Subido por anibal-manuel

S - La-Semantica - Guiraud Pierre

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e
P. Guiraud
LA SEMÁNflCA
La semántica, o estud¡o del sentido de las
palabras, se cuenta entre las disciplinas
cuyo intenso cultivo es característica peculiar de nuestra época. Sin embargo, el
hecho de que se le conceda tanta atención
ha conducido a no pocas confusiones y
a tal mult¡pl¡cación de matices, que es d¡fíc¡l aceptar el vocablo "semántica" como
portador de un concepto bien definido.
Era urgente, pues, emprender una labor
de deslinde para discern¡r los variados
enfoques comprend¡dos bajo aquella de-
signación. Es ésta la tarea principal que
Pierre Guiraud se ha impuesto y cumplido
con encomiable claridad en el presente
libro. Su análisis de la significación, de
los cambios de sentido y de los problemas estructurales ayuda a destacar los
puntos en que la semántica participa de
campos tan esenciales como la filosofía,
la lingÜística, la psicología y hasta la sociologÍa, y precisa con ello el territorio
cuya exploración le corresponde propiamente.
Con esta contribución, la semántica,
ciencia cuyo propio nombre se ha prestado a las mismas ambigüedades que
analiza, ocupa el puesto que le corresponde en la ordenación del conocimiento
y colabora decisivamente a la solución de
numerosos problemas, tan importantes
como diversos.
FONDO DE CULTUBA ECONOMICA
BREVIARIOS
FoNno
or
d'el
Cur-tun¡, EcoNóulcl
153
LA StrMANTICA
LA SEMÁI\TICA
por
PIERRE GUIRAUD
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
MÉxIco
Primera edición en francés,
1955
Séptirnu edición en francés, L972
P¡imera edición en esPañol, 1960
Primera reimpresión, 197I
Scgunda reimpresión, 1974
Segunda edición en
esPañol,
t976
Traducción de
Ju¿N A. Hesr-un
Título original
La
O
sémantique
1955 Presses Unive¡sitaires de France, París
D. It. @ 1960, Fonpo DE CuLruRA Ecoxónrc¡
Av. de la Universidad, 975; México 12, D' F'
Impreso en México
Al Instituto de Estudios Franceses
de la Universidad de Groninga
('orno recuerdo de nuestro seminario de 1954-1955
INTRODUCCIÓN
I. Lls
l,¡. snuÁmrrc¡.
TRES SEMÁNTICAS
es el estudio del sentido de las palabras.
l'ero observaciones, teorías y puntos de vista recien'
lcs vuelven a plantear en la actualidad este viejo pro'
Irlema y, como todas las ciencias alavez muy viejas y
rnuy jóvenes, la semántica adolece de una inexacta de'
Iinición de su finalidad, y de poca precisión en su terrninología. Por eso, tanto eI especialista como el lego
sc sienten desorientados ante los usos que de este térrnino encuentran cada día.
Semantícs, a Reil Vea:pon in War on Free Enter-
prisel proclama el New Yorh Tímes a tres columnas.
Y si "la filosofía constituye la semántica y la sintaxis del
lcnguaje científico", ¿cómo pueden ser los vagidos
ttreflejo semántico"?
«lcl recién nacido un
¿Y qué serán
Ia "semántica del jazz", la de la lrrcha libre, la del
t
artelón
?
Lo que pasa es que la palabra que designaba en un
principio una rama especial del estudio del lenguaje,
ha sido adoptada por los Iógicos y los psicólogos, y pertencce hoy a tres disciplinas distintas.
EI vocablo sernántico, del griego semairw, "significrrr" (a su vez de séma, t'signo"), era originalmente
tl adjetivo correspondiente a t'sentit].o". Un cambio
somántico es un cambio de sentido, el valor semántico
tlc una palabra es su sentido. Después de aplicarse a la
¡lalabra, esta expresión se extiende a todos Ios signos,
y se habla de la función semántica de los colores del
1 "La semá¡ltica, un &r¡na de los rojos en la Iucha contra la
lilrre empresa."
9
LA SEMANTICA LINGÜÍSTICA
INTRODUCCIÓN
10
blasón o de los gallardates de la marina, del valor semántico de un gesto, de un grito, de un signo cualquiera mediante el cual tras¡nitimos un mensaje y nos
ponemos en comunicación con otras personas. Es semántico todo lo que refiere al sentido de un signo cle
comunicación, particularmente las palabras.
Hay tres órdenes (principales) de problemas semánticos:
problema psicológico: ¿Por qué y de qué
modo nos comunicamos? ¿Qué es un signo y qué ocurre en nuestra mente y en Ia de nuestro interlocutor
cuando se establece la comunicación? ¿Cuál es el sustrato y el mecanismo fisiológico y psíquico de esta ope-
a) Un
ración?, etcétera,
b) Un
problema lógíco: ¿Cuáles son las relaciones
del signo con la realidad? ¿En qué condiciones es aplicable un signo a un objeto o a una situación gue el
signo debe significar? ¿Cuáles son las reglas que ga.
rantizan una significación verdadera?, etcétera.
mejor dicho, problemas- de
c) Un problema
-o,
pues
cada
siste na de signos sigue
orden lingüísfico,
reglas específicas en relación con su naturaleza y función.
semántica por excelen'
La semántica lingüística
-la
estudia las palaobrala
presente
de
único
objeto
cia,
bras en el seno del lenguaje: ¿Qué es una palabra; cuáles son las relaciones entre Ia forma y el sentido de una
palabra, y entre una palabra y otra; cómo garantizan
éstas su función?, etcétera.
La semántica pafiicipa, pues, de tres ciencias distin'
tas: la psicología, Ia lógica y la lingüística, que estu'
dian, eada una por su lado, el problema de Ia signifi'
11
del sentido de los signos.- Ciertamente' no se
hun presentado siempre estos problemas bajo el título
,lc se'mántica, y *o"ño, "hacen semántica sin saberlol',
de lógicos. p.or
I)ero en los úliimos tiempos una escuela
han rervrn'
por
otra,
una parte, y un grupo de psicólogos
existen
y
actualmente
la palabra,
,licado
c¿rción
y
li senuúntiea (Iingüística) ur.a sem'ánina tí'l'o'
ir"io u"*ir.r"*"tt"
'ri¡io,ligada a la lógica simbglic-a, y.t:'u. semántica
gánerol,
'
!r" ..
una psicosociológica del signo'
Estas tres acepcion"u d" l, palabra, correspondientes
n t..s aspecto, d" ,, mismo p"o""to, están en estrecha
entreinterdependencia; su campo y sus problemas se
constantemente'
cruzan y se confunden
2. Le srMÁNTICA LINGüÍsIICA
Esta ambigüedad repercute en el interior de la lingüís'
¡"u, ¿o"A! el contüido de la semántiea está todavía
lnal'definido. En un principio estudia los cambios de
r".rtiJ, y coincide *á, o -tt'os con el análisis de las
;Iigr."r;' de la antigua retórica; luegri reco-ge las obser'
lo
uu"'iorr.u y tesis de-la lógica y de la psicología, con
teoría
cual extiéncle su campo por nuevos derroteros:
del signo lingüístico, lunción psicosocial del lenguaje'
cstruáras lelxicológicas, etc., con lo cual sólo se logra
oscurecer una terminología que ya era insegura desde
el principio.
ios gümáticos tenían ya, desde principios tlel siglo
xx]el
ténnino sernasiología, o-estudio de los signi'
Iicrdos (también de sema', "signo").
El lingüista francés Michel Bréal lo sustituye por -el
de semiíúca para designar "la ciencia de los signifi'
o'leyes que rigen la transformación de
cados" y de lás
12
LA SEMANTICA
INTRODUCCIÓN
los sentidos"| que es "un estudio tan reciente que ni
siguiera ha sido bautizado", y que proviene de la semasiología, renovándola y enriqueciéndola.
Desde este momento ambas palabras se conlunden
y su uso generalizado impide la aecptación de nuevos
términos, como sematología, glosología, remática, rematología, etc? que surgen esporádicamente. El término semtíntica, que nosotros empleamos, está en vías
de suplantar a semasiologíq por lo menos en Francia y
en los países de habla inglesa, donde la obra de Bréal
garantiza su difusión.
Bajo este título expongo el conjunto de problemas
demasiado estrecha según otros"
No deberá, pues,
ex-
de la semántica, tal cual la definen ellos.
13
la imagen mental de las cosas, la formación de los
sonidos, su disposición en un orden determinado, la au'
rlición, la formación de la imagen en la mente del
oyente; toda una serie de problemas que interesan a la
sirs,
epistemología, a la lógica, a la psicología, a la fisiolo'
gía, a la acústica y a la lingüística.
En este último plano es posible descomponer la ca'
dena hablada en tres elementos: sonidos, palabras, cons'
trucciones sintácticas, que se definen a la vez por su
forma y por su función.
La semántica es el estudio de la función de las paIabras; esta {unción consiste en transmitir un sentido.
que plantea el estudio de las palabras consideradas en
su sentido; definición demasiado amplia según algunos,
trañar si en las páginas siguientes se encuentran problemas y teorías que no siempre han sido designados
corno semánticos por sus autores, o que incluso han
sido situados por ellos expresamente fuera del campo
LINGÜfSTICA
forma
función
sonidos
palabras
sernántica
construccíoncs
La serui.ntica es el
estud,ín d,el senti.ilo d,e las palaóras.' el lenguaje es un medio de comunicación; la lengua es el instrumento de que nos valemos para trasmitir nuestras ideas. tt¡Mozo, un burdeos!", trasmite a
cierta persona mi deseo de conseguir cierta cosa, y
esta persona me comprende: Ia idea, es decir, la imagen
del vaso de vino que tengo en la mente, se forma a
su vez en Ia suya.
Se trata de un proceso complejo que implica las co2 1\[. Bréal, "Les lois intellectuelles du langage, fragments de
sémantique", en Anrutaire ile tassocintion pour tencouragement d,es études grecques en France, XVII (IBB3).
Sobre este esquema insistiremos más adelante para
aclararlo y matizarlo; destaquemos por lo pronto que
la semántica definida de esta manera presenta dos pro'
blemas {undamentales.
J/ El problema del sentido: ¿Por qué la palabra
"burdeos'i significa en nuestro idioma un vaso de vino?
¿No tiene otros significados? ¿Cómo y por qué adqui'
rió el que nos ocupa? ¿Cuáles son sus relaciones con
las otras palabras?, etcétera.
2) El problema de la signífícwión: ¿Q:ué e.e una
14
LA SEMANTICA
INTRODUCCIÓN
palabra? ¿Cuál es su función? ¿Y cómo se garantiza
ésta? Signili¿ación se toma aquí, pues, en el sentido
activo de sustantivo verbal: signi-ficación; es un proceso psicológico, mientras que sentíd,o tiene un valor
estático, es la imagen mental que resulta del proceso.
Debe evitarse la indistinción del lenguaje corriente, que
confunde el senti.d,o y la sígnilicací.ón d,e la palabra.s
La significación toca a la psicología, y el obleto de la
semántica lingüística es esencialmente el estudio del
sentido de las palabras. Pero el sentido está en estrecha
relación con el mecanismo del proceso significante; de
esta manera, antes de abordar el análisis, o siquiera la
simple definición del sentido y de la semánticá, es indispensable presentar y considerar en zu conjunto el
problema de la significaciór¡ del cual el lenguaje no es
más que un caso particular.
Así definida, nuestra ciencia abarca un campo am_
plísimo que, aun limitado a la lengua, invade los terre.
nos de la lógica, la psicología, la teoría del conocimien.
to, Ia sociologia,la historia, etcétera.
En estas ramas se encuentra una bibliografía voluminosa sobre el particular, pero los límites de este librito
me obligan a sacrificar cierto número de cuestiones (retórica, etimología, semántica de Bréal) en provecho de
aspectos menos conocidos y más recientes, y a reducir
a sus grandes líneas, forzándolos en esquemas simplificados, problemas cuya delicadeza, matiz y complejidad
son esenciales.
La presente obra no será, pues, otra cosa que una
introducción a obras más completas, entre las cuales
8 La terminología no ha sido fijada todavía; algunos lingüis.
tas designan como sentido y significación lo que llamo más ade
lante (p. 34) sentido de base y sentido contextual¡
LINGÜfSTICA
15
lrrry que mencionar Meaníng and, changes ol mca.túng
rk: Stern, que ofrece, sin lugar a duda, la recopilación
rrrirs rica de ejemplos y la clasificaeión más coherente
y sutil de que se dispone actualmente; The principles of
stntantics de Ullmann, completado con un Précis ile
sérnantique frangaíse, es eI manual más sistemático y
uctual.
Estas obras se citan repetidas veces en las páginas
siguientes, y hubieran podido mencionarse más todavía,
pues constanternente seguiremos sus huellas y atravesaremqs su camino.
SIGNOS
I. LA SIGNIFICACIÓN: EL FROCESO
SEMANTICO
Y
SIGNITICACIÓN
17
la discusión de esta distinción eseucial hay que definir la naturaleza del sigrro considerado en su generalidad.
1. Src¡vos y srcNmrcecrórv
L¿, srcxrr¡c¡.cróN es el proceso qrue asocía un objeto, un
una noción, un acontecimiento, a un signo suscep-
ser?
tible de evocarlos: una nube es signo de lluvia, un
fruncimiento de ceño es signo de perplejidad, el ladrido
de un perro es signo de enojq la palabra "caballo', es
el signo del animal.
Un signo es por tanto un excitante, un estímdo,
como dicen los psicólogos, cuya aceión provoca en el or-
ganismo la imagen recordativa de otro estímulo; la
nube evoca la imagen de Ia lluvia, Ia palabra la imagen de la cosa.
Lo que se llama experiencia o conosimiento no es
sino una o'sigrrificación" de la realidad, de la cual las
técnicas, las ciencias, las artes, los lenguajes? son los
modos particulares; de ahí la importancia, la universalidad del problema de Ia signi{icación así planteado; vivimos entre signos, y una ciencia general de Ia significación abarcaría el conjunto de las actividades y de
los conocimientos humanos.
Pero hay una categoría de signos que nos ocupa aquí
de manera muy particular, se trata de los signos sociales: la nube es signo de lluvia en virtud de una relaci6n
natural, y el perro puede ladrar de manera espontánea,
sin Ia inte¡rci6n de informarnos de su enojo y de prevenirnos de sus ataques; cuando gime, al contrario, para
que le abramos Ia p'uerta, nos comuni,ca su deseo de
ealir y sabe que lo comprendemos; el signo se vuelve
instrumento de comuni,cacün. Pero antes de abordar
16
Un sigrro I \D estímillo a,§ociado a otro estíruia,
del cual evoca la ünngen tnaúal. La significación eq
por tarto, vn proceso pfuaiet todo osurre en la mente.
La naturaleea de-esta asociación constituye el probleua fundamental de la teoría de los sigrroo y de la
psicología; el conductismo (behaüorismo) o poicología
de la conduct¿ y la psicología experimental en general
han concedido un sitio preponddrante al problema del
signo, y lo han situado en el centro de sus observacie
nes y de sus hipótesis: es de sobra conocido el experi.
mento clásico del perro de Pavlov.
Dicha psicología su¡rone que todo esúruiD deja una
hwlla mnemóniq, en el organismq Ere todo nuero attíruio inenrieo o asocfudo al primero puede hacer r+
surgir.
De esta manera, ver una nube evoca la imagen de
otra nube ya vistq y aI mismo tiempo stcra. las il¡túgetus asociúas cou esa nube, en particular la de la lluvia; el ruido de platos, la de la comida; la vista de tma
llamq d r€cuerdo de una guemadura; el ladrido de un
perro, la imagen de un perro; y dd mimo modo la pa-
labra t'perro", es decir, los sonidos gue forman esta palabrq evocg al llegar a nuestrm oídog la imagen ilel animal al cual están aspciados. Veremos ,níc tarde las cú.
ticas a este punto de vista, algo antictado a loe ojos
de la psicología moderna. En todo calro, era el prurto de
vista de Saussure (compárese a continuación).
Esta asociación es de naturaleza píqai¡Á, no son las
cosas, sino las inágenes de las cosas y la iilea que de
ellag nos formamos, los que se asocian en nuestra men-
18
te; y
cosa
EL PBOCESO SEMANTICO
según Saussute,
y un noubre,
SIGNOS
"el sigtto lingüístico no une una
y una i-.geo
sino un concepto
acústica".
2. S¡cxos Y sÍ![Bor.os
Todo signo es un cstímulo asociado.
Pero hay dos grandes tipos de asociacioneo sig:rifica^ntec: loe signoo naturales y los sigrroe artificiales.
Loc primoros están basadoo en relacio,nes de fenó.
m€nol) que se localiz¿n en la naturalezq la asociación
"nube-lluvia" por ejemplo; todos nuegtros conocimien.
tos, nuestras técnicas, nuestrss cier¡sias, equivalgp a
percatarso de modo más o menos sutil y más o menos
preciso de estas relaciones naturaleq que adguieren va-
lor de
sigrro en
la uedida etr fluo las
asociamoe en
nuestra mente.
Loe sipoo a*ificiales son de fach¡ra humana (o
auimal) y se subdividen a su vez en dos grupos: unoo
dibujo, un plano,
sirven para lepÍesúat lo real
-un
un rogistro fonográfico por ejeuplo-; otroe sinren para
lemguaje articuladq un
comunicarso con otro ser
¿demrin de cortesía, una se¡ial-. No hay límite taiante
cntre ambas funciones, pues utilizamos frecuentemente
fotograsigrros do representación para comunicar
se üferencian
fía, por ejerrplo-. Pero ambos grupos -una
entre sí por su natu¡aleza. Loe primeroe son reproiluc"
ciones do caracter€s naturales de la realitlad, son inuúgetws a bnos; los sggundos aon signos @nvencionales,
sot símbolos.l Un retrato ile Pérez es un icono; el es-
-el
r Deag¡aci¡damcntc +o h¿ ¡ido posüle todavía llegar a un
acuerdo sobre el valor do cgto vocablo; los distintos autores
emplea¡ la palabra "olmbolo" co¡ las accpcionas mrí¡ diver¡as.
Y
STMBOLOS
19
"Éo."
l¡
ao pos,tula ninguna relación
natural con Pén*o con la palabra "gonsales" sc hubiera
írniso quc importa ee darse a
hgrado lo misuno,
ontor¡der. La a¡osiación resulta ri¡icanente de un acuerrlo ontro loe que han conveuido eor quo «peres" desig.
¡rn n Pórez
puede verse, en presencia de un
tlmulo acústico
rf
n¡l¡olo.
-estaaos,
fintru loo signos icoaográficoe so oonsideran todos
lrr modoe de representación directa de lo rea[: fotograffq fonografía, regisüros diversog así como las artes. La
¡rintura rqrroduce las üneas y los colores de las cosas,
ln osultura su msaa y su vohrmem, la música repra
ront& a veoes la imagen integral ilo los soaiilos, más fre
or¡ontomento la de las ¡elaciones ilo altnrq cantidades
y tiornpo tal como oxisten en la naturaleza. Pero hay
mismo tieopo una parte msyor o menor
rimprc al
rlo ¡imbolización y de convención en Ias artes; tesügo
er Ia evolución de los cánones estátioo§.t
Loe aignoe de comunicación propiamente dichoe son
orcncialnente cont¿en¿bnale¡: su sentido resulta siem.
pro de un acuerdo entre quienes loa e,mplean. Por ejem.
¡rlo: cierto dibujo rcpr€s€nta de ,'ronera natural doe
lriíros que salen de la oscuela, pero no es sino en vir-
trrd do una @nvención que el rótulo amarillo al lailo
rlo la calzada "sipifica" la presencia de una escuel¿
y la exhortacióu a la prudencia.
Y aguí surge una nuerra distinci6n; ciertos símbolog
ovocan loe caracteres naturales de las cosas, como suLas artcs llam¡da¡ "puras" eop estímuloc no arociadoe, no
lo real, aino guc son realidad; no son signos sino
objotoa .
Llt rrtcs ¡bstracus sm icopogiflcas cr¡ l¿ medida en quc
roproducco ciertog caracteres de Ia realid¡d.
'
roprúscntar¡
EL PROCESO
SEMANTTCO
cedo cou las aeñales de tránsito, mieutras que otros son
puramente convencionales.
- H"y
sínúolos
rwütdos o iconográficos y hay sím-
bfus arbürarbs o puro§;
la asociación
casos, pero
son convencionales en ambo§
couvemcional no excluye (ni
existensia de asosiaciones natura-
taupoco postula) la
les entrq el signo y la coea significada
Los códigos de urbaniil¿d, las modaq los ritoq l8r
@nveuciones sociales, son símboloa iconográficos o mo'
tivadc; aguí se inclina la cabeza como sipo de sumi-
oión, allí se eructa como signo de buena ügestión; ha¡
pue$ uns liga natural entre d eigno y su sentido, pero
que ¡ro es suficiente y ni necesaris lrara, evocar el sentido, ya que de todas manerao es una convención.
I.oo lenguajes son símbolos pur¡mente convencio
naleg en los cual€s la qsociación natural no ha existido
jaoás o ya no es s€nüda. Pero t¿mbién ahí Ios límites
son imprecisoe entre loe síEbolos ¡ruros dcl álgebra o
lc ioia
ile las gr,áficas y de loe sist€mas de señales.
Haste el tenguaje artisulailo sulpno.nna grán parte ih
motivación: l,as onomatopeyag por eie'mplo, gue son
ioonogrifiooe; Ia poesía, que €s un arte del len'
"ign*
guaje, del oral explota las yirh¡alidades de rePres€nta'
ción natural: hmorías imitativas o erocadoras, rium
cuyas proporcioaeq al igual gue en la música, €sán
'calcadoe
del movimieoto y la duración interior de nues.
tras €uocioues.
La mayoía de los sistGmas son mixtos y muy Pocos
son punxl; pertemeocu, sin mbargo, a uno de los cuatro
graudes tipos (esguema de Ia página siguiente):
a) ls signos natnrales, ¡emnooidc y clasificailoc
pof nuestras t6c,Bicasr nuestras ciencias y nuestro§ coñG
cimientoe.
SIGNOS
Y
STMBOLOS
2l
tr) Loc aigf¡os dd representación o iconos, que repro.
rh¡r:cn los ca¡aete¡es naturales de las cosas,
orrnlce figuran las artes.
y eutre loo
c) Lw eignoe de comunicación o símbolos asocisaloo
rx»¡vencional¡nente a las cosas gue designan, y cuyo
ti¡x» es el lenguaj-e articuladq eunque estén fuerteEttt-ul*
ltt
'
,l'\"'"'
/\
Estimulc
¡mhdos
,/i
m
S,Sno6
(cstlmulc rsocirdoc)
/,),*,.
,.rrá\1-\
¡r) DESCONOCIDO
I
I
sig"* t
i
,.*mL*) 'ilflF'itrffiffii
¡As^RrEs"¿i\/
\
----il#h'Tmff
I
r..*cóD¡cc
"n^rá
I.o§ I^ENGUAIES
r,/ r'
,"
I.o§ SIGNO§
»
EL SIGNIFTCfi)O
EL PROCESO SEMTNTICO
IJNGüISTICO
23
mente teñidos dc asociaqiones nah¡ralGs cn algrmas de
para todas las teorías y todoe loc tratadoe de semántica
sus foruas.
d) Loe sigrroe de comunicación icono-sinbóücos, en.
tre los cuales se cuentanJoe ritos, Ios cótligos sociales,
las modas, etoétera.
modernos.
En el plano ile Ic ripos eociales' corrcsponde una
primera opodci6n entrc imagÉrh y slmbolo a represerita'
ción natural y rcprcsentaci6n convcncional (una fotografía y una fórmula algsbraica); clrtrc las doc tcne'
moo imágemes convonciondizailas y.sírnholos.imagen
(un plano y una onomstopcy¡). t
H lengrraje articulado, único olicto de nueüo eüu'
dio, perteneco a la categoríi de lc ainbolos puros oon
uns parte not¡blo dc elcmcntos dc rqpresentaci{n natural.
Ha¡ atlemág otra opooici6n entre.signos tácnicoe y
sig¡,os ccüéticos. En estos rfltimos, cstá eobrcpasada la
fu¡ción prinaria de reprcsortaci6n; d aipo csti dotado ile ca¡actcrfuticas ser¡ndarias quo le permiten rcpresentar de tma cietta mancra. Dc este forma, la fotografía dc identidail se opone a la artística, do igual manera qüc lo haae d a¡tc dcl pintor a la simple técnica
de reproducción aÍtesana, el disco a la interpretación,
eto6tera; la literaturq y especialmentb la pocsía, son
artes dd lengrraje. Sin embargo; el estr¡ilio de cstas
últimas es objeto de la cstilística y noe intenem aguí.
únicamente de manera accesoria.
3. Er. srcn¡r¡crDo Lilciifsrrco: sEI.{flDo Y
coNcEPTo
Ferilinanil de Sar¡ss¡ré tlejó eu su Curw ile üngüístba
generah¡n esquema de la comunicación lingüística gue'
adaptado o corregido en algunos puntos, sirve do base
La comunicación supone un locutor (o sujao
ha-
blante), un oyentg una oosa que el locutor quiere e
municar al qyente, y sipos lingüísticm mediantc los
cu¿les Ia comunica.
La vista o el recuerdo de un ínso¿ evoca €Ír la mente del intedocutor la imagen visual o concqlto (obot
I,l, esto concepto evocs ¡x)r asociación la imagen acúr
tica de la palabra (,árbol); los sa¡¡idos ("árbol") tras.
portados por el airg en foma de ondas sonoras inciden
en el oído del oyente, y proyocan en óu m€nte la imagen acústica (,órbol), la cual evoca pór asociaci6n la
imagen eonceptual (a¡bor 2).
Existe por Io t¿nto, una owircün ptíqlica bípoIcr que comprende dos tárminos: Ia forma significante
y el contenido significado; y dos fases: la wocación
del nombre por la co6a'y la de la cosa lxlr d nomb¡e.
Ea un proceso recíprooo.
La comrirnicacidn será eficaz en Ia medida €o que
las imágenes sbo 7 y obor 2 coincidsn.
Este esqueus ge basa en un sistema de rdaciones
muy complejas:
l,l
Relaciones entre ol concepto y la cosa. ¿Cómo
en la mente la imagen co,lrcepnral? ¿Cuálee
son $ra nexos cdn la oosa? Problemaa quo coacie,nreo
a la psicologíq la ciencia (o conodmiento do la cosa)
y Ia epistemología (oftica de este conocimieoto).
2/ Relacioaes e¡rtre el aoncepto y la imagen acú*
tica ilel signo. F,s el problema do la sigrrificación, qr¡e
concierne abvez a la peioología,la lógica y la lingüís
üca (s€mántica).
3,1 Relaciones entre Ia inagen ¡cí¡stica del sipo y
so
foma
24
EL SIGNIFICADO
EL PROCESO SEMÁNTICO
su forms, sonore actualizada. Problema de la fouación,
gue interesa a la fisiología y a la fonétic¿.
4,) Trasmisión y reepci6n del signo, que interesa
y la fisiología
la audición.
5), 6), 7) Fotmaeaón de la imagem acústica y del
ooncepto en la uente del oyentg y rolación del co¡r.
oepto recibido con el objeto.
Lo qo" en lenguaje couún llama¡nos "lmlabra" es
una forma fónice (o gráfica) que €x¡oca ura cosa en
virtuil do una convensión. La palabra comprende, do
a la acúsücq la teoría de la inform¡ción
de
hecho, cuatre-elementos disüntos:
ARBOL
la cosa
-
orbo¡
I
=
imagenl ¡
árbol
imagcn
dehl - ldehforma
I I fóoio
"oo
L
r
"á¡bol"
LINGÜISTICO
:15
Semejante esttrdio es a Ib vez psicológico, lógico y
lingüístico e¡r eentido estricto: peicológico, por ser e[
rignificante y el sigrrificado dos imágenes mentales aso.
ciadas; lógico, po.rque el sigaificante tiene por función
itlentificar el concepto, evocaflo y trasmitirlo sin dc
formarlo ni confundirlo: lingiüsticor por{ue loe signos
constituyen un sistema de símbolos do naturaleza es.
pecial, llamqdo lengua.
Estg esguema no ha sido aceptado siempre €n €sta
forma; muchos le reprochan excluir la oosa significada.
Uno de los sustitutos más interesantes es el trián.
gulo do Ogden y Richaids, que ha servido de base
para muchos estudioe recienteg en particular el de
Stern.
el nombre
o forma
Referencia
fónica
o clnc€pto significado
lryjylE
lryifg:t-i
-'gl'{itd-"=- de Saussurela palabra, según
La cosa ínsoL y la forma fónica "árbol'son doo
y no pertenecen al sist€ma ile la
l*goa, flue e§ ttuna suma do improntas mentalee".
Ánsol concierne a la botinica, a la horticulturq a la
etética, etc.; "árbol" a la fisiologíq a la acústicq a
Ia fon6tica; porque "el sipo lingüístico ro une una
susta¡rcias concretas
cosa oon uu nombrg sino un concepto con una imagen
acústicat'.
Según Saussure, Ios problemas de
ción ü
(3, 4 y
la
conceptualiza-
y 7) y los de la fonacién y de la audición
5/ son extralingüísticc. AI lingüista interesa
únicamente el estudio de las ¡elaciones entre el
ficanto
bM y el signiñcailo sbor.
sipi.
Símbolo,
a la vez forma significantc
y su imagcn acústica
Referente
o cosa nombrada
EI triángulo, oomo se lq induyo d referente o oosa
nonbrada; pcro se notará al mismo ti.*po- (obsérvese
al pie Ia línea punteail¿) S"u no hay rel.wión ilirecta
entre el referente y el
"ímholo; de hecho, so welve a
l¿ relación bipolar y de naturaleaa pdqri"" propu€sta
por Saussure.
EL PROCESO SEI\IÁNTICO
SENIIDO Y NETJ\CIÓN
No existe contradicción alguna entre los dos esquo
Das' perc el primero quiere subrayar eI carácter psíqui'
co de todo fenómeno lingüístico, y el segundo la auto'
nmía de la palüra y de la coes: la palabra no es Ia
cosa. Son puntos de vista de psicólogoe y de lógicos'
frente a Ios cuales Saugsu¡e sostiene la autonomía de la
nificar, dentro de la perspectiva de una psicología
actualmente superada y que üstingue sensación, percepción, memorización, etcótera. Aquí r"-hién, el lingiiista es t¡ibuta¡io do la fisiopsicología, aungue, dado
el estado actr¡al de esta cienciq continúa sieudo nás
o menos prisionero de Ia terminología tradicional.
lingtií*ica.
El tri,ángulo de Ogdcn ücure el mérito de reintro'
ducir la aoss nombrada que, extralingüística o tro, el
s€Eánüco no puedo igaorar.
Por otra pi.t", *iri*" *id*
Saussure ciertamente pootula
la
tl
Curso' de
eemántica, pero sin
q-ou
jouás Ilegar a formularlq en-ouIo caso. hubiera segu'
ir-uot" ánpliado las bas€s de sr¡ andi§is, Ilevándolo
a la consideración de problemas prácticos'
La ilefinición gue ila Saussure-del §p9 t", sin em'
bargo, puest& en duda por la psicología moderna y, snte
todol, ii" nociones de toc.p-to, de imagen mental, de
huelL mnemónica, que soir actualmente rechazadas
por la modicina y la fisiología' sin gue üghry ciencias
Lyan llegaito a úna descriiA6l o a u¡a definición de
te.O1*os que
sean ütisfactorias y comprobadas
de nuestra experiencia' Por lo
"tt*
por loe datos inmádiatos
tanto, auoque invitan aI lingüista a leoeJ mucha pry'
dcncia en la utilización de dichos términos, negaudo
a éstos a la vu todo valor epistemológico, Pa¡eoe que
ro les puede colurrvar en la práctica y-qué -puede se-
guirse-hablando de oonce,pto, a3nque eabiendo que no
la naturaleza exacta de esta no'
ci6n, o hablar de imagen mertal aunflue sabemos dee
de luego que no tenemos un rinúscr¡Io cine en el cere'
bro. Otra-crític¿ del esquema de Saussure se rdiere
a Ios diferentes niveles del progfeso en el acto de sigconooemos muy bien
4. Snnroo
Y RELACIóN
Al
mis¡no ti.mpo que la psicología pone cn iluila la
definición de un contenido mental del sigrro, la lingiüstica moderna, de i¡¡spiración estructr¡ralista, rechaza
la noción misma de scnüdo, eoncebiilo oomo una im¿gen agregada al sipificante, de la cual éste sería por'
tador.
Las palabras no tienen sentiilos, únicamente tienen
ompleos. Traté esto problema en varias ocasioneq especialmente en mi Gronátim (capítulo 3) y en mi S;r¡r¿ric (capítulo l). H scntido, tal como nos es comunicado
en el discurso, depende de las relaciones de la palabra
con las otras palabras del contexto y estas relaciones son
deterninadas por la csEuctura del sistema lingüístico.
EI sentido, o mejor, los seutidos de cada palabrq son
ddinidos por el conjunto de estas relacione y no por
una imagen de la cual aguélla sería portadora. La Palabra ttsentidot' vrrelve a encontra¡ así su etimologia ya
gue inüca "dirección", es decir, orientación hacia otros
signos.
Esta idea deriva de la noción que tiene Saussu¡e de
sea de Ia relación del sigrro con las otras
formas del lenguaie (véase mi Cranaútiat capítulo.3).
"üolo/', o
Así, tomando un ejemplo simplificado, los valores y,
en consecuencia, los empleoo de Ia palabra uroio" do
28
EL
psnd€n do la existencia o no existencia en el idioma
de palabras como na,ranjq rosa, púrptra, etoéterg y
en auseneia de éstas, la wngre, la luw y runa maqtd,a!
rilta gon igrr,almente ro7'as. Es el estado del idioma el
que determina los valores de la palabrg que no son
otros que las posibilidades de relación gue definen un
eampo de empleo en el disqurso
Prosiguiendo el análisis de Saussurg muchos lin$ii§
tas modernos e¡nsideran gue el idioma no es más quo
un sist€ma de valores y que las palabras no tienen
sentido o quq en todos los casos, ücho seritido no
podría ser ilefiniilo oomo un& ttimagentt o un "conta
ttportadgrt', como,
nido mentaltt crryo signo sería su
por cierto, lo decía el propio Saussure.
Aun con riesgo de repetir Io gue he e,rrpresadq diré
q.ue yo creo, al igual que Saussure, en la necesiilad
de las doe nociones de valor estructural y do contenido
semánüco. Lejoe do excluirse se complemeutan. En
efecto, por una parte, la palabra se enq¡eritra abierta
hacia posibüdades de relaci6n gue van de ao¡erdo con
la estructura d¿I sistema lingüístico; pero, por otra
paúe, a mediila que üchas relaciones, virtr¡ales hasta
ántonceg son efectivamente ¡ealizadas en el üscurso
y reconocidas por los hablanteq el efecto de sentido gue
resulta de ello se fija en la memoria y se adhiere desde
ese momento al sigrro, confiriéndose un contenido.
5.
ARBITRARIEDAD Y
PROCESO SEMANTICO
AnsmnABrEDAD Y
uorrvrcrór¡
El sipo a wbí*wio en Ia medida en flue no existe
entre d sigaificante y el significado ninguna ¡elación
f[ue no sea una pura convención entre loe hablantes;
en Gas, contrario, el sigrro se dice nolúdo.
MOTIVACIÓN
29
Uno de loe pctulados de la lingüstica moderna es
que la lengu.a es un sistem¿ de símbolos arbitra¡ioe e
inmoüvadoo; quo no hay ningún nexo natural entre
el nombre y la cosa nombrada y que, por lo tanto, sólo
en virtr¡d de una relación netnmenüe couvencio¡ral las
palabras caballo, lwrse o Pteril desigpan tal animal.
El problema de "la arbitrarietlad del sipo üngiiístico" ha suscitads desde Saussure numerosas discusiones. Parece efectivamente que Saussure tenía en mente
sobre todo la teoríq e¡¡tones en boga, de un origen
onomatot'yico de los sonidoe, sin excluir lo nocién
moüvación en otros planoe.
de
Tenemos así tres nociones: arbitrariedad, moth¡oeütq
conoención. A¡bi¿mria se opone a rwtiaado y tiene
como corolario onaerqíotul, dado gue en auseucia de
toda motivación únicameute la convensión fundamen-
ta Ia
sigrrificación. Perc au¡etwional no ercluye a
motü¡afu. Por otra psrt€, la esencia del sigro lingüístico es la convencionalidad y no lo arbitrariq oonvencionalidad que tiende a la demotivación del sigrro y por
Io Tismo a la arbitrariedad, pero que no excluye la
motivación; simplementg €n este caso, la motivación
constituye u¡a característica seeundarig no necesa¡ia
inmediatamente y flue por lo mis¡no tiende a alterarse,
B. oscur€cerse y a menudo a borrarse. La observación
de Ios fenómenos lingüísticos permite añrm¡r $oo he-
chm inüscutibles. Primero, una vasta gama de las
palabras que empleamoo efectivamente es motivada y
dicha uotivaciórL uás o rnonoa consciente, según los
casog determina el mpleo de esas palabras y su qvoIución. Segundo, toda nueva creación verbal es necesari&mente motivada; toda palabra es siempre motivada en su origeo y ooru¡erva esta moüvación por más
30
ARBTTMRIEDN) Y
EL PROCESO SEM¡NTICO
¡nenos tiempo, según loe casosr h¡sta el momento
en qúe, acaba por'caer en Ia arbitre¡iedad, datlo Ero
o
la motivación ha cesado de ser percibida.
He ahí Ia gran difertocia entre log cóiligos y loo
lengrrajes. En u¡ código, todo nuevo Érmino es dado
oo¡L sr¡ ddinición (los lenguajes cientÍficos como eI ál'
gebra o ta física son cóügoo o¡¡ cierta uodida). En'el
lenguaje de comunic¡ción, por d contrario, l¿ convención no es nunca expücit¿; el eontiilo del nuovo tér'
mino se enct¡entra implicado cn la eitu&ción gue per-
mite al interlocutor reconocrlo e interpretarlo; y eu
la medida en que ۤta nueva palabra es reconocidq
aoeptada y repetida se instituye r¡na convención; oouvención tácita ¿ partir de la cr¡al la motiv¿ción inicial perilie su función etimológica y tiende a osuie
oerlle.
Pero, al priacrpro toilas las palabras son motivadas
y muchas continúan eiéndolo duranto algun tiempo. La
moüvación constitu¡'g pueq, una de las ceracterísticas
fundamentales del eigno lingüístico. Puede tomar dieha
moiivación cuatro formag: fouética, metasémicg morfológica ] paronímigq sicnilo ef,ttraas las dos primeras
e internas las última¡.
f) h !fiorrvaclóN Bs uocr.órrcr cuando se bass
en una relación eutre la cma sipificada y la forma
sigrificante, fuera del sisem¿ üngüístico.
o) Hay nothsuün ionátie, ilirectay nd.uolren'las
onomatopsyas que se basan en rma analogía entre la
forma fónica y la coea desipada. La onomaropeya es
acústica cuando reproduce un n¡ido (ru*rín, dus'
qwn). Es fonochética, cuando loo órganoe qu9
(dcsla palabra reproiluócn el movimiemto desigaailo"mip"
lh, pimr, tory¿); es también fonometafórica qrando
MOTIVACION
3I
compara r¡n ruido. o movieiento a formaq coloreq seu.
timi6¡¡1q§! ctc. . .
E[ sipo onomatopéyico tiene sieupre oomo base una
convencióu y tiende a desmotiva¡se, almquc no deia de
eer cierto que tdas las lenguas orplotan la motivación
fouética, que, bajo formas üvemas, desempeña r¡n pa.
pel muy importante. Esto es partiarlarmento widarte
en el leorguaje poético; ya mostré en otra psrter! ia existencia y la importaacia de los canpos onomatopéyicoo
que se forman en
el interior del sistepa lingiiístico.
nintesémiq en el caso de loe
b) Hay nwtütrcün
cambios de sentido. La aignificaci6n os entonoes r€la
vaila. Así e¡r la metáfora que ilesigaa a un psu son
el noub¡e dg loup (bbo) tenemos un sigrificante
acústico primario (la forma fónica laup) gue designa norual-ente cierto ma-ífero, y €rlte primer eig-
nificado constituye un significante secundario que
lleva a un segundo sipificado, el pez. Hay un doble
sistema d,
el sigaificado primariq que sons"igoc secundario, y entre sigaificailo
tituye un sipificante
y sigtrificante sesundario se vuelve a encontrar los
misnxos problemas semánticos de la motivacióh y de su
oscl¡recimiento subsiguiente.
Este proceso es de gran'importancia en'la creación
poética, mítica y simbólica; lo describo detalladamente
en mi artíqulo sob¡e la semiología de Ia orpreeión poétiea (cl4 op. cü., t l).
2) LL uor¡vroóx Es ENlxrcTórrc¿ cr¡audo se ori.
gina en el interior del propio sistc@a gl6tico, es decir,
de la propia lengua. La relaci6n motivante ya no está
I Véase P. Guiraud, Pour une séntiolosb ilc ?erpressbn
poéti4ue, Universidad de Lieja, 1961, y mis ¡rtículos del
letin ile
b
Socüté ¡le Lí¡'sufu¡tiquz de Paris.
kil
32
trL
PROCESO SEIT,ÍANTICO
aquí entre la Cooa significada y la forma significante,
sino entre la palabra y otras palabras flue ya existen
en ۤa lengua.
a) La motfurción nwrlolrígíca o uorfemática es el
üpo más general y más fecundo. Se basa en la compo.sición, por ejemplo fornando floww a partir d, &
tanw, sigaiendo el antecedente de manglar, pinar, etc.
b) La motbrcün pronímia,, meno's regular y má§
accidental, se basa en la comparación o la confusión
de dos formas idénticas (homónimas) o vecinas (parénimas); véase al respecto lo escrito en el cap. IV). En
muchos casos, la motivación endoglótica se combina
con la e,ombinasión eroglótica, por lo que ciertas ononatopeyas puedeu ser precipitadas y actualizadas debido a est¡:¡¡cturas existentes err el léxico. Ocurre lo
mismo con las metáforas o cm algunos préstamos. Re+
pecto de estos problemas consúltese el capítulo V y mi
li}r.o Étynwlogía.
3) MorrvecróN y DEMorrvacIóN. fodas l* Wb
bros wt ainwl,ógienaú¿ mothdas, ya s€a f[ue se
trate de préstemos (cuya moüvación se e¡cuentra en Ia
lengua original), de onomatopeyas, de derivados o compuesto§, o de cambioe de senüdo. Aungue en teoría nada
se opone a la creación de palabras de manera completa.
mente arbitraria. ile hedw tales creacio'r¡es no existen.'
Todas las palabras son, cn consecue.ncia, etimológicamente motivadas, perq y he aguí lo importantg esfc
motiouión tw es ni ilq¿rminofu ni ileurmitw¡*.
No es enteramente determinadq porque la reacsión
. El mlo ejemplo, siempre citado, es la palabra "gas", pem
ya ha sido aclarado que se formó a partir del vocablo "c8os".
De otro tipo son las formaciones publicitarias, como lodalg
ibp,
ozo.
ARBITRARIEDAD Y
MOTIVACIÓN
33
continúa siendo siempre libre dentro de ciertos límites.
lls contingenüe: cualquier modo de motivación es siempre posible; se designa al t'cuco" por onomatopeya, al
"carpintero" por metáfora, al "petirrojo" por sinécdoque; en idioma francés se considera que las especies
son vendidas por el especiero, pero que el tabaco lo es
por el "comerciante de tabaco" a la vez que los reme.
tlios son venüdos por el t'boticario".
Por otra parte, Ia motivación no es determinante,
pues no es necesaria para el sentido, que se acfualiza
por una asociación convencional. De ello resulta que termine por ser olvidada. De esta suerte, ya no se ve la
¿rsociación etirnológica entre un "Banco" (comercial,
hipotecario) y un "banco" de sentarse. ¿Y r¡rién asocia
un "sánclwich" con Lord Sandwich o los "espejuelos"
con un espejo?
Este oscurecimiento de la motivación no es tan sólo
r¡n fenórnencr general, sino a menudo imprescindible
para evitar una restricción del sentido. Por ejemplo,
un ttcuco" es ciertamente una ave cuyo canto es sugerido por su nom]:re onomatopéyico, pero este rasgo ro
La palabra en uso, no debe
rlvocar un rasgo único, sino el cnnjunto de la cosa que
dc-signa. EI rasgo motivante no es siempre lo realmente
esencial; tal es el caso de "tortuga", cuyo étirno no
rrlude a su caparazón sino a sus patas torcidas.
f)e lo anterior se concluye que en el uso cotidiano
It motivación debe borrarse en provecho del sentido
rrl que, en caso contrario, amenazaría con restringir, y
aún con alterarEn consecuencia, lo arbitrario del signo es una conrlición de su buen funcionamiento. Son sólo los lenguaies 'opuros", cnmo el álgebra, aquellos que forjan sis"
es sa única característica.
34
CONCLUSIÓN
BL PROCESO SEMANTICO
temas de símbolos carentes de toda asociación extracon-
lcr
vencional.
Pero la motivación es una fuerza creadora inherente
aI lenguaje social, que es un organismo vivo de origen
empírico. Sólo después de creada y motivada (natural
o éndoglóticamente) la palabra, las exigencias de la
*'ntántíco (cambio de sentido).
función semántica traen consigo un oscurecimiento
de la motivación etimológica que, aI borrarse, puede
causar una alteración del sentido.
El estudio de este doble proceso, que se encontrará
continuamente a lo largo de la presente obra, constituye
uno de los problemas esenciales de la semántica'
6. Coxcr,usróx
La lengua es un sistema de signos que nos sirve para
comunicar nuestras ideas, evocando en la mente de
otro las imágenes conceptuales de las cosas que se for'
man en nuestra propia mente. La palabra no trasmite
la cosa, sino la imagen de la cosa.
El signo lingüístico es una asocíación de ilos imá'
genes mentales, una larmn acústica signilícanle o nom'
bre, y un concepto sígnifícd'o o sentido.
Esla asociación es un proceso psíquico, bipola.r y
recíproco, ya que el nombre evoca el sentido y el sen'
tido evoca el nombre.
La asociación significante es conaencbnal, resulta
de un acuerdo entre los que emplean la lengua.
Sin embargo la palabra siempre está originalmente
motivada, sea que haya una relmí,ón na'turd' entre la
forma acústica y la cosa significada (onomatopeya, ex.
clamaciones), o una relación endoglótica entre las pa'
labras en el interior de la lengua, relación que pueile
35
de orden morfo;l,ógíco (derivación, composición) o
[)ero esta m,otiaacün etimológíca, que es una de las
fr¡r:rzas creadoras del lenguaje, continúa siendo contiru
¡iente: el creador de una palabra queda siempre en
lil¡crtad de eligir entre los diferentes modos de motiv¡rción creadora. Por otra parte tampoco w esencial,
¡i scmtínÍ.icamcüe deÍerminante y tiende a oscurecerse
y a borrarse en provecho de la asociación convencio.
rrrrl, que es
la única que acredita el
sentido.
SENTIDOS Y EFECTOS DEL
II.
LA SIGNIFICACIÓN: LA FUNCIÓN
Ll
coltuurc¿.cIóx postula teóricamente un solo nombre
para cada sentido y un solo sentido para cada nombre. Pero, de hecho, se habla indiferentemente de una
operación (militar) y una operación (quirúrgica), de
un cuerno (de caza) y un cuerno (de res). Para ciertas palabras, como tthacert', tthombre", ttser", los diccionarios dan hasta cincuenta o sesenta sentidos distintos.
Esta polisemi,,a
existencia de muchos sentidos
-o
para una misma palabraestá agravada además por
la hom.onimb, o sea la existencia de palabras, diferentes en su origen, que terminaron por confundirse a
consecuencia de su evolución fonética, por ejemplo
oert, ucrs, t)er, nerre, en francés, sin hablar de los sinónímo's, que son conceptos que tienen varios nombres.
¿Cómo es posible esta situación? ¿Cuál es su origen
y su frecuencia sobre el funcionamiento de la comunicación ?
l.
Sentid,o d,e base
y
Si un
nom-
bre puede tener varios sentidos, éstos son sentidos potenciales o virtuales; nunca se actualiza más de uno de
ellos en un contexto dado.
Cada palabra tiene un sentido de base y un sentido
contextual;1 es el contexto el que precisa el sentido en
y
1 La terminología varía; algunos autores hablan de sen¿ido
electos d,e sentído; otros, de sentido y sigpíficacíín,
36
"lloldán tocó el qteÍno" o "las operae¿ones continúan
el delta". En cada uno de estos casos el nombre
r:rr
No habrá ambigüedades, salvo en los juegos de palahras o en los retruécanos. Regirá siempre la regla de
rlue para cada sentido hay un nombre, y la lengua
rilimina las posibilidades de confusión que podrían pro.
rlucirse durante su desarrollo; es inclusivé una de las
(:irusas de los cambios de sentido (p. ?0).
Toda palabra está ligada a su contexto, del que exlrae su sentido. Este sentido contextual puede confunrlirse con el sentido de base en palabras técnicas como
"sulfato de sodio" o t'encefalitis", cuya área contextual
cstá estrechamente delimitada, pero por lo general las
rliferencias de sentido se desprenden del contexto: .,pi-
r:ür carne" (para hacer albóndigas) no es la misma
rrcción que "picar al toro" (el picador) o,.picar el an.
zuclo" (un pez). Los matices se precisan y la palabra
st: realiza en asociaciones conceptuales distintas, como
r,n "operaciones" militares, aritméticas, quirúrgicas, firurncieras, etc.
[inalmente, las divergencias contextuales pueden
.onducir a una escisión de los sentidos de basei o.pico
rle pájaro" y topico de Ia montaña, se aprecian como
rl,,s pulu¡ru. diferentes y sin contacto.
DEL sENTrDo
sentído contexüua,l.
37
(rvoca un coneepto preciso.
SEMANTICA
1. SrN:rr¡os Y EFECTos
SENTIDO
2. Selttido y odnr estilíst:ico.z El sentido de base y el
sr:ntido contextual no se superponen; hay siempre un
-es
solo sentido en una situación áada, que
el sentido
2 La palabra "valor" se toma aquí con un sentido
distinto
nl que le da Saussure, para guien es el ¡uatiz de sentido que la
¡rulnhra deriva de sus relaciones con las demás palabras del
r,i\t(rma glótico (p. 83),
38
LA FUNCIÓN SEMANTICA
SENTIDOS Y EFECTOS DEL
contextual. A Ia palabra en un sontexto corresponde
una sola imagen conceptual.
Pero al mismo tiempo se forman asocíaciones exüratwcíonalesl que, sin alterar el concepto, lo, coloran. En
"le dieron un golpe en el coco", el sentido (contextual)
de ttcoco" es "cúeza", pero la palabra evoca al mismo
tiempo, por asociaciones bastante laxas, ideas de comicidad, intención burlesca, gente vulgar, etc.; las denominamos ualores, en oposición al sentido. Los valores
son asociaciones extrasemánticas. Como son distintas
del sentido, son objeto de un estudio especial, que es
la estilístíca;a al mismo tiempo, quedan estreehamente
Iigadas al proceso semánticq del que constituyen uno
de los factores esenciales,,
Estos ualores esti,lísticos son de dos tipos. Por una
parte hay palabra y giros que expresan las emociones,
los deseos, las intenciones, los juicios del que está hablando; de esta manera hemos apreciado una intención
burlesca en "coco". Por otra parte, esta palabra evoca
cierto mediq pues no todo el mundo, la emplearía;
algunos la usarían únicamente en una situación determinada. Así, la palabra está asociada al grupo y al
contexto social a los que de ordinario pertenece. Hay,
pues, valores expresivos y valores sociales o sociocontextuales.
3 Algunos autores distinguet las connotaciozes (que corres
ponden a nuestras asociaciones extranocionales) por
al sentido d,enotado".
oposición
a Véase P. Guiraud, La stylistique, colección Que sais-ie?,
París, 1954 [hay trad. esp.l; en el capítulo III, "Estilística de
la expresión", se discute con mayor detalle lo aquí esbozado.
Distinguimos ahí valores impresiuos de valores expresiuos;
en la presente obra los consideramos bajo Ia expresión única
"vaiores expresivos".
u) Los
ualDres expresínos
SENTIDO
y ln iloble funcün.
39
ileil' len'
Hemos visto que el lenguaje tiene una funeión
kigica o cognitiva; sirve para comunicar concePto§ evor:rndo en la mente del interlocutor las imágenes que
nr: forma¡ en la nuestra propia. Pero esta comunica'
«:ión nocional, que es Ia meta de la ciencia o del cono'
¡:,tru.je.
r;irniento lógico, no es sino indirectamente la de la
r:omunicación social, fundamentalmente volitiva: co'
r¡runicamos nuestros pensamientos para obtener ciertas
ttte amo"
rospuestas, ciertas reacciones. No basta decir
o';ataquen al reducto", es preciso comunicar el fervor
rlc esta pasión o la importancia del ataque urgente. Y
t'es sumamente
otte
amo con pasión" o
cuando se diga
irnportante que ataquemos", seguimos en presencia de
simples conceptos, imágenes esquemáticas y a-bstractas
palabra no
de óosas, que habremos comunicade
-61¿
es la cosa", y no la evoca sino indirectamente y com@
t través de un velo, mientras que la co§a misma es la
írnica que nos puede emocionar.
Por eso la comunicación conceptual se acompaña
rlc gestos, de mímica, de inflexiones de voz, que la refuerzan al, expresar ndtura:l,m,ente nuestras emociones'
nuestros deseos, nuestras intenciones, etcétera.
Algunos de estos signos natwrale§ existen en estado
latente en la lengua misma"
En "estoy muy so{prendido de ver a usted" hay dos
nociones bajo la forma de dos imágenes conceptuales:
la presencia de usted * mi gran sorpresa'
"¡Usted aquí!" signit'íca también dicha presencia,
pero expresa' espontá,neam.enfe la sorpresa por un giro
que reproduce naturalmente el movimiento interior de
la emoción que esta presencia provoca Y {ue, hacién'
«lola concreta y visible, la identifica y le con{iere fuerza
n
40
LA FUNCIÓN SEMANTICA
expresiva. Es una reacción natural, espontánea, inconsciente, no intencional, y que no pertenece, por Io tanto, aI sistema de la lengua. Pero desde el momento
en que los poderes evocadores de la exclamación y la
elipsis han sido reconocidos, pueden ser utilizados como
signos nocionales. Entonces se conaiene en que tt¡usted aquí" 3 666sto| sorprendido de verlo aquí,-verdáderamente sorprendidq auténticamente sorprendido, trastornado de sorpresa.. . ."
Aunque se vuelva convencionalmente asociada al
concepto de la sorpresa, la expresión guarda el re{lejo
de su origen natural en sus asociaciones subsidiarias:
sorpresa * aliento entrecortado, sobresalto físico, etc.,
asociaciones que evidentemente se debilitan al entrar
en el área del acuerdo lingüístico, adquiriendo un sentido convencional, es decir semantizándose.
El proceso es el mismo en los cambios de sentido
expresivo; una metá{ora del tipo "coco" tiene siempre
origen natural y espontáneo; luego, se termina por reconocerle un sentido convencional, pero el cual consena
el reflejo de la intención burlesca que tuvo originalmente.
Los valores expresivos son, pues, imágenes subsidiase superponen al sentido: son asoci¡¿ciones ex-
rias que
trasem,á.nticas d,e or,igen natural.
b) Los ualores socioconteritual¿s. Por otra parte, las
palabras evocan la imagen de aquellas person¿rs qrie
comúnmente Ias emplean, y de las situaciones a ]as
cuales son aplieadas.
Hay valores sociales que derivan del grupo econó-
mico, profesional, regional, etcétera; otros participan
de la naturaleza de Ia comuriicación, de las intencio-
SENTIDOS
Y
EFECTOS DEL
SENTIDO
4I
nes y de la situación de los sujetos hablantes, del tono,
clel estilo.
A cada una de estas categorías corresponden palabras que les son propias y gue, por estar asociadas a
ella-*, l¿s evocan en nuestra mente.
Estas asociaciones son naturales y espontáneas. In.
voluntariamente al hablar damos a conocer nuestro
origen social, provincia nativa, profesión, nuestras intenciones y actitud respecto al interlocutor? etc., por asor:iaciones que realizan las palabras y que se agrega¡l
siernpre al sentido de ellas. Pero desde el momento
nn que su poder evocador es ¡econocido, pueden convertirse en procedimientos de estilo, medios de expre:iar un aspecto partieular del sentido. Se vuelve a en.
oontrar una vez más el proceso asociativo analizado
;rrrib (pp. 35 s.).
Al igual que los valores
expresivos, Ios valores sociocr¡ntextuales (que constituyen valores expresivos en po-
tencia) son a:sociaciones extrosenwínlicas de origen
n
atural.
Iin las primeras tenemos asocíación por símilitud:
sirnilitud del nombre y de un movimiento natural del
,rlma (elipsis, exclamación), similitud de Ia cosa con
llguna otra cosa, a la que se asocia (metáfora).
tin el caso de los valores sociocontextuales hay una
u.sociacíón por contigüíd,ad, pues es en contacto con uñ
lier-to medio, o una cleterminada situación, cómo la palrrlrra ha tomado su color.
Pero en ambos casos hay una asocionión, secu,nilaría
tnoti'»atha que se agrega a la asocíací,ón, primatia con,'t:ncíonal, que acredita el sentido.
!-iegún esto, en cada palabra e!rcontramos cu¿ltro
ti¡ir-is de asociaciones: el sentido de base, el sentido con-
LA FUNCIÓN SEMANTICA
LA CREACIÓN SEMANTICA
te:rtual, el valor expresivo, el valor sociocontextual. Esto
lo ilustramos con el siguiente cuadro:
Según los individuos y las circunstancias, se produocn en el interior de Ia palabra intercambios constanIcs s¡¡r. las diversas asociaciones. La función de las
tres asociaciones subsidiarias es Ia de precisar y de mat.izar el sentido de base, pero pueden, al desarrollarse,
r lelormarlo, ahogarlo y hasta sustituirlo completamente.
llste es el problema de los desplazamientos de sentido
42
setuíntice
utilístíca
sentido
valor
de base
expresivo
43
\p. aa).
2. La cnr¡,cróN spuÁNrrc¡.
¿;De dónde vienen las palabras? ¿Cómo se establece
r:l pacto semánticq el acuerdo colectivo que asocia un
rrombre con un sentido y con valores subsidiarios que
sentido
contextual
El
cuadro representa una palabra,
y
cada uno
de
sus cuadrantes una asociación particular. En "la operación bistec está en marcha", la palabra "operación"
evoca:
t) Un sentido de base: una secuencia de actos coordinados con una finalidad determinada.
2) Un sentido contextual: una operación adminis.
trativa contra un grupo económico determinado.
3) Un valor sociocontextual: Ia fórmula sugiere Ia
operación y el comunicado militares.
4) De ello resulta un valor expresivo, la idea de una
operación firmemente estructurada, enérgica, decidida
a llegar hasta el fin; y un efecto cómico y burlesco que
tiene su origen en lo inadecuado del sentido a la realidad, y en el valor hiperbólico de una operación en la
cual no creemos.
lo matizan?
Las palabras son creaciones humanas y, al mis¡no
ticmpo, co no la mayoría de las creaciones del hombre,
tienen vida propia. Nosotros las creamos y ellas se
crean.
Al igual que en un'iardín, se escogen las especies,
sc seleccionan las semillas, se plantan, se injertan, sc
oruzan, etc6tera, y las plantas viven, prosperan unas y
sc marchitan otras, otras más son ahogadas por ver:inos demasiado exuberantes, se realizan hibridaciones
rraturales.
De la misma manera hay una creación consciente y
una evolución espontánea de Ia lengua.
Creamos las palabras para dar nombres a las cosas,
sca porque aún carezcan de ellos, sea porque el que
licnen no cumpla ya eficazmente su función, [sta fun<:ión es, según hemos visto, cloble: cognitiva o semántica, expresiva o estilística.
De ahí la doble función de Ia nominación: Ia pala-
LA FUNCIÓN SEMANTICA
44
LA EVOLUCIÓN SEMANTiCA
bra puede designar objetivamente un con_cepto: sacaclavds, televisión, psicoanálisis, etc., o puede matizar ei
concepto con asociáciones expresivas:
azul
y puro;
una cabrilla
:
el azur :
el cielo
una cabra pequeña y
grácil.
casos la Iengua dispone de varios medios:
onomatopeyas, en las cuales la forma fónica
reproduce el ruido designailo: un tintin-eo, un chapa'
treo, un gorgoteo, etc.; o designa, asociándolo por conti'
güiaud,1t animal o la cosa que produce el ruido: el
cucú.
El rendimiento de la onomatopeya, necesariamente
limitado al terreno de los sonidos, es débil erl la nomi'
nación nocional, y por otra parte ha sido explotado des'
de hace mucho tiempo.
For el contrario, el papel de los ual. res onomatopé'
yicos es muy grande en el plano del estilo, del poético
án particular, que intenta valorar todas las asociaciones
subsidiarias latentes entre la forma fónica y el sentido,
no solamente asociaciones entre dos sonidos, sino las
más sutiles, entre sonidos, colores, sentirnientos.
b) Los préstamos soir palabras venidas del extran'
En los dos
a) Las
jero, geneialmente con las cosas que
cl-esignan: son
iuente-de valores estilísticos cuando quedan asociadas
a su país o medio de origen, que continúan evocandoc/ La derivación y la composición nos permiten Ia'
bricar palabras a partir de formas existentes: atómico,
electricista, psicometría.
Es el procedimiento por excelencia de la nominación
nocional pura. Puede haber ahí, sin embargo, creación
o ernpleo estilístico; tal es el caso de loe diminutivos
y aumentativos de afecto o de desprecio, etcétera.
d) En fin, el último procedimiento, la migración
c trans-ferencia del sentido, que cousiste en designar un
concepto por un nombre que ya pertenece a otro' Para
lo cual mueve la similitud de fonna, de color, o de
función existente entre ambos objelos: cierto martillo
es llamado o'pata cle cabra", un pedazo de papel una
"hoja". Se asocia pr:r contigüidad, cuando se toma el
todo por la parte, o el productol por el producto:
el "burdeos" por el vino de Burdeos. etcétera.
Estos cambios de sentido tienen un papel particu'
larmente irnportante en la nominación estilística, y son
entonces el punto de partida para un desplazamiento
ulterior del senticlo de base (p. a0).
Onomatopeyas, pr6stamos, {ormaciones morfológicas
cambios de sentido eonstituyen los medios de que la
Iengua dispone para crear palabras.
Totla creación aerbal, es, por lo tanto, motiaad,a siem'
pre, descansa sobre asociaciones extraconvencionales,
asociación natural entre el significante y el significado
(onomatopeyas, tropos), asociaciones internas (endo1,
glóticas: morfológicas o paronímicas).
Pero --y esto es lo importante- esta motivación
etimológica no es necesaria para la trasmisión detr sentido de base que descansa en una asociación convencional y es -oiernpre susceptible de pelderse (p. 30).
Nos salimos aquí del marco de la ereación consciente, porque este oscurecimiento dc' la motit'ación resulta de una evolución y un desplazamiento espontáneos del sentido.
3. L.q. nvor-uctóN suuÁsuc,r
La norninación semántica o estilística es un acto crea'
dor y consciente. Una vez creada la palabra" sea por
46
LA EVOLUCIÓN
LA FUNCIÓN SEMANTICA
transferencia de sentido o de o'tra manera, su sentido
puede evolucionar espontáneamente. De hecho, evoluciona en la casi totalidad de los casos.
Hemos visto que toda palabra es un complejo de
asociaciones (pp. 38 s.). Basta que una de ellas evolucione para que acometa al sentido y termine por alterarlo, por ahogarlo y finalmente hasta por remplazarlo.
Téte es originalmente en francés una metáfora estilística que asocia la cabeza (antiguamente chef) con un
recipiente de barro, un tiesto (lat. téskt). Es una metáfora vulgar de intención cómica y burlesca de un tipo
que se encuentra en todas las lenguas. En la actualidad
existen, para "cabeza" i "mel6n", oocalabaza" ; y en francés: aal.etiére) Wtate, y otros.
Hay enseguida un desplazamiento de la relación asociativa, como queda ilustrado en el esquema siguiente:
"chef"
Comparación:
Metáfora:
Valor estilistico:
Semantización:
"téte"
@-&
@
@
@
@
@
o
o
o
!
o
o
6
N
a
'C,
Primero hay comparación, es decir una asociación
de dos imágenes autónomas, la cabeza a un lado del
tiesto, un chet' que parece un tiesto (téte).
SEMANTICA
47
Luego hay metáfora o superposición de dos imáge-
la cabeza en el tiesto y resulta ut chel
que es un tiesto,
Después hay valor estilístico; la imagen del tiesto
se borra y no queda más que una asociación vaga con
nes, se inscribe
alguna cosa cómica
y
y
burda, una caleza redonda
tosca,
Finalmente la palabra se semantiza; el reflejo expresivo se oscurece; la palabra láre designa ahora un concepto puro y remplaza a chef.
Esta última palabra sobrevive, sin embargo, con un
valor sociocontextual; es un arcaísmo, una palabra nolie chet' viene siendo una cabeza "encanecida en el
oficio". Y a Ia siniestra de la téte (cabeza) sernantizada
surgen ya las equivalentes de "coco", "mel6rr". "calabaza", que quizás terminarán algún día por desplazar
a st vez a téte.
Se ve que hay un desplazamiento en el ámbito de las
asociaciones significantes; téte pas6 del casillero t'valor
expresivo" al casillero ttsentido de base"; "chef" pas6
de "sentido de base" a "valor socio-contextual".
Otro desplazamiento muy frecuente y muy natural
el del sentido contextual hacia el sentido de base;
en "fritas", uno de los sentidos de la palabra (papas
fritas) terminó por eliminar los otros.
De manera que el sentido de las palabras es el resultado de un doble proceso; la nominaci6n y la wolución
es
espontánea de los valores de sentido. Los dos fenóme-
nos son complementarios e interdependientes, pero es
necesario distinguirlos. La nominación es un acto creador y consciente de origen individual, y al mismo tiem.
po discontinuo; un individuo crea una palabra que asu.
me al instante su función en virtud de una convención
IJ" FUNCIÓN
4B
de
la
colectividad.
El
SEIVIANTICA
desplazamiento, en cambio,
es
y progresivo, hay ciertamente acuerdo co'
t'derecho de he'
lectivo, pero no es explícito; por un
cho" el nuevo sentido termina por iruponerse poco a
inconsciente
poco hasta el punto de ser aceptado por el diccionario.
De manera que, por una parte, hay creación indivi'
du¿I motivada, consciente, discontinua; por otra, dise'
minación eolectiva inconsciente y progresiva, de donc{e
resulta una pérdida de la motivación.
Se ve el papel que juegan lc,s "cambios de sentido"
en este doble proceso, a la vez bajo la forma de una
trans{erencia semántica o estilística en el nivel de la
creación individual, y de un desplazamierto en el de
la diseminaeión colectiva.
No es sorprendente, pues, que la ciencia del sentido
de las palabras haya podido limitarse casi exclusiva'
mente, en un principio, al estudio de los cambios de
sentido, al grado de identificarse con é1.
Los desarrollos actuales de la semántica no menguan
importancia a este aspecto, pero lo sitúan Y observan
bajo una luz completamente nueva.
III.
LOS CAMBIOS DIt SENTIDO: SIIS
FORMAS
1. L¡. nrrónrca: uN rNvtrNTARro DESCRrprrvo
Drsor Ia Antigüedad han sido definidos y descritos
los
cambios de sentido, y su estudio constituye una parte
importante de la retórica. Los cambios de sentido, o
tropos, son "figuras de palabrast' y constituyen con Ias
otras figuras
dicción, de construcción, de pensa-de
¡¡is¡¡6- procedimientos
de estilo, es decir, "modos
más pintorescos, más vívidos, más enérgicos de hablar".
Iisto corresponde bastante bien a lo que hernos llamado
hasta aquí ttvalores expresivos".
La teoría de los tropos, que data de
Aristóteles,
recibió un considerable desarrollo durante la época ale"
jandrina y latina. Los gramáticos latinos enumeran 14
especies: la metáfora, Ia sinécdoque, la metonimia, la
autonomasia, la cataeresis, Ia onomatopeya, la metalepsis, el epíteto, la alegoría, el enigma, y la ironía, subdividida en perífrasis, hipérbaton e hipérbole.
En toclo tiempo, hubo vacilaciones en Ia clefinición,
clasi{icación y terminología que, a través de la retórica
medieval y clásica, han so]¡revivido, sin embargo, hasta
nuestros días.
Los primeros semánticos, como Darmsteter y Bréal,
ven cn Ia sinéccloque, Ia metonimia y la metáfora, los
tipos básicos de Ios cambios de sentido.
La metáfora en particular ha sido objeto de innír.meros estudios.
Palabras como metáfora, irorría. hi¡Érbole, eufemi¡;rno. son nociones y ténninos corrientes.
Análisis recientes, como el de Stcrn o el de Ullmann"
49
s0
LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FOR]\{^S
FORMA SEMANTICA, CAIVIBIOS DB
cuyas definiciones y clasificaciones descansan en criterios nuevos, no dejan de conservar los principales tropos en el marco de sus esquemas.
rios de clasificación
La distinción entre
l3réal, PaulLos primeros scmánticos
--l)arnstctcr,
agrupan los tropos en un marco lógico, según haya
restricción, extensión o transferencia del sentido.
La sinécdoque y la elipsis constituyen casos de restricción o de extensión del sentido. Hay restricción
cuando se toma la parte por el todo, la especie por el
Este esquema, del cual se encuentra una descripción
más completa en La uie des mats ¡)e tr)arinstetcr, o[rece la ventaja de la sencillez y Ia coherencia, e introduce
un orden lógico en el inventario de la .rntigua retórica.
Esto fue, sin duda, Io mejor que se podía hacer en
una época en que los sustratos psicológicos y semiológicos del Ienguaje eran todavía mal reconocidos. Con
los desarrollos de la teoría de los signos y del análisis
del proceso significante, perdió todo valor heurístico,
y con ello parte de su razón de ser.
1 Únicamente Ia {alta de espacio mc lleva r no tratar por
¿hora con mayor amplitud el problema, dc lo cual no dehe desprenderse que haya perdido intcrés, sino nada más que 1o con.
sirl,.ro bien conocido.
_.ignificante
y lignificado
apa-
r'cce ya en la G/ossology de G. Grote
ifgZf ), en la
t.r¡al el autor opone el
lono, o palabra como lorma foné-
tr('a, y el noema, o palabra como pensamiento,
de Io
('lrll extrae una terminología bastante
pesada _diano_
cruatismo, perinoemltismo, sematismol
noematosemalism,9* gue no parece habcr retenido la atención <Ie
Ios lingüistas.
género, etcétera; extensión en el caso contrario.
sentido.
para
por una
¡rlrte bipolaridad del significante y rlel significudo; po.
la.otra, naturaleza psicoasociatiuu d" sl,r. relaciánes,
lr:rjo su.doble forma, similitud y contigüidad.
DE sENTIDo
La metonimia y la metáfora son transferencias de
y una nueva terminología
rlcstacar los caracteres del proceso semántico:
e invocar otras clasificaciones.l
2. L¡. ronlra r,óclcr, DE Los cAMBIos
51
ll. L,r ronr[q. sEM,{.NTrcA DD Los cAMBros DE sENTrDo
I'll análisis sc'mántico propone, en efecto, nuevos crite.
Sin embargo, los desarroll<¡s del análisis semántico
no podían sino poner en evidencia su mediocre valor
epistemológico
SENTIDO
a
principios del siglo, con W.undt,
. fo ,tu",sino
,:clrurchardt
y sobre todo Ferdinand de Saussure, cuanrLr se encontró una teoría de tu.
sentido
lrusada en criterios semiológicos
"u*¡;áu-de
Wundt pone el acento ei Ia naturaleza psicoasociativa del proceso y los dos grandes tipos de asociación
, por similitud y por contigüidad_. I_a oposición entre
Irr lorma fónica y- el sentiáo .e .lesp."nde
taml¡ién de
rr)lncra implícita de su clasificaci6n. Distingue
Ia trans_
fr'rcncia-del nombre y Ia metáfora que es'r,n,
t.nr,.["_
¡,'neia del sentido. Schuchardt npou" _"*plícil¿rmcntr' - el estudio de los nomb."., ú o,rornrsioiogía, y el
rlt: Ios sentidos, o semántica,
t
t'..-de Saussure
.incií¡n
:
no poclía menos que señalar esta rlis-
I-a alte¡ación en el tiempo tolna diversas formas,
cada
una de las cuales l¡rindaría mate¡ia part un importante
}-ORi\4A SEMANTICA, CAMBIOS DE
s2
LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FORNIAS
capítulo lingüístico. Sin entrar en detalles, he aql í lo
que es importante ol¡servar: por principio de cuentas, no
nos equivocamos respecto al sentido atribuitlo a la pala'
bra alteración, que podría h¡cer creer que se trata especialmente de'cambios fonéticos sulridos por el signifi
cante, o de cambios de sentido que alcanzan el corrcepto
significado.
lste punto de vista serí¿ insuliciente' Cualesquiera que
sean loi factores de alteración, ya actúen aisladamente
o en conjunto, concluyen siempre et tto d'esplazamiento
tle la reiación entre sígnilícante y signí'ficado' (Curso,
p.
53
rle la misma manera, el vocablo "átorno" designa un
concepto que ha cambiado completamente.
El mecanismo de las causas en juego en es,te fenórneno será analizado más adelarrte (capítulo IV). Vernos, por el momento, que no afectan, al menos aparentemente, el sistema de la lengua. Como lo veía ya muy
lrien Darmsteter, hay en este caso un "olvido". diríarncs en francés un ellacemen, o sea que la motivación
ctinrológica se borra:
lo que Ullman llamaría "con-
st'n,adurisrno lin güístico".
Los cainbios lingüísticos, al contrario, a{ectan di-
109.)
Si agregamos que un capítulo entero, del C¿rso está
dedicaáo á restuÚece" la nituraleza psicoasociativa de
esta relación, se obtiene la primera delinición semiológica completa del cambio de sentido. Volverán a
ell"a todas las teorías que merecen ser tomada§ en co¡r-
lcctamente a la lengua. Constituyen un desplazamiento
rlti nombre o del sentido en el interior del sistema.
Stcrn, en su clasificación, distingue tres tipos princi.
¡r:r
les
I
:
) El desplazamiento
scntido.
rentes.
h
1. La cb.sifícacíón de Stern. El libro Memíng and
clwnges of meaníng de G. Stern constituye el inverlta,io ,iás completo de los cambios de sentido conside'ra'
dos destle el punto de vista cansal i¡ funciorral (cf'
cap. IV), clasificados al mismo tiempo según un marco
,.*iológi"o que deriva del rriánguio de Ogclen y Ri'
charcls (p.23).
y
cam'
un
cambio
de
bios lingüísticos. Los primeros derivantlel re{eiente o ccsa námbrada, sin cambio de nombre'
Un caso de ello es el hecho rle seguir noml¡rando
"pluma" un otrjeto que ya no es urla pluma (de ave) ;
externos
de la relación verbal o del
rrornbre.
sideración.
Nos contentaremo§ con resumir) de manera breve, las
dos más recientes y, a la vez, más completa§ .v cohe'
El autor distingue entre cambio§
SENTIDO
2) El desplazamiento
de
la relación referencial o del
3) El
desplazamiento de la relación subjetiva entre
palabra y los sujetos hablantes.
Cada uno comprende dos clases que admiten, a su
vcz, cierto número de subdivisiones. Se obtiene el cuarlro siguiente:
(lArrBros ExrERNos: Sustitución (objetiva, cognitiva, subje"
tivl ).
(
lArrBros r,rNcüÍstrcos
I.
:
l)esplazamientos de
la relación verbal (deJ nombre),
l) A¡alogía (combinativa, correlativa, fonética).
2) Restricoión (truncamiento, elipsis).
54
II.
IIORMA SEMANTICA, CAMBIOS DB
LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS
Desplazamiento de
la relació¡ referencial (del sentido).
b)
1) Nominación (composición y denvación, transferencia
intencional, figuras).
2) Transferencia (no intencional).
III.
Desplazamiento de
y los locutores.
1)
2)
Ia relación subjetiva entre la
palabra
la
ana-
Iogía presenta tres tipos:
combínatiua en las reformas morfológicas (derivación, composición, flexiones).
Analogía correlatiaa euando da a un referente un
nombre ligado por su significado a otro nombre
de la lengua (sinonimia) o de una lengua extraña
(calcas semánticas), por ejemplo, el barbarismo
'orealizar" calcado del inglés to realíse (t'darse
cuenta").
Analogía. lonética que acarrea un cambio de nom.
bre a consecuencia de la similitud fonética: contagio, etimología popular (pp. 76 s).
La restriccíón
a)
se presenta bajo dos aspectos:
Wr
ttcine", t'super"
Restriccíón
u omisión
de uno de los
La nomina¿ió¡? consiste en dar un nuevo no nbre a
un concepto; aquí distingue Stern la nominación, que
es intencional y consciente, de la transferencia no in'
a) Nominación intencbnal, (intentinna,t naming),
b)
trun¿amiento del
fmercado].
tipo "auto",
cuando se forma un nuevo término por composición o derivación.
Translerencia intencíonal y no figurativa, en las
metáforas meramente nocionales del tipo "pata
de cabra" (instrumento), "bola de nieve" (plan-
ta),
c/
a) Analogía
c)
elipsis,
términos de una expresión compuesta: "las frita§", ttla capital".
(tiempos, modos, casos).
Bajo su doble forma material o relacional,
b)
pr
55
tencioual; hay:
Permutación.
Adecuación.
La analogía se origina en una iilen¡idad de relacin¿es entre dos referentes. Es materia.l cuando se basa
en la identidad de la radical de un grupo flexional y
derivacional, o del sentido de un grupo nocional. Es
relacional entre palabras que tienen una función idén-
tica
Restrí¿ción
SENTIDO
etcétera.
Figuras estilísticas de origen expresivo, Iítote,
hipérbole y más notoriamente la metáfora estilís'
tica, así como el eufemismo y la ironía.
La tronslerencia llamada regular, en contraste con la
transferencia intencional, se basa en la identidad de
apariencia (una hoja de papel), de función (el lecho
de un ¡ío) o de situación (el pie de una montaña)
cxistente entre dos referentes"
permatació¿ resulta de un cambio en la idea
que el sujeto hülante se hace del referente, que consi'
algunos de sus aspectos, sea viendo parciald"ru
mente"t
la materia en el objeto (un mármol, por una estatua), la parte por el todo (una vela, por un barco de
vcla), el producior en el producto (el burdeos), etc.;
en esta categoría caen la sinécdoque y la metonimia de
la antigua retórica.
La
56
LOS CAMtsIOS DE SENTIIDO: SUS FORIVIAS
La adec:uncíón w un modo particular de la permutación; se produce cuando la mente capta úrL nueao
carácter del referente. Así un "cuerno" (de caza) deriva su nombre por permutación (sinécdoque) del cuerno que originalmente era; luego se borra la motivación
etimológica y el carácter esencial de "cuerno" parece
ser su aptitud de emitir un cierto tipo de sonidos,
independientemente de su materia o su forma, de doncle
vienen el cuerno d,e caza, el dcl cochero de correo, el
cornetín, etc. Es el proceso que Darmsteter llama co¿-
FORMA SBMANTICA, CAMBIOS DE SENTIDO
57
I. La transferencia del nombre:
a) Por similitud, entre los sentidos.
b) Por contígüíd,ad, entre los sentidos.
IL
Transferencia del sentid,o:
a) Por símilitud entre los nombres,
b) Por contigüida¡l entre los nombres.
III.
Cambios compuestos,
ab
similaridad
catenación.
Contigüidad
2. La clasit'ícacíón d,e Ullmann. S. Uilmann, en The
principles ol Sem.antics, reclasifica los tipos de Stern
siguiendo un esquema semiológico más estrictamente
I.
Sentidos
II,
Nomb¡cs
saussuriano,
Un poco rígida y abstracta desde un punto de vista
prácticc, la clasificación de Ullmann combina las ventajas de una elegante sencillez con las de un elevado
valor heurístico.
f)espués de haber separado, corno Stern, los cambios de origen histórico y los exoglóticos, que atribuye
al instinto conseryador de la lengua (linguistic conaeraatísm), Ullmann eomprueba que puede haber sea
transferencia del nombre, sea transferencia del sentido,
y qile
en cada caso esto ocurre sea por similitud, sea
por contigüiclad de los nombres o de los sentidcs. Y en
una última clase agrupa los cambios compuestos que se
cleben a asociaciones complejas. De donde resulta el
siguiente esquema:
l)
B)
Cambios debidos
Esta clasificación engloba, evidenciándolos, Ios caracteres de la significación: por una parte la bipolaridad
significante (nombre)-significado (sentido) ; por otra,
la naturaleza psicoasociativa del procesc) bajo su cloble
forma, similitud o contigüidad de las imágenes mentales asociadas.
En efecto, un t'sombrero" rne hace pensar:
al conseruailurísmo língüístico.
Cambios debfulos a
la innoaacün
língüística,
I¿. En "casco", en "gorra", etc.; similitud de sentido.
sB
LOS CAI\BIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS
Ió. En "cabeza", "chaleco", etc.; contigüidad de
FORMA SEMANTICA, CAMBIOS DE
sentido.
II¿, En 'osombra", "somero", "hombrera"; similitud de
nom-
bre,
IIó. En "copa",'ohongo", por
expresiones
hongo".
contigüid¿d de nombre en las
del tipo "sombre¡o de copa",
"'sombrero
Finalmente, pueden existir asociaciones compuestas,
que englcben a la vez el nombre y el sentido, tal es el
-+ hongo, donde hay a la vez conügüidad de los nombres y similitud de Ios sentidos; y
caso de sombrero
aun combinaciones más complejas, del tipo: sombrero
-) montera -> corrida -> toros, etcétera.
Los que estén familiarizados con las pruebas psicoanalíticas o con el juego de salón que llaman petí.t
papier ("cartas rusas"; es el cad,aure exqu* de los
surrealistas) comprobarán que el {enómeno puede en
todo caso ser atribuido a una asociación por similitud
o por contigüidad entre dos nombres o entre dos sentidos.
SENTIDO
59
c) Afectiua: cuando se liga un sentimiento a un objeto con.
creto, del cual se le atribuyen las cualidades: ..una amistad
calurosa'1 "un carácter dulce,', etcétera.
f .a transferencia puede ser d,irecta o escalorwd,a
pot
,1r.olo-q\.. Así, en germanía de Francia (argot),..pol'ir,
("pulir") en el sentido de "robar,, da lugai a tod-a una
serie sinonímicaz nettoyer ("limpiar,,), lourbir (,,brusiguiendo un proceso que ha sido Ilamado también d,eria acün sirrcnímica.
La analogía puede ser el centro de todo un campo
semántico. AI ser la cocina ambulante un .,tanquer, -en
Ia jerga soldadesca de 1914, se volvieron shrapiells los
frijoles, y desvainarlos era "ametrallar,,, etcéiera.
Las calca.s (palabras formadas basándose en palabras
extranjeras) se fundan frecuentemente en analogías; de
esta manera el francés lorm6 ,,dada,, sobre el inglés
"lnbby", en el sentido de ocupación favorita; ,,hobby,,
es una elipsis de "hobby horse,,, el caballito de madeia
de Ios niños.
írir"),
El esquema de Ullmann integra, por Io tanto, todos
los tipos posibles de asociaciones y, en consecuencia,
Se ve cómo en todos los casos Ia transferencia es
escalonada. Una primera transferencia: la cocina rodan_
de cambios de sentido.
Je
TnarvsrERENCrA DEL NoMBRE poR srMrLrruD DE
LoS sENTIDoS. Es el más frecuente de todos los cambios
de sentido; la metáfora es el tipo más corriente.
Ia.
La similitud de los sentidos puede ser:
a) Srcnncial: similitud
de forma entre Ia hoja de un árbol y
y una hoja de papel; de función, de situación (p. 63).
b)
Sinestésíca: asimilación de un sonido
color a un olor, etcétera.
e-s
un- tanque
(similitud de forma)
; Iuego analogía:
los frijoles son a Ia rodante lo que los shrapnells al íon-
a un
color, de un
glre,
la cocina distribuye frijoles como el tanque Ios
shrapne.lls (similitud de funciBn) pero esto no Éubiera
;
sido suficiente para acarrear la hánsferencia del nombre, cuyo origen está en la primera metáfora.
Estos peldaños analógicos no son exclusivos de Ias
transferencias del nombre por similitud de los sentidos;
se encuentran en todos los demás casos.
60
LOS CAI{BIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS
Ió.
FOR]\{A SEMAI{TICA, CAMBIOS DE
TnlrssrnRENCIA DEL NoMBRE poR coNTrcürDAD
DE LoS SENTIDoS. La sinécdoque y la metonimia son
transferencias del nombre por contigüidad de los senticlos. Consisten, como es sabidq en tornar la parte por
el todo, el contenido por el continente, el instrumento
por ia acción, etc., y a la inversa.
La contigüidad de los dos sentidos puede ser espacial, temporal o causal:
a)
b)
c)
Espacial en bureau, en que Ia telo, (bure, "buriel") designa
el ¡nueble que cubría, y lucgo cl inucbie a la habitación
en que se encuentra.
Temporal en "vísperas", en que el oficio religioso tomó el
nombre de l¿ hora en que se efectúa (lat, oesper,"tarde").
Causal en "fusil" en que el arma recibe el nombre por el
dispositivo de encendido (francés fzsil, "eslabón").
A
este grupo pertenecen las seudosinestesias en que
la torma de un objeto es asociada por contigüidad a su
color, olor, etcétera.
IIo. Tn,r¡lsrrRENCIA DEr, sENTrDo rlon sl\'rlr,rruD DE
Los NoMBREs. El contagio fonético y Ia etimología popular (pp. 76 s.) son transferencias del sentido por
similitud de los nnmbres.
Cuando se confunde laubourg ("arrabal"; de /orsbourg, "fuera del burgo") con Ía.u,tc, óourg ("falso bur-
go"),Ia confusión
de las formas acarrea una alteración
del sentido que puede llegar a una verdadera transferencia.
IIó.
TmNsrrRENCrA DE sENTrDo poR coNTrGüIDAD DE
I-os NoMBREs.
La elipsis y el contagio
sintáctico
se
SENTIDO
61
originan en una asociación entre dos nombre§ contiguos
en un mismo contexto,
Cuando la "ciudad capital" se vuelve "capital", se
puede prescindir de "ciudad", por encontrarse tan íntimamente ligado este vocablo a "capital", que el último
Io evoca automáticamente.
De ia misma manera las partículas pas, point' ter'
minaron por adquirir en francés un valor negativo por
su constante contacto con ne.
III.
TnmsTnRENCIAS coMPUESTAS.
la transferencia no
El mecanismo de
y la mayoría
es siempre tan simple,
una parte de las que hasta aquí nos han
-incluyendo
servido de ejemplos- descansan en relaciones comple'
jas cuya frontera no es, pol: otra parte, siernpre fácil de
definir.
Se pudiera creer a primera vista que, como
la
(¿co-
cina" es designada en ciertos dialectos franceses por
h6tel,, l'a transferencia proviene de la contigüidatl espacial de los dos sentidos, y se toma el todo por la
parte. En realidad, se trata de un caso de analogía es'
calonada (p. aB)r por una primera transferencia de
ttcocina".
"casa" (maison,) por
ttburdeos"
es un vaso de vino de Burdeos, por
Un
lo tanto, hay una doble elipsis basada en la contigüidad
t'vaso" y otvino", "vino" y
sintáctica de los nombres
"burdeos", y al rnismo tiempo hay una doble mctonimia que asocia los clos sentitlos contiguos, contenidocontinente y lugar-producto.
Se encuentran de esta manera todos los tipos posibles de combinaciones rnixtas. ],as calcas seniáuticas
se originan muy frecuentemente en una doble asociación, similitutl. a la vez de los nombres y de los sonidos.
62
\§
§\
LOS CANIBIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS
Este es
el caso de "realizar" con el sentido de "darse
cuenta", calcado del inglés to realise.
De esta suerte, la clasificación de lJllmann engloba
el conjunto de los cambios de sentido en un marco muy
sencillo que, por otra parte, tiene la ventaja de evidenciar el carácter psicoasociativo y funcional del proceso.
Como lo señala el propio autor, esta'clasificación puede integrar cualquier otro esquema. Veamos, a títuló de
muestra, una reproducción de The prínciples ol Seman-
tics que señala la interdependencia de la clasificación
de Ullmann y Ia de Stern.
o
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B¡§
rÉ
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B
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[n-t'¡
A)
Causas externas: sustitución
B)
Causas lingüísticas
IJ¡-ruaN¡¡
Consewadurismo lingüístico
)^
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Vi
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Innovación lingüística
OO
Similitud de los seniidos
o
Contigüidad de los sc-ntidos
Nominación-
Similitud de los nombres
Trasfaencia
Contigüidad de los r¡ornbres
Fermutació
'i'rasferencias compuestas
En este cuadro encuentran cabida todos los tropos
de la retórica antigua.
I-os word,.tesrs de los psicólogos han permitido clasificar las respuestas de miles de personas; el experimentador propone una palabra, a la que el sujeto debe
responder con otra. Estas respuestas han aportado al
lingüista tlatos interesantes sobre el carácter asociativo
del proceso, sobre los tipos de asociaciones existentes
o
Lbo-lZ
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Frecuencias relativas de los diferentes tipo,s de asociaciones rerbales por adultos
(Woodrorv
sickness-illness; mountain-hill ......
Table-furniture; music-sound; house-building
DeepJrole; soft-bed; house-building
Tabic-eat; dark-see, music'piay
8.9
8.6
Table.dish; dark-night; sickness-doctor
tr{usic-sweet; mourtain-high; house-big
Sickness-death; lampJight; bath-clean
TableJeg: music-notes; rnountain'rocks
l,lusic-singing; eating-drinking; chair-sitting
Similitud
Da*-black;
Causa-efecto
Todo-parte
Participios
deep-shallorv
Subordinación
Parte-todo
i',Iusic-song; -"ickness-fever; Imit-apple
Ilateria
Tal,rle-wood; needle-steel; lamp-glass
Verbo-objeto
Compleción
lifecto-causa
Noml¡re-atributo
Asonanci¿
Prcnombres
I)iversos
Niños,/o
6.0
Dark-light; sickness-health;
Contigüidad
Nombre-adjetivo
Frecuencilts relatiuas
Adultos,/o
10.9
10.6
Teble-chair; deep-lorv; house-barn
Coo¡dinación
Contraste
Verbos
y niñc
Lorvell, 1916)
E jem.plos
Clases
Superordinación
A,ij etivo-nombre
y
Fruit-t¡ee¡ foorliml¡; soldier-army.
Eating-bread; wish-fairy; hammer-nails
Table-cloth; rvish-bone; spider-web
Sleep-tiled; Lungry-appetite; afraid-burgiar ...
liiountain'heigth; butter'fly-beruty; eagle-flight . . .
T¡Llc-ahlel clark-malk; short'sport
'll'omen-she; stomech-mine; thristy-me
1.3
7.6
ó.t
6.9
6.4
Ll.2
6.0
4.ó
2.5
l).ó
2.t
1,9
1.6
1.1
1.0
0.9
, 0.77
0.4
\i.zJ
0.07
0,05
4.7
10.2
no
1.9
3.6
0.9
2.1
0.4
0.9
1.7
1.04
0.5
0.05
0.43
0.22
5.5
64
LOS CAMBiOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS
y su frecuencia relativa y estabilidad respecto a grupos
sociales o triológicos determinados.
Véase en la página anterior, a título de ejemplo, Ia
tabla de Woodrow y Lowell' que condensa las respuestas de mil adultos y mil niños.
ry. LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS
CAUSAS
Ji¿ srNrroo cambia porque se da deliberadamente un
nombre a un concepto con fines cognitivos o expresivos: se no¡nbran las cosas.
El sentido cambia porque una de Ias asociaciones
sccundarias (sentido contextual, valor expresivo, valor
social) se desliza progresivamente hacia el sentido de
lrase y lo remplaza; el sentido eaolucíana.
En el primer caso tenemos un cambio individual,
consciente y discontinuo; en el segundo uno colectivo,
inconsciente y progresivo; en ambos es consecuencia de
una modificación de la estructura de las asociaciones
psíquicas que constituyen el sentido y los valores de la
palabra.
Debemos tener presente el esquema de la p. 33 antes de abordar el análisis de las causas inrnediatas de
los cambios.
1.
Ll
xounucróN
Mediante Ia nominación Ia lengua asegura su doble
función (p. 37) cognitiva y expresiva.
Hay nomínación cognítioa cuando una cosa recibe
un nombre, sea porque carezca de é1, sea porque el que
t.iene no cumpla satisfactoriamente su función.
fl.ay nomínaci,ón expresíua cuando se crea un nornbre con la finalidad de designar Ia cosa bajo cierto
aspecto.
2 \üoodrorv
y Lorvell, "Children's ¿ssociation frent¡rit,nc5
talrles", cn Psychological Monographs,22, n§ 97. I916.
Por otra parte, se crean palabras a fin de ascgurar
un mejor rendimiento de la comunicación, que será
más econónl¿¿a cuando se omita parte de las palabras
65
66
LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS
o se Ias trunque, y más clara cua¡do se eliminan
LA
o
coml)rr¿r con operaciones concretas.
l:)n la sinécd,oque y la metonimia la cosa recibe el
r¡orrrbre de otra con la cual se encuentra en contacto:
l. La rumhación eogniliaa. Uno de log moilos de la
aguja, el ojal, etcétera.
Juega además, un papel importante en
la
nomina'
o
ción de nociones abstractas que se asocian a objetos
ttpensar" viene del latín *pesar"
concretos:
procesos
-(1 pensare); el ttespíritu" es el
"soplo" (spirítus);
ttcomprendert' es integrar en un sistema de relaciones,
"agarrar junto" (comprehenilére),
etcéter a.
En todos estos casos la nominación está motivada;
se trata de designar un ser o un objeto inusitado (en
rrn principio) y qo. se asocia a uno mejor conocido, al
que se parece. La o'pata de cabra" es un instrumen'
to que tiene forma de pata de cabra, etc.; y como es
67
,lifícil representar las nociones abstractas, se las
remplacen palabras que pudieran crear confusiones.
nominación cogniüva es el cambio de sentido mencio'
nado ya en las pp. 42 s.; se da a una cosa un nornbre
gue pertenece ya a otra, a la cual se la asocia: asociación por similitud de objetos tratándose de la metáfora,
o por contigüidad en la sinécdoque y la metonimia'
La meaílora constituye uno de los modos constan'
tes de Ia nominación llamada popular.
En los diversos idiomas las plantas, los animales, los
instrumentos, intercambian particularmente sus nom'
bres. El mar está lleno de caballos, de perros, de ané'
monas, de estrellas; el jardín, de perritos, de espuelas
de caballero, de bolas de nieve, de nubes; el taller tiene
gatos, patas de cabra, pericoe, colas de milano.
El cuerpo humano surte un gran número de metá'
foras cognitivas: la cabeza de un puente, el pie de una
montaña, el ojo de agua, los dientes de una sierra, la
boca del río, los brazos de una corriente, el ojo de una
NOMINACIÓN
lorl«r y parte, productor y productq irrstrumento y aclión, etc.; la transferencia se origina además én h
,,1 i
psis,
Lu:¿aminnción expraiua. La nominación cognitiva
la cosa actualizando los caracteres objetiuos
([orrna, función, relaciones, etc.) que definen su ser,
'.t,..
rlcscribe
l,rr ¡rominación expresiva la designa en relación con el
el ualor afectivq desiderativo, es_
tótico, moral, que el locutor le atribuye.
r¡rrc lrabla y,expresa
No se trata tan sólo de identificar el objeto, sino
al mismo tiempo Ios valores extranoeionalr.:r r¡ue matizan su sentitlo (p. 35).
llrr "l¡urro" (de planchar o de carpintero) es un inslrurnt:nto de determinada forma; un ..chivo,, es un
rhr cyp¡ss¿¡
irrrlividuo de determinado aspecto y carácter, y en este
rrjr,rn¡rlo hay también una intención irónica y desrtctiva.
l,ll cstudio de los valores expresivos, considerados en
r,llos rnismos, pertenece a la estilística. Sin embargo, Ia
,u.¡nirrtica no podría ignorarlo, pues se encuentran en
r,l punto de partida de cambios de senticlo a conse.
, ur.r¡r:iA tle su evolución y del oscurecimiento de las
moI ir rrciones originales (p. aa) .
l,¿r valoración estética o moral es la fuente principal
,h. r,slt: tipo de nominación: ora por metáforá en .tmi
ttun buey", ttuna
gallina,,, ora por formación
¡,rrlrrrrü",
rlr. rlirninutivos y aumentativos de valor a[ectivo; el pror r':,() (.s siempre psicoasociativo: Ia pequeñez
evoca iáeas
¡
I
68
LA
LOS CA]\IBIOS DB SENTIDOI SUS CAUSAS
de delicadeza, de gracia, o aI contrario, de debilidad,
mezquindad; y la grandeza evoca la fuerza o la maldad,
la rnonstruosidad o la fealdad.
La tendencia al desprecio, a denigrar y satirizar, tan
arraigada en la mente popular, juega un papel importante en estos casos de transferencia.
Conocemos el lugar que ocupan las metáforas despectivas del tipo "cabeza" ("coco") en el lenguaje fa-
miliar y la germanía.
Los préstarnos tom¿dos de lenguas extranjeras están
frecuentemente afectados por una xenofobia casi universal, de donde las expresiones tturl judío", ttun libanés", t'un gringo" (( grigo, o sea, ttgriego"), tta lo
chino"; un t'eslavo" es etimológicamente un ttesclavo",
un ttpopoloca" es en el M6xico antiguo un tartamudo. Hasta las cosas conservan a menudo el reflejo de
su origen: "parlar" es para el español "hablar francés"
y "habler" es para el francés "hablar españoI", ull rosse
para el francés un "caballo' alemán" y un Mustang es
para el alemán un "caballo árabe". Por otro partg la
moda o el esnobismo pueden valorar de manera determinada cieutos vocablos: lunch, tbe o'clock, surprise
NOMINACIÓN
l',rr todas las emociones violentas, tales.
69
la ira,
el
cl entusiasmo, las palabras imprevistas y las imáoriginales
brotan de manera espontánea. La pa¡i,'rres
:,iur y la inspiración son las grandes fuentcs de la
.urrrrr',
, ¡,'rrt:ión estilística.
l,ll estudio de los iapsi freudianos
y
de los
¿có¿s
vcr-
l,rrlt,s psicoanaiíticos demuestra el c¿rácter sul;conscientc rlt: la emotividatl en el lenguajc. Las palabras rro
r'\l)r'osan solamente nuestras errtociones, sino obsesiones
la mayoría de las veces, c incons.itrrtcs y hasta reprimidas por tabúes individuales o sorlilusas, no fijadas
r:iirlt:s.
II.
Sperberl
ve en esta fuerza emotiva
subcorrs-
citr¡tc una fuente principal de los cambios de sentido.
Iin ca¿la colectividad existen temas preferidos, "eslcr'¿rs de pensarniento", ligados al medio, a la actividad
y a las circun-qtanci¿r-q, [ !¡ue, siernpre presentes en el
tlrr-sfondo de la conciencia colectiva, matizan sus pensa-
r,rit'ntos (pp. 95 ss.).
es
wrtry.
3. La t'uerza emotiaa subconsciente. Las formaciones
expresivas, al poner de relieve el papel de Ia afectividad
en los cambios de sentido, confirman el análisis funcional de Ia significación. El lenguaje tiene una doble
{unción, es a la vez instrumento de
y
la
comunicación
medio de expresión. Todos los semánticos
'Wundt,
Bréal, Erdmann, Ogden
señalan este carácter:
cognitiva
y
Richards, Bally, Esnault, Delacroix,
Stern, Ullmann y otros.
F.
Paulhan.
. 'fsbúes y art'ernisrnos. U¡ra palabra es rrn complejo
rlt: r,sociaciones. I-a viruela no solamente evoca cierta
lrrlcrmedad, sino el conjunto de circunstancias en que
.1t:rrcralmente es contraída, y los juicios peyorativos y
rlcs¡rreciativos de la opinión pública, por esto, sc busea
cn lrancés un sustituto: nrul itulien.Ii.ecuérdese tarnbién
ll "mal francés". Tales palabras ncutralizan (duurnte
,1
r:ierlo tiempo) la a-"ociaciírn poco grata,
Le decencia nos prohíbe toda inragen obscena o re¡ru.9rrantc. Las précien.ses cxpu.lsaron de su voc¿rLulario
lnsfa inculcar; la Inglatcrra vir:toriana cra igrralmente
tlclicada a este respecto. Y se dice que en una 6poca
1 II. Sperber, Eínlührung ín tlie Betlcutung,slchre, Leipzig.
70
I
LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS
LA
más cercana a nosotros gue aquéllas, un conjunto norte-
amedcano de seis músicos tuvo que llamarse "quin-
teto", ya que 6'sexteto" parecía demasiado sugestivo.
La cortesía nos impide hacer evocaciones desagrada,
bles. No se mienta la soga en casa del ahorcido, y
el muerto es ttel clifunto", ttel desaparecido,, o inclusive "é1".
Estos sustitutos, llamados eufemismos, se basan siempre 9n un proceso psicoasociativo? pero de naturaleza
peculiar, pues lejos de motivar, lo que buscan es xom-
per la asociación.
Uno de Ios procedimientos más socorridos consiste
en sustituir Ia palabra por una eraresión culta carente
de valor expresivo, En francés oo se ttsuda", se tttrans-
pirat'; se ttorina".
El er:fernismo interviene en la mayoría de los cambios de sentirlo. Se dice por perífrasis "el excusado",
"el gabinete"; por metonimia y sinécdoque se asocia Ia
cosa prohibida a cosas contiguas: "el guardarropa",
otel
lavabo", ttel haño", y hasta ttel teléfono". En carnbio, rara vez se emplea Ia metáfora, que no haría más
que reforzar la rnotivación. Ésta se horra por completo
usando palabras extranjeras, como u)oter-closet.
Finalmente, estas diferentes {iguras se combinan
con la elipsis, la abreviación y el truncamiento. EI
uater-closet, se reduce a t'uáter" o 'owáter". A fin de
neutralizar la asociación, se crean continuamente pa-
NOMINACIÓN
7L
tlbúes lingüísticos prohíben los nombres de toda cosa
,ragrada o peligrosa. De esto tenemos numerosas supervivcncias en las lerrguas modernas, entre ellas la culr:brn
,rutlaluz¿ convertida en
ttbicha", y eI zorro, que en al-
:lunas regiones francesas jarnás es llarnado renard,, sirto,
¡ror ejemplo, la béte ("el animal").
Otro procedimiento consiste en apaciguar el ánimo
r» cl ariimal peligroso dándole un seudónimo de a{ecto:
l¿r "com¡rdreja" del español es una "pequeña bella"
(bclette'¡ en francés, una ('darriita" (ilonnol,a) en itattjoven
liano, una ttnovia" (neaastd) en rumano, una
rl¡rr,a" (jun¿dru) en sueco, y así por el estilo el aleirríur, irrglés, danés. portugués.2
La econamía tle la ¡tolabra. Otra fuente de los canlrios de sentido es ia economía cle la palabra, bas¿da
cu cl principio del mínirno esfuerzo.
Se suprime en el discurso todo aquello que no se¿t
rrecesario p;rra la comunicación.
.>.
Ia
eli¡isis es la {orma. más frecuente de este proceso.
J.a
l,a "ciudad capital de D{éxico" se vuelve t'la capital de
l\{éxico" y finalrrrente "la capital"; las Ietras de inrJrlenta itálicas son "itálica§", etc,
l,a elipsis está ligada al contexto; Ia "capital" dc-si¡tna a la ciudad Je México en la medida en que se coin¡rrencle que se trata de una ciudad, y precisanrente de'
rrua ciudad mexicana. Se trata de uno de los sentitlos
r:unlextuale§; clc la palehra (p. 34), pero cuya prct:isión
rlsulta innecesaria, por estar implicada en cl cnunciaclo.
nombre con la cosa: el nombre del diablo es el diablo;
por esto en Ias Ienguas de los prirnitivos (que se estructuran sobre Ia forma prelógica del pensamiento) los
? P¡,ra más detulles, véanse las intcrcsantes páginas tle [iamón
t!r:nóndcz Pida'L (Orígenes tlcl Espafutl, t. \'Iir, ¡rp. 396-405. de
,,rrs ODr¿s Completas, Espasa C.rl¡c, 19l-¡6), ilrrstrrdas con tul
rrnpa, soble "Lo-q nor¡].¡¡es de la mrtstr:Ia". [T. l
labras nuevas.
Distinto es el origen de los tabúes. No se trata
de una simple asociaci6n, sino cle una identificación del
/
72
LA EVOLUCIÓN DBL
LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS
La economía puede modificar las palabras mismas
mediante el Euncamiento. De "vehículo automóvil" se
pasa a t'automóvil" y luego a toautot'; un ttcinematógrafo" acaba en "cine", un tosupermercado" en o'super".
El desarrollo de las lenguas t6cnicas ha favorecido
también abreviaturas como "uNESCo", "oNU", de las
cuales ya nadie recuerda con precisión el origen, y que
llegan a tener el valor de nombres verdaderos. El inglés
ha llevado muy lejos este g6nero de nominación, hasta
el grado de designar a personajes de renombre señalando únicamente sus iniciales, costumbre que empieza
a di{undirse"
La elipsis, el truncamiento, la abreviatura, se originan en las "lenguas de grupo" que delimitan el contexto: "labo" no es posible sino entre individuos que
frecuentan un mismo laboratorio. Posteriormente, al
desenvolverse y salir el sentido socio-contextual de los
límites del grupo, puede tener por consecuencia t¡n cambio del sentido de base (p. a5).
6. La claridad,
lo's conllicns hornaIa lengua un mismo concepto puede tener varios nombrcs (sinónimos): ] ün
nombre significar varios conceptos (homónimos) ; Ia
d,e
la comunícación;
nímico's. Hemos visto que en
comunicación se acomoda a esta polisemia porque en e)
discurso se coloca siempre la palabra en determinado
contexto que precisa su sentido. No hay peligro de
con{undir "tocar el cuerno" y tt'clavar el cuemo", o las
palabras ttsima" y "cima" en ttbaió a la sima" y
o'subió
a la cima", ni se confunde el "cuerpo diplomático" con el "cuerpo humano" o el t'cuerpo del delito".
Sin embargo, puede ocurrir que los vaivenes de la
evoluci6n fonética
y
sernántica engendren formaciones
SENTIDO
73
cuyos sentidos pueden con{undirse en un mismo conlcxto; habrá entonces colisión y conllicto homonímtco.
lin tales casos la lengua tiende a reaccionar redenominando uno de los antagonistas.
Guilliéron ha señalado la importancia de este fenórlrerlo en un estudio fundamental.
IIa demostrado cómo, habiendo eausado en gascón
la evolución fonética Ia homonimia de "gato" y "gallo"
\cattus > gat; gallus ) gaú), este último ha sido eli
rninado por una formación de origen expresivo: óigey
("vicario"): la malicia popular comparó al cura con
un gallo en medio de s¡s gallinas.
El gato y el gallo no podían tener el mismo nomlrre sin dar lugar a ambigüedades contextuales en {rases
como t'el perro mató al (gat)", "dónde está el (gnt)",
ctcétera. Uno de ellos debía dcsparecer y, como se dijo
¡ror ahí con ingenio, en gascón el gato ha matado al
r¡rllo,
No hay que dudar
que para ello tengamos
-sinlos conllicns h,omt¡nímicos
sicmpre las pruebas- que
han dado lugar a numerosos cambios de sentido.
Iil
flmer
francés antiguo,
y
por ejemplo, tenía los
esffLer, respectivamente
ttalnAr"
y
verbos
t'estimar",
lrrya evolución morfoiógica y fonética confundió en una
l'rrrma única aimer y e(s)rner. Como l¿ estirna es
rrno de los clementos clel amor, Ia similitud forrética y
scrniótic¡ debía neccsariamente ccnrJucir al conflicto
iromonímico, máxirne que la lidad Meclia se complacía..
cn formas al estilo de la ¡nuletilla lilcraria (il)t ume et
cs¡ne. La homonirnia causó la clesaparición dcl vcr]¡o
c(.s)mer ("asmar", en el c¡rso ¡rarllelo tlel cspañol
lntieuo), tanto en francés corno on cspañol, en provccho de srr doblete culto, "cstimar".
74
LA EYOLUCIÓN DEL
LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS
De manera semejante el latín mulgére ("ordeñar")
molere ("moler") habían dado lugar a una for¡na
única en francés: mnud,re, por lo que uno de los dos
conceptos ha recibido un nuevo nombre: traire ("ordeñar"),
La colisión entre les héros ("los héroes") y les zéros
y
(o'los ceros") causó en francés una actuai á noaspirada",
a pesar de que se sigue diciendo les héroiines, l'héroisme
(otlas heroínas", ttel heroísmo"), sin "aspirar".
También fue Guilliéron quien señaló el papel de la
usura t'onéti,c¿ en los cambios de sentido3 con el ejem-
plo del nombre francés de la abeja. Esta palabra se
había reducido a é (.1. apem), forma demasiado pe-
queña para no peligrar én la cadena hablada, por lo que
se Ia sustituía por el provenzal abeille (1 apic'la\ <>
por el diminutivo aaette, o por metáforas como "mosca
de miel" (mouche d miel), 'omossa" (rnouche, mou.
ch,ette).
2.
I.,,t TVOT,UCIóN DEL SENTIDO
La nominación por transferencia de sentido
75
pero seguimos llamando actualmente así a las armas de
círpsula, de resorte, de aire comprimido. Ha cambiado
[a co'sa, más ha conservado su nombre.
La evolución de las técnicas, de las instituciones,
ile las costumlres, conduce a innumerables cambios de
scntido; en todo caso, a una rnodificación de las ¡elar:iones entre el significante y su contenido, porque uno
¡,uede preguntarse si hay cambio de sentido strtcto
.scnsu., pues la esencia del {usil está en su {unción, la
r:ual no ha cambiado, Hay aquí una consecuencia de
la arbitrariedad del signo, resultado del oscurecimiento
Je la motivación etimológica. Cuando se oscurece la
rrsociación entre el arma y Ia piedra, el fusil viene
siendo un arrna de una forrna dada y podemos hablar
de un fusil de compresión, lo rnismo que se procede a
herrar un caballo de hule o se dice que el carro del Estado navega sobre un volcán. Los antiguos llamaban
catacresis, o abuso, a esta figura; de manera más acer.
tada Darmsteter ve en ella un olviclo.
tr,os tlesplazamientos de sentido que de ello resultan,
.on cle tres tipos:
un acto
consciente de los sujetos hablantes, que dotan un concepto de un sentido, delil¡etadamente y con fines determinados. Completamente distintos son los desplazamientos de sentido que se efectúan motu proprio en
el interior de Ia lengua (p. aa).
T'ienen valias causas:
es
1. Eaoluc.i,ón del relerente. El "fusil" deriva su nombre de la piedra que serr'ía para proclucir la chispa,
3 J, Gilliéron, Cénéalogie d,es mots qui désignent l'abeille,
París, 1918.
SENTIDO
a)
Cambio d,e l,a naturaleza del referente. Este es
de Ia mayoría de ios pro«luctos de Ia técnica: el
l'usil ya no es una arma con una piedra; la pluma ya
no es una pluma de ave; el papel no es ya una hoia
rle papiro; y cle Ia misma manera la realeza, el matrirnonio, el parlamento, no son ya lo que eran anti¡;ul,
cl
c¿rso
mente.
b) Cambi.o
ilel conocimiento qu,e tenemos del releLa ciencia nos descubre nuevos aspectos de lo
real, y cuando no crea nucvos términos, cl contenido
rente.
rle las ¡ralabras se modifit:a. Nuestra electricidad no es
l¿ cle Franklin; nuestro átomo no es el cle f)ernócrito.
r-a
T
76
LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS
ni siquiera el de Berthelot; y seguimos diciendo que el
sol se pone o s€ levanta.
e) Cambío en, nuestra actitud subietiua respecto aJ
re¡erente. La circunstancia, la expeúencia, la costumlrre y la propaganda hacen que cambiemos la idea que
nos hacemos del comunismo, la delincuencia infantil,
el divorcio, etc., y con ello no sólo el valor afectivo.
sino el contenido nocional del vocablo,
Esto es partieularmente importante en los niveles
más elevados de Ia abstracción, donde los conce.ptos
desprendidos de su sustrato relerencial (p. 110 s.) están
en constante transición.
Las lamentaciones sobre el valor de palabras como
t'iibert¿d" son lugares comunes en Ia
"democracia" o
crítica semántica. De hecho, de una generación a otra,
de un grupo a otro, y sobre todo de un país a otro. se
trata de palabras diferentes que los traductores deberían conservar en la Iengua original, al igual que se
lrace con muáik, isba, home, Clrístmas-cake, Rcalpoli-
tik, Gemütlich,keit, y otras.
2. El oscureci.miento ilc lu, motiuaciín. etimológi¿a.Hemos visto rnás arriba detaliadamente (p. 44) círmo
Ia imagen inicial tésta ("tiesta") se borra, dejando una
nueva palabra qlre viene a remplazar a chef. Esta semantiz¿rción de los valores estilísticos es l¿ fuente rnás
importante cle la evolución semíntica; alcanza la mayoría de las palabras debilitando sus sentidos. En los
tiempos de Racine, el verbo géner se relacional¡a directamente con su origen (t'tortura", ttgehena"). mientras
que en la actualidad significa "incomodar" y -"u evoIución dio un paso mírs al pasar al alemán como genieren,"tener vergüenza". Caso igual es ttformidahle", que
LA EVOLUCIÓN DEL
SENTIDO
77
llinrológicamente es tttemible"; o "her:noso" (1 ferrnoso ( lormosum), que originalmente era "de forma
I bcllal".
l\. La estratit'icoción soci.al. Lo que llamamos lengua
cstá constituido por estados de lengua: hay lcnguas de
lorro, de géneros, de medios (pp. 38 s.).
Las lenguas de grupos sociales, en particular, presenlan características distintas que se relacionan a la vez
con la cultura, los modos de vida, y sobre todo la acti"
y técnica del grupo: según Meilleta
lury estratilicación social de la lengua.
Ciertas palabras, que tienen un sentido general, son
r:l bien común de la colectividad; otras, que forman mayoría, tienen varios sentidos contextuales (pp. 34 s.),
por los que los distintos estratcs sociales demuestran in«;linaciones preferentes; finalmente, hay otros que pertcnecen exclusivamente a un grupo, y que tienen un sentido especinl,' son los tecnicismos generalmente.
Al pasar de un grupo a otro, el sentido de la palalrra se modifica. Estos "préstamos sociales" son los que
según Meillet constituyen el "principio esencial del cambio de sentido". El movimiento es doble: una palabra
especial es acloptada por la colectividad total, o al contrario, una palabra general es abandonada a un gmpcr,
Io que da lugar a que en ese grupo cristalicc el sentido
contextual especial. Hay generalízaci,ón, o especialí,zación de la palabra.
"Arribar" fue originalmente un térnlino le carácter
náutico, y significaba alcanzar la riba, Ia orilla, y luego
se generalizó con un valor cstilístico que, al borrarse
vidad económica
I A. Meillet, "Comment les mots changent de sens", en
Année
so
ciolo
gique, l9f,.5-06.
78
CLASIFICACIÓN DE LAS CAUSAS
LOS CAI\,IBIOS DB SENTIDO: SUS CAUSAS
en francés e inglés, dio al vocablo el sentido de alcanzar un punto cualquiera, y no ya únicamente la ribera.
Se ve que ala generalización, qre es un agrandamiento de la esfera social de la palabra, corresponde ia
mayoría de las veces una extensión del sentido, un
agrandamiento de su área referencial (pp.38 ss.). A la
especialización corresponde una restricción.
La serie francesa poudre, cou,ue\ muer, traire ("po-
ner huevos", ttempollar", t'mudar de pelo o pluma",
"ordeñar") es un ejemplo bien conociCo de espec.ialización social. Etimológicamente estas palabras tienen
un sentido general: "colocar" (lat. ponére), "estar tendido en" (lat. cubare), "cambiar" (lat. mutare), y "Iirar de" (lal. traltére). El sentido contextual de "poner
un huevo", tttirar de la ubre de la vaca", etc.. ha eliminado en el ambíente rural el sentido de base, por
haberse hallado en una situación privilegiada que lo
condujo a perderlo.
4. La contamina.ción. Cuando dos palahras se encuentran en contacto, se puede presentar el fenómeno de la
contam.inación o conta gio.
La contaminación puede ser de origen sintáctico
cuando dos palabras se encuentran freouentemeute en
ciertas constr¡rcciones.
Las palabras francesas rien (1 rém), pcw (( passum), point (4 pun"turn), personne (1 persona) no
son negativas etimológicamente. Personne, ¡ta:s y point,
conservan, desde luego, su sentido de sustantivos ("per-
sona", ttpaso", ttpunto") . Rien es ttcosa"; en francés
antiguo se decía "la rien fcosal que más amo en el
mundo". Pero estas palabras, a fuerza de encontrarse
en contextos de negación
quig¡e cosa falguna]",
-16¡¡6
"no cejo [ni] un paso", "no veo [ni] un punto", t'no
iray persona [alguna]"-, indujeron a la gramática a
considerar que debían ser empleaclas siempre con Ia
negación ne. En cambio el lenguaje popular consider¡
inrrecesario ne y estima que rien, persorune, etc., son las
ruer3aciones.
ser t'onética, y hay entoncruzamien¿o de dos formas, como en los ret¡uócanos.
La contaminación puede
ces
Esto puede penetrar en la lengua, principalmente en
colectividades bilingües en que fácilmente pueden ocurrir confusianes entre los dos idiomas. Por ejemplo, la á
en la palabra francesa haut ("alto"), proviene de un
cruce entre el latín aLtum y el germánico h,och, y en la
palabra craind,re ("temer"), la c se explica por tratarse
tle nn cruce entre el lalin tremere (t'temblar") y
celta ltrem.
"l
La contaminación puede ser semántíco. Por ejemplo
las palabras francesas recouurir ("recubrir") y
re-
coul)rer ("recobrar") son frecuentemente confundidas.
El bilingüismo f,avorece en especial la contaminación semántica bajo la forma de calca:s. Innumerables
an.glicismos y americanismos penetran aetualmente en
las lenguas europeas a través de traducciones precipita,
tlas realizadas en lu prensa, la radio y Ia novela popular; con el tiempo estos turistas del idioma terminan
por adquirir carta de ciudadanía. Asi réaliser, semírnticamente contaminado por el inglés ro r¿¿¿Ji.s¿. es un
ver"bo que el francés actual ha incorporado con su nueva ocepeión en ttse realiza una situación" o ttel cstado
rnayor realiza las intenciones del enernigo".
Estas corrtaminaciones semánticas pueden ser difíciles de descubrir cuando no alteran ni Ia Iorrna ni r:I
s;entido de las palabras. Pero en una forma más dis-
82
LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS
ducción francesa de un texto inglés; se trata, pues, de
una calca. La evolución de traire es el resultado de la
especialización social de la serie pond,r,e, couaer, elc.
(p. 75); pero antes de ello traire era un sustituto metafórico por nwud,re2 implicado en un conflicto homo-
nímico (p. 70).
En latín la palabra cirrus tavo el sentido de base
"rizo", y, por contigüidad (sinécdoque), tomó el de
"cresta", y llegó a desplazarse en Hispania hacia "mon-
tículo", con cuyo sentido conocemos actualmente la
palabra "cerro". Algunas cle las palabras desplazadas,
que antes significaban "cerro", subsisten regionalmente
ttotero" ( altarium; ttcueto"
o en contextos arcaizantes:
( "coto" < cotto; "pry" (
4 collís, "colina".
t'coll"
podium,
)
"poyo";
La mayoría de los cambios de sentido son el resultado de procesos múltiples, cuya complejidad ejemplificará este último caso:
El hígado es en latín iecur, pero existía en Roma
un platillo particularmente apreciado de hígado con
higos (a menos que se haya tratado de hígado de gansos
alimentados con higos). Era el iecur licatum, y por elipsis ficatum; posteriormenfe el licatum terminó por
designar todo platillo de hígado y finalmente al órgano,
tal coino si en francés existiera el muy plausible caso
de pasarse de "papas fritas" (d,es pommes de terre
t'fritas hervidas", "la cosefrites) a "fritas" y luego a
cha de las fritas" [o en español t'déme una cerveza
fría" elipsado a "déme una fría" y luego semantizado
en "una fría al tiempo", o el colrno: ttuna fría caliente", empleado en Puebla (México) para referirse a una
tortilla de maíz recalentada]. La explicación del paso
de íear a licatum y a "hígado" se complica con algo
LENGUA Y
ESTRUCTURA
83
rnás: tanto la forma esdrújula castellana como la forma
lrancesa foüe suponen un cambio de acento, hasta ahora
irrcxplicado, de licátwm a lícatum.
Saltan a la vista la dificultad de un análisis de esta
r:s¡rccie, su valor hipotético, y los peligros que implica
,rurndo en Ia cadena de reconstrucciones falta el menor
cslabón.
lin estas condiciones ¿será posible establecer leyes
tle cambios semánticos? Parece dudoso, y la cuestión
lra dado lugar a innumerables controversias.
Como las relaciones significantes son netamente convcncionales, no puede haber leyes, a lo más habrá reglas
semiológicas. Pero las palabras son siempre etimológicamente motioad,as, y su evolución ulterior proviene
rlc ca¿sas identificables / definibles; resulta que la
t;reación y la evolución de las palabras están d,etermínadas, lo que implica la noción de leyes.
Pero hemos visto que esta determinación qued,a liltrc (p.33), y nos es tan poco posible prever el nacimiento y el destino de una palabra como los de un
individuo.
Sólo se puede, como en la sociología, señalar teru
dencias: oscurecimiento de la motivación, eliminación
de los conflictos homonímicos, metaforización cle Ias
rrociones abstractas, expansión o atracción de temas
¡rsicosociales privilegiados, principio del mínimo esfuerzo, etc., son fenómenos que tienen efecto en todas las
í'pocas y en todas las lenguas, pero cuyo estudio sólo
cs verificable considerando el conjunto. Puedcn ser una
t'xplicación después del hecho en un caso particular,
l)ues son ciertamente la causa del fenómeno, pero a la
vez una causa que no es necesaria: no se trata de leyes,
sino de ten"d,encios estad,ísticas.
MOTIVACIONES INTBRNA
V. PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
l.
Lr¡¡cu¡, Y
ESTRUCTURa
Hasrl aquí hemos considerado las relaciones del con'
cepto y de la forma significante en el nivel de la palabra aislada, como cuando se hace el inventario de una
casa o el recuento de una tropa. Pero una lengua es
un todo, un organismo donde el va]or de cada elemento
depende no solamente de su naturaleza y de su forma
propia, sino también de su lugar y sus relaciones en
mántica.
Los diccionarios de raíces y de familias gramaticales
por una parte, los diccionarios ideológicos por la otra,
establecen la existencia de estructuras formales y con.
ceptuales en el interior del léxico; el análisis de la sig'
nificación muestra al mismo tiempo que toda creación,
sea morfológica (derivados y compuestos) o,semántica
B4
85
f---fr"r;-\
\__/
'. t..
.
|
,'
i
células, las cuales {orman tejidos que constituyen órga'
nos (corazón, hígado, etc.), agrupados a su vez en sis'
ella penetra cada vez más en la sintaxis, y recientemente está en vías de abrir nuevas perspectivas a la se-
EXTERNA
(contaminación, etimología popular, cambio de sentirlrr), descansa en as,ociaciones entre pal.a,bras.
Saussure mostró en su C¿¿rso que las palabras for,rran un sistema en el cual cada una extrae su oaüor
rlc su posición con respecto a las otras: ttcarnero" no
liene el mismo oalnr qrte en inglés sheep, ya que desiqna a la vez la noción de sheep (borrego vivo) y
l¿ ¡fe mutton (borrego en la carnicería).
Saussure ha subrayado en su Curso la "interinanirnación" del léxico, en donde cada palabra es el centtconstelación"
I lo cle una
de asociaciones.
el conjunto.
El cuerpo humano, por ejemplo, está constituido por
temas (circulatorio, respiratorio, etc.), y el toilo integra
estru,cturos coherentes en que todos los elementos y
grupos de elementos dependen unos de otros. La for'
ma y el funcionamiento del sistema circulatorio, por
ejemplo, dependen de los del sistema respiratorio.
Corresponde a la lingüística saussuriana haber señalado de manera original y revolucionaria que la lengua
es una estructura. Este enfoque condujo al estudio
estructural del sistema de los soniilos: la fonemática;
Y
cnseirar
,l
,"
cnseñamos
¿"
,"'
ctc.
i
I
-z'lr
t\
,pr.náir.¡e
t
instru'lción.
,iatarra
'.
¡enrplanza
\etci
\
etc'
.1¿.
etl.
Reproducimos aquí el esquema saussuriano (Curso,
¡rígina 175), en el que la palabra "enseñanza,, está
lt'lacionada, por sus sonidos y su forma, con ..enseñar,r,
"cnseñamos", etc., por su contcnido con ttaprendizajerr,
"instrucción", ttdidáctica", etc., y por su forma foné-
Iica con "matanza"r tttemplanza,,, etcétera,
I)csgraciadamente, no tuvo Saussure tiempo para
rlcsarrollar esta noción de la t'red de asociaciones".
86
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
LOS CAI\,IPOS LINGÜfSTICOS DE
La idea se encontraba, sin embargo, en el aire, El
estudio de las metáforas, por ejemplo, postula irnplí-
1910 R.
87
se origi.
en el. idioma (conllictos homonímicos, contamieümología popular). pero según la semánüca
:,,,,,i:1,
u'uulctonal no se trata aquí sino de accidentes
o de
r:nsos marginales,_ y Ios principales tropos (metáfora,
lrctonimia) son definidos y cóncebidos desde el exterior. Para Bréal y sus discípulos, la semánüca
se orien-
citamente la noción de estructura; y se las ha agrupado
siempre según su origen (metáforas tomadas del vocabulario de la caza, del cuerpo humano, de elementos
naturales, etc.), o según su destino (metáforas que designan el amor¡ la idea de fuerza, el dinero).
Ya en
TRIER
,:,,rrcebidas en Ia realidad y fuera de la
lengua. Cier_
t¡unente, varios de estos cambios de se¡rtido
r¡¡rn.
M. Meyer comprobaba que en la
nomenclatura de los grados militares cada término deriva su valor de su posición en el conjunto de la terminología que constituye un "sistema semántico" (Bed,eu-
tnba ha-cia los aspectos lógicos, psicológicos
e histórieos
rI: Ios fenómenos, mucho más'iue h"üu
I i rrgüística.
"r-""rsalidad
tungs-System).a
L. Weisberger? por su lado, insiste en la interdepen-
l,ll estructuralismo no podía dejar de criticar este
¡rrrnto de vista. Yo lo hice
-i libro Étym.ologie,
('n que traté de mostrar: por "r,
una parte, que Íu poro'nirrrin, h-ajo múltiples formas, lejos de ser'un accidente
cs un lenómeno general, y por otra parte, gue
la motivrrr:ión exoglótica, por evidente y ,.a..o.iu que
sea,
dencia de nuestros conceptos y de nuestras palabras.
Muestra, por ejemplo, que los nombres de los colores
forman un sistema arbitrario, que se podría muy bien
dividir de manera distinta el espectro, y que los antiguos tenían una escala diferente a Ia nuestra, que refleja una manera de concebir la realidad distinta de la
nuestra.
Abre así el camino al estudio de los "campos lingüísticos" que habrá de -.er ilefinido por Thier.
2. Mouv¡.crór rurnmse
y
rforrvAcróN
EXTERNA
ls un criterio Iingüístico incompleto e insuficiente.
Volvicndo.a-uno de mis ejemptros: li bécasse
[cierta ave lla-
¡rrrrda "chocha"- en español] tiene ur,
r) r'ccurso de- designar un animai con base
en una par.
t
Como quedó dicho antes, los modos <Ie formación verbales pueden ser internos o externos.
Los cambios de sentido se debe¡ eseneialmente a una
motivación externa, Ia que, con muchas reservas, será
objeto de las páginas siguientes. Pero lo que mothta
el sentido es efectivamente la analogía entre dos cosas
1 R. M. Meyer, "Bedeutungssysieme", en K. 2.,
368 (1910).
XL[I,
352-
,roñbr", bec, que
cn francés significa
y que le viene por tener
-"picuda,,
r.l ¡ico largo (criterio
externo o áxoglótico), ir"ro uderruis por existir dentro de la lengua frur".rr
ál modelo
ir:rrla-ridad física (comp
.
orej ón, cabezona, píco_caioa,
rrtlto-hueso, boca.-chíco, cascabel,
espoáol¡. Así es
"r, ei consideración
,¡rre el hecho externo debe ser tomado
rrir'.rnpre conjuntamente con Ios criterios
endoglóticos.
Ilespecto de esta cuestión fundamental lñe c.rrfor-
rrrrrré aquí con exponer algunos estudios y criterios
bánir:os para una semántica endoglótica y estructural,
to-
rlrrvía en pañales, pero que ya permiten yislumbrar
rurn rcnovación de nuestra disciplina.
BB
EN TORNO A
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
3. Los caMPos uxcüÍsrrcos ¡u Tnrrn
J. Trier en sa Der d,eutsche Wortsclwtz im Sinnbezirk
d,es Verstand,es (Heildelberg, 1931), estudia Ias palabras que se relacionan con el sector conceptual del entendimiento y señala qune constituyen un conjunto estructurado, en el interior del cual cada una está bajo
la dependencia de las otras.
La idea de Trier, como la de Weisberger, es que
nuestros conceptos abarcan todo el campo de lo real,
como las piezas de un rompecabezas, sin dejar huecos
y sin superponerse.
De ello resulta que todo cambio en los límites
de
un concepto acarrea una modificación de los conceptos
vecinos, y, de rechazo de todas aquellas palabras que
los expresan.
De esta manera Trier aprecia que a principios del
siglo xrrr eI vocabulario alemán del conoqimiento des-
cansa en tres palabras: Visheít, ttsabiduría", Kurut,
ttartilugio"; un siglo después
"atte" 1 y List, "maíta",
y Wissen. Pero no se debe
Kunst
se encuentran Wisheít,
creer que hubo simple sustitución de List por Vissetu.
De hecho, el sentido de los tres términos del complejo
ha cambiado clesde entonces al renovarse por completo la estructura lexicológica y la visión del mundo
que refleja.
Ilacia 1200, Kunst se aplicaba a la esferas cortesaal conjunto de los conocimientos del
(prudl'-homme) y del caballero; .Lisl
probo"
"hombre
se aplicaba a las esferas de conocimiento del villano.
Son l{ünste el conocimiento del código cortesano de
honor, el modo de batirse en torneo, la actitud hacia
las mujeres, y también el arte del poeta y, de una ma-
nas del saber,
TRIER
89
rr,'ra general, las toartes liberales". En cambio la medi,'irrl, Ia astronomía, todos los oficios, y la destreza técrrir:¿ del artesano, sorl Liste.
l)ero el contraste Kuwt-List, que a falta de mejores
r',,cablos traducimos pot arte y artifício, expresa en rea-
lirlld una diferencia que estriba
menos en la naturalirlcza y en la forma intrínseca del conocimiento que en
lir clase social y su actitud hacia el saber. Así, la tcnacirlad y la destreza en el combate, el dominio de sí, son
/(anst (arte) en el nobler pero Zisl (maña) en
¡,r rcblo.
Y la
el
la vez con
List y cubre a ambas. Es eI conocimiento
r'''¡riritual considerado alavez desde los puntos de vista
rrroral, estético y, sobre todo, religiosoo frente a las
liu,rtst
y
Wisheie (sabiduría) contrasta a
con
¡rr:titudes y habilidades prácticas que son las artes cortesiuras
y las técnicas plebeyas;
es sapíentia, tanto en su
c¡r¡irrcnte carácter de sapientín personalis como de sa-
¡ierúia, dei.
[,as tres palabras reflejan, pues, una situación
y visión del mundo partieulares: un orden material del
lonocimiento gue es doble y que opone una sociedad
lr¡¡tcsana con su Kunst a una no cortesana eon su trrlsr.
l)cro este mundo dividido por dos modos de aprehender
lt realidad social y económica, recupera su unidad en el
orden es¡riritual. Hay dcs actitudes espeeíficas hacia
lt acción v ciencia material, pero solamente una har:ia la sabiduría y hacia el conocimiento divino que
t:ubre a ambas.
Cien años más tarde este esquema ha cambiado
List ha sido rr:rnplazatlo por Wissen,
(saber), pero el contenido y Ias relaciones de Ios tres
tí.rrninos Wislteit, I(unst, Wíssen es distinto:
lrrrnlrletamenle.
90
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
EN TORNO A TRIER
4. EN ¡onNo
I
91
TRren
L¿ noeión de campo lingüístico, de{inida por Trier,
r:onstituye la gran revolución de la semántica moderna"
Sin embargo, era inevitable que suscitase críticas y
r
I(ansl designa ahora las esferas más elevadas del
conocirniento: tiende hacia el sentido moderno de arte
en oposición a Vissen, que se aplica al saber en general y a Ia habilidad y la capacidad técnica en particular, pero sin connotación social. El conocimiinto
y las capacidades del individuo pueden desde ahora
considerarse independientemente de su clase social.
Wisheit deja con esto de abarcar el dominio de
y d,e Wissen; el saber material y la sabiduría
espiritual difieren ahora en su esencia. Este nuevo esquema refleja Ia desintegración de esta unidad y de esta
catolicidad del c.onocimiento característico de ia civilizaciín medieval.
Las palabras forman de esta manera un ..campo lingüístico" que abarca un campo conceptual y expresa
una visión del mundo, que permiten reconstruir.
Las ideas de Trier han sido el origen de numerosos
Kunst.
trabajos. En el campo francész Hans Sckommodau. por
ejernplo, ha señalado cómo en el curso del siglo xvrn
Ia-degración de las nociones morales ha sobliado el
T alcr
de las palabras de la vida afectiva; el voeairulario
de la sensibilidad se transforma por la asimilación de
Ia sensibilidad moral a la sensibiiidad física.
2 H. A. Hatzfeld, "Linguistic investigation of old
French high
spirituality" (con buena bibliografia), en pMLAA, LXI, 3tI378 (1946).
cajustes.
La iclea misma de un campo lingüístico homogéneo,
sin huecos ni superposiciones, no resiste el examen, si
dominio de las nociones intelecsrrlimos del privilegiado
-escogiá
Trier. El vocabulario del mundo
lrrales que
físico y material es siempre confuso en sus linderos. Por
rrtro ládo, partiendo de los conceptos, ignora Trier la
irnportancia de los cambios {onéticos y semánticos que
rrlcctan directamente a la lengua.
Iistas críticas generaron nuevas definiciones del cam'
¡ro lingüístico, también llamado "campo semántico",
I¡tsado en criterios di-terentes.
Jolles e Ipsen3 definen el "campo" partiendo de cri'
Icrios formales y lingüísticos. Ocurre lo mismo con
los "campos asociativos" de Bally, para quien el campo
,k: la palabra "buey" induce a pensar: J/ -en toro, vaca,
r'('s, cuerno, rumiar, efc.; 2) en labor, arado, yugo, etc';
y finalmente 3/ puede hacer pensar, en español o frant'í's, en fuerza, tenacidad, trabajo paciente, aunque
lrrrnbién en lentitud, pereza, pasividad. EI lenguaje
[i;lurado interviene como un reactivo (comparaciones,
nretírloras, proverbios, expresiones estereotipaclas);
r:onrpárense: un calor para ¿tsar un buey; rumi¿rr una
i,kll poner un arado delante de los hueyes; {uerttr como
,,,, buey; ser un buey para el trallajo, etcétera'a
:i C. Ipsen, "Der neue Sprachbcgrif{", en Zeit' tür Deutsch'
/,¡rnde,
XLVI,
a Clr.
8a111',
1932.
en Franqais Modcrne,
VIII, p. 195 (1940)'
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
92
Diliere esta definición del campo rotundamente
Ia de Trier. La noción de estructura lexicológica
de
es
ccmpleja y converge en estudios de los estilos más distintos, según el punto <le vista adoptado. El problema
está todavía lejos de haber sido examinado y aclarado
en su conjunto.
5.
Ll
r,rxlcor,ocÍA DE l\{aronÉ
La
lexicol,ogí¿ de Mato¡é5 es uno de los desarrollos
más recientes de la semántica estructural.
Es un estudio de los "campos nocionales" empa.
rentado con el de Trier en la medida en que es paraglótico, ya que según el autor "el objeto de Ia lexicología es particular; es partiendo del estudio del vocabulario cómo intentaremos explicar una sociedad. Podríamos definir tarnbién la lexicología como una disciplina
sociológica que cmplea el material lingüístico, que son
las palabras" (La méthode, p. 50).
Es sobre todo cuestión de temperamento y de visión
no hablar de método-, lo que separa a Trier
-por
de Matoré. El primero es t'filóso{o", en le tradición de
la escuela iclealista alemana; el segundo es "sociólogo"
de Ia escucla francesa ilustracla por NIeillet, Brunot,
Vendryes.
Trier estudia ante todo Ia vida espiritual y moral
con la finalidad de captar cl Geist ("espíritu") de una
nacií¡n y de una época, mientras que lVlatoré se interesa principalmente por el sustrato material, económico,
t6cnico, político, del léxico.
Es {ácil reconocer en el último el enfoque con sus5 G. Matoré, La méthode en lexicologic. Domaíne frangak,
E. Didier, ParÍs, 1950.
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t -r§TE : Tf,.ClilC-l' ana l-ái
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\lato¡é,
Imaqrnlctones
EL ARTE
94
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
ESFERAS DE PENSAMIENTO
DI.]SI'IiIII}I.]II
I
titución del estudio "atómico" de palabras aisladamente
consideradas por la noción de estructura.
Matoré deslinda en primer término las "generaciones lingüísticas'2, que son los grandes gajos históricos
dentro de los cuales estudiará la estructura lexicológica
desde un punto le vista estático. Divide de esta suerte
el periodo que va del Renacimiento a las postrimerías
Jl EI métodor
o/ Análisis: analizar (fin dcl s. xvll).
ó/ Experiencia: empirismo ( I736, rurxlir.irrl ).
c,) Síntesis (s. xvrr: Descartes) y sislr.rrrr.
2./ Bl modelo: Ia naturaleza: principul olrjr.t,r
la ciencia; la observación.
a) l. Ciencias naturales: zoología, botírnir:n, r,l
xlx en once generaciones de unos 33 años.
En cada uno de estos estados de lengua encuentra
la presencia de palabras-testígo o neologismos correspondientes a nociones nuevas que surgen en el seno
2. Derecho natural: el "I¡uen snlvljr:" ("[rr
r
del siglo
sauuage" ) .
3. Moral natu¡al: deísmo, ateísrno, r,hnrlrrt,
nismo (1752).
ü,/ La naturaleza y e7 sentimiento.
1. El Arte: el "Bello ld,eal" ("beur il.inl"
2. El gusto por. la Naturalezo: jurdín irr¡¡lr'.
de la colectividad en ese particular momento de su historia. Entre estas palabras-testigo algunas tienen una
importancia primordial, honnéte homme ("hombre
honrado, cabal; buen hombre") en eI siglo xvll; "{ilósofo" en el xv¡rr. Son palabras-claue que rigen a las
otras y son el centro de rn cam¡to nocional. La lexicología tiene por objeto establecer, deslindar y estudiar
los campos nocionales que caracterizan una sociedad.
De La méthod,e en lexicologie reproducimos, a título
de ejemplo, el plan para el estudio del léxico de la generación de 1765, y el campo nocional de A*e y Técnica hacia Ia misma época (v. esquema, p. anterior).
EL LIiXICO EN
C) M¡nros:
Le. razón y las luces.
Razón: su carácter: ni autoridad ni tradición: tra'
dioional (1772) ; eclecticismo (1755).
b) Luz: etr siglo cle las Luces.
a)
lÍ. El sentimiento.
l. En la vida:
sensible, sentimental, romrintir:u,
r.ru
térico, apología de las pasiones (ardor, r,nt¡rril,,nl
éxtasis, vapores, Iágrimas),
2. En el arte:
l/ El corazón: sentimiento, patético, txrnnrovr,rl,r
interesante, lindo,
2) La imaginación, el mrmen (labia, "ucr.ari').
3) I-a originalidad: genio, mágico, plugio (r¡,'rrrl
mico se vuelve peyorativo).
1765
A) Ttpo socral: nr- r¡lósoro:
B) FiNrs: LA Ftrr.rciDAD:
f.
etcétera.
3.
En h filosofía: esoté¡ico (1755),
cs¡ririrrrrrlint
(177s).
III. l,¿s
sensaciones,
1. En l¿ vida: el placer; vocabulario galarrlr': volrr¡
tuosidad, amono ("affaire"), favores, furrtrrrrírr, r.t,
2. lin el arte (papel importante de las rrto¡ ¡¡rr.r¡r
"intelcctuales" que la literatura: pintunr, rrrÍrrir.rr
3. En lilosofía: Helvecio.
ENCRUCIJADAS DE
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
96
IY. La sociedatl: el esprit, Ia conversación, el gusto, la
corrupción del corazón (burlar, persíÍler, 1762).
co'
Y. La t¡irtuil,
BELIN-MILLERON
97
á/
Evolución y progresor la perfectibilidad (1750), perfectible (1767), decadencia (1770).
c) Individuo y sociedad: individualidad, genio. La sociedadr vida política, libertad, patria, nación, hu.
manidad.
d,/ Síntesis: Ia idea de civilización (1769).
D) Los Rrsurteoos:
l. Nueua clasílicacíón de las ciencia.s.' psicología
(psicó-
Iogo, 1760), estética (1753).
2. Los progresos d,e las ci,encías: c.bandono de la menta'
Iidad precientíIica. Las ciencias y el problema de Ia
nomenclatura, Los progresos de las ciencias:
a.) 1. Ciencias naturales.
2. Química
3. Física.
4. Matemáticas.
ó,/ 1. Ciencias económicas: economistas 0767): los fisiócratas, la noción de clase social (Turgot).
2. Ciencias políticas.
Este cuadro expone al análisis la estrecha interdep€ndencia de las dos nociones, tal como se encuentran
en los escritos de ese tiempo, en especial en los Salones de Diderot y en la Enciclopedia.
Las ideas y el método de Matoré se han concretado
en algunos estudios importantes: la propia tesis del
autor solrre Le uocabul,aire et, la société sous LouísPhilippe, la de A. J. Greimas sobre Za moile en lBS0.
Essai
de ilescription du
uocabulaire
aestím.entaire
d'aprés les journaux d,e mode le l'époque,la de B. Quemada sobre Le comrnerce aÍwureu$ dans les roruilts
mondains (1640.1670).
3. Las artes,
o,l Las tendencias del gusto: academisrno, originalidad.
o'genio".
El
D/ La nueva estética: de 1o lindo al "bello ideal".
c) Las realizaciones.
1) Artes plásticas I su ¿esarrollo:
la pintura.
(bellas artes) I -- --- -- -
2) M{¡sica.
I Pro.". Pocsía. El
3) Literatura
I litelario: noble;
(bellas arrcs) ) neología.
4.
vocabulario
neologismo,
aid,a económica: los oficios (Enciclopedia); el co'
mercio: capitalisrno (1759) ; importación (1748), comercial (1749), contabilidad (1753).
La
5. Las nuéaas ideas.
¿) El análisis. La Enciclopedia. Las nuevas nociones,
arte, técnica, ciencia. Valoración de la idea de trabamaquinismo (1742), industrial (1770),
jo;
Por su originalidad y por una constante preocupación metodológica, consagran estos trabajos ia importancia de la noción de "campo lingüístico,,, dándo[e el
lugar que, sobre todo en Francia, no le había sido concedido, y al mismo tiempo encerrándolo entre límites,
duda deseados y reconocidos por el autor, pero que
1,n
deben superarse.
El estudio de las "esferas do pensamiento,, de Sper-
ber y Ias "encrucijadas lingüísticas" de Belin-Milleion,
ponen en evidencia el aspecto psicológico y lingüístico
(str,ícto sezsu) de este problema"
6. Esrrnq,s
Sperber6 (p.
DE pENSAMTENTo DE
SprRrrn
66) ve en Ia luerza emntiuq una de las
in ilie Beileutungslehre, Leipzig.
6 H. Sperber, Einführung
98
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA
fuentes de la creación lingüística
y
de los cambios de
sentido.
Lo mismo en la colectividad que en el inilividuo
hay esleras de pensamiento privilegiadas, suerte de
temas obsesivos.
Dependen del medio y ile la actividad: la tierra, las
estaciones, por ejemplo, ocupan un lugar,preponde'
rante en los pensamientos y preocupaciones de los cam'
pesinos; al igual que el mar y la navegación preocupan
al pescador. Se ligan también a las circunstancias: los
temas religiosos en ciertas épocas, los temas políticos
LOS CAMPOS
SEMANTICOS
99
la expansíón de la terminología militar y de montería
en la Edad Media, en las metáforas tomadas de la vida
religiosa y de la liturgia durante las guerras de reli.
gión, etétera.
Las tesis de Sperber desembocan en toda una corriente de Ia estilística actual, de inspiración psicoanalítica. Encuadrado dentro de mi descripción de la metáfora, concebida como una posta semántica (cfr. sw.
pro), de{iní el fenómeno de la metasemia inconsciente con el término de transualorizacíón.I Aunque estos
hechos son de origen individual
y de ahí
ésdlí"stieo
durante una ¡evolución, adquieren lugar de preferen'
cia. Así, el miedo, el odio o la voluntad de poder pue'
den invadir en tiempos de guerra el campo del sub'
en sentido estricto, no dejan de desempeñar un papel
decisivo en la for¡nación de una lengui dada.
consciente.
Se trata de obsesiones difusas, no fiiadas, frecuente'
mente inconscientes y aun inhibidas por tabúes sociales.
7. Las nNcnucrJADAS r¡NcüÍsr¡cas
Desde el escondido puesto que ocupan en la con'
ciencia, coloran el pensamiento y actúan en dos direc'
ciones Áobre el lenguaje: por atracciíny por expansión.
Pueden atraer otÍos pensamientos y otra§ palabras
a su órbita, tomando imágenes de la realidad exterior.
Así, la ametralladora se vuelve para el soldado un
molinillo de café, o una máquina de coser, una rega'
dera, etc. El lenguaje popular (argot, caló, germanía)
y el'lenguaje familiar tienen una bien conocida ri'
queza metafórica para referirse al dinero, el sexo, al
amor, temas obsesivos, si los hay.
La fuerza emotiva puede actuar también por descompresión: el tema estalla y se vuelve fuente privile'
giada de imágenes. Esto hace que en ciertas épocas y
en ciertos medios el lenguaje militar, religioso o polí'
tico actúe sobre el vocabulario entero. Basta pensar en
nr
Brr,r¡v-MTLLERoN
Iil
Iógico y sociólogo Belin-Milleron ha puesto de relieve la existencia de una lógica "concreto-compleja,,
tlistinta de la lógica conceptual t¡adicional.s Tiene-su
<irigen en el Ienguaje mismo y en asociaciones verbaIes que se crean en
virtud de correlaciones lingüísticas
privilegiadas, lo que Belin-Milleron llama .,encrucijadas lingüísticas del pensamiento',.
Analizando
el lenguaje político de la
Revolueión
francesa, señala el autor que las nociones de Ley y de
Patria, por ejemplo, están siempre asociadas a tns-mísmas id,eas alectíoas o técnícas, "pasan por los mismos
caminos", asociadas a los mismos nexos de Bienestar
gcneral, Unión, Pueblo, Felicidad, Virtud, Libertad,
7 Véase mi artículo sobre la semiología de la expresión poé.
lica, op. cit.
8 Belin-Milleron, La rélorme d,e la connaíssance. Ed. Arrault
<:¡ Cie., 1942.
IOO
PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURAS
Sacrificio, etc. A fuerza de encontrarse en los textos
y los discursos las ideas de Ley y de Patria asociadas a
las mismas palabras e implicadas en las mismas situaciones, se termina por identificarlas, y esta identificación no es implicada por la definición de las palabras
y los cánones de la lógica tradicional, sino por la co'n'
aergen"cia. de los nexos formados por las dos series no'
cionales de Ley y Patria.
Así, en el espíritu público "cada noción que abre
una serie no es ya un concepto arbitrariamente aislado
por el idioma, sino un agregailo de determinaciones
y de alegaciones", y el conocimiento que tenemos de
esas nociones es de naturaleza "concreto-compleja",
descansa
en determinaciones múltiples de naturaleza
espiritual, afectiva, etc., no ya en definiciones lógicas
abstractas.
Es una crítica de Ia lógica aristotélica. Lo que nos
interesa aquí es la naturaleza lingüística del fenóme'
no, con las hipótesis y las vías que abre a la semántica estructural.
B. Los cAMPos sEMÁNrICos
Actualmente se llevan a cabo diversas investigaciones
cuyo objetivo común es describir conjuntos léxicos
por medio de un sistema de rasgos de significado elementales. Son sistemas cuyos modelos son los de la lin'
güística moderna y, en especial, de la descripción fo'
nemática.
Estos estudios aspiran a superar la noción del campo
y superficial-r para llegar a estructuras,
-estrecha
a Ia vez más profundas y más generales, que pudieran abarcar el léxico en su totalidad.
LOS CAMPOS
SEMANTICOS
101
El capítulo siguiente constituye un balance de dichas
investigaciones
poco avanzadas y a menudo
decepcionantes. -todavía
Se eneontrarán en ellos diversos ejem.
plos de "campos semánticos" tornados de B. Pottier
(p. 112), de G. Mounin (p. 1I2 s.). Esas investigaciorres se podrían mencionar ya en este capítulo toda vez
que estamos tratando ahora del catnp% más que de
sistem,as.
La tarea es precisamente reducir estos canapos a ver.
daderos sistemas y éste es el problema que se plantean
las diversas semánticas y Iexicologías actuales, de ins.
piración estructuralista. No se podría decir que lo ha.
yan resuelto: de hecho, tenemos el derecho de pregun.
tar si es posible resolverlo, al menos en los términos
cn gue actualmente está planteado.
EL ANALISIS DE LA
VI. LA SEMANTICA ESTRUCTURAL
Le srnÁ¡rrca, tal como fue concebida originalmente
por Bréal, es un estudio histórico (véanse capítulos
ru y rv). En cambio, las üversas teorías que reagrupamos bajo el rubro de t'campos semánticos" o
"campos léxicos o lingüísticos" son los primeros esbozos de una semántica descriptiva que, según la ense.
ñanza de Saussurg buscan una definición sincrónica
y estructural del sentido.
Sin embargo, el balance de tales tentativas es modesto e inclusive negaüvo. Todo el mundo está de acuer.
do en ellq al grado de que muchos se preguntan si
no es utópica la empresa.
Se ha observado, efectivamente, que son muy pocas
las estructuras léxicas, que siempre y en todas partes
son las mismas y que cada una de ellas abarca sola-
mente un csmpo conceptual reducido.
De hecho, se trata de las palabras que designan: los
colores, los grados militares, los grados de parentesco,
u otras escalas que forman pequeños conjuntos de una
docena de voces, que cubren un campo muy bien delimitado, dividido en nociones diferenciadas cuyas re.
Iaciones son ttcomplementarias": los colores, lo mismo
que los grados, son como los peldaños de una escala
cuya cantidad se determina por el espacio que cada uno
puede cubrir.
Estas estructuras lingüísticas corresponden a estructuras conceptuales que resultan ser casos particulares
y excepcionales. Es evidente que salvo dichas excepciones, no se podría confundir la noción de cam¡n semárrtico con la del sistema fonemático que integran los
fonemas o el sistema morfemático integrado por los
r02
DISTRIBUCIÓN
IO3
morfemas,_en que cada uno de los elementos en juego
es necesario para el funcionamiento del conjurrio, -y
que es el único que merece el nombre de estructura.
El campo semántico es ciertamente un conjunto de re.
Iaciones del que cada término extrae su motivación,
pero esas relaciones no son necesarias ni sistemáticas.
Este carácter contingente de las relaciones léúcas parece borrar toda esperanza de reducir el léxico a un
sistema completamente estructurado.
Sin embargo, tal es la vía a la cual se ha lanzado Ia
Iingüística contemporánea desde cuando fueron escritas
las líneas de Ia primera edición del presente opúsculo,
hace veinte años. Lo que ahora tenemos qrr" li"""r,
",
el balance de esta empresa.
Como era de esperarse, una vez que las dilerentes
escuelas de gramática distributiva, tránsformativa, ge.
nerativa, etc., hubieron ofrecido modelos para sus especulaciones, Ia semántica intentó marchir por esas
mismas vías y por las rigurosas de la fonemática.
I.
Er. e¡¡Ár,rsrs DE LA
DrsrRrBUCróN
El análisis del sentido es el problema fundamental de
la lexicología. ¿Cómo definii el sentido de una palabra? ¿Cómc, distinguir los diferentes sentidos de una
palalra?
En un punto al menos, la lingüística moderna es
al considerar que "las palahras no tienen
sentido, tienen solamente cmpleos', y qr" .,los sentidos
unánime
ya palabra no son sino Ia .r.u d-" sus empleos,,.
Iis decir, que el sentido de una palabra dentro áel discurso (no habría sentido más quc en él) se define por
sus relaciones con Ias otras de la cadena hablada.
d-e
104
EL ANALISIS DE LA
LA SEMANTICA ESTRUCTUML
Consideremos, por ejemplo, los 64 sentidos
o signi-
ficados que el diccionario de Littré distingue respecto
del verbo ürer (sacar o tirar). El autor nos lo ofrece
a granel, pero de hecho el análisis inüca que dichos
sentidos se pueden reducir a solamente 4 categorías.
La primera y más importante es la que agrupa todos
los significados que implican un movimiento impuesto
por un sujeto que atrae un objeto hacia sí.
Se ve entonces que los diferentes sentidos que dis-
tingue Littre: §dcar (extraer) aino, ialar la pierna,
tírar las reses, l,irar un uehícub, sacar o extrq,er un
ingreso, ,efc., dependen de la naturaleza del objeto
atraído, según que sea móvil o no, que sea sólido o líquido, etc. El sentido está ligado, por otra parte, al
medio empleado para atraer o tirarl. cuerd,a, mano, pipetq etc.
Así, la acción es definida por su objeto (o su sujeto,
su medio, etc.). Y recíprocamente, el uehículo, el oino,
el ingreso, la res, son (p,rcialm"ente) definidos por su
propiedad de poder ser id.ados o atraídos.
Esta definieión sintáctica del sentido es la base del
análisis de la distribución (llamado "distribucional" en
francés), que consiste en clasi{icar y definir las pala'
bras y sus significados por sus relaciones con los otros
términos del conjunto, postulando que las formas que
se encuentran puestas en un contexto idéntico, tienen
propiedades comunes definidas por dicho contexto.
ttél saca vino (pulDe esta manera, en frases como
que, cerveza, etc.) del barril", se concluirá que vino,
a una misma categoría.
Puede verse que un análisis de este tipo rechaza toda
referencia al t'sentido", o sea, su contenido semántico,
y el problema de saber si el sentido será recuperado o
pulque, cervezaz pertenecen
DISTRIBUCIÓN
IO5
no y reintroducido al final de la operación es un aspec'
to secundario del método, que continúa siendo en prin.
cipio formal; el parentesco semántico de vino, ceweza)
sidra, es definido únicamente por la propiedad de
poder conmutarse en un mismo contexto.
Se notará el carácter revolucionario del nuevo méto'
do; pues si a menudo hemos subrayado la recurrencia
periódica de los modelos y de los puntos de vista, se
debe notar que este "antimentalismo" (rechazo de
recurrir al sentido definido como contenido mental)
vuelve a poner en duda una tradición que data
los orígenes de
gráficas.
la
especulación
de
y de la práctica lexico-
L. Bloomfieldl es el jefe de la escuela de Yale en los
Estados Unidos y padre del "distribucionalismo", de
donde su discípulo Z. S. [Iarris sacó todas las consecuencias. En formas más o menos puras, más o menos
ttdistribucionalis'
ortodoxas, más o menos rigurosas, el
mo" domina toda la práctica lexicográIica más reciente.
Tal es el caso, concretándonos a Francia, del Dic'
cionario del lrancés contemporáneo de lean Dubois,
del primer volumen, recientemente aparecido, del 7e'
soro de la lengua lrancesa de Paul Imbs, y si el Diccbnario il,e Robert es un poco conservador, nutre el pensamiento de un equipo que ha colocado esta problemática del sentido en el centro de sus reflexiones y
en el centro de una confrontación entre Ias esperanzas
de una teoría revolucionaria y de una práctica cuyas
limitaciones e inercia siguen siendo considerables.
Respecto a estos trabajos de lexicógrafos teóricos.
1 L. Bloomfield, Le langage, Paris, Payot, 1970 (la primera edición es de 1933); Z. S' Harris, Structural Linguístícs
(19sr).
106
LA SEI\ÍANTICA
ESTRUCTURAL
EL ANALISIS DB LA
y particularmente los de Jean Dubois, de Alain Rey y
de J. Rey-Debove, léanse los artículos publicailos re'gu_
larmente en los Cahiers de Lexicolo{tc, los números
colectivos de Langue lrangaíse (númJro 4 La sémantique, nirmero 2 Le lexique) y las lectura s de Lexí¿ologie de Alain Rey.
Estas especulaciones, a menudo muy avanzadas y
muy abstractas, son los pilares actual¡nente de Ia práática lexicográfica. Examinaremos como ejemplo el
artículo abqnd,anar del Tesoro de la lengtÁ
frarrcesa,
cuyo primer volumen apareció en febrero de L972.
Ciertamente dicho artículo es todavía muy prudente
y vemos con claridad que concibe el sentido como un
dato intuitivo de la experiencia.
Dicho esto y una vez admitido que estos sentidos
no son más que una reconducción de la herencia lexico.
gráfica tradicional, el Tesoro de la lengua lrancesa los
reagrupa en un marco original cuyos criterios de clasificación son completamente sintácticos.
Así, el artículo abandonar distingue:
I. Empleos transitivos; II.
Empleos pronominales.
Entre los primeros se distinguen:
A) Empleos
B)
transitivos, en que el agente es normalmente una persona;
Em-pleos con un segundo objeto siempre prece-
dido por a.
de A se oponen los empleos
Pl
"J objeto
"-r:" es
1) el
una cosa y
persona.
El
caso en que
en que
2) el objeto ., ,nu
el objeto es una cosa, es el
DISTRIBUCIÓN
107
a) ellazo anterior con el objeto
era una ligadura de posesión rcal y b) eI lazo
caso en el cual:
con
el
objeto era una ligadura de posesión
solamente proyectada.
El sistema de los sentidos está ligado a este sistema
de relaciones sintácticas:
A)
1)
"Romper una ligadura que unía el agente a una
personaoaunacosa";
"Romper una ligadura que unía el agente a una
cosa";
a)
"ligadura de posesión real".
Así, el ejemplo: el ltumild,e propietari,o abandonó su
I. A, I, a (empleo transitivo,
el agente es una persona, el objeto es una cosa, el lazo
anterior con el objeto era de posesión real) lo que significa que t'una persona rompe un lazo que lo unía a
una posesión real".
Se ve pues, que Ia distinción de los sentidos es ope.
rada con base en criterios formales (categorías gramaticales) que definen las relaciones de la palabra con
Ias otras palabras del contexto.
Es evidente, sin embargo, que un análisis de este tipo
es limitado y que no nos dice, en particular, Ia manera
como abandonar significa "romper un lazo".
El análisis se limita aquí a la superficie de las palabras, pero uno se da cuenta, al mismo tiempq de Ia
formidable tarea que sería, admitiendo que fuera po.
sible, la reconstrucción de una estructura del léxico
fraucés en su conjunto.
Sin querer ir tan lejos, Jean Dubois, en una ,"erie de
ca.ntpo es clasificado como
1OB
LA SEMANTICA
EL ANALISIS DE LA DISTRIBUCIÓN
ESTRUCTURAL
artículos y trabajos, nos ha dado el modelo de un análisis distribucional llevado hasta un cierto grado de elaboración. He aquí, a guisa de ejemplo, cómo define
y compara dos sinónimos tales como agudo y pícud,o.z
Estudiando la dístribucü¿ de estas palabras, distingue tres clases:
La primera está constituida por los sustantivos que
admiten los adjetivos redondeado o picudo; de entre
estos sustantivos, una parte solamente admite agudo.
Esto ha sido establecido a partir de las posibilidades
de las permutaciones que definen la distribución de
estas palabras.
fuí, se dicel. uñas, pico, llecha, etc,, picu,ilos o agudos; pero sornbrero, cabeza, zapato, etc,, picu.ilos, pero
no agudos. Por Io tanto, en esta clase, agud,o apareee
como un subconjunto de pícuilo.
Esta situación se invierte en la clase de sustantivos
que admiten sordo o taladrante, corno.i 1)oz, gríto, thnbre, sonido, etc.; de entre éstos, solamente aoz o totlo
aclmiten fen francés] pícudo, el cual es por lo tanto
un subconjunto de agudo.
Finalmente, una tercera clase de sustantivos que
admiten crónico, graue (d,olor, enfermedai!, crisis, ncfritis, etc.), no presentan ninguna posibiliclad de combinación eon píctd,o.
Eviilentemente, cuando reintroducimos el sentido, vemos que esas tres clases corresponden a tres categorías
especiales: t'sólidos", ttsonidos", ttenfermesémicas
dade-*"; pero el interés de este estudio está en mostrar
que se pueden precisar la existencia y los límites de
estas tres clases, sin tener que
recurrir al sentido.
2 Jean Dubois, "Distribution, Ensemble et Marque dans Ie lexique", en Cahíers d,e lexicologie, 4, 1964, [, pp. I ss.
109
Se encontrarán, en las obras citadas, muchos ejemplos
de análisis distribucional, que no podemos mencionar
aquí por falta de espacio. Muestran que la teoría y la
práctica del distribucionalismo son desde ahora una
adquisición de Ia lexicología y uno de los instrumentos
del lexicógrafo, como lo demuestran los diccionarios
más recientes, por ejemploz El Diccio¡¡ario de t'rancés
cantenlporáneo o el Tesoro de la lengua lrancesa (véan'
se párrafos anteriores) ; muestran también los límites
del distribucionalismo, que son debidos a su comple.
jidadyasupesadez.
Resulta claro que la aplicación del método a un con"
iunto un poco extenso (o con mayor raz6n a la tota'
lidad del léxico) es completamente quimérica, dado el
estado actual de los medios de que disponemos.
Hay que comprender bien, en efecto, cómo se plantea desde ahora el problema.
De un corpu,s (conjunto de textos) se extraerán las
unidades significantes y se definirá cada una por e.l
conjunto de sus relaciones con cada una de las demás.
En un repertorio de palabras: rtt11 rn2, trt;s ... etc,, m1
será definida como: sujeto de nt16 rIL35 '.., comple'
mento de fit2¡, ffls¡s¡. etc. De esta manera, perfo, stlt'va'
jeto de ttladrar", de "cazar" . . . complemento de
ttcortar
de
la cola {', ete.
cunar",
Cuando, por medio de una primera operación
se
haya así establecido la "distribución" de cada término,
estos últimos serán reagrupados en clases constituidas
por el conjunto de los que tengan en común una o va'
rias relaciones idénticas.
De esta manera, todas las palabras quc sean sujcto
de
rn15
formarán una clase junto con
palabras que sean ala vez sujeto' de rnr5
nr,1
;
todas las
rms5, f.or'
y de
110
LA SEMANTICA
ESTRUCTURAL
EL ANALISIS DE COMPONBNTES
ltr
marán una segunda clase, etc. Es fácil ver que un análisis de este tipo aplicado a un corpu,s un poco extenso
traería consigo miles de millones de relaciones y que
esta tarea parece ser todavía (y sin duda por mucho
tiempo más) inalcanzable para las computadoras más
o significados" como la fonemática construye el t'sis"
poderosas.
ci6n"?; así, vaca estaría formado por "animal" f
"hembla" f "doméstico" f etc.. . De ahí el nombre
de "análisis componencial" (esto es, de componentes
2. Er. ¿NÁr,rsrs
DE coMPoNENTES
El análisis de distribución, como acabamos de decirlo,
llega a est¡ellarse ante problemas técnicamente insolubles. Su negativa a recurrir al sentido (su antimentalismo) sustituyéndolo por r¡na definición puramente
fo¡mal de Ias unidades Iéxicas postula el análisis exhaustivo de un corpus que escapa rápidamente del dominio
del observador, a medida que resulta aunque sea nada
más un poco extenso.
La crítica del o'distribucionalismo" origina un nuevo
ttgenerativo", que es, naturalmente, lo
método llamado
contrario de la primera.
Deductiva, racionalista y mentalista en su proceso,
la nueva escuela substituye por Ia construcción de modelos deductivos y a
priori
eL
análisis exhaustivo de los
corpord,; de paso, recupera la noción de sentido.
De hecho, la ambición de construir un sistema se.
mantico está ya en el aire y se le encuentra entre muchos investigadores que no tienen ningún lazo con el
movimiento generatista, sólo que este último cristalizó
sus problemas y les dio un impulso nuevo.
Hay un cierto número de puntos comunes entre estos
métodos, tan diversos, agrupados aquí bajo el anglicismo de o'componenciales". Esta nueva semántica tiene
como objeto reconstruir el t'sistema de los sentidos
tema de los sonidos". Dado que, en el plano de los significantes, la palabra es un "paquete de fonemas", ¿no
podría uno imaginar que eI concepto significado sea
"un paquete de unidades elementales de significa-
sémicos) dado a los estudios de este tipo.
He aquí un viejo problema y el primero para todo
lexicógrafo que busque una definición. A este respecto
se pueden leer con provecho los trabajos de J. ReyDebove y, en especial, su Estud,io lingüísti.co y seruíntico ile lo's d,icci.onaríns t'ranceses contemportíneos (Mouton, 197I) en donde se encontrará una exposición y
una crítica de estas cuestiones.
Es también el problema de toda taxonomía; una flora, una fauna, consisten en reducir conjuntos heteró-
clitos a un sistema de contornos pertinentes. Desde
luego, hay que saber en qué medida el lenguaje puede
ser considerado como una taxonomía y asimilado a un
sistema de este tipo.
En este terreno, corrtamos con
un precedente ilustre
y particularmente instructivo en el conjunto de tentativas que, desde Descartes hasta Leibniz, vieron la luz
bajo el nombre de lenguas filosólicas.
Entre estos sistemas, uno de los más completos y sin
duda de los más originales es el Ensayo de un carácter
grálico real y de unalengun lílosólica (Lontlrcs, 1668)
de John Wilkins. A partir de un análisis de los tliccionarios,s el autor divide todas las cosas de las que se
s Es ahí en donde se estrella, pues su análisis es pertinente
LA SEMANTICA
tr2
ESTRUCTURAL
habla en seis géneros, que divide a su vez en 40
clases según sus diferencias. Cada una de dichas clases está iepresentada por un carácter gráfico, el cual,
a su vez, áá marcado abajo y a Ia izquierda con un
ángulo recto, obtuso o agudo, para indicar la primera,
la iegunda o la tercera diferencias; finalmente, en el
otro áxtremo del carácter, se agregan líneas que indican
las especies comprendidas entre cada diferencia. Wil'
kins, por otra parte, traspone estos ideogramas en for'
mas articuladas. Para esto, expresa cuarenta clasqs
fundamentales por medio de sílabas simples del tipo:
ba, be, bi, ila, de, d'i, Ba, Be, gi, etc. A estas raíces
agrega una consonante que expresa la diferencia en el
interior del género; después, una vocal que distingue
la
especie.
Existen varios lenguajes tle este tipo, por ejemplo:
Ia nomenclatura de tras plantas de Michel Adanson, tal
como la ofrece en Los familías de plantas (1763) antes
de abandonarla para provecho de la clasi{icación cle
Linneo. Finalmente, entre los defensores de esta lengua
filosófica universal se debe conceder un Iugar muy
particular a Leibniz, quien toma las ideas de Wilkins.
Se las encuentra ya en Descartes, quien dice: "5i
alguno hubiera explicado bien las ideas simples que
están en la imaginación de los hombres, de las cuales
se compone todo lo que éstos piensan, y eso hubiera
sido adoptado por todo el mundo, yo me atrevería a
esperar en seguidla una lengua universal, muy fácil de
aprender, pronunciar y escribir, que representara tan
distintamente todas las cosas, que sería casi imposible
al hombre el equivocarse".
sólo en Ia medida en que lo son las definiciones de los dic'
cionarios. ¿,Y 1o son ¡ealmente? (Cfr- infra, pp. 119s.)
EL ANALIS§ DE
COMPONENTES
113
Esto es un viejo sueño. ¿No es el de Aristóteles y
sus categorías?
Es proseguido actualmento por las semántícas lla'
madas estructurales o d'e cont"portentes, cor. sus principales postulados de universales lógicoJingüísticos, cuyo
método sistemático de combinación informaría y sos'
tendría nuestros conceptos. Es curioso que la nueva es'
cuela, que tan a menudo se proclama seguidora de los
grarnáticos de Port-Royal, ignore totalmente Ia lengua
filosófica; encontraría en ella útiles temas cle reflexión,
aunque fuera sólo en las razones que acarrearon slr
Iracaso y abandono.
l. Las nomenclaturas. Pero comencemos por lo míis
sencillo: Ias nomenclaturas.
La computadora, con la definición, clasificación y
memorización de inmensas colccciones de los documcntcs más diversos, exige la constntcción de nuevos "len'
guajes" que en la mayoría de los casos reposa sobre un
análisis componencial de los diversos documentos cla'
sificados.
En este terreno fecundo, citemos a guisa de ejemplo
Ios trabajos de Gardin.n El propósito del autor, quien
es arqueólogo, es clasificar, catalogar y poner en fichero electrónico un vasto conjunto de o cjetos, tales como
utensilios, recipientes, etc. Para el e{ecto ha concebido un código con el que cada objeto puede definirse
por la presencia o la ausencia de un reduciclo número
Á J. C. Gardin, Le líchíer mécanogra¡thique tle toutill.ttge,
Beirut, Instituto Francés de Arqueología (f956); 1d., "Four
codes for tbe description of artifacts: an Bssay in Anthropolo'
gical teclrnique and theory", ert Amerícan Anth.ropologíst, vol.
60, núm. 2, I96t).
I
114
LA SEMANTICA
ESTRUCTURAL
de rasgos pertinentes; por ejemplo: recipientes con o
sin asa, con o sin pie, con o sin cuello, etcétera.
Evidentemente, Gardin describe y clasifiea aquí las
cosas
y no las palabras; y queda el problerna de saber
0)
X9.6Lci
g€ H
T
!)Xo!¿
q)
o
k
óó
bo!;
k(ú
.H
KgHOA
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si tal procedimiento puede ser aplicado en el plano del
inventario de una treintena de
ios". A pártir
-(sillón,de un
silla" taburete, banco, etc') el autor
esientos
se da cuenta de que cada uno puede ser definido a
partir de un sistema de seis rasgos pertinentes binarios:
ioru o sir,, respalilo, con o sin brazos, con o sin pi.es,
pxla
-h
gcddd)
o
o
ó
lenguaje.
Esto es lo que piensa B. Potier en un a¡álisis, muy
pertinente y a menudo citado del sistema de los "asien'
.icidd
T¡ro()
o
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-8333
6)
uno) o t¡aría,s persontÉ, etc. Así tenemos un sistema
PP
de descripciones de los significados gue es perfecta'
OsE*
mente análogo a los sistemas fonológicos que describen
a los significantes.
La cuestión es, una 'tez más, saber en qué medida
se describen aquí las palabras o sirnplemente las cosas;
y por otra parte, saber si tal descripción puede ser generalizada o extendida a otro§ conjuntos.
Esto constituye el objeto de dos estudios de G' Mounin, dedicados a dos carnrys semi'nticos, el de los ani-
nalls domésticos y el de las habínciones. Recomiendo
leerlos en su libro Clels pour la séma'ntique.
Un ejemplo, una pequeña parte de este campo, tal
Mornin los reconstruyó (op. cit., p.I14) aparece
"r*o
en la página siguiente:
Huy que comentar respecto de este cuadro, del que
sólo repioduzco una parte, que se trata de una'oestruc'
tura dé superficie" cuyas unidades de sentido -asno,
caballo, mulo, etc.- no se han definido.
Además, es una estructura muy traxa, de cuyos 72
¡rcd6)cd
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CAMPO SEMANTICO DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS
nornbre
especílico
asno
moch.o burro
hembra burra
cría
pollino
cuid,ad,or burrero
cal¡allo
mula
cabra
caballo
mulo
toro
chivo
yegua
mula
vaca
cabra
becerro
cabrito
vaquero
cabrero
etc.
etc.
potro
caballe-
mulero
carnero
cerdo
borrego verraco etc.
oveja puerca etc.
cordero Iechón etc.
ovejero porquero etc.
rango
etc.
etc.
etc.
etc.
etc.
etc.
i16
EL ANALISIS D]i
LA SEMANTICA ESTRUCTURAL
casilleros hay 33 vacíos, por lo que caben serias duclas
para darle ei nombre de estructura. En el mejor de los
iuror, lra conjunto así es una estructura bastante in'
completa, en que algunos tér¡ninos tienen correspon'
dientes morfemáticos (burro : burra; cabra
puerc¿
: porquero) y
:
eabrrifr.';
otros no los tienen (verracc
:
iechón; cabra : chivo; Potro : Yegua).
Es un si-qtema extrem¿rdamente anti-económico. en
que el número de rasgos relevantes o pe-rtinentcs es
muy elevado en relación con el núrnero de formadas
generadas.
En fin, corno siempre, se trata de un campo muy res-
tringido, cuyos rasgos descriptivos, dada su carencia
ile genera[dad, no pur""".t ser-aprovechables para la
descripción de otros conjuntos. Mounin está consciente
de todo esto y hay que apreciar su conclusión prudeirte
y meclida:
"l{os podemos preguntar legítimamente si las tenta-
tivas estiucturalistas conocidas hasta ahora han produ'
cido resultados tan sólidos como en los otros terrenos
lingüísticos, y contestar que la estructuración del léxico,
y -.nor todavía la de la semántica, no han revelado sus
secretos" (Ctefs pour la sémantíque, p. 160).
Sin embargo, son estos secretos los que pretende en*semántica estructural", en su anüicií¡rr dc
tregarnos la
rccinstruir el sistema completo del léxico basándose
en ccmbinaciorres de un pequeño nírmero de unidades
semánticas. Iintre estos trabajos. actualrnente mtry
tle moda y cada vez más nllmcrosos,s citaremos los de
Greimas en Francia y los de Katz y Fóilor en los Esta'
11?
d,el len"guaje cle Katz y Fódor. Karz y
discípulos de Chomsky, intentaron definir uná
lexicología generativa, es decir, dentro de Ia terminología de la escuela, Ias reglas capaces de engendrar
ftlosofía
!.taa
Fódor,
todas las formas léxicas
á" la ürgra y solamente
6stas. Sus puntos de vista se encuentrin resumidos en:
J. A. Fódor y J. J. Katz., Tlrc structure ol language.
Rgad,ings in the Philosophy ol Longuage, pienticJ-Hott,
1964, y J. J. Katz The Philosophy ol Langwge (Lg66i,
título característico que lleva a los autorás ñacia Aristóteles, a quien rechazan, y hacia Leibniz, a quien
pasan por alto.
EI objetivo de dichos autores es la construcción de
urr diccionario, en el q-ue cada artículo sea tlefinido por
¡na-rcad,ores gramaticules (nomlire, adjetivo, etc., masetc. )
dcspués por tnarcad,ores se-
culino, femenino,
,
mtínticos (animal, humano, etc., macho, hembra, etc.),
y por d,íferenciadores, que determinenlas restríccíoncs
de selección Por otra parte, cada tipo obedecerá a
reglas de proyecciín, que determinen la transforrnación
de una categoría en otra (por ejemplo, de un sustantivo en adjetivo, etc.).
aqr¡í cómo en un diccionario corno éste aparece la
-He
palabra bach,el.or, para Ia que el idioma inglés distingue cuatro sentidos definidos aquí medianta mnrutdores semtintí¿os:
bachel,or
l, (objeto físico), (ser vivo), (macho), (adulto),
(nunca casado); ( RS )
2. (objeto físico), (vivo), (joven), (caballero),
(que sirve bajo Ia bandera de algun otro) j
<RS>
dos Unidos.
6 Yóanse bibliografíu y ejemplos en T. 'Iodorov, Rey, Guilbcrt
(op. cit., Bibliografía
CONIPONENTES
-"ttmaria).
3. (objeto {ísico), (scr vivo), (humano),
(poseedor
del diploma académico despuós dc sus cuatro pri_
lIB
LA SEI\ÍANTICA
EL ANALISIS DE
ESTRUCTURAL
; ( RS )
4. (objeto físico), (ser vivo), (animal),
meros años de bachillerato)
(macho),
(foca), (sin hembra durante el periodo de l¡
producción); < RS >
re-
Evidentemente, los marcadores semánticos del tipo:
objen t'ísico, animal, etc., casi no son más que las cate-
gorías lógicas de Aristóteles repensadas, pero es difícil
juzgar su pertinencia en tanto no se haya construido
y hecho funcionar realrnente un diccionario de este
tipo, lo que no se logrará pronto.
Finalmente, las "categorías" tle Aristóteles son diez,
los "géneros" de Wilkins son seis y sus "clases" son
cuarenta, mientras que es muy claro que 'rmarcadores
semánticos" del tipo que sírue bajo la bandera d,c algún
otro o sin hembra durante el periodo d,e la reprod,ucción, eslán desprovistos de valor general y por lo mis.
mo de poder clasificador.
3. La seruíntica generd. Rigurosa de otra ma¡era es la
semántica generd,, concebida entre otros por Algirdas
Julien Greimas, discípulo de [Ijelmslev y de Br{ndal.
El autor, inspirándose en el modelo fonemático, reduce las unidades léxicas a una componente de unidades sémicas binarias. La obra debe recomendarse por
su real fuerza de concepción y su gran rigor de exposición, cualidades que le serían reconocidas con mayor
gusto si un cierto número de nociones triviales (tenía
gue haberlas) no intentaran ser reconocidas como originales bajo una terrninología tan irritante como inútil.
Finalmente, y esto es común a toda la "nueva gramática", neorraeionalista y deductiva, la práctica no está
a la altura de la teoría.
Rechazando los criterios positivistas e inductivos,
COMPONENTES
1I9
Iljelmslev nos enseñó que un modelo
se justifica por
su simplícid,ad, y ,u
t,J ,n"Aa"
que debe dar cuenta de"ihorutiuid,ad,
la totalida¿ á"".,
"r,
i*-fr."fros observados; y. aungue rara vez fruyu ,o,,"tiao'"I
,,o..r.o
por sí mismo sus propias hipóíesis
u tu-p*llu a" to.
necnos, a[ menos tuvo el cuidado
de alirmar la pri.
macla y la necesidad absoluta ¿A
tividad.
"iit".i"'i" "*huu.En esto fue raramente seguido por
sus discípulos,
quie-neq confiados en Ia univJrs"Uaia
¿"
üRarór,
casi
no dudan en desdeñar..e incluso,"".iiiá*
ü realidad
en pro de un modelo ,,bien hecho,,E* ;r; menudo
el caso de la semítntica estructural,
q,r" _J .lirculpe
autor: no me refiero tanto a é1, sino
"l
o
rnétoao iryu
originalidad y fecunrtidacl pod;r;; ""
;;;;;,
aunque
deploremos au,
"*""ror.
, Pero acabemos con un ejemplo: el sistema sémico de
Ia "espacialidad,,, tal como es concebido
por Greimas.
_l
otmer(roo:rrJJ.l
I
'";1T:i:11\
n,,,,on[]Il--.--l^11 , .
'll:',"o:l:'"l::;i;:;'
.....-lI_I._--
voru,Í,en
pcfspect
I
rrJi
v;dcd
/cr¡lo
llr,r,l,¡..¿
$ruoso/delgadc
..,rcl:r....r.;^..¡
En un sistema de este tipo la noción de onclrura
es
definida por los ."*11. ,;)ateralidad, horizontalidad,
dimensionalidad, espacialidad,,.
, Tal descripción nos invita a haccr un cierto número
oe oDservacrones ya presentadas en páginas
prcccdentes.
I enemos aqui un sistema conccptual y
no léxico, estc
estudio nace de
Ia lógica y arnque cstá
plenamente
120
LA SEMANTICA
EL ANALISIS
ESTRUCTURAL
justificado, debe quedar claro que lo que estructura
son las cosas y no las palabras.
Se recurre a un sistema de seis semas para la definición de ocho conceptos, lo que postula respecto al con-
junto de los hechos un tipo de descripción que com'
prendería casi tantos semas como conceptos se tuvieran
y, por lo mismo, todo lo contrario de un "sistema";
estamos lejos de los.casi
30 fonemas y 5 6 6
rasgos
pertinentes del sistema fonológico básico.
Definiendo la altura por la "verticalidad", la anchura
por la "lateralidad", lo úrrico que -ce haee es substituir
un signo con un metasigno y se instaura así una es'
pecie de discurso tautológico sobre los signos (palabras
o textos), que consiste en traducir a un lenguaje en
ocasiones alambicado y hermético cosas que son a
menudo muy claras.
Finalmente, podemos ver que Ia lexicología no ha
sacado nada hasta ahora del análisis cle componentes.d
Dicho esto quedo persuadido de que constituye una
de las aportaciones más positivas y más decisivas de
la semiología moderna.
El problerna no está resuelto, pero está planteado, y
un libro como el de Greimas, a pesar de las reservas
que hemos creído deber hacer, ha contribuido a esta'
blecer la importancia de la cuestión y las implicaciones epistemol6gicas y metodológicas.
Se pueden hacer dos grandes críticas al análisis de
distribución y al análisis de componentes.
6 Sobre esto véase las críticas de J. Rey-Debove, en Etud,e
linguistique iles ilictínnnaires lrangais contemporaíns.
I2I
Este último, que es un regreso a la tradición racionalista, supera ciertamente y renueva sus límites, en
la medida en que el sentido es desde ese momento concebido como una enticlad estructural que obtiene sus
propiedades de un sistema de oposiciones diferenciales.
l\{as a pesar de esta rnutación decisiva del método an.
tiguo, la sernántica estructural no evita la trampa men.
talista de una confusión entre la lógica y el lerrguaje,
entre las palabras y las cosas.
Como se ha dicho, oponer silla y szllJó¿ por medio
de "ausencia o presencia de brazos", largu.ra y altura
por "horizontalidad o verticalidad", etc., son operaciones lógicamente muy eviclentes, pero nada de las
cuales verifica Ia pertinencia lingüística. Ciertamente, el diccionario define sillón como "asiento con res-
paldo y con brazos para una pt-.rsona" y esto prueba
que los diccionarios se hacen a partir de criterios lógicos; pero el examen de Ios diferentes nombres de
asientos muestra que esos criterios, por evidentes que
sean, no son los que el idioma utiliza para conceptualizar y nombrar estos objetos.
Ilasta observar ciertos nomb¡es motivados del tipo
d,e: quebradora, mecdnra, porqu,ero, etc., para ver que
ninguno se refiere al sistema en cuestión; esto cs vcrificado por Ia etimología de otros: Chaí"se ( catlteilra
('opa.a sentarse") tabou,ret ( tabouret ("pequeño tam-
{ conopeum ("con cortinas"), fau,teuil
faldestoel ("asiento plegadizo"), etc.
Así vemos que las relaciones entre Ias palabras no
corresponden a las relaciones entre las cosas; la lógica
del lenguaje no es la lógica de los lógicos. Esta observación condujo, desde tiempo, a reconocer la alngic|
dad de los fenómenos lingüísticos; de ahí se originó
bor"), canapé
3. Er a¡ÁLlsIS ETIMoLócrco
ETIMOLÓGICO
1
122
LA SEMANTICA
ESTRUCTURAL
el formalismo antimentalista y su rechazo de toda referencia a una lógica desprovista de valor crítico.
Pero al hacer esto, el análisis de la distribución se
condena, como lo hemos visto, a quedarse en Ia superficie del léxico, en un nivel en que las palabras,
débilmente estructuradas, estallan en una multitud de
pequeños "campos" aislados.
Este fracaso fue le que acarreó la reacción mentalista de la actual semántica estructural. Esta ha comprendido que las estructuras podían formularse únicamente en la profundidad de cierto nivel de abstracción
y de generalidad. Pero está en vías, a 1o que opino,
de cometer un error filndamental al buscar estos "universales" del lenguaje en la lógica; y en especial, en
las definiciones de los diccionarios que tradicionalmente son de origen lógico y no lingüístico.
Este neo-racionalisrno es solamente un regreso a la
"lengua filosófica" de Wilkins y de Leibniz, aunque el
fracaso de esta última debería hacernos reflexionar.
Así, la polémica actual: mentalismo contra antimentalismo, parte a mi juicio de una visión inexacta de la
relación lingüística. Es verdad que esta relación es específica y que por lo mismo escapa de la lógica; pero
es falso que sea aJógica. Entre el formalismo de los
unos y en neo-racionalismo de los otros, debería existir
un tercer camino que siguiera las huellas de una lógica
de las palabras, distinta de la lógica de las cosas e in.
manente al sistema.
En euanto a mí, pienso que se la podría encontrar
por medio de la etimotrogía, qüedando bien entendido
que no se trataría aquí de una de{inición y de una
clasificación etimológicas de las palabras, de tipo tradicional.
EL ANÁLISIS
ETIMOLÓGICO
I23
Partiendo de esta idea, he tratado de definir, con el
título de Structures étymologíq,ues fls lesique lrangais,
un método de análisis estructural del sentido' Insisto
en este punto, pues el título, intencionalmente ambi'
guo, ha podido hacer pensar que se trataba de un
estudio histórico. De hecho, la etimología está aquí
al servicio de la sincronía y lo que está en cuestión es
una de{inición de las estructuras sémicas de las pa'
labras.
No tengo la intención de oponer o de comparar siquiera este m6todo con el análisis de la distribución
ó con el de los componentes. De hecho, pienso que los
tres son complementarios, que cada uno veri{ica o
comprueba a los otros clos o, en ocasiones, esclarece
ciertos terrenos, ciertos problemas colocados fuera del
alcance de los otros dos.
La idea subyacente del método es que el contenido
sémico de una palabra está en relación con el de su
étimo.
Pero tomemos un ejemplo: ¿Cómo definir el contenido sémico del engaño?
El análisis de distribuci6n confrontará el conjunto
de las distribuciones de la palabra.
El análisis de cornponentes imaginará un sistema
sémico ail hoc, cuya manera de hacer las combinacio'
nes pueda dar cuenta de esta distribución.
establecer un
enga'
que
signifiqur,n;
las
palabras
todas
de
inventario
El análisis etimológico comenzará por
fiar,
engañ,o, engañ.ad,or,
y a partir
de la ctimología de
cada una de ellas reconstruirá el sistema de estas catcgorías etimológicas.
t'ctimotrógico"
Este análisis y manera de ver las cosas
luelve a plantear evidentemente cierto número tle cues-
124
LA SEMANTICA
ESTRUCTURAL
EL ANALISIS
tiones en términos nuevos: relación entre diacronía y
sincronía, entre estructura e historia, entre motivación y arbitrariedad, etc.
Nuestro ejemplo, por otra parte, da lugar a un cierto número de objeciones que ya hemos encontrado;
una vez más estamos en presencia de un campo léxico
reducido (el del "engaño") y no de un sistema propicio para dar cuenta del léxico en su totalidad.
A falta de tal sistema, cuya realización es seguramente lejana, en el supuesto de que sea realizable,
mostraremos en un nuevo ejemplo que el método está
dotado de un gran poder de abstracción y generalización.
En el ejemplo precedente, partimos de una noción
(el "engaño") y mostramos que las palabras que lo
expresan constituyen un sistema sémico; se puetle también adoptar el procedimiento inverso, es decir, rea.
grupar en una clase etimológica todas las palabras que
provienen de un rnismo étimo, cualquiera que sea, por
otra parte, su sentido actual.
Es lo que hicimos con las palabras que obtienen su
sigrrificación de la idea de "golpe", entre las que se
encuentran verbos, instrumentos y cosas o seres objeto
de un golpe.T Estas palabras son muy numerosas y
{orman un conjunto de una extrema variedad, cuyos
t6rminos no presentan ninguna relación semántica inmediata.
Pues ¿cuál podría ser
el nexo "lógico" entre palabras tan diferentes como togué (tocado, chiflado),
taquin (tacaño, díscolo), chíc (elegante, buena o gene7 l)istribución
y
transformación de
la noción de
"golpe",
en Langue frangaise, núm. 4, diciembre, 1969, La sémantíque
(editado por A. Rey), pp. 67-74.
ETINIOLÓGICO
125
rosa persona)..., piquer (picar), tacher (manchar),
tricher (hacer trampas) . . .) couryn (desprendiblc, cup6n), tanr¡ton (sello), tapin (tamborzuelo ), etc. ? ¿ Ninguno?
El análisis muestra, sin embargo, que en francés
todas proceden del étimo que primitivamente signifitodar un golpe", pasando por golpes específicos
caLra
(estocada, golpe cortante, golpe plano, golpes repetidos etc.), así como los objetos empleados para tales
golpes y los resultados de las acciones correspondien-
tes. En francés, un toqué es de hecho "el objcto
(persona) con un golpe en la extremidad (en la cabeza) ", un tampoD cs "el instrumento u objeto que recihió
un golpe clado con algo plano", ütquiner (molestar insistentemente) signilica 'odar golpecitas", croquer (masticar con ruido, morder cosas que crujen)
y chiquer (masticar) es "ejecutar (un croquis o dibujo) a grandes trazos", etc., y si bien es cierto que
toqué, tarnp'n y chic se hallan bien alejados y dispersos
t'suen el eje horizontal, en la extremidad superior y
perficial" del árbol taxonómico, en cambio, son muy
vecinos en el eje vertical, como queda atestiguado, por
lo deruás, con expresiones del tipo un coup d'éclat (hazaíta o proeza: como un golpe luminoso o "apantallador"), url coup de uin (golpe de vino: chispa), un
coup d,e cala,rd. (golpe de depresión: momento de
depresión), y otras más.
IJn coup il'éclat es una "acción brillante", siendo
el golpc la {orma metafórica de toda acción transitiva,
t'hacer" y, secundariamente, de todo "trabajo".
de todo
TJn coup de calaril es un golpe (metafóricamente)
recibido en
la
TJn coupon
cabeza.
d'étolle (retazo,
cosa cortatla,
"cupón"
de
L26
LA SEMJ.NTICA
EL ANALISIS
ESTRUCTURAL
tela) es una porción separada de la tela por un golpe
cortante; de ahí viene por analogía un coup ile oin, y
otras expresiones semejantes.
Partiendo de estos antecedentes, el modelo ha sido
tomado para la formación de buen número de verbos
que expres¿rn la idea de "dar un golpe": toquet, ta,quer,
píquer, chíquer, ta.Wr, toper (tocar, nivelar, picar, mascar, golpear, darse la mano).
No se trata de con{undir la sincronía (descripción
de cambios lingüísticos a través del tiempo)
y
sólo
proceder a definir las palabras partiendo de su étimo
originai. No habremos de poner en duda la autonomía
de esos dos ejes, pero lo que es cierto "en la superficie
es el único nivel en que el análisis
del discurso"
-que hasta ahora-, deja de serlo en la
Iéxico, se ha colocado
"estructura profunda". En este nivel, al que nos permite acceder la etimología, vemos que la oposición
deja de imponerse, que diacronía y sincronía coinci-
den
y
que se organizan estructuras poco numerosas,
sencillas y quizá universales, que "engendran" al conjunto del léxico, a partir de un número reducido de
reglas de derivación.
La reconstrucción de estas estructuras etimológicas
(o elementales o profundas), Ia de{inición de las reglas de transformación a través de las cuales se acfualizan las palabras en la superlicie del uso, deberían
aclarar el problema del sentido de una manera decisiva.
El análisis de la distribución, es un enfoque que se
qucda en la superficie del discurso, proclama la "alogicidad fundamental" del léxico; mientras que el análisis
de los componentes, es un procedimiento que busca en
la estructura profunda un reflejo de la Iógica general.
La etimología estructural tendería a mostrar que hay
ESTADISTICO
I27
efectivamente una lógica del lenguaje, pero que obedece a reglas específicas y difcrentes de las de la lógica
y que por lo tanto, no podrían ser aplicadas a una
semántica que se proclama lingüística.8
4. Er- .lNÁrrsls EsrADÍsrrco
La edición original de este libro comprende
algunas
líneas acerca de las características estadísticas del léxico. Las investigaciones en este terreno han avanzado
mientras tanto.
Deseo mencionar aquí mis propios trabajose no para
darles un destino privilegiado, sino porque son los írnicos, a lo que tcngo entendido, que hayan intentado dar
una definición cuantitativa de "sentido". Además, el
interés de esta definición está en una concepción "componencial', que alcanza y en parte confirma plenamente
los postulados de la "semántiea estructural" (clr. su-
pra, p. 108).
Pero, antes que nada, cierto número de observaciones.
Las primeras, ya antiguas, se deben al lingüista nor"
teamericano G. K. Zipf,to quien establece que la fre8 No es que haya dos lógicas, sino que la lógica de las relaciones semánticas se encuentra sometida a los azarcs de la
situación histórica; es la misma situación que se da en fonética
histórica, en donde se ve que las reglas fracasan constantc.
mente, sin que por ello sean puestas en duda.
e Pierre Guiraud, "Le substrat informationnel de In séman.
tisation", Bull. Soc. Ling, de París,1954, pp.120-133; "Stnrctures aléatoires de la double articulation", ibill,,1963, pp. 97-114:
"Structures élémentaires de la signification", ibíd., 1964, pp. 97-
114; "Structure aléatoire de la dérivation", en Structures étymologiques ilu, lexíque frangais, pp, 180-188.
10 Entre otras Human Behauíor and, the Princíple of Least
Ellort (Cambridge, Mass., 1949).
I2B
LA SEMANTICA
ESTRUCTURAL
cuencia de las palabras en un texto o en un conjunto
de textos corresponde a distribuciones estables.
Así, las palabras clasificadas por orden de {recuencias decrecientes se distribuyen según una curva tal
que eI producto del rango por la frecue¡rcia es igual a
urra eonstante: rf : ccnstante.
Además, hay una estrecha correlación entre el número de palabras de una frecuencia dada (es decir,
empleadas l, 2, 3, etc., veccs) y esta frecuencia, las
categorías de baja frecuencia llcvan consigo la maycr
cantidad de palabras; así, en un texto que comprcnde
600 palabras ernpleadas I sola vez, se encontrarán 200
palabras empleadas 2 veces, 100 palabras empieadas
3 veces, etc. y estas proporciones son constantes y uni'
versales: nf' : constante.
Estos índices fuero¡r precisados desde entonces 1.. la
universalidad de estas relaciones fue comprobada y
reconocida como una propiedad del discurso.
Se notará que Ias dos ecuaciones no son más que
formas diferentes de una misma relación y que se puede
economizar la primera"
Tarnbién, que esta relación no es una propiedad úni'
camente del lenguaje, sino que se encuentra igualmente en muchos fenómenos económicos, sociales y
naturales: distribución de las clases de ingresos, tle
los comercios en función de su número de ventas, de las
ciudades en función del número de sus habitantes, de
las cabinas telelónicas en función del número de llamadas, etcétera.
A estos hechos, que he estudiado yo mismo en tlna
r:bra intitulad,a Les caractéres sta't*tiques d'u aacabulaire (Paris, 1954), como otros investigadores, he agregr,do después nuevas observaciones.
EL ANALISIS ESTADfSTICO
t29
Así, Zipf había ya notado que la frecuencia de una
pe.labra está ligada a su complejidad fonética: cuanto
más larga es una palabra, es menos frecuente. Yo misrno precisé esta observación mostrando que el núrnero
de {onernas de una palabra es proporcional a su conteniclo de información (es decir, logaritmo de su pro-
babiliclad) según la fórmula
:
;':'f
k+L
constante.ll
Una vez establecida esta distribueión, es fácil mostrar que está en relación directa con las dos ecuaciones
de Zipf y to«lo ocurre, pucs, como si la frecuencia de
las palabras fuera determinada por el nírmero de fonemas que las componen.
Sin embargo, esta hipótesis que yo concebía en esa
época está lejos de ser satislactoria. Intuitivalnente y
a príori se inclina uno a imaginar que la
selección
de una palabra y por Io mismo el número de sus usos
debería ser determinado por su significación y no por
su forma fónica.
ZipI había notado ya, además, que el número de seutidos que puede tomar una palabra es proporcional a la
raíz cuadrada de su frecuencia,
Yo mismo verifiqué y precisé esta relación, mostrando, a partir de un análisis de Ios diccionarios, que el
número de palabras que tengan l, 2, 3, ctc., sentidos
distintos obeCece a una distribución constante y que
es además cle l¿ misma forma que Ia ecuaciírn de Zipf ;
que esta misma Iey determina la distribución de los derivados morfemáticos, es decir del número de raíces
rr Donde k es eI número de {oneuras y donde + I reprosents
un signo suplementario que marca el fin de la palabra. Por
ejemplo, lo blanco de la esc¡itura o cualquicr otra marca.
130
LA SEMANTICA ESTRUCTURAL
que son representadas por 1, 2, 3, etc,, palabras obtenidas por sufijación, prefijación, composición.
Finalmente, esta distribución comírn a los derivados
semánticos y a los derivados morfemáticos es la misma
que la distribución "géneros-especies" de Willis, que
*.§o':
§
c6\OLn\.)o
F-r-@cOñl
t-.)
incompleto
Fl
§¡e
determina en las taxonomías naturales el número de
géneros (botánicos, entomológicos) representados por
7.,
2, 3, especies.
Se ve, pues, que los diferentes sentidos de urra pattgénero"
labra serían como Ias ttespecies"
del
constituido por esta palabra; e igualmente, los dilerentes
derivados morfológicos como las "especies" del "género" que scría Ia raí2.
Estas observaciones reproducidas de acuerdo con
mis Structures étymolngiques du lexique lrangais (p,
183), figuran en el cuadro de la página siguiente.
Del conjunto de estos hechos, que no podemos anali-
zar aquí, se desprende q¡re hay una relación directa
entre el número de sentido de una palabra y su frecuencia y que esta relación corresponde a una dist¡ibución constante y universal.
Pero, como además esta frecuencia está ligada al
número de fonemas de la palabra, resulta de ello quc
hay una relación entre el número de sentidos de une
palabra y su número de fonemas. relación que por lo
dernás es fácil de establecer y de observar.
Entonces se presenta a nue,ctra mente la hipótesis de
que esta frecuencia es determinada por la forma sé.
mica del sigaificado y no por la forma fónica clel significante, pero que estas dos formas son homólogas. Es
decir, que el significado está formado por un "paquete de semas", así como el significante lo está por un
"paquete de fonemas" y que existe un "sistema sémico"
qP
"§bo
m §§
'F§
"tJO
:§
b§
o
§
§.§
s oÉ
§§§
EÑ
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x
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OOO\O!rC.lFiFr
§
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aaaQ\Q¡-6\¡o.rc_r.ñ\r
QOf,Or<iC{-É
r+
'-rC\cO<¡lO\OC-@O\OO
._-t É
+
Núme¡o de
I
deriuilas
por pdabra
moilelo
1
600
2
r80
k¡iudas
setruínrtcos
5?8
189
109
4
ileriodos
morfológi,cos
500
205
toz
3
90
4
40
26
4t
6
.7
17
12
19
4L
28
8
9
9
7
t5
l0
t4
l0
3
6
5
17
5
5
10
+r0
5
t4
27
6
34
gAletos/
especi*
573
t76
85
36
20
(.)
o
5
lú
t!
+
a
132
LA SEI{ANTICA
EL ANALISIS ESTADISTICO
ESTRUCTURAL
que es de la misma naturaleza (formalmente) que el
Número
tle'osefias"
sistema fonemático.
Queda ahora por imaginar una matriz matemática,
ciones que poseemos. La fonemática permite imaginar
un sistema de 32 o'unidacles
sémicas", combinadas
"disemas" (semas dobles) con Ia regla de que una misma unidad sémica no pudiera ser utilizada dos veces
en una misma "palabra"; en seguida, cor¡binemos las
t'palabras" así obtenidas,
entre ellas, con la regla de
Ias "palabras" combinadas en un mismo sintagma no
pueden tener un mismo sema en común.
Se obtiene entonces la matriz siguiente, que da el
nírmero de "palabras" compuestas de 1. 2,3, ...,16
semas y en cada categoría el número de con..binaciones posibles con las otras "palabras" del sistema.
l\{atriz de las cornbinaciones de un sistema de
16
elementos:
Si se admite que estas combinaciones "sintáctieas"
definen los diferentes sentidos de la ttpalabra", se obtie12 Estos contenidos son dados
a modo de ejemplo, pero no
se debe prejuzgar sobre la naturaleza de estos "semas"; en
cfecto, todo hace pensar que se trata sin duda de elementos
de código vacíos, necesarios (y universales) en cuanto a la
Iorma de sus combinaciones, pero investidos de un sentido
contingente.
720
64
.)
ao
13
tf
550
I 850
4 300
B 000
11 400
12 000
11 400
B 000
4 300
I 850
550
120
15
16
I6
1
6
7
ó
9
Imaginemos ahora que formáramos "palabras" a
partir de todas las combinaciones posibles de estos 16
Número
z
5
Estas 32 unidaCes serán puestas en 16 parejas binares de oposiciones tales que en un misrno significado
pueda aparecer uno solo de los miembros cle Ia pareja;
por ej emplo : animado / inanímado, actor / proce so, etc.a2
t0
11
t2
i.1
ile "sentil.los"
signos
I OO
LLO
4
según un cierto número de reglas.
Número
de
16
1
un modelo, que dé cuenta del conjunto de observa-
t
16
o
(t
\
2
I
ne entonces, iripotóticamente, el moc'lelo del número de
l,2,3, etc., sentidos, inodelo que corresponde estrechamente a la distribución observada a par-
palabras con
tir
de una compilación de los diccionarios. Se notará que el sistema sémico está cerrado (16 discmas) ¡'
que el número <\e sentídos está ligado no al nírmcro
de semas de Ia palabra sino ¿rl númcro de scnas auscrr-
tes de Ia palabra. Así una pllabra compucsta por
Z
semas implica 9 semas ausentcs (11¡
7
9) y ósta
es la cifr¿ que determina cl nú¡nero de relaciones sin-
--
tagmáticas que puede estableccr
misrno sus sentidos.
-
lir palalrra y por lo
I34
LA SEMANTICA
ESTRUCTURA.L
EL ANALISIS
BSTADISTICO
]35
Se comprende, pues, por qué el número de sentidos
es inversamente proporcional al número de semas, y
como éste últirno es inversamente proporcional a la
probabilidad, resulta de ello que el número de sentidos
es proporcional a la frecuencia.
Esto es lo que muestran los datos inmediatos e intuitivos de la observación, los cuales nos dicen que una
palabra muy general (por ejemplo hacer, animal, ete.)
tiene un débil contenido sémico, pero en cambio un
gran número de sentidos y una frecuencia grande. Lo
inverso es verdadero para una palabra específica (por
0 veces, Ias salidas I vez, las salidas 2 veces, etc., para
obtener las palalras salidas por lo menos I vez,Z, B,
etc., veces. Estos cálculos arrojan resultados sorprendentemente próximos a todas las observaciores q,re hu,
podido hacerse hasta ahora y comprueban tanrbién el
ejemplo contornear, pequinés, etc.) .
El interés de nuestro análisis está en cuantificar estas
observaciones e interpretarlas.
Así, si la frecuencia está detenninada por el número
de se"mas que constituyen Ia palabra, se podrá calcular
la probabilidad de cada sema que es condicionada
por la forma de la matriz;13 en este caso 0,144, Io que
corresponde una vez más, notablemerlte, a la realidad
a un texto dado, no solametrte el
número de palabras empleadas 1,2,3, etc., veces, sino,
en cada una de estas categorías, el número de palabras que tengan 1, 2, 3, etc., {onemas, el número de
palabras que tengan Ir 2,3, etc., sentidos.
o]:servada.
Así tenemos 16 categorías morfológicas (de 1, 2,
3, . ,., 16 semas) gue eomprenden cada una un nírmero determinado de palabra (16, 120, 550, etc.)
así como una probabilidad dada (0,1M2; 0,1443;
partir de la fórmula
de Poisson y para un texto de una longitud determinada, calcular? en cada categoría, el número de pa"
labras que deben salir 0, L, 2, 3, etc., veces. Finalmente, se sumará el conjunto de las palabras salidas
0,1441, etc.). Se puede entonces, a
13 Si se admite que la "palabra" lleva consigo lln sema suplementario de límite de "palabra", se tiene: 16 p2 * 120 pB f
* 550 pa, .., + I paz = I, Io que da p = 0,144, siendo p
la probabilidad de un sema.
conjunto de las distribuciones que describimos anteriormente,
Estos cálculos son evidentemente fastidiosos, por lo
cual está en eurso un programa cuyo objetivo es el
de confiarlos a una computadora.
Ya desde ahora se puede esperar que
tal programa
generará, respecto
No se poclría afirmar, en el actual estado de cosas,
que este modelo corresponda a la realidad; da cuenta
de la realidad, pero sin duda se podría, haciendo varia¡
los diversos parámetros (número de semas, reglas de
combinación, redundancia) construir otros modelos que
satisficieran esas mismas condiciones. Dicho esto, y
este es el punto importante, tales modelos serían probablemente del mismo tipo del que hemos presentado
aquí.
Es pues muy razonable irnaginar que la conceptu¿rIización se opera a partir de las combinaciones de un
pequeño número de unidades sémicas, núrnero que
podría ser aproximadamente de 32, o de 16, rnodificando las exigencias de la matriz.
Estos semas representan, en el nivel de los significaclos.
un sistema que
es análogo
en el nivel del significante.
al sistema fonemático
136
LA SEMANTICA
ESTRUCTURAL
EL ANALISIS
Finalmente, se puede imaginar que estos mismcs
ESTADISTICO
13?
que si contenidcs tan variados pue¿len adoptar la mismu
semas son construidos a partir de combinaciones de un
pequeño número de signos binarios que corresponderían
forma, quiere decir que esta formulación
a los "rasgos pertinentes" de la fonemática; el número
de estos elementos de semas sería 5 en el caso r.le un
sistema de 32 semas y 4, en un sistema de 16 semas.la
Sin ir más adelante en el análisis de este modelo y
indica que podría traLlrse de un sistema de código
mental, cuya naturaleza sería determinada por Ia fisiología de la percepción.
Las 4 ó 5 señales cuyas combinaciones imaginarnos
en 16 (ó 32) semas podrían corresponder a canales
cerebrales en relación con nuestros sentidos. Y este
entrecruzamiento de cornbinaciones corlstituiría la llazón e impondría su forma única y univelsal a toria
de sus implicaciones, para terminar, deseamos hacer
algunas observaciones,
Este modelo confirnra las tesis de la semántica de
los componentes, postulando un pensamiento "discreto",
cuyas formas conceptualizadas son producto de elementos de significación distintos. Pero postula, al mismo
tiempo, que dicho sistema sémico debería ser muy reducido y muy abstracto y que no podría tratarse de nociones tan complejas y por tanto superficiales como
ttlateralidad", ttasiento
ttjoven
brazos"
sin
o
depeude
de un mismo mecenismo y de una misrna {unción. Todo
realidad conceptualizada, cualquiera que {uera su con.
tenido. Esto explicaría Íinalmente, cutre otras cosas,
la homología del sistema significado y dcl sistcma significante.
Otro problema es planteado por la definición
clel
mac]ro
senticlo. Está claro que se trata de una relación; no rle
sin hembra en el momento del celo", etc.
Estos semas son en realidad pocos (quizá unos 30) ;
dicho esto, nuestro análisis no prejuzga respecto a su
contenido, Podría tratarse de Ias "categorías" de Aristóteles o de cualquier otro sistema. Es igualmente difícil decir si tal código es universal en el nivel de las
un contenido de la palabra, sino de propiedades sin.
"estructuras profundas" o si varía con los lenguajes
y las culturas.
Otro problema queda plaateado por Ia generalidatl
de estas distribuciones, las cuales, como se ha dicho,
no son prcpias únicamente del Ienguaje sino también
de fenómenos económicos, sociales, naturales. Parece
]a Se sabe que el código genético se basa sobre un sistema
de 4 elementos. El problema, todavía no resuelto, de saber si Ia
base es 5 ó 4 es muy importante, pues en el segundo caso se
pueden imaginar sistemas binarios,
tácticas en potencia y que definen las posibilidades de
combinarlo con las otras palabras del sistema.
Sin embargo, esto no significa que las palabras no
tengan contenido, como lo proclama la mayor parte de
los estructuralismos. Los conceptos tienen un contenirio
sérnico en la medida en que son resultado de una combinación de semas, y son precisamente estos semas los
que determinan las posibiliclades de relación de la pa.
labra, es decir sus sentíd,os.
Semas y sentid.os constituyen pues, dos entidades
distintas. Se notará además, que el modelo que da cuenta de la relación entre los sentidos y Ins frccucncia.s
postula que e\ núntero tle los sentidos ¡to es iletelmin¿rclo por el uúmero de semas contenidos cn la palrrl,ra
(al menos directamente) sino por cl número de log
138
LA SEMANTICA
ESTRUCTURAL
serws q.usentes de la pala.bra. Esto es lo que explica
que cuanto más complejo sea el contenido sémico de
una palabra, más disminuye el número de sus sentidos,
al mismo tiempo gue disminuye su frecuencia.
Diré finalmente una palabra sobre el contenido de
estos semas. Las definiciones de los diccionarios nos
remiten generalmente a términos cada vez más generales, hasta el momento en que giramos e¡r redondo.
Así, golpe es definido por "mouimiento por el que un
cuerpo va a chocar con otro"; m.ouimiento por tocambio de posici6n en el espacío en función del tiempo";
espacio por t'medio ideal, caracterizaclo por la exterioridad de sus partes, en el cual son localizadas nues-
tras percepciones y que contiene, consecuentemente,
todas las extensiones finitas" (Lalande).
En este nivel encontramos nociones tales como: fier¡¿po, espacio, identidad,, negacün, relacün, stutqncia,
eteétera.
Y estas nociones no pueden ser definidas, son axiomas. Es muy probable que el sistema sémico imaginado
por nosotros constituya una axiomática. Si este fuera el
caso, se plantearía entonces el problema de saber si
dicha axiomática es universal y si la semántica es una
o si hay, por el contrario,
varias semánticas, como
o geometrías no eucli-
existen lógicas no aristotélicas
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Précis de sémantique franqaíse, Berna, 1952.
ÍNDICE
Introducciírn
l.
-,
Las tres semánticas
9
2. La semántica Iingüista
I1
I. La significación: el proceso
I6
semántico
1. Signos y significación
2. Signos y símbolos
3. El significado lingüístico: sentido y
t6
18
con-
22
27
ccpto
4. Sentido y rclación
5. Arl¡itrariedacl
6. Conclusión
oo
y motivaciírn
,1
II. La signilicación: la función
36
semántica
l. Sentidos y efecto del sentido
2. La creación semántica
3. La evolución semántica
36
43
45
.
49
III. Los cambios cIe sentido: sus formas
1. La retórica: un inventario descriptivo 4,9
2. La forma lógica de los cambios de scntido 50
3. La forma semántica dc los camJrios dtr
sentido
IV.
5I
Los cambios de sentido: sl¡s
c¿utsits
1. La nominación .
2. La cvolución del scntido
3. Clasificación de Ias cartsus
141
.
(¡i>
65
1t
.
80
INDICE
142
V. Puntos de vista de estructura
1. Lengua y estructura
2. Motivación interna y motivación externa
3. Los campos lingüísticos de Trier .
4. En torno a Trier
5. La Iexicología de tr{atoré
6. Esferas de pensamiento de Sperber
7. Las encrucijadas lingüísticas de BelinMilleron
B. Los campos semánticos
VI. La
t.
semántica estructural
84
B4
B6
BB
9I
92
97
99
100
102
EI análisis de Ia distribución
103
2. El análisis de componentes
3. El análisis etimológico,
4. El análisis estadístico .
110
Bibliogralía
surnaría
Este libro se acabó de imprimir el día
22 de abril de 1976 en los talleres de
Grófica Panamericana, S. de R. L., I'arroquia 911, México 12, D. F. Se tiraron 10000 ejemplares y en su conposición se utilizaron tipos Bodoni de
6:7, B:9 y 9:10 puntos. La edición estuvo al cuidado de Tomás Acosta Mejía.
120
727
<l{
139
m
-pr
n
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