Nadia Sahabi Ferrer 2 eso C Información sobre la tecnodependencia (Página 1) Estadisticas (Página 2 y 3) ¿Como influye la tecnologia en nosotros? Y las redes sociales en la adolescncia (Página 4 ) ¿Vulneralización de privacidad? (Página 5) Preguntas y causas y soluciones (Página 5 y 6) Bibliografia (Página 7) Podemos definir a la tecnodependencia como la ''adicción'' de los ciudadanos actuales a la tecnologías que, en realidad, no son necesarias para la vida,la salud o el bienestar de personas,hasta tal punto de depender de ella . La tecnología es vista como una distracción y es un muy buen recurso para comunicarse con otras personas,poder trabajar , informarse... pero no es necesario vivir dependiendo de tu movil,ordenador, e-book... También se dice que la tecnología es como el camino para un mundo mejor, a la liberación del trabajo y la fuente de ocio y placeres. Hoy en día la tecnodependencia es un problema de un mundo cada vez más globalizado .En el momento que la tecnología se vuelve una herramienta de dependencia (que claro esta, difiere de lo que debería ser su objetivo: asegurar un futuro ”mejor”) los efectos sociales de este tipo de economía mundial, que podríamos llamar una economía imperialista, se ven plasmados en la idiosincrasia de cada pueblo y cultura. Es importante destacar que la diversidad cultural en nuestro mundo va desapareciendo, formando una gran cultura global a causa de la propia globalización. Por ejemplo, las culturas de oriente medio y lejano, así como también la propia latinoamericana, se han visto, aunque en diferentes periodos históricos, influenciadas por la cultura occidental, la cultura de los países ”desarrollados”. El caso de los jóvenes es uno de los mas peligrosos. El deseo incontrolado de navegar en Internet y en participar en redes sociales suman el peligro de contactar con personas sin escrúpulos ocultas en el anonimato en la Red. Esto puede acabar en situaciones muy difíciles y traumáticas como la desaparición ,la violación, la obligación a prostituirse... Cuando navegamos en la red, estamos expuestos a distintos tipos de amenazas informáticas que pueden destruir nuestra información e incluso robarla y distribuirla sin nuestro consentimiento. Además de programas, también existen redes en línea en las que podemos ser engañados debido a estar hablando con personas que no conocemos y no sabemos cuáles son sus intenciones. Existen diversos tipos de virus, spyware, piratas informáticos, entre otros, que están diseñados para apropiarse de nuestros archivos, debido a esto es que tenemos que saber realmente que es lo que descargamos, la publicidad en internet es uno de los medios más comunes para hacer que personas descarguen estos archivos,por lo cual toca tener cuidado con estos archivos que pueden dañar nuestro equipo. En internet, aparte de programas y piratas informáticos, nos enfrentamos a otros tipos de problemas como lo es el engaño al momento de realizar compras en internet, cuando realizamos este tipo de compras, tenemos que tener en cuenta que la pagina donde estemos comprando sea una página certificada para la compra y venta de productos, también tenemos que tener en cuenta la reputación del vendedor al cual le estamos comprando, para así recibir un producto de calidad. Estadísticas de efectos negativos de las tecnologías Estadísticas de uso de las redes sociales en función de la edad Comparativa del 2010 al 2011 Uso de tecnología Nuestro cerebro, como demuestran las evidencias científicas e históricas, cambia en respuesta a nuestras experiencias, y la tecnología que usamos para encontrar, almacenar y compartir información puede, literalmente, alterar nuestros procesos neuronales. Además, cada tecnología de la información conlleva una ética intelectual. Así como el libro impreso servía para centrar nuestra atención, fomentando el pensamiento profundo y creativo, Internet fomenta el picoteo rápido y distraído de pequeños fragmentos de información de muchas fuentes. Su ética es una ética industrial, de la velocidad y la eficiencia. La Red nos está reconfigurando a su propia imagen, volviéndonos más hábiles para manejar y ojear superficialmente la información pero menos capaces de concentración, contemplación y reflexión. Este libro cambiará para siempre nuestro modo de entender y aprovechar las nuevas tecnologías. La tecnología influye en los ciudadanos y en su forma de relacionarse entre ellos y con el medio sin entrar a valorar si lo hacen de manera positiva o negativa, o ambas .Los cambios también se producen a nivel neurológico. En primates ya lo hemos comprobado en el laboratorio: si se les enseña a usar herramientas simples, como rastrillos y pinzas para agarrar alimentos que de otra manera quedarían lejos de su alcance, hay un crecimiento de la actividad neuronal significativo en las áreas visuales y motrices relacionadas con el control de las manos que sostienen las herramientas. Para que nuestros cerebros se modifiquen no es necesario ni siquiera que usemos ciertas herramientas con nuestras manos o pies, basta con que esas herramientas nos obliguen a pensar o dejar de pensar en determinadas cosas. Los jóvenes viven rodeados de tecnología, no lo podemos manejar, ya que contamos con ordenador, cámara digital, iPod, consolas y múltiples aparatos que llenan las habitaciones y centran la atención para monopolizar el tiempo de uso. Una vez descubiertas las múltiples posibilidades de la tecnología, llegan los últimos modelos. Y lo peor de todo es que se estan volviendo indispensables, por eso dicen que provoca dependencia. Hoy es mas fácil para los jóvenes tener teléfonos, pues son sus padres quienes pagan de forma directa o indirecta las recargas de saldo. Resulta inquietante que los padres prefieran que sus hijos tengan móviles para controlarlos ,que buscar otras vías de comunicación. Los teléfonos móviles ofrecen a sus usuarios libertad, independencia y facilidad de comunicación. Estas libertades pueden llegar a convertirse en dependencia. Si se analizan casos de adicción, se comprueban ejemplos de agresividad, mal humor, aislamiento, fracaso en los estudios y alejamiento de la familia que manifiestan los “adictos al móvil”. Es paradójico el hecho de que un aparato tecnológico que proporciona independencia cree tanta adicción entre la población adolescente. Tanto el móvil, como Internet, han demostrado que hemos dejado de mantener una comunicación personal con aquellas personas que vemos a diario para sumergirnos en una realidad virtual. Las redes sociales se han convertido en bases de datos en la que se recogen informaciones de carácter personal y documentos sobre las actividades de la vida real de las personas que hacen uso de ellas. Campos como el estado civil y la ciudad de residencia son habituales en este tipo de páginas y mucha gente cree que rellenando este tipo de campos en nuestro perfil, aun cuando no son obligatorios para el registro, van a ser usuarios más activos, pero la realidad es que estamos poniendo al alcance de cualquiera, datos que no hace mucho tiempo evitábamos dar con tanta facilidad. Nuestra información personal, y más aun este tipo de datos sobre nuestra vida privada deberían estar más valorados, ya que exponerlos con tanta facilidad podría traernos problemas. Pero el exhibicionismo de algunos usuarios no tiene límites, y el siguiente nivel en lo que a exposición de datos personales se refiere llegó con la adición de la geolocalizacion en las redes sociales. Con el boom de estas redes en los móviles de última generación (Iphone , Android…) se ofrece a los usuarios la posibilidad de mostrar en la red social el punto geográfico exacto en el que se encuentran en cada momento gracias a la tecnología GPS incluida en este tipo de terminales móviles. Hay veces en las que los parámetros que controlan la actividad en este tipo de aplicaciones no están muy claros, y si no queremos ser localizados por los satélites que sobrevuelan nuestras cabezas, y que esa localización se utilice con fines no autorizados por nosotros, debemos controlar dichos parámetros para asegurarnos de que esto no ocurre, o bien preocuparnos de controlar con quien compartimos tal cantidad de información. Cuánto se gasta en ropa, qué juegos prefiere, sus creencias religiosas, tendencia política, dónde pasó sus últimas vacaciones, su color favorito, o si es de tomar cerveza, vino o agua en las comidas. Muchos de estos detalles sobre usted están en Internet. Algunos los habrá publicado usted mismo, otros se pueden inferir de su actividad en la Red, qué páginas visita, qué aplicaciones se descarga en el móvil o simplemente de lo que otros dicen de su persona. La información está ahí y no hace falta ser malintencionado para encontrarla, aunque puede ser usada con malas intenciones. Lo habitual, sin embargo, es que las empresas recaben y crucen datos personales para ofrecer publicidad muy individualizada en función de los gustos de cada uno, incrementando con ello sus posibilidades de venta. Así, la privacidad se ha convertido en la moneda con la que pagamos muchos de los servicios online aparentemente gratuitos. Otras veces, compartimos intimidades simplemente para satisfacer la necesidad humana de comunicarnos, según los sociólogos. Sea de manera intencionada o inconsciente, cada clic de ratón o palabra que escribimos en la blogosfera revela quiénes y cómo somos. Los expertos coinciden: la privacidad en Internet no existe, pero se puede gestionar cuánto enseñamos y qué imagen damos. Lo que es muy grave es que la mayoría de los chicos de primaria, secundaria, preparatoria y por supuesto universidades necesitan de una computadora con Internet "para hacer tareas" cuestión que no la utilizan para ese propósito, sino para "chetear" el "face" o el "twitter". Bueno el problema es que las bibliotecas públicas, los clubs de lecturas (si es que aún existen) o la mayoría de las fuentes de información ya no son utilizadas. ¿Qué debemos hacer para no caer en la tecnodependencia? Es bueno establecer periodos de desconexión o siestas digitales, recordar que se puede desconectar el móvil y volver de vez en cuando a las actividades predigitales, a pasear, a consultar algo cara a cara o incluso a llamar por teléfono, que ahora lo hacemos todo por correo electrónico y hay problemas que hay que madurar, cosas que valorar... muchas cosas que no se resuelven con las nuevas tecnologías. No todo está en Internet... De Internet te puedes bajar todos los apuntes de la carrera y todos los libros, pero la práctica está en la vida real y uno no quiere a un abogado que tenga muchos conocimientos pero ninguna experiencia, o a un fontanero que haya aprendido su oficio con el ordenador. Tecnofóbicos Al ser tecnofóbico te pierdes cosas muy bonitas e interesantes. Un tecnofóbico tiene que aceptar que lo digital no se va a ir y tener una actitud positiva y mucha paciencia, porque esto no es algo que se aprenda en un día. Hace falta tiempo, práctica, y lo ideal es que empiecen con el ocio, con cosas que les interesen. También se deben quejar de los problemas que muchas veces surgen en los dispositivos y sistemas. ¿A qué personas les afecta más la adicción a Internet? Según un informe de la Comisión Europea de 2001, los jóvenes occidentales de 15 a 24 años usan regularmente la informática en casi la mitad de su tiempo libre. El teléfono móvil es la nueva tecnología más usada, ya que es usado por 9 de cada 10 jóvenes. El uso del correo electrónico aumenta con la edad aunque, contrariamente, el uso de videojuegos se reduce con la edad. El “chat” es la forma más habitual e incluso preferida de comunicación de numerosos adolescentes y jóvenes. Tratamiento de la adicción a las redes sociales Cuando las señales de alarma comentadas se prolongan durante un periodo considerable de tiempo (por ejemplo, 6 meses) y la persona experimenta un deterioro personal, laboral y social que está directamente relacionado con su conducta abusiva de las redes sociales, se debe recibir ayuda profesional. En el tratamiento psicológico de la adicción a las redes sociales, es importante prestar especial atención a las situaciones vitales negativas que puede estar viviendo la persona y, sobre todo, a cómo la persona se enfrenta a estas situaciones estresantes. Es habitual que las personas adictas, o con comportamientos abusivos de las redes sociales en Internet, las utilicen como vía de escape para olvidarse de sus frustraciones, de sus problemas de pareja, del fracaso escolar (en el caso de niños o adolescentes), de una enfermedad... Mientras están conectadas a las redes sociales, interactúan con otras personas y se evaden de sus problemas. ¿Qué formas de adicción existen? Existen varias formas de adicción a Internet según el tipo de abuso realizado. Entre los más frecuentes nos encontramos: Otro grupo estaría integrado por los llamados “hackers” o piratas informáticos, catalogados como una tribu moderna o grupo marginal. Estas personas, generalmente jóvenes con grandes conocimientos informáticos, a menudo autodidactas, han creado nuevos rituales, nuevos lenguajes y ritmos especiales que inducen a la adicción. • Cibersexo • Foros de debate ("chats") • Juegos por Internet • Búsqueda patológica de información ¿Qué consecuencias acarrean estas adicciones? Los jóvenes dependientes de Internet y de las nuevas tecnologías en general dedican un excesivo tiempo a estas actividades en detrimento de otras como los estudios o el trabajo, el descanso y el sueño, la lectura de libros, ver la televisión o simplemente charlar con familiares o amigos, con el consiguiente empobrecimiento de las relaciones sociales. ¿Qué medidas se pueden adoptar? Al igual que intentamos conocer qué hacen nuestros hijos en el colegio, con qué amigos se relacionan y qué hacen fuera de casa o qué actividades o deberes deben realizar en casa, es necesario preocuparse por los sitios de Internet que visita, las personas con las que se comunica a través de la red o el grado de conocimientos tecnológicos que posee. Si no reconoce su adicción difícilmente podrá cambiarla, de modo que lo mejor que se puede hacer es intentar hablar con el él/ella y que tome conciencia de que tiene un problema y que no puede seguir así. Generalmente cuando se presenta una adicción así suele ser por escapar de la realidad, por diversas situaciones que pueden estresarle, pero cuanto más les da la espalda más se complica la situación. Quizá el plantearle todas las cosas que no hace y que se van sumando en su vida le hagan estar más receptivo. Una vez que él admita y se de cuenta del problema, lo mejor es sugerirle acudir a un psicólogo para que le ayude, incluso ofrecerte a acompañarle si se siente incómodo o nervioso, esto suele dar confianza. Pero lo primero es que él también sea consciente del problema. Información: http://www.buenastareas.com/ensayos/ Libro de texto ''Educación para la ciudadanía y los derechos humanos'' http://www.xatakaciencia.com/ http://sociedad.elpais.com http://blogeroeka.blogspot.com.es http://www.psicoadan.com Imágenes: https://www.google.es/imghp?hl=es&tab=ii/