Subido por juan luis

Cursillo vela

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APUNTES PARA NAVEGACIÓN
A VELA
INDICE
Nomenclatura náutica:
Partes del casco.
Partes de un barco desde el agua.
Estructura del barco.
Medidas del barco.
Cubierta del barco.
Aparejo del barco.
Arboladura del barco.
Jarcia del barco.
Tipos de velas.
Partes de las velas.
Partes del foque.
Partes de la vela mayor.
Cabos para el manejo de velas.
Elementos para maniobra de fondeo.
1.1.2.3.4.5.5.6.8.10.10.10.11.11.-
Rosa de los vientos
13.-
Rumbos del velero respecto al viento
15.-
Barlovento sotavento
19.-
Orzar y arribar. Equilibrio direccional del velero
21.-
Cómo funcionan las velas de un barco
25.-
Viento aparente y viento real
27.-
El trimado de las velas
31.-
NOMENCLATURA NÁUTICA
PARTES DEL CASCO
La proa: es la parte delantera del barco con forma de pico, y es más estrecha que la
popa. La forma acuñada sirve para romper la tensión del agua y el oleaje y facilitar así
el manejo y la navegación del barco.
Estribor y babor: para diferenciar entre ambas partes siempre tendremos que mirar
desde popa hacia proa. Estribor es el nombre que recibe la parte o el costado situado
a la parte derecha (un pequeño truco para recordarlo es que estribor comienza por
“est” de “este”, que se sitúa en la parte derecha de los mapas). Babor, al contrario, es
el costado izquierdo de la embarcación.
Amuras: existen dos amuras, la de babor y estribor. Las amuras forman la proa del
barco y son la parte que se estrecha desde el costado hasta la proa.
Costado o través: al iguales que las amuras, hay uno de babor y otro de estribor. Los
costados son la parte que resulta al dividir el barco en un plano vertical por el medio.
Aletas: antes de llegar a la proa, es habitual que el casco se estreche, y estas serían las
aletas, una en estribor y otra en babor.
Popa: se trata de la parte posterior del barco, todo el ancho de la embarcación en su
parte trasera. Aquí se suele situar el timón, las hélices, etc.
Cubierta: es la parte superior del casco que cierra toda la estructura.
Línea de crujía: es la línea imaginaria que dividiría en dos mitades simétricas desde
popa hasta la proa.
PARTES DE UN BARCO DESDE EL AGUA
Línea de flotación, obra muerta y obra viva: cuando un barco se encuentra flotando
en el agua, la línea de flotación está delimitada por el agua. La parte visible del barco
que flota por encima del agua es la obra muerta, mientras que la parte sumergida
bajo el agua es la obra viva, que también suele llamarse carena, y que suele recubrirse
con pintura antiadherente para evitar que se peguen algas o moluscos.
ESTRUCTURA DEL BARCO
Algunos de los elementos estructurales más importantes del barco son los siguientes
(aunque existen otro gran número de términos que no hemos incluido, como los
portillos, manguerotes, cuadernas, etc):
Quilla: Pieza central del esqueleto del barco, situada en la parte inferior del casco y
que va desde la popa hasta la proa.
Pantoques: Parte curva del casco que va desde la quilla a los costados
Sentina: Parte más baja del casco donde se almacenan los residuos del barco
Plan: Parte del barco donde si sitúan los camarotes y los aseos debajo de la cubierta
Cubierta: Cada una de la superficies o “plantas” de las que dispone el barco. La
cubierta superior es aquella que se encuentra al aire libre y que cierra el casco en su
parte superior.
Borda: Parte superior del costado que se sitúa sobre la cubierta principal o superior.
Regala: Pieza longitudinal que cierra la parte superior de la borda.
Mamparo: así es como se le llama a las “paredes del barco” que dividen los distintos
compartimentos.
Orza: Se trata de una extensión del casco bajo el agua, normalmente larga y pesada,
que se sitúa en la parte central de la quilla. Sirve para dar estabilidad al barco y
reducir el abatimiento.
MEDIDAS DEL BARCO
Eslora: Es la medición que se hace del barco desde la línea de crujía, de popa a proa,
sin contar los elementos desmontables de la embarcación. Se puede distinguir entre
eslora de flotación, máxima y total, aunque es habitual usar el término de eslora total.
Manga: Es la medición que se hace del barco de babor a estribor en su eje trasversal.
Puntal: Distancia del barco en la mitad de su eslora desde la parte superior de la
cubierta hasta la quilla del barco (sin contar velas, bañera, púlpito de popa o proa,
etc).
Francobordo: Distancia del barco desde la parte superior de la cubierta hasta la línea
de flotación (cuando el barco está cargado con su máxima capacidad de
desplazamiento).
Calado: Sin contar los apéndices (orza, timón, o cualquier otro elemento bajo la quilla),
es la distancia desde la línea de flotación hasta la quilla del casco.
Desplazamiento: Es el peso total que el barco puede transportar (personas, tanques
llenos, carga, materiales de seguridad, étc), medido en volumen de agua desplazado
por el casco. El volumen de agua desplazado por un barco siempre será igual a la
carga total de este.
CUBIERTA DEL BARCO
Los elementos principales del barco que podemos encontrar en su cubierta superior o
principal son los siguientes:
En la proa: aquí encontramos el pozo de anclas, el ancla, y el púlpito de proa.
Bañera del barco: situada en la parte central, y en popa habitualmente, es una zona
abierta en la cubierta, donde los pasajeros pueden sentarse.
Zona de gobierno: normalmente situada en popa, es donde encontramos la rueda del
timón desde la que el patrón gobierna el barco.
Pasillos laterales: recorren las zonas laterales de la cubierta, y permiten moverse de
popa a proa y viceversa evitando los obstáculos como las velas. Para evitar caídas
estos pasillos tienen en sus lados exteriores una serie de piezas verticales (candeleros)
por las que pasan unos cables llamados guardamancebos.
Vista de la cubierta de un velero Jeanneau Sun Odyssey 42 DS
APAREJO DEL BARCO
El aparejo en los barcos de vela es el instrumento que les permite impulsarse con el
viento. Está formando por diversos elementos e instrumentos que se pueden dividir en 3
grupos:
Arboladura del barco: formada por mástiles (palos colocados de forma vertical), y de
otros palos o perchas que se colocan de forman trasversal y que reciben el nombre de
vergas. La función de la arboladura es sostener las velas del barco.
Jarcias: formado por todos los cables y cabos que sujetan o permiten maniobrar con
la arboladura del casco.
Velas: Telas diseñadas para propulsar el barco mediante la acción del viento, y que
son sujetas a la arboladura del barco gracias a las jarcias.
ARBOLADURA DE UN BARCO
Los mástiles más habituales en las embarcaciones de recreo son el trinquete (primer
palo de proa), el palo mayor (el más alto, normalmente en la parte central), y la
mesana (el palo más cercano a la popa). Lo habitual en las embarcaciones de recreo
es que dispongan de un solo mástil, el palo mayor.
Las vergas más usadas en los barcos de vela son:
El botalón y el bauprés: verga colocada en el extremo de proa del barco, para
aparejar los foques por ejemplo.
Imagen del bauprés de un velero antiguo
Botavara: Percha fija colocada en un mástil. Es quizás la verga más habitual en la
arboladura del barco y con la que más cuidado hay que tener cuando navegamos
(ya que es la verga móvil que estará más cerca de nuestras cabezas).
JARCIA DEL BARCO
JARCIA FIRME
Estay: Son los cables de acero que sujetan la arboladura del barco de forma
longitudinal al casco. Cuando estos cables sujetan desde proa se denomina Estay y
cuando lo hacen desde popa se denomina baquestay.
Obenques: Cables de acero que sujetan la arboladura de forma transversal al casco.
JARCIA DE LABOR
Se trata del conjunto de cables, cabos y aparejos que sirven para maniobrar las velas
y perchas.
Para entender un poco más acerca de cómo funcionan las jarcias y las velas de las
embarcaciones de recreo también es fundamental conocer que significan los
siguientes conceptos:
Izar: Subir una vela o bandera
Arriar: bajar una vela o bandera
Marear: mover u orientar velas y perchas
Drizas: Sirven para izar las velas
Escotas: Sirven para orientar las velas en la dirección deseada, dándole un mayor o
menor ángulo de acción con respecto al viento.
TIPOS DE VELAS EN UN VELERO
Las velas han evolucionado desde el comienzo de la navegación, por lo que existe
una gran variedad de tipos de velas y barcos.
No vamos a entrar en profundidad en este campo, pero se pueden dividir en dos
grandes grupos: velas redondas o cuadradas y velas áuricas o de cuchillo.
Las velas áuricas o de cuchillo están preparadas para recibir el viento por cualquiera
de sus dos caras mientras que las velas redondas o cuadradas solo reciben el viento
por su cara de popa.
La vela que se apareja al palo mayor se llama vela mayor.
Los tipos de vela que se aparejan a las vergas en las embarcaciones de recreo a vela
reciben distintos nombres también:
Foque: vela triangular que se sitúa en la parte de proa del mástil, justo en la línea de
crujía del barco. En los veleros clásicos suele haber más de un foque situado en el
bauprés.
Yankee: es una vela similar al foque, solo que esta se sitúa un poco más alta. Su
pujamen está más arriba en su puño de escota que en su puño de amura.
Génova: se trata de un foque, pero de mayor tamaño.
Trinquete: es igualmente similar al foque, solo que esta se encuentra situada más hacia
la popa, y se apareja al estay. Esta vela se puede encontrar fácilmente en los veleros
de navegación oceánica.
PARTES DE LAS VELAS
Dentro de estas dos velas, se distinguen los tres lados del triángulo, y cada uno recibe
un nombre propio:
Grátil: Es el lado de la vela que va unido al mástil en la mayor, o al estay en el foque.
Pujamen: Lado inferior de la vela (tanto en la mayor como el foque o Génova).
Baluma: lado de popa de la vela (tanto en la mayor como en el foque o Génova).
Los vértices reciben el nombre de puño, y son tres:
Puño de driza: es el vértice más alto, donde se apareja la driza que permite subir o izar
las velas.
Puño de amura: es el vértice situado en la parte inferior y más a proa.
Puño de escota: es el vértice situado en la parte inferior y más a popa. Aquí se colocan
las escotas que permiten mover las velas.
PARTES DEL FOQUE
PARTES DE LA VELA MAYOR
CABOS PARA EL MANEJO DE LAS VELAS
Son generalmente cabos muy resistentes que sirven para dirigir las vergas y las velas.
Aunque existe una gran multitud de tipos de estos cabos, a continuación te dejamos
los más importantes:
Driza de mayor o driza de Génova: Son los cabos encargados de izar, arriar o tensar la
vela mayor y Génova.
Escota de mayor y escota de Génova: Sirven para orientar las velas en dirección al
viento. Van fijas en un extremo al puño de escota, y fijas en otro accesorio del barco
para aguantar la tensión que produce el viento en las velas.
Enrollador de Génova o enrollador de la mayor: Son mecanismos mediante los cuales
las velas se enrollan sobre sí mismas, y permiten desplegar o guardar las velas sin tener
que acercarse al palo o a la proa para realizar la maniobra.
Contra de la mayor: aparejo que permite mover de forma vertical la botavara, para
ajustar la forma que queramos darle a la mayor.
Pajarín: Así es como se llama el cabo que tira del puño de escota de la vela mayor.
ELEMENTOS PARA LA MANIOBRA DE FONDEO
Por último, el barco también cuenta con otros elementos para realizar la obra de
fondeo.
El ancla: equipo pesado y generalmente de acero que permite sujetar el barco al
fondo marino.
Cadena: suele tener una doble unión giratoria para evitar las vueltas y los enredos de
esta.
Molinete: Equipo eléctrico que se encarga de subir o bajar la cadena mediante un
sistema mecánico, que se encarga de engranar la cadena en el barbotén del
molinete.
Orinque: pequeña boya que se suele amarrar al ancla mediante un cabo, y que
permite señalar la posición de esta cuando está hundida en el fondo.
LA ROSA DE LOS VIENTOS
Todos tenemos una idea de qué es la rosa de los vientos, pero queremos hablar
porque es importante no tener dudas y saber con exactitud de qué se trata.
La rosa de los vientos consiste en un círculo donde hay marcados los 32 rumbos en que
se suele dividir la circunferencia del horizonte.
Las cuatro divisiones fundamentales son las orientaciones más conocidas: norte, sur,
este y oeste. Por tanto, el horizonte queda dividido en 4 partes de 90 º cada una. Estas
4 partes se vuelven a dividir, creando los rumbos u orientaciones laterales: noreste,
sureste, sur este y noroeste. Finalmente, hay todavía una división más, que acaba de
concretar el rumbo. De esta última división surgen los rumbos colaterales, son: Nortenoreste, este-noreste, este-sureste, sur-sureste, sur-suroeste, oeste-suroeste, oestenoroeste y norte-noroeste. Aunque parezca envuelto si lo leemos, en la imagen
podemos ver de manera fácil y gráfica a que nos referimos.
Características y funciones de la rosa de los vientos actual:
- Se trata de un signo independiente a cualquier otro elemento iconográfico.
- En los mapas ocupa una posición visualmente relevante.
- Es el único elemento ornamental destinado a indicar la orientación de los vientos.
- Cada punta señala el nombre del viento al que corresponde (los vientos se
diferencian según la dirección desde la que soplan).
RUMBOS DEL VELERO RESPECTO AL
VIENTO
Los rumbos de vela respecto al viento son: Rumbo de ceñida, a un descuartelar,
rumbo de través, a un largo, rumbo de aleta y rumbo de popa cerrada.
Rumbo de ceñida:
Ceñir es navegar lo más cerca posible del viento, es decir, formar el menor ángulo
posible contra la dirección del viento. Dependiendo del tipo de embarcación el
ángulo de ceñida puede variar considerablemente siendo los 45 grados un ángulo
medio y unos 40 grados para los barcos más modernos y mejor diseñados.
Como ya hemos visto en el artículo “ el trimado de las velas”, durante la navegación
en ceñida la vela mayor y la de proa se combinan para formar un mismo perfil
aerodinámico. Para saber cual es el ángulo límite de nuestro barco con respecto al
viento, debemos ir orzando hasta ver en que punto o ángulo el grátil del foque
empieza a flamear. Este será el ángulo límite de nuestro barco que dependerá como
es lógico del correcto trimado que llevemos en nuestras velas. El rumbo de ceñida es el
rumbo en el que las velas irán más cerradas, cazando nuestras escotas para mantener
la máxima ceñida o también llamado ceñida a rabiar. Dependiendo de la fuerza del
viento y del oleaje acentuaremos más o menos este trimado.
Para poder navegar en contra de la propia dirección del viento, debemos ir
cambiando el rumbo de ceñida de una amura a otra en una maniobra denominada
virar. Para virar debemos pasar la proa a través del viento cambiando la dirección del
rumbo unos 90 grados.
El tamaño de la vela mayor en rumbo de ceñida es importante. Si la mayor es
demasiado grande para el viento que tenemos, el barco empezará a aumentar su
escora y la tendencia a orzar, siendo esto señal de necesitar hacer una toma de rizos.
A un descuartelar:
Aumentando el ángulo desde la ceñida, es decir, arribando o abriéndonos unos 20
grados más, estaremos navegando en rumbo a un descuartelar formando un ángulo
de unos 60-70 grados respecto al viento. También podemos decir que es un ángulo
intermedio entre un rumbo de ceñida y un rumbo de través.
Las velas van algo más abiertas que en rumbo de ceñida y las escotas más amolladas.
En este rumbo podremos aprovechar el mayor embolsamiento de nuestras velas para
generar más energía, siendo un rumbo más rápido que el rumbo de ceñida.
Navegar a rumbo de través:
Navegamos a un través cuando navegamos a 90º del viento, recibiendo éste por el
través de la embarcación. Las velas las mantenemos medio abiertas. El
embolsamiento de la parte delantera de la vela genera una gran propulsión hacia
delante. La resistencia que genera la quilla y el casco son menores que en los rumbos
de ceñida y descuartelar. Si navegamos en vela ligera podemos levantar la orza a
media altura para reducir más la resistencia y ganar en velocidad. El peso de la
tripulación debe trasladarse hacia la proa descargando la popa. Es un rumbo
cómodo y muy eficaz.
A un largo:
Desde el rumbo de través arribaremos 30º para navegar a unos 120º con respecto al
viento. Es un rumbo portante, amollaremos las escotas para abrir más las velas. El carro
de la mayor también lo podemos amollar abriéndolo por su carril para aliviar la presión
en el timón. El backstay en este rumbo también lo podemos amollar para ganar
embolsamiento y potencia de la vela mayor. Navegando a un largo conviene tensar
las drizas de la mayor y el foque para adelantar el embolsamiento de la vela hacia el
grátil y ganar fuerza propulsora.
Rumbo de aleta:
Navegamos en rumbo de aleta cuando navegamos en un ángulo de unos 150º
respecto al viento. Debemos cazar la trapa o contra para evitar que se suba la
botavara y así cerrar la baluma. Con viento fuerte el balanceo puede ser un
inconveniente y debemos de prestar bastante atención en el timón. Si vamos a
navegar durante un largo periodo de tiempo en este rumbo, es conveniente aparejar
una retenida en la mayor para evitar tener una trasluchada involuntaria.
Debemos trasladar los pesos hacia la popa, moviendo la tripulación hacia la parte de
atrás. Con el spinnaker izado el efecto del balanceo se intensifica.
En rumbo de aleta podemos atangonar la vela de proa colocando el tangón hacia
barlovento y de esta forma aplanar un poco la vela. Un exceso de embolsamiento
intensificaría el balanceo.
Rumbo de popa redonda:
Navegamos en popa redonda cuando el viento entra por nuestra popa y navegamos
en la misma dirección del viento, es decir, a 180º de la dirección del viento.
El rumbo de popa redonda es un rumbo en el que generalmente no se navega ya que
es un rumbo lento y compensa más en tiempo y velocidad navegar en rumbo de
aleta trasluchando de una banda a otra. El rumbo de popa redonda es también un
rumbo complicado porque es muy fácil trasluchar involuntariamente, especialmente si
hay algo de oleaje. Si navegamos en este rumbo es conveniente atangonar el foque y
aparejar una retenida en la vela mayor.
Para navegar rumbo de popa redonda, largamos las escotas abriendo las velas al
máximo. Al estar la vela de proa a sotavento de la mayor apenas recibe el viento.
Para evitar esto podemos poner una vela a babor y otra a estribor. Esto se denomina
navegar a orejas de burro.
Navegando en rumbo de popa cerrada consideramos barlovento al costado
contrario al de la botavara.
BARLOVENTO Y SOTAVENTO
Los términos barlovento y sotavento son muy utilizados en navegación y se refieren a la
localización de un lugar relativo a la dirección del viento. Barlovento es el lugar de
donde viene el viento y sotavento el lugar por donde se va el viento o dicho de otro
modo, toda la zona a la cual el viento se dirige. Cuando decimos que un barco está a
barlovento del otro nos referimos a que está frente al viento, cara al viento o por
delante del otro, siempre siguiendo la dirección del viento desde su origen.
En navegación, el viento es de vital importancia y por ello siempre debemos conocer
su dirección y tener claro cual es el lado de barlovento y cual es el lado de sotavento.
Cuando nos encontramos con dos barcos de vela navegando en una misma
dirección, el barco de barlovento es normalmente más maniobrable que el barco de
sotavento, ya que el de sotavento recibe el aire contaminado por el de barlovento y
además tiene dificultada la maniobra de virada al tener a barlovento al otro barco. Es
por esta ventaja que el reglamento internacional para prevenir abordajes en su
artículo 12 estipula que cuando dos barcos de vela se encuentran recibiendo el viento
por la misma banda, el barco de sotavento tiene derecho de paso, siendo el de
barlovento el barco que deberá gobernar.
Notar que en un barco de vela, se considera barlovento la banda contraria a la que
está cazada la mayor, refiriéndonos especialmente al caso de navegar en popa
cerrada, ya que en este rumbo con respecto al viento, es difícil saber que banda es
barlovento y que banda es sotavento, pudiendo cambiar tan solo trasluchando la
botavara (método utilizado habitualmente en regatas para poder ganar fácilmente la
preferencia).
Otra cosa a tener siempre en cuenta, es que en caso de que nos pille un temporal en
el mar debemos de alejarnos lo máximo posible de las costas de sotavento, ya que la
fuerza del viento nos puede abatir y hacernos llevar contra las rocas.
A la hora de elegir un buen fondeadero es también muy importante tener claro el
concepto de barlovento y sotavento, eligiendo siempre un fondeadero con la costa a
barlovento.
En caso de tener un incendio a bordo de nuestra embarcación, debemos poner el
fuego a sotavento para evitar la propagación al resto del barco y también debemos
intentar conseguir que el viento aparente sea cero, para ello cambiaremos el rumbo
hacia sotavento y con el viento de popa aumentaremos o disminuiremos la velocidad
para igualarla a la del viento y conseguir un viento aparente cero que no avive las
llamas e incremente más el fuego.
Si nos disponemos a recoger un naufrago un hombre al agua, es importante saber que
debemos situar el barco a barlovento del náufrago, protegiéndolo con el casco de la
embarcación del viento y del oleaje.
También en geografía nos referimos a barlovento y sotavento para definir un lugar en
relación a la dirección del viento, por ejemplo, la ladera de una montaña a la cual
llegan y chocan los vientos cargados de humedad, es la ladera de barlovento y la
ladera de sotavento es la cara de la montaña por la cual el viento desciende y se va.
Una playa a sotavento siempre estará más protegida que una playa a barlovento.
ORZAR Y ARRIBAR. EQUILIBRIO
DIRECCIONAL DEL VELERO
¿Qué es orzar? ¿qué es arribar? En este artículo definimos estos dos conceptos y la
importancia que juega el equilibrio vélico en la dirección y en la resistencia al avance
del barco.
Orzar es llevar la proa del barco en dirección a dónde viene el viento, disminuyendo el
ángulo que forma el barco con el viento. El límite al orzar está en no aproar tanto el
barco que se detenga su marcha.
Arribar es alejar la proa de la dirección del viento, aumentando el ángulo que forma
con el viento. También lo podemos definir como virar a sotavento, alejarnos o abrirnos
del rumbo del viento.
Navegar eficazmente implica mantener un buen equilibrio entre todas las fuerzas
implicadas de manera que se produzca una mayor propulsión hacia delante. Un
barco bien equilibrado es fácil de gobernar y es capaz de mantener por si solo el
rumbo, siguiendo una línea recta, y sin que la pala del timón vaya inclinada y ofrezca
resistencia al avance del barco.
Si no existe un buen equilibrio entre el centro vélico (fuerza aerodinámica) y el centro
de resistencia lateral (fuerza hidrodinámica), el barco tendrá tendencia a orzar o a
arribar.
Tendencia a orzar
Si en un velero bien equilibrado disminuimos el tamaño de la vela de proa, el centro
vélico se desplaza hacia la popa del centro de resistencia lateral del casco. Esto hace
que aumente el momento de giro llevando la proa en dirección al viento y por lo tanto
haciendo orzar al barco.
Cuando un barco tiene tendencia a orzar se dice que es un barco ardiente.
Al aumentar la fuerza del viento aumenta también la escora, esto hace que la forma
de la carena adquiera una forma asimétrica y aumente su resistencia hidrodinámica,
aumentando la tendencia del barco a orzar.
Para corregir este efecto podemos reducir el tamaño de la vela mayor poniendo un
rizo. Así volvemos a adelantar el centro vélico hacia la proa y equilibramos
nuevamente el barco.
Otra manera de adelantar el centro vélico sin reducir el tamaño de la vela es amollar
la escota de la mayor. Al abrir la mayor disminuimos la escora, aumentamos la
propulsión hacia delante y adelantamos el centro vélico equilibrando nuevamente el
barco. Ajustes del cunningham y el pajarín también ayudan a afinar y a ajustar el
equilibrio del barco.
Tendencia a arribar
Cuando el centro vélico se desplaza hacia la parte delantera del centro de
resistencia lateral del casco, el barco tiene tendencia a arribar.
Se dice que es un barco blando cuando tiende a arribar.
Al contrario que el caso anterior, para reducir el efecto de arribar, debemos cazar la
escota de la mayor, disminuir la vela de proa o aumentar el tamaño de la mayor.
En definitiva, para mantener un buen equilibrio y optimizar la propulsión y la facilidad
de gobierno, debemos mantener una buena relación entre el tamaño de las velas y
ajustar las escotas según la intensidad y rachas de viento que nos encontremos.
Cuando reducimos el génova con el enrollador y a la vez rizamos la mayor, estamos
adelantando tanto el centro vélico de la mayor como el centro vélico del génova, por
lo tanto el centro vélico total se desplaza hacia adelante y puede provocar la
tendencia en el barco a arribar.
En construcción naval se considera que si el centro vélico está hasta un 10% por
delante del centro de resistencia lateral, puede considerarse equilibrado.
La tendencia de un barco a orzar es siempre deseable ya que, si en caso de
emergencia hay que dejar libre el timón, el barco acabará aproándose y deteniendo
su marcha.
La tendencia de un barco a arribar es considerada como una característica negativa
ya que si perdemos el gobierno, el barco aumentará de velocidad y puede llegar a
trasluchar.
CÓMO FUNCIONAN LAS VELAS DE
UN BARCO
¿Cómo funcionan las velas de un barco? El barco para moverse utiliza la energía del
viento con la que crea una fuerza de propulsión. En rumbo de ceñida los veleros
modernos pueden navegar contra el viento, pudiendo llegar en ocasiones a ser más
rápidos que el propio viento.
El viento circula entrando por el gratil hasta la baluma quedando dividido este flujo de
viento por las dos caras de la vela, el lado de barlovento y el de sotavento. El viento
corre más deprisa por la parte convexa de la vela o parte de sotavento que por la
parte cóncava o lado de barlovento. En 1738 el físico Daniel Bernouilli nos dijo que esa
diferencia de velocidad produce una diferencia de presión, cuando aumenta la
velocidad, la presión de un fluido disminuye y cuando la velocidad se reduce
aumenta la presión. La diferencia de presión entre las dos caras de la vela hace que
se genere una fuerza cuya dirección irá de la alta presión a la baja presión
produciendo el movimiento del barco.
Por lo tanto, cuanto mayor es el embolsamiento o curvatura de una vela, mayor es la
diferencia de presión y mayor es la fuerza e impulso generado.
Cada punto de la superficie de la vela tiene presiones diferentes, la parte más próxima
al gratíl es la de mayor curvatura y es por tanto donde el aire corre con mayor
velocidad y donde hay más diferencia de presión. Como la fuerza generada se
produce perpendicular a la superficie de la vela, la zona de mayor curvatura es la que
genera la fuerza en la dirección del avance, a medida que nos acercamos hacia la
baluma o parte posterior de la vela, la vela se va aplanando, debilitándose la fuerza y
cambiando la dirección a una energía de fuerza y dirección lateral. La parte posterior
de la vela produce una fuerza de resistencia negativa, llegando a crear una fuerza de
retroceso. Como resultado de toda esta fuerza vélica conjunta, obtenemos una
pequeña fuerza propulsora hacia delante y un gran empuje lateral. El empuje lateral
es contrarrestado por el casco, la quilla o orza (en rumbo de ceñida o rumbos no
portantes), dando como resultado la escora de la embarcación y produciéndose un
cambio de dirección hacia sotavento conocido como abatimiento.
Dependiendo del trimado que hagamos de nuestras velas aprovecharemos más
correctamente la energía del viento. Una vela plana genera menor propulsión y por
tanto menor resistencia, siendo ideal para navegar con viento fuerte. Este principio es
también importante en cuanto a nuestra seguridad, una mayor muy embolsada nos
puede acarrear problemas con vientos fuertes por el exceso de energía que
producirá. Por otro lado, una vela embolsada no ciñe tanto como una vela más plana.
Las velas con gran embolsamiento se utilizan para rumbos portantes como puedan ser
velas tipo gennaker o spinnaker que pueden tener un embolsamiento de un 20%.
El principio de Bernouilli y el de la vela de los barcos es el mismo principio que ocurre
en las alas de los aviones, la velocidad del viento corre a distinta velocidad por la cara
superior e inferior del ala, produciendo una diferencia de presión que al pasar de una
alta a una baja presión en sentido horizontal, hace que el avión vuele.
Con un sencillo experimento podemos comprobar fácilmente el principio de Bernouilli,
poniendo una cuchara con su parte curva debajo del chorro de agua de un grifo,
observaremos como la cuchara es empujada hacia el chorro.
VIENTO APARENTE Y VIENTO REAL
VIENTO APARENTE Y VIENTO REAL
El viento real es el que sentimos cuando estamos parados. A medida que el barco
avanza genera su propio flujo de viento debido a su propia velocidad, este viento
generado se suma o resta al viento real y la resultante es lo que llamamos viento
aparente.
Si no hay viento real, notaremos un viento de proa que será igual a la velocidad de
nuestro barco.
Los catavientos y veletas de tope de palo solo indican el viento real cuando el barco
está parado. Cuando el barco está en movimiento, los catavientos y veletas nos
indican el viento aparente. Los dispositivos electrónicos pueden calcular la velocidad y
dirección del viento real haciendo un cálculo con los datos que reciben de la
corredera u otros datos de velocidad.
Un barco a medida que aumenta su velocidad genera un mayor viento aparente,
éste combinado con el viento real, hace que vuelva a aumentar su velocidad y así
sucesivamente hasta alcanzar el límite de velocidad del barco por su resistencia
aerodinámica e hidrodinámica. Es por este motivo que diseños modernos de barcos a
vela, así como trimaranes y catamaranes, son capaces de alcanzar velocidades muy
superiores a la velocidad del viento. Como un ejemplo de esto, tienes al
trimarán planeador “Yellow Pages Endeavour”, que en 1993 alcanzó los 46 nudos de
velocidad en una distancia de 500 metros con tan solo 20 nudos de viento del través.
Otro de los efectos que podemos ver en los dibujos de vectores que mostramos a
continuación, es que según aumentamos la velocidad del barco, el viento aparente
se desplaza hacia la proa del barco. Si el barco sigue aumentando su velocidad, el
viento aparente se sigue posicionando más hacia la proa, lo que nos llevaría a
alcanzar el límite de ceñida que nuestras velas o nuestro barco tienen, limitando de
esta forma el ascenso de velocidad teórico.
En esta primera figura vemos un barco que navega al través del viento real. Su
velocidad, representada con un vector de color amarillo, es de 6 nudos. Un vector
rojo, representa la velocidad del viento real, en este ejemplo es de 10 nudos. La
resultante, es un vector de color blanco que representa el viento aparente y que nos
muestra el ángulo y la velocidad del viento con el que navegaremos. En este caso
trimaremos las velas para navegar a un descuartelar, ya que el ángulo de entrada del
viento aparente es de unos 60º. La velocidad del viento aparente ha aumentado
hasta los 11,7 nudos.
En este segundo dibujo, representamos un barco con un viento real de 10 nudos que
entra a 60º de la proa y lleva también 6 nudos de velocidad de barco. Podemos ver
como el ángulo del viento aparente es de unos 40 º y ha aumentado en 4 nudos de
velocidad al viento real. El velero navega en rumbo de ceñida con 14 nudos de viento
aparente.
En este tercer ejemplo, vemos el mismo barco navegando a seis nudos y con la misma
velocidad de viento real. El viento aparente es ahora menor al navegar en un rumbo
más abierto.
En el último ejemplo, el viento real entra a 160º de la proa. Vemos como el vector del
viento aparente es ahora más pequeño que la velocidad del barco, siendo mucho
menor el viento aparente que el real.
El trimado de las velas ha de ajustarse continuamente, ya que la velocidad y dirección
del viento no son siempre constantes. Navegando con vientos portantes (a excepción
de la popa cerrada) según vamos aumentando la velocidad del barco, el viento
aparente va rolando hacia la proa. Esto nos lleva a tener que seguir trimando las velas
para ajustarnos al nuevo rumbo de viento y si de esta forma pudiésemos seguir
aumentando la velocidad de nuestro barco, podríamos pasar teóricamente de un
rumbo de un largo a uno de través y así sucesivamente hasta llegar a un rumbo de
ceñida. Como hemos dicho antes el límite está en la velocidad física que por
hidrodinámica y aerodinámica sea capaz de alcanzar nuestro barco.
Un barco en popa redonda nunca puede navegar más rápido que la velocidad del
viento real ya que cuando alcanza esta velocidad el viento real se neutraliza con el
viento aparente por ser de direcciones totalmente opuestas y la resultante es cero. Las
velas quedan desventadas y perdemos nuevamente la velocidad alcanzada.
Cuando navegamos de ceñida y viramos, el barco siempre pierde velocidad, es por
eso que en un principio no podemos mantener el mismo ángulo de ceñida que
veníamos haciendo en el bordo anterior. Al haber disminuido la velocidad del barco,
el ángulo del viento aparente es ahora mayor por lo que el foque que hemos
cambiado de banda no debemos cazarlo a tope y debemos ir cazando poco a poco
la escota según vamos ganando ángulo y velocidad.
Si os interesa el cálculo matemático a continuación os dejamos las fórmulas para
poder calcular el viento real, el viento aparente y sus ángulos.
EL TRIMADO DE LAS VELAS
El trimado de velas es básico para aprovechar al máximo la energía del viento y ganar
en velocidad, comodidad y seguridad. En este artículo veremos los conceptos básicos
del trimado de las velas de un barco.
La vela mayor es la primera vela en ser izada y la última en ser arriada. Generalmente
se navega con dos velas, la vela mayor y el foque o génova. Estas dos velas se
combinan formando un mismo perfil aerodinámico dependiendo del rumbo con
respecto al viento en el que naveguemos.
Entender bien como funciona una vela nos ayudará a comprender bien la base y los
principios del trimado de las velas. Para ello, recomendamos leer previamente el
artículo: Cómo funcionan las velas de un barco
En un rumbo de ceñida, la función principal de la mayor es complementar y amplificar
la energía del génova. El génova genera parte de la energía, la mayor la
complementa y cierra el flujo de aire creando un perfil aerodinámico conjunto entre
las dos velas.
Para un buen trimado de las velas, debemos considerar las dos velas, mayor y génova,
como si de una sola vela se tratase. Este conjunto tendrá la entrada de aire por el
gratíl del génova y la salida del flujo por la baluma de la mayor, de esta forma
debemos ajustar siempre las dos velas para que trabajen en conjunto formando un
único perfil aerodinámico. Debemos de observar que el grátil del génova no flamee,
cazando con la escota si es necesario hasta detener el flameo de la vela.
La vela mayor en rumbo de ceñida, debe de trimarse siempre en relación al génova.
Con un buen trimado de velas, el génova influye en el flujo de aire de la mayor,
aumentando el flujo de aire entre las dos velas y así aumentando la velocidad del
barco.
En rumbo de popa, es la mayor la vela principal y la que nos producirá la mayor fuente
de energía.
Para poder comprobar que el flujo de aire que pasa entre las dos caras de las velas
son los correctos, utilizaremos los catavientos. Los catavientos son unas cintas de tela o
unas simples lanitas que van situadas en la superficie de las vela. En el foque o génova
irán situados a unos 20 centímetros del grátil, por las dos caras, de forma que siempre
veremos el catavientos de barlovento y a trasluz veremos también el catavientos de
sotavento. En la vela mayor los catavientos van situados en la baluma, pegados a la
altura de los sables.
Los catavientos deben ondear horizontales, rectos y paralelos como resultado de un
flujo de aire correcto y se agitarán elevándose cuando el flujo es turbulento
indicándonos la necesidad de ajustar nuestras escotas para corregir la posición de las
velas.
Comprobación de la orientación:
1. Catavientos paralelos. Foque correctamente orientado.
2. Catavientos de barlovento muy altos. Cazar escota.
3. Catavientos de sotavento muy altos. Amollar la escota.
Comenzamos a trimar las velas del barco siempre desde la vela de proa terminando
con la mayor. Como un primer trimado de velas general y manteniendo nuestro
rumbo, amollaremos (aflojar) la escota para encontrar el momento en que la vela
empieza a flamear, a partir de ese momento, iremos cazando la escota lentamente
hasta detener el flameo. En el momento en el que la vela deja de flamear, ése será la
apertura ideal de la vela para ese rumbo.
Una vela genera más fuerza o potencia cuanto mayor es su embolsamiento, su
desventaja es que una vela con bolsa genera mucha escora y que no podrá ceñir
tanto como una vela plana. Por lo tanto, tendremos que encontrar el grado de
embolsamiento o profundidad de la vela que nos de la potencia necesaria con el
máximo de escora en el que el barco aguante sin perder velocidad y control. Con mar
picada o oleaje, la vela interesa que tenga más bolsa, ya que le proporcionará la
potencia necesaria para enfrentarse al oleaje. Con mar plana y mucho viento
interesan las velas más planas para ganar en velocidad y en ángulo de
ceñida. También podemos decir como norma general que, con vientos flojos una vela
con un mayor embolsamiento ejercerá un mayor impulso que una vela plana, y una
vela plana es preferible con vientos fuertes ya que evitará un exceso de escora en el
barco y aumentará el ángulo de ceñida.
Un factor también importante es ver dónde se localiza la zona de embolsamiento o de
mayor profundidad de la vela. La parte más profunda tendrá mayor efecto de
propulsión si se encuentra situado más cercano al grátil. Si el embolsamiento está
situado en el centro de la vela, producirá una mayor escora y aumentará también la
tendencia a orzar del barco.
En rumbo de ceñida hay que cazar las velas para mantenerlas próximas a la línea de
crujía y así poder aumentar el ángulo de ceñida.
Como la mayor y el foque deben trabajar como una misma unidad aerodinámica, al
cambiar el trimado de una vela debemos ajustar también el trimado de la otra vela.
El tamaño y forma de la vela de proa influye enormemente en el flujo de aire
generado. Si el tamaño del génova solapa ampliamente el palo de la mayor, el flujo
de aire de su cara de barlovento se suma al flujo de aire que genera la vela mayor en
su cara de sotavento, aumentando la velocidad del aire y generando de esta forma
una mayor fuerza vélica.
La fuerza y condiciones del viento son fundamentales en el trimado de velas y
tendremos que ir adaptando constantemente nuestras velas a las condiciones de
cada momento. Dependiendo de la velocidad de viento debemos ajustar el flujo del
viento generado reduciendo la superficie vélica. Con vientos fuertes utilizaremos el
enrollador del génova o bien cambiaremos el tamaño del génova a uno más
pequeño o a un foque.
Con exceso de superficie vélica, el barco escorará demasiado. Esta es una situación
no deseada, ya que la carena de flotación adquiere una forma asimétrica
aumentando de esta forma la resistencia hidrodinámica y la tendencia del barco a
orzar. Con exceso de viento navegaremos más rápido si reducimos la escora tomando
rizos.
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