Decálogo para la Cuaresma 2012 DECÁLOGO CUARESMAL 1º Cuaresma de la caridad y buenas obras Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne”. (Is 58, 1). Es el ayuno que Dios quiere que hagan los hombres. Es necesario vivir entregados al servicio de quienes nos necesitan y comprometernos con los más desgraciados, compartimos con ellos su sufrimiento y sus carencias, nuestro amor, nuestra fe y nuestras cosas. El amor exige el riesgo, la donación, el sufrimiento y la muerte por los otros. 2º Cuaresma de la alegría evangélica Cuando ayunes, cuando oréis, cuando deis limosna siempre con alegría evangélica. La alegría cristiana ha de impregnar toda nuestra vida. Debe ser como un signo de nuestra identidad. La celebración de la Cuaresma-camino de la Pascua- ha de provocar en nosotros una experiencia de profunda alegría. Hemos de ser la comunidad de la alegría, el pueblo de las bienaventuranzas porque creemos en Jesús y conocemos su presencia en medio de nuestras debilidades. 3º Cuaresma de reconciliación penitencial. La reconciliación es posible a pesar de los conflictos, divisiones, luchas de clases, incomprensiones abusos y dominaciones. Anunciar la reconciliación es ponerse en camino hacía una nueva vida reconciliada. Los frutos de la reconciliación han de ser vividos en el perdón mutuo.. También se ha de vivir el sacramento de la confesión desde una actitud penitencial que nos lleve a la reconciliación sacramental. 4º Cuaresma de la nueva evangelización Que no puede ser una realidad sin un gran esfuerzo de renovación espiritual e institucional de nuestras comunidades, con una búsqueda sincera del verdadero Dios viviente, realista y profunda; superar ideas falsas y purificando la fe. Hasta aceptarle en su autentico papel en la propia vida personal familiar, social. El mundo, la cultura, la sociedad, el hombre de hoy tiene una visión de las cosas, una actitud ante Dios, los demás y el mundo creado que son en gran medida “nuevos” “Existimos para evangelizar” (Benedicto XVI). 5º Cuaresma de la conversión sincera Con todas las consecuencias, cambios de mentalidad y de vida en lo que haga falta. Abrir el alma, la fe, la esperanza, el amor y la vida al dinamismo de la Muerte y Resurrección de Cristo, y a su luz y con su fuerza, purificar, quemar hacer ceniza, lo que sea preciso arrancar, destruir el propio vivir egoísta y retomar a la morada del Padre. Uno se convierte con todo su ser, en cuerpo y alma bien paso a paso, bien de repente una conversión que dura toda la vida. 6º Cuaresma de comunión eclesial Procurar no agrietar las distancias y divisiones dentro de la iglesia, ni crear grupos sectarios, sino mas bien siendo fermentos de unidad en la fraternidad de la Iglesia. Nuestra misión es hacer unidad en la caridad. Tu Iglesia diocesana y la Iglesia universal son única iglesia de Cristo que es la misma iglesia que está en Roma y en cualquier parroquia de la diócesis y en la propia comunidad. Caminamos hacía la Pascua llevando las cargas los unos de los otros y rechazando las tentaciones egoístas que nos asedian y generan competitividad. 7º Cuaresma de Iniciación cristiana Los sacramentos del bautismo, confirmación y eucaristía son núcleos vivos de la cuaresma cristiana. Consiste en madurar la conversión, vivir el misterio de la liturgia, descubrir el valor de la comunidad y orientar el compromiso con el mundo. Una de las cosas más urgentes que hay en nuestros días es hacer más nítida y trasparente nuestra identidad cristiana. Para ello será necesario organizar el catecumenado como servicio pastoral de iniciación cristiana, donde los adultos convertidos serán instruidos en la fe, introducidos en la moral evangélica y en el compromiso personal e integrador en la comunidad cristiana. 8º Cuaresma de familia unida Ha de ser una ocasión privilegiada en perspectiva de una familia unida y abierta a la vida, bien insertada en la sociedad y en la Iglesia atenta a la caridad de las relaciones, además que es la economía del núcleo familiar. El futuro de la humanidad esta estrechamente ligado al de la familia. Hay que potenciar el Día del Señor, el tiempo de la oración, de la Palabra de Dios en familia. Con la palabra y el ejemplo en las relaciones y decisiones cotidianas, los padres se conviertan en los primeros educadores de la fe de sus hijos. 9º Cuaresma de oración intensa Es abrir el corazón esperando que Dios lo llene de su Espíritu. Hay que acostumbrarse ver a Dios en todo y vivir la realidad cambiante exprimirla para ver como de ella brota una visión nueva de la realidad humana. En medio del despliegue de fuerzas de que dispone el hombre en la actualidad, la oración sigue siendo la mayor fuerza que todo hombre tiene a su disposición oración que no peca ni de palabrería hueca ni de formalismos rutinarios. Dios sabe bien lo que necesitamos pero gusta que se le diga, la necesidad viene de nosotros. 10º Cuaresma bajo el signo de la santidad Santidad para los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Es necesaria la formación de cristianos adultos y maduros en la fe, ¡es decir santos! Porque la santidad no es otra cosa que “el alto grado de la vida cristiana ordinaria” (NMI31). El mundo necesita cristianos santos, es decir verdaderos cristianos. Los caminos de la santidad son múltiples y adecuados a la vocación de cada uno, si estamos llamados a ser santos, si somos santos por vocación, es evidente que seamos verdaderas personas que nos sintamos realizados en la medida que seamos santos. En caso contrario seremos unos fracasados. Lo contrario de santo no es pecador sino fracasado.