Subido por KEVIN ANTONY PAUCAR VILLARREAL

capitulo 7 romer

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Consumo en condiciones de certidumbre: la hipótesis de la renta permanente
En concreto, imaginemos un individuo que vive durante un número de períodos T y cuya
utilidad vital es
consumo debe pe1·manecer constante (es decir C1 = C2 = ... = CT·). Realizando la
correspondiente stistitución en la restricció11 presupuestaria, tenemos que
representan los recursos del individuo a lo largo de toda su
vida nos dice que el individuo distribuirá dichos recursos e11 partes iguales para cada período
vital. Nuestro análisis implica que el consumo del individuo en un período dado depende no de
su nivel de renta en dicho período, sino de los ingresos qt1e obtendrá a lo largo de su vida. los
términos que aparecen en el lado derecho de la ecuación (7.5) representan su renta
permanente y la diferencia entre la renta actual y la permanente es la llamada renta transitoria
Nuestro análisis supone tambié11 que, aunque la distribución temporal de los iI1gresos no es
relevante para el consumo, tiene una importancia crucial para el ahorro. El al1orro del
individuo en cualquier período t es la diferencia e11tre la renta obtenida y el consumo:
¿Qué es el ahorro?
Sea cual sea su destino, si el individuo no valora el ahorro per se, su decisión sobre cómo
distribuir la renta entre el consumo y el ahorro \rendrá determinada por sus preferencias
entre consumo presente y consumo futuro, así como por la información de que disponga sobre
las perspectivas futuras de consumir.
Una aplicación empírica: cómo interpretar las funciones estimadas de consumo
En donde la última igualdad se sirve del supuesto de que la media de la renta transitoria es
igual a cero.
El consumo en condiciones de incertidumbre: la hipótesis del paseo aleatorio
Ampliamos ahora nuestro análisis para incorporar Ja incertidumbre. En concreto,
supondremos que se desconoce cuál va a ser Ja renta del individuo en cada período (las Y1).
Seguiremos suponiendo, como antes, que tanto el tipo de interés como el de descuento son
cero. Pero ahora presumimos, además, que la función de utilidad instantánea u(•) es de tipo
cuadrático, es decir, que el individuo maximiza su utilidad en
La ecuación (7.12) implica qt1e, en el período 1, el consumo esperado de C2 es igual a C1. En
térrninos más generales, nuestro razonamiento sugiere que, en cada período, el consumo
esperado del siguiente período es igual al consumo actual. Esto quiere decir que los cambios
en el nivel de consumo no son predecibles. De acuerdo con nuestra definición de las
expectativas, podemos escribir:
Este es el famoso resultado de Hall, según el cual la hipótesis del ciclo vital/ renta permanente
implica que el consumo sigue una pauta aleatoria
7.4 El ahorro y el tipo de interés
Una cuestión importante en relación con el consumo es cómo responde éste a las tasas de
rendimiento. Muchos economistas han insinuado, por ejemplo, que un tratamiento fiscal más
favorable de los intereses haría aumentar el ahorro y favorecería, por tanto, el crecimiento
económico. Pero si resultara que el consumo es relativamente insensible a la tasa de
rendimiento, esta política no sería demasiado eficaz. Por tanto, es importante comprender las
relaciones entre consumo y tasa de rendimiento.
Tipo de interés y ahorro en el modelo de dos períodos
Consumo y activos de riesgo
El modelo de fijación de precios de los activos del capital (MPAC)
Si el rendimiento de un activo está altamente correlacionado con el consumo, por ejemplo, su
precio debería disminuir hasta el punto en que su rendimiento esperado fuera lo
suficientemente alto como para que los individuos decidieran adquirirlo. Para ver qué
consecuencias tiene esto, supongamos que todos los individuos tienen un comportamiento
uniforme y volvamos a la condición de primer orden reflejada en (7.30). Si resolvemos esta
ecuación para el rendimiento esperado del activo, tenemos:
Más allá de la hipótesis de la renta permanente
A modo de introducción: el ahorro como parachoques
Por ejemplo, los individuos de países en los que el crecimiento de la renta es alto muestran altas tasas
de crecimiento del consumo a lo largo de su vida, mientras que los individuos de países de bajo
crecimiento presentan tasas bajas. Igualmente, el patrón característico de consumo vital de individuos
con distintas ocupaciones es similar al patrón que exhibe la renta asociada a dichas ocupaciones. Las
ganancias de los ejecutivos y profesionales, por ejemplo, tienen un pe1·fil que se eleva brt1scamente
hasta que aquéllos alcanzan la madurez y luego se estabilizan; lo mismo ocurre con su consumo. Más en
general, conviene recordar qt1e la mayoría de los hogares dispone de poca riqueza (véase, por ejemplo,
Wolff, 1998). Su consi.11no sigue aproximadamente la evolución de sus ingresos. Como consecuencia, y
tal como señalamos en la Sección 7.3, su renta actual tiene un papel muy importante en la
determinación de su consumo. No obstante, estos hogares disponen de pequeños ahorros a los que
recurren en caso de una brusca caída en sus i11gresos o para atender necesidades extraordinarias.
Dicho en la terminología de Deaton (1991 ), la mayoría de los hogares manifiesta, en materia de al1orro,
una conducta que podríamos calificar de parachoques. Como consecuencia, un pequeño porcentaje de
los hogares concentra la mayor parte de la riqueza. Estos fallos de la hipótesis de la renta permanente
han motivado la aparición de numerosos trabajos que proponen ampliaciones o alternativas a esta
teoría. Tres ideas han merecido una atención particular: el ahorro precautorio, las restricciones de
liquidez y las excepciones al supuesto de la plena optimización.
El ahorro precautorio
El que la utilidad sea cuadrática significa, sin embargo, que la utilidad marginal es cero para un
determinado nivel, finito, de consumo y a partir de ahí se vuelve negativa. Significa también que el coste
de utilidad de un determinado cambio en el consumo es independiente del nivel de éste, lo que implica,
dado que la utilidad marginal del consumo es decreciente, que los individuos manifiestan una creciente
aversión absoluta al riesgo: el volumen de consumo al que están dispuestos a renunciar para evitar una
determinada incertidumbre con respecto al consumo crece a medida que se hacen más ricos. Estas
dificultades de la utilidad cuadrática sugieren que la utilidad marginal disminuye cada vez más
lentamente a medida que el consumo se eleva, esto es, la tercera derivada de la utilidad es
probablemente positiva y no cero.
Las restricciones de liquidez
Las restricciones de liquidez pueden elevar el ahorro por dos vías. La primera, y la más obvia, es que
cuando la restricción de liquidez se convierte en un límite para el gasto, el individuo pasa a consumir
menos de lo que lo haría en otro caso. En segu11do lugar, como Zeldes (1 989) señala, incluso cuando
dichas restricciones no imponen límites por el momento, la sola amenaza de su futura aparición
desincentiva el consumo presente. Supongamos, por ejemplo, que existe la posibilidad de que los
ingresos sean bajos en un futuro próximo. Si no hubiera restricciones de liquidez y el descenso de la
renta se confirmase, el individuo podría pedir prestado para evitar una brusca caída del consumo. Pero
si existen restricciones, el const1mo disminuirá a menos que el individuo dispo11ga de ahorros. Por
tanto, las restricciones de liquidez incitan a los individuos a ahorrar con el fin de asegurarse frente a los
efectos de futuras caídas en sus ingresos. Podemos ilustrar estos aspectos recurriendo a un modelo de
tres períodos. Para distinguir los efectos de las restricciones de liquidez de los del ahorro precautorio,
supongamos que la función de utilidad instantánea es cuadrática. Además, seguiremos suponiendo que
el tipo de interés real y la tasa de descuento son iguales a cero. Comencemos analizando la conducta del
individuo en el período 2 y utilicemos A1 para denotar los activos al final del período t. Puesto que el
individuo vive durante sólo tres períodos, C3 es igual a A2 + Y3, lo que a su \1ez es igual a A1 + Y2 + Y3 C2 • La utilidad esperada del individuo durante los dos últimos períodos de su vida, expresada en
función de su decisión de consumo C2 , es, por tanto,
Por tanto, aun cuando la restricción de liquidez no sea limitativa en el presente, la mera
posibilidad de que lo sea en el ft1turo reduce el consumo. Finalmente, si el valor de C1 , que
satisface la igualdad C1 = E1[C2] (dado que C2 viene dete1·minado por la ecuación [7.45)), es
superior a los recursos de que dispone el individuo en el período 1, Al1 + Y1, la restricción de
liquidez del primer período es limitativa, y en este caso el individuo consumirá A0 + Y1•
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