F I C

Anuncio
FORTALECER NUESTRA
IDENTIDAD CONGREGACIONAL
PARA EVANGELIZAR,
SIENDO RESPUESTA PROFÉTICA
A LOS DESAFÍOS
DE AMÉRICA LATINA
INTRODUCCION:
Intento de introducción al proceso de profundización del carisma Congregacioal.
Un acercamiento desde lo que nos une: Un caminar en la Vida Consagrada
desde América Latina. Desde lo esencial hacia lo específico del contexto
histórico.
Una mirada desde la perspectiva mundial, una vida consagrada en un proceso
de secularización, desafío a seguir avanzando desde la fe.
I
FORTALECER LA IDENTIDAD CONGREGACIONAL:
II EVANGELIZAR: Tarea fundamental de la Vida Consagrada en el momento
histórico de nuestras congregaciones.
III RESPUESTA PROFÉTICA A LOS DESAFÍOS DE AMÉRICA LATINA
I FORTALECER LA IDENTIDAD CONGREGACIONAL:
El carisma congregacional en el proceso formativo.
1. A la hora de reflexionar sobre la peculiaridad del carisma nos sale al
encuentro la cuestión de su definición o al menos de las implicaciones y
dimensiones del mismo. Las Constituciones en sus primeros números definen el
carisma como principio unificador y conformador de la vida y apostolado. Gracia
vivida y contemplada desde el don carismático otorgado por Dios a los
fundadores. Junto con la vivencia comunitaria del mismo se señalan algunos
elementos expresivos como es la soledad, oración y penitencia, existencia al
modo de vida “de los apóstoles” en misión.
2. El itinerario pedagógico propuesto para la asimilación y conformación desde
el carisma señala como dimensiones:
A. Conocimiento y asimilación de contenidos (“saber sapiencial sobre el
Misterio”)
a. Conocimiento y asimilación de los contenidos desde el punto de vista
bíblico, teológico y espiritual.
b. Conocimiento y asimilación de la vivencia del mismo en la vida y
0escritos de los fundadores, de la Congregación expresado en la
espiritualidad de sus santos y en las Reglas y Constituciones.
c. Conocimiento y asimilación en orden a una vivencia mayor y más intensa
conformando los diversos aspectos de la personalidad.
B. Configuración de la existencia desde la vivencia del seguimiento al
Señor.
a. Asimilación nacida desde la contemplación de Cristo y desde la acogida
de la salvación ofrecida en el Misterio Pascual.
b. Conformación desde la dinámica del seguimiento a Cristo.
c. Encarnación de este proyecto en una comunidad de vida y misión.
C. Compromiso y Misión desde seguimiento a Cristo en la Comunidad.
a. Manifestación y expresión de la dinámica del compromiso con el
ministerio de la Palabra de vida que brota del seguimiento y el
compromiso con los que hoy viven este acontecimiento.
3. Estos tres niveles o dimensiones de la existencia humana y cristiana son
asimilados y configurados desde el carisma. Están implicados y han de estar
presentes en todos los niveles de la formación. Y el carisma ofrece una
realización y modelación de la dimensión humana, cristiana, apostólica del
sujeto. Mas que capas superpuestas que una vez logradas reclaman a la
siguiente, son dinamismos configurantes que actúan de modo trasversal siendo
a la vez causa de madurez humana “en la forma de Cristo”, “hombre en plenitud”,
y a su vez ofrece una “espiritualidad del seguimiento” en clave específica.
4. En las distintas etapas del proceso siempre ha de estar presente este
horizonte que será vivenciado y asimilado de modo progresivo.
5. El carisma supone una espiritualidad, es decir subraya y conforma una
existencia creyente desde una determinada “forma”. Por ejemplo en el caso de
los pasionistas la referencia a la centralidad de la Pasión del Señor o al Señor
en Su Pasión, entendida ésta no como un apartado o fragmento de su existir,
sino como la culminación y sentido de su ser y misión. Siendo característico de
la existencia cristiana, el carisma donado a los fundadores e institucionalizado
en la Congregación, hace que la vivencia de la misma adquiere una resaltada
centralidad, tal que hace que todas las otras dimensiones de la existencia
cristiana sean supeditadas, reorganizadas y potenciadas desde ella. Todo el
proceso formativo no puede perder de vista este horizonte y deberá establecer
el itinerario para hacer de la persona un sujeto configurado desde esta
peculiaridad.
6. De esta peculiaridad nacen unos subrayados de la experiencia espiritual y
de la gracia del seguimiento, una vivencia muy intensa del Misterio de Cristo.
7. En la constitución del sujeto en formación, la referencia al fundador, a
su vida, doctrina y experiencia es fundamental e ineludible. Está en el punto
de partida, acompaña y sustenta todo el proceso. Su experiencia personal en
tanto que maestro y fundador es el modelo acabado-referencial y encarnado del
carisma.
9. Junto con el conocimiento sapiencial del Fundador (vida y doctrina) la
realidad concreta de la Congregación como “acontecimiento” es el
“espacio” de la vivencia y de la propuesta encarnada del carisma. La
Congregación como acontecimiento histórico es una realidad viviente en la que
el carisma fundacional ha ido tomando diversas configuraciones a través del
tiempo y del espacio. La realidad concreta presente vive de la tensión - del reflejo
en su vida particular- de la riqueza radical e ideal propuesta en las
Constituciones.
10. La formulación de estas realidades pertenecientes al carisma en los diversos
niveles facilitará una pedagogía continuada, en constante crecimiento y
maduración. Nos hará conscientes del proceso permanente de configuración
con el carisma, fruto de la gracia y de la cooperación ineludible que ella misma
suscita despertando nuestra libertad
y acrisolando nuestra voluntad,
configurando el corazón.
II EVANGELIZAR: Tarea fundamental de la Vida Consagrada en el momento
histórico de nuestras congregaciones.
Contexto en el que hoy se desarrolla la Vida Religiosa:
Ricos cada vez más ricos, a costa de pobres cada vez más pobres. Hay mucha
carencia como ayer. La Iglesia a pesar que hace mucho por los pobres, aún no
ha encontrado una estructura que responda a una iglesia por los pobres.
Carencia de valores: Se ha perdido mucha tierra en este campo. Nada es para
siempre. Ya no vale. Pérdida de la vocación religiosa por falta de valores. La
gente se cansa y se va.
La cultura del YO: El individualismo reinante, el centralismo en la búsqueda de
compensaciones interesadas, el confort, son señales alarmantes de la cultura
del yo, el hedonismo, no cuenta vivir para el otro sino para uno mismo. La vida
religiosa también se ha invadido por el individualismo. El Señor nos invita a la
ayuda de los unos y los otros. Se necesita la colaboración de TODOS para
seguir con el ideal carismático. Se necesita cambiar de mentalidad. Este
momento se puede convertir en una gran crisis o una gran oportunidad.
Búsqueda del beneficio a cualquier precio: El fallo hoy en día para muchas
comunidades religiosas es la pobreza.
El mundo de los medios de comunicación social: Ha invadido nuestra
intimidad. Ha desplazado nuestras relaciones humanas. La crisis de estos
últimos tres años en la formación de la vida religiosa ha sido las redes sociales
que se han convertido en medios de fugas. Redes sociales que acaban con las
vocaciones. Dan una sensación de individualismo aunque parezca que es
encuentro de muchos. Es un salto que se está dando y aún no lo tenemos
manejado.
El invierno eclesial en un mundo secular: La iglesia está atravesando por
momentos muy trágicos. Hay gente que ha abandonado la Iglesia por los
escándalos. Es cierto que hay una fuerte religiosidad, es cierto que se reconoce
a sectores de la iglesia que trabaja, se sacrifica, mártir, pero hay mucho que
hacer. Los grandes éxodos a otros movimientos religiosos muchas veces están
motivados por el encuentro de acogida, dedicación, humanidad de quienes lo
integran. Una iglesia fraterna, comprensiva y familiar, más que masa.
Partiendo de una realidad de la Vida Religiosa en general:
- Una vuelta a lo normativo y diluir lo esencial.
- En sus inicios, la Vida Religiosa nació como respuesta a una Iglesia que
dejó de ser mártir (testimonio).
- Pasó a una Iglesia de poder. La vida consagrada nació para dar
testimonio de Cristo trabajando por el Reino.
- Con el paso del tiempo, la vida religiosa se alejó de lo esencial:
 Lo carismático
 Lo profético.
y refuerza el sistema, diluyéndose en el poder, generando a lo que
estamos llegando hoy. Fue perdiendo la capacidad de dar vida y generar
historia.
7 RASGOS EN LOS CUALES NOS HEMOS ALEJADO DE LO NUESTRO:
1. La vida Religiosa era llamada PARÁBOLA DEL REINO, pasa a ser parte
de la Institución. Parábola encarnada en un momento histórico. Nos
impulsa a vivir un proceso de actualización del carisma. Disponibilidad
para acoger paso a paso para traducir el carisma personal, para
responder nuevas necesidades. La institución solo se mueve del lado del
poder. La vida religiosa se transforma en instrumento eficaz a la
institución. Dice el Papa Francisco a los Obispos: “Los religiosos no son
materiales de ayuda, son carismas que se ofrecen.”
2. De la frontera nos hemos deslizado a los centros. No solo físico, sino
simbólico. Contestación profética del centro, no respondiendo a un
cristianismo de corazón, de servicio, de cercanía, de humanidad; sino
una iglesia de cristiandad que ha llevado al clericalismo y el poder.
Perdiendo la capacidad de ser contestatarios.
3. De fermento a cemento: Fermentar: con capacidad de mover masas. La
vida religiosa es espiritualidad de minoría. Fuerte en capacidad de
transformación. Piedra, cemento, es lo contrario del profetismo, no
moldeable, sin vida.
4. De mística transformados a ser funcionarios. Mística = Relación con Dios
fuerte, profunda, de donde va a brotar el profetismo. Una relación
comprometida con Dios y con el pueblo. La vida religiosa no es
funcionaria. El peligro está en perder la capacidad de autocrítica. La vida
religiosa necesita un Sabat, es decir la interrupción del trabajo para volver
a lo relacional, relacional con Dios y con los demás. Contemplar la obra
para reorientar la vida.
5. La angustia de la cantidad. El amor no se mide en la cantidad, sino en su
crecimiento hondo y profundo. Necesidad de los procesos de vida interior
desde la formación inicial.
6. De la eficacia de testimonio a la eficacia de poder. La iglesia crece por
testimonio no por proselitismo.
7. Del SER (interoridad con Jesús) nos hemos preocupado más por el poder
y lo económico.
INTENTO DE SANACIÓN: “De pronto JESÚS SOLO…”
1. DE LO INSTALADO A CAMINAR: Regresar a Jesús solo y sólo a él.
Renunciando a lo que nos aleja de él.
a. Corazón encendido por el fuego del amor a Jesús: Iconos =
i. Simplificación del Belén: Despojarse de todo, solo aceptó
ser hijo de hombre: completamente humano, La
simplificación de la desnudez.
ii. La desnudez del Gólgota: De la ilusión, desnudez del
ágape, del que se desprende de todo. Opuesto a la
mezquindad. La desnudez de la libertad. No se trata de
caprichos, sino una libertad orientada a la vida. Renunciar
a todo lo que achica la vida. El pecado achica la vida.
2. Radicalidad de nuestras acciones. Ir a la raíz, Renunciar a diluir. Dejar
ensanchar el corazón por una meditación de la palabra. Nos hemos
diluído para parecernos al vecino. Vivir a la manera de Jesús (Jn 2, 2425). Conocer el corazón ambiguo del ser humano pero no caer en él. No
instalarse en la mediocridad sino continuamente a Jesús.
3. Volver a Galilea. Revitalizar la presencia inicial.
a. Galilea como sencillez de lo cotidiano. Lugar de profundidad,
donde ahondo lo de Dios en la banalidad de lo cotidiano.
b. Galilea, lugar de lo carismático. Desde el carisma a la novedad.
No de lo institucional.
4. La expresión contemplativa. Capacidad de saber VER, leer, descubrir la
huella divina en lo cotidiano. El verdadero lugar de la contemplación no
es la capilla, sino el lugar del pobre.
III RESPUESTA PROFÉTICA A LOS DESAFÍOS DE AMÉRICA LATINA
¿En qué ha estado la vida religiosa desde el Concilio hasta nuestros días?
Mirando la historia:
¿Desde dónde venimos? Venimos de un proceso impulsado por el concilio
Vaticano II. Posterior al Concilio se inicia un proceso de reflexión de la vida
religiosa en América Latina. De un modelo de vida de estilo monacal se da paso
a un proceso de búsqueda intenso y fecundo para responder al cuestionamiento
del SER de la vida Religiosa en América Latina, ya no ya como estado de
perfección sino como un caminar de todo cristiano. La P.C. motiva a la vida
religiosa a volver al evangelio, a Cristo, a la intuición fundamental, a dar relectura
a los signos de los tiempos. ChItister al hacer un análisis del proceso de cambio
de la vida religiosa se da cuenta que vivieron de un proceso de ajuste a un
proceso de cambio. La vida religiosa ha entrado a este proceso de cambio. Un
caminar sin claridad. No toda la vida religiosa ha avanzado al mismo ritmo, hay
una diversidad grande. La reflexión de Puebla, Medellín marcaron un hito en
América Latina
Cinco rasgos de la Vida Religiosa en América Latina. Según Carlos Palmés
sj
a) Opción por los pobres. Puebla presenta una cruda realidad del pueblo
latinoamericano. Realidad que cuestiona el estilo de vida de los
religiosos. Muchos religiosos se fueron a vivir entre los pobres. Se
transforma la vida evangelizadora y comunitaria.
b) La experiencia de Dios, que ya no queda reducida sólo a las prácticas
de piedad sino cada vez más conectada con la vida, mirando en los
pobres el rostro de Cristo. La sagrada escritura se ve desde este nuevo
rostro. Nueva experiencia espiritual
c) La Misión evangelizadora, se sigue anunciando a Cristo pero
fuertemente ligada a la promoción humana. Más comunión con la Iglesia
local y universal. Los religiosos salen de sus obras propias y se insertan
en la pastoral de las diócesis.
d) La vida comunitaria. Surgen pequeñas comunidades insertas en
barrios, no reguladas por la observancia estricta de la regla monacal. Una
vida más sensible a la vida del otro por ser más pequeña. En mayor
comunión con el pueblo de Dios, por la cercanía de casas con el
vecindario.
e) La formación inicial. Se dejan los grandes seminarios. Más pequeñas,
insertas, formación horizontal, otros modelos de estudios.
Hacia fines de los 90: Para la CLAR, la vida religiosa sigue consolidando las
características anteriores, pero se percibe otra línea del ser de la vida de la
Iglesia, conservadora, nueva línea de obispos, aparición de nuevos grupos de
vida religiosa. Va cambiando la cultura mundial y latinoamericana. Una cultura
pos moderna, sin utopía. Se pasa a una etapa de desencanto en la vida
religiosa. Se hacen visibles rasgos de crisis, aburguesamiento, acomodo,
menos dinamismo, envejecimiento, empequeñecimiento, anemia espiritual.
Falta el fervor. A la vez se va hablando de la refundación, re significación de la
vida religiosa.
Hacia el 97 se percibe el cambio de época y se simboliza a la vida religiosa en
la curvatura de un túnel, sin saber que viene, quizás acostumbrarse a vivir en la
oscuridad. Se compara con el momento de Jonás en el fondo de la ballena.
En el año 2000 sigue la experiencia de confusión de desencanto, nos hicimos
conscientes de que Jesús camina a nuestro lado. El icono Emaús. El Señor nos
desafía a enfrentar la crisis. Se pasa a un tiempo de discernimiento y búsqueda
de revitalización de la vida religiosa. En el 2003 se habla de vida religiosa
místico profética, añadiendo en el 2006 al Servicio de la Vida. Haciendo frente
al sistema neo liberal.
En el 2009 se constata el agotamiento de la vida religiosa, ya no basta una
reforma. Ya no se puede seguir con lo que se tenía. Es un vino nuevo que
requiere odres nuevos. Hay que convertirse y reinventar la vida religiosa. Se
acuñan dos expresiones significativas al mirar los signos de los tiempos. Se
habla de los nuevos escenarios: contextos interpelantes la vida consagrada: El
impacto de la crisis mundial, el empobrecimiento, la miseria, la corrupción, el
narcotráfico, las democracias disfuncionales, las reformas educativas
reductivas, fortalecimiento de la sociedad civil, el mundo global digital. Y a la
vez los sujetos emergentes que son grupos, fenómenos humanos que desafían
la religiosa que convocan y provocan la vida religiosa. Entre ellos las nuevas
generaciones de religiosos, la cultura juvenil, desplazamientos. En esos
escenarios la vida religiosa quiere escuchar la voz de Dios allí donde la vida
clama, y desde allí buscar una reinversión de la vida religiosa.
BETANIA:
Un nuevo icono en Jn 11, la comunidad de Betania. María, Marta, Lázaro. Una
comunidad al torno de Jesús. Lázaro está enfermo, dormido, muerto. Y si está
muerto algo huele mal. Nuestra vida religiosa posiblemente tenga que ver algo
con esto. Enfermos, dormidos o muertos y algo huele mal.
Prosigue el relato. Señor si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera
muerto. La base del problema de la vida religiosa es que hemos perdido a
Jesús. Marta hace una confesión de fe en su resurrección. Por lo tanto es
necesario volver a Jesús para tener vida.
Luego sigue el relato en el que los discípulos tienen que ayudar a quitar la venda
a Lázaro. Es la ayuda comunitaria involucrada para que la comunidad camine
libremente. Es necesaria una remodelación de la vida consagrada, centrada en
la palabra y en relación a los nuevos escenarios.
En conclusión:
La vida religiosa en América Latina tiene un rostro, y hay también entrega y
martirio de muchos religiosos. Hay una búsqueda permanente. Aunque no
todos están en esta línea. Hay poco dinamismo últimamente. También hay una
cierta inflación de palabras y concreciones mal terminadas. Se ha querido
abordarlo todo, cambiarlo todo y no se hizo mucho. Al final cuesta cambiar y
nos quedamos en las estructuras y costumbres.
Es necesario un
aggiornamiento de la vida religiosa.
Hay que seguir andando:
- La importancia de la experiencia mística vocacional. Es necesaria una
renovada experiencia mística y vocacional. Requerimos la vocación para
entrar en la vida religiosa y para permanecer en la vida religiosa. Porque
el peligro está en que se puede permanecer en ese gris pragmatismo de
la vida donde todo se vive como si no pasara nada. Y aquí las
consecuencias son fatales.
- Hay que seguir caminando con esperanza.
- El camino para ello hoy en día es la reestructuración, configuración y la
internacionalización.
- Es necesaria la ayuda en la formación. Caminar en comunión y
solidaridad. Tiene sus valores. La internacionalidad como signo
evangélico, lleva a descentralizar, signo de la radicalidad. También hay
riesgos, sobre todo cuando se va a un lugar de mayor estatus.
- Necesaria la reestructuración en dos niveles: de la congregación, que es
un
signo
de
solidaridad,
de
discernir
presencias.
La
intercongregacionalidad, un camino explorado superficialmente. Otro
camino es también la comunión con los laicos.
-
Hacia una vida religiosa en salida, a la periferia. Hay problemas, pero
hay que salir, aunque nos equivoquemos.
Descargar