Subido por myrna herrera

POR QUE LOS VERDADEROS CONVERSOS

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¡POR QUE LOS VERDADEROS CONVERSOS
NO PUEDEN EVITAR LA TRIBULACION!
“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la
fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el
reino de Dios” (Hechos 14:22).
El Apóstol Pablo había sido apedreado y dejado por muerto en la Ciudad de Listra. Pero Pablo fue
alzado y los discípulos estuvieron a su alrededor, sin duda orando. Dios respondió sus oraciones. El
se alzó de estar a un paso de la muerte, o de la muerte misma (la Escritura no lo dice claramente).
Volvió a predicar poco tiempo después de alzarse. ¡Qué gran ejemplo para todos nosotros! Pablo se
alzó en fuerza completa y fue con Bernabé, su asistente, a la ciudad de Derbe. De allí viajaron a
Listra, y a Iconio, y por último a Antioquía, predicando a las multitudes el Evangelio de la
crucifixión y de la resurrección de Cristo.
En estas ciudades también, Pablo y Bernabé le predicaban a los discípulos, o sea que le predicaban
a aquellos que recientemente habían querido seguir a Cristo. Pero Pablo quería estar seguro de que
ellos habían experimentado la conversión verdadera. El quería que ellos fueran “confirmados”, o
sea, fortalecidos en su fe. El quería estar seguro de que ellos no solamente habían creído los hechos
del Evangelio, sino que habían experimentado la conversión verdadera. ¿Cómo lo hizo?
I. Primero, Pablo confirmaba y fortalecía las almas de los discípulos nuevos y los
exhortaba a continuar en la fe que habían profesado creer.
El texto dice,
“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a
que permaneciesen en la fe” (Hechos 14:22).
Pablo quería estar seguro de que “las almas” de estos jovenes discípulos realmente habían sido
convertidas. El quería estar seguro de que ellos no eran solamente Cristianos nominales, no
solamente gente quue ellos fueran como aquellos que
“no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque
cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la
palabra, luego tropiezan” (Marcos 4:17).
Y Lucas añade que cuando las tribulaciones llegan muchos que no son verdaderamente
convertidos se apartan.
“Pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el
tiempo de la prueba se apartan” (Lucas 8:13).
Cristo dijo que la aflicción, la persecución y la tentación causarían que muchos Cristianos
falsos se aparten de la iglesia y de su supuesta “fe” en Cristo.
No, la fe de ellos debería ser más fuerte y más profunda que eso. Y así Pablo estaba ocupado
“Confirmando los ánimos de los [nuevos] discípulos, exhortándoles a
que permaneciesen en la fe” (Hechos 14:22).
Esa es la primera cosa que Pablo hacía con estos nuevos discípulos. El estaba
“Confirmando[les], exhortándoles a que permaneciesen en
la fe” (Hechos 14:22).
Pablo sabía que si la conversión de ellos no era firme, ellos regresarían al pecado, y
finalmente se apartarían de Cristo y de la iglesia.
Pero luego Pablo les daba la segunda cosa que ellos necesitaban oír para hacerse conversos
firmes, constantes, inmovibles.
II. Segundo, Pablo les daba a conocer que tendrían que atravesar “muchas
tribulaciones” para entrar en el reino de Dios.
“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a
que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario
que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino
de Dios” (Hechos 14:22).
La Biblia Geneva [en Inglés] nos da este comentario del texto.
El oficio de los ministros es, no solamente enseñar, sino
también confirmar a aquellos a los que se les enseña y
prepararlos para [cargar] la cruz [de sufrimiento y
tribulación] (traducción de The 1599 Geneva Study
Bible, Tolle Lege Press, reimpresión de 2006, nota de
Hechos 14:22).
La Biblia nos da claramente varios pasajes que muestran que los Cristianos verdaderos
tienen todos que atravesar dificultades, tribulaciones y aflicciones, o no podrán ser
Cristianos verdaderos.
La Biblia enseña que tú no puedes “entrar en el reino de Dios” sin padecer muchas
dificultades y problemas, y muchas tribulaciones. Como nuestro texto dice,
“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a
que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario
que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino
de Dios” (Hechos 14:22).
Tú tienes que atravesar mucha tribulación y muchas aflicciones y penalidades para “entrar
en el reino de Dios”. Y si no lo crees, debes de leer El Progreso del Peregrino, de John
Bunyan, donde Bunyan repetidamente lo hace muy claro.
Si quieres ser un Cristiano verdadero estás entrando a un modo de vida muy difícil. Y
quiero que consideres varias “tribulaciones” que tendrás que atravesar si quieres “entrar al
reino de Dios”.
1. Tú debes pasar a través de la “aflicción” de perder tus amigos del mundo. Pablo hace eso muy
claro en II Corintios 6:17,
“Salid de en medio de ellos, y apartaos” (II Corintios 6:17).
Está bien ser amables con la gente perdida cuando vienen a la iglesia. Pero la Biblia enseña en II
Corintios 6:11-18, que tienes que separarte de amistades perdidas que no muestran interés en Cristo
y en la iglesia.
“Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios” (Santiago 4:4).
En Santiago 4:4; “Describe el amor en el sentido de un fuerte lazo emocional. Aquellos que tienen
un deseo profundo e íntimo por las cosas del mundo dan evidencia de que no son redimidos”. Si
quieres hacerte un verdadero converso Cristiano, tienes que dejar la “Ciudad de Destrucción”, y a
aquellos que están en ella
.
“Es necesario que a través de [muchas aflicciones, Biblia
Geneva de 1599] entremos en el reino de Dios”
(Hechos 14:22).
Aun los jovenes criados en la iglesia deben separarse de la amistad con los inconversos. II
Corintios 6:17-18 se aplica a todos. Todos tienen que pasar por la “aflicción” de perder amistades
mundanas, perdidas, si quieren “entrar en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
Algunos de vosotros jovenes tenéis que dejar amigos mundanos si esperáis llegar a ser realmente
convertidos, como verdaderos Cristianos.
“Es necesario que a través de [muchas aflicciones] entremos
en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
2. Tú también tienes que atravesar la “aflicción” de la duda propia y condenación propia, porque:
“El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu
de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender,
porque se han de discernir espiritualmente” (I Corintios
2:14).
“Por cuanto los designios de la carne [la mentalidad de la
carne] son enemistad contra Dios” (Romanos 8:7). “Y con
la carne quiere decir un hombro no regenerado” (The
Geneva Bible, nota de Romanos 8:7).
La mente inconversa, no regenerada, está en “contra de Dios”. Es por eso que no puedes
“aprender” a ser Cristiano. Todas las cosas que solamente “aprendes” son confusión en tu mente.
Por lo tanto, tú tienes que atravesar la “aflicción” de la duda propia y de la condenación propia, aun
dudando tu propia habilidad de entender cómo ser salvo. Y tienes que juzgarte a tí mismo y
condenarte a tí mismo como a uno que es “por naturaleza” un hijo de “ira” (Efesios 2:3).
Para una persona orgullosa es una gran “aflicción” admitirse a sí mismo que
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).
Pero tienes que atravesar esa aflicción hasta estar de acuerdo en que tu corazón es engañoso más
que todas las cosas y que no puedes confiar en tí mismo tocante a la salvación.
“Es necesario que a través de [muchas aflicciones] entremos
en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
3. Tú tienes que atravesar también la “aflicción” de la convicción de pecado.
“Y cuando él [el Espíritu de Dios] venga, [te]
convencerá…de pecado” (Juan 16:8).
La primera obra del Espíritu Santo es convencer al mundo de pecado. Esto significa que Dios te
convencerá de tus pecados pasados. Pero es más que solo eso. Significa que Dios te convencerá de
tener una naturaleza de pecado, que tu naturaleza misma está “muerta” (Efesios 2:1, 5) en pecado,
y que eres “por naturaleza hijo de ira” (Efesios 2:3).
Tú tienes que llevar esta “aflicción” hasta que puedas decir honestamente, “Yo sé que en mí, esto
es, en mi carne, no mora el bien” (Romanos 7:18). La Biblia Geneva de 1599, tocante a ese verso
dice, “Este vicio, o pecado, o ley del pecado, posee completamente a aquellos que no están
regenerados [renacidos]”.
Tú tienes que ser convencido de que tienes una naturaleza que está completamente depravada, de la
cual no puedes depender, ni confiar. Tú tienes que llegar al lugar donde no puedas confiar en tu
propio corazón engañoso.
“Es necesario que a través de [muchas aflicciones] entremos
en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
Pero hay una aflicción más por la que tienes que atravesar para entrar en el reino de Dios.
4. Tú tienes que atravesar la “aflicción” de “esforzarte”. Jesús dijo:
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24).
La palabra “esforzaos” se ha traducido de la palabra Griega “agōnizomai”, que significa “luchar”
(Strong). Cristo dijo, “Esforzaos [lucha] a entrar”. Esto no deja lugar para que digas, “No hay
nada que yo pueda hacer”. Sí, Cristo dijo que sí hay algo que puedes hacer. Tú puedes esforzarte,
batallar, luchar con todas tus fuerzas, agonizar para entrar en Cristo. Aunque tú te retuerzas de
dolor interno, tienes que pelear con todas tus fuerzas para entrar en Cristo Jesús. “Esforzaos a
entrar” (Lucas 13:24). Dicha batalla será dolorosa pero, cuando finalmente vengas a Cristo, lo
hallarás esperándote con los brazos abiertos. Jesús dijo,
“El que por mí entrare, será salvo” (Juan 10:9).
Por lo tanto esfuérzate y lucha con toda tus fuerzas y propósito para entrar en El.
Entonces sabrás y sentirás que
“La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”
(I Juan 1:7).
EL BOSQUEJO DE
¡POR QUÉ LOS VERDADEROS CONVERSOS
NO PUEDEN EVITAR LA TRIBULACIÓN!
por Dr. R. L. Hymers, Jr.
“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que
permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a
través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”
(Hechos 14:22).
I. Primero, Pablo comfirmaba y fortalecía las almas de los
discípulos nuevos y los exhortaba a continuar en la fe que
habían profesado creer, Hechos 14:22a; II Pedro 1:10;
Marcos 4:17; Lucas 8:13.
II. Segundo, Pablo les daba a conocer que tendrían que atravesar
“muchas tribulaciones” para entrar en el reino de Dios,
Hechos 14:22b; II Corintios 6:17; Santiago 4:4; I Corintios
2:14; Romanos 8:7; Efesios 2:3; Jeremías 17:9; Juan 16:8;
Efesios 2:1, 5; Romanos 7:18; Lucas 13:24; Juan 10:9;
I Juan 1:7.
Hechos 14:21-22
“Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a
Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que
permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos
en el reino de Dios.”
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Evangelio: es la buena noticia del cumplimiento de la promesa hecha por Dios a Abraham,
Isaac y Jacob que redimiría a su descendencia del pecado por medio de la muerte su Hijo
unigénito Jesús, quien moriría en expiación por el pecado de toda la humanidad y resucitaría al
tercer día para dar arrepentimiento y perdón de los pecados a todo aquel que crea en Él.
Discípulos: Persona que aprende una doctrina, ciencia o arte bajo la dirección de un maestro.
Permanecer: Mantenerse sin mutación en un mismo lugar, estado o calidad.
Tribulaciones: Persecución o adversidad que padece el hombre.
Antes de esto, Pablo había presenciado un milagro en Listra: un hombre un hombre cojo de
nacimiento que nunca había andado fue sanado. Las personas de Listra creyeron que ellos eran
dioses romanos, por lo que a Bernabé llamaron Júpiter y a Pablo llamaron Mercurio. Las personas
iban a hacer una gran celebración y ofrecerles sacrificio a ellos, pero Pablo les dijo que ellos eran
hombres como ellos. Aún así querían ofrecerles sacrificios. “Entonces vinieron unos judíos de
Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron
fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto” Hechos 14:19. Luego entro a la ciudad, y salió al
día siguiente con Bernabé a Derbe.
Ahora bien, luego que ellos evangelizaran, volvieron para ver como seguían los discípulos que los
habían ayudado. Les dieron una exhortación y una verdad que todos debemos aprender. La
exhortación: permanecer en la fe. Fe, una palabra de dos letras con un gran poder increíble. Tan solo
tener fe como un grano de mostaza puede mover la montaña. Esa montaña que tienes frente a ti
puede ser movida si pones tu fe en práctica. Aun en medio de las tribulaciones debemos mantener
nuestra fe.
Las tribulaciones son necesarias para alcanzar el reino de los cielos. Nosotros somos el barro, y Dios
es el alfarero. Las tribulaciones son las diferentes etapas que el barro pasa para poder ser una vasija,
o el propósito que el alfarero le dé. Es necesario pasar por las tribulaciones; con ellas nos hacemos
mejores cristianos y mejores personas en Dios.
El propósito de las tribulaciones es para que dependamos más de Él. ¿Cómo es posible que con las
tribulaciones entremos en el reino de los cielos? Con cada una las tribulaciones podemos subir un
escalón a la vez espiritualmente hablando. Aprendemos algo que nos servirá a mantenernos
dependiendo de Dios, y que sin Él no podemos pasar la prueba.
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