Sociedades mutualistas: las agrupaciones y uniones de empresarios

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LAS SOCIEDADES MUTUALISTAS. LAS AGRUPACIONES
Y UNIONES DE EMPRESARIOS
I. LAS SOCIEDADES MUTUALISTAS
A. La cooperativa
a) Concepto y clases
La cooperativa es una sociedad constituida por personas que se asocian, en régimen de
libre adhesión y baja voluntaria, para la realización de actividades empresariales, encaminadas a
satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas y sociales, con estructura y
funcionamiento democráticos.
Por su nivel de integración, las cooperativas pueden ser de primer grado o de segundo,
siendo éstas las que se constituyen por, al menos, dos cooperativas. Por su objeto, las
cooperativas pueden ser de trabajo asociado, de consumidores y usuarios, de viviendas, agrarias,
de explotación comunitaria de la tierra, de servicios, del mar, de transportistas, de seguros,
sanitarias, de enseñanza y de crédito.
b) Régimen
El debate sobre la mercantilidad de las cooperativas permitió que todas las
Comunidades Autónomas asumieran competencias en esta materia y la mayoría de ellas cuente
con una ley propia. De hecho, la ley estatal, en principio, sólo es de aplicación a las sociedades
cooperativas que desarrollen su actividad cooperativizada en el territorio de varias Comunidades
Autónomas (excepto cuando en una de ellas se desarrolla con carácter principal) y a las
sociedades cooperativas que realicen principalmente su actividad cooperativizada en las
ciudades de Ceuta y Melilla.
c) Constitución
La sociedad cooperativa se constituirá mediante escritura pública, que, con las
menciones escriturarias y estatutarias exigidas por la Ley, deberá ser inscrita en el Registro de
Sociedades Cooperativas, momento en el que adquiere personalidad jurídica. Los promotores
pueden solicitar del Registro la calificación previa del proyecto de estatutos.
Salvo que legalmente se establezcan otros mínimos, las cooperativas de primer grado
deberás estar integradas, al menos, por tres socios, y las de segundo grado habrán de estar
constituidas, como mínimo, por dos cooperativas.
De los actos y contratos celebrados en nombre de la cooperativa antes de su inscripción,
responden solidariamente quienes los hubieran celebrado.
d) Los socios
En las cooperativas pueden ser socios, cumpliendo los requisitos legales y estatutarios,
tanto personas físicas como jurídicas, públicas o privadas y las comunidades de bienes. Junto a
estos socios ordinarios, la ley prevé la existencia de socios de trabajo (personas físicas cuya
actividad cooperativizada consiste en la prestación de trabajo en la cooperativa) y socios
colaboradores (personas físicas o jurídicas que, sin poder desarrollar o participar en la actividad
cooperativizada propia de la cooperativa, contribuyen a su consecución).
Los socios gozan de un conjunto de derechos y de deberes que la ley detalla, algunos de
los cuales son consecuencia del principio de «puerta abierta», conforme al cual, cualquier
persona que cumpla los requisitos legales y estatutarios puede solicitar el ingreso y todo socio
tiene, en principio, el derecho a solicitar la baja.
e) Órganos sociales
Son órganos necesarios la Asamblea General, un órgano de administración y los
interventores.
La Asamblea General es la reunión de los socios constituida con el objeto de deliberar y
adoptar acuerdos sobre aquellos asuntos que, legal o estatutariamente, sean de su competencia,
vinculando las decisiones adoptadas a todos los socios de la cooperativa.
La Asamblea puede ser ordinario o extraordinaria. La primera, convocada dentro de los
seis meses siguientes al cierre del ejercicio, tiene por objeto principal examinar la gestión social
y aprobar, si procede, las cuentas anuales. Las demás tendrán el carácter de extraordinarias.
La Asamblea, en principio, quedará válidamente constituida en primera convocatoria
cuando estén, presentes o representados, más de la mitad de los votos sociales y, en segunda
convocatoria, al menos un diez por ciento de los votos o cien votos sociales.
Presidirá la Asamblea el presidente y, en su defecto, el vicepresidente del Consejo
Rector, actuando como secretario el que lo sea del Consejo Rector o quien lo sustituya
estatutariamente. En defecto de estos cargos, serán los que elija la Asamblea.
En la Asamblea General cada socio tiene un voto, salvo los supuestos de voto plural o
fraccionado previstos en la Ley. Los acuerdos se adoptan, como regla general, por más de la
mitad de los votos válidamente emitidos, no siendo computables, a estos efectos, los votos en
blanco ni las abstenciones.
El órgano de administración es, en principio, el Consejo Rector. No obstante, en
aquellas cooperativas cuyo número de socios sea inferior a diez, los estatutos podrán establecer
la existencia de un administrador único, necesariamente una persona física que ostente la
condición de socio.
Los miembros del Consejo Rector (entre tres y quince personas, en principio socios)
serán elegidos por la Asamblea, en votación secreta, por un período (fijado en los estatutos) de
entre tres y seis años, pudiendo ser reelegidos. La destitución de los consejeros corresponde,
asimismo, a la Asamblea General.
Los interventores son el órgano de fiscalización (interna) de la cooperativa, asumiendo
la censura de las cuentas anuales y del informe de gestión, salvo que la cooperativa esté sujeta a
auditoría externa.
f) El capital social
El capital social está integrado por las aportaciones de los socios, fijando los estatutos
una cuantía mínima, que debe estar desembolsada desde la constitución de la cooperativa. Junto
a esta aportación obligatoria inicial, caben otras obligatorias sucesivas y aportaciones
voluntarias, todas las cuales pueden ser dinerarias o no dinerarias.
En la cooperativa, el capital, que no es determinante en el grado de participación del
socio, tiene carácter variable, como consecuencia del principio de libre adhesión y baja, al que
ya se ha hecho referencia.
g) Los fondos sociales
Las cooperativas tienes fondos sociales obligatorios, estatutarios y voluntarios. Son
obligatorios el Fondo de Reserva y el Fondo de Educación y Promoción.
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El Fondo de Reserva está destinado a la consolidación, desarrollo y garantía de la
cooperativa y es irrepartible entre los socios. El Fondo de Educación y Promoción se destinará,
en aplicación de las líneas básicas fijadas por los estatutos o por la Asamblea General, a la
formación y educación de sus socios y trabajadores, a la difusión del cooperativismo y a la
promoción cultural, profesional y asistencial del entorno.
h) Aplicación de resultados
Fijados los resultados del ejercicio económico (que, en principio, tiene una duración de
doce meses y coincidirá con el año natural), los excedentes se destinarán a la provisión de los
fondos obligatorios, al retorno cooperativo en proporción a la actividad coperativizada de cada
socio y, en su caso, a la participación de los trabajadores. Las pérdidas son compensables con
los excedentes de los siete ejercicios siguientes.
i) Disolución, liquidación y extinción
La sociedad cooperativa se disolverá por el cumplimiento del plazo fijado en los
estatutos, por acuerdo de la Asamblea General (adoptado por mayoría de dos tercios de los
socios), por la paralización de los órganos sociales o de la actividad cooperativizada durante dos
años, sin causa justificada, de tal modo que imposibilite su funcionamiento, por la reducción del
número de socios por debajo de los mínimos legales o del capital social por debajo del mínimo
estatutario, sin que se reestablezcan en el plazo de un año, por la realización del objeto social o
la imposibilidad de su cumplimiento, por fusión, absorción o escisión total, y por cualquier otra
causa establecida en la ley o prevista en los estatutos.
Disuelta la sociedad, se abre el período liquidatorio, al término del cual, los liquidadores
someterán a la aprobación de la Asamblea General un balance final, un informe de gestión sobre
las operaciones liquidadoras y un proyecto de distribución del activo sobrante, que deberán
censurar previamente los interventores. Aprobados por la Asamblea, publicados y realizada la
aplicación, los liquidadores otorgarán escritura pública de extinción de la sociedad.
B. La mutua de seguros
La mutua de seguros es una forma típica societaria que tiene por objeto el seguro
recíproco de los socios (mutualistas), los cuales contribuyen a su financiación. Pueden ser
mutuas a prima fija o mutuas a prima variable.
Las mutuas a prima fija son entidades aseguradoras privadas sin ánimo de lucro que
tienen por objeto la cobertura a sus socios, personas físicas o jurídicas, de los riesgos asegurados
mediante una prima pagadera al comienzo del período de riesgo.
Las mutuas a prima variable son entidades aseguradoras privadas sin ánimo de lucro
fundadas sobre el principio de ayuda recíproca, que tienen por objeto la cobertura, por cuenta
común, a sus socios, personas físicas o jurídicas, de los riesgos asegurados mediante el cobro de
derramas, con posterioridad a los siniestros, siendo la responsabilidad de los mismos
mancomunada, proporcional al importe de los respectivos capitales asegurados en la propia
entidad y limitada a dicho importe. Estas mutuas tienen características propias y un ámbito muy
limitado, al sólo poder operar en un ramo del seguro, distinto al de vida, crédito y caución y
responsabilidad civil, desarrollando, en principio, su actividad en espacios provinciales que no
exceden de dos millones de personas.
Las mutuas han de constituirse mediante escritura pública, que se inscribirá en el
Registro Mercantil (a efectos de publicidad) y en el Registro de la Dirección General de Seguros
(para control administrativo).
En la mutua (a prima fija), los socios o mutualistas que hayan realizado aportaciones
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para constituir el capital o fondo mutual pueden percibir intereses no superiores al interés legal
del dinero y tienen derecho a las cantidades aportadas cuando lo acuerde la junta general y
siempre que el socio cause baja en la mutua. Asimismo, los socios tienen derecho a participar en
las derramas activas o retornos de acuerdo con los resultados de cada ejercicio, y en la derrama
pasiva, si así lo establecen los estatutos.
Los mutualistas no responden de las deudas sociales, salvo que los estatutos establezcan
dicha responsabilidad, en cuyo caso se limitará a un importe igual al de la prima que anualmente
paguen.
En caso de disolución, participarán en el patrimonio resultante de la liquidación los
mutualistas que integren la sociedad en el momento en que se acuerde la disolución y también
quienes hubiesen sido mutualistas en el período anterior fijado en los estatutos, todo ello sin
perjuicio del derecho de los partícipes en el fondo mutual.
Distintas de las mutuas de seguro son las mutualidades de previsión social, entidades
que ejercen una modalidad aseguradora de carácter voluntario complementario del sistema de
Seguridad Social obligatoria, mediante aportaciones a prima fija o variable de los mutualistas,
personas físicas o jurídicas, o de otras entidades o personas protectoras. La afiliación a estas
mutualidades es voluntaria, salvo los casos en que la Ley determina su carácter obligatorio.
C. La sociedad de garantía recíproca
Es una sociedad, de naturaleza mutualista y capital variable, constituida, al menos en sus
cuatro quintas partes, por pequeñas y medianas empresas, con el fin de facilitarse el acceso al
crédito y servicios conexos, así como la mejora integral de sus condiciones financieras, no
respondiendo los socios de las deudas sociales.
A estos efectos, la Ley considera pequeñas y medianas empresas a aquéllas cuyo número
de trabajadores no exceda de doscientos cincuenta.
La sociedad de garantía recíproca, a la que la Ley confiere la consideración de entidad
financiera, se constituye, tras autorización expresa del Ministerio de Economía, mediante
escritura pública, que se inscribirá en el Registro Mercantil (a efectos de publicidad) y en el
Registro Especial del Banco de España (para control administrativo).
El capital de la sociedad de garantía recíproca, que habrá de estar íntegramente suscrito
y desembolsado, variará entre la cifra mínima que figure en sus estatutos (no inferior a
1.803.036,31 euros, esto es 300.000.000 pta.) y el triple de dicha suma. Los socios (partícipes)
iniciales han de ser, como mínimo, ciento cincuenta, de los que, al menos, ciento veinte han de
ser pequeñas y medianas empresas.
II. UNIONES Y AGRUPACIONES DE EMPRESARIOS
A. Las uniones de empresarios y los grupos de sociedades
a) Consideraciones generales
La concentración empresarial surge, en la economía de mercado, con el objeto de
permitir estructuras adecuadas a los fines pretendidos, desarrollar los niveles técnicos y de
equipamiento y alcanzar, en definitiva, un mejor funcionamiento dentro del sistema económico.
Las uniones de empresas las forman un conjunto de empresarios que, manteniendo su
autonomía jurídica, están comprometidos en una línea conjunta de actuación o sometidos a una
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dirección unitaria.
Las uniones pueden basarse en vínculos obligacionales (a través de un acuerdo o
contrato que rige el concierto empresarial) o reales (mediante la participación de una sociedad
en el capital de otras). En ambos casos, las uniones de empresarios pueden responder a criterios
de subordinación (dirección única y estructura piramidal) o de coordinación (autonomía
limitada tan sólo por la actuación conjunta). Normalmente, obedecen al primer criterio los
grupos de sociedades y al segundo, las uniones temporales de empresas o las agrupaciones de
interés económico.
b) Uniones temporales de empresas
Las uniones temporales de empresas surgen de los contratos de colaboración, de carácter
temporal, entre empresarios para el desarrollo o ejecución de cualquier obra, servicio o
suministro.
La unión se formaliza en escritura pública, con duración máxima de diez años,
inscribiéndose en un registro administrativo. Carece de personalidad jurídica y operará bajo el
nombre de una o de todas las empresas agrupadas, seguido de la expresión «Unión Temporal de
Empresas, Ley 18/1982».
La unión temporal de empresas la administra un gerente, que será gestor y representante
único. Los miembros de la unión responden frente a los terceros, de forma solidaria e ilimitada,
por los actos y operaciones realizados en beneficio común.
c) Los grupos de sociedades
Se basa el «grupo» en la existencia de un conjunto de sociedades que, manteniendo su
personalidad jurídica y formal autonomía patrimonial, se someten a una dirección única,
llevada, por lo general, por una sociedad matriz o dominante, que controla a las demás,
denominadas filiales.
En nuestro Derecho, con una regulación muy limitada, se considera que pertenecen a un
mismo grupo las entidades que constituyan una unidad de decisión porque alguna de ellas
ostente o pueda ostentar, directa o indirectamente, el control de las demás, o porque dicho
control corresponda a una o varias personas físicas que actúen sistemáticamente en concierto. Se
presume que existe unidad de decisión cuando la entidad dominante disponga de la mayoría de
los derechos de voto de la entidad dominada, cuando la entidad dominante tenga la facultad de
nombrar o de destituir a la mayoría de los miembros del órgano de administración, y cuando, al
menos, la mitad más uno de los consejeros de la entidad dominada sean consejeros o altos
directivos de la entidad dominante o de otra entidad dominada por ésta.
La importancia y trascendencia de este fenómeno demanda su completa regulación,
tendente a que la existencia del grupo y de sus vinculaciones sean conocidas por los terceros, a
la exigencia de una contabilidad anual consolidada y a conferir una especial protección a los
accionistas minoritarios de las sociedades filiales y a sus acreedores, confiriéndoles la
posibilidad, en caso de insolvencia, de dirigirse contra la sociedad dominante.
B. Las agrupaciones de interés económico
a) Concepto
La agrupación de interés económico es una sociedad mercantil que tiene por finalidad
facilitar el desarrollo o mejorar los resultados de la actividad de sus socios, personas físicas o
jurídicas que desarrollan actividades empresariales, agrícolas o artesanales, o entidades no
lucrativas dedicadas a la investigación, o que ejerzan profesiones liberales.
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La agrupación puede tener por objeto cualquier actividad siempre que sea distinta a la de
las entidades agrupadas y se desarrolle con carácter instrumental o auxiliar. La agrupación no
puede tener ánimo de lucro en sentido estricto, aunque sí buscar el beneficio de los socios. La
agrupación no puede poseer, directa o indirectamente, participación alguna en el capital de las
sociedades agrupadas ni dirigir o controlar las actividades de sus socios o de terceros.
Las agrupaciones de interés económico se rigen por su propia Ley y, supletoriamente,
por las normas de la sociedad colectiva que resulten compatibles con sus naturaleza.
b) Constitución
La agrupación de interés económico se constituye mediante escritura pública, que, con,
al menos, las menciones exigidas por la Ley, se inscribirá en el Registro Mercantil, adquiriendo,
desde ese momento, personalidad jurídica. Los administradores responden solidariamente con la
agrupación por los actos y contratos que hubieran celebrado en nombre de ella antes de su
inscripción.
En la denominación debe figurar necesariamente la expresión «Agrupación de Interés
Económico» o las siglas AIE.
c) Posición jurídica del socio
La sociedad tiene un carácter personalista que aflora en el régimen de la adquisición y
pérdida de la condición de socio, así como en su separación, en la unanimidad necesaria para la
adopción de los acuerdos más trascendentes y en la responsabilidad, personal y solidaria
(aunque subsidiaria), de las entidades agrupadas por las deudas de la agrupación.
d) Organización
Los acuerdos pueden adoptarse en la asamblea o fuera de ella, por correspondencia o por
cualquier otro medio que permita tener constancia escrita de la consulta y del voto emitido por
los socios.
La administración se confiere a una o varias personas (no necesariamente socios)
designadas en la escritura de constitución o nombradas por acuerdo de los agrupados. Si no se
dispone otra cosa en los estatutos, rige la solidaridad, esto es, que cada uno de los
administradores ostenta la representación de la agrupación, siendo ineficaz, en las relaciones
con terceros, cualquier limitación a las facultades representativas de los administradores. La
agrupación queda obligada por sus actos, incluso si son ajenos al objeto social, salvo que se
pruebe que el tercero lo sabía o que, dadas las circunstancias, no podía ignorarlo.
e) La agrupación europea de interés económico
Las agrupaciones europeas de interés económico, no exactamente coincidentes con las
agrupaciones españolas, las forman empresarios que tienen sus establecimientos en cualquier
lugar de la Unión Europea. Reguladas por un reglamento comunitario, las agrupaciones
europeas de interés económico domiciliadas en España se rigen por la normativa española en
determinadas materias para las que el reglamento habilita a la legislación interna.
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