Subido por virgitres

Los eclesiasticos del siglo XVIII ante l

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S e r ie : H I S T O R I A
Y S O C IE D A D ,
n054
zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
L A B U R G U E S ÍA
EN LA EDAD
M ODERNA
ACTAS DEL CO NG RESO
CELEBRADO
L O S D ÍA S
ESPAÑO LA
IN T E R N A C IO N A L
E N M A D R ID
Y S O R IA
16 A 18 D E D IC IE M B R E
DE
1991
C O O R D IN A D O R :
L U IS M IG U E L
E N C IS O
R E C IO
TOMO I
CONGRESO INTERNACIONAL
SOBRE LA BURGUESÍA ESPAÑOLA EN LA EDAD
MODERNA (1991. Madrid. Soria)
La burguesía española en la Edad Moderna: actas del Congreso Internacional celebrado en
Madrid y Soria los días 15 a 18 de diciembre de 1991 / coordinador, Luis Miguel Enciso Recio;
organizadores, Departamento de Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid,
Fundación Duques de Seria ; patrocinadores, Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid ... [et al.]. Valladolid: 5° Centenario del Tratado de tordesillas ; Secretariado de Publicaciones e
Intercambio Científico. Universidad de Valladolid; [Madrid] : Fundación Duques de Soria, [1996]
3 Y. (1734 p.) ; 24 cm. - (HistoriaAy Sociedad; 54)
ISBN 84-7762-681-2
1.BURGUESÍA-España-Historia-1474-1700 (Edad Moderna)-Congresos LEnciso Recio, Luis Miguel, coord. ILUniversidad Complutense de Madrid. Departamento de Historia Moderna.
col.ill.Fundación Duques de Soria. col. IV.Universidad Complutense de Madrid. Rectorado, patrocinador V'Sociedad V Centenario del Tratado de Tordesillas, ed. VI.Universidad de Valladolid, ed.
VILSerie: Historia y sociedad (Universidad de Valladolid) ; 54
323.32(460) "15/19" (063)
SECRETARIADO DE PUBLICACIONES
E INTERCAMBIO CIENTÍFICO
UNIVERSIDAD DE VALLADOLID
FUNDACiÓN DUQUES
DESORIA
Los eclesiásticos
del siglo XVIII ante la mentalidad
burguesa zyxwvutsrqponmlk
M" Jesús Fernández Cordero
«y ano cree nadie -escribía atinadamenteAJ . Saugnieux- en el mito decimonónico
de un siglo XVIII caracterizado por la oposición entre Ilustración y Fe, Razón y
Superstición, Inteligencia y Oscurantismo. El fenómeno de descristianización existió, la incredulidad existió también. Pero no se puede negar que, a pesar de todo, el
XVIII fue un siglo de renovación religiosa, de aggiornamento ... La Ilustración, lejos
de ser globalmente antireligiosa, se presenta mas bien, y en España más que en otros
países europeos, como voluntad de adaptación de la fe a las nuevas exigencias
intelectuales>'. Estas palabras son un claro reflejo de la complejidad que ofrece al
historiador el panorama del setecientos. Nuestro propósito al retomarlas, como punto
de partida de esta breve exposición, es mostrar que tal renovación religiosa no se
produjo en nuestro país sin quiebras ni dificultades. No fue una integración armónica
de todos los elementos que iban configurando el universo mental y las formas de vida
del hombre de este siglo, como si no planteasen ningún tipo de conflicto al
cristianismo. Por el contrario, es posible detectar los puntos de fricción, las luchas, los
acercamientos, todo ello enmarcado en el deseo, por parte de las instancias eclesiásticas, de reafirmar o de situar al hombre frente a la realidad de su tiempo desde una
perspectiva cristiana, y, por parte de quienes encarnaban la mentalidad ilustrada, de
defender y asumir sus concepciones del mundo y de la vida como compatibles con la
profesión católica'.
Una de las facetas más interesantes en este sentido es la problemática
presentada por la mentalidad burguesa, con sus valores y comportamientos, ante la
cual los representantes de la Iglesia tuvieron que clarificar posiciones y matizar
actitudes. El estudio ya clásico de Bernhard Groethuysen para la Francia del siglo
Cit. por ENCISO RECIO, L.M., «La Ilustración en España», Coloquio Internacional Carlos 111y su
siglo. Actas, Madrid, Universidad Complutense, Departamento de Historia Moderna, 1990, t.1, p. 654. La
cita corresponde a una ponencia titulada «Ilustración y fe», presentada al Congreso del Centro de Estudios
Históricos de Oviedo, 1985 (copia mecanografiada).
2
Para la bibliografia más significativa sobre la Ilustración en relación con la problemática religiosa
remitimos aENCISO RECIO, L.M., artocit., pp. 653-655, ya EGIDO, T., «La religiosidad de los españoles
(siglo XVIII)>>,Coloquio Internacional Carlos 111y su siglo, pp. 767-792. Destacamos el estudio del
mismo autor: «La religiosidad de los ilustrados» en Historia de España de M enéndez Pidal-Jover Zamora,
t. XXXI: La época de la Ilustración, vol. 1: El Estado y la cultura (1759-1808), Madrid, Espasa-Calpe,
1987, pp. 395-435 Y especialmente pp. 398-401.
344
M' Jesús Femández Cordero
XVIII es una buena prueba de ello', así como las líneas que han señalado para nuestro
país autores como A. Martínez Albiach, V. Palacio Atard o J.M. Herrero". Pero falta
aún un análisis detenido y sistemático de estas relaciones. Unos pequeños apuntes de
lo que éstas pudieron haber sido es lo que vamos a exponer a continuación, tomando
como base una particular fuente eclesiástica: los sermonarios del siglo XVIIP, en
cuyas densas páginas se refleja buena parte de la vida de la época, interpretada, claro
está, según la visión de quienes ejercían entonces un ministerio eminentemente
pastoral, atento a encauzar la vida de los fieles por entre los diversos derroteros que,
cada vez más, se ofrecían a su elección. Estas fueron algunas de las realidades a las
que hubieron de enfrentarse.rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
El mundo laico y su presencia
en la Iglesia
El modo en que la predicación enfoca los temas referidos específicamente a los
fieles laicos está condicionado por la noción de Iglesia, por la conciencia sobre la
propia identidad como miembros de ella que dicha noción imprime y por la relación
)
GROETHUYSEN, B., La formacián de la conciencia burguesa en Francia durante el siglo XVIII
México-Madrid-Buenos Aires, FCE, 1981.
'
,
MARTINEZ ALBIACH, A., Etica socio-religiosa de la España del siglo XVIII, Burgos 1960 y
Religios!~ad hispana y sociedad .borbónica, Burgos, 1969. PALACIO AT ARD, V., Los españ;les de'la
Ilustracián, Madrid, 1964, especialmente el capítulo titulado «Estilo de vida aristocrático y mentalidad
burguesa», pp, 41 ~I 13, HE~RO,
Los eclesiásticos del siglo XVII! ante la mentalidad burguesa
345
que se establece entre unos y otros a partir de ese fundamento. Los estudiosos de la
historia de la eclesiología han señalado que los siglos XVII y XVIII se caracterizan
por una progresiva «exteriorización y secularización del concepto de Iglesia»: en aras
de la controversia y la apologética, la idea de sentido «místico y sacramental» que se
afirmó en torno a Trento, y sobre todo en el Catecismo Romano, fue cediendo en favor
de una conciencia centrada en la realidad externa y los rasgos institucionales",
Elementos de este proceso serían una cada vez más acentuada tendencia moralizadora,
la prioridad dada a lo doctrinal y, en conexión con esto, el deslizamiento hacia una
identificación de la Iglesia, «al menos en la práctica, con los ministros del magisterio
en ella», quienes serían presentados como aquellos que «enseñan al hombre las
normas de una conducta cristiana y le aseguran la consecución de la vida eterna»'.
Nuestro país, al hilo de las tentaciones apologéticas, del peso social de la
institución eclesiástica y del avance del individualismo en el sentimiento religioso,
participó también de este fondo de mentalidad que se perfiló en occidente. Y
consecuencia de este clericalismo es que la Iglesia aparezca cada vez más como una
realidad externa al fiel laico. No podemos afirmar que así se propusiera, pero sí que
la pastoral, en buena medida, estaba imbuída de esta actitud, en la cual coincidieron
la línea heredera de las posturas contrarreformistas y aquella otra que se esforzó en
dar respuestas al racionalismo de la Ilustración. Cuando Francisco Armañá, desde la
sede episcopal de Lugo, se pronuncia en la polémica del siglo entre fe y razón,
establece la autoridad divina como principio originario y conservador de la verdadera
religión; su noción de Iglesia parte, pues, de la autoridad con que Jesús revistió a los
apóstoles, y se expresa de modo significativo:
J.M., «Notas sobre la ideología del burgués español del siglo XVIII»,
Anuario de Estudios Americanos, IX (1952), pp. 297-326. Para la situación del clero en el contexto de la
I1us~ación, la~ ~áginas qu: le dedica Francois LOPEZ: «La resistencia a la Ilustración: bases sociales y
medios de accron», en el citado lo XXXI de la Historia de España de M enéndez Pidal, pp. 769-812, cuyo
pano~a
se c~mplementa con el mencionado estudio de T. EGIDO. Sobre la siguiente centuria, la obra
de Jose Antonio PORTERO, Púlpito e ideología en la España del siglo XIX, Zaragoza, 1978.
, • Como recopilaciones bibliográficas de estas fuentes: HERRERO SALGADO, F., Aportación bibliográfica a/a oratoria sagrada española, Madrid, 1971. PLACER, G., «Oratoria rnercedaria», Estudios, L
XXVI, num. 90-91 (1970), pp. 61 1-660. HERRERO GARCIA, M., Sermonario clásico. Con un ensayo
sobre la Oratoria Sagrada, Madrid-Buenos Aires, 1942. MARTIN ABAD, J., Contribución a la
bibliografia salmantina del siglo XVIII: la Oratoria Sagrada, Salamanca, 1982. Como estudios,
destacamos, entre otros: SAUGNIEUX, J., Les jansénistes et le renouveau de la prédication dans
I 'Espa~ne de la seconde ,,:O!tiédu XVIIIe siécle, Lyon, 1976. MESTRE, A., «La reforma de la predicación
en el sígto XVIII (A proposito de un tratado de Bolifón)», Anales Valentinos, t.ll, núm. 3 (1976), pp. 79I 19. FERNA~DEZ RODRlGUEZ, C., ROSADO MARTIN, D.AY MARIN BARRIGUETE, F., «La
SOCIedaddel SIglo XVIII a través del sermonario. Aproximación a su estudio», Cuadernos de Historia
M odernayContemporánea,
4 (1 983), pp. 35-57. En la obra colectiva dirigida por AL VAREZ SANT ALO,
~., BUXO, M.J. y RO~RIGUEZ BECERRA, S., La religiosidad popular, Barcelona, 1989, 3 vols., se
Incluyen AGUILAR PINAL, F., «Predicación y mentalidad popular en la Andalucía del siglo XVlll», t.
I1, pp. 57-71, y GAL~
G/MENEZ, P., «El sermón y el confesionario, formadores de la conciencia
popular», lo 11,pp. I 11-124, entre otros estudios de interés. También basada en la predicación, la obra de
LEON NA.V~~"V'"
LUIS de Granada!,
I~ tradición erasmista en Valencia (siglo XVIII), Alicante,
1986. Por último, Sin pretender agota; ~~bíbliograña surgida recientemente por el interés despertado en
tomo al tema, completamos esta visten con LEBRUN, F., «La prédication au XVlIIe siécle» en
DELUMEAU, J. (dir.), Histoire vécue du peuple chrétien, Toulouse, 1979,1. Il, pp. 43-66.
'
ANTON, A. (S.J.),EI misterio de la Iglesia. Evolución histórica de las ideas eclesiológicas, MadridToledo, BAC, 1987, 2 vols., especia/mente los capítulos I y 1I del segundo tomo: «La eclesiología
apologética de los siglos XVII y XVIII» y «La nueva imagen de la Iglesia bajo el influjo de la Ilustración,
revolución y restauración en los siglos XVIII y XIX». Al estudiar la noción de Iglesia en los catecismos
de esta época, concluye con una cita de M. Ramsauer que sería interesante contrastar: «Estos dos siglos
[XV!l y XVIII] están caracterizados por la lucha de la Contrarreforma. Los católicos se ven obligados a
defender su Iglesiacontra el peligro del espiritualismo. Como más de mil años atrás fue necesario defender
la verdadera e íntegra humanidad de Cristo contra el docetismo, así también ahora hay que defender la
visibilidad humana de la Iglesia en sus varias formas de existencia y en su actividad. Pero esta actitud de
lucha reduce el campo de visión de los autores: en la Iglesia es objeto de consideración solamente aquello
que más en peligro está a causa de las doctrinas de los disidentes, y esta imagen polémica acaba por ser
presentada como la única auténtica. Esta insistencia unilateral en su realidad visible llevó a un cambio en
el concepto de Iglesia: ésta no son ya todos los bautizados en su totalidad, en su unidad en Cristo, principio
de santificación yde salvación, sino los sujetos del ministerio jerárquico, quienes con su doctrina y medios
de santificación guía a los hombres a la salvación. El resultado es una separación total en la conciencia de
los fieles, a causa de esta actitud defensiva, de la realidad visible de la Iglesia de su realización esencial
e invisible, de modo que se llegó a una exteriorización y secularización del concepto de Iglesia, un proceso
que ayudó a que la Ilustración penetrara en los catecismos» (1. Il, p. 40). La cita pertenece al estudio «Die
Kirche in den Katechisrnen», Zeitschrift für Katholische Teologie, 73 (lnnsbruck, 1951), pp. 168-169. En
este aspecto es significativo el contraste entre el estudio de este periodo (lo 11,pp. 36-40) y el apartado
dedicado a «La imagen de la Iglesia en el Catecismo Romano» (1. 1,pp. 772-784) así como la introducción
de los elementos más exteriorizadores en los «catecismos de índole apologética» (U, pp. 787-791).
7
Ibid., t. Il, pp. 134-141.
Los eclesiásticos del siglo XVlIl ante la mentalidad burguesa
M' Jesús Femández Cordero
346
De las obligaciones de los maridos para con sus mujeres.
De las obligaciones de las mujeres para con sus maridos.
De la obligación de los padres para con sus hijos.
De la obligación de los padres de familia.
De la obligación de los hijos para con los padres.
De las obligaciones de los amos para con los criados.
De las obligaciones de los criados para con sus amos.
De la obligación de los que dan los empleos.
Del modo de pretender los empleos.
Contra la ociosidad y la vida inútil del mundo.
Contra el juego.
Contra la embriaguez.
Contra las injusticias y usuras que se cometen en los contratos, especialmente en
los granos".
«Quando les embió Aa bautizar y predicar, les dixo expresamente, que hasta el fin del
mundo estaria con ellos. ¿Con quienes havía de estar en los siglos venideros, sino con
los sucesores de los mismos Apóstoles que embiaba? ¿con el cuerpo de los Pastores y
Ministros de la Iglesia, donde se conservase perpetuamente su mision, y con ella su
autoridad?
Si no subsistiera esta autoridad infalible, ¿como se pudiera prescrivir la doctrina que
han de recibir los fieles para su segura direccion'oi",
Sin embargo, paralelamente,
el fiel laico va adquiriendo
10 menos entidad, para la misma pastoral.
predicación,
no ya como
especificidad.
cristiano,
sino como
cristiano
laico,
eran hombres
cultos, juristas,
en la reforma
diaristas,
miembros
Amigos del País, «gentes de la administración
superior,
peculiar del funcionariado
liberales»,
y de las profesiones
terreno «revela la conciencia
explícitada
o por
reconociendo
Este proceso no es ajeno al ascenso social de la burguesía:
XVIII las élites seglares que se comprometieron
religiosidad
protagonismo,
A él se tiene que dirigir la catequesis
en el siglo
de las Sociedades
ideólogos
de
de que la Iglesia no se compone
en este
sólo del
de
de una presencia en
ascenso del mundo laico, cuya realidad ha de ser tenida en cuenta en su diferencia con
el ministerio jerárquico.
Así, no es casualidad
que los moralistas
eclesiásticos
Ante esta realidad del mundo laico, que reclamaba
de una burguesía
y su participación
su papel en ella, es sólo la avanzadilla
la
su
de la Iglesia y de la
elemento clerícab-". Esta minoria, que toma una actitud activa ante los problemas
la Iglesia y que reivindica
y
347
hayan de abordar temas
de su legitimidad
aceptación,
dentro del ámbito cristiano,
pero con limitaciones:
un mayor reconocimiento
los eclesiásticos
abrieron paso a una
puesto que el acento se ponía en la diferencia,
la especificidad, más que en la vinculación con Cristo, ello implicaba
restrictiva de su participación en la misión de la Iglesia.
De modo unánime se afmnaba
tanto, la posibilidad
la diversidad
en
una visión
de «las vocaciones de Dios» y, por
de salvarse en todas ellas, siendo propio de la religión cristiana
«abrazar sin excepcion todos los estados, todas las condiciones
y oficios de la humana
ejemplo, la obrarqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Lafamilia regulada, del franciscano Fr. Antonio Arbiol, alcanzó 17
sociedad, con el cierto conocimiento, de que en todos se puede servir á Dios, entrar
en su reino, y merecer la gloria del cielo»!', Pero, en el fondo, el clericalismo que
ediciones entre 1715 y 1805 10• Y los predicadores
doctrinas la problemática seglar: de las 31 doctrinas
impregna la mentalidad eclesiástica de la época se superpone a esta amplia aceptación
para relegar al mundo laico a una segunda categoría. Así vemos cómo en el jesuita
que forman parte de la vida laica, alcanzando
en ello una difusión considerable:
por
incluyen en sus sermones y
que Fr. Miguel de Santander
recoge en el primer tomo de su obra, 15 están dedicadas
a estos asuntos:
De las obligaciones del christiano y las del ciudadano.
De las disposiciones para entrar debidamente en el estado del matrimonio.
ARMAÑA, F., Pastoral!. en que se demuestra la infalible verdad de la religion christiana: y se
promueve la debida instruccton en su doctrina, en Pastorales del Ilustrísimo Señor D. Fr. -,
Obispo
quefue de Lugo, actual Arzobispo de Tarragona, Tarragona, Pedro Canals, MDCCXCIV, t . 1,pp. 97-98.
Señala A. ANTON: «fue un imperativo de la época insistir, contra el racionalismo y el liberalismo, en el
principio de autoridad en la Iglesia. El centro de gravedad se desplaza de la congregatio fidelium a la
jerarquía. El simple fiel se contrapone a los ministros (papa-obispos-sacerdotes), los cuales imparten al
pueblo cristiano la doctrina de la fe y administran los medios de salvación. La Iglesiase presenta al hombre
como la institución en la cual el hombre halla guía y protección en su camino hacia Dios (institutum
salutis)» (ob. cit., t. Il, p. 135).
,
EGIDO, T., «Lareligiosidad de los ilustrados», ob. cit., p. 401.
10
ARBIOL, Fr. Antonio, Lafamilia regulada. Con doctrina de la Sagrada Escritura y Santos Padres
de la Iglesia Catholtca, para todos los que regularmente componen una casa seglar, afin de que cada uno
en su estado, y en su grado sirva a Dios nuestro Señor con toda perfección y salve su alma, Zaragoza,
Herederos de Manuel Román, 1715. Ediciones reseñadas en AGUILAR PIÑAL, F., Bibliografia de
autores españoles del sigloXVIJI, Madrid, CSIC, 1981, t.1, pp. 338-339, núms. 2.188 a 2.204.
Antonio Codorniú,
quien defiende decididamente
el respeto a los distintos estados y
condiciones de vida en la práctica de la dirección espiritual y el confesonario",
se
desliza, no obstante, la idea de que la exigencia de santidad es mayor en la vida
consagrada
que en la secular".
El padre Calatayud
enfoca esta misma multiplicidad
Fr. MIGUEL DE SANT ANDER, Doctrinas y sermones para mision, Madrid, Imp. de Don Josef del
Collado, 1808, tercera edición, t. 1. La primera edición es de 1800.
"
ARMAÑA, F., Sermones, Madrid, Ferrnín VilIalpando, 1818, segunda edición, vol. 1, t. 1,p. 142. La
primera edición apareció entre 1796 y 1803.
CODORNIU, A., El M inistro deJesu-Christo theologicamente delineado sobre el capítulo cuarto de
la primera del Apostol a los Corinthios, Barcelona, María Angela Martí, 1765, pp. 154-158. « . . . no se ha
de dirigir un Principe como un Monge, ni un Caballero como un Solitario, ni un Hombre de negocio como
un Cartujo. Por la misma razon no se ha de gobernar una Casada como una Monja, ni una Doncella como
una Viuda, ni una Señora de distincion como una Muger de la plebe» (p. 155).
14
En un «Serrnon de S. Francisco Xavier» dice: «Mucho mas cuesta arribará la perfeccion, que observar
precisamente los Mandamientos. Sin embargo, el Salvador, para una, y otra cosa, no nos pide mas del
querer. ( ...) Luego quiera de veras el Secular, quiera de veras el Religioso, quiera de veras el Sacerdote;
la perfeccion».
que el primero cumplirá con los Mandamientos, y los demás caminaran sin falta
CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en varios sermones panegyricos ..., Barcelona, Pablo
Nadal, 1756, p. 211.
1 1
1 3
á
348
M' Jesús
desde una perspectiva
firmes
en definir
circunstancia
Fernández
Cordero
Los eclesiásticos
muy propia de la ascética jesuítica' s y es uno de los autores más
el cristianismo
como
«estado
de perfección»,
sea cual sea la
ante la mentalidad
conduce a una valoración
349
burguesa
un Dios un estado mas sublime» y «las almas que no profesáron
tanta perfecciono",
de los estilos de vida según la cual el seguimiento
se traduce en la observación
en que se viva".
del siglo XVIll
de unos preceptos,
no todos igualmente
de Cristo
necesarios.
En
el fondo, la vida laica se proyecta como una elección negativa, aunque se presente en
«Por esto todo Christiano,
obligado
debajo
ora sea casado, ora viudo, Militar,
de pecado
mortal
a aspirar
a una
Juez, Mercader,
vida
perfecta,
&c. esta
compatible,
términos
con el estado, y oficio, en que Dios le ha puesto»!",
correspondiente
de respeto:
y
«Tampoco
digo, que para seguir el camino
todos observar
Pero también en él la valoración
acentuada
diferencia
de la exigencia, del compromiso,
la mayor perfeccion:
contiene una
para esta dijo que se han de renunciar
que se ha de guardar virginidad
de grado o nivel:
del cielo, sea necesario
absolutamente
todo lo que dictó Cristo. Sé muy bien que dictó muchas
otras resoluciones
perpétua:
verdaderamente
No pretendo,
á
para
todos los bienes terrenos;
para la misma propuso
heroicas.
máximas
el Maestro
celestial
vuelvo á decir, obligaros
á
tanto»?'.
«No ay duda, que esta obligado
mas el Sacerdote;
proceder
el Lego, o Seglar a aspirar a la perfeccion,
porque el Lego, como hijo adoptivo,
de su Padre Celestial,
que le adopto: Imitatores
deve aspirar a una vida perfecta,
Seglar es en sus operaciones
funciones
[Corn. in. c. M a-lach.]. El
dice Comelio
y empleo,
profano.
es como un hombre
El Sacerdote
divino,
en las
segun aquello
[Levit. c. 20.] (...) Sereis Santos, porque Yo el Señor soy Santo, y os he
del Levitico
de la demas porcion
de mi pueblo,
Con este tipo de planteamientos,
similar,
se acogiesen
para que seais mis dornesticosx".
compromiso
caían a veces en considerar
demás-, respondiesen
sustentan
a los
de la vida consagrada:
como modelo válido para los
que les había definido: «¿No ha de
su divergencia
su modo de estar en el mundo, su relación
con los
bienes terrenos, su postura frente al modelo de cristianismo que se les predica, todo
ello es objeto de debate en busca de una redefinición adecuada a los tiempos. Por su
parte, los eclesiásticos
adoptan dos líneas de interpretación
ante esta realidad,
oscilan entre ellas: una subraya lo común a todos los cristianos
en el pueblo dePONMLKJIHGFEDCBA
de la moral evangélica,
los que han abrazado
propio
de
-que
todos han de ir por un sendero'o-".
frecuencia
entre «las almas perfectas,
lo característico
desde la misma negatividad
grado
de los eclesiásticos
Hay varios matices en los laicos cuando afirman y defienden
de sentido negativo:
«los Seglares, estériles por lo que mira a hacer fruto en las almas,
Ministros de Dios, que trabajan»!".
como un menor
haber varios caminos por las varias condiciones y estados de los mortales? ¿El seglar,
y el eclesiástico: el que ha de vivir en el bullicio del mundo, y el que se ha retirado en
respecto
La distinción
de su estado
en la vida cristiana, y que ante las propuestas
el cláustro,
E incluso, de vez en cuando, surgen expresiones
es lógico que los fieles, desde un clericalismo
a la peculiaridad
de Dios:rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Sunt enim primo
de mundo, como un hombre
propias de su caracter,
segregado
mei estote. Pero el Sacerdote
como hijo primogenito
dicati, consecrati, et quasi ejusfamiliares,
pero mucho
deve aspirar a imitar la Vida, y
y con
en el plano
la otra prolonga en este mismo plano las diferencias
con el fin
de que la idea de la santidad sea aceptada.
CALATAYUD,
15
complexiones,
Missiones y sermones ... ,
P .,
dece maravillosamente
la providencia
y genios; por tanto solo pretendo
a las obligaciones
M a d r id ,
E u g e n io
del Señor en la variedad
B ie c o ,
de estados,
que practiqueis
1754,
t.
y oficios,
II, p . 528:
la virtud, y perfeccion
del estado, y oficio en que Dios os ha puesto,
y que amoldeis
de las
de vida, acomodada
vuestros
genios
a la virtud,
ya la gracia».
i6
A
« . . . es
bien gravar en el corazon
la perfeccion
christiana
las maximas
correspondiente
siguientes:
1'. Qualquier
a el y que la divina
sabiduria
para cada vno y si no se logra la culpa es de quien tiene tal estado.
ser con seguir la perfeccion
con qualquier
2'. el principal
de su estado y para este fin le es conveniente
otra perfeccion
contraria
ala
de su estado
estado
de esta vida es capaz de
y providencia
6
6 impertinente».
presiso
le prescribe
cuidado
debe
ni arostrar
B.N., Mss. 6.313, fol. 412 v.
17
CALATA YUD, P., Juicio de los Sacerdotes. doctrina practica, y anatomía de sus conciencias,
dispuesta en seis pláticas, que suele hazer al Gremio Eclesiastico en sus M isiones ... , Valencia, Joseph
Estevan
Doz,
1736, p . 165.
18
Ibid., pp. 165-166.
"
CALATAYUD,
sustentacion
precisa
pero en sus ramas
P., M issiones y sermones ... ,
de los Missioneros»,
sustenta
y compara
la vid, que se le arrima
t.
1.
p. 32. Se trata
a los seglares
de un epígrafe
con el sauce,
con sus racimos».
compromiso
de estas dos vertientes
irrenunciable
del cristiano,
tiende
a destacar
lo que considera
sea cual sea su condición.
el
Este compromiso
se identifica con la cruz. Es la espiritualidad del «camino estrecho», propuesto sin
ambages ni sutilezas, que encontramos en la réplica de Francisco Armañá a los fieles
que se refugiaban
en no haber hecho profesión
de perfección:
6 quiere
del hombre
(sic) no atender
La primera
« ... r e s p l a n -
y en lo diverso
titulado
«De la
«un arbol que no da fruto,
Ibid., p. 318. Desde una argumentación
siguiente
v o l.
no es solamente
diferencia:
1,
t. 1 1 , pp. 3 1 7 - 3 1 8 .
ARM AÑA,
21
que «la santidad
F .,
Sermones,
20
propia
«hay dos especies
preceptiva,
y consiste
la segunda
es de consejo,
en el exacto
y consiste
más doctrinal,
de santidad:
cumplimiento
Así lo explica
Santo Tomás.
condenacion:
la accidental
22
n ,
pp. 360-361
ARMAÑA,
y
sino
esencial;
362).
F., Sermones, vol. 1, t.1l, p. 317.
y otra accidental.
La primera
de Dios, gravemente
ó perfeccion
á procurarla»
tras afirmar
los christianos», establece
reglas y amonestaciones,
La santidad
obliga
DE SANTANDER,
de todos
de los mandamientos
nos llevan á la perfecciono
mision, t.
una
en el uso de las máximas,
tenerla,
so pena de eterna
Fr. MIGUEL
de los claustros,
la
es
obligatorios:
que como medios
esencial
debemos
todos
(Doctrinas y sermones para
M' Jesús Fernández Cordero
350
Los eclesiásticos del siglo XVlll ante la mentalidad burguesa
351
«Cuando dijo Cristo, que los hombres debian negarse á sí mismos, y llevar cada día la
Estas dos opciones, sin embargo, no eran tan opuestas como pudiera parecer,
cruz de la mortificacion ¿con quienes hablaba? ¿Por ventura solo con los apóstoles, ó
pues la segunda, como veremos, se planteaba como una estrategia pastoral y no
con los que habian de ser perfectos por su estado? Con todos, dice S. Lucas [Luc. IX.rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
suponía una verdadera divergencia respecto al modelo de cristianismo ni a sus
23.]: Dicebatad omnes. ¿Habeis acaso leido en e1evangelio dos caminos para el cielo,
exigencias. En ambos casos se trataba de que el laico acogiese el camino de la
uno estrecho y penoso para los perfectos; otro espacioso y apacible para los imperfectos:
salvación, en el cual adquiria especial relevancia la santidad moral. La incidencia en
uno áspero para los religiosos y eclesiásticos; otro suave para los seglares? Cristo señaló
este punto marca toda la predicación del Siglo de las Luces" y permite unificar bajo
dos caminos realmente, uno estrecho y otro ancho; pero el ancho para la eterna
la imitación de Cristo -de sus virtudes- toda la multiplicidad de situaciones: «porque
perdicion,Ay solo el estrecho para la vida eterna [Matt. VII. 13. 14.]. Por este, pues, han
la vida exterior de Jesuchristo -decía Fr. Miguel de Santander- es adaptable á la de
de ir todos los que de veras quieren salvarse, sean eclesiásticos ó seglares; vivan en el
todos los christianos de qualquier estado y condición que sean»:",
retiro de los claustros, ó entre los negocios del mundo; profesen ó no profesen el estado
de perfecciona".
Si el hombre no renuncia a su carácter de cristiano ni a su deseo de alcanzar
la vida eterna, ha de aceptar en su realización cotidiana, en su desenvolvimiento en
el mundo, las reglas de la moral evangélica. Es esto lo que el eclesiástico le propone
cuando él reivindica su papel de laico, y a ello nos referiremos más adelante. Pero la
dimensión eclesial de este cristiano laico también comenzaba a irrumpir. Y del mismo
modo que al tema de la presencia del laico en el mundo se respondió con una visión
reduccionista, que no supuso una comprensión total desde la fe, sino sólo la
conservación de una ética, a su presencia en la Iglesia no se le dio cauce, más que para
la recepción pasiva de la acción de los ministros jerárquicos.
La segunda línea, por el contrario, propone establecer un pacto con el mundo
para atraerlo a la santidad. Y así, mientras Armañá acusaba al amor propio de
«inventar camínos mas fáciles, que pueden llamarse de la moda, para ir al cielo con
toda comodidadx", el franciscano Fr. Antonio Andrés centraba su panegírico de san
Felipe Neri precisamente en haber logrado «una santidad a lo moderno», o «una moda
nueva de santidads", pues partía del reconocimiento de que «ninguna otra cosa tiene
mayor numero de amigos, y parciales, que la modas":
El presbítero Nicolás Gallo, que abrió sin duda una renovación, no sólo en la
oratoria sagrada, sino también hacia la religiosidad interior", cuando trataba de
«Si esto es assi, havrá de tener paciencia la misma santidad, pues sino comparece
tambien a la moda no tendrá sequito, ni aun havrá quien por curiosidad quiera atenderIa.
Si viste de saco, y comparece con el adorno de rallos, y cilicios, el mundo no la quiere,
y la destierra a los desiertos de Egipto, y Palestina. Si viste de purpura a los Martires,
el mundo no la acepta, y como a robadora de coronas la condena a una prision con
Herrnenegildo. Si viste de blanco a las Virgines, el mundo la aborrece como esteril, y
la destina a una rec1usion perpetua: Si a sus seguidores les intima un silencio riguroso;
es tenida como insulsa; si les manda un cauteloso retiro, es calumniada de intratable.
Si los precisa a una abstinencia rigida, es intitulada avara. Que arbitrio? Si la santidad
quiere tener credito, y parciales, sea mas civil, sea mas suave, sea mas culta, sea mas
genial. Si ha de tener sequito, es preciso desnudarse de la apariencia espantosa, y vestir
a la moda, condescendiendo con el mundo en aquello, que no hace oposicion a la misma
santidads".
á
lbid., p. 319. Teófanes EGlDO ha señalado esta insistencia en «el camino estrecho» como uno de los
rasgos de la espiritual idad ilustrada, que «potencia la ascesis», y ha advertido contra la atribución excl usiva
del mismo a la corriente jansenista: «El rigorismo, por tanto, es lo que cualifica a esta espiritualidad sin
matices, sin que ello permita establecer una relación de dependencia estricta, y mucho menos de
causalidad, con el jansenismo. El propio Saugnieux se ve forzado a confesar el escaso eco que en España
hallaron Pascal y Arnauld. Se trata, mejor, de la asunción, a su modo, de la vieja teología de la cruz, con
expresiones vibrantes en los clásicos españoles; de la prolongación natural de interpretaciones, muy
anteriores al jansenismo, de la eficacia de la gracia en su encuentro con la cooperación humana; o de
privilegiar las posiciones dogmático-morales de una escuela sobre otra» (<<Lareligiosidad de los
ilustrados», arto cit., p . 416).
"
ARMAÑA, F.; Sermones, vol. 1, t. I1, p. 319.
as
ANDRES, A., Sermones panegíricos, Valencia, Benito Monfort, MDCCLXII. t. 1, p. 193.PONMLKJIHGFEDCBA
2J
l
26
27
Ibid.,p.190-19l.
Ibid.,p.192-193.
Joel SAUGNIEUX escribía: «Le XVIlle siécle n'est pas un siécle d'hérésie mais de perte du sens
religieux. La pensée se 'larcise', se 'naturalise' chez ceux-lárnéme qui croient resterfidéles a l' enseignement
de l'Eglise. Certaines esprits éclairés prennent l'habitude de considérer l'Eglise comme une société
humaine et ils réduisent peu a peu la religion a une simple morale ( ...). Le Jansénisme ne demeure pas
étranger a cette tendance générale» (Le Jansénisme espagno/ du XVIlle siécle: ses composantes et ses
sources, Oviedo, Cátedra Feíjoo, 1975, p. 35). La interpretación en clave moral de la encarnación y de la
obra de redención, incluso de la figura de Jesucristo, es muy significativa en este sentido. En un sermón
de laNatividad del Señor, Francisco Armañá extraía esta conclusión: «Era, pues, necesario, que el maestro
y reformador del mundo, no solo fuese divino, sino que con sus propias obras ensefiase á los hombres el
constante desprecio de las honras, riquezas y placeres, para que con su exemplo la vista se hiciera mas
agradable y suave al corazon humano la celestial doctrina que habia de seguir». (Sermones, vol. 2, t. 1lI,
p. 10). Se diría que es en esta dimensión moral en la que radica la redención: «¿Quién se afanará por las
riquezas perecederas, viendo á un Dios pobre; desnudo, desamparado? ( ...) Quién se dexará fácilmente
arrastrar de los gustos y deleytes, viendo á un Dios que nace llorando, que ya desde su nacimiento,
abrazándose con la cruz de la mortificacion, padece las mas graves incomodidades en un cuerpo tierno y
delicado?» (Ibid., p. 9). Esta misma vertiente ha sido subrayada por A. ANTON: «La doctrina cristologica
de los catecismos del periodo de la Ilustración está penetrada por las tendencias moralizadoras de la época.
Más que la persona de Cristo es su obra redentora la que estimula la atención de los autores de dichos
catecismos. En virtud de la redención de Cristo adquiere el hombre fuerzas para obrar el bien. Cuando
hablan de la necesidad de un Redentor, dan a su obra redentora un sentido moral. La trama histórica del
VT y del NT evoca no tanto la fe en Cristo cuanto la necesidad de una renovación moral. De aquí que sus
eventos, más que del Hijo de Dios hecho hombre, hablen del Reformador moral y Fundador de una religión
que renueva la humanidad con su doctrina y con su ejemplo» (ob. cit., t.1I, p. \38).
29
Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mis ion, t. 1, p. 294.
30
J. SAUGNIEUX dice de él: «Comme prédicateur, le P. Gallo peut étre considéré comme le premier
réformateurde la chaire». Recordando que la fecha de su muerte fue 1757, reflexiona: «il n 'est pas question
de voir en lui un véritable janséniste puisque nous ne savons pas quel parti il aurait pris s'il avait vécu
jusqu'á la fin du siécle. Mais ses affinités avec le milieu sont assez nombreuses et évidentes pour qu'on
21
I
M' Jesús Femández Cordero
352
inculcar
el amor de Dios como obligación
continua
Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa
del sacerdote,
lo hacía por
abarcando
el clero en sus funciones, y que cualquier
contraste con el seglar, a quien «le basta aparecer de quando en quando en el Templo,
del laico fuese interpretada
para cumplir con mis Leyes»? J; Y cuando instruía a los sacerdotes
asentaba la estructura
de los beneficios
en el agradecimiento
lo que encontramos
de Dios, añadía:
«( ...) beneficios á la verdad que pueden ser, y acaso son comunes á otros muchos
hombres; pero cuyo conocimiento, cuya meditacion, cuya penetracion y gratitud está
encargada á los Sacerdotes por la ignorancia, por la ocupacion, por la desidia de los
seglares. Somos hombres como ellos, es así; pero somos, á distincion de ellos, hombres
llenos de luz, dotados de unarazonmas cultivada y mas perspicaz: somos unos hombres
que debemos suplir los defectos de la gratitud del pueblo en la oracion, en la salmodia,
en los sacrificios; somos al fin unos hombres pagados por los fieles á costa de sus
diezmos, de sus memorias y de sus fundaciones, no para otro fin que para dar continuas
gracias á Dios de los muchos y grandes beneficios que ellos y nosotros recibimos á todas
horas de sus manoss".
ó
es, más bien, el latido de una sensación
a la minoría de edad. Por eso, no tiene nada de extraño
la acción común a «una incumbencia
Se comprende
cleri-
cualquier otra ciencia y no necesitase
se considerase
vinculado
en el carácter mismo del ministerio
hizo que
a él, de modo esencial, todo lo que hasta entonces había ido
del laico
de la tutela clerical puede afectar
esta actitud desde el momento en que la tendencia moralizadora
influyó en la noción de la predicación
riesgo, no ya para el prótagonismo
del clero, sino para el propio sentido del ministerio
en los
de su tiempo, más cultivados.
de la predicación:
posible
La falta de profundización
así:
el eco que
Arrnañá cuando percibe que la intención
cal»", las múltiples facetas de la vida de la Iglesia habían sido absorbidas por los
eclesiásticos. Hasta tal punto que la emergencia del laico se sintió como un grave
sacerdotal.
de inseguridad,
ó
que cuando éste
exclusivamente
sobre los que se
«Los mas presumidos de sabios dirán, que nada explican los predicadores, que no se
sepa, no pueda saberse fácilmente con la lectura de buenos libros: que quanto les
pueden decir, se reduce á los dogmas y preceptos de nuestra sagrada religion, y esto ya
lo tienen sabido. ¡Arrogante presuncion! ¿Lo tienes ya sabido? ¿y cómo? Acaso tan
superficialmente, que no podreis explicar bien un solo misterio: acaso ignorais gran
parte del catecismo que saben los niños: acaso esa gran ciencia, de que os jactais tanto,
está mezclada con muchos y graves errores, que vuestra imaginacion tiene por verdades.
(...) Mas demos que tengais bien sabidas las verdades cristianas: ¿por ventura las
tendreis siempre presentes para dirigir vuestras acciones? ¿No será utilísimo su
frecuente recuerdo ?»34.
comience a afirmar su personalidad, aquél se resienta. Así como en la celebración
litúrgica se venía padeciendo desde hacía siglos la «desintegración
de la asamblea»,
por haberse reducido
de Francisco
de procurarse una formación personal independiente
a la necesidad
de madurez por parte
de la propia identidad, y se advierte, precisamente,
más atentos, más sensibles ala experiencia
He aquí las palabras
De esta forma, la recuperación de la figura del sacerdote, de su misión eclesial
y de su vida espiritual, parece haberse realizado sobre un menoscabo del laico, casi
destinado
pretensión
de los principios
de la Iglesia. Esto, por supuesto, pocas veces se manifestaba
produce el cuestionamiento
eclesiásticos
como socavadora
353
que el laico se plantease
Arrnañá recordó
que Jesucristo
y sus contenidos,
secularizándola.
el acceso a la formación
cristiana
Por eso fue
como a la de
vínculo alguno con un testigo de la fe. Por eso
no dijo a sus apóstoles:
«dad libros
á
los pueblos,
haced que lean lo que les conviene; sino, enseñad a todas las gentes: predicad
el evangelio», y resolvió esta alternativa con el único apoyo de la institución
del ministerio
á
todos
divina
de la palabra, sin entender muy bien por qué la fe se plantó «por la viva
un hornme du 'Tiers-parti'» rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(Les jansénistes et le renouveau de la
voz de los ministros de Jesucristo»".
prédication dans l 'Espagne de la seconde moitié du XVIlIe siécle, Lyon, Presses Universitaires, 1976, p.
155).A
En general, la postura de los eclesiásticos fue defender su monopolio de la
GALLO, N., Sermones, t.lV que lleva el título de Pláticas, Madrid, Manuel Martín, MDCCLXXVlll,
reflexión teológica contra cualquier intento de formulación en este terreno procedente
p. 33. A partir del capítulo 5 del Levítico, pone en boca de Dios estas palabras: «En mi Altar siempre ha
de los laicos. En un Sermón al Supremo Consejo de la Inquisición, pronunciado en
de arde[r] el fuego, y el Sacerdote debe ser el que continuamente ha de estar la vista para subministrarle
la cuaresma de 1751, el padre Nicolás Gallo hacía una dura crítica en este sentido:
materia. Al seglar le es permitido, y puede licitamente irse con descuido su casa, fiado en el cuidado, que
debe tener en esto el Sacerdote: Puede sin escrupulo incluirse en negocios seculares: Puede aplicarse á
aumentar su hacienda, mejorar su estimacion,
aventajar su familia».
«(...) no acabo de admirarme de ver (...) la facilidad, con que el dia de hoi muchos
J2
Ibid., t . V, p . 234.
voit au moins en lui un 'jansénisant',
J I
á
á
á
á
J)
KLAUSER, T., Breve historia de la liturgia occidental. Informe y reflexión, Barcelona, 1968, pp. 7596. Esta desintegración de la asamblea litúrgica fue una de las causas de que la piedad popular no se
alimentase en la liturgia, y buscase el cauce devocional: «Así, mientras elliturgo, de espaldas al pueblo,
'leía su misa', los fieles se ocupaban con otras devociones subjetivas, cantaban en lengua vulgar cantos
cuyo contenido nada tenía que ver con la liturgia; o totalmente abstraídos de cuanto ocurría en su derredor,
se entregaban a una.tmeditación sobre la misa' o rezaban para sí las Avemarías del rosario. Sólo en tres
momentos de la misa -ofertorio, consagración y comunión- dirigían la mirada hacia el altar, alarmados por
el campanilleo de los acólitos, y recitaban ciertas jaculatorias. La participación activa en el sacrificio de
la misa mediante un co-ofrecimiento íntimo y una real con-comunión eran poco frecuentes» (p. 95).
Seglares, y gentes de todos estados, enteramente desnudos de los principios elementales
de la Theología, y de las ciencias, que preceden á su estudio: y aún tal vez sin saber la
Gramatica, con todo eso, por no sé qué erudicion, que han mendigado de quatro libros
nuevos, escritos en lengua vulgar: por no se que monton de hechos, y noticias sueltas,
sin orden, y sin digestion acerca de las Letras humanas, de la Historia Profana, y
"
ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t.l, pp. 207-208.
]S
Ibid., pp. 208-209.
354
M' Jesús Femández Cordero
Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa
y moderna de la Iglesia (...) se graduan ellos mismos
Sagrada, de la disciplina antigüa,A
de Doctores y Maestros: se creen capaces de decidir, y de dar su voto, y aún de formar
partido en las qüestiones de Religion: se erigen en censores de la creencia pública:
desprecian á los Autores mas c1asicos; y con una osadía intolerable se introducen á
hablar, y disputar de las materias mas arduas del Christianismo: de la inmutabilidad de
Dios: de su libertad: de la gracia: de la predestinacion (...)>>J6.
a la segura dirección
participación
una apologética.
por ilusión»
eran socialmente
identificables:
se le anima a una
a las cuestiones
religiosas,
sino
Este es el caso de Fr. José Marín, que dentro de la orden franciscana
se sitúa en una cierta renovación;
el derecho natural,
«Sabios
Sólo en algunas ocasiones
una aportación
sin ser rigorista,
presenta influencias
jansenistas
y
erasmianas, pero esta línea queda absorbida por su lucha contra la filosofia naturalista,
destacado
Estos que él llamaba
de sus pastores.
que no es, en realidad,
355
el ateísmo
y el libertinaje,
lo que constituye
de sus piezas oratorias". En 1775 protestaba
a sus oyentes «la moderacion
el elemento
más
que siempre había inculcado
que deben observar en puntos de Dogmas y de Doctrina»
«este, que no ha tenido mas oficio, ni volado mas alto que su pluma», «aquel, que no
y «aquella sumision, respeto, y veneracion,
que es devida a los arcanos de la Religion
ha rebuelto mas hojas que la de su espada», «el otro, que no ha estudiado
sin meterse en disputar lo que no entienden,
ni hacer critica de unos asuntos que jamas
mas libros
que los de sus cuentas, de su comercio, ó su oficina», «esotro, que jamás seha aplicado
han estudiado,
á otra cosa, que á el negocio, y á la hacienda»;
principios, y sin rudimentos»?".
para los Prelados, y Doctores, y otros mui poquitos sabios del primer orden». Añadía
Quizá poco después,
el padre Calatayud,
todos ellos hablan «sin estudios, sin
aquellos puntos arduos, y sublimes,
una sentencia de santo Tomás de Villanueva:
una Philosofia
en un rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Sermon Doctrinal al Ssmo.
Sacramento en las quarenta horas, asociaba el tratamiento
el marco de la vida social con el progreso de la indiferencia
corrosión producida por los libros peligrosos:
de los temas teológicos en
y la incredulidad,
bajo la
curiosa se pone a peligro
siguiente, al dirigirse a los catedráticos
que están justamente
«quien no aborrece el nimio prurito de
de perder la fe Catholica»'".
y doctores de la universidad
apoya en la intención del rey al encomendarles
Pero al año
de Salamanca,
la enseñanza de lajuventud
sugetos, que con el tiempo sirvan de honor y provecho
recaba su colaboración
reservados
se
-«para criar
á la Iglesia y al Estado»-
y
en este sentido:
«( ... ) tanta es (...) la libertad de hablar opinar y conversar en materias de Religion
Christiana que en varios combites, tertulias y juntas se trata de las verdades de Fee que
les punzan y penetran, con tan poca surnrnission del juicio y con tanta indiferencia de
animo, como si no fueran verdades infalibles y eternas, que pronunciasteis por la boca
de vuestra Esposa la Yglesia: (...) es tal la relaxacion de su vida y la indiferencia de sus
animos que en el fondo de su mente las descreen ó dudan con espiritu de incredulidad;
se sorbe el veneno desleído en libros curiosos i i la vista, que malignamente guisan los
Hereges, incredulos y Atheistas de estos tiempos; se leen, se retienen sin licencia los
libros prohibidos, libelos infamatorios con tan estupida serenidad de su conciencia,
como sino les atara la excomunion y la censuras".
Se perfilan todos los peligros de apartamiento
de la fe, se vislumbra
la libertad
de pensamiento y de conciencia como atentatoria contra la religión y se adopta una
postura defensiva. El fiel laico debe mantenerse alejado de tales riesgos, vivir acogido
"
GALLO, N., Sermones, t. 1, pp. 72-73.
J1
Ibid., p. 75.
"
B.N., Mss. 6313, fol. 104 r. y v. El manuscrito contiene sólo dos alusiones cronológicas: 1759 (fol.
28 r.) y 1760 (fol. 239). Recientemente, Francisco SANCHEZ-BLANCO PARODY, al señalar la
presencia del hedonismo materialista en la España dieciochesca, escribe: «A principios de la década de
los setenta, cuando florecen las tertulias filosófico-literarias, existe de hecho una ruptura entre la cultura
oficial, tanto universitaria como eclesiástica, y el espíritu de estas tertulias abierto a cualquier doctrina
nueva y sorprendente lo mismo que dispuesto siempre a marcar su distancia con la doctrina eclesiástica
tradicional en el dogma y en las costumbres» (Europa y el pensamiento español del siglo XVIll, Madrid,
1991, p. 239). Y más adelante afirma: «La cultura española 'ilustrada' es fundamentalmente una
manifestación oral, junto con una lectura a escondidas, basada en un trasiego clandestino de libros y de
manuscritos, que pasan de mano en mano yque no pueden exponerse ni siquiera en las bibliotecas privadas
a la vista de cualquier visitante inesperado» (lbid., p. 247).
«Si esta Universidad es la Catolica por antonomasia: ¿por que su primera leccion en
todas sus Cathedras no ha de ser sobre la materia de Religion? Si la impugnan los que
no son Theologos: ¿será menester el serIo, paradefenderla? Vivimos en un siglo, en que
todos se introducen como quieren a escudriñar, y profanar el Santuario: O Salmantinos!
Sed vosotros los Querubines que le defendaíss".
"
La carrera intelectual y eclesiástica de Fr. José MARIN (1734-1789) se inició bajo la protección de
Fr. Pedro Otero y Mallón, de quien arrancaría la preocupación por formar buenos predicadores en la
Provincia de Santiago que regentaba. El padre Marín llegaría, como él, a ser guardián de San Francisco
el Grande de Salamanca y en 1785 fue elegido Ministro Provincial de Santiago. En 1786 elaboró y
promulgó un Plan de Estudios para los colegios provinciales que estuvo vigente casi hasta la exclaustración
y cuyo significado y texto pueden consultarse en la obra de M.R. PAZOS, Los estudios en la Provincia
Franciscana de Santiago (Tratado histórico), Madrid, 1967. Paralelamente, su predicación en las honras
fúnebres celebradas en la universidad salmantina indica una línea que se revela en los propios títulos: La
sabiduría del siglo convencida de necedad, o elogio de un sabio en lo mismo que ignoro ... , Salamanca,
Oficina de la Santa Cruz, [1777], Y La debilidad de los espíritus fuertes, y solida fortaleza de la
mansedumbre christiana ... , Salamanca, Oficina de la Santa Cruz, [1779].
"
MARIN, J., Satisfaccion que da el Pe. Fr. - Lector Jubilado de la Provincia de Santiago, y Doctor
Theologo salmantino. En respuesta a la censura presentada en el Supremo Consejo sobre el Sermon, que
predico a la M Ille. y Real Congregacion de Naturales, y Originarios del Reino de Galicia el dia 2 5 . de
Julio del año pasado de 1774, en la Iglesia de Sn. Felipe el Real de la Villa, y Corte de M adrid. B.N., Mss.
4.517, fols. 123 v.-124 r. En el fol. 148 v. está la data: «De este Rl. Convento de N.P.S. Francisco el Grande
de Salamanca, y Abril 15 de 1775».
"
MARIN, J., El Juez incorrupto, y hombre de buen corazon. Elogio funebre, que en las exequias
celebradas por la Universidad de Salamanca el dia 30. de M arzo de 1776. a la buena memoria de su mui
llustre Hijo el Señor Doctor Don Pedro M anuel Fernandez de Villegas ..., Salamanca, Oficina de la Santa
Cruz, [1776], pp. 12-13.
356
M' Jesús Femández Cordero
Los eclesiásticos del siglo XVIIl ante la mentalidad burguesa
Esta defensa consistiría en inculcar a los alumnos, «en ciertos momentos
preciosos» que tienen «todos los Cathedraticos», algunos principios de formación
cristiana: pueden «excurrirse diestramente a asunto de Dogma, o de virtud» e inspirar
hacia ello el «amor, y veneración». El mismo testimonia la «impresion» que le
causaban «las proposiciones sueltas de este genero, que al descuido con cuidado se
dejaban caer los Maestros», mayor que «los grandes discursos que 'ola a muchos
Predicadoress".
357
plantea interrogante s al discurso tradicional de los ministros de la Iglesia. Con
frecuencia, sus planteamientos dan la impresión de asimilarse a una completa
negativa a todo lo que suponga goce del mundo, disfrute de los bienes terrenos, ansia
de serya feliz en esta vida. Sin embargo, nos equivocaríamos si viéramos en este punto
la radicalidad de su postura.
En primer lugar, entre las manifestaciones negativas es posible encontrar
también valoraciones de signo contrario. Cuando Fr. Miguel de Santander enseña que
«el mismo Dios nos manda pretender lo bueno, y no lo malo», establece una escala
de valores que comienza en Dios y termina en «todas las demas cosas lícitas, en su
tiempo, con el debido modo, y con el recto [m que en todo debe acompañarnosx". Al
hablar de la amistad cristiana, la alaba como «el placer mas inocente, mas delicado,
mas puro y razonable que se puede buscar en el mundo», y la sitúa por encima de la
«amistad natural», «la mas necesaria», y de la «humana», fundada por la razón sobre
los «bienes útiles, bienes deleytables, y bienes honestoss". Y en otro lugar afirma:
Así, lo que se pide al laico no es la participación en la elaboración del
pensamiento religioso o los debates teológicos, ni la colaboración en la reforma de la
Iglesia, ni el impulso para la dinámica interna de la misma Iglesia, sino su ayuda para
conservar y transmitir entre los seglares los elementos necesarios para el sostenimiento o pervivencia social del cristianismo. En este sentido hay que entender la
importancia de la enseñanza y, más aún, de la familia. Este último ámbito -la iglesia
doméstica- concentra el mayor número de llamadas a la responsabilidad laica. Para
despertarla, Francisco Armañá afirma sin inconvenientes que la instrucción de los
fieles no es «tan privativa de los ministros eclesiásticos, que no puedan y no deban en
«Dios nuestro Señor no nos habia de haber dado este deseo tan vivo y tan innato en
ciertos casos dedicarse á ella otros cristianos de todos estados y de ambos sexos»:",
nuestras almas, para tenemos mortificados con él toda la vida. No, señores. Podemos
palabras que encierran el reconocimiento de una participación de los laicos en la
y debemos ser felices, lo seremos, infaliblemente si constituimos la felicidad en lo que
misión de la Iglesia, en una tarea de la misma naturaleza que la de los ministros
nos enseña el Evangelíoa".
jerárquicos. Sin embargo, esta idea de corresponsabilidad no se desarrolla, diríamos
que apenas asoma. Se produce, más bien, la noción de que el laico prolonga la acción
En estas últimas palabras, más que en el tema de la felicidad sobre la tierra,
eclesiástica -¿eclesial?- en el mundo: se le proyecta hacia afuera, sin plantear una
consiste
la divergencia con lo que podríamos llamar e! espíritu o la mentalidad
profundización ni una ampliación de su papel en la vida interna de la Iglesia.
burguesa.
Si aceptamos la distinción, indicada por Juan Manue! Herrero, entre el
Ciertamente, el individualismo religioso tampoco favorecía otra cosa.rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
«burgués moderado» de los dos primeros tercios del siglo, para quien «el [m supremo
de las acciones humanas» es «la práctica de la religión y la gloria de Dios» y ello «debe
presidir todas las manifestaciones del espíritu», y un «burgués innovador», que sigue
siendo creyente, pero a quien le interesa la religión «más como medio al servicio de
La búsqueda de la felicidad
la utilidad común»:", pondríamos la clave en que para éste la fe habría dejado de ser
el principio director de su vida". José Luis Romero ha escrito que la mentalidad
«Buscais la vida dichosa en la region de la muerte, dice San Agustin, y no está
burguesa supone el «triunfo de la profanidad», un acercamiento al mundo inmediato
allí. Porque como es posible, que haya vida bienaventurada,
donde no hay vidarw",
«como si fuera una realidad última, sin preguntarse qué hay detrás o más allá de ella»,
Así iniciaba el padre Codorniú una doctrina titulada Camino de la verdadera felicidad,
representativa de la actitud mantenida por los eclesiásticos al percibir las nuevas
•• Fr. MIGUEL DE SANT ANDER, Doctrinas y sermones para mision, t. 1, pp. 246-247.
inquietudes características de una mentalidad abierta a lo terreno. En efecto, desde
"
Ibid., t. I l , pp. 144-146.
mediados de siglo, la idea de felicidad, tal y como se difunde en Europa, es una noción
•• Fr. MIGUEL DE SANT ANDER, Sermones panegíricos de varios misterios, festividades y santos,
secularizada que incluso para los creyentes significa «buscarla aquí abajos", y esto
Madrid, Viuda de Aznar, 1814, 3'. edición, t. I l , pp. 6-7. La 1'. edición es de 1801. El texto corresponde
l'
"
Ibid.,A
p . 13.
"
ARMAÑA, F., Sermones, vol 1, t. 1, p. 191.
•• CODORNIU, A . , Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , Gerona, Antonio Oliva,
1753, t. Il, p. 300. La cita pertenece al libro IV, capítulo 12 de las Confesiones.
"
MARA VALL, J.A., «La idea de la felicidad en el programa de la Ilustración», Estudios de la historia
del pensamiento español (siglo XVIII), Introducción y compilación de M'. Carmen Iglesias, Madrid, 199 1,
pp. 162-189.
al Sermon primero de San Cayetano, predicado en la Iglesia de Villamayor de Campos el año de 1790.
"
HERRERO, J.M., arto cit., pp. 19-23.
se
Herrero se refiere a los planteamientos sociales cuando afirma sobre el burgués innovador: «no sabe
ni quiere prescindir de la religión y cree necesario que ella sea principio director, no el principal, pero sí
muy importante, en la marcha de la vida pública española. Su postura es, sin embargo, totalmente diferente
de ladel burgués moderado. A éste le preocupa la religión como fin y norma social, al innovador le interesa
más como medio al servicio de la utilidad común. ( ...) La religión, es, pues, un elemento al servicio de la
utilidad común, tan importante como la ilustración o la filantropía. La formación que proporciona al
individuo le convertirá en un buen ciudadano» (pp. 20-21).
T
M' Jesús Femández Cordero
358
una separación
entre la realidad natural y la sobrenatural'A Desde el campo filosófico
l.
a la vida práctica cotidiana,
es esto lo que va detectando
el eclesiástico:
que el hombre
se detiene en las criaturas sin llegar al creador, se conforma con ellas sin aspirar a nada
más, pone en ellas su vida y su felicidad,
siendo creyente, su vida transcurre
y a ellas se entrega. Incluso
Por eso, frente al tema de la felicidad,
el fin último del hombre.
«Necios,
de quién es.
inspirados en los salmos, sanAgustín
ponen el horizonte
mientras
en
creen
O con un lenguaje no violento y de tonos
de todas las ansias de qualquierahumano
corazon. ( ... ) Como Dios es,
al decir del Apostol, por quien vivimos, en quien nos movemos,
ser, por esto es naturalmente
el centro
absolver todos los movimientos
y por quien tenemos
de donde empezamos,
y donde hemos de
de la vida»>. No se culpa al hombre por ocuparse de
lo terreno, pues de hecho siempre se insiste en el cumplimiento
sino que se denuncia
el convertir
poner en su adquisición
la felicidad
de las obligaciones,
las cosas de este mundo en realidad
la meta para ser felices; lo que podríamos
de idolatría en la práctica.
conquistas,
empleos,
honores,
definitiva,
el
llamar el pecado
Se critica «creer que la felicidad consiste
en ... » las riquezas,
en ... » o «poner
glorias,
placeres, pasiones ... «Quien es el que en este mundo infeliz no sacrifica
algun Idolo?»55.
ciencias,
su corazon
ataque directo a la fe, significaba
este pecado
-que si bien no era un
en la práctica vivir como si Dios no existiera, por
cuanto la conformidad con lo terreno suponía la no-búsqueda de la trascendencia- se
recurrió a la desvalorización
de este mundo". Aquí las afirmaciones más rotundas
proceden
tanto de los autores
renovadores
más ligados
en la línea del rigorismo.
a la mentalidad
barroca
Si para Antonio Codorniú,
ROMERO, J.L.,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Estudio de la mentalidad burguesa, Madrid, 1987, pp. 61-72.
52
ANDRES, A., Quaresma, Valencia, Benito Monfort, 1768, t.1, p. 259.
53
CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. 11,p. 303.
54
ANDRES, A., Quaresma, t. 1,p. 262.
ss EGUILETA, J.A., Sermones para todas las Dominicas del 0/10 ... , Madrid, Gerónimo Ortega, Hijos
de Ibarra y Compañía, 1788, t. 1, p. 266. En este mismo sentido ha indicado Robert MAUZI cómo los
burgueses aparecen para el hombre de Iglesia incluso más culpables' que los mundanos entregados a la
frivolidad, pues su empeño en la conquista de los bienes temporales «laisse entendre qu'ils croient avoir
trouvé l'absolu sur terre», L 'idée du bonheur dans la littérature et la pensée francaises au XVIlle siécle,
Geneve-Paris-Gex, 1979, p. 212. En relación con lo aquí expuesto merecen especial atención los capítulos
V y VII: «Bonheur mondain et vie chrétienne», y «Le bonheur bourgeois».
56
Sobre este tema, mi artículo «Concepción del mundo y de la vida en los eclesiásticos del siglo XVIII
a través de la predicación. Ilustración, pensamiento cristiano y herencia barroca», Cuadernos de Historia
M oderna, 10 (1989:90), pp. 81-1 O l. Muy significativo eneste sentido el análisis de Joaquín RODRlGUEZ
MA TEOS, «La disciplina pública como fenómeno penitencial barroco», La religiosidad popular, t.1I, pp.
528-539. También MARA VALL, l.A., La cultura del Barroco, Barcelona, 1986,4'. ed., en su tercera
parte: «Elementos de unacosmovisión barroca». La visión de esta problemática desde el arte en OROZCO,
E., M anierismo y Barroco, Madrid, 1988.
"
la trascendencia,
sobre
nos
mas debe
la base de la
( ... ) en esta vida gozar de la verdadera
podemos
merecer alcanzarla
del deseo del hombre es transferido
en la otra»>". El
al más allá: «no es este mundo el
el noble fin para que somos criadoss'".
¿Por qué ocurrió esto? ¿Por la insistencia
perdiendo,
en la referencia
a lo absoluto?
remitió al centro mismo del cristianismo?
en aquello que se veía que se estaba
¿O más bien porque
esta referencia
no
En toda la reforma religiosa del siglo XVIII
hay sin duda un intento de volver a las fuentes: Iglesia primitiva, Biblia, cristocentrismo.
Pero estamos ante un proceso, y, por tanto, no ante un objetivo logrado. De ahí que
si el cristocentrismo
empieza a aparecer, no ha alimentado
tes de la vida. Por eso, si Antonio Codorniú
vida», cuando
invita al «deseo
de nuestra
todavía facetas importan-
afirma a Cristo como «camino, verdad y
salvacion,
en la qual consiste
nuestra
Felicidad»!', está poniendo la felicidad en una salvación eterna más allá: ni Cristo se
identifica con la salvación -aunque «es el Salvador»-, ni ésta es actual. Es decir, en los
eclesiásticos se produjo un desplazamiento
en el sentido mismo de la felicidad: ésta
no residía tanto en Cristo como en la gloria, en el cielo; por tanto, más allá de la muerte.
si esto ya significó des encarnar la noción de felicidad, con una especie de ¿idolatría?
hacia la salvación
institucionalización
personal, cuanto más si la falta de referencias
de la Iglesia, de que hablábamos al principio-
comunitarias -la
ha desencarnado
a Cristo y lo ha relegado también al más allá: no hay nexo alguno entre la noción de
felicidad y la presencia
como de los
con la luz de Cristo
solamente
engañoso
con el Criador,
propio lugar de la verdadera felicidad, sino el cielo: sabemos que la gloria celestial es
y
para poner de manifiesto
de esta manera
359
de este mundo
comparadas
del mundo, se dijo: «No podemos
cumplimiento
á
Sin embargo,
de lo que en el theatro
Pero al reivindicar
negatividad
o san Pablo: «En solo Dios descansa mi corazon,
porque solo Dios es la heredad, y gozo del alma, que para siempre ha de durar»:". «Es
Dios elobgeto
la falsedad
deslumbras",
para Climent «las criaturas
decirse que no son, que no que son»:".
felicidad ó bienaventuranza:
los eclesiásticos
y mas que necios los mundanos
hallar la verdadera felicidad fuera de Dios»".
«penetramos
aunque siga
así al margen de Dios. El hombre se ha olvidado
de para qué ha sido creado, se ha olvidado
Los eclesiásticos del siglo XVl\l ante la mentalidad burguesa
actual del Espíritu de Cristo en su Iglesia.
Aunque en actitudes radicales el eclesiástico
algunas
posturas
penetración,
ministros
posibilidad
de transición,
se opusiera al burgués, existieron
que más que tender
un puente,
significaban
en cierta medida, de algo del espíritu burgués en la perspectiva
de la Iglesia.
Lo más destacado
en esta línea consistió
la
de los
en admitir
una
de felicidad en la tierra. El modelo que se nos propone entonces no es la
actualización de la salvación, sino la práctica
expone Fr. Miguel de Santander:
de la moral evangélica,
tal y como
«Sin embargo, aunque no podamos ser perfectamente felices en la tierra, podemos y
debemos todos aspirar un cierto grado de felicidad compatible con las miserias que
nos rodean, y que nos constituya en la clase de viadores bienaventurados, como los
llama David, por la observancia de los mandamientos del Señor. Un hombre, pues, que
á
57
"
"
60
6 1
CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. 11,p. 302.
CLIMENT, L, Pláticas dominicales ... , Madrid, Benito Cano, MDCCXClII, t. II, p. 25.
Ibid., p . 22.
ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t. 11,p. 330.
CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera .. , t.1I, pp. 301 Y 304.
Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa
M' Jesús Femández Cordero
360
sometido
á las disposiciones
de Dios, y observando
igualdad
de espíritu las dichas y las desgracias:
siempre
tranquilo
entre las alternativas
de los gustos
hombre que con un alma limpia de pecado recibiese
y la riqueza,
la enfermedad
sus mandamientos,
un hombre
y la salud, las alabanzas
que mantuviese
y pesares
mirase
«( ... ) como en todo el mundo no hay quien les pueda despojar
con
gozo, que es la Divina Gracia, no consintiendolo
su corazon
sobre la tierra
que nos cercan: un
con un mismo semblante
y los vituperios,
quietud
la pobreza
deleytes,
sería verdadera-
Por otra parte, la felicidad identificada con la santidad moral permitió aceptar
las virtudes humanas, un primer eslabón que produce un gozo ya verdadero. Fr.
Antonio Andrés ponía como ejemplo el discurso de Séneca:
solo gozo contenta,
y satisface
el apetito
de la naturaleza
y colmo de la felicidad, que se toma de la honestidad
de las costumbres,
de la entereza
del trato, y de la practica
racional,
tomar como enemigo,
posseen
a nadie
«Mostrando
de la virtud»?',
un rostro risueño y agradable,
disolutos,
mejora
reciben de todos consuelo,
y
que por muchos
a este
a aquel
con sagacidad
se introduce
los abrasados
en las conversacio-
mas sucios, se entraña con los jovenes
compunge
con un dicho gracioso,
otro le santifica
siglos havia
de los sutilissimos
con una expresion
sido un engañador
ardides
mas
a aquel
le
cordialx".
de los mortales,
debia
de Felípes".
y esto es así porque la gente se ha acomodado y «el mundo ha llegado a estado,
que la virtud no se le puede proponer sino con algun disfraz para que la ame»?".
No obstante, es posible interpretar que este tipo de planteamientos suponen ya,
en sí mismos, una cierta permeabilidad al espíritu burgués: la moralización del
cristianismo se acerca a un ideal humanista de la virtud, y aunque se conserva la
«unión con Dios» como expresión de la felicidad, recordemos que «la Divina Gracia»
a que se refiere tiene más connotaciones morales -estado de gracia, por contraposición
al de pecado- que místicas; por otra parte, la estrategia para conectar con un mundo
que se desliza hacia el hedonismo, aunque pretenda no ceder en nada, implica una
62
••
69
Fr. MIGUEL DE SANTANDER,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Doctrinas y sermones para mis ion, t. ll, pp. 9- I O.
MAUZI, R., ob. cit., pp. 282-283: «Résoluement attachéAa un ordre humain aussi longtemps qu'il le
peut, iI sait se ressouvenir de I'ordre sumaturel, des que le premier se trouve en péril. De cette facon, il ne
perd jamais. La folie des gens du monde consiste justement a ne pas penser a Dieu, mérne dans le temps
de l'épreuve, et a s'obstiner dans une vertu stoique, qui n'est d'aucun prix pour le salut. A tout prendre,
le bourgeois préfére la résignation chrétienne ala résistance heroíque».
"
ANDRES, A., 'Quaresma, t. IlI, p. 153. La cita pertenece a las Epístolas a Lucilio.
Ibid., pp. 154-155.
con una mirada atenta,
«El Mundo,
63
Ibid., p. 152.
con los pecadores
y con un santo engaño,
alguna vez ser engañado
Hay, pues, una espiritualización de una moral que incluso para los profanos ha
tenido sentido, y el ideal de su realización tampoco estaría tan lejano de lo que podría
desear un honesto burgués:
'6
y disimulando
de su espiritu con un cierto ayre de mundano,
nes libres, se domestica
67
benefician,
gozan una
espirituales
y es el
Sobre esta base se puede comparar «quán digno de celebrar ser a el gozo, que
sienten los Justos, no solo con la practica de las Virtudes Theologicas, y Morales, si
mucho mas por la dulce gracia del Cie10»65.A sí, arrancando de que «la naturaleza
humana ha sido criada para gozarse», se descubre que Dios, para atraemos a sí,
«promete un gozo perpetuo, y ofrece de presente un deleyte sinceros'". Este último,
cuya vertiente de efecto del logro moral se acentúa mucho, recibe su sello cristiano,
o sobrenatural, al encontrar su raíz en «la Divina Gracia». Así, ser feliz en la tierra
consiste para los justos en «mantener su comercio con el Cielo por medio de la
estrecha union con Dios»; si consiguen esto, «están en el lleno de su delicia», «reciben
gozo de los trabajos» y alcanzan la santa indiferencia que más arriba hemos descrito".
Ibid.
gozan con hartura
de las obras, del reforme
fervores
6S
y a todos
a algunos".
de su
por esto no tienen
y assi viven una vida tranquila,
un bien sin mudanza,
ofenden,
de temer
del fundamento
ellos [los Justos],
Se nota aquí una cierta prolongación del senequismo cristiano del barroco",
pero lo que impulsa al autor es el deseo de mostrar el rostro alegre y gozoso del
cristianismo frente a la imagen de severidad y sufrimiento. Por eso, su modelo de
«embiado al Mundo», san Felipe Neri, hace ver a todos «en su trato, que la virtud se
puede practicar solidamente con la risa en los labios, y en el centro de los amigos, y
familiares» 70, siendo así un apóstol que «cumple con las funciones de un Apostolado
moderno»?'. El eclesiástico puede tender todos estos puentes para acercarse al laico
burgués, pero no aceptará una mundanización consciente y de fondo: es estrategia
para la evangelización.
A esta idea se podrían adaptar los burgueses cristianos que, asegurados de su
salvación por medio del cumplimiento religioso, mantienen un espíritu de sacrificio
procedente del amor al orden y al deber que les es característico, y recurren al plano
sobrenatural cuando el terreno no responde a sus expectativas".
«Aquel
y como
viven sin la pension
mente felizs".
principio,
a quien
sin alteracion,
361
Ibid., p. 156.
ABELLAN, J.L., Historia crítica del pensamiento español, t. IlI: Del Barroco a la Ilustración (Siglos
1981, pp. 209-215. Apunta como una de las razones de la
importancia del neoestoicismo en la España del XVII su calidad de refugio en «la doctrina de la
imperturbabilidad del ánimo», y señala también sus relaciones con el erasmismo.
70
ANDRES, A., Sermones panegíricos, t. 1, p. 194.
XVII y XVIII), Madrid, Espasa-Calpe,
71
72
I
-\
13
74
Ibid,p.197.
Ibid., p . 201.
Ibid., pp. 199-200.
Ibid., p . 199.
M' Jesús Fernández Cordero
362
adaptación,
la misma Iglesia sea la propuesta
como indicio de secularización
de
de una vida laica que no recibe ya su
desde la fe. El mensaje pastoral hace renuncia -aunque no explícita-
valor totalizador
de la fe: puesto que el modelo de vida cristiana
desde hacía siglos características
adecuación
y aceptación
propias
de la vida consagrada
al estado seglar, en este momento
cual la vida cristiana
del
venía arrastrando
que impedían
su
forma parte de la vida del laico, pero no es la vida del laico.
la idea, o la mentalidad,
de que
la religión,
o la fe, es una parte de la vida, con lo cuál, desde los mismos medios
eclesiásticos
acabó por asentarse la división entre fe y vida. Esto, a su vez, no hubiera
podido producirse
sin una reducción
-tampoco
las creencias y a las formas religiosas. Veámoslo
Gallo, perteneciente
En otros casos el tema se plantea como una cuestión de medida, prudencia
moderación.
«No pido que dejeis el mundo,
conveniente
de vida», exhortaba
explicitada-
de la experiencia
en una exhortación
Pero todas
del padre Nicolás
a un rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Sermón de la Encarnación del Señor:
á
Andrés;
su propuesta
estas posiciones
intermedias
acaban
y
modo
consistía
en
y retirarse, vivir
por resultar
indefinidas,
es un choque de valores con respecto al mundo.
«Sin salir corporalmente del mundo, podemos y debemos dejarle, abominando sus
costumbres, detestando sus máximas, guardándonos de sus perversos ejemplos:
apartándonos como el piadoso Tobías, de las compaiiías y juntas perniciosas: retirándonos con frecuencia, como el profeta Daniel, para levantar el pensamiento Dios y á
las cosas celestiales, y poner en ellas nuestro afecto: teniendo como la santa viuda Judith
en nuestras propias casas un místico desierto (...) para dedicamos con fervor los
ejercicios de piedad y penitencia. Esto es propiamente dejar el mundo con el corazon:
esto es vivir en el mundo sin que seamos del mundo: esto es en suma ser solitarios sin
habitar los horrorosos desiertosx".
de fe a
«Se os habrá dicho mil veces, que junteis el cuidado prudente de vuestra fortuna y de
vuestra hacienda con el zelo que debeis tener porIas prácticas de la Religion: el tumulto
del mundo con un poco de silencio y de retiro: el uso moderado de las delicias de la vida
con la necesidad indispensable de la penitencia: las obligaciones de vuestros empleos
con las promesas de vuestro Bautismo: en una palabra, se os dice que unais el hombre
de mundo con el hombre Christiano; porque la virtud, Cathólicos, es de todos los
estados; y no os quiero yo persuadir á que lo que sois lo dexeis de ser, sino es que
santifiqueis lo que sois. No pretendo, ni lo imagino, que dexeis ese empleo quien
debeis dar su tiempo, su cuidado y su aplicacion; sino es que os dividais entre el Cielo
y entre él: quiero decir, que entre la abundancia de vuestras riquezas, entre la alegria de
vuestras diversiones, entre el resplandor de vuestros honores y dignidades, no olvideis
que sois como uno de aquellos Dioses de la tierra, de que hablaba David, para pensar
alguna vez á los pies de los Altares, que al fin habeis de morir como el resto de los
hombres. Todo esto, Christianos, se os dice, y se os repite muchas veces en los Púlpitos,
en los Confesonarios, en las conversaciones, en los consejos; pero se os dice en vano,
porque nada sabeis quando se trata de vuestra salvacion, y todo lo sabeis quando se trata
de vuestro establecimiento temporal. (...) No sabeis concordar vuestro estado con
vuestra salvacion: todo lo dais á la hacienda, á la honra, la ventaja; nada Dios, nada
la conciencia, nada la Religion, nada la gloria»75.
Fr. Antonio
a
confusas, cuando 10 que se produce
Entonces, Armañá aconseja:
a cierto
sino que os reduzcais
«retiros sin dejar el mundo»: «Saber un mismo tiempo comunicarse,
en las Ciudades, y en los Desiertos»?",
de crisis se aceptó un modelo según el
Quizás por miedo a perderlo todo, se fue introduciendo
363
cristiana.
en algún grado, a los modos y maneras de vivir.
Respecto a esto, quizá lo más significativo
integración
Los eclesiásticos del siglo XVIll ante la mentalidad burguesa
á
á
Un sentido de la felicidad desarraigado
de la vida en la tierra condujo a
modelos que oscilaban entre un cierto aburguesamiento
o una «separación del
á
á
á
á
mundo» efectiva, aunque no fisica, y así, a la ausencia de un compromiso
De ello es expresión
cristiano.
del «reino de Dios» por el «reino de los cielos».
La condición socio-económica
«Sed hombres de bien, hombres desinteresados, enemigos de toda ganancia injusta, de
todo emolumento sospechoso, humildes en vuestro trato, moderados en vuestros
deseos, pacientes en las adversidades, hijos obedientes, esposos amables, padres
vigilantes, amos edificativos, amigos fieles, vasaIlos útiles, christianos irreprehensibles,
y sereis santos» 79.
á
á
á
la sustitución
Esta división asoma incluso en autores rigoristas. José Climent, en una plática
para la dominica
de sexagésima,
predicada
en 1742 y en 1744, tras criticar
«el
demasiado apego á las cosas terrenas», no quería que los oyentes entendiesen «ser los
cuidados temporales invencible estorbo
vuestra salvacion», pero sí les decía: «no
En la medida en que el burgués español del siglo XVIII se ajuste a los esquemas
de santidad moral propuestos
por los eclesiásticos,
encontrará
acogida como parte
á
debeis sacrificaros
á los negocios del mundo, de suerte que os falte libertad y tiempo
para pensar err los del cielo, que son los mas importantesx".
realidad, la actuación en el mundo va quedando
ASÍ, sin pretenderlo
en
integrante de un sistema social admitido.
no choca con el cristianismo:
16
GALLO, N., Sermones, t. 11,pp. 21-23.
CLIMENT, J., Pláticas dominicales,At . 1, p . 295.
«Le bonheur bourgeois
en algo que en sí
est le bonheur sans histoire du
al margen de 10 que se considera vida
77
1S
Puede hallar la felicidad
"
79
ANDRES, A., Sermones panegíricos, t. 1, p. 14.
ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t. 11,pp. 308-309.
Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mis ion, t. 11,p. 370.
Los eclesiásticos del siglo XY1I1 ante la mentalidad burguesa
M' Jesús Fernández Cordero
364
devoir facilement
accomplb-". Lo que hacen los predicadores
moral que en principio puede ser profana, poniéndola
es cristianizar
en concordancia
una
con el sentido
ción". No es la vida burguesa en sí misma lo que el eclesiástico no puede admitir, sino
la conculcación
económico
de la Providencia:
de los principios
mundo y la vida cristiana.
soslayada
La división
en el sentido de establecer
la religión seguir cumpliendo
la posible crisis entre la vida en el
entre fe y vida de que hemos hablado
fue
un vínculo de carácter ético, el cual permitió a
el papel de principio
director de la vida del individuo
y de la sociedad:
de unos [mes de ascenso
las gentes se apartan
cada vez más y se saltan los
colectivo,
Por eso Fr. Antonio
solapadamente
desviaciones
pero además aprecia
en la sociedad y que, al abrigo
límites establecidos.
introduce
en función
carta de naturaleza
del comportamiento
Andrés,
bajo la cobertura
en tópicos que denomina
para descubrir
de lo admitido,
«máximas
cómo este mal se
concentra
todas estas
políticas del mundos":
«Lo que se usa, no se escusa»: expresa el imperativo de la costumbre y de
la moda, por el cual se difunden
ostentación,
las diversiones
la emulación en las apariencias,
de clases, disipación
Es en el plano moral en el que se resuelve
cristianos
y social. Esto es lo que observa en casos concretos,
que tales actitudes van adquiriendo
«Estos [los verdaderos devotos] son unas personas que hacen de su obligacion su mérito
para con Dios, el mayor gusto para sí mismos, y su honor para con el mundo. Hacen digo
su mérito para con Dios, porque lo que Dios les pide singularmente, y sobre todas las
cosas, es el cumplimiento de sus obligaciones. (...) Por este medio se conforman
tambien con los decretos de su sabiduría en el gobierno del mundo: porque ¿qué es lo
que hace subsistir la sociedad humana, sino el buen órden que reyna en ella? ¿Y qué es
lo que establece este buen órden que reyna en ellaA
y la conserva, sino el que cada uno
cumpla exactamente con el empleo en que se halla, y las funciones que son propias de
él segun su clase y profesion?»!'.
365
de caudales
e injusticia
peligrosas,
con la consiguiente
el lujo, la
confusión
social.
«Quien el buen arbol se acoge, buena sombra le cubre»: justifica
búsqueda
de influencias
y de la protección
arribismo
social que se convierte
de los poderosos;
luego en opresión
de los más débiles
(concreta su denuncia en la actuación de los abogados, escribanos,
radores y otros empleados en la ciudad de Valencia).
«Es menester ingeniarse para buscar la vida»: justificación
muchos, desde los comerciantes
la
encubre un
procu-
con la que
a las mujeres, «estudian medios ilicitos,
«¿Eres juez, á cuyo cargo está puesto el gobierno del pueblo, la conservacion de la paz,
para usurpar la hacienda agena, y meditan artes iniquas, para adelantarse,
la administracion de la justicia, el amparo de la viuda, la defensa del huérfano?rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
a sus competidores,
en las pretensiones».
M inisterium tuum imple [Epist. D. Paul. I l , ad Timo!. c. IV. v. 5.] Trata de llenar
dignamente las graves obligaciones de tu ministerio con rectitud, con entereza, con
imparcialidad, con prudencia, con desinteres, y serás santo. ¿Eres comerciante, eres
La movilidad social y económica es uno de los factores que más perturban la
artesano, eresjornalero? M inisterium tuum imple. Aplícate al trabajo, vive contento con
concepción del mundo que tiene el eclesiástico de esta época. En efecto, tal y como
tujomal, no hagas mal á nadie, no engañes con pesos defectuosos, con medidas falsas,
ha señalado Bernhard Groethuysen para el caso de Francia", los clérigos españoles
con géneros ilegítimos, con precios exhorbitantes: compra y vende con equidad y
interpretan la desigualdad en la distribución de la riqueza como un designio de Dios:
justicia. ¿Eres hombre de negocios, abogado, escribano, procurador? M inisterium tuum
imple. No admitas causas injustas, desengaña con caridad a los Iitigantes, no embrolles
los procesos, no retardes sus despachos, no ocultes lo que se debe aclarar, no declares
«Pudo hacemos ricos á todos; pero con un fin superior, digno del Padre universal de los
lo que se debe omitirs".
hombres, hizo á unos ricos, y á otros pobres, para que con esta desigualdad se exerciten
Por eso, las polémicas
a cuestiones
corrupciones,
entre el burgués y el eclesiástico
morales. Con frecuencia
abusos, influencias,
dos, de quienes son protagonistas
el predicador
engaños,
afectaron
se lanza a corregir
usuras, ostentación,
asiduos las gentes del comercio
y
sobre todo
a denunciar:
lujo ... faltas, pecay
de la administra-
MAUZI, R., ob. cit., p. 274. Y añade: «Le bourgeois est spontanément vertueux. Faire ce qu'il doit ne
lui coüte ríen. C'est son mode d'existence habituel, le style de vie qui lui est destiné. La vertu est pour lui
de l'ordre de la nature. C'est dire qu'il est un étre simple: aucune dualité ne le divise; il est également
préservé du déchirernent des passions et de la contrainte des devoirs. Chacun de ses sentiments se confond
avec un lien sociallégitime, un lien familial sacré».
81
Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mision, t. n , p. 199.
82
Ibid., p. 369.
80
mas facilmente las virtudes, que son las prendas mas estimables de la naturaleza
humana. El pobre debe con su pobreza ejercitar la paciencia y la humildad: el rico debe
ejercitar la caridad y misericordia con su abundanciax".
"
PALACIO AT ARO, Y., ob. cit., pp. 94-105, recoge los episodios más sonados de las polémicas sobre
la usura, indicando que ellas mismas «son un testimonio elocuente de las preocupaciones burguesas, y, a
la vez, de la fidelidad de aquellos hombres a la disciplina moral de la Iglesia» (pp. 95-96). MARTINEZ
ALBIACH, A., Etica socio-religiosa ... , señala el choque de valores en la ideología y en las costumbres.
•• ANDRES, A., Quaresma, t. 11, pp. 249-267.
es
GROETHUYSEN, 8 . , ob. cit. Desarrolla este tema en la segunda parte de la obra: «Las doctrinas
sociales de la iglesia católica y la burguesía».
86
ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t. Il, p. 420.
Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa
M' Jesús Femández Cordero
366
De manera
bastante
generalizada,
se entiende
que la desigualdad
económica
es consecuencia
del pecado, pero el eclesiástico
original-en
sentido histórico-, y con ello evita las connotaciones
lo remonta
socio-
al pecado
de un pecado actual.
Antonio Andrés que la «beneficencia»
era «la cadena preciosa»
a
para «unir los hombres en una civil sociedad»; que «lareciproca
a todos a ser «beneficiosos». La justificación es clara:
367
dispuesta
por Dios
necessidad»
obliga
y aún más: el «orden» nacido de este pecado se considera querido por Dios para el
estado del hombre en esta vida. Así, José Climent dice que «la primera intencion de
Dios» fue que todos los bienes temporales
fuesen «comunes
«No penseis, que los Poderosos pueden vivir sin dependencia de los mas pobres. Corno
un pobrecito no pudiera subsistir, sin los socorros de un Grande, ni este pudiera comer,
sino hubiesse pobres, que trabajassen en los campos. Corno los hombres, pues, tienen
entre si esta dependencia, y conexion, el que entre ellos cumple mejor las partes de
beneficioso, y util, es mas amado»".
á todos», pero por el
pecado de Adán «perdió él y perdimos todos el dominio de los bienes terrenos que el
Señor le dió». «Despues acá nada es propiedad
nuestro». Así se deduce que Dios ha
retirado al hombre ese dominio; sólo El puede decir «mio es el oro, mia es la plata»
(Ageo, 2, 9), Y El es quien lo distribuye"
De modo similar, Fr. Miguel de Santander
argumenta que si el hombre hubiese mantenido
su inocencia, «todos hubiéramos
iguales (oo.) tambien en las riquezas y honores que se encuentran
el pecado «introduxo
la subordinacion
y dependencia»;
sido
en el mundo»; pero
y continúa
diciendo:
«Apareció Jesuchristo Dios y Hombre verdadero en la plenitud de los tiempos para
reparar los desórdenes del pecado, y restituir todas las cosas al buen órden con que
salieron de sus manos corno criador: y no obstante, no obligó á los Reyes á descender
del trono, y ponerse al nivel de los vasallos: no precisó á los ricos á despojarse de sus
bienes, y partidos igualmente con los pobres: no mandó á los que estaban constituidos
en grandeza y autoridad renunciar las dignidades, para ponerse ~n igualdad con los que
no las tenian. El Señor dexó los diferentes estados de los hombres en aquella
subordinación en que los halló á su venida al mundo; pero con una sabiduría admirable
estableció entre los christianos una excelente igualdad que subsiste en medio de la
misma desigualdad y diferencia de estados y condiciones que en ellos vemos. Esta
igualdad que estableció el Hijo de Dios, es la caridad divina, que hace que los ricos no
poniendo su corazon en las riquezas, socorran con ellas á los pobres, á quienes miran
corno hermanos; y obliga álos pobres á servir á los ricos en aquellas cosas de que tienen
necesidads",
Al marco providencialista
nes teleológicas
en que se sitúa la desigualdad,
y morales que lo completan,
con las interpretacio-
se añade otra consideración
más propia
de la época: «Para mas estrechar los vinculas de la sociedad humana, ordena Dios con
suavísima providencia
la varia suerte de los hombres»; los humildes han de «recurrir»,
los elevados han de «socorrerx".
por los ilustrados,
El eclesiástico
de la necesidad
y utilidad
da así cobertura a la idea, desarrollada
social de la desigualdad".
Decía Fr.
CLIMENT, J.,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Pláticas dominicales, t. 1, p. 274.
Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mis ion, t. 1,pp. 203-204. Este argumento
pertenece al exordio de la «Doctrina XVI. De las obligaciones de los amos para con los criados». Por esta
«mutua dependencia» establecida por Jesucristo, (mi los amos pueden subsistir sin criados, ni los criados
pasarlo bien sin amos: áestos conduce Dios á la felicidad eterna por el caminode la misericordia: á aquellos
por el de la paciencia y hurnillacion».
•• ARMAÑ,(A F . , Sermones, vol. 1, t. 1, p. 106.
.0 MAUZI, R., ob. cit., pp. 153-157. «L'inégalité sociale, au XVllle siécle, n 'apparait plus, comme au
siécle précédent, dans la-perspective d'une finalité providentielle. Mais elle releve d'une autre finalité,
dans la mesure o ú elle estjugée nécessaire
I'équilibre de la société et son bien-étre. Bien loin d'étre
87
88
á
á
Incluso se abre a una perspectiva
reprehensible»,
condenable,
muy burguesa:
pues todos «naturalmente
al contrario,
se encuentra
deseamos,
incluso
el «deseo interessado,
en las relaciones
religiosas:
Magestad no se desagrada de nosotros, quando le amamos, y servimos,
su gloria, sino por la recompensa, que esperamos de su manos".
En este esquema social, donde los protagonistas
burgués puede encontrar un puesto. Si la perspectiva
no es
que se nos haga bien»; no es
«su
no solo por
son los ricos y los pobres, el
religiosa se centra en el tema de
la salvación personal, la condición del burgués parece especialmente apropiada para
alcanzarla, al estar al abrigo de las grandes tentaciones de pecado que asaltan en los
extremos de la escala social y no constituir
de la justicia divina".
El eclesiástico
tampoco un singular objeto de actuación
nunca afirma que las riquezas en sí mismas sean malas, ni, por
tanto, tampoco su posesión. La mayoría de los autores las consideran buenas, como
dones de Dios, o indiferentes". Sin embargo, «tal es su alhago, y tan grande atractivo,
disqualifiée comme une injuste sur-vivance, I'inégalité est proclarnée facteur de progreso Le bonheur de
la cornrnunauté exige la dépendance de toute une catégorie d'Individus» (p. 153).
"
ANDRES, A., Quaresma, t. 1,p. l 14.
92
Ibid.
"
MAUZI indica esta interpretación al analizar la obra de Benique Lordelot (1639-1720), un abogado
autor de tratados de moral y de piedad, titulada Les devoirs de la vie domestique par un pére de famille
(1706). En tomo a ello escribe: «les vicissitudes providentielles ne concement que les puissants et les
humbles. Situé entre les deux, le bourgeois n'est jamais menacé. 11n'a ni a expier le scandale de la
'grandeur', ni quitter une condition heureuse en elle-mérne. Unique élément stable du plan divin, il
échappe la fois au chátirnent etau miracle. 11esttrop modeste pourque sachutesoit édifiante, trop satisfait
de lui pour demander it Dieu d' intervenir en sa faveur. Le bourgeois se résigne d'autant mieux aux
fluctuations de la vie humaine et au bouleversement des destins, qu'il est bien assuré qu'ils ne sauraient
I'atteindre. Les 'grands' et les 'misérables' sont moins des hornmes que des syrnboles. lis n'existent que
pour jouer un róle dans le grand scénario du monde. Le bourgeois,lui, est un étre bien réel. Ce n'est pas
pour signifier qu'il est sur terre, mais pour vivre, pour travailler, pour étre efficace, pour assurer la
permanence d'un univers auquel il communique sa paisible énergie» (ob. cit., pp. 281-282).
•• F. ARMAÑA decía: «estoy muy lejos de condenar las riquezas absolutamente; ántes bien las
reconozco corno beneficios de Dios, concedidas para ejercitar con ellas la virtud, y conseguir mas premio
en el cielo. Si fuesen en sí malas, no las hubiera dispensado el Criador con tanta liberalidad á los antiguos
patriarcas, y á otros servidores suyos muy fieles: no las hubiera prometido al pueblo de Israel por premio
de la exacta observancia de sus leyes: no hubiera hecho al primer hombre señor de todos los tesoros de la
tierra, para mas exaltar al que habia formado á su imágen y semejanza» (Sermones, vol. 1, t. 11,p. 418).
á
á
M' Jesús
368
Fernández
'
Cordero
Los eclesiásticos
que con mucha facilidad se mueven los hombres con ellas á pecar»?'. La adquisición
que pertenece
injusta, el poner el corazón en el dinero, la codicia, la vanidad y el lujo son los pecados
Padres,
del rico más frecuentemente
Villanueva,
denunciados
por los predicadores".
La relación con Dios
se ve afectada: «a la verdad, dice San Agustin, es muy dificultoso
y los ejemplos
modernos
avalan este tipo de afmnaciones.
de san Bernardo:
a nosotros
athesorais)
á lo menos de ser soberbio»?',
369
burguesa
al pobre todo aquello que le sobra al rico: la tradición
desde san Basilio,
palabras
el que un rico dexe
del siglo XV[[[ ante la mentalidad
«Nuestro
de santidad,
de los Santos
como Tomás de
Y se recoge el clamor de los pobres con
es lo que derramais,
se nos quita con crueldad,
(pudiera
tambien
lo que vosotros
decir,
sacrificais
á la
vanidad»!".
El socorro de los pobres y el sostenimiento
«Rara vez ó nunca, decia San Bernardo, se junta la humildad con las riquezas y con las
honras, siendo entrambas como dos alas con que los que las poseen pretenden elevarse
sobre el resto de los hombres, y aun apostarlas con Dios. ¿Quien es el que en medio de
la abundancia de los bienes temporales se mantiene pobre de espiritu? (...).
podía ser utilizado por los m undanos como una justificación
mantener
El mundo para pervertir el espiritu de los grandes pone el mayor cuidado en deslumbrarles con los esplendores de la vana gloria, para que no vean la grandeza de Dios,A
y
la pequeñez ó la nada de sí mismos. (...) preocupados (...) de la vana idea que forman
de sí mismos, ni ven á Dios, ni le oyen, ni piensan en que su mano poderosa les sacó
del polvo y de la nada. Y aun hubo soberbio que se atrevió á preguntar: ¿Quién es Dios,
para que yo me pare á escuchar sus voces? [Exód. V. v. 2.]»98.
su avaricia, y así fue también
establecía
que estas palabras
el nexo con la incredulidad:
de Climent,
un sermón
«de su riqueza nace la soberbia,
ser menos tomado en consideración,
testimonio
que se resuelve en el atheísmo», pues al lograr todo por medio del dinero,
impiedad,
la transgresion
incluso
de las diferencias
los autores
sociales.
rigoristas
Cuando
admiten
critican
inciden
qualquiera
que sea zeloso
debe declamar
los pobres
las puertas
las sobras
de la mesa, con que debieran
en una
temporales
nada tienen
esta valoración:
de malo por su naturaleza,
es bueno, ni es malo el poseerlas»
os
Ibid.
"
EGUILET
ventura
A planteaba
pecado
adquirido,
el tener
ni tengas pegado
enfermo,
dice San Agustin
y que son del orden,
el fausto,
pompa
á este miserable
97
Ibid., p. 248.;
de mis Pobres, no
CL/MENT,
CODORNIU,
100
«Es verdad
ellos baxeza
de aquellas
cosas,
para
de los fieles:
«Pues, Padre,
que así se reprehenda?
no será pecado;
[August.
me dirán muchos
O católico!
suelen
y vanidad,
ser causa de muchisimas
ya tambien
porque
es por
á
contrario
ofensas,
pública
ya porque
con ellas solo se cuida
lo que en otros es humildad.
para
no son daílosas,
Una legítima
Estuviera
costumbre
ha introducido
practican.
Fuera en
que la suntuosidad
sean
pero
para
los perros
¿Ha de ser lícito que se apolillen
pase
á
de
mundanos
en un
ser fiereza
su ambicion,
públicos;
dedica
a hacer
desnudez,
inciensos,
a hacer
Esto seria caer nuestro
de los necios, si buscasse
panegíricos, t. 1, pp. 138-139).
era contundente
afligir
á
sus pretensiones
justas
los deleites
riquezas
de San Pasqual,
honor, amigos;
sensuales,
á
la fábrica
ó injustas,
describía
del templo
Santo
la honra salida,
los vicios.
la tentación
de las riquezas
en estos términos:
para cumplir
fingen
hallarla
la
con
«Las riquezas
aplicar
á
las
paños, para
con todos los deberes
yno temas dar el consentimiento
en el error de los mundanos,
donde
Al
á
(Sermones, vol.
a hacer balsamos de las riquezas, para
a Dios devotos sacrificios, a hacer
riquezas,
como
un corazon
de Dios: Abrahan
para ofrecer
a las
á
de los miserables,
de todas las necesidades»
pero también
Los
corromper
sirven
y casi todos
del Se flor, al socorro
dice
ó malas.
los desvalidos,
sino del oro. En fin las riquezas
Job al remedio
en el
se ven las riquezas
pero no está el vicio en las riquezas,
todas las cosas necessarias
este empleo
ARMAÑA
á los inocentes,
sus grandes
en un Sermón
consignadlas
uso es el que las hace buenas
al culto y honra
de ganar posición,
Hace
YUD,
telas tan ricas, aquellos
negar que frecuentemente
afianzando
su vanidad,
las destinan
de los peregrinos:
piedad. Proponles
Pero que Señores?
numero
oprimir
de la razon,
«aquellas
CALATA
que con tacto de nieve, hacen no pocas vezes musica
su maldad;
sino al que las usa mal. ( ... ) Disponte
agena,
estas palabras:
También
traed las para adorno de mis Imagenes,
uso: su diferente
á sus pasiones,
los ministros
corazones
y consuelo
la vergonzosa
una christiana
muy mal que los reyes
que sus vasallo s y criados
del semblante
esta costumbre;
ser lícito que la gravedad
en las pp. 346-351.
«No podemos
y que fomentan
El santo rey David
llagas de la pobreza
cubrir
señas de humildad.
sumisiones,
fomentar
los buenos
utilidad.
á
los argumentos
deliciosa-
'A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. Il, p. 190.
aquellas
¿Puede
(Quaresma, t. 1Il, p. 63). Francisco
no en la fuerza
de obsequiar
! .
que no deben dar todos unas mismas
y seducir
con ella solo se trata de
y abuso de él.
(lb id. , pp. 250-251).
de la tierra executaran
culpar
darse por lícito que estén cerradas
los Lazaros?
a los dedos,
manos, y
del bien común:
1, t. u , p. 419).
10)
El mismo padre ANDRES,
sino su codicia,
á
los desnudos?
sino en su desarreglado
ellos mismos,
á la hospitalidad
fieles mios, en el rico su dinero,
a las
de los mas perversos,
los jueces,
depravado
Tienes
y aun tienes sed? Señal de que estás
el Cielo,
alimentar
¿Puede
la gravedad
puede
de asilo? ¿Ha de ser lícito, que se coman
joyas de tanta estima,
las usan para satisfacer
blasonan
( ... ) assí el pecado
sino en su amor desordenado.
ser. 5. de Verbo Dom.]. No se condena,
el mas eficáz para lograr
y muchas,
á
servirles
cuerdo
social al tratar de la limosna,
de infierno»
mi P. S. Agustin,
no sea injustamente
pero aquí está la dificultad,
no está en tener hacienda,
de medio
Como
y fuego
e incluía el sentido
en las manos
que ni
J., Pláticas dominicales, t. Il, p. 112.
"
"
y los grandes
ó clase
contraste
ó bienes
viciosos
él tu corazon,
cuerpo»
que las riquezas,
Il,
en salvarse,
servirle
Lo cierto es que las riquezas
mente
auditorio,
para esta triste vida, y deseas mas? Estás lleno de hacienda,
que antes bien puede
aumentar
á
católico
rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(Sermones para todas las Dominicas del año, t.
p. 247).
esta pregunta
dinero,
de los ricos, y su dificultad
lo bastante
«Confieso,
de esta doctrina
anillos de tanto precio, aquellas
de fuego,
hacía
contra el abuso.
que debiera
cubrir
del vestido,
hombre
en M issionesysermones,
t. 11, pp. 378-381.
102
Fr. Antonio ANDRES ponía en boca de Jesucristo
al socorro
EGUILETA
que debieran
una exposición
cuestión de medida, aunque se levantan sobre todo contra la riqueza que convive con
el desvalimiento del pobre'?', En este sentido, los jesuitas difundieron la doctrina de
El padre
del palacio
en todo lo que
en este punto, sino sólo reivindicar
la preciosidad
Ningun
las
que espante?» (CL/MENT,
J., Pláticas dominicales, t. Il, p. 115).
101
CODORNIU,
A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. 1, p. 349-350.
las manifestaciones
su «abuso»,
alude al sentido de independencia
de la mesa,
de las personas.
arca los vestidos
de todos los diez preceptoss".
Sin embargo,
externas
a
superior
la esplendidez
de la calidad
de su riqueza,
especialmente
de Dios. Este último aspecto, que suele
atañe a la vida material. No se suele profundizar
y de esta la
el hombre no se siente criatura y corre el riesgo de perder la fe, «perdida
del acrecentamiento
de este tipo de diatribas de los eclesiásticos,
referidas a la ambición, el lujo y el alejamiento
de Codorniú
entre las que ponían para
en alguna ocasión'?",
denunciado
En cuanto el burgués entra en la dinámica
puede ser destinatario
los palacios,
Con más claridad
del culto son los dos destinos
según los predicadores'?', aunque incluso este uso
correctos de la riqueza acumulada,
de
que se te pide.
y ser comprendido
en el
los hijos de este siglo» (Sermones
370
M' Jesús Fernández Cordero
Los eclesiásticos del siglo XVIll ante la mentalidad burguesa
la tradición providencialista frente al humanismo a que tiende el burgués, cuyo primer
. síntoma es la idea de que él se ha construido a sí mismo:
371
adelantar la industria, y sacar á gran parte de mi nacion del adormecimiento en que se
halla»
1 0 7
•
El ideal tradicional de austeridad y entrega a los pobres, junto con el ilustrado
«( ... ) inventó el demonio los nombres de fortunaé industria, y los propuso como medios
únicos para gozar de la felicidad y de la abundancia. Y lo peor es que lo llegó á persuadir
de utilidad pública o bien común, se unen frente al sentido individualista que podría
á los hombres. (...). Y aun ahora mismo entre los christianos no se oye otra cosa, sino rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
propiciar la búsqueda del propio interés. Al mismo tiempo, la dinámica de ascenso
á mifortuna, á mi industria debo las honras y riquezas que poseo.
socioeconómico
choca, tanto por su impulso -el deseo de bienes temporales-, como
¡O engaño del demonio! ¡O ceguedad de los hombres! ¿Acaso Dios por el pecado de
por sus consecuencias de orden moral-la disolución de las costumbres y e! olvido de
Adan se desprendió del dominio de las criaturas? ¿No es su sabia providencia la que
Dios-, con la mentalidad que se intenta difundir desde e! púlpito. Para el eclesiástico,
distribuye los bienes y los males? ¿No son aquellos efectos de su liberalidad? ¿No son
la imagen del cristiano es Jesucristo pobre y humilde, y sólo admite al burgués en
estos castigos de su justicia?»!".
cuanto su posición no le desprenda de un comportamiento modesto. Ello, además del
carácter estático de su interpretación
Esta mentalidad
«adquirir hacienda»,
impide al eclesiástico
línea de los preceptos divinos: es «penitencia
mas sea como en penitencia,
bienes temporales»!".
cristiano
en
al declamar
afirma:
contra las fiestas de toros y novillos,
que suelen
«Apénas se encuentra quien dé un maravedí quando se trata de recoger los niños vagos,
y darles educacion, y de fomentar un diestro artista, un laborioso cultivador de la tierra:
apénas se halla quien dé un quarto quando se propone el establecimiento de escuelas
de buenas costumbres, de leer, escribir y contar, de aplicar los niños y niñas sin destino
á hilar lino, lana y cáñamo, á fabricar paños, texer lienzos y otras estofas: apénas se halla
quien dé,:u n quarto para recoger las malas mugeres, para dar una ocupacion honesta á
los encm;celados, para componer caminos, limpiar calles, y en una palabra, para
lO.
lOS
1 0 6
CLlMENT, J., Pláticas dominicales, t . 11,p. 111.
EGUILETA, J.A., Sermones para todas las Dominicas del año, t . 11, p. 249.
Fr. MIGUEL DE SANT ANDER., Doctrinas y sermones para mision, t . 1, p. 239.
son
«Vuelve (...) los ojos á tu vida pasada, y verás que quando te hallabas en un estado
mediano, precisado á trabajar, y guardar economía para tener el alimento necesario,
entónces parecias cuerdo, de buenas costumbres, sencillo, modesto en el porte y
vestido, cortés y afable con todos, conociendo que de todos tenias necesidad;jamas te
acompañabas con los que podian alterar tu porte honesto; estabas lleno de respeto á los
Superiores; eras dulce y paciente con los inferiores, observante de los ayunos de la
Iglesia, freqüente en recibir los Santos Sacramentos, y en asistir á los devotos
exercicios; en suma, tu vida era verdaderamente christiana, pues para mí es sin duda que
la virtud se halla regularmente en los pobrecitos. Pero despues que has mejorado de
fortuna, como el mundo dice; despues que has enriquecido con aquella herencia, con
aquel trato, con aquel empleo, ninguno te conoce, ni aun tú te conoces á tí mismo: con
las riquezas entró la soberbia, por lo que mudaste luego el tono de la voz, el porte y aun
el ayre del rostro: ellas te han vendado los ojos para no conocer á tus parientes, aunque
sean muy cercanos, si viven en miseria, ó en algun oficio humilde: ellas-te han hecho
olvidar que tu padre se mantenia con el trabajo de sus manos: ellas te han hecho perder
el juicio, pues no adviertes que tu modo de vestir, el de tu mujer y tus hijos no
corresponde á tu clase: ellas han corrompido tu corazon, pues has cometido algunos
desórdenes que ignorarias, si no hubieras enriquecido: esta mudanza de estado te ha
hecho altanero e intratable: si alguno te desagrada ó falta en algo, te montas en cólera,
y prorrumpes en amenazas; piensas que todos se te deben someter: aun en la Iglesia
quieres tener un sitio distinguido. (...) La pureza de costumbres, la sencillez, modestia
y templanza, el temor de Dios y todas las virtudes se han desvanecido con las riquezas?
La arrogancia y altaneria, el espiritu de independencia, la sensualidad y delicadeza, la
impiedad y vida licenciosa, todos los vicios han acarreado el oro y la plata?»!".
fiera y bárbara», se lamenta de la pérdida de horas de trabajo y de los gastos
para las economías domésticas, junto con los bailes, juegos y pendencias
rodear tales acontecimientos.
Y el contraste es muy significativo:
lo burgués y lo cristiano.
de aristocratización,
el sentido
Así, Fr. Miguel de Santander
Pero esto le lleva también a críticar, en nombre de! bien común, el dispendio
en que incurren tanto las clases populares como las burguesas. En una Doctrina para
vivir y morir christianamente,
así como la tentación
del enriquecimiento:
«Basta tener alguna idea de los primeros elementos del christianismo para conocer que
por el precepto de la caridad estamos obligados á ser útiles al próximo, especialmente
al público, cuyos miembros somos, y cuyos intereses nos deben ser tanto mas
apreciables, quanto son mas universalesAy extendídos»!".
«diversion
única capaz de compaginar
burgués,
Así se dirigía el padre Eguileta al cristiano que había entrado en la dinámica
por obedecer á Dios, no por la codicia de los
ilustradas.
de la sociedad y de la distribu-
desechados.
forzosa, que impuso Dios á los hombres
Sólo existe una mayor apertura cuando confluyen
y las nuevas inquietudes
Pero lo excesivamente
de la moral, el trabajo se sitúa en la
por el pecado»; salirse de esto supone entrar en el terreno de la codicia: «trabájese
horabuena,
clase media sin pretensiones,
«tener, y mas tener». Esto sería para él un objetivo materialista.
Por el contrario, y de acuerdo con el predominio
providencialista
ción de la riqueza, forma todo un contexto en el cual aparece como modelo el de una
aceptar que el trabajo tenga como fm
I
·1
107
Ibid., p. 369.
'"
EGUILETA,
J.A., Sermones para todas las Dominicas del año,
t.
11,pp. 254-255.
1
M' Jesús Femández Cordero
372
del ideal aristocrático A
La pervivencia
son, como podemos
cristiano.
observar,
Pero el bienestar
eclesiástica
1 0 9
dos atractivos
sí es asumible
la noción de una sociedad
y las modas de la sociedad
Armañá, en un discurso a laSociedad
temporal
de un pueblo conduce
«¿ Quántas ruinas espirituales
¿Qué discordias,
recurso?».
aunque
santidad moral, se les presenta, en último término,
predomina
en la mentalidad
en pobres y ricos, y se insiste sobre
Económica
con las aspiraciones
los de la pobreza,
austeridad,
Así, Francisco
pretensión:
de las actitudes burguesas.
Y continúa:
qué vilezas
que la demasiada
no suele ocasionar
una pobreza
sin
«no es ménos capaz la miseria de
opulencia de corromperle».
Por eso «el
obispo debe por su oficio precaver en quanto pueda la pobreza de su diócesi», procurar
el alivio «permanente
y sólido de sus feligreses»
con los medios oportunos:
sin disputa los felices progresos de la agricultura,
del oficio pastoral que fomentar estos ramos»
compromiso
con los problemas
cristiana por su repercusión
I lO.
«siéndolo
industria y artes, nada es mas propio
De este modo, la colaboración
de este mundo se comprenden
y el
y se cogen en la vida
en la moral y, por tanto, en la consecución
Junto a las consideraciones
109
Groethuysen
para Francia!".
no tanto a una coincidencia
cuyo seguimiento
compatibles
exige, al menos,
con cualquier
Sin embargo,
entre lo peculiar burgués
que los eclesiásticos
forma de
podían formar y exponer
respecto a su visión del mundo y de la sociedad, el espiritu burgués tropezaba
Pero la moderación está siempre presente. Los ministros de la Iglesia española
estarían dispuestos a admitir a «un determinado tipo burgués» de mediana posición,
correspondería
hacia la
un ejemplo que no tiene relación
de la vida eterna
por parte de los fieles.
tal y como ha señalado
o apariencia,
son dificilmente
un laicado al que
a los que se trata de encauzar
«Mirad, si es imaginable una hwnildad como ésta: un Dios hacerse hombre, el inmortal
pasible, el eterno temporal, y el riquísimo y poderosísimo verse desnudo; y afrentado
en una cruz. ¡O Dios eterno! ¿que nos quereis decir con una humildad tan asombrosa?
(...) Aprended de mí, almas redimidas con mi sangre, dice el Señor: aprended de mí, no
á criar los cielos y la tierra con la fuerza de una palabra omnipotente (...) sino á ser
mansos y hwnildes de corazon. Mirad qué penitente se presenta el inculpable, el
inocente, el impecable Jesus, el Santo por esencia. (...) Miradle encarcelado, abofeteado, escupido, azotado, escarnecido, coronado de espinas, con una pesadísima cruz
sobre sus hombros, y últimamente crucificado y muerto en ella. (...) ¡O Dios de caridad
infinita, que tanto me amais! ¿hasta quándo mi ceguedad?»!".
causa la miseria? ¿ Qué vicios no aborta la mendicidad?
qué maldades,
de ascenso
y cuyas virtudes
373
de Lugo, afirma que «la prosperidad
mucho al mayor bien de las almas».
La virtud peligra en los dos extremos:
abatir el corazon humano,
cristianos, cuanto al hecho de que una clase media va constituyendo
se han de dirigir. A estos fieles cristianos,
dividida
positiva
opulenta
a los cuales no ha de ceder el modelo
todo en los males de la riqueza, también en ocasiones se reconocen
lo cual permite una valoración
Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa
I
tal aceptación
contradicción también fue un factor en contra del aburguesamiento
de la mentalidad
eclesiástica, pues, con todas las oscilaciones que se quiera, siempre estuvo presente.
y los valores
PALACIO AT ARD, V., «El atractivo nobiliario sobre la burguesía española del Antiguo Régimen»,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Homenaje a Johannes Vincke para el l l de mayo 1962, Madrid, 1962-1963, t. 11,pp. 641-646. Asimismo,
el apartado «Estilo de vida aristocrático y mentalidad burguesa», en Los españoles de la Ilustración, ob.
cit. Sobre la burguesía de Cádiz escribe José Luis COMELLAS: «El derroche, el lujo, la búsqueda de las
formas más refinadas de vida, el recelo del riesgo, o del tipo de negocio que exige largos y perseverantes
esfuerzos, y la falta de espíritu de ahorro, parecen ser la clave mental de esta burguesla próspera sin llegar
a potentada, que gasta cuanto gana, sin problemas ni sobresaltos, y sin otras ambiciones que la de destacar
y sobresalir» (<<Dinámicay mentalidad de la burguesía gaditana en el siglo XVIII», La burguesía mercantil
gaditana (1650-1868). Ponencias presentadas en el XXXI Congreso Luso-Español para el progreso de las
ciencias, celebrado en Cádiz. Cádiz, 1976, p. 23; El arto en pp. 13-40).
110
ARMAÑA, F., Discurso que pronunció el Ilmo. Señor D. Fr.-, Obispo de Lugo, Director de la
Sociedad Economica de Amigos del Pais de la misma Ciudad y Provincia en la Junta General que se
celebró en primero de M arzo del año de 1784. En Pastorales, t.1, p p , 350-351.
111
«Cuando la iglesia muestra su simpatía a la clase media, en el fondo se limita a sancionar un
determinado tipo burgués. La iglesia quiere que aquí abajo reine el orden; el burgués tal como ella lo
concibe, es un amigo del orden. La iglesia quiere que la vida se ajuste a principios firmes; ese burgués ama
los principios firmes. Para él la vida no es una aventura, sino un todo bien ordenado. La lealtad al deber
que se revela en todos los detalles de la vida, la actividad regular, la perseverancia en lo habitual, la
uniformidaden el curso de la vida, son valores comunes a la burguesía y a la iglesia, y que no son frecuentes
de encontrar, corno reconocen los predicadores, ni entre los poderosos de la Tierra, ni entre los pobres. Mas
los representantes.de la iglesia quisieran que el probo y honrado burgués se contentase con esto, que fuese
modesto y se diese por satisfecho con el papel que le señala su puesto entre los poderosos de la Tierra y
los pobres. El burgués disfruta de cierto acomodo y es ello perfectamente justo; es inherente asu naturaleza.
Pero no debe pedir mas. No debe aspirar a ser más de lo que es. Y sus hijos deben aprender a ser modestos».
GROETHUYSEN, B., ob. cit., pp. 301-302.
con esta
imagen: un cristocentrismo radical pasa por el crucificado, y si bien no se llegó a una
tal radicalidad, y en algunos aspectos hubo coincidencias
y asimilaciones,
tal
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112
Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mision, t.1I, p. 380.
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