COMPARECENCIA DE JOSÉ MARÍA MÚGICA FLORES, DIRECTOR

Anuncio
COMPARECENCIA DE JOSÉ MARÍA MÚGICA FLORES, DIRECTOR
GENERAL DE LA OCU, ANTE LA SUBCOMISIÓN SOBRE LA
TRANSPARENCIA EN LA INFORMACIÓN DE PRODUCTOS
FINANCIEROS E HIPOTECARIOS DE LAS ENTIDADES DE CRÉDITO
Madrid, 4 de septiembre de 2012
Estimada Coordinadora de la Subcomisión, Señorías:
Quiero
empezar
esta
breve
comparecencia
agradeciendo
sinceramente la oportunidad que se brinda a la organización a la que
pertenezco de hacer oír nuestra voz en un tema que nos preocupa
profundamente. La OCU, como bien sabrán sus señorías, es una
asociación privada que goza en la actualidad con el apoyo económico y
emocional de más de 310.000 socios en orden de pago en toda España;
son
ellos
quienes
hacen
posible
su
funcionamiento
de
forma
autosuficiente y sin ayudas públicas, y cuyo efecto se extiende a todo
su ámbito familiar. El permanente contacto con ellos nos permite
disponer, de manera directa, de un acervo informativo sobre aquéllos
asuntos que les preocupan y ocupan y que, con frecuencia, generan
consulta, quejas y reclamaciones.
El derecho a la información
Sería pretencioso por mi parte señalar a sus señorías la
importancia que este derecho tiene en el ámbito en el que nos
movemos.
La
Constitución
Española,
en
su
artículo
51.1,
es
concluyente: “Los poderes públicos garantizarán la defensa de los
consumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces,
la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los
mismos”1. Sin embargo, esta tarea, responsabilidad de los poderes
1
Constitución Española, art- 51.1
1
públicos, adolece de la falta, más de lo que desde la OCU nos gustaría,
de esos “procedimientos eficaces” que la Carta Magna considera
necesarios para la protección de los consumidores.
Esta protección es abordada también en la Ley General para la
Defensa de Consumidores y Usuarios en su capítulo V, artículos 19 a
212, aunque la limita a ámbitos
específicos de impacto menor en la
vida económica de los ciudadanos (“Promociones”, en el art. 20, y
“Régimen de comprobación y servicios de atención al cliente”, en el 21).
Las relaciones con las entidades financieras o las aseguradoras quedan,
pues, incluidas en el concepto global de la protección.
Desde su origen, y más a partir del lanzamiento de su primera
revista económica-financiera, Dinero y Derechos (DyD), en 1990, la OCU
ha sido fiel a su compromiso de información a sus socios y a todos los
consumidores, convencidos como estamos de que muchas veces una
normativa excesivamente complaciente con las entidades financieras
les coloca en clara situación de inferioridad.
A la normativa complaciente, se une, señorías, con demasiada
frecuencia un lenguaje farragoso e incomprensible, muchas veces
excesivamente técnico
que obliga al
consumidor a pedir unas
aclaraciones, a las que no siempre reciben las respuestas que deberían
ser. La reciente “crisis” de las participaciones preferentes pone de
manifiesto hasta qué punto la confianza en la persona que gestiona los
haberes de un consumidor le hace contratar a éste un producto que no
sólo no es rentable sino que puede provocar (y, de hecho, provoca) la
pérdida de sus ahorros, muchas veces conseguidos con enormes
esfuerzos. El control de los nuevos productos que llegan al mercado
debe comenzar por una adecuada información al consumidor, siempre
Ver en RDL 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de
la Ley General para la defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes
complementarias.
2
2
con la garantía de que éste no va a ser engañado por agentes
excesivamente celosos. Y para ello es fundamental extremar la calidad
de la información que, en cualquier caso, debería estar recogida en
la documentación, comprensible, de cualquier entidad financiera o
aseguradora. Esta precaución es necesaria ya que no siempre nuestras
recomendaciones3 llegan a tiempo y, a menudo, su fuerza es menor que
la del llamado “círculo de confianza”, en el que el gestor bancario ocupa
un lugar importante.
Por otro lado, señorías, no es suficiente con establecer la
obligación de informar. Los poderes públicos deben poner los medios
para hacer que esa obligación se cumpla. A título de ejemplo la ley
16/2011, de 24 de junio, de Contratos de Crédito al Consumo establece
que se entregue al consumidor, que solicita un crédito, un documento
con 19 aspectos esenciales del préstamo. Una prueba práctica realizada
mostró que la información recibida no era completa, comprensible o
comparable. En la mayoría de los casos, las entidades visitadas se
limitaron a indicar la cuota a pagar y los plazos4.
En este mismo ámbito del respeto al derecho de información
situamos también la necesidad de que los contratos que se ofrecen a la
firma del consumidor sean equilibrados y estén libres de condiciones
abusivas. La tarea de expurgación no debe encomendarse sólo a la
interpretación
de
los
jueces;
interpretación
que
puede
ser
discrepante (pensemos por ejemplo en el controvertido tema de la
llamada cláusula suelo en las hipotecas) y, dada la lentitud de nuestra
3Ver
en Pagarés bancarios, ¡mucho ojo! Breve. OCU Inversores, nº 516 (17 de julio
de 2012); en La hipoteca inversa no conviene. Artículo. OCU-Fincas y Casas, nº 38
(Diciembre-enero 2012) y en Participaciones preferentes, ¡no! Breve. DyD, nº 114
(Septiembre-octubre 2009).
4
Ver en Necesito un préstamo. Artículo. DyD, nº 131 (Julio-agosto 2012).
3
justicia, tener consecuencias de muy difícil resarcimiento. Y en este
punto, desde la OCU hablamos con experiencia5.
La proliferación de reguladores, que, muy a menudo centran su
actividad en el registro y no en el control genera en los consumidores
una falsa sensación de seguridad que, luego, no se corresponde con la
realidad. Y, aunque las recomendaciones en contra de determinados
productos figuran en las hemerotecas, la realidad es que esa sensación
está en la base de más de una de las crisis padecidas (Afinsa/Forum
Filatélico o participaciones preferentes, por ejemplo). Desde nuestro
punto de vista sería más coherente la existencia de un único
regulador europeo que fuera independiente y que asumiera el papel
de garantizar la transparencia y los derechos de las dos partes.
Además, de asegurar la información veraz que permita comparar los
diferentes productos que sirven para un mismo fin (por ejemplo,
ahorro a corto, medio o largo plazo o jubilación), independientemente
del nombre del producto y del regulador que esté detrás.
Otra cuestión sería la existencia de otro organismo único que
supervise la solvencia y viabilidad de las entidades que debiera ser
independiente del anterior ya que, a veces, se contraponen los intereses.
La utilización de determinadas entidades financieras, como las
cajas de ahorro, para dar salida a destacados políticos, sin una
adecuada formación y experiencia en el negocio ha generado, al margen
de contrataciones blindadas con indemnizaciones obscenas, un
nivel de ineficiencia que ha desembocado en la grave crisis de estas
entidades. La politización de las entidades financieras ha sido un
cáncer cuya erradicación es urgente. Es por ello por lo que, desde la
OCU entendemos que ningún político, por su condición de tal, de
Ver en 22 cláusulas K.O. Artículo. DyD, nº 127 (Noviembre-diciembre 2011) y en
Adiós a 7 cláusulas abusivas. Breve. DyD, nº 122 (Enero-febrero 2011)
5
4
adscripción a un partido, debería ocupar un puesto directivo en
ninguna entidad financiera.
Es urgente abordar la creación de un sistema alternativo al
judicial, vinculante (cuya vinculación debería asegurarse a través de
medidas complementarias, como pueden ser los beneficios fiscales),
para la solución de los problemas o conflictos relacionados con las
entidades financieras y aseguradoras ya que, aunque algunos son de
entidad más que suficiente, hay otros muchos que se mueven en un
ámbito mucho más reducido y que no le compensa al consumidor
acudir a los tribunales para conseguir una solución satisfactoria6.
Ciertamente siempre cabe la posibilidad de un cambio de entidad
financiera7. Sin embargo no parece ésta alternativa que case bien con el
respeto al derecho de información que tiene el consumidor. De hecho,
señorías, en nuestra publicación Dinero y Derechos que he traído
conmigo (acaba de salir) encontrarán un artículo sobre una encuesta,
que acabamos de realizar para conocer el grado de satisfacción de los
consumidores, cuya conclusión resulta contundente: “Por encima de los
productos con buenas condiciones, los usuarios aprecian la información
sencilla y sentirse bien atendidos. Y en estos aspectos gana la banca on
line”8. Y ello, quizás porque es gracias a la información comprensible
como el consumidor llega a estar en situación de poder elegir. Sin
embargo, la experiencia nos dice que sólo el 9% de los clientes había
cambiado de entidad en los dos años previos al informe que la Comisión
Europea publicó en 20099.
Ver en Limpiemos el lodo de la banca. Editorial. DyD, nº 131 (Julio-agosto 2012) y
en La banca se va de rositas. Editorial. DyD, nº 125 (Julio-agosto 2011).
7 Ver en Mover su dinero sale rentable. Artículo. DyD, nº 130 (Mayo-junio 2012) y
en Castigue usted al banco. Editorial. DyD, nº 128 (Enero-febrero 2012).
8 Ver Transparencia + atención = Satisfacción. Artículo. DyD, nº 132 (Septiembreoctubre 2012), pág. 7.
9 Ver en Fieles por pereza. Artículo. DyD, nº 115 (Noviembre-diciembre 2009).
6
5
La importancia de los temas relacionados con las entidades
financieras en el día a día del consumidor se refleja en nuestra
estadística de reclamaciones. Sólo en el año pasado, las consultas,
quejas y reclamaciones relacionadas con las entidades financieras
alcanzaron la cifra de 39.195 y con los seguros, 28.096, con lo que
entre ambos ámbitos sumaron el 16,4% de las atendidas en nuestro
servicio de asesoría. En anexo desglosamos las consultas, quejas y
reclamaciones recibidas en el periodo de enero a junio en materia
financiera.
El poder de los bancos
Como hemos dicho, aunque no la única, una de las causas del
ejercicio de dicho poder se manifiesta en la extrema complejidad de los
contratos de adhesión que el consumidor se ve obligado a firmar para
acceder a un producto o servicio de una entidad financiera.
Es curioso que la reciente entrada en vigor de la Orden
EHA/2899/2011, de 29 de octubre lleve como título algo tan
eufemístico y pretencioso como “de transparencia y protección del
cliente de servicios bancarios”10. Porque, de transparencia y protección,
poco o nada. De hecho, con la Orden en cuestión desaparece la
obligación que tenían las entidades financieras de poner a disposición
de sus clientes un folleto de tarifas de comisiones, condiciones y gastos
repercutibles, registrado en el Banco de España. Éste, de inmediato, ha
hecho desaparecer de su web cualquier información sobre dichas
comisiones. Bien es cierto que algunas entidades han mantenido el
folleto, pero no cabe duda de que el paso atrás resulta evidente. Y lo
peor de todo es que, pese haber entrado en vigor la Orden el 29 de
abril, todavía hoy estamos esperando a que el Banco de España emita
una Circular (hoy en fase de consulta pública) sobre el modo y los
Ver en ¿Informarse sobre las comisiones bancarias máximas? Artículo. En
OCU Inversores, nº 510 (22 de mayo de 2012).
10
6
términos en que se cumplirá el requisito establecido en la nueva norma,
en un formato que permita la comparación entre entidades, como ha
prometido.
A la vista de las reclamaciones de nuestros socios de las
comisiones bancarias constituye una de los principales motivos de
queja de los socios. Una comisión debería ser el pago de un servicio
solicitado (en firme o tácitamente) que responda a una necesidad
concreta. La experiencia nos habla de la extrema capacidad floral de
algunas entidades a la hora de establecer las comisiones para cobrar
por conceptos incomprensibles o redundantes en la mente del
consumidor. Establecer unos criterios básicos e identificar las
posibles comisiones que pueden cobrar los bancos pondría coto a
tanta mente calenturienta y ayudaría a una mayor transparencia.
Una transparencia que ha sido objeto de una Directiva (la MIFID,
de sus siglas en inglés), cuya trasposición a nuestra legislación fue
duramente criticada por la OCU11, ya que se excluían los productos
más
importantes
de
los
clientes
españoles:
cuentas
corrientes,
depósitos y seguros de ahorro. Se acompañaba esta postura con una
prueba práctica en 88 sucursales de entidades financieras. El resultado
fue decepcionante12.
Y es que, con relativa frecuencia, realizamos pruebas prácticas
acerca de cómo informan las entidades financieras. Las conclusiones no
son excesivamente halagüeñas. Más parecen mirar a sus propios
intereses que a los intereses del consumidor. En ocasiones, frente al
comportamiento
más
adecuado,
los
consejos
de
las
entidades
Ver en Cliente bancario: ¿es mejor hacerse el tonto? Editorial. DyD, nº 108
(Septiembre-octubre 2008).
12 Ver en Las entidades, malas consejeras. Artículo. DyD nº 108 (Septiembreoctubre 2008)
11
7
financieras pueden implicar para el consumidor pérdidas económicas
considerables.
La letra pequeña de las hipotecas
Sin duda, las hipotecas constituyen uno de los principales
caballos de batalla del consumidor español. Son muchos los problema
ligados, especialmente, a las interpretaciones del clausulado y a la
extrema dificultad para conseguir un préstamo que no lleve “pegado”
una serie de vinculaciones a la entidad financiera que, aunque no sean
legales, acaban convirtiéndose en conditio sine qua non para obtener el
préstamo (cuentas, tarjetas, diversos seguros, etc.).
Hay aspectos, señorías, que, desde nuestro punto de vista
deberían desaparecer porque, de alguna manera, encarecen el préstamo
sin
aportar
mayor
seguridad
al
consumidor13.
Desde
la
OCU
entendemos que, una vez devuelto el préstamo, la cancelación de la
hipoteca debería ser automática y obligatoria para la entidad financiera,
como ocurre ya en algunos países. Por eso ha solicitado del Ministerio
de Justicia una modificación de la normativa con el fin de que, una vez
abonado un préstamo, sea el banco quien deba cancelar el derecho (la
hipoteca es, a fin de cuentas, un derecho a favor del banco).
En aras de la brevedad, permítanme, señorías, señalar el aspecto
que, sin duda, consideramos en la base de la problemática de las
hipotecas: la valoración de los inmuebles, verdadero detonante del
desarrollo primero y de su explosión después de la llamada burbuja
inmobiliaria. Esta valoración, que preferimos llamar sobrevaloración, es
la que ha disparado el precio de la vivienda hasta cotas inasumibles que
ha acabado por generar un grave sobreendeudamiento que, en estos
momentos, ahoga muchas economías familiares. La consecuencia
Ver en Al fin mía… ¿no? Artículo. DyD, nº 121 (noviembre-diciembre 2010) y en
Un pellizco millonario. Artículo. DyD, nº 126 (Septiembre-octubre 2011).
13
8
inmediata no ha sido sino convertir a las entidades financieras en los
principales propietarios de un parque inmobiliario cuyas viviendas
tienen hoy muy complicada venta14.
Un problema de garantía: los seguros de ahorro
Cuando hablamos de seguros se piensa en primer lugar en el
hogar o el coche. Son cada vez más las entidades financieras que
disponen de sus propias centrales de seguros para ofrecer sus
coberturas, muchas veces vinculadas a los préstamos hipotecarios.
Pero aquí quiero referirme a los seguros de ahorro, para muchos
consumidores en forma de planes de jubilación. Ahorrar para la
jubilación es muy importante. Por eso es necesario planificar bien y,
especialmente hacerlo en los productos adecuados. Y en este grupo de
productos no recomendados situamos esos planes de jubilación. No
permiten desgravación fiscal alguna por lo que los beneficios forman
parte de la renta de ahorro. Debido a los elevados gastos y comisiones,
la rentabilidad final suele ser bastante baja por lo que la OCU no los ha
aconsejado nunca.
Aunque no se trate de un producto especialmente conflictivo y sin
entrar en la dificultad para el consumidor de la calle de hacer una
adecuada comparación entre diversas ofertas, entendemos que existen
en el mercado alternativas mejores. Desde nuestro punto de vista
merece más la pena dedicar el dinero que se piense invertir en planes
de jubilación hacia fondos de inversión, con una rentabilidad netamente
superior15.
Ver en Hipotecas para pisos de bancos. Artículo. OCU-Fincas y Casas, nº 36
(Agosto-septiembre 2011).
15 Ver en Mejor con fondos de inversión. Artículo. DyD, nº 115 (Noviembre-diciembre
2009).
14
9
Estos seguros, además, no cuentan con la protección del Fondo
de Garantía. Protección que hemos solicitado ya desde la OCU, dado
el hecho de que existen muchos consumidores que, pese a su escaso
interés, los han suscrito.
El engaño de las preferentes
Como
producto,
“participaciones
poco habría que objetar a las llamadas
preferentes”
siempre
y
cuando
las
cuentas
de
resultados y los balances de las entidades financieras fueran los
adecuados. Si fueran solventes podrían hacer frente sin problemas a
sus compromisos pactados e, incluso, las preferentes podrían ser un
producto atractivo para los inversores. No así para el consumidor “de la
calle”, ya que, dada su complejidad no lo podemos considerar adecuado
para él.
Pero el problema, señorías, es doble: por un lado, la solvencia de
las entidades financieras, que se ha pretendido ocultar durante largo
tiempo, está bajo mínimos y no tienen beneficios, lo que les lleva a no
poder hacer frente al pago de los intereses o a la devolución del
principal; por otro, la evidente pésima información sobre el producto
que ha llevado a la generación de un numeroso grupo de ciudadanos
cuyo perfil distaba mucho del de un inversor advertido y arriesgado que
ha acabado en numerosas acciones judiciales, algunas de ellas en fase
de análisis desde asociaciones de consumidores como a la que
represento. Las primeras sentencias16 alientan una esperanza suficiente
de
recuperar,
al
menos
en
parte,
las
cantidades
invertidas
maliciosamente.
Ver en Las preferentes, esta vez se liquidan en el juzgado. Breve. OCU
Inversores, nº 517 (24 de julio de 2012).
16
10
A modo de síntesis
A lo largo de esta comparecencia he tratado de apuntar algunas
líneas concretas que ayuden a identificar los problemas y a perfilar las
propuestas que den respuesta a los consumidores para conseguir un
nivel superior de información en la contratación de los productos
financieros.
Sin embargo, el compromiso de información, previo a la
contratación de cualquier producto o servicio guarda relación con la
transparencia,
cualidad
que
implica
también
confianza
en
la
credibilidad de quien transmite el mensaje.
Si hubiera que concretar, a juicio de la OCU, las medidas más
urgentes de cara a conseguir esa credibilidad nos fijaríamos en las
siguientes:
1. Reformar la contabilidad que refleje la realidad económica de
la entidad, sustituyendo el principio de valor razonable,
fácilmente manipulable, por el de imagen fiel y prudente.
2. Establecer como criterio fundamental la no politización de
las entidades financieras de forma que un político no pueda
acceder, por su condición de tal, a ningún puesto directivo de
ninguna entidad financiera.
3. Acabar con el principio de “aquí no pasa nada”, fijando con
claridad la responsabilidad de quienes causen perjuicios claros
a
los
consumidores.
Castigos
ejemplares
que
deben
ir
acompañados de la debida publicidad.
4. Prohibir toda operativa en los paraísos fiscales, si bien esta
medida implica un elevado nivel de coordinación internacional,
para evitar el efecto llamada.
5. Crear un sistema alternativo y público para la solución de los
problemas en materia de consumo, relacionadas con las
11
entidades financieras, compatible con el principio de justicia
universal. Al ser voluntario será necesario desarrollar un
procedimiento suficientemente atractivo para las entidades.
6. Finalmente, limitar al máximo la venta directa al consumidor
de productos derivados o de productos que los contengan,
como algunos fondos de inversión o planes de pensiones, de nulo
valor
o,
incluso,
perjuicio
económico
para
el
consumidor
(opciones, futuros, warrants o swaps).
Acabo, señorías. Reitero mi agradecimiento a la Cámara por la
oportunidad que ha brindado a la OCU de hacer oír su voz y quedo a su
disposición para cuantas cuestiones quieran plantear, en el bien
entendido de que estamos en un ámbito donde la especialización es
muy necesaria y, por eso, desde este momento les expreso mi
compromiso de recoger aquellas que se escapen a mis posibilidades de
respuesta y hacerle llegar a la coordinadora de esta Subcomisión la
aportación que, desde nuestra organización, sea posible.
¡Muchas gracias!
12
BIBLIOGRAFÍA
































Me ofrecen pagarés, ¿qué hago? Breve. OCU Inversores, nº 516 (17 de
julio de 2012).
Limpiemos el lodo de la banca. DyD, nº 131 (Julio-agosto 2012).
¿Y las comisiones bancarias máximas? Breve. OCU Inversores, nº 510 (5
de junio de 2012).
Huchas rotas: las peores inversiones. Artículo. DyD, nº 129 (Marzo-abril
2012).
Empeoran mis condiciones. Artículo. DyD, nº 128 (Enero-febrero 2012).
Muy flojita. Artículo. DyD, nº 128 (Enero-febrero 2012).
La hipoteca inversa no interesa. Artículo. OCU Fincas y Casas, nº 38
(Diciembre-enero 2012).
22 cláusulas K.O. Artículo. DyD, nº 127 (Noviembre-diciembre 2011).
Ofertones bancarios. Artículos. DyD, nº 126 (Septiembre-octubre 2011).
La banca se va de rositas. DyD, nº 125 (Julio-agosto 2011).
¿Cambiar de deudor? Si el banco acepta. Artículo. DyD, nº 123 (Marzoabril 2011).
Cantos de sirena. Artículo. DyD, nº 123 (Marzo-abril 2011).
Ría el último. Breve. DyD, nº 123 (Marzo-abril 2011).
Compraventa a través de agencias. Artículo. OCU-Fincas y Casas, nº 33
(Febrero-marzo 2011).
Adiós a 7 cláusulas abusivas. Breve. DyD, nº 122 (Enero-febrero 2011).
Nos gusta la banca on-line. Artículo. DyD, nº 122 (Enero-febrero 2011).
Salve lo que pueda. Artículo. DyD, nº 120 (Septiembre-octubre 2010).
Ándese con ojo. Artículo. DyD, nº 112 (Mayo-junio 2009).
Fieles por pereza. Artículo. DyD, nº 115 (Noviembre-diciembre 2009).
Las entidades, malas consejeras. Artículo. DyD, nº 108 (Septiembreoctubre 2008).
Necesito un préstamo. Artículo. DyD, nº 131 (Julio-agosto 2012).
Mover su dinero sale rentable. Artículo. DyD, nº 130 (Mayo-junio 2012).
Y que no le cobren porque sí. DyD, nº 129 (Marzo-abril 2012).
Búsqueda con ventajas. Artículo. DyD, nº 129 (Marzo-abril 2012).
Cuentas bancarias huérfanas. Artículo. DyD, nº 129 (Marzo-abril 2012).
Castigue usted al banco. Editorial. DyD, nº 128 (Enero y febrero 2012).
Hasta que los bancos quieran. Artículo. OCU-Fincas y Casas, nº 32
(Diciembre-Enero 2012).
Afectan al pequeño cliente. Breve. DyD, nº 122 (Enero-febrero 2011).
Una cuenta sin cuento. Artículo. DyD, nº 119 (Julio-agosto 2010).
Pagar sin malgastar. Artículo. DyD, nº 118 (Mayo-junio 2010). Una
cuenta sin cuento. Artículo. DyD, nº 119 (Julio-agosto 2010).
A salvo de los excesos del banco. Artículo. DyD, nº 118 (Mayo-junio
2010).
Nuevas reglas. Artículo. DyD, nº 116 (Febrero-marzo 2010).
13




























Una cuenta corriente, pero no cualquiera. Artículo. DyD, nº 115
(Noviembre-diciembre 2009).
Cliente bancario, ¿es mejor hacerse el tonto?. Artículo. DyD, nº 108
(Septiembre-octubre 2008).
Hipoteca obliga. Artículo. DyD, nº 128 (Enero-febrero 2012).
Hipoteca inversa. Artículo. OCU-Fincas y Casa, nº 38 (Diciembre-enero
2012).
Un pellizco millonario. Artículo. DyD, nº 126 (Septiembre-octubre 2011).
Hipotecas para pisos de bancos. Artículo. OCU-Fincas y Casas, nº 36
(Agosto-septiembre 2011).
Hasta un 10% más. Artículo. DyD, nº 125 (Julio-agosto 2011).
Hipotecas con sorpresa. Artículo. DyD, nº 125 (Julio-agosto 2011).
Contra las hipotecas locas. Editorial. DyD, nº 123 (Marzo-abril 2011).
Las burbujas dan resaca. Artículo. DyD, nº 123 (Marzo-abril 2011).
Al fin mía… ¿no? Artículo. DyD, nº 121 (Noviembre-diciembre 2010).
Hipoteca, haga números. Artículo. DyD, nº 118 (Mayo-junio 2010).
¿Invierto o amortizo? Artículo. DyD, nº 117 (Marzo-abril 2010).
Ni un euro de más. Artículo. DyD, nº 114 (Septiembre-octubre 2009).
La hipoteca inversa sigue sin interesar. Breve. DyD, nº 112 (Mayo-junio
2009).
Cuéntemelo todo. Artículo. DyD, nº 111 (Marzo-abril 2009)
¿Le encaja la cobertura? Artículo. DyD, nº 129 (Marzo-abril 2012).
Seguros de vida. Artículo. DyD, nº 128 (Enero-febrero 2012).
Vale la pena. Artículo. DyD, nº 126 (Septiembre-octubre 2011).
Asesoran mal. Artículo. DyD, nº 125 (Julio-agosto 2011).
Mejor con fondos de inversión. Artículo. DyD, nº 115 (Noviembrediciembre 2009).
Toda la verdad. Artículo. DyD, nº 115 (Noviembre-diciembre 2009).
Lo que hay que tener. Artículo. DyD, nº 114 (Septiembre-octubre 2009).
Ponga su hogar a cubierto. Artículo. DyD, nº 113 (Julio-agosto 2009).
Si no le llega, malo. Artículo. DyD, nº 112 (Mayo-junio 2009).
Las preferentes, esta vez se liquidan en el juzgado. Breve. OCU
Inversores, nº 517 (24 de julio de 2012).
Preferentes, ¿hay salida? Editorial. OCU Inversores, nº 517 (24 de julio
de 2012).
¡Participaciones preferentes, no! Breve. DyD, nº 114 (Septiembre-octubre
2009).
14
Documentos relacionados
Descargar