INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA UNIDAD “TECAMACHALCO” LA BAUHAUS. LA CASA DE CONSTRUCCIÓN. HISTORIA DE LA ARQUITECTURA A PARTIR DEL SIGLO XX PROFESOR. MIGUEL ÁNGEL ESPINOZA MENESES ALUMNO. GARCÍA VÁZQUEZ JOSÉ ARMANDO GRUPO: 4AM4 25 DE MARZO DE 2021 Introducción Después de la primera guerra mundial (1914-1918), Alemania quedó sumergida en una era de desestabilización social y económica. Sin embargo, en el resto de Europa, empiezan a surgir nuevos movimientos artísticos e ideológicos, revolucionando el campo del arte y de las ciencias. En Alemania, en la "Época de la República de Weimar", Walter Gropius impulsa un boom artístico, inspirándose en el Arts and Crafts inglés. Gropius tenía en mente encaminar al pueblo alemán hacia una Utopía, guiada por una nueva generación de jóvenes intelectuales y con habilidades prácticas. Quería hacer del pueblo alemán, una sociedad más civilizada y menos egoísta. Nace así, en Weimar la Bauhaus (la casa de construcción), una institución de carácter democrático y co-educativo que impartía un plan de estudios fuera de lo convencional, pues en él los alumnos, podían seguir a su propio ritmo a nivel artístico y personal. Antecedentes y Sede en Weimar. Hacia mediados del siglo XIX, Weimar, ya era un poblado de gran influencia artística. En 1860, Carlos Alejandro fundó la "Escuela Gran ducal-Sajona de Arte", una escuela de pintura de gran influencia. Hacia 1907, Henry van de Velde funda la escuela Gran ducal-Sajona de Artes Aplicadas. Una influencia de gran importancia para el movimiento Bauhaus, fue también el Arts and Crafts en Inglaterra. El Arts and Crafts de William Morris suponía una posibilidad de reacción a la industrialización y las formas de vida modernas que habían sustituido al trabajo manual por el trabajo mecanizado. Tras ello había una utopía social ejemplificada en el deseo manifiesto de volver atrás para "regenerar" al hombre mediante la artesanía. Buscaba respetar y cuidar los materiales, y la forma en que se utilizaban. Se trataba de mostrar cómo se construyeron las cosas, de modo que parecían diferentes de lo que eran en realidad. Debido a la gran influencia artística que representaba, Weimar, fue el lugar donde se fundaría la primera sede de la Bauhaus. Enseñanza. El primer paso: Walter Gropius no quería que la Bauhaus fuera una institución convencional, el quería que los estudiantes se desarrollaran no solo en sus conocimientos, sino en su técnica artística y su calidad humana. Entonces ideó un método de enseñanza que haría a los estudiantes, reconocer la importancia de estas técnicas y el trabajo necesario para realizar el arte. Arquitectos, escultores, artesanos y pintores, colaboraban entre sí, creando una obra de arte total. El segundo paso: Gropius copió el modelo de las Arts and Crafts de William Morris, donde los estudiantes empezaban como aprendices y, conforme fueran desarrollando sus habilidades, ascenderían a oficiales, y si eran lo suficientemente aptos, sin considerar influencias y dedocracias, se convertían en maestros. El tercer paso: Se contrataron a los más reputados profesionales, “La crème de la crème de la intelectualidad alemana de la época, que no tenían que tener experiencia alguna en docencia. Las mujeres de la Bauhaus y la ardua lucha por la equidad de género. La Bauhaus no solo llegó a revolucionar el arte, sino también la ideología. Pues no ponía restricciones ni límites en sus matrículas en edad ni sexo. El primer curso, el número de matrículas femeninas fue muy similar al de masculinas (51 mujeres frente a 61 hombres). Sin embargo, todavía no se tenía esa madurez ideológica acerca de las capacidades de las mujeres en los mismos campos profesionales que los hombres, Pues a pesar de que la Bauhaus no imponía a las mujeres a no desarrollarse en ciertas áreas, sutilmente las orillaba a los talleres de tapicería y cerámica. Sin embargo, muchas mujeres, como Marianne Brandt, la primera mujer admitida en el programa de metalistería de la Bauhaus, lograron superar diversos obstáculos que tanto profesorado como alumnos, representaban para su desarrollo en las “áreas de hombres”, como la metalurgia, la arquitectura y la carpintería. Otros casos como el de Lucia Moholy, lamentablemente no tuvieron tanto éxito, o algo tardío, ella, quien fue fotógrafa y entre sus trabajos, se encuentran emblemáticas fotos de los edificios de la Bauhaus, pasó el resto de su vida recuperando sus negativos que le fueron ocultados. Pero también, se puede decir que el tiro les salió por la culata, pues también se dieron casos como el de Gertrud Arndt, que fue disuadida de estudiar arquitectura y se desarrollo en la pintura y en el diseño de alfombras, logrando junto con otras mujeres, que estos talleres fueran distinguidos por ser de los mejores gestionados y también innovadores. Anni Albers, alumna de Paul Klee, conquistó el MoMA (1949) con sus diseños revolucionarios y abstractos. Apabulló con un diseño de un tejido insonoro, reflectante y lavable concebido especialmente para auditorios. Alma Buscher, después de pasar por la tapicería, aceptó el desafío de desarrollarse en la carpintería, donde destacó por sus diseños sagaces y, escandalosamente modernos de marionetas y juguetes para niños que se siguen fabricando en la actualidad. Su obra más destacada fue el mobiliario de la casa Haus am Horn para la exposición de la Bauhaus en 1923. “Un diseño para una vida relativamente asequible desde el punto de vista económico. Regresando con Marianne Brandt, demostrándole sus capacidades a un duro escultor y maestro, László Moholy-Nagy, logró no solo conseguir su reconocimiento y respeto, sino también sustituirle en su cargo. Entre sus obras destacan: La lámpara de mesa Kándem 702 y la tetera M49. Lilly Reich “esa gran mujer al lado de Mies Van der Rohe”, fue su pareja y colega. Colaboró con él, en el diseño del Pabellón de Alemania en la exposición de Barcelona, la casa Tungendhat, la Casa Lange o el Café de Terciopelo y Seda, también, llegó a dirigir el departamento de diseño de interiores de la Bauhaus, aunque su nombre ha tardado en trascender. Sin embargo, todos estos nombres tardaron bastante tiempo en trascender y no se les dio a tiempo, el reconocimiento que merecían. Arte e Industria. Conforme el nacionalismo se adentraba en las corrientes políticas de Alemania, el estado deja de dar apoyos a diversas escuelas de arte y cultura del país, sobre todo aquellas que eran de estas corrientes modernas de arte. Entonces, oliendo el desastre, Gropius se ve obligado a tomar cartas en el asunto, la filosofía artesanal y anti materialista había acabado para el instituto. Había que hacer de la Bauhaus un generador de ingresos, pero sin perder la esencia artística. Aquí entra el neoplasticista Theo van Doesburg, que más o menos el creador de la Bauhaus que todo el mundo conoce. Líneas rectas, simplicidad y eficacia. La maquinaria se puso a trabajar y de la Bauhaus de esos años salieron todo tipo de cosas, desde diseños para barrios enteros a juegos de té. Lámparas, sillas, mesas, escritorios, juguetes, señalización, murales, vidrieras, alfombras, joyas, etc.… En todo el mundo empezaron a conocerse las creaciones de diseño fresco y original de la Bauhaus, sin importar ideologías ni fronteras. Del comunismo soviético a los áticos más exclusivos de Manhattan, todos querían un pedazo de ese nuevo arte que se estaba haciendo en una pequeña región de Alemania. Sede en Dessau La gran depresión y el ascenso de los nazis en la política, hicieron que la Bauhaus se trasladara a Dessau en 1925, una ciudad industrial ansiosa por potenciar su oferta cultural. Walter Gropius sería quien diseñaría el nuevo edificio de la Escuela Bauhaus (1925-1926), de planta asimétrica, con pabellones a diferentes alturas y predominio de ventanas horizontales (característico de la arquitectura racionalista). En esta época se llevaron a cabo grandes fiestas (generalmente temáticas: fiesta blanca, fiesta del metal…) en cuya organización y d diseño se trabajaba durante semanas con el objetivo de fomentar el trabajo en equipo y promover la relación entre la Bauhaus y los ciudadanos, ya que la escuela estaba considerada como socialista y contaba con más de un enemigo. En 1925, debido a las continuas presiones del gobierno, Moholy-Nagy abandona la escuela y dos años después, Walter Gropius deja la dirección a manos del suizo Hannes Meyer. Junto con Gropius, varios profesores abandonaron la escuela y en 1930 la dirección pasó a cargo de Ludwig Miës Van Der Rohe. Queridos Nazis… Sin embargo, Gropius tenía e enemigos, uno muy peculiar… Adolf Hitler, un antiguo artista fracasado, pero un manipulador de masas y agitador. Hitler despreciaba tres cosas: el modernismo, los intelectuales y a los judíos. Tres cosas que abundaban en la Bauhaus, y razón por la cual, la escuela tenía los días contados. Con la llegada de los nazis a Dessau en 1932 vino el cese de la ayuda financiera a la institución por parte del gobierno y la escuela se trasladó a Berlín hasta que fue ordenada su clausura el 11 de abril de 1933 por las autoridades alemanas nazis para eliminar cualquier rastro de “cosmopolitismo judío” y de arte “decadente y bolchevique”. Tanto Miës van der Rohe como los profesores y alumnos que fueron perseguidos por el régimen huyeron del país y se instalaron en Estados Unidos donde siguieron con sus ideales y donde László Moholy-Nagy estableció La Nueva Bauhaus: el Instituto de Diseño de Chicago. Pero eso… es otra historia. CONCLUSIÓN. La Bauhaus fue la punta de lanza de la revolución de las artes modernas del siglo XX. Incluso hasta nuestros días, sigue siendo clave para seguir innovando en el diseño arquitectónico y las artes. La Bauhaus lejos de ser importante por sus aportes en el diseño y el arte, es aún más importante por su legado, la ideología de impulsar y seguir innovando. Un diseño libre de ideologías políticas y religiosas, meramente hecho para complementar y transmitir ideas, materializándolas no solo en esculturas, sino en lo impensable. Sillas, mesas, lámparas, autos, espejos, joyas, pinturas, cubiertos, electrodomésticos, y un sinfín de lo que a diariamente vemos, y no nos ponemos a pensar en la importancia de su diseño. Si es cómodo a la vista, al tacto, la proporción, si es muy pesado, si es demasiado liviano, si es muy ortogonal y un inmenso mundo de características, que muchos diseñadores contemplan al desarrollar un simple objeto. Sin embargo, hoy en día, algo que se ha perdido es el diseño para ser relativamente asequible para los sectores generales de la población. Pues en la actualidad, el diseño importa más por el costo del objeto a diseñar, que por su soluciones y conceptualizaciones. Vale más un FERRARI California pobremente conceptualizado que un Ford GT o un Corvette Stingray, dos diseños con una conceptualización de diseño muy buena… Y sin embargo, ninguno es asequible para un individuo común, como lo era, el diseño pensado en la Bauhaus. BIBLIOGRAFÍA. LA BAUHAUS. En sólo catorce años de vida, la Bauhaus se convirtió en la mayor escuela de arte del mundo. Miguel Calvo Santos. https://historia-arte.com/articulos/la-bauhaus Bauhaus, la primera escuela de diseño del siglo XX. Natalia Alcalá. http://www.cultier.es/bauhaus-la-primera-escuela-de-diseno-del-siglo-xx/ Las mujeres de la Bauhaus que la propia Bauhaus olvidó Ocultas tras el apellido de sus maridos, relegadas al diseño textil o sencillamente ignoradas. Descubrimos la conflictiva relación de la Bauhaus con las mujeres en el centenario de la fundación de esta escuela, que revolucionó la arquitectura y el diseño del siglo XX. Arantxa Neyra. https://elpais.com/elpais/2019/02/04/icon_design/1549295232_577771.html