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Expresión corporal y simbolización
Article · January 1998
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Tomás Motos
University of Valencia
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EXPRESIÓN CORPORAL Y SIMBOLIZACIÓN
Tomás Motos Teruel
Departamento de Didáctica y Organización Escolar
Universidad de Valencia
UNA DIMENSIÓN OLVIDADA DE LA EXPRESIÓN CORPORAL
Cuando se habla de Expresión Corporal (E.C.), cualquiera sea el contexto, se suele poner el
énfasis fundamentalmente en la dimensión expresiva, algo en la dimensión relacional y
comunicativa, pero olvida la dimensión cognitiva. En este artículo vamos a comprobar que
toda acto expresivo corporal implica un acto cognitivo y por ello la E. C. se convierte en un
recurso excepcional para el desarrollo de la función simbólica sobre todo en los niveles de
educación infantil y primaria.
Partiendo del significado etimológico de expresión (exprimire: hacer salir presionando) se
entiende como E.C. el comportamiento exterior espontáneo o intencional, que traduce
emociones o sentimientos mediante el lenguaje corporal. En este sentido afirma Stokoe
(1967, p. 8) "la E.C., así como la danza, la música y las otras artes, es una manera de
exteriorizar estados anímicos". Se enfatiza, igualmente, el sentimiento de liberación que
produce la práctica de la E.C., aduciendo que la exteriorización de estados anímicos más o
menos intensos y contenidos produce un cierto alivio, "libera energías, orientándolas hacia la
expresión del ser a través de la unión orgánica del movimiento, del uso de la voz y de
sonidos percusivos" (Stokoe, 1967, p. 8). La liberación de las tensiones acumuladas viene a
significar "expansionarse un poco", "relajarse", "descargar la agresividad, la energía",
"desbloquear lo que está bloqueado" (Salzer, 1984, p. 35). Relajar, distender (con su doble
sentido de deshacer las tensiones musculares y las psíquicas), descargar, desatar, desbloquear
son términos que se utilizan para expresar los resultados que se producen o esperan de la
práctica de la E.C.
La dimensión expresiva también implica estimular, abrirse a las sensaciones, afinar los
sentidos despertando la sensibilidad, darse cuenta de lo que se percibe aquí y ahora. El
contacto sensorial actual con los sucesos internos en el presente y el darse cuenta de las
fantasías son otros de los objetivos. Por eso, algunos autores relacionan la E.C. con la de
toma de conciencia y con las técnicas de bienestar (Calecki y Thévenet, 1986).
Por otra parte, se insiste en que la E.C. es una experiencia de movimiento libre y espontáneo,
de creación con el cuerpo. Se pretende con su práctica aprender a encontrar lo nuevo, lo
imprevisto, lo no habitual; "estar preparado para inventar instantáneamente una respuesta
satisfactoria a situaciones nuevas" (Drospy, 1982, p. 104); "dar salida a la espontaneidad
creadora en bruto" (Salzer, 1984, p. 49); descubrir todas las posibilidades que surgen del
cuerpo. E.C y creatividad expresiva siempre van unidas.
La E.C. se da siempre en relación. El individuo se autoexpresa mediante las relaciones que
establece con su medio, espacio, objetos y con los otros. "Sin esta dimensión relacional no
podríamos hablar de E.C." (Santiago, 1985, p. 41).
Y por último, se coloca el acento en que la E.C. supone un expresarse con intencionalidad
comunicativa. Y cuando esta faceta se lleva hasta el terreno artístico aparece la E.C.
"espectacular", cuyo objetivo es utilizar el lenguaje corporal para transmitir un producto
bellamente elaborado en un espectáculo (mimo, teatro, ballet).
Pero lo que suele olvidarse al hablar de la E.C. es que exteriorizar una idea requiere un
proceso cognitivo, que en esencia consiste en buscar los signos más apropiados de lenguaje
corporal y combinarlos del modo más adecuado para que permitan transmitir el mensaje
que queremos comunicar.
En cualquier acto de expresión corporal encontramos dos niveles:
- Expresivo. Acción externa: actividad manifiesta a través del movimiento, gesto.
- Cognitivo. Acción interna: actividad oculta (pensamiento, sentimiento).
Puede predominar uno de ellos sobre el otro según la orientación y finalidad con que
usemos la E.C. Pero hay que tener presente que en la práctica de la E.C. se suelen proponer
"actividades con predominio psicológico, donde el elemento corporal está siempre presente,
y determinadas actividades con predominio corporal en las cuales no se ha olvidado el
elemento psicológico" (Drospy, 1982, p. 31). Nosotros vamos a centrarnos en el segundo
nivel, en la E.C. como proceso de simbolización ya que es un aspecto que siempre se suele
olvidar desplazado por el puramente expresivo. Si contemplarnos la E.C. desde las dos
vertientes, expresiva y cognitiva, es cuando su virtualidad educativa se magnifica y se
convierte en una técnica potente de enseñanza y de desarrollo personal.
LA FUNClÓN SIMBÓLlCA Y LA E.C.
Imaginemos esta situación: un aula de Educación infantil, niños y niñas de cinco años, se les
ha propuesto jugar a construir ventanas con el propio cuerpo. Posiblemente, la primera ha
tenido que ser hecha por la profesora o el profesor e imitada por ellos. Luego se les ha ido
llevando a que busquen otras clases de ventanas: una grande, una pequeña, una para mirar lo
que más me gusta ver, para mirar cosas fantásticas, etc.
Lo que se pretende con este juego es que ellos plasmen en una acción externa la idea que
tienen de ventana. Pues, las posturas que adoptan guardan una cierta relación con el objeto
evocado, es decir, funcionan como símbolo del concepto ventana.
La capacidad de usar símbolos viene determinada por la aparición de la función simbólica o
semiótica (Piaget, 1984). Recuérdese que en el símbolo el significante se diferencia del
significado pero guarda conexión con él, una relación motivada e inexacta. El símbolo
funciona por ejemplificación, alegoría o metáfora: así, un palo de escoba puede simbolizar
para el niño un caballo -la semejanza reside en el hecho de poder montar sobre él y
desplazarse-. La función simbólica consiste en representar, esto es, en la alusión o la
evocación de un objeto o acontecimiento, que puede no estar presente, por medio de otra
cosa. En toda representación se utilizan siempre dos elementos: un significante (objeto que
sirve para designar otra cosa distinta, en nuestra situación de hacer ventanas, la disposición
de los brazos y el cuerpo) y un significado (la cosa designada, en nuestro ejemplo, el tipo de
ventana expresada en la consigna dada por el profesor o profesora).
La función simbólica, capacidad para diferenciar significantes de significados y el acto de
referir unos a otros, aparece evolutivamente al final del período sensomotor, cuando el niño
empieza a utilizar significantes que se diferencian y son independientes de los significados.
Así por ejemplo, el niño que abre la boca para representar la abertura de una caja.
Siguiendo con Piaget la función simbólica se manifiesta en cinco tipo diferentes de
conducta: la imitación diferida, el juego simbólico, el dibujo, la imagen mental y el lenguaje.
Dejando aparte el dibujo y el lenguaje que son formas de expresión que caen fuera de
nuestro objetivo, las otras tres se relacionan con nuestro propósito, pues de una forma u otra
intervienen en todo actividad de E.C.
La imitación diferida se produce cuando el niño es capaz de imitar algo en ausencia total del
modelo. Las imágenes mentales son las representaciones internas de la realidad. El juego
simbólico, es una manera de reproducir la realidad adaptándola a las necesidades del sujeto.
Así de esta forma, el niño deja de ser niño para convertirse en padre, o deja de ser paciente
para transformarse en médico.
Una modalidad del juego simbólico es el juego de expresión. En este el componente
imaginativo es básico. Se rige por el "como si" (andar como si fuésemos robots, ponerse
tensos como si fuésemos de hierro o blandos como la mantequilla cerca del fuego). El
elemento imaginativo transforma la realidad, desbordando las capacidades técnicas del
sujeto (el niño vuela como si fuera un avión o corre como un caballo) y la funcionalidad de
los objetos. El objeto es transformado adquiriendo un uso inusual, se le buscan nuevas
aplicaciones y desde la nueva funcionalidad se juega con él (la mesa se transforma en barco
o en isla). Vigotsky (1976) ha señalado que el juego constituye un escalón en la dirección
hacia el pensamiento abstracto, en el que el significado atribuido excede a las acciones y los
objetos presentes en el campo inmediato de percepción del niño.
Partiendo de un ejemplo y del modelo diseñado por Bolton (1983, p. 54-56) para explicar la
manera en que se produce el significado en el juego simbólico vamos a tratar de mostrar
cómo cualquier acto de E. C. es un proceso de creación de significado. Valga la siguiente
situación: dos niños de cinco años (Ramón y Luis) juegan montar a caballo; Ramón, con un
palo de escoba entre las piernas da vueltas y vueltas en el patio de recreo; Luis, sentado en
un taburete de la cocina de su casa, lo traquetea dando pequeños y rápidos impulsos con el
tronco hacia adelante y hacia atrás.
En ambos casos el significado es el mismo, hacer de caballo; los objetos, un palo de escoba
y un taburete, y las acciones, correr y traquetear. Vigotsky (1976) escribe que en el juego,
la acción está subordinada al significado, pero en la vida real, el curso de la acción domina
sobre el significado. Parece claro por consiguiente que una de las finalidades del juego es
buscar significado.
Aunque en los dos casos se pueda describir lo que hacen los dos niños como jugar a montar
a caballo, en realidad las experiencias de uno y otro son significativamente diferentes. El
aspecto abstraído por Ramón (dar vueltas en círculo) se centra en tormo a la velocidad y la
dirección; mientras que Luis (sentado sobre un taburete) ha abstraído la altura, la postura y
el trote.
Contexto
Abstracción
Acción y objeto
Ramón
caballo,
velocidad y dirección
correr a horcajadas con un
palo de escoba
Luis
caballo
altura/postura/trote
sentado sobre un taburete,
traquetearlo
Cuadro 1
En este cuadro tenemos sólo la mitad del panorama: lo que Bolton llama el significado
objetivo. Pero, ¿qué es lo que ha proporcionado a ambos niños la energía, valga la
expresión, para realizar tales acciones y no otras?, ¿cuál es la fuente de dónde surge el
significado? Según este autor, hay un factor afectivo, motivador, que aporta otra dimensión
del significado, el llamado significado subjetivo. Centrándonos en el caso del Ramón
podemos preguntamos cuáles son los posibles sentimientos que le incitan a realizar la acción
de correr a horcajadas con un palo entre las piernas y no otra cualquiera. Desde la
perspectiva del niño podríamos aventurar como posibles motivaciones: me gusta la
sensación de montar a caballo, me gusta montar a caballo a gran velocidad, me gustaría ser
un veloz caballo, soy un vaquero de los de televisión, me gustaría marcharme muy lejos
corriendo, me gusta presumir, me gusta darme importancia, la profesora dice que soy el
más veloz corriendo, quisiera ser como mi papá, etc.
Cualquiera de estas motivaciones o la combinación de ellas puede ser la fuerza motriz
impulsora del . Esto es, hay unos valores asumidos, previamente vivenciados y aceptados,
independientes del contexto en el que se realiza la acción. Y son estos valores asumidos
los que contribuyen a dar un significado subjetivo al juego.
Si en el cuadro anterior se añade en la parte correspondiente a Ramón lo que atañe al
significado subjetivo tendremos:
Ramón
Contexto
Caballo
Abstracción
(significado
objetivo)
Velocidad
Significado
Objetivo
Acciones y
objeto empleado
Correr y
palo de escoba
Valores asumidos
(significado
subjetivo)
Arriesgado pero divertido
Divierte montar
Es importante parecerse a
papá
etc.
Significado
total
Significado
Subjetivo
(Cuadro 2, tomado de Bolton).
En todos los juegos de expresión (cuando el niño nada, marcha como un soldado o como una
majorette o corre como un caballo) se realiza un trabajo mental de elaboración en el que el
gesto es el resultado.
La E.C. participa de los rasgos que hemos señalado arriba, refiriéndonos al juego simbólico,
"pues el ámbito propio de la Expresión Corporal es el mundo simbólico" (Santiago, 1985, p.
4l). Las actividades de E.C. se incluyen básicamente en el campo del juego simbólico y más
concretamente en el del juego de expresión ya que todas las acciones se plantean bajo la
consigna del "como si".
Un rasgo esencial en las actividades de E.C. es el componente simbólico, el elemento
imaginativo, expresado a través de la consigna impartida por el profesor o la profesora, pues
siempre hay una apelación por su parte a la imaginación del alumno: "somos globos, vamos
a ver como nos inflamos", "andamos como si el suelo estuviera muy caliente", etc.
El proceso seguido por cualquier idea para encarnarse en una forma externa se concreta en
esta secuencia específica:
IMAGEN
MENTAL
PERCEPCIÓN
Observación mediata o
inmediata de la realidad.
Consigna del monitor/a
ACCIÓN
CORPORAL
EXTERNA
MOVIMIENTO
GESTO
POSTURAS
SONIDO
Cuadro 3
ORIENTACIONES PARA FAVORECER EL PROCESO DE SIMBOLIZACIÓN
MEDIANTE LA EXPRESlÓN CORPORAL
Todo acto expresivo corporal es por definición un acto cognitivo, en cuanto que las acciones
corporales (movimientos, gestos, posturas, sonidos) son símbolos que representan la idea
(concepto, sentimiento, estado anímico) que el sujeto tiene en su mente. Sentado este
principio, vamos a sugerir algunos principios y orientaciones para insertar actividades de
Expresión Corporal (E.C.) en la práctica docente.
l) Si el juego es la construcción del conocimiento, al menos en los períodos sensorial-motriz
y preoperacional según Piaget (1973) y si "en el juego los niños sienten una razón intrínseca
para ejercitar su inteligencia y su iniciativa" (Kamil y De Vries, 1985) la actividad en E.C.
deben presentarse como actividades lúdicas con el formato de juegos de expresión.
2) En E.C. no se trata de enseñar a los niños y niñas una serie de movimientos
estereotipados, ni imponerles otros, sino de que una vez adquirido el significado de un
movimiento concreto busquen nuevas posibilidades para expresar lo mismo pero de diferente
manera. Se han de plantear actividades en las que se anime a experimentar y buscar distintas
posibilidades de resolver una situación dada: "buscar maneras distintas de pasar por entre las
piernas del compañero" o "de cuántas maneras podemos saltar por encima de la cuerda ". La
hipótesis n+1 es uno de los fundamentos de la E.C.
3) Primero la acción, luego la reflexión sobre lo hecho. Tras la acción corporal ha de venir la
verbalización, pues ayuda a reforzar el concepto al ser manifestado mediante los dos
lenguajes fundamentales. La expresión oral además de completar la simbolización ayuda a
comunicarla. Contar lo que se ha hecho o cómo se ha hecho, decir lo que más ha gustado o
lo que menos, hacer propuestas concretas para realizar las cosas de otra manera, etc. son
modos de practicar la verbalización.
4) Para la realización de las actividades de E.C. en educación infantil se ha de plantear en la
progresión siguiente: IMITACIÓN➙EVOCACIÓN➙CREACIÓN.
Imitación
a) Imitación simultánea: los niños imitan conjuntamente los movimientos que
realiza el profesor, la profesora o un compañero o compañera. Es típico juego del
espejo.
b) Imitación-eco: acciones y movimientos simples y de corta duración que los niños
imitarán después.
c) Imitación diferida: se les propone que imiten profesiones (bomberos, policías,
médicos), animales, situaciones (en el circo: fieras, payasos, bailarinas, acróbatas),
etc.
Evocación
a) De gestos. Se comenzará por reconocer el significado y por utilizar con intención
comunicativo los gestos, ya codificados socialmente, de la cara, manos, brazos,
hombros, etc. Ejemplo de gestos codificados de la cara serían los referentes a las
expresiones de alegría, tristeza, llanto, risa, enfado, gusto, sueño, etc. Luego se
pasaría a las posturas y actitudes corporales. Primero individuales y después
colectivas. Ejemplos: estar cansado, esperar, ... posturas de agresividad y de
defensa; posturas y gestos característicos de las distintas profesiones, posturas y
gestos característicos de los distintos estados de ánimo, etc.
b) Mímica. Se trata de reproducir o expresar por medio de gestos, sin el recurso de
la palabra, acciones simples que el niño o la niña ya ha realizado o ha visto realizar
en su medio: andar de puntillas para no despertar al bebé que duerme, regar las
flores, llevar una caja grande, una pequeña, una pesada, etc. Estas acciones se
pueden unir después, ligando dos o tres acciones propuestas por el profesor o por los
compañeros y compañeras.
En un primer momento, las acciones se ejecutan sin accesorios, posteriormente se les
pueden añadir. Pero conviene que sean objetos simples y de mucha versatilidad
funcional (palo, cuerda, aro). A partir de ellos, se les lleva a imaginar situaciones: un
trozo de tela se convierte en delantal, paño de cocina, sábana, vestido de novia, la
capa de Supermán... y se exploran las situaciones.
Creación
Representar algo mediante mímica es también crear, en el sentido de expresar una
situación profundamente interiorizada. Una niña para representar a su madre puede
realizar las siguientes acciones: hace como si se sentara en un sillón, abre el
periódico, pasa los ojos sobre las líneas, da vuelta a las páginas, sonríe como si
estuviera leyendo una noticia divertida, se horroriza como si leyera una noticia
catastrófica, deja la lectura y se enfada porque los niños están armando escándalo, y
luego sigue impasiblemente leyendo. En este caso está representando toda una
situación, pues ha unido y combinado una serie de acciones. Pero aquí hay algo más
que una simple sucesión de acciones, ya que trata de expresar diversos sentimientos:
sonrisa, espanto, enfado, impasibilidad. Las acciones sobre acciones son una
aproximación fundamental a la simbolización y mediante ellas se hace percibir
intuitivamente a los niños que el gesto tiene otro poder, además del comunicativo,
pues sirve para representar simbólicamente (Jenger, 1981).
5) Cualquier concepto de cualquier área de aprendizaje, ya sea lenguaje, matemáticas,
experiencias social y natural, plástica, educación física es susceptible de ser expresado
mediante lenguaje corporal. Si se quiere que el aprendizaje sea integrado y activo se ha de
utilizar la E.C. como procedimiento didáctico. La E.C. se ha de insertar en cualquier
momento de la actividad escolar.
6) El punto de referencia para realizar cualquier juego o experiencia de E.C. será siempre el
propio cuerpo. Se ha de partir del conocimiento y toma de conciencia en sí mismo para
pasar en una segunda fase al cuerpo del otro. Y luego, a la relación del cuerpo con los
objetos y con el espacio.
7) Los contenidos de Expresión Corporal han de partir de los cuatro pilares fundamentales
sobre los que descansa la E.C.: la toma de conciencia del propio cuerpo, la espontaneidad y
la creatividad, las relaciones con el mundo circundante -objetos, espacio, tiempo-, las
relaciones con los otros.
Muchas de las actividades que se realizan en Expresión Corporal guardan relación con otras
materias curriculares, sobre todo con Educación Física y con Psicomotricidad. Pero hay una
clara distinción entre éstas y aquélla. Mientras que la Psicomotricidad tiene como objetivo
fundamental integrar las tareas relativas a la potenciación de las posibilidades del
movimiento del cuerpo, la E. C. le da significado a cada uno de los movimientos. La E. C.
toma los elementos de la Educación Física y de la Psicomotricidad y les añade el
componente imaginativo y simbólico. Y puesto que en la E.C. convergen aspectos
cognitivos, afectivos y motrices es por lo que se constituye en un poderos recurso de
aprendizaje.
BIBLIOGRAFIA
BOLTON, G. (1983) "The Activity of Dramatic Playing" en DAY, CH. y NORMAN, J.
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J. y otros (Editores) Play: Its Roles in Development and Evolution. London: Penguin
Educational.
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