Subido por Paula Bustos

academia

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HERMES 1
SESIÓN 1
¿POR QUÉ?
Bienvenidos a Academia de la Biblia, al curso “Hermes”, un curso de hermenéutica, el arte y la ciencia de
interpretar el texto bíblico. En este primer módulo vamos a intentar responder a cinco preguntas en
torno a la hermenéutica.
1- El “por qué” de la hermenéutica.
2- Desde “dónde” hacemos hermenéutica.
3- “Cómo” hacemos hermenéutica.
4- “Quién” es la persona que hace hermenéutica.
5- Y finalmente, la definición: “qué” es la hermenéutica.
• En esta primera sesión vamos a describir el “por qué” de la hermenéutica,
Todos somos hermeneutas.
No podemos decidir no interpretar el texto. Debemos dejar a un lado la ensoñación de que somos
completamente objetivos, que uno sí sabe lo que dice la Palabra de Dios, ya que: “Así dice el Señor…”
• Todos interpretamos el texto, todos nos acercamos al texto desde lo que somos. Por eso surge la
necesidad de una ciencia, de un arte que interprete, y a través de ella escuchar y ver a Dios.
La Biblia es un libro que no ha caído del cielo. Es un libro tanto divino como humano, como Jesús: 100%
divino y 100% humano. Dios ha hecho, Dios ha hablado; pero nosotros sólo nos acercamos al texto. De
ahí la necesidad urgente e imperiosa de interpretarlo.
• Todos somos hermeneutas, la pregunta es ¿qué tan buenos hermeneutas somos? Intentando
acercarnos al texto bíblico debemos preguntarnos si es un texto difícil o fácil de interpretar. Hay gente
que dice que es muy sencillo: “Tú abres la Biblia, lees, y se entiende perfectamente”. Pero otros dicen:
“No, yo me acerco al texto y parece muy complejo, no entiendo absolutamente nada”.
Depende: Hay textos más complejos y textos más sencillos.
• De hecho la propia Biblia nos da un ejemplo muy interesante. En 2 Pe 3:15-16 (que vamos a visitar varias
veces en esta lección), fijémonos en como Pedro habla: “Y tened entendido que la paciencia de nuestro
Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha
sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales
hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las
otras Escrituras, para su propia perdición.”
• Vemos como aquí Pedro reconoce que hay algunos pasajes de algunas epístolas de Pablo (que él
considera Escrituras), que son difíciles de entender, y que, entonces, hay personas que las tuercen. Les
llama indoctos e inconstantes. Por eso es importante, para el desarrollo cristiano, tanto individual y como
iglesia, una buena interpretación del texto bíblico.
• Para ello, al acercarnos al texto, la hermenéutica nos va a dotar de muchas reglas y principios que, de
seguirlos, podremos estar seguros de interpretarlo de manera precisa y correcta. En definitiva, el
ejercicio de la hermenéutica me da las herramientas para que cruce ese puente de manera satisfactoria.
La hermenéutica es un camino de ida y vuelta. Porque, efectivamente, vamos a acercarnos a interpretar
el texto, pero también querremos volver a nuestro presente desde el texto. La hermenéutica nos va
a ayudar a recorrer ese camino.
• Muy pocas personas se fijan en la etimología de la propia palabra hermenéutica. Viene del mito de
Hermes. Hermes, dentro de la mitología griega, es un hijo de Zeus. Os sonará porque suele tener alas en
los pies y también en la cabeza; va con un báculo, y es el que transporta y comunica el mensaje de los
dioses a los hombres, y lo hace comprensible. De ahí nuestra palabra “hermenéutica”, la ciencia y el arte
de interpretar la Palabra de Dios.
• Porque, efectivamente, la Biblia no es un libro caído del cielo. ¿Por qué debemos estudiar hermenéutica?
Porque somos llamados a interpretarlo, a riesgo de no hacerlo correctamente, de tener consecuencias
muy negativas. Fijaos en lo que dice 2 Tim 2:15. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. En otras versiones
dice que usa “con precisión” la palabra de verdad, y lo conecta con ser un obrero aprobado, con estar a la
altura de las circunstancias.
• Aunque no es un libro caído del cielo creemos que es Palabra de Dios, y que ha sido creado para ser
interpretado. Hay consecuencias muy negativas cuando no se interpreta correctamente. De hecho, si
volvemos a 2 Pe 3:17, tenemos esas consecuencias: “Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de
antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria
ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”.
• La hermenéutica nos mantiene firmes en la Palabra de Dios. Una buena interpretación del texto, con
constancia, con conocimiento, con una buena actitud para la gloria de Dios, nos mantiene anclados en la
persona de Jesús y en el conocimiento de Dios. Otras consecuencias negativas se pueden leer en 2 Jn
9-11, o en 2 Tes 2:11-12.
• Por lo tanto, con la hermenéutica podemos hacer una buena praxis de la lectura bíblica, porque no deja
de ser un libro humano, y por lo tanto responde también a leyes humanas de interpretación. Y nuestra
lectura e interpretación del texto de la Escritura afectará directamente a su aplicación. Por eso la
hermenéutica, insisto, nos va a dar los principios para cruzar ese puente desde el “yo”, desde el
“nosotros”, hasta el texto; para inter-pretarlo.
• De nuevo me llama la atención la etimología de la palabra “interpretar”. ”Inter”, “entre dos puntos”,
y “pretar”, que viene del latín “pretium”, de donde viene nuestra palabra en castellano “precio”.
“Interpretar” tenía que ver con cuestiones de compraventa, con establecer un precio justo, con poner en
valor algo entre dos personas, entre dos situaciones, entre dos negocios. Conectar de manera
satisfactoria las dos partes en un contrato. “Interpretar”, eso es lo que vamos a hacer nosotros. Vamos
a ocupar el lugar correcto, y a poner en valor la Palabra de Dios, para poder también adquirirla y vivirla.
• Porque no se puede explicar ningún pasaje que no se entienda.
Tenemos mucha prisa en nuestro mundo cristiano, en buscar una aplicación, en tener una lectura
devocional del texto bíblico para inspirar a otras personas, para movilizarlas. Pero debemos bajar las
revoluciones, debemos bajar la velocidad para primero comprender el pasaje a cabalidad, para luego
poder explicarlo, comunicarlo a los demás.
• Hay un impulso inevitable en querer encarnar la Palabra de Dios, y eso está muy bien, pero no debemos
saltarnos ningún paso. Es cierto que el fin de la interpretación no es sólo el de entender, sino el de
hacer carne la Palabra, no siendo oidores olvidadizos sino hacedores de ella(Stg 1:25); pero no olvidemos
que la fe, la esperanza, la confianza, viene por el oír la Palabra de Dios (Ro 10:17).
• Efectivamente la Palabra de Dios, la Biblia, es nuestra materia prima. Hemos explicado en otros
contextos de Academia de la Biblia que la palabra “Biblia” viene de “biblos”, conjunto de libros. Y aquí se
nos presenta una complicación muy interesante; y es que no nos sentamos a interpretar un libro, sino
66, que están llenos de géneros literarios diferentes, en épocas diferentes, de culturas diferentes, con
idiomas diferentes… Y eso implica unos principios de hermenéutica que deben responder a cada una de
estas diferencias, a cada uno de estos géneros.
• Esta colección de 66 libros contiene la revelación de Dios al hombre. Creemos que es la misma
inspiración, el mismo Espíritu Santo, pero fluyendo a través de seres humanos. Creemos que la Biblia es
la norma de fe y conducta de todo creyente pero, por esa misma razón, es importante que tengamos las
herramientas básicas de interpretación, para poder usarla como decía Pablo a Timoteo, “con precisión”,
y aplicar los principios que ella contiene a la vida cotidiana.
• Este es el gran milagro, que la Palabra de Dios, aunque escrita hace miles de años, podemos hoy en día
ponerla por obra. Dice 1 Pe 3:15 “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre
y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. Es decir, dar una
explicación razonable de lo que creemos, basados en la Palabra de Dios. No está reñido tener una fe
sencilla, una confianza en Dios, con un acercamiento crítico y un estudio profundo del texto bíblico con
todas las herramientas que tenemos.
• Y para terminar con este ¿“por qué” debemos estudiar hermenéutica? ¿por qué debemos asumir nuestra
identidad como hermeneutas?, veamos el origen del problema.
En Gn 3:1, en esta narrativa del Edén, de la creación de Adán y Eva, dice: “Pero la serpiente era astuta,
más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque
Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”
• Fijaos como aquí, la serpiente, lo que hace es poner en duda la Palabra de Dios. Hace una mala
interpretación, una mala exégesis (explicaremos esto más adelante) de lo que Dios había dicho. La
actividad más básica del enemigo es oponerse a la Palabra de Dios, malinterpretarla. Digamos que todo
comenzó con una mala interpretación de lo que Dios había dicho y de sus intenciones, que produjo una
falta de fe y confianza en Él.
• De tal manera que, concluimos, el problema cósmico, el problema del universo, comenzó como un
problema de hermenéutica.
En este curso expondremos que la solución pasa, precisamente, por una buena interpretación del texto
bíblico. Para poder conocer a Jesús, para poder conocer la Palabra de Dios, para poder conocer el texto
bíblico con precisión, y compartirlo a los demás.
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