1.- Madrid y un niño Madrid no estaba en calma ¿Qué ocurría? Los calendarios marcaban el comienzo del siglo XIX, hace más de 150 años. Las calles de Madrid son ruidosas; siempre están llenas de transeúntes y diligencias: hombres de negocios, vagabundos, ociosos y pillos que convierten esa ciudad en casa de todos. En este Madrid ruidoso y cansado, suceden cosas sencillas, pero muy importantes para una familia. En una de las calles céntricas y típicas, en la calle de los Usera estaba naciendo un chaval, ¡no! uno no, dos, dos hermanitos pequeños, dos gemelos, un niño y una niña, que venían a formar parte de una gran familia numerosa. El niño parece entreabrir los ojos, la niña sigue con sus ojitos cerrados. El padre los miraba, formula deseos y piensa: “¿Qué será de estos hijos que han querido compartir el vientre materno? ¡Qué Dios nos ayude a criarlos, Bernarda! El padre de la familia Usera se llamaba Don Marcelo y la madre Doña Bernarda. Dios también quiso nacer dentro de una familia para que alguien lo cuidara, lo protegiera, lo ayudara y lo aceptara como era. La familia ha de ser una escuela de virtudes, en ella los hijos crecen. ORACIÓN POR LA FAMILIA Señor Jesús, te queremos pedir por todas las familias, los padres, las madres, los hermanos… Dales buena salud a todos y que siempre puedan ser felices. Que los padres y las madres tengan trabajo y se quieran mucho. Que los hijos estudiemos y seamos responsables con todo lo que nos enseñan en el colegio. Señor Jesús ayúdanos a como tú colaborar en casa sin protestar. Que vivamos unidos haciendo crecer tu inmenso amor en medio de nosotros todos los días, en todo momento. Que así sea buen Señor Jesús 2.- Fiesta ¡Qué día tan hermoso! Ha salido el sol con cara de otoño. Y esta mañana el sol se siente además juguetón. Tiene prisa por despertar a los pequeñines, que duermen. Es que van a estar de fiesta, es el día de su bautizo. Toda la casa de la familia Usera está en movimiento. Van llegando el padrino, la madrina. Todo está listo para las cinco de la tarde. Doña Bernarda viste a los pequeños con un largo faldón para la ceremonia y todos salen camino de la iglesia. En la parroquia de San Sebastián les aguarda Don Lucas, el cura. Don Lucas toma una concha de nácar, la introdujo en la pila bautismal, la llenó hasta rebosar y la derramó sobre las cabezas de los dos pequeños.”Yo te bautizo María, yo te bautizo. Mariano. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” Dos cristianos más en la comunidad parroquial de San Sebastián era un motivo de gozo para todos los presentes. Mariano Jerónimo Usera será toda su vida fiel a Jesucristo, Jesucristo grabó en su corazón el Amor y solamente más tarde, Jerónimo Usera se dará cuenta de que este amor es como un fuego que no se puede apagar. El Bautismo, es el primero de los sacramentos por el cual nos hacemos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Por el bautismo somos liberados del pecado original, somos incorporados a la Iglesia y participes de su misión. Oración Querido Jesús en algún momento de mi vida, me daré cuenta de lo importante que eres en mi vida, no me abandones, no me dejes ir, somos niños y niñas que apenas aprender a vivir, enséñanos con tus palabras, enséñanos a vivir como Tú. Sigue presente en nuestras vidas y protégenos. Gracias porque nos amas y nos cuidas. Gracias por habernos permitido recibir las aguas bautismales. Bendito seas, Señor Dios Nuestro, porque Tú guías nuestros pasos. Tú bendices nuestras entradas y salidas y nos tienes bajo Tú cuidado. Te pedimos nos sostengas en tus brazos de amor y nos des el Don de tu espíritu. 3.- Cadena larga de hermanos Dámasa, Clara María de la Asunción, Gabriel, Josefa, José Jorge, María, Mariano Nicomedes, María Nicomedes, Pío, Pedro, Victoriano, Eugenia, Juan, Gregoria… ¡Qué lista tan larga! Es una lista de hermanos, los hermanos de Mariano Nicomedes, el Padre Usera. Él está en sexto lugar. Tiene hermanos mayores que lo defienden y pequeños que tiene que defender. En boca de su madre, Doña Bernarda, tanto los niños como las niñas eran estupendos y juguetones a cual más. Ella se dedicó al cuidado y educación de sus hijos, a la hora de educar a su familia sabía repartir corrección y cariño a cada uno, según sus necesidades. Junto a esta madre la casa parecía una fiesta, llena de risas y canciones, menos a la hora de las tareas escolares. Don Marcelo, el padre, tiene una familia numerosa y con cierto bienestar, pero tiene que trabajar mucho para sacarla adelante. Lo hace como profesor y director de una academia en el Pasadizo de San Ginés y que por entonces era muy famosa. Padre y madre cuidaban de fomentar en su hogar la vida cristiana. Mariano aprendió en la escuela de su familia las enseñanzas básicas que construyeron su personalidad: respeto, claridad de ideas, trabajo y sobretodo amor. El Padre Usera siempre recuerda la infancia como un tiempo importante para la vida de las personas. Los hermanos, la infancia en familia siempre es algo que nos va marcando nuestra vida. Oración por los hermanos/as Señor Jesús, Te doy gracias porque me has concedido una familia. Hoy te pido por mis hermanos, A todos los quiero y a cada uno quiero entregarle lo mejor de mí mismo, Compartiendo el amor de nuestros padres, El mismo techo y el mismo pan. Las mismas penas y las mismas alegrías, los mismos altibajos de la vida familiar Y tantas y tantas cosas… Da a mis hermanos el valor de luchar por sus grandes ideas Y de ser constantes en la realización de sus sueños. Infunde el amor en sus corazones, Para que sean hombres y mujeres de bien, Bondadosos y generosos cristianos. ¡Qué paz y qué alegría es convivir con los hermanos unidos! 4.- En torno a la chimenea ¡Qué noches tan frías tiene el invierno de Madrid! La familia Usera se ha reunido alrededor de la chimenea. En este momento se sentaba la madre y, como entonces no había televisión, aprovechaba estas horas tranquilas para contar a sus hijos interesantes historias de sus antepasados. Lo hacía con tanto cariño y entusiasmo que todos la escuchaban atentos. Ella provechaba estas lecciones para ir preparando a sus pequeños en el arte de vivir. En un momento de las explicaciones los niños se alborotaron un momento y sólo la paciencia de la madre pudo poner ordene la pequeña tropa. Cuando había algo que no entendían, por estar escrito en latín, como el lema de los Usera recurrían a su padre y luego su madre se las arreglaba para hacérselo entender. En su imaginación e inteligencia iban comprendiendo que los Usera tenían que ser buenos cristianos y bondadosos con los demás. El reloj ha corrido al galope y es hora de irse a dormir. Doña Bernarda acuesta a los más pequeños, a la vez que dice con ellos las oraciones de la noche. La casa va quedando lentamente silenciosa y, al poco rato, todos duermen plácidamente. En muchas ocasiones no somos capaces de valorar todas las cosas que tenemos, que afortunados somos, dormimos calentitos en una confortable cama, pero, ¿y toda esa gente que carece de esas comodidades? Oración por los necesitados Querido amigo Jesús, Tú pasaste por el mundo haciendo el bien Entre todos los hombres, mujeres y niños y nos enseñaste a compartir con todos. Lo que somos, lo que tenemos, Lo que soñamos, lo que esperamos, Lo que nos duele, Y lo que nos alegra. Abre nuestros corazones Para que siempre tendamos la mano al que sufre. Ayúdanos a ver en cada hermano tu rostro que nos llama y nos pide vivir con generosidad, amor y entrega a los demás. ¡Que así sea, Jesús! 5.- Una excursión fuera de España Mariano iba creciendo. Sentía por su padre gran admiración. Le parecía el hombre más sabio del mundo. Todo lo que le preguntaba, la sabía; y se lo contestaba con tanta claridad y certeza que lo dejaba admirado. Mariano Jerónimo se sentía orgulloso de su padre. Don Marcelo, su padre, le correspondía con una ternura especial. Un día su padre, le tenía preparada una sorpresa, la mejor de todas: - Mariano, ¿sabes? Voy a realizar un viaje, visitaré las más famosas ciudades de Italia. En ellas podré ver obras magníficas realizadas por grandes hombres. Todo esto me ayudará a enseñar mejor a mis alumnos, interesándoles por la cultura. - Y he pensado que podías ser tú quien me acompañase. La sorpresa no pudo ser mayor. Él, Mariano, acompañar a su padre en aquel viaje… Génova, Florencia, Milán, Venecia, Roma… Mariano cada día, iba aprendiendo más novedades que le ampliaban los conocimientos sobre la vida y sus problemas. Mariano tomaba nota de cuanto aprendía; ya casi tenía llena una libreta de las grandes; y también tomó nota de los niños desarrapados y vagabundos que vio correr, formando pandillas junto a las fuentes o pidiendo limosna por las calles y plazas. Su corazón se entristecía y se dijo: “Cuando sea mayor haré una escuela donde los niños pobres aprendan lo necesario para poder vivir de su trabajo sin pedir limosna”. Oración por los niños que viven en la calle Jesús, mi buen amigo, te quiero pedir hoy por los niños que viven en la calle. Que están solos y abandonados, desprotegidos, sin padre ni madre que los cuide y los quiera. Ayúdame a descubrir tu rostro en cada niño que sufre y enséñame a ser solidario, puedo y quiero ayudar. Que todo esto no me pase indiferente, Dame fuerzas para vivir con un amor grande, al igual que lo hizo el Padre Usera. Que no me quede en palabras como tantas y tantas veces nos pasa. Enséñame Señor a amar de verdad. 6.- Día de paseo Aquel día no había clase, el cielo estaba sereno. Don Marcelo salió con algunos de sus hijos a pasar la tarde en el campo. Entre ellos Mariano ¿cómo no? Cada día se sienten más encariñados. Don Marcelo, sentado junto a un árbol, leía. Después de jugar mucho tiempo los chicos iban sentándose en la hierba y al final Mariano, dejando el balón, vino a sentarse junto a su padre. -¿Te acuerdas de todo lo que vimos en nuestro viaje? - Dime, después de ver tantas cosas bonitas ¿Qué te gustaría ser? ¿arquitecto como Miguel Ángel? ¿músico, pintor como Rafael? ¿médico o….? -Papá –interrumpió-, de ese viaje he venido convencido de sentirme llamado por Dios para hacer el bien en la tierra. Sorprendido quedó el padre ante tan inesperada respuesta y cerrando el libro, continuó: -Bueno, eso es estupendo, pero hacer el bien no está en contra de elegir una profesión; cuando seas mayor tendrás que dedicarte a algo; ¿Qué te gustaría ser? - Quiero ser fraile. Pronto se pusieron en camino de regreso a casa. Todos comentaban contentos lo bien que lo habían pasado aquella tarde. Don Marcelo seguía rumiando en su corazón las palabras de Mariano: “QUIERO SER FRAILE” Oración por las vocaciones Padre Bueno que estás en todas partes y nos proteges siempre. Te pedimos por todos los jóvenes, hombres y mujeres que sienten tu llamada a la vida religiosa. Envíanos Señor más servidores para construir tu Reino. El trabajo es mucho y los trabajadores pocos. Dale fuerzas a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas del mundo para que sigan tu camino, con fidelidad a la verdad, para que ayuden a todos como lo hizo tu Hijo Jesús. Para que trabajen por la justicia y la Verdad. Te pedimos que los acompañe siempre. Sigue llamando cada día a más, que todos sepamos escuchar tu llamada Igual que lo hizo nuestros Padre Usera. 7.- Otro viaje Madre e hijo lloran esta mañana. Las maletas están preparadas y… ¿qué les hacía llorar? Mariano se marcha al convento, el caso es que sus lágrimas no se saben si son de agradecimiento, porque Dios sea fijado en la familia para llamar a uno de sus hijos, o por la pena de que el hijo se tiene que separar de ellos. - Mariano ¿no te cuesta dejarnos? - Sí, mamá, siento mucho dejaros; es muy grande mi pena, pero esta es la voluntad de Dios y por ello voy con el corazón animado. Las lágrimas que aquella mañana corrían por sus caras, las hacían más hermosas a los ojos de Dios. Los monjes cistercienses, que eran los que Mariano había elegido, tenían el noviciado en un pueblo de Galicia que se llama Osera. Lo primero que le llamó la atención al joven aspirante fue la frase que encontró escrita en el frontispicio de la puerta, que decía: “NOS HA REUNIDO AQUÍ EL AMOR DE CRISTO” ¡El amor de Cristo!, ésta es la clave que hará de Mariano el BUEN AMIGO. Oración” Quiero escuchar tu voz” Jesús, quiero escuchar tu voz y seguir tus enseñanzas. Quiero conocer tu vida, tus palabras, tus gestos de amor verdadero. Quiero prestar mucha atención a lo que nos dices cada domingo en la misa. Quiero aprender a vivir como discípulo y seguir tus pasos. Abre mi corazón mis oídos y mi inteligencia, para que pueda recibir tu mensaje y cambiar mi vida. Quiero escuchar tu voz para vivir cada día más cerca de Dios 8.- Trapenses Los monjes cistercienses, reformados por San Bernardo, con frecuencia son llamados Trapenses ¿por qué? Cuando San Bernardo fue a buscar tela para vestir a sus monjes le querían vender un buen tejido y de un buen color, pero cada vez que hacía cuentas le salía muy caro. - Quiero lo más barato que me pueda dar, dijo San Bernardo. - Pues entonces no me pida tela, pida trapo, ese es el género más barato que puedo ofrecerle. Y aquellos monjes vestidos del blanco “trapo” fueron conocidos por el mundo entero como “trapenses”. Los trapenses, donde ingresó Mariano, llevan una vida muy austera y se necesita ser un hombre muy enamorado de Dios para soportarla. Duermen solamente lo necesario para vivir, y aun ese tiempo necesario lo interrumpen a media noche para levantarse a cantar alabanzas al Señor. Cultivan la tierra con esmero y ésta les da alimento suficiente para comer ellos y tantos mendigos que cada día acuden al monasterio. Otra parte del día lo dedican a la lectura y al estudio de ciencias y artes. Y, por fin, las horas mejores de la jornada las dedican a lo que ellos llaman “la obra de Dios”, es decir, a cantar en el coro las maravillas del Creador. Oración “Ser servidor de todos” Jesús, tu me enseñas que para seguir tus pasos hay que servir a los demás. Ayúdame a ser servicial, a preocuparme por los demás, a vivir pensando en ellos. Enséñame a ayudar y a ser generoso y abierto, a estar siempre dispuesto a echar una mano a todos. Quiero dar muchos frutos de buenas acciones. Quiero ser solidario y amar a los demás con gestos, hechos y actitudes, no sólo con palabras. Ayuda a que mi semilla pueda dar muchos frutos de cosas buenas. 9.- María Un monje va caminando por el sendero; al margen derecho encuentra un pequeño altar. En él, la imagen de María. El monje se vuelve para mirarla, inclina la cabeza y saluda: “Ave María”. Por el jardín pasean algunos monjes. Allí, rodeada de rosales hay una imagen de Santa María. Cuando pasan ante ella, ningún fraile se olvida de saludar: “Dios te Salve María” El joven novicio, Mariano Usera, ha observado muchas veces esos detalles; Él también ama a la Virgen. Desde pequeño su madre, Doña Bernarda, le enseñó a quererla. Fray Melgar es el maestro de los novicios, al que todos quieren. Se sienta tras una rústica mesa de madera y comienza a darles su lección diaria. Ya en su habitación, muy formal Mariano está repasando los apuntes de la lección y subraya: “La devoción a la Virgen tiene su base en que María fue elegida por Dios para ser su Madre y ella libremente aceptó a serlo” Desde aquel día permanecía Mariano largos tiempos hablando con la Virgen, allí en el jardín; y, cuando pasaba delante de ella y no podía pararse, la saludaba diciendo: “Ave, María” Oración a María Querida Virgen María. Gracias por ser nuestra madre en la fe, por estar cerca nuestro y cuidarnos mucho, como lo hiciste con Jesús-niño. Quiero conocer mejor a tu hijo y quererlo cada día más. Quiero vivir como Jesús, ser buen hijo, buen hermano y buen amigo. Contágiame tu esperanza, que aprenda como tú a vivir en las manos de Dios. Ayúdame a hacer crecer mi fe. Madre Buena enséñame a seguir los pasos de Jesús. 10.- La Biblioteca Un día nuestro fraile se encontraba algo inquieto. Al fin se levantó, salió de su celda (habitación) y se encaminó hacia la biblioteca del monasterio, donde los monjes habían ido acumulando, durante siglos, los saberes de muchos hombres y la experiencia de generaciones. Todo en la biblioteca estaba rigurosamente ordenado y catalogado. ¡Cómo gozaba en este lugar Mariano y cuántos ratos pasaba leyendo! Mariano Usera se había hecho fraile del Cister, quería serlo con todas las consecuencias y le interesaba mucho saber cómo habían vivido aquellos hombres que se atrevieron a reformar la Orden. Al final, merecía la pena conocer las cosas desde las raíces. Embebido en estos pensamientos, llegó hasta un armario, buscó, desenrolló un legado y encontró: “Hazlo así. ¡Hazlo todo por Dios, y Él te bendecirá aquí y en la otra vida!...Sólo una última nota y tu plan será perfecto. Tú planeas un noviciado caballeresco. Está bien. Entonces, proponles una Reina a quien amar. Proponles a MARÍA. Haz que ellos den a Jesús a través de ella, y que obtengan de Jesús por el mismo procedimiento. En la dificultad, en la duda, en la prueba o en la tentación, que contemplen a la Estrella, que llamen a María. Ella no les abandonará nunca, si ellos no le abandonan” Mariano quedó pensativo. “Todo por Dios, todo por Dios y sólo por Dios”. Qué gran idea para su vida. Salió de la biblioteca y cuando iba por el claustro, recordó: “Que llamen a María” Y desde aquel día, cuando al amanecer o en el crepúsculo vespertino el coro de monjes entonaba la salve, el corazón de Mariano latía con otro ritmo. Oración a María Hoy me dirijo a ti, María para pedirte que me ayudes a escuchar con confianza la palabra del Señor. Contágiame tu fe, tu amor y tu esperanza para que yo pueda responder sí a todo lo que Dios me pida. Enséñame a disponer el corazón, a saber escuchar A guardar dentro de mí, lo que Jesús me va diciendo. A recibir con generosidad lo que Él me propone. Ayúdame a ser fiel y a mantener el rumbo que pide el Señor. Que no me olvide de dedicar cada día un ratito a charlar con Jesús y escuchar su voz en la Biblia. Madre, quiero seguir tus pasos, acompáñame en el camino. 11.- Su mejor amigo Mariano pasaba muchas horas hablando con su amigo Jesucristo. Pensaba lo grande que tiene que ser el amor que nos tiene nuestro Padre Dios que se decidió a mandarnos a su Hijo, el único que tenía, para que viniese a salvarnos. Cuando Mariano pensaba estas cosas, sentía que le crecía dentro el amor a su Amigo, en estos momentos con Cristo aprendió Mariano a no hacer distinción entre las personas, a ser amigo de todos. Bajo la Cruz aprendió a perdonar y a “tolerar a los que obran mal, a sufrirlos e incluso a prestarles ayuda si lo necesitaban, pero a no transigir con el mal, ni con la mentira” Movido por este amor a Dios, salía de la oración decidido a practicar obras buenas con libertad, sin dejarse coaccionar por nada ni por nadie. Cuando algún compañero le hacía alguna faena, se acordaba de aquello de la cruz de su amigo y se aguantaba; “porque – decía – tengo que aprender a perdonar.” Jesús, su mejor amigo, le escuchaba y, poco a poco, le iba concediendo parecerse a Él. Llegó un momento en el que Mariano practicaba las cosas que leía en el Evangelio. El padre Usera hablaba así a Jesús su buen amigo “¡Oh, Jesucristo! Lo que tú ganaste muriendo en la cruz, vas y nos lo regalas a los hombres que te habíamos matado, y encima lo repartes sin mirar influencias ni enchufes, no distingues entre ricos y pobres ni tienes en cuenta las razas y los colores” “Oye, Jesucristo, nosotros TODOS nos hemos portado mal contigo, por eso tenemos que venir a buscar la salvación en la sangre que tu derramaste en el Calvario” “Oye, Jesucristo, he leído un poco esta tarde tu Evangelio y he visto que tú nunca mentías y además hacías el bien a los que te querían y a los que no te querían; eres un hombre justo, eres formidable” “Oye, ¿por qué no nos concedes la gracia de parecernos a ti en las dos cosas que el hombre puede parecerse a Dios, en decir la verdad y en hacer el bien?” Oración al Buen Amigo Jesús “Buen amigo Jesús. Me entusiasma la idea de vivir como tú. Quiero tenerte como modelo para parecerme cada día un poco más a tu persona y así estar más cerca de Dios. Tú pasarte haciendo el bien, revelando el verdadero rostro de Dios, mostrando cómo vivir el amor, ayudando a los necesitados, perdonando y llamando a perdonar, enseñando cómo rezar, predicando el Reino de Justicia y Paz. Quiero vivir siguiendo tu camino, dame fuerzas para lograrlo.” 12.- El Padre Abad Por la mente del abad iban pasando las vidas de sus monjes, sentado en un banco de piedra en el rincón del ciprés. Por estos pensamientos discurría el abad cuando vio que se le aceraba fray Melgar: -Padre maestro ¿Están cumplidos todos los requisitos del novicio madrileño? (se refería a Mariano Usera) -Todo está a punto, padre abad. -¿Qué dicen los informes? - Se trata de un joven pacífico y de buenas costumbres, aseguran que es sencillo; con sus padres siempre fue obediente y cariñoso; juran también los que lo conocen que a las personas mayores las trata con educación y respeto, y aseguran que nunca fue amigo de peleas. -Y sus compañeros de noviciado, ¿qué dicen de él? -Todos quieren mucho a Mariano y él de todos es amigo. Todos lo admiran y a él le parece la cosa más natural cumplir sus obligaciones. .Este novicio es una joya para nuestra Orden y, con el tiempo, apreciaremos su valor, decían el fraile y el abad hablando -Padre maestro, dijo el abad, pase mañana por mi despacho; hay que ultimar las cosas; deseo que Mariano haga su profesión el día 4 de Marzo, si él no tiene nada en contra. Con esta disposición profesó el día previsto. Y desde eso momento será conocido en el monasterio como fray Jerónimo. ORACIÓN: Por el Papa. Señor, te pedimos por nuestro Papa, a quien tú encomendaste la tarea de cuidar a tu pueblo. Ayúdalo a tener un corazón bien grande, ayúdalo en su misión de Pastor de tu Iglesia, Dale tu espíritu de libertad, verdad y unión, que sus palabras y consejos nazcan del encuentro profundo contigo. Ayúdanos a crecer como un pueblo de hermanos, y haz que junto a nuestro Papa vivamos cada día poniendo en práctica tus palabras y enseñanzas. 13.- Reza y trabaja Fray Jerónimo es un monje formal, de buen carácter y muy sereno. En el monasterio le han encomendado distintos oficios, los cumple con responsabilidad y aún encuentra tiempo para seguir visitando la biblioteca. Hoy lo encontramos en el rincón de los antiguos pergaminos. ¡Vaya! Éste si que es un pergamino viejo, mucho más que el de San Bernardo. Este es de principios de siglo VI, nada menos que del mismo fundador de la Orden, San Benito, y… ¿qué tendrá escrito?... Ya, es uno de los lemas, “ORA ET LABORA” “REZA Y TRABAJA”, tradujo Jerónimo, recalcando sus sílabas re-za y tra-ba-ja. Después de pensar unos momentos, dijo:”¡Qué inteligente!”. San Benito unió en una frase el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El trabajo, tarea del hombre para seguir construyendo el mundo. Oración, conversación del hombre con Dios, y esto sin interrupción. El monje convierte su trabajo silencioso en una oración; y, su oración, se convierte en trabajo. ORACIÓN: Gracias por ir al cole. Querido Jesús: Te doy gracias por poder ir al colegio y te pido por todos los niños que no pueden hacerlo. Ayúdame a estudiar mucho y a prender cada día más. Quiero ser un buen compañero, preocuparme por lo demás, ayudar a todos, Compartir con ellos mi tiempo, mi alegría y mi cariño. Te pido por mis profes, dales mucha fuerza y alegría para que nos enseñen con paciencia y mucho amor. Danos tu fuerza Señor para hacer un mundo donde todos puedan estudiar y aprender. 14.- El coro ¡Qué grande es Dios! Sus ojos pueden estar siempre mirando a todos, y ver por dentro, no sólo por fuera; por eso también les decía San Benito a sus monjes que cuando cantasen al Señor dijesen con los labios lo mismo que pensaban con el corazón. ¡Tolón,…tilín,… tolón…! Jerónimo se despierta asustado. Se frota los ojos, da un salto y el chapuzón de agua fría le ayuda a medio despertarse. Sale rápido y entra en la fila que se encamina hacia el coro. Santo, santo, santo, aclaman todos, inclinando sus cabezas casi hasta el suelo, para adorar a un Dios tan grande y poderoso. Dios es grande y poderoso y también es Padre lleno de cariño; por eso se le puede cantar como un amigo. Y, ¡cómo gozaba Jerónimo entonando salmos y cánticos! Le gustaban aquellos que decían: “Alabad a Dios todas las naciones, bendecid su nombre todos los pueblos” “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque su amor no tiene fin” A Jerónimo le gustaba la música y el canto, pero tenía que ser bien entonado y aconsejaba que en los colegios se cantase con frecuencia. ORACIÓN: Enséñame a rezar. Jesús, maestro y amigo. Me gusta charlar contigo, decirte mis cosas, contarte lo que me pasa, pedirte consejos o simplemente, cantarte un ratito. Enséñame a rezar, con ganas y entusiasmo, todas las mañanas, todas las noches. Que no me olvide de hablarte un momento cada día, para encontrarme contigo, pedirte por mi familia, darte gracias por la vida y decirte que te siento cerca de mí, caminando a mi lado siempre. 15.- Sacerdote y sabio Siguen pasando los años. El joven monje, cada día destaca más por su talento. Algún día acudiría a su ciencia para enseñarla a los demás, pues Jerónimo sabe que una cosa es la que engendra la muerte de la sociedad y de las familias, el egoísmo. Para el egoísta no hay ni sociedad ni personas; por eso él todo lo que aprende no es para sí mismo, es para mejor poder ayudar a quien lo necesitase. Fray Jerónimo cuanto más sabía menos importancia le daba, porque estaba convencido de que las personas delante de Dios valen por lo que son, no por lo que saben; y la gente también aprecia más a los sencillos que a los engreídos y arrogantes. Cuando estudiaba, siempre iba buscando llegar cada día más al conocimiento de la verdad, para luego propagarla por el mundo. Dice la “Regla” de los monasterios cistercienses que los abades pueden ordenar de sacerdotes a algunos de aquellos monjes que crean más dignos. Jerónimo fue destinado para este ministerio. Siendo sacerdote, su campo para hacer el bien se ampliaba. A él que tanto le gustaba decir la verdad, ahora podría proclamar desde el sacerdocio la gran verdad de la PALABRA DE DIOS. Con cuánta alegría y devoción celebró la primera misa. ORACIÓN: Espíritu de Jesús Te ofrezco mi corazón para recibirte y que llenes mi vida. Dame la fuerza necesaria para vivir siempre como Jesús nos enseñó. Te pido que me ayudes a cambiar las actitudes egoístas que tengo en mi interior y todo lo que me aleja de Dios y de mis hermanos. Te doy gracias por acompañarme y estar siempre cerca de mi. Ayúdame a distinguir las cosas buenas de las malas, enseñándome a elegir siempre el camino del bien. Espíritu de Jesús, ven a mi corazón y trasforma mi vida, para vivir como Jesús vivió. 16.- Con lluvia y viento Sanabria, región zamorana que encierra en sus límites uno de los más bellos lagos de España. Allá, en la altura, está el monasterio de San Martín de Castañeda al que destinaron a fray Jerónimo. Fray Jerónimo es nombrado predicador, cargo concedido a pocos dad su responsabilidad. Jerónimo como siempre, se lo toma en serio; pronto conocerá todos los pueblos de la comarca. Llueve a cántaros, pero da igual, Fray Jerónimo toma la mula, se cala el capuchón y, con la gracia y el entusiasmo de su juventud, trota monte arriba desafiando al agua. Al día siguiente desafiará a la nieve, tiene que casar a una joven pareja. Otro día sopla un viento fuerte, Fray Jerónimo tiene que llegar hasta Puebla, se celebra la gran novena y la gente espera su sermón. Este hombre no tuvo tiempo de aburrirse. Su vida estaba totalmente llena; las obligaciones del monasterio cumplidas con agrado y el deseo de llevar a todas las aldeas la buena palabra del Evangelio, le traían siempre preocupado. Al llegar la tarde, tenía que predicar en la iglesia del pueblo. Aquel día se encontraba más preocupado que nunca ¿Cómo podría decir a sus hermanos lo que Dios había hecho por nosotros cuando murió en la cruz? Era tan importante el asunto que, mirando suplicante a la Virgen, le dijo: “Desconsolada Reina…todo el que te busca halla remedio…inspírame palabras que caigan bien a mis oyentes y les ayude a amar más a tu Hijo” Aquel día todos le escucharon con atención. Los hombres ni pestañeaban, los niños no se cambiaban los cromos, alguna señora mayor se emocionó… ORACIÓN: Señor dame más fe. Cada día quiero creer más en ti, querido Jesús. Te quiero confiar mi vida y seguir tu camino. Dame fuerzas para alimentar mi fe, hazla crecer, para que se mantenga fuerte cuando tengo dudas o cuando quiero olvidarme de lo que tú me enseñaste porque me cuesta vivirlo. Quiero tener una fe grande Señor, que me ayude a llevar mucho amor a todos los que me rodean, y que me muestre el camino de la alegría y la esperanza. 17.- La Paz Los hombres dicen que buscan la paz, pero pocas veces la encuentran. Porque casi nunca la buscan junto a la justicia, que es donde suele estar. Pues sí, Jerónimo vivía contento gozando de la paz de su monasterio; a él la paz le nacía de dentro. Tenía paz con Dios, al que quería como Padre y a quien trataba como amigo. Estaba en paz con los frailes del convento, todos se sentían hermanos. Un día el Padre Abad se presentó con una cara de preocupación muy grande y les dijo: “Hermanos ha llegado el momento de demostrar a Dios nuestra valentía y nuestro amor. Ha salido una ley por la que nos quitan nuestras tierras y nos echan fuera de nuestros monasterios” No se engañaba el Padre Abad, pocos días más tarde fueron arrojados de su monasterio. Los monjes se marcharon por los distintos caminos del mundo, perdonando a sus enemigos para seguir pareciéndose a Cristo. Fray Jerónimo sufrió mucho, pero como era un hombre de corazón grande, no se amilanó u decidió vivir siempre como monje y seguir haciendo el bien allí donde se encontrase. España pasó días muy tristes; no había trabajo, no había alimentos ni ropa y había poco dinero. Años más tarde en un convento de Mercedarias de la ciudad de Toro, en la provincia de Zamora, una joven decidió entrar en el convento para hacerse monja, mas no tenía tela ni dinero para hacerse un hábito, esto llegó a oídos de Jerónimo que no dudo en dar su hábito de monje para que pudieran vestir a la novicia. Así era el corazón de Jerónimo Usera, siempre dispuesto a hacer felices a los demás aunque fuese con su sacrificio. ORACIÓN: Enséñame a tener compasión. Querido Jesús: Yo también quiero ser compasivo y ayudar a los que sufren. Quiero ser como el buen samaritano, que se hizo prójimo de quien estaba tirado en el camino y necesitaba una mano. Dame valor para acercarme a todos los que necesitan consuelo, compañía y ayuda de cualquier tipo. Empapa mi corazón del espíritu del buen samaritano para que ofrezca siempre mis manos abiertas a los demás. Que nunca pase de largo ante el dolor de mis hermanos que no sea indiferente al sufrimiento. Dame fuerzas Jesús para seguir ayudando a todos. 18.- Nadie da lo que no tiene Jerónimo se encuentra en plena forma; su inteligencia llena de ciencia, su corazón lleno de amor y su cuerpo repleto de salud. Jerónimo irá dando al mundo todo, empieza por darle su sabiduría. Se convierte en un gran pedagogo, y como Jesús, no distingue de razas ni de clases sociales. Profesor de griego y hebreo en la universidad de Madrid, maestro entre los chicos morenos de Guinea, profesor de los seminaristas en Cuba. “Socorrer enseñando”. Éste era el lema de la Sociedad Matritense de Amigos del país, a la que Jerónimo se alistó. Y él nunca perdió la ocasión de hacer vida el hermoso lema. Es más después de algunos años fundó una congragación, que este año cumple 150 años, dedicada totalmente a la gran labor de la enseñanza. Tanto trabajó por enseñar al que no sabe, que allá en la Universidades de las Islas Antillas hay libros que hablan de Don Jerónimo como uno de los grandes, entre los primeros pedagogos de aquellas tierras, y cuentan lo mucho que hizo por sus habitantes. ORACIÓN: Enséñanos a compartir. Querido Amigo Jesús, tú pasaste por el mundo haciendo el bien entre todos los hombres y nos enseñaste a compartir con todos, al igual que hizo nuestro Padre Usera. Compartimos con todos lo que somos, lo que tenemos, lo que soñamos, lo que esperamos, lo que nos duele y lo que nos alegra. Abre nuestros corazones para que siempre tendamos la mano al que sufre. Ayúdanos a ver en cada hermano tu rostro que nos llama y nos pide vivir con generosidad, amor y entrega a los demás. 19.- Por los salones de Palacio La familia Usera es muy conocida en el palacio. Dos hermanos de Jerónimo ocupaban los cargos de médico y de inspector de jardines y la reina sabía que el trapense exclaustrado estaba “dispuesto a dar la vida por ella, por España y por Dios” Un documento salía del despacho real, era el nombramiento del capellán real, de Don Jerónimo. Sucedió entonces algo que iba a tener importancia en la vida de Don Jerónimo. España tenía colonias y era costumbre de la época que los colonizadores, cuando volvían a la patria, trajeran a los reyes regalos exóticos. Un día, el señor Larena, fue a las colonias de Fernando Poo y trajo de allí dos jóvenes negros que querían conocer España y sus costumbres. Don Jerónimo se quedó encargado de la educación de aquellos jóvenes llamados Quir y Yegüe, los quiso como a unos hijos y los trató como amigos, en poca más de cuatro meses estuvieron preparados para volver a su tierra sabiendo leer y escribir y conociendo lo imprescindible de geografía, historia y matemáticas. El primer día del mes de Mayo fue elegido para su bautismo y Don Jerónimo seguía la ceremonia con interés y emoción y agradecido alababa a Dios. ORACIÓN: ¡Quiero ser tú discípulo!. Jesús, aquí estoy para seguirte donde tu vayas. Quiero ser tu discípulo fiel y aprender todo lo que quieres enseñarme. Te ofrezco todo lo bueno que hay en mí para servir a los demás. Estoy disponible Señor para seguir tus pasos. Estoy feliz porque a tu lado aprendo a vivir haciendo el bien. Tengo muchas ganas de crecer en la fe, en la esperanza y en el amor a los demás. ¡Ayúdame a vivir como buen discípulo! 20.- Nuevas tierras Jerónimo era incansable. Ya se lo había dicho al Señor en los ratos que pasaba con él: “Dame nuevas tierras para extender tú Reino” La patria le parecía pequeña para hablar de él, de Jesús, de su amigo, y los caminos recorridos por los pueblos y las ciudades le parecía cortos. Quería cruzar el mar, ir lejos, llegar donde nadie había llegado para llevar a toda la gente la felicidad de saberse Hijos de Dios. -Entonces ¿te decides a ser misionero? -Sí.-respondió el Padre Usera- el pensamiento de las misiones me persigue y estoy seguro que es el más grande pensamiento que Dios me puede dar. Así, buscando sólo en bien de los pobres y sencillos, pidió y obtuvo de la reina ser enviado a Guinea. Fue nombrado capellán de una fragata que partía hacia esas tierras en las que nunca había pisado un misionero católico. ORACIÓN: Ser testigo. Quiero vivir siguiendo tus pasos, Jesús Maestro. Quiero vivir imitando tus actitudes, quiero vivir cumpliendo tus mandamientos. Quiero vivir compartiendo tus preferencias, quiero vivir realizando tus gestos de ayuda. Quiero vivir siendo sincero y honesto contigo. Quiero vivir recordando tus palabras. Quiero vivir predicando tu buena noticia, con mis palabras, con mis acciones, con mis actitudes de vida, con todo lo que pienso, lo que hago y lo que digo. ¡Quiero ser tu testigo, Señor! 21.- Primer misionero de Guinea Sabía Fray Jerónimo que ser misionero era ser el enviado de Jesucristo para predicar la paz y llevar la felicidad a los hombres. Se embarcó en la corbeta “Venus”. Entre la tripulación iba otro joven misionero, su amigo Juan del Cerro y también iban Quir y Yegüe. Muchas fueron las peripecias de este viaje y a punto estuvieron de no llegar a su término. Unos meses de navegación y ya llegaban a las costas africanas. Era el día de Nochebuena. A la una de la tarde el cielo se encapotó, cubriéndose de negros nubarrones; brillaban los relámpagos y retumbaban los truenos. Un fuerte estruendo sacudió la corbeta, todos se pusieron en pie e intentaron correr hacia el lado opuesto de donde saltaban numerosas astillas. El comandante alzó la voz de mando, hay que intentar salvarse arreglando los desastres producidos por el rayo que les había alcanzado. Tras el gran esfuerzo todo quedó arreglado y al amanecer del día siguiente, fiesta de Navidad, pudieron alegrarse con la vista del puerto. Ha llegado a Guinea el primer misionero católico, decidido “ a identificar su suerte con los habitantes del Golfo y a contribuir con sus conocimientos al bienestar de sus sencillos habitantes.” La casa que pusieron a su disposición era un cuadrilátero dividido en cuatro departamentos que había servido de cobijo a los animales, pero a Jerónimo no le paraban las dificultades, sabiendo que “el misionero solamente para sí reserva sus padecimientos”. Comenzó a hacer el bien entre los nativos y enseguida pensó en la escuela. A estas tareas sumó otras, rápidamente se puso a recorrer la isla para conocerla a fondo y sobre todo, para hablar personalmente con sus habitantes, a los que encontró inocentes, sencillos, afables, hospitalarios… ORACIÓN: Quiero mirar el mundo como tú lo miras. Señor Jesús, Queremos mirar el mundo como lo miras Tú, Como lo miraba el Pare Usera, con ojos solidarios y llenos de esperanza. Queremos sentir en nuestro corazón la abundante cosecha de vida que tú nos ofreces: el banquete de tu Palabra, de la Eucaristía, de la comunidad, de la fe. Jesús, ayúdanos a ser tus discípulos y misioneros, para ayudarte a saciar todas las hambres del mundo de hoy: el hambre de la paz y de sentido, de pan y de esperanza y la sed de la alegría verdadera. Amén 22.- Primer misionero de Guinea Habíamos dejado a nuestro Padre Usera recorriendo la isla para hablar personalmente con sus habitantes. En sus memorias, que él mismo dice las escribió para decir la verdad, nos cuenta innumerables detalles que fue descubriendo. Veamos algunos: Subía un día por la floresta fijándose en la variedad de sus arbustos, bajo la sombra de corpulentos árboles, cuando le sorprendió ver de lejos un grupo de jóvenes totalmente desnudos pero con la piel roja; siguió caminando y, al llegar junto a ellos, los saludo: -Que Dios os dé su amor, chicos ¿De caza? -Sí, por aquí es abundante y hemos de llevar alimento para toda la semana. Junto a un enorme cedro tenían ya una docena de piezas, entre faisanes, venados y monos. Con mucha paciencia no tardó Jerónimo en hacerse amigo de los habitantes de la isla y, junto con sus costumbres, supo también de los dolores que pasaban y los malos tratos a que se veían sometidos. Supo que muchos seguían siendo vendidos como esclavos, maltratados e incluso degollados. Trabajó cuanto pudo para sacarlos de esta situación; denunció, escribió a la reina, habló con los ingleses, pero nadie ayudaba, sólo la ayuda que personalmente les daba Jerónimo es la que recibían los isleños. Por eso lo quisieron tanto. ORACIÓN: Porque Tú estás con nosotros. Gracias, Señor, porque Tú estás con nosotros y nosotros estamos contigo. Tus dones se reparten cada día en nuestra mesa y Tú sabes mejor que nosotros cuántas hambres de nuestros hermanos olvidados; pero Tú les das tus bienes a su debido tiempo. Gracias por tu hijo Jesucristo, Nuestro pan partido de todos los días. Gracias porque hiciste su mediador en la historia, en la diaconía de tu mesa, a tu siervo y amigo Jerónimo Mariano Usera, nuestro fundador. Hoy queremos ser nosotros, Famila “Amor de Dios”, los servidores de tu mesa, en la mesa de tu palabra, de tu alegría y de tu paz, con la sencillez de María de Nazaret, con la dedicación de tantos servidores anónimos ,que se donaron en el servicio y nos enseñaron el camino. 23.- La enfermedad Regresaba aquel día de recorrer la isla. Había visitado a muchas familias, venía fatigado y con apetito. El menú era de sobra conocido, todos los días el mismo, tortas de sartén y gallina. Puestos en la mesa había que tomárselo con calma; la gallina estaba a medio desplumar y además de poco cocida las hormigas tomaban la delantera en el plato. Como veis, toda una ceremonia poco favorable para la digestión. Otros enemigos empezaban a luchar contra la labor de los misioneros. Por un lado, la inclemencia del clima; por otro la apatía de la corte en mandar, al menos, los auxilios indispensables para mitigar las condiciones insalubres de la isla, y lo peor, no tardaron en sentir sobre ellos el peso de las calenturas. El compañero de Jerónimo, Juan del Cerro, estaba atacado por un gran acceso de fiebre. No es sorprendente que con pocos medios y tan desfavorables condiciones, las calenturas y fiebres en lugar de desaparecer, iban atacando a todos los habitantes de la casa hasta dejarla convertida en un hospital. El no poder celebrar los sagrados ministerios les llenaba de pena. Disgustos y enfermedades llegaron hasta tal punto que los dolores y el estado de postración en Jerónimo, le pusieron al borde de la muerte, los doctores que le atendía dijeron o morir o volver cuanto antes a la patria, tras ochenta y tres días de penoso viaje, llegó a España en un lamentable estado. ORACIÓN: Por los enfermos. Señor, acuérdate de todas las personas que sufren enfermedades. Acompáñales y ayúdales a superar el dolor. Enséñales a descubrir tu rostro siempre presente en los momentos difíciles. Dales fuerza para continuar sus tratamientos y mejorar su salud. Danos un corazón grande y compasivo, capaz de amar y trabajar por los enfermos, Ayúdanos a aliviar sus dolores, y ofrecer lo mejor que tenemos para su alegría. Enséñanos Señor a verte en el enfermo y a echar una mano con cariño. Que así sea, buen Señor Jesús. 24.- Los cuidados de una madre -Por favor, no habléis muy fuerte, el tío Jerónimo ha vuelto de Guinea y se encuentra muy enfermo. Así dialogaba doña Bernarda con sus hermanas en el salón de la casa, mientras en la habitación, sin fuerzas y devorado por la fiebre africana, se encontraba Jerónimo demacrado y abatido. Sus muchos trabajos por los guineanos, el fuerte calor de aquel país y su clima insano, junto con los muchos sufrimientos que tuvo que pasar, dieron en tierra con su robusta salud. Su madre, aquella doña Bernarda que conocíamos, era ya muy anciana, pero sigue teniendo un corazón joven y, con la fortaleza que el cariño pone en una mujer, le prodigó a Jerónimo tantos cuidados que al poco tiempo lo encontramos ya reponiéndose en Uceda, un pueblo de la provincia de Guadalajara, del que antes había sido cura párroco. Pronto se sintió del todo curado y regresó a Madrid, donde siguió en obras a favor de las misiones y preparando nuevos planes de trabajo evangélico. ORACIÓN: Madre de nuestro pueblo. Te pedimos hoy María, por todo nuestro pueblo. Por toda la gente que sufre y está sin trabajo, Por los que están enfermos y sin atención médica. Por los niños de la calle y los que no van a la escuela. Danos fuerzas para vivir solidarios y tender siempre la mano. No nos dejes ser indiferentes y ayúdanos a cambiar las cosas aún desde lo pequeño. Ilumina a nuestros gobernantes para que escuche al pueblo y trabajen por su dignidad. Que no le vuelvan la espalda a sus necesidades y no se enriquezcan con lo que es de todos. Guíanos Madre hacia un futuro más justo y más fraterno. Queremos construirlo con nuestro esfuerzo, nuestra fe y nuestra esperanza. Danos fuerzas para lograrlo. ¡Que así sea, Señor! 25.- En Cuba Al primer misionero de Guinea lo encontramos en Cuba. Allí también hay hombres que n o conocen la felicidad y necesitan un amigo que les ayude. Jerónimo, como siempre, lo primero que hace es visitar todo la isla. Ver con sus propios ojos, enterarse de cómo son tratadas las clases más pobres y así pudo decir: “En pocos países habrá tanta instrucción y cultura entre las personas distinguidas y aun entre las clases medias, pero y los pobres ¿Cómo estaban los pobres?” Venía Jerónimo de recorrer los campos del este de La Habana, se había encontrado con gente dulce y afable en su trato, pero algo había encontrado que le causaba tristeza. Lo que le causaba dolor es ver cómo estas gentes son tratadas. Sólo se mueven bajo el temor del castigo; sólo escuchan la voz de un mayoral que les impone la obligación de trabajar. Muchos nacen y mueren sin haber oído hablar de Dios; la mayoría no conoce la felicidad de una familia. -Ya es tiempo de dar a conocer a esos infelices las satisfacciones que experimenta una conciencia que obra el bien por el bien mismo. Ya es tiempo de enseñar siquiera lo que ningún hombre debe ignorar: sus relaciones para con Dios y para con lo demás hombres. Llegó un día a la catedral, era la hora de cantar el divino oficio. Aquel día Don Jerónimo habló a Dios de los pobres que había conocido y rezó. La contestación no se hizo esperar. Dios seguía animando aquel corazón lleno de ganas de hacer el bien y aquellos deseos comenzaron a ponerse en práctica. Iba a enseñar el catecismo, siempre que sus obligaciones se lo permitían y al ver que solo no llegaba a todos, empezó a soñar en realidades bellas: formar grupos de hombres y mujeres que le ayudasen en esta formidable tarea. ORACIÓN: Aquí me tienes para servirte Señor Jesús: aquí me tienes para servirte. Tú me escogiste para ser anunciador de tu mensaje a los hermanos. Mes siento muy pequeño e ignorante, soy a menudo inconsciente, Pero sé que tú me necesitas. Gracias por confiar en mí, pequeño servidor tuyo. Quiero ser instrumento tuyo para despertar en muchos hermanos: Cariño por tu persona, confianza en tus promesas, deseo de seguirte como discípulo. Pon tus palabras en mis labios y haz que pueda colaborar en extender tu reino. María, tú que seguiste siempre con fidelidad las huellas de tu hijo, Guíanos por este camino. Amén 26.- Aquellos portales y ventanas El buen amigo tenía sus preferencias, y éstas eran precisamente los más desheredados de la fortuna. “Allí viene el Curri, es un buen hombre. Cuanto quiere a sus hijos. Desde que no tiene trabajo está que da pena, día y noche buscando cómo alimentarlos.” -¿Qué tal marchas las cosas, Curri? -Ya ve padre Jerónimo, esto no lleva camino de arreglarse; nadie da una hora de trabajo. Tras un momento de pensar, se metió en el portal, salió con sus pantalones en la mano. -Toma Curri, que te los arregle tu mujer; así iras un poco más presentable. Aquel día fueron los pantalones, otro día la camisa. Cuentan que daba todo lo que tenía a quien lo necesitara y el señor deán de la catedral, bajo su sotana, que ya no se sabía de qué color era de puro vieja, ocultaba muchas veces sus miembros desnudos por ayudar a sus amigos. Cuenta la sobrina del Padre Usera, Ángeles, que era tal su caridad por lo pobres, que solía quedarse a media ración de ya su escasa comida para compartirla con los más necesitados. Los muchachos de la barriada lo conocían y a la hora de comer estaban atisbando por la ventana. -Padre Jerónimo ¡deme un pedacito de pan! Y con este reparto, Jerónimo terminaba pronto de comer. A pesar de venir de familia acomodada, vivía como un pobre, comentaba su otra sobrina Pilar. Cuando su dinero se terminaba y alguien llegaba con apuros, Jerónimo pedía dinero prestado a otros amigos y por esto el obispo le llamó un poco la atención. Todas las deudas que había contraído era para comprar medicinas y para remediar urgentes necesidades de los pobres, alguien le acuso y este fue el motivo de la llamada de atención del obispo. ORACIÓN: El amor es lo más grande. Querido amigo Jesús, Necesito crecer y brindar más amor a los demás. Sé que tengo muchas cosas buenas para dar. Enséñame a ofrecerlas a los demás. Que ayude en mi casa, que colabore en el colegio, que eche una mano a mis amigos que ayude siempre y en todas partes. Porque el amor es lo más grande que hay, Señor, y un corazón lleno de amor tu lo tienes muy en cuenta. Quiero vivir como Tú amando a los demás. 27.- Sus amigos pequeños Habíamos unos amigos a los que Jerónimo quería con delirio; eran aquellos más pequeños, los chiquillos de la Isla. Los veía tan abandonados, tan faltos de enseñanza y formación, que en su cabeza estaba dando vueltas para encontrar una solución. En España había nacido el Príncipe de Asturias y a Jerónimo la noticia le vino como llovida del cielo, claro, en Puerto Rico también se celebraría el nacimiento del principito. Jerónimo acude a una de estas fiestas en honor al Príncipe, donde se reunían las señoras pudientes de la Isla y propone una nueva forma de celebrar al nuevo príncipe. -¿Qué tal si fundáramos una asociación que llevase su nombre y se encargase de atender a los niños pobres de aquellas latitudes? Y… se fundó la escuela y unos sesenta niños y niñas, sin distinción de razas, recibían en ella enseñanza, educación religiosa, alimento, vestido; algunos quedaban internos por ser más necesitados y lo mejor de todo es que antes de abandonar la escuela, aquellos niños aprendían un oficio. ¡Qué atento estaba Jerónimo! ¡Con cuánto cariño cuidaba de la escuela! Y con el tiempo fundó otra escuela en Cuba. De esta forma, el amor a sus amigos, los niños, le hizo ser un precursor de las escuelas profesionales. Todo esto le llenaba de alegría, pero no del todo. Jerónimo seguía pensando, había que buscar algo todavía mejor para sus pequeños. ORACIÓN: Que mi mirada sea... Que mi mirada sea, mirada clara, sea mirada de niño, que trasparenta el alma. Que sea como agua fresca de arroyo que no deja ocultar nada. Que mi sonrisa sea, sonrisa amplia, fuerza que surja de adentro, buen humor que de sentido al quehacer de la jornada. Que mis palabras sean, valientes palabras, que digan siempre la verdad y no teman proclamarla. Que sea la voz e aquellos que no pueden alzarla. Que mis manos sean manos entrelazadas, manos con otras tendidas, abiertas, no solitarias. Manos unidas y fuertes que hoy construyen el mañana. Que mi vida entrega sea, para que valga la pena Ser vivida y no gastada. 28.- El carretero Se levantó muy temprano el Padre Usera, tenía que llegar a tiempo a predicar, Los habitantes de La Habana madrugan para comenzar sus faenas antes de que el calor tropical sea demasiado fuerte. Se dirigía Jerónimo a la catedral con paso sereno, cuando por aquellas calles estrechas de la ciudad venía en dirección contraria un carretero, tenía que llegar pronto a la feria. En un arranque de cólera, salían de la boca de arriero, una tras otro, colecciones de palabras insultantes contra Dios, en el momento en que se cruzan, Jerónimo dice al carretero dulcemente: -Amigo mío, ¿Qué mal le ha hecho a usted mi Padre para que de ese modo le ofenda? -Señor yo no me he metido con su padre para nada. -Sí, usted ha insultado a Dios y Dios es mi padre. El hombre apalancó su carácter y prometió a Jerónimo que nunca más haría tal cosa, quedando desde ese día amigos. Así, Jerónimo, siempre fiel a su idea de no tolerar el mal, pero comprensivo con quienes lo practicaban, trataba de ayudar, seguro como estaba de que “en el corazón de todos los hombres se encuentra Dios”. ORACIÓN: Señor haz de mí un instrumento de paz. ¡Señor, haz de mi un instrumento de tu paz!, Que allí donde haya odio, ponga yo el amor; Donde haya ofensa, ponga yo perdón; Donde haya discordia, ponga yo unión; Donde haya error, ponga yo la verdad; Donde haya duda, ponga yo la fe; Donde haya desesperación, ponga yo esperanza; Donde haya tiniebla ponga yo luz; Donde haya tristeza, ponga yo alegría. Porque dando es como se recibe; olvidando, como se encuentra; perdonando, como se es perdonado 29.- El barco que no llegó a su destino Estamos en 1859. Un barco pirata que se dedicaba a la trata de negros fue apresado en alta mar. Por entonces no se permitía la esclavitud. Aquellos negros fueron declarados libres por las autoridades de la Isla, pero estaban enfermos de males contagiosos. ¿Qué hacer con ellos? No había que dudarlo, bien conocido era en la Isla en amor de Jerónimo por los desgraciados. Así que a él le fueron encomendados. Jerónimo temía más el contagio de los hombres egoístas que el de los pobres apestados. -La mayoría vienen leprosos, y todos, cual más o cual menos, escorbutados. -¡Qué horror! Jerónimo, te vas a contagiar. -¿Cuánto tiempo piensas estar con ellos? -Todo lo que sea necesario, dijo Jerónimo. Después de acabar de hablar, este amigo, giró sobre sus talones y se fue sin darle la mano. Al dar la vuelta a la esquina más cercana, se sacudía la ropa temiendo aún llevar encima, los microbios del contagio. Jerónimo lo miró comprensivo, levantó los ojos al cielo y, mientras volvía a reunirse con los pobres apestados, murmuró esta decisión: “he prometido defender los derechos de la raza negra a la que amo en Jesucristo, que es el mejor y más desinteresado amor” ORACIÓN: Por lo que sufren. María, ante ti que estuviste al pie de la cruz de tu hijo, hoy te pedimos por los que sufren. Por los enfermos; dales consuelo Por los oprimidos: dales fuerza y valor Por los marginados: dales apoyo y superación. Por los que no tienen paz: que la encuentren Tú que sabes del sufrimiento, ayúdales a superar el dolor. Que nos abramos a los demás y que estemos cerca de ellos, al igual que hizo nuestro Padre Usera, siempre al lado de los más necesitados. Necesitados de amor, de paz, de cercanía, de consuelo, de acompañamiento. Ayúdanos Madre. 30.- Más amigos Una conversación que escucho a dos señoras que iban por la calle hablando a voces sobre los “holgazanes” que no quieren trabajar, y que acaban robando, y la expresión que dijeron: “en la cárcel es donde tienen que tenerlos”. Esa conversación despertó un nuevo interrogante en el corazón de Jerónimo. La cárcel. Tenía que visitarla, allí también habrá jóvenes que necesiten cariño y amistad. Desde aquel día dedicó parte de su tiempo a visitar a los presos. Charlaba con ellos, les ayudaba y algunos se confesaban con él. ¡Qué alegría sentía cuando podía darles el perdón! Ya que no estaba en sus manos darles la libertad del cuerpo, les daba la libertad de parte de Dios, perdonándoles sus culpas. ORACIÓN: Por los pequeño, pobres y excluidos. Señor Jesús, tú siempre te mostraste amigo de los pequeños, de los pobres, y de los excluidos. Tú fuiste denunciado, detenido y apresado en la oscuridad de la noche. Tu amor te llevó a identificarte con ellos y a permanecer presente en ellos: “Estuve en la cárcel y viniste a verme” Ante este gesto tan desconcertante, te pido por los presos de hoy y por nosotros mismos, para que, no rechacemos a los presos por el hecho de serlo. Los respetemos como personas que son. Te veamos y sirvamos a ti en ellos. Los acojamos con comprensión, que les ayudemos a descubrir que Tú los quieres. 31.- Religiosas para enseñar a los niños Jerónimo ha descubierto que la mayor necesidad de la sociedad es la educación de sus niños y jóvenes. En Cuba y Puerto Rico no encuentra maestras preparadas. Convencido de ello viene a España a buscarlas, pero encuentra negativa tras negativa ¿Renunciará a la idea? ¡Eso nunca! Los niños necesitan quienes les enseñen. Después de una larga oración donde contó a Cristo todo lo que estaba haciendo. Vuelve a buscar y esta vez busca jóvenes valientes, de ésas que son capaces de enamorarse de Dios hasta morir por él. De momento encontró a doce, como los apóstoles de Cristo. Cuando ya tuvo todo preparado reunió a las doce en el convento de las Mercedarias de Toro y les explicó su plan: -La profesión religiosa os ayudará a conquistar el cielo y a ser felices en la tierra. Todas estaban dispuestas a ser religiosas -No tendréis otra enseñanza que sacrificaros por el amor de Dios. Todas de acuerdo en cada una de las preguntas y propuestas de Jerónimo. -Vuestro lemas será el de san Pablo: “La caridad de Cristo nos hace correr”. -Qué Jesús nos dé fuerzas. Ya tenía Jerónimo su congregación de religiosas que se dedicarían a la educación, y para que nunca faltasen maestras cristianas, también se dedicó a formarlas. En el escudo que les dio se lee: “EL AMOR DE DIOS HACE SABIOS Y SANTOS” Todavía le esperaban a Jerónimo y a sus religiosas muchas aventuras. Cuando llevó el primer grupo a Cuba, fueron atacadas por las fiebres amarillas, y, lo que es peor, se le murieron más de la mitad. El resto dio prueba de su valentía siguiendo a delante y poniendo colegios por toda la Isla. ORACIÓN: El amor de Dios es maravilloso El amor de Dios es maravilloso. ¡Grande es el amor de Dios! Tan alto que no puedo estar arriba de Él. Tan profundo que no puedo estar debajo de Él Tan ancho que no puedo estar afuera de Él ¡Grande es el amor de Dios! El amor es paciente, afable; no tiene envidia, no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites… El AMOR no pasa nunca. 32.- Un cambio -Imposible, esto no es digno, ni siquiera humano; yo no acepto en contrato si tengo que vivir en esta habitación. -Pues ahí ha vivido muchos años el anterior sacristán. El cabildo atraviesa un momento de crisis. El dinero de la península llega poco y tarde. El clero no puedo cubrir ni sus necesidades más apremiantes. El asunto llego a los oídos de Jerónimo; será él quien se sacrifique por el bien de los demás. Él había hecho un día el voto de pobreza y quería mantenerlo toda la vida. En un arranque de generosidad dejó su cuarto situado en el palacio del obispo y se trasladó al sótano húmedo que no quería el empleado. Jerónimo instalado en aquel viejo cuarto, sigue su vida como si nada hubiese ocurrido. Allí continúa escribiendo, le quedan pocos años de vida y tenía necesidad de aclarar algunas cosas y dejar constancia de otras. Algunas cartas que escribió eran muy duras; eran cartas de protesta contra la injusticia. El respeto que tenía a las personas nunca le impidió que, cuando hacían cosas menos buenas, él se lo advirtiera. Hay cartas que lo demuestran. Otras cartas no eran para llamar la atención de nadie; al contrario estaban llenas de frases hermosas. Jerónimo comparaba la verdad como el sol, no es propiedad de nadie, sino que pertenece a todos y para todos produce luz y vida. ORACIÓN: Prepara mi corazón. Prepara mi corazón Señor, para que te reciba. Ayúdame a mejorar, a cambiar mis actitudes, A pedir perdón por las cosas que no hago bien. A decir siempre la verdad y a buscar siempre hacer el bien. Quiero ofrecerte un corazón sencillo, bueno y generoso, para que Tú vivas siempre en él. Quiero que crezcas en mi interior y me enseñes cada día a amar a Dios, como lo hacía nuestro querido Padre usera. Querido Jesús acepta lo que te ofrezco, mi persona y mi corazón, para que siempre estés a mi lado. 33.- Jóvenes obreras Jerónimo ya no camina tan deprisa; los años le van pesando y su andar se ha tornado más reposado, pero su corazón y su cabeza continúan jóvenes y con ganas de trabajar hasta el final. Cree que las jóvenes cubanas necesitan dar un paso al frente en la sociedad, se creó una tipografía donde grupos de muchachas trabajaban con entusiasmo, el trabajo de tipografías es sucio pero Jerónimo, que no se le escapa nada, las provee de batas para el trabajo e instala tocadores para que las obreras salgan tan arregladas como otras señoritas. Sus fuerzas iban decayendo y una enfermedad imprevista le obligó a quedarse en cama. Y Dios su amigo, pensaba venir a buscarlo para tenerlo junto a él, pero antes tenía que determinar de escribir el reglamento por el que tenía regirse la Academia de Tipógrafas. Cuando contaba con ochenta y un años, este GRAN AMIGO dejó la tierra para irse definitivamente con el Padre Dios. Eso sí, dejó el recuerdo de amistad y dejó una obra que aún sigue existiendo y que este año celebra su 150 aniversario, la Congregación de RELIGIOSAS DEL AMOR DE DIOS, que intenta realizar la misión encomendada por él: la educación donde sea necesaria. Y esto por amor y solo por amor. ORACIÓN: Danos un corazón grande Señor, enséñanos a amar, como tú nos has amado. Asístenos, para que seamos comprensivos, para que seamos serviciales, para que no seamos egoístas, ni rencorosos, ni indiferentes. Danos un corazón grande, para disculpar sin límites, para perdonar sin límites, para confiar sin límites, para hacer el bien sin límites, igual que lo hizo nuestro Padre Usera. Ayúdanos a ser testigos de tu gran amor. 34.- Dios nos bendice Los cristianos tenemos dos palabras muy importantes en nuestro lenguaje cuando rezamos. Son las palabras GLORIA y ALELUYA. Gloria Gloria y alabanza a nuestro Padre, porque ha hecho personas estupendas, que llenan el mundo de sonrisas. Aleluya Estamos contentos en este mundo, donde es posible querer cada día más a las personas. Queremos caminar alegres, y decir “buenos días” y señalar con el índice cada mañana un arcoíris de colores. Gloria y aleluya porque el cristiano es alegre, dinámico y confiado de Dios. Gloria y aleluya porque un hombre como los demás, Jerónimo-Mariano Usera, nos dice con su vida que es posible ser cristiano desde las plantas de los pies hasta la piel de la cabeza. ORACIÓN: Te doy gracias Padre, gracias por la alegría de existir. Gracias por el amor que me das cada día. Gracias por tu amistad. Estoy en camino y te estoy buscando. Tú eres todo lo que amo, todo lo que creo, todo lo que espero. Te doy gracias porque tú vives aunque no te vea. Eres amor, aunque yo no te conozca. Me amas y me buscas, aunque yo no me preocupe de ti. Aquí estoy Señor largo en palabras y corto en obras. Tú verás lo que puedo hacer todavía, lo que puedes hacer todavía Señor. .