LAS GARANTIAS CONSTITUCIONES EN MÉXICO: 200 AÑOS. Las garantías Constitucionales en el ordenamiento mexicano han sido incorporadas paulatinamente a lo largo de casi dos siglos en nuestra vida independiente como nación, y constituyen un elemento imprescindible en el desarrollo del derecho Público en México, contribuyendo a la consolidación de nuestro estado constitucional y democrático de derecho. El estudio de las garantías constitucionales en México, es relativamente reciente, el derecho de amparo hasta finales del siglo XX represento el único mecanismo de tutela constitucional con eficacia real. Se puede decir que el verdadero estudio de las garantías constitucionales en su conjunto, se inicia con la reforma constitucional del 31 de diciembre de 1994, al representar una forma integral al poder Judicial de la Federación, otorgando una concepción sistemática a las garantías constitucionales, configurando a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en un Tribunal Constitucional. El concepto de garantías constitucionales ha tenido una evolución histórica que se inició con los revolucionarios franceses a partir de la consagración de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano en 1789. En la categoría general de defensa de la Constitución estan comprendidos todos los mecanismos jurídicos y procesales que se han establecido, tanto para conservar la normativa como para prevenir su violación, y lo más importante lograr el desarrollo y la evolución de las propias disposiciones constitucionales, desde el punto de vista de la constitución formal, a fin de lograr de manera paulatina la adaptación a los cambios de realidad político social, y desde la perspectiva de la Constitución real, refiriéndose a su transformación de acuerdo con las normas programáticas de la carta fundamental. La Constitución, tanto en su sentido real, como en documento escrito, tiene que ser forzosamente dinámica así como son los cambios en nuestros tiempos, por tal razón la protección de nuestra constitución es fundamental así como su evolución y su compenetración en la realidad jurídica, evitando que el documento escrito se convierta en tan solo una formula nominal y semántica. El concepto genérico de Defensa de la Constitución se puede entender en dos categorías, que en la práctica se encuentra estrechamente relacionadas la primera podemos denominarla de manera convencional, como protección de la Constitución, mientras que la segunda, que ha tenido su consagración institucional en varias cartas fundamentales contemporáneas, comprende las llamadas “garantías constitucionales”. La protección de la Constitución se integra por todos esos factores políticos, sociales, y jurídicos que se canalizan por medio de normas de carácter fundamenta, incorporadas en los documentos fundamentales con el propósito de limitar el poder, y de que sus titulares se sometan a los lineamientos establecidos en la propia Constitución, estos instrumentos pretender lograr el funcionamiento armónico, equilibrado y permanente de los poderes públicos y, en general, de todo orden de autoridad. La categoría que se refiere a la “defensa de la Constitución” se refiere a las “garantías Constitucionales”, entendidas no en su concepción tradicional identificada como constitucionalmente, los derechos sino como de los la persona medios humana jurídicos de consagrados naturaleza predominantemente procesal, que estan dirigidos a la reintegración del orden constitucional cuando el mismo ha sido desconocido o violado por los propios órganos de poder, de tal manera que los instrumentos protectores referidos no han resultado suficientes para lograr el respeto y el cumplimiento de las disposiciones constitucionales. En el sistema jurídico mexicano las garantías constitucionales son el resultado de la conjugación de varias instituciones que provienen de otros sistemas jurídicos, y de una evolución paulatina se fueron generando los instrumentos de solución de conflictos constitucionales. Principalmente en nuestra Constitución se incorporan aspectos político- constitucionales del derecho público de Estados Unidos, como un modelo a seguir, aunque con modalidades originadas en el trasplante de figuras jurídicas de la familia del common law en una tradición hispánica de origen romano canónico. Otra garantía que también tomamos de la Constitución norteamericana de 1787, fue la relativa al juicio político de los altos funcionarios de la Federación y de las entidades Federativas, en cuya decisión si es condenatoria se traduce en la destitución del funcionario y su inhabilitación durante un determinado periodo. Uno de los aspectos más importantes de la carta Federal de 1857, fue la consagración definitiva del juicio de amparo en los artículo 101 y 102. Posteriormente en la constitución de 1917 estableció en sus artículo 103 y 107 los lineamientos esenciales del juicio de amparo. Actualmente el juicio de amparo mexicano, ha ido modificado su propósito original de tutelar exclusivamente los derechos fundamentales de carácter constitucional contra leyes o actos de cualquier autoridad, hoy tutela todos los actos del orden jurídico nacional uno de carácter estrictamente constitucional que corresponde a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y otro que implica el control de la legalidad, atribuido a los tribunales colegiados de circuito. La controversia constitucional tiene su origen en el artículo 137 fracción I, de la Constitución federal de 1824 y ha sido regulado algunas veces pero las controversias constitucionales fueron previstas en los artículos 104 y 105 de la constitución de 1917. Tenía por objeto garantizar el equilibrio de las facultades de la Federación y de las entidades federativas señaladas en la constitución desde 1917 a 1994. Con las reformas constitucionales del 31 de diciembre de 1994 se introdujo el Consejo de la Judicatura Federal, como organismo que tiene las funciones de administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial de la Federación, con exclusión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Conclusión. Las garantías Individuales han sido motivo de debate, incluso aún permanece en un sector de la doctrina la idea de equiparar las garantías constitucionales con los derechos humanos, pero estamos hablando de temas distintos ya que estas se refieren a los mecanismos jurídicos preponderantemente de naturaleza procesal dirigidos a la reintegración del orden constitucional cuando este ha sido desconocido o violado por los propios órganos de poder. Desde 1787 siguiendo el modelo de la constitución Estadounidense se incorpora en México la figura de garantías constitucionales que desde entonces hasta nuestros días ha sufrido grandes reformas. Las garantías constitucionales son de gran importancia en nuestro sistema jurídico porque son una protección para el para la constitución, posteriormente en 1857, nace en nuestro sistema jurídico el juicio de amparo en los artículo 103 y 107, para después en 1917 se reforman y se pasan a los artículo 104 y 105. La consagración de las Garantías Individuales en el ordenamiento mexicano se ha realizado a lo largo de 200 años con influencias de ordenamientos externos como el sistema anglosajón, hispánico y francés, así como producto de la evolución interna de las raíces en nuestra cultura jurídica.