EL REINADO DE DIOS

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EL REINADO DE DIOS
El tema central es el Reino de Dios abordado desde la figura de Cristo y su mensaje. De
como lo transmitía, en que época y a quién, cual era su población a la cual lo daba a
conocer, una mirada general de como Jesús con su vida predicaba el Reino que llevaba
en sí, que era Él mismo, ya que es imagen total de Dios pues como él afirma “El que me
ve a mi ve a al Padre”.
En conclusión ¿Qué pretendía Jesús con su mensaje? Y ¿Cuál era este mensaje?
JESÚS Y SU FIGURA EN LA SOCIEDAD
Tal vez nos han hablado mucho de Jesús y nuestros conocimientos sobre ÉL son básicos,
Hijo de Dios, Mesías, enviado para salvarnos, pero ¿Qué dicen de ÉL?
Jesús nació en una familia humilde, de una virgen llamada María y un padre adoptivo, de
nombre José, en tiempo del emperador Augusto (63 a.C- 14 d.C), creció y actuó bajo el
régimen del emperador Tiberio (14 a.C - 37 d.C) y murió bajo el poder de Poncio Pilato.
Su presencia en el mundo es algo que no se puede dudar. Todo lo que se dice de él es un
acontecimiento histórico y no ficticio, a pesar de la oscuridad de la historia de la época se
puede constatar con nitidez su actuación y predicación donde se muestra como un
hombre con una incomparable originalidad.
En el Antiguo Testamento esperaban con ansias un mediador que viniera a salvar el
pueblo, era esperado un líder político, con algo más, un ser espiritual dotado de
inteligencia y sabiduría humana que pudiera darle fin a los conflictos naturales de la
época. Pero Jesús era un hombre totalmente diferente, transmitía un mensaje de alegría,
de amor, su conducta fue el último ofrecimiento de salvación: se relacionaba con los
pecadores, con los que incumplían el precepto del sábado y las prescripciones sobre la
pureza. Su mensaje de amor era válido para todos, con su conducta lo que buscaba era la
salvación de los hombres en cuerpo y alma, sus predilectos eran los pobres, enfermos y
perdidos. No llevaba una vida apartada del mundo, iba a los hombres y vivía con ellos, era
un hombre mundanamente abierto, para Él, el mundo era la buena creación de Dios, Y
sus bienes dones para los hombres, en definitiva la voluntad de Dios lo ocupaba
totalmente. Su actuación suscitó en un principio sorpresa, fascinación pero para otros
sospecha, rechazo, escándalo y odio. El que Jesús llevara el amor de Dios a los
pecadores cuestionaba la concepción judía de la santidad, lo que le trajo enemistad con
los dirigentes judíos.
Son muchos los conceptos que se tienen de Él pero su verdadera identidad es que es
Hijo Único de Dios Padre, al que cariñosamente llamaba “Abbá”.
MOTIVO DE LA PREDICACION DE JESÚS
Jesús al ser un enviado cumple una misión, su trabajo de anunciar a Dios se convierte en
el centro de su predicación, el motivo fundamental de su mensaje era la llegada del Reino
de Dios. Pero este concepto no era bien entendido y en la época de entonces se tenían
muchos significados según las necesidades del contexto.
Los judíos veían al Mesías como una persona bien dotada, que vendría a salvarlos de la
opresión y por ende su concepción de Reino de Dios estaba basada en una esperanza
sobre un líder justo que pudiera acabar con las desigualdades y darle así orden a la
sociedad.
Para algunos profetas como Juan Bautista la llegada del Reino estaba bajo la mirada del
juicio, tanto que sus predicaciones exhortaban al arrepentimiento, a la conversión de vida,
a volver la mirada a Dios, porque el Reino ya estaba cerca.
Pero Jesús no solo con sus palabras sino también con su conducta nos muestra la
realidad del Reino, para Él su significado estaba bajo el signo de la misericordia, el amor y
la cercanía de Dios con los más pequeños, los pobres y pecadores, consistía en la alegría
de vivir con y para el Creador, de un amor sin límites, que fuera capaz de romper las
barreras del egoísmo y del poder, e ir por el camino de la no violencia, del servicio en bien
del otro, lo que marcó un nuevo comienzo en la historia pues cambió no solo la
concepción religiosa sino que su mensaje iba mas allá de la ley, el cual se fundamentaba
en el gran mandamiento del amor, un mensaje que se hacía realidad en los diferentes
momentos en los que Jesús obraba salvación, con la expulsión de demonios y las
curaciones, hechos que demuestran que el Reino de Dios significaba salvación la cual
estaba ofrecida a todos los hombres que esperaban en las promesas y obras de Dios.
Jesús con su mensaje de la llegada del Reino, nos quiere decir que sólo Dios puede darle
un sentido nuevo a las cosas, a las vivencias y experiencia humanas y cambiar así la
realidad humana y divinizarla.
Hasta aquí hemos podido comprender la figura de Jesús, su vida pública, su predicación y
el centro de esta: el Reino de Dios. Veremos mas adelante como este mensaje toma un
sentido escatológico, un mensaje de esperanza y salvación para toda la humanidad
basado en el amor.
MENSAJE DE ESPERANZA
El Reino de Dios en el Antiguo Testamento era esperado como una realidad histórica y no
como una realidad trascendente, su esperanza estaba basada en la experiencia del
pueblo especialmente en la salida de Egipto y el paso por el desierto, donde sintieron
profundamente a Dios.
La esperanza escatológica no anticipa sucesos futuros sino una experiencia a largo plazo.
Para Jesús esta esperanza se cumple aquí y ahora, porque la promesa de Dios se ha
realizado por medio de ÉL (“Los cojos andan, los ciegos ven…”).
Dios actúa en nuestra pequeñez, en lo oculto y hasta mediante el fracaso, todo hace parte
de su pedagogía, pues el Reino de Dios es una realidad oculta que pasa diariamente, en
la que nadie se da cuenta de lo que ocurre, esta viniendo constantemente a nosotros no
por las propias fuerzas sino por ofrecimiento de Dios que abre nuevas posibilidades, sin
embargo es libre decisión del hombre acogerlo o no en la vida.
La muerte y resurrección de Jesús abre las puertas de la promesa a una esperanza que
sigue incumplida que se colmara sólo cuando Dios sea “TODO EN TODO”.
“PADRE NUESTRO…VENGA A NOSOTROS TU REINO”
Dios es el Dueño y Señor del universo, el Creador de todo cuanto existe en la tierra, por
este hecho el Reino de Dios es la venida de Dios mismo, no como un lugar estructurado
sino como un estado en su presencia, es Dios quien viene a reinar definitivamente en la
humanidad.
En el Antiguo testamento se nos revela que la esperanza en el Reino era la esperanza en
el Señorío de Dios el cual vendría a gobernar y regir la tierra.
El judaísmo pretendía encontrarlo en la ley y en el cumplimiento de la misma, por las
normas establecidas que estaban, sin embrago, sometidas a los designios humanos. Pero
Jesús rompe toda estructura y con su anuncio nos revela a un Dios cercano que se
interesa por el hombre, por su realidad, que se hace el encontradizo con el único
propósito de brindar su amor a aquellos que están sedientos de Él. También con sus
palabras nos muestra que el dominio de Dios consiste solo en la soberanía de su amor,
Jesús al llamarlo Padre evidencia su cercanía y lo hace de palabra y de corazón, cuando
predicaba y cuando oraba, una cercanía que se prolonga en la persona de Jesús a todos
los seres para que podamos llamarlo también nosotros Padre.
Al hablar de Dios como Padre se proclama también su majestad, su soberanía y gloria. El
Padre nos ofrece la salvación y por medio de esta se hace presente Él mismo y se acerca
a nosotros mediante su Misericordia, actitud que nos renueva, que nos hace buenos y nos
comunica su amor, un amor que se acoge con libertad porque no es obtenido por merito
propio. El Reino de Dios es un don dado en herencia, es milagro de Dios que el hombre
debe creer mediante la Fe. Por esto el hombre debe fortalecer su confianza en Dios y así
renunciar así mismo esperándolo todo de El, haciéndose partícipe de la omnipotencia de
Dios, requiere confiar y edificar sobre su poder que actúa en Jesús, basar la existencia en
El y dejarlo actuar en la propia vida, así en el hombre reinará Dios como Dueño y Señor.
MENSAJE DE SALVACIÓN
Jesús puso al centro de su mensaje la alegría como medio de salvación, una salvación
basada en las bienaventuranzas “Dichosos los pobres, los hambrientos…” porque ÉL ha
venido a proclamarles la Buena Nueva. Dios es para los sencillos, pequeños y cansados,
para los impíos y a los que la sociedad desprecia. Jesús se adentra en el Reino de Dios
en el presente, curando y redimiendo a todos los pecadores y enfermos, mostrándonos
que la salvación que Dios ofrece al hombre es en cuerpo y alma.
El mensaje del Reino de Dios tiene contenido el perdón de la culpa, lo que genera alegría
al experimentar la misericordia y el amor que nos salva, experiencia de amor que
debemos llevar a otros, pues este ejemplo nos enseña y capacita para perdonar sin
límites. La disponibilidad al perdón es la condición para que el Señor nos perdone. A los
misericordiosos se les promete la salvación.
El tiempo del Reino de Dios que llega es el tiempo del amor que exige el aceptarse mutua
e incondicionalmente unos a otros. “Únicamente en el amor encuentra su plenitud el
hombre”.
La llegada del Señorío de Dios significa, salvación del mundo en su totalidad y de cada
uno en particular, donde se espera que el amor sea lo último y definitivo. Sólo así
podemos tener la esperanza de una vida basada en la libertad, la paz y la reconciliación.
Para finalizar nuestro escrito concluimos: el Reino de Dios es una experiencia basada en
la persona de Cristo la cual se hace realidad en la medida que se acoge en si mismo,
abriendo las puertas de nuestro interior a Dios que viene a morar, a establecerse en
nosotros, que nos ofrece amor y perdón en su Palabra y nos devuelve la alegría de
habernos salvado.
El Reino de Dios es “Dios en mi”, en cada una de las personas, es un don que se nos ha
dado gratuito y que cada hombre acoge en libertad, es saber que somos pobres pero que
Dios actúa en nuestra pequeñez, en lo oculto de nuestra vida, Dios siempre está presente
en cada vida, cada persona, en la historia de la creación y la salvación.
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