Neiva, nueve de septiembre de dos mil ocho.

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REPÚBLICA DE COLOMBIA
Rama Judicial
TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL HUILA
Sala Cuarta de Decisión
M.P.RAMIRO APONTE PINO
Neiva, nueve de septiembre de dos mil ocho.
DEMANDANTE:
DEMANDADO:
CLASE DE PROCESO:
PROVIDENCIA:
RADICACION:
ACTA:
DARCY MILENA CASTRO VARGAS
E.S.E. HOSPITAL SANTA TERESA DE
TESALIA - HUILA
NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO
DEL DERECHO LABORAL
SENTENCIA
41 001 23 31 004 2004 00310 00
074
Evacuadas las correspondientes ritualidades procesales, sin que
se adviertan causales de nulidad que invaliden la actuación,
procede la Sala a emitir pronunciamiento de mérito.
I.- ANTECEDENTES.
1.- La demanda.
Actuando a través de mandatario judicial, Darcy Milena Castro
Vargas promueve la acción consagrada en el artículo 85 del
Código Contencioso Administrativo contra la Empresa Social del
Estado Hospital “Santa Teresa” del municipio de Tesalia- Huila,
en procura de obtener la nulidad de la Resolución 305 expedida el
26 de noviembre de 2003, a través de la cual fue desvinculada
del cargo auxiliar administrativo, código 550.
Como consecuencia de lo anterior, y a titulo de restablecimiento
del derecho, depreca el reintegro al mismo empleo –sin solución
de continuidad-, el pago de los sueldos, prestaciones legales y
extralegales que se causen –debidamente indexados-. El
reconocimiento de los intereses moratorios sobre los valores
resultantes, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 176,
177 y 178 del Código Contencioso Administrativo; amén de que se
ordenen cancelar las costas y agencias en derecho.
2.- Fundamentación fáctica.
Como sustento de orden fáctico, refiere que a través de la
Resolución 358 del 15 de noviembre de 2001 fue nombrada en el
cargo de auxiliar administrativo, código 550 de la ESE Hospital
Santa Teresa de Tesalia- Huila.
Dada su formación profesional en ingeniería de sistemas, supera
con creces los requisitos exigidos en el manual de funciones (y así
hubo de consignarse en el acto de nombramiento). Por lo tanto, su
ingreso a un cargo de carrera administrativa se fundamentó en
el mérito, aunado al hecho de que no se mencionó que se trataba
de un nombramiento provisional.
Durante su permanencia cumplió fiel y responsablemente las
funciones de su cargo. Se desempeñó con eficiencia, respeto y
amabilidad con los usuarios de la entidad y con sus compañeros;
con amor, lealtad y compromiso con la institución. Con el fin de
coadyuvar al cumplimiento de los cometidos institucionales
laboraba más allá de la jornada ordinaria.
Sin embargo, fue objeto de un intenso acoso laboral por parte del
gerente, quien le imponía responsabilidades que no hacían parte
de sus funciones o que eran del resorte de otros cargos vacantes
(como llevar la contabilidad sistematizada); le asignaba horarios
extras y la hacía laborar cuando se encontraba incapacitada.
Seguramente, con el fin de aburrirla, incomodarla y obligarla a
renunciar.
En ejercicio de la facultad discrecional, el nominador dio por
terminado el nombramiento, fundándose en la necesidad de
organizar la planta de personal, en la difícil situación financiera y
en el hecho de que los nombramientos provisionales no pueden
superar cuatro meses de duración.
Dicha argumentación generó la protesta de la comunidad. Es
formal y materialmente falsa. Contraria al interés general y al
buen servicio público. Es Arbitraria y desconoce los derechos de
mujer discapacitada de la actora (tal como lo certifica un medico
especialista adscrito a la EPS Saludcoop, la actora no puede
caminar normalmente y para desplazarse tiene que valerse de
muletas). Dicha circunstancia era conocida por la entidad
demandada.
De otro lado, esa clase de desvinculación no se circunscribe
dentro de ninguno de los eventos consagrados en el artículo 37 de
la Ley 443 de 1998 ni en sus decretos reglamentarios y no se
fundamentó en un estudio técnico previo.
“[L]a expedición del acto administrativo de desvinculación…es irregular, por
desconocer la estabilidad de fuerza superior o reforzada, que ampara el
orden jurídico vigente para los minusválidos y se hizo con desviación y abuso
de poder, al perseguir fines distintos al servicio y preferir estimular el
amiguismo y el favorecimiento político, al vincular en su puesto de trabajo a
otra persona, atendiendo dichos móviles”.
El gerente tiene nexos políticos con el ex diputado y ex candidato
a la gobernación Fabio Ramírez (quien en un acto público en el
sector urbano de Tesalia le anunció a la demandante que influiría
para que la desvincularan del Hospital). Hecho que efectivamente
sucedió, dando lugar a que en su puesto de trabajo vincularan
mediante orden de trabajo una copartidaria de aquellos (Mayra
Alejandra Perdomo Bastidas), asignándole las mismas funciones
que ella desarrollaba (digitación de la facturación, elaboración y
presentación de cuentas de cobro de la prestación de servicios a
los afiliados del régimen contributivo, subsidiado, vinculados y
particulares).
Esa clase de vinculación contractual no representa un ahorro
económico significativo y desconoce los presupuestos fácticos
establecidos en la Ley 80 de 1993 y en el Decreto 2170 de 2002.
3.- Fundamentación legal.
Como sustento
normatividad:
de
las
pretensiones,
invocan
la
siguiente
-Constitución Política: preámbulo, artículos 1º, 2º, 13, 25, 47, 53,
54, 121, 125 y 209.
-Ley 361 de 1997.
-Código Contencioso Administrativo: artículo 2 y 36.
-Ley 790 de 2002: artículo 12.
-Ley 443 de 1998.
-Decreto 1572 de 1998.
-Ley 82 de 1988.
-Convenio 159 de 1983 de la OIT.
Con base en diferentes pronunciamientos de la H. Corte
Constitucional, aduce que el acto acusado vulneró los principios
fundantes del Estado Social de Derecho, en particular, el
trabajo y el respeto a la dignidad humana; porque aduciendo un
ahorro teórico, se desvinculó de manera injusta e insolidaria a
una persona discapacitada -quien goza de estabilidad laboral
reforzada y se desempeñó con lujo de competencia-; con el fin de
permitir el ingreso de una persona de los afectos políticos del
nominador.
Se desconoció el convenio 159 de 1983 de la OIT (ratificado por
la Ley 82 de 1988); que además de garantizar el acceso al empleo
de los minusválidos, le impone al Estado la obligación de
conservarlo. También soslayó el precepto consagrado en el
artículo 12 de la Ley 790 de 2002, que en desarrollo de
renovación de la administración pública, prohíbe retirar del
servicio a las personas con limitación física, mental, visual o
auditiva.
“[C]ómo no ser desproporcionada entonces la desvinculación en el presente
caso de la Demandante, cuando estamos en presencia del desempeño de un
cargo de carrera administrativa de una mujer minusválida, para vincularla
(sic) a otra que no tiene tal condición?...”.
(…)
“Cómo se puede justificar la remoción de una mujer discapacitada,
profesional en ingeniería de sistemas, de un cargo de auxiliar administrativa,
para vincular inmediatamente otra persona para desarrollar las mismas
funciones, bajo la simple argumentación de generar un ahorro económico sin
estudio previo alguno?”.
La terminación del nombramiento de un cargo de carrera no está
prevista como causal de retiro en el artículo 37 de la Ley 443
(por tratarse de un cargo de carrera, procedía la insubsistencia).
Anotando, que en el acto de nombramiento no se mencionó que su
vinculación era de carácter provisional.
De otro lado, se permitió que ella permaneciera en el empleo
durante más de dos años, y durante dicho lapso no se convocó el
concurso para proveerlo en propiedad. Omisión, que debe
favorecer a la persona que se desempeña en el mismo, en vez de
darle la connotación de ser una dignidad de libre nombramiento y
remoción; permitiendo el abuso de la facultad discrecional.
Se desconoció el Estatuto Contractual, porque no se reúnen los
presupuestos fácticos que autorizan desarrollar esas labores
mediante orden de servicios (porque de todas maneras, el cargo
quedó vacante).
Con el fin de satisfacer un capricho político,
el gerente
prescindió de sus servicios, facilitando el ingreso de una de sus
copartidarias. Decisión, que se materializó sin contar con un
estudio técnico o económico.
Esa determinación fue tan injusta, que la comunidad reaccionó
airadamente, expresándole su inconformidad al secretario de
salud departamental.
4.-La oposición.
Al descorrer el traslado de la demanda, el apoderado judicial de
la entidad accionada se opone a la prosperidad de las
pretensiones, argumentando que la demandante se encontraba
nombrada en provisionalidad y que su desvinculación se
circunscribió dentro de las preceptivas superiores.
5.- La prueba.
a.- Documental.
-Con la demanda aportó copia autentica de las siguientes piezas
documentales:
Resolución 358 del 15 de noviembre de 2001, acta de posesión de
la demandante, certificación expedida por el gerente de la ESE
Hospital Sanata Teresa de Tesalia (f. 34 y ss, cuad. 1).
Resolución 305 del 26 de noviembre de 2003 y del oficio de
notificación (f. 35 y ss, cuad. 1).
Orden de prestación de servicios 98 del 23 de diciembre de
2003 (f. 39, cuad. 1).
Acta de grado de la demandante (f. 41, cuad. 1).
Evaluación neurofisiológica realizada a la demandante el 4 de
septiembre de 2003 (f. 42 y ss, cuad. 1).
Solicitud de revocatoria directa y de la correspondiente
respuesta (f. 96 y ss, cuad. 1).
Comunicaciones que la demandante le dirigió al gerente del
Hospital el 29 de octubre y el 26 de noviembre de 2003 (f. 52 y
ss, cuad. 1).
Comunicación que la comunidad de Tesalia le dirigió al secretario
de salud del departamento el 29 de noviembre de 2003 (f. 59 y
ss, cuad. 1).
Transcripción de la sesión del concejo de Tesalia realizada el 13
de febrero de 2004 (f. 59 y ss, cuad. 1).
-A petición de parte, se arrimaron:
Hojas de vida de Darcy Milena Castro Vargas y de Mayra
Alejándra Perdomo Bastidas (f. 6-35, cuad. 2).
Acuerdo 03 de 2003, expedido por la junta directiva del Hospital
Santa Teresa de Tesalia (f. 36 y ss, cuad. 2).
Acuerdo 015 de 1998, expedido por la junta directiva del
Hospital Santa Teresa de Tesalia (f. 42 y ss, cuad. 2).
Certificaciones expedidas el 23 de junio de 2005 por la auxiliar
administrativa con funciones de pagadora del Hospital Santa
Teresa de Tesalia (f. 70 y ss, cuad. 2).
Acuerdo 09 de 2003, expedido por la junta directiva del Hospital
Santa Teresa de Tesalia (f. 73 y ss, cuad. 2).
b.- Testifical.
Por medio de comisionado se recepcionaron los testimonios de
Mercedes Mendoza Busto, Alfonso Trujillo, Adriana Maritza
Brand, María de Jesús Guerrero de Garcés (f. 187 y ss, cuad. 1).
c.- Interrogatorio de parte.
No obstante que se decretó el interrogatorio de la demandante,
no se pudo realizar porque no compareció el apoderado del
Hospital Santa Teresa, ni remitió el pliego contentivo de las
preguntas que aquella debía absolver (f. 197, cuad. 1).
d.- Pericial.
Con el fin de establecer la discapacidad y el porcentaje de
minusvalía, el 18 de mayo de 2005 fue examinada por un médico
forense del Instituto Nacional de Medicina Legal, quien emitió su
opinión en el dictamen obrante a folio 97.
De igual manera, fue valorada por la Junta Regional de
Calificación de Invalidez del Huila el 20 de septiembre de 2005
(f. 200, cuad. 1).
Los experticios no fueron objetados, ni se solicitó adición o
aclaración.
6.- Alegaciones de conclusión.
a.- Parte actora.
Tomando como referente los diferentes medios de prueba,
considera que en el sub lite quedaron debidamente acreditados
los supuestos fácticos y jurídicos que sustentan las pretensiones:
-La demandante desempeñó el cargo con lujo de competencia
desde el 15 de noviembre de 2001 al 26 de noviembre de 2003;
ganándose la confianza, admiración y respeto de sus compañeros
de trabajo y de la comunidad en general.
-Desde hace 20 años padece una discapacidad física que dificulta
su movilidad, lo cual, le generó una invalidez del 57.15%. Por lo
tanto, gozaba de estabilidad reforzada, tal como se encuentra
establecido en la constitución, en la ley y en los convenios de la
OIT ratificados por Colombia.
-El gerente de la E.S.E. inició una intensa persecución en su
contra (la hacía trabajar horas extras, dominicales, festivos y la
obligaba a laborar estando incapacitada).
-La Resolución 305 del 26 de noviembre de 2006 fue expedida
con desviación de poder y falsamente motivada; porque la razones
esbozadas por el nominador (ahorro y la culminación de un
nombramiento provisional superior a 4 meses), fueron un
instrumento distractor para facilitar la vinculación de una
copartidaria (Mayra Alejándra Perdomo Bastidas, respaldada por
el entonces diputado Fabio Ramírez); con quien se suscribió un
oneroso contrato de prestación de servicios para cumplir las
mismas funciones por ella desarrolladas.
b.-E.S.E. Hospital Santa Teresa de Tesalia.
No alegó de conclusión.
c.- Ministerio Público.
No rindió concepto.
II.- CONSIDERACIONES DE LA SALA.
1.- El asunto litigioso.
Se contrae a establecer la legalidad de la Resolución 305 del 26
de noviembre de 2003, expedida por el gerente de la E.S.E.
Hospital Santa Teresa de Tesalia.
2.-Lo probado.
Con base en la prueba regular y oportunamente allegada al
plenario, se encuentra acreditado lo siguiente:
a.- Por medio de la Resolución 358 del 15 de noviembre de 2001,
el gerente de la E.S.E. Hospital Santa Teresa de Tesalia designó
a Darcy Milena Castro Vargas en el cargo de auxiliar
administrativo, código 550 de la (que se encontraba vacante); del
cual tomó posesión el 23 de ese mismo mes y año (f. 14, 17, cuad.
2).
La demandante es ingeniera de sistemas, egresada de la
Universidad Antonio Nariño (f. 23, cuad. 2).
De acuerdo con el dictámenes emanados de medicina legal y de la
Junta Regional de Calificación de Invalidez del Huila; hace
aproximadamente unos 20 años padeció la enfermedad guillen –
barre que le produjo “deficiencia, discapacidad y minusvalía”,
cuya sumatoria arrojó un porcentaje del 57.15 de invalidez.
b.-El 29 de octubre de 2003, la actora le dirigió una comunicación
al gerente del Hospital, manifestando su aceptación de
reemplazar al auxiliar de caja en su periodo vacacional. Sin
embargo, refiere que se verá precisada a laborar un par de horas
extras diarias y algunos días libres; y que de acuerdo con lo
convenido verbalmente, el trabajo suplementario
compensado en tiempo de descanso (f. 52, cuad. 1).
será
c.-A través de la Resolución 305 del 26 de noviembre de 2003, el
gerente decidió “dar por terminado el nombramiento
provisional”(f.10 y ss, cuad. 2).
Como motivación, se esbozó lo siguiente:
-La facultad discrecional para organizar la planta de personal.
-Como el cargo es de carrera, el nombramiento en provisionalidad
no puede ser superior a 4 meses; y en razón a que no se ha podido
adelantar el concurso, es necesario definir la situación laboral de
la persona que lo regenta.
-Merced a la difícil situación económica, es necesario minimizar
los costos laborales.
Dicha determinación fue comunicada a las 10:25 a.m. de ese
mismo día (f. 13, cuad. 2).
d.- El 29 de noviembre de 2003, un buen numero de ciudadanos
de Tesalia le dirigieron una comunicación al secretario de salud
del departamento del Huila, protestando por el retiro de la
demandante y de acuerdo con su decir, por la persecución política
que venía ejerciendo el gerente (f. 59 y ss, cuad. 1).
e.- Esgrimiendo similar argumentación a la planteada en la
demanda, el 13 de diciembre solicitó la revocatoria directa del
acto acusado (f. 96, cuad. 1).
Por conducto de comunicación calendada el 7 de enero de 2004,
el gerente denegó la petición, considerando que no se reunían los
requisitos establecidos en el artículo 69 del Código Contencioso
Administrativo; porque no se transgredió la Constitución o la ley,
no se desconoció el interés público ni se causó un agravio
injustificado (f. 51, cuad. 1).
f.-El 23 de diciembre de 2003, el gerente contrató los servicios
de Mayra Alejandra Perdomo Bastidas (administradora de
empresas), con el objeto de digitar “[L]A FACTURACIÓN, LA
ELABORACIÓN Y PRESENTACIÓN DE CUENTAS DE COBRO DE LA
PRESTACIÓN DE SERVICIOS REALIZADA AL RÉGIMEN SUBSIDIADO,
CONTRIBUTIVO, PARTICULARES Y VINCULADOS, DE LOS MESES DE
NOVIEMBRE Y DICIEMBRE DE 2003…Y REPORTES DE CUENTAS DE COBRO Y
FACTURACIÓN DE LOS MESES MENCIONADOS PARA EFECTOS CONTABLES”.
De manera expresa se estipuló que los servicios se prestarían
durante el mes de diciembre y el valor de los honorarios fue
pactado en la suma de $ 706.942 (f. 25, cuad. 2).
El 1º de enero de 2004, se suscribió un contrato con similar
objeto, con una duración de 6 meses y por un valor de $
4.241.652 (f.24, cuad. 1).
g.- De acuerdo con la certificación suscrita el 23 de junio de
2005 por la auxiliar administrativa con funciones de pagadora, el
cargo auxiliar administrativo, código 550 fue suprimido de la
planta de cargos de la E.S.E. Hospital Santa Teresa de Tesalia (f.
70, cuad. 2).
h.- Los diferentes testimonios recepcionados, en su orden y en
resumen manifestaron lo siguiente:
Mercedes Mendosa Busto (f. 187, cuad. 1).
Auxiliar de enfermería. 47 años. Compañera de trabajo de Darcy
Milena, a quien conoce hace muchos años.
Refiere, que a pesar de las limitaciones físicas, ella era buena
funcionaria. Laboraba jornadas adicionales y en varias ocasiones
le asignaron las funciones de otros empleados (el cajero, a quien
tuvo que remplazar en unas vacaciones).
Desconoce los motivos de la desvinculación, pero aduce que el
nuevo gerente inició una intensa persecución en su contra:
“[D]esde el primer día que llegó el doctor ROLDÁN Montealegre, se
encontraba DARCY hospitalizada en el hospital de Tesalia “Santa Teresa”,
porque se encontraba enferma de una celulitis en una pierna, el doctor llegó,
la saludó, se presentó, le preguntó quién era ella, qué cargo desempeñaba y
luego le exigió que se tenía que levantar de la cama y que tenía que ir a
desempeñar el cargo, que fuera a hacerle unos papeles que él necesitaba
urgentemente, ella se levantó llorando y se fue a hacerlo lo que él le pedía,
incluso ella se levantó canalizada, es decir tiene una vena cogida por donde le
está pasando el suero; eso fue el primer día, después se le veía esa
persecución, porque se le veía que él desde el primer día quiso sacarla de ahí,
eso se trataba de una persecución política, porque ellos ya tenían otr
candidata, entonces por eso querían sacarla”.
En su remplazo, vincularon por contrato a María Alejandra
Perdomo Bastidas (por contrato) y luego a Ana Violeth Brand
Vidarte, también por contrato.
Alfonso Trujillo (f. 190, cuad. 1).
Celador del Hospital “Santa Teresa”. 57 años. Conoce a Darcy
Milena hace unos 35 años, ya que fueron vecinos y luego
compañeros de trabajo. Da fe de su buen desempeño y de su
discapacidad, destacando que tal condición no le impedía ejercer
su oficio.
En su opinión, el nuevo gerente (amigo del diputado Fabio
Ramírez) la quería aburrir y “[l]e había cogido como bronca…él la ponía a
trabajar de noche porque a mí me consta ya que yo soy el celador y
trabajaba hasta las cinco de la mañana porque el papá venía a llevársela en
carro, otras veces trabajaba por ahí hasta las tres de la madrugada y venía
una moto a llevársela…había veces que le tocaba quedarse y trabajar hasta
por ahí las diez de la noche; también le consta que ella laboraba que ella
laboraba los sábados medio día, porque uno trabajaba el sábado medio día y
ella trabajaba el resto del día y el domingo llegaba a trabajar temprano
porque el doctor ROLDÁN la ejecutaba que tenía que trabajar para sacar
unos papeles, así fue que una vez estaba enferma y del lecho la hizo levantar
para que fuera a trabajar, a mí me consta, porque ella llorando se levantó de
la cama porque ella estaba hospitalizada y el doctor ROLDÁN la hizo
levantar así, hasta con el suero que le estaban poniendo y yo incluso le
pregunté que porqué lloraba y ella me dijo que porqué el médico le había
hecho levantar para que fuera a trabajar… ”.
Escucho que la desvinculación obedeció a motivos políticos, y que
fue sucesivamente reemplazada por otras dos personas de
quienes no recuerda el nombre.
Adriana Maritza Brand (f.192, cuad. 1).
Técnica en secretaría. 30 años. Cuñada de la demandante (por eso
la conoce “hace mucho tiempo”). Le consta que tenía que trabajar
horas extras; que solo puede caminar con muletas, pero que ello
no la impedía desempeñar las funciones de digitación y
facturación.
Aduce que el gerente la persiguió desde el momento en que él
asumió el cargo (estando hospitalizada le exigió que se levantara
a elaborar un informe). En su reemplazo fue vinculada María
Perdomo y en la actualidad ejerce las mismas funciones Ana
Violeth Brand.
El nominador es amigo incondicional del alcalde y del diputado
Fabio Ramírez, quienes en esa época detentaban el poder político
en el municipio. Por rumores, se enteró que éste le dijo a Darcy
que la iba a hacer sacar, y efectivamente lo cumplió.
María de Jesús Guerrero de Garcés (f.194, cuad. 1).
Ama de casa. 63 años. Amiga y vecina de toda la vida de Darcy
Milena. Considera que su trabajo en el Hospital fue “muy eficaz” y
que trabajaba hasta los domingos y festivos.
Con relación a las causas de su desvinculación, adujo:
“[s]egún lo que yo entiendo, para ella hubo persecución, me imagino que
persecución política, porque una vez estando en la plaza de ferias, FABIO
RAMIREZ le dijo a DARCY (sic) que ella se tenía que ir para afuera del
hospital, que él no permitía que ella laborara ahí”. (Hecho, del cual
refiere ser testigo presencial).
“[p]ues yo creo que él (Fabio Ramírez) se valió del poder que él tenía en
ese tiempo, poder político e influencias y los compromisos que tenía con
otras personas para los cargos públicos”.
Dos meses después, el gerente expidió el acto acusado, y en
razón a la injusticia que se cometió, la comunidad protestó
airadamente. Redactaron una comunicación que se le dirigió al
secretario de salud del Huila (la deponente también la firmó).
“[l]os funcionarios del Hospital protestaron por la desvinculación de DARCY
MILENA, lo digo con toda la plena seguridad porque en mi casa hicieron la
reunión para ver cómo organizaban una manifestación pública y luego
tomaron la determinación de llevar las cosas con calma”.
3.- Análisis de fondo.
a.- La “estabilidad reforzada” del personal discapacitado.
Bajo el alero del criterio que por vía jurisprudencial y doctrinal
se ha denominado “discriminación positiva”, en la Carta
Constitucional se le otorga un trato preferencial a varios
sectores de la población, dadas sus especialísimas circunstancias
o particularidades. Ellos son: los niños, las mujeres cabeza de
familia, los miembros de la tercera edad y “los discapacitados”.
Con relación a éstos últimos, es copiosa la normatividad
internacional que regula su protección:
- Declaración Universal de Derechos Humanos1.
-Pactos de Derechos Civiles y Políticos2 y Económicos Sociales y
Culturales3.
-Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre4.
-Convención Americana Sobre Derechos Humanos y de su
Protocolo adicional5.
1
A.G. Res. 217 A (III), ONU Doc. A/810p.71 1948.
2
A.G. Res 2200, 21 ONU Doc. A/6316, 23 de marzo de 1976, Ley 74 de 1968.
3
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales fue adoptado y
abierto a la firma por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 2200 A,
de 16 de diciembre de 1966. Ley 76 de 1968.
4
5
OEA, Res. XXX.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos fue suscrita el 22 de noviembre de
1969 y entró en vigor el 18 de julio de 1978. Ley 16 de 1972. El Protocolo Adicional a la
-Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Contra las Personas con Discapacidad6.
-Convenios 111 y 159 de la Organización Internacional del
Trabajo7.
En junio de 1983 se realizó en Ginebra (Suiza) la sexagésima
novena reunión de la Organización Internacional del Trabajo, en
la cual se aprobó el Convenio 159, relacionado con la readaptación
profesional y el empleo de las personas inválidas (norma, que a su
vez, fue aprobada por la Ley 82 de 1988).
A través de dicho instrumento, los Estados suscriptores se
comprometieron a garantizar el acceso y la permanencia de los
discapacitados en un empleo, y a coadyuvar en su readaptación y
desarrollo8.
En el ámbito nacional, es pertinente resaltar que el Congreso de
la República expidió la Ley 361 de 1997 “Por la cual se establecen
mecanismos de integración social de las personas con
limitación…”, cuyo artículo 26 prohíbe desvincular o terminar el
Convención Americana o Pacto de San Salvador se suscribió el 17 de noviembre de 1988 –
Ley 319 de 1996, Sentencia C-251 de 1997 M.P. Alejandro Martínez Caballero-.
6
La Convención Interamericana Para la Eliminación de todas las Formas de Discapacidad
suscrita en la ciudad de Guatemala, Guatemala, el 7 de junio de 1999, fue aprobada
mediante la Ley 762 de 2002 y declarada conforme con la Carta Política en los términos de
la Sentencia C-401 de 2003 M.P. Alvaro Tafur Galvis.
7
Los Convenios 111 y 159 de la OIT relativos a la Discriminación en Materia de Empleo y
Ocupación y Readaptación Profesional de Personas Inválidas fueron aprobados por las
Asambleas de la OIT congregadas el 4 junio 1958 y el 1° de junio de 1983, en las
cuadragésima segunda y sexagésima reuniones y aprobados mediante las Leyes 22 de 1967 y
82 de 1988 respectivamente.
8
ARTICULO 1o. 1. A los efectos del presente convenio, se entiende por "persona inválida"
toda personas cuyas posibilidades de obtener y conservar un empleo adecuado y de
progresar en el mismo queden substancialmente reducidas a causa de una deficiencia de
carácter físico o mental debidamente reconocida.
2. A los efectos del presente Convenio, todo Miembro deberá considerar que la finalidad de
la readaptación profesional es la de permitir que la persona inválida obtenga y conserve un
empleo adecuado y progrese en el mismo, y que se promueva así la integración o la
reintegración de esta persona en la sociedad.
3. Todo Miembro aplicará las disposiciones de este Convenio mediante medidas apropiadas a
las condiciones nacionales y conformes con la práctica nacional.
4. Las disposiciones del presente Convenio serán aplicables a todas las categorías de
personas inválidas.
contrato de trabajo de un discapacitado, sin contar con la
autorización previa de la Oficina del Trabajo:
“[E]n ningún caso la limitación de una persona, podrá ser motivo para
obstaculizar una vinculación laboral, a menos que dicha limitación sea
claramente demostrada como incompatible e insuperable en el cargo que se
va a desempeñar. Así mismo, ninguna persona limitada podrá ser despedida o
su contrato terminado por razón de la limitación, salvo que medie
autorización de la oficina del Trabajo”
“No obstante, quienes fueron despedidos o su contrato terminado por razón
de su limitación, sin el cumplimiento del requisito previsto en el inciso
anterior, tendrán derecho a una indemnización equivalente a ciento ochenta
días de salario, sin perjuicio de las demás prestaciones e indemnizaciones a
que hubiere lugar de acuerdo con el Código Sustantivo del Trabajo y demás
normas que lo modifiquen, adicionen, complementen o aclaren”
De acuerdo con el parecer de la H. Corte Constitucional, en la
referida preceptiva se consagra el principio de estabilidad
reforzada, y la misma se circunscribe dentro de los principios
superiores. Resaltando, que cuando el vínculo laboral se rompe sin
recurrir a la autoridad administrativa del trabajo; se desconoce
el debido proceso, lo cual, da lugar al pago de la indemnización;
pero no le otorga eficacia jurídica al despido o a la terminación
del contrato:
“[C]omo se puede observar en el texto legal aludido, son varios los
contenidos normativos mediante los cuales se pretende impedir que la
discapacidad de una persona constituya impedimento para el acceso a una
vinculación laboral o una causal de retiro del trabajo. Interesan en este
estudio, exclusivamente, los segmentos demandados por el actor, según los
cuales: i.) ninguna persona limitada podrá ser despedida o su contrato
terminado por razón de su limitación, salvo que medie autorización de la
oficina de trabajo y ii.) el que ordena el reconocimiento de una
indemnización para la persona limitada en el evento de ser despedida o su
contrato de trabajo terminado, por razón de su limitación, y sin la obtención
de dicho permiso.
(…)
“…resulta exigible al patrono que adelante una actuación previa al despido
del trabajador discapacitado, ajustada a los principios establecidos en el
artículo 29 de la Constitución Política sobre el debido proceso y defensa, en
razón del carácter sancionatorio de la medida, permitiendo a las partes
participar activamente en la presentación y contradicción de las pruebas,
con publicidad de los actos y decisiones, así como en la práctica y valoración
de las mismas bajo los principios de la sana crítica, como así se indicó en la
Sentencia C-710 de 19969, a propósito del despido con justa causa de la
trabajadora embarazada”.
(…)
“…la verdadera naturaleza de la indemnización que allí se plantea enerva el
argumento de la inconstitucionalidad de la disposición legal, por cuanto dicha
indemnización presenta un carácter sancionatorio y suplementario pero que
no otorga eficacia jurídica al despido o a la terminación del contrato de la
persona con limitación, sin previa autorización de la oficina de Trabajo”10.
A su turno, el artículo 12 de la Ley 790 de 2002, “Por la cual se
expiden disposiciones para adelantar el programa de renovación
de la administración pública…”, dispuso que “[n]o podrán ser retirados
del servicio en desarrollo del programa de Renovación de la Administración
Pública las madres cabeza de familia sin alternativa económica, las personas
con limitación física, mental, visual o auditiva, y los servidores que cumplan
con la totalidad de los requisitos, edad y tiempo de servicio para disfrutar
de su pensión de jubilación o de vejez en el término de tres (3) años
contados a partir de la promulgación de la presente ley”.
Al declarar la exequibilidad de dicha disposición, el Tribunal
Constitucional hizo las siguientes precisiones:
“[l]a protección especial a que tienen derecho las personas con discapacidad
no se reduce - como lo entiende el actor- a la prestación de los servicios de
salud, sino que comporta el deber del Estado de propender por su plena
integración (art. 47 C.P.) en particular en la vida laboral en condiciones que
atiendan su situación, respetando su dignidad y valorando la contribución
que ellos pueda hacer a la sociedad (art. 54 C.P.)”.
“Dicha protección que implica en este caso según la norma en la que se
contienen las expresiones acusadas, la imposibilidad para la administración
de desvincular
en desarrollo del programa de renovación de la
administración pública, entre otras personas, a aquellas con limitación física,
mental, visual o auditiva, lejos de significar la vulneración del artículo 13
superior responde claramente a sus mandatos”.
9
M.P. Dr. Jorge Arango Mejía.
Esta preceptiva fue declarada exequible por la H. Corte Constitucional. Sentencia C-531
del 5 de mayo de 2000. M.P. Dr. Álvaro Tafur Galvis.
10
“Como se hizo amplia mención en los apartes preliminares de esta sentencia
la protección especial que se brinda a estas personas no contradice sino que
atiende y desarrolla dicho texto superior, que no establece una igualdad
formal sino que pretende asegurar la igualdad material y la vigencia de un
orden justo a través, entre otras cosas, de acciones afirmativas que
contrarresten los efectos de la discriminación de que han sido objeto
determinados grupos sociales, a la vez que protejan particularmente
aquellas personas que por su condición económica física o mental se
encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta”11.
“Ahora bien, la Corte llama la atención sobre el hecho que el artículo 25
constitucional debe interpretarse en concordancia con el artículo 13
superior pues la protección del trabajo en condiciones dignas y justas
a que éste alude comporta necesariamente para el caso de las
personas con algún tipo de discapacidad el respeto de la estabilidad
laboral reforzada12 a que de manera reiterada se ha hecho referencia
por la jurisprudencia de esta Corporación y que se basa en el mandato
de protección especial que este contiene”.
11
“Al respecto ha dicho la Corte que “Una de las bases del Estado Social de Derecho es la
consagración del principio de igualdad material, es decir, de igualdad real y efectiva, como
expresión del designio del poder público de eliminar o reducir las condiciones de inequidad y
marginación de las personas o los grupos sociales y lograr unas condiciones de vida acordes
con la dignidad del ser humano (Art. 1º de la Constitución) y un orden político, económico y
social justo (preámbulo ibídem). Dicho principio está previsto en forma general en el mismo
Art. 13, inciso 2º, superior, en virtud del cual “el Estado promoverá las condiciones para que
la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o
marginados.
“El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica,
física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los
abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.
El mismo principio está contemplado en forma particular en varias disposiciones superiores,
conforme a las cuales, entre otras, “el Estado apoyará de manera especial a la mujer cabeza
de familia” (Art. 43, inciso 2º), “la familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de
asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio
pleno de sus derechos” (Art. 44, inciso 2º), “el adolescente tiene derecho a la protección y a
la formación integral” (Art. 45, inciso 1º), “el Estado, la sociedad y la familia concurrirán
para la protección y la asistencia de las personas de la tercera edad y promoverán su
integración a la vida activa y comunitaria. El Estado les garantizará los servicios de la
seguridad social integral y el subsidio alimentario en caso de indigencia” (Art. 46), “el
Estado adelantará una política de previsión, rehabilitación e integración social para los
disminuidos físicos, sensoriales y síquicos, a quienes se prestará la atención especializada
que requieran” (Art. 47), y el estatuto legal del trabajo tendrá en cuenta, entre otros
principios, la “protección especial a la mujer, a la maternidad y al trabajador menor de
edad”. Sentencia C-044/04 M.P. Jaime Araujo Rentería”.
12
Ver al respecto, entre otras, las sentencias T-441/93 M.P. José Gregorio Hernández
Galindo, C-470/97 M.P. Alejandro Martínez Caballero, C-531/00 M.P. Álvaro Tafur Galvis,
T-1040/01 M.P. Rodrigo Escobar Gil a que se hizo referencia en los apartes preliminares de
esta sentencia.
“Así las cosas, para la Corte es evidente que para respetar
precisamente los referidos mandatos superiores en el caso de la
aplicación de un programa de renovación de la administración pública en
el que se incluye la desvinculación de servidores públicos, se hacía
necesario asegurar la protección de, entre otras, las personas con
limitación física, mental, visual o auditiva, a través de medidas como la
que el actor acusa”13.
Al abordar el análisis de un asunto en el cual se suprimió el
cargo de “promotora de salud de la E.S.E. Hospital
Universitario” de Soatá (regentado por una discapacitada a
quien se le dio la oportunidad de optar por la incorporación a
un empleo equivalente o recibir la indemnización legal, la
cual, efectivamente recibió); la H. Corte Constitucional
amparó sus derechos fundamentales a la vida en condiciones
dignas, a la igualdad, al trabajo y al debido proceso;
considerando que antes de desvincularla debieron contar con
la autorización de la oficina del trabajo y valorar si sus
condiciones físicas le permitían conservar el empleo. Entre
otras decisiones, ordenó reconocerle la indemnización
prevista en el artículo 26 de la Ley 361 de 1997; “[s]in perjuicio
de la indemnización ya reconocida, por su desvinculación de un cargo de
carrera y de las demás prestaciones e indemnizaciones, que llegaren a
ordenarse por la jurisdicción de lo contencioso administrativo, si a ello
hubiere lugar”:
“[C]omo lo revelan los antecedentes, el 25 de enero de 2005, el Gerente de
la E.S.E. Hospital San Antonio de Soatá comunicó a la señora Luz Lendi
Figueroa Barón, quien ejercía el cargo de Promotora de Salud de la entidad,
la supresión del cargo, a la vez que le puso de presente su derecho i) de
optar por ser incorporada a un empleo equivalente, conforme las condiciones
anotadas en el escrito, dada su vinculación a la carrera administrativa o ii)
hacerse acreedora a la indemnización, que la servidora a la postre recibió”.
(…)
“De manera que la protección invocada habrá de concederse, porque tal
como lo dispone el artículo 26 de la Ley de 1997, el Gerente de la E.S.E.
accionada no podía desvincular a la actora sin la necesaria autorización de la
“oficina de trabajo” y no le era dable solicitar el permiso sin contar con la
13
Corte Constitucional. Sentencia C-174 del 2 de marzo de 2004. M.P. Dr. Álvaro Tafur
Galvis.
previa valoración de las condiciones de salud de la afectada, frente a su
deber de agotar la posibilidad de permitirle a la misma conservar su empleo,
atendiendo a las condiciones de su estado, sin que para el efecto cuente el
carácter de la vinculación –artículos 9°, 53, 54 y 93 C.P.-.”.
“Esto porque son distintas las previsiones constitucionales que imponen al
Estado el deber de participar activamente en la rehabilitación e integración
social de las personas afectadas con toda clase de limitaciones, de aquellas
que señalan la obligación de la administración de atender al mérito, como
factor de permanencia en los empleos en los órganos y entidades del Estado
–artículos 13, 47 y 125 C.P”14.
b.-El caso concreto.
Está debidamente acreditado que Darcy Milena Castro tomó
posesión del cargo de auxiliar administrativo, código 550 de la
E.S.E. Hospital San Antonio de Tesalia el 23 de noviembre de
2001, y que años antes de su vinculación fue afectada por la
enfermedad “guillan barre”; cuyas secuelas le generaron una
limitación para movilizarse sin la ayuda de muletas; causándole
una “deficiencia”, “discapacidad” y “minusvalía” ponderadas en el
57.15% de invalidez.
De igual manera, esta probado que el gerente de la entidad dio
por terminado el nombramiento a través de la resolución 305 del
26 de noviembre de 2003. Determinación que se fundamentó en
el ejercicio de la facultad discrecional para organizar la planta de
personal, en las limitaciones financieras y en la imposibilidad
legal de que el nombramiento excediera cuatro meses de
duración.
En la medida en que la actora ingresó al cargo sin que mediara un
concurso de méritos, es menester colegir que el nombramiento
era en mera provisionalidad; y a pesar de que fungió en el mismo
durante más de dos años, dicha circunstancia no le otorgaba
derechos de carrera, ni le confería fuero de inamovilidad15.
14
Corte Constitucional. Fallo del 6 de julio de 2006. Referencia: expediente T-1291305. Luz
Lendy Figueroa Bahamón vs E.S.E. Hospital San Antonio de Soatá. M.P. Dr. Álvaro Tafur
Galvis.
15
Consejo de Estado. Sección Segunda. Subsección A. Sentencia del 30 de noviembre 2006.
De acuerdo con la reiterada jurisprudencia contencioso
administrativa, el empleado nombrado en provisionalidad puede
ser desvinculado en cualquier momento de manera discrecional;
pero si el afectado considera que el acto es ilegal, está asistido
del legítimo derecho a enervarlo judicialmente:
“[E]l empleado nombrado en provisionalidad no goza de ningún fuero de
estabilidad y puede ser retirado sin motivación alguna si no ofrece
suficiente garantía de prestación de buen servicio. Si aún no puede
proveerse el cargo por concurso se puede designar al reemplazante
nuevamente en provisionalidad”.
“La permanencia en el cargo del empleado provisional por encima del término
previsto en la ley no le genera ningún derecho de inamovilidad, ni el
nominador adquiere la obligación de motivar el acto pues estas
circunstancias no pueden modificar la condición legal de provisionalidad”.
“De acuerdo con lo anterior no puede la demandante reclamar fuero de
estabilidad alguno, toda vez que la designación hecha en provisionalidad
tiene lugar en forma discrecional y, por ello, su remoción puede efectuarse
de la misma manera”.
“Sin embargo como los provisionales no están exentos de ser removidos a
través del ejercicio irregular de la facultad nominadora, pueden demandar el
acto de remoción pues las causales de nulidad afectan tanto los actos de
remoción del personal de carrera como los de aquellos carentes de
estabilidad” 16.
Como
se indicara en el acápite anterior, la condición de
discapacidad de la demandante le otorgaba la denominada
“estabilidad reforzada”; y a pesar de que su nombramiento era en
provisionalidad, el nominador no podía prescindir de sus servicios
sin obtener el correspondiente permiso de la autoridad del
trabajo; tal como lo prescribe el tantas veces mencionado
artículo 26 de la Ley 361 de 1997.
Radicación número: 27001-23-31-000-2000-00666-01(5719-05). C.P. Dra. Ana Margarita
Olaya Forero.
16
Consejo de Estado. Sección Segunda. Subsección B. Sentencia del 15 de marzo de 2007.
Radicación número: 08001-23-31-000-2002-01191-01(9572-05). C.P. Dr. Jesús María Lemos
Bustamante.
En la medida en que el ente territorial omitió este trámite,
desconoció el debido proceso, el derecho de defensa y soslayó el
tratamiento preferencial que por mandato Constitucional se le
debe prodigar el Estado a las personas, que como ella, se
encuentran en una situación de debilidad manifiesta. Siendo del
caso resaltar, que para establecer la discapacidad, no se requiere
una calificación previa o que la misma se haya adquirido en
desarrollo de la actividad laboral17.
No obstante que dicho argumento no fue esbozado en el libelo
introductorio, es pertinente recordar, que la H. Corte
Constitucional declaró condicionalmente exequible el artículo
137-4º del Código Contencioso Administrativo, “bajo la condición”
de que cuando el juez administrativo advierta la violación de un
derecho fundamental, debe proceder a su protección, aunque el
actor no haya cumplido con el requisito de señalar las normas
violadas y el concepto de la violación18.
Con relación a los fundamentos en que se soportó el nominador
(crisis financiera de la entidad e imposibilidad legal de que el
nombramiento superara cuatro meses de duración), es del caso
precisar lo siguiente:
-Merced
al
principio
de
“estabilidad
reforzada”,
jurisprudencialmente se ha aceptado que cuando se prescinde de
los servicios de un discapacitado, le corresponde a la
administración acreditar los motivos que sirvieron de soporte
para adoptar dicha determinación. Incluso, en los cargos de libre
nombramiento y remoción:
“[e]n anteriores ocasiones, esta Corporación también señaló que, debido al
especial cuidado que la Carta ordena en favor de los minusválidos (CP art.
54), estas personas gozan de una estabilidad laboral superior, la cual se
proyecta incluso en los casos de funcionarios de libre nombramiento y
remoción. En efecto, la Corte estableció que había una inversión de la carga
de la prueba cuando la constitucionalidad de una medida administrativa sea
17
Corte Constitucional. Sentencia T-1038 del 4 de diciembre de 2007. C.P. Dr. Humberto
Antonio Sierra Porto.
18
Corte Constitucional. Sentencia C-197 del 7 de abril de 1999. M.P. Dr. Antonio Barrera
Carbonell.
cuestionada por afectar los derechos fundamentales de los minusválidos,
por lo cual, en tales eventos “es a la administración a quien corresponde
demostrar porqué la circunstancia o condición de desventaja de la persona
protegida por el Estado no ha sido desconocida como consecuencia de su
decisión19”.
En el sub lite, la entidad se limitó a descorrer formalmente el
traslado de la demanda, sin mencionar las dificultades
económicas y el impacto financiero del cargo que desempeñaba la
accionante. Mucho menos, aportar un medio de convicción que
corroborara ese aspecto de la motivación del acto acusado.
-Con base en la declaratoria de inconstitucionalidad de las
disposiciones que regulaban las Comisiones Seccionales del
Servicio Civil (consagradas en la Ley 443 de 1998)20, no fue
posible que en las entidades territoriales se realizaran concursos
para proveer las vacancias; de contera, la limitación temporal de
los nombramientos provisionales estaba exceptuada. Por ende, no
era ilegal que la demandante permaneciera en su cargo hasta que
éste fuera provisto por mérito.
En ese orden de ideas, es menester declarar la nulidad de la
Resolución 305 del 26 de noviembre de 2003, y a titulo de
restablecimiento del derecho se ordenará el pago de la
indemnización consagrada en el artículo 26 de la Ley 361 de 1997
(180 días del salario percibido en la anualidad 2003).
Como la demandante desempeñaba el empleo en provisionalidad,
se ordenará su reintegro al cargo de “auxiliar administrativo,
código 550” de la Empresa Social del Estado Hospital “Santa
Teresa” del municipio de Tesalia- Huila, siempre que dicho empleo
no se hubiera suprimido o se hubiera provisto en propiedad; es
decir, precedido de un concurso de méritos.
19
Sentencia T-470 del 25 de septiembre de 1997. M.P. Alejandro Martínez Caballero. Ver
igualmente sentencias T-427 de 1992. MP Eduardo Cifuentes Muñoz y T-441 de 1993. MP
José Gregorio Hernández Galindo.
20
Sentencias C-368 y C-372 de 1999.
De igual manera, se ordena el pago de los salarios, primas,
vacaciones y prestaciones sociales dejados de percibir desde el
momento de su desvinculación (26 de noviembre de 2003), hasta
la fecha en que se produzca su reintegro. En el evento de que ello
no fuere posible (por supresión del cargo o porque actualmente lo
regenta una persona que accedió al mismo por concurso), la
indemnización se liquidará hasta el momento en que ocurriera lo
primero.
Las sumas resultantes serán actualizadas de conformidad con las
prescripciones establecidas en el artículo 178 del Código
Contencioso Administrativo, para lo cual, se aplicará la fórmula
de matemáticas financieras adoptada por esta jurisdicción.
4.- Decisión.
Por lo anteriormente expuesto, el Tribunal Contencioso
Administrativo del Huila, administrando justicia en nombre de la
República de Colombia y por autoridad de la ley,
F A L L A:
PRIMERO.-Declarar la nulidad de la Resolución 305 del 26 de
noviembre de 2003, expedida por el gerente de la E.S.E. Hospital
Santa Teresa de Tesalia – Huila, por medio de la cual se terminó
el nombramiento provisional del cargo que desempeñaba Darcy
Milena Castro Vargas.
A titulo de restablecimiento del derecho, se ordena:
a.- El pago de la indemnización consagrada en el artículo 26 de la
Ley 361 de 1997; esto es, 180 días del salario percibido en la
anualidad 2003; que será actualizada multiplicando dicho valor
por el resultado que resulte de dividir el índice final de precios al
consumidor, vigente en la fecha de ejecutoria de esta
providencia y el índice de precios al consumidor, vigente en la
fecha de desvinculación de la actora (26 de noviembre de 2003).
b.- El reintegro al cargo de “auxiliar administrativo, código 550”
de la Empresa Social del Estado Hospital “Santa Teresa” del
municipio de Tesalia- Huila, siempre que dicho empleo no se
hubiera suprimido o se hubiera provisto en propiedad; es decir,
precedido de un concurso de méritos.
c.- El pago de los salarios, primas, vacaciones y prestaciones
sociales dejadas de percibir desde el momento de su
desvinculación (26 de noviembre de 2003), hasta la fecha en que
se produzca su reintegro. En el evento de que ello no fuere
posible (por supresión del cargo o porque actualmente lo regenta
una persona que accedió al mismo por concurso), la indemnización
se liquidará hasta el momento en que ocurriera lo primero.
Dicha suma, será actualizada multiplicando por el valor que
resulte de dividir el índice final de precios al consumidor,
certificado por el DANE y que se encuentre vigente en la fecha
de ejecutoria de esta providencia y el índice de precios al
consumidor, certificado por el DANE y vigente en la fecha en que
se lleve a cabo el reintegro. De no ser posible, se tomará la de la
supresión del cargo o aquella en que se hubiera efectuado el
nombramiento en propiedad (lo que ocurriera primero).
SEGUNDO.- Denegar las demás suplicas de la demanda.
TERCERO.- Con el fin de que se le dé cumplimiento a los
preceptos contenidos en los artículos 176 y 177 del Código
Contencioso Administrativo, expídanse las copias de la sentencia,
con la constancia de su ejecutoria y con destino a la E.S.E.
Hospital Santa Teresa de Tesalía – Huila, a la parte actora y al
Ministerio Público, con las constancias previstas en el artículo 115
del C.P.C.
CUARTO.-Aceptar la renuncia del poder presentada por el
abogado Enrique Omar Peña Peña, identificado con la C.C.
79.286.342 y titular de la T.P. 51.858 del Consejo Superior de la
Judicatura.
Reconocer al abogado John William Polanía Barreiro, identificado
con la C.C. 12.126.098 y titular de la T.P. 138.850 del Consejo
Superior de la Judicatura.
Notifíquese.
RAMIRO APONTE PINO
Magistrado
ENRIQUE DUSSAN CABRERA
Magistrado
JORGE AUGUSTO CORREDOR RODRÍGUEZ
Magistrado
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