tasas altas de buenos
resultados cuando los usan parejas verdaderamente comprometidas con su uso.
Métodos de barrera
Estos métodos incluyen diafragmas vaginales y preservativos para varones y para mujeres. Como se señala en el cuadro 5–1, la tasa notificada de
embarazos con la utilización correcta de estos métodos varía de 2% a 16% en el primer año de uso y depende en gran medida del empleo correcto y
constante.
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CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
Preservativo
varón
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Casi todos los preservativos están elaborados de látex y se fabrican de diversos tamaños para que se adapten a la anatomía. Con menor frecuencia, se
Métodos de barrera
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Estos métodos incluyen diafragmas vaginales y preservativos para varones y para mujeres. Como se señala en el cuadro 5–1, la tasa notificada
de
embarazos con la utilización correcta de estos métodos varía de 2% a 16% en el primer año de uso y depende en gran medida del empleo correcto y
constante.
Preservativo del varón
Casi todos los preservativos están elaborados de látex y se fabrican de diversos tamaños para que se adapten a la anatomía. Con menor frecuencia, se
utilizan poliuretano o ciego de oveja.
La eficacia de los preservativos aumenta de manera apreciable si se siguen algunos consejos. Los lubricantes deben ser hidrófilos, porque los
productos a base de aceite destruyen el látex y los diafragmas (Waldron, 1989). Entre los consejos básicos para asegurar la máxima eficacia del
preservativo están: 1) utilizarlo en cada coito; 2) colocarlo antes de que el pene y la vagina entren en contacto; 3) quitarlo en el momento en que aún
está erecto el pene; 4) sostener su base cuando se retira, y 5) utilizarlo con un espermicida.
Una ventaja clara de los preservativos es que, si se utilizan de manera apropiada, brindan considerable protección (no absoluta) contra muchas de las
infecciones de transmisión sexual. También ayudan a evitar los cambios premalignos del cuello uterino, tal vez porque bloquean la transmisión del
virus de papiloma humano (Winer, 2006).
Para personas sensibles al látex, se cuenta con otro tipo de condones. Son los elaborados con intestinos de oveja (preservativos de piel o zalea
natural) que son eficaces, pero que no protegen de infecciones de transmisión sexual. Los preservativos no alergénicos están fabricados de un
elastómero termoplástico sintético, como el poliuretano, que también se utiliza en algunos guantes quirúrgicos. Aquéllos muestran eficacia contra
infecciones de transmisión sexual, pero sus tasas de rotura y deslizamiento son mucho mayores que las de los preservativos de látex (Gallo, 2006). En
un estudio con asignación al azar efectuado en 901 parejas, Steiner y colaboradores (2003) documentaron rotura y deslizamiento con 8.4% de los
preservativos de poliuretano en comparación con sólo 3.2% con los de látex. También se ha señalado que las probabilidades semestrales de
embarazo típico fueron de 9.0% con los preservativos de poliuretano en comparación con 5.4% con los preservativos de látex.
Preservativo de la mujer
Los preservativos para mujeres, fabricados por muchas compañías con diferentes nombres, evitan el embarazo y las infecciones de transmisión
sexual. Una de las marcas que se distribuyen en Estados Unidos es el FC2 Female Condom, una vaina de poliuretano cilíndrica con un anillo del mismo
material, pero flexible, en cada extremo (figura 5–9). El anillo abierto permanece fuera de la vagina y el interno cerrado se ajusta detrás de la sínfisis del
pubis y por debajo del cuello uterino, a semejanza de un diafragma (figura 5–10). Es importante no utilizarlo junto con el preservativo del varón,
porque con ambos puede haber deslizamiento, roturas o desplazamiento. Estudios in vitro han indicado que el preservativo de la mujer es
impermeable al HIV, al citomegalovirus y al virus de la hepatitis B. Como se indica en el cuadro 5–1, la tasa de embarazo es mayor que en el caso del
preservativo del varón.
Figura 5–9.
Preservativo para la mujer. (Reproducida con autorización de The Cervical Barrier Advancement Society e Ibis Reproductive Health).
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preservativo del varón.
Figura 5–9.
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Preservativo para la mujer. (Reproducida con autorización de The Cervical Barrier Advancement Society e Ibis Reproductive Health).
Figura 5–10.
Colocación y ajuste del preservativo para la mujer. A . Se comprime el anillo interno para introducirlo y se le sitúa de forma similar a como se hace con
un diafragma. B . El anillo interno se desplaza hacia adentro con el dedo índice.
Diafragma combinado con espermicida
El diafragma consiste en una cúpula circular de látex de diversos diámetros apoyado en un resorte metálico circunferencial (figura 5–11). Cuando se
utiliza en combinación con un gel o crema espermicidas, puede ser muy eficaz. El espermicida se aplica en la superficie del cuello de forma central en
la cúpula y a lo largo del borde. Hecho lo anterior, se coloca en la vagina para que queden separados de modo eficaz el cuello uterino, los fondos de
saco vaginales y la pared anterior de la vagina, del resto de la vagina y el pene. Al mismo tiempo, queda adosado contra el cuello uterino por acción del
diafragma, el agente espermicida colocado en el centro. Si el dispositivo está en la posición apropiada, el borde queda en sentido inferior y plano
profundo dentro del fondo de saco posterior. En sentido superior, el borde está muy cercano a la superficie interna de la sínfisis inmediatamente por
debajo de la uretra (figura 5–12). Si el diafragma es muy pequeño, no permanece en su sitio y, si es muy grande, causa muchas molestias cuando se
coloca. Es necesario especificar los factores variables, como tamaño y flexibilidad del resorte, por lo que el diafragma se vende sólo por prescripción.
Debido a que es indispensable colocarlo de manera apropiada, el diafragma quizá no sea la mejor elección para mujeres con prolapso importante de
órganos pélvicos. El útero en posición anómala puede hacer que la colocación del diafragma sea inestable y culmine en su expulsión.
Figura 5–11.
Grupo de tres diafragmas. (Con autorización de The Cervical Barrier Advancement Society e Ibis Reproductive Health).
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Debido a que es indispensable colocarlo de manera apropiada, el diafragma quizá no sea la mejor elección para mujeres con prolapso importante de
órganos pélvicos. El útero en posición anómala puede hacer que la colocación del diafragma sea inestable y culmine en su expulsión.
Figura 5–11.
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Grupo de tres diafragmas. (Con autorización de The Cervical Barrier Advancement Society e Ibis Reproductive Health).
Figura 5–12.
El diafragma colocado crea una barrera física entre la vagina y el cuello uterino.
Para usarlo, es importante introducir el diafragma y el agente espermicida mucho antes del coito, pero el lapso no debe exceder de 2 horas y, cuando
se rebasa tal periodo, se aplica espermicida adicional en la zona alta de la vagina para protección máxima. En forma similar, se coloca el espermicida
antes de cada coito. El diafragma no se extrae durante 6 horas, como mínimo, después de la relación sexual. Se ha descrito el síndrome de estado de
choque tóxico después de su empleo, por lo que es importante no dejar colocado el diafragma por más de 24 horas.
El empleo apropiado del diafragma exige enorme motivación. Vessey y colaboradores (1982) señalaron una tasa de embarazo de sólo 1.9 a 2.4 por 100
mujeres por año para usuarias que lo utilizaban de manera correcta. En un estudio pequeño, Bounds y colaboradores (1995) notificaron una tasa
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todavía
mayor
de ineficacia,
de 12.3 por 100
mujeres por año. La tasa de embarazo no planeado es menor en mujeres que tienen más de 35
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CAPÍTULO
5: Métodos
anticonceptivos
y esterilización,
edad que
en las más
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Hill. jóvenes.
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Capuchón cervical
se rebasa tal periodo, se aplica espermicida adicional en la zona alta de la vagina para protección máxima. En forma similar, se coloca el espermicida
antes de cada coito. El diafragma no se extrae durante 6 horas, como mínimo, después de la relación sexual. Se ha descrito el síndrome de estado de
choque tóxico después de su empleo, por lo que es importante no dejar colocado el diafragma por más de 24 horas.
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El empleo apropiado del diafragma exige enorme motivación. Vessey y colaboradores (1982) señalaron una tasa de embarazo de sólo 1.9 a 2.4 por 100
mujeres por año para usuarias que lo utilizaban de manera correcta. En un estudio pequeño, Bounds y colaboradores (1995) notificaron una tasa
todavía mayor de ineficacia, de 12.3 por 100 mujeres por año. La tasa de embarazo no planeado es menor en mujeres que tienen más de 35 años de
edad que en las más jóvenes.
Capuchón cervical
Este dispositivo de barrera hecho de silicona, lavable y reutilizable, circunda el cuello uterino e impide el paso de espermatozoides, y se combina con
un espermicida. FemCap, que se distribuye en Estados Unidos, en la actualidad se expende en tamaños de 22, 26 y 30 mm de diámetro, para adaptarse
a tamaños diversos de cuello uterino. Se puede colocar en cualquier momento antes de la relación sexual y debe dejarse en su sitio al menos 8 horas
después de realizada. La dosificación del espermicida y las nuevas dosis son similares a las que se siguen con un diafragma.
Métodos basados en el conocimiento de las fechas de fecundidad
Esta modalidad de anticoncepción consiste en identificar los días fértiles del ciclo menstrual (figura 5–13). Al saber tales fechas, la pareja evita el coito
o utiliza un método de barrera durante ellas. Todavía se desconoce la eficacia comparativa de estos métodos (Peragallo Urrutia, 2018). Sin duda
alguna, es de máxima importancia la enseñanza y la orientación apropiadas y en ello interviene un calendario complejo. Dichos calendarios y también
la orientación detallada están disponibles en FertilityUK for the United Kingdom, en: www.fertilityuk.org.
Figura 5–13.
CycleBeads. Durante su empleo, las cuentas rojas señalan el comienzo de la menstruación y se recorre la pequeña banda negra por cada día del ciclo
menstrual. Una vez que se llega a las cuentas blancas, la mujer deja de tener relaciones sexuales hasta que comienzan de nuevo las cuentas de color
marrón. (Reproducida con autorización de Cycle Technologies).
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS DEL CUARTO TIPO
Espermicidas
Estos anticonceptivos se comercializan en la forma de cremas, geles, óvulos, espuma de aerosol y películas (figura 5–14). En Estados Unidos, se les
utiliza de manera generalizada y se pueden obtener casi todos sin prescripción. Las probables usuarias abarcan mujeres para quienes son
inaceptables los demás métodos. Son en particular útiles para aquellas que necesitan protección temporal, por ejemplo, durante la primera semana
de haber comenzado el uso de anticonceptivos hormonales combinados o mientras lactan.
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Figura 5–14.
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Película anticonceptiva vaginal. En primer lugar, la película se dobla a la mitad y luego se dobla sobre la punta del dedo que la introduce. Una vez
introducida cerca del cuello uterino, la película se disuelve y libera espermicida.
Estos anticonceptivos se comercializan en la forma de cremas, geles, óvulos, espuma de aerosol y películas (figura 5–14). En Estados Unidos, se les
utiliza de manera generalizada y se pueden obtener casi todos sin prescripción. Las probables usuarias abarcan mujeres para quienes son
inaceptables los demás métodos. Son en particular útiles para aquellas que necesitan protección temporal, por ejemplo, durante la primera
semana
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de haber comenzado el uso de anticonceptivos hormonales combinados o mientras lactan.
Figura 5–14.
Película anticonceptiva vaginal. En primer lugar, la película se dobla a la mitad y luego se dobla sobre la punta del dedo que la introduce. Una vez
introducida cerca del cuello uterino, la película se disuelve y libera espermicida.
Los espermicidas oponen una barrera física a la penetración de espermatozoides y también aportan su acción espermicida. El ingrediente activo es el
nonoxinol-9 o el octoxinol-9. Es importante señalar que es necesario colocar los espermicidas en un punto alto de la vagina en contacto con el cuello
uterino poco antes del coito. Su eficacia máxima no dura más de 1 hora. A partir de ese momento, hay que colocarlos de nuevo antes de repetir el
coito. Si la mujer acostumbra las duchas, debe evitarlas al menos durante 6 horas después del coito.
Las tasas altas de embarazo se atribuyen más bien al empleo inconstante y no a una ineficacia del método, sin embargo, los espermicidas tienen una
tasa de ineficacia hasta de 28 embarazos por 100 mujeres por año de uso correcto (cuadro 5–1). Si a pesar de utilizarlos la mujer se embaraza, los
espermicidas no son teratógenos (Briggs, 2017).
Los espermicidas que contienen sobre todo nonoxinol-9 no protegen de enfermedades de transmisión sexual. También se señaló que el empleo a
largo plazo del nonoxinol-9 ejercía mínimos efectos en la flora vaginal (Schreiber, 2006).
Esponja anticonceptiva
En 2005, en Estados Unidos se distribuyó de nuevo una esponja anticonceptiva. Ésta se vende sin receta y consiste en un disco de poliuretano
impregnado de nonoxinol-9 que se puede colocar incluso 24 horas antes del coito (figura 5–15). El disco se humedece y aplica de manera directa
contra el cuello del útero. Mientras está colocado, tiene capacidad anticonceptiva sea cual sea el número de coitos. Debe estar en su sitio 6 horas
después de la relación sexual para que sea eficaz, y para reducir la irritación y los riesgos de infección, debe permanecer no más de 30 horas (Mayer
Laboratories, 2011). Aunque quizá sea más cómoda, la esponja es menos eficaz que el diafragma o el preservativo.
Figura 5–15.
Esponja vaginal. Cuando se coloca en la posición correcta, su cuenco queda exactamente contra la superficie del cuello uterino y la cinta queda hacia
afuera para que sea fácil engancharla con el dedo y extraerla.
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CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
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Figura 5–15.
Esponja vaginal. Cuando se coloca en la posición correcta, su cuenco queda exactamente contra la superficie del cuello uterino y la cinta queda
hacia
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afuera para que sea fácil engancharla con el dedo y extraerla.
ANTICONCEPCIÓN DE URGENCIA
La anticoncepción de urgencia (EC, emergency contraception) es apropiada para las mujeres que se presentan para recibir atención anticonceptiva
después de una relación sexual consensuada pero sin protección o después de una agresión sexual. Si se usa de manera correcta, varios métodos
reducirán de modo sustancial la probabilidad de un embarazo no deseado en estas mujeres. Los métodos disponibles actuales incluyen compuestos
que contienen esteroides sexuales, compuestos antiprogesterona y el dispositivo intrauterino de cobre (cuadro 5–10). Debido a que la duración del
uso es corta, las mujeres con afecciones que normalmente podrían contraindicar formulaciones hormonales pueden recibir estos medicamentos para
la anticoncepción de urgencia.
Cuadro 5–10.
Métodos disponibles para usar como anticonceptivos de urgencia.
Método
Presentación
Píldoras por dosis
Píldora con progestágeno solo
Plan Ba
Levonorgestrel, 0.75 mg
1
Plan B de una faseb
Levonorgestrel, 150 mg
1
Píldora con modulador selectivo del receptor de progesterona
Ellab
Acetato de ulipristal, 30 mg
1
Píldoras con anticonceptivo oral combinadoa,c,d
Ogestrel
Etinilestradiol, 0.05 mg + norgestrel,e 0.5 mg
2
Lo/Ovral
Etinilestradiol, 0.03 mg + norgestrel,e 0.3 mg
4
Trivora (rosa)
Etinilestradiol, 0.03 mg + levonorgestrel, 0.125 mg
4
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CAPÍTULO
y esterilización,
Aviane5: Métodos anticonceptivos
Etinilestradiol,
0.02 mg + levonorgestrel, 0.1 mg
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Dispositivo intrauterino de cobre
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reducirán de modo sustancial la probabilidad de un embarazo no deseado en estas mujeres. Los métodos disponibles actuales incluyen compuestos
que contienen esteroides sexuales, compuestos antiprogesterona y el dispositivo intrauterino de cobre (cuadro 5–10). Debido a que la duración del
uso es corta, las mujeres con afecciones que normalmente podrían contraindicar formulaciones hormonales pueden recibir estos medicamentos
para
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la anticoncepción de urgencia.
Cuadro 5–10.
Métodos disponibles para usar como anticonceptivos de urgencia.
Método
Presentación
Píldoras por dosis
Píldora con progestágeno solo
Plan Ba
Levonorgestrel, 0.75 mg
1
Plan B de una faseb
Levonorgestrel, 150 mg
1
Píldora con modulador selectivo del receptor de progesterona
Ellab
Acetato de ulipristal, 30 mg
1
Píldoras con anticonceptivo oral combinadoa,c,d
Ogestrel
Etinilestradiol, 0.05 mg + norgestrel,e 0.5 mg
2
Lo/Ovral
Etinilestradiol, 0.03 mg + norgestrel,e 0.3 mg
4
Trivora (rosa)
Etinilestradiol, 0.03 mg + levonorgestrel, 0.125 mg
4
Aviane
Etinilestradiol, 0.02 mg + levonorgestrel, 0.1 mg
5
Dispositivo intrauterino de cobre
ParaGard T 380A
a El tratamiento comprende dosis con una diferencia de 12 horas entre cada una.
b El tratamiento consiste en una sola dosis por vía oral.
c El empleo de un antiemético antes de tomar el fármaco aminora el riesgo de náuseas, que constituye un efecto secundario frecuente.
d Un listado de otros anticonceptivos orales combinados adecuados y su dosificación se encuentra en https://ec.princeton.edu/questions/dose.html#dose.
e El norgestrel contiene dos isómeros, y sólo uno de ellos es bioactivo, a saber, el levonorgestrel. Por tanto, la cantidad de norgestrel necesario para que sea eficaz
es del doble que la de los regímenes basados en levonorgestrel.
La información en cuanto a la anticoncepción de urgencia está a la disposición del personal de atención de la salud o de los pacientes en diversas
fuentes las 24 horas del día:
American Congress of Obstetricians and Gynecologists: www.acog.org
Emergency Contraception Hotline y sitio de internet: 1-888-NOT-2-LATE (888-668-2528) y www.not-2-late.com
Reproductive Health Technologies Project: rhtp.org/work/contraception/emergency-contraception/
Opciones hormonales
Mecanismos de acción
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CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
Los
anticonceptivos
tienen diferentes
de acción,
cual depende
del día del ciclo menstrual en que ocurrió el coito y también
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del día en que se administraron las píldoras (Croxatto, 2003). Un mecanismo importante es la inhibición o el retraso de la ovulación (Marions, 2004).
Otros sugeridos incluyen cambios endometriales que impiden la implantación; la interferencia con el transporte o la penetración de espermatozoides
Emergency Contraception Hotline y sitio de internet: 1-888-NOT-2-LATE (888-668-2528) y www.not-2-late.com
Reproductive Health Technologies Project: rhtp.org/work/contraception/emergency-contraception/
Opciones hormonales
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Mecanismos de acción
Los anticonceptivos hormonales tienen diferentes mecanismos de acción, lo cual depende del día del ciclo menstrual en que ocurrió el coito y también
del día en que se administraron las píldoras (Croxatto, 2003). Un mecanismo importante es la inhibición o el retraso de la ovulación (Marions, 2004).
Otros sugeridos incluyen cambios endometriales que impiden la implantación; la interferencia con el transporte o la penetración de espermatozoides
y la disminución de la función del cuerpo lúteo (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2018b). A pesar de estos efectos, todos los
métodos utilizados como anticonceptivos después del coito tendrán fracasos. Los embarazos que tienen lugar a pesar de los anticonceptivos
hormonales de urgencia, al parecer no se afectan por dicha profilaxis. Además, la anticoncepción hormonal de urgencia no constituye una forma de
aborto médico. Más bien, este método impide la ovulación o la implantación.
Excepto tal vez por el dispositivo intrauterino de cobre, en general los demás métodos de anticoncepción de urgencia no evitarán el embarazo que sea
consecuencia de coitos ulteriores durante el mismo ciclo. Por consiguiente, el uso de una técnica de barrera es recomendable hasta la siguiente
menstruación. Si la menstruación se retrasa tres semanas de la fecha esperada, la probabilidad de embarazo aumenta y habrá que emprender
pruebas apropiadas para confirmarlo.
Combinaciones de estrógeno con progestágeno
Conocidos también como el método Yuzpe, los regímenes que contienen anticonceptivos orales combinados dentro de esta categoría se incluyen en
el cuadro 5–10 y han sido aprobados por la FDA para utilizar como anticonceptivos de urgencia (Yuzpe, 1974). Se debe tomar las píldoras en un
término de 72 horas luego de la relación sexual, y cuanto antes se tomen tendrán mayor efectividad, aunque se pueden administrar incluso hasta las
120 horas. Después de 12 horas de la dosis inicial, se consume una segunda dosis.
La eficacia se define por el número de embarazos observados después del tratamiento, dividido entre la cantidad estimada que habría ocurrido sin
tratamiento; esta fracción evitada varía mucho de un informe a otro y es de cerca de 75% en el caso de los regímenes con anticonceptivos orales
combinados (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2018b).
Las náuseas y el vómito son frecuentes con los regímenes de anticonceptivos orales combinados, por su dosis alta de estrógeno. Un antiemético por
vía oral al menos 1 hora antes de administrar cada dosis puede disminuir los síntomas. En estudios con asignación al azar, resultó eficaz la
administración de 50 mg de meclizina o 10 mg de metoclopramida 1 hora antes de usar la dosis terapéutica (Ragan, 2003; Raymond, 2000). Si la mujer
vomita en un lapso de 2 horas luego de recibir la dosis, se suministra otra de reposición.
Regímenes con progestágenos solos
El método a base de progestágeno solo para situaciones de urgencia se expende en la forma de Plan B y Plan B de una fase. El Plan B consiste en dos
píldoras y cada una contiene 0.75 mg de levonorgestrel. La primera dosis se ingiere en el curso de 72 horas después del coito sin protección, pero
puede usarse incluso hasta luego de 120 horas, y la segunda dosis se toma 12 horas después (cuadro 5–10). Ngai y colaboradores (2005) también
demostraron que es eficaz un intervalo de 24 horas entre una y otra dosis. El Plan B de una fase incluye una sola dosis de 1.5 mg de levonorgestrel por
vía oral de manera óptima en un término de 72 horas o incluso hasta 120 horas después del coito.
Muchos estudios, incluido el multicéntrico realizado por la Organización Mundial de la Salud, indican que los regímenes con progestágenos solos son
más eficaces que los métodos de anticonceptivos hormonales combinados para evitar el embarazo (Von Hertzen, 2002). El American College of
Obstetricians and Gynecologists (2018b) cita una disminución de la tasa de embarazos cercana a 50%, en comparación con el anticonceptivos orales
combinados. Ellertson y colaboradores (2003) indicaron una tasa de 55% de profilaxis del embarazo incluso si se emprendía el Plan B 4 o 5 días
después del coito sin protección. A partir de pequeños estudios, los datos farmacocinéticos más recientes sugieren una menor biodisponibilidad de
una dosis de 1.5 mg en mujeres obesas en comparación con pacientes de peso normal (Natavio, 2019; Praditpan, 2017). Aun así, la tasa de embarazo
en mujeres obesas a las que se les prescribió este tipo de anticoncepción de urgencia fue sólo de 2% en un análisis agrupado (Festin, 2017).
Moduladores selectivos del receptor de progestágeno
En 2010, el acetato de ulipristal (Ella) fue aprobado por la FDA para la anticoncepción después del coito. Se toma como una sola tableta de 30 mg hasta
120 horas después de una relación sexual sin protección (Brache, 2010). Este fármaco, descrito en el capítulo 9 (Patología uterina benigna, Manejo no
quirúrgico), proporciona actividad anticonceptiva al retrasar la ovulación. En comparación con el levonorgestrel en estudios con asignación al azar, el
acetato de ulipristal demostró ser ligeramente más efectivo (Crenin, 2006; Glasier, 2010). Los efectos secundarios incluyen náuseas y retraso de la
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menstruación
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CAPÍTULO
5: posterior.
Métodos anticonceptivos y esterilización,
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Dispositivos intrauterinos que contienen cobre
Moduladores selectivos del receptor de progestágeno
En 2010, el acetato de ulipristal (Ella) fue aprobado por la FDA para la anticoncepción después del coito. Se toma como una sola tableta de 30 mg hasta
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120 horas después de una relación sexual sin protección (Brache, 2010). Este fármaco, descrito en el capítulo 9 (Patología uterina benigna,
Manejo no
quirúrgico), proporciona actividad anticonceptiva al retrasar la ovulación. En comparación con el levonorgestrel en estudios con asignación al azar, el
acetato de ulipristal demostró ser ligeramente más efectivo (Crenin, 2006; Glasier, 2010). Los efectos secundarios incluyen náuseas y retraso de la
menstruación posterior.
Dispositivos intrauterinos que contienen cobre
La inserción de un dispositivo intrauterino de cobre es un método anticonceptivo posterior al coito efectivo y puede insertarse hasta cinco días
después de una relación sexual sin protección en las mujeres elegibles a anticoncepción intrauterina. Es el método más eficaz de anticoncepción de
urgencia, y una revisión sistemática de 42 estudios calculó una tasa de embarazo de 0.1% (Cleland, 2012). Una ventaja secundaria es que este método
también ofrece una forma efectiva de anticoncepción durante 10 años.
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CAPÍTULO 5: Métodos anticonceptivos y esterilización,
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Xu JX, Rivera R, Dunson TR, et al: A comparative study of two techniques used in immediate postplacental insertion (IPPI) of the Copper T-380A IUD in
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