UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE LA SALUD Infecciones neonatales Maestro: Dr. Guillermo Yanowsky Reyes Alumno: Erick Gabriel Plascencia Reynoso Carrera: Medico Cirujano y Partero Materia: Pediatría del Recién Nacido y el Lactante Código: 218349485 Fecha: 16 abril 2021 INFECCIÓN NEONATAL Las infecciones sistémicas y locales (pulmonares, cutáneas, oculares, umbilicales, renales, óseas-articulares y meníngeas) son frecuentes en el período neonatal. La infección puede adquirirse dentro del útero, por vía transplacentaria o transcervical, y durante el nacimiento o después. La infección ascendente a través del cuello uterino, con o sin rotura de las membranas amnióticas, puede producir amnionitis, infecciones de cordón umbilical, neumonía congénita y sepsis. Las bacterias causantes de infecciones ascendentes en el feto son microorganismos habituales en el aparato genitourinario materno, como el estreptococo del grupo B, Escherichia coli, Haemophilus influenzae y Klebsiella. El virus herpes simple 1 y más frecuentemente el virus herpes simple 2, causan también infecciones ascendentes que a veces pueden resultar imposibles de distinguir de la sepsis bacteriana. La sífilis y Listeria monocytogenes se adquieren por infección transplacentaria. Epidemiologia: La incidencia de sepsis es de aproximadamente 1:1500 en los neonatos a término y 1:250 en los neonatos pretérmino. La tasa de sepsis seis veces mayor en los neonatos pretérmino que en los neonatos a término está relacionada con la mayor inmadurez del sistema inmunitario del pretérmino y con sus prolongados períodos de hospitalización, que incrementan el riesgo de enfermedades infecciosas nosocomiales. Los neonatos varones parecen tener mayor susceptibilidad a la infección neonatal que las niñas. Los lactantes muy prematuros presentan un riesgo secundario incluso mayor debido a sus mecanismos defensivos menos efectivos y por deficiencia de la transferencia de anticuerpos de la madre al feto que ocurre sobre todo a partir de la semana 32 de gestación. Etiología: Los microorganismos causantes aislados con mayor frecuencia son los mismos que para la sepsis neonatal: estreptococo del grupo B, E. coli y L. monocytogenes. Los microorganismos gramnegativos, como Klebsiella, Salmonella y Serratia marcescens, son los más frecuentes en los países menos desarrollados, y en el caso de los neonatos de muy bajo peso al nacer deben considerarse también los estafilococos coagulasa- negativos. Los neonatos varones parecen tener mayor suscepti bilidad a la infección neonatal que las niñas. Se han implicado también factores genéticos en la capacidad de las bacterias para cruzar la barrera hematoencefálica. Esta capacidad de penetración se ha demostrado para el estreptococo del grupo B, E. coli, Listeria, Citrobacter y Streptococcus pneumoniae. Fisiopatología: Los mecanismos de defensa frente a patógenos virales también pueden ser deficitarios en los neonatos. La inmunidad celular, dependiente de anticuerpos, mediada por linfocitos citolíticos naturales, resulta deficiente en ausencia de anticuerpos maternos y en caso de una producción de interferón reducida; la reducción de los títulos de anticuerpos ocurre en neonatos prematuros y en lactantes nacidos coincidiendo con una infección viral primaria de la madre, como las producidas por enterovirus, VHS-2 o citomegalovirus. Además, la citotoxicidad independiente de anticuerpos puede estar reducida en los linfocitos de los neonatos. La sepsis bacteriana y la meningitis a menudo están muy ligadas en los neonatos. Los lactantes muy prematuros presentan un riesgo secundario incluso mayor debido a sus mecanismos defensivos menos efectivos y por deficiencia de la transferencia de anticuerpos de la madre al feto (que ocurre sobre todo a partir de la semana 32 de gestación). La sepsis de comienzo precoz que va desde el nacimiento hasta el séptimo día es una enfermedad sistémica multiorgánica devastadora que se manifiesta frecuentemente con insuficiencia respiratoria, shock, meningitis, coagulación intravas cular diseminada, necrosis tubular aguda y gangrena periférica simétrica. Clinica: Las manifestaciones precoces como quejido, dificultad para la alimentación, palidez, apnea, letargo, hipotermia y llanto anormal que pueden ser inespecíficas. La neutropenia intensa, la hipoxia y la h i pertensión pueden ser resistentes al tratamiento con antibióticos de amplio espectro, ventilación mecánica y vasopresores como la dopamina y la dobutamina. En las etapas iniciales de la septicemia de comienzo precoz en un neonato pretérmino, con frecuencia resulta difícil diferenciar la sepsis de un síndrome de dificultad res piratoria. Debido a esta dificultad, todos los neonatos prematuros con síndrome de dificultad respiratoria reciben antibióticos de amplio espectro. En el neonato, las manifestaciones clínicas de la sepsis son difíciles de distinguir de las manifestaciones de la meningitis. Diagnóstico: Además del cultivo, otro método para identificar bacterias patógenas es la determinación de antígenos bacterianos en muestras de sangre, orina o LCR. En los casos de meningitis neonatal, la relación entre la cifra de glucosa en el LCR y en sangre habitualmente es menor del 50%. La prueba de reacción en cadena de la polimerasa se utilizó originalmente para identificar infecciones virales. Deben realizarse hemogramas completos seriados para identificar neutropenia, aumento del número de neutrófilos inmaduros y trombocitopenia. Los valores de la proteína C reactiva a menudo están elevados en los neonatos con sepsis bacteriana. Debe realizarse también una radiografía de tórax para determi nar la presencia de neumonía. Además de los patógenos neonatales tradicionales, la neumonía en los neonatos de muy bajo peso al nacer también puede estar producida por la adquisición de micoplasmas genitales maternos. Debe monitorizarse la gasometría arterial para detectar hipoxemia y acidosis metabólica, que pueden ser causadas por hipoxia, shock o ambos. La presión arterial, la diuresis y la perfusión periférica deben monitorizarse para determinar la necesidad de tratamiento del shock séptico con líquidos y vaso presores. La sepsis de comienzo tardío que va de los 8 a los 28 días y ocurre habitualmente en lactantes sanos a término que fueron dados de alta con buena salud desde un nido para neonatos normales. Las manifestaciones clínicas pueden consistir en letargo, dificultad para la alimentación, hipotonía, apatía, convulsiones, abombamiento de la fontanela, fiebre e hiperbilirrubinemia directa. Además de por bacteriemia, la siembra hematógena puede estar originada por infecciones focales, como meningitis en el 75% de los casos, osteomielitis, artritis e infecciones del aparato urinario. Etiologia: La sepsis de comienzo tardío puede ser causada por los mismos patógenos que la sepsis de comienzo precoz, pero los lactantes con sepsis tardía en el período neonatal pueden presentar también infecciones causadas por patógenos que se encuentran habitual mente en los lactantes mayores por H. influenzae, S. pneumoniae y Neisseria meningitidis. Además, otros virus como el VHS, citomegalovirus y enterovirus que pueden manifestarse con un cuadro similar al de la sepsis de comienzo tardío. Clínica y diagnóstico: La evaluación de los neonatos con sepsis de comienzo tardío es similar a la de los neonatos con sepsis de comienzo precoz, con especial atención a una cuidadosa exploración física de los huesos como los lactantes con osteomielitis pueden presentar seudoparálisis y a los estudios de laboratorio y los cultivos de orina de muestras obtenidas por punción suprapúbica estéril o cateterismo uretral. Tratamiento:Debido al incremento de la tasa de resistencia a la ampicilina de H. influenzae y los neumococos, cuando la sepsis aparece en la última semana del primer mes de vida algunos centros empiezan a tratar con ampicilina y una cefalosporina de tercera generación y vancomicina en caso de meningitis. El tratamiento de la sepsis neonatal de comienzo tardío con meningitis es el mismo que en la sepsis de comienzo precoz. Es de vital importancia como tratar una infección en un recién nacido o lactante dado que es una de las afecciones más comunes patologías que pueden afectar a este número de personas por la edad en la que se presentan, por lo que una prevención y un tratamiento oportuno pueden llegar a evitar las complicaciones o simplemente evitar un desceso en el recién nacido que es más vulnerable.