46 Rosarios En Honor de Santa María de Guadalupe Del 27 de Octubre al 11 de Diciembre Legión De María 46 Rosarios En Honor de Santa María de Guadalupe Del 27 de Octubre al 11 de Diciembre Oración de Recibimiento Todos: Madre te recibimos con profundo amor, respeto y veneración. Bendice esta casa y a las personas que viven en ella, es nuestro ardiente deseo. Madre quédate siempre con nosotros en unión de tu Divino Hijo Jesús a fin de que esta familia sea un santuario alegre, lleno de amor y comprensión. Está casa te pertenece. Aumenta nuestra fe para que todos experimentemos una verdadera conversión y hagamos siempre la voluntad de Dios. Amén. Ofrecimiento Diario Todos: ¡Oh Purísima Virgen de Guadalupe! A quien amo tiernamente como a mi verdadera y dulcísima Madre, dígnate admitirme en tu sagrada presencia; aquí vengo a ofrecerte en unión de los ángeles y de los santos, este acto de reparación, con el que deseo honrarte, en memoria de las 46 Estrellas que adornan tu Manto Celestial de Virtudes. Acudo a ti, ¡Oh Soberana Señora!, a pedir tu intercesión por todas mis necesidades: (Se hace la petición personal) ¿A quién he de recurrir, sino a Ti que eres mi Madre? Muéstrame la suave compasión que le mostraste a Juan Diego. Reconozco que no lo merezco, porque no tengo las virtudes de aquel piadoso indio; más espero de tu misericordia infinita, que me darás un corazón puro y amante como el suyo. Entonces podre oír en el fondo de mi alma, que alivias mis penas con 2 aquellas mismas dulcísimas palabras que le dijiste a Juan Diego: “Hijito mío no te aflijas”: ¿Por ventura no estoy Yo aquí que soy tu Madre? ¿Por ventura no estás aquí acogido bajo el amparo de mi manto? ¿Se te ofrece otra cosa? Sí Madre mía dulcísima si se me ofrece otra cosa…, además de las gracias que te estoy pidiendo, te suplico que bendigas a toda tu Nación Mexicana, para que venga pronto a ella el “Reinado de Nuestro Señor Jesucristo”. De un modo especial protege a todos tus devotos, para que formando así tu familia intima en esta vida, tengan la dicha de formar tu corte Celestial allá en el cielo. Y en unión contigo alabaremos: + al Padre, + al Hijo y + al Espíritu Santo, eternamente. Amén. Canto a la Santísima Virgen María. Santo Rosario P: Ave María Purísima. A: Sin pecado original concebida María Santísima. Todos: Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos, líbranos Señor + Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén. Todos: ¡Ven, oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. P: Envía tu Espíritu y serán creados. A: Y renovarás la faz de la tierra. P: Oremos Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concedednos según el mismo Espíritu conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus Divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor. 3 A: Amén. P: Señor abre mis labios. A: Y mi boca proclamará tu alabanza. P: Dios mío, ven en mi auxilio. A: Señor, date prisa en socorrerme. P: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. A: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Todos: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de Vuestra Divina Gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén. Se anuncia el Misterio correspondiente; se reza un Padre Nuestro, diez Aves Marías y un Gloria. Luego se dicen las siguientes jaculatorias: P: María es Madre de gracia y es Madre de misericordia. A: En la vida y en la muerte ampara nuestra gran Señora. P: Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar. A: Y bendita sea por siempre la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Siempre Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. P: Sagrado Corazón de Jesús. A: En Vos confió. P: Dulce Corazón de María. A: Sed la salvación del alma mía. P: Cristo Rey. A: Reina para siempre. P: María Reina. A: Reina para siempre. 4 Todos: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia. Amén. Concluidos los Misterios se reza lo siguiente: P: Oh Soberano Santuario, Sagrario del Verbo Eterno. A: Libra Virgen, del infierno a los que rezan tu Santo Rosario. P: Emperatriz poderosa de los mortales consuelo. A: Ábrenos, Virgen el cielo con una muerte dichosa y danos pureza de alma Tú que eres tan poderosa. P: Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. A: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. P: Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. A: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. P: Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. A: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. P: Dios te salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original. 5 Todos: Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra. Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! P: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. A: Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén. P: De tus divinos ojos, oh María penden nuestras felicidades. A: Míranos, Señora, y no nos desampares. Todos: Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. Letanías Lauretanas: (Frase a frase, honramos y recordamos todo lo que la Santísima Virgen significa para nosotros) P: Señor, ten piedad. P: Cristo, ten piedad. P: Señor, ten piedad. P: Cristo, óyenos. P: Cristo, escúchanos. P: Dios Padre celestial. A: Señor, ten piedad. A: Cristo, ten piedad. A: Señor, ten piedad. A: Cristo, óyenos. A: Cristo, escúchanos. A:Ten piedad de nosotros. 6 P: Dios Hijo Redentor del mundo. P: Dios Espíritu Santo. P: Trinidad Santa un sólo Dios. P: Santa María. P: Santa Madre de Dios. P: Santa Virgen de las vírgenes. P: Madre de Cristo. P: Madre de la Iglesia. P: Madre de la misericordia. P: Madre de la Divina Gracia. P: Madre de la esperanza. P: Madre purísima. P: Madre castísima. P: Madre siempre virgen. P: Madre inmaculada. P: Madre amable. P: Madre admirable. P: Madre del buen consejo. P: Madre del Creador. P: Madre del Salvador. P: Virgen prudentísima. P: Virgen digna de veneración. P: Virgen digna de alabanza. P: Virgen poderosa. P: Virgen clemente. P: Virgen fiel. P: Espejo de justicia. P: Trono de la sabiduría. P: Causa de nuestra alegría. P: Vaso espiritual. P: Vaso digno de honor. P: Vaso de insigne devoción. P: Rosa mística. P: Torre de David. P: Torre de marfil. P: Casa de oro. P: Arca de la alianza. A:Ten piedad de nosotros. A:Ten piedad de nosotros. A:Ten piedad de nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. A: Ruega por nosotros. 7 P: Puerta del cielo. A: Ruega por nosotros. P: Estrella de la mañana. A: Ruega por nosotros. P: Salud de los enfermos. A: Ruega por nosotros. P: Refugio de los pecadores. A: Ruega por nosotros. P: Consuelo de los migrantes. A: Ruega por nosotros. P: Consoladora de los afligidos. A: Ruega por nosotros. P: Auxilio de los cristianos. A: Ruega por nosotros. P: Reina de los Ángeles. A: Ruega por nosotros. P: Reina de los Patriarcas. A: Ruega por nosotros. P: Reina de los Profetas. A: Ruega por nosotros. P: Reina de los Apóstoles. A: Ruega por nosotros. P: Reina de los Mártires. A: Ruega por nosotros. P: Reina de los Confesores. A: Ruega por nosotros. P: Reina de las Vírgenes. A: Ruega por nosotros. P: Reina de todos los Santos. A: Ruega por nosotros. P: Reina concebida sin pecado original. A: Ruega por nosotros. P: Reina asunta a los cielos. A: Ruega por nosotros. P: Reina del Santísimo Rosario. A: Ruega por nosotros. P: Reina de la familia. A: Ruega por nosotros. P: Reina de la paz. A: Ruega por nosotros. P: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. A: Perdónanos, Señor. P: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. A: Escúchanos, Señor. P: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. A: Ten piedad y misericordia de nosotros, Señor. P: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. A: Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Todos: Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita. P: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. A: Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén. 8 P: Oremos Oh Dios, cuyo Hijo Unigénito, nos obtuvo la salvación eterna por medio de Su vida, muerte y resurrección; concédenos, a quienes meditamos estos misterios en el Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitar lo que enseñan y alcanzar lo que prometen. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. A: Amén. Se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria por las intenciones del Santo Padre el Papa. Consagración a la Santísima Virgen María: Todos: Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco enteramente a vos y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, y para siempre, mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón. En una palabra, todo mi ser, ya que soy todo vuestro, oh Madre de bondad. Guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén. Todos: Bendita sea tu pureza y que eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes, Madre mía y dame tu santa bendición, que yo la recibo, en el nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén. P: Ave María Purísima. A: Sin Pecado original concebida María Santísima. Canto a la Santísima Virgen María. 9 Misterios del Santísimo Rosario Misterios Gozosos (Lunes y Sábados) 1. La Anunciación y Encarnación del Hijo de Dios. 2. La Visitación de Nuestra Señora a su Prima Santa Isabel. 3. El Nacimiento del Hijo de Dios en el Portal de Belén. 4. La Presentación del Niño Dios en el Templo y la Purificación de la Virgen Santísima. 5. La Pérdida del Niño Jesús y su Hallazgo en el Templo. Misterios Dolorosos (Martes y Viernes) 1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní. 2. La Flagelación del Señor. 3. La Coronación de Espinas de Nuestro Señor. 4. El Señor Jesús con la Cruz a Cuestas Camina al Monte Calvario. 5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor. Misterios Gloriosos (Miércoles y Domingos) 1. La Resurrección del Señor. 2. La Ascensión del Señor. 3. La Venida del Espíritu Santo. 4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos. 5. La Coronación de la Santísima Virgen. Misterios Luminosos (Jueves) 1. El Bautismo de Jesús en el Rio Jordán. 2. La Manifestación de Jesús en las Bodas de Caná. 3. El Anuncio del Reino de Dios Invitando a la Conversión. 4. La Transfiguración del Señor en el Monte Tabor. 5. La Institución de la Eucaristía en la Ultima Cena. 10 Oración de Despedida Todos: Adiós, Virgen de Guadalupe, Virgen Misericordiosa, Virgen Compasiva, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra. Ha llegado la hora de despedirte, pero antes de que salgas de nuestra morada, queremos expresarte nuestro agradecimiento porque nos has visitado. ¡Gracias porque nos has permitido convivir más cerca de ti! Perdona si en estos días que te has dignado visitarnos, no nos comportamos de una manera más digna ante tu amorosa visita, y no te colmamos de todas las atenciones que tú te mereces, y nos dejamos llevar de nuestras mezquindades, olvidos y pecados. A pesar de ello, y arrepentidos, antes de que te vayas, te pedimos nos dejes tu bendición maternal. Bendice a nuestros pequeños para que crezcan, como tu Hijo, en sabiduría y en gracia divina, a la vez que crecen en edad. Bendice a los mayores, para que acertemos a llevar a cabo la misión de ser testigos del Reino de Dios entre los hombres. Enciende en nosotros el deseo de una constante conversión y un ansia de sincera renovación cristiana. Límpianos de pecado. Aumenta en nosotros la fortaleza para hacer frente, como Tú, a las dificultades de la vida y poder vencer en el combate de la fe. ¡Oh María!, aunque te vas, no nos dejes; aunque no te veamos, haznos sentir siempre tu presencia y que en la próxima visita podamos ser menos indignos de recibirte y entronizarte en nuestro hogar, para que Tú lo llenes de Cristo y Él nos conceda, junto a ti, un lugar en su Reino Glorioso, por los siglos de los siglos. Amén. 11 Cantos a la Santísima Virgen María 1. Santa María del Camino. Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino Santa María va. ¡Ven con nosotros al caminar!, ¡Santa María, ven! (bis) Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está. Aunque parezcan tus pasos inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros lo seguirán. 2. El Ave María de Fátima. El trece de mayo, la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría. Ave, Ave, Ave, María. (bis) A tres pastorcitos, la Madre de Dios 12 descubre el misterio de su corazón. Haced penitencia, haced oración por los pecadores, implorad perdón. El Santo Rosario, constantes rezad y la paz del mundo el Señor dará. De vuestros hijitos ¡oh Madre! escuchad la tierna plegaria y dadnos la paz. ¡Qué llena de encantos se ofrece María! ¡qué bella y qué pura en Cova de Iría! 3. El Ave María de Lourdes. Del cielo ha bajado la Madre de Dios; cantemos el Ave a su Concepción. Ave, Ave, Ave, María. (bis) De luz rodeada, de claro esplendor, la Reina del cielo así apareció. En Lourdes de Francia su trono fijo, y allí con sus ojos a Dios admiro. Un traje vestía de blanco color, y el talle ajustaba, azul ceñidor. Sus pies virginales, desnudos dejó, y en ellos dos rosas, de eterno fulgor. Yo soy la hermosura que a Dios cautivó, yo soy toda pura en mi Concepción. Son siempre los niños imán de su amor; 13 a humilde pastora su gloria mostró. La Virgen María sonríe de amor, cuando oye a sus hijos tan grata canción. 4. Las Apariciones Guadalupanas. Desde el cielo una hermosa mañana, desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana, la Guadalupana, la Guadalupana bajo al Tepeyac. (bis) Suplicante juntaba las manos, suplicante juntaba las manos, y eran mexicanos, y eran mexicanos, y eran mexicanos su porte y su faz. (bis) Su llegada llenó de alegría, su llegada llenó de alegría, De paz y armonía, de paz y armonía, de paz y armonía todo el Anáhuac. (bis) Junto al monte pasaba Juan Diego, junto al monte pasaba Juan Diego, y acercóse luego, y acercóse luego, y acercóse luego al oír cantar. (bis) “Juan Dieguito”, la Virgen le dijo, “Juan Dieguito”, la Virgen le dijo, “este cerro elijo, este cerro elijo, este cerro elijo para hacer mi altar.” (bis) Y en la tilma entre rosas pintadas, y en la tilma entre rosas pintadas, su imagen amada, su imagen amada, su imagen amada se dignó dejar. (bis) Desde entonces para el mexicano, desde entonces para el mexicano, 14 ser Guadalupano, ser Guadalupano, ser Guadalupano es algo esencial. (bis) Madrecita de los mexicanos, Madrecita de los mexicanos, que estás en el cielo, que estás en el cielo, que estás en el cielo ruega a Dios por nos. (bis) En sus penas se postra de hinojos, en sus penas se postra de hinojos, y eleva sus ojos, y eleva sus ojos, y eleva sus ojos hacia el Tepeyac. (bis) 5. ¿Quién Será la Mujer? ¿Quién será la mujer que a tantos inspiró poemas bellos de amor? le rinden honor la música y la luz, el mármol, la palabra y el color. ¿Quién será la mujer que el rey y el labrador invocan en su dolor, el sabio, el ignorante, el pobre y el señor, el santo al igual que el pecador? María es esa mujer que desde siempre el Señor se preparó, para nacer como una flor en el jardín que a Dios enamoró. ¿Quién será la mujer radiante como el Sol, vestida de resplandor, la luna a sus pies, el cielo en derredor, y ángeles cantándole su amor? ¿Quién será la mujer humilde que vivió en un pequeño taller, amando sin milagros, viviendo de su fe, la esposa siempre alegre de José? 15 6. Mi Virgen Ranchera. A ti Virgencita, mi Guadalupana, yo quiero ofrecerte un canto valiente, que México entero te brinda sonriente. Yo quiero decirte, lo que tú ya sabes, que México te ama, que nunca esta triste, porque de nombrarte, el alma se inflama. Tu nombre es arrullo, y el mundo lo sabe, eres nuestro orgullo, y México es tuyo, tu guarda la llave. Que viva la Reina, de los mexicanos, la que, con sus manos, sembró rosas bellas, y puso en el cielo, millares de estrellas. Yo sé que, en el cielo, escuchas mi canto, y sé que, con celo, nos cubre tu manto, Virgencita chula, eres un encanto. Por patria nos diste, este lindo suelo, y lo bendijiste, porque era tu anhelo, tener un santuario, cerquita del cielo. Mi Virgen Ranchera, mi Virgen Morena, eres nuestra dueña, México es tu tierra, y tu su bandera. Que viva la Reina, de los mexicanos, la que, con sus manos, sembró rosas bellas, y puso en el cielo, millares de estrellas. 16 7. ¡Buenos Días Paloma Blanca! ¡Buenos días, Paloma Blanca! hoy te vengo a saludar, saludando tu belleza en tu Reino celestial. Eres Madre del Creador, que a mi corazón encanta, gracias te doy con amor, ¡buenos días, Paloma Blanca! Niña linda, Niña santa, tu dulce nombre alabad, porque sois tan sacrosanta yo te vengo a saludar. Reluciente como el alba pura, sencilla y sin mancha, qué gusto recibe mi alma ¡buenos días, Paloma Blanca! Feliz guía del marinero eres Estrella del Mar, en la tierra y en el cielo yo te vengo a saludar. Sapientísima Señora en ti pongo mi esperanza; bella y reluciente aurora ¡buenos días, Paloma Blanca! Oh graciosa Niña pura hermosa perla oriental, que a todo el orbe ilumine en tu reino celestial. 17 En la tierra y en el cielo cantemos dulce alabanza, repitiendo con anhelo ¡buenos días, Paloma Blanca! Que linda está la mañana y el aroma de las flores, despiden suaves olores antes de romper al alba. Mi pecho con voz ufana gracias te da Madre mía, en este dichoso día antes de romper el alba. Cielo azul yo te convido en este dichoso día, a que prestes tu hermosura a las flores de María. Madre mía de Guadalupe dame ya tu bendición, recibe estas mañanitas de mi humilde corazón. 8. Adiós, Reina del Cielo. Adiós, Reina del cielo, Madre del Salvador. Adiós, oh Madre mía. adiós, adiós, adiós. De tu divino rostro me alejo con pesar; permíteme que vuelva tus plantas a besar. 18 Adiós, Reina del cielo, Madre del Salvador, dulce prenda adorada, de mi sincero amor. De tu divino rostro la belleza al dejar, permíteme que vuelva tus plantas a besar. A dejarte, oh María, no acierta el corazón; te lo entrego, Señora, dame tu bendición. Adiós, Hija del Padre; Madre del Hijo adiós; del Espíritu Santo, oh casta Esposa, adiós. Adiós, oh Madre Virgen, más pura que la luz; jamás, jamás me olvides delante de Jesús. Adiós, del cielo encanto, mi delicia y mi amor; adiós, oh Madre mía, adiós, adiós, adiós. 9. Adiós, Oh Virgen de Guadalupe. Adiós, oh Virgen de Guadalupe, adiós, oh Madre del Salvador, desde que niño nombrarte supe, eres mi vida, eres mi vida, mi solo amor. (bis) 19 Adiós, oh Virgen, Madre querida, adiós, refugio del pecador. Eres mi encanto, eres mi vida, dulce esperanza, dulce esperanza, en mi dolor. Adiós, oh Virgen de Guadalupe, adiós, oh Madre del Redentor, ante tu trono siempre se agrupe todo tu pueblo, todo tu pueblo, lleno de amor. Adiós, oh Madre, la más amable, aquí te dejo mi corazón, Adiós, oh Virgen incomparable, dame, Señora, dame, Señora, tu bendición. 10. Préstame, Madre. Préstame, Madre, tus ojos, para con ellos mirar, porque si por ellos miro, nunca volveré a pecar. Préstame, Madre, tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar. Préstame, Madre, tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena, de amor y de santidad. Préstame, Madre, tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más. Préstame, Madre, tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierto con tu manto al cielo he de llegar. Préstame, Madre a tu Hijo, para poderlo yo amar, si Tú me das a Jesús, ¿Qué más puedo yo desear? Préstame, Madre a tu Hijo, para poderlo yo amar, y esa será mi dicha por toda la eternidad. 20