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ANALISIS LOS CUATRO ACUERDOS

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UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA DEL CARIBE
PREGRADO
ENSAYO SOBRE LOS CUATRO ACUERDOS
Alumna: Andrea, Villate.
Caracas, 20 de marzo 2020.
INTRODUCCIÓN
El presente análisis trata sobre el libro del autor Miguel Ruiz, los cuatro acuerdos.
Usualmente el ser humano enfrenta una serie de miedos, producto de crianza y de
su entorno. Somos todos los días bombardeados por una serie de informaciones
que lesionan nuestros sentimientos y la autoestima.
Somos juzgados por los demás y por nosotros mismos, de tal manera que nos
castigamos muchas veces por el mismo error. El resultado es una creencia de que
no somos ni seremos nunca suficientes y por tanto dignos de ser amados.
Hemos crecido con un sistema de creencias que nos dicen a veces que no somos
dignos de merecer, ciertas cosas. Eso, contrarresta la opinión de algunos que
piensan que el cielo es el límite, siendo esto una realidad.
Establecemos acuerdos con los demás y con nosotros mismos en los cuales
definimos como somos, que creemos y cómo debemos comportarnos, y a esto le
llamamos nuestra “personalidad”. Pero muchos de estos acuerdos están basados
en el miedo y nos limitan.
Ruiz nos propone cuatro acuerdos que debemos seguir para tener una vida
exitosa y contar con un desarrollo feliz de nuestra existencia.
ENSAYO
Primer acuerdo se impecable con las palabras
Todo lo que nosotros hablamos tiene fuerza, por eso es tan importante que
tomemos conciencia de nuestro léxico, para ser exitosos tenemos que aprender a
desear en voz alta todo lo bueno para nosotros y para los demás.
Ser impecable con las palabras implica no utilizarlas contra nosotros mismos.
Implica amarnos y respetarnos a nosotros mismos. No deben utilizarse para culpar,
reprochar o destruir nada, lo cual no resulta tan fácil porque, en nuestra sociedad,
hemos hecho del chisme un hábito, y tendemos a utilizar las palabras para vaciarnos
de nuestro propio veneno emocional.
La raza humana es el único ser en la tierra que tiene el poder de comunicarse con
la palabra. Si se es cuidadoso y la persona la utiliza correctamente, obtiene
entonces la magia blanca para usarla cuando quiera para hacer el bien,
transmitiendo sus conocimientos; pero si no se es correcto y las palabras son
usadas para levantar un falso testimonio, este mismo poder se convierte en magia
negra.
Es por esos que, en la biblia, concretamente en el génesis se le da importancia a
el poder que tiene el verbo y la influencia que tiene para nuestra vida. No hay nada
en el mundo más ilustrativo que el génesis.
Toda creencia crea la realidad, la cual tiene como función única y exclusiva perpetuarse,
a menos que el ser humano consiga reprogramar lingüísticamente esa creencia en su
cerebro. Aunque al principio pueda sentirse un poco confuso con estas ideas cuando
uno se reprograma, se decodifica lingüísticamente, trabajar estas técnicas no es
nada complicado; al contrario, es sencillo.
De manera que tener presente en nuestra consciencia que debemos
reprogramarnos cuando hemos cometido errores, con nuestras palabras para
nosotros y para los demás.
El segundo acuerdo es No tomes nada personalmente.
Este acuerdo está referido, a la influencia que tenemos todo del entorno y lo
perjudicial que este puede ser en nuestra vida; Y como esta cuarta nuestra libertad
y los sueños que tengamos para crear nuestra propia realidad. Emocionalmente
estamos siempre limitando nuestras actuaciones cuando pensamos y creemos que
las palabras de otros nos afectan.
En este caso, todos debemos aprender a tener una percepción, real de nosotros
mismos, saber quiénes somos y a donde vamos, y no permitiendo que las palabras,
sentimientos de otros nos dañen o afecten.
Existen personas que se sienten influenciadas por los comentarios de las demás
personas, y se toman para ello todo lo que puedan decir de ellos. Muchas veces los
comentarios son realizados por personas envidiosas que lo que pretenden es poner
en entredicho nuestras actuaciones; En este caso la manera de combatir esos
dardos incendiarios de los detractores es, hacer caso omiso de sus palabras.
Muchas veces pensamos que el mundo no nos trata como lo merecemos y
culpamos a los demás de nuestros fallos y desilusiones. Sin embargo, la verdad es
que el modo como nos trata el mundo es el reflejo de cómo nos tratamos a nosotros
mismos. Una buena autoestima es la clave del éxito y de la satisfacción de vivir.
Desgraciadamente por la programación negativa recibida durante la infancia, la
mayoría de la gente tiene una baja autoestima. Y por esta razón todo se lo toman
de manera personal.
Tercer acuerdo no hagas suposiciones
De manera habitual el ser humano hace suposiciones de los demás, y pierde su
tiempo, adelantándose a los acontecimientos. Esta es una mala práctica que tiene
el ser humano debido a que nos tenemos que mostrar tal cual y como somos sin
apariencia.
Un ejemplo claro, es cuando toda la vida se ha soñado con encontrar oro. Y no
hacía más sino pensar en ello. La idea no se le iba de la cabeza desde que
despertaba. Pensaba en ello mientras comía y también mientras dormía. No paraba
de pensar en encontrar oro. Como no tenía medios para buscarlos, decidió vender todo
lo que tenía, casa, muebles y se fue para el sur del país a buscar oro. Allí, estuvo
durante años, cavó y cavo y no encontró nada.
Como no tenía medios para seguir buscando, volvió a la ciudad donde tenía
familiares que podían acogerlo. Al regresar supo que el comprador de su casa,
cuando estaba remodelando, consiguió oro al cavar un hoyo en el huerto y se hizo
millonario.
En este caso la persona tenía la percepción del oro, pero no, logro cavar en el
sitio que era, sino supuso que tenía que salir a buscarlo fuera.
Este caso es típico, de que siempre vivimos de cosas que suponemos.
Cuarto acuerdo haz lo máximo que puedas.
Pero no hay que exigirse más de lo posible ya que no nos estaríamos aceptando
a nosotros mismos. La vida no consiste en alcanzar el objetivo sino en disfrutar el
camino.
Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a ti mismo a
frustraciones, juicios, culpas y reproches. Sí emprendes la acción por el puro placer
de hacerlo, sin esperar una recompensa, descubrirás que disfrutas de cada cosa
que llevas a cabo.
Las recompensas llegarán, pero no estarás apegado a ellas. Si no esperas una
recompensa, es posible que incluso llegues a conseguir más de lo que hubieses
imaginado.
Si nos gusta lo que hacemos y si siempre hacemos lo máximo que podemos,
entonces disfrutamos realmente de nuestra vida. Nos divertimos, no nos aburrimos
y no nos sentimos frustrados.
Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar
y de compartir tu amor.
Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala. No te resistas a que la vida pase por
ti, porque es Dios que pasa a través de ti. Tu existencia prueba, por sí sola, la
existencia de Dios. Tu existencia prueba la existencia de la vida y la energía.
No necesitamos saber ni probar nada. Ser, arriesgarnos a vivir y disfrutar de
nuestra vida, es lo único que importa.
Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir que sí.
Tienes derecho a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo cuando haces lo máximo que
puedes. Cuando no lo haces, te niegas el derecho a ser tú mismo. Esta es una
semilla que deberías nutrir en tu mente, para poder no tener sentimiento de culpas.
APLICACIÓN EN LA VIDA REAL
Me pareció muy simpático escuchar esa expresión de pobrecita la viejecita de
labios de un gran amigo mío, haciendo referencia, a la vecina. Pero posteriormente
cuando me puse a analizarlo, me di cuenta que lo que él decía era más común de
lo que podía imaginarme.
Si es cierto, es un síndrome. Algunos seres humanos lo sufren; otros lo disfrutan;
otros secretamente lo callan en aras de una humildad que no existe; y otros
simplemente lo hacen porque son miserables con ellos y con la vida que le fue
otorgada.
Y tiene su origen en algo que nadie presta atención: El apego: Descrito por
el diccionario de la Real academia como esa afición o inclinación hacia una
persona o cosa, acompañada de la avaricia que es un afán desordenado de poseer
y adquirir riqueza para atesorarlas.
Alguna vez en nuestra vida hemos conocido seres humanos con esas
características. Manifiestan que no tienen un solo centavo, cuando en realidad
mantienen en los bancos, o debajo de su almohada apolillándose, los billetes que
según estos individuos han ganado con mucho esfuerzo.
Son seres que tuvieron una infancia atrofiada por falta del estímulo que da el
amor, y la apetencia que surge por falta de merecimiento.
Crecieron viendo a sus padres conseguirlo todo a costa de un gran sacrificio.
Consideran que la vida no se hizo para ellos, y simplemente tienen la creencia que
su paso por la tierra es solamente una existencia materialista, sin tener ningún
sentido, ni ningún fin.
No reconocen su misión y mucho menos cuestionan su destino. Consideran que
no son merecedores de nada, y a pesar de que construyan un hogar o
aparentemente una familia viven arrastrando ese recuerdo de pobre autoestima
aferrando a lo que ellos consideran es el Dios, en el presente.
El dinero. Su deseo inmensurable de atesorar más de esos papelitos, los llevan a
desproporcionarse emocionalmente y terminan convirtiéndose en avariciosos
desmedidos. Pero lo peor es que van arrastrando en esa cadena a los seres que lo
rodean convirtiéndolos igualmente en carentes de amor, ya que prolongan su
frustrada existencia.
Pueden tener todo en forma material, todo en forma afectiva, pero siempre están
criticando, quejándose de la falta de ello. Si en algún momento hicieran un alto en
el camino de la vida, y se preguntaran, si todo lo que atesoran tuviera un
destino servicial o simplemente cayeran en la cuenta que no hay entierro con
trasteo, entonces podrían cambiar de opinión y hacer más llevadera su existencia.
Simplemente, piensan inconscientemente que están guardando para la vejez, a
pesar de que algunos de ellos ya han entrado en esa época, pero siguen atesorando
compulsivamente.
Se han olvidado y olvidan realmente de vivir. Sobreviven a las circunstancias, y
aún más, no se pueden dar el confort de comer alguna buena comida, de conocer
otras culturas, ni siquiera ayudan al prójimo, a pesar de que muchos pertenecen a
una religión y hacen alarde de ello.
CONCLUSIONES
Las conclusiones que se extraen de este tratado llamado los cuatro
acuerdos son:
Debemos tener cuidado de manera con la cual nos expresamos, nuestras
palabras son decretos o afirmaciones que si lo hacemos en bien serán positivas,
pero si, cometemos el error de expresarnos de nosotros mal, eso actúa como causaefecto. SI no podemos hablar bien de alguien o de nosotros es mejor es mejor
callar.
Emocionalmente estamos siempre limitando nuestras actuaciones cuando
pensamos y creemos que las palabras de otros nos afectan. Y resulta que siempre
nos afecta lo que digan de nosotros. Para ello, hay que actuar, como si no nos
afectara la situación que digan o hagan en contra de nosotros.
Esta es una mala práctica que tiene el ser humano de hacer suposiciones sin saber
cuál es la realidad; debido a esto cometemos errores por adelantarnos a otros en
sus pensamientos. Por ello es que nos tenemos que mostrar tal cual y como somos
sin apariencia
Las personas más felices son aquellas que hacen lo que más les apasiona y lo
disfrutan al máximo.
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