EL SUJETO 1. CONCORDANCIA DEL SUJETO CON EL VERBO El verbo es lo primero que debemos buscar en una oración. ¿Por qué? Nos dirá cuál es el sujeto, porque al cambiar de persona y número uno de los dos, el otro también cambia. Esta regla, llamada de la concordancia, también sirve cuando el sujeto está omitido o elíptico: (Yo) He realizado el trabajo con mucho cuidado. (Tú) Has realizado el trabajo con mucho cuidado. (Él/Ella/Usted) Ha realizado el trabajo con mucho cuidado. (Nosotros/Nosotras) Hemos realizado el trabajo con mucho cuidado. (Vosotros/Vosotras) Habéis realizado el trabajo con mucho cuidado. (Ellos/Ellas/Ustedes) Han realizado el trabajo con mucho cuidado. (Como podéis observar, con “usted, ustedes” las formas verbales son de tercera persona, aunque nos estemos refiriendo a una segunda persona). Veamos algunas oraciones donde reconocemos el sujeto gracias a la concordancia en persona y número con el verbo: a) Me gusta el helado de chocolate / Me gustan los helados de chocolate. b) Ha subido el precio / Han subido los precios. c) La corriente ha cerrado la puerta / Las corrientes han cerrado la puerta. d) Surgió un problema / Surgieron unos problemas. e) Esta mañana, un desconocido rondaba la casa / Esta mañana, unos desconocidos rondaban la casa. f) Este mes, ha caído una tormenta / Este mes, han caído algunas tormentas. g) El día ha amanecido nublado / Los días han amanecido nublados. h) Aquel invierno transcurría monótono / Aquellos inviernos transcurrían monótonos. De los ejemplos anteriores, sacamos algunas conclusiones: 1. El sujeto siempre será un sintagma nominal (SN), igual que el predicado siempre será un sintagma verbal (SV). Por eso, en “Me gusta el helado de chocolate”, el sujeto no puede ser “A mí”, porque es un sintagma preposicional (SP) y porque es primera persona, cuando el verbo está en tercera. Además, si la forma verbal “gustan” es plural, “mí” sigue estando en singular. Es verdad que alguna vez, de manera poco habitual, podemos encontrar un sujeto en forma de SP: a) Entre nosotros/nosotras hicimos el trabajo. b) Entre vosotros/vosotras hicisteis el trabajo. c) Entre ellos/ellas/ustedes hicieron el trabajo. Sin embargo, se trata de sujetos que pueden cambiarse por un SN, eliminando la preposición: a) Nosotros/Nosotras hicimos el trabajo. b) Vosotros/Vosotras hicisteis el trabajo. c) Ellos/Ellas/Ustedes hicieron el trabajo. 2. El sujeto no necesariamente tiene que ir al comienzo de la oración. Puede estar al final o en medio, dividiendo al predicado en dos partes. De todos modos, el sujeto tiene un orden bastante flexible en la oración. ¿Qué quiere decir esto? Que muchas veces se podrá cambiar de lugar. 3. El sujeto no tiene por qué ser una persona, ni siquiera un ser animado. Esto, que es lo más frecuente, ocurre con la mayoría de verbos, los de acción (cantar, saltar, caminar, comer, escribir…). En cambio, existen otros verbos, los que indican un proceso físico y natural, que no necesariamente piden un sujeto animado: a) El agua hierve a una alta temperatura. b) La lluvia caía con suavidad sobre el campo. c) Los días amanecían espléndidos. En otras ocasiones, el sujeto sí es humano, animal o vegetal, pero el proceso que les afecta, como cualquier proceso natural, no lo pueden realizar voluntariamente: a) El niño crece muy rápido. b) Mi compañera se ha puesto enferma. c) El perro dormía en el porche. En resumen, lo que debéis tener siempre en cuenta es la regla de la concordancia entre sujeto y verbo. No sirve preguntar a este ¿Qué?, porque a veces el verbo nos engañará y nos contestará con el CD. ¿Quién? o ¿Quiénes? sí sirven, pero solamente cuando el sujeto sea una persona. 2. SUJETO ELÍPTICO U OMITIDO Y ORACIONES IMPERSONALES El sujeto elíptico u omitido es bastante frecuente en nuestra lengua, ya que las terminaciones verbales nos permiten saber –por la persona y el número– de qué sujeto se trata. Por otra parte, existen algunos verbos (o ciertos significados de algunos verbos) que no pueden llevar sujeto (ni siquiera elíptico). Son los llamados “verbos impersonales” (o significados impersonales de algunos verbos). Los más frecuentes son a) Verbos que indican fenómenos de la Naturaleza (llover, nevar, granizar, tronar, relampaguear, amanecer, atardecer, anochecer, helar…). b) El verbo “haber” como verbo independiente, no como auxiliar de una forma verbal compuesta (“He salido”): “Había una persona / Había cinco personas” (no “Habían cinco personas”). c) El verbo “hacer” con el significado de “haber transcurrido un tiempo” (“Hace dos días…”). d) El verbo ser en expresiones como “Es de día”, “Es tarde”, “Es lunes”… EL COMPLEMENTO DIRECTO Y EL COMPLEMENTO INDIRECTO 1. ¿CÓMO RECONOCER AMBOS COMPLEMENTOS? El complemento directo (CD) y el complemento indirecto (CI) se reconocen porque se pueden cambiar por uno de estos pronombres: CD CI lo, la, los, las le (se), les (se) ¿Qué quiere decir el “se” entre paréntesis? Cuando ambos complementos están ya sustituidos por uno de los pronombres de arriba, el CI pasa de “le, les” a se: a) Le comuniqué la noticia / Se la comuniqué. b) Les comuniqué la noticia / Se la comuniqué. Como podéis observar, el pronombre “se” vale para singular y plural. 2. ¿QUÉ OCURRE SI EL CD SE REFIERE A PRIMERA O A SEGUNDA PERSONA? Sin embargo, ¿qué ocurre si el CD o el CI no se refieren a tercera persona, sino a primera o segunda? a) Me comunicó la noticia. b) Te comunicó la noticia. c) Nos comunicó la noticia. d) Os comunicó la noticia. Aparte de que ya tenemos un CD en la oración (“la noticia”), y no podemos tener otro, sabemos que “me, te, nos, os” cumplen la función de CI en las oraciones anteriores (en otras, podrían ser directos). ¿Por qué lo sabemos? Muy fácil: cambiamos la oración a tercera persona: Le comuniqué la noticia / Les comuniqué la noticia. Como “le, les” funcionan como CI, “me, te, nos, os” también lo son en estas oraciones que hemos puesto de ejemplo. Reconocer ambos complementos, como habéis visto, es muy fácil. Tenemos que comprobar por qué pronombre personal podemos cambiar todo el sintagma: a) Escucha los consejos a tu amigo. b) Escúchalos a tu amigo. c) Escúchale los consejos. d) Escúchaselos. Otras veces, ya nos los encontraremos sustituidos (como en los ejemplos de arriba). En tercer lugar, también cabe la posibilidad de que estos complementos estén repetidos en la oración, en forma plena y en forma de pronombre: Me comunicó a mí la noticia. 3. EL LEÍSMO PERMITIDO POR LA RAE ¡La única excepción! Algunas veces, el pronombre “le” se comporta de CD, no de CI. Esto sucederá cuando se refiera a un CD de persona masculino singular: Vi a Juan / Lo vi / Le vi. Este uso, aceptado por la RAE, se conoce como un caso de leísmo permitido. 4. TRANSFORMACIÓN DE LA ORACIÓN ACTIVA EN PASIVA Con lo que he explicado arriba, basta para identificar ambos complementos. De todos modos, existe otra manera para diferenciarlos. Intentamos transformar la oración a pasiva. Si podemos, el CD de la oración activa pasa a funcionar de sujeto paciente en la pasiva: El carpintero fabrica los muebles / Los muebles son fabricados por el carpintero. Lo que era sujeto agente en la activa pasa al final en la pasiva, y además se le añade la preposición “por”. Este sujeto agente se ha convertido en complemento agente, que no es obligatorio. Con el CI, este cambio a pasiva no se puede realizar: a) He entregado el justificante al profesor. b) El justificante ha sido entregado al profesor (por mí: no es obligatorio). c) El profesor ha sido entregado el justificante (por mí). Evidentemente, esta última oración carece de sentido. 5. OTRAS CUESTIONES RELACIONADAS CON EL CD Y EL CI 1. El CD puede referirse a persona o a cosa. En el primer caso, será un SP que comenzará con la preposición “a”. En el segundo, siempre adoptará la forma de SN: a) He visto un coche. b) He visto a Luis. 2. No preguntéis ¿Qué? al CD ni ¿A quién(es)? al CI. A veces, estas preguntas os engañarán y os darán el sujeto, el CD de persona (en lugar del CI)… El truco de las preguntas no sirve. Tenéis que cambiarlos por los pronombres adecuados, como hemos explicado arriba. 3. El CD y el CI solamente pueden aparecer una vez en la oración (aunque el mismo complemento puede aparecer repetido). Si el verbo y la oración los exigen (y, por lo tanto, están en ella), no se pueden eliminar, son complementos obligatorios e imprescindibles para que la oración tenga sentido. EL COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL El complemento circunstancial (CC) es un complemento verbal bastante fácil de reconocer y analizar. A diferencia de los complementos directo e indirecto, se puede eliminar de la oración, no es obligatorio. Además, cada clase de circunstancial responde a una pregunta: a) De lugar (CCL) ¿Dónde? ¿Adónde? ¿De dónde? ¿Desde dónde? ¿Hacia dónde? (Cualquier pregunta que contenga “dónde”). b) De tiempo (CCT) ¿Cuándo? ¿Desde cuándo? ¿Para cuándo? (Cualquier pregunta que contenga “cuándo”). c) De modo (CCM) ¿Cómo? d) De cantidad (CCCant) ¿Cuánto? e) De causa (CCCausa) ¿Por qué? f) De finalidad (CCF) ¿Para qué? g) De compañía (CCComp) ¿Con quién? ¿Con quiénes? h) De instrumento (CCI) ¿Con qué? i) De materia (CCMat) ¿Con qué? Estos dos últimos se diferencian en que el de instrumento expresa el utensilio empleado para realizar la acción verbal, mientras que el de materia se refiere a la sustancia utilizada para llevar a cabo dicha acción: a) El móvil se carga con el cargador (CCI). b) El móvil se carga con electricidad (CCMat). Podemos encontrar ninguno, uno o varios complementos circunstanciales en la misma oración (no hay límite). Incluso, más de uno de la misma clase (dos de lugar o dos de tiempo, por ejemplo). Finalmente, en las oraciones pasivas, no hay que confundir el complemento agente y los circunstanciales que empiecen con la preposición “por”: a) La carretera fue cortada por la lluvia. / * La lluvia cortó la carretera. b) La carretera fue cortada por la policía. / La policía cortó la carretera. c) La carretera fue cortada por la mañana. / * La mañana cortó la carretera. EL ATRIBUTO El atributo (Atr) es un complemento obligatorio que va con los verbos copulativos o atributivos: ser, estar o parecer. Solamente puede ir con estos verbos, nunca con los demás, los llamados verbos predicativos. Al contrario, el CD nunca podrá ir con verbos atributivos, por lo que el atributo y el complemento directo son incompatibles, nunca irán juntos en la misma oración. Es muy fácil identificar el atributo en las oraciones copulativas o atributivas. Siempre se sustituye por el pronombre personal “lo” (da igual que el atributo sea masculino o femenino, singular o plural): a) Carlos es delegado / Carlos lo es. b) Carlos es de Orihuela / Carlos lo es. c) Ana está cansada / Ana lo está. d) Ana está mal / Ana lo está. e) Ese chico parece simpático / Ese chico lo parece. Podéis observar dos cosas sobre los ejemplos anteriores: a) El atributo siempre concuerda en género y número con el núcleo del sujeto al que se refiere, expresando una cualidad o característica (un atributo) acerca de él. b) El atributo puede adoptar varias formas: sintagma nominal (“delegado”), adjetival (“cansada”, “simpático”), adverbial (“mal”) o preposicional (“de Orihuela”). EL COMPLEMENTO PREDICATIVO El complemento predicativo es, en cierto modo, similar al atributo, ya que, en ocasiones (no siempre) concuerda en género y número con el núcleo del sujeto al cual se está refiriendo: a) Los alumnos estaban cansados al final del curso. b) Los alumnos llegaron cansados al final del curso. Sin embargo, el atributo es un complemento obligatorio de los verbos atributivos o copulativos (“ser”, “estar”, “parecer”) y el predicativo solamente puede ir con los verbos predicativos (los demás). Esto no quiere decir que el predicativo deba estar siempre que tengamos un verbo predicativo: solamente es obligatorio con algunos de estos, o con ciertos significados de algunos de estos verbos. De hecho, “llegaron” no tiene en la oración de arriba el significado de “alcanzaron un lugar físico”. El predicativo, sin llegar a fundirse con el verbo en una sola palabra, mantiene una relación tan estrecha con él que, si se suprime, el verbo y la oración ya no significan exactamente lo mismo: Los alumnos llegaron al final del curso. En esta oración, el verbo significa que terminaron el curso: no dejaron de venir, ni se dieron de baja ni sufrieron ninguna enfermedad. Otra diferencia del predicativo respecto al atributo es que no se puede cambiar por el pronombre personal “lo”: a1) Los alumnos estaban cansados al final del curso. a2) Los alumnos lo estaban (el atributo siempre se cambia por “lo”). b1) Los alumnos llegaron cansados al final del curso. b2) Los alumnos lo llegaron (no se puede cambiar por “lo”). La tercera y última diferencia entre ambos complementos es que el predicativo, en algunas oraciones, no se refiere y concuerda con el núcleo del sujeto, sino con el CD: a) Encontramos a los alumnos cansados al final del curso. b) Los encontramos cansados. Obviamente, el atributo nunca podrá referirse a ningún CD, porque este expresa la persona o cosa afectada por la acción verbal. Los verbos que indican acción son verbos narrativos, predicativos (coger, dibujar, trabajar, bailar, escribir…). Los verbos atributivos o copulativos, en cambio, no son verbos que expresen acciones sino cualidades o atributos; son verbos descriptivos. ¿Qué quiere decir esto? Que el CD solamente podrá acompañar a los verbos predicativos que lo necesiten (los llamados “verbos predicativos transitivos”). En cambio, el atributo siempre irá con los verbos copulativos. En resumen, ambos complementos no se mezclarán. Por eso, el atributo siempre se referirá al sujeto. Hasta aquí la diferencia del predicativo con el atributo. También conviene diferenciar el predicativo del complemento circunstancial de modo, porque se suelen confundir, ya que ambos responden a la pregunta “¿Cómo?” a) Los alumnos llegaron cansados al final del curso. b) Los alumnos llegaron con cansancio al final del curso. ¿Qué cambia? Que “con cansancio” ya no concuerda en género y número (en este caso, en masculino y plural) con el sujeto “Los alumnos”. Por tanto, si tal concordancia no existe, hablamos de un CCM. EL COMPLEMENTO DE RÉGIMEN Finalmente, el complemento de régimen (CR), también llamado complemento de régimen verbal (CRV), es un complemento obligatorio con verbos que necesitan alguna información que comience necesariamente por cierta preposición. Por lo tanto, el complemento de régimen siempre será un sintagma preposicional. Vamos a escribir algunos de los muchísimos verbos que exigen este complemento y, luego, unas cuantas oraciones de ejemplo. Verbos que piden un complemento con preposición (la misma con el mismo verbo) son (entre otros muchos) acordar con, acordarse de, aficionarse a, aspirar a, basarse en, ceder a, desvivirse por, disfrazarse de, engancharse a, esperar de, hablar de/sobre, ilusionarse con, insistir en, optar a, presentarse a, tratar con/de/sobre… Ejemplos: a) ¿Has acordado el negocio con tu socio? b) ¿Te has acordado de su cumpleaños? c) Cedió a su chantaje. d) Se desvive por sus hijos. e) Espero grandes cosas de ti. f) Ese político opta a la Presidencia del Gobierno. g) Ese hombre de mundo ha tratado con muchas personas. h) Se trata de un asunto muy importante. i) La conferencia trató sobre los nuevos retos económicos. Hemos podido comprobar que algunos de los verbos que exigen una determinada preposición que introduzca al complemento de régimen son verbos pronominales, es decir, verbos que están formados también un pronombre. Por ejemplo, en las oraciones a) y b), son verbos diferentes “acordar” y “acordarse”. No significan lo mismo: “acordar” es “llegar a un acuerdo con alguien”, mientras que “acordarse” es “recordar algo”. Tampoco el verbo significa lo mismo en las tres últimas oraciones, ya que “tratar con” es “socializarse”; “tratarse de” se emplea para aclarar de qué o de quién estamos hablando; y, por último, “tratar sobre” es “desarrollar un contenido en un acto de comunicación”. Aún encontraríamos un cuarto significado de “tratar”, ya sin complemento de régimen: Esa persona bondadosa trata bien a sus semejantes. ¿Conclusiones? 1. El complemento de régimen depende, en ocasiones, no del verbo en sí, sino de que algunos significados de ese verbo exigen una preposición (tratar con, tratar de, tratar sobre) y otros no (tratar). 2. A veces, el significado del verbo cambia no solamente por la preposición que lleva a continuación, sino también porque es o no pronominal. 3. El complemento de régimen es un complemento obligatorio, es decir, si el verbo lo exige, no se puede eliminar. 4. El complemento de régimen siempre es un sintagma preposicional. 5. Se puede sustituir el término del sintagma preposicional (no el enlace) por un pronombre tónico, bien personal bien demostrativo: PREPOSICIÓN (E) PRONOMBRES PERSONALES (SN – T) PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS (SN – T) a, con, de, en, por, sobre… mí, ti, él/ella/usted, ello, nosotros/as, vosotros/as, ellos/as, ustedes, sí mismo/sí misma/sí mismos/sí mismas este/esta/estos/estas/esto ese/esa/esos/esas/eso aquel/aquella/aquellos/ aquellas/aquello Eso sí: el complemento de régimen debe ser obligatorio, porque, si se puede eliminar, sería complemento circunstancial: a) Me apoyo en los resúmenes para el examen de Historia. b) Me apoyo para el examen de Historia. ¿En qué? Es obligatorio: es CR. c) Preparo el examen de Historia (con los apuntes). Lo puedo decir o no: es CC.