Subido por el2030yo

MALAQUIA 1.. 6-7

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Jehová reprende a los sacerdotes
Malaquías 1:6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues,
soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi
temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que
menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu
nombre?
Malaquías 1:6
oh sacerdotes. El profeta se dirige primero a los sacerdotes porque ellos
deberían dar ejemplo de una devoción íntegra a Dios, pero en lugar de esto eran
los primeros en menospreciar su santo nombre, aunque su pregunta parece una
negación implícita de su actitud malvada hacia Dios (cp. Luc_6:46»Así que,
¿por qué siguen llamándome “¡Señor, Señor!” cuando no hacen lo que
digo?).
1.6ss Dios acusó a los sacerdotes de no haberlo honrado y no haber
dado buenos ejemplos espirituales al pueblo. El templo había sido
reconstruido en el año 516 a.C., y la adoración se llevaba a cabo allí,
pero los sacerdotes no adoraban a Dios de manera adecuada. Esdras,
el sacerdote, había llevado a cabo un gran avivamiento, pero en los
tiempos de Malaquías, muchos años después de la muerte de Esdras,
el sacerdocio estaba en decadencia. La adoración a Dios había perdido
su vitalidad y se había vuelto más un negocio para los sacerdotes que
una adoración sincera.
Malaquías 1:6-14
Después de la afirmación positiva del amor de Dios para con su
pueblo, el profeta declara su respuesta decepcionante a ese amor. La
reprensión de Malaquías está dirigida a los sacerdotes que debieran
haber sido modelos de la actitud apropiada hacia el Señor.
Malaquías 1:7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis:
¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová
es despreciable.
pan inmundo. Aquí es evidente que se refiere a sacrificios animales,
como lo expresa el v. Mal_1:8. Los sacerdotes ofrecían sacrificios que
tenían impurezas o manchas ceremoniales
7. ofrecéis …—La respuesta de Dios al reto de ellos (v. 6): “¿en
qué te hemos despreciado?” pan inmundo—es decir, sacrificios de
“cojos o enfermos” (vv. 8, 13, 14; Deu_15:21). Así se dice “pan de
Dios” por “los sacrificios para Dios” (Lev_21:8). te hemos
amancillado—eso es, ofrecido “pan inmundo” o contaminado. mesa
de Jehová—eso es, el altar (Eze_41:22), no la mesa de los panes de
la proposición. Asimismo la carne del sacrificio se llama “pan.”
despreciable—(vv. 12, 13.) Vosotros consentís en las ofrendas
mezquinas y defectuosas por parte del pueblo sobre el altar para
ganar el favor de ellos. Darío, y probablemente sus sucesores, les
habían dado liberalmente víctimas para los sacrificios; sin embargo, no
presentaban sino lo peor. Una religión barata, que cuesta poco, la
repudia Dios, y por tanto no vale nada. Cuesta más de lo que vale,
porque su valor es nada, y así en realidad resulta cara. Dios no
desprecia la blanca de la viuda, pero sí desprecia la blanca del avaro.
(Moore.)
El culto al SEÑOR
»El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy
padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está
el respeto que se me debe? Yo, el SEÑOR Todopoderoso, les pregunto
a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre. »Y encima
preguntan: “¿En qué hemos despreciado tu nombre?”
Mal 1:7 »Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado.
»Y todavía preguntan: “¿En qué te hemos mancillado?” »Pues en que
tienen la mesa del SEÑOR como algo despreciable.
Malaquías 1:6-10
(6-10) Israel no ha respondido a esa predilección. Los sacerdotes
ofrecen animales defectuosos, contra todo lo dispuesto en la ley (Lev
22,15-25; 21,21; Dt 15,21). Un sacrificio así no puede agradar a Dios.
6. Volviéndose del pueblo a los sacerdotes, Jehová pregunta que
siendo tan grande su amor a su pueblo, dónde estaba el amor de ellos
hacia él. Si los sacerdotes, como profesan, lo tienen por su padre
(Isa_63:16) y Señor, que dejen ver la realidad de su profesión por el
amor y el temor reverente (Exo_20:12; Luk_6:46). Se dirige a los
sacerdotes, porque ellos debieran ser los guías en cuanto a la piedad
para el resto del pueblo, mientras que son en efecto los primeros en
“despreciar el nombre” de Dios. ¿En qué hemos menospreciado
…?—Es el mismo espíritu capcioso de complaciente insensibilidad que
motivó su pregunta del v. 2: “¿En qué nos amaste?” Están ciegos así
para ver el amor de Dios como su propia culpa.
1.6-8 La Ley de Dios requería que se sacrificaran animales vivos y sin
defectos (veáse Lev_1:3). Pero estos sacerdotes estaban ofreciendo
animales ciegos, cojos y algunos ya muertos. Dios acusó a Israel de
deshonrarlo al ofrecer sacrificios imperfectos. Nuestras vidas deben ser
sacrificios vivos a Dios (Rom_12:1). Si damos a Dios solo el tiempo, el
dinero y la energía que nos sobran, repetiremos el mismo pecado de
estos adoradores que no querían entregar nada valioso a Dios. Lo que
entregamos refleja nuestra verdadera actitud hacia El.
1.7, 8 El pueblo ofrecía sacrificios impropios a Dios al: (1) pensar solo
en lo que les convenía: ser lo más barato posible, (2) ser negligentes:
no les importaba lo que ofrecían en sacrificio, y (3) desobedecer
totalmente, ofreciendo sacrificios a su manera y no como Dios se los
había ordenado. Estos métodos que utilizaban al ofrecer sacrificios
mostraban su verdadera actitud hacia Dios.
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