Gobierno Abierto. Concepto y principios informadores El Gobierno Abierto tiene como objetivo que los ciudadanos colaboren en la creación y la mejora de los servicios públicos y en el robustecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas. El concepto de Gobierno Abierto se sustenta en tres pilares básicos: la Transparencia, la Colaboración, la Participación. Estos principios de Transparencia, Participación y Colaboración se ponen de manifiesto en diferentes actuaciones llevadas a cabo desde las Administraciones públicas. El Gobierno Abierto es un modelo de gobierno de nuestras sociedades que promueve la transparencia de la actuación de los gobiernos y administraciones públicas, la rendición de cuentas por sus acciones, la participación de la ciudadanía, la colaboración con otros actores. Todo ello está basado en un mayor diálogo y equilibrio entre quienes gobiernan y el resto de la ciudadanía. Los fines pretendidos son la mejora en la toma de decisiones y la implicación de los ciudadanos en la gestión de lo público, a través de un aumento del conocimiento y la puesta en marcha de la innovación pública. La definición de Gobierno Abierto destaca la necesidad de un mayor equilibrio entre gobernantes y gobernados, así como el reconocimiento a la ciudadanía de un papel corresponsable. Lo anterior significa que el Gobierno Abierto es una manera de gobernar las sociedades en la que existe una posición más cercana entre los y las representantes que se eligen en las elecciones, las personas que trabajan en las administraciones públicas, y el resto de la ciudadanía. Principios y valores El Gobierno Abierto es, sobre todo, un cambio de valores. Estos nuevos valores son como el viento que mueve las velas del barco que nos lleva al Gobierno Abierto y deben estar presentes en las acciones de los gobiernos y administraciones públicas, así como en las personas que trabajan en ellas y el resto de la sociedad. Entre los valores más importantes que es necesario desarrollar para alcanzar el Gobierno Abierto, tenemos que destacar los siguientes: ● Apertura. Informar sobre lo que se hace y las consecuencias que tiene para otras personas. ● Confianza mutua. Creer en los gobiernos y administraciones públicas, de la misma manera que ellos también tienen que creer en los ciudadanos y ciudadanas. ● Cooperación. Promover en todo momento acciones y actitudes colaborativas con otras personas y organizaciones con el objeto de conseguir mejores resultados de los que podríamos lograr actuando de manera individual o aislada. ● Inclusividad. Rechazar aquellas acciones que suponen excluir a grupos de personas por razones socio-económicas, de sexo, etnia, religión, ideas políticas o por tener algún tipo de discapacidad física o intelectual. ● Integridad. Actuar en todo momento con rectitud, lealtad, honradez, imparcialidad y buena fe. ● Innovación. Ser capaz de desarrollar nuevas maneras de hacer las cosas, al margen de cómo se han hecho en el pasado, y explorar formas alternativas de pensar lo que sucede a nuestro alrededor. Transparencia y rendición de cuentas Como ya se ha avanzado antes, la transparencia y la rendición de cuentas son el punto de inicio de nuestro camino hacia el Gobierno Abierto. La transparencia es un conjunto de actos mediante los cuales los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho a conocer la información que poseen los gobiernos y administraciones públicas. Para decirlo de otra manera, podemos definir la aplicación de la transparencia como el conjunto de mecanismos por los que los gobiernos y administraciones públicas deben publicar información sin que nadie se la pida, además de garantizar el derecho de acceso a otra información, cuando se solicite por alguna persona u organización. Por su parte, la rendición de cuentas se refiere a la obligación de los gobiernos y administraciones públicas a dar explicaciones sobre sus acciones y asumir la responsabilidad de las decisiones que adoptan. Por eso transparencia y rendición de cuentas van de la mano: para que podamos exigir a los gobiernos y administraciones públicas que sean responsables de lo que hacen y las decisiones que adoptan es necesario que podamos acceder a los datos que tienen en su poder. Estos dos pilares son esenciales para que podamos caminar hacia un Gobierno Abierto. Participación ciudadana La participación ciudadana es la siguiente etapa en nuestro camino hacia el Gobierno Abierto. La participación ciudadana pretende involucrar al conjunto de las personas de una sociedad en las acciones y decisiones que nos afectan. La participación en el Gobierno Abierto significa cambiar esa forma de actuar para hacer partícipes a todas las personas de las acciones que tienen que adoptar los gobiernos y poner en marcha las administraciones públicas. En definitiva, la participación ciudadana involucra a todos y todas las personas en las políticas públicas, es decir, en la educación, sanidad, transporte, medio ambiente, etc., todos ellos temas que afectan al conjunto de la sociedad. Con la participación ciudadana se refuerza la posición activa de la ciudadanía en la gestión de los asuntos públicos. A través de los mecanismos de participación, conseguiremos que la ciudadanía exprese su opinión sobre todos aquellos proyectos públicos que le afectan. Pero también es importante para permitir a los gobiernos y administraciones públicas conocer las ideas y conocimientos que hoy día se encuentran dispersos en la sociedad. En todo caso, la participación ciudadana debe estar bien planificada para evitar algunos problemas, por ejemplo, que sólo participen algunos grupos de personas o que la participación no se traduzca en cambios reales para la sociedad. ¿Cómo participamos? La principal forma de participación política y la más conocida es el voto en elecciones. Sin embargo, en un contexto de Gobierno Abierto, la participación va mucho más allá. Por un lado, la participación en los asuntos públicos surge de la relación entre gobiernos y administraciones públicas con la ciudadanía para la creación y evaluación de las políticas públicas en temas que nos afectan a todos y todas: la educación, la salud, el transporte, el medio ambiente, etc. Por otro lado, la participación para el diseño de servicios públicos busca incorporar la visión y experiencia de las personas desde la perspectiva de usuarios de ciertos servicios públicos, como un/a estudiante de un colegio o instituto, una persona enferma que acude a un centro de salud o un/a deportista en un polideportivo municipal. La finalidad de este tipo de participación es contribuir en el diseño, la redefinición y/o la mejora de los servicios públicos, es decir, del colegio/instituto, centro de salud o polideportivo. Colaboración La colaboración es el estadio final en nuestro viaje al Gobierno Abierto. La colaboración se puede entender como la creación de nuevos espacios de encuentro, diálogo y trabajo donde participan todas los gobiernos y administraciones públicas, incluyendo a otras organizaciones de la sociedad civil (ONG), sindicatos, organizaciones empresariales, así como comunidades de ciudadanos, de cara a co-crear y co-producir servicios públicos. El concepto colaboración pone el acento en el valor de la innovación. Por otro lado, es esencial integrar a otros actores sociales, puesto que los gobiernos y administraciones públicas ya no pueden solucionar los problemas sociales de manera aislada, debido a su creciente complejidad. Aquí se trata de reconocer que otros actores de la sociedad, tales como empresas, organizaciones del tercer sector (ONG), etc., pueden contribuir activamente en beneficio del conjunto de la sociedad con ideas, propuestas y soluciones. Por supuesto, la colaboración no puede entenderse sin la participación de todos y todas. La ciudadanía constituye el principal activo de la colaboración para un Gobierno Abierto, en la medida que cualquier persona dispone de capacidades, conocimientos y saberes que pueden ser de utilidad para solucionar problemas concretos que afectan a nuestras sociedades. Como puedes imaginar, la colaboración para construir Gobierno Abierto conecta muchos actores, conocimientos e ideas, lo que exige un cambio cultural profundo. El esfuerzo colaborativo, en red y conectado es un valor en sí mismo, y es necesario promover nuevos enfoques para conocer los problemas, metodologías de trabajo y prácticas para alcanzar soluciones innovadoras. En definitiva, la colaboración se compone de iniciativas que surgen de la sociedad civil para la generación de valor público, es decir, que mejoran la vida de una comunidad concreta de ciudadanos y ciudadanas que se encuentran afectados por una problemática. Agenda 2030 Cuando en 2015 se enuncian los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se planea una fecha para cumplirlos: 2030. Así nace la Agenda 2030. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue firmada en 2015 por los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de Naciones Unidas. Representa el compromiso internacional para hacer frente a los retos sociales, económicos y medioambientales de la globalización, poniendo en el centro a las personas, el planeta, la prosperidad y la paz, bajo el lema de "no dejar a nadie atrás". La Agenda pretende avanzar hacia sociedades con un crecimiento económico inclusivo y mayor cohesión y justicia social, en paz y con un horizonte medioambiental sostenible. Explica cómo ha de procederse en 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), que cubren todas las políticas públicas domésticas, la acción exterior y la cooperación para el desarrollo. Los ODS son universales, se aplican por igual a países desarrollados y en vías de desarrollo, abordan las raíces de la pobreza, la desigualdad y la degradación del planeta, y pretenden ser profundamente transformadores. La Agenda 2030 implica también la acción de la sociedad civil, el sector privado, los sindicatos, las universidades... Genera responsabilidades del gobierno central, los autonómicos y los municipales. Induce nuevas formas de trabajar en el interior de cada país y un modelo innovador de relaciones internacionales, consciente de la creciente interdependencia. Cada uno de los países signatarios tiene el compromiso de someterse a un Examen Nacional Voluntario, en el que presenta un Plan de Acción, con las líneas de acción y los instrumentos con que cuenta para alcanzar los ODS en 2030. El Consejo de ministros aprobó el 29 de junio de 2018 el Plan de Acción para la Implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y lo remitió a las Naciones Unidas como soporte del Examen Nacional Voluntario al que España se sometió el 18 de julio de 2018 en Nueva York. El Plan pretende impulsar de forma urgente la implementación de la Agenda 2030 en España, al tiempo que arranca la elaboración de una Estrategia Española de Desarrollo Sostenible que se prevé completar a lo largo de 2019. El Plan de Acción, elaborado a través de un proceso abierto, participativo y transparente y de la interlocución con todos los actores sociales y administraciones territoriales, se estructura en lo esencial en dos partes. Por un lado, el análisis del estado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en España, la situación de partida y una cartografía de responsabilidades competenciales de todos los departamentos. Y por otro, las acciones a través de las cuales se impulsará la Agenda en 2018-2020: nuevas políticas y medidas públicas, gobernanza de la Agenda, mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas de todos los actores. El Plan recoge un primer conjunto de áreas prioritarias de políticas denominadas palanca, con capacidad de acelerar el progreso transversalmente y a mayor escala en el conjunto de los 17 ODS: prevención y lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social; Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades; Agenda Urbana; economía circular; Ley de Cambio Climático y Transición Energética; investigación científica y técnica para los ODS; Estrategia de la Economía Social; Plan de Gobierno Abierto; y la Cooperación Española. El Plan incorpora un conjunto de medidas transformadoras, de carácter transversal, para sentar las bases necesarias para impulsar los ODS: impulsar una función pública con conocimientos y capacidades para implementar los ODS así como la educación para el desarrollo sostenible como pilar fundamental del sistema educativo; alineamiento de los presupuestos generales y la compra pública del Estado con los ODS; memoria ODS de impacto normativo en toda la actividad legislativa; vinculación de la Agenda 2030 y el Plan Nacional de Reformas; impulso de las alianzas entre todos los actores; situar la Agenda 2030 en el centro de la identidad de España en el mundo; pacto para la comunicación y plataforma en línea de la Agenda 2030; la cultura como elemento clave para la transformación. La gobernanza de la Agenda descansa en la reciente creación de un Alto Comisionado para la Agenda 2030 en la Presidencia del Gobierno, de un Consejo de Desarrollo Sostenible, de carácter consultivo, de la de articulación entre los tres niveles de las administraciones públicas y en puesta en marcha de una Comisión mixta Congreso-Senado para su seguimiento. Especial importancia tiene la inclusión de los compromisos y avances de las comunidades autónomas, de los gobiernos locales a través de las estrategias consensuadas en el seno de la FEMP y del resto de actores, sociedad civil, empresas, sindicatos, universidades y colegios profesionales, lo que permite configurar el Plan como el esfuerzo de toda la sociedad. Objetivos de Desarrollo Sostenible En 2012, durante la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible Rio + 20, se encargó a un grupo de trabajo desarrollar objetivos de desarrollo sostenible, basados en los Objetivos de desarrollo del Milenio. Teniendo como punto de partida estos trabajos, en 2015, la comunidad de líderes mundiales aprueba 17 objetivos: Son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (No confundir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio), también conocidos como ODS, que buscan ser un instrumento para la consecución de un mundo más justo y sin desigualdades. Los ODS forman parte de la Agenda 2030 para el cumplimiento de los objetivos en la fecha, ya no tan lejana, de 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se enuncian en 17 puntos que se agrupan en cinco grandes áreas (no es solo para el desarrollo sostenible y medioambiental, son diferentes puntos en común entre los países de un mundo globalizado a los que afectan los problemas por igual. Frente común). • el bienestar de las personas, • la salud del planeta, • la prosperidad socio-económica, • la paz en todos sus sentidos • y la promoción de las alianzas para alcanzar todo ello. LEER Personas Las personas son el primer área en que se agrupan los objetivos. Con ellos, se pretende el bienestar de las personas y sus capacidades con cinco grandes retos, que son: • El fin de la pobreza. (ODS1) • El hambre cero. (ODS2) • La mejora de la salud y el bienestar. (ODS3) • Educación de calidad. (ODS4) • Igualdad de género. (ODS5) Planeta Nuestro planeta, que debemos cuidar y legar a las generaciones futuras. En este ámbito, otros cinco son los objetivos a alcanzar: • La gestión eficiente del agua. (ODS6) • La producción y el consumo responsable, (ODS12) • La adopción de acciones por el clima para combatir el cambio climático, (ODS13) • La conservación de los recursos naturales, tanto de los océanos, (ODS14) • como de los ecosistemas terrestres. (ODS15) Prosperidad El tercer ámbito afronta los desafíos que deben alcanzarse para contribuir a la socioeconómica: • Fomento de las energías renovables. (ODS7) • Trabajo decente en el crecimiento económico. (ODS8) • Industria, innovación e infraestructuras. (ODS9) • Reducción de las desigualdades. (ODS10) • Ciudades y comunidades con soluciones sostenibles. (ODS11) Paz El objetivo 16 busca la paz mediante la promoción de sociedades justas, pacíficas e inclusivas. Como podemos imaginar, los anteriores objetivos pueden ser llevados a cabo si contamos con instituciones sólidas capaces de materializar el cambio estamos en un escenario de paz y estabilidad social. Alianzas Finalmente, el objetivo 17 nos habla de alianzas. Busca fomentar la creación de soluciones compartidas, mediante el traspaso de conocimiento y la colaboración entre los diferentes agentes del cambio. El trabajo cooperativo y las alianzas son esenciales a la hora de buscar soluciones duraderas y lograr el desarrollo sostenible. Agenda Digital En el año 2013 se aprobó en Consejo de Ministros la Agenda Digital para España la cual pretende ser una hoja de ruta en materia de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y de Administración Electrónica para el cumplimiento de los objetivos de la Agenda Digital para Europa en 2015 y en 2020, e incorporaba objetivos específicos para el desarrollo de la economía y la sociedad digital en España. El Ministerio de Industria, Energía y Turismo y el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas han liderado la elaboración de esta propuesta de Agenda Digital para España y han invitado al conjunto de agentes implicados a participar y colaborar. Inicialmente la Agenda Digital para España contenía 106 líneas de actuación estructuradas en torno a 6 grandes objetivos: 1) Fomentar el despliegue de redes y servicios para garantizar la conectividad digital. 2) Desarrollar la economía digital para el crecimiento, la competitividad y la internacionalización de la empresa española. 3) Mejorar la administración electrónica y los servicios públicos digitales. 4) Reforzar la confianza en el ámbito digital. 5) Impulsar la I+D+i en las industrias de futuro. 6) Promover la inclusión y alfabetización digital y la formación de nuevos profesionales TIC. Agenda Digital 2025 En el año 2020 se presenta la Agenda Digital 2025 que impulsará la transformación digital del país mediante la garantía de conectividad digital, el despliegue del 5G, el refuerzo de capacidad en ciberseguridad, la digitalización de las Administraciones Públicas y de las empresas, en particular las pymes, el impulso de España como “hub” de producción audiovisual, el desarrollo de la economía del dato y la Inteligencia Artificial y la garantía de los derechos digitales de la ciudadanía. También se prevé el desarrollo de proyectos tractores para la digitalización del modelo productivo en sectores estratégicos. Contribuirá a relanzar el crecimiento económico, reducir la desigualdad, aumentar la productividad y aprovechar las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías. Su puesta en marcha se hará mediante la colaboración público-privada y con la participación de los agentes económicos y sociales. Esta agenda consta de cerca de 50 medidas que se articulan en torno a 10 ejes estratégicos: 1) Conectividad digital. Garantizar una conectividad digital adecuada para toda la población, promoviendo la desaparición de la brecha digital entre zonas rurales y urbanas, con el objetivo de que el 100% de la población tenga cobertura de 100 Mbps en 2025. 2) Seguir liderando el despliegue de la tecnología 5G en Europa e incentivar su contribución al aumento de la productividad económica, al progreso social y a la vertebración territorial. Se fija como objetivo que en 2025 el 100% del espectro radioeléctrico esté preparado para el 5G. 3) Reforzar las competencias digitales de los trabajadores y del conjunto de la ciudadanía. Se pondrá especial énfasis en las necesidades del mercado laboral y en cerrar la brecha digital en la educación. El objetivo es que en 2025 el 80% de las personas tengan competencias digitales básicas y que la mitad de ellas sean mujeres. 4) Reforzar la capacidad española en ciberseguridad. Se busca disponer de 20.000 especialistas en ciberseguridad, Inteligencia Artificial y datos en 2025 gracias, entre otros aspectos, al polo de actividad empresarial que supone el entorno del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). 5) Impulsar la digitalización de las Administraciones Públicas, particularmente en ámbitos clave como el Empleo, la Justicia, o las Políticas Sociales mediante la actualización de las infraestructuras tecnológicas. En 2025, el 50% de los servicios públicos estarán disponibles a través de app móvil y se simplificará y personalizará la relación de la ciudadanía y las empresas con las Administraciones. 6) Acelerar la digitalización de las empresas, con especial atención a las micropymes y a las startups. Se fija como meta que al menos el 25% del volumen de negocio de las pymes provenga en 2025 del comercio electrónico. 7) Acelerar la digitalización del modelo productivo mediante proyectos tractores de transformación digital en sectores económicos estratégicos como el Agroalimentario, Movilidad, Salud, Turismo, Comercio o Energía, entre otros. Estos proyectos tienen como meta una reducción del 10% de las emisiones de CO2 por efecto de la digitalización de la economía en 2025. 8) Mejorar el atractivo de España como plataforma audiovisual europea para generar negocio y puestos de trabajo, con una meta de incremento del 30% de la producción audiovisual en nuestro país para el año 2025. 9) Transitar hacia una economía del dato, garantizando la seguridad y privacidad y aprovechando las oportunidades que ofrece la Inteligencia Artificial con el objetivo de que, al menos, el 25% de empresas usen Inteligencia Artificial y Big Data dentro de 5 años. 10) Garantizar los derechos en el nuevo entorno digital, y en particular, los derechos laborales, de los consumidores, de los ciudadanos y de las empresas. En este ámbito se fija como objetivo la elaboración de una carta de derechos digitales.