Subido por Sammael Goro

quien es shiva

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¿Quién es Shiva: hombre, mito
o divinidad?
¿Quién es Shiva? Muchas historias y leyendas rodean a esta figura. ¿Es
un dios? ¿O una construcción de imaginación colectiva? ¿O hay un
significado más profundo de Shiva, revelado solo a aquellos que
buscan?
Sadhguru: Cuando decimos «Shiva», hay dos aspectos fundamentales
a los que nos referimos. La palabra «Shiva» significa literalmente,
«eso que no es». Hoy en día, la ciencia moderna nos está
demostrando que todo viene de la nada y vuelve a la nada. La base de
la existencia y la cualidad fundamental del cosmos es la vasta nada.
Las galaxias son solo un pequeño suceso; un salpicón. El resto es
todo un vasto espacio vacío, al que se le refiere como Shiva. Ese es el
vientre del que todo nace, y ese es el olvido en el que todo es
absorbido de vuelta. Todo viene de Shiva y vuelve a Shiva.
La palabra «Shiva» significa literalmente,
«eso que no es». En otro nivel, cuando
decimos "Shiva", nos referimos a un cierto
yogui, el Adiyogi o el primer yogui, y
también al Adi Gurú, el primer Gurú.
Así que Shiva se describe como un no-ser, no como un ser. Shiva no
se describe como luz, sino como oscuridad. La humanidad ha ido
elogiando la luz solo por la naturaleza del aparato visual que llevan.
De lo contrario, lo único que siempre es, es la oscuridad. La luz es un
acontecimiento limitado en el sentido de que cualquier fuente de luz
- ya sea una bombilla o el sol - eventualmente perderá su capacidad
de dar luz. La luz no es eterna. Siempre es una posibilidad limitada
porque sucede y se termina. La oscuridad es una posibilidad mucho
mayor que la luz. Nada tiene que arder, es siempre: es eterno. La
oscuridad está en todas partes. Es la única cosa omnipresente.
Pero si digo «oscuridad divina», la gente piensa que soy un adorador
del diablo o algo así. De hecho, ¡en algunos lugares de Occidente se
está propagando que Shiva es un demonio! Pero si lo miras como un
concepto, no hay un concepto más inteligente en el planeta sobre
todo el proceso de creación y cómo ha sucedido. He estado hablando
de esto en términos científicos sin usar la palabra «Shiva» a los
científicos de todo el mundo, y se asombran: «¿Es así? ¿Esto se sabía?
¿Cuándo?» Lo hemos sabido desde hace miles de años. Casi todos los
campesinos de la India lo saben inconscientemente. Hablan de ello
sin conocer la ciencia que hay detrás de ello.
El Primer Yogui
En otro nivel, cuando decimos «Shiva», nos referimos a un cierto
yogui, el Adiyogi o el primer yogui, y también al Adi Gurú, el primer
Gurú, que es la base de lo que hoy conocemos como la ciencia
yóguica. Yoga no significa pararse de cabeza o contener la
respiración. El yoga es la ciencia y la tecnología para conocer la
naturaleza esencial de cómo se crea esta vida y cómo puede ser
llevada a su última posibilidad.
Esta primera transmisión de las ciencias yóguicas tuvo lugar a orillas
del Kanti Sarovar, un lago glaciar a pocos kilómetros de Kedarnath
en los Himalayas, donde Adiyogui comenzó una exposición
sistemática de esta tecnología interior a sus primeros siete
discípulos, celebrados hoy como los Sapta Rishis. Esto es anterior a
toda religión. Antes de que la gente concibiera formas divisorias de
fracturar a la humanidad hasta un punto en el que parece casi
imposible de arreglar, las herramientas más poderosas necesarias
para elevar la conciencia humana fueron realizadas y propagadas.
Sadhguru en Kantisarovar
Uno y el mismo
Así que «Shiva» se refiere tanto a «lo que no es» como a Adiyogui,
porque en muchos sentidos, son sinónimos. Este ser, que es un yogui,
y aquel no-ser, que es la base de la existencia, son lo mismo, porque
llamar a alguien un yogui significa que ha experimentado la
existencia como él mismo. Si tienes que contener la existencia dentro
de ti incluso por un momento como una experiencia, tienes que ser
esa nada. Solo la nada puede contener todo. Algo nunca puede
contener todo. Un recipiente no puede contener un océano. Este
planeta puede contener un océano, pero no puede contener el
sistema solar. El sistema solar puede contener estos pocos planetas y
el sol, pero no puede contener el resto de la galaxia. Si vas
progresivamente así, al final verás que es solo la nada la que puede
contener todo. La palabra «yoga» significa «unión». Un yogui es
aquel que ha experimentado la unión. Eso significa que, al menos por
un momento, ha sido la nada absoluta.
Cuando hablamos de Shiva como «lo que no es» y de Shiva como
yogui, en cierto modo son sinónimos, pero son dos aspectos
diferentes. Debido a que la India es una cultura dialéctica, pasamos
de esto a aquello y de aquello a esto sin esfuerzo. En un momento
hablamos de Shiva como lo último, en el siguiente momento
hablamos de Shiva como el hombre que nos dio todo este proceso de
yoga.
¡Quien Shiva no es!
Desafortunadamente, la mayoría de las personas de hoy en día han
sido introducidas a Shiva solo a través del arte del calendario indio.
Lo han convertido en un hombre de mejillas gordas y de color azul
porque el artista del calendario solo tiene una cara. Si preguntas por
Krishna, él pondrá una flauta en su mano. Si preguntas por Rama,
pondrá un arco en su mano. Si preguntas Shiva, pondrá una luna en
su cabeza, ¡y eso es todo!
Cada vez que veo estos calendarios, siempre decido no sentarme
nunca delante de un pintor. Las fotografías están bien; te capturan de
cualquier manera que seas. Si te ves como un demonio, te ves como
un demonio. ¿Por qué un yogui como Shiva se vería con mejillas
regordetas? Si le mostraras flaco estaría bien, pero un Shiva de
mejillas regordetas, ¿cómo es eso?
En la cultura yóguica, Shiva no es visto como un Dios. Era un ser que
caminaba por esta tierra y vivía en la región de los Himalayas. Como
la fuente misma de las tradiciones yóguicas, su contribución en la
creación de la consciencia humana es demasiado fenomenal para ser
ignorada. Hace miles de años se exploraron todas las formas posibles
de acercarse al mecanismo humano y transformarlo en una
posibilidad definitiva. La sofisticación de esto es increíble. La
pregunta de si la gente era tan sofisticada en ese momento es
irrelevante porque esto no vino de una cierta civilización o proceso
de pensamiento. Esto vino de una realización interior. Esto no tenía
nada que ver con lo que estaba pasando a su alrededor. Fue solo una
efusión de sí mismo. En gran detalle, dio un significado y una
posibilidad de lo que se puede hacer con cada punto del mecanismo
humano. No se puede cambiar ni una sola cosa aún hoy, porque él
dijo todo lo que se podía decir de manera tan bella e inteligente. Solo
puedes pasar tu vida tratando de descifrarlo.
Templos de Shiva y Shakti del siglo 8-12 d.C.
En este país, en la antigüedad, los templos se construían
principalmente para Shiva, nadie más. Solo en los últimos 1000 años
más o menos, surgieron otros templos. La palabra «Shiva» significa
literalmente «lo que no es». Así que el templo fue construido para «lo
que no es». «Lo que es» es la manifestación física; «lo que no es» es lo
que está más allá de lo físico. Un templo es un agujero a través del
cual se entra en un espacio que no es. Hay miles de templos de Shiva
en el país, y la mayoría de ellos no tienen ninguna forma como tal.
Solo tienen una forma representativa y generalmente es una linga.
Una versión descargable del siguiente mapa está disponible aquí.
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y perlas de sabiduría de Sadhguru que revelan muchos aspectos
virtualmente desconocidos sobre el ser que llamamos Shiva. ¡Conoce a
Shiva como nunca antes!
La tradición espiritual hindú, como muchas otras, ofrece historias y figuras míticas para que
tengamos una noción de su filosofía trascendente. Así, Shiva forma parte de la trinidad suprema
de la mitología hindú, que representa el Absoluto inmanifiesto, y que encabezan también Brahma,
el creador, y Vishnu, el preservador. Su carácter complejo es el más difícil de describir de los tres,
pues es a la vez compasivo y temible. Algunos aseveran que Shiva es una manifestación de la
Totalidad—Brahman, que debe ser diferenciado del dios Brahma—y que él y Vishnu son el mismo.
Importancia de Shiva
Sin embargo, es importante recordar que la destrucción es esencial para la purificación y el
crecimiento espiritual. Este aspecto despiadado de Shiva puede estar relacionado, quizás, con el
temor al cambio y a la muerte que es tan común en los seres humanos.
Shiva es el dios de la destrucción, que acaba con lo que existe para que pueda surgir lo nuevo y la
vida se transforme y renueve. Por este motivo, es más preciso definirlo como el dios que regenera
el universo.
En el camino espiritual es necesaria la destrucción de la negatividad, de los malos hábitos y de la
ignorancia, además de dejar atrás el pasado para crecer y evolucionar. No es gratuito que Shiva
sea conocido también como "el más grande yogui" y el dios del yoga.
Según esta tradición, la creación y la destrucción son ciclos continuos. La muerte permite la
continuidad de la vida, abriendo nuevas posibilidades de mejoramiento del ser. Este sistema de
pensamiento está basado en la ley del karma y en el ciclo de vida y muerte (samsara). La
reencarnación del espíritu permite regresar en un cuerpo físico a la tierra para seguir aprendiendo
y evolucionando antes de alcanzar la liberación. La muerte, por lo tanto, se percibe dentro de esta
filosofía tan natural como el nacimiento.
El sonido primordial del mantra OM o AUM, representa a Shiva como el Omnipresente, con todas
las cualidades del Absoluto. Esto sugiere que los tres aspectos del universo son en realidad uno
solo. Shiva es conocido como Omkar, el creador del sonido que da origen al mundo.
Diferentes nombres de Shiva
Shiva quiere decir en sánscrito “bueno”, “bienaventurado” o “favorable” y se cree que trae estas
cualidades a sus devotos. Además, la destrucción es en realidad creación, pues es un acto que
regenera la vida. El aspecto destructivo de Shiva tiene una dimensión bondadosa, por ser una
manifestación comprensible y definible para el ser humano (Ishwara) del Absoluto. Esta tradición
cree que el la conciencia universal es esencialmente compasiva y bondadosa, aunque la naturaleza
efímera y perecedera de la vida pertenezca también a su lógica.
Este gran dios hindú se conoce también con otros nombres que nos revelan las diferentes
características que le son atribuidas y las asociaciones que tiene en la tradición hindú y yóguica.
Por ejemplo, Yogiraja (dios del yoga), Nataraja (dios de la danza), Bhuteshwar (dios de los
espíritus), Viswarupa (de forma universal), Pashupati (dios de todas las criaturas), Maheshwara
(gran señor), Mahadeva (el dios más poderoso), Shankara (hacedor del bien), Gangadhara (el que
contempla el río Ganges), Dhurjati (que adquiere la forma del humo).
Shiva es también Nataraj, dios de la danza, que lleva a cabo su danza Tandav en momentos de ira y
que destruye el mundo entero, pero que contiene un simbolismo grande en torno a la
regeneración de la vida y a la destrucción de la oscuridad. La danza armoniosa con Parvati—o
Shakti, la energía femenina del mundo manifiesto—los une en un solo cuerpo, y hace que el ser
humano tenga un lado femenino y otro masculino, como explica esta tradición.
El tercer ojo en la mitad de su ceño tiene el poder de incinerar. Esta parte furiosa del dios se
conoce como “rudra”, que quiere decir "aliviar las penas", lo cual sugiere a que la muerte es la
máxima liberación del sufrimiento de la vida. Rudra es también el nombre por el que se conoce al
pequeño ser que fue creado de la frente de Brahma, como veremos más adelante.
Shiva en la mitología
Shiva tiene cuatro manos. Lleva un tridente en la mano izquierda superior (el trishul), un tambor
en la mano superior derecha, un recipiente de madera, y su mano inferior derecha da una señal de
bendición. Su cuello es azul por haber bebido el veneno que salió del océano cuando fue agitado
en el momento de la creación.
Es el dios y protector de los animales y es quien los controla y los doma. En su indumentaria esto
se representa a través de la piel de tigre y de las serpientes que lo acompañan. Algunas
representaciones de este dios lo acercan morfológicamente a un animal.
Tiene también un collar donde cuelgan calaveras y otro de rudraksha, el collar de semillas para
meditación, cuyo nombre en sánscrito es “las lágrimas de Rudra”. Su cuerpo está cubierto de
cenizas. Su pelo cae sobre su pecho, pero parte de él está atado en la coronilla de su cabeza,
donde hay una luna. Se dice que la luna aceptó la cabeza de Shiva como su morada cuando salió
del océano. Ganges, el río sagrado, cae sobre él para luego bañar la tierra. Vive en la cúspide de la
montaña Kailash en los Himalayas y viaja en su toro blanco, llamado Nandi.
Shiva se describe como un dios supremamente ingenuo y compasivo. Cuando está en su forma
bondadosa, es de gran ayuda para los devotos. Se dice que Shiva no distingue entre las personas
que actúan bien y aquellas que actúan mal, y que ayuda a todos por igual mientras sigan el camino
de bhakti (devoción), por lo cual tiene entre sus devotos criminales y seres inferiores. La mitología
lo describe recorriendo el mundo en su toro, Nandi. Se dice que viaja acompañado de Parvati, su
diosa consorte, y que cumple las peticiones si el devoto lo tiene en su corazón en el momento en
que los dioses pasan cerca de ella o de él.
Algunas tradiciones sostiene que Shiva es swayambhu, o que se dio origen a sí mismo, aunque
existen algunas leyendas sobre su nacimiento. De acuerdo con el Harivamsa—texto de la literatura
sánscrita que se centra esencialmente en historias sobre el dios Krishna y se cree es un
complemento del Mahabharata—, Shiva y Vishnu son el mismo. Son aquella fuerza divina que
representa la eternidad y que la enriquece destruyendo lo espiritualmente muerto y las fuerzas
negativas.
Según los Puranas (textos sagrados de la tradición india que forman parte de los Vedas), el dios
Brahmasurgió del ombligo de Vishnu. Cuando demonios amenazaban con matar a Brahma, del
ceño de Vishnu nació Shiva para protegerlo. Por otra parte, se dice que Shiva apareció en el regazo
de Brahma, cuando meditaba para pedir un hijo y fue llamado rudra, que viene de la palabra
sánscrita rud, o llanto. Hay otra explicación mitológica que afirma que Rudra nació de la frente de
Brahma cuando estaba muy enojado con los cuatro rishis (sabios o santos) por no venir a popular
el mundo.
Este es el único dios de la trinidad que tiene hijos propios: Ganesha, Kartik y Hanuman. Se dice que
Ganesha, el dios con cabeza de elefante, nació del polvo y el sudor de la diosa Parvati en ausencia
de Shiva, y que éste cortó su cabeza cuando el pequeño quiso impedirle la entrada al lugar donde
estaba la diosa, dándose un baño. Kartik es hijo de la semilla de Shiva y de seis madres más, por lo
cual tiene seis rostros. El dios mono, Hanuman, también es hijo de Shiva, pero nacido de Anjani.
En el Ramayana aparece el nombre de Shiva como una referencia muy importante de adoración.
Después de que el héroe mítico Rama dió muerte a Ravana, el rey de Lanka, quien había
secuestrado a su esposa Sita, Rama construyó un shivalinga—símbolo de devoción a Shiva, que
describiremos más adelante—en Rameshwaram, a orillas del océano índico.
Shiva y Shakti, energías complementarias
La diosa consorte de Shiva es Uma, también conocida como Parvati, hija de Himavat, rey de los
Himalayas. Shiva y Parvati representan las dos energías opuestas que se unen para dar forma a la
creación: la conciencia (purusha) que se une con la naturaleza (prakriti) para hacer manifiesto el
mundo material. Shakti es la energía creativa que forma parte del ser cósmico y que permite la
renovación constante, la transformación y la regeneración. Shiva y Shakti son fuerzas
complementarias, pero son una sola porque pertenecen a dos aspectos del Ser Universal.
Este es el principio sobre el que se basa el Shiva Linga, o Limgam, que es el símbolo que alude a
Shiva. En este símbolo, además, Shiva se presenta como uno y el mismo con el Creador, el símbolo
de lo inmanifiesto y Absoluto, que no tiene forma y que contiene el poder creativo y la verdad
trascendente. Shiva sería otro símbolo de Atman, la naturaleza luminosa y eterna que está en
nosotros.
Shiva se evoca a través del linga, una especie de símbolo fálico, de cualidades masculinas, que
yace en un yoni—que significa asiento, vientre o vagina—y que simboliza el sexo femenino. El
shiva linga siempre va acompañado de su contraparte femenina. Juntos representan el "huevo
cósmico", el potencial regenerativo y que da origen a la creación. Los seguidores de Shiva afirman
incluso que el shiva linga es la manifestación de los cinco elementos: tierra, agua, aire, fuego y
éter. El Lingam es el símbolo de la unión entre prakriti y purusha, Shakti y Shiva: la naturaleza y la
conciencia.
Además de esto, la palabra linga es interpretada como "verdad" y "conocimiento". También como
"signo" o "emblema". Es decir, el símbolo por excelencia del gran dios Shiva: una figura mítica muy
poderosa y compleja que lleva en su esencia los opuestos que conforman y equilibran el universo
(femenino/masculino, creación/ destrucción).
¿Quién es Ganesha?
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Quiero vivir mejor
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Consejos y recetas para una mejor salud
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Beatriz Davila
Updated November 01, 2019
Ganesha, o Ganesh, es el dios con cabeza de elefante, que está presente de
manera profusa en la iconografía india y que se evoca para proveer fortuna,
éxito y prosperidad. Es el dios de la sabiduría y de los buenos comienzos y se
conoce como la deidad que ayuda a superar o a quitar los obstáculos del
camino (es visghneshwara, es decir, el que quita vighnas, los obstáculos).
Otro de los nombres con los que se hace referencia a Ganesha es Ganapati, el
dios de los ganas. Los hindues hacen ofrendas a Ganesha y se encomiendan a
él, en el momento de emprender nuevos proyectos o de iniciar etapas de
vida, pues entre sus atribuciones está propiciar los comienzos favorables y
éxito en las empresas. Quizás sea porque en la India los elefantes son
considerados seres que traen la buena suerte. Es el hijo de la diosa Parvati y
del dios Shiva.
El simbolismo de Ganesh
Cada elemento de la imagen de Ganesha es simbólico de la sabiduría y de la
búsqueda espiritual, a la cual nos acerca. En la cultura popular se explica
que, por una parte, el tamaño de su cabeza representa su capacidad de
comprender las profundas verdades que subyacen a las escrituras de la
tradición hindú. Sus grandes orejas representan su capacidad de escuchar,
indispensable para alcanzar la sabiduría. Su gran barriga nos indica que el
ser que se acerca a la perfección debe tener la habilidad de digerir lo bueno y
lo malo, además de tener fuego interior. El vehículo de Ganesha es un ratón,
que por lo general se ubica obedientemente a sus pies y que representa el
deseo como un roedor. Así como el ratón es controlado por Ganesha, cada
ser humano debe controlar sus deseos.
Tiene cuatro brazos, que simbolizan las cuatro herramientas
(antahakarana) del ser humano: la mente, el intelecto, la conciencia
condicionada y el ego. En una mano lleva un hacha, con la
cual metafóricamente corta nuestro apego al mundo material. En otra mano
lleva un lazo, o algunas veces un loto, los cuales representan la cercanía a la
verdad última. En la tercera mano sostiene una bandeja con modakas, una
comida típica de la India para sus devotos y con la cuarta mano, los bendice.
En la mitología india, Ganesha tiene un colmillo roto. Se dice que con el
trozo de colmillo, escribió la parte final de la obra épica de la cultura india, el
Mahabharata. Entre las leyendas populares de cuenta que un día se cayó de
su vehículo y que la luna se burló de él, por lo cual Ganesha partió uno de sus
colmillos para lanzárselo a la luna, condenándola a casi desaparecer, de
donde surgieron los ciclos lunares.
Hay muchas historias que intentan explicar por qué Ganesha tiene una
cabeza de elefante. Una de ellas cuenta que la diosa Parvati creó a un niño
con el sándalo y el sudor de su cuerpo para que cuidara la puerta de entrada,
mientras ellas se bañaba. El dios Shiva regresó a casa, pero el niño, que no lo
conocía, no lo dejó pasar, cumpliendo su deber. Tras una lucha entre los dos,
Shiva le cortó la cabeza al niño y Parvati le exigió que enmendara su error.
Entonces Shiva, arrepentido, pidió buscar una cabeza para reemplazarla. El
primer ser dormido con la cabeza hacia el norte que encontraron sus
emisarios era un elefante.
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