Las raíces de la guerra de Ucrania: cómo se desarrolló la crisis Una guía de las causas detrás de una crisis que ya es un enfrentamiento militar y lo que está en juego para Rusia, EE. UU. y la OTAN. Las últimas semanas han parecido una escena de la Guerra Fría, un peligroso episodio de una época pasada. Un impredecible presidente ruso despliega miles de soldados y tanques en la frontera de un país vecino. Se temía una sangrienta conflagración entre Occidente y Oriente. Luego, la Guerra Fría se calentó: Vladimir Putin envió sus fuerzas sobre la frontera de Ucrania, con repercusiones inmediatas y de gran alcance. En los días previos a la invasión, cuando las tropas rusas alcanzaron una fuerza de unos 190.000 soldados e incluso cuando Estados Unidos advirtió en tonos cada vez más serios que un ataque militar parecía inevitable, Putin afirmaba que estaba abierto a la diplomacia, y los líderes europeos trabajaban desesperadamente para persuadir al Kremlin de que se retirara. Entonces, el 24 de febrero, el presidente ruso se dirigió a su pueblo y declaró el inicio de una “operación militar especial” en Ucrania. Apenas unos minutos más tarde, se observaron grandes explosiones cerca de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y se informó de explosiones en Kiev, la capital, así como en otras partes del país. Y pronto, el Ministerio del Interior de Ucrania informó de que las tropas rusas habían desembarcado en Odesa y estaban cruzando la frontera. La invasión amenaza con desestabilizar la ya volátil región postsoviética, con graves consecuencias para la estructura de seguridad que ha gobernado Europa desde la década de 1990. Putin ha lamentado durante mucho tiempo la pérdida de Ucrania y otras repúblicas cuando la Unión Soviética colapsó, pero menoscabar la OTAN, la alianza militar que ayudó a mantener a los soviéticos vigilados, puede ser su verdadera misión. Ahora, Europa presencia la mayor movilización de fuerzas en el continente desde 1945, con soldados ucranianos y combatientes de la resistencia civil luchando para defenderse del despliegue ruso en múltiples frentes. El lunes comenzaron las conversaciones entre las delegaciones de Rusia y Ucrania en Bielorrusia, un aliado cercano de Moscú, pero hubo más movimiento en el campo de batalla que en la mesa de negociaciones. Se informó que un convoy ruso de más de 60 kilómetros de largo se dirigía hacia la capital, Kiev. Y, en una escalofriante escalada, una andanada de cohetes rusos impactó un barrio residencial en la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járcov (Kharkiv), donde al menos nueve civiles murieron y decenas resultaron heridos. Los observadores externos infieren que es posible que Putin, frustrado por el lento avance de sus fuerzas que superan con creces a las de Ucrania pero han enfrentado una fuerte resistencia de los soldados y civiles ucranianos, se haya impacientado y ordenado incrementar las hostilidades. Los expertos advierten que eso podría implicar más bajas civiles en el futuro. El número de refugiados que han huido del país ya supera el medio millón. Y Putin parece tener la intención de tomar la capital de Ucrania, Kiev, derrocar al gobierno elegido democráticamente y colocar a ese país en la órbita de Rusia. La invasión amenaza con desestabilizar la de por sí volátil región postsoviética, con graves consecuencias para la estructura de seguridad que ha gobernado Europa desde la década de 1990. Putin ha lamentado durante mucho tiempo la pérdida de Ucrania y otras repúblicas cuando la Unión Soviética colapsó, pero menoscabar la OTAN, la alianza militar que ayudó a mantener a los soviéticos vigilados, puede ser su verdadera misión. Antes de invadir, Rusia elaboró una lista de exigencias de amplio alcance para remodelar esa estructura, posiciones que la OTAN y Estados Unidos rechazaron. ¿Qué hay detrás de la crisis de Ucrania? Tras el colapso de la Unión Soviética, la OTAN se expandió hacia el este, incorporando a la mayoría de las naciones europeas que habían estado en la esfera comunista. Las repúblicas bálticas de Lituania, Letonia y Estonia, que antes formaban parte de la Unión Soviética, se unieron a la OTAN, al igual que Polonia, Rumanía y otras. Como resultado, la OTAN, una alianza creada para contrarrestar a los soviéticos, se acercó por cientos de kilómetros a Moscú, y llegó a colindar directamente con Rusia. Y en 2008, la alianza declaró que planeaba —algún día— incorporar a Ucrania, aunque eso se ve todavía como una perspectiva lejana. Putin ha descrito la desintegración soviética como una catástrofe que arrebató a Rusia el lugar que le correspondía entre las grandes potencias del mundo y la puso a merced de un Occidente depredador. Ha pasado sus 22 años en el poder reconstruyendo el ejército ruso y reafirmando su peso geopolítico. El presidente ruso califica de amenazante la expansión de la OTAN, y la perspectiva de que Ucrania se una a ella, de amenaza existencial para su país. A medida que Rusia se ha hecho más firme y fuerte militarmente, sus quejas sobre la OTAN se han hecho más estridentes. Ha invocado repetidamente el espectro de los misiles balísticos y las fuerzas de combate estadounidenses en Ucrania, aunque los funcionarios estadounidenses, ucranianos y de la OTAN insisten en que no hay ninguno. Putin también ha insistido en que Ucrania y Bielorrusia son fundamentalmente partes de Rusia, cultural e históricamente. Putin ejerce una gran influencia sobre Bielorrusia, y las conversaciones sobre algún tipo de reunificación con Rusia se han prolongado durante años. Sin embargo, las relaciones entre Oriente y Occidente empeoraron drásticamente a principios de 2014, cuando las protestas masivas en Ucrania obligaron a abandonar a un presidente estrechamente aliado con Putin. Rusia invadió y anexionó rápidamente Crimea, parte de Ucrania. Moscú también fomentó una rebelión separatista que se hizo con el control de parte de la región ucraniana de Donbás, en una guerra que aún se prolonga y en la que han muerto más de 13.000 personas. ¿Qué busca Putin? Putin en su conferencia de prensa anual en Moscú, el 23 de diciembre. Ha presentado cada vez más la expansión de la OTAN hacia el este como una amenaza inaceptable para su país. Putin en su conferencia de prensa anual en Moscú, el 23 de diciembre. Ha presentado cada vez más la expansión de la OTAN hacia el este como una amenaza inaceptable para su país. Putin parece estar decidido a retroceder el reloj más de 30 años, estableciendo una amplia zona de seguridad dominada por Rusia que se asemeje al poder que Moscú ejercía en la época soviética. Con 69 años y posiblemente cerca del ocaso de su carrera política, está claro que quiere atraer a Ucrania, una nación de 44 millones de habitantes, de nuevo a la órbita de Rusia. En diciembre, Rusia presentó a la OTAN y a Estados Unidos una serie de exigencias escritas que, asegura, son necesarias para garantizar su seguridad. La más importante de ellas es la garantía de que Ucrania nunca entrará en la OTAN, de que la OTAN reducirá sus fuerzas en los países de Europa del Este que ya se han unido y de que se aplicará el alto el fuego de 2015 en Ucrania, aunque Moscú y Kiev discrepan profundamente sobre lo que eso significaría. Occidente ha rechazado las principales demandas, pero ha hecho propuestas sobre otras cuestiones y ha amenazado con sanciones. La postura agresiva de Moscú también ha inflamado el nacionalismo ucraniano, con milicias ciudadanas que se preparan para una prolongada campaña de guerrilla en caso de una ocupación rusa. El momento de Putin también podría estar relacionado con la transición del presidente Donald Trump, quien fue notablemente amistoso con él y despreciativo con la OTAN, al presidente Joe Biden, quien está comprometido con la alianza y desconfía del Kremlin. También es posible que quiera dinamizar el apoyo nacionalista en casa centrándose en una amenaza externa, como ha hecho en el pasado. Putin ha aplastado los desafíos internos a su autoridad, pero el año pasado, con la economía tambaleándose y la pandemia haciendo estragos, los grupos de la oposición celebraron algunas de las mayores protestas contra Putin en años. Desde que comenzó la invasión, miles de rusos, algunos corriendo un gran riesgo personal, han salido a las calles para protestar contra la guerra. ¿Cómo planea responder Estados Unidos? La Plaza Roja en Moscú el año pasado. Putin está tratando de cimentar el apoyo nacionalista en su país, en medio de los estragos de la pandemia. La Plaza Roja en Moscú el año pasado. Putin está tratando de cimentar el apoyo nacionalista en su país, en medio de los estragos de la pandemia. A principios de diciembre, Biden dejó claro que su gobierno no consideraba enviar tropas a Ucrania dado que, entre otras razones, Ucrania no forma parte de la alianza de OTAN y no está incluida en el compromiso de defensa colectiva del pacto. En cambio, Estados Unidos ha enviado armas antitanques y antiaéreas a Ucrania, ha aumentado la presencia militar estadounidense en los países de la OTAN que tienen frontera con Rusia y ha enviado a 7000 soldados a Europa. El Pentágono también ordenó el despliegue de un equipo de combate de brigada blindada en Alemania para tranquilizar a los aliados de la OTAN en Europa del Este. Los funcionarios de Biden también advirtieron recientemente que Estados Unidos podría apoyar a la insurgencia ucraniana. Pero el verdadero garrote es el financiero. Antes de la invasión, Biden amenazó a Putin con “consecuencias económicas como nunca ha visto”. Después, empezó a ponerlas en práctica. Biden prometió que Putin se convertiría en un “paria” y anunció nuevas y duras sanciones destinadas a aislar a los bancos más grandes de Rusia y a algunos oligarcas de gran parte del sistema financiero mundial, además de evitar que el país importe tecnología estadounidense crítica para su defensa y para las industrias aeroespacial y marítima. También emitió sanciones contra la compañía detrás de un gasoducto de energía que conecta Rusia con Alemania. Biden también dijo que Estados Unidos estaba congelando billones de dólares en activos rusos, incluidos los fondos controlados por las élites rusas y sus familias, haciéndoles pagar por lo que el presidente estadounidense llamó “un ataque premeditado” contra una nación libre en Europa. Los gobiernos occidentales prometieron congelar los activos que pertenecen a Putin, pero se sabe muy poco sobre sus propiedades y dónde podrían estar ubicadas. El gobierno de Biden también podría implementar sanciones que dejarían a los rusos sin sus amados teléfonos de próxima generación, laptops y otros dispositivos electrónicos. ¿Qué hay en riesgo para Europa? Lo que está en juego para Europa es la estructura de seguridad que ha ayudado a mantener la paz en el continente desde la Segunda Guerra Mundial. Con los europeos divididos sobre cómo responder a las diversas formas de agresión rusa, el conflicto también ha evidenciado las fracturas dentro de la Unión Europea y la OTAN. Pero la indignación por la agresión de Putin ha ayudado a fomentar un frente unificado, y la UE dio a conocer sanciones que describieron como sin precedentes para el bloque en términos de escala y alcance. Europa tiene importantes lazos comerciales con Rusia y podría perder mucho más que Estados Unidos a causa de las sanciones. También depende del suministro de gas ruso, una debilidad que Putin ha explotado en conflictos del pasado. Europa perdió a una valiosa interlocutora con Moscú con la salida de la canciller alemana Angela Merkel, quien creció en la parte oriental de Alemania, habla ruso con fluidez y entabló una buena relación de trabajo con Putin. Su sucesor, Olaf Scholz, ha intentado asumir un papel de liderazgo en la crisis que se intensificó poco después de su elección, al detener la certificación del gasoducto Nord Stream 2 que uniría su país con Rusia, una de las medidas más contundentes adoptadas hasta ahora por Occidente para castigar al Kremlin. Cronología Noviembre de 2013 El entonces presidente de Ucrania, el prorruso Victor Yanukóvich, suspende la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea, prevista el 29 de noviembre, a causa de las presiones de Rusia, que le ofrece además importantes contrapartidas económicas por ello, como la reducción del precio del gas. Este anuncio cataliza el descontento de la población, sobre todo en el oeste del país. El 24 de noviembre, decenas de miles de ucranios se manifiestan contra el Gobierno en la plaza de la Independencia (Maidán) de Kiev. Un manifestante usa un tirachinas durante las protestas que desembocaron en choques violentos entre opositores y antidisturbios en el centro de Kiev, el 19 de febrero de 2014. Un manifestante usa un tirachinas durante las protestas que desembocaron en choques violentos entre opositores y antidisturbios en el centro de Kiev, el 19 de febrero de 2014. Febrero de 2014 Las fuerzas de seguridad ucranias matan a al menos 100 personas en las protestas. La indignación popular y la brutal represión fuerzan la huida de Yanukóvich. Mientras, en Simferópol, la capital de la península ucrania de Crimea, militantes prorrusos se enfrentan a partidarios de la unidad de Ucrania. Al mismo tiempo, militares rusos camuflados y agentes del espionaje del Kremlin penetran en Crimea para forzar su anexión a Rusia. 16 de marzo de 2014 Se celebra un referéndum en Crimea, en el que —en medio de acusaciones de fraude— vence la anexión a Rusia por más del 97% de los votos. Dos días después, Putin firma la incorporación de la península ucrania a su territorio, que la comunidad internacional no reconoce. La OTAN congela su colaboración con Moscú, y EE UU y la UE le imponen sanciones. Abril-mayo de 2014 Los acontecimientos de Crimea se reproducen en la región ucrania de Donbás. En mayo, grupos separatistas de Donetsk y Lugansk autoproclaman sendas “repúblicas populares” y reclaman integrarse en Rusia. El este de Ucrania se convierte así en el escenario de la última guerra de Europa entre los separatistas prorrusos, con apoyo político y militar de Moscú, y el Ejército ucranio. 17 de julio de 2014 Un misil Buk de fabricación rusa derriba el vuelo MH17 de Malaysia Airlines y mata a sus 298 ocupantes cuando el avión sobrevolaba la región de Donetsk. 5 de septiembre de 2015 Ucrania, Rusia y representantes separatistas de Donetsk y Lugansk firman en Minsk un acuerdo para poner fin a la guerra bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Entra en vigor un alto el fuego que dura una semana. 19 de octubre de 2016 La reunión en Berlín del Cuarteto de Normandía —auspiciado por Francia y Alemania para resolver este conflicto— termina sin avances. 10 de diciembre de 2019 Putin y el nuevo presidente ucranio, Volodímir Zelenski, acuerdan en París retomar el proceso de paz en Ucrania. El 29 de diciembre, Kiev y representantes separatistas canjean a 200 prisioneros. Enero-abril de 2021 Rusia comienza a trasladar tropas a sus fronteras con Ucrania y a la península de Crimea. El 13 de abril, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, define el despliegue como “la mayor acumulación de tropas rusas desde la anexión de Crimea”. 23 de agosto de 2021 46 Estados y organizaciones, entre ellas la OTAN, firman en Kiev la Plataforma de Crimea, en la que Occidente exige a Rusia la devolución de la península ucrania. 3 de diciembre de 2021 Estados Unidos cree que Moscú prepara una invasión de Ucrania “a principios de 2022″, de acuerdo con The Washington Post. Según EE UU, el despliegue de Rusia en las fronteras con ese país puede llegar a 175.000 soldados. 16 de diciembre de 2021 La UE amenaza a Rusia con “sanciones enormes” si invade Ucrania. 11 y 12 de enero de 2022 Una reunión entre Washington y Moscú —el 11 de enero en Ginebra (Suiza)— y otra celebrada al día siguiente entre la OTAN y Rusia concluyen sin avances. Moscú informa del inicio de unas maniobras militares en el sur de Rusia, el Cáucaso y Crimea. 14 de enero de 2022 EE UU alerta de que Rusia planea “un ataque de falsa bandera”: un sabotaje contra sus fuerzas en el este de Ucrania para atribuírselo a Kiev y justificar una invasión. La madrugada anterior, un ciberataque masivo inutilizó durante horas el sistema informático del Gobierno ucranio. El ejército ruso realiza maniobras cerca de la frontera con Ucrania 18 de enero de 2022 Rusia envía tropas a Bielorrusia para unas maniobras conjuntas cerca de las fronteras ucranias. Entretanto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, inicia una nueva ronda de reuniones que culminarán el viernes con un encuentro con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. 24 de enero de 2022 El Departamento de Estado de Estados Unidos ordena a los familiares de los diplomáticos de su Embajada en Kiev que abandonen el país, ante la amenaza de una invasión de Rusia. También autoriza a los trabajadores no esenciales a salir, y pide al resto de sus conciudadanos que consideren “la oportunidad de salir de Ucrania empleando vuelos comerciales u otros medios privados”, dado que la embajada no estará en condiciones de prestarles ayuda en caso de un ataque. 27 de enero de 2022 China se alinea con Rusia sobre Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, rompe el silencio administrativo ―ese de “quien calla, otorga”― de su país en torno a la amenaza de Rusia sobre Ucrania. Y lo hace para dejar claro ―todo lo claro que permiten los protocolos diplomáticos, y por si cabía alguna duda― que las simpatías de Pekín están con Moscú. En una conversación telefónica con el secretario de Estado estadounidense, Wang asegura que “las preocupaciones de seguridad de Rusia deben tenerse en cuenta y recibir una solución”. Por otro lado, esos días Rusia escenifica un notable acercamiento con Cuba, su antiguo aliado, y lo hace en un ambiente de tensión internacional creciente. 28 de enero de 2022 Para evitar que la dependencia energética europea de Rusia y las sombrías perspectivas de falta de suministro añadan más tensión a la crisis ucrania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, realizan un comunicado conjunto en el que exhiben unidad para enviar un mensaje de sosiego: no habrá desabastecimiento. 29 de enero de 2022 Joe Biden afirma que planea desplegar tropas en el este de Europa y países de la OTAN “a corto plazo”, si bien no será un gran número. El Pentágono cifra los efectivos en 8.500 soldados, que se encuentran en “alerta máxima” para desplazarse en caso de necesidad, a raíz de la crisis de Ucrania. “Enviaré tropas al este de Europa y los países de la OTAN a corto plazo. No demasiadas”, asegura el presidente estadounidense. 3 de febrero de 2022 Estados Unidos y la OTAN rechazan firmar un tratado bilateral sobre seguridad en Europa con Rusia y también cerrar la puerta a una futura incorporación de Ucrania a la Alianza Atlántica. Esas eran dos de las principales exigencias planteadas por Moscú para poner fin a la crisis de Ucrania. En cambio, tanto Washington como la Alianza ofrecen a Putin negociar acuerdos de desarme y medidas de confianza en diferentes foros (como la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE, el Diálogo sobre Estabilidad Estratégica EE UU-Rusia y el Consejo OTAN-Rusia), cuyo éxito condicionan a que se inicie una desescalada en la amenaza militar rusa sobre Ucrania. Así figura en dos documentos confidenciales enviados por Washington y la OTAN a Moscú, a los que tuvo acceso EL PAÍS. El día 3, el Kremlin expulsa al canal alemán Deutsche Welle de Rusia después del veto de Berlín a Rusia Today. DW no podrá emitir en Rusia y será declarado por las autoridades como “agente extranjero”. 7 de febrero de 2022 Emmanuel Macron pide a Putin evitar la guerra: “Los próximos días serán decisivos”. Separados por una enorme mesa —casi tan grande como la distancia que hoy aleja a Moscú de la OTAN—, los presidentes de Rusia y Francia se reúnen en busca de una respuesta al avispero ucranio. Putin ejerció de anfitrión y escuchó el intento del presidente francés de lograr una desescalada que alejara la amenaza de guerra. La visita de Macron a Moscú no logró arrancar ninguna concesión en firme del Kremlin en torno a Ucrania. 12 de febrero de 2022 El Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda a los españoles residentes en Ucrania que abandonen temporalmente el país por sus propios medios. “Se recomienda a los españoles actualmente en aquel país que consideren seriamente la posibilidad de abandonarlo temporalmente por los medios comerciales disponibles, mientras persistan las circunstancias actuales”, señala el comunicado de Exteriores. Al mismo tiempo, reitera la recomendación de no viajar a territorio ucranio “dada la volátil situación de seguridad”. El día anterior, EE UU, así como otros países occidentales, habían hecho un anuncio similar. 15 de febrero de 2022 El Parlamento ruso aprueba una resolución que insta al presidente Vladímir Putin a que reconozca la independencia de las regiones ucranias de Donetsk y Lugansk, autroproclamadas repúblicas en 2014. La decisión de la Duma estatal (la Cámara baja rusa) del “envío inmediato” a Putin de la iniciativa no es vinculante, solo el jefe del Kremlin puede dictar que Rusia reconozca la independencia de los territorios, pero ofrece una señal contradictoria de la postura rusa: el mismo día Moscú anuncia la retirada de parte de las tropas desplegadas junto a las fronteras de Ucrania y asegura que las respuestas que le ofrecieron Estados Unidos y la OTAN a sus exigencias sobre la arquitectura de la seguridad en Europa —y que adelantó EL PAÍS en exclusiva— son un punto de partida aceptable para negociar. 17 de febrero de 2022 El Gobierno ucranio y los separatistas prorrusos respaldados por Moscú intercambian acusaciones de ataques a lo largo de la línea del frente en la región de Donbás. Así, proyectiles de artillería alcanzaron una guardería en la ciudad de Stanytsia Luganska, en la parte de la región de Lugansk controlada por el Gobierno de Kiev. Hirieron a tres civiles, según el Ejército ucranio, que informó de otros 47 ataques en una veintena de puntos a lo largo de la zona de conflicto y en los que dos personas más sufrieron lesiones. A su vez, líderes de las regiones secesionistas de Donetsk y Lugansk denunciaron ataques de las fuerzas ucranias. 18 de febrero de 2022 Los servicios de inteligencia de Estados Unidos informaron de que el Kremlin ya había ordenado proceder a la invasión de Ucrania, según fuentes de la Administración de Joe Biden citadas por The New York Times y The Washington Post. Este dato es lo que llevó al presidente a señalar, por primera vez, que consideraba que Vladímir Putin ya había “tomado la decisión” de atacar la antigua república soviética. Ese mismo día, los separatistas prorrusos dieron la orden de evacuar a civiles en Donbás. 21 de febrero de 2022 Putin firma el reconocimiento de las regiones prorrusas ucranias de Donetsk y Lugansk y ordena el envío de tropas rusas a la zona. La UE condena en bloque el movimiento y anuncia la puesta en marcha el mecanismo para activar contundentes sanciones a Rusia. EE UU realiza un movimiento similar. El anuncio de Putin recrudece el conflicto en Ucrania y eleva la tensión con Occidente, que ya estaba en un punto álgido. Putin, que había defendido fervientemente los acuerdos de paz para el Donbás, dinamita con esta firma parte de la acción diplomática. 22 de febrero de 2022 Alemania suspende la certificación del polémico gasoducto Nord Stream 2 tras el anuncio del reconocimiento por parte de Moscú de las regiones separatistas de Ucrania. Berlín anuncia que paralizará la aprobación de la infraestructura, controlada por el gigante gasista ruso Gazprom. El canciller Scholz anuncia que ha pedido a su ministro de Economía, Robert Habeck, que se tomen las medidas administrativas necesarias para paralizar el proceso de certificación del gasoducto. “Sin esta certificación, Nord Stream no puede entrar en funcionamiento”, señala Scholz. 24 de febrero Pocos minutos antes de las seis de la mañana del jueves 24 de febrero, el presidente ruso anuncia una “operación militar especial” en Donbás. Solo unos minutos después del discurso del jefe del Kremlin, emitido en todos los canales estatales rusos, se registran fuertes explosiones en varios puntos del este de Ucrania, desde Sloviansk y Kramatorsk a Járkov, a 30 kilómetros de la frontera rusa; incluso en Kiev, la capital. Rusia inicia su ataque contra Ucrania desde el norte, este y el sur. Moscú defiende que es una operación para “desmilitarizar” el país vecino, pero no pretende la ocupación. 25 de febrero Las tropas rusas llegan a Kiev y lanzan ofensivas contra infraestructuras civiles, causando ya al menos 137 muertos. Se estima que cerca de 100.000 personas han huido de la capital, un flujo de desplazados que aumentará en los días siguientes y va camino de convertirse en el mayor éxodo en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Entretanto, los 27 países miembros de la Unión Europea y Estados Unidos han aprobado una nueva fase de sanciones contra el entramado político y económico del Kremlin. 28 de febrero Rusia y Ucrania mantienen su primera ronda de negociaciones en una mesa de diálogo en Bielorrusia, junto a la frontera con Ucrania. Tras el encuentro, ambas partes se emplazan a seguir negociando. Mientras tanto, las fuerzas enviadas por Putin lanzan un duro ataque contra Járkov, la segunda ciudad de Ucrania y de mayoría rusoparlante. Los intensos bombardeos y ataques de artillería contra una zona residencial de la ciudad del este, sitiada desde hace días, causan al menos 10 muertos y decenas de heridos, según las autoridades ucranias. Pese a la desequilibrio de fuerzas militares entre Moscú y Kiev, la sociedad ucrania organiza la resistencia: unos se alistan a las fuerzas de defensa, otros fabrican ‘cócteles molotov’ o preparan comidas para los soldados y los milicianos. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, solicita la adhesión del país a la UE por la vía de urgencia. 1 de marzo El presidente ruso, Vladímir Putin, intensifica su ofensiva contra Ucrania. A medida que las tropas de Moscú enfrentan resistencia del Ejército y de las milicias civiles, el Kremlin ha pasado a lanzar ataques más agresivos y contra infraestructuras civiles. En un intento por aislar el Donbás y hacerse con el control de todo el este de Ucrania, Putin inicia intensos ataques contra la ciudad de Járkov, mantiene el duro asedio a Mariupol, y en el sur irrumpe en Jersón (en el mar Negro). La Unión Europea financiará la compra de material letal para Ucrania.