Subido por Valeria Chacuto Silva

Las raíces de la guerra de Ucrania

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Las raíces de la guerra de Ucrania: cómo se desarrolló la crisis
Una guía de las causas detrás de una crisis que ya es un enfrentamiento militar y lo que está en
juego para Rusia, EE. UU. y la OTAN.
Las últimas semanas han parecido una escena de la Guerra Fría, un peligroso episodio de una
época pasada. Un impredecible presidente ruso despliega miles de soldados y tanques en la
frontera de un país vecino. Se temía una sangrienta conflagración entre Occidente y Oriente.
Luego, la Guerra Fría se calentó: Vladimir Putin envió sus fuerzas sobre la frontera de Ucrania, con
repercusiones inmediatas y de gran alcance.
En los días previos a la invasión, cuando las tropas rusas alcanzaron una fuerza de unos 190.000
soldados e incluso cuando Estados Unidos advirtió en tonos cada vez más serios que un ataque
militar parecía inevitable, Putin afirmaba que estaba abierto a la diplomacia, y los líderes europeos
trabajaban desesperadamente para persuadir al Kremlin de que se retirara.
Entonces, el 24 de febrero, el presidente ruso se dirigió a su pueblo y declaró el inicio de una
“operación militar especial” en Ucrania.
Apenas unos minutos más tarde, se observaron grandes explosiones cerca de Járkov, la segunda
ciudad más grande de Ucrania, y se informó de explosiones en Kiev, la capital, así como en otras
partes del país. Y pronto, el Ministerio del Interior de Ucrania informó de que las tropas rusas
habían desembarcado en Odesa y estaban cruzando la frontera.
La invasión amenaza con desestabilizar la ya volátil región postsoviética, con graves consecuencias
para la estructura de seguridad que ha gobernado Europa desde la década de 1990. Putin ha
lamentado durante mucho tiempo la pérdida de Ucrania y otras repúblicas cuando la Unión
Soviética colapsó, pero menoscabar la OTAN, la alianza militar que ayudó a mantener a los
soviéticos vigilados, puede ser su verdadera misión.
Ahora, Europa presencia la mayor movilización de fuerzas en el continente desde 1945, con
soldados ucranianos y combatientes de la resistencia civil luchando para defenderse del
despliegue ruso en múltiples frentes.
El lunes comenzaron las conversaciones entre las delegaciones de Rusia y Ucrania en Bielorrusia,
un aliado cercano de Moscú, pero hubo más movimiento en el campo de batalla que en la mesa de
negociaciones.
Se informó que un convoy ruso de más de 60 kilómetros de largo se dirigía hacia la capital, Kiev. Y,
en una escalofriante escalada, una andanada de cohetes rusos impactó un barrio residencial en la
segunda ciudad más grande de Ucrania, Járcov (Kharkiv), donde al menos nueve civiles murieron y
decenas resultaron heridos.
Los observadores externos infieren que es posible que Putin, frustrado por el lento avance de sus
fuerzas que superan con creces a las de Ucrania pero han enfrentado una fuerte resistencia de los
soldados y civiles ucranianos, se haya impacientado y ordenado incrementar las hostilidades. Los
expertos advierten que eso podría implicar más bajas civiles en el futuro.
El número de refugiados que han huido del país ya supera el medio millón. Y Putin parece tener la
intención de tomar la capital de Ucrania, Kiev, derrocar al gobierno elegido democráticamente y
colocar a ese país en la órbita de Rusia.
La invasión amenaza con desestabilizar la de por sí volátil región postsoviética, con graves
consecuencias para la estructura de seguridad que ha gobernado Europa desde la década de 1990.
Putin ha lamentado durante mucho tiempo la pérdida de Ucrania y otras repúblicas cuando la
Unión Soviética colapsó, pero menoscabar la OTAN, la alianza militar que ayudó a mantener a los
soviéticos vigilados, puede ser su verdadera misión.
Antes de invadir, Rusia elaboró una lista de exigencias de amplio alcance para remodelar esa
estructura, posiciones que la OTAN y Estados Unidos rechazaron.
¿Qué hay detrás de la crisis de Ucrania?
Tras el colapso de la Unión Soviética, la OTAN se expandió hacia el este, incorporando a la mayoría
de las naciones europeas que habían estado en la esfera comunista. Las repúblicas bálticas de
Lituania, Letonia y Estonia, que antes formaban parte de la Unión Soviética, se unieron a la OTAN,
al igual que Polonia, Rumanía y otras.
Como resultado, la OTAN, una alianza creada para contrarrestar a los soviéticos, se acercó por
cientos de kilómetros a Moscú, y llegó a colindar directamente con Rusia. Y en 2008, la alianza
declaró que planeaba —algún día— incorporar a Ucrania, aunque eso se ve todavía como una
perspectiva lejana.
Putin ha descrito la desintegración soviética como una catástrofe que arrebató a Rusia el lugar que
le correspondía entre las grandes potencias del mundo y la puso a merced de un Occidente
depredador. Ha pasado sus 22 años en el poder reconstruyendo el ejército ruso y reafirmando su
peso geopolítico.
El presidente ruso califica de amenazante la expansión de la OTAN, y la perspectiva de que Ucrania
se una a ella, de amenaza existencial para su país. A medida que Rusia se ha hecho más firme y
fuerte militarmente, sus quejas sobre la OTAN se han hecho más estridentes. Ha invocado
repetidamente el espectro de los misiles balísticos y las fuerzas de combate estadounidenses en
Ucrania, aunque los funcionarios estadounidenses, ucranianos y de la OTAN insisten en que no hay
ninguno.
Putin también ha insistido en que Ucrania y Bielorrusia son fundamentalmente partes de Rusia,
cultural e históricamente. Putin ejerce una gran influencia sobre Bielorrusia, y las conversaciones
sobre algún tipo de reunificación con Rusia se han prolongado durante años.
Sin embargo, las relaciones entre Oriente y Occidente empeoraron drásticamente a principios de
2014, cuando las protestas masivas en Ucrania obligaron a abandonar a un presidente
estrechamente aliado con Putin. Rusia invadió y anexionó rápidamente Crimea, parte de Ucrania.
Moscú también fomentó una rebelión separatista que se hizo con el control de parte de la región
ucraniana de Donbás, en una guerra que aún se prolonga y en la que han muerto más de 13.000
personas.
¿Qué busca Putin?
Putin en su conferencia de prensa anual en Moscú, el 23 de diciembre. Ha presentado cada vez
más la expansión de la OTAN hacia el este como una amenaza inaceptable para su país.
Putin en su conferencia de prensa anual en Moscú, el 23 de diciembre. Ha presentado cada vez
más la expansión de la OTAN hacia el este como una amenaza inaceptable para su país.
Putin parece estar decidido a retroceder el reloj más de 30 años, estableciendo una amplia zona
de seguridad dominada por Rusia que se asemeje al poder que Moscú ejercía en la época
soviética. Con 69 años y posiblemente cerca del ocaso de su carrera política, está claro que quiere
atraer a Ucrania, una nación de 44 millones de habitantes, de nuevo a la órbita de Rusia.
En diciembre, Rusia presentó a la OTAN y a Estados Unidos una serie de exigencias escritas que,
asegura, son necesarias para garantizar su seguridad. La más importante de ellas es la garantía de
que Ucrania nunca entrará en la OTAN, de que la OTAN reducirá sus fuerzas en los países de
Europa del Este que ya se han unido y de que se aplicará el alto el fuego de 2015 en Ucrania,
aunque Moscú y Kiev discrepan profundamente sobre lo que eso significaría.
Occidente ha rechazado las principales demandas, pero ha hecho propuestas sobre otras
cuestiones y ha amenazado con sanciones. La postura agresiva de Moscú también ha inflamado el
nacionalismo ucraniano, con milicias ciudadanas que se preparan para una prolongada campaña
de guerrilla en caso de una ocupación rusa.
El momento de Putin también podría estar relacionado con la transición del presidente Donald
Trump, quien fue notablemente amistoso con él y despreciativo con la OTAN, al presidente Joe
Biden, quien está comprometido con la alianza y desconfía del Kremlin.
También es posible que quiera dinamizar el apoyo nacionalista en casa centrándose en una
amenaza externa, como ha hecho en el pasado. Putin ha aplastado los desafíos internos a su
autoridad, pero el año pasado, con la economía tambaleándose y la pandemia haciendo estragos,
los grupos de la oposición celebraron algunas de las mayores protestas contra Putin en años.
Desde que comenzó la invasión, miles de rusos, algunos corriendo un gran riesgo personal, han
salido a las calles para protestar contra la guerra.
¿Cómo planea responder Estados Unidos?
La Plaza Roja en Moscú el año pasado. Putin está tratando de cimentar el apoyo nacionalista en su
país, en medio de los estragos de la pandemia.
La Plaza Roja en Moscú el año pasado. Putin está tratando de cimentar el apoyo nacionalista en su
país, en medio de los estragos de la pandemia.
A principios de diciembre, Biden dejó claro que su gobierno no consideraba enviar tropas a
Ucrania dado que, entre otras razones, Ucrania no forma parte de la alianza de OTAN y no está
incluida en el compromiso de defensa colectiva del pacto.
En cambio, Estados Unidos ha enviado armas antitanques y antiaéreas a Ucrania, ha aumentado la
presencia militar estadounidense en los países de la OTAN que tienen frontera con Rusia y ha
enviado a 7000 soldados a Europa. El Pentágono también ordenó el despliegue de un equipo de
combate de brigada blindada en Alemania para tranquilizar a los aliados de la OTAN en Europa del
Este. Los funcionarios de Biden también advirtieron recientemente que Estados Unidos podría
apoyar a la insurgencia ucraniana.
Pero el verdadero garrote es el financiero.
Antes de la invasión, Biden amenazó a Putin con “consecuencias económicas como nunca ha
visto”. Después, empezó a ponerlas en práctica.
Biden prometió que Putin se convertiría en un “paria” y anunció nuevas y duras sanciones
destinadas a aislar a los bancos más grandes de Rusia y a algunos oligarcas de gran parte del
sistema financiero mundial, además de evitar que el país importe tecnología estadounidense
crítica para su defensa y para las industrias aeroespacial y marítima. También emitió sanciones
contra la compañía detrás de un gasoducto de energía que conecta Rusia con Alemania.
Biden también dijo que Estados Unidos estaba congelando billones de dólares en activos rusos,
incluidos los fondos controlados por las élites rusas y sus familias, haciéndoles pagar por lo que el
presidente estadounidense llamó “un ataque premeditado” contra una nación libre en Europa.
Los gobiernos occidentales prometieron congelar los activos que pertenecen a Putin, pero se sabe
muy poco sobre sus propiedades y dónde podrían estar ubicadas.
El gobierno de Biden también podría implementar sanciones que dejarían a los rusos sin sus
amados teléfonos de próxima generación, laptops y otros dispositivos electrónicos.
¿Qué hay en riesgo para Europa?
Lo que está en juego para Europa es la estructura de seguridad que ha ayudado a mantener la paz
en el continente desde la Segunda Guerra Mundial. Con los europeos divididos sobre cómo
responder a las diversas formas de agresión rusa, el conflicto también ha evidenciado las fracturas
dentro de la Unión Europea y la OTAN. Pero la indignación por la agresión de Putin ha ayudado a
fomentar un frente unificado, y la UE dio a conocer sanciones que describieron como sin
precedentes para el bloque en términos de escala y alcance.
Europa tiene importantes lazos comerciales con Rusia y podría perder mucho más que Estados
Unidos a causa de las sanciones. También depende del suministro de gas ruso, una debilidad que
Putin ha explotado en conflictos del pasado.
Europa perdió a una valiosa interlocutora con Moscú con la salida de la canciller alemana Angela
Merkel, quien creció en la parte oriental de Alemania, habla ruso con fluidez y entabló una buena
relación de trabajo con Putin. Su sucesor, Olaf Scholz, ha intentado asumir un papel de liderazgo
en la crisis que se intensificó poco después de su elección, al detener la certificación del gasoducto
Nord Stream 2 que uniría su país con Rusia, una de las medidas más contundentes adoptadas
hasta ahora por Occidente para castigar al Kremlin.
Cronología
Noviembre de 2013
El entonces presidente de Ucrania, el prorruso Victor Yanukóvich, suspende la firma de un acuerdo
de asociación con la Unión Europea, prevista el 29 de noviembre, a causa de las presiones de
Rusia, que le ofrece además importantes contrapartidas económicas por ello, como la reducción
del precio del gas. Este anuncio cataliza el descontento de la población, sobre todo en el oeste del
país. El 24 de noviembre, decenas de miles de ucranios se manifiestan contra el Gobierno en la
plaza de la Independencia (Maidán) de Kiev.
Un manifestante usa un tirachinas durante las protestas que desembocaron en choques violentos
entre opositores y antidisturbios en el centro de Kiev, el 19 de febrero de 2014.
Un manifestante usa un tirachinas durante las protestas que desembocaron en choques violentos
entre opositores y antidisturbios en el centro de Kiev, el 19 de febrero de 2014.
Febrero de 2014
Las fuerzas de seguridad ucranias matan a al menos 100 personas en las protestas. La indignación
popular y la brutal represión fuerzan la huida de Yanukóvich. Mientras, en Simferópol, la capital de
la península ucrania de Crimea, militantes prorrusos se enfrentan a partidarios de la unidad de
Ucrania. Al mismo tiempo, militares rusos camuflados y agentes del espionaje del Kremlin
penetran en Crimea para forzar su anexión a Rusia.
16 de marzo de 2014
Se celebra un referéndum en Crimea, en el que —en medio de acusaciones de fraude— vence la
anexión a Rusia por más del 97% de los votos. Dos días después, Putin firma la incorporación de la
península ucrania a su territorio, que la comunidad internacional no reconoce. La OTAN congela su
colaboración con Moscú, y EE UU y la UE le imponen sanciones.
Abril-mayo de 2014
Los acontecimientos de Crimea se reproducen en la región ucrania de Donbás. En mayo, grupos
separatistas de Donetsk y Lugansk autoproclaman sendas “repúblicas populares” y reclaman
integrarse en Rusia. El este de Ucrania se convierte así en el escenario de la última guerra de
Europa entre los separatistas prorrusos, con apoyo político y militar de Moscú, y el Ejército
ucranio.
17 de julio de 2014
Un misil Buk de fabricación rusa derriba el vuelo MH17 de Malaysia Airlines y mata a sus 298
ocupantes cuando el avión sobrevolaba la región de Donetsk.
5 de septiembre de 2015
Ucrania, Rusia y representantes separatistas de Donetsk y Lugansk firman en Minsk un acuerdo
para poner fin a la guerra bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación
en Europa (OSCE). Entra en vigor un alto el fuego que dura una semana.
19 de octubre de 2016
La reunión en Berlín del Cuarteto de Normandía —auspiciado por Francia y Alemania para resolver
este conflicto— termina sin avances.
10 de diciembre de 2019
Putin y el nuevo presidente ucranio, Volodímir Zelenski, acuerdan en París retomar el proceso de
paz en Ucrania. El 29 de diciembre, Kiev y representantes separatistas canjean a 200 prisioneros.
Enero-abril de 2021
Rusia comienza a trasladar tropas a sus fronteras con Ucrania y a la península de Crimea. El 13 de
abril, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, define el despliegue como “la mayor
acumulación de tropas rusas desde la anexión de Crimea”.
23 de agosto de 2021
46 Estados y organizaciones, entre ellas la OTAN, firman en Kiev la Plataforma de Crimea, en la que
Occidente exige a Rusia la devolución de la península ucrania.
3 de diciembre de 2021
Estados Unidos cree que Moscú prepara una invasión de Ucrania “a principios de 2022″, de
acuerdo con The Washington Post. Según EE UU, el despliegue de Rusia en las fronteras con ese
país puede llegar a 175.000 soldados.
16 de diciembre de 2021
La UE amenaza a Rusia con “sanciones enormes” si invade Ucrania.
11 y 12 de enero de 2022
Una reunión entre Washington y Moscú —el 11 de enero en Ginebra (Suiza)— y otra celebrada al
día siguiente entre la OTAN y Rusia concluyen sin avances. Moscú informa del inicio de unas
maniobras militares en el sur de Rusia, el Cáucaso y Crimea.
14 de enero de 2022
EE UU alerta de que Rusia planea “un ataque de falsa bandera”: un sabotaje contra sus fuerzas en
el este de Ucrania para atribuírselo a Kiev y justificar una invasión. La madrugada anterior, un
ciberataque masivo inutilizó durante horas el sistema informático del Gobierno ucranio.
El ejército ruso realiza maniobras cerca de la frontera con Ucrania
18 de enero de 2022
Rusia envía tropas a Bielorrusia para unas maniobras conjuntas cerca de las fronteras ucranias.
Entretanto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, inicia una nueva ronda de
reuniones que culminarán el viernes con un encuentro con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi
Lavrov.
24 de enero de 2022
El Departamento de Estado de Estados Unidos ordena a los familiares de los diplomáticos de su
Embajada en Kiev que abandonen el país, ante la amenaza de una invasión de Rusia. También
autoriza a los trabajadores no esenciales a salir, y pide al resto de sus conciudadanos que
consideren “la oportunidad de salir de Ucrania empleando vuelos comerciales u otros medios
privados”, dado que la embajada no estará en condiciones de prestarles ayuda en caso de un
ataque.
27 de enero de 2022
China se alinea con Rusia sobre Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi,
rompe el silencio administrativo ―ese de “quien calla, otorga”― de su país en torno a la amenaza
de Rusia sobre Ucrania. Y lo hace para dejar claro ―todo lo claro que permiten los protocolos
diplomáticos, y por si cabía alguna duda― que las simpatías de Pekín están con Moscú. En una
conversación telefónica con el secretario de Estado estadounidense, Wang asegura que “las
preocupaciones de seguridad de Rusia deben tenerse en cuenta y recibir una solución”. Por otro
lado, esos días Rusia escenifica un notable acercamiento con Cuba, su antiguo aliado, y lo hace en
un ambiente de tensión internacional creciente.
28 de enero de 2022
Para evitar que la dependencia energética europea de Rusia y las sombrías perspectivas de falta de
suministro añadan más tensión a la crisis ucrania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, realizan un comunicado conjunto en el
que exhiben unidad para enviar un mensaje de sosiego: no habrá desabastecimiento.
29 de enero de 2022
Joe Biden afirma que planea desplegar tropas en el este de Europa y países de la OTAN “a corto
plazo”, si bien no será un gran número. El Pentágono cifra los efectivos en 8.500 soldados, que se
encuentran en “alerta máxima” para desplazarse en caso de necesidad, a raíz de la crisis de
Ucrania. “Enviaré tropas al este de Europa y los países de la OTAN a corto plazo. No demasiadas”,
asegura el presidente estadounidense.
3 de febrero de 2022
Estados Unidos y la OTAN rechazan firmar un tratado bilateral sobre seguridad en Europa con
Rusia y también cerrar la puerta a una futura incorporación de Ucrania a la Alianza Atlántica. Esas
eran dos de las principales exigencias planteadas por Moscú para poner fin a la crisis de Ucrania.
En cambio, tanto Washington como la Alianza ofrecen a Putin negociar acuerdos de desarme y
medidas de confianza en diferentes foros (como la Organización para la Seguridad y la
Cooperación en Europa, OSCE, el Diálogo sobre Estabilidad Estratégica EE UU-Rusia y el Consejo
OTAN-Rusia), cuyo éxito condicionan a que se inicie una desescalada en la amenaza militar rusa
sobre Ucrania. Así figura en dos documentos confidenciales enviados por Washington y la OTAN a
Moscú, a los que tuvo acceso EL PAÍS. El día 3, el Kremlin expulsa al canal alemán Deutsche Welle
de Rusia después del veto de Berlín a Rusia Today. DW no podrá emitir en Rusia y será declarado
por las autoridades como “agente extranjero”.
7 de febrero de 2022
Emmanuel Macron pide a Putin evitar la guerra: “Los próximos días serán decisivos”. Separados
por una enorme mesa —casi tan grande como la distancia que hoy aleja a Moscú de la OTAN—, los
presidentes de Rusia y Francia se reúnen en busca de una respuesta al avispero ucranio. Putin
ejerció de anfitrión y escuchó el intento del presidente francés de lograr una desescalada que
alejara la amenaza de guerra. La visita de Macron a Moscú no logró arrancar ninguna concesión en
firme del Kremlin en torno a Ucrania.
12 de febrero de 2022
El Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda a los españoles residentes en Ucrania que
abandonen temporalmente el país por sus propios medios. “Se recomienda a los españoles
actualmente en aquel país que consideren seriamente la posibilidad de abandonarlo
temporalmente por los medios comerciales disponibles, mientras persistan las circunstancias
actuales”, señala el comunicado de Exteriores. Al mismo tiempo, reitera la recomendación de no
viajar a territorio ucranio “dada la volátil situación de seguridad”. El día anterior, EE UU, así como
otros países occidentales, habían hecho un anuncio similar.
15 de febrero de 2022
El Parlamento ruso aprueba una resolución que insta al presidente Vladímir Putin a que reconozca
la independencia de las regiones ucranias de Donetsk y Lugansk, autroproclamadas repúblicas en
2014. La decisión de la Duma estatal (la Cámara baja rusa) del “envío inmediato” a Putin de la
iniciativa no es vinculante, solo el jefe del Kremlin puede dictar que Rusia reconozca la
independencia de los territorios, pero ofrece una señal contradictoria de la postura rusa: el mismo
día Moscú anuncia la retirada de parte de las tropas desplegadas junto a las fronteras de Ucrania y
asegura que las respuestas que le ofrecieron Estados Unidos y la OTAN a sus exigencias sobre la
arquitectura de la seguridad en Europa —y que adelantó EL PAÍS en exclusiva— son un punto de
partida aceptable para negociar.
17 de febrero de 2022
El Gobierno ucranio y los separatistas prorrusos respaldados por Moscú intercambian acusaciones
de ataques a lo largo de la línea del frente en la región de Donbás. Así, proyectiles de artillería
alcanzaron una guardería en la ciudad de Stanytsia Luganska, en la parte de la región de Lugansk
controlada por el Gobierno de Kiev. Hirieron a tres civiles, según el Ejército ucranio, que informó
de otros 47 ataques en una veintena de puntos a lo largo de la zona de conflicto y en los que dos
personas más sufrieron lesiones. A su vez, líderes de las regiones secesionistas de Donetsk y
Lugansk denunciaron ataques de las fuerzas ucranias.
18 de febrero de 2022
Los servicios de inteligencia de Estados Unidos informaron de que el Kremlin ya había ordenado
proceder a la invasión de Ucrania, según fuentes de la Administración de Joe Biden citadas por The
New York Times y The Washington Post. Este dato es lo que llevó al presidente a señalar, por
primera vez, que consideraba que Vladímir Putin ya había “tomado la decisión” de atacar la
antigua república soviética. Ese mismo día, los separatistas prorrusos dieron la orden de evacuar a
civiles en Donbás.
21 de febrero de 2022
Putin firma el reconocimiento de las regiones prorrusas ucranias de Donetsk y Lugansk y ordena el
envío de tropas rusas a la zona. La UE condena en bloque el movimiento y anuncia la puesta en
marcha el mecanismo para activar contundentes sanciones a Rusia. EE UU realiza un movimiento
similar. El anuncio de Putin recrudece el conflicto en Ucrania y eleva la tensión con Occidente, que
ya estaba en un punto álgido. Putin, que había defendido fervientemente los acuerdos de paz para
el Donbás, dinamita con esta firma parte de la acción diplomática.
22 de febrero de 2022
Alemania suspende la certificación del polémico gasoducto Nord Stream 2 tras el anuncio del
reconocimiento por parte de Moscú de las regiones separatistas de Ucrania. Berlín anuncia que
paralizará la aprobación de la infraestructura, controlada por el gigante gasista ruso Gazprom. El
canciller Scholz anuncia que ha pedido a su ministro de Economía, Robert Habeck, que se tomen
las medidas administrativas necesarias para paralizar el proceso de certificación del gasoducto.
“Sin esta certificación, Nord Stream no puede entrar en funcionamiento”, señala Scholz.
24 de febrero
Pocos minutos antes de las seis de la mañana del jueves 24 de febrero, el presidente ruso anuncia
una “operación militar especial” en Donbás. Solo unos minutos después del discurso del jefe del
Kremlin, emitido en todos los canales estatales rusos, se registran fuertes explosiones en varios
puntos del este de Ucrania, desde Sloviansk y Kramatorsk a Járkov, a 30 kilómetros de la frontera
rusa; incluso en Kiev, la capital. Rusia inicia su ataque contra Ucrania desde el norte, este y el sur.
Moscú defiende que es una operación para “desmilitarizar” el país vecino, pero no pretende la
ocupación.
25 de febrero
Las tropas rusas llegan a Kiev y lanzan ofensivas contra infraestructuras civiles, causando ya al
menos 137 muertos. Se estima que cerca de 100.000 personas han huido de la capital, un flujo de
desplazados que aumentará en los días siguientes y va camino de convertirse en el mayor éxodo
en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Entretanto, los 27 países miembros de la Unión
Europea y Estados Unidos han aprobado una nueva fase de sanciones contra el entramado político
y económico del Kremlin.
28 de febrero
Rusia y Ucrania mantienen su primera ronda de negociaciones en una mesa de diálogo en
Bielorrusia, junto a la frontera con Ucrania. Tras el encuentro, ambas partes se emplazan a seguir
negociando. Mientras tanto, las fuerzas enviadas por Putin lanzan un duro ataque contra Járkov, la
segunda ciudad de Ucrania y de mayoría rusoparlante. Los intensos bombardeos y ataques de
artillería contra una zona residencial de la ciudad del este, sitiada desde hace días, causan al
menos 10 muertos y decenas de heridos, según las autoridades ucranias. Pese a la desequilibrio de
fuerzas militares entre Moscú y Kiev, la sociedad ucrania organiza la resistencia: unos se alistan a
las fuerzas de defensa, otros fabrican ‘cócteles molotov’ o preparan comidas para los soldados y
los milicianos. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, solicita la adhesión del país a la UE por
la vía de urgencia.
1 de marzo
El presidente ruso, Vladímir Putin, intensifica su ofensiva contra Ucrania. A medida que las tropas
de Moscú enfrentan resistencia del Ejército y de las milicias civiles, el Kremlin ha pasado a lanzar
ataques más agresivos y contra infraestructuras civiles. En un intento por aislar el Donbás y
hacerse con el control de todo el este de Ucrania, Putin inicia intensos ataques contra la ciudad de
Járkov, mantiene el duro asedio a Mariupol, y en el sur irrumpe en Jersón (en el mar Negro). La
Unión Europea financiará la compra de material letal para Ucrania.
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