Subido por Juan Miguel Carvajal angel

ALander Crisis civilizatoria. La experiencia de los gobiernos progresistas y los debates en al izquierda latinoamercana

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Lander, Edgardo, autor
Crisis civilizatoria: experiencias de los gobiernos progresistas y debates en la izquierda latinoamericana / Edgardo
Lander. -- 1a ed. – Guadalajara, Jalisco: Centro María Sibylla
Merian de Estudios Iberoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS) : Editorial Universidad de
Guadalajara, 2019.
184 p. ; 22 cm. – (Colección CALAS)
Bibliografía: p. 160-179.
1. América Latina-Condiciones sociales. 2. América Latina-Condiciones económicas 3. Civilización moderna. I. t.
II. Serie
301.23 .L25 CDD
HM101 .L25 LC
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significa que el texto puede ser compartido y redistribuido, siempre que el crédito sea otorgado al autor, pero
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EDGARDO LANDER
SANTIAGO ARCONADA RODRÍGUEZ (INVESTIGADOR ASOCIADO)
Crisis
civilizatoria
Experiencias de los gobiernos
progresistas y debates en
la izquierda latinoamericana
M A R I A S I BY L L A M E R I A N C E N T E R
MARIA SIBYLLA MERIAN CENTER
Universidad de Guadalajara
Ricardo Villanueva Lomelí
Rectoría General
Héctor Raúl Solís Gadea
Vicerrectoría Ejecutiva
Guillermo Arturo Gómez Mata
Secretaría General
Juan Manuel Durán Juárez
Rectoría del Centro Universitario
de Ciencias Sociales y Humanidades
Sayri Karp Mitastein
Dirección de la Editorial Universitaria
Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades
y Ciencias Sociales
Sarah Corona Berkin
Olaf Kaltmeier
Dirección
Gerardo Gutiérrez Cham
Hans-Jürgen Burchardt
Codirección
Nadine Pollvogt
Coordinación de Publicaciones
www.calas.lat
Gracias al apoyo de
Primera edición, 2019
Autor
© Edgardo Lander
Investigador asociado
Santiago Arconada
D.R. 2019, Universidad de Guadalajara
Editorial Universitaria
José Bonifacio Andrada 2679
Lomas de Guevara
44657 Guadalajara, Jalisco
www.editorial.udg.mx
Septiembre de 2019
Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico
En colaboración con
CALAS. Afrontar las crisis desde América Latina
Este libro forma parte de los ensayos concebidos desde la investigación
interdisciplinaria que se lleva a cabo en el Centro Maria Sibylla Merian
de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias
Sociales (calas), donde tratamos de fomentar el gran reto de analizar
aspectos críticos sobre los procesos de cambios sociales. calas ha sido
concebido como una red af ín a la perspectiva de los Centros de Estudios
Avanzados establecidos en distintas universidades del mundo y busca
consolidarse como núcleo científico que promueve el desarrollo y la difusión de conocimientos sobre América Latina y sus interacciones globales.
calas funciona en red, la sede principal, ubicada en la Universidad de
Guadalajara (México), y las subsedes ubicadas en la Universidad de Costa
Rica, Flacso Ecuador y Universidad Nacional de General San Martín en
Argentina. Las instituciones latinoamericanas sedes están asociadas con
cuatro universidades alemanas: Bielefeld, Kassel, Hannover y Jena; esta
asociación fue impulsada por un generoso apoyo del Ministerio Federal
de Educación e Investigación en Alemania.
La relevancia de estos libros, enfocados en el análisis de problemas
sociales, trasciende linderos académicos. Se trata de aumentar la reflexión
crítica sobre los conflictos más acuciantes en América Latina, como una
contribución de primer orden para generar diálogos desde múltiples disciplinas y puntos de vista. Más allá de esto, el objetivo de esta publicaciones es buscar caminos para afrontar las múltiples crisis.
Como reconocidos analistas en sus respectivos campos de investigación, los autores nos invitan a ser copartícipes de sus reflexiones y a
multiplicar los efectos de sus propuestas, a partir de su lectura.
Sarah Corona Berkin y Olaf Kaltmeier
Directores
Gerardo Gutiérrez Cham y Hans-Jürgen Burchardt
Codirectores
Índice
Introducción9
La crisis terminal del patrón civilizatorio de la modernidad colonial 14
Acelerada destrucción de las condiciones que han hecho posible
la creación y reproducción de la vida
El Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC)
Los límites planetarios
Biocapacidad y huella ecológica
El Antropoceno y la sexta gran extinción Impactos socioambientales presentes y futuros
de las transformaciones climáticas globales
¿Cómo se responde a estos retos desde los poderes fácticos
del sistema mundo capitalista?
¿Qué habría que cambiar para que no cambie nada?
La economía verde
La geoingeniería
¿Antropoceno o la era de la plutocracia? Las profundas desigualdades
en la distribución de la riqueza y el poder político, comunicacional
y militar que caracteriza al actual mundo post democrático
¿Quién decide sobre el futuro del planeta?
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16
19
20
22
24
28
29
38
41
43
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Los gobiernos progresistas latinoamericanos ante la crisis civilizatoria58
Los procesos constituyentes
Ecuador ¿Mineralo-Estado?
Bolivia: del buen vivir al desarrollismo extractivista 61
77
84
La carretera del TIPNIS Venezuela: el paroxismo del extractivismo
Extractivismo y los horizontes utópicos de las trasformaciones
que fueron anunciadas Extractivismo, geopolítica e integración latinoamericana
Los debates de las izquierdas en torno a las luchas
anticapitalistas actuales en América Latina
87
92
98
99
105
Comienza el resquebrajamiento de la hegemonía
de estas concepciones del anticapitalismo:
la emergencia de nuevas formas de la política antisistémica
109
Otras formas de la política y la llegada
de los gobiernos progresistas al poder 117
El socialismo del siglo XXI 120
El Foro de Sao Paulo
122
Perspectivas del Foro de Sao Paulo sobre el mundo actual
124
Tres años más tarde se destaca “el combate implacable a la corrupción
por parte de los gobiernos de Lula” (Foro de Sao Paulo 2005)
129
La primacía de la geopolítica
130
El rol de China como punto ciego
131
Perspectivas dicotómicas sobre la ética política
133
Nicaragua138
Venezuela141
La crisis de las izquierdas 146
Una insistencia final sobre las izquierdas
150
Bibliografía152
Autor174
Introducción
La humanidad vive una profunda crisis, crisis terminal multidimensional
del patrón civilizatorio moderno-colonial que está destruyendo las condiciones que hacen posible la producción y reproducción de la vida en el
planeta Tierra. Es tal la profundidad de esta crisis que incluso las opciones
que durante los últimos dos siglos y medio aparecían como alternativa al
capitalismo, la expresión más acabada de dicho patrón civilizatorio, confrontan igualmente una severa crisis. Desde posturas asociadas al marxismo, a horizontes socialistas, y en general desde los más diversos ámbitos
de la izquierda, se ha carecido de propuestas creíbles, capaces de señalar
rumbos y opciones otras como salidas de la crisis, capaces de dar cauce,
expresión, a los profundos y generalizados malestares que se extienden a
los más amplios sectores de la población del planeta. Muy por el contrario, en la medida en que se acelera esta crisis sistémica y se extienden los
impactos del colapso climático, en que se profundizan las desigualdades
y se expande la inseguridad y la incertidumbre sobre el futuro, durante
las últimas décadas se ha producido un marcado desplazamiento hacia
opciones de derecha y derecha extrema. Gobiernos y partidos de orientaciones autoritarias, patriarcales y xenófobos cuentan con un creciente
apoyo en la mayor parte del planeta.
En América Latina, en lo que fue considerado en ese momento
como el continente de la esperanza, a contramarcha de estas tendencias globales, se produjeron en las primeras dos décadas de este siglo
significativos desplazamientos político/culturales que condujeron a las
experiencias de los denominados “gobiernos progresistas” que parecían
abrir caminos en otras direcciones para la humanidad. Sin embargo,
después de varios lustros es posible constatar que, en lo fundamental,
crisis civilizatoria
10
estos proyectos han fracasado tanto como procesos de transformación
anti-capitalistas y como alternativas a la modernidad colonial.
El presente libro aborda estas cuestiones en tres secciones. En primer
lugar, se realiza un análisis de esta profunda crisis civilizatoria que hoy
vive la humanidad. Se caracteriza ésta como la crisis terminal del patrón
civilizatorio moderno-colonial que ha tenido como dimensiones constitutivas su carácter antropocéntrico, patriarcal, colonial, clasista y racista.
Este patrón societal de crecimiento sin fin y asalto continuado al entorno
natural, con sus modalidades hegemónicas de conocimiento, la ciencia
y las tecnologías del capitalismo, está devastando en forma acelerada las
condiciones de creación y reproducción de la vida en el planeta Tierra,
amenazando no sólo la sobrevivencia humana, sino igualmente la de una
elevada proporción de la vida. Se analizan en esta parte los principales
diagnósticos sobre el estado del planeta y las propuestas básicas que están
siendo debatidas/implementadas como respuesta a esta profunda crisis.
Se abordan igualmente las implicaciones del hecho de que en los debates
y respuestas hegemónicas de Estados, instituciones multilaterales, corporaciones y centros científico-tecnológicos, predomina la ausencia de una
disposición a cuestionar los supuestos civilizatorios y patrones de conocimiento básicos y relaciones de poder que han conducido a la humanidad
a la presente crisis. Con ello se produce una negativa radical a explorar
posibles alternativas que den cuenta efectiva de la profundidad de ésta.
Las soluciones tecnológicas (technological fix) y de mercado que se proponen desde estas perspectivas hegemónicas, se conciben a partir de los
mismos patrones de mercado y modelos científico-tecnológicos que nos
han conducido a la situación actual. Se trata, como en El Gatopardo, de
definir qué es lo que hay que cambiar, qué respuestas e imágenes de transformación hay que generar, para garantizar que en realidad no cambie
nada, para que la concentración del poder y las profundas desigualdades
que caracterizan al sistema mundo capitalista colonial moderno, no sólo
no se cuestionen, sino que se consoliden y profundicen.
En la segunda parte se analizan críticamente algunas dimensiones
medulares de las experiencias de los tres gobiernos “progresistas” sudamericanos (Bolivia, Ecuador y Venezuela) en los cuales se postularon
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rupturas más radicales, no sólo con el régimen capitalista global hoy
hegemónico, sino con dimensiones fundamentales, propiamente civilizatorias, constitutivas del sistema mundo colonial moderno. Estos
gobiernos emergen en un momento histórico en que no sólo se acentuaba la crisis civilizatoria a la cual se ha hecho referencia, sino en que
igualmente avanzaba aceleradamente la globalización neoliberal y se
consolidaba la hegemonía unipolar de los Estados Unidos en lo que fue
caracterizado como el nuevo siglo americano y el fin de la Historia. Los
ojos del mundo se volcaron hacia estos novedosos proyectos de transformación social que parecían dar cuenta de, y presentar alternativas, en
forma sistémica, integral, a las principales dimensiones de la crisis civilizatoria multidimensional que confronta la humanidad, a la necesidad de
superar el antropocentrismo, el patriarcado, la colonialidad, el racismo,
las relaciones de explotación/dominación del capital y los límites excluyentes de la democracia liberal. Se anuncian rupturas significativas en
los sistemas políticos que en sus diferentes expresiones habían existido
en el continente desde tiempos coloniales. Entran en la escena política
como protagónicos otros sujetos sociales y políticos, en particular los
provenientes del mundo indígena, y se incorporan novedosos/ancestrales horizontes normativos como los representados por las nociones del
buen vivir y los derechos de la naturaleza.
No se pretende en este texto un balance global de estas experiencias. El análisis crítico de éstas se realiza a partir de preguntas acotadas,
focalizadas: ¿Cómo han respondido estos procesos de transformación a
los complejos y multidimensionales retos que nos plantea esta crisis civilizatoria en la que está en juego la sobrevivencia misma de la humanidad y la vida? ¿En qué medida fue posible en estos años dar pasos,
aunque fuesen iniciales, en la dirección de transiciones hacia formas alternativas de producir, conocer y convivir con los otros seres humanos y
la naturaleza?
Contrastando los objetivos formulados en los discursos y documentos fundantes de los procesos políticos de estos tres países, en particular
en los nuevos textos constitucionales, es posible concluir que en el logro
de sus objetivos extraordinariamente ambiciosos, en lo fundamental, han
crisis civilizatoria
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fracasado. Hubo importantes logros —sin bien temporales— particularmente en el ámbito geopolítico y en la reducción de las desigualdades y
la mejoría de las condiciones de vida de la población. Sin embargo, como
ha sido el caso de los gobiernos neoliberales en el continente, con estos
gobiernos progresistas se profundizó el extractivismo y la inserción colonial subordinada en la división internacional del trabajo y de la naturaleza.
En lugar de confrontar la voraz maquinaria devastadora del capital global, sea éste del occidente o del oriente, se aceleró su alimentación. Ante
las resistencias de pueblos y comunidades al avance sistemático de mega
proyectos mineros, energéticos y agropecuarios sobre sus territorios, la
respuesta gubernamental que ha predominado es la represión, como ha
sido el caso en los gobiernos de orientación neoliberal.
Las interpretaciones y evaluaciones de los tres o cuatro lustros de
estas experiencias han producido profundas confrontaciones en el seno
de la izquierda, tanto latinoamericana como global. En la tercera parte
de este texto, entre estas diversas posiciones, se analizan críticamente las
posturas de lo que se denomina la izquierda oficial, una izquierda predominantemente estadocéntrica y partidista cuya expresión más representativa son los documentos y declaraciones del Foro de Sao Paulo que
agrupa a la gran mayoría de las organizaciones que se definen como de
izquierda en toda América Latina. Desde perspectivas que en su conjunto
pueden ser catalogadas como ortodoxas, en esta izquierda oficial se han
priorizado las dimensiones geopolíticas, tendiendo a predominar miradas
maniqueas construidas en torno al eje anti-imperialista/imperialista desplazando a segundos o terceros planos las otras dimensiones esenciales
de la realidad del mundo contemporáneo: antropocentrismo, patriarcado,
racismo, colonialismo, eurocentrismo… Desde estas perspectivas se han
tenido miradas poco críticas o autocríticas sobre las experiencias de estos gobiernos, con frecuencia expresando solidaridades incondicionales
a dirigentes y gobiernos de estos procesos. Como nos ilustran claramente las declaraciones del Foro de Sao Paulo, esta izquierda oficial, lejos de
reconocer la profundidad de la crisis civilizatoria que se confronta y lo
que ha venido siendo la impotencia de sus formas de hacer política y el
agotamiento histórico del socialismo estadocéntrico, desarrollista y mo-
1
Las características, diversidades y potencialidades transformadoras de estas otras
formas de la política y de construcción en el aquí y el ahora de alternativas no-capitalistas, no forma parte de los objetivos de este texto, y, por lo tanto, sólo son abordadas en términos someramente referenciales.
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nocultural como alternativa tanto al capitalismo como a la civilización en
crisis, se ha atrincherado en la reafirmación de principios abstractos que
han dejado de dar cuenta de la complejidad multiforme de la realidad contemporánea. Esta izquierda se ha cerrado sobre sí misma intentando, por
esa vía, defender lo indefendible. Aparte de reconocer algunos “errores” y
“desviaciones”, la causa de todos los males que confronta la sociedad contemporánea y los problemas enfrentados por los procesos “progresistas”
de cambio siempre están del otro lado, en el capitalismo, en el imperialismo, en la derecha.
La indagación reflexiva y genuinamente autocrítica del por qué todas las experiencias históricas del socialismo han fracasado como alternativas a esta sociedad en crisis y por qué el socialismo ha dejado de
operar como un imaginario de futuro —tanto deseable como posible—
está, en lo fundamental, marginalizado en los debates y preocupaciones
de esta izquierda oficial. Esta ausencia de reflexión crítica/autocrítica
es, en sí misma, la expresión más clara de la crisis de esta izquierda (¿de
toda la tradición de la izquierda?), de su (¿nuestra?) creciente incapacidad para reconocer otras alternativas, otros horizontes de futuro que
desde múltiples experiencias locales y regionales están construyendo
otras formas de hacer política, están prefigurando otros futuros en el
presente, y, por esa vía, dando cuenta de las dimensiones principales de
la crisis que confrontamos.1
Este texto está escrito en un tono expresamente polémico, buscando transmitir con ello tanto el apremio de los asuntos que confrontamos, como la urgencia de reconocer la necesidad de acometer rupturas
profundas con las formas de pensar y actuar que hemos heredado. Está
concebido como una contribución a las reflexiones, debates y polémicas que es indispensable profundizar.
La crisis terminal
del patrón civilizatorio
de la modernidad colonial
Confrontamos, como humanidad, una profunda crisis civilizatoria. La crisis
terminal del patrón civilizatorio prometeico de la modernidad colonial. Se
trata de una crisis multiforme, multidimensional, de un patrón civilizatorio
que en términos sintéticos puede ser caracterizado como antropocéntrico,
patriarcal, colonial, clasista, racista y cuyos patrones hegemónicos de conocimiento, su ciencia y su tecnología, lejos de ofrecer respuestas de salida a esta
crisis civilizatoria, contribuyen a profundizarla. Estas diversas dimensiones
del patrón civilizatorio hegemónico no son de modo alguno independientes
una de otra. Por el contrario, se retroalimentan y refuerzan entre sí.
Los dogmas antropocéntricos y patriarcales del progreso y del desarrollo, las fantasías de la posibilidad de un crecimiento sin fin en un planeta limitado, están socavando aceleradamente las condiciones que hacen
posible la reproducción de la vida en el planeta Tierra. Este patrón de desarrollo y progreso ha encontrado su límite. A pesar de que una elevada
proporción de la población no tiene acceso a las condiciones básicas de la
vida (alimentación, agua potable, vivienda, etc.) la humanidad en su conjunto ya ha sobrepasado los límites de la capacidad de carga de la Tierra.
Sin un freno a corto plazo de este patrón de crecimiento desbordado y una
reorientación hacia el decrecimiento, la armonía con el resto de la vida y
sin una radical redistribución del acceso a los bienes comunes del planeta,
no está garantizada la continuidad de la vida humana a mediano plazo.
Cada una de las principales dimensiones de esta crisis ha sido profundizada durante las últimas décadas por la globalización neoliberal.
Durante estas décadas han avanzado a pasos agigantados los procesos
de mercantilización, apropiación y sometimiento tanto de las dinámicas
Acelerada destrucción de las condiciones
que han hecho posible la creación
y reproducción de la vida
A pesar de que, como veremos más adelante, persiste el negacionismo,
principalmente entre sectores ligados a la industria fósil y por parte de
neoconservadores en los Estados Unidos, entre la comunidad científi-
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naturales de reproducción de la vida, como de las prácticas culturales y
modos de conocer de los diferentes pueblos del mundo para someterlos
a las exigencias de la acumulación del capital.
La civilización de dominio científico-tecnológico sobre la llamada
“naturaleza”, que identifica el bienestar humano con la acumulación de
objetos materiales y con el crecimiento económico sin fin —cuya máxima expresión histórica es el capitalismo— tiene el tiempo contado. La
incorporación de nuevos territorios para la explotación, la apropiación
del conocimiento de otros, así como la manipulación de los códigos
de la vida (biotecnología) y de la materia (nanotecnología), aceleran la
aproximación a los límites en un planeta finito. En un momento histórico en que los patrones civilizatorios hegemónicos demuestran su inviabilidad, en que la monocultura de la modernidad colonial se aproxima
a su límite, la humanidad precisa con urgencia de la diversidad y multiplicidad de culturas, formas de conocer, pensar y vivir, como fuentes de
alternativas para responder a esta crisis civilizatoria. Sin embargo, esos
otros, como es el caso de los pueblos y culturas indígenas y campesinas
de todo el planeta, están siendo amenazados/devastados por el avance
inexorable de la lógica de mercantilización de todas las dimensiones de
la vida y los procesos de acumulación por desposesión.
El capitalismo, en su escala actual, con su inevitable lógica expansiva de devastación, es incompatible con la preservación de la vida tal
como la conocemos. Esto convierte en un asunto de vida o muerte la
necesidad de poner freno a esta desbocada maquinaria.
co-académica internacional y los centenares de millones de personas
que enfrentan hoy en todo el planeta las consecuencias del colapso climático, ha quedado atrás toda duda sobre la realidad y gravedad de éste,
y sobre sus determinantes antropogénicos.
crisis civilizatoria
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El Grupo Intergubernamental de Cambio
Climático (IPCC)
El análisis más exhaustivo, el más detalladamente documentado sobre
las actuales transformaciones climáticas en escala planetaria, es el que
ha venido realizando el Grupo Intergubernamental de Cambio Climático en cinco sucesivos informes desde el año 1990.2 Dichos informes
son el resultado del trabajo de centenares de especialistas en una amplia
gama de disciplinas relacionadas con el clima, de todas partes del mundo, sobre la base del análisis de todos los trabajos publicados en revistas
científicas especializadas sobre estos temas y demás informes producidos por la totalidad de los centros de investigación científica dedicados
a asuntos relacionados con éste en todo el planeta. En cada uno de los
sucesivos informes del ipcc, se ha presentado una caracterización más
severa y con mayores niveles de confianza sobre las tendencias climáticas presentadas. Se trata de informes que, lejos de tener intencionalidades alarmistas, tienen un sesgo conservador. No sólo requieren elevados
niveles de consenso entre los científicos participantes para cada una de
sus afirmaciones, sino que, adicionalmente, dichas conclusiones pasan
por el filtro de los representantes de los gobiernos de todo el mundo a
nombre de los cuales este grupo presenta sus resultados. Algunos de
estos gobiernos, como es el caso de los Estados Unidos, han hecho lo
posible por minimizar, incluso negar, la severidad de las transformaciones climáticas en curso (Rattani 2018).
2
Estos informes han sido publicados en los años 1990, 1996, 2001, 2007 y 2014.
Entre las principales conclusiones que presenta el último informe
del ipcc correspondiente al año 2014 destacan las siguientes:
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La influencia humana en el sistema climático es clara, y las emisiones antropógenas recientes de gases de efecto invernadero son las
más altas de la historia.
El calentamiento en el sistema climático es inequívoco, y desde
la década de 1950 muchos de los cambios observados no han tenido
precedentes en los últimos decenios a milenios.
Cada uno de los tres últimos decenios ha sido sucesivamente más cálido en la superficie de la Tierra que cualquier decenio anterior desde 1850.
... Cuanto mayor sea la perturbación de la actividad humana sobre el clima, mayores serán los riesgos de impactos graves, generalizados e irreversibles en las personas y los ecosistemas, y más duraderos
serán los cambios en todos los componentes del sistema climático.
En el periodo comprendido entre 1992 y 2011, los mantos de hielo
de Groenlandia y la Antártida han ido perdiendo masa, y es probable que
esa pérdida se haya producido a un ritmo más rápido entre 2002 y 2011.
Los glaciares han continuado menguando en casi todo el mundo.
Es muy probable que la superficie media anual del hielo marino
del Ártico haya disminuido durante el periodo 1979-2012 en un rango
del 3,5% al 4,1% por decenio.
Desde mediados del siglo xix, el ritmo de la elevación del nivel
del mar ha sido superior a la media de los dos milenios anteriores.
Las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero han
aumentado desde la era preindustrial, en gran medida como resultado
del crecimiento económico y demográfico, y actualmente son mayores
que nunca. Como consecuencia, se han alcanzado unas concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso sin
parangón en por lo menos los últimos 800 000 años.
Desde aproximadamente 1950 se han observado cambios en muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.
En todos los escenarios de emisiones evaluados, las proyecciones
señalan que la temperatura en superficie continuará aumentando a lo
crisis civilizatoria
18
largo del siglo xxi. Es muy probable que las olas de calor ocurran con
mayor frecuencia y duren más, y que los episodios de precipitación extrema sean más intensos y frecuentes en muchas regiones. El océano
se seguirá calentando y acidificando, y el nivel medio global del mar
continuará elevándose.
El cambio climático agravará los riesgos existentes y creará nuevos
riesgos para los sistemas naturales y humanos. Los riesgos se distribuyen de forma dispar y son generalmente mayores para las personas y
comunidades desfavorecidas de los países, sea cual sea el nivel de desarrollo de éstos.
Muchos aspectos del cambio climático y los impactos asociados
continuarán durante siglos, incluso si se detienen las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero. Los riesgos de cambios
abruptos o irreversibles aumentan a medida que crece la magnitud del
calentamiento.
Sin nuevos esfuerzos de mitigación al margen de los que existen
en la actualidad, e incluso llevando a cabo una labor de adaptación, a
finales del siglo xxi el calentamiento provocará un riesgo alto a muy
alto de impactos graves, generalizados e irreversibles a escala mundial.
El informe de síntesis destaca que disponemos de los medios para
limitar el cambio climático y sus riesgos y de muchas soluciones que
permitirían el continuo desarrollo económico y humano. Sin embargo,
para estabilizar el aumento de la temperatura por debajo de 2 °C respecto de los niveles preindustriales, sería necesario un cambio radical y
urgente del statu quo. Además, cuanto más esperemos a actuar, mayores
serán el costo y los desaf íos tecnológicos, económicos, sociales e institucionales que enfrentaremos (Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático 2014).
Además de los informes del ipcc, son diversas las aproximaciones metodológicas que utilizan la muy amplia información permitida
por los sofisticados instrumentos tecnológicos con los cuales se cuenta
para caracterizar lo que está ocurriendo en el planeta. No existe consenso generalizado sobre ninguno de estos enfoques, y algunos han
Los límites planetarios
El Stockholm Resilience Centre de la Universidad de Estocolmo ha elaborado un modelo de nueve variables, que caracteriza como límites planetarios que sería indispensable controlar para garantizar la salud del
ecosistema terrestre. Más allá de los debates sobre la posibilidad de definir límites objetivos cuantificables (Brand y Wissen 2018), este enfoque
tiene la virtud de ampliar la mirada a una gama de dimensiones que permiten un análisis integral de la situación del planeta. Estas variables son:
1. Cambio climático.
2. Cambio en la integridad de la biosfera (pérdida de biodiversidad y extinción de especies).
3. Destrucción de la capa ozono-estratosférica.
4. Acidificación de los océanos.
5. Flujos bioquímicos en la atmósfera (ciclos de fósforo y nitrógeno).
6. Cambios en el sistema de uso de las tierras (por ejemplo, deforestación).
7. Uso de agua dulce.
8. Carga de aerosoles atmosféricos (partículas microscópicas en la atmósfera que afectan el clima y los organismos vivos).
9. Introducción de entidades nuevas (por ejemplo, contaminantes orgánicos, materiales radiactivos, nanomateriales y microplásticos).
19
edgardo lander
generado intensas polémicas. No es el propósito de este texto caracterizar estos debates ni evaluar el valor relativo de cada uno de ellos. Lo
que interesa destacar es que, en términos generales, todos coinciden
en que se han sobrepasado los límites de la capacidad de carga del
planeta y que la vida, tal como la conocemos, está en severo peligro.
Vale la pena detenerse brevemente en algunos de estos enfoques, ampliamente divulgados, ya que permiten constatar que si no se toman a
corto plazo medidas drásticas en proporción a la gravedad de la crisis
que enfrentamos como humanidad, no es en modo alguno por falta
de información o porque queden dudas razonables sobre lo que está
ocurriendo.
Esas nueve dimensiones han sido representadas en una escala de cuatro
categorías:
1. Límites que no han sido hasta el momento cuantificados.
2. Debajo de los límites (seguro).
3. Una zona de incertidumbre (riesgo en incremento).
4. Más allá de la zona de incertidumbre (alto riesgo).
crisis civilizatoria
20
De acuerdo con el informe actualizado correspondiente al año
2015, cuatro de esos límites ya habrían sido superados como consecuencia de la actividad humana: el cambio climático; la integridad de la biosfera; cambios en el sistema de uso de las tierras; y los flujos bioquímicos
en la atmósfera. Dos de éstos, el cambio climático y la integridad de
la biosfera, son caracterizados como límites medulares que llevarían al
sistema Tierra a un nuevo estado (Stockholm Resilience Center 2015).
Biocapacidad y huella ecológica
La Red Global de Huella Ecológica (Global Footprint Network s/f) busca
cuantificar la presión que ejercen los seres humanos sobre los sistemas de
reproducción de la vida en el planeta. Para ello trabaja con dos categorías
principales: biocapacidad y huella ecológica. La biocapacidad o capacidad biológica es definida como la capacidad de los ecosistemas para producir materiales biológicos y para absorber los desechos generados por
los humanos, bajo los esquemas de manejo y las tecnologías actuales.
La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los
ecosistemas del planeta y su capacidad de procesar desechos, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar esas capacidades. Con el propósito de sintetizar la noción de huella ecológica en un
indicador unitario, los cálculos de la huella ecológica se realizan sumando
el número de hectáreas de productividad promedio que serían necesarias para un determinado patrón de vida y consumo, ya sea individual,
local, regional por país, por continente o global. Para ello se incorporan
Desde la década de 1970, la humanidad ha tenido un exceso ecológico,
con una demanda anual de recursos que excede lo que la Tierra puede
regenerar cada año. Hoy la humanidad usa el equivalente de 1.7 Tierras para proporcionar los recursos que usamos y absorber nuestros
desechos. Esto significa que ahora le toma a la Tierra un año y seis
meses regenerar lo que usamos en un año. Usamos más recursos y
servicios ecológicos de los que la naturaleza puede regenerar a través
de la sobrepesca, la sobreexplotación de los bosques y la emisión de
más dióxido de carbono a la atmósfera de lo que los bosques pueden
secuestrar (Global Footprint Network s/f ).
Mediante la cuantificación de la huella ecológica es posible evaluar
la presión humana, ya sea sobre el conjunto del planeta, o sobre territorios más acotados, continentes, países, etc. La huella ecológica varía
extraordinariamente de una región a otra del planeta de acuerdo con los
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los siguientes componentes: 1. Superficie construida, vivienda, vialidad,
etc.; 2. Superficie requerida para absorber la huella de carbón generada;
3. Superficie agrícola; 4. Superficie de pastoreo; 5. Superficies boscosas; 6.
Superficie requerida para la pesca (Global Footprint Network s/f). Hoy,
de lejos, la superficie requerida para reabsorber la huella de carbón es la
mayor de todas las presiones sobre la biocapacidad del planeta.
De acuerdo con esta perspectiva y sus métodos de cálculo, si la
huella ecológica del conjunto de la humanidad es menor que la biocapacidad del planeta, existe una reserva ecológica. Si, por el contrario, la
huella ecológica es mayor que la biocapacidad del planeta, se produce
un déficit ecológico o deuda ecológica.
El equivalente planetario es el número de planetas Tierra que sería
necesario para soportar la huella ecológica de la humanidad dada una
determinada huella ecológica global, por país, etcétera.
De acuerdo con los cálculos de la Red, la humanidad en su conjunto
utilizó menos del total de la biocapacidad del planeta hasta comienzos
de la década del 70 del siglo pasado, acumulando un creciente déficit
ecológico desde entonces.
patrones de vida y niveles de consumo de sus poblaciones. Los países
industrializados del Norte Global, tanto en términos de acumulación
histórica como de sus actividades actuales, tienen una huella ecológica
mucho mayor que la de los países del Sur Global y tienden a sobrepasar
en mucho la capacidad de carga de sus propios territorios.
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Si hay un déficit ecológico regional o nacional, significa que la región
está importando biocapacidad a través del comercio o liquidando activos ecológicos regionales, o emitiendo desechos en bienes comunes
globales como la atmósfera. A diferencia de la escala nacional, el déficit ecológico global no puede compensarse mediante el comercio, y
por lo tanto es igual al rebasamiento (Global Footprint Network s/f ).
La huella ecológica que hoy sobrepasa la capacidad de carga global ocurre en condiciones de extremas desigualdades. Como se señaló
anteriormente, una significativa proporción de la población del planeta
no cuenta con acceso regular a bienes básicos de la vida como alimentación, agua, vivienda y energía. En contraste, para que toda la población
del planeta tuviese los niveles de consumo promedio actuales de la población de los Estados Unidos, serían necesarios 4,1 planetas (McDonald 2015).
El Antropoceno y la sexta gran extinción
Otra contribución importante al diagnóstico y cuantificación de la situación ambiental del planeta son los informes denominados Planeta
Vivo, producidos conjuntamente por el wwf Internacional (Suiza);
Instituto de Zoología de la Sociedad Zoológica de Londres; el Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo; la Red Global de
Huella Ecológica; el Instituto de Ambiente de Estocolmo y Metabolic
de los Países Bajos (wwf y otros 2016, 2018). Estos informes abordan
la crisis ambiental planetaria a partir del seguimiento de lo que está
ocurriendo con la biodiversidad y la abundancia de especies en los
ecosistemas del planeta. El informe correspondiente al año 2016 tiene
como eje de análisis la caracterización del Antropoceno como sexto
evento de extinción masiva en el mundo.
El indicador principal con el cual trabaja el Planeta Vivo para el
estudio de la diversidad es el Índice de Planeta Vivo Global que hace un
monitoreo a través del tiempo de 14.152 observaciones de 3.706 especies de vertebrados (mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles) en todo
el mundo. De acuerdo con los resultados de este monitoreo, entre los
años 1970 y 2012, sólo 42 años, “la abundancia poblacional de vertebrados sufrió una disminución de 58%” sin que se den señales de que
el ritmo de descenso anual esté disminuyendo (wwf y otros 2016, 12).
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El tamaño y la escala de la actividad humana han crecido exponencialmente desde la mitad del siglo xx. En consecuencia, las condiciones ambientales que fomentaron este formidable crecimiento están empezando a cambiar. Para simbolizar esta condición ambiental
emergente, el ganador del premio Nobel Paul Crutzen (2002) y otros
autores han planteado que hemos hecho la transición del Holoceno
a una nueva época geológica, a la que han denominado el “Antropoceno”. En el Antropoceno, nuestro clima ha cambiado a mayor velocidad, los océanos se han acidificado y han desaparecido biomas
enteros, todo ello a un ritmo medible durante el periodo de vida de
un ser humano.
Es tal la magnitud de nuestro impacto en el planeta que el Antropoceno podría calificarse como el sexto evento de extinción masiva
del mundo. En el pasado, esos acontecimientos tardaron entre cientos
de miles y millones de años en verificarse. Lo que hace tan asombroso
al Antropoceno es que esos cambios están ocurriendo en periodos de
tiempo, en extremo, condensados. Además, el motor de esta transición es excepcional. Es la primera vez que una época geológica podría
estar determinada por lo que una sola especie (homo sapiens) le ha
hecho conscientemente al planeta, en oposición a lo que el planeta les
ha impuesto a las especies que lo habitan (wwf y otros 2016).
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Entre los años 1972 y 2012, las poblaciones terrestres disminuyeron en
un 38%, las de agua dulce en un 81% y las marinas en 36%. “Si persiste la
tendencia actual, en 2020, las poblaciones de vertebrados habrán menguado, en promedio, 67% respecto a 1970.” (wwf y otros 2016, 14). De
acuerdo con el informe correspondiente al año 2018, con datos actualizados hasta el año 2014, “Las disminuciones de la población de especies
son particularmente pronunciadas en los trópicos, con América del Sur
y Central sufriendo la disminución más dramática, una pérdida del 89%
en comparación con 1970.” (wwf y otros 2018).
De acuerdo con el Secretario Ejecutivo de la Convención para la
Diversidad Biológica de la onu, Ahmed Djoghlaf, se están extinguiendo
150 especies animales al día, la mayor pérdida de diversidad biológica
desde que desaparecieron los dinosaurios (El País 2007).
Impactos socioambientales presentes
y futuros de las transformaciones
climáticas globales
A pesar de que el calentamiento global es lo que ha recibido mayor atención, y ha sido más ampliamente documentado en las últimas décadas,
no da cuenta, por sí solo, de las múltiples dimensiones del colapso ambiental global. Ya no se trata de potenciales impactos a mediano o corto
plazo, sino de transformaciones que están alterando y destruyendo las
condiciones de reproducción de la vida de centenares de millones de personas en el presente. Los impactos más importantes son los siguientes:
1. Mayor frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos: huracanes, inundaciones, sequías, olas de calor, incendios forestales. El huracán María marcó un antes y un después en la vida de los habitantes
de la isla de Puerto Rico. Un año después de haber ocurrido, permanecían miles de viviendas destruidas y sin servicios básicos, se ha producido una significativa migración. Esta devastación, en condiciones de
profundo endeudamiento del sector público, está siendo utilizada para
3.
4.
5.
3
Estas tendencias están analizadas en forma exhaustiva en un informe preparado por la
unesco para la cop 24 realizada en Katowise, Polonia, en diciembre 2018. (unesco 2018).
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2.
draconianas políticas de austeridad y privatizaciones que amenazan
incluso a la Universidad de Puerto Rico.
Sequías prolongadas, procesos de desertificación y pérdida extendida
de tierras agrícolas y pecuarias. En África, en especial, esto ha generado masivas migraciones climáticas en la medida en que se destruyen
las condiciones de reproducción de sus vidas.
La elevación del nivel de los mares está conduciendo a la desaparición
de islas habitadas. Centenares de millones de personas, especialmente
en Bangladesh, viven en territorios de muy poca elevación sobre el
nivel del mar que están amenazados con quedar inundados en forma
permanente (Ahmed 2015). Las ciudades costeras en todo el planeta
están en riesgo severo.
El derretimiento de los glaciares pone en riesgo la vida de la sexta parte
de la humanidad que depende de ríos que se originan en glaciares (Jamail 2018). Esto es particularmente amenazante para América del Sur,
donde están situados 99% de todos los glaciares tropicales del planeta,
glaciares que son extremadamente sensibles a cambios climáticos. Se
ha producido una reducción sostenida de su volumen y cobertura a lo
largo de los últimos 50 años. Esto es especialmente grave para Bolivia
y Perú, ya que buena parte de su población vive en zonas áridas donde
son altamente dependientes de los ríos alimentados por glaciares (Rabatel y otros 2013).3
La acelerada pérdida de biodiversidad, que es una condición fundamental para la preservación de la vida, se hace aún más grave en las
condiciones de los cambios climáticos acelerados que están operando
en la actualidad. Sistemas ecológicos completos pueden colapsar como
consecuencia de la pérdida de diversidad biológica. Puede ocurrir la
extinción funcional de una especie cuando ésta, a pesar de conservar
niveles relativos de abundancia, deja de desempeñar interacciones con
el ambiente, sin las cuales se pueden producir efectos devastadores
sobre otras especies (Rabatel y otros 2013).
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6.
7.
8.
9.
La capacidad de adaptación a las actuales cambiantes condiciones climáticas se limita significativamente cuando la biodiversidad es
reducida. De severas consecuencias sociales y políticas es la pérdida
de la variedad de semillas de alimentos básicos como trigo, maíz, soya,
papa y el control que sobre éstas tienen en forma oligopólica unas pocas transnacionales…
Al masivo colapso de la población de insectos en el planeta, causado
por la acción humana, se le ha puesto menos atención y ha sido estudiado
menos sistemáticamente que la pérdida en la biodiversidad y población
de otras variedades de vida animal y vegetal. Sin embargo, constituyen
los insectos un componente esencial de los sistemas de vida en el planeta.
Entre otras funciones son una fuente fundamental de alimentación para
aves y peces. La pérdida de polinizadores representa una severa amenaza
para la reproducción de plantas tanto salvajes como cultivadas, y con ello
la seguridad alimentaria de la humanidad (Bidau 2018).
Contaminación en gran escala de tierras y aguas por el uso de agrotóxicos en la agricultura y por la escala, concentración y métodos utilizados en las denominadas fábricas de animales, como las grandes
industrias del cerdo.
Contaminación local en las grandes ciudades del Sur Global, con severos efectos sobre la salud de sus pobladores.
La elevación de la temperatura de los mares y su acidificación está
deteriorando los arrecifes de coral que juegan un papel vital en la protección de las zonas costeras, sirven de hábitat para muchas especies
marinas, son fuente de nitrógeno y otros nutrientes esenciales para
las cadenas alimentarias marinas y contribuyen a la fijación del carbono y el nitrógeno (Queensland Museum 2010-2019). Con alto y muy
elevado grado de confianza, el ipcc, afirma que con una elevación de
la temperatura de 1.5 grados centígrados desaparecerían entre 70% y
90% de los arrecifes coralinos y 99% en el caso de que la elevación de
la temperatura llegase a los 2 grados centígrados (Intergovernmental
Panel on Climate Change 2018).
De acuerdo con el Informe Lancet sobre salud y cambio climático correspondiente al año 2018: “Los cambios actuales en las olas de calor, capa-
cidad laboral, enfermedades transmitidas por vectores y seguridad alimentaria dan un alerta temprana del impacto múltiple y aplastante en la
salud pública si las temperaturas continúan subiendo como se espera. Las
tendencias del impacto, exposición y vulnerabilidades al cambio climático
muestran un nivel inaceptablemente alto de riesgo para la salud actual y
futura de la población en todo el mundo (Lancet 2018).
4
Son corresponsables de este informe las siguientes organizaciones e individuos: Climate Policy Initiative, Conservation International, International Renewable Energy
Agency, The New Climate Economy, Partnership on Sustainable Low Carbon Transport, Raíd Detxhon (un Foundation), We Mean Business y World Resources Institute.
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Si bien hay pleno consenso en las comunidades científicas sobre
la gravedad de las transformaciones ambientales y sobre su origen
antropogénico, no hay un pleno consenso sobre el tiempo con el que
cuenta la humanidad antes de que la continuidad de estos procesos
devastadores, sobre todo la continuada producción de gases de efecto
invernadero, provoquen efectos catastróficos e irreversibles. Es tal la
complejidad de estos procesos, su carácter no lineal y sus dinámicas
de retroalimentación, que aun los sistemas de cálculo más sofisticados no tienen capacidad para establecer con precisión cuáles podrán
ser los puntos de inflexión a partir de los cuales todo cambiaría. De
acuerdo con el Instituto Potsdam de Investigación sobre los impactos
del cambio climático y un conjunto de otras instituciones reconocidas que trabajan sobre el tema (Potsdam Institute for Climate Impact
Research y otros 2017),4 el tiempo con el cual se cuenta para tomar
medidas drásticas es extraordinariamente reducido. De acuerdo con
estas instituciones, la meta a la cual se llegó en el acuerdo de París para
impedir que el aumento en la temperatura promedio global supere los
dos grados, y en la medida de lo posible que no supere un grado y medio sobre los niveles pre industriales, es considerada como necesaria
para impedir riesgos incalculables para la humanidad. Sin embargo,
eso sólo sería realista si las emisiones de gases de efecto invernadero
llegan a su máximo a más tardar para el año 2020, y a partir de ese año
comienzan a descender. De acuerdo con este informe, de no lograrse
esa meta, el planeta corre el riesgo de ir más allá de umbrales a partir
de los cuales se desatarían grandes, y en lo fundamental, irreversibles
cambios en el sistema terrestre.
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¿Cómo se responde a estos retos desde
los poderes fácticos del sistema mundo
capitalista?
En este contexto de profunda crisis que está corroyendo las condiciones
de reproducción de la vida, los imaginarios del progreso, del desarrollo, del crecimiento sin fin, siguen orientando las políticas públicas y las
prioridades de inversión en todo el sistema mundo. Para las organizaciones económicas y financieras multilaterales como el Fondo Monetario
Internacional, el crecimiento del Producto Interno Bruto sigue siendo
el criterio principal con el cual se evalúan los resultados de la actividad económica, objetivo en función del cual se formulan las principales
orientaciones de política económica. En todos los países del mundo se
continúa evaluando la gestión de los gobiernos a partir de estos mismos
criterios. Este consenso en torno a la deseabilidad de un “fuerte crecimiento económico global” fue ratificado en la declaración final del G20
realizado en Buenos Aires a final del año 2018 (G20 2019).
En contraste con las múltiples señales de alarma formuladas por
los diagnósticos a los cuales se ha venido haciendo referencia, todas las
principales proyecciones de consumo de combustibles fósiles apuntan
hacia un sostenido crecimiento de éste mucho más allá del año 2020. De
acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, en el supuesto de que
se cumplan los compromisos del Acuerdo de París, la demanda de petróleo seguirá creciendo por lo menos hasta el año 2040, último año para el
cual realizan la proyección (International Energy Agency 2017). En lo que
denominan las “economías avanzadas”, continuaría una lenta reducción
de las emanaciones de gases de efecto invernadero, las emanaciones producidas por China se estabilizarían por unos años para comenzar lenta-
¿Qué habría que cambiar para que no
cambie nada?
Ya sea en forma explícita o no, las élites económicas, políticas y científicas del planeta se han venido formulando una compleja interrogante:
¿Cómo dar respuesta a la profunda crisis climática sin confrontar los patrones civilizatorios que nos han conducido a ésta y sin impugnar las re-
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mente a descender en torno al año 2030. Sin embargo, estas reducciones
serían más que compensadas por el incremento sostenido que se continuaría produciendo en lo que denominan “el resto del mundo”.
El informe de la Shell sobre la transición energética correspondiente al año 2018, explora las tendencias en las emisiones de gases de efecto
invernadero y en la temperatura en tres posibles escenarios. En sólo uno
de ellos, escenario en el cual la sociedad tome acciones necesarias para
cumplir con los acuerdos de París, sería posible evitar que la temperatura superase los dos grados centígrados. “Ello requeriría una colaboración sostenida y sin precedentes a través de todos los sectores de la
sociedad, apoyada por políticas gubernamentales altamente efectivas”
(Shell 2018). El retiro de los Estados Unidos del acuerdo de París convirtió a estos objetivos en una remota posibilidad.
De acuerdo con la empresa bp, el uso de combustibles fósiles seguirá creciendo por lo menos hasta el año 2040, último año para el cual
realizan estimaciones. Las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán igualmente incrementándose (bp 2018, 7, 14).
Las proyecciones de la ExxonMobil señalan que entre 2015 y 2040 el
Producto Interno Bruto mundial se duplicará. Entre el año 2015 y el 2030,
la clase media global, con sus correspondientes niveles de consumo, tendrá un crecimiento aún mayor. En proyecciones que llegan hasta el año
2040, el consumo de combustibles fósiles seguiría creciendo en forma
sostenida hasta dicho año, en el cual 60% de las necesidades energéticas
del planeta serían satisfechas con petróleo y gas (ExxonMobil 2017).
crisis civilizatoria
30
laciones de poder que hoy controlan las decisiones que definen el rumbo
del planeta, sin cuestionar las formas dominantes del conocimiento de
la modernidad colonial? En otras palabras, como en El Gatopardo, ¿qué
habría que cambiar para que no cambie nada?
¿Es posible dar respuestas efectivas desde los mismos patrones
económicos, estatales, mercantiles y científico-tecnológicos que han
conducido a la humanidad a la presente crisis? No sería conveniente tomarse en serio la advertencia de Albert Einstein: “No podemos resolver
los problemas con la misma mentalidad con la que los creamos”.
¿Es posible plantear salidas que permitan la sobrevivencia de la
vida humana en el planeta sin un cuestionamiento radical del proyecto
de la modernidad colonial, esto es, en palabras de Santiago Castro-Gómez (2000), del “intento fáustico de someter la vida entera al control
absoluto del hombre bajo la guía segura del conocimiento”?
¿Es posible encontrar salidas a la profunda crisis ambiental sin alterar
las extraordinarias desigualdades existentes, y sin una drástica reducción
de los patrones de consumo de las minorías más ricas del planeta, cuando
se estima que casi 50% de las emisiones de carbono son consecuencia de
las actividades de alrededor de 10% de la población global, que 70% de las
emisiones son generadas por 20% de la población (Anderson 2018) y “solamente 10 países, con Estados Unidos a la cabeza, son los responsables
históricos de dos tercios de los gases emitidos y que actualmente 10 naciones son responsables de más de 70% de las emisiones” (Ribeiro 2018)?
Desde los poderes hegemónicos, el reto está en cómo acotar los
problemas que enfrenta la humanidad de forma tal que éstos puedan
ser abordados sin cuestionar los fundamentos del patrón civilizatorio
actual. ¿Cómo realizar el diagnóstico de manera tal que tenga soluciones
tecnológicas y de mercado que, lejos de cuestionar el orden capitalista
existente, lo reafirmen?
Hay una estrecha, inseparable imbricación entre dimensiones propiamente ontológicas y epistemológicas que tienen que ver con los supuestos medulares de la modernidad colonial (separación sujeto/objeto,
la naturaleza como objeto, los dogmas del desarrollo del progreso, del
crecimiento sin fin, los imaginarios de la posibilidad del control total
5
A partir de este reduccionismo, y de las soluciones que se proponen a partir de éste,
ni siquiera se da cuenta adecuada de las diversas fuentes de gases de efecto invernadero más allá de la quema de combustibles fósiles. Incorporar a las negociaciones
la necesidad de reducir drásticamente las emanaciones de metano que produce el
ganado vacuno implicaría enfrentar fuertes intereses corporativos y cuestionar los
patrones alimentarios carnívoros que se han expandido aceleradamente en las décadas de la globalización neoliberal.
31
edgardo lander
de seres humanos y naturaleza), por un lado, y por el otro, los intereses
políticos, geopolíticos y económicos, los lugares de enunciación, a partir
de los cuales se formulan los diagnósticos y se proponen soluciones a los
retos que hoy enfrenta la humanidad.
Un patrón ampliamente extendido en las respuestas que se formulan desde los centros de poder político, económico y científico contemporáneos, es la búsqueda de reducir la compleja interrelación de factores que inciden en las transformaciones climáticas, a unas pocas, y
preferiblemente una sola, variable. Si ésta puede ser sintetizada en una
sola cifra, aún mejor. Es esto expresión del reduccionismo radical que
confunde realidad con cuantificación. Así como en la economía se ha
pretendido expresar la compleja realidad económica en una cifra, el pib,
en los estudios, debates y acuerdos internacionales sobre cambio climático, se ha ido avanzando en dirección a esta misma lógica reductora.
Las multiformes dimensiones del colapso ambiental planetario se han
reducido a un aspecto básico: el calentamiento global, entendido éste
como la elevación de la temperatura promedio de la superficie terrestre. Esto a su vez ha sido reducido a una única determinación causal: la
emisión de gases de efecto invernadero como consecuencia principalmente de la quema de combustibles fósiles. Seguidamente se crea un
indicador sintético: la cifra de concentración de partículas de gases de
efecto invernadero en la atmósfera, expresado en partes por millón, en
lo que Camila Moreno ha denominado la métrica del carbono.5 De esta
manera, la crisis de un patrón civilizatorio antropocéntrico, patriarcal y
monocultural de crecimiento sin fin es acotada como un asunto técnico.
¿Cómo limitar, mediante restricciones en las emisiones y mediante mecanismos de captura, la concentración de gases de efecto invernadero
crisis civilizatoria
32
en la atmósfera? ¿Qué regulaciones, qué respuestas tecnológicas y qué
inversiones serían necesarias para este fin?
Como argumenta Moreno, la forma en que describimos y enmarcamos un problema predetermina el tipo de soluciones y respuestas que
podemos considerar. Esto es, a la vez que se iluminan algunas dimensiones del problema, se oscurecen u ocultan otras. A la vez que se destaca la
pertinencia y utilidad de unos determinados patrones de conocimiento
y sus capacidades tecnológicas, se niega o destruyen otras. Cuando se
trata de asuntos complejos con relación a los cuales existen diferentes
interpretaciones e intereses divergentes, un primer ámbito de confrontación y de ejercicio de relaciones desiguales de poder opera precisamente en el control de la agenda, en la definición de las interrogantes
básicas: ¿Cómo se entiende qué es lo que está en juego? En la medida en
que se imponga una interpretación única, las posibles respuestas desde otros sujetos, otros saberes, otras perspectivas quedan descartadas,
aunque la historia haya demostrado una y otra vez que muchas de esas
otras culturas tienen mayor capacidad de vivir en armonía con la naturaleza que la lógica moderna colonial, a pesar de toda su sofisticación
científico/tecnológica. Desde una perspectiva autoritariamente monocultural, se niega la posibilidad de otras opciones de vida, de otras culturas en el planeta Tierra. Perspectivas tales como el Sumak Kawsay y el
Suma Qamaña o la defensa los derechos de la naturaleza como puntos
de partida para iniciar las requeridas transformaciones paradigmáticas
profundas en la relación de los seres humanos con el resto de las redes
de la vida, ni siquiera merecen unos instantes de atención.
De esta manera, los diagnósticos, debates y acuerdos internacionales sobre cambio climático han operado como dispositivos que han
reforzado la exclusión y el control colonial sobre los “otros” quienes,
desde sus conocimientos y experiencias, no tendrían nada que aportar.
Con esto se comete, propiamente, un epistemicidio. Como señala Camila Moreno:
... el cambio climático inducido por el hombre está sucediendo y sucediendo rápidamente. (...) al encuadrar el problema en un modo espe-
La métrica del carbono ha permitido la asignación de un valor monetario a las emisiones de carbono, y con ello la creación de diseños
institucionales ad hoc denominados mercados de carbono en los cuales
se compra y se vende, nacional e internacionalmente, el derecho a contaminar (Dag Hammarskjöld Foundation 2009; Transnational Institute
y Carbon Trade Watch 2007). Esto permite a los países y empresas más
ricos mantener o incrementar sus niveles de consumo y contaminación,
compensándolo con pagos a los países más pobres para que limiten sus
emisiones. Quienes cuentan con mayores recursos financieros pueden
así seguir apropiándose de un bien común fundamental del planeta, la
capacidad de absorción/retención de gases de efecto invernadero. Un
mecanismo particularmente perverso dentro de la lógica de los mercados de carbono, la constituyen los mecanismos coloniales destinados a
reducir las emisiones de la deforestación y la degradación de los bosques
(redd y redd+) mediante los cuales la gestión de los bosques pasa de las
modalidades tradicionales de los habitantes locales de éstos, a una gestión científico/tecnológica altamente sofisticada, controlada por transnacionales y grandes ong ambientales (Cabello y Gilbertson 2012).
Cuando el problema está acotado en estos términos, los asuntos
más importantes que están en juego permanecen invisibilizados o relegados a ámbitos políticos de carácter secundario. En primer lugar, queda fuera de todo diagnóstico, debate o acuerdo el asunto crucial de las
extremas y crecientes desigualdades que caracterizan al mundo actual.
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cífico centrado en el carbono crea conocimiento y posibilidades para
la comunicación global y la acción política, también excluye e incluso
destruye el conocimiento al mismo tiempo.
... traducir una crisis multidimensional ecológica y social compleja como el cambio climático a toneladas de dióxido de carbono
equivalentes (CO2) –que podemos medir, contar, poseer, asignarles
un precio y comerciar– no sólo reduce nuestra visión de lo que serían
acciones verdaderamente transformadoras, sino que permite que actores e intereses sigan operando el sistema actual como hasta ahora
(Moreno, Speich Chassé y Fuhr 2017).
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A nadie se le ocurriría la osadía de plantear en las negociaciones climáticas internacionales que sólo mediante una redistribución radical de la
utilización de la capacidad de carga del planeta, sería posible abordar
simultáneamente los temas de los límites del planeta y el hecho de que
centenares de millones de personas carecen de las condiciones básicas
para la reproducción de sus propias vidas.
El papel fundamental de los patrones de producción, distribución y
consumo de alimentos de la agroindustria que produce extraordinarios
impactos ambientales por la vía de la reducción de la diversidad genética,
la masiva contaminación de aguas y tierras con agrotóxicos, la deforestación requerida para la expansión de la frontera agrícola, desaparecen de
una mirada centrada en la métrica del carbono. De acuerdo con grain,
organización internacional dedicada a apoyar a los pequeños campesinos en la lucha por sistemas alimentarios biodiversos y controlados por
las comunidades, “el uso de fertilizantes, pesticidas, maquinarias y la destrucción de los suelos provocan algo más de la décima parte de los gases
invernadero. Una de las principales causas de la destrucción de los suelos es que ya no se devuelve la materia orgánica al suelo” (grain 2010).
“Conjuntamente, las cinco corporaciones productoras de carne y lácteos
son en la actualidad responsables de más emisiones anuales de gases de
efecto invernadero que la ExxonMobil, la Shell y bp” (grain 2018). Alternativas tales como las que viene proponiendo desde hace años Vía
Campesina referidas a la contribución que puede hacer la agricultura
campesina ecológica al enfriamiento del planeta (Vía Campesina 2015),
ni siquiera son consideradas. Las experiencias y conocimientos de los
pueblos indígenas de la Amazonía, que no sólo han vivido durante milenios en armonía con su entorno, sino que, a través de sus prácticas culturales, han contribuido a crear sistemas ecológicos de mayor diversidad
biológica, son considerados como poco científicos, por lo que esas voces
son excluidas incluso de los proyectos referidos a sus propios territorios.
Si el problema con el consumo energético es abordado exclusivamente como un asunto de las emanaciones de gases de efecto invernadero, no es necesario cuestionarse sobre los niveles del consumo
energético que se asume que inevitablemente continuarán creciendo
En muchos sitios, los ríos de flujo libre con conectividad son fundamentales para transportar sedimentos aguas abajo, proporcionar
nutrientes a los suelos de las llanuras inundables, conservar llanuras
aluviales y los deltas que amortiguan los efectos de los acontecimientos climáticos extremos, servir como lugares de esparcimiento y propiciar plenitud espiritual (wwf y otros 2016, 38).
Y, sin embargo, de acuerdo con el Informe 2016 de Planeta Vivo,
casi la mitad del volumen total de ríos del planeta han sido alterados
35
edgardo lander
en forma sostenida. En consecuencia, se consideran como alternativas
adecuadas todas aquellas modalidades de generación de energía que
contribuyan a limitar las emisiones.
Desde este acotamiento se ha buscado relegitimar la energía nuclear (Public Citizen s/f; Union of Concerned Scientists s/f ). Incluso el
destacado ambientalista James Lovelock, creador de la hipótesis Gaia,
ha argumentado que la energía nuclear es la única opción para salvar al
planeta (McCarthy 2004).
Se destacan las virtudes de las energías eólicas y solares como energías limpias, sin incorporar en el análisis las consecuencias de la minería
en gran escala que es necesario llevar a cabo en territorios de pueblos
del Sur Global, para que éstas sean posibles. Se celebra el hecho de que
estas fuentes no producen emisiones en su fase de generación de energía, pero se deja fuera del debate el hecho de que las mega instalaciones
eólicas y solares controladas por grandes corporaciones limitan la realización de las aspiraciones que existen hoy en comunidades en todo el
mundo por el acceso a la energía como derecho y por un control democrático, local, soberano de la producción y la gestión de ésta (Transnational Institute 2016; Brand, Gensler y Strickner 2012).
Se promueve la construcción de grandes represas hidroeléctricas
como energía limpia, a pesar de sus devastadores impactos ambientales,
incluso sus masivas emisiones durante la fase de construcción. Los ríos
tienen funciones fundamentales en la preservación de ecosistemas en
todo el planeta.
crisis civilizatoria
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por la regulación o fragmentación de sus caudales. Si se culminasen las
3.700 grandes represas de riego o hidroeléctricas que han sido planificadas o están en fase de construcción, quedaría afectado el 93% del caudal
natural de los ríos del planeta (wwf y otros 2016, 36). La oposición a las
grandes represas que desplazan a poblaciones de sus territorios constituye en la actualidad uno de los focos de resistencia más ampliamente
extendido en todo el Sur Global, en particular en América Latina (Gómez 2014; red-desc s/f y Gómez Fuentes 2015).
A nombre de la protección ambiental, desde una mirada focalizada
en los efectos de la quema de combustibles fósiles, se han promovido los
agro combustibles como combustibles ecológicos. Por esta vía se sustituye la producción de alimentos por la producción de combustible para
vehículos, a pesar de que más de 800 millones de personas padecen de
desnutrición crónica. La soberanía alimentaria de pueblos indígenas está
siendo especialmente amenazada. Con la expansión de la frontera de los
monocultivos para este fin, se aceleran los procesos de deforestación y
la pérdida de diversidad biológica de los bosques, contribuyendo de esta
manera a acelerar las transformaciones climáticas que se supone que se
está intentando limitar (Global Forest Coalition 2007). Después de años
en que la Unión Europea ha promovido los biocombustibles como más
amigables para el planeta que los combustibles fósiles, una investigación
reciente ha llegado a la conclusión de que los combustibles basados en el
aceite de palma son tres veces más perjudiciales para el ambiente que los
combustibles fósiles. A las emisiones de gases de efecto invernadero, se
agregan los impactos de la deforestación, la destrucción de turberas, la
afectación de la diversidad biológica y el desplazamiento de poblaciones
(Malins 2017). Con base en estos resultados, el parlamento de Noruega
ha decidido prohibir la importación de aceite de palma a partir del año
2020 (Chow 2018).
Uno de los ejemplos más notorios del bloqueo de alternativas
que opera como consecuencia de los diagnósticos reduccionistas,
como el de la métrica del carbono, es la forma como se incorporan los
automóviles eléctricos al debate y a las políticas sobre el cambio climático. Son múltiples los impactos económicos, sociales y culturales
37
edgardo lander
que ha tenido la generalización del uso del automóvil individual en
todo el planeta. Es extraordinaria la presión sobre territorios que genera la minería metálica en gran escala requerida para su producción,
sobre todo en el Sur Global; ha contribuido a una expansión inviable
de las ciudades (urban sprawl); produce millones de muertes al año
por accidentes automotores; le quita la ciudad a los peatones y altera los espacios de socialización compartida; contribuye al aumento
de las enfermedades cardiovasculares en la medida en que se camina
menos; contribuye a la celebración de las desigualdades sociales en la
medida en que los automóviles se convierten en símbolos de prestigio
y ostentación; contribuye a bloquear el establecimiento de sistemas
de transporte público eficientes y, como resultado de la congestión,
incrementa significativamente el tiempo que los citadinos tienen que
dedicarle diariamente a su movilización. Cuando operan con motores
de combustión interna, contribuyen a la contaminación urbana y al
calentamiento global mediante la emisión de gases de efecto invernadero. Cuando el “problema” del automóvil es reducido exclusivamente a esto último, a la emisión de gases de efecto invernadero, es
posible una solución técnica: la introducción de automóviles eléctricos. Todas las otras dimensiones de la cultura del automóvil individual quedan excluidas del debate. Al presentarlos como “ecológicos”,
gobiernos y corporaciones automotrices relegitiman al automóvil
individual como la modalidad normal del transporte en la sociedad
moderna. Mediante subsidios y demás incentivos públicos, se ha inducido al cambio de automóviles de combustión interna por automóviles eléctricos como vía para incrementar la demanda y dinamizar el
crecimiento de la economía (Brie y Candeia 2012). De acuerdo con
proyecciones divulgadas por el Foro Económico Global de Davos, se
estima que para el año 2040 se habrá duplicado el número de automóviles con relación a su existencia actual (World Economic Forum
2016). A pesar de todas las celebraciones en torno a las virtudes del
automóvil eléctrico, la ExxonMobil estima que para el año 2040, aproximadamente el 80% de los automóviles seguirán operando con combustibles fósiles (ExxonMobil 2017).
La economía verde
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La propuesta estratégica más ambiciosa que se ha formulado desde los
centros económicos, políticos y científicos hoy hegemónicos, ha sido la
economía verde. Se trata de formulaciones mediante las cuales, a nombre de la preservación de la vida en el planeta, se abren las puertas al
aprovechamiento de la crisis ambiental para crear un nuevo ámbito de
la acumulación del capital mediante la profundización del control y la
mercantilización de la naturaleza.
Siguiendo la misma direccionalidad de construcciones teóricas legitimadoras previas, como el desarrollo sustentable (Asamblea General
de las Naciones Unidas 1987), dispositivo teórico epistemológico creado
para buscar salvar al dogma del desarrollo ante la creciente evidencia de
que se estaba conduciendo a la humanidad hacia un precipicio, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), en preparación
para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible,
Río +20, realizada en Río de Janeiro en el año 2012, con la contribución
de expertos de todo el mundo, produjo un documento de más de 600
páginas en el cual se exploran con gran detalle los problemas ambientales que confronta el planeta. Con la propuesta de la economía verde,
se busca definir un nuevo marco conceptual dentro del cual deberían
darse los debates, negociaciones y procesos de formulación de políticas
de todos los países y los organismos multilaterales.6
Este dispositivo pretende la magia de hacer posible, en forma simultánea, tanto la continuación, e incluso aceleramiento del crecimiento económico, como la protección del planeta. Es una extraordinaria
síntesis de respuestas tecnológicas (technological fix) y soluciones de
mercado a la crisis que vive la humanidad. Se trata de un sofisticado
esfuerzo por demostrar que es posible resolver los problemas de la crisis
ambiental del planeta, sin alterar la estructura global del poder en el
sistema mundo, ni las relaciones de dominación y explotación existentes
6
Para una síntesis en castellano de este informe ver: Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (2011).
39
edgardo lander
en éste. Se argumenta, a lo largo del informe, que sólo con los mismos
mecanismos de mercado y patrones científicos y tecnológicos, con la
misma lógica del crecimiento sostenido, será posible salvar la vida en el
planeta. Buscan con esto superar lo que denominan el mito de que exista
una disyuntiva entre progreso económico y sostenibilidad ambiental.
De acuerdo con el pnuma, mediante la transición hacia la economía verde se podrá relanzar la economía global con tasas de crecimiento
muy superiores a las que serían posibles con el modelo actual. Se lograría
generar más y mejores empleos, se reduciría la pobreza, se alcanzarían
mayores niveles de equidad y las metas del milenio, todo ello de un modo
sostenible, esto es, reconociendo el valor de la naturaleza, reduciendo la
emisión de gases de efecto invernadero y la presión sobre el entorno natural, permitiendo así su recuperación. Todo esto, por supuesto, creando
nuevas y rentables áreas de inversión que harían posible al capital global
salir de su crisis actual y aumentar sus tasas de ganancia. De acuerdo con
esto, no se trata de cuestionar la posibilidad de un crecimiento económico sostenido, ni la noción del progreso, sino de reorientar las inversiones
y la innovación tecnológica en dirección de la economía verde. Al demostrar una terca incapacidad para siquiera imaginar la posibilidad de
otro mundo posible, se argumenta que el determinante más importante
de la actual crisis ha sido la asignación incorrecta del capital. Se trata,
por ello, de fallas del mercado. Argumentan que durante las últimas décadas, la mayor parte de las inversiones se realizaron en bienes raíces,
combustibles fósiles y activos financieros. Comparativamente, se habría
invertido muy poco en energías renovables, eficiencia energética, transporte público, agricultura sostenible, protección de los ecosistemas y de
la diversidad biológica, y conservación del suelo y el agua. El problema
residiría entonces en que el mercado habría venido operando con señales
equivocadas. La solución que se propone está, por lo tanto, orientada a
crearle a los mercados otras señales, de manera que las actividades que
contribuyan a la preservación de la vida sean más rentables que las que
le hacen daño a ésta.
La constatación de estas severas “fallas del mercado” y sus extraordinariamente peligrosas consecuencias para la vida en el planeta no lle-
crisis civilizatoria
40
va al pnuma siquiera a pensar en la posibilidad de que estas señales
sean consecuencia del creciente poder de los mercados financieros en la
definición de las políticas públicas, del creciente sometimiento de toda
otra lógica social, sea la democracia, la equidad, la solidaridad, o incluso la preservación de la vida, a un criterio único: la maximización de
la ganancia a corto plazo para el capital. De acuerdo con el informe en
cuestión, el problema es mucho más acotado, un problema que puede
ser resuelto sin necesidad de transformaciones estructurales en la operación del sistema y mucho menos entrar en consideraciones de orden
civilizatorio. Se trata sólo de que “los mercados” han estado operando
sobre la base de “fallas de información”, la no-incorporación del costo
de “las externalidades”, y sobre la base de políticas públicas inadecuadas
como los “subsidios perversos o perjudiciales para el medio ambiente”. Por ello, las soluciones que propone el informe son un conjunto de
“directrices relacionadas con las políticas necesarias”, para lograr que
el contexto regulatorio, los incentivos y las condiciones de acceso a la
información en las cuales operan los mercados cambien.
La transición a la economía verde y sus nuevas bases tecnológicas requeriría inversiones del orden de millardos de billones de dólares, montos con los cuales sólo cuenta el capital financiero global y las
grandes transnacionales. De esta manera, el futuro del planeta dependería de que los Estados, mediante políticas impositivas, regulaciones,
incentivos e inversiones, lograsen reorientar este monto de inversiones
privadas de la “economía marrón” a la “economía verde”.7
Son también problemáticos los procesos de financiarización de la
naturaleza basados, entre otros, en la noción de la tragedia de los comunes formulada por Garrett Hardin (1968). Desde muchas corrientes
del liberalismo, se defiende la idea de que para proteger a la naturaleza
es indispensable asignarle, tanto un dueño, como un valor monetario.
Los servicios ambientales, los mercados de carbono, Redd y Redd+ mencionados anteriormente, son los principales instrumentos mediante los
cuales se aprovecha la crisis ambiental para crear nuevos ámbitos de
7
Para análisis críticos de la economía verde, ver: Lander (2011) y Moreno (2013).
valorización del capital y avanzar en el control centralizado corporativo
y estatal de los bienes comunes del planeta, imponiendo lógicas mercantiles sobre territorios de pueblos aborígenes y campesinos. De esta
manera se obstaculiza o impide la operación de otras lógicas culturales
de relación con el entorno natural que durante milenios han permitido
la convivencia humana con el resto de las redes de la vida.
La búsqueda de soluciones tecnológicas a la crisis ambiental, basada en
la prepotencia que hace creer que es posible el pleno control sobre todos
los procesos de la naturaleza, encuentra una de sus expresiones máximas en la geoingeniería.
Esta noción prometeica del hombre amo y dueño de la naturaleza (hombre en masculino porque se trata de un patrón civilizatorio
patriarcal), busca llevar hasta su plena realización el sueño de Francis
Bacon quien, desde los orígenes mismos de la modernidad, concibió el
conocimiento como poder, como la capacidad para someter, controlar y
doblegar a las fuerzas de la naturaleza. Son la ingeniería genética (manipulación de los códigos de la vida) y la geoingeniería, los ejemplo más
extremos y más peligrosos de operar al interior de esos imaginarios y
de la incapacidad de siquiera imaginar opciones fuera de ese marco. De
acuerdo con el Grupo etc:
Geoingeniería es la intervención intencional en gran escala en los
océanos, los suelos y/o la atmósfera de la Tierra, con el fin de combatir el cambio climático. La geoingeniería puede referirse a una amplia gama de esquemas, entre los que se incluyen el lanzamiento de
partículas de sulfatos a la estratosfera para reflejar los rayos solares;
el vertimiento de partículas de hierro en los océanos para nutrir al
plancton que absorbe el CO2; el disparo de yoduro de plata a las nubes
para producir lluvia; la ingeniería genética de los cultivos para que su
follaje refleje mejor la luz del sol, entre otras.
41
edgardo lander
La geoingeniería
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42
También es obvio que los protagonistas del sector privado que
querrán encabezar la geoingeniería serán probablemente las mismas
empresas de las ramas energética, química, silvícola y de los agronegocios que cargan con la responsabilidad de haber creado el actual predicamento climático en el que nos encontramos, es decir, los mismos
que nos condujeron a este caos.
Elegir la geoingeniería como una de las soluciones al caos climático atenta directamente contra el principio de precaución. Aún los posibles inversionistas reconocen que no sabemos lo suficiente sobre los
sistemas terrestres como para arriesgarnos a la aplicación intencional
de la geoingeniería o incluso a experimentar con ella en el mundo real.
(...) La geoingeniería emplea nuevas tecnologías para intentar
rectificar los problemas creados por el uso de viejas tecnologías: un
clásico remiendo tecnológico (Grupo etc 2010).
Una vez instalados algunos de esos complejos sistemas tecnológicos
globales, tendrían que ser permanentemente monitoreados y mantenidos, ya que se trata de regímenes tecnológicos artificiales sin capacidad
de auto-regulación. Ello requeriría controles tecnocráticos centralizados,
negadores de toda posibilidad de opciones sobre el futuro del planeta debatidas y decididas democráticamente. Todo esto se acerca en forma escalofriante a las distopías del autoritarismo ambiental.
Estos delirios tecnológicos tienen otra consecuencia. Sobre la base
de una confianza ciega en que se dispondrá a corto plazo de las soluciones tecnológicas requeridas para limitar y contrarrestar los daños que
se le hacen al planeta, se puede seguir posponiendo la toma de medidas
con relación a las causas estructurales de la crisis planetaria. Sin regulaciones internacionales de ningún tipo, y dejando a un lado el principio
de precaución, se están llevando a cabo centenares de experimentos y
proyectos de geoingeniería en todo el planeta. De acuerdo con el seguimiento sistemático que han venido realizando el Grupo etc y la Fundación Heinrich Böll, entre el año 2012 y el presente se pasó de 300 a 800
actividades relacionadas con la geoingeniería, registro que se reconoce
como necesariamente parcial. Esto incluye proyectos de captura de car-
¿Antropoceno o la era de la plutocracia?
Las profundas desigualdades en la
distribución de la riqueza y el poder político,
comunicacional y militar que caracteriza al
actual mundo post democrático
No sería explicable que la humanidad continuase avanzando en un aparente sonambulismo en la dirección de las devastaciones ambientales
que han sido previstas, divulgadas y experimentadas por centenares
de millones de personas, si no viviésemos en una sociedad capitalista,
postdemocrática, caracterizada por unos niveles de concentración de
la riqueza como nunca antes en la historia de la humanidad. Una muy
pequeña proporción de la humanidad tiene hoy la capacidad de orientar las principales decisiones sobre el presente y el futuro del planeta a
8
Este mapa puede consultarse en [https://map.geoengineeringmonitor.org/]
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edgardo lander
bono, gestión de la radiación solar, alteración del clima (weather) y otras
aproximaciones. Esta información ha sido sistematizada en un mapa interactivo de estas actividades en todo el mundo.8
Orientados por una racionalidad instrumental desbordada, desprendida de toda consideración ética, estos aprendices de brujo están
jugando con el futuro de la vida. Dada la extraordinaria potencia de los
instrumentos tecnológicos con los cuales se cuenta, se hace cada vez
más urgente incorporar a la acción humana la advertencia formulada
por el filósofo alemán Hans Jonas (1984), hace décadas, sobre la creciente responsabilidad ética de los humanos en la era tecnológica en vista
de que “la capacidad tecnológica humana para producir cambios en la
naturaleza siempre será mayor que la capacidad científica para prever
los efectos de estas alteraciones”.
partir de sus concepciones del mundo y de sus intereses económicos y
políticos de corto plazo. En palabras de Silvia Ribeiro:
Los problemas ambientales son graves, con fuertes y desiguales impactos sociales y el cambio climático es uno de los principales. Pero
no son causados por toda “la humanidad”. Más que la era del Antropoceno, como algunos la llaman, vivimos la era de la plutocracia, donde
todo se define para que los muy pocos ricos y poderosos del mundo
puedan mantener y aumentar sus ganancias, a costa de todo y todos
los demás. Esta absurda injusticia social, económica, ambiental, política, requiere de muchas armas para mantenerse y una de ellas es
la guerra conceptual. Inventar conceptos que oculten las causas y características de la realidad, que desvíen la atención de la necesidad de
cambios reales y profundos y mejor aún, que sirvan para hacer nuevos
negocios a partir de las crisis (Ribeiro 2016).
crisis civilizatoria
44
Estas profundas y crecientes desigualdades se dan entre continentes, entre países y al interior de los países, entre hombres y mujeres y entre diferentes grupos humanos que han sido jerarquizados por el dispositivo político/epistemológico de la racialización de todas las poblaciones del planeta a lo largo de la experiencia de la modernidad colonial.9
A pesar de que medida en términos de ingreso monetario la pobreza
global ha bajado en las últimas décadas, simultáneamente las desigualdades se han acrecentado.
Oxfam es la organización internacional de activismo social que
en forma más sistemática se ha dedicado al estudio y denuncia de las
crecientes desigualdades que caracterizan a las sociedades contemporáneas. De acuerdo con el informe sobre las desigualdades globales correspondiente al año 2018, 42 personas poseen la misma riqueza que los
3.700 millones de personas con menos riqueza y el 1% más rico continúa
9
Sobre la “raza” como dispositivo político epistemológico de clasificación jerárquica
de los diferentes pueblos en el sistema mundo colonial moderno, ver: Quijano (2000)
y Quijano (1992).
45
edgardo lander
poseyendo más riqueza que el resto de la humanidad (Oxfam International 2018).
Según Credit Suisse, América del Norte, con aproximadamente 6%
de la población global del planeta, concentra más de 36% de la riqueza total, mientras que India, con aproximadamente 16% de la población mundial, posee cerca de 3% de ésta, y África con 13% de la población total sólo
cuenta con menos del 2%. Mientras 36 millones de personas, 0,7% de la
población mundial, posee el 45,5% de la riqueza global, 3.474 millones de
personas, 70,1% de la población total, sólo posee el 2,7% de la riqueza global. Esta riqueza está, a su vez, altamente concentrada geográficamente.
Los Estados Unidos tienen 43% del total de los millonarios del planeta.
De acuerdo con Credit Suisse, 51% de las personas poseedoras de más de
50 millones de dólares, un total de 75.000, son residentes en los Estados
Unidos (Credit Suisse Research Institute 2017).
El World Inequality Report 2018 informa que, durante las décadas de
la post guerra, las desigualdades tendieron a reducirse en todo el mundo
pero que, a partir de 1980, se ha producido un incremento sostenido de
las desigualdades dándose una tendencia hacia un patrón de alta desigualdad, aún en países como Rusia y China, que hace cuatro décadas tenían
niveles de desigualdad significativamente menores. Entre 1980 y 2016, el
50% de menores ingresos percibió el 13% del crecimiento total, mientras
que el 1% de mayores ingresos percibió el 27% del crecimiento total. Entre
los años 1980 y 2016, en los Estados Unidos, la participación del 1% más
rico de la población en el ingreso total pasó de 10% a 20%, mientras que
la participación del 50% con menores ingresos se redujo de más de 20% a
13%. De acuerdo con dicho informe, la relación entre la riqueza pública y
privada es un “determinante crucial” del nivel de desigualdad de los países. Desde 1980, en prácticamente todos los países, se ha reducido la proporción de la riqueza en manos del sector público mientras ha aumentado
la que ha pasado a ser propiedad privada. En el caso de China, el peso del
capital público en el conjunto de la economía se redujo a la mitad entre
esos años, mientras que en los Estados Unidos y el Reino Unido, la riqueza
neta pública (activos públicos menos deuda pública), se ha vuelto negativa
(Alvaredo, Chancel, Piketty, Saez y Zuman 2018).
¿Quién decide sobre el futuro del planeta?
crisis civilizatoria
46
Además de las consecuencias evidentes en los niveles de exclusión y carencias que se dan como resultado de esta apropiación tan brutalmente
desigual de los bienes comunes, desde el punto de vista del funcionamiento de los sistemas políticos y los procesos de toma de decisiones
sobre la crisis climática, son extraordinarios los impactos del fortalecimiento global del poder económico, y por ende político, de esta pequeña
minoría de los súper ricos, la llamada clase de Davos. 10
A pesar de los desplazamientos ocurridos como consecuencia del
surgimiento de nuevos sectores económicos y sus correspondientes
grandes corporaciones como Apple, Samsung, Microsoft, Facebook y
Google, las corporaciones del campo de los hidrocarburos y la industria automotriz ExxonMobil, Petrochina, Shell, Chevron, Sinopec, bp,
Total, Toyota, Wolkswagen, General Motors y Ford, siguen figurando
entre las corporaciones más grandes del mundo, y con ello continúan
con una extraordinaria capacidad de incidencia política. Esta capacidad
de incidencia sobre la agenda pública y las decisiones gubernamentales
es particularmente notoria en el caso de los Estados Unidos, donde ha
conducido a políticas públicas que, lejos de frenar la devastación ambiental, la están acelerando.
Desde que la crisis ambiental se convirtió en un importante foco
de atención de la opinión pública mundial, y comenzaron a realizarse negociaciones internacionales, y se fueron haciendo más fuertes las
exigencias de regulaciones nacionales y acuerdos internacionales para
limitar el cambio climático, se encendieron señales de alarma en los gru10
Esta parte del texto se basa extensamente en el trabajo: “Renovado asalto a las condiciones de reproducción de la vida. Política energética y cambio climático en la era
de Trump”, presentado en el encuentro Horizontes en disputa: Modernidad capitalista, nuevas derechas posdemocráticas y alternativas desde los márgenes, Grupo de
Trabajo Permanente del Alternativas al Desarrollo. Oficina Regional Andina de la
Fundación Rosa Luxemburg con sede en Quito. El encuentro fue realizado en Playas
del 25 a 29 de mayo, 2018. Ese texto será publicado en un libro que recoge las presentaciones de dicho evento.
47
edgardo lander
pos corporativos de la industria de hidrocarburos, como la Exxon, y se
fue desplegando un amplio y muy bien financiado esfuerzo por impedir
políticas que pudiesen limitar sus márgenes de ganancia. Utilizando los
mismos argumentos que venía usando la industria del tabaco para negar
sus efectos negativos sobre la salud, a pesar de que sus propias investigaciones demostraban en forma contundente lo contrario, las grandes
empresas de hidrocarburos llevaron a cabo una multimillonaria campaña destinada a negar la relación entre las emisiones de gases de efecto
invernadero y el cambio climático, o a señalar que los impactos negativos del cambio climático estaban siendo exagerados irresponsablemente
(Fahey 2012).
La Exxon tuvo una participación activa en la más importante coalición de organizaciones empresariales que, en el ámbito internacional,
buscó incidir sobre los debates del cambio climático, negando su existencia y oponiéndose a toda regulación destinada a reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Esta Coalición de Clima Global (Global Climate Coalition) estuvo activa entre los años 1989 y 2001 (Wikipedia 2018).
Entre las instituciones de la derecha que continúan desempeñando
hasta el presente un papel activo en la producción de materiales y la divulgación de posturas negadoras del cambio climático está el Heartland
Institute cuya misión declarada es la de “descubrir, desarrollar y promover soluciones de libre mercado a los problemas sociales y económicos”
(The Heartland Institute, s/f ). Además de reuniones públicas muy bien
financiadas con una amplia divulgación en los medios, su Science and
Environmental Policy Project produce materiales mediante los cuales
buscan demostrar “científicamente” la falsedad del calentamiento global. Una de las áreas a las cuales este instituto le ha dedicado mayores esfuerzos es al impulso de lo que denominan el Grupo No gubernamental
de Cambio Climático. Es éste definido como un grupo internacional de
académicos y científicos internacionales totalmente independientes de
los gobiernos y de toda presión e influencia política. De acuerdo con el
Heartland Institute, éste se diferencia del ipcc en que ése si está patrocinado por los gobiernos, y está políticamente motivado y predispuesto
a creer que el cambio climático es un problema que requiere una solu-
crisis civilizatoria
48
ción por parte de las Naciones Unidas (The Nongovernmental Panel on
Climate Change 2017). Su crítica a lo que considera que son las distorsiones de los informes del ipcc está sintetizada en publicaciones como
Nature, Not Human Activities, Rules the Climate, y Climate Change Reconsidered II. Biological Impacts (Singer 2008; Idso y otros 2014).
Más allá de este tipo de intervenciones sobre aspectos específicos
del debate climático, o en los referidos a la regulación ambiental, ante
una creciente preocupación por lo que veían en el horizonte como un
peligro no sólo para sus intereses económicos, sino igualmente para el
futuro del capitalismo, en los Estados Unidos algunos sectores empresariales conservadores han desarrollado, desde hace décadas, una estrategia multidimensional, de largo plazo, destinada no sólo a incidir sobre
los procesos de toma de decisiones gubernamentales y sobre el contenido de los medios de comunicación y, en términos aún más ambiciosos,
llevar a cabo una guerra cultural destinada a alterar los sentidos comunes compartidos en la sociedad. Se trata propiamente de lo que puede
denominarse como una estrategia dirigida a la creación de una nueva
hegemonía en el sentido gramsciano, de contenido “libertario”, esto es,
de exigencia de un Estado mínimo y de preeminencia plena de las relaciones mercantiles en el conjunto de la sociedad. Los esfuerzos más sistemáticos, mejor financiados y, sin duda, más exitosos en esta dirección
han estado dirigidos por los hermanos Charles G. y David Koch. Cuentan para ello entre ambos con unas de las mayores fortunas del mundo,
estimada en más de cien mil millones de dólares, basada en una amplia
gama de actividades económicas de las cuales las más importantes están
asociadas a los combustibles fósiles (International Forum on Globalization s/f ). Han dedicado centenares de millones de dólares durante décadas a financiar universidades, centros de investigación, programas de
becas, think tanks “libertarios” y de derecha como el Instituto Cato y la
Heritage Foundation y medios de comunicación. Han apoyado y fomentado grupos diversos en todo el país en temas tales como la lucha por la
prohibición del aborto, la enseñanza de la evolución en la escuela como
una teoría más al mismo nivel del denominado creacionismo, en contra
de la intervención/regulación gubernamental en todos los ámbitos de la
49
edgardo lander
vida colectiva, en oposición a la expansión del sistema público de salud y
en defensa de la libertad religiosa. Han financiado igualmente en forma
muy amplia campañas electorales de candidatos y candidatas en todos
los niveles de la estructura del Estado que estuviesen dispuestos a defender sus intereses y su ideología de libre mercado.
Estos sistemáticos y sostenidos esfuerzos comienzan a dar frutos en
la arena política nacional con la emergencia del movimiento conocido
como el Tea Party, en los márgenes y al interior del Partido Republicano.
Este movimiento que se presenta como una espontánea rebelión populista de base en contra de las élites del país y en contra de la injerencia
de Washington en la vida colectiva, contó desde el principio con apoyo
político y muy generosas contribuciones a través de Americans for Prosperity, la principal organización de activismo político de los Koch y de
otras de la amplia gama de organizaciones que operan los Koch solos o
con sus aliados empresariales. De acuerdo con un intenso activismo de
base en las elecciones primarias del Partido Republicano en el año 2010,
y apelando a posturas denominadas “libertarias”, anti-élite y anti-Estado
en todo el país, la llamada revolución del Tea Party condujo a significativos desplazamientos hacia la derecha en el Partido Republicano.
Uno de los argumentos que ha sido utilizado en forma más eficiente en esta batalla es la afirmación de que las políticas de protección ambiental constituyen una expansión de la intervención del Estado, esto es,
una injerencia inaceptable en el ejercicio de la libertad de los individuos
y las empresas, amenazando los valores individualistas fundamentales
de la sociedad estadounidense. Para confrontar las regulaciones ambientales, que usualmente implican costos adicionales para las actividades económicas contaminantes, se ha desarrollado el lenguaje de los
“impuestos ambientales”. Promovida por la organización The Tea Party
Group Americans for Prosperity, se ha llevado a cabo una fuerte campaña para que “cada funcionario electo”, en cada nivel de gobierno de
Estados Unidos, firme una declaración en la cual se comprometa a no
apoyar ninguna iniciativa de protección ambiental que implique un incremento de impuestos o de ingresos gubernamentales. De los 85 nuevos representantes republicanos en la Cámara de Representantes elec-
crisis civilizatoria
50
tos en el año 2010, 76 habían firmado este juramento como candidatos,
57 de ellos recibieron apoyo financiero de las organizaciones Koch para
su campaña electoral.
Todo esto ocurre en el contexto de un extraordinario incremento
en el papel del dinero en el sistema político de Estados Unidos. En ese
país, donde el poder del dinero ha operado históricamente en una forma descarnada, en el año 2010 la Corte Suprema adoptó una decisión
que incrementa extraordinariamente el poder de las corporaciones sobre todo el sistema político.11 A partir del insólito supuesto de que las
corporaciones tienen los mismos derechos que las personas, esta Corte
revirtió restricciones que tenían más de un siglo, así como doctrinas
constitucionales que habían sido reafirmadas por diferentes decisiones
de la Corte y del Congreso a través del tiempo. Dictaminó que establecer
limitaciones al gasto de las corporaciones y los sindicatos en los procesos electorales constituía una violación constitucional de la libertad de
expresión, tal como está dispuesto en la primera Enmienda Constitucional. Dados los exorbitantes costos de las campañas electorales en los Estados Unidos, esta decisión fortaleció aún más el poder de los grupos de
influencia para comprar decisiones legislativas y ejecutivas que favorezcan sus intereses. La disposición fue celebrada por la derecha estadounidense como la restauración de los principios básicos de la república,
al tiempo que ha sido calificada como un severo ataque a la democracia
por sectores políticos liberales y de izquierda.12
Estos antecedentes preparan el terreno para las agresivas políticas
de promoción de los combustibles fósiles y de desmontaje de las regulaciones ambientales por parte de la administración Trump. En su campaña electoral, Trump denunció reiteradamente al entramado jurídico
institucional de protección ambiental que se había creado en ese país
11
12
Es este el caso conocido como Citizens United vs. Federal Election Commission.
Ver: Liptak 2010.
Para un análisis de las enormes consecuencias antidemocráticas de esta decisión,
ver: Public Citizen (2011).
51
edgardo lander
durante el medio siglo anterior, y ofreció comenzar a desmontarlo tan
pronto llegase a la presidencia.
Desde los primeros días de su gobierno, Trump buscó diferenciarse
lo más radicalmente posible de las políticas ambientales impulsadas por
el gobierno de Obama en el ámbito energético y ambiental. El control
republicano de ambas cámaras del Congreso le otorgó un extraordinario margen de libertad para avanzar en esta agenda. En el primer día
de su presidencia, la página web de la Casa Blanca anunció que el Plan
de Acción Ambiental de Obama sería eliminado (Temple 2017). Poco
después de su inauguración firmó una Orden Ejecutiva para Promover
la Independencia Energética y el Crecimiento Económico. (The White
House 2017 a), en la cual se define como de “interés nacional la promoción y desarrollo limpio y seguro de los vastos recursos energéticos de
la Nación, y al mismo tiempo evitar las cargas regulatorias que en forma
innecesaria obstaculizan la producción de energía, limitan el desarrollo
económico e impiden la creación de empleo [...] el desarrollo prudente
de estos recursos naturales es esencial para asegurar la seguridad geopolítica de la nación”. Se le da instrucciones a todos los departamentos gubernamentales del Ejecutivo para que revisaran a muy corto plazo todas
las regulaciones que potencialmente puedan limitar la producción de
energía con el fin de “suspender, revisar o rescindir” estas regulaciones.
Igualmente se revoca una amplia gama de acciones regulatorias presidenciales referidas a asuntos energéticos y climáticos.
En todos los ministerios y demás instituciones gubernamentales
que tienen alguna relación con temas energéticos y ambientales nombró
como responsables a quienes compartían esta agenda de acelerada desregulación y apoyo a la industria fósil.
En el mes de junio de 2017, a los seis meses del inicio de su presidencia, Trump realiza el lanzamiento del componente energético de su
estrategia global denominada “América Primero” (America First). Ante
una significativa representación de la industria energética, Trump presenta su plan energético, denominado “Desatando la Energía Americana” (Unleashing American Energy). En esta presentación, Trump detalla
sus concepciones sobre las relaciones entre energía y ambiente y anun-
cia lo que serán sus principales políticas en el ámbito energético para
lograr no sólo la independencia energética, sino igualmente el dominio
energético de Estados Unidos. Vale la pena citarlo en detalle:
crisis civilizatoria
52
Nuestro país está bendecido con una extraordinaria abundancia de
energía, que no conocíamos, incluso hace cinco años y, desde luego,
hace diez años. Tenemos cerca de 100 años de gas natural y más de 250
años de carbón limpio y hermoso. Somos un importante productor de
petróleo y el productor número uno de gas natural. Tenemos mucho
más de lo que pensábamos posible. Estamos realmente en el asiento
del conductor. ¿Y saben qué? No queremos permitir que otros países
se lleven nuestra soberanía y nos digan qué hacer y cómo hacerlo. Eso
no va a suceder. (Aplausos). Con estos recursos increíbles, mi administración buscará no sólo la independencia energética estadounidense
que hemos estado buscando durante tanto tiempo, sino también el
dominio energético estadounidense.
Esta vasta riqueza energética no pertenece al gobierno. Pertenece a la gente de Estados Unidos de América. (Aplausos). Sin embargo,
durante los últimos ocho años, el gobierno federal impuso barreras masivas para matar el trabajo y al desarrollo de la energía estadounidense.
Estoy reduciendo drásticamente las restricciones al desarrollo
de gas natural. Cancelé la moratoria sobre la autorización para la explotación del carbón en tierras federales. Ustedes saben lo que estaba
sucediendo: las nuevas autorizaciones a la explotación del carbón en
tierras federales, estaban siendo terriblemente restringidas. (...)
Finalmente hemos terminado la guerra contra el carbón.
Estamos terminando con las regulaciones intrusivas de la epa
que matan empleos, hieren a los agricultores familiares y ganaderos, y
elevan el precio de la energía de manera tan rápida y sustancial.
Para proteger los empleos, las empresas y los trabajadores estadounidenses, hemos retirado a Estados Unidos del Acuerdo Climático
de París. (Aplausos).
Hoy, estoy orgullosamente anunciando seis nuevas iniciativas para
impulsar esta nueva era de dominio de la energía estadounidense. (...)
La era dorada de la energía estadounidense ya está en marcha. Y
daré un paso más: la era dorada de América ya está en marcha. Créanme. (Aplausos.) (Trump 2017).
Por primera vez en generaciones, Estados Unidos será una nación
dominante en el terreno energético. La posición central de Estados
Unidos en el sistema energético global como líder en producción,
consumo e innovación asegura que los mercados sean libres y que la
infraestructura de ee. uu. sea resistente y segura. Se asegura que el
acceso a la energía sea diversificado y reconoce la importancia de la
administración ambiental.
Las políticas climáticas seguirán dando forma al sistema de energía global. El liderazgo de los ee. uu. es indispensable para contrarrestar una agenda de energía anti-crecimiento que es perjudicial para
intereses económicos y de seguridad energética de ee. uu. (The White
House 2017 b).
Para lograr estos objetivos, el documento afirma que es necesario
enfrentar dicha agenda anti-crecimiento y lograr una reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero, no por la vía de onerosas regulaciones, sino mediante innovaciones tecnológicas.
Como señala Michael Klare, “... la expansión de la industria fósil y
sus exportaciones han sido transformadas en un componente principal
de la política externa y de seguridad nacional de Estados Unidos” (2018).
53
edgardo lander
Este lenguaje y estas prioridades con relación al cambio climático y a la política energética se expresan en toda su radicalidad en el
primer documento sobre seguridad nacional del gobierno de Trump
correspondiente al año 2017. El concepto de cambio climático no aparece mencionado ni una vez en este documento de 68 páginas, y la
expansión de la producción energética y el crecimiento económico
adquieren plena prioridad sobre la protección ambiental. El concepto
de seguridad energética es sustituido en lo fundamental por el de dominio energético:
crisis civilizatoria
54
No se trata sólo de declaraciones políticas y de documentos doctrinarios. En los dos primeros años del gobierno de Trump se produjo y
se sigue produciendo una muy amplia gama de decisiones en un vasto
espectro de ámbitos energéticos y ambientales derivados de estas orientaciones doctrinarias.
No es posible presentar un listado exhaustivo de las políticas y modificaciones regulatorias del gobierno de Trump. La lista es muy extensa,
y a ésta se le agregan cada semana nuevas decisiones. Basándose en el
seguimiento de las decisiones ambientales que realizan en forma sistemática dos equipos en la Universidad de Harvard y en la Universidad de
Columbia, reporteros del New York Times habían identificado 57 reglas
ambientales que habían sido anuladas, o estaban en proceso de serlo hasta
finales de enero 2018 (Popovich, Albeck-Ripka y Pierre-Louis 2018).
La implementación de las políticas energéticas y ambientales del gobierno de Trump tendrá extraordinarios impactos no sólo para Estados
Unidos, sino para la vida en el planeta. Al “desatar” la producción energética incluso de las fuentes más contaminantes como el carbón y el fracking y retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París con el fin de lograr el
dominio energético global, el gobierno del país más poderoso del planeta
está socavando la viabilidad de los modestos acuerdos de limitación de
emisión de gases de efecto invernadero que se habían acordado en las
negociaciones multilaterales. Estas políticas están reduciendo aún más
las posibilidades de que pueda impedirse que la temperatura atmosférica
supere en más de dos grados al promedio existente antes del inicio de
la Revolución Industrial, umbral más allá del cual, como se ha señalado
arriba, se estima que podrían producirse transformaciones ambientales
planetarias de carácter tanto catastróficas como irreversibles.13
13
En el mes de noviembre de 2018 se dio a conocer el Cuarto Informe Nacional Climático, estudio que, por mandato del Congreso, producen conjuntamente las principales instituciones federales que tienen alguna competencia en asuntos ligados al
ambiente (U. S. Global Change Research Program 2018). Este informe confirma una
vez más la severidad de las amenazas ambientales que confronta el planeta. Sin embargo, Trump sigue insistiendo una y otra vez que no cree en los informes científicos
en torno al cambio climático.
14
15
Este informe, que realiza un muy detallado registro de la participación de los principales bancos del mundo en energía fósil, cuenta con el respaldo de numerosas organizaciones de diferentes partes del mundo involucradas en luchas de protección ambiental entre las cuales están: 350.org, Christian Aid, Foundation for gaia, Friends
of the Earth Scotland, Friends of the Earth u.s., Greenpeace Japan, Greenpeace usa,
Indigenous Climate Action y Philipines Movement for Climate Justice.
La explotación de las arenas bituminosas de Alberta, ubicadas lejos de las costas, es
altamente dependiente de la construcción de oleoductos para transportar el crudo a
las refinerías y mercados de consumo en Estados Unidos. La construcción del principal de estos oleoductos, el polémico Keystone XL, que había generado amplias resistencias tanto locales como a escala nacional, se encontraba bloqueada al final del
gobierno de Obama y fue autorizada por Trump en marzo 2017 (Nuncombe 2017).
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edgardo lander
Estados Unidos no está solo en esta apuesta por un crecimiento sin
límite de la energía fósil. En la cop 24 realizada en Polonia en diciembre
de 2018, fue acompañado en esta postura por las delegaciones de los
otros dos principales productores de petróleo Arabia Saudita y Rusia, e
igualmente por Kuwait (Hanley 2018).
Las políticas de Trump ya han tenido un impacto significativo en
el incremento del financiamiento bancario global a la explotación de los
combustibles fósiles más contaminantes. De acuerdo con el informe de
Rainforest Action Network sobre la relación entre el sistema financiero
global y la industria fósil del año 2018 (2018),14 el financiamiento bancario global para la explotación de combustibles fósiles extremos (carbón,
arenas bituminosas, explotación en el Ártico y a ultra profundidades en
el mar, y gas natural licuado), que había bajado después del acuerdo de
París, volvió a subir durante el primer año del gobierno de Trump. El
financiamiento de las arenas bituminosas creció en un 11% entre los
años 2016 y 2017.15 Después del acuerdo de París, el financiamiento de
la minería del carbón se mantuvo estable, pero fuera de China, se duplicó en el año 2017. Tanto los bancos estadounidenses como los europeos
aumentaron notoriamente el financiamiento de la minería del carbón
entre los años 2016 y 2017 (Rainforest Action Network 2018).
En las ambiciones de Trump de recuperar la plena hegemonía de
Estados Unidos en el sistema mundo contemporáneo, los riesgos extremos que para la vida tienen las políticas energéticas y ambientales
crisis civilizatoria
56
de dicho gobierno están siendo complementadas por el carácter crecientemente agresivo de la política externa y un extraordinario incremento en el presupuesto militar hasta elevarlo a 700 mil millones de
dólares (Superville 2018).
El Partido Republicano y el gobierno de Trump representan hoy
una peligrosa radicalización de cada una de las dimensiones negativas
principales de la civilización en crisis: antropocentrismo, progreso, desarrollo, patriarcado, racismo, xenofobia, homofobia, militarismo...
Tiene razón Noam Chomsky cuando afirma que el Partido Republicano, que ahora está conducido sin mayor resistencia por Donald
Trump, se ha convertido en la “más peligrosa organización de la historia
humana”, y que el mundo nunca ha visto una organización tan profundamente dedicada a la destrucción del planeta Tierra (Oppenheim 2017).
El año 2018 fue particularmente crítico desde el punto de vista
de la crisis ambiental planetaria. Los múltiples informes científicos
que fueron dados a conocer a lo largo del año, sólo algunos de los
cuales han sido citados en este texto, presentan diagnósticos cada vez
más alarmantes sobre la situación del planeta. El ipcc presentó el informe que le había sido solicitado por la COP 23 realizada en París
sobre las implicaciones que tendría una elevación de la temperatura
de 1.5 grados centígrados. El informe fue aprobado por todos los gobiernos, incluso los Estados Unidos, en Incheon, Corea del Sur, en
octubre 2018. De acuerdo con este informe, basado en dos años de
análisis de 6 000 trabajos científicos, un incremento de la temperatura de 1,5 grados, que durante las negociaciones del Acuerdo de París
en el 2015 había sido asumido como relativamente seguro, presenta
en realidad severos riesgos. Concluyen que se requieren cambios sin
precedentes a corto plazo y que se está lejos de tomar las medidas que
son indispensables. Afirman que sería necesario reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero en un 45% respecto a los niveles del
año 2010 para el año 2030, dentro de doce años, y llegar a emisiones
netas cero para el año 2050, si se desea evitar una catástrofe climática
global incluyendo la destrucción total de los arrecifes coralinos, la
desaparición del hielo del Ártico y la destrucción de las comunidades
57
edgardo lander
que viven en islas en diferentes partes del planeta (Intergovernmental
Panel on Climate Change 2018).
Y, sin embargo, al margen de estos debates, las emisiones de gases
de efecto invernadero continúan creciendo, estimándose un incremento global de 2% en el año 2018 (Global Carbon Budget 2018). Los años
2015, 2016, 2017 y 2018 han sido los cuatro más calurosos de los cuales
se tenga registro.
Ante este escenario, algunos súper ricos, que se han construido
búnkeres para sobrevivir a la catástrofe que asumen como inevitable,
se preocupan sobre cómo mantener la obediencia de sus empleados y
guardias armados cuando, con el colapso, el dinero pierda su eficacia
como incentivo (Zibechi 2018; Rushkoff 2018).
Los gobiernos progresistas
latinoamericanos ante
la crisis civilizatoria
La reflexión sobre las experiencias de los tres gobiernos denominados “progresistas” de Bolivia, Ecuador y Venezuela, se realiza en este texto a partir
de los retos que para cualquier proyecto de transformación societal origina
la crisis civilizatoria que hoy enfrenta la humanidad. La pregunta que se
formula es acotada: ¿cómo han respondido estos procesos de transformación a los complejos y multidimensionales retos que nos plantea esta crisis
civilizatoria cuando lo que está en juego es la sobrevivencia misma de la
humanidad y la vida? No es ésta una interrogante arbitraria, por lo menos
por dos razones. En primer lugar, porque lo que pudo considerarse como
“revolucionario” o transformador en otro momento histórico, puede dejar
de serlo en el mundo contemporáneo. La evaluación de la profundidad de
un proceso de transformación social no puede, por lo tanto, basarse en criterios abstractos, universales, ahistóricos, sino que depende de las estructuras de poder, de las relaciones con el resto de la llamada “naturaleza”, de
las modalidades productivas y de las prácticas e imaginarios culturales que
caracterizan el patrón de dominación histórico que se enfrenta. Como se
argumentó antes, es éste hoy el patrón de poder clasista, antropocéntrico,
patriarcal, racista, colonial y monocultural que ha conducido a la humanidad a la actual crisis civilizatoria. En segundo lugar, esta aproximación está
justificada por el hecho de que, en una importante medida, la superación
de estas múltiples dimensiones del patrón de poder hegemónico del sistema mundo capitalista está, por lo menos parcialmente, presente entre
los principales objetivos enunciados en los documentos fundantes de estos
procesos de cambio, en sus ricos debates constitucionales y en el contenido
final de las nuevas constituciones de estos tres países.
59
edgardo lander
En consecuencia, sin desconocer la importancia de otros asuntos esenciales, la mirada no se centrará en una evaluación de la gestión
de estos gobiernos desde el punto de vista del impacto de sus políticas
sociales destinadas a mejorar las condiciones de vida de la población,
o de sus implicaciones en el ámbito geopolítico. El énfasis está puesto
en aquellas dimensiones que tienen que ver directamente con la forma
en que estos procesos políticos dan cuenta de, y responden a, los retos
principales de la crisis civilizatoria que hoy vive la humanidad. Esto no
se hace desde la expectativa de soluciones mágicas que pudiesen alterar
a corto plazo los rasgos civilizatorios y patrones de poder dominantes,
pero sí interrogándose sobre la medida en que estos proyectos apuntaron en dirección de confrontar y cuestionar dichos patrones, hoy hegemónicos, en transición hacia salidas a la actual crisis civilizatoria.
Mientras en la mayor parte del mundo se vivían derrotas de la izquierda, el profundo desencanto con la idea de socialismo que para muchos produjo la caída del Muro de Berlín, el colapso del bloque soviético,
el fin de la Historia, la hegemonía económica, cultural y militar de los
Estados Unidos, el anuncio del Nuevo Siglo Americano... América Latina
aparece como el continente de la esperanza en la forma de los gobiernos
denominados progresistas.
¿Cuáles eran los horizontes históricos de las transformaciones propuestas, las orientaciones estratégicas principales, los imaginarios de
cambio presentes en estos nuevos gobiernos progresistas y en las fuerzas sociales que representaron sus bases de apoyo político/social? Los
denominados procesos “progresistas” no se caracterizan de modo alguno por contenidos político ideológicos y/o programáticos unitarios.
De acuerdo con Raúl Zibechi (2010), en América Latina “la realidad político-social no [estaba] configurada por un solo escenario sino
por tres”: la lucha por la superación de la dominación estadounidense, por la superación del capitalismo y por la superación del desarrollo.
Esto es, la presencia simultánea de tendencias y direccionalidades antiimperialistas, anticapitalistas y la búsqueda de alternativas al desarrollo.
Tendría sentido agregar a éstos, por lo menos, otros dos horizontes. El
primero sería el de proyectos nacional populares, que le dan prioridad a
crisis civilizatoria
60
la industrialización, democratización, inclusión y redistribución, lo que
podría caracterizarse como las tareas pendientes del imaginario —todavía presente en estas sociedades— de la construcción de Estados nacionales democráticos de bienestar social, con mayores o menores contenidos populistas. Y, en segundo lugar, el horizonte de la modernización
del Estado.
No se trata de alternativas históricas excluyentes ni fácilmente
complementarias, sino de tendencias y opciones que se han entrelazado
y confrontado complejamente en estos procesos políticos.
Como ha señalado Arturo Escobar (2007), las denominaciones
utilizadas para referirse a estos procesos de cambio ilustran esta extraordinaria complejidad: “Socialismo del siglo xxi, plurinacionalidad,
interculturalidad, democracia sustantiva, revolución ciudadana, desarrollo endógeno centrado en el buen vivir, autonomía cultural y territorial, proyectos decoloniales en dirección a sociedades postliberales...”
La simultaneidad de estos proyectos da origen a tensiones y confrontaciones en estos procesos de cambio, conformando diferentes ejes
que articulan los conflictos de sus sociedades. Aun cuando estos diversos proyectos de cambio puedan estar simultáneamente presentes en los
discursos públicos y aparecer de alguna manera articulados en las propuestas de los gobiernos de estos países, en diferentes momentos, uno
u otro eje pueden adquirir particular relevancia o urgencia. Eso hace
no sólo que ciertos procesos y confrontaciones de otras dimensiones se
coloquen en un plano menor, sino que pueden perder visibilidad, ya sea
en el debate público o en las prioridades gubernamentales.
Un eje fundamental de las luchas políticas de estos años se construyó
en torno a los conflictos entre los procesos populares democráticos, por
un lado, y sectores privilegiados nacionales e intereses transnacionales,
por el otro. Estos conflictos se han planteado a propósito de asuntos tan
claves como el control nacional de los bienes comunes que estaban en
manos de transnacionales, o las pugnas por la distribución de la tierra y a
propósito de la búsqueda de mayores niveles de equidad. Estas confrontaciones pueden ser entendidas en los códigos de las clásicas oposiciones
entre izquierda y derecha, o de luchas nacional populares en contra de un
Los procesos constituyentes
Esta co-presencia de diversos horizontes normativos referidos a la sociedad deseada encuentra su expresión en la existencia de importantes
tensiones presentes en los propios textos constitucionales, tensiones que
tienden en todos los casos a acentuarse con el tiempo en los años de los
61
edgardo lander
orden social excluyente. Aparecieron estas agendas con frecuencia asociadas a horizontes socialistas.
Sin embargo, estas confrontaciones no dan cuenta sino de parte de
las contradicciones básicas presentes. En los casos de Ecuador y Bolivia,
además de estas luchas nacionales populares, han estado presentes otras
lógicas político-civilizatorias que le dieron prioridad a la descolonización
del Estado liberal monocultural, camino a la construcción de un nuevo
Estado Plurinacional y patrones culturales del buen vivir o vivir bien basados en otras modalidades productivas, otros saberes, otras formas de
autoridad, otras formas de relacionarse con el resto de las redes de la vida.
En la lógica nacional popular, y en los horizontes socialistas, tienen
prioridad la soberanía nacional, la democratización y la redistribución
de la riqueza. Esto ha estado asociado al desarrollo de un Estado más
fuerte, soberano, con presencia en todo el territorio nacional, capaz de
formular e implementar políticas públicas a favor de los sectores populares, incrementando el gasto social: educación, salud, empleo, seguridad
social, lucha contra la pobreza y subsidios a las familias más necesitadas.
En la lógica de la descolonización tienen prioridad la plurinacionalidad, el derecho a las diferencias, la soberanía de los pueblos indígenas
sobre sus propios territorios, la autonomía de pueblos, comunidades y
movimientos, el pluralismo jurídico, el rechazo al desarrollismo/extractivismo, así como el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra.
La lucha por la descolonización apunta hacia una profunda transformación civilizatoria que cuestiona no sólo al capitalismo, sino a los patrones productivos y de conocimiento de la cultura occidental dominante,
lo que queda sintetizado en la noción del buen vivir.
crisis civilizatoria
62
gobiernos progresistas.16 Al lado de otras orientaciones también presentes (fortalecimiento del estadocentrismo, la meta de la modernización del
Estado, los imaginarios del Estado de bienestar social...) hay tres ejes o
dimensiones fundamentales contenidas con mayor o menor peso en estos
textos constitucionales que, a la vez que abordan alternativas medulares a
la modernidad colonial, anuncian la aspiración a rupturas profundas con
la tradición del socialismo del siglo pasado. Son estos ejes novedosos y
radicales los que definieron sus potencialidades fundacionales, rupturistas, con relación a las tradiciones políticas de la modernidad colonial en
el continente. Es extraordinaria la centralidad de estos ejes en las constituciones de Ecuador y Bolivia, con menor peso en el caso de Venezuela.
Estos ejes, que representan otros horizontes utópicos, son los siguientes: en primer lugar, la confrontación con el antropocentrismo que
se expresa en el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, la
defensa de la Madre Tierra. Esto muestra una extraordinaria ruptura
ontológica y epistemológica con supuestos medulares de la modernidad colonial: la separación sujeto/objeto; la concepción de la naturaleza
como objeto a ser apropiado, manipulado y utilizado por los seres humanos en función de su propio bienestar material. Ante la depredadora
lógica antropocéntrica patriarcal del crecimiento sin fin, del desarrollo y
del progreso y una concepción de la felicidad humana fundamentada en
la acumulación de bienes materiales, se incorporan nociones de equilibrio y armonía con el resto de las redes de la vida. Estas cosmovisiones
otras a la modernidad colonial, de pueblos indígenas, afrodescendientes
y campesinos, si bien no caracterizan en forma coherente a estos textos
constitucionales, en los casos de Ecuador y Bolivia sí les dan una potente
impronta alternativa.
En segundo lugar, la postulación de Estados plurinacionales y la
interculturalidad. Esto demanda la necesidad de una ruptura radical
16
Esta parte del texto se basa ampliamente en la presentación “América Latina. Retos
ante la crisis civilizatoria después de los progresismos”, realizada en un taller organizado por Médico Internacional, en Salvador de Bahía, marzo 2018, en el contexto
del Foro Social Mundial.
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edgardo lander
con más de cinco siglos de autoritarismo del Estado monocultural tanto colonial como republicano. A diferencia del limitado multiculturalismo liberal, esto plantea un cuestionamiento o ruptura radical con
dicho orden monocultural. La plurinacionalidad y la interculturalidad
formulan horizontes transformadores que, si bien reconocen las fronteras geográficas actuales de los Estados nacionales, postulan la meta de
construcción de Estados efectivamente plurales, no sólo con la presencia de lenguas diferentes, sino igualmente la pluralidad epistemológica,
diferentes formas de propiedad, modalidades productivas, regímenes
jurídicos y de autoridad pública diversos, como expresión de la extraordinaria heterogeneidad histórico-estructural de estas sociedades.
En tercer lugar, está la estipulación de otras modalidades de ejercicio
de la democracia, más allá de los límites de una democracia liberal que
se ha caracterizado históricamente en el continente por ser excluyente,
racista, clasista y patriarcal. A diferencia de las experiencias del socialismo del siglo xx, se parte del reconocimiento implícito o explícito de que
los derechos y libertades básicas que han sido posibles en la democracia
liberal no han sido una dádiva de la burguesía, sino el resultado de luchas
históricas que, durante siglos, llevaron a cabo los sectores subalternos
por la ampliación de sus derechos. No se planteó, en consecuencia, la
sustitución de esta “democracia de clase” por la democracia de otra clase,
o democracia de la nomenclatura de las experiencias socialistas del siglo
pasado, sino la profundización de la democracia mediante la incorporación de otras modalidades y otras tradiciones: democracia participativa, democracia comunitaria, democracia plebiscitaria. En los casos de
Ecuador y Bolivia, esto implicó el reconocimiento de que la democracia
liberal ha sido expresión de sólo una de las diversas tradiciones histórico/
culturales existentes en esos países, del reconocimiento de que han existido y existen en la actualidad, en otras tradiciones culturales, otras modalidades de ejercicio de la autoridad pública y de la toma de decisiones.
Otro eje fundamental de los horizontes transformadores para ir
más allá de la modernidad colonial, es el del enfrentamiento al patriarcado que, sin embargo, tiene una presencia limitada y ambigua en los
discursos y en los textos fundacionales de estos procesos políticos.
crisis civilizatoria
64
Es enorme la distancia entre estos horizontes normativos de hace
tres o cuatro lustros y la realidad de estos años de gobiernos progresistas.
El espíritu de radicalidad de estos documentos capta, en su complejidad
y tensiones, las luchas, el espíritu y los imaginarios transformadores que
estuvieron presentes en los años en que se produjeron estos textos constituyentes. Para aproximase a lo ocurrido en estas experiencias, tiene
sentido detenerse en el contenido de éstos.
La constitución venezolana de 1999 (Gaceta Oficial de la República
de Venezuela 1999) establece en su preámbulo que:
El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados
aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República para establecer
una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica
y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado,
que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la
solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y
el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el
derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y
consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio
de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía
universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización
de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e
irrenunciable de la humanidad.
En un país con una población indígena numéricamente más limitada que la de otros países del continente, se refuerza la caracterización
de éste como multiétnico y pluricultural en el capítulo viii dedicado en
forma extensiva a los derechos de los pueblos indígenas:
Para la demarcación de las tierras de los pueblos indígenas, la decimosegunda Disposición transitoria de dicha Constitución establece un
lapso de dos años:
La protección del ambiente está establecida en los siguientes términos:
Artículo 127. Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo
futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente
equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica,
los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales
y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica. El genoma de los seres vivos no podrá ser patentado, y la ley que
se refiera a los principios bioéticos regulará la materia.
Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva
en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los
suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean
especialmente protegidos, de conformidad con la ley.
Artículo 129. Todas las actividades susceptibles de generar
daños a los ecosistemas deben ser previamente acompañadas de
estudios de impacto ambiental y sociocultural. El Estado impedirá
la entrada al país de desechos tóxicos y peligrosos, así como la fabricación y uso de armas nucleares, químicas y biológicas. Una ley
65
edgardo lander
Artículo 119. El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida.
Corresponderá al Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos
indígenas, demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de
sus tierras, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e
intransferibles de acuerdo con lo establecido en esta Constitución y la ley.
crisis civilizatoria
66
especial regulará el uso, manejo, transporte y almacenamiento de
las sustancias tóxicas y peligrosas.
En los contratos que la República celebre con personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, o en los permisos que
se otorguen, que afecten los recursos naturales, se considerará incluida aun cuando no estuviere expresa, la obligación de conservar
el equilibrio ecológico, de permitir el acceso a la tecnología y la
transferencia de la misma en condiciones mutuamente convenidas
y de restablecer el ambiente a su estado natural si éste resultare
alterado, en los términos que fije la ley.
La Constitución de Bolivia del año 2009 (República de Bolivia.
Asamblea Constituyente 2009) define el carácter plurinacional y comunitario del país en los siguientes términos:
En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos,
se formaron lagos. Nuestra amazonia, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores.
Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y
comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas
y nuestra diversidad como seres y culturas. Así conformamos nuestros
pueblos, y jamás comprendimos el racismo hasta que lo sufrimos desde los funestos tiempos de la colonia.
El pueblo boliviano, de composición plural, desde la profundidad de la historia, inspirado en las luchas del pasado, en la sublevación indígena anticolonial, en la independencia, en las luchas populares de liberación, en las marchas indígenas, sociales y sindicales,
en las guerras del agua y de octubre, en las luchas por la tierra y
territorio, y con la memoria de nuestros mártires, construimos un
nuevo Estado.
Un Estado basado en el respeto e igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social,
donde predomine la búsqueda del vivir bien; con respeto a la plurali-
dad económica, social, jurídica, política y cultural de los habitantes de
esta tierra; en convivencia colectiva con acceso al agua, trabajo, educación, salud y vivienda para todos.
El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas
mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida
armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj
ñan (camino o vida noble).
La Ley de derechos de la Madre Tierra del año 2010 “tiene por
objeto reconocer los derechos de la Madre Tierra, así como las obligaciones y deberes del Estado Plurinacional y de la sociedad para garantizar el respeto de estos derechos”. Se basa en los siguientes principios de obligatorio cumplimiento: armonía; bien colectivo; garantía
de regeneración de la Madre Tierra, respeto y defensa de los Derechos
de la Madre Tierra; no mercantilización; e Interculturalidad (Estado
Plurinacional de Bolivia 2010).
El Preámbulo de la Constitución del Ecuador (República del Ecuador, Asamblea Constituyente 2008) establece que:
Nosotras y nosotros, el pueblo soberano del Ecuador, reconociendo
nuestras raíces milenarias, forjadas por mujeres y hombres de distintos pueblos, celebrando a la naturaleza, la Pacha Mama, de la que
somos parte y que es vital para nuestra existencia, invocando el nom-
67
edgardo lander
Dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto histórico de construir colectivamente el Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que integra y
articula los propósitos de avanzar hacia una Bolivia democrática, productiva, portadora e inspiradora de la paz, comprometida con el desarrollo integral y con la libre determinación de los pueblos.
El carácter pluricultural se reafirma en el artículo 8 en los siguientes términos:
bre de Dios y reconociendo nuestras diversas formas de religiosidad
y espiritualidad, apelando a la sabiduría de todas las culturas que nos
enriquecen como sociedad,
Decidimos construir una nueva forma de convivencia ciudadana,
en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir,
el sumak kawsay.
crisis civilizatoria
68
El artículo 57 reconoce, entre otros, los siguientes derechos colectivos:
Mantener, desarrollar y fortalecer libremente su identidad, sentido de
pertenencia, tradiciones ancestrales y formas de organización social.
Mantener la posesión de las tierras y territorios ancestrales y obtener su adjudicación gratuita.
Participar en el uso, usufructo, administración y conservación de
los recursos naturales renovables que se hallen en sus tierras.
Consulta previa, libre e informada, dentro de un plazo razonable,
sobre planes y programas de prospección, explotación y comercialización de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras y que
puedan afectarles ambiental o culturalmente.
Participar en los beneficios que esos proyectos reporten y recibir
indemnizaciones por los perjuicios sociales, culturales y ambientales
que les causen.
Conservar y promover sus prácticas de manejo de la biodiversidad y de su entorno natural.
Conservar y desarrollar sus propias formas de convivencia y organización social, y de generación y ejercicio de la autoridad, en sus territorios legalmente reconocidos y tierras comunitarias de posesión ancestral,
Crear, desarrollar, aplicar y practicar su derecho propio o consuetudinario...
No ser desplazados de sus tierras ancestrales.
Mantener, proteger y desarrollar los conocimientos colectivos;
sus ciencias, tecnologías y saberes ancestrales; los recursos genéticos
que contienen la diversidad biológica y la agrobiodiversidad; sus me-
Esta Constitución incorpora, por primera vez en la historia constitucional y en forma expresa, el reconocimiento de los Derechos de la
Naturaleza, dedicándole el capítulo séptimo.
Art. 71.- La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza
la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el
69
edgardo lander
dicinas y prácticas de medicina tradicional, con inclusión del derecho
a recuperar, promover y proteger los lugares rituales y sagrados, así
como plantas, animales, minerales y ecosistemas dentro de sus territorios; y el conocimiento de los recursos y propiedades de la fauna y la
flora… Se prohíbe toda forma de apropiación sobre sus conocimientos, innovaciones y prácticas.
Desarrollar, fortalecer y potenciar el sistema de educación intercultural bilingüe, con criterios de calidad, desde la estimulación temprana hasta el nivel superior, conforme a la diversidad cultural, para
el cuidado y preservación de las identidades en consonancia con sus
metodologías de enseñanza y aprendizaje.
Construir y mantener organizaciones que los representen, en el
marco del respeto al pluralismo y a la diversidad cultural, política y
organizativa. El Estado reconocerá y promoverá todas sus formas de
expresión y organización.
Los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de
posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada
todo tipo de actividad extractiva. El Estado adoptará medidas para garantizar sus vidas, hacer respetar su autodeterminación y voluntad de
permanecer en aislamiento, y precautelar la observancia de sus derechos. La violación de estos derechos constituirá delito de etnocidio,
que será tipificado por la ley.
Los pueblos ancestrales, indígenas, afroecuatorianos y montubios podrán constituir circunscripciones territoriales para la preservación de su cultura… Se reconoce a las comunas que tienen propiedad colectiva de la tierra, como una forma ancestral de organización
territorial.
crisis civilizatoria
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mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos.
Toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá exigir a
la autoridad pública el cumplimiento de los derechos de la naturaleza.
Para aplicar e interpretar estos derechos se observarán los principios
establecidos en la Constitución, en lo que proceda.
El Estado incentivará a las personas naturales y jurídicas, y a los
colectivos, para que protejan la naturaleza, y promoverá el respeto a
todos los elementos que forman un ecosistema.
Dadas las profundas rupturas planteadas en estos textos, está claro
que nunca pudieron ser pensados como el diseño jurídico formal de una
nueva sociedad, sino como horizontes utópicos de otros futuros posibles, como agendas y plataformas políticas normativas desde las cuales
enfrentar, en forma simultánea, los temas de alternativas al desarrollo,
los límites del planeta, la imposibilidad de una lógica de crecimiento sin
fin en un planeta limitado, la recuperación/construcción de múltiples
alternativas culturales a la monocultura del capital, y la radicalización
de la democracia más allá de los estrechos acotamientos históricos de
la democracia liberal representativa. Contienen igualmente cuestionamientos fundamentales a los patrones de conocimiento eurocéntricos y
coloniales hegemónicos, de carácter antropocéntrico y patriarcal. Estos
contenidos son la expresión de la presencia protagónica de pueblos, sujetos, comunidades y organizaciones sociales, especialmente del mundo
indígena, que hasta ese momento habían estado en lo fundamental marginadas de la política en estos países.
Para aproximarse a las experiencias que se dieron a partir de estos
pisos constitucionales es importante comenzar por reconocer que estos
textos de modo alguno expresaron una nueva hegemonía intercultural
en estas sociedades. Son el resultado de una correlación de fuerzas en
una coyuntura particular en que el orden imperante, en cada uno de
estos países, se encontraba debilitado o deslegitimado.
Pasados tres o cuatro lustros, la mayor parte de las expectativas
generadas por estos ricos horizontes normativos se han visto frustra-
71
edgardo lander
das. Nadie pretendió que estas transformaciones fuesen fáciles, ni que
estos objetivos extraordinariamente ambiciosos —un Estado plurinacional, derechos de la naturaleza— fuesen objetivos a alcanzar a corto
plazo. De lo que se trataba era de iniciar una compleja transición en
otras direcciones al rumbo suicida que han tomado los poderes hegemónicos que hoy conducen a la humanidad al precipicio. Sin embargo,
esta izquierda en el gobierno no logró desprenderse de los imaginarios
del desarrollo, del progreso, del crecimiento económico sin fin como
los ejes fundamentales de la transformación social. Quizá nunca se lo
plantearon, e incluso creyeron, más allá del ámbito discursivo.
Dada la profunda crisis ambiental que amenaza la vida en el planeta, todo proyecto transformador anticapitalista necesariamente tiene
que tener como eje constitutivo el responder activamente a esa amenaza
a la vida. Sin embargo, en ninguna de estas experiencias se dieron pasos
significativos en dirección a una transición a otro modelo productivo
compatible con la preservación de la vida. Se produjo en cada uno de los
países una profundización de la inserción colonial, subordinada, en la
división internacional del trabajo y de la naturaleza, aunque ello se diese
con la reorientación parcial del destino de las exportaciones de viejos a
nuevos imperios. Se produjo en cada uno de los casos una profundización de la primarización de las economías. El extractivismo se convirtió
en la opción fundamental en cada caso. El modelo extractivo ha sido el
eje básico de las políticas públicas, bloqueando la posibilidad de avanzar
en la dirección de los objetivos transformadores que estaban enunciados
en las constituciones y demás textos jurídicos referidos a otras modalidades no depredadoras de relación con la naturaleza, la plurinacionalidad y la profundización de la democracia. El extractivismo, como prioridad, obliga a abrir todos los territorios a su exploración/explotación,
para una dinámica expansiva de acumulación por expropiación. Mediante sus masivas exportaciones de minerales, energéticos y productos
agro-industriales, el continente, con predominio de gobiernos progresistas, lejos de colocar obstáculos para frenar o siquiera desacelerar la
operación desbocada de la maquinaria devastadora del capital global, ha
acentuado su activa contribución a ésta.
crisis civilizatoria
72
No es posible avanzar en la dirección de la superación del modelo autoritario del Estado monocultural liberal, incluyendo el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y su autonomía efectiva
en sus propios territorios, si el eje principal de la política económica lo
constituye la explotación de los denominados “recursos naturales” situados en estos territorios. El mejoramiento de las condiciones de vida
de la mayor parte de la población que ocurrió en estos años tuvo un piso
de una extraordinaria fragilidad. Estos gobiernos consideraron que era
necesario aprovechar esta nueva condición, en que los precios de los
bienes primarios que se exportaban crecían más aceleradamente que los
de los bienes industriales que se importaban, para maximizar a corto
plazo los ingresos fiscales. Convirtieron la ampliación de las exportaciones primarias en el eje principal de su política económica por lo menos
para el corto y mediano plazo. Respondiendo a demandas de poblaciones cuyas condiciones de vida habían sido profundamente afectadas
durante las décadas de neoliberalismo, y en búsqueda de legitimarse
ante sus electores para darle continuidad a los procesos de cambio, se le
dio prioridad a políticas a corto plazo de incremento del gasto público.
Aprovechado el alza de la demanda y precio de los bienes primarios, el
denominado boom de los commodities, y con un mayor control estatal
de los beneficios de estas actividades tanto por la vía de la propiedad
como de mayores tasas impositivas, se incrementó en forma notable el
ingreso fiscal de los Estados con gobiernos progresistas. Se recuperó la
presencia del Estado, aumentando el gasto social en forma sustantiva.
Mejoró el acceso a la alimentación, a la educación, a servicios de salud,
a la seguridad social. Disminuyeron las tasas de desempleo, y los niveles
de pobreza y pobreza crítica y la desigualdad, medidos en términos de
ingreso monetario. Se trata, sin lugar a dudas, de logros formidables
después de las décadas de políticas neoliberales que habían empobrecido a la población, aumentando la exclusión de los sectores populares
con lo cual se había incrementado la desigualdad en lo que ya era el
continente más desigual del planeta.
Se trató de políticas distributivas sustentadas en unos ingresos extraordinarios basados en el alto precio de los commodities que la expe-
17
De la abundante producción política y académica de crítica al extractivismo pueden citarse los siguientes: Gudynas (2015), Svampa y Viale (2014), Svampa (2017),
Acosta (2009), Machado Aráoz (2013), Roa y Navas (coordinadores) (2014), Seoane,
Taddei y Algranati (2013).
73
edgardo lander
riencia histórica permitía prever que no se sostendrían en el tiempo. En
las tensiones entre la búsqueda de alternativas al desarrollo y políticas
clientelares distributivas, prevaleció en forma consistente lo segundo.
Estas políticas fueron durante unos años las bases fundamentales de la
legitimidad de estos gobiernos en el mundo popular, particularmente
urbano, pero a la vez una fuente principal de sus debilidades como proyectos trasformadores.
En el debate latinoamericano sobre el extractivismo han estado
presentes diferencias fundamentales, no sólo sobre el carácter de la
transición hacia una sociedad postcapitalista, sino igualmente en torno
al tipo de sociedad postcapitalista que se postula. En estos debates han
ocupado un lugar central, ya sea implícita o explícitamente, desacuerdos
profundos sobre el desarrollo, y perspectivas alternativas al desarrollo
o el postdesarrollo. El punto de vista crítico al neoextractivismo parte
en general de una crítica al modelo civilizatorio hegemónico, el patrón
civilizatorio de crecimiento sin fin y de sometimiento sostenido o guerra
permanente contra el resto de la naturaleza. Esto incluye al capitalismo,
pero, como lo demostró la experiencia histórica del socialismo del siglo
xx, va más allá del capitalismo.17 Quienes defienden el extractivismo,
por el contrario, argumentan que sólo gracias a los recursos provistos
por las actividades extractivas será posible superar al capitalismo. Asumen el extractivismo como una etapa de transición, etapa que permitiría
tanto satisfacer las necesidades inmediatas de la población, como acumular el nivel de riqueza y las capacidades científico-intelectuales para
plantearse, posteriormente, su superación. La defensa más sistemática
del extractivismo en el debate latinoamericano de estos años la ha realizado el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera. Sus intervenciones reafirman la confianza en las virtudes del desarrollo, a partir de
una radical inversión del sentido profundo de la noción del Vivir Bien.
Los siguientes textos ilustran sus principales argumentos:
crisis civilizatoria
74
[…] en una primera etapa ¿acaso no es posible utilizar los recursos
que brinda la actividad primaria exportadora controlada por el Estado
para generar los excedentes que permitan satisfacer condiciones mínimas de vida de los bolivianos, y garantizar una educación intercultural
y científica que genere una masa crítica intelectual capaz de asumir y
conducir los emergentes procesos de industrialización y de economía
del conocimiento? (García Linera 2013, 109).
¿Con qué superar al extractivismo? ¿Acaso dejando de producir,
cerrando las minas de estaño, los pozos de gas, retrocediendo en la
satisfacción de los medios materiales básicos de existencia, tal como
lo sugieren sus críticos? ¿No es ésta más bien la ruta del incremento
de la pobreza y el camino directo a la restauración de los neoliberales?
El amarrar las manos al proceso revolucionario en aras del rechazo
extractivista, ¿no es acaso lo que más desean las fuerzas conservadoras
para asfixiarlo? (García Linera 2013, 110).
[…] los críticos irreflexivos a favor del no extractivismo [...] en
su liturgia política mutilan a las fuerzas y a los gobiernos revolucionarios de los medios materiales para satisfacer las necesidades de la
población, generar riqueza y distribuirla con justicia; y a partir de ello
crear una nueva base material no extractivista que preserve y amplíe
los beneficios de la población laboriosa. (García Linera 2013, 107-108)
Detrás del criticismo extractivista de reciente factura en contra
de los gobiernos revolucionarios y progresistas, se halla pues la sombra de la restauración conservadora. (García Linera 2013, 110)
En eso consiste el Vivir Bien: en utilizar la ciencia, la tecnología y
la industria para generar riqueza, de otra manera con qué se podrían
construir carreteras, levantar postas sanitarias, escuelas, producir
alimentos, satisfacer las necesidades básicas y crecientes de la sociedad. Pero a la vez necesitamos preservar la estructura fundamental de
nuestro entorno natural para nosotros y las generaciones que vendrán,
que tendrán en la naturaleza la realización de sus infinitas capacidades
para satisfacer sus necesidades sociales. (García Linera 2013, 110)
A diferencia de la crítica al extractivismo en sus dimensiones civilizatorias de asalto a la Madre Tierra, considera que se trata de un “sistema técnico de procesamiento de la naturaleza” compatible con cualquier tipo de sociedad.
Parece estar fuera de toda consideración el hecho de que el modo
de vida imperial de esas sociedades del Norte Global, supuestamente no
extractivas, es sólo posible sobre la base de la apropiación de la riqueza
producida por las prácticas extractivas del Sur Global.18 El capitalismo
es un sistema global, no un régimen nacional.
El modelo productivo extractivista no es una mera “relación técnica con la naturaleza”, ni puede ser entendido como una etapa a ser
superada posteriormente. Como señaló Fernando Coronil:
El proceso de creación de valor supone al mismo tiempo la producción
de objetos y la transformación de relaciones sociales... la producción abarca la producción de mercancías y también la formación de
los agentes sociales involucrados en ese proceso y, por tanto, unifica
en un solo campo de análisis los órdenes material y cultural en el seno
18
Para una importante contribución conceptual a este debate, ver: Acosta y Brand
2017.
75
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[... El extractivismo son] sistemas técnicos de procesamiento de la naturaleza mediante el trabajo, y pueden estar presentes en sociedades
precapitalistas, capitalistas o sociedades comunitaristas.
Los críticos del extractivismo confunden sistema técnico con
modo de producción, y a partir de esa confusión asocian extractivismo con capitalismo; olvidando que existen sociedades no-extractivistas, las industriales, ¡plenamente capitalistas! Puede haber sociedades
extractivistas capitalistas, no capitalistas, pre-capitalistas o post-capitalistas. Y de igual forma, puede haber sociedades no extractivistas capitalistas, no capitalistas o postcapitalistas (García Linera 2013, 107).
de los cuales los seres humanos se forman a sí mismos al tiempo que
construyen su mundo (Coronil 2002, 46-47).
crisis civilizatoria
76
Como resulta evidente de la experiencia venezolana, el extractivismo
rentista no sólo produce petróleo, conforma un modelo de organización
de la sociedad, un tipo de Estado, un régimen político, unos patrones culturales y unas subjetividades e imaginarios colectivos. Éstos no pueden,
de modo alguno, ser simplemente revertidos cuando en una etapa posterior de los procesos de cambio se decida que se ha llegado a las condiciones económicas que permitirían abandonar el extractivismo.
... esas rentas contribuyen a establecer patrones similares de especialización interna y de dependencia externa que consolidan el papel de
las naciones del Tercer Mundo, como lo que llamo sociedades exportadoras de naturaleza. Aun cuando estas naciones traten de romper
su dependencia colonial de las exportaciones de productos primarios
mediante la puesta en práctica de planes de desarrollo dirigidos a diversificar sus economías, por lo general se apoyan para hacerlo en la
divisa obtenida mediante la exportación de productos primarios, con
lo que intensifican su dependencia de los mismos. Paradójicamente, al
tratar de aprovechar su ventaja comparativa, estas naciones exportadoras de naturaleza a menudo vuelven a asumir su papel colonial de
fuentes de productos primarios, papel ahora reescrito en términos de
la racionalidad neoliberal del capitalismo globalizante. Para ellas, al
poscolonialismo sigue el neocolonialismo (Coronil 2002, 7).
El extractivismo se convirtió en una concepción compartida entre
los países de unasur (Rodríguez Araque 2014) y el alba.
Declaración del alba desde el Pacífico. XII Cumbre de Jefes de Estado
y de Gobierno del alba-tcp. Guayaquil, 30 de julio de 2013
Por otro lado, manifestamos el derecho y la necesidad que tienen
nuestros países de aprovechar, de manera responsable y sustentable,
sus recursos naturales no renovables, los cuales cuentan con el po-
Ecuador ¿Mineralo-Estado?
En el caso de Ecuador, las múltiples tensiones y confrontaciones de imaginarios de cambio quedaron expresamente manifiestas desde el propio
inicio del proceso. El Plan Nacional de Desarrollo presentado por el gobierno en el año 2009, con el nombre de Plan Nacional para el Buen Vivir
2009-2013 (República del Ecuador. Secretaría Nacional de Planificación
y Desarrollo 2009), aborda la compleja y contradictoria tarea de diseñar,
desde la gestión estatal centralizada, una transición hacia la sociedad del
Buen Vivir. Al igual que en Bolivia, el plan se propone en su fase inicial
profundizar el extractivismo como condición que permita producir riqueza y responder a las necesidades de la población. Se trata de “lineamientos de planificación de mediano y largo plazo, con un horizonte de 16
a 20 años”. La primera fase, denominada “Acumulación para la transición
y profundización de la distribución”, es definida en términos de “acumulación, en el sentido de dependencia de los bienes primarios para sostener la
economía...”. El plan está atravesado por serias tensiones entre los objetivos del Buen Vivir, la plurinacionalidad y la interculturalidad, por un lado,
y opciones modernizantes en las cuales las soluciones fundamentales para
el país estarían dadas por la investigación y el desarrollo, por la innovación
77
edgardo lander
tencial de ser utilizados como una importante fuente para financiar
el desarrollo económico, la justicia social y, en definitiva, el bienestar
de nuestros pueblos, teniendo claro que el principal imperativo social
de nuestro tiempo –y de nuestra región– es combatir la pobreza y la
miseria. En este sentido, rechazamos la posición extremista de determinados grupos que, bajo la consigna del anti-extractivismo, se oponen sistemáticamente a la explotación de nuestros recursos naturales,
exigiendo que esto se pueda hacer solamente sobre la base del consentimiento previo de las personas y comunidades que viven cerca de esa
fuente de riqueza. En la práctica, esto supondría la imposibilidad de
aprovechar esta alternativa y, en última instancia, comprometería los
éxitos alcanzados en materia social y económica (alba 2013).
crisis civilizatoria
78
tecnológica y por la creación de nichos específicos como la biotecnología
y nanotecnología, en los cuales Ecuador, gracias a su inmensa biodiversidad, podría tener ventajas comparativas.
Alberto Acosta (2009) ha argumentado y documentado que, como
en casi todos los países cuya economía está centrada en la explotación/
exportación de bienes primarios, la explotación petrolera en Ecuador ha
producido extremas distorsiones económicas, severos impactos sociales
y devastación ambiental, y no ha contribuido al bienestar de la población. Se suponía que la nueva constitución sería el punto de partida para
una ruptura con dicho modelo extractivo. Sin embargo, no ha sido así.
El conflicto sobre la explotación de petróleo en el Parque Nacional-territorio indígena del Yasuní-itt se convirtió en la expresión más
emblemática de las visiones encontradas sobre la sociedad a la cual se
aspira que han estado presentes en el Ecuador en los últimos años. La
iniciativa Yasuní-itt de dejar bajo el suelo el petróleo a cambio de financiamiento internacional parcial de los ingresos que hubiese obtenido el
Estado ecuatoriano por su explotación, se había convertido en una referencia internacional como proyecto de colaboración y justicia socioambiental global, y contó con un extraordinario apoyo en la población del
país (Martínez 2009). Este apoyo se expresó en un proceso masivo de recolección de firmas llevado a cabo por el colectivo Yasunidos para exigir
la realización de un referéndum nacional para decidir si se debían explotar estas reservas de hidrocarburos. Como expresión de una clara opción
por el extractivismo, el gobierno de Correa, a través de procedimientos
calificados como manipulados, llevados a cabo por un Consejo Nacional Electoral supuestamente autónomo, invalidó suficientes firmas como
para dictaminar que no se había recogido el mínimo exigido y decidió que
no se realizaría el referéndum solicitado (Friends of the Earth International 2014). En diciembre del 2018, una comisión nombrada por el nuevo
Consejo Nacional Electoral transitorio concluyó que se cometieron irregularidades y que los Yasunidos sí habían recogido las firmas requeridas
para la realización de la consulta popular (El Comercio 2018).
Los impactos socioambientales de la producción petrolera en Ecuador
han sido devastadores. En sus operaciones en la Amazonía ecuatoriana,
la empresa estadounidense Chevron-Texaco, entre los años 1964 y 1990,
produjo masivos niveles de contaminación/destrucción de aguas, tierras,
vegetación con severos impactos sobre los habitantes de la zona. En su demanda, exigiendo compensación por los daños causados, el gobierno ecuatoriano afirma que la empresa aplicó deliberadamente técnicas obsoletas
que ya no usaba en otras partes, con el fin de incrementar sus ganancias:
A pesar de estos antecedentes, y la carencia de condiciones para
garantizar que éstos no se volverían a repetir, el gobierno de Correa optó
por la apertura de nuevas zonas de la Amazonía a la explotación petrolera en áreas que se sobreponen con los territorios indígenas de los
pueblos Shuar, Achuar, Kichwa, Shiwiar, Andoa, Waorani y Sápara, a
pesar de la oposición de estos pueblos y sin la consulta previa, libre e informada a la cual está obligado el Estado ecuatoriano por normas tanto
nacionales como internacionales (Salva la Selva 2013).
Con las relaciones profundamente asimétricas que se establecieron
entre Ecuador y China durante el gobierno de Correa, se crearon nuevas
formas de subordinación colonial que obligan al país a continuar por
muchos años profundizando las actividades extractivas, ya que una elevada proporción de los masivos créditos otorgados por China al Ecuador
tienen que ser pagados en petróleo. Algunos de estos créditos dirigidos
a grandes obras de infraestructura, como las represas hidroeléctricas,
además de hechos de corrupción, tuvieron como resultado construccio-
79
edgardo lander
En Ecuador, Chevron-Texaco produjo uno de los más graves crímenes
ambientales de la historia. La transnacional petrolera es responsable del
derrame de no menos de 15.8 mil millones (59.9 mil millones de litros)
de residuos de petróleo y 28.5 millones de galones (108 millones de litros) de petróleo bruto en la Amazonía. Más de 2 millones de hectáreas
de la Amazonía ecuatoriana fueron afectadas a lo largo de casi 30 años
de contaminación a manos de una sola compañía, que actuó de manera
impune violando los estándares mínimos de protección ambiental y que
hoy se niega a reconocer: Texaco (hoy Chevron) (República del Ecuador,
Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana 2015).
crisis civilizatoria
80
nes técnicamente deficientes que carecían de adecuados estudios geológicos y de disponibilidad de agua a largo plazo. El caso más emblemático
en este sentido es la represa Coca Codo Sinclair, la mayor obra de ingeniería en la historia del Ecuador, construida en las inmediaciones de un
volcán activo: el Reventador (Pacheco 2018).
Ecuador es un país sin tradición minera. Sin embargo, debido a las
limitaciones de las reservas de hidrocarburos existentes en el país y las
profundas transformaciones que estaban operando en el mercado global
de minerales, expresada en acelerados incrementos en la demanda y precios, así como en tecnologías más eficaces de identificación y extracción
de depósitos de minerales de bajo tenor, anteriormente considerados
como no rentables, sucesivos gobiernos, tanto en los tiempos neoliberales de las décadas anteriores, como el gobierno de Correa, llevaron a
cabo reformas jurídicas e institucionales orientadas a atraer a empresas
mineras transnacionales. Esto se dio en marcos constitucionales muy
diferentes (Sacher 2017).
En coherencia con las orientaciones protectoras de la naturaleza
que se debatían en su seno, la Asamblea Constituyente aprobó en el año
2008 un Mandato Constituyente Minero (República del Ecuador. Asamblea Constituyente 2009). Mediante éste, se estableció, entre otras cosas,
una moratoria de seis meses sobre las actividades de exploración minera
a gran escala, que la minería no podía afectar los nacimientos y fuentes
de agua, se restringía esta actividad en áreas protegidas y prohibía el
monopolio. En vista de que la mayoría de las concesiones mineras que se
habían otorgado hasta ese momento carecían de proyectos de inversión,
y que se habían convertido fundamentalmente en la base de actividades
especulativas de compra/venta de esos derechos, se decidió igualmente
la extinción de las concesiones que no hubiesen realizado estudios de
impacto ambiental y procesos de consulta previa, o que no cumpliesen
con la ley en materia de pago de impuestos y patentes.
Y, sin embargo, el año siguiente el gobierno de Correa aprobó una
nueva Ley de Minería (República del Ecuador. Asamblea Nacional 2009),
que, si bien era mucho más favorable desde el punto de vista fiscal y ambiental que la legislación de los tiempos neoliberales, no cumplía con
81
edgardo lander
aspectos importantes de las restricciones y regulaciones a la actividad
minera contempladas en la Constitución y en el Mandato Constitucional Minero. Las relaciones entre la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador (conaie) y el presidente Correa, que ya se habían
agriado durante los debates de la Asamblea Constituyente por las posiciones enfrentadas en torno a la plurinacionalidad, a la cual Correa se
oponía, llegaron a una ruptura con la aprobación de la Ley de Aguas, la
Ley Orgánica de Soberanía Alimentaria y la Ley de Minería. Mediante
esta última se autoriza la minería en gran escala en el país y se desconoce el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados previamente
sobre actividades mineras a ser realizadas en sus territorios (Resina de la
Fuente 2012). La conaie introdujo una acción de inconstitucionalidad
de dicha ley ante la Corte Constitucional, por considerar que violaba
múltiples artículos de la Constitución, del Acuerdo 169 de la oit, de la
Convención Americana de Derechos Humanos y del Protocolo Adicional a la Convención de Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Esta Corte decidió a favor de la conaie
en lo referido a la consulta previa, pero ratificó la constitucionalidad del
resto de la ley (República del Ecuador. La Corte Constitucional para el
periodo de transición 2010).
Durante los años de gobierno de Correa, se fueron dando pasos sistemáticos en la dirección de convertir a Ecuador en un país minero. En
junio del año 2013, la Asamblea Nacional aprobó un conjunto de modificaciones a la Ley de Minería en respuesta a exigencias formuladas por
las empresas mineras (Sacher 2017, 192-193). En febrero del año 2015,
se decreta la creación de un nuevo Ministerio de Minería (El Telégrafo
2015). En mayo del año 2016, “se procedió a la apertura del ‘Catastro minero’ para la nueva adjudicación de concesiones de áreas para efectuar
exploración geológica y el desarrollo de nuevos proyectos mineros” (Acción Ecológica 2016a). De esta manera se va produciendo una expansión
minera sin precedentes en el país. De acuerdo con William Sacher, si
llegasen a autorizarse todas las solicitudes pendientes ante el Ministerio
de Minería a mediados del año 2017, se llegaría a 3,688,000 hectáreas
concesionadas, un 15% del territorio nacional. (Sacher 2017, 176) El go-
crisis civilizatoria
82
bierno ecuatoriano, tanto de Correa como de Lenin Moreno, fue asumiendo una postura cada vez más activa en la promoción de la actividad
minera, incluyendo su participación en las reuniones anuales de la más
importante asociación internacional de minería, la Prospectors and Developers Association of Canada. De acuerdo con el portal especializado
en minería global, mining.com, gracias a la modificación del marco jurídico regulatorio de la actividad minera, y una importante campaña de
acercamiento a los inversionistas, en menos de un año se produjeron
420 solicitudes de concesiones mineras y se esperan nuevas inversiones
mineras por un total de 4 mil millones de dólares ente los años 2017 y
2020 (Jamasmie 2017). Se avanza así en la dirección de lo que William
Sacher ha denominado un Mineralo-Estado, “un Estado que pone una
sección importante de su aparato entero al servicio de la promoción de
la megaminería” (Sacher 2017, 311-314). Los mayores emprendimientos
mineros en el país son por parte de empresas canadienses y chinas. De
los cinco principales proyectos de megaminería vigentes en el año 2017
(tres de oro y dos de cobre), tres eran de capital chino, uno de Canadá y
otro de una empresa canadiense y sueca (Sacher 2017, 395-396).19
Dados los devastadores impactos socioambientales que tiene la megaminería, ésta inevitablemente encuentra resistencia por parte de organizaciones ambientales, pero fundamentalmente por parte de las comunidades indígenas y campesinas amenazadas o afectadas. A las acciones
de las organizaciones ambientales y de defensa de los derechos humanos
se les ha respondido principalmente mediante la amenaza o realización
de su clausura. El Decreto 16 del 2013, y el Decreto 739 del 2015, establecen una regulación y supervisión muy detallada de cada ong, sus fines, sus estatutos, sus mecanismos de funcionamiento interno, cada una
de sus actividades, así como de su contabilidad. Se establecen diversas
causales para la disolución, entre las que destaca: “Desviarse de los objetivos para los cuales fue constituida” y “Dedicarse a actividades de política partidista, reservada a los partidos y movimientos políticos inscritos
19
Para información adicional sobre la actividad minera en el Ecuador y sus conflictos,
ver: Sacher y Acosta (2012) y Van Teijlingen y otros (2017).
Siempre dije que el mayor peligro para nuestro proyecto político, una
vez derrotada en las urnas la derecha, era y es el izquierdismo, ecologismo e indigenismo infantil; qué lástima que no nos equivocamos en
aquello (El Universo 2009).
20
Estos dos decretos fueron derogados por el presidente Lenin Moreno en octubre del
año 2017.
83
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en el Consejo Nacional Electoral, de injerencia en políticas públicas que
atenten contra la seguridad interna o externa del Estado o, que afecten la
paz pública” (Correa Delgado 2013).20 Acusándolas de dedicarse a actividades políticas, el gobierno de Correa clausuró la Fundación Pachamama
de larga trayectoria en defensa de las comunidades afectadas por la minería en la Amazonía, e intentó ilegalizar a la más importante organización
ambiental del país: Acción Ecológica. Fue tal la reacción de rechazo tanto
nacional como internacionalmente, que el gobierno tuvo que dejar sin
efecto esa medida.
Contra las resistencias de las comunidades y organizaciones indígenas, las respuestas han sido más agresivas. Se han empleado dos vías para
buscar desmovilizar a las comunidades. En primer lugar, tanto empresas
como gobierno tratan de dividir a las comunidades con ofrecimientos de
diverso tipo a algunos sectores o dirigentes de éstas. Ya tienen bastante
experiencia en esto y con cierta frecuencia tienen éxito en sus objetivos.
Pero si esto no ocurre, proceden a la criminalización de la protesta/resistencia, mediante la aplicación de alguna norma del Código Orgánico
Integral Penal. (República del Ecuador, Ministerio de Justicia, Derechos
Humanos y Cultos. Subsecretaría de Desarrollo Normativo 2014) La opción estratégica por el impulso de la gran minería metálica ha estado,
inevitablemente, acompañada por la judicialización y la represión (Zorrilla 2017; Acción Ecológica 2016b y Espinosa Ortega 2016).
Rafael Correa sintetizó con claridad la incompatibilidad entre los
principios constitucionales del Sumak Kawsay, la plurinacionalidad y
los derechos de la naturaleza y su proyecto modernizador del Estado
basado en el extractivismo en gran escala.
Bolivia: del buen vivir al desarrollismo
extractivista
crisis civilizatoria
84
Bolivia ha sido un país minero desde los tiempos iniciales de la colonia, a
partir de la explotación de las minas de plata de Potosí, con todas las consecuencias sociales y ambientales, culturales y político institucionales que
esa historia ha acarreado. La Constitución del año 2009 aparece como un
potencial punto de ruptura de esa profunda herencia/herida colonial, ruptura orientada por las radicales nociones de plurinacionalidad, pluriculturalidad, autonomía político territorial de los pueblos indígenas, economía
comunitaria y derechos de la naturaleza. Pero, ¿cómo se han procesado
en estos años las profundas tensiones entre ese horizonte normativo propuesto en este texto constitucional y la clara opción desarrollista/extractivista defendida por García Linera en los textos que han sido citados?
Además de la intensificación de la producción de hidrocarburos, que seguía siendo la principal fuente de divisas del país, la minería metálica se
ha expandido extraordinariamente en los últimos años. Comenzando en
las décadas neoliberales, pero acelerándose durante los años del gobierno
de Evo Morales, en estos últimos lustros se han producido cambios profundos en la actividad minera en el país. Estas transformaciones se dan
principalmente en la masiva ampliación de la escala de esta actividad, y su
mayor cobertura territorial, en el peso relativo de los diferentes minerales
extraídos, en las modalidades de la explotación minera y en los tipos de
capitales participantes. De una explotación concentrada históricamente
primero en plata y luego en estaño, se ha pasado al predominio del zinc, la
plata, el plomo y el oro. Esto ha estado acompañado de una amplia expansión de la minería desde las zonas más tradicionales del altiplano, hacia las
zonas bajas del oriente del país, especialmente en Santa Cruz, habiéndose
otorgado derechos mineros en gran parte del territorio nacional. La minería a cielo abierto ha sido la forma de explotación predominante (Díaz
Cuellar 2017). El valor total de la actividad minera en el país pasó de 1.151
millones de dólares en el año 2006 a 4.156 millones de dólares en 2012
(Díaz Cuellar 2017). El zinc pasó a ser el mineral más importante tanto en
Hoy exportamos tres veces más en volúmenes que el año 2005 y esto
nos habla ya de un país minero. Bolivia vive de su gas, pero también de
la minería y estamos orgullosos de ello.21
A pesar del reiterado discurso nacionalista/antiimperialista del gobierno, este aumento se debió principalmente a tres minas controladas
por empresas transnacionales: San Cristóbal, San Bartolomé y San Vicente. Entre los años 2006 y 2012, cuatro empresas transnacionales fueron
responsables de 52% de las exportaciones mineras del país (Díaz Cuellar
2017, 46). Han sido años de grandes ganancias para las transnacionales
mineras. El Estado, por su parte, sólo controla una proporción minoritaria de la producción minera y ha tenido una limitada participación en los
ingresos de esta actividad. La presión fiscal promedio durante los años
2004-2014 fue de sólo 8.1% del valor bruto de las exportaciones (Díaz
Cuellar 2017, 57). Como “la gran mayoría del valor y el volumen de la
21
García Linera (2012). Citado por Díaz Cuellar (2017, 42).
85
edgardo lander
términos de volumen como de valor. Entre los años 2007 y 2016, su producción pasó de un valor de 673 millones de dólares a 1.010 millones de
dólares” (Zaconeta Torrico 2017). Gracias, principalmente, a la expansión
de la actividad minera y al boom de los commodities, entre los años 2006,
primer año del gobierno de Evo Morales, y el año 2014, el valor de las exportaciones bolivianas se incrementó en más de 300%, al pasar de 4.088
millones de dólares a 12.899 millones. A partir de ese último año, con el
fin del ciclo de altos precios de los bienes primarios, el valor total de las exportaciones comenzó a descender para llegar a 7.846 millones de dólares
en el año 2017, en que el país, después de varios años de saldos positivos,
tuvo por tercer año consecutivo un déficit en su balanza comercial. En ese
año, por segundo año consecutivo, el valor total de las exportaciones de
minerales superó a las de los hidrocarburos (Instituto Boliviano de Comercio Exterior 2018).
Esta expansión minera la celebra García Linera en los siguientes
términos:
crisis civilizatoria
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producción minera del país se compone de zinc, plata y plomo que no son
refinados en el país” (Díaz Cuellar 2017, 60), se le ha dado continuidad al
histórico modelo colonial en que los impactos sociales y los pasivos ambientales de la minería ocurren en el territorio boliviano mientras la mayor parte de los beneficios lo realizan las transnacionales en el exterior.22
Los impactos socioambientales de esta minería a cielo abierto son
severos y generalmente irreversibles, comenzando por el desplazamiento de poblaciones y la destrucción de sus condiciones de reproducción
cultural y, con ello, la negación de formas de vida alternas a la de la
lógica del crecimiento de la economía mercantil y el imaginario del progreso. En las condiciones actuales de la minería global, en que ha pasado
a ser rentable para las empresas la explotación de reservas con muy bajo
tenor, se hace necesario remover grandes cantidades de material por
cada unidad de mineral extraído, afectando amplias extensiones territoriales. Se remueve la capa vegetal, con frecuencia boscosa o en laderas
de montañas, se afectan y contaminan aguas subterráneas y superficiales. Se utilizan masivas cantidades de químicos tóxicos, como mercurio
y cianuro, que afectan tanto las aguas como las tierras cultivables y a las
poblaciones circundantes y la fauna (Tejada Soruco 2011).
En esta acelerada expansión de la frontera minera, el derecho a la
consulta previa, libre e informada, ha sido sistemáticamente vulnerado
(Bascopé Sanjinés 2017). Como ha sido el caso en el resto de América Latina, esta ampliación de la actividad minera hacia territorios
indígenas y campesinos ha generado múltiples procesos de resistencia, a los cuales el gobierno del mas, con frecuencia, ha respondido
con la criminalización de la protesta y la represión (Madrid Lara 2013;
Territorios en Resistencia 2014). De acuerdo con el Observatorio de
22
Internamente, unos de los principales beneficiarios de las políticas mineras y de la
legislación tributaria del gobierno del mas, han sido las nuevas élites de origen popular que controlan las denominadas cooperativas mineras (Díaz Cuellar 2017, 62).
Estas cooperativas se han convertido en uno de los principales grupos de presión
capaces de incidir sobre las políticas públicas, y en una importante base de apoyo al
gobierno del mas.
La carretera del TIPNIS
Los conflictos en torno a la carretera a través del Territorio Indígena
y Parque Nacional Isiboro Sécure-tipnis, se convirtieron en el caso
paradigmático de las tensiones existentes entre las orientaciones desarrollistas/extractivistas que han predominado en el gobierno del mas,
y las concepciones del buen vivir establecidas en la Constitución. Este
conflicto, de alguna manera, sintetiza las pugnas entre los modelos de
sociedad que han atravesado al proceso boliviano en estos años.
El Parque Nacional del Isiboro Sécure fue creado en el año 1965.
Desde hace décadas ha sido una zona de continuos conflictos entre los
pueblos indígenas habitantes de ese territorio y diferentes amenazas
externas. En oposición a la llegada de colonos a sus territorios y a la
apertura de la zona a la actividad maderera, se produjo en el año 1990
la primera marcha indígena hasta La Paz en defensa de sus territorios.
Era de esperarse que con los derechos tanto ambientales como territoriales de los pueblos indígenas establecidos en la nueva constitución, la
preservación de este parque nacional estaría garantizada. Sin embargo,
el gobierno de Evo Morales retomó un proyecto del iirsa de construcción de una carretera a través de éste, y con financiamiento del Banco
Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (bndes) firmó un
87
edgardo lander
Conflictos Mineros en América Latina (ocmal), Bolivia, si bien tiene
“un grado medio-bajo de violencia”, es uno de los países de América
Latina con un “alto grado de criminalización” a la resistencia a la minería (ocmal. Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina
2017; Gárate 2016).
Como en los otros países del continente, lejos del logro de los objetivos de la transformación productiva y de una economía plural, no
centrada en actividades extractivas, con la bonaza del boom de los commodities se consolidó el modelo primario exportador y se bloqueó la
búsqueda de otras opciones.
crisis civilizatoria
88
contrato con la constructora brasileña oas para la realización de la obra,
a pesar de la firme oposición de sus habitantes.
Los pueblos indígenas defensores del Tipnis desarrollan múltiples
movilizaciones y demás formas de resistencia a la carretera. Entre agosto y septiembre del 2011, los indígenas defensores del Tipnis realizaron
una marcha de 600 kilómetros hasta La Paz, misma que fue recibida con
apoyo popular tanto en su trayectoria como en su llegada a la capital,
pero que fue bloqueada y reprimida en forma reiterada por los cuerpos
de seguridad del Estado. Después de haber sido reprimidos (servindi
2011), acusados de ser agentes del gobierno de los Estados Unidos y de
estar financiados por ong internacionales, el gobierno de Evo Morales
finalmente cede y se aprueba la Ley 180 en la cual, basándose en la Constitución Política del Estado, “se ratifica al Territorio Indígena y Parque
Nacional Isiboro Sécure-tipnis como territorio indígena de los pueblos
Chimán, Yuracaré y Mojeño-trinitario, de carácter indivisible, imprescriptible, inembargable, inalienable e irreversible y como área protegida
de interés nacional.” Se declara este territorio como “zona intangible”,
y dispone “que la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, como
cualquier otra, no atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro Sécure-tipnis” (Estado Plurinacional de Bolivia. La Asamblea
Legislativa Plurinacional 2011) A los pocos meses el gobierno anunció
la rescisión del contrato con la empresa oas.
Después de realizar (y ganar) en el año 2012 una consulta entre los
habitantes de la zona, considerada como ilegítima por la composición
de los participantes y la manipulación y la coerción que lo acompañaron
(Somos Sur 2016), el gobierno dejó pasar unos años antes de retomar la
construcción de la carretera. En el año 2017, cuando consideró que había
logrado desarticular y debilitar la resistencia, mediante la Ley 969 deroga
la Ley 180 y con ello la intangibilidad de dicho territorio. A pesar de que el
texto está lleno de necesarias referencias a la “armonía con la Madre Tierra”; la “pluriculturalidad”; la “consulta previa, libre e informada” y la “promoción, protección y conservación del patrimonio cultural”, el objetivo
de esta nueva ley está claramente orientado al “desarrollo integral y sustentable”; al “aprovechamiento de los recursos naturales renovables y el
89
edgardo lander
desarrollo de actividades productivas” (con la participación de capital privado); y “la apertura de caminos vecinales, carreteras, sistemas de navegación fluvial, aérea y otras” (Estado Plurinacional de Bolivia. La Asamblea
Legislativa Plurinacional 2017). De esta manera se coloca el tema de la
carretera nuevamente en el debate político nacional (Salva la Selva 2017).
Han estado en juego en estas pugnas dos visiones de la vida. Para
los pueblos indígenas habitantes del Parque Nacional se trata del derecho a preservar y decidir sobre sus propios modos de vida, la defensa de
sus territorios ancestrales, la protección de los bosques y las aguas, de
los derechos de la naturaleza, todo lo cual estaría amenazado por una
carretera que cortaría en dos el territorio, y que aceleraría la entrada de
colonos cocaleros, de madereros y la prospección/explotación de hidrocarburos. Para el gobierno se trata de continuar con su opción básica
de crecimiento económico basado en el extractivismo y en las obras de
infraestructura que superen los obstáculos para una mayor integración
f ísica del país. La prospección/explotación de hidrocarburos ha estado
severamente limitada por la inaccesibilidad de esos territorios. Ya hay
tres bloques licitados para estas actividades que cubren 35% del territorio del Parque Nacional (Fundación Solón 2018). Para los colonos cocaleros
se trata de una nueva frontera agrícola donde expandir su producción.
Casi todas las familias que viven en el polígono 7, al sur del Tipnis, viven
del cultivo de coca (Fundación Solón 2018).
Las diferentes políticas que ha implementado el gobierno en el desarrollo de este conflicto ilustran con claridad las consecuencias de su
opción por el desarrollismo extractivista. Al darle prioridad a la construcción de la carretera, a pesar de la oposición de los habitantes del Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure-tipnis, ha aplicado en forma
sistemática su política de dividir a los movimientos, comunidades y sus liderazgos, así como la creación de estructuras paralelas que pueda controlar (Prada Alcoreza 2018). Se han utilizado los medios públicos para buscar desprestigiar a quienes se oponen a sus políticas. Simultáneamente se
han reprimido las resistencias y militarizado los territorios. En relación
con sus bases de apoyo, se le ha otorgado clara prioridad a los intereses
de los cultivadores de la coca excedentaria incorporada a la economía po-
lítica de la cocaína, a los transportistas y los participantes en la industria
maderera, sobre los intereses de los pueblos indígenas originarios de las
tierras bajas. Como ha argumentado Raúl Prada Alcoreza,
crisis civilizatoria
90
La singularidad de estas figuras conquistadoras y colonizadoras no es
sólo que lo hacen como proyecto de “desarrollo”, sino que lo hacen a
nombre del “antiimperialismo” y, lo más incongruente, a nombre de la
“descolonización” (2018).
Las iniciativas en tres ámbitos energéticos ilustran la medida en
que en las políticas del gobierno del mas, no se asume el desarrollismo
extractivista como una fase transitoria hacia otro modelo de organización de la producción, sino como una opción estratégica coherente. Una
definida opción que como se ha señalado anteriormente, se distancia radicalmente de los horizontes de futuro de los movimientos que llevaron
al mas inicialmente al gobierno, tal como éstos quedaron plasmados en
el texto constitucional.
En primer lugar, está el programa nuclear. En su mensaje de rendición de cuentas del año 2012 ante la Asamblea Legislativa Plurinacional, Evo Morales afirmó que el desarrollo pacífico de la energía
atómica se había convertido en una “prioridad estratégica” del Estado
boliviano (Somos Sur 2014), como parte de la aspiración de convertir a
Bolivia en “el centro energético de Sudamérica”. Este programa, que ha
sido cuestionado por los riesgos que implica, se ha manejado con muy
poca transparencia y las informaciones que han sido dadas a conocer
por el gobierno han sido cambiantes y con frecuencia contradictorias.
Éstas mencionan, desde un pequeño reactor para fines médicos y de
investigación, a una planta nuclear para la generación de electricidad.
En segundo lugar, la construcción de grandes represas hidroeléctricas.
Las represas del Chepete y El Bala han sido cuestionadas tanto por los
severos impactos humanos y ambientales que éstas tendrían (Fundación Solón 2017a),23 como por la enorme carga de deuda externa que
23
Los impactos socioambientales de las mega represas han sido abordados en la primera parte de este trabajo.
91
edgardo lander
éstas representarían para el país. Las dos represas, pensadas para la
exportación de electricidad, tendrían un costo total de 8.063 millones
de dólares y no cuentan con un mercado asegurado. Se ha estimado
que los costos de generación de un megavatio hora (MWh) son bastante superiores a los precios promedios a los que Bolivia le ha vendido
electricidad a Brasil durante la última década (Fundación Solón 2017b).
En tercer lugar, después de haber sistemáticamente denunciado durante los primeros años de su gobierno a los agrocombustibles como una
amenaza a la seguridad alimentaria (servindi 2018), en septiembre del
año 2018 el gobierno aprobó la llamada Ley de Etanol y de Aditivos de
Origen Vegetal 1098 que autoriza la producción de etanol a partir de
la caña de azúcar y el biodiésel a partir de soya y otras oleaginosas (El
Deber 2018). Bolivia llega con retardo a estas iniciativas que en muchas
partes del mundo están siendo cuestionadas tanto por la resistencia de
comunidades afectadas, como por un mayor conocimiento científico
sobre sus severos impactos ambientales.
Resulta un tanto paradójico que todo esto lo realice un gobierno
que, en años anteriores, jugó un papel tan destacado en las negociaciones internacionales contra el cambio climático. Fue el país convocante y sede de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio
Climático y los Derechos de la Madre Tierra (Cumbre de Tiquipaya)
realizada en Cochabamba en el año 2010, en la cual organizaciones
indígenas, ambientalistas, académicas y populares de diferentes partes
del mundo construyeron conjuntamente una plataforma de los pueblos en lucha contra el cambio climático. Es el gobierno del país que,
a pesar de todas las presiones, se quedó sólo en oposición al acuerdo
final de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
2010 (cop 16) celebrada en Cancún, por considerar que no se tomaban
decisiones suficientemente contundentes ante la gravedad del cambio
climático. Fue dicho país el principal promotor de la resolución 64/292
del 28 de julio de 2010 mediante la cual la Asamblea de las Naciones
Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento (Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos
y Sociales 2014).
Venezuela: el paroxismo del extractivismo
crisis civilizatoria
92
El caso extremo de opción por el extractivismo como modelo de desarrollo es el caso venezolano. Durante el gobierno bolivariano, a pesar
de referencias discursivas a la necesidad de alternativas al rentismo petrolero, se produjo una sistemática profundización de la dependencia
del petróleo y de la lógica rentista y su correspondiente devastación socio-ambiental. Debido no sólo a variaciones en el precio del crudo, el
peso del petróleo, como proporción del valor total de las exportaciones
venezolanas, pasó de alrededor de 63% en el año 1998, a 96% al final de
la vida de Chávez (Banco Central de Venezuela 2018).
A partir de la cuantificación de las reservas de petróleos pesados y
extra pesados de la Faja Petrolífera del Orinoco, renacieron los imaginarios de la abundancia de décadas anteriores. En los años setenta, en otro
ciclo de abundancia debido a los altos precios del petróleo, durante el
primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, se consolidó el sentido común
de que Venezuela era un país rico. El discurso oficial de aquellos años lo
denominaba la Gran Venezuela, el discurso popular se refería a la Venezuela Saudita.
Con respecto al cambio climático y las responsabilidades del país
con las mayores reservas de petróleo del planeta, la distancia entre el
discurso y las políticas realmente llevadas a cabo no podrían, ser mayores. En las negociaciones de la Convención de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático, los representantes de Venezuela presentaron
discursos radicales responsabilizando al capitalismo, y a los países industrializados del Norte, por los altos niveles de consumo de combustibles fósiles que amenazan la vida en el planeta. Sin embargo, la política
del gobierno ha sido maximizar la extracción de petróleo. El ejemplo
más claro de esta profunda contradicción se encuentra en el llamado
Plan de la Patria, el último programa de gobierno presentado por Chávez para las elecciones presidenciales de 2012. Este programa, aprobado
posteriormente por la Asamblea Nacional como el plan de desarrollo
del país, está organizado en torno a cinco objetivos principales. El objetivo número cinco es preservar la vida en el planeta y salvar a la especie
... nuestra política petrolera debe ser revolucionaria, lo cual tiene que ver
con quién captura la renta petrolera, el cómo se capta y cómo se distribuye. No cabe duda que debe ser el Estado quien controle y capture la renta
petrolera, con base en mecanismos que maximicen su valor, para distribuirla en beneficio del pueblo, procurando el desarrollo social integral
del país, en condiciones más justas y equitativas. Este es el elemento que
nos diferencia de cualquier otra política petrolera (Chávez 2012).
Ante el deterioro sostenido de los ingresos petroleros a partir del año
2014, el gobierno venezolano, en lugar de buscar opciones alternativas a
la lógica rentista primario exportadora que tanto daño le ha causado al
país, optó en términos estratégicos por una profundización de ésta, ahora
mediante la minería en gran escala.24 Con este fin, dentro de la política de
creación de zonas económicas especiales en las cuales se flexibilizan las
normas laborales, ambientales y referidas a los pueblos indígenas, para
atraer al capital transnacional, en febrero del año 2016, el presidente Maduro dictó el Decreto del Arco Minero del Orinoco mediante el cual se
abren 112 mil kilómetros cuadrados, 12% del territorio nacional, una superficie equivalente a la totalidad del territorio cubano, a la gran minería
24
Esta sección referida al Arco Minero del Orinoco hace uso libre de los pronunciamientos que sobre este tema ha hecho la Plataforma Ciudadana en Defensa de la
Constitución. Caracas, Venezuela, 2016-2017.
93
edgardo lander
humana. Sin embargo, el objetivo número tres es consolidar el papel de
Venezuela como Potencia Energética Mundial. Con ese fin, de acuerdo
con este plan, la producción de petróleo debía duplicarse de tres millones a seis millones de barriles por día entre 2013 y 2019. Afortunadamente para el planeta, estos esfuerzos fracasaron estrepitosamente.
Como consecuencia del colapso de la industria petrolera, la producción
de petróleo a finales del año 2018 había descendido a menos de un millón doscientos mil de barriles diarios (opec 2018). El Plan de la Patria
define sin ambigüedad el carácter extractivista/rentista de lo que se entiende como una política petrolera revolucionaria:
crisis civilizatoria
94
internacional. Se trata de una vasta zona rica en minerales, entre otros,
oro, coltán, aluminio, diamantes, y minerales radiactivos. El mineral a
explotar en el cual el gobierno ha hecho más énfasis ha sido el oro. De
acuerdo con Eulogio del Pino, para ese momento ministro de Petróleo y
Minería y presidente de pdvsa, se estimaba que las reservas auríferas de
la zona serían de 7.000 toneladas, lo que representaría unos 280.000 millones de dólares (Agencia Venezolana de Noticias 2016).
El territorio que ha sido delimitado como Arco Minero del Orinoco
tiene riquezas socioambientales e incluso económicas muy superiores
al valor monetario potencial de las reservas mineras. Es parte del territorio ancestral de los pueblos indígenas Warao, E´Ñepa, Hoti, Mapoyo,
Kariña, Piaroa, Pemón, Ye´kwana y Sanema, cuyas condiciones materiales de existencia están siendo devastadas por esta explotación minera,
no sólo violando flagrantemente los derechos constitucionales de estos
pueblos, sino amenazándolos con el etnocidio. Se trata de una parte de
la Amazonía que juega un papel crítico en la regulación de los regímenes
climáticos del planeta y cuya preservación es vital para frenar el avance del cambio climático. Un territorio de una extraordinaria diversidad
biológica que es igualmente la fuente principal de agua con la cual cuenta Venezuela y la zona en la cual están ubicadas las represas hidroeléctricas que suministran más del 70% de la electricidad que se consume en
el país. Profundizando la lógica extractivista, se le ha dado preferencia a
la obtención de ingresos monetarios a corto plazo, aunque ello implique
una masiva devastación socio-ambiental de carácter irreversible. Todo
esto por decreto presidencial en ausencia total de debate público, en un
país cuya constitución lo define como democrático, participativo y protagónico, multiétnico y pluricultural.
Este decreto constituye una abierta violación de derechos y responsabilidades ambientales taxativamente establecidas por la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, por la legislación ambiental
vigente y por acuerdos internacionales suscritos por el país como el
Convenio de Diversidad Biológica. Se violan igualmente la Ley de demarcación y garantía del hábitat y tierras de los pueblos indígenas (enero 2001) y La Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (lopci,
Artículo 21. En el marco de la política económica sectorial, el Ejecutivo Nacional podrá otorgar exoneraciones totales o parciales del Impuesto sobre la Renta y del Impuesto al Valor Agregado, aplicables,
exclusivamente, a las actividades conexas a la actividad minera, a los
fines de fomentar el impulso y crecimiento de la Zona de Desarrollo
Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco.
Igualmente, las empresas mixtas constituidas para el desarrollo
de actividades primarias, previstas en el Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley Orgánica que Reserva al Estado las Actividades de Exploración y Explotación del Oro, así como las Conexas y Auxiliares a
estas, sobre los yacimientos ubicados en la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco gozarán de estos beneficios
mientras dure el desarrollo del proyecto (Maduro Moro 2016).
Las posibilidades de oponerse a los impactos negativos de la gran
minería en la zona del Arco Minero están prohibidas por las normativas
del decreto. Con el fin de impedir que las actividades de las empresas
puedan ser obstaculizadas por las resistencias, se crea una Zona de De-
95
edgardo lander
diciembre 2005). Entre estas violaciones destacan todas las normas de
consulta previa e informada que están firmemente establecidas tanto en
la legislación venezolana como internacional (Convenio 169 de la oit),
en los casos en que se programen actividades que podrían impactar negativamente los hábitats de estos pueblos.
En el proyecto del Arco Minero está prevista la participación de “empresas privadas, estatales y mixtas”. El decreto contempla una variada gama
de incentivos públicos a estas corporaciones mineras, entre otras, la flexibilización de normativas legales, simplificación y celeridad de trámites
administrativos, la no exigencia de determinados requisitos previstos en la
legislación venezolana, la generación de “mecanismos de financiamiento
preferenciales”, y un régimen especial aduanero con preferencias arancelarias y para-arancelarias a sus importaciones. Contarían igualmente con un
régimen tributario especial que contempla la exoneración total o parcial
del pago del impuesto sobre la renta y del impuesto al valor agregado:
sarrollo Estratégico bajo la responsabilidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana:
crisis civilizatoria
96
Artículo 13. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en conjunto con
el Poder Popular organizado, y en coordinación con las autoridades
del Ministerio del Poder Popular con competencia en materia petrolera tendrá la responsabilidad de salvaguardar, proteger y mantener
la continuidad armoniosa de las operaciones y actividades de las Industrias Estratégicas ubicadas en la Zona de Desarrollo Estratégico
Nacional Arco Minero del Orinoco.
El decreto en cuestión establece en forma expresa la suspensión
de los derechos civiles y políticos en todo el territorio del Arco Minero.
Art. 25. Ningún interés particular, gremial, sindical, de asociaciones
o grupos, o sus normativas, prevalecerá sobre el interés general en el
cumplimiento del objetivo contenido en el presente decreto.
Los sujetos que ejecuten o promuevan actuaciones materiales
tendentes a la obstaculización de las operaciones totales o parciales
de las actividades productivas de la Zona de Desarrollo Estratégica
creada en este decreto serán sancionados conforme al ordenamiento
jurídico aplicable.
Los organismos de seguridad del Estado llevarán a cabo las acciones inmediatas necesarias para salvaguardar el normal desenvolvimiento de las actividades previstas en los Planes de la Zona de Desarrollo
Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, así como la ejecución
de lo dispuesto en este artículo (Maduro Moro 2016).
Son extraordinariamente graves las consecuencias de esta “Prevalencia del interés general sobre intereses particulares”. Se entiende por
“interés general”, la explotación minera tal como ésta está concebida en
este decreto presidencial. Toda otra visión, todo otro interés, incluso la
apelación a la Constitución, pasa a ser definido como un “interés particular” y, por lo tanto, sujeto a que los “organismos de seguridad del Esta-
97
edgardo lander
do” lleven a cabo “las acciones inmediatas necesarias para salvaguardar
el normal desenvolvimiento de las actividades previstas” en el decreto.
¿Cuáles son, o pueden ser, los intereses denominados aquí como “particulares”? El decreto está redactado en forma tal que permite una amplia
interpretación. Por un lado, señala expresamente como “particulares” los
intereses sindicales y gremiales. Esto puede, sin duda, conducir a la suspensión, en toda la zona, de los derechos de los trabajadores contemplados
en la Constitución, y en la Ley Orgánica del Trabajo, los trabajadores y las
trabajadoras. ¿Implica esto igualmente que los derechos “gremiales” y, por
lo tanto “particulares” de los periodistas de informar sobre el desarrollo
de las actividades mineras quedan suspendidos? ¿Son los derechos de los
pueblos indígenas, de acuerdo con esto, intereses particulares?
A finales del año 2018 todavía no llegaban las grandes inversiones
de transnacionales esperadas por el gobierno, fundamentalmente por la
ausencia de seguridad jurídica para éstas. Sin embargo, la minería ilegal
de oro y coltán se ha expandido aceleradamente con la participación de
decenas de miles de mineros. Esta vasta extensión del territorio nacional
se ha convertido en un territorio parcialmente al margen del Estado, parcialmente en manos de componentes mafiosos de las fuerzas armadas.
Agrupaciones armadas, paramilitares, integrantes del eln, disidentes de
las farc, bandas criminales denominadas “sindicatos”, controlan diferentes sectores dentro de estos territorios y fijan los precios a los cuales obligan a los mineros a vender los minerales extraídos (Romero y Ruiz 2018;
Vitti 2018). Todo esto con la complicidad de integrantes de la fuerza armada venezolana. Esta actividad minera ilegal opera con elevados niveles de
violencia, son frecuentes las muertes de mineros por disputas territoriales,
y con severos impactos socioambientales. Para la minería del oro se utiliza
en forma masiva el mercurio que ya se encuentra en grandes concentraciones en madres y niños de la zona. Niñas indígenas son raptadas en sus comunidades para someterlas a la prostitución en los campamentos mineros.
Esta opción por el extractivismo y por la plena apertura a la participación de corporaciones transnacionales en las mejores condiciones posibles para éstas, se ha complementado con otras decisiones tomadas por
la inconstitucional Asamblea Nacional Constituyente y por el presidente
crisis civilizatoria
98
Maduro, mediante un igualmente anticonstitucional Estado de Emergencia Económica que se ha prolongado desde comienzos del año 2016: la
Ley de Protección de las Inversiones Extranjeras (República Bolivariana
de Venezuela. Asamblea Nacional Constituyente 2017); eliminación del
impuesto sobre la renta a pdvsa y sus empresas asociadas, privadas, nacionales y extranjeras (Rodríguez Rosas 2018), así como la privatización
parcial de empresas estatales del área petrolera, vendiéndoselas a empresas chinas en condiciones que se mantienen en secreto y, por lo tanto, no
conocidas por la población venezolana. Los nuevos contratos firmados
con corporaciones internacionales para la producción petrolera son claramente inconstitucionales y violatorios de la soberanía del país (Plataforma
Ciudadana en Defensa de la Constitución 2018; Millán 2019). Esta amplia apertura neoliberal se da en circunstancias en que el gobierno, en el
contexto de una profunda crisis, tiene una extraordinaria debilidad y, por
ello, tiene que aceptar las condiciones que le impongan los inversionistas
o prestamistas externos, principalmente por parte de sus países “aliados”,
China y Rusia. La contradicción entre la encendida retórica antiimperialista y el remate de los bienes comunes de la sociedad venezolana al capital
transnacional difícilmente podría ser mayor.
Extractivismo y los horizontes utópicos de
las trasformaciones que fueron anunciadas
La opción de estos gobiernos por la apertura extractivista al capital
transnacional ha bloqueado la posibilidad de que los objetivos transformadores más radicales formulados al inicio de estos procesos tuviesen
posibilidad alguna de realización. No era posible el reconocimiento del
Estado plurinacional, ni los derechos de los pueblos indígenas sobre sus
territorios ancestrales, ni el derecho a la consulta previa con relación a
actividades que impactasen sus territorios, si eran precisamente esos territorios los que tenían que ser entregados para su explotación por parte
de empresas públicas, privadas, nacionales o extranjeras.
Extractivismo, geopolítica e integración
latinoamericana
Con el desplazamiento hacia la izquierda representado por los gobiernos llamados progresistas, se produjeron importantes cambios geopolíticos en el subcontinente. Se dieron pasos de coordinación política en
la búsqueda de autonomía regional en relación al histórico dominio de
99
edgardo lander
Es paradójico que en los años en que la mayor parte de los países
de América del Sur tenían gobiernos denominados de izquierda o progresistas, inclusive algunos países con constituciones que tienen como
eje las nociones de la plurinacionalidad y pluriculturalidad, y estén reconocidos constitucional y/o legalmente los derechos de la naturaleza,
haya sido precisamente una fase histórica de acelerado avance del capital transnacional extractivista depredador, incluso hacia territorios antes relativamente aislados y, por lo tanto, no plenamente sometidos a la
lógica mercantilizadora del capital.
El extractivismo como modelo productivo dominante ha estado en
estas experiencias imbricado con un patrón estadocéntrico de organización de la sociedad. La recuperación del Estado después de décadas de
desmontaje neoliberal a favor del mercado, ha devenido en el fortalecimiento de un Estado desde el cual una dirección política vanguardista y/o
tecnocrática, nuevas versiones del caudillismo histórico latinoamericano
o el líder insustituible, imponen su voluntad al conjunto de la sociedad a
partir de la mirada de la sociedad desde el Estado, y de la identificación
del Estado con el interés general de la sociedad. De esta manera, se han
bloqueado tanto las posibilidades de avanzar en la dirección de la creación de ámbitos de autonomía y de experimentación social, sin los cuales
no es posible el Estado plurinacional ni la construcción colectiva de una
sociedad alternativa. Se han bloqueado igualmente las posibilidades de
despliegue de las modalidades de democracia participativa y comunitaria
contempladas en los textos constitucionales.
crisis civilizatoria
100
los Estados Unidos en la región. El que hubiese gobiernos autodefinidos
como de izquierda, o progresistas, en la mayoría de los países de este
subcontinente en forma simultánea, constituyó un hecho sin precedentes históricos. La expresión más importante de este nuevo momento
continental fue la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas
(alca), proyecto propiamente imperial que buscaba constitucionalizar
el orden neoliberal en todo el continente americano.
Gracias a los elevados ingresos producidos por la exportación de los
commodities fue posible reducir el peso de la deuda externa y la dependencia de las instituciones de Bretton Woods. Se limitaron o cortaron
lazos militares con los Estados Unidos, como fue el caso de la expulsión
de las fuerzas militares de dicho país de la Base de Manta en Ecuador, y
la suspensión del envío de personal a ser entrenado en la Escuela de las
Américas. Cesó la colaboración con la Drug Enforcement Agency (dea)
de dicho país. Se alteró el tradicional alineamiento político y económico con los Estados Unidos, actuando con mayor independencia política
internacional en asuntos como las negociaciones de cambio climático y
los derechos del pueblo palestino. Se amplió extraordinariamente el espectro de las relaciones comerciales, las fuentes de financiamiento e inversión externa, proceso en el cual China jugó un papel preponderante.
Durante estos años se creó un conjunto de organismos subregionales de integración y de cooperación política como la Unión de Naciones
Sudamericanas (unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (alba-tcp), la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (celac), y Petrocaribe, un acuerdo solidario de cooperación energética ente Venezuela
y países caribeños y centroamericanos. De estos organismos, unasur
fue el que simultáneamente representó tanto el mayor potencial de una
integración regional política y económica autónoma, como las profundas contradicciones y limitaciones transformadoras de estos gobiernos
progresistas.
Esta organización fue creada por los doce países de América del
Sur. Su tratado constitutivo del 23 de mayo del 2008 define el propósito
de la organización en los siguientes términos:
El momento político más destacado de unasur, cuando parecía
hacerse realidad esta integración sudamericana, ocurrió a los pocos meses, en el mismo año 2008, cuando se dio una crisis profunda en Bolivia
en que estaba en juego la estabilidad del gobierno y la desintegración
territorial del país, como consecuencia de las amenazas secesionistas
de las provincias de la llamada Media Luna. Ante esta situación, bajo la
presidencia pro témpore de Michelle Bachelet, se realizó una reunión de
emergencia de los presidentes de los países de la organización en Santiago de Chile en la cual se acordó:
1. Expresan su más pleno y decidido respaldo al Gobierno Constitucional del presidente de la República de Bolivia Evo Morales,
cuyo mandato fue ratificado por una amplia mayoría en el reciente Referéndum.
2. Advierten que sus respectivos Gobiernos rechazan enérgicamente
y no reconocerán cualquier situación que implique un intento de
golpe civil, la ruptura del orden institucional o que comprometan
la integridad territorial de la República de Bolivia (unasur 2008).
Esta reunión fue importante por dos razones fundamentales. En
primer, lugar porque logró efectivamente impulsar procesos de negociación en condiciones que relegitimaron al gobierno de Evo Morales
y permitieron superar la crisis. En segundo lugar, porque, por primera
vez en la historia independiente del continente, un conflicto político de
repercusiones continentales fue abordado y resuelto por una institución
101
edgardo lander
La Unión de Naciones Suramericanas tiene como objetivo construir, de
manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión
en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la
energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la
inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia
y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía
e independencia de los estados (unasur 2011).
crisis civilizatoria
102
de la región, sin la participación de los Estados Unidos, Canadá o la Organización de Estados Americanos. Un hito que parecía haber marcado
claramente un antes y un después.
Sin embargo, en el ámbito de la integración económica, la dinámica dominante ha caminado en una dirección opuesta. Pese a múltiples
encuentros y acuerdos y los discursos altisonantes sobre la integración
continental, si cada uno de los países de la región prioriza la expansión
de las exportaciones de uno o más bienes primarios a mercados extra
continentales, con frecuencia los mismos bienes a los mismos mercados (petróleo, hierro, cobre, soya...), principalmente a China, es poco el
terreno que queda para la complementariedad económica y la articulación de cadenas productivas. En cada uno de los países de la región,
independientemente de que sus gobiernos fuesen progresistas o neoliberales, durante los últimos tres lustros se ha producido un proceso
de reprimarización de las economías y un incremento del peso de los
bienes primarios en el total de las exportaciones.
Evolución del valor de las exportaciones primarias de los países
sudamericanos según participación en el total
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
2014
2016
Argentina 67,5%
País/año
69,5%
71,2%
68,2%
69.2%
67,8%
67,9%
67,9%
74,3%
Bolivia
72,3%
84,2%
86,7%
89,8%
92,8%
92,6%
94,7%
94,4%
94,5%
Brasil
42,0%
47,4%
47,0%
49,5%
55,4%
63,6%
65,0%
65.2%
60,1%
Chile
84,0%
83,2%
86,8%
89,0%
88,8%
89,6%
85.8%
85,9%
85,3%
Colombia 65,9%
62,2%
62,9%
64,4%
68,5%
77,9%
82,5%
82,4%
74,5%
Ecuador
89,9%
89,7%
90,7%
90,4%
91,7%
90,2%
91,0%
93,8%
92,5%
Paraguay
80,7%
85,1%
87,3%
84,1%
92,1%
89,3%
91,2%
90,6%
90,6%
Perú
83,1%
83,0%
83,1%
88,0%
86,6%
89,1%
85,4%
85,3%
96,9%
Uruguay
58,5%
63,7%
68,4%
68,7%
71,3%
74,3%
75,9%
76,3%
77,9%
Venezuela 90,95
86,2%
86,9%
92,7%
95,6%
95,7%
98,3%
...
...
Cepal. Anuarios estadísticos de América Latina y el Caribe 2004-2017, Santiago de Chile.
Entre esos años, con pequeñas oscilaciones, el comercio intrarregional en América Latina presenta pocas variaciones. En el año 2015,
103
edgardo lander
las importaciones intrarregionales del conjunto de América Latina y el
Caribe representaron sólo el 15% de sus importaciones, mientras que
las exportaciones intrarregionales constituyeron un 17% (cepal 2017).
Durante los años de los gobiernos progresistas en Bolivia, Ecuador y Venezuela, con la excepción de las importaciones de Venezuela, tanto las
importaciones como las exportaciones intrarregionales disminuyeron
como porcentaje del monto total (cepal 2002, 2010 y 2016).
El proceso de integración sudamericano que ha avanzado más, va a
contramarcha del contenido del discurso político sobre otra integración
de los gobiernos progresistas. Es el que está guiado por las orientaciones
de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (iirsa). Surge este proyecto en el año 2000, por iniciativa del
presidente f. h. Cardoso de Brasil. Su objetivo era, y sigue siendo, el de
generar obras de infraestructura en los campos del transporte, energía
y telecomunicaciones, para facilitar el comercio intrarregional e internacional. Esta propuesta se da en un contexto de pleno auge del neoliberalismo en el continente, y en un momento en el que, con la sola excepción
del presidente venezolano Hugo Chávez, que recién comenzaba a definir
orientaciones de lo que sería su propuesta económica, todos los demás
presidentes del continente apostaban por rumbos neoliberales. Como lo
han señalado los críticos a lo largo de estos años, se trata de un proyecto de
desarrollo de grandes obras de infraestructura física y de homologación
jurídica, destinadas a profundizar la integración subordinada, colonial,
en la división internacional del trabajo y la naturaleza. (servindi 2016;
Metiendoruido 2016). Sus proyectos principales, como la construcción de
grandes carreteras a través de la Amazonía y de la cordillera andina, el dragado de ríos para permitir su navegabilidad por barcos de mayor calado,
y los ferrocarriles, se proponen superar las “barreras” representadas por
montañas y selvas para facilitar así la explotación de los “recursos”. Algunas de las grandes represas hidroeléctricas están destinadas a suministrar
energía a la extracción minera. Todo esto implica el impulso indetenible
del “progreso”, acelerando con grandes inversiones de infraestructura la
apropiación de territorios ocupados por pueblos indígenas y campesinos,
expandiendo igualmente los procesos masivos de devastación ambiental.
crisis civilizatoria
104
El iirsa y unasur estuvieron constituidos por los mismos doce
países que cubren la totalidad del territorio sudamericano. Se trata de
dos modelos que se originaron en contextos geopolíticos diferentes y
que aparentemente tienen objetivos declarados divergentes. Sin embargo, en el año 2009, unasur le da plena continuidad al iirsa con la
creación del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento
de unasur (cosiplan), que integra al iirsa como su foro técnico de
infraestructura.25
Dado el extraordinario peso de Brasil en Sudamérica, en los proyectos del iirsa han jugado un papel preponderante los intereses económicos y geopolíticos de dicho país por la vía del financiamiento del banco de
desarrollo bndes, y su ejecución por parte de las grandes constructoras
brasileñas como la Odebrecht y Camargo Correa. Estos emprendimientos
estuvieron acompañados por extraordinarios niveles de corrupción.
La tensión entre esos dos programas de futuro para el continente, el desarrollista/extractivista de carácter neoliberal representado por
el iirsa, y el de ruptura radical en dirección al buen vivir, el reconocimiento de los derechos de la naturaleza y la interculturalidad, lo resuelve
unasur, más allá de sus discursos y declaraciones de principios, por la
vía de los hechos, a favor del primero.
La precariedad de las dinámicas de integración económica regional, la debilidad de la interdependencia de sus cadenas productivas, de
esa interconexión sin integración (Zibechi 2016) quedó al desnudo en la
facilidad con que unasur comenzó a desmembrase en el momento en
que se dio el desplazamiento hacia la derecha de los gobiernos del continente. Seis países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Paraguay)
han anunciado que abandonarán el bloque (cnn 2018).
25
El Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento (cosiplan) es la instancia de discusión política y estratégica para planificar e implementar la integración
de la infraestructura de América del Sur, en compromiso con el desarrollo social,
económico y ambiental. Está integrado por las ministras y los ministros de las áreas
de infraestructura y/o planeamiento o sus equivalentes designados por los Estados
Miembros de unasur (cosiplan-unasur 2009).
Los debates de las
izquierdas en torno a
las luchas anticapitalistas
actuales en América Latina
El espectro de las luchas anticapitalistas durante los últimos dos siglos
nunca ha sido homogéneo, libre de debates y de confrontaciones, desde
asuntos propiamente fundantes, esenciales, como la caracterización del
capitalismo y los modelos de sociedades alternativas por las cuales se
luchaba, hasta debates estratégicos y tácticos referidos al sentido que
debían tener esas luchas, sus sujetos, modalidades organizativas, carácter pacífico o violento de éstas.26
Durante la Revolución Industrial Inglesa operaron por primera vez
en la historia procesos de transformación de una sociedad rural, de base
fundamentalmente agrícola, a una sociedad urbana de base fabril. Cada
uno de los aspectos básicos de la vida del conjunto de la sociedad fue
alterado profundamente en pocas décadas. El cercamiento de los comunes (enclosure) que implicó la transformación de lo que hasta ese
momento había sido de uso común (tierras de pastoreo, bosques, aguas)
en bienes de uso exclusivo de sus propietarios privados. Se alteran profundamente las concepciones y prácticas del tiempo. Se va creando un
nuevo régimen de disciplina en que la organización de la vida dejaba de
girar alrededor de los ritmos de la naturaleza, en función de la actividad
agrícola, para organizarse en torno a los tiempos y ritmos de los hora26
Quiero agradecer a Miriam Lang por sus valiosos comentarios a una versión preliminar de esta parte del texto.
crisis civilizatoria
106
rios de la actividad fabril. Tránsito de la estructura tradicional de familia
extendida a la familia nuclear. Transformaciones en el tejido social comunitario y emergencia de un nuevo individualismo y el anonimato de
la vida urbana. La lógica de la mercantilización comenzó a extenderse a
ámbitos cada vez más extensos de la vida colectiva.
Fueron tan profundas y aceleradas las transformaciones que ocurrieron en unas pocas décadas, y tan extraordinarios estos cambios, que
en amplios sectores de la sociedad se generó la consciencia de que el
mundo estaba cambiando y ante sus ojos surgían nuevos modos de vida.
Esto hizo posible que se diese lo que propiamente puede denominarse
como un debate civilizatorio. Diferentes sectores de la sociedad vivieron
y evaluaron estas dinámicas en formas, no sólo extraordinariamente diferenciadas, sino antagónicas. Es posible identificar en términos muy
generales tres grandes posturas en relación a esta gran transformación
civilizatoria. La primera de éstas, la de la burguesía, los denominados
industrialistas, asume posturas liberales asociadas a la idea del progreso, el libre comercio, a la confianza ciega en los avances de la ciencia
y la tecnología. Las costumbres y modos de vida tradicionales fueron
vistos como obstáculos a superar. Una segunda postura es la que en términos comunes ha sido caracterizada como tradicionalista o conservadora, asociada principalmente a la clase de los dueños de la tierra rural
de origen feudal y la iglesia. Más allá de la narrativa construida por los
vencedores, no se trataba simplemente de terratenientes reaccionarios,
sino de una resistencia más compleja que incorporaba la oposición a la
mercantilización de la naturaleza y otro entendimiento de las relaciones
entre los seres humanos y ésta. Se oponían igualmente a lo que veían
como un desgarramiento del tejido de la sociedad. La tercera postura
es la que puede ser identificada con los sectores subalternos más directamente afectados por estas transformaciones, principalmente los
campesinos expulsados de las tierras en las que vivían por medio de los
encerramientos y el consecuente sometimiento a las nuevas y brutales
condiciones de la disciplina fabril. Una de las expresiones más importantes de resistencia en contra de los encerramientos y esas nuevas condiciones fabriles fue la que identificó a las nuevas maquinarias como la
107
edgardo lander
causante de estos procesos, y convirtió el enfrentamiento a éstas en su
forma principal de lucha: los ludistas.
Las confrontaciones entre estos diferentes sectores sociales y posturas en torno a estas aceleradas dinámicas transformadoras, se dieron
con frecuencia en forma violenta, jugando en ello la represión estatal a
las resistencias un papel central. Sólo una muy pequeña proporción de
la población tenía derecho al voto. Se trató de confrontaciones civilizatorias en la medida en que lo que estaba en juego, en forma bastante
consciente, era precisamente qué modelo de organización de la vida colectiva terminaría por imponerse.
Ya hacia comienzos de la cuarta década del siglo xix, lo fundamental de las resistencias había sido derrotado y el nuevo orden social liberal de los industrialistas se había consolidado. Las memorias de otras
formas de vida fueron, poco a poco, quedando en el olvido. Con esto se
alteró profundamente el contenido de las pugnas sociales, que pasaron
de ser confrontaciones a favor o en contra de la sociedad industrial, a ser
pugnas al interior de ésta. Las luchas de los trabajadores pasan de ser de
resistencia a la imposición del régimen fabril, a ser luchas al interior de
la sociedad industrial: luchas por la jornada de trabajo, las condiciones
de trabajo, el salario, el derecho a la organización sindical.
Se produjo así una derrota histórica de las resistencias y alternativas. El modo de vida de la sociedad industrial se fue extendiendo al resto
de Europa Occidental.
Son éstas las condiciones en las que emergen y se estructuran las
luchas anticapitalistas identificadas con la izquierda y/o el socialismo,
descartando otras potenciales trayectorias históricas. Es éste el contexto histórico cultural en que nace el marxismo. Proceso que se dio
primero en Europa y luego se extendió a otros continentes en el curso
del sometimiento colonial imperial. La homogeneización tendencial,
que desde las perspectivas victoriosas debía operar hasta la desaparición de los vestigios del pasado tradicional, no se dio sino parcialmente en Europa. Mucho menos en el mundo sometido al dominio
colonial, donde tanto los sistemas políticos de dominación, como las
resistencias eurocentradas, dejaron afuera, como sujeto presente o
crisis civilizatoria
108
potencial, a la mayoría de la población. Se impuso en la mayor parte
del Sur Global una gramática política que, tomando como referencia
la experiencia europea, definía quiénes eran los sujetos legítimos de
la acción política y social, las demandas que podían ser reconocidas
como válidas, y sus correspondientes formas organizativas. Por mucho tiempo esos otros (con frecuencia la mayoría de la población) y
sus propias culturas y trayectorias históricas alternativas quedaron
fuera del radar de la política institucional, tanto desde el poder como
de las resistencias eurocentradas. Esos otros sujetos, otras culturas,
otras historias, otras formas organizativas, otros saberes, otras formas no antropocéntricas de ser y estar en la naturaleza, no sólo fueron invisibilizadas, sino que fueron colocados en un tiempo pasado:
primitivo, tradicional o feudal. Al construirse la sociedad liberal industrial como presente y futuro, como lo “moderno”, todo lo otro fue
relegado al pasado.27 Tiempo superado en la meta narrativa teleológica de la modernidad. Tiempo construido como negatividad del
cual no había nada que recuperar. Sus poblaciones, sus experiencias y
culturas fueron negadas como realidades que tuviesen posibilidad de
tener algo que decir sobre el presente y el futuro. Estas perspectivas
eurocentradas de negación del otro tienen sus raíces históricas en un
profundo racismo. La historia parroquial europea, sus sujetos y agentes fueron construidos como el modelo de la Historia Universal.
En las posturas anticapitalistas identificadas con el marxismo y
con el socialismo como horizonte utópico ha habido, en lo fundamental, un encuadramiento común en las interpretaciones del capitalismo
y sus alternativas al interior de los imaginarios modernos, coloniales,
eurocéntricos de la sociedad industrial. Se hicieron hegemónicas concepciones antropocéntricas, patriarcales y monoculturales, de confianza ciega en el progreso y el desarrollo de las fuerzas productivas.
La transformación fue pensada en términos de un partido revolucionario de vanguardia y del papel protagónico del Estado como ámbito
privilegiado del cambio.
27
Es esto lo que Johannes Fabián ha denominado “la negación de la simultaneidad” (1983).
Comienza el resquebrajamiento de la
hegemonía de estas concepciones del
anticapitalismo: la emergencia de nuevas
formas de la política antisistémica
[...] en los años 60 una u otra de estas tres clases de movimientos habían logrado llegar al poder estatal en la mayor parte de los países de la
Tierra. Sin embargo, era evidente que no habían logrado transformar
al mundo (Wallerstein 2002).
Por ello, los movimientos y luchas asociadas con 1968, entre estos
el movimiento de los derechos civiles en los Estados Unidos y las resistencias globales en contra de la Guerra de Vietnam, no sólo cuestionan
a la sociedad capitalista, sino de igual forma a las diferentes tradiciones
de la izquierda. Criticando el carácter estadocéntrico de la política, y
las nociones según las cuales los cambios societales ocurrirían después
de la toma del poder del Estado, se colocan en el centro del ámbito de
lo político asuntos como patriarcado, sexualidad, racismo, etnicidad,
109
edgardo lander
De una historia que es más rica y con diversas tonalidades, se pueden destacar algunos de los hitos principales que a la vez que fueron carcomiendo
los fundamentos de las políticas antisistémicas tradicionales eurocentradas, van abriendo camino a nuevas formas de la acción política.
Mayo del año 1968, en sus múltiples expresiones en diferentes partes del mundo, constituye un momento histórico en el cual se evidencia
una profunda crisis en esas formas dominantes de la política, especialmente las expresiones político-organizativas anti-sistémicas. Como ha
señalado Immanuel Wallerstein, se trata de una crisis global de la legitimidad de las principales formas que habían adquirido las luchas de la
izquierda en todo el mundo: el socialismo real del bloque soviético, la
socialdemocracia europea y los gobiernos resultantes de los movimientos de liberación nacional, sobre todo, en el continente africano.
crisis civilizatoria
110
patrones de consumo, destrucción ambiental, democracia y crítica del
autoritarismo en todas sus expresiones, desde lo estatal/partidista, pasando por el mundo del trabajo y las instituciones educativas, hasta lo
cotidiano y familiar.
Las consecuencias más significativas y duraderas de estos movimientos fueron su contribución a producir profundas transformaciones
en la cultura, los imaginarios, y la conciencia colectiva de un amplio
espectro de la población del planeta, especialmente la joven.
Un segundo momento crítico en las transformaciones de las formas hegemónicas de las luchas antisistémicas ocurre como producto
de la caída del Muro de Berlín y el derrumbe del bloque soviético. El
impacto sobre las luchas antisistema fue ambivalente (Lander 2004).
Por una parte, el colapso de la Unión Soviética significó el fin del mundo bipolar con un fortalecimiento del poder imperial de los Estados
Unidos, y un avance extraordinario del proceso de la mercantilización
de la vida en todo el planeta. Ello limitó severamente los márgenes de
acción que la confrontación bipolar había ofrecido para muchas experiencias no alineadas. En este sentido, significó un duro revés para las
luchas anticapitalistas.
Sin embargo, por otro lado, favoreció la liberación de los imaginarios de los pueblos del sometimiento a una única alternativa al capitalismo; del peso asfixiante de la teleológica filosof ía de la historia que desde
su construcción eurocéntrica pretendía imponer a todos los pueblos una
sola ruta histórica. Terminó de sepultar las pretensiones de la existencia
de un sujeto histórico universal capaz de transformar el orden existente y construir un orden alternativo. Contribuyó a deslegitimar la idea
del progreso y la creencia en la posibilidad de un crecimiento económico sin fin y la explotación ilimitada de la Naturaleza, como condición
para la libertad y la felicidad humana. Hizo más transparente el carácter autoritario y monocultural de las pretensiones de intentar dirigir al
conjunto de la sociedad desde el monopolio de la verdad, por parte de
unas determinadas comunidades de sentido (tecnócratas o vanguardia
revolucionaria). Se abrieron nuevas condiciones para el reconocimiento
de la multiplicidad de las fuentes de saberes en la crítica y resistencia
111
edgardo lander
al orden existente, y en la prefiguración de la urdimbre de otro mundo
posible. Contribuyó igualmente a diluir el sentido de la contraposición
clásica entre reforma y revolución y la correspondiente descalificación
de todo aquello que no se consideraba como revolucionario. Asumir que
el futuro está abierto, que no está predeterminado por leyes de la historia, sino que es el producto de la acción humana, altera radicalmente el
sentido de estos viejos debates.
En síntesis, estos complejos desplazamientos político-culturales
implicaron, desde muy diversas perspectivas y prácticas, cuestionamientos radicales a las formas de hacer política que han sido hegemónicas en
la izquierda, en especial su estadocentrismo y la consecuente prioridad
de la idea de la toma del aparato del Estado (sea por la vía armada o por
la vía electoral), así como el lugar central otorgado a los partidos y las
vanguardias en la transformación social. Sobre la base de lo que había
sido la experiencia tanto de los gobiernos del campo socialista como de
la socialdemocracia que, desde el Estado, no habían logrado las profundas transformaciones de la sociedad a las cuales se aspiraba, se cuestiona la noción según la cual sería posible la transformación de la sociedad
desde el Estado, y se pasa a privilegiar las transformaciones culturales y
la construcción de contrahegemonías, como condiciones de la posibilidad misma de una sociedad postcapitalista. Las transformaciones sociales dejan de ser concebidas como proyectos a futuro, después de la toma
del poder, para imaginar y practicar cambios y prefiguraciones de otra
sociedad en el aquí y el ahora.
La búsqueda de otras formas democráticas, plurales, de la acción
política, de otras modalidades organizacionales e institucionales de lucha, de otras formas de producción de los conocimientos requeridos
para la transformación social, la emergencia de nuevas subculturas
alternativas, no son exclusivamente asuntos de carácter teórico a ser
abordados por una élite intelectual, sino retos para la creación colectiva
desde las múltiples expresiones societales de la acción político-social.
Pluralidad de actores y sujetos, diversidad, democracia y experimentación van conformando las bases de esa otra política que incorpora, entre
otras, diversas concepciones y prácticas de autonomía y autogobierno.
crisis civilizatoria
112
El Foro Social Mundial, a partir de su primer encuentro en Porto
Alegre en el año 2001, se concibe como un espacio de experimentación
colectiva internacional y de consolidación de estas nuevas formas de
hacer política antisistémica. Se constituye como un espacio plural, diversificado, descentralizado, no partidista, no estatal, no confesional; un
lugar de debate, de encuentro, de intercambio de experiencias y creación
colectiva; un ámbito en el que la pluralidad de organizaciones participantes pueda, en su diversidad, a pesar de sus diferencias, reconocerse.
No han participado gobiernos, la presencia de los partidos políticos ha
sido limitada y la toma del poder del Estado no ha formado parte de su
agenda compartida.
(El Foro) se propone consolidar una globalización solidaria [...] que respete a los derechos humanos universales, a todos los ciudadanos y ciudadanas de todas las naciones y al medio ambiente, apoyándose en sistemas
e instituciones internacionales democráticos que estén al servicio de la
justicia social, de la igualdad y de la soberanía de los pueblos. (Da cabida
a quienes) se opongan al neoliberalismo y al dominio del mundo por el
capital o por cualquier forma de imperialismo y busca la construcción de
una sociedad planetaria orientada hacia una relación fecunda entre los
seres humanos y de estos con la Tierra (Foro Social Mundial 2002).
En contraste con las prácticas y modalidades organizativas que
habían sido hegemónicas en la izquierda, todo esto implica otras formas de acción política y nuevas institucionalidades democráticas,
flexibles, plurales, construidas por los propios movimientos y organizaciones participantes. Se crean nuevas formas de solidaridad e internacionalismo a propósito de una amplia gama de asuntos: tratados
de libre comercio; luchas campesinas; resistencia a la guerra; derechos
territoriales de los pueblos indígenas; enfrentamiento a la privatización del agua. Temas y asuntos que anteriormente podían ser pensados como de interés sectorial (respeto a la Madre Tierra, la defensa
del territorio, confrontación al patriarcado, búsqueda de alternativas
al modelo agrícola-alimentario de la agroindustria de monocultivos
113
edgardo lander
y transgénicos, etc.), van contribuyendo a la creación de una nueva
cultura política. Vocablos como el Sumak Kawsay y Suma Qamaña se
convierten en referencias ampliamente compartidas.
La Carta de Principios del Foro establece que se trata de un espacio
de encuentro, intercambio de experiencias, de coordinaciones, pero no
de una organización que en términos unitarios tome decisiones y formule pronunciamientos a nombre de todos. Eso, sin embargo, de modo
alguno obstaculizó la coordinación de acciones conjuntas entre movimientos participantes en el Foro, como fue la movilización global contra
la guerra de los Estados Unidos a Iraq convocada por la Asamblea de
Movimientos del Primer Foro Social Europeo organizado en Florencia
en noviembre 2002, y la del Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre en enero del 2003. Como resultado de esta acción conjunta en la
cual participaron movimientos y organizaciones de todo el mundo, se
llevó a cabo la mayor jornada de protesta simultánea de la historia de la
humanidad. Con una participación que fue estimada en alrededor de 30
millones de personas, se dieron movilizaciones en contra de la guerra en
unas 600 a 800 ciudades en todo el mundo (Bennis 2003).
Todos estos procesos hicieron posible la disposición más amplia a
reflexionar críticamente sobre lo que había sido la experiencia del socialismo del siglo pasado, más allá de análisis que buscarían identificar “desviaciones”, o justificaciones de lo que habrían sido reacciones
inevitables ante la amenaza imperial, abriendo igualmente viejos y nuevos debates sobre el marxismo, incluyendo el reconocimiento de que el
marxismo y el horizonte del socialismo como la sociedad del futuro no
constituían sino una vertiente, entre otras, del pensamiento crítico y de
las luchas anticapitalistas.
Durante las últimas décadas, sin necesariamente romper con la
tradición marxista, ni cuestionar su extraordinaria vigencia para la comprensión de la dinámica de la sociedad capitalista, se ha producido una
amplia gama de contribuciones conceptuales y prácticas críticas que han
enriquecido la comprensión del capitalismo y complejizado enormemente los retos de su superación. Sería posible identificar dos vertientes
principales. Una con énfasis en la formulación de otras alternativas de
crisis civilizatoria
114
futuro, y las que reconocen y visibilizan modos de vida que persistieron
por mucho tiempo al margen del capitalismo y que bajo esta nueva manera de ver el mundo emergen como parte del acervo anticapitalista.
Desde diferentes visiones, desde las perspectivas de la modernidad/
colonialidad, se ha formulado una crítica radical a las interpretaciones
eurocentradas de la modernidad al destacar que, para la mayor parte de
la población del planeta, la modernidad ha sido una experiencia de colonización, esclavitud, exterminio y apropiación de bienes comunes sin
los cuales el lado luminoso de la modernidad del norte colonizador no
hubiese sido posible. Asociado a esto está el análisis de las implicaciones
de asumir la historia parroquial europea como Historia universal.28 Esto
pone en cuestión el pensamiento eurocéntrico hegemónico.
Aníbal Quijano formula un severo cuestionamiento al pensamiento teleológico eurocentrado y al determinismo económico con su concepción de la colonialidad del poder. Negando el carácter universal del
determinismo económico, aún en “última instancia”, afirma que la existencia histórica está determinada por cinco dimensiones interrelacionadas cuyos pesos relativos y modalidades de interacción no están definidos
ni están fijados por leyes universales, sino que varían en diferentes contextos o momentos históricos.
Toda forma de existencia social que se reproduce en el largo plazo implica cinco ámbitos básicos, sin los cuales no sería posible: sexo, trabajo, subjetividad, autoridad colectiva y “naturaleza”. La disputa continua
por el control de dichos ámbitos origina las relaciones de poder. Desde
esta perspectiva, el fenómeno del poder se caracteriza por ser un tipo
de relación social constituido por la co-presencia y la interactividad
permanente de tres elementos: dominación/explotación/conflicto, lo
que afecta a cada uno y a todos los cinco ámbitos básicos de toda existencia social y que es resultado y expresión de la disputa por el control
de ellos: 1) el sexo, sus recursos y sus productos; 2) el trabajo, sus re28
Entre una vasta producción, ver: Quijano (2014), Dussel (1994), Mignolo (1995),
Walsh (2009), Coronil (2002), Castro-Gómez (2005), Lander (2000).
Otra aproximación fundamental en la crítica al pensamiento eurocéntrico teleológico es el cuestionamiento al desarrollo, constructo
político-epistemológico mediante el cual se trasformó a la población de
la mayor parte del sur global en pasado, en atraso, en pobreza que requería la intervención modernizante del norte, de las instituciones de
Naciones Unidas y Bretton Woods y de su financiamiento y expertos
(Escobar 2007).
Al ser el patriarcado una dimensión constitutiva, fundante de la
modernidad y del sistema mundo capitalista, han sido esenciales las
contribuciones críticas desde una amplia gama de perspectivas feministas. Entre éstas pueden destacarse: 1) la caracterización de las ciencias modernas como patriarcales en la medida en que están sustentadas
115
edgardo lander
cursos y sus productos; 3) la subjetividad/intersubjetividad, sus recursos y sus productos; 4) la autoridad colectiva (o pública), sus recursos
y sus productos; 5) las relaciones con las demás formas de vida y con
el resto del universo (todo lo que en el lenguaje convencional suele ser
denominado como “naturaleza”).
Las formas de existencia social en cada uno de dichos ámbitos no
nacen las unas de las otras, pero no existen, no pueden existir, ni operan, separadas o independientes entre sí. Por eso mismo, las relaciones
de poder que se constituyen en la disputa por el control de tales áreas o
ámbitos de existencia social, tampoco nacen, ni se derivan, las unas de
las otras, pero no pueden existir, salvo de manera intempestiva y precaria, las unas sin las otras. Esto es, forman un complejo estructural que
ciertamente se comporta como tal, pero donde las relaciones entre los
ámbitos diferenciados no tienen, no pueden tener, carácter sistémico
u orgánico, puesto que cada ámbito de la respectiva existencia social
tiene orígenes y condiciones específicas. Los elementos concretos y las
respectivas medidas y maneras en que se articulan en cada ámbito y
en la estructura conjunta provienen de las conductas concretas de las
gentes, es decir, son siempre históricos y específicos en su origen, en su
carácter, en su movimiento. En otros términos, se trata siempre de un
determinado patrón histórico de poder (Quijano 2001).
crisis civilizatoria
116
sobre imaginarios de separación sujeto/objeto, y concepciones mecanicistas de la naturaleza como objeto muerto pasivo, disponible para ser
sometido y explotado en función del bienestar material de los seres humanos. El sometimiento de la naturaleza concebida como femenina es
parte integral del poder del método científico (Merchant 1980). 2) la crítica al carácter radicalmente reduccionista de la ciencia económica que,
al focalizarse exclusivamente en intercambios monetarios, deja afuera
de su mirada a la mayor parte de los procesos de creación de riqueza: la
naturaleza, el trabajo campesino de subsistencia, el trueque, el trabajo
del hogar y el trabajo de cuidado (Mies 2008). 3) la caracterización del
Estado moderno como institución patriarcal que está sustentada en el
polo de lo que ha sido entendido como lo masculino en la escisión histórica de la sociedad entre lo público y lo privado, entre la producción y la
reproducción. Pateman (1980); Brown (1995) y Segato (2018) 4) las diferentes vertientes del ecofeminismo. (Mies y Shiva *2016*; Salleh *2007*)
Han sido vitales las diversas contribuciones y rupturas que se han
producido desde los campos teóricos y del activismo asociados a la
economía ecológica y la ecología política (Martínez Allier *2009*; Leff
*2006*; Alimonda; Toro Pérez y Martín *2017*) y desde posturas identificadas con el marxismo destacan los aportes y debates sobre el ecosocialismo (Löwy 2012).29
Otras vertientes fundamentales de cuestionamientos radicales a las
modalidades eurocentradas de las luchas anticapitalistas provienen de
tradiciones, historias y culturas otras, que no han sido sometidas plenamente a la lógica del capital y los modos de vida de la sociedad industrial
moderna. En contraste con las perspectivas que buscan las fuentes de las
transformaciones del capitalismo en sus contradicciones internas, se trata de luchas en resistencia a la expansión del capitalismo en territorios e
intersticios no plenamente colonizados por éste, que buscan preservar,
recuperar, reconstruir, lo propio histórico-ancestral, que ha sido desdibujado, distorsionado, debilitado, defendiendo —interculturalmente,
29
La revista virtual Climate and Capitalism publica regularmente valiosos materiales
desde esta perspectiva crítica.
sin esencialismos— otros modos de vida no mercantilizados. Esto abarca un amplio espectro, desde resistencias indígenas y campesinas en muy
diversas partes del mundo (Kothari y Joy 2017), hasta modalidades de
economías solidarias (Coraggio 2011) y experiencias de recuperación/
construcción colectiva de los comunes (Bollier y Helfrich 2012), y las
propuestas de decrecimiento (D’Alisa, Demaria y Kallis 2015), especialmente desde Europa.
Otras formas de la política y la llegada
de los gobiernos progresistas al poder
En los lustros anteriores al inicio de los gobiernos progresistas, se dio un
extraordinario activismo socio-político en el continente latinoamericano,
caracterizado en lo fundamental por ser parte de esta ampliación de los
ámbitos de la política, desbordando los acotamientos del eje articulador
central: izquierda/derecha. Adquieren protagonismo otros sujetos sociales y son otras las modalidades de organización y acción política. Los referentes paradigmáticos de esta nueva fase de las luchas populares en el
continente fueron: el Caracazo (1989); el Levantamiento Indígena del Inti
Raymi en Ecuador (1990); la Primera marcha indígena por el territorio y la
dignidad en Bolivia (1990); el levantamiento zapatista en México (1994); y
la Guerra del agua de Cochabamba (1999-2000). Ninguna de estas luchas
fue dirigida por partidos políticos. Tampoco tenían como referencia la
toma del poder. En escalas menos visibles, en todo el continente se dan
simultáneamente luchas de carácter local en defensa de los territorios y
experimentos de prefiguración de otras formas de vivir.
Los gobiernos progresistas llegan al poder en el contexto de estos
profundos desplazamientos de las concepciones y prácticas de las luchas anticapitalistas, y sobre la base de estas dinámicas de movilización/
organización popular. Sin embargo, una vez instalados en el Estado y
adoptando una mirada como Estado, se va produciendo una extraordinaria recuperación de las viejas formas de la política anticapitalista. Se
edgardo lander
117
va asumiendo una epistemología propia de las miradas de la realidad
desde el Estado, desde el poder centralizado (Scott 1998). Esta perspectiva la sintetiza bien Álvaro García Linera en los siguientes términos:
crisis civilizatoria
118
El Estado es el único que puede unir a la sociedad, lo único que recoge
la síntesis de la voluntad general; que planea el marco estratégico y
es el motor de la locomotora. El segundo es la inversión privada boliviana; tercero es la inversión extranjera; cuarto es pequeño negocio;
quinto es la economía rural; y el sexto es [la] economía indígena. Este
es el orden estratégico en el que la economía del país tiene que ser
estructurada. (García Linera 2007)
Se constata una reemergencia fortalecida de una ortodoxia que parecía haber sido dejada atrás por los extraordinarios desplazamientos
de la política del medio siglo precedente: partidismo/vanguardismo, estadocentrismo, patriarcado, antropocentrismo, monocultura y fe en el
progreso. Paso a paso, los principales contenidos de transformaciones
propiamente civilizatorias presentes en los textos constitucionales que
fueron analizados previamente van siendo dejados a un lado, dándole
prioridad al fortalecimiento del Estado, a la preservación del poder a
nombre de la “Revolución” o del “socialismo”. Como se ha argumentado
en la parte II de este texto, en Ecuador y Bolivia se fue produciendo un
profundo clivaje entre estos gobiernos y los movimientos y comunidades que los llevaron al poder.
Es posible caracterizar esquemáticamente las partes de las confrontaciones que se han dado en el campo de la izquierda, o más ampliamente en el campo anticapitalista, a propósito de los gobiernos llamados
progresistas, en los siguientes términos. Por un lado, quienes, principalmente en la izquierda partidista –por lo menos para la primera etapa
de los procesos de cambio– le han otorgado prioridad en las agendas
de transformación al antiimperialismo, al rechazo a las políticas económicas del neoliberalismo, a la recuperación del Estado, a la soberanía nacional, la superación a corto plazo de la pobreza/desigualdad y
al crecimiento económico. Tienden en general a tener una visión poco
119
edgardo lander
problematizadora en torno a asuntos como el patriarcado, la interculturalidad, las autonomías territoriales o las implicaciones estratégicas de
un modelo productivo centrado en el extractivismo.
Por el otro, una variedad de perspectivas plurales, no-estatales
que, sin desconocer la importancia de todo lo anterior, afirman la necesidad de confrontar igualmente, y en forma simultánea, el racismo,
el patriarcado, la colonialidad y el antropocentrismo característicos de
la modernidad colonial. Con una amplia gama de variantes, sin negar
la importancia del Estado en el sistema-mundo contemporáneo, rechazan el estadocentrismo, sin obviar los complejos retos de la acción
política que pueda darse dentro, al lado y en contra del Estado. Asumen
que, si no se detienen a muy corto plazo las dinámicas de destrucción
de la vida en el planeta y de la amplia gama de culturas que caracterizan a la humanidad, ninguna transformación será posible. Desde estas
perspectivas se asume que los instrumentos teóricos y las políticas que
en el siglo pasado parecían suficientes para enfrentar al capitalismo,
centrados en perspectivas de clase, las formas de propiedad, y el papel
rector del Estado, ya no son suficientes para el mundo en que vivimos.
Hoy tenemos que confrontarnos no sólo a las formas de dominación
económica y política del capitalismo, sino igualmente a la geocultura
de la modernidad. Se trata de retos propiamente civilizatorios y, por
ello, mucho más exigentes: un sistema global patriarcal que está aceleradamente destruyendo tanto las condiciones materiales que hacen
posible la vida en el planeta, como la extraordinaria diversidad de las
memorias y culturas de los pueblos que lo habitan. Se tienen miradas
radicalmente críticas en torno a la posibilidad de que la acentuación
del modelo extractivista pueda considerarse como una vía para superar al capitalismo.
En estas oposiciones hay igualmente diferencias profundas en
torno a los agentes de los procesos de transformación. En el primer
bloque se le asigna una clara prioridad al Estado como agente rector
de los procesos de cambio y al partido como herramienta disciplinadora/electoral que garantiza la permanencia en el gobierno, mientras
para el otro bloque, las transformaciones requeridas pasan priorita-
crisis civilizatoria
120
riamente por movimientos y organizaciones sociales, pueblos y comunidades, por las múltiples expresiones del tejido de la sociedad,
por cambios culturales.
Estas divergencias en las interpretaciones de los procesos políticos
de estos años han conllevado igualmente a una profunda división en el
campo de la academia latinoamericana.
Los gobiernos “progresistas” y sus defensores argumentan que es (o
era) necesario aprovechar el contexto de la elevada demanda y precio de los
commodities, para acumular los recursos requeridos con el fin de realizar
las inversiones sociales, productivas y de infraestructura que permitiesen,
en una fase posterior, superar el extractivismo. Ello pasaría, necesariamente, por un mayor control estatal sobre la explotación de las materias primas,
ya sea mediante nacionalizaciones o mayores cargas impositivas, para lograr una mayor participación en la renta que antes había tenido a las corporaciones transnacionales como principales beneficiarias.30
El socialismo del siglo xxi
Cuando el proceso bolivariano es declarado por el presidente Hugo
Chávez como socialista en el Foro Social Mundial de Porto Alegre en
enero de 2005, esto se hace, en lo fundamental, sin memoria ni conciencia histórica (Lander 2018). No se debaten los grandes temas que
habían conducido al fracaso del socialismo del siglo xx como alternativa
al capitalismo y al patrón civilizatorio hegemónico que fueron señalados
al inicio de este trabajo: antropocentrismo, eurocentrismo, su carácter
universalista monocultural, patriarcado, fe ciega en el progreso y en las
llamadas fuerzas productivas del capitalismo, ni tampoco las tendencias
al autoritarismo que llevaron al estalinismo. Los sustanciosos debates
realizados en Venezuela en décadas anteriores fueron olvidados porque
30
Dados los objetivos más limitados de este texto, con énfasis en las políticas de los
gobiernos progresistas ante los retos de la crisis civilizatoria, se optó por no intentar
realizar una caracterización de la amplia y heterogénea diversidad de movimientos y
posturas que hoy constituyen el ámbito anti capitalista plural no estadocéntrico.
121
edgardo lander
había desaparecido la idea de socialismo del horizonte político, porque
sus protagonistas habían muerto, alejado de la política o adoptado posturas neoliberales. Las publicaciones que recogían estos debates no se
reeditaron y/o dejaron de circular.
Al adjetivarse como “del siglo xxi”, parecía estarse afirmando que
este nuevo proyecto de sociedad no sería similar a la experiencia del
socialismo del siglo xx, en particular a la experiencia soviética. Sin
embargo, en la medida en que no se dio un debate crítico sobre estas
experiencias, no se reflexionó sobre si era posible deslastrar a este proyecto de cambio de su pesada herencia, su anclaje en las concepciones y
prácticas del socialismo que realmente existió. En ausencia de la voluntad y/o capacidad para abordar estas vitales cuestiones, no era posible
pensar que el socialismo del siglo xxi podía diferenciarse significativamente del socialismo del siglo xx. A los jóvenes que se incorporaron
con entusiasmo a este proyecto político en la primera década del siglo
xxi, la idea del socialismo les llegó incontaminada, sólo como promesa
de futuro, sin carga histórica alguna.
Una señal preocupante de que la propuesta de socialismo del siglo
xxi no parecía haber aprendido mucho de la experiencia del socialismo
soviético, se dio en el momento en que Chávez llamó a la conformación
de un partido único en el año 2006. Anunció Chávez que, para avanzar
en este proceso de construcción del socialismo, era indispensable superar el fraccionamiento político organizativo existente entre las fuerzas
que formaban parte del gobierno. Con este fin, anunció que era necesario conformar con éstas un partido único. Sugirió como nombre el
Partido Socialista Unido de Venezuela, el psuv (Chávez Frías 2006), y
que se adoptaría la estructura jerárquica del denominado centralismo
democrático como su principio organizativo, “entendido éste como la
subordinación del conjunto de la organización a la dirección; la subordinación de todos los militantes a sus organismos; la subordinación de los
organismos inferiores a los superiores; la subordinación de la minoría
a la mayoría...” (psuv 2009). En ausencia total de debates sobre la experiencia histórica de los partidos únicos en los regímenes socialistas, a
partir de su creación, comenzó la fusión entre Estado y partido.
El Foro de Sao Paulo
crisis civilizatoria
122
Esta renovada ortodoxia socialista no se limita a Venezuela. Su expresión más sistemática, coherente y representativa está registrada en
las declaraciones y documentos del Foro de Sao Paulo, un espacio de
convergencia partidista fundado por iniciativa del Partido de los Trabajadores (pt) brasileño en Sao Paulo en 1990, que hoy en día agrupa
a la gran mayoría de las organizaciones políticas que se definen como
de izquierda en toda América Latina. Aunque no es una estructura
orgánica vertical con capacidad de impulsar y/o imponer políticas
comunes a sus organizaciones participantes, ni ha tenido en ningún
momento el tipo de incidencia política del Comintern en tiempos de
Lenin y Stalin, es muy abarcante el número de partidos y organizaciones políticas que pertenecen a este Foro, organizaciones que incluso
suelen tener diferencias políticas al interior de sus respectivos países.
A nombre de todas ellas se formulan las sucesivas declaraciones que
producen los encuentros anuales en diferentes partes del continente
desde su fundación. En estas declaraciones, además de una reafirmación de principios, se da un pronunciamiento en relación a los asuntos más relevantes de la coyuntura.31 El Foro de Sao Paulo se asume
31
De acuerdo con la página web del Foro de Sao Paulo, las siguientes son las organizaciones que lo integran. Argentina: Frente Grande, Frente Transversal Nacional y
Popular, Movimiento Evita, Movimiento Libres del Sur, Partido Comunista, Partido Comunista -Congreso Extraordinario, Partido Humanista, Partido Intransigente, Partido Obrero Revolucionario-Posadista, Partido Socialista, Partido Solidario,
Unión de Militantes por el Socialismo. Aruba: Partido Red Democrática. Barbados:
Partido del Empoderamiento del Pueblo. Bolivia: Movimiento al Socialismo, Movimiento Bolivia Libre, Partido Comunista de Bolivia. Brasil: Partido Democrático Trabalhista, Partido Comunista del Brasil, Partido Comunista Brasileiro, Partido Patria Libre, Partido Popular Socialista, Partido Socialista Brasileiro, Partido
de los Trabajadores (pt). Chile: Izquierda Ciudadana, Movimiento Amplio Social,
Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Partido Comunista, Partido Humanista,
Partido Socialista, Partido del Socialismo Allendista, Revolución Democrática. Colombia: Marcha Patriótica, Movimiento Progresista, Partido Alianza Verde, Partido
Comunista Colombiano, Polo Democrático Alternativo, Presentes por el Socialismo, Unión Patriótica, Movimiento Poder Ciudadano. Costa Rica: Partido Frente
como “... la convergencia de partidos y movimientos políticos de todo
el espectro de la izquierda; protagonistas de las más diversas formas
de lucha.” El Foro de Sao Paulo define la lucha contra el imperialismo
como su principal punto de acuerdo. “Dentro de nuestra pluralidad y
diversidad, los partidos y movimientos políticos miembros del Foro de
Sao Paulo coinciden en la lucha contra el imperialismo, que en las dos
últimas décadas del siglo xx adoptó la forma del capitalismo neolibeAmplio, Partido Vanguardia Popular-Partido Comunista. Cuba: Partido Comunista
de Cuba. Curazao: Partido Pueblo Soberano. Ecuador: Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik-Nuevo País, Movimiento Alianza pais, Movimiento Popular
Democrático, Partido Comunista del Ecuador, Partido Comunista Marxista-Leninista del Ecuador, Partido Socialista-Frente Amplio, Partido Comunista Ecuatoriano. El Salvador: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Guatemala:
Convergencia, cpo-crd, Movimiento Político Winaq, Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. Haití: Organización del Pueblo en Lucha. Honduras: Partido
Libertad y Refundación-libre. Martinica: Partido Comunista por la Independencia y
el Socialismo, Consejo Nacional de Comités Populares. México: Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo, morena. Nicaragua: Frente Sandinista de
Liberación Nacional. Panamá: Partido del Pueblo, Partido Revolucionario Democrático, Frente Amplio por la Democracia. Paraguay: Frente Guasú, Partido Comunista
Paraguayo, Partido Convergencia Popular Socialista, Partido del Movimiento Patriótico Popular, Partido del Movimiento al Socialismo, Partido País Solidario, Partido de la Participacion Ciudadana, Partido Popular Tekojoja. Perú: Ciudadanos por
el Cambio, Partido Comunista del Perú-Patria Roja, Partido Comunista Peruano,
Partido Nacionalista del Perú, Partido del Pueblo, Partido Socialista del Perú, Tierra
y Libertad. Puerto Rico: Frente Socialista, Movimiento Independentista Nacional
Hostosiano, Partido Nacionalista de Puerto Rico. República Dominicana: Alianza
por la Democracia, Fuerza de la Revolución, Movimiento Izquierda Unida, Partido
Alianza País, Partido Movimiento Patria para Tod@s, Partido Comunista del Trabajo, Partido de la Liberación Dominicana, Partido de los Trabajadores Dominicanos,
Partido Revolucionario Dominicano, Partido Revolucionario Moderno. Trinidad y
Tobago: Movimiento por la Justicia Social. Uruguay: Asamblea Uruguay, Compromiso Frenteamplista, Frente Amplio, Movimiento 26 de Marzo, Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, Movimiento de Participación Popular, Movimiento
Popular Frenteamplista, Partido Comunista del Uruguay, Partido Obrero Revolucionario Troskista-Posadista, Partido por la Victoria del Pueblo, Partido Socialista
de los Trabajadores, Partido Socialista del Uruguay, Vertiente Artiguista: Venezuela:
Liga Socialista, Movimiento Electoral del Pueblo, Partido Comunista de Venezuela,
Partido Socialista Unido de Venezuela, Patria para Todos.
edgardo lander
123
ral.” (Foro de Sao Paulo 2000) Constituye este Foro la expresión más
clara de lo que podría denominarse una izquierda “oficial”, de Estado,
de partido, en América Latina.
crisis civilizatoria
124
Perspectivas del Foro de Sao Paulo sobre
el mundo actual
Un primer asunto crítico de las perspectivas de esta izquierda y sus posturas en relación a los denominados gobiernos progresistas tiene que
ver con la caracterización del contexto global en el cual operan éstos.
¿Cómo se articulan los retos civilizatorios que han sido caracterizados
en este texto con el aquí y el ahora de la realidad geopolítica al interior
de la cual se opera? Es ésta una izquierda que parece permanecer anclada en los tiempos de la Guerra Fría, que ve al mundo través de visiones reduccionistamente articuladas en torno a un eje central, el de las
confrontaciones entre imperialismo/antiimperialismo, identificando al
imperialismo con los Estados Unidos y sus aliados europeos. Opera una
sobredeterminación de la geopolítica sobre las otras dimensiones de la
realidad,32 lo que lleva a invisibilizar o ignorar, por ejemplo, los fuertes
conflictos socioambientales internos que se dan por la intensificación
progresista del extractivismo.
El asunto más urgente que enfrenta la humanidad en nuestro tiempo, la necesidad de ponerle freno a un crecimiento sin fin en un planeta limitado y la realidad de las transformaciones climáticas que están
destruyendo las condiciones de reproducción de la vida en el planeta,
o no es abordado, o lo es sólo en términos de referencias genéricas que
parecen destinadas sólo a cumplir con la exigencia de ser políticamente
correctos. En condiciones planetarias límite en que, como se ha señala32
El análisis que se presenta a continuación se basa en las declaraciones finales de las
reuniones que ha realizado en Foro de Sao Paulo desde el inicio de la era del progresismo en América Latina (2000-2018).
Hoy el planeta se ve amenazado por el profundo deterioro del medio
ambiente y el cambio climático, producto de la explotación salvaje de
los recursos naturales. Sin embargo, los países industrializados se niegan a tomar las medidas acordadas en foros internacionales que impidan continuar por el camino del desastre. (Foro de Sao Paulo 2008)
La crisis ambiental es parte integrante de la crisis capitalista.
La defensa del medio ambiente debe tomar en cuenta los intereses
de los trabajadores, la sustentabilidad y la soberanía nacional pues la
derecha y el imperialismo han utilizado la bandera ambiental para
atacar a los gobiernos de izquierda en América Latina y Caribe (Foro
de Sao Paulo 2013).
El fsp lucha por defender el medio ambiente, los recursos naturales, los mares, los bosques y el agua. Asimismo, lucha contra los
desastrosos impactos del incremento de los gases de efecto invernadero, en camino hacia la cop 20 en Lima en diciembre de 2014 y la cop
21 en París en diciembre de 2015 sobre cambio climático, buscando
125
edgardo lander
do en la primera parte de este texto, es indispensable reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero a muy corto plazo
para evitar transformaciones climáticas que pongan en peligro la vida
tal como la conocemos, no aparece en las declaraciones anuales del Foro
de Sao Paulo preocupación alguna, por ejemplo, a propósito del hecho
de que en el Plan de la Patria presentado por Chávez en el año 2012 se
ofreciese duplicar la producción petrolera del país de tres a seis millones de barriles diarios para el año 2019. Siendo el neo desarrollismo y
extractivismo, con sus consecuencias para el cambio climático, el impacto sobre territorios de pueblos indígenas y campesinos, la afectación
del agua, la deforestación, la destrucción de la biodiversidad, así como
sus impactos directos sobre el ejercicio de los derechos democráticos, el
reto civilizatorio principal de nuestra época y el asunto que ha generado
mayores conflictos y luchas de resistencia en el continente en las últimas
dos décadas, la izquierda oficial latinoamericana se limita a afirmaciones de carácter genérico, teniendo cuidado de no cuestionar las políticas
de los gobiernos progresistas:
un acuerdo global que lo mitigue, además de impulsar una economía
y cultura productiva sostenible, sustentable, renovable, con prácticas
solidarias y de Vivir Bien, combatiendo el tipo de economías primario
exportadoras sometidas al mercado mundial (Foro de Sao Paulo 2014).
crisis civilizatoria
126
De estas declaraciones sobre el cambio climático y sobre las economías primario exportadoras, se puede destacar lo siguiente. En primer lugar, la responsabilidad la tienen otros, “los países industrializados
se niegan a tomar las medidas acordadas en foros internacionales que
impidan continuar por el camino del desastre.” Se ignora por completo
el hecho de que la profundización de las políticas extractivistas impulsadas por todos los gobiernos progresistas, lejos de contribuir a frenar
“el camino al desastre”, han contribuido activamente a acelerarlo. En
segundo lugar, tal como ha aparecido en forma reiterada en discursos
gubernamentales a propósito de los señalamientos críticos que se han
formulado a sus políticas extractivistas, especialmente por parte de reconocidas organizaciones ambientales internacionales, consideran que
de lo que se trata es de que “el imperialismo ha utilizado la bandera
ambiental para atacar a los gobiernos de izquierda en América Latina y
el Caribe”. En tercer lugar, se habla de la necesidad de superar “el tipo de
economías primario-exportadoras sometidas al mercado mundial, pero
no se reconoce que estos gobiernos “progresistas”, “amigos”, todos sin
excepción, han profundizado estas políticas.
El Canal de Nicaragua es celebrado, a pesar de la amplia resistencia
que éste ha enfrentado en dicho país, especialmente por parte de los
campesinos afectados. Desde una perspectiva que le da plena prioridad
al desarrollismo, se afirma que “un sostenido crecimiento económico
[...] tendrá su consolidación sustancial con la construcción y puesta en
marcha del canal interoceánico (Foro de Sao Paulo 2014).
Al mismo tiempo, en las declaraciones anuales del Foro de Sao
Paulo no se hace referencia alguna a los grandes y emblemáticos proyectos desarrollistas/extractivistas que han sido focos importantes de las
resistencias populares en contra de políticas de los gobiernos progresistas entre los cuales destacan: fracking en Vaca Muerta en Argentina, la
La violencia también ha golpeado a las mujeres, las cuales son objeto
de feminicidios, violencia doméstica, acoso sexual, violencia laboral y
agresiones de las tropas agresoras y los gobiernos títeres. Nos pronunciamos por la erradicación de la violencia contra la mujer.
... es necesario seguir desarrollando la lucha de la mujer para vencer prácticas e ideologías sexistas que incluso en el seno de nuestras
organizaciones y partidos siguen subsistiendo como manifestaciones
de discriminación que es necesario erradicar para una nueva relación
entre los géneros en condiciones de igualdad de oportunidades (Foro
de Sao Paulo 2000).
Un nuevo modelo económico y social alternativo al neoliberal
que rompa y supere el sistema capitalista, debe contener un atributo imprescindible: el rompimiento con los aun existentes sistemas
patriarcales de organización social y política. En ese marco el fsp se
compromete con la igualdad plena de todas las personas y demanda la
garantía de sus Derechos Humanos independientemente de su género,
orientación sexual e identidad de género (Foro de Sao Paulo 2009).
Los miembros de los partidos del fsp reconocemos que para
lograr una sociedad verdaderamente justa y equitativa es imprescindible la presencia y participación de las mujeres en los diferentes
sectores de la sociedad. Es necesario modificar los roles y patrones
127
edgardo lander
represa de Belo Monte en la Amazonía brasileña, la carretera del Tipnis
en Bolivia, la decisión de explotar las reservas de petróleo del Yasuní
en Ecuador y el Arco Minero del Orinoco en Venezuela. Parece que estuvieran hablando de otro continente y que se esforzaran por ignorar
los sujetos colectivos de las luchas sociales recientes más vigorosas de
América Latina como referentes de transformación social.
En ausencia de una reflexión integral sobre el significado del patriarcado, el enfrentamiento a éste parece estar acotado a problemas
que, sin dejar de ser importantes, no dan cuenta de la compleja gama de
asuntos que están en juego en el patriarcado. Los temas que se destacan
son: la equidad entre hombres y mujeres en el trabajo y en la función
pública y la violencia contra las mujeres, así como el acoso sexual.
crisis civilizatoria
128
tradicionales que han sido asignados y asumidos históricamente de
forma diferente por hombres y mujeres, desde una perspectiva despatriarcalizadora; deben crearse las condiciones para la emancipación total de la mujer que destierre las bases de la discriminación y
la violencia contra la mujer y elimine las brechas de género que aún
subsisten al interior de nuestros países. Las políticas y estrategias
de nuestros partidos deben asegurar de jure y de facto el empoderamiento de las mujeres en condiciones de igualdad, con paridad de
participación, tanto en el ámbito público como en el privado. Continúa siendo un desaf ío para los partidos de izquierda y revolucionarios
el reconocimiento de la agenda feminista como un eje transversal de
la incorporación de la agenda de las mujeres y de un correcto enfoque de género en las políticas, programas y acciones que se diseñan
en la lucha contra la derecha, el capitalismo opresor, depredador y
patriarcal, y la contraofensiva imperial de estos tiempos (Foro de Sao
Paulo 2015).
En ninguno de estos documentos se mencionan asuntos tan esenciales para combatir al patriarcado como la soberanía de las mujeres
sobre su propio cuerpo, las implicaciones de las arremetidas fundamentalistas en contra de las llamadas “ideologías de género”, los derechos
lgtb, ni los impactos diferenciados que tienen las políticas extractivistas sobre las mujeres. Tampoco aparece preocupación alguna sobre la
medida en que los liderazgos e hiperliderazgos que han surgido en el
continente refuercen, en los hechos, los patrones culturales patriarcales
en el conjunto de la sociedad.
Las declaraciones del Foro celebran reiteradamente la creación
de organismos de integración latinoamericana. Sin embargo, no hay
referencia alguna al hecho de que las orientaciones extractivistas y
primario exportadoras de todos los gobiernos progresistas bloquean,
como se argumentó en la parte II de este texto, las posibilidades de la
integración productiva del continente, ya que pusieron a competir a
los países entre sí de cara al mercado mundial. Tampoco se reflexiona
sobre la extraordinaria vulnerabilidad implicada por la dependencia
Tres años más tarde se destaca “el combate
implacable a la corrupción por parte de los
gobiernos de Lula” (Foro de Sao Paulo 2005)
Sin embargo, esta superioridad moral de la izquierda que se reivindicaba, este encuentro entre ética y política, comenzó a hacer aguas
cuando la corrupción ocurre, en escalas variables, en todos los gobiernos progresistas, destacándose por sus dimensiones las prácticas
corruptas en las empresas Petrobras y Odebrecht de Brasil, con impactos mucho más allá de sus fronteras, y la masiva corrupción que
ha caracterizado a los gobiernos de Ortega-Murillo y al de Maduro.
En los documentos del Foro de Sao Paulo, lejos de hacer llamados de
atención y exigencias de que se tomen medidas drásticas al respecto,
lejos de indagar sobre sus causas, de plantearse la corrupción como un
serio reto que tiene que ser enfrentado por los gobiernos de izquierda, lo colocan en un segundo plano. Las acusaciones al respecto son
negadas, o atribuidas a intentos desestabilizadores de la derecha o el
129
edgardo lander
de las inevitables fluctuaciones de los precios de los commodities en el
mercado internacional.
Cuando el pt e Inácio Lula da Silva ganaron las elecciones en el
año 2002, el Foro de Sao Paulo destacó como aspecto central el hecho
de que se trataba de un triunfo moral contra la corrupción, “un punto de
encuentro entre ética y política”.
En Brasil, la esperanza venció al temor y permitió una victoria del
“sí se puede” contra el pensamiento único. Fue un triunfo moral contra
la corrupción, un punto de encuentro entre la ética y la política, una
voluntad de cambio que llegó a todos los confines de ese inmenso país
y se irradia a América Latina y El Caribe, abriendo perspectivas esperanzadoras a las luchas políticas y sociales que nuestros pueblos están
llevando adelante contra las consecuencias nefastas de las políticas neoliberales, agravadas en el último período (Foro de Sao Paulo 2002).
crisis civilizatoria
130
imperialismo. Para lavarle la cara al pt, la corrupción de la semiestatal
Petrobras es atribuida a “funcionarios de carrera” de esta empresa. No
parece ser un asunto que requiera mayor indagación, ya que parecería
que está en la naturaleza de la izquierda el ser honesta. Se ratifica en el
año 2016 lo que se había declarado cuando Lula ganó las elecciones catorce años antes: La “izquierda impulsa la transparencia, la honradez
en el uso y manejo de los recursos públicos” (Foro de Sao Paulo 2016).
La pretensión de esta izquierda de representar la ética y la moral, que
se mantiene intocada después de todos los escándalos, ha contribuido a desacreditarla profundamente ante la población y ha facilitado el
retorno de la derecha. Esta doble moral y el doble discurso están socavando una dimensión esencial de lo que la izquierda podía pretender
que fuese su legado específico.
La primacía de la geopolítica
Son muchas las distorsiones que se dan como consecuencia de la primacía de la geopolítica. Se opera sobre la base de una visión maniquea de
la realidad: los buenos y los malos. Al seguir identificando imperialismo
únicamente con los Estados Unidos, queda poco margen para el reconocimiento de los profundos reacomodos que se han dado en el sistema
mundo en las últimas décadas, en particular la emergencia de China
como potencia imperial. En consecuencia, se identifica como amigo o
aliado a todo el que tenga prácticas o (principalmente) discursos de enfrentamiento a los Estados Unidos. Gobiernos dictatoriales capaces de
masacrar en gran escala a sus poblaciones con tal de permanecer en
el poder, como ha sido el caso de Bashar Háfez al-Ásad en Siria, o el
autoritarismo patriarcal existente en la República Islámica de Irán, los
regímenes capitalistas autoritarios de China, Rusia, Bielorrusia son defendidos o asumidos implícitamente como aliados antiimperialistas. Las
extraordinarias revueltas populares antidictatoriales de las revoluciones
árabes fueron vistas con sospecha, fueron casi inexistentes las expresiones de solidaridad.
El rol de China como punto ciego
33
“En 2015, fue el principal productor mundial de manufacturas, el mayor exportador
de bienes y el segundo importador de bienes y servicios. Actualmente, es el origen de
una cuarta parte de la producción mundial de bienes manufactureros (cepal 2016).
131
edgardo lander
A partir de la primacía de esta mirada geopolítica centrada en Estados
Unidos, en las disyuntivas que ha enfrentado la izquierda latinoamericana ante las experiencias de los gobiernos progresistas, parece haber un
punto ciego en lo referido a lo que está significando la creciente presencia china en el continente.
Dejando atrás los imaginarios del socialismo y de la Revolución
Cultural, y a pesar del férreo control político que sigue ejerciendo el
Partido Comunista, China es hoy un país no sólo capitalista, sino imperialista que reproduce las relaciones clásicas entre centro y periferia de los viejos imperios. Ha sido durante las últimas dos décadas el
motor más dinámico del proceso de acumulación de capital a escala
global.33 Esta dinámica queda claramente ilustrada por la rápida emergencia de multi mil-millonarios en China en los últimos años. Hace
doce años había en China 16 multi mil-millonarios, para el año 2017
esta cifra había subido a 373, la quinta parte de los mil-millonarios del
mundo. Durante el año 2017 se crearon dos multi mil-millonarios por
semana. Sólo en ese año, su riqueza se incrementó en un 39%, para
elevarse a 1,12 billones de dólares (Widrig 2018).
El acelerado crecimiento de base industrial de las últimas cuatro
décadas ha generado una extraordinaria demanda de bienes primarios,
minerales, energéticos y agro-forestales, incrementándose masivamente las necesidades de importación de éstos, principalmente de África y
América Latina. Hoy, China es el primer o segundo socio comercial de
la mayoría de los países sudamericanos. Es China, de lejos, la principal
fuente de inversiones y de financiamiento externo. Esas relaciones han
sido determinantes en el fortalecimiento de la inserción colonial primario exportadora de América Latina en la división internacional del
trabajo y la naturaleza. Han sido el motor fundamental de la profundi-
zación del modelo extractivista exportador de naturaleza tanto en países
con gobiernos “revolucionarios”, “reformistas”, como neoliberales. De
acuerdo con la cepal:
crisis civilizatoria
132
... sólo cinco productos, todos primarios, representaron el 69% del valor de
los envíos regionales a China en 2015. La dinámica de la inversión extranjera directa china en la región refuerza este patrón, ya que casi el 90% de
dicha inversión entre 2010 y 2015 se dirigió a las actividades extractivas,
en particular la minería y la producción de hidrocarburos (cepal 2016).
El financiamiento chino no impone las condiciones de ajuste estructural característicos de los préstamos de las instituciones Bretton Woods,
pero no son, de modo alguno, créditos sin condiciones. Están orientados
fundamentalmente a garantizar su acceso a bienes primarios. Su financiamiento de infraestructura (puertos, ferrocarriles, represas hidroeléctricas) está orientado a garantizar la explotación y exportación de estos
bienes. En los casos de Venezuela y Ecuador, una elevada proporción de
los créditos son pagaderos en petróleo, con lo que se consolida en el tiempo la economía petrolera-rentista en estos países.
Como ha sido ampliamente documentado, el comportamiento de
las transnacionales chinas, públicas o privadas, no se diferencia de las
estadounidenses en sus relaciones laborales o su respeto al ambiente.
(Federación Internacional de Derechos Humanos y otros 2018). Estas
modalidades de relación, lejos de contribuir al logro de los horizontes
utópicos recogidos en las constituciones de estos países, los han obstaculizado. China ha demostrado, más allá de la retórica, que lejos de ser
un aliado solidario de procesos de cambio, opera dándole prioridad a sus
intereses económicos y geopolíticos, independientemente de la orientación política de los gobiernos con los cuales negocia. La resistencia a los
avances de los procesos de acumulación por desposesión de las empresas
chinas ha sido más dif ícil porque, a diferencia de las transnacionales de
origen estadounidense y europeo, cuyo comportamiento es ampliamente
conocido, ha tomado bastante tiempo para reconocer comportamientos
similares por parte de estas nuevas empresas de un país “amigo”.
En sus declaraciones, el Foro de Sao Paulo reconoce en teoría los
riesgos de sustituir a los Estados Unidos por China para continuar con
el mismo modelo primario exportador:
Sin embargo, en la medida en que, como resultado de decisiones
tomadas por estos gobiernos ese riesgo se convierte en una realidad que
profundiza la inserción colonial de estas economías en el mercado mundial, no se produce ningún cuestionamiento de estas políticas.
Perspectivas dicotómicas sobre
la ética política
Esta izquierda participante en el Foro de Sao Paulo parece tener unos
lentes para mirar y evaluar lo que ocurre en los países con gobiernos
conservadores, de derecha o neoliberales, y otros para mirar y evaluar
lo que ocurre en países con gobiernos “amigos”. En su caracterización de
los gobiernos progresistas parece haber una suspensión del juicio ético.
Políticas gubernamentales que desde la izquierda habían sido siempre
denunciadas y enfrentadas como burguesas, antipopulares y al servicio
de intereses externos, parece que adquiriesen otro sentido si son llevadas a cabo por gobiernos progresistas. En este maniqueísmo amigo-ene-
133
edgardo lander
En un primer momento, debemos evitar dos errores. El primero sería
perder de vista que el principal problema en América Latina y Caribe
sigue siendo la hegemonía económica y política de Estados Unidos y
sus aliados europeos. Y cambiar el modelo, incluso las influencias neoliberales, es la única manera segura de evitar los riesgos de una reprimarización latinoamericana. El otro error sería no percibir los riesgos
de convertir a la región latinoamericana en exportadora exclusiva de
materia prima. Esa situación puede llevar a una pura y simple sustitución de eua por China, en nuestras relaciones comerciales (Foro de
Sao Paulo 2000).
crisis civilizatoria
134
migo, el significado de las políticas no parece depender del contenido
mismo de éstas, sino de quienes las implementan y del discurso con que
estén acompañadas. Se denuncia “al militarismo y a la criminalización
de la protesta social” llevada cabo por los gobiernos de derecha (Foro de
Sao Paulo 2009), pero nada se dice sobre la criminalización de la protesta en los gobiernos progresistas o sobre la creciente militarización de la
sociedad venezolana.
La entrega de los territorios y sus bienes naturales a las transnacionales que había sido considerado como una subordinación al capital global, se convierte en una política aceptable cuando es parte de los
programas de gobiernos progresistas que se legitiman a nombre del
incremento del gasto público para mejorar las condiciones de vida de
la población.
Parecería además que las políticas de apertura a las inversiones extranjeras y las normas jurídicas de protección de estas inversiones, que
fueron enfrentadas con tanta radicalidad en su formato alca, dejan de
ser problemáticas en este nuevo contexto. Las restricciones a la libertad
de prensa, el control de los medios y la persecución de periodistas dejan
de ser vistos como autoritarias y pasan a ser reinterpretadas como la
defensa de conquistas populares. La represión de las luchas, resistencias
y movilizaciones populares, la judicialización y criminalización de éstas,
la aplicación de leyes antiterroristas, e incluso el sometimiento de activistas populares a la jurisdicción militar, no parecen generar mayores
preocupaciones, si todo esto se enmarca en un discurso de defensa de
la patria, o de la Revolución, ante la “acción subversiva de agentes del
imperialismo”. La idea de Revolución, de que se está cambiando radicalmente el mundo a favor de los condenados de la Tierra, de que se está
actuando desde el bien, en contra del mal, ha terminado operando como
un dispositivo maquiavélico en el que el fin justifica los medios.
La solidaridad que es entendida y practicada como solidaridad
acrítica incondicional con los gobiernos, no con los pueblos, no puede tener sino consecuencias perversas. El chantaje de no darle armas
al enemigo y contribuir a fortalecer a la derecha, anula el pensamiento
crítico, niega y oculta los problemas hasta que ya no es posible enfren-
135
edgardo lander
tarlos. Al no asumir que se trata de una misma lucha por transcender al
capitalismo en la cual cada quien tiene su responsabilidad, se sacan del
debate las dificultades y obstáculos que se enfrentan, con lo cual no se
puede aprender de la experiencia de una lucha para alimentar otras luchas. Al apoyar en forma incondicional a los gobiernos “amigos”, se está
no sólo apoyando, sino fortaleciendo y consolidando también los aspectos más negativos de los procesos de cambio, al darles la legitimidad de
la izquierda internacional.
Un ejemplo claro de esa modalidad de solidaridad fueron los sucesivos encuentros de la Red de intelectuales y artistas en defensa de la
humanidad en Caracas a partir del año 2004. En lugar de aprovechar la
extraordinaria oportunidad de un encuentro de figuras políticas e intelectuales de izquierda de diferentes partes del mundo para reflexionar y
debatir los complejos retos y obstáculos que necesariamente se presentan en cualquier intento de cambio anticapitalista, para compartir dificultades y experiencias, y de esa forma enriquecer al proceso bolivariano
con reflexiones de otras partes del mundo, estos encuentros se limitaron
al apoyo incondicional del proceso bolivariano y la celebración/exaltación de la figura de Chávez. Se denunciaban las amenazas externas y de
la oposición de derecha, pero no hubo miradas críticas sobre las limitaciones internas del propio proceso, incluso las más evidentes. Ante ese
aparente consenso de la izquierda internacional de acuerdo con el cual
todo estaba marchando tan bien, se confirmaba una y otra vez que se iba
por buen camino y que no había necesidad de posibles rectificaciones.
Lejos de sacar aprendizajes de las experiencias históricas del culto
a la personalidad, se participó activamente en promoverlo. Tampoco se
señaló, por ejemplo, hacia dónde inevitablemente conduciría la acentuación de la dependencia rentista del petróleo. Esto no fue por falta de información, o porque Venezuela fuese una experiencia única de petro-estado, sino por la concepción que se tenía de lo que era la solidaridad.
Si se hubiese tenido la disposición, ¿el valor?, de haber debatido
francamente sobre la experiencia cubana, dado el extraordinario peso
que fue teniendo Cuba como modelo a seguir por parte del proceso bolivariano, se hubiese podido reflexionar críticamente sobre la inviabilidad,
crisis civilizatoria
136
tanto económica como política, de la pretensión de dirigir al conjunto
de la sociedad desde el Estado-partido. Después de décadas de este modelo era evidente que en Cuba esto generaba extraordinarias ineficiencias, e inhibía iniciativas y posibilidades de experimentación individual
y colectiva en otras formas de abordar la producción de la vida más allá
del férreo control estatal. Las distorsiones que generaba este modelo de
control condujeron a la creación generalizada de rebusques alternativos,
modalidades de privatización de lo común para resolver el día a día, para
tener acceso a bienes al margen de los canales institucionales oficiales.
Esto es, en términos de las normas jurídicas establecidas: corrupción.
Si más allá de la denuncia del bloqueo estadounidense se hubiese reflexionado críticamente sobre los logros y limitaciones internas de esta
experiencia, quizás la dirigencia política del proceso bolivariano hubiese
estado más dispuesta a asumir los retos de experimentación con opciones de organización de la producción más allá de la oposición maniquea
entre Estado y mercado, y se hubiese evitado la identificación mecánica
de socialismo con estatismo. Esto condujo a la estatización de amplios
sectores de la economía venezolana que, como consecuencia de una
precaria capacidad de gestión y altos niveles de corrupción, contribuyó
en una forma tan central al desmantelamiento del aparato productivo
y a la severa crisis económica y humanitaria que está viviendo el país
desde el año 2014.
Consecuencia de esta misma lógica de incondicionalidad acrítica,
la izquierda latinoamericana tiene una responsabilidad histórica en relación con la situación de Cuba hoy. Durante muchos años se asumió
que mientras estuviese en vigencia el bloqueo norteamericano, no se
podía criticar a Cuba. Ese no reflexionar críticamente sobre Cuba, en un
momento histórico en el cual el colapso del bloque soviético abría nuevas interrogantes sobre las alternativas a ese modelo fracasado, tuvo un
efecto boomerang. Implicó la renuncia a la posibilidad de reflexionar críticamente sobre el proceso que vivía la sociedad cubana para contribuir
a enriquecer lo que era un limitado debate público al interior de Cuba.
Una elevada proporción de la población cubana sentía que la sociedad
había llegado a una especie de callejón sin salida y que hacía falta explo-
137
edgardo lander
rar alternativas, no necesariamente una reapertura a la hegemonía de
las relaciones mercantiles. Pero esa inquietud no encontraba canales de
expresión en el sistema político cubano. Y también afuera, la izquierda
latinoamericana abdicó de su responsabilidad, se desentendió. No aportó nada, se limitó a una solidaridad incondicional con el gobierno y partido cubanos. Esto, a su vez, contribuyó a bloquear las posibilidades de
reflexión y experimentación sobre otras alternativas al interior de Cuba.
El proceso de elaboración y debate de una nueva constitución en el año
2018 se hace sobre un piso más incipiente y con opciones más restringidas que si esos debates y experimentaciones sobre alternativas más allá
del Estado-partido hubiesen comenzado muchos años atrás. Hoy, como
en China y Vietnam, avanzan en Cuba las relaciones capitalistas creando
nuevas y sustanciales desigualdades (Padura 2018).
Como en el caso de la Unión Soviética, en la época del gulag, la izquierda está abdicando su responsabilidad ética y política intelectual de
buscar y decir la verdad. En aquella época, en forma consciente e informada, una parte importante de la intelectualidad y de la izquierda mundial, pero particularmente la europea, con diferentes argumentaciones
(apoyar las luchas del pueblo soviético, no darle armas al imperialismo,
no desmoralizar a las luchas del bando de la república en la guerra civil española), negaron sistemáticamente lo que estaba ocurriendo en la
Unión Soviética, a pesar de que morían millones de personas. Las denuncias en este sentido eran rechazadas como propaganda imperial. La
izquierda mundial, pero sobre todo la europea, pagó severamente por
esto cuando Nikita Kruschev denunció los crímenes de Stalin en el xx
Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en el año 1956.
Esto se acentuó con la caída del Muro de Berlín (1989) y el posterior
derrumbe del bloque soviético. Han pasado muchas décadas, y aunque
hubo una gran variedad de posturas dentro de las izquierdas en relación con el bloque soviético, en muchas partes del mundo las izquierdas
siguen pagando por las consecuencias de no poder desasociarse claramente del autoritarismo de esa experiencia histórica.
Estamos presenciando hoy en América Latina dos experiencias
dramáticas de fracaso de proyectos de cambio que habían generado
grandes expectativas en todo el mundo: Nicaragua y Venezuela. La realidad de la transición de estos proyectos de cambio hasta la actual realidad de gobiernos autoritarios profundamente corrompidos, no ha sido
incorporada en los análisis de amplios sectores de la izquierda. Lejos de
buscar entender qué pasó en estos países y por qué pasó, e intentar sacar
aprendizajes para fortalecer las luchas anticapitalistas, el discurso de la
solidaridad incondicional permanece inalterado.
crisis civilizatoria
138
Nicaragua
El gobierno de Nicaragua, encabezado por la pareja Ortega-Murillo,
hace años que dejó de ser un gobierno de izquierda, a pesar de la continuidad de su discurso radical y de haber seguido apareciendo en las
fotos con los presidentes de los gobiernos progresistas del continente.
Destacadas figuras históricas del sandinismo como Ernesto Cardenal,
Mónica Baltodano, Alejandro Bendaña, Sergio Ramírez, Gioconda Belli, Julio López Campos y Carlos Tünnermann Bernheim, durante años
han denunciado el carácter autoritario, corrupto y represivo de dicho
gobierno. La hijastra de Ortega, Zoilamérica Narváez, lo ha acusado de
continuado acoso sexual y violación. Pactó con los sectores más representativos de los antiguos opositores al sandinismo, la derecha partidista, el Consejo Superior de la Empresa Privada, y la jerarquía de la
Iglesia católica. Llegó a un acuerdo nacional con el expresidente Arnoldo Alemán que permitió al gobierno, y a sus anteriores enemigos de la
derecha, el control de todas las instituciones del Estado. Se han seguido
las orientaciones del Fondo Monetario Internacional. Con votos favorables de los parlamentarios del Frente Sandinista de Liberación Nacional
(fsln), se aprobó tanto el Tratado de Libre Comercio con los Estados
Unidos, como las leyes complementarias requeridas para cumplir con
sus estipulaciones (Baltodano 2007). El acercamiento a la cúpula de la
Iglesia católica y el cardenal Obando, se tradujo en cambios en la legislación referida al aborto. Desde el primer código penal de Nicaragua, en
el año 1837, se había establecido en el país la despenalización del aborto
139
edgardo lander
terapéutico, cuando estuviese en riesgo la vida de la madre, excepción
que se mantuvo a través de diversas modificaciones posteriores de dicho
código. En el año 2007, con el pleno apoyo del gobierno de Ortega y su
bancada parlamentaria, se aprueba un nuevo código penal en el cual
se penaliza el aborto sin excepción alguna, aunque el embarazo sea el
producto de una violación o esté en peligro la vida de la madre. Pasó en
ese momento Nicaragua a ser uno de los cuatro países del mundo en que
el aborto era ilegal sin excepciones. El Frente Sandinista de Liberación
Nacional (fsln) comienza a “actuar como partido confesional en donde prevalece un mensaje cargado de religiosidad, todos sus principales
actos partidarios están presididos por un jerarca de la Iglesia católica”
(Baltodano 2007). Del laicismo sandinista, se ha pasado al fundamentalismo religioso, y la instrumentalización política de la religión.
La dirección colectiva del Frente Sandinista de Liberación Nacional es sustituida por el control unipersonal de Daniel Ortega. En el año
2011, violando la constitución que prohibía la reelección presidencial en
períodos continuos, mediante un proceso electoral fraudulento, Daniel
Ortega, esta vez acompañado por su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, es reelecto como presidente de Nicaragua.
Son muy elevados los niveles de corrupción de la cúpula del gobierno, mucha de ésta asociada a recursos provenientes de Venezuela.
En una de las entregas de soberanía más extremas en la historia
del continente, y al margen de todo debate público, el gobierno de Ortega-Murillo, después de una apresurada aprobación por el parlamento
bajo su control, le concesionó una franja del territorio nacional desde
el Pacífico hasta el Atlántico a un empresario de Hong Kong para la supuesta construcción de un canal interoceánico: el Gran Canal de Nicaragua. Autoriza igualmente la construcción de puertos, aeropuertos,
hoteles y otras diversas actividades económicas. Esta concesión es por
50 años, prorrogable a 50 años más. Se trata de contratos confidenciales
que no se han hecho públicos. Se construya o no el canal, se otorgó un
extraordinario nivel de libertad a los dueños de la concesión para operar
en ese territorio con limitada regulación estatal. De construirse el canal,
algo que ya en el año 2018 parecía bastante dudoso, amenazaría con
crisis civilizatoria
140
contaminar al Lago de Nicaragua, el reservorio de agua dulce más importante de toda Centramérica y desplazar a decenas de miles de campesinos. Se ha generado un amplio movimiento nacional de oposición al
canal, encabezado por las comunidades campesinas que serían desplazadas de sus territorios. Estas luchas, así como las de las organizaciones
de mujeres que han reivindicado la despenalización del aborto, han sido
sistemáticamente reprimidas.
A partir del mes de abril del año 2018, ante masivas y continuadas movilizaciones populares contra el gobierno en todo el país, con la
participación de estudiantes, campesinos y demás sectores sociales, el
gobierno acusa a los manifestantes de ser terroristas y golpistas, de ser
instrumentos del imperialismo, criminales, drogadictos, alcohólicos y
“satanizados”. Responde con una brutal represión por parte de la policía
y grupos paramilitares con un saldo de centenares de muertes que ha
sido ampliamente documentado.
¿Cómo responde la izquierda oficial latinoamericana ante las consignas de las calles de Managua “¡Daniel y Somoza son la misma cosa!”?
El Foro de Sao Paulo ratifica su solidaridad incondicional con la “Revolución Sandinista”. En realidad, más que solidaridad, se trata de una
complicidad culposa.
Rechazamos el injerencismo e intervencionismo extranjero del gobierno de Estados Unidos a través de sus agencias en Nicaragua, organizando y dirigiendo a la ultraderecha local para aplicar una vez más
su conocida fórmula del mal llamado “golpe suave” para el derrocamiento de gobiernos que no responden a sus intereses, así como la
actuación parcializada de los organismos internacionales subordinados a los designios del imperialismo, como es el caso de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (cidh).
Condenamos las acciones desestabilizadoras, violentas y terroristas de la derecha golpista que, conforme a la misma estrategia aplicada en otros países como Venezuela, pretende desconocer el orden
constitucional de Nicaragua al fracasar su objetivo inicial de derrocar
al gobierno sandinista presidido por el Comandante Daniel Ortega
Venezuela
De la misma manera, el gobierno venezolano actual tiene poco que ver
con la caracterización que hacen sectores de la izquierda de éste como
un gobierno democrático, popular y antiimperialista. En los últimos
años, particularmente desde mediados del año 2017, el gobierno venezolano ha estado sometido a severas presiones desestabilizadoras internas y externas. No hay duda de que el gobierno de los Estados Unidos
ha amenazado con una invasión militar y que el bloqueo financiero tiene como propósito declarado el derrocamiento del gobierno de Nicolás
Maduro. Pero esto de modo alguno basta para explicar la profunda crisis
política, económica y humanitaria que vive el país.
Cuando perdió abrumadoramente las elecciones parlamentarias de
diciembre del año 2015 y la oposición obtuvo una mayoría calificada de
dos terceras partes en la Asamblea Nacional, el gobierno tuvo que optar
141
edgardo lander
Saavedra, que ha promovido el diálogo y el consenso como forma de
superar la crisis planteada.
Denunciamos los graves actos de barbarie y violación a los derechos humanos cometidos por la derecha golpista y terrorista nicaragüense con la negación del derecho a la libre circulación, destrucción
y quema de viviendas y edificios públicos, secuestros, torturas y asesinatos, así como el secuestro de ciudades enteras por las hordas criminales de grupos fascistas al servicio del imperialismo estadunidense,
imponiendo el terror y la muerte entre sus habitantes y en particular,
entre la población sandinista.
Reconocemos el legítimo derecho a la defensa, ejercido por el
gobierno sandinista frente a las agresiones perpetradas en su contra
por los lacayos del imperio; legítima defensa que ha pretendido ser
presentada por los medios de comunicación de la derecha como masacres contra el pueblo, así como pretenden presentar como presos
políticos a los delincuentes criminales y torturadores capturados por
las autoridades nicaragüenses. (Foro de Sao Paulo 2018 b)
crisis civilizatoria
142
entre respetar la constitución y la voluntad de la población expresada en
esas elecciones, o permanecer en el gobierno a como diera lugar, dejando al lado el orden constitucional bolivariano. Optó claramente por esta
segunda opción, dando comienzo a una sostenida deriva autoritaria.
Desconoció los resultados electorales del estado Amazonas, cuyos
representantes ya habían sido proclamados por el Consejo Nacional
Electoral, para impedir que la oposición tuviese esa mayoría en la Asamblea. Ésta fue declarada en desacato y sus funciones repartidas entre el
Ejecutivo y el Tribunal Supremo de Justicia. Violando abiertamente la
constitución del año 1999, Maduro ha gobernado por decreto de emergencia económica desde febrero del año 2016. Desde ese año en Venezuela no se realizan elecciones cuando están previstas por la constitución, sino cuando el gobierno lo decide, inhabilitando arbitrariamente a
partidos y candidatos,34 y en las condiciones y normas electorales que
decide. Violando la constitución, sin una consulta plebiscitaria a la población sobre si quería o no cambiar la constitución del año 1999, se eligió una Asamblea Nacional Constituyente unánimemente unipartidista
que al instalarse se auto declaró supraconstitucional y plenipotenciaria,
esto es, como un poder absoluto sin contrapeso alguno con lo cual quedó de hecho derogada la constitución bolivariana del año 1999.
El país vive la más severa crisis económica y humanitaria de su historia. A partir del año 2014, tres años antes de las medidas de bloqueo
financiero impuestas por el gobierno de Trump, la economía venezolana
viene en una caída sostenida. Para finales del año 2018, el pib de Venezuela fue un 50% del monto correspondiente al año 2013. Ha colapsado
la producción petrolera.35 La inflación del año 2018 sobrepasó en mucho
34
35
Para las elecciones de concejales de diciembre del 2018, la mayoría de los partidos y
organizaciones políticas de la oposición se encontraban inhabilitados. Entre éstos:
Mesa de la Unidad Democrática (mud), Primero Justicia (pj), Voluntad Popular (vp),
Acción Democrática (ad), Un Nuevo Tiempo (unt), La Causa R (lcr) y Alianza
Bravo Pueblo (abp). Observatorio Electoral Venezolano. Todo lo que debes saber
sobre las elecciones del 9-D (2018).
Como se señaló en la parte II de este texto, la producción de petróleo a finales del
año 2018 había descendido a menos de un millón doscientos mil de barriles diarios.
36
37
Desde hace varios años no están disponibles cifras oficiales con las cuales comparar
estos datos.
De acuerdo con la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, se
trata de una “supuesta” crisis humanitaria. “Supuesta crisis humanitaria e intervención militar del imperio en Venezuela”. (Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de
la Humanidad 2017) Para denunciar el uso reiterado que el gobierno de los Estados
Unidos efectivamente hace de situaciones críticas en otros países para justificar intervenciones militares de acuerdo con sus intereses, no es necesario negar los padecimientos que ha vivido el pueblo venezolano.
143
edgardo lander
el millón por ciento, disolviendo por completo el salario. Todos los principales servicios públicos (salud, educación, transporte, telecomunicaciones, electricidad, agua...) están en franco deterioro y en algunos casos
hasta colapso. En consecuencia de todo esto, hay en el país una severa
crisis humanitaria. La pobreza, medida en términos de ingreso, pasó de
48,4% a 87,0% entre los años 2014 y 2017 (encovi 2018).36 De acuerdo
con la acnur, la Agencia de la onu para los Refugiados y oim, la Organización Internacional para las Migraciones, en noviembre del 2018 la cifra
de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo había
alcanzado a 3 millones de personas, prácticamente el 10% de la población
total de Venezuela (provea 2018). Una proporción creciente de quienes
permanecen en el país depende de las remesas. El gobierno niega sistemáticamente la existencia de esta crisis, y en un comportamiento propiamente criminal, prefiere que niños mueran de desnutrición (Sistema
de alerta, monitoreo y atención en nutrición y salud y Caritas Venezuela;
Contrapunto 2018) o por carencia de medicinas, antes que aceptar ayuda
humanitaria, incluso de organizaciones como Cáritas, ya que ello sería
interpretado como un fracaso de su gestión.37
Este sistemático deterioro de las condiciones de vida de la población, que ha revertido las mejoras alcanzadas durante la primera década
del gobierno bolivariano, ha generado acciones y movilizaciones de protesta en defensa del salario, la contratación colectiva, el acceso a alimentos y medicinas, exigiendo el funcionamiento de los servicios públicos,
particularmente del abastecimiento de agua, y demandando seguridad.
Estas movilizaciones son bloqueadas, con frecuencia reprimidas. Se persigue y se detiene a dirigentes sindicales y a políticos opositores tanto
crisis civilizatoria
144
de derecha como de izquierda. Hay presos políticos, con frecuencia incomunicados y torturados.38 La policía política, el Servicio Bolivariano
de Inteligencia, sebin, decide a voluntad si respeta o no las boletas de
excarcelación emitidas por los tribunales. El derecho a la contratación
colectiva está severamente restringido, una elevada proporción de los niveles salariales es definida mediante decreto presidencial. Se les retira el
pasaporte a políticos y periodistas. Ante el desborde de la criminalidad,
y una de las tasas de homicidios más elevadas del mundo, los cuerpos
policiales y militares han asesinado a centenares de personas mediante
la cínicamente denominada Operación de Liberación del Pueblo –olp–
(Ávila 2017). Hay una creciente militarización de la sociedad venezolana. Hay una masiva y generalizada corrupción que suma a centenares de
millardos de dólares. Con los recursos que en forma ilícita se han sacado
del país, podría reducirse significativamente la actual crisis humanitaria.
A pesar de la extraordinaria experiencia de solidaridad y organización
colectiva que caracterizó a la primera fase del proceso bolivariano, la reacción predominante ante la crisis que se produce a partir del año 2014,
incluso en el mundo popular, ha sido fundamentalmente la del individualismo y la competencia. El bachaqueo, la compra de bienes subsidiados
para ser revendidos en forma especulativa o para ser contrabandeados a
Colombia, representa hoy una importante proporción, no registrada, de
38
De acuerdo con el informe sobre derechos humanos en el mundo de Amnistía Internacional correspondiente a los años 2017-2018, “Venezuela siguió en estado de
excepción, prorrogado varias veces desde enero de 2016. Se eligió una Asamblea
Nacional Constituyente sin la participación de la oposición. La fiscal general fue
destituida en circunstancias irregulares. Las fuerzas de seguridad continuaron empleando fuerza excesiva e indebida para dispersar protestas. Cientos de personas
fueron detenidas arbitrariamente. Se recibieron numerosas denuncias de tortura y
otros malos tratos, incluida violencia sexual contra manifestantes. Se siguió utilizando el sistema judicial para acallar a la disidencia, incluso se empleaba la jurisdicción
militar para procesar a civiles. Los defensores y defensoras de los derechos humanos
fueron objeto de hostigamiento, intimidación y redadas. Las condiciones de reclusión eran extremadamente duras. La crisis alimentaria y médica siguió empeorando
y afectaba especialmente a niños y niñas, personas con enfermedades crónicas y
mujeres embarazadas. Aumentó el número de personas de ciudadanía venezolana
que solicitaban asilo en otros países” (Amnistía Internacional 2018).
Las y los participantes del xxiv Encuentro del Foro de Sao Paulo ratifican que la solidaridad con la Patria de Simón Bolívar y Hugo Chávez,
constituye una tarea prioritaria de todos los partidos de la América
latino-caribeña; de todas las organizaciones sociales, de trabajadoras
y trabajadores y de todas las instituciones democráticas; al tiempo
que convocan a desplegar múltiples jornadas de defensa de la paz, la
democracia bolivariana, el respeto a la soberanía de Venezuela y la
exigencia del levantamiento del criminal bloqueo y las sanciones impuestas a ese hermano pueblo, asumiendo la denuncia en el mundo de
las serias y peligrosas amenazas de intervención militar que contra esa
nación ha expresado el imperialismo estadunidense.
Asimismo, saludamos la conciencia, moral, valentía y dignidad
de las venezolanas y los venezolanos que, tal y como quedó demostrado con la espléndida y contundente victoria en las elecciones del
pasado 20 de mayo del compañero Presidente Nicolás Maduro, se
mantienen firmes en defensa del legado del máximo líder de la Revolución Bolivariana; proceso que se desarrolló con plena normalidad y
con las más amplias garantías para todas y todos, tal y como pudieron
constatar las y los acompañantes internacionales presentes en el país
suramericano (Foro de Sao Paulo 2018 c).
145
edgardo lander
la economía venezolana. Hay un desgarramiento del tejido de la sociedad
y una generalizada crisis ética. Sobreviven, sin embargo, ricas experiencias locales y regionales de auto organización con diferentes grados de
autonomía que florecieron con el chavismo y buscan redefinir su actuar
político en estas nuevas y dif íciles circunstancias.
A pesar de todo esto, el Foro de Sao Paulo continúa manifestando
su solidaridad incondicional con el gobierno de Maduro. En su declaración especial referida a Venezuela del encuentro realizado en la Habana
en julio del año 2018, después de referirse a la crisis que vive el país y
atribuirla exclusivamente a la acción del imperialismo, sin siquiera considerar la posibilidad de que el gobierno tenga alguna responsabilidad
en ésta, una vez más concluyen dándole pleno apoyo al “Compañero
Presidente Nicolás Maduro”.
crisis civilizatoria
146
Esta carencia de miradas críticas o siquiera medianamente problematizadas sobre estas experiencias, no es atribución exclusiva de estas
organizaciones y partidos. Intelectuales de izquierda reconocidos, tanto
latinoamericanos como europeos, con pleno conocimiento de la realidad de estos países, dándole prioridad a una perspectiva geopolítica,
aparte de señalar algunos “errores”, optan por dejar a un lado toda crítica
sustantiva en sus análisis solidarios de estos procesos. Ciertas representaciones paraguas de organizaciones sociales latinoamericanos, como
los Movimientos Sociales del Alba, que durante años fueron apoyados
con recursos del gobierno venezolano, dif ícilmente pueden convertirse
en críticos cuando este país entra en crisis. Esa autocensura está teniendo serias consecuencias. Los enunciados de la izquierda han perdido
credibilidad, y el caso de Venezuela es utilizado como espantapájaros en
las campañas electorales de la derecha.
La crisis de las izquierdas
El campo que se ha identificado históricamente como izquierda política enfrenta hoy una profunda crisis, crisis propiamente existencial,
no sólo en América Latina, sino en todo el mundo. Se han dado en
las últimas décadas las condiciones que, de acuerdo con las perspectivas tradicionales de la izquierda, podrían haber conducido a amplias
luchas y rebeliones populares anticapitalistas: extendida inseguridad,
políticas de ajuste y retraimiento de políticas públicas de protección social, vaciamiento y deslegitimación de la democracia liberal y acelerado
incremento de las desigualdades sociales. Sin embargo, las respuestas
populares tienden a apuntar en una dirección contraria, reafirmando
los rasgos más perversos de estas sociedades en crisis. En todas partes
del mundo —la India, las Filipinas, Hungría, Polonia, Estados Unidos,
Argentina, Brasil, Turquía, entre otros—, dirigentes de derecha y extrema derecha, con orientaciones políticas racistas, patriarcales xenófobas
y abiertamente pro empresariales logran amplios apoyos electorales en
sectores populares que antes fueron bases de apoyo de la izquierda. La
147
edgardo lander
socialdemocracia europea, o tiende a ser cada vez más neoliberal o está
a la defensiva, intentando desacelerar el avance de las políticas neoliberales. La izquierda ha carecido en estos años de proyectos alternativos
creíbles capaces de seducir a la población.
Reiterando lo que ha sido afirmado en este texto, por unos años
América del Sur parecía caminar a contramarcha de estas tendencias globales. En especial los procesos políticos en Venezuela, Ecuador y Bolivia
generaron nuevas esperanzas de realización de horizontes anticapitalistas
en la medida en que se subvertían o renovaban profundamente concepciones y prácticas que habían caracterizado a la mayor parte de los partidos de izquierda durante todo el siglo xx. Como se ha señalado, se hacen
presentes otros ejes de confrontación (cuestionamiento al patriarcado, al
antropocentrismo, a la monocultura de la modernidad colonial); otros
sujetos (mujeres, pueblos y comunidades indígenas y afrodescendientes,
mundo urbano subalterno, comunidades lgtb...); y otras modalidades organizativas alternativas a los partidos.
Sin embargo, en la medida en que en cada uno de estos procesos se
fueron imponiendo desde los gobiernos lógicas tradicionales partidistas, estadocéntricas y desarrollistas, y la pluriculturalidad y protección
de la Madre Tierra fueron pasando a un segundo plano, estos procesos
fueron agotando su dinámica transformadora y la preservación del poder terminó convirtiéndose en su principio rector. Los otros sectores de
la lucha anticapitalista, las otras izquierdas plurales no estatales, orilladas o reprimidas por el progresismo durante estos años, enfrentan hoy
el reto de su reconstrucción ante el retorno agresivo de las derechas.
Como nos ilustran claramente las declaraciones del Foro de Sao
Paulo, la izquierda oficial de Estado y partidista, lejos de reconocer la
profundidad de la crisis que confronta, la impotencia de sus formas de
hacer política y el agotamiento histórico del socialismo estadocéntrico
y desarrollista como alternativa tanto al capitalismo como a la civilización en crisis, se atrinchera en la reafirmación dogmática de principios
abstractos que han dejado de dar cuenta de la realidad. Esta izquierda se
cierra sobre sí misma intentando, por esa vía, defender lo indefendible.
Aparte de algunos “errores” y “desviaciones”, la causa de todos los males
crisis civilizatoria
148
que confronta la sociedad contemporánea y los problemas enfrentados
por los procesos de cambio están del otro lado, en el capitalismo, en el
imperialismo, en la derecha.
La indagación reflexiva y genuinamente autocrítica del por qué todas las experiencias históricas del socialismo —el socialismo realmente
existente— han fracasado como alternativas a esta sociedad en crisis y
por qué el socialismo ha dejado de operar como un imaginario de futuro
tanto deseable como posible, está en lo fundamental ausente, no en el
debate político intelectual de nuestros tiempos —estos debates tienen
en realidad más de un siglo—, sino en esta izquierda oficial.
Las reflexiones y luchas anticapitalistas transcienden hoy, de hecho,
siempre ha sido así, a las tradiciones de lo que históricamente se ha conocido como izquierdas. Por otra parte, un amplio espectro de lo que se
autoidentifica como de izquierda, no necesariamente asume posturas anticapitalistas o antisistémicas. ¿Pueden los gobiernos extractivistas desarrollistas ser considerados anticapitalistas? ¿Lo son a pesar de sus ataques
sistemáticos a la pluralidad de culturas indígenas y afrodescendientes de
las sociedades latinoamericanas? ¿Si no cuestionan los patrones culturales
patriarcales que, entre otras cosas, niegan la soberanía de las mujeres sobre sus propios cuerpos? ¿Si, lejos de contribuir a una expansión de prácticas democráticas, tienden a aumentar el control estatal y poner límites
al ejercicio de los derechos democráticos y la participación? ¿Se pueden
caracterizar como anticapitalistas las políticas económicas que priorizan
el aumento de las exportaciones primarias de energía, productos agrícolas
y minerales, productos que contribuyen a alimentar la maquinaria insaciable de la acumulación global del capital? ¿Son gobiernos antisistémicos
incluso si sus políticas conducen a la destrucción de la naturaleza? ¿Si a
pesar de la evidencia abrumadora de las consecuencias de los modelos
hegemónicos de producción y consumo, que contribuyen a acelerar el colapso climático, estos gobiernos no han sido capaces de comenzar una
transición hacia otras formas de vivir en armonía con la naturaleza? ¿Están las nociones de izquierda y de derecha históricamente desdibujadas,
desactualizadas? ¿Son estas distinciones relevantes para algunos asuntos, pero no para otros?
149
edgardo lander
No es de extrañarse que, como ocurrió en los países del Este que
experimentaron el socialismo del siglo xx, y ante la ausencia de toda
reflexión autocrítica, el socialismo termine convirtiéndose en una referencia negativa identificada con autoritarismo y corrupción. ¿Qué
responsabilidad tiene esa izquierda, entre otras cosas, por su prepotencia excluyente y generalizada corrupción, en el avance de la derecha
en el continente, y en particular en el anti-petismo que llevó a que un
personaje como Jair Messias Bolsonaro fuese electo como presidente
de Brasil?
Con el fracaso de las experiencias de los llamados gobiernos progresistas en América Latina como alternativas capaces de ir más allá del
capitalismo y ofrecer al menos algunas vías o transiciones iniciales para
salir de la crisis civilizatoria, nos enfrentamos al final de varios ciclos
históricos. No se trata sólo del corto ciclo histórico de los altos precios
de los commodities o de los llamados gobiernos progresistas. Es también
el final de un ciclo histórico más largo, un ciclo que podría decirse que
comenzó con la publicación del Manifiesto del Partido Comunista en
1848. Es el ciclo histórico de luchas anticapitalistas basado en la idea de
que a través de la captura o el control del Estado sería posible llevar a
cabo un proceso de transformación profunda de la sociedad en su conjunto. Ésta ha sido la creencia compartida de los levantamientos revolucionarios como el asalto al Palacio de Invierno; la socialdemocracia
europea; los movimientos de liberación del Tercer Mundo y las luchas
guerrilleras; y, una vez más, en los proyectos políticos de los gobiernos
progresistas en América del Sur. También estamos al final de la era histórica de la Revolución, de la idea según la cual era posible transformar
a la totalidad de la sociedad, en todas sus múltiples esferas, en un breve
periodo de tiempo. El socialismo del siglo xxi en Venezuela fue el primer intento de construir una sociedad socialista-estatista en este siglo.
Probablemente sea igualmente el último.
Estamos al final de la larga fase histórica en la cual, desde las más
diversas posturas políticas e ideológicas, en el sistema-mundo colonial
moderno se identificó el bienestar y la felicidad humana con una abundancia material cada vez mayor, con progreso y crecimiento económico
ilimitado. Los límites del planeta nos obligan a reconocer que hemos
entrado en una nueva y turbulenta era. La izquierda oficial parece no
haberse enterado.
Una insistencia final sobre las izquierdas
crisis civilizatoria
150
Como se ha argumentado en este texto, la tradición de la izquierda
identificada con el marxismo y el socialismo se constituye como tal en
un contexto histórico, geográfico y cultural específico, cuando está surgiendo el capitalismo industrial en Europa Occidental. Como tal, está
inevitablemente marcada por su época, con relaciones contradictorias
con los ejes centrales de ese nuevo patrón civilizatorio que se está conformando. Constituye claramente una crítica radical a esa sociedad en
la medida en que pone al descubierto las lógicas de mercantilización,
explotación y sometimiento que caracterizan al capital y la concentración de la riqueza y el poder a las cuales estos conduce. Pero, a su vez,
incorpora a sus perspectivas, en forma poco crítica, en diferentes grados
y contradictoriamente, patrones cognitivos y sentidos comunes hegemónicos en esa sociedad, en particular la idea del progreso, incluyendo sus dimensiones teleológicas; la confianza en el papel de las fuerzas
productivas del capitalismo como fuerzas emancipadoras; los dualismos
sujeto/objeto y sociedad/naturaleza que están en la base de la ciencia
moderna; así como concepciones positivistas de la verdad en el conocimiento de la realidad histórico social. Igualmente perspectivas predominantemente eurocéntricas en la cual la historia europea es concebida
como el patrón de referencia de la Historia Universal (Lander 1990).
Se trata de un pensamiento/acción radical que busca dar respuestas
en ese contexto histórico particular en el cual surge. Sus límites se hacen
visibles cuando, a partir de una lógica universalizante, se busca interpretar las realidades de otros pueblos y culturas, otros territorios y otras
historias a partir, en lo fundamental, de las mismas categorías políticas y
teórico conceptuales que resultaron tan agudas y fructíferas para caracterizar el contexto histórico en el cual surgieron.
151
edgardo lander
Desde 1848, fecha de publicación del Manifiesto del Partido Comunista, el mundo ha cambiado extraordinariamente. Como se ha argumentado a lo largo de este texto, el patrón civilizatorio de la modernidad colonial ha entrado en una crisis terminal que está, por la vía del
colapso ambiental, poniendo en peligro las condiciones que hacen posible la vida en el planeta Tierra. Se trata de una crisis multidimensional
que trasciende en mucho los ejes centrales basados en las relaciones
de clase que constituyeron el núcleo central de las interpretaciones
marxistas del capitalismo. Como se ha argumentado en este texto, una
izquierda centrada en las relaciones de explotación y sus dimensiones
geopolíticas, que no incorpore igualmente, en forma medular, esencial, las dimensiones referidas al antropocentrismo, al patriarcado, al
racismo, al sexismo, a la colonialidad monocultural, el eurocentrismo,
y el rechazo al autoritarismo, no sólo no puede ofrecer alternativas a
la civilización en crisis, sino que es en sí misma expresión del mundo que está en crisis. Los proyectos transformadores de una izquierda
que ha apostado por un socialismo estadocéntrico y por nociones asociadas a la idea del progreso han fracasado y tienen poco que ofrecer
como alternativa al capitalismo y a la civilización en crisis. Como lo
ha demostrado la experiencia de los socialismos del siglo pasado, y lo
ha confirmado la experiencia de los gobiernos progresistas en América
Latina, la izquierda estadocéntrica y desarrollista, lejos de representar
alternativas al orden existente, ha pasado a ser parte del problema y,
con su relativa hegemonía política y discursiva como alternativa al capitalismo, ha contribuido a negar, a bloquear la emergencia y visibilización de otras alternativas.
Ha existido siempre una extraordinaria pluralidad y diversidad de
posturas teóricas y políticas, modalidades de luchas anticapitalistas y
alternativas a la modernidad colonial, con particular vigor en el Sur Global. Unas se autoidentifican como de “izquierda”, otras no. En los diálogos, intercambios y aprendizajes recíprocos y luchas en común entre
esta vasta gama de búsquedas alternativas, se encuentran hoy las potencialidades más fructíferas para ponerle un freno al avance avasallador de
la lógica destructiva hegemónica, y prefigurar otra civilización.
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AUTOR
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Edgardo Lander
Profesor de Ciencias Sociales en la Universidad
Central de Venezuela en Caracas (jubilado). Formó parte del Comité Organizador del Foro Social
Mundial realizado en Caracas en el año 2006, así
como de la delegación venezolana en las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas que fue finalmente derrotado. Es asociado del Instituto Transnacional
(Ámsterdam) y miembro del Grupo de Trabajo de Alternativas al Desarrollo de la Fundación of Rosa Luxemburg (oficina de Quito) y del Grupo Global de Trabajo más allá del Desarrollo de la Fundación Rosa Luxemburgo
(Oficina Bruselas). Profesor invitado en el programa de doctorado en Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad Andina Simón Bolívar
en Quito, también forma parte de la Plataforma Ciudadana en Defensa de
la Constitución.
OTROS TÍTULOS
DE LA COLECCIÓN
Crisis civilizatoria. Experiencias de los gobiernos progresistas
y debates en la izquierda latinoamericana
se terminó de imprimir en septiembre de 2019
en los talleres de Libros en Demanda S. de R.L. de C.V.
Periférico norte 940, Lomas de Zapopan, 45130
Zapopan, Jalisco
Coordinación editorial
Iliana Ávalos González
Coordinación de producción
Sol Ortega Ruelas
Cuidado editorial
Jorge Orendáin Caldera
Diseño de la colección
Paola E. Vázquez Murillo
Pablo Ontiveros
Diagramación
Georgina Fernández Preciado
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