Subido por Gustavo Apeseche

Sentencia de Cámara sobre VIOLENCIA DE GENERO

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(Publicado por el Dr. Belluscio)
Subo fallo inédito y a texto completo sobre Violencia de género, que me remitiera mi amigo y
magistrado Marcelo José Molina .
VIOLENCIA DE GÉNERO
DECLARACIÓN DE NULIDAD
Cámara de Apelación de Feria
T° feria F°189 N°14
Rosario, 21 de Julio de 2021.
Y VISTOS:
Los presentes caratulados “M., M.A. c/ T., G. C. s/ VIOLENCIA FAMILIAR”, Expte. CUIJ Nº 2123678328-3, venidos para resolver el recurso de apelación interpuesto por M.A.M., contra lo
decretado en su momento por la Jueza de grado en el marco de la audiencia celebrada en
fecha 23/06/2021;
Y CONSIDERANDO:
1.- Antecedentes
1.1.- En fecha 16/06/2021, la Sra. M.A.M., con el patrocinio del Dr. J.L.B., formuló una
denuncia por violencia familiar contra el Sr. G.C.T..
Relató, al efecto, que luego de cuatro años de convivencia, contrajo matrimonio con el
denunciado de quien siempre recibió un trato violento; y que en el último tiempo la violencia
psicológica, maltratos y amenazas del Sr. T. hacia ella se habían incrementado, al punto que
hacía unos tres meses le había solicitado a ella que se retirase del hogar conyugal.
Con respecto a esto último, manifestó que se decidió a hacerlo porque temía por su integridad
física y por su vida, y puso de resalto que aún después de ello, el denunciado comenzó con
agresiones y amenazas telefónicas o por whatsapp, como así también violencia económica,
pues le prohibió el uso de tarjeta de crédito o débito; siendo que la totalidad de los ingresos y
bienes de la comunidad de bienes son administrados por su marido.
Indicó, también, que el denunciado tiene armas de fuego y que registra una causa penal por
abuso de armas o tentativa de homicidio.
En virtud de todo ello peticionó la exclusión del hogar del denunciado y su reingreso a dicha
vivienda. Asimismo, solicitó la fijación de cuota alimentaria provisoria y ofreció prueba.
1.2.- La jueza de grado dispuso lo siguiente: “...ordénase con estricto carácter cautelar, la
prohibición de acercamiento y contacto y el cese de actos de hostigamiento, violencia,
perturbación o intimidación, agresión y maltrato entre sí, entre la señora M., M.A. (...) y el Sr.
T., C. G. (…) de cualquier lugar donde se encuentre y/o concurra y/o habiten, hasta el próximo
día 23 de junio de 2021 a las 10.00 horas, día que se fija audiencia a los fines de escuchar a las
partes, quienes deberán estar munidos de su DNI pudiendo ser presenciada con patrocinio
letrado sea particular y/o Defensoría General y/o consultorio Jurídico Gratuito. A la hora de
audiencia convocada este Tribunal hará una videollamada a través de whatsapp a los teléfonos
que deberán informar las partes previo a la misma. Se le prohíbe a los nombrados acercarse
entre sí a dichos sitios o realizar actos de hostigamiento y/o violencia que los afecten,
extendiéndose a comunicaciones telefónicas, electrónicas, redes sociales e internet...”.
1.3.- Las partes se notificaron en fecha 22/06/2021 (v. fs. 25).
Ese mismo día, la denunciante solicitó que la jueza de grado resolviese el pedido inicial y
dejase sin efecto la audiencia citada.
Justificó su pedido diciendo que, luego de muchos años de sufrir violencia por parte de su
esposo, tomó la decisión de efectuar una denuncia y que, en lugar de recibir la ayuda
solicitada, obtuvo un decreto en el que se le ordena a ella, que es la agredida, a cesar en
hostigamientos hacia el Sr. T..
También denunció un hecho nuevo, referido a que sus hijos B. y S. A. trabajaban con el Sr. T. y
éste los dejó sin trabajo, lo que a su entender constituiría una nueva forma de violencia hacia
su persona.
1.4.- La Jueza de grado, mediante decreto, decidió no hacer lugar al pedido de suspensión de la
audiencia y dispuso que la misma se tomaría primero con la actora y luego con la denunciada.
En consecuencia, la denunciante no sólo informó al juzgado su número de teléfono celular,
para la realización de la videollamada en cuestión, sino también el de su abogado, ya que el
denunciado, titular de aquella línea, había solicitado su suspensión.
1.5.- El 23/06/2021 tuvieron lugar sendas videollamadas con denunciante y denunciada (v. fs.
27).
La Sra. M. expuso que el bien del que se pretende sea excluido el Sr. T. es propio de éste y que
ella no tiene recursos para ir a otro lado, “...pues trabaja en la empresa de transporte de su
esposo...”. Seguidamente se efectuó la comunicación por videollamada con el Sr. T. y su
letrado Dr. F.M.. Aquél reconoció que el bien del que se solicita sea excluido es un bien propio
donde habita con sus dos hijas, una menor de edad; y manifestó que uno de los hijos de la
denunciante habita en un inmueble de su propiedad. También dijo que “...la señora hizo este
trámite de violencia por cuestiones económicas, pero que no son reales los hechos
denunciados...”; e incluso solicitó se le corriese traslado.
La jueza hizo lugar a este ultimo pedido y resolvió correr traslado al demandado “...de la
pretensión esgrimida...”.
Contra este decisorio la denunciante interpuso recurso de revocatoria, por considerar que lo
peticionado por ella oportunamente se debería resolver luego de oír a las partes, sin que se
transforme en contradictorio el proceso. En dicha ocasión también negó que el demandado
viva con sus hijas, alegando que en realidad la mayor vive en Rosario, y la menor lo hace con su
madre.
Finalmente, la Jueza de primera instancia decretó: “...al recurso de reposición interpuesto
contra la providencia dictada en la audiencia llevada a cabo el día 23 de junio de 2021, glosada
a fs. 27 de los presentes, no ha lugar (art. 347 a contrario sensu del CPCC)...”; y “...al recurso de
apelación subsidiariamente planteado, concédase el mismo en relación y con efecto
suspensivo...” (v. fs. 30).
1.6.- Atento versar el presente sobre una denuncia de violencia familiar, esta Cámara ordenó la
apertura de la feria judicial y le corrió traslado a la apelante para que expresara sus agravios.
2.- Apelación
La recurrente acompañó su memorial a fs. 43/44.
Allí señala que lo ordenado por la Jueza de grado va en contradicción con lo dispuesto por la
Ley Nº 11.4259, en especial con su art. 5 que califica a las medidas a adoptar como
“autosatisfactivas”. Refiere, en concreto, que el denunciado fue escuchado y que tuvo
oportunidad de manifestarse.
Solicita, en consecuencia, que se deje sin efecto el traslado en cuestión y que, acto seguido, se
remitan las actuaciones al Juzgado de Familia en feria para que resuelva el pedido de exclusión
de hogar.
3.- Solución
Las presentes actuaciones versan sobre una denuncia de violencia familiar formulada en los
términos de la Ley Nº 11.529. Sin embargo, de la mera lectura del escrito inicial no cabe duda
alguna que los hechos expuestos se enmarcan en la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer - "Convención de Belem do Pará” y en la Ley
Nacional Nº 26.485 de “...protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales...”, a la
que nuestra provincia adhiriera mediante Ley Nº 13.348.
La Convención citada, aprobada por ley 24.632, reconoce que “la violencia contra la mujer
constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales y limita total
o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades” y
agrega que “la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad humana y una
manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”.
Establece también que “debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o
conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o
psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado (art. 1°)” e incluye dentro
de tal concepto a “la violencia física, sexual y psicológica: a. que tenga lugar dentro de la
familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor
comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros,
violación, maltrato y abuso sexual; b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por
cualquier persona y que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de
personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y c. que sea
perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, dondequiera que ocurra” (art. 2°).
Entre los deberes asumidos por nuestro país al aprobar este instrumento internacional se
cuenta con el de “actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la
violencia contra la mujer” (art. 7 inciso b), extremo que, como no puede ser de otro modo,
incluye al Poder Judicial. Asimismo, nos hemos comprometido internacionalmente a “adoptar
medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar,
dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su
integridad o perjudique su propiedad” (art. 7 inciso d) y a “establecer procedimientos legales
justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan, entre otros,
medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos” ((art. 7
inciso f) , entre otros.
En tanto la adhesión de nuestra provincia a la ley 26.485 se realizó mediante una adhesión
general sin pautar un sistema de procedimientos propio, son de aplicación, en primer término,
los arts. 20 y siguientes de esa ley y, subsidiariamente, los de la ley de violencia familiar local.
Dicho procedimiento prevé que, una vez efectuada la denuncia, los jueces pueden adoptar
medidas preventivas “...de acuerdo a los tipos y modalidades de violencia contra las mujeres
definidas en los artículos 5º y 6º de la presente ley...”, entre las cuales se encuentra la
“...prohibición de acercamiento del presunto agresor al lugar de residencia, trabajo, estudio,
esparcimiento o a los lugares de habitual concurrencia de la mujer que padece violencia...”
(art. 26, a.1); “...ordenar al presunto agresor que cese en los actos de perturbación o
intimidación que, directa o indirectamente, realice hacia la mujer...” (art. 26, a2); “...ordenar
toda otra medida necesaria para garantizar la seguridad de la mujer que padece violencia,
hacer cesar la situación de violencia y evitar la repetición de todo acto de perturbación o
intimidación, agresión y maltrato del agresor hacia la mujer...” (art. 26, a.7); “...prohibir al
presunto agresor enajenar, disponer, destruir, ocultar o trasladar bienes gananciales de la
sociedad conyugal o los comunes de la pareja conviviente...” (art. 26, b.1); “...ordenar la
exclusión de la parte agresora de la residencia común, independientemente de la titularidad
de la misma...” (art. 26.b.2); “...decidir el reintegro al domicilio de la mujer si ésta se había
retirado, previa exclusión de la vivienda del presunto agresor...” (art. 26 b.3); como así
también “...en caso de que se trate de una pareja con hijos/as, se fijará una cuota alimentaria
provisoria, si correspondiese, de acuerdo con los antecedentes obrantes en la causa y según
las normas que rigen en la materia...” (art. 26 b.5); entre otras.
Luego de dispuestas las medidas, la ley establece que se convoque a “...una audiencia, la que
deberá tomar personalmente bajo pena de nulidad, dentro de cuarenta y ocho (48) horas de
ordenadas las medidas del artículo 26, o si no se adoptara ninguna de ellas, desde el momento
que tomó conocimiento de la denuncia...” (art. 29). La norma agrega que “...el presunto
agresor estará obligado a comparecer bajo apercibimiento de ser llevado ante el juzgado con
auxilio de la fuerza pública...”, y que “...en dicha audiencia, escuchará a las partes por
separado bajo pena de nulidad, y ordenará las medidas que estime pertinentes...”. Finalmente,
el último párrafo del artículo 29 establece que “...quedan prohibidas las audiencias de
mediación o conciliación...”.
De manera similar regula dicha cuestión la ley local de violencia familiar, pero precisa que las
medidas que pueden adoptar los jueces revisten el carácter de “autosatisfactivas”, aun cuando
no todas ellas revisten estrictamente tal carácter (art. 5, Ley Nº 11.529). También la Ley Nº
26.485 faculta a los jueces a disponer una gran variedad de medidas probatorias a efectos de
revestir de verosimilitud a los hechos afirmados por la denunciante y, en virtud de ello, otorgar
o no las medidas peticionadas (art. 29 y ss.).
En función del marco normativo expuesto y de estar vinculadas las actuaciones de violencia
familiar que, además, incluyen violencia de género, dentro del marco protectorio
constitucional de los derechos humanos, este Tribunal no puede soslayar sopesar la totalidad
del desarrollo de las actuaciones, más allá de la pretensión recursiva particularmente
considerada.
Así, se debe resaltar que llama poderosamente la atención a este Tribunal el tenor del primer
decreto de trámite suscripto por la Jueza de grado, en el que se adopta una medida restricción
de acercamiento y de cese de hostigamiento tanto para el denunciado como para la
denunciante. En ese sentido, no puede colegirse cómo quien está efectuando una denuncia de
violencia de género puede terminar, desde la perspectiva del juzgado, siendo recipiendaria ella
misma de la medida de cese de hostigamiento, cuando no se cuenta con elemento alguno dado que no ha sido denunciada- que permita arribar a tal deducción.
En tanto y en cuanto, de la sola lectura de la denuncia, surgen elementos que, tal como se
adelantara, permiten subsumir sin mayores hesitaciones el caso en el cuadro normativo
anteriormente descripto, este Tribunal debe de oficio ponderar si lo actuado en autos no
importa una vulneración a la normativa expuesta.
No se escapa a nuestra consideración que sí se ha dictado una restricción de acercamiento y
de cese de hostigamiento a la parte denunciada, y que la restricción de acercamiento opera,
en los hechos, como una limitación que incluye a la denunciante. Sin embargo, no es admisible
de modo alguno que las medidas adoptadas, tanto de restricción como de cese de
hostigamiento, sean impuestas sin que haya habido pretensión alguna por parte del
denunciado.
Claro está que la conducta esperable por parte de la Sra. M. es la de no realizar actos de
hostigamiento, de violencia, de perturbación, intimidación, agresión o maltrato respecto del
Sr. T. -muy por el contrario-, pero no puede obviarse el hecho de que no fue éste el
denunciante y por ende, en ese sentido, corresponde anular lo decidido por la jueza de grado.
Si bien es cierto que para disponer una medida de exclusión del hogar debe contarse con
elementos de convicción suficientes, y que la adopción preventiva de una restricción
perimetral obedece a un criterio de prudencia, en tanto y en cuanto la persona denunciante se
encuentre en un marco de contención y de seguridad, no puede inferirse por qué razones no
fueron proveídas por el juzgado medidas a efectos de producir la oferta probatoria brindada
por la actora. Más aún cuando en los términos de la denuncia surge una eventual existencia de
armas en el domicilio del denunciado y de procesos penales que pueden estar, eventualmente,
marcadamente relacionados con la denuncia recibida.
En otras palabras, la conducta esperada y exigida a un Juzgado de familia en un proceso de
violencia familiar y de género es la de instrumentar medidas, dispuestas de oficio, que
permitan a la titular de aquél arribar a un convencimiento suficiente para otorgar o no la
pretensión deducida. Diligencias que, claro está, deben ser registradas en el expediente
respectivo, extremo que en este caso no se observa y, como hemos visto, la jueza de grado
termina corriéndole un traslado a la denunciada para que se expida sobre la pretensión de
exclusión del hogar y de alimentos provisorios.
Tampoco se adoptó decisión fundada alguna cuando la denunciante puntualizara que luego de
un período de reflexión logró radicar la denuncia que nos ocupa y que entendía que debía el
juzgado resolver sin convocar a audiencia. Tal pretensión, que no fue formulada como recurso
de revocatoria, mereció como única y lacónica respuesta por parte de la jueza de grado un “...a
la suspensión de audiencia solicitada, no ha lugar...”, sin brindar ningún tipo de argumentación
o fundamento, tal como es exigible a los actos de los magistrados.
Amén de lo expuesto, lo cierto es que la jueza de grado dictó una medida de las previstas en el
ordenamiento procesal y convocó a una audiencia, la que tuvo lugar con la participación de la
denunciante, debidamente patrocinada, y luego del denunciado, también patrocinado. Es en el
marco de esa audiencia en que el denunciado solicitó se le corra traslado de la pretensión,
extremo al que accedió la jueza de grado. La denunciante recurrió tal medida y su planteo fue
finalmente desechado mediante un escueto: “...al recurso de reposición interpuesto contra la
providencia dictada en la audiencia llevada a cabo el día 23 de junio de 2021, glosada a fojas
27 de los presentes, no ha lugar (art. 347 a contrario sensu del CPCC)...”.
Si se tiene en cuenta que el pedido de traslado fue efectuado por la parte denunciada y
proveído favorablemente, la revocatoria planteada por la denunciante sólo puede ser resuelta
luego de efectuado un traslado a la denunciada, extremo que no se observa en autos y afecta
nuevamente a lo resuelto.
Sin embargo, todo ello importa una ordinarización de las denuncias por violencia de género,
extremo que de modo alguno es compatible con el espíritu y con el esquema procesal previsto
en la normativa internacional, nacional y provincial antes citada, tal como ya lo señaláramos
más arriba.
Esta misma Cámara de Apelación en Feria, a partir del derrotero procesal establecido por la
jueza de grado, se hallaría en situación de tener que correr un traslado de la expresión de
agravios al denunciante, extremo que no resiste ningún análisis cuando de autos surge, sin
mayores hesitaciones, que respecto de la denuncia de violencia el denunciado ya se ha
expedido.
En otras palabras, el esquema procesal impreso a los presentes se muestra en franca
contradicción con la normativa internacional citada y con las leyes locales dictadas en
consecuencia, por lo que se declarará la nulidad de todo lo actuado, con excepción de la
restricción de acercamiento dispuesta en favor de la Sra. M. y se remitirán las actuaciones al
subrogante legal.
Finalmente, cabe también puntualizar que cuando en una denuncia de violencia de género se
hace mención a la existencia de armas en el domicilio del denunciado debe darse intervención
al Ministerio Público de la Acusación a efectos de que pondere el alcance de dicha afirmación
y, en su caso, instrumente las acciones que estime pertinente desarrollar.
En consecuencia, la Cámara de Apelación en Feria RESUELVE:
1.- Declarar la nulidad de todo lo actuado manteniéndose subsistente la medida de restricción
de acercamiento y cese de hostigamiento dispuesta en favor de la denunciante, debiéndose
enviarlas actuaciones al subrogante legal para la continuidad del proceso
2.- Remitir copia del escrito inicial al Ministerio Público de la Acusación de xxxxxxxxx en
relación a lo expuesto en cuanto a la existencia de armas en el domicilio del denunciado.
Insértese y hágase saber. Marcelo J. MOLINA – Mario CHAUMET - Adriana MANA (art. 26 Ley
10.160)- Jueces de Cámara. Hernán C. GUTIERREZ - Secretario
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