De este modo Francesco recurriría al espíritu del Antiguo Testamento como protector de la morada de su paz eterna. Sin embargo, en el ex-libris, la honda se adapta estilísticamente a los nuevos tiempos ocultando su origen bíblico; el David ha sido sustituido por centauros y puttis y en lugar de aquella sentencia de infantil confianza en Dios aparece el lema: «A mon pourvoir». La máxima de la sabiduría práctica, probablemente adquirida por Francesco en Francia en el curso de su profesión comercial, se vincula a las criaturas paganas antiguas para constituir una imagen simbólica del consciente despliegue de energía. La doctrina moral de Aristóteles fortaleció el ánimo individualista del hombre del primer Renacimiento al equiparar la felicidad ética con la energiavirtuosa. desenfrenado gozo expresivo pagano El segundo tapiz de la serie de Bayona (fig. 73) representa una fiesta acuática con música organizada por la propia Catalina; dioses paganos humanizados y monstruos se acercan nadando para rendir homenaje a los Valois. Un ejemplo sorprendente y a la vez revelador de la fuerza vital del simbolismo pagano de la naturaleza a lo largo del tiempo es la imagen del rey de Inglaterra sobre un carro de triunfo tirado por caballos marinos que se muestra en los sellos actuales de Barbados (fig. 76). La pregunta de por qué esta deidad pagana de la Fortuna fue resucitada en el Renacimiento como símbolo de la energía mundana la responde su significativo papel en el arte de la impresa. En este género simbólico-artístico que hasta ahora no ha recibido la atención que merece, la cultura cortesana había engendrado un plano intermedio entre el signo y la imagen con el que representar simbólicamente la vida espiritual del individuo. La intervención característica del primer Renacimiento revivió la Antigüedad en palabras e imágenes, otorgándole la tarea de expresar la lucha del individuo con el mundo en el estilo heroico de la Antigüedad pagana. Esta tradición en la que los dioses de la saga griega habían adquirido el poder terrible de los demonios astrales iba a dar lugar, gracias a la movilidad que le proporcionaba el arte de la imprenta recientemente descubierto en Alemania, a una poderosa corriente que permitiría que en el siglo xv los dioses paganos vestidos a la moda del norte se difundieran internacionalmente. En un calendario impreso por el Arndes de Hamburgo en Lübeck el año 1519 — contemporáneamente al comienzo de la actividad de Lutero— , Saturno (fig. 127) muestra ya una apariencia más correcta. En un brazo sostiene la serpiente-dragón del tiempo que recuerda su naturaleza de Cronos griego mientras devora a su hijo, como requiere la leyenda del primer padre de los dioses paganos. Debajo, el verso en bajo alemán resume la vida desdichada y el temperamento desagradable que aguarda a los hijos de diciembre y enero. La historia de la influencia de la Antigüedad, contemplada a través de la transformación de las representaciones de los dioses transmitidas, perdidas y finalmente redescubiertas, contiene valores para el conocimiento de la importancia del pensamiento antropomórfico que no se han puesto de relieve. En la transición hacia el primer Renacimiento, la causalidad cosmológica pagana fue acuñada en símbolos anticuarios de la divinidad de cuyo grado de semejanza humana depende el curso de una confrontación que lleva, del culto religioso a los demonios, a una transformación puramente artístico-espiritual. Lichtenberger, Durerò y Lutero representan tres foses de la lucha del hombre alemán contra el fatalismo cosmológico pagano. Fuente: El renacimiento del paganismo Aportaciones a la historia cultural del Renacimiento europeo –Aby Warburg