Nadie mejor que él conoce la psicología nazismo

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El día que Hitler lloró
Nadie mejor que él conoce la psicología nazismo. Joachim Fest es considerado como
el mejor biógrafo de Hitler. El “gurú” del 3er Reich. A sus 78 años, este periodista y
escritor alemán ha dedicado la mitad de su vida a explicar el sinsentido del régimen
del horror, que provocó la muerte de 60 millones de personas. Su último ensayo “El
Hundimiento”, que inspiró la película del mismo nombre, relata los últimos 12 días
del nazismo, y hace un retrato único de un Hitler derrotado, enfermo y delirante.
Desde su casa en Frankfurt, Fest habla en exclusiva para “Día Siete” sobre la
herida alemana, que a 60 años del fin de la guerra, no termina de sanar.
Texto: Cristina Ávila-Zesatti / Frankfurt
Esta es la fotografía cercana y temible de un Hitler diferente.Un Hitler capaz de llorar,
que tiembla incansablemente de su lado izquierdo, demacrado, obsesionado por el
chocolate y los pasteles. Está acabado, sucio y a veces babea. Acaba de cumplir 56 años y
el líder nazi sabe que ha perdido, pero es ajeno e insensible a la encarnizada batalla de
los alemanes. “Aunque mi mano tiemble –habría dicho Hitler durante sus últimos días- y
aunque también llegara a temblarme la cabeza, mi corazón, nunca temblará. (...)
Podemos hundirnos, pero nos llevaremos al mundo con nosotros”.
Y así fue. Mientras el Führer y sus más cercanos se atrincheraban en un búnker a 10
metros bajo tierra y movían desde ahí ejércitos inexistentes y celebraban victorias
fantasmas, en las calles de Berlín el horror de la peor de las guerras tocaba su clímax. La
nación alemana se hundía y dejaba como secuela un continente devastado por las bombas
y la hambruna; 27 millones de rusos y 5 millones de alemanes caídos en combate, 6
millones de judíos asesinados y el exterminio sistemático de homosexuales, gitanos,
minusválidos y otros grupos considerados por los nazis como ‘inferiores’.
Ríos interminables de tinta han corrido durante más de medio siglo para escribir y
describir aquella debacle provocada por el nacional socialismo alemán. Miles de películas
han analizado desde la ficción y reconstruido con los documentales, desde todos los
ángulos posibles, la época de la locura hitleriana. Pero 60 años después de terminada la
Segunda Guerra Mundial, todavía nadie es capaz de comprender el sueño fatal de un
hombre que jugó a ser dios y que con macabro éxito puso en marcha la maquinaria de la
destrucción.
De prisionero de guerra a especialista en Hitler
Joachim Fest nació en Berlín en 1926. Apenas 7 años antes del arribo de Hitler al poder.
Finalizada la guerra, contaba con 19 años y fue capturado por los americanos, bajo la
consigna de que “todos los alemanes eran culpables”. Pasó dos años como prisionero y
después fue puesto en libertad. A lo largo de la guerra y sobre todo durante la ocupación
rusa, Fest perdió por lo menos a 30 de sus familiares en episodios terribles y difíciles de
borrar de la memoria.
Convertido hoy en el “gurú” por excelencia entre los especialistas del nazismo, Fest tiene
hoy 78 años. Su primera obra escrita en 1963 “La cara del 3er Reich, perfil de una
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sociedad totalitaria” se tradujo a más de 20 idiomas y en su día, desencadenó una gran
polémica en Alemania. En 1973 publicaba con iguales resultados de éxito y controversia
su segunda obra: “Hitler, una biografía”. Después, en 1977, escribió el guión de una serie
documental para la televisión alemana: “Hitler: una carrera”, que analiza el ascenso del
joven austriaco al liderazgo alemán en 1933, hasta sus últimas y fatídicas consecuencias
con la capitulación definitiva en 1945. Conoció personalmente a Albert Speer, el
arquitecto de Hitler, capturado y juzgado en el Tribunal de Nuremberg. Fest publicó dos
libros sobre este personaje, el último de ellos de reciente aparición en el mercado.
Sin embargo, lo que ha “mundializado” la obra de Joachim Fest es sin duda “El
hundimiento: Hitler y el final del 3er Reich”. Un ensayo que él mismo ha bautizado como
un ‘bosquejo histórico’ y que en apenas 210 páginas, resume vertiginosamente los
últimos 12 días de la vida de Adolf Hitler y su régimen. Porque según el propio autor:
“Hitler en el búnker es el verdadero Hitler (...) una mezcla de frialdad, de voluntad
destructora ajena a la vida, y un patetismo operístico sin límites (...) esos fueron los
rasgos que lo impulsaron a lo largo de toda su vida”.
Este libro publicado en 2002, sedujo al productor alemán Bernd Eichinger, quien decidió
adaptarlo al cine. La película, que ha sido un éxito de taquilla en toda Europa,
conmocionó a la sociedad alemana y dividió a la crítica durante su estreno, en Septiembre
del 2004. Fest mismo ayudó a escribir el guión y supervisó los últimos detalles del
montaje del búnker donde se rodaría el filme alemán que concursó en la última edición de
los “Oscar” para competir por la mejor película de habla no inglesa.
Doce años duró Adolf Hitler en el poder. Doce días resumen el final del nazismo que
Joachim Fest retrata minuciosamente. “Día Siete” es el primer medio mexicano a quien el
escritor recibe en su casa en las afueras de Frankfurt, Alemania, para hablar de su libro y
de la psicología del nazismo, que algunos dicen, corre el peligro de renacer en el mundo.
Día Siete: ¿Ha sido difícil hurgar en una parte de la historia que Alemania quiere
olvidar?
Joachim Fest: “No. En absoluto. Yo siempre he tenido todos los medios al alcance para
hacer mis investigaciones. Pero es verdad que muchos testimonios se han perdido. En su
momento muchos hombres que conocían los hechos cayeron prisioneros o tuvieron
miedo de hablar. Sin embargo, yo no creo que Alemania o los alemanes queramos
olvidarnos de esa historia. No podemos olvidarla. Eso es sólo un mito, es un mito que la
gente no quiera oír sobre el tema. Cuando yo tenía 25 años y escribí mi primer libro sobre
Hitler, (1963) basado en una serie de 80 emisiones de radio sobre el 3er Reich, me hice
muy popular. Ese libro fue un éxito y aún hoy lo es, 40 años después, todavía se venden
de 3 mil a 4 mil ejemplares cada año. Eso demuestra que la gente sigue interesada en
saber. La gente de entonces y la gente de ahora.”
DS: Usted ha dedicado gran parte de su vida al estudio de Hitler y el nazismo.¿De dónde
surge esta fascinación por el tema? ¿Cuál es el interés que lo ha motivado?
JF: “Yo no decidí al menos en el inicio. Como todas las cosas importantes que ocurren
en nuestra vida, al principio todo fue por una casualidad. En mis primeros años de
periodista, cuando trabajaba en la radio, me encargaron una serie de emisiones sobre la
historia reciente de Alemania, incluido por supuesto el final del nazismo. Yo no quería
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hacerlo, porque pensé que ese era un tema que ya no suscitaba ningún interés. Pero mi
jefe de aquella época me retó a que comenzara con el tema y me dijo “Usted empiece y
veremos si le gusta”. Él pretendía hacer una serie de entre 80 y 100 emisiones. Yo me
asusté, no creí que hubiera material suficiente. Y al final fue precisamente de esas
emisiones radiofónicas de donde surgió mi primer libro. Caí en la trampa. El tema me
gustó y además había y hay material suficiente.”
DS: Si usted ya había publicado una primera biografía sobre Hitler, ¿Por qué hacer
entonces un libro especial sobre sus últimos días? ¿Había algún matiz especial?
JF: “Nunca me imaginé lo lejos que llegaría este ensayo. Lo escribí apenas en 3 meses.
Y nuevamente todo fue casualidad. Yo había escrito un pequeño artículo sobre la calle
donde estaba la cancillería del 3er Reich y el Ministerio de Exteriores. Debajo de esa
calle estaba el búnker donde Hitler se refugió en sus últimos días. Cuando mi hijo, que es
editor, me sugirió que hiciera un libro sobre ‘el final’ de esa calle, yo me negué pero él
insistió y al final acepté. Y me di cuenta de que había muchas cosas por contar, y de que
esos últimos 12 días resumían los 12 años de Hitler en el poder. Para mí fue
relativamente fácil porque tenía toda la documentación y la información asimilada. Lo he
llamado ‘un bosquejo histórico’ porque hay muchas cosas que no se saben y que quizá no
pueden saberse. No hay nada falso en mi libro pero hay muchas cosas que quedarán
abiertas en esta historia.”
DS: ¿Por ejemplo sobre la forma exacta en que murió Hitler?
JF: “Sí, por ejemplo. ¿Cómo se suicidó Hitler? Yo no lo sé. Hay por lo menos 4 ó 5
versiones sobre el suicidio. Algunos dicen que se pegó un tiro en la sien derecha. Otros
dicen que fue en la sien izquierda. Hay quien afirma que fue en el corazón y alguno más
afirma que se disparó en la boca. También hay quien dice que antes de dispararse tomó
veneno. Yo tomo la versión más probable: Hitler era diestro y en sus últimos días
temblaba mucho de la mano izquierda. Las contradicciones son normales, porque en el
momento de la muerte de Hitler y Eva Braun no había nadie más en esa habitación. Los
testigos llegaron después. Uno de los ex prisioneros rusos con los que hablé, me confesó
por ejemplo que él contó a sus interrogadores lo que ellos querían escuchar. Para la
historia es una desgracia, pero fue así. Sabemos que Hitler murió y su cuerpo fue
incinerado. Si se disparó o si se envenenó primero, si estaba sentado en el sofá o tirado en
el suelo, eso es irrelevante. Él no quería dejar rastros de su cuerpo y sus órdenes se
cumplieron hasta el final.”
Rosas rojas como la sangre: El último cumpleaños de Hitler
Desde octubre de 1944 Hitler intuía la debacle. Decretó entonces la orden “Nerón” para
destruir todos los abastecimientos del pueblo y llamó a combatir a ‘todo alemán apto de
hacerlo’. Su último ejército se conformaba de adolescentes y ancianos de hasta 60 años.
En enero del 45 dictó su último discurso y dijo “Confío sobre todo en la juventud” y
fueron precisamente las llamadas ‘Juventudes Hitlterianas’ quienes defendieron sin armas
ni parque la madriguera del Führer. Fest cuenta cómo algunos soldados se arrastraban a
ras de suelo, mientras otro grupo escondido, hacía ruido con latas para imitar el sonido de
metralletas.
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El 20 de abril, día en que cumplía 56 años y apenas 10 días antes de suicidarse, Hitler
aseguraba que ante la posibilidad de la derrota, el pueblo alemán debería desaparecer y
que él “no derramaría ni una sola lágrima por tal pérdida”. Ese día el líder nazi celebra
una fiesta en el búnker. Recibe a su gabinete en pleno por última vez y otorga permisos
de viaje para los que quieran irse. El éxodo es masivo: en pocas horas se expiden más de
2 mil permisos. Eva Braun su futura esposa, brinda y baila con algunos oficiales al son
del único disco al alcance: “rosas rojas como la sangre”. Hitler se retira a sus habitaciones
y le dice a su médico de cabecera: “A mí ya no puede ayudarme ninguna droga”
DS: ¿Cómo explicar la psicología del nazismo? ¿Cómo pudo un hombre arrastrar a todo
un país hacia aquella locura?
JF: Sin duda y por fortuna Hitler es una aparición excepcional en la Historia. Estoy
seguro de que si él no hubiera existido eso no hubiera pasado nunca. Hitler es el
condicionante definitivo. Se han escrito cientos de tratados sobre el tema. Ciertamente en
aquellos años había antisemitismo, pero el sentimiento no era tan fuerte como en Austria,
el lugar de donde él venía. Hitler se sirvió del talento organizador alemán. Los alemanes
no fueron del todo conscientes del totalitarismo que los invadía.
DS: Médicamente hablando ¿Podemos calificar a Hitler como un enfermo mental?
JF: De ningún modo. Él no sufría de esquizofrenia o delirio persecutorio ni nada de eso.
Nada clínico. Hitler fue desde el principio hasta el final consecuente con sus actos y sus
ideas. Se olvidaba de los humanos y de las consecuencias sobre los otros. Desconectaba
del mundo y eso pueden hacerlo muchas personas.
DS: Y sin embargo es evidente que hay mucha demencia en todo aquello…
JF. Él lo llevó todo al extremo pero no olvidemos que Hitler no vino de otro planeta.
Muchos han criticado la película diciendo que muestra a un Hitler humano. ¡Por supuesto
que era humano! ¿Qué era si no? Hitler ha demostrado mejor que nadie que el mal existe
y hasta dónde puede llevarnos. Eso sí, tenía un carisma espectacular. Era un excelente
actor. Podía ser el líder que nunca se doblega y al mismo tiempo hechizar a las mujeres.
En mi libro cuento por ejemplo que muchas mujeres que lo conocieron se fascinaban con
‘sus ojos azules’, ¡pero Hitler no tenía los ojos azules! A tal grado llegaba su poder de
seducción.
Epidemia de suicidios y amores fugaces
El suicidio del líder nazi ocurre justo a la mitad del libro de Fest. Apenas unas horas
después de casarse con Eva Braun, dicta un testamento político y uno personal. En el
primer documento Hitler hace énfasis en su inocencia y ordena continuar la lucha “hasta
el hundimiento total”. En su testamento personal escribía: “Mi esposa y yo optamos por
la muerte (...) es nuestra voluntad que se nos incinere inmediatamente en el lugar en el
que he llevado a cabo la mayor parte de mi trabajo en el transcurso de doce años de
servicio a mi pueblo”.
Hitler no es el único que se casa en el último momento. Numerosas parejas en el búnker
lo imitan ante la inminencia de la muerte. Tampoco es el único en suicidarse. Su ministro
de propaganda Goebbels, lo sigue hasta el final, al igual que su esposa Magda, quien
antes de morir, envenena cuidadosamente a sus seis hijos con ácido prúsico. Casi todo su
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séquito toma la misma decisión. Pocos, muy pocos, escapan al destino fatal de aquel
hoyo.
Pero afuera entre la tropa y los civiles reina la depresión y la desesperanza. Las
conversaciones de la época versan sobre la forma menos dolorosa de morir. “La epidemia
de suicidios de Berlín venía durando desde febrero de 1945”. Y en contraste, pero bajo el
mismo ánimo de fatalidad inaplazable, las bacanales y el desenfreno se multiplican. Entre
escombros y cadáveres se hace el amor por las calles, los altos oficiales se emborrachan y
bailan con mujeres elegantemente vestidas para la ocasión fatal. Se trata de “un país en el
extremo” con todos los elementos de un filme de horror. En el libro de Joachim Fest,
sabemos sin embargo, lo real que fue.
DS: A 60 años del término de la guerra pareciera que el dolor alemán era tema tabú (...)
JF: Es verdad. Nuestro dolor comienza a salir paulatinamente. Aunque yo siempre he
hablado de ello. Hubo muchos alemanes contra Hitler y nadie lo dice; hubo resistencia
alemana y gente que fue a la guerra contra su voluntad. Varios atentados contra Hitler.
Eso casi nadie lo menciona. Los franceses y los ingleses podían decir que sus familiares
murieron por la gloria de su país, pero a los alemanes el dolor nos fue vetado y eso es
insano.
DS: ¿No cree que el tema del holocausto judío se ha sobrexpuesto, que las otras víctimas
han sido relegadas a segundo plano?
JF: También eso es cierto. Creo que los judíos han tomado el tema para ellos y han dicho
que representan a todas las otras víctimas pero eso no es verdad, aunque ciertamente el
exterminio judío fue la terrible obsesión de Hitler. Sin embargo hay víctimas a los que
casi nadie menciona: rusos, polacos, gitanos, minusválidos, homosexuales y todos
aquellos considerados fuera de la “raza aria” a la que el régimen aspiraba.
DS: Actualmente la prensa internacional acusa de un renacimiento del nazismo, sobre
todo en ciertas regiones de Alemania. ¿Qué opina de ello?
JF: ¡Esos no son nazis ni son nada! Son provocadores que no saben lo que dicen.
Carecen de una visión totalitaria del mundo y de una teoría unitaria como la tuvo el 3er
Reich. Pero los alemanes sirven muy bien para las historias de racismo y los americanos
son todos buenos en las películas. El nazismo o el neonazismo es un tema que vende y la
prensa se hace eco de ello. Por fortuna, estamos muy lejos de todo aquello.
DS: ¿Y en otros países usted sí ve esta “visión totalitaria”, Estados Unidos por ejemplo?
JF: Prefiero no hacer pronósticos sobre el futuro. Además, me temo que no tengo la
respuesta. Prefiero pensar que no llegará algo parecido a Hitler. En todo caso no será un
dictador con bigote y botas. Una mujer bella podría ser la próxima dictadora. Pero una
cosa es cierta: casi siempre a una dictadura se le reconoce hasta que ya es muy tarde.
En mayo de 1944, Hitler sentenciaba: “Los monos por ejemplo, pisotean hasta matar a
cualquier extraño ajeno a la comunidad. Y lo que vale para los monos, tiene que valerlo
en mayor medida para los hombres”. La Alemania nazi capituló definitivamente el 8 de
mayo del 45. Esta es la historia del fin de Hitler, para Joachim Fest: “el hombre venido
de la nada, que dejaba tras de sí una gigantesca huella de ruinas de todo género.”
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RECUADRO 1
“El Hundimiento”. Algunas anécdotas curiosas
La película “El hundimiento” basada en el libro homónimo del escritor Joachim Fest y en
las confesiones escritas de la que fuera la última secretaria de Hitler, Traudl Junge, se
estrenó en Alemania en Septiembre del 2004. Con un presupuesto de 24 millones de
euros (320 millones de pesos) y una puesta en escena sin precedentes en el cine alemán,
se construyó una réplica del búnker, en un estudio de sonido de la ciudad de Munich y
fue decorado con extraordinaria fidelidad.
Los actores y el equipo de rodaje pasaron semanas en esta construcción claustrofóbica
que –según Bernd Lepel, el director artístico- no daba margen a la fantasía. La cámara no
tenía dónde moverse y debido a las dimensiones, la iluminación era mínima: La idea era
precisamente, transmitir con realismo un ambiente de encierro y depresión.
El productor Bernd Eichinger confiesa que el libro de Fest lo sedujo. Mientras que con
las memorias de la última secretaria de Hitler encontró ‘el hilo conductor’, el factor
humano necesario para completar la trama. La película, que tuvo una asistencia masiva
durante su estreno, ha dividido a la crítica, pero el éxito de taquilla en Europa, le aseguró
su pase a la reciente edición de los“Oscar”, aunque finalmente se quedó en el camino.
En efecto, en cuanto a cine alemán se refiere, este filme es el primero que encara
directamente la personalidad de Hitler, internándose en su vida íntima, a excepción
quizá, de un prematuro intento hecho en 1956 por la película “Der letzte akt” (El último
acto) contado desde la visión de un soldado alemán.
Alemania comenzó a perder la guerra frente a la Unión Soviética y la ocupación rusa de
Berlín fue el final del 3er Reich. Paradójicamente las escenas exteriores de “El
hundimiento” fueron rodadas en Rusia, en la ciudad de San Petesburgo, con 700 extras
rusos vestidos de nazis que recrearon la caída de la capital alemana.
Otra anécdota curiosa sobre este filme dirigido por Olivier Hirschbiegel, reseña cómo
durante la prueba de cámara, el actor Bruno Ganz se caracterizó del que sería su papel
protagónico. Ganz se maquilló y se vistió para la prueba. Y el director recuerda: “Cuando
Bruno salió al escenario, todo el equipo se quedó en silencio:el parecido con Hitler era
impresionante”
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RECUADRO 2
¿Hitler está de moda?
La prensa alemana acusaba desde octubre de 2004 sobre un aumento en la temática
‘hitleriana’. El fenómeno podría deberse a las celebraciones del 60 aniversario del fin de
la Segunda Guerra y sin embargo, no es sólo en Alemania que esto ocurre. Editoriales de
toda Europa han publicado más títulos sobre el tema que en los últimos años.
Curiosamente, el único libro que Hitler escribió en vida “Mi lucha” no se encuentra en las
librerías normales, aunque circula clandestinamente sobre todo entre círculos que hacen
apología del nacional socialismo.
A finales del año pasado fue descubierta en Finlandia la única grabación que se conserva
de Hitler hablando con su tono de voz normal y no con sus típicos discursos de arenga
política. El ingeniero de sonido que hizo la grabación estuvo a punto de ser ejecutado
cuando la policía alemana descubrió que al finalizar la entrevista ‘formal’, él no había
dejado de grabar al Führer. Finalmente aquel autor anónimo les hizo creer que la
grabación había sido destruida. El audio de esta insólita grabación fue conservado hasta
la fecha y emitido por única vez en octubre del 2004. Bruno Ganz el actor suizo que
protagonizó a Hitler en la película “El hundimiento” se sirvió de esta grabación para
poder imitar con fidelidad la voz íntima del Hitler.
Otro descubrimiento reciente e inédito de la época del 3er Reich consta de una serie de
mapas ‘secretos’ que se creían perdidos y que revelan los planes nazis de conquistar
Europa.
Después de la guerra los mapas fueron a parara Washington y quedaron olvidados en una
biblioteca personal hasta que una heredera alemana dio cuenta del hallazgo y los vendió a
la editorial Archiv-Verlag.
El llamado “Atlas de Goering” consta de 33 hojas cartográficas que revelan la economía
armamentística e industrial de Alemania en 1945. Su edición de este hallazgo único, se
ofrece en el mercado por apenas 178 euros (unos 2,300 pesos)
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