En 1936 empezó la primera guerra civil española que supuso una tragedia que marco a varias generaciones. Después de la guerra se instauro el régimen dictatorial de Franco que empezó en 1939. En los años 40 predominaron la literatura Arriagada y desarraigada de posguerra. • En la Literatura arraigada: predomina la intimidad y la omisión de cualquier referencia al dramatismo histórico de la postguerra: es una literatura anclada en los valores patrios. • Y la Literatura desarraigada: Creó un estilo de tintes tremendistas: un reflejo de la desolación y la brutalidad de la España de posguerra. Desde los años 30 hasta los 50, el teatro se vio afectado por el conflicto bélico y la 2 guerra mundial ya que dejaron aislada a España de los movimientos teatrales que se cultivaron como respuesta contemporánea a aquellos sucesos. El teatro de postguerra es un teatro entendido como espectáculo de entretenimiento y ocio para la burguesía, es conservador y es transmisor de los ideales que sustentan al régimen franquista. En los últimos años de la dictadura surgieron diversas compañías teatrales que cambiaron de modo radical el mundo del teatro en nuestro país. La muerte del dictador en 1975 dio paso a una etapa, la llamada Transición, de progresiva apertura, consolidación de las libertades civiles y suspensión de la censura. El teatro dejó de ser un campo de batalla ideológico. La generación del 36 o también llamada generación de posguerra recoge a los escritores nacidos entre 1910 y 1920 que se reformaron en los ambientes universitarios y culturales de la Dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República. Buero Vallejo nació en Guadalajara el 29 de septiembre de 1916 y murió el 29 de abril de 2000 fue el dramaturgo español más relevante de la segunda mitad de siglo XX. Acabado el conflicto bélico, sufrió las represalias de los nacionalistas: fue apresado en mayo de 1939 y condenado a muerte por Adhesión a la rebelión, sin embargo, la condena fue conmutada por la de reclusión mayor de treinta años. En la prisión, coincidió con Miguel Hernández, a quien retrato. Fue puesto en libertad condicional años después, fue cambiando su dedicación a la pintura y al dibujo por el teatro. Ingresó en la RAE en 1972. Y en 1986 Recibió el Premio Cervantes. El asesinato de su padre y su reclusión en penales franquistas marcaron su personalidad y su carácter. Las características de su teatro se caracterizaron por: - El uso de lenguaje escénico simbólico que sirve de denuncia. Ambientación sórdida y degradada. Personajes frustrados y sin futuro. Referencias al pacto de silencio social. Y el teatro histórico desde que se analiza la realidad presente del espectador. Sus tendencias fueron: - Las tragedias de la época. Como En la obra Un Soñador para un pueblo. Piezas de tono mas claramente simbólico y poético. Un ejemplo es El tragaluz. Y Dramas de raíz costumbrista y realista con un contenido social. Con su obra Historia de una escalera de la cual hoy hablare. En 1948 Buero presentó al premio Lope de Vega, Historia de una escalera, obra con la que lo ganó. La obra, con apariencia de comedia, presenta la vida de un vecindario humilde en una escalera de vecindad. Nunca se indican ni la fecha exacta de la acción ni la ciudad en la que sucede; pero hay datos suficientes para que se pueda deducir que se trata de Madrid, y de la vida durante los cuarenta años que preceden a su escritura. La obra consta de 18 personajes cuyo protagonista es la propia comunidad de vecinos. Los personajes activos se clasifican en: Activos: se clasifican en dos subgrupos Progresistas que son los Idealistas, abnegados y optimistas que Actúan en beneficio de la humanidad. Se enfrentan a la sociedad y a los demás con la teoría y la dialéctiva y los represores que son Sien escrúpulos: Actúan por egoísmo o por interés. Llegan a ser agresivos. Contemplativos: Viven más angustiados, en un mundo sin esperanza. El estilo de la obra es: • Efecto de verosimilitud y decoro lingüístico. • Sobriedad y sencillez de los diálogos. • Lenguaje claro, llano, modesto, sencillo y espontáneo, con los rasgos propios del coloquio popular e informal. • Domina un registro familiar y coloquial. • La recurrencia, parece que se continúan diálogos comenzados en un acto anterior. • Repetición tanto de los temas tratados en los diálogos y su evolución personal. Es innegable la deuda de esta obra con el género popular del sainete. Del sainete toma el autor la ambientación, el lenguaje, las situaciones típicas y el carácter arquetípico de los personajes. Sin embargo, Buero Vallejo supera el modelo del sainete, haciendo que muchos de los personajes trasciendan lo arquetípico y destaquen lo individual para convertirse en personajes de tragedia. El propio autor ha considerado esta obra como una tragedia “Porque la vida entera y verdadera es siempre a mi juicio, trágica”. No obstante la tragedia descarta la esperanza y lo que parece un final cerrado nunca lo es.