Área Iniciación cristiana de niños * Junta Nacional de Catequesis

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Área Iniciación cristiana de niños – Junta Nacional de Catequesis
Propuesta 1
Reunión o encuentro de catequistas al servicio de la
iniciación cristiana de niñ@s
“La Iniciación cristiana, un camino de fe”
Objetivo: Reflexionar con los catequistas de niños y niñas acerca de lo que es la Iniciación
Cristiana.
Participantes: Catequistas con o sin experiencia, dedicados o por dedicarse a la Iniciación
Cristiana de niños y/o niñas.
Duración: tiempo previsto para su realización, una mañana o una media tarde (3 a 4 horas).
Desarrollo: Les proponemos dar los siguientes pasos.
Consideraciones para tener en cuenta:
 Prever los materiales que se usarían: papel grande, fibrones, equipo y música, cinta papel,
proyector ó rotafolio…
1er momento: Reconociendo el mapa
Después de encontrarnos, cuando ya estamos todos, nos
hemos reconocido, saludado y animado, nos juntamos en
semicírculo alrededor de
un gran papel con la
inscripción “INICIACIÓN CRISTIANA” en el centro.
(También puede hacerse en el piso, o si no son muchos,
en una mesa con la dinámica del mantel giratorio)
-
Invitar a escribir palabras que asociamos a Iniciación Cristiana, sin comentarios, en
silencio, nos ayuda una música de fondo (darle un tiempo). Es un ejercicio de
contemplación donde todos estamos atentos y acompañando lo que cada uno escribe.
Cada uno se va acercando espontáneamente…
-
Una vez que ya finalizamos, invitamos a la lectura personal silenciosa de todas las
palabras, cada uno elige y se apropia de aquella que le resuena (entre 1 y 3) … hace eco.
- Formamos grupos de entre 5 y 6 catequistas. Cada uno comparte a los demás, con sus
palabras por qué las eligió…
- Buscar experiencias que encarnen estas expresiones, vividas
personalmente o en la catequesis
- El grupo prioriza y elige la más significativa
- Buscar la manera de expresarlo creativamente
- Puesta en común
Área Iniciación cristiana de niños – Junta Nacional de Catequesis
2do. momento: Consultamos el GPS
Les ofrecemos algunos recursos que les permitan
descubrir, enriquecer y profundizar a luz de la Palabra de
Dios y el Magisterio de la Iglesia.
En 1er lugar: Proyectamos la presentación: “Iniciación
cristiana, algo más que Sacramentos de Iniciación”,
(está en un archivo adjunto).
En caso de no poderse proyectar: trasladar el contenido de las
diapositivas a otro formato para compartirlo con los catequistas participantes:
rotafolio, carteleras, diapositivas, etc.
Cuando todos compartieron la presentación abrimos un espacio para poner en común las
resonancias, comentarios… para dialogar acerca de qué nos quiere trasmitir…
En 2do lugar, consultamos algunos documentos que nos hablan sobre este tema… (Podría ser una
lectura grupal…).
“Lineamientos y orientaciones para la renovación de la catequesis de
Iniciación cristiana” n. 18-20
“Documento Conclusivo de Aparecida” 286- 288.
Ver Subsidio Documental (archivo adjunto 2)
3er momento: Recalculando (reorientamos el camino)
A partir de todo lo compartido les proponemos reflexionar
juntos en los mismos grupos u otros, con estos interrogantes:

¿Cuáles son los elementos fundamentales
caracterizan a la iniciación cristiana?
que

¿En qué enriquece toda esta reflexión, las expresiones
presentadas en el 1er.momento?
Después que todos han compartido su reflexión, de acuerdo a la realidad del grupo, los invitamos
a celebrar las Buenas Noticias de este encuentro.
4to momento: Encendemos el motor y nos ponemos en marcha
Es el momento de llevar a la práctica lo vivido, reflexionado y celebrado, en nuestros encuentros
con los niños.
LOS ESPERAMOS EN LA PROXIMA PARADA:
“La iniciación cristiana, un camino de fe…
o más de lo mismo”
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Subsidio Documental 2
DOCUMENTO CONCLUSIVO DE APARECIDA
INICIACIÓN A LA VIDA CRISTIANA Y CATEQUESIS PERMANENTE
6.3.1 Iniciación a la vida cristiana
286. Son muchos los creyentes que no participan en la Eucaristía dominical, ni reciben con regularidad
los sacramentos, ni se insertan activamente en la comunidad eclesial. Sin olvidar la importancia de la
familia en la iniciación cristiana, este fenómeno nos interpela profundamente a imaginar y organizar
nuevas formas de acercamiento a ellos para ayudarles a valorar el sentido de la vida sacramental, de la
participación comunitaria y del compromiso ciudadano. Tenemos un alto porcentaje de católicos sin
conciencia de su misión de ser sal y fermento en el mundo, con una identidad cristiana débil y
vulnerable.
287. Esto constituye un gran desafío que cuestiona a fondo la manera como estamos educando en la fe y
como estamos alimentando la vivencia cristiana; un desafío que debemos afrontar con decisión, con
valentía y creatividad, ya que, en muchas partes, la iniciación cristiana ha sido pobre o fragmentada. O
educamos en la fe, poniendo realmente en contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, o no
cumpliremos nuestra misión evangelizadora. Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad
operativa de iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé también elementos para el quién, el
cómo y el dónde se realiza. Así, asumiremos el desafío de una nueva evangelización, a la que hemos sido
reiteradamente convocados.
288. La iniciación cristiana, que incluye el kerygma, es la manera práctica de poner en contacto con
Jesucristo e iniciar en el discipulado. Nos da, también, la oportunidad de fortalecer la unidad de los tres
sacramentos de la iniciación y profundizar en su rico sentido. La iniciación cristiana, propiamente
hablando, se refiere a la primera iniciación en los misterios de la fe, sea en la forma de catecumenado
bautismal para los no bautizados, sea en la forma de catecumenado postbautismal para los bautizados
no suficientemente catequizados. Este catecumenado está íntimamente unido a los sacramentos de la
iniciación: bautismo, confirmación y eucaristía, celebrados solemnemente en la Vigilia Pascual. Habría
que distinguirla, por tanto, de otros procesos catequéticos y formativos que pueden tener la iniciación
cristiana como base.
LINEAMIENTOS Y ORIENTACIONES PARA LA RENOVACIÓN DE LA
CATEQUESIS DE INICIACIÓN CRISTIANA
La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico.
(El QUÉ de la catequesis).
1- La catequesis de iniciación en el marco de la Revelación.
18- La iniciación cristiana es ante todo una obra de Dios; actualiza su amor: “habla a los hombres como
amigos”1. Sale a su encuentro con signos y palabras que se explicitan mutuamente, en especial en el
misterio de la Encarnación. A lo largo de la Historia de la Salvación, se manifiesta una pedagogía divina
en el proceso de la Revelación de Dios a los hombres. Él actúa sobre el hombre haciendo posible que
reciba y goce la vida nueva en Cristo. La iniciación cristiana, fiel a esta pedagogía de Dios, con la Palabra y
con los signos sacramentales, es la oportunidad para el hombre que ha sido tocado por la Gracia, de vivir
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la primera participación sacramental en la muerte y resurrección de Cristo, y por lo mismo la experiencia
gozosa de la transfiguración mediante la inserción real en Cristo, por la fuerza de su Misterio Pascual,
para la comunión con el Padre en el Espíritu Santo. Por lo tanto, es también iniciación al misterio de
comunión en la Iglesia y a la participación en su misión.
2- Qué entendemos por iniciación cristiana.
19- La originalidad de la iniciación cristiana es la acción e iniciativa de Dios, mediante la ministerialidad
de la Iglesia, que transforma interiormente el corazón de quien responde haciéndolo partícipe en el
misterio pascual de Cristo, identificándolo progresivamente con Él e integrándolo en la comunión con su
Cuerpo que es la Iglesia. La gracia de Dios es la que atrae y gratuitamente otorga el don de la fe y de la
salvación2, en una comunidad cristiana, la cual es a la vez fuente, lugar y meta de este servicio3. En otras
palabras, la iniciación cristiana “es la manera práctica de poner en contacto con Jesucristo e iniciar en
el discipulado”4. La iniciación cristiana, propiamente hablando, se refiere a la primera iniciación en los
misterios de fe -sea en forma de catecumenado bautismal para los no bautizados, sea en la forma de
catecumenado postbautismal para los bautizados no suficientemente catequizados o evangelizados-5
y es toda ella como un gran sacramento, y si bien cada uno de los sacramentos que en ella se celebran
son distintos entre sí, sin embargo, todos ellos conforman una gran acción simbólica; más aún, el mismo
catecumenado es parte de este gran sacramento, no instrucción preliminar, sino parte constitutiva del
sacramento mismo6. Dios sale al encuentro del hombre con su Palabra y el don de la Gracia por los
sacramentos de la iniciación; el hombre, movido por el Espíritu Santo, responde con su profesión de fe adhesión plena, inteligencia y voluntad a Jesucristo-7.
20- Esto implica un proceso de crecimiento y maduración de la fe inicial y del compromiso de vida. El
conjunto de acciones que celebra la Iglesia a lo largo de este gran sacramento no es una acumulación de
ritos aislados, o autónomos, sino una sinfonía, una pluralidad de acciones que forman un símbolo
conjunto8. Por eso decimos que la iniciación cristiana es como “un gran sacramento”. La separación o
aislamiento de los elementos del proceso catequístico (sacramentos considerados cada uno como
finalidad de la catequesis, la catequesis como mera exposición doctrinal, etc.) ha tenido funestas
consecuencias; ha desembocado en la ritualización del sacramento y en el mero adoctrinamiento
perdiendo por tanto el sentido de aquella unidad que constituye uno de los datos esenciales de lo
cristiano9.
1
DV 2.
Cf. Jn. 6,65; CEC 153-154.
3
Cf. DGC 158.
4
DA 288.
5
DA 288. 293.
6
Cf. RATZINGER J. Teoría de los principios teológicos, Barcelona, 1985, pág. 40. Citado por Antonio Cañizares y
Manuel del Campo en: Evangelización, catequesis, catequistas. Pág. 156.
7
Cf. DGC 82-83.
8
Es decir, forman un sintagma; el diccionario de la RAE la define como “pluralidad de seres o cosas que forman un
conjunto, material o mentalmente considerado”.
9
“El catecumenado es parte de un sacramento; no instrucción preliminar, sino parte constitutiva del sacramento
mismo. Además, el sacramento no es la simple realización del acto litúrgico, sino un proceso, un largo camino, que
exige la contribución y el esfuerzo de todas las facultades del hombre, entendimiento, voluntad, corazón. También
aquí ha tenido la disyunción funestas consecuencias; ha desembocado en la ritualización del sacramento y en el
adoctrinamiento de la palabra y, por tanto, ha encubierto aquella unidad que constituye uno de los datos esenciales de
lo cristiano”. RATZINGER J. Op. Cit.
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