La masacre de de Cristo

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1. ENDTIME ISSUES NEWSLETTER No. 112
"La Masacre de Cristo de Mel Gibson"
Samuele Bacchiocchi, Ph. D.,
Prólogo del coordinador de la traducción
(El presente prólogo no es parte del artículo original)
Se ofrece a los lectores de habla hispana el último de los Boletines electrónicos
escritos por el pastor italo-americano Samuele Bacchiocchi, traducido al español. El
Pr. Bacchiochi –como es sabido- fue el primer no católico en obtener un doctorado
en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma en el Vaticano.
Dado que en Sudamérica la película se estrenará mañana, este Boletín resulta muy
oportuno para los Adventistas y en general para todos los cristianos de habla
hispana de nuestra región. En esta traducción han colaborado varios hermanos
adventistas interesados en dar mayor luz sobre la cuestión debatida. Lo entregamos
con la esperanza de que nuestra juventud y nuestros líderes tengan una perspectiva
clara y bíblica de lo que el Señor espera de nosotros ante esta controversia.
Por supuesto, no todos estaremos de acuerdo con todos los argumentos aquí
presentados y nadie debería ser tan arrogante como para pretender ser la única voz
válida del adventismo sobre este tema, pero la exposición del autor es una
importante alegación a ser tomada en cuenta.
Las citas bíblicas son de la versión Reina Valera de 1960, salvo indicación en
contrario. Aquí enviamos la primera parte de la traducción. Es de libre distribución.
Que Dios les bendiga,
Los Traductores
__________________________________________________ _______________
ENDTIME ISSUES NEWSLETTER No. 112
"La Masacre de Cristo de Mel Gibson"
Samuele Bacchiocchi, Ph. D.,
Profesor de Teología Jubilado, Andrews University
Parte I
Varios lectores de mi último boletín (No. 111) sintieron que mis comentarios acerca de la película
de Mel Gibson "La Pasión de Cristo," perdieron credibilidad porque yo no la había visto. La crítica
tiene alguna validez, aunque el leer penetrantes análisis de un libro, o de cualquier producción
artística, a menudo proporciona valiosas apreciaciones pasadas por alto por el espectador o el
lector casual. De hecho, si nosotros fuéramos a preguntarles a 100 espectadores de la película:
qué errores bíblicos y herejías católicas detectaron en la película, 95% de ellos contestarían que
"Ninguno". La razón es que a la persona promedio le faltan tanto los conocimientos históricos como
bíblicos necesarios para evaluar su exactitud.
Una prueba son los comentarios de aquellos que vieron la película, incluyendo tanto líderes de
iglesias protestantes como católicos. La inmensa mayoría aclama la película como la más exacta
reconstrucción de la Pasión de Cristo. La verdad es que la película es una grosera y falsa
representación de la Pasión de Cristo porque contiene muchos errores evidentes y la concepción
católica tradicional de la expiación. El propio Gibson admite que su película está principalmente
basada, no en los Evangelios, sino en las visiones de dos monjas místicas católico romanas santa
Ana Caterina Emmerich y María de Agreda. El punto que sostengo es que ver una película
religiosa, sin conocer los hechos históricos y bíblicos, puede llevar a las personas desinformadas a
aceptar como un hecho lo que en realidad es una ficción.
Para silenciar las críticas y hacer justicia al análisis que usted está a punto de leer, decidí hacer un
tiempo en mi ocupado horario para ver la película. Así, el Miércoles de Ceniza Católico, el 25 de
febrero, fui a ver la película en el Celebration Theater en Benton Harbor, Michigan. Esta fue la
primera vez en mi vida (y tengo 66 años) que caminé hacia un cine. Hubiera preferido alquilar la
película y verla en mi casa. Esto me habría permitido detener la película cada vez que yo
necesitara apuntar algunas observaciones. Desgraciadamente, a la fecha la película todavía no
está disponible en las tiendas de video.
La mejor palabra en la que puedo pensar para describir el impacto de la película en mí es:
"Chocante." Lo que vi es cien veces peor que los análisis más negativos que leí. Desde una
perspectiva bíblica, la película contiene numerosos y prominentes errores pensados para promover
la perspectiva católica acerca de la Pasión y del papel redentor de María, como co-redentora con
Cristo. Lo que más me chocó fue la implacable tortura del cuerpo de Cristo. La brutalidad de azotar
con látigo de nueve puntas metálicas, saca de proporciones el sufrimiento físico de Cristo a fin de
promover la imitación católica de Su sufrimiento como una forma de salvación.
La película es un verdadero baño de sangre dónde el cuerpo de Jesús es constantemente
maltratado, pateado, escupido, y hollado. La carne de Cristo es literalmente desollada por los
látigos metálicos por sádicos soldados romanos que compiten entre ellos por infligir el azote más
devastador. De hecho, después del primer azotamiento, María intenta limpiar la carne y sangre de
utilería en el pavimento del patio de Pilatos. Cuando Cristo alcanza el Gólgota, su cuerpo está tan
desfigurado que más parece una salchicha saliendo de un triturador de carne.
Mientras que romanos y judíos mataron a Jesús una sola vez, Gibson tiene éxito en su película en
matar a Jesús cien veces más. En vista de su sádico contenido, la película mejor debería titularse:
"La masacre de Cristo de Mel Gibson." Ningún SUPERMAN podría soportar los golpes infligidos a
Cristo en la película, incluyendo el ser arrojado fuera de un puente, mientras que cae sobre él una
cadena dee tres pulgadas de espesor, suficiente como para tirar de un tren. Me sorprende que
Gibson nunca haya ido a la Iglesia de San Pedro Encadenado en Roma dónde se exhibe la
supuesta cadena del encarcelamiento de Pedro. Esas cadenas son cuatro veces más pequeñas
que las usadas en la película.
Grandes cualidades artísticas
Desde una perspectiva cinematográfica, la película tiene grandes cualidades artísticas. Las
personalidades se ven reales. Los judíos, los soldados romanos, Pilatos, su esposa Claudia, los
discípulos, todos están vestidos con vestimenta de la época. María se ve como una monja
medieval antes que como una mujer judía del primer siglo. El lento movimiento que fustiga a Jesús
acompañado de suaves cantos gregorianos sume en profundas respuestas emotivas. Nuevamente
el pausado clavado del cuerpo de Jesús, le permite al espectador sentir el insoportable dolor
inflingido por cada clavo. La oscuridad y el terremoto que acompañan la muerte de Cristo son muy
reales. Lo mismo es verdad respecto a la división del templo y su colapso parcial. Los efectos
visuales revelan excelente talento artístico. No hay duda que Mel Gibson merece un oscar,
especialmente por la destacada e implacable brutalidad de la película.
La película plantea importantes preguntas que intentaré abordar en este análisis. ¿Qué llevó a
Gibson a producir semejante sangrienta y grotesca Pasión de Cristo que tan groseramente falsea
los relatos Evangélicos sobre Su juicio y ejecución?. Desde que el factor sangre es mínimo en el
Evangelio, ¿de dónde obtuvo Gibson su información y su inspiración?. ¿Podría tal sangrienta,
grotesca y falsa representación de la muerte y sufrimiento de Cristo estar bíblicamente justificada y
ser presentada a los jóvenes?. ¿No es idolatría retratar al Divino Hijo de Dios en una manera que
distorsionará la experiencia de culto de millones de Cristianos de las generaciones venideras?.
El propio Billy Graham reconoce que "Cada vez que yo predique o hable sobre la Cruz, las cosas
que vi en la pantalla estarán en mi corazón y mi mente." ("What Others Are Saying"
http://www.passionCristo.org). Si un predicador como Billy Graham estará permanentemente
influenciado por el distorsionado retrato de la Pasión de Cristo de Gibson, ¿no les resultará poco
familiar a millones de cristianos la narración de los Evangelios de Romanos 1: 23: “cambiaron la
gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible”?.
El hecho que algunos líderes de iglesia Protestantes acepten la perspectiva de Gibson acerca de la
Pasión de Cristo, causa que uno se pregunte: ¿Qué impacto tendrá la película en las futuras
relaciones entre católicos y protestantes?. ¿Adoptará gradualmente el Protestante la imitación y
devoción católicas de la Pasión como un vía de salvación?. ¿Comenzarán los protestantes
inconscientemente a ver a María en el rol retratado en la película como una socia en la redención
de Cristo?. Es más, ¿cómo afectará la película la actitud cristiana hacia los judíos, en vista del
hecho de que todos judíos mostrados en la película, incluso los niños que intentaron apedrear a
Judas, son retratados como amargados, malos y demoníacos?. Éstas son algunas de las
cuestiones que intentaré abordar en el siguiente orden:
- LAS FUENTES DE “LA PASIÓN”
- ALGUNOS ERRORES NOTORIOS DE “LA PASIÓN”
- EL PROMINENTE ROL DE MARÍA EN “LA PASIÓN”
- LA IMPLACABLE BRUTALIDAD DE “LA PASIÓN”
- LA TEOLOGÍA DE “LA PASIÓN”
- ¿OFRECE “LA PASIÓN” UNA OPORTUNIDAD ÚNICA PARA DIFUNDIR EL EVANGELIO?
- EL POTENCIAL DE “LA PASIÓN” PARA EL EVANGELISMO CATÓLICO
LAS FUENTES DE “LA PASIÓN”
La Pasión de Cristo se anuncia como la más auténtica recreación de las últimas 12 horas de la
vida de Jesús. Para añadir credibilidad histórica a la película, Gibson hizo que los personajes
hablaran en Arameo y Latín. Se ha reportado que el mismo Papa ha dicho “es como fue”, es decir,
la película es una representación real de los acontecimientos que condujeron a la Crucifixión. El
portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls confirmó la opinión del Papa, describiendo la película
como "una transposición cinematográfica de los acontecimientos históricos de la Pasión de
Jesucristo según el Evangelio". De hecho, la película fue mostrada a los miembros de la Secretaría
de Estado del Vaticano, al Consejo Pontifico de Comunicaciones Sociales, a la Congregación para
la Doctrina de la Fe. Todos ellos expresaron una aprobación unánime, elogiándola como la
recreación más exacta de la pasión de Cristo que alguna vez se haya producido.
Este mismo punto de vista es compartido por muchos líderes protestantes que están promoviendo
con entusiasmo la película. Ted Haggard, presidente de la asociación nacional de Evangélicos,
calificó la película como "el Miguel Ángel de esta generación". La Saddleback Church de Rick
Warren en el sur California compró 18.000 boletos. Un representante de las iglesias protestantes,
incluyendo varias iglesias adventistas, han patrocinado la película alquilando teatros. En la iglesia
de la universidad de Loma Linda, el Pastor Roberts y el personal han alquilado un teatro en
Redlands para mostrar “La Pasión”, la tarde de jueves antes de Semana Santa. Una comunicación
que recibí indica que se ha programado una función especial para los obreros de la Asociación
General.
Bill Hybels de Willow Creeek, Robert Schuller de la Catedral Crysta, James Dobson de Enfoque a
la Familia y Paul Harvey, solo para nombrar algunos, están promocionando entusiastamente la
película como una recreación veraz sin precedentes de la Pasión de Cristo, el cual suponen traerá
conversiones masivas al cristianismo.
Teniendo en cuenta el extraordinario endoso ecuménico y la promoción de la película como un
retrato auténtico de la Pasión de Cristo, necesitamos comprender en principio: ¿La película refleja
realmente el relato bíblico respecto a las últimas 12 horas de la vida de Jesús? ¿Cuáles son las
principales fuentes de la película, los Evangelios o la literatura mística católica?. La respuesta está
fácilmente disponible, ya que el propio Gibson admite abiertamente que la película está basada no
solo en los Evangelios, sino también en las visiones de dos monjas católicas, Santa Ana Caterina
Emmerich y María de Agreda.
Refiriéndose a las visiones de Emmerich, Gibson dijo, "ella me proveyó de todo el material que
nunca habría pensado tener" (The New Yorker, 15/09/03). Esto es evidente, porque, como
veremos, muchos de los detalles de la película son extraños a los Evangelios. En su reseña, Darle
Bock da una didáctica guía de referencia escena por escena sobre qué ha sido tomado de los
Evangelios y qué ha sido tomado de las monjas místicas Ana Emmerich y María de Agreda
(www.beliefnet.com/story/140/story_14097_1.html). Emmerich (1774-1824) era una monja alemana
que alegaba tener los estigmas o heridas de Cristo en las manos. Los estigmas (heridas en las
manos) son la última prueba de santidad para los católicos, porque esto supone que su devoción
es tanta que llega a imitar el sufrimiento de Jesús. Cualquier creyente con las heridas de Cristo en
las manos, se convierte pues en un pequeño cristo. Durante los 12 últimos años de su vida, ella
alegó que se alimentó solamente del cuerpo y la sangre de Jesús, representada en la conocida
hostia católica. Es evidente que tenía serios problemas mentales, los que para los católicos son
evidencia de santidad.
Las visiones de Emmerich sobre la vida de Cristo fueron publicadas en 1824 bajo el título de “La
Dolorosa Pasión de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. El libro se promociona en un sitio Web
como "lleno de descripciones de inusual santidad, que no están registradas en los Evangelios." Sus
visiones engañosas describen el castigo y la crucifixión de Cristo con detalles espantosos, los
cuales se muestran en la película y que no figuran en los Evangelios. Igual verdad atribuye
Emmerich, al rol fundamental de María como co-redentora con Cristo. El trabajo de María en la
misión redentora de Cristo es evidente en la película, pero ausente en los Evangelios. En sus
visiones, vio que los protestantes sufren en el purgatorio más que los católicos porque nadie ofrece
misas u oraciones para ellos.
Gibson también fue influenciado por Maria de Agreda (1602-1665), una monja católica y mística
visionaria. Su familia entera ingresó a monasterios y conventos en 1618. A menudo entraba en
trances, lo cual hizo que fuera llevada a tierras extranjeras para enseñar a la gente. En su libro “La
ciudad mística de Dios”, Agreda ofrece muchos detalles sobre la pasión de Maria y Cristo que no
están en la Biblia.
A pesar del apoyo evangélico para la “La Pasión de Cristo”, la película no es evangélica o bíblica
sobre esta materia. Es una película católica romana, hecha por un director católico romano
tradicionalista, con el consejo de Teólogos católicos que buscaron la aprobación del mismo Papa.
Como el propio Gibson afirma, "la película refleja mis creencias". Sus creencias se arraigan en las
creencias y prácticas católico tradicionales que precedieron al “Vaticano II” (1962-1965).
Mientras que el “Vaticano II” ofreció a los no-Católicos la posibilidad de ser salvos mientras que
siguieran la poca luz que tengan; ha quedado registrado la afirmación de Gibson quien dijo que "no
hay salvación para ellos fuera de la iglesia católica" (The New Yorker, del 15 de septiembre de
2003). De hecho, ésta ha sido la posición católica histórica hasta el Vaticano II: " No salus extra
ecclesia- no hay salvación fuera de la iglesia". En una entrevista con The Eternal World Televisión
Network, Gibson dijo: "no voy a ningún otro servicio [católico]. Voy al Antiguo Rito Tridentito
[Latín]". Para poder practicar su fe católica tradicional, construyó su propia capilla católica, llamada
Holy Family (La Santa Familia) cerca de su hogar en California. Durante la película, asistió a la
misa católica cada mañana con la esperanza "de ser inmaculadamente limpio."
Un problema importante con la película es el ulterior motivo de Gibson en retratar la Pasión según
la comprensión de la antigua Iglesia Católica. Tal como Robert Tippie lo señala en su
esclarecedora crítica,“No es que él [Gibson] intente tomar los hechos de las escrituras para
mejorarlos y así atravesar los sentimientos y significados de ella, sino que cambia hacia el viejo
dogma católico que intenta “enseñarnos” algo, antes que hacernos sentirlo en la escena. Esta es la
última forma de licencia poética con la discrepo en “La Pasión”. La película llega a ser tan
dogmáticamente pesada de Romanismo, que resulta ridícula. Si Mel se hubiera apegado a los
llamativos adornos según lo considerado en la primera escena del Huerto, la película habría sido
mucho más impactante para mí" ("La Pasión: Una reseña después de ver la película").
El hecho de que La Pasión es producida por un incondicional, tradicional católico que está ansioso
de ganar nuevos conversos para su fe católica mediante su película, debería ser preocupación
para los Evangélicos que desean proteger a sus miembros de las herejías católicas. Es
completamente contradictorio que los Evangélicos promocionen una película que diga y muestre
hechos antibíblicos, siendo que están comprometidos a mantener la integridad y la autoridad de la
Biblia.
ALGUNOS ERRORES NOTORIOS DE “LA PASIÓN”
Pocos espectadores notarán los evidentes errores que están estratégicamente ubicados a lo largo
de la película. La mayoría de los espectadores sale pensando que han visto un retrato exacto de
las últimas 12 horas de la vida de Cristo. La verdad está muy lejos de ello. La verdad y el error se
entretejen tan intricadamente que el espectador medio que sabe poco sobre el relato de los
Evangelios acerca la Pasión no puede notar las interpolaciones católicas elaboradas para
promover sus enseñanzas históricas. Permítame mencionar algunos de los errores e inexactitudes
que han capturado mi atención.
Getsemaní
La película comienza con Cristo orando en el Huerto de Getsemaní. Tanto el Huerto como Jesús
se ven lamentables. El huerto parece un campo abandonado de Italia del Sur, con el césped alto,
seco y sin los milenarios árboles de olivos tan característicos del Huerto de Getsemaní en
Jerusalén.
Jesús se ve asustado, cubierto con barro o grasa sobre su cabello y cara. Se ve como si acabara
de salir de un hoyo de barro. ¿Por qué Cristo debía verse tan sucio y grasiento si acababa de
tomar la Cena de Pascua con Sus discípulos? Los Evangelios dicen tres veces que Jesús cayó
sobre Su rostro y oró a Su Padre si era posible evitarle tomar la copa de sufrimiento, pero tal
oración difícilmente podría haberle hecho quedar tan sucio. Es evidente que Gibson quiere mostrar
a Cristo asustado desde el principio hasta el final de la película. Semejante cuadro promueve la
devoción católica a la Pasión como una vía de salvación.
Tan pronto como los soldados y sacerdotes capturan a Cristo en el Huerto, lo atan con una pesada
cadena, y comienzan a golpearlo. Pero en los Evangelios no hay referencia a una golpiza a Jesús
en el Huerto. Nos dicen simplemente que: "entonces ellos le echaron mano y le
prendieron....Trajeron pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales
sacerdotes y los ancianos y los escribas" (Marcos 14:46,53; cf. Mat 26:50,57). "Y prendiéndole, le
llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote" (Lucas 22:54; cf. Juan 18:12-13). Lo que en
los Evangelios se presenta como un simple arresto y escolta de Jesús hacia la casa del sumo
sacerdote, en la película se transforma en un pasaje para linchar a Jesús incluso antes de que él
tenga oportunidad de aparecer ante el sumo sacerdote.
Mientras Jesús es torturado en Getsemaní, María se levanta en su hogar y dice: “¿Qué es lo que
hace esta noche diferente a las demás?” – una referencia a la liturgia judía de Pascua. Este detalle
es encontrado en La Dolorosa Pasión, pero no en la Biblia.
La Apariencia física de Satanás
Satanás, con su capa negra y la cara blanca de mimo aparece en varias oportunidades en la
película, incitando a todos contra Cristo. En el Huerto una serpiente se arrastra lentamente hacia
Cristo y está casi lista para morder Su cabeza inclinada en oración. Pero Cristo se levanta y
aplasta la cabeza de la serpiente. No hay ninguna duda que Satanás estuvo trabajando duro en las
últimas horas de la vida de Cristo, esperando derrotar Su misión redentora. Pero no hay ninguna
alusión en los Evangelios respecto a ninguna aparición física de Satanás durante la Pasión para
incitar a los judíos y romanos contra Cristo. No hubo ninguna serpiente satánica que intentara
morder a Cristo.
Diversos detalles de Satanás en el Getsemaní provienen de La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor
Jesucristo, de Anna Emmerich. Por ejemplo, Emmerich habla de “la serpiente... Este odioso reptil
de tamaño gigantesco” en Getesemaní. Satanás le dice a Jesús, “¿Tomarás tu este pecado sobre
tí mismo?, ¿tienes deseos de pagar su penalidad?, ¿estás preparado para pagar por todos estos
pecados?”. Hay una fuerte similitud con el guión de la película, donde Satanás tienta a Jesús
diciéndole: ¿Realmente crees que un hombre puede cargar este peso?...salvar sus almas es
demasiado caro.”
El alboroto entre los judíos y romanos
Una trifulca frenética se suscita alrededor de Jesús cuando arrastra la Cruz al Calvario. Los
romanos y judíos luchan ferozmente, con Cristo que es brutalizado por todos. Un crítico comenta
perceptivamente: "trifulcas salvajes suceden un montón en las películas Mad Max [de Mel Gibson],
pero no en los Evangelios. Cristo es pintado cayendo en tres puntos, pero por otra parte la carga
de la cruz se presenta como un evento solemne. Veamos como presenta la escena el Evangelio
según Lucas, un creyente profundamente ardiente: “Y se seguía gran multitud del pueblo, y de
mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de
Jerusalén no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos”. Esto no parece el
cuadro de un alboroto, ni el mandato de Cristo suena como la clase de cosa gritada por encima de
una refriega."
Es infortunado que Gibson esté más preocupado en asustar gente usando el típico recurso audiovisual Hollywoodense de violencia y derramamiento de sangre, antes que captar la solemnidad y
dignidad de la historia del Evangelio. El hecho que el episodio del alboroto y la paliza contra Jesús
es extraña a los Evangelios, muestra de nuevo que Gibson usa los Evangelios como un pretexto
para su violenta y chocante película. La golpiza de Cristo es implacable a lo largo de la película,
incluso mientras cae bajo el peso de la Cruz. Es evidente que Gibson está decidido a sacar de
proporción los sufrimientos de Cristo en armonía con la devoción católica a la Pasión.
Cristo arrojado de un puente
Mientras llevan a Cristo donde Pilatos, los Fariseos lo arrojan fuera de un puente junto con la gran
cadena y la gruesa soga con que lo ataron. Uno esperaría que una caída desde un puente sobre
una superficie rocosa bajo el peso de una pesada cadena, produciría huesos rotos y ayuda de
emergencia. Pero en la película Cristo es retratado como un Superman zombi que puede resistir
cualquier caída o golpe. Ellos tiran de Él con la cadena atada alrededor de su cintura como si fuera
un saco de papas, y entonces continúan pegándole todo el camino hacia el juicio en el vestíbulo de
Pilatos. El sentido común niega la posibilidad de que un ser humano normal sea capaz de caminar
normalmente después de una dura caída de un puente. Pero la película muestra que el sentido
común no es tan común después de todo.
Ya que no hay ninguna mención en los Evangelios de Cristo tirado fuera de un puente por los
Fariseos en el camino hacia Pilatos, ¿de dónde sacó Gibson dicha información?. Probablemente
de la literatura mística católica que exagera el sufrimiento físico de Cristo para promover la
devoción a la Pasión como una forma de salvación.
Niños perversos apedrean a Judas
Estuve impactado por el breve episodio totalmente inesperado de los niños jugando en la calle y
transformándose de repente en demonios que apedrean a Judas mientras él estaba caminando
fuera de la ciudad para ahorcarse. Durante pocos segundos no pude entender que estaba
pasando. Este episodio, el cual es extraño a los Evangelios, es encontrado en La Dolorosa Pasión,
la cual dedica un capítulo entero al tormento de Judas. El capítulo describe a Judas “rugiendo
como un loco en el valle de Hinon”.
El intento de los niños de apedrear a Judas, refleja el intento de Gibson por retratar a los judíos
como el pueblo responsable de la muerte de Jesús, incluyendo sus niños como perversos,
demoníacos individuos. El Vaticano II y el Papa se han disculpado para la histórica posición
católica contra los judíos como los asesinos de Cristo, pero Mel Gibson no acepta la nueva
admisión católica. Su película muestra que todos los judíos, incluyendo a sus niños son personas
sádicas, demoníacas, culpables de la muerte de Cristo. Gibson niega este cargo, pero las acciones
de su película hablan más alto que sus palabras.
El injusto retrato de judíos y romanos
A lo largo de su película Gibson retrata a los judíos y a los romanos como malos, sádicos, con
amargas miradas y rechinando los dientes. Los líderes judíos siempre aparecen al frente de la
muchedumbre con su malvada apariencia y siniestros rostros. No muestran compasión hacia el
cuerpo lacerado de Jesús que empeora cada vez más a cada azote implacable. El único momento
en que ellos expresan pesar es cuando ven su Templo que se derrumba como resultado del
terremoto que acompaña a la muerte de Cristo. Éste es otro episodio no bíbilico y no histórico
porque no hay indicaciones que el templo se derrumbó a la muerte de Jesús.
Similarmente los soldados romanos son retratados como sádicos y sarcásticos. Bromean entre
ellos sobre quién puede penetrar más profundamente en la carne de Cristo con sus látigos
metálicos. Aparecen como endurecidos verdugos con ninguna empatía hacia su desvalida víctima.
No hay ninguna duda que hubieran líderes Judíos sedientos de sangre y sádicos y que fueron
soldados romanos los que jugaron un papel principal en la tortura y crucifixión de Jesús. Pero la
pregunta es: ¿Puede semejante caracterización aplicarse a todos los judíos y a todos los
romanos?.Gibson no hace ningún esfuerzo en su película por reconocer la presencia de judíos y
romanos que creyeron en Cristo y lo siguieron. Aún una lectura equilibrada de los Evangelios
muestran que hubieron tanto líderes judíos como soldados romanos que aceptaron a Cristo y
fueron amables con Él.
Por ejemplo, los Evangelios dicen que José de Arimatea y Nicodemo fueron miembros del
Sanedrin y seguidores secretos de Jesús. Ellos hicieron arreglos con Pilatos para bajar el cuerpo
de Jesús de la Cruz, tratándolo con mirra y áloes, y poniéndolo en una nueva tumba del huerto
(Juan 19:38-41; Lucas 23:50-53; Marcos 15:43-46; Mateo 27:57-61). Después Lucas nos informa
que "y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de
los sacerdotes obedecían a la fe" (Hechos 6:7). Note que no sólo personas judías comunes, sino
también "muchos de los sacerdotes obedecían a la fe". En Hechos 21:20 Jacobo le dice a Pablo
que "millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley".
Sobre la base de las figuras proporcionadas por los Hechos, se ha estimado que cerca de la mitad
de la población judía residente en Jerusalén aceptó a Jesús de Nazaret como su esperado Mesías.
Así pues, es inexacto que Gibson haga al pueblo judío culpable colectivo de la muerte de Cristo.
Aplicando este punto a casa, podría mencionar la prevaleciente creencia entre europeos de que los
norteamericanos son gente obsesionada por las armas que acostumbran usarlas libremente para
resolver sus disputas. Ellos gustan de referirse al Presidente Bush como un vaquero tejano que
quiso atrapar a Saddam Hussein. Esta estereotipada imagen sobre los norteamericanos es errada.
Durante los 30 años que he vivido en EE.UU., he encontrado que la inmensa mayoría de
norteamericanos no tienen armas y no las usan para solucionar sus disputas. Estereotipar a todos
los norteamericanos como gángsters, es inexacto y ofensivo. Lo mismo es verdad respecto al
retrato de Gibson de los judíos. Al retratar a los judíos como un pueblo sádico, responsable de la
muerte de Cristo, perpetúa las históricas políticas y enseñanzas anti-judías católicas que han
hecho incalculable daño a la causa del Cristianismo.
Lo mismo es verdad respecto a los soldados romanos. Los Evangelios nos hablan de un centurión
que pidió a Jesús sanar a su sirviente. Jesús reconoció su fe y realizó el milagro (Mat 8:5-8; Lucas
7:2-6). Aún más expresiva es la reacción del centurión quien muy probablemente estuvo a cargo
de los soldados durante la crucifixión de Jesús. Leemos: "Y el centurión que estaba frente a él
[Cristo], viendo que después de clamar había expirado así, dijo, 'Verdaderamente este hombre era
el Hijo de Dios" (Marcos 15:39; cf. Mat 27:54). En los Hechos de nuevo son soldados romanos los
que escoltaron y protegieron a Pablo del linchamiento popular (Hechos 21:32; 23:10; 23:27). Hay
amplia evidencia que muchos soldados eran hombres decentes que aceptaron el Evangelio. De
hecho, la evangelización de países como Gran Bretaña se atribuyen a los soldados romanos
estacionados en ese país.
Es infortunado que Gibson no haga ningún esfuerzo por retratar un cuadro más equilibrado con
personas buenas y malas entre judíos y romanos. En lugar de ello, escoge retratar al pueblo judío
y a los soldados romanos bajo una luz negativa. La razón es su objetivo de promover la histórica
apreciación sangrienta católica sobre la Pasión así como el tradicional anti-semitismo católico. Hay
razón para temer que la película, al retratar a los líderes judíos como amargados, horribles, y
demoníacos, estimule el antisemitismo histórico que muchos pensadores han tratado duramente
de superar en los recientes años.
El Último Terremoto
Otro notorio error que captó mi atención es el impacto devastador del terremoto que acompañó la
muerte de Cristo. En la película el Templo entero es partido en dos, con las secciones
derrumbándose. La fuente es Ememrich quien dice que el arco del Templo “fue roto. El piso fue
agrietado, y muchas otras columnas fueron derribadas en otras partes del Templo”. Nuevamente,
esto es pura ficción, no un hecho bíblico. El terremoto sólo se menciona en Mateo 27:51. Lucas
habla de la oscuridad que rodeó la tierra al mediodía a las 3:00 p.m.. No hay mención de algún
daño al Templo producto del terremoto. La única cosa que sucedió dentro del Templo fue el
desgarramiento del velo que dividía el Lugar Santo del Santísimo. "Y he aquí el velo del templo se
rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron" (Mat 27:51).
Si el Templo se hubiera derrumbado a la crucifixión de Cristo, habrían registros históricos de su
reconstrucción como sucedió en el año 70 D.C. cuando los romanos destruyeron el Templo. Pero
no hay ninguna indicación de que el Templo fuera reconstruido o reparado debido al terremoto
ocurrido en la Crucifixión. Gibson ignora hechos bíblicos e históricos, porque para él la ficción
ofrece imágenes más impactantes que los hechos.
La carga de la Cruz
En la película Jesús cae tres veces bajo el peso de la Cruz, de acuerdo con la tradición católica de
las 14 Estaciones de la Cruz. Los Evangelios no mencionan explícitamente las caídas.
Nuevamente, los Evangelios no dicen que María y su compañía siguieran a Jesús en el recorrido,
pero la película lo describe así. En un flashback (imagen retrospectiva), María rescata a un Jesús
caído cuando niño. Refiriéndose a Apocalipsis 21:5, Jesús le dice a María: “Mira, como hago
nuevas todas las cosas”. La fuente es “La Dolorosa Pasión” de Emmerich y la “Ciudad de Dios” de
María de Agreda donde María acompaña a su hijo a través de su jornada hacia el Calvario. De
acuerdo con Emmerich, cuando Jesús cae, María se abalanza “en medio del grupo que estuvo
insultando y abusando de él...ella lo levanta sobre sus rodillas por su costado y lo abraza”.
En la película, pero no en la Biblia, una joven judía ayuda a Jesús a limpiar su cara. La fuente es
La Dolorosa Pasión donde Veronica lleva la tela donde Jesús limpia Su rostro. Verónica “ Veronica
“haciendo su propio camino a través de la turba, . . . alcanzó a Jesús, se arrodilló ante Él, y
presentándole el velo, le dijo al mismo tiempo, “Permítame limpiar el rostro de mi Señor” Jesús
tomó el velo en Su mano izquierda, limpió su ensangrentada cara y lo devolvió agradeciendo.”
El episodio de la carga de la Cruz contiene un evidente error, porque Gibson pone a Simón de
Cirene y a Jesús cargando la cruz juntos. Yo no podía creer lo que veía porque esto contradice
abiertamente los Evangelios en los que se lee: "Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene,
que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús" (Lucas 23:26; cf.
Marcos 15:21; Mateo 27:32).
En los Evangelios queda claro que Simón lleva la Cruz por sí mismo en lugar de Jesús, mientras
que Él lo va siguiendo totalmente exhausto. Uno se pregunta, ¿Por qué Gibson falsea la historia
del Evangelio haciendo llevar a Jesús y a Simón juntos la Cruz?. Muy probablemente para lograr
su propósito de intensificar el sufrimiento de Cristo a fin de promover más eficazmente la devoción
e imitación católicas de la Pasión. Si Cristo hubiera sido relevado de llevar el sólo la Cruz, entonces
Sus sufrimientos se habrían visto reducidos. Esto contradiría la estrategia de Gibson de impactar a
las personas haciendo magnificar la agonía de Cristo más allá de los límites de la imaginación
humana.
Fue impresionante para mí ver a las personas pegando a Cristo, no sólo mientras lleva la Cruz,
sino también mientras cae bajo su peso. Es difícil creer que las personas puedan ser tan sádicas
de pegar implacablemente a una víctima sangrienta cayendo bajo el peso de una pesada cruz.
Pero para Gibson, las consideraciones comerciales y religiosas demandan que la golpiza a Cristo
sea sin pausas, incluso cuando cae bajo el peso de la Cruz.
Religiosamente, la devoción católica de la Pasión implica que esos sufrimientos de Cristo deben
superar las limitaciones humanas. Comercialmente, la implacable brutalidad vende películas.
Gibson lo sabe muy bien. Una de sus primeras películas más vendidas The Patriot, es descrita por
el New York Times como "el más sangriento y violento trabajo artístico de la era moderna."
EL DESTACADO ROL DE MARÍA EN LA PASIÓN
La más notoria herejía de La Pasión, es el destacado papel que juega María a lo largo de la
película como co-partícipe de Jesús en la redención del ser humano. Ella da vital apoyo a su hijo a
lo largo de la penosa experiencia. De acuerdo con la creencia católica, si ella hubiera estado
ausente, Cristo no hubiera podido ofrecerse como sacrificio por la humanidad. Esta herejía es
enseñada especialmente por Catherine Emmerich quien presenta a María como “co-redemptrix”, es
decir como co-redentora. De hecho, en el momento de la crucifixión María profiere las palabras:
“Déjame morir contigo’.
Mientras que en la Biblia María aparece solo una vez en el evangelio de Juan cuando Jesús estaba
en la cruz, señalando a Juan para decirle a su madre: Madre, allí está tu hijo (Juan 19:26), en la
película está presente en los principales episodios. Se viste como monja medieval, en vez de una
mujer judía del primer siglo. Está presente en el Huerto para confortar a su hijo. Se encuentra con
Pedro después que éste negara a Jesús. Pedro, desesperado mira a María y cae de rodillas,
confesando su pecado y le pide perdón. María iba perdonar a Pedro de su pecado, pero él se
levanta y dice: “no soy digno”. La fuente es La Dolorosa Pasión donde Pedro, luego de su
negación, exclama a María: Oh, Madre, ¡no hables conmigo!– tu hijo está sufriendo más de lo que
las palabras pueden expresar: ¡no hables conmigo!. Ellos lo han condenado a la muerte, y yo lo he
negado tres veces”. El papel intercesor católico de María es fuerte y claro.
María y Claudia.
En la película, pero no en la Biblia, durante el azotamiento María dice a Jesús: “Hijo mío, cuándo,
dónde, cómo escogiste ser entregado a esto?”. La esposa de Pilatos, Claudia, da a María y a
María Magdalena finas telas con las cuales ellas podrían limpiar la sangre derramada de Jesús. La
fuente es La Dolorosa Pasión la cual menciona que Claudia dio prendas de lino a María: “Vi a
Claudia Procles, esposa de Pilatos, enviar largas piezas de lino a la Madre de Dios. No sé si ella
pensó que Jesús las usaría libremente, o que su Madre entonces requeriría lino para cubrir sus
heridas, o si esta compasiva dama conocía del uso que se le daría a su regalo.... Inmediatamente
después vi a María y a María Magdalena cerca del pilar donde estaba siendo azotado Jesús; ... ,
ellas se arrodillaron cerca del pilar y recogieron la sangre de Jesús con el lino que Claudia Procles
había enviado”. Esta escena es retratada vívidamente en la película, pero no se encuentra en la
Biblia. Incidentalmente, durante la Edad Media, las supuestas telas con la sangre de Jesús
devinieron en sagradas reliquias para los Católicos.
María apela a Claudia, la esposa de Pilatos, insistiéndole que presione a los soldados romanos
para proteger a su hijo contra la airada muchedumbre judía. Claudia se une a María para
influenciar sobre su esposo a favor de Cristo. Pero los esfuerzos de Pilatos son poquísimos y
demasiado tardíos. De nuevo, la interacción entre María y Claudia es extraña a la versión de la
Biblia, derivando en cambio de La Dolorosa Pasión.
Otro incidente considerado en la película, pero ajeno a la Biblia, es la reacción de María ante el
castigo de Jesús. Ella besa el piso de piedra sobre el lugar donde Jesús estuvo encadenado. La
fuente no es la Biblia, sino La Dolorosa Pasión la cual dice: “La Virgen Bendita... pidió ser llevada
lo más cerca posible de su Divino Hijo. Juan, por tanto, la llevó a ella y a las santas mujeres al
frente de la prisión tan cerca como fue posible del lugar donde estaba Jesús confinado. María
estaba con Jesús en espíritu, y Jesús estaba con ella; pero su amante Madre deseaba escuchar
con sus propios oídos la voz de su Divino Hijo. Ella entonces escuchó y oyó no sólo sus gemidos,
sino también el grosero lenguaje de quienes lo rodeaban”.
La jornada de Cristo a lo largo de la Vía Dolorosa, camino al Gólgota no está inspirada en los
Evangelios, sino en el ritual devocional católico medieval conocido como las 14 “Estaciones de la
Cruz”. Durante esta jornada Cristo se detiene varias veces porque no le quedan fuerzas para
continuar. En esos momentos, María está siempre cerca de Cristo y actúa como su consoladora y
protectora. A través del contacto de sus ojos, María infunde un poder místico en su hijo.
La sola noción sobre María participando juntamente con Cristo en nuestra redención, es una
herejía católica tradicionalmente sostenida que los protestantes han rechazado vigorosamente.
Pero, me atrevo a predecir que el sutil y engañoso rol de María en la película, influirá sobre
muchos evangélicos desinformados para que la consideren como su co-redentora. Este engaño es
fomentado por el poderoso rol que María tiene en la película, especialmente en las últimas
escenas.
María y Jesús en la Cruz
Cuando Jesús es colgado en la cruz con su cuerpo lacerado cubierto de sangre, María abraza sus
pies ensangrentados y su rostro se cubre de sangre. ¡Qué poderoso mensaje católico al mostrar no
solo a Jesús sangrando en la cruz, sino también a María a los pies de él, cubierta con sangre!. El
mensaje es claro. Ambos han pagado el precio de la redención.
Aún más expresivo es el cuadro de María acunando el cuerpo sangriento de Jesús en la misma
posición como el Pietà de Miguel Angel, cuando el centurión romano bajó el cuerpo de la cruz.
Dicho cuadro tiene un mensaje poderoso. No sólo muestra la importancia de la muerte de Cristo,
sino también el sacrificio de María al ofrecer a su hijo para nuestra salvación.
En una entrevista con Zenit, Servicio de Noticias Católico Romano, Thomas Rosica, el sacerdote
católico que supervisó el Día Mundial de la Juventud en el 2002 y su Camino de la Cruz a través
de las calles de Toronto, reconoce cómo La Pasión de Cristo resalta el rol de María: "Una escena,
en particular, fue muy conmovedora. Cuando Jesús cae en el Camino de la Cruz, hay un flashback
hacia su caída en una calle de Jerusalén cuando era niño, y su madre corriendo hacia él para
recogerlo. La interrelación de María y Jesús en esta película es conmovedora, y alcanza su punto
culminante en la escena de la Pietà. La Madre del Señor está invitando a cada uno de nosotros a
compartir su pesar y a mirar a su Hijo." (Padre Thomas Rosica, sobre "La Pasión" de Mel Gibson,
Director Nacional del Día Mundial de la Juventud 2002, 2004-02-06).
María en los Evangelios
El exagerado papel de María en la película es totalmente antibíblico. Contrariamente a la ficción
católica, lo que más destaca en la narración de los Evangelios es la ausencia de María. Ella sólo
aparece una vez en la Cruz cuando Cristo la confía al cuidado de Juan, mientras que dice: "Mujer,
he ahí tu hijo" (Juan 19:26). Tal referencia impersonal difícilmente apoya la interrelación entre
Jesús y María presente a lo largo de la película.
Los Evangelios nos dicen clara y sencillamente que José de Arimatea y Nicodemo bajaron el
cuerpo de Jesús de la Cruz y "lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es
costumbre sepultar entre los judíos" (Juan 19:40). No hay ninguna alusión a María o a otras
mujeres devotas que se ocuparan del cuerpo de Jesús. El exaltado rol de María en La Pasión es
pura fabricación de enseñanzas católicas elaboradas para exaltar el papel intercesor de María a
expensas de la centralidad del sacrificio expiatorio de Cristo.
El peligro es que tanto creyentes como no creyentes están aceptando la ficticia y herética
escenificación de La Pasión de Gibson, como si fuera la auténtica enseñanza bíblica. Es un hecho
que los norteamericanos hablan mucho más sobre lo que han visto en las películas que sobre lo
que han leído en su Biblia. Para muchos norteamericanos, una película religiosa como La Pasión
pronto se convertirá en su Biblia. Una señora escribió en un e-mail que ella estaba muy agradecido
por entender ahora los “hechos” de la Pasión, olvidados por los Evangelios. Ella lamentaba que el
registro de los Evangelios fuera tan superficial y se alegraba que visionarios católicos estuvieran
por fin presentando la “verdad completa” de la Pasión.
El peligro de cambiar las verdades de la Biblia por películas de ficción es resaltado por un crítico
que dice: "debido al trasfondo Católico Romano de Gibson, María tiene un papel principal en la
película. Gibson ubica a María en casi todos los eventos de su juicio, tortura y crucifixión, e incluso
muestra a María besando los pies de Jesús cuando está en la cruz. Hay muchas escenas como
esa, pero que no están basadas en la Biblia sino en escritos místicos y apócrifos y en la tradición
Católico Romana. Tomé apuntes de las escenas, eventos y características extra bíblicas, y tuve
una página llena de ellos. El peligro es que esta película se convertirá en el “JFK” de Oliver Stone
de la crucifixión, es decir, el público sólo “sabrá” de la historia de la crucifixión tal como es pintada
aquí con todo el material extra bíblico tomado como si fuera bíblico o histórico. Esta es la única
forma, decía, que muchas personas “conocerán” los detalles del asesinato de John F. Kennedy -a
través de la película de ficción de Oliver Stone".
LA BRUTALIDAD IMPLACABLE DE LA PASIÓN
Lo que más me chocó es la implacable brutalidad de la tortura que se inflige en el cuerpo de Cristo
a lo largo de la película. La violencia está diseñada, no para inspirar, sino para chocar a la gente y
dejarla emocionalmente exhausta. Gibson logra ese objetivo con insuperable habilidad y merece mi
oscar personal por una brillante brutalidad.
La brutalidad estremecedora del azotamiento de Jesús, primero con un palo y después con un
látigo de nueve puntas metálicas, es inspirada no por el relato de los Evangelios, sino por la Pasión
Dolorosa de Emmerich, y la Ciudad de Dios, de María de Agreda. Estos libros místicos describen la
flagelación de Jesús en detalles vívidos e insufribles. Emmerich vio el cuerpo de Jesús
"completamente cubierto de marcas negras, azules y rojas, la sangre chorreaba hasta el piso …
ellos utilizaron una vara de otra clase, –una especie de rama espinosa, cubierta de nudos y astillas.
Estos bárbaros … desataron a Jesús, y nuevamente lo sujetaron con su espalda hacia el
pilar. … ellos recomendaron fustigarlo con aún mayor saña que antes … El cuerpo de nuestro
Señor estaba perfectamente convertido en tiras". Gibson sigue los detalles de esta grotesca
descripción al azotar a Jesús dos veces, por delante y por detrás, primero con una vara y después
con un látigo de nueve puntas.
Aparentemente la brutalidad es el sello que distingue a Mel Gibson. Al no estar familiarizado con
sus películas (mi tiempo es muy valioso para invertirlo en mirar ficción), no puedo hablar de primera
fuente. Pero los críticos destacan este hecho en sus reseñas. Por ejemplo, Newsday dice que "la
película muestra que la estrella y director de Corazón Valiente (Braveheart) es hábil para
representar la violencia . . . con detalles macabros y horribles de la mutilación y tortura físicas de
Cristo".
En referencia a lo sangriento de la pasión, Eugene Habecker, Presidente de la Sociedad Bíblica
Americana, dijo: "Es Mel Gibson. Si ves Corazón Valiente, eso es Mel Gibson". Jeff Strickler
escribe en la Star Tribune: "Por más que se anuncie 'La Pasión de Cristo' como una película
religiosa, es, sobre todo, una película de Mel Gibson. Seguro, el director ganador del Oscar en
Corazón Valiente introduce un poco de dogma [demasiado desde mi punto de vista], pero lo que
realmente te planta en la cara es brutalidad. La sangre salpica. La piel se raja y se abre. Los ojos
se hinchan. La tesis de Gibson es que Jesús sufrió por los pecados de la gente, y su enfoque es en
el sufrimiento".
"La implacable brutalidad es probable que defraude a muchos espectadores, pero también le da a
la película un poder tenaz. Las imágenes son difíciles de sacar de tu mente. Abandonarás el cine
sintiéndote emocionalmente exhausto y probablemente estarás las próximas horas procesando lo
que has visto" (Star Tribune, 25 de febrero de 2004). Por supuesto, me pasé la noche
preguntándome cómo puede cualquier persona sana producir tal exageración horrible y sangrienta
de la Pasión de Cristo. No pude dejar de poner en duda la sanidad mental de Gibson.
La Brutalidad Implacable de la Película
En su crítica publicada en el Tri-City Herald, Christy Lemire escribe: "La película es aterradora – no
por su dogma [desde mi punto de vista el dogma es igualmente aterrador], sino por lo incesante de
su brutalidad. Gibson, como director, productor y coautor, es fetichista en su descripción del dolor
que sufrió Jesús durante las últimas 12 horas de su vida. Los golpes y azotes y ruptura de la piel
es tan repetitivo, que dejarán a la audiencia emocionalmente agotados y paralizados…. Los
soldados romanos, hablando latín, lo desnudan a prácticamente nada, lo encadenan a una roca y
lo azotan hasta que se derrumba en una pila sangrienta de carne molida" (Tri-City Herald, 24 de
febrero de 2004).
Lemire continúa con la observación de que "la idea de que los niños deben ver La Pasión como
método de aprendizaje –que las iglesias estén organizando proyecciones y viajes al cine para sus
miembros y clases de catecismo– es verdaderamente chocante. Los adultos –aún los creyentes
verdaderos– tendrán dificultad para permanecer sentados durante la película. Sólo piense en el
trauma que infligirá a los niños". Chocante como pueda sonar, esto es exactamente lo que algunos
predicadores, padres y maestros están haciendo, sin considerar el trauma emocional y espiritual
que la película producirá en las mentes más jóvenes.
En el análisis publicado en The New Yorker, David Denby llama a La Pasión "un viaje repugnante
de la muerte, una sombría procesión nada iluminadora de traición, golpes, sangre y agonía …
¿Cómo manejarán los padres el dolor, terror e ira que los niños sentirán sin duda mientras ven a un
hombre desollado y destrozado hasta la muerte?"
En líneas parecidas, Ty Burr escribe en el Boston Globe: "Una película profundamente medieval,
sí. Brutal casi más allá de la capacidad de descripción, sí. Más obsesionado en captar cada
sagrada gota de sangre y cada sagrado jirón de carne mártir que con cualquier mensaje de amor
cristiano, sí. Más que nada, La Pasión de Cristo parece ser exactamente la película que Mel
Gibson quería hacer como fiel testimonio de su fe católica tradicionalista. En ese sentido es todo
un éxito". (24 de febrero de 2004). Estoy completamente de acuerdo con Burr. Gibson ha hecho un
trabajo maestro al producir una recreación brutal y horripilante de la Pasión de Cristo en total
acuerdo con su fe católica tradicional.
Burr describe vívidamente lo que quizás sea la escena más grotesca de La Pasión: "En las
escenas de la película en tiempo presente, Cristo ya le han golpeado el rostro, pero eso es apenas
un preludio. Ahora es atado a un poste en el patio romano, y la cámara hace un amoroso paneo de
la bandeja de instrumentos: el látigo, las puntas metálicas. Ahí sigue una secuencia de 10 minutos
en la cual, primero el Salvador es golpeado con una vara hasta que su espalda está en carne viva.
Luego es azotado con el látigo de nueve colas que tiene puntas metálicas al final de cada cola; en
un cuadro vemos los ganchos penetrando la carne y arrancándola. Posteriormente le dan vuelta a
Cristo y es azotado por el frente. Más tarde, después de la larga marcha al Gólgota, es clavado en
la cruz en cámara lenta con acercamientos en los cuales cada martillazo saca una gota fresca de
sangre. … Para Gibson cada gota es sagrada, así que mientras más mejor. Cada pedazo de carne
que extrae el látigo es el sacrificio de Cristo en toda su belleza, así que saquémosle. Sin embargo,
el efecto acumulativo trae sólo entumecimiento" (Globe, 24 de febrero de 2004).
En su editorial de la Adventist Review, William Johnsson da como primera razón para elegir no ver
La Pasión, su "pasmosa violencia". Escribe: "No he visto la película. No critico a nadie que la haya
visto, pero no tengo intenciones de verla. Aquí está el porqué. Todo lo registra la película es
pasmosamente gráfico. Mel Gibson ha protagonizado películas violentas: ahora ha hecho la
máxima película violenta. El artículo de la revista Newsweek llama la violencia de la película
clasificada para adultos 'al principio impresionante, después paralizante'. Rechazo la violencia y no
puedo estar mirando escenas de violencia. No necesito ver esta película".
¿Deben los Jóvenes Ver La Pasión?
La reacción de Johnsson de optar por no ver la película, hace surgir la pregunta: ¿deben los
padres llevar a sus jóvenes a ver esta chocante y terrible película? La respuesta es obvia. Es
irresponsable exponer a los jóvenes adventistas a escenas de violencia brutal. La misma opinión
me expresaron en privado dos profesores de Seminario a quienes se les pidió dar una crítica sobre
la película. En su reseña de la película en el Boston Globe, Ty Burr dio una inequívoca respuesta:
"Cualquier padre –no importa cuán devoto o bien intencionado sea– que lleve a su niño a ver esta
película es culpable de abuso". Y concuerdo plenamente con el veredicto de Burr y podría añadir
que inclusive los adultos que son emocionalmente débiles no deberían ver la película.
Varios informes señalan que algunos espectadores fueron hospitalizados después de ver la
película. Por ejemplo, Peggy Law Scott, una mujer de 57 años de Wichita, Kansas, se desmayó
durante la escena final y sangrienta de la crucifixión. Mientras la gente trataba de ayudarla, se
prendieron las luces y se condujo a la gente hacia la salida. Ella murió más tarde en el hospital.
En vista de su brutalidad y efectos devastadores en los espectadores, fue una sorpresa saber que
algunas iglesias y escuelas adventistas están promocionando la película, incluso entre las
personas jóvenes. Una dama profesional adventista me envió electrónicamente este mensaje: "Me
han interesado especialmente sus comentarios sobre la película La Pasión de Cristo. No veré esta
película, pero tengo una hija de 16 años que asiste a la Academia de Loma Linda. Su profesor de
Biblia ha ofrecido puntaje adicional a cualquiera de su clase que vea la película. Él mismo se llevó
un vehículo lleno de estudiantes para verla esta semana. Mi hija lo escuchó y ha expresado interés
en ver la película con su clase. La puse a leer de nuevo los relatos de la muerte de Jesús en los
cuatro evangelios y ahora está leyendo su Boletín también. Pienso que ella verá las cosas bajo
otra luz. También estoy reenviando su boletín tanto al profesor de Biblia como al director de la
Academia de Loma Linda".
Además de la chocante brutalidad, hay otra importante razón para que los adventistas no vean
esta película, a saber, el hecho de que La Pasión personifica a Cristo, especialmente su
sufrimiento y muerte expiatoria por nuestra redención. Históricamente, los adventistas han
aceptado que cualquier película que personifique a Cristo no debería ser vista por ellos. Esta
recomendación es dada por el Departamento de Jóvenes de la Asociación General. Bajo el título
de "Recreación y Entretenimiento", el Departamento de Jóvenes ofrece lineamientos sobre
películas "aceptables" y "no aceptables". La primera recomendación sobre "presentaciones
inaceptables" es sobre "Películas personificando a Cristo" (Seventh-day Adventist Encyclopedia, p.
1187). Ninguna razón se da para tal recomendación, principalmente porque la mayoría de los
adventistas han comprendido históricamente que hacer el papel de un ser divino es bíblica y
éticamente incorrecto. Este punto será discutido brevemente más adelante.
¿Cómo pueden algunos predicadores y maestros adventistas promover una película que contiene
errores notorios, brutalidad implacable y herejías católicas tales como el papel prominente de María
en nuestra redención? Se me ocurren dos posibles respuestas. Primero, algunos de ellos no han
visto la película y de esa manera la promueven basándose en los brillantes informes que han oído
o leído. Un pastor que hizo arreglos para que su congregación y las personas de la comunidad
pudieran ver La Pasión en un cine local, me dijo por teléfono que él nunca pensó que la película
sería tan mala. Si él hubiera visto la película antes, no habría organizado la proyección privada.
¿La Chocante Brutalidad de La Pasión Conducirá a las Personas a Cristo?
Segundo, algunos pastores, maestros, y padres creen que la violencia chocante, la sangre vívida y
la brutalidad repulsiva pueden usarse legítimamente para ayudar a las personas a ver cuánto sufrió
Cristo por ellos. Bob Lepine de Family Life enfatiza este punto cuando dice: "La Pasión puede ser
la película más violenta de Gibson hasta la fecha y merece su calificación de reservada para
adultos. En más de una ocasión mientras veía esta película, tenía que dejar de mirar la pantalla.
Recuerdo pensar en un momento dado: 'Basta. Esto es más que suficiente'. Y casi inmediatamente
tuve un segundo pensamiento: 'Eso es cierto', pensé. 'Esto es más que suficiente, porque la
muerte de Cristo fue realmente bárbara y violenta'. Quizás lo que todos necesitamos no es una
versión de Hollywood limpia y aséptica de su muerte, sino una mirada más exacta y gráfica de
cómo sufrió por nosotros. (Febrero de 2004, artículo en sitio web).
¿Provee la chocante brutalidad de Gibson del sufrimiento y muerte de Cristo una descripción "más
exacta" y efectiva de la Pasión que uno puede encontrar en los Evangelios? ¿Se necesita una
presentación tan chocante para convertir personas hoy en día? Lepine y otros como él, parecen
olvidar que los Evangelios fueron escritos en una época cuando las escenificaciones dramáticas
con asombrosa brutalidad eran cotidianas. Se nos dice que cuando el Coliseo fue inaugurado en
Roma (alrededor del 80 D.C.), 9000 bestias y 3000 gladiadores perdieron sus vidas durante los
primeros 100 días para dar un continuo espectáculo sangriento para los romanos.
La brutalidad chocante era la distinción de los shows de Broadway de la antigua Roma. Sólo Dios
sabe cuán poderoso y efectivo hubiese sido difundir el Evangelio a través de descripciones y
dramatizaciones gráficas de los eventos que llevaron a la Crucifixión. Pensaríamos que las
escenificaciones de la Pasión presentadas en los anfiteatros dispersos por todas las principales
ciudades del mundo romano, pudiera haber conducido a los muchos gentiles a aceptar a Cristo
como su Salvador personal.
¿Debe el Evangelio Ser Proclamado a Través del Teatro?
Pero Dios escogió proclamar las Buenas Nuevas de salvación, no a través de la escenificación,
sino por la locura de la predicación (1 Cor. 1:21). Él escogió incluir en los Evangelios, no detalles
gráficos, sangrientos del juicio y la crucifixión de Cristo, sino un relato sobrio de cómo se ofreció a
sí mismo como sacrificio por nuestra salvación. La razón es que la fe viene, no viendo
escenificaciones, sino "por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Rom. 10:17). Tom Holts observa
perceptivamente que
"el hombre puede utilizar la conmoción y la violencia para evocar empatía y emoción extremas y
unir a los espectadores en una 'experiencia compartida' de dolor, horror y ultraje, pero este no es el
camino de Dios a la fe salvadora revelada en el Nuevo Testamento, ni tampoco es un medio para
una mayor devoción e intimidad con Dios entre el pueblo de Dios" (Bible Discernment Ministries
2/2004).
Los líderes evangélicos que apoyan a Gibson creen que su reconstrucción brutal de la Pasión es
fiel a los Evangelios y llevará a mucha gente de nuestra generación a aceptar a Cristo como su
Salvador personal. En una entrevista con la revista The New Yorker, Gibson dijo: "Quería que
fuese fiel a los Evangelios. Eso jamás se ha hecho antes. No quería que Jesús se viera muy
bonito. Quería romperle uno de los ojos, destruírselo" (Septiembre, 2003).
¿Es esto lo que significa ser fiel a los Evangelios para Gibson? ¿Acaso alguno de los Evangelios
describe a Cristo con un "ojo destruido" y con su cuerpo desollado vivo tal como se muestra en La
Pasión? Los relatos bíblicos del azotamiento y crucifixión de Jesús son tan mínimas como pudieran
ser. Los Evangelios Sinópticos nos dicen esencialmente lo mismo: "habiendo azotado a Jesús,
[Pilato] le entregó para ser crucificado", . . . "Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le
crucificaron allí" (ver Mateo 27:26, 33; Marcos 15:20, 22; Lucas 23:25, 33). Unos pocos versos más
tarde Jesús está muerto. Éste es el relato breve, sobrio y críptico de los sufrimientos y muerte de
Jesús.
Los escritores del Evangelio no se detuvieron mucho en los detalles del sufrimiento de Cristo y
promovieron la imitación católica de su Pasión como una forma de salvación. Los evangelistas no
eran místicos católicos mentalmente desequilibrados y obsesionados con imitar el sufrimiento de
Cristo como forma de salvación, sino hombres prácticos que aprendieron a los pies de Jesús a
imitar la belleza de su carácter en su vida diaria. Ellos reportaron el sufrimiento de Jesús en los
términos más breves, porque entendían que lo que era importante para nuestra salvación, no está
en concentrarnos en el SUFRIMIENTO de Cristo, sino en el hecho de que JESÚS se ofreció a sí
mismo como un sacrificio expiatorio por nuestra redención.
Meditación Sobre la Humildad y Nobleza del Carácter de Cristo
En ninguna parte el Nuevo Testamento sugiere que nosotros debamos meditar en los detalles
sangrientos del azotamiento y tratamiento brutal de Cristo que recibió a lo largo de 14 paradas en
camino al Calvario. La razón es que, contrariamente a las enseñanzas católicas, somos salvados,
no por imitar en pequeña escala el sufrimiento que Cristo experimentó a escala mayor, sino
aceptando el suministro de su gracia para nuestra salvación a través de su sacrificio expiatorio.
El Nuevo Testamento invita a concentrarnos en la vida de obediencia de Cristo, su muerte
expiatoria, su gloriosa resurrección, su constante intercesión, su retorno victorioso como Rey de
Reyes y Señor de Señores. En el texto clásico de Filipenses 2:5-9, Pablo exhorta a los creyentes a
mirar, no los detalles sangrientos del sufrimiento de Cristo, sino la totalidad de su misión redentora:
su encarnación, humillación, sufrimiento y glorificación.
"Haya, pues, entre vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma
de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios
también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre" (Fil 2:5-9).
Pablo sabía qué eran sufrimientos porque fue azotado cinco veces, golpeado con varas tres veces,
apedreado una vez, naufragado tres veces, etc. (2 Cor. 11:24-29), sin embargo él realza para la
meditación cristiana, no los detalles sangrientos de la tortura y ejecución de Cristo, sino la nobleza
del carácter de Cristo como se revela en su encarnación, humillación, sufrimiento y subsiguiente
exaltación.Éstos son los temas que pueden estimular nuestra imaginación, sin tener que recurrir a
los detalles gráficos y sangrientos de su sufrimiento.
En las mismas líneas, Elena White nos aconseja "invertir una hora de meditación cada día
contemplando la vida de Cristo. Deberíamos hacerlo punto por punto, y dejar que la imaginación se
apodere de cada escena, especialmente las finales. A medida que consideramos su gran sacrificio
por nosotros, nuestra confianza en él será más constante, nuestro amor se desarrollará, y
estaremos más imbuidos en su Espíritu. . . . Contemplando la belleza de su carácter, seremos
"transformados de gloria en gloria en la misma imagen' (2 Cor. 3:18)" (El Deseado de Todas las
Gentes, p. 83).
LA TEOLOGÍA DE "LA PASIÓN"
El espectador promedio de La Pasión puede no darse cuenta de que la película no es una
recreación de las últimas 12 horas de la muerte de Cristo, sino una poderosa propaganda del punto
central del culto católico: LA MISA. Los católicos van a la iglesia, no para oír la proclamación de la
Palabra de Dios, sino para ser testigos de la repetición del sacrificio de Cristo. La corta homilía que
el sacerdote hace durante la misa, ha sido influenciada principalmente por la predicación
protestante. Las pocas misas a las que asistí cuando muchacho en Roma, Italia, y después como
estudiante
doctoral en la Pontificia Universidad Gregoriana, normalmente no tenían ninguna homilía. En la
misa, los creyentes católicos ven al sacerdote recrear el sacrificio de Cristo, de la misma manera
que los espectadores lo ven en La Pasión de Gibson.
¿Por qué el sacrificio de Cristo se repite en la misa? Porque cada vez que Cristo es ofrecido en el
altar, los beneficios de su sacrificio son renovados para el creyente católico. Tales beneficios
pueden ser aplicados no sólo a los creyentes vivos sino también a las almas de los seres queridos
en el purgatorio. Recuerdo vívidamente la visita de sacerdotes o monjas a nuestra casa en Roma,
para invitarnos a pagar misas perpetuas a favor de nuestros seres queridos en el purgatorio. Se
supone que estas misas reducen el tiempo de sufrimiento en el purgatorio y aceleran su transición
al Paraíso.
La concepción católica de la misa como escenificación del sacrificio de Cristo como un medio de
salvación, nos ayuda a entender por qué Gibson, un católico muy devoto, ha invertido 25 millones
de dólares para producir La Pasión. Su película está diseñada para ayudar a las audiencias
modernas a entender, tal como declaró Gibson en una entrevista con la Eternal Word Television
Network, "la yuxtaposición entre el sacrificio de la cruz y el sacrificio del altar [la misa] – que son la
misma cosa".
La Pasión de Gibson y la Misa Católica
La película de Gibson es una escenificación a gran escala de la Pasión que tiene lugar a escala
más pequeña en cada celebración de la misa. En la misa, los católicos buscan a Cristo, no arriba
en el cielo, sino en el ostensorio, la caja que contiene la hostia que es elevada durante la misa para
su consagración. De manera similar, en el cine [una caja de película] la gente verá a Cristo, no
arriba en el cielo, sino en una sangrienta escenificación de su Pasión.
El guión de La Pasión de Cristo fue específicamente escrito para resaltar el enlace entre el
sufrimiento y la muerte de Cristo en la Cruz, y la escenificación de su sacrificio en el altar durante la
celebración de la misa. La intención de Gibson es mostrar que el sacrificio de la Cruz y el sacrificio
en el altar (la misa) son la misma cosa.
La creencia católica de que Cristo puede ser sacrificado una y otra vez, y en cada ocasión
beneficiarse de su fresca expiación, está en abierta contradicción con las Escrituras. Hebreos
enseña que Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, no necesita repetir su sacrificio, porque "esto lo hizo
una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo" (Heb 7:27). Los protestantes han rechazado
históricamente como "abominable" la idea de que el sacerdote en el altar tenga el poder para
sacrificar a Cristo una y otra vez. Pero la amplia aceptación de La Pasión por los cristianos
evangélicos es una indicación clara de que el abismo entre el catolicismo y el protestantismo se
está acortando, a expensas de este último.
El Abismo Se Está Acortando
En su reseña de La Pasión, Andrews J. Webb observa agudamente que "el comentario de Gibson
sobre el sacrificio del altar y el sacrificio de la cruz muestra el vínculo indispensable que en esta
película se da entre la concepción católica del sacrificio de Cristo y el cuadro de la Crucifixión en
La Pasión de Cristo. El hecho que los Evangélicos la hayan respaldado acríticamente nos dice
mucho sobre cuán lejos la comprensión evangélica protestante de la muerte de Cristo y el tema
relacionado de la Justificación, se han distanciado desde la Reforma. En la teología católica
romana, el intenso sufrimiento físico de la Crucifixión de Cristo es el punto central junto con el
énfasis del sacrificio físico. Ésta es una de las razones del por qué en la iconografía católico
romana tenemos tantas imágenes relacionadas con el dolor físico de Cristo y que los crucifijos lo
muestren sufriendo en la cruz. Este énfasis en la agonía física de Cristo se repite en el material
devocional católico romano, oraciones, y, naturalmente, en La Pasión de Cristo. La teología de la
Biblia, sin embargo, resalta como punto principal que la gran importancia de la crucifixión de Cristo
no está en su sufrimiento físico, sino en que una vez se dio en propiciación por nuestros pecados
(1 Juan 4:10)".
Al concentrarse exclusivamente en la brutalidad de los sufrimientos físicos de Cristo, Gibson ignora
el dolor mucho mayor de la angustia mental experimentada por Cristo al llevar los pecados del
mundo sobre él. Ni siquiera los peores tormentos físicos infligidos a Cristo por judíos y romanos, se
comparan con la angustia de sentirse separado de Dios mientras muere para pagar
completamente la pena de nuestros pecados. Satisfacer la justicia romana en una cruz era
comparativamente fácil, como miles de hombres y mujeres, incluyendo algunos de los apóstoles, lo
hicieron. Pero fue muchísimo más difícil satisfacer la justicia de Dios al ofrecerse a sí mismo como
el sacrificio perfecto para nuestra salvación.
Cristo el Sobreviviente
La fundamental importancia de la Resurrección de Cristo para la fe cristiana, es ampliamente
ignorada en La Pasión. Al final de la película se ve la silueta de Cristo por pocos segundos cuando
la piedra de la tumba es quitada. Gibson minimiza la Resurrección porque el énfasis de la película
está en la capacidad de Cristo para sobrevivir la más brutal tortura. Él puede soportarlo todo y
nosotros también podemos ser sobrevivientes como él.
En su reseña publicada en el Boston Globe, James Carroll anota: "No hay ninguna resurrección en
esta película. Se mueve una piedra, se ve un Jesús-zombi de perfil por uno o dos segundos, y eso
es todo. Pero hay una razón para ello. En la teología de Gibson, la resurrección ha sido
considerada innecesaria por la infinita capacidad de Jesús para resistir el dolor. No el Jesús
Resucitado, sino el Jesús Sobreviviente. Las fantasías de violencia de Gibson, tan ingeniosas
como perversas, son en el fondo, una fantasía de infinita reciedumbre masculina" (Globe, 24 de
febrero de 2004).
El Cristo bíblico no es un invencible Supermán, sino el Hijo divino de Dios, que tomó sobre sí
nuestras limitaciones de naturaleza humana y "debía ser en todo semejante a sus hermanos, para
venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los
pecados del pueblo" (Heb 2:17).
¿ES BÍBLICAMENTE CORRECTO PERSONIFICAR A CRISTO?
¿Es bíblicamente correcto que un actor de cine personifique y escenifique las últimas doce horas
del sufrimiento de Cristo al representar su cuerpo ensangrentado en el camino al Calvario? ¿Puede
esta escenificación justificarse bíblicamente? ¿O por el contrario representa una acción sacrílega
condenada por el segundo mandamiento y por la reverencia bíblica hacia la santidad de Dios?
La cuestión de la legitimidad ética y bíblica de dramatizar en una película las horas finales de la
agonía y muerte de Cristo, no ha sido abordada en las reseñas que he leído. Los comentarios de
críticos de películas y líderes de iglesias que han visto previamente la película, se centran
básicamente en las cualidades artísticas y la precisión histórica de ella. El problema es que una
película sobre la agonía y muerte de Cristo, puede ser artísticamente brillante pero bíblicamente
errónea.
No hay obras de La Pasión en la Biblia. El único drama que se parece a una obra de la Pasión fue
el sistema de sacrificios. Observe que los animales ofrecidos como el sacrificio de Cristo no fueron
torturados al ser llevados al matadero. En el Antiguo Testamento Dios manifestó su gloria no su
rostro. En el Monte Sinaí la cara de Dios fue ocultada por una nube. En el santuario su presencia
fue manifestada como la shekinah entre los querubines, pero no hubo retrato visual de Dios. La
reverencia por la santidad de Dios impide cualquier intento de representar a los seres divinos de la
Deidad. Incluso un objeto sagrado como el Arca del Pacto que se encontraba en el Lugar
Santísimo del Santuario (símbolo del trono de Dios), no podía ser tocado o visto por dentro por la
gente común.
Leemos en 1 Samuel 6:19 que Dios eliminó 70 hombres de Beth-semes porque miraron dentro del
arca de Dios: "Entonces hirió Dios á los de Beth-semes, porque habían mirado en el arca de
Jehová; hirió en el pueblo cincuenta mil y setenta hombres. Y el pueblo puso luto, porque Jehová le
había herido de tan gran plaga. . . . Y dijeron los de Beth-semes: ¿Quién podrá estar delante de
Jehová el Dios santo? ¿y a quién subirá desde nosotros?" (1 Sam 6:19-20). Más tarde cuando el
arca fue llevada a Jerusalén: "Y cuando llegaron a la era de Nachôn, Uzza extendió la mano al
arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes daban sacudidas. Y el furor de Jehová se encendió
contra Uzza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí
muerto junto al arca de Dios". (2 Sam 6:6-7).
Estos trágicos episodios nos enseñan una importante lección. Ningún ser humano puede darse el
lujo de tratar ligeramente lo que esté asociado con Dios. El arca fue el lugar donde Dios manifestó
su presencia (Shekinah). Así que, jugar con él o tratarlo irreverentemente, era sacrílego. El pueblo
de Dios comprendió esta importante verdad. Esto explica porque no habían pinturas de la Divinidad
en el Templo, sinagogas o primeras iglesias cristianas.
En las catacumbas, Cristo está representado no por imágenes, sino por símbolos como el pez, el
ancla o el Buen Pastor. La razón es que los primeros cristianos entendieron que ningún ser
humano puede bajar a Dios al nivel humano sin violar su trascendente Majestad y pureza. Esta es
una sencilla verdad bíblica, que muchos hoy encuentran difícil aceptar.
REPRESENTAR A DIOS O JUGAR CON DIOS ES SACRÍLEGO. Dios no es un producto de
consumo para que nuestra sociedad lo use y disfrute. Se ha estimado que La Pasión ha hecho
más dinero que ninguna película anterior, habiendo recaudado más de 250 millones de dólares en
sus primeras dos semanas. Es difícil comprender como una brutal escenificación del sufrimiento de
Cristo puede ser explotada para hacer millones de dólares.
Cualquier intento por un artista de actuar el sacrificio de Cristo, en última instancia puede llevar a
los creyentes sencillos a venerar al Cristo cinematográfico que han visto, antes que al Cristo bíblico
que no han visto. La tentación de adorar un Cristo visible y tangible puede verse en los países
mayoritariamente católicos, donde el Cristo que los católicos devotos conocen y adoran es Aquél
que pueden tocar, ver y a menudo llevar como alhaja. Las estatuas, crucifijos y pinturas del
Salvador sangrante, abundan en los hogares católicos devotos. En lugar de adorar al Señor
invisible en Espíritu y en Verdad, ellos adoran un ídolo que pueden ver, tocar y sentir.
La Precaución de Dios de Evitar la Objetivación de Cristo
Difícilmente podemos culpar a Dios por los intentos de objetivar a los tres miembros de la Deidad a
través de películas, estatuas, pinturas, estatuillas y joyas religiosas. El Señor tomó toda clase de
precauciones para evitar que los seres humanos materialicen y objetiven su naturaleza espiritual.
Esto se evidencia, por ejemplo, en el hecho de que cuando la segunda Persona de la Deidad se
hizo Ser Humano por cerca de 33 años, él se abstuvo de dejar una sola marca material que pueda
ser identificada como suya. Cristo no construyó o poseyó una casa; no escribió libros o tuvo una
biblioteca; no dejó la fecha exacta de su nacimiento o su muerte; no dejó descendientes. Dejó una
tumba vacía, pero incluso su ubicación está en discusión. No dejó ninguna "cosa" suya, sino sólo la
seguridad de su presencia espiritual: "Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo"
(Mateo 28:20).
¿Por qué Cristo pasó por este mundo de esa manera misteriosa, sin dejar ningún retrato físico o
pistas materiales de sí mismo? ¿Por qué la Deidad perdió la oportunidad dorada dada por la
Encarnación de dejar una evidencia material permanente y un recuerdo de la apariencia del
Salvador, su vida, sufrimiento y muerte en este planeta? ¿Por qué los autores de los Evangelios
minimizan el sufrimiento de Cristo en sus horas finales? ¿Por qué el factor "sangre", el cual es tan
sobresaliente en la Pasión de Gibson, es claramente puesto de lado en la narración bíblica de la
Pasión? ¿No es clara evidencia de la preocupación de Dios de proteger a la humanidad de la
constante tentación de reducir una relación espiritual a una "adoración de objetos"?
Fue debido a la misma preocupación por la que Dios escogió el Sabbath (Sábado) –un día antes
que un objeto– como el símbolo de la relación de pertenencia divino-humana. Siendo el tiempo un
misterio que desafía al intento humano de definirlo, el Sabbath proporciona una constante
protección contra la adoración de objetos y es un digno recordatorio de la naturaleza espiritual del
pacto entre Dios y su pueblo. Si Gibson aceptara el mensaje del Sabbath respecto a la naturaleza
espiritual de Dios, debería considerar retirar la película antes de su estreno. Tan valiente decisión
podría evitar que millones de cristianos se lleven una distorsionada visión del sufrimiento y muerte
de Cristo –una visión que, como hemos mostrado brevemente, está condicionada por las
enseñanzas católicas respecto a la imitación de la Pasión de Cristo, antes que por el registro
bíblico del Gólgota.
No Había Teatro, Representaciones de la Pasión o Pinturas en la Iglesia Primitiva
Durante los primeros cuatro siglos, los cristianos no utilizaron pinturas o retratos de Jesús o
escenificaciones de la Pasión para sus esfuerzos evangelísticos, a pesar del hecho de vivir en
culturas altamente visuales. Los templos paganos estaban atestados de estatuas de dioses. Las
religiones místicas como el mitraísmo, Cibeles e Isis, tenían su propia obra teatral de la Pasión.
Una obra popular se la conocía como el taurobolium (baño de sangre) –o sea, la imitación de la
muerte y resurrección del dios Attis al matar a un toro y cubrir al nuevo creyente con su sangre.
El pueblo de Dios no adoptó las prácticas visuales religiosas paganas para comunicar el Evangelio.
De acuerdo al segundo mandamiento, ninguna representación pictórica de Dios se permitió jamás
en el Templo, las sinagogas o las primeras iglesias cristianas. Aún el nombre de YHWH no se
pronunciaba por respeto a la santidad de Dios. Como resultado no sabemos cómo leer las cuatro
letras hebreas del nombre de Dios, debido a que fueron sustituidas por el nombre genérico
ADONAI, que significa "Señor".
Esta situación cambió gradualmente a medida que los gentiles cristianos trajeron a la iglesia sus
creencias y prácticas paganas. Pronto pinturas, estatuas y obras teatrales de la Pasión se hicieron
comunes. Durante la Edad Media se montaron obras de la Pasión primero en las iglesias, más
tarde en los patios de iglesia y finalmente en anfiteatros especiales al aire libre. Las obras de la
Pasión se han convertido en una atracción turística importante en diferentes países. La Pasión de
Oberammergau en Bavaria del norte, Alemania, atrae turistas cada año de muchas partes del
mundo. En Estados Unidos también hay populares dramatizaciones de la Pasión en lugares
como Eureka Springs, Arkansas, Black Hills, Dakota del Sur, y Lake Wales, Florida.
La Tentación de Adorar un Cristo Visible
En tiempos de la Reforma, los protestantes en su gran mayoría rechazaron el uso de imágenes,
estatuas, reliquias, dramas de la Pasión, como una violación del segundo mandamiento. En lugar
de la imaginería visual, ellos dependieron de la predicación de la Palabra para salvar almas y el
Evangelio hizo avances significativos.
No estoy proponiendo las eliminaciones de todas las pinturas de Cristo. Cuadros sencillos de Cristo
pueden ser una fuente de inspiración, sin que se conviertan en un objeto de adoración. El
problema surge cuando los cuadros se diseñan y se usan para mostrar y fomentar enseñanzas no
bíblicas como la devoción a la Pasión de Cristo o al Sagrado Corazón de María. En estos casos,
los cuadros estimulan una forma idólatra de culto.
La triste realidad es que muchos cristianos se han condicionado de tal manera por la industria del
entretenimiento, que representar a Dios o jugar con Dios a través del teatro, pinturas, películas y
música rock se ha convertido en una forma aceptada de adoración. Al aceptar estas cosas y
respaldar películas como La Pasión del Cristo, corremos el riesgo hoy de regresar a la falsa
adoración medieval contra la cual los protestantes lucharon y murieron por reformar.
¿OFRECE LA PASIÓN UNA OPORTUNIDAD ÚNICA PARA DIFUNDIR EL EVANGELIO?
¿Ofrece La Pasión una oportunidad única para difundir el Evangelio? Este es el sentimiento de
muchos líderes evangélicos. "'Esta es una ventana de oportunidad que tenemos. Aquí hay una
persona que está poniendo su dinero en una película que tiene todo que ver con lo que nosotros
hacemos', dijo el pastor Cory Engel de la Iglesia Comunitaria de Harvest Springs, en Great Falls,
Montana. 'Las iglesias acostumbraban comunicar por medio del espacio de una pequeña charla los
domingos por la mañana. La gente ya no interactúa más de esa manera. Aquí hay una oportunidad
para que usemos una técnica de la era moderna para comunicar la verdad de la Biblia', dijo el Rev.
Engel" ("Las Iglesias Dan 'Sorprendente' Muestra de Apoyo a 'La Pasión' de Gibson", Newsmax,
Jueves, 5 de febrero de 2004).
Es verdad que vivimos en una sociedad altamente visual y antiliteraria donde las personas
prefieren mirar una película antes que leer un libro. ¿Pero significa esto que debamos reemplazar
la predicación con películas o representaciones teatrales? Necesitamos recordar que durante la
Edad Media las enseñanzas religiosas eran comunicadas con presentaciones visuales como las
escenificaciones de la Pasión, las estatuas, íconos y reliquias. Ellas tomaron el lugar de la Biblia
que la iglesia católica rechazó traducir a las lenguas comunes de las gentes. Estas cosas fueron
diseñadas para estimular una respuesta emocional. El resultado fue la decadencia gradual de la
iglesia que se hundió en profunda superstición.
La capacidad de las imágenes, estatuas, reliquias y representaciones teatrales para evocar una
respuesta emocional, no garantiza una transmisión exacta del Evangelio. A menudo conducen a la
idolatría. De hecho, ya están a la venta "souvenirs" religiosos de La Pasión en sitios de internet. La
gente ya puede comprar reproducciones de los clavos o de la cruz de La Pasión y ponérselas
como aretes (zarcillos) o collares. Los católicos devotos se ponen lo que adoran y adoran lo que se
ponen. Por esto Dios ordenó la comunicación del Evangelio a través de la predicación, en lugar de
a través de presentaciones visuales como el teatro, las escenificaciones de la Pasión e imágenes.
Las últimas pueden conducir a la idolatría.
Ya en tiempo de los apóstoles habían opciones para la representación teatral cuando ellos
llevaban el Evangelio a ciudades equipadas con anfiteatros y actores entrenados para mostrar
temas religiosos y morales al pueblo. Pero el Señor instruyó a los apóstoles a que proclamaran las
Buenas Nuevas de salvación a través del medio de la predicación: "¡Que prediques la palabra!, que
instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído,
y se volverán a las fábulas". (2 Tim 4:2-4).
¿Proporciona La Pasión una Oportunidad para Testificar?
¿Proporciona La Pasión una oportunidad para testificar a aquellos que ven la película? Mi
respuesta es "SÍ". El hecho de que la película golpea a la gente con una brutal visión católica de la
Pasión de Cristo, a la vez ofrece una oportunidad única para ayudar a la gente a apreciar la
verdadera versión bíblica del sacrificio expiatorio de Cristo por nuestra redención.
Podemos ayudar a la gente a entender que la continuada violencia del castigo, la flagelación y las
heridas en la piel de Cristo, tal como se muestra en la película, es ajena a los Evangelios. Está
inspirada por la literatura mística católica diseñada a promover la imitación del sufrimiento de Cristo
como una forma de salvación.
Podemos explicar a la gente que no hay detalles sangrientos en las narraciones bíblicas de la
flagelación y crucifixión de Jesús. Los Evangelios Sinópticos simplemente nos dicen: "Y habiendo
azotado a Jesús, Pilato le entregó para ser crucificado", . . . "Y como vinieron al lugar que se llama
de la Calavera, le crucificaron allí" (ver Mat 27:26, 33; Mar 15:20, 22; Luc 23:25, 33). La razón para
tal brevedad es porque somos salvados por la vida perfecta y la muerte expiatoria de Cristo por
nuestros pecados, y no por la intensidad de su sufrimiento.
Aún más importante, podemos indicar que el papel prominente de María en la película es
totalmente no bíblica. Está inspirada por la creencia católica de que María es copartícipe con Cristo
en nuestra salvación. En la Biblia María aparece sólo una vez en la Cruz cuando Cristo la encarga
al cuidado de Juan, diciendo: "Mujer, ¡he ahí tu hijo!" (Juan 19:26). Tal expresión impersonal
difícilmente respalda la visión católica de María como coredentora de la humanidad.
Finalmente, podemos compartir las Buenas Nuevas de que no necesitamos repetir el sacrificio de
Cristo una y otra vez como el sacerdote católico lo hace en el altar, para asegurar nuestra
salvación, porque "esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo" por nuestra salvación eterna
(Heb 7:27). Podemos experimentar cada día los beneficios del sacrificio de Cristo porque nuestro
Salvador está obrando resueltamente en el santuario celestial para traer a su consumación su
misión redentora en el Día glorioso de su Venida.
EL POTENCIAL DE LA PASIÓN PARA EL EVANGELISMO CATÓLICO
La iglesia católica necesitaba urgentemente un estímulo para limpiar su imagen que se había
manchado por escándalos sexuales. La Pasión de Cristo de Mel Gibson provee ese muy
necesitado impulso. La película demostrará ser una poderosa herramienta evangelística para la
iglesia católica. Muchos líderes evangélicos han apoyado a Mel Gibson, pero ellos no lo controlan
a él. Él está bajo la sujeción de la iglesia católica romana a la que él sirve como un verdadero
apóstol. Puede muy bien demostrar ser el evangelista católico más influyente de nuestros tiempos.
El Catholic Daily, abiertamente reconoce el papel evangelístico de Gibson, diciendo: "Muchos ven
a Gibson como una estrella de cine de Hollywood, pero los católicos verdaderos lo ven como un
evangelista en el sentido más puro. Un verdadero apóstol para las Verdades y Tradiciones de la
Iglesia que Cristo fundó. Mel ha puesto en la pantalla lo que siempre ha estado puesto en la piedra:
el permanente recordatorio de por qué murió Cristo por cada uno y todos nosotros. Tenemos ese
recordatorio diariamente en la misa latina en el Alter Cristus –el sacerdote lo ofrece diariamente
como sacrificio propiciatorio de una manera no sangrienta al Padre por nosotros. Devotamente,
esta película moverá los corazones y las almas de millones para que regresen a las Verdades y
Tradiciones de la Verdadera Iglesia de Cristo. (Daily Catholic, 17 de enero de 2004).
No sorprende que la revista internacional Inside the Vatican [Dentro del Vaticano] haya escogido a
Mel Gibson como su "Hombre del Año" para 2003. ¿Por qué no? Al millón de no católicos que
están viendo La Pasión en muchos países, se les presentará en forma convincente la fe católica de
su productor, Mel Gibson. En una entrevista con CHRISTIANITY TODAY, el mismo Gibson
reconoce su sorpresa ante la adhesión de los Evangélicos hacia su película, a pesar de su
exaltación de María. El dice: "He estado realmente sorprendido por la manera en que podría decir
que el público evangélico ha respondido a esta película más que ningún otro grupo cristiano. La
cosa más sorprendente para mí es que siendo la película tan Mariana (centrada en María). Pero
pienso que la forma en que la película la muestra ha sido una manera de abrir los ojos a los
evangélicos quienes usualmente no ven este aspecto. Ellos entienden la realidad de una madre y
un hijo". (Christianity Today, 2/23/04).
El mismo Gibson está asombrado de cómo los evangélicos están absorbiendo la mariolatría
católica. Hemos estado prediciendo el desarrollo de estos acontecimientos de acortarse la
separación y tenderse las manos por un siglo, y ahora está sucediendo y parece que no lo estamos
reconociendo.
Los líderes evangélicos que entusiastamente promueven La Pasión, puede ser que no se den
cuenta que el beneficiario último es la iglesia católica. A aquellos a quienes les guste la película
pueden ser atraídos a la fe católica de Gibson, que se refleja a lo largo de la película. Un siglo
atrás Elena White advirtió que "Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en
tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano". (El Conflicto de
los Siglos, p. 645). El aferramiento de manos entre el catolicismo y el protestantismo está
ocurriendo hoy de muchas maneras. El respaldo mutuo y la promoción conjunta de La Pasión –una
poderosa representación de la visión católica del sacrificio de Cristo– sirve como un recordatorio
convincente de que se está tendiendo un puente sobre el abismo y de que las manos se están
aferrando y de que los protestantes están siendo llevados a la red católica.
NUESTRA PREOCUPACIÓN POR MEL GIBSON
Terminando, deseo compartir la preocupación por Mel Gibson expresada por el Prof. Paul Pichot,
Presidente de la recientemente establecida French-Speaking Adventist University en África. El
termina su extenso mensaje, diciendo: "Mi preocupación –es por Mel Gibson, una pobre, perdida y
engañada alma. ¿Quién de nosotros podrá alcanzarlo y sacarlo de esa enmarañada telaraña
espiritual en que ha sido atrapado? Él no conoce nada mejor. Él ha estado en el lugar equivocado
y en el momento equivocado. Necesita ver, escuchar, tocar la verdad, ¿pero quién podrá
alcanzársela? ¿Quién se preocupará lo suficiente para señalarle al Jesús real, el Mesías, el
amante y Salvador del mundo? ¿Será un colportor adventista? ¿Quién colocará en sus
temblorosas manos el bello libro, El Deseado de Todas las Gentes, para que él pueda conocer a
Dios, y a Jesús a quien él ha enviado? En lugar de condenarlo, podemos encontrar maneras de
alcanzarlo y sacarlo del cenagal espiritual en el que está hundiéndose justamente ahora. Que esa
sea nuestra principal preocupación".
De hecho, que esta sea la preocupación de cada uno de nosotros, alcanzar a Gibson y a millones
de sinceras personas como él que están cegadas por las supersticiosas creencias católicas. Que
Dios nos dé la sabiduría y gracia para compartir con ellos las Buenas Nuevas que el divino Hijo de
Dios tomó sobre sí mismo nuestra naturaleza humana, vivió una vida perfecta, murió como el
perfecto sacrificio por nuestros pecados, está intercediendo en el santuario celestial a nuestro
favor, y pronto retornará para consumar su misión redentora.
Saludos cristianos,
Samuele Bacchiocchi, Ph. D.,
Retired Professor of Theology and Church History, Andrews University
4990 Appian Way
Berrien Springs, MI 49103
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