Cantón Pimampiro

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PIMAMPIRO - IMBABURA - ECUADOR
S
i hablamos de Pimampiro, comenzaré diciendo que es una de las poblaciones más antiguas dentro de la
parte norte del territorio ecuatoriano. Tan antigua que los habitantes del siglo VIII y IX de nuestra Era, ya
estaban asentados en esta comarca, cuando la conquista de los Caras a la actual provincia de Imbabura.
La ciudad de Pimampiro, geográficamente se encuentra situada en la actualidad a 0º 24` de Latitud norte y
a 77º 58` de Longitud oeste. Se debe mencionar estas coordenadas, por cuanto en la antigüedad, tenÃ−a
otro asentamiento al actual, que se lo ubica en la margen izquierda del rÃ−o Pisque y por la etimologÃ−a de
su pronunciamiento, que según varios autores coinciden, Pimampiro se compone de cinco voces que son:
PI-MA-AM-PI-RAR, que en el idioma antiguo, hablado en ésta comarca, significarÃ−a: “Poblado a
orillas de un gran rÃ−o”
Es uno de los cantones más orientales de la Provincia de Imbabura. En algún momento los gobiernos de
turno, nos hicieron ilusionar con la construcción de una carretera que una la Costa, Sierra y Oriente
ecuatoriano, es decir las Provincias de SucumbÃ−os, Imbabura y Esmeraldas. El proyecto se llamaba
“Carretera Santa Cecilia”; por cuanto, desde la ciudad de Esmeraldas se construirÃ−a una carretera que
pasarÃ−a por San Lorenzo, tomar como referencia la antigua lÃ−nea del ferrocarril para llegar al ramal de
Salinas, ya en la Provincia de Imbabura; dirigirse hacia el nororiente, pasar por Pimampiro, San Francisco, la
Merced, una de las últimas poblaciones de la serranÃ−a y caer al Oriente ecuatoriano en la población de
Santa Cecilia, que ya tiene carretera hacia Nueva Loja, Shushufindi y demás poblaciones orientales.
El proyecto, era nada más y nada menos que ¡EXCELENTE! El boom petrolero que se produjo en la
década de los 60`s, cuando en ese tiempo se descubrió el “Oro Negro”, en lo que hoy es la provincia de
SucumbÃ−os, creada en 1989 y desmembrada de la provincia del Napo, obligaba a construir con la mayor
urgencia una carretera y por ende el oleoducto que permitiera transportar el crudo hacia el puerto de
Esmeraldas. En éste lugar se proyectaba la construcción de una refinerÃ−a de petróleo y también el
puerto de embarque del hidrocarburo extraÃ−do, a los mercados internacionales.
Con estos antecedentes, llegaron poco de Ingenieros, trabajadores, maquinaria pesada, etc. Los trabajos
comenzaron inmediatamente. El tiempo era apremiante. La construcción de esta carretera, llegó hasta la
cima misma de la cordillera oriental. TenÃ−an como guÃ−a el antiguo sendero de nuestros antepasados. La
carretera prometÃ−a tener un acceso rápido a la región oriental y por ende la explotación de tierras
vÃ−rgenes y ricas en producción agrÃ−cola y maderera, maderas de la mejor calidad. Repentinamente los
constructores de éste camino, comenzaron a empacar y desfilar de retorno, dejando abandonada la
construcción. Todos nos preguntábamos ¿Qué pasó? ¿Por qué no continuaban? La respuesta:
aparecieron los genios, los Mandraques, los sabelotodo, las partes interesadas. ¡Cómo iban a permitir que
se construyera el oleoducto por éstos terrenos que eran de propiedad del Estado Ecuatoriano, sin que exista
grandes terratenientes por éste sector! La mejor opción, según mis queridos invéntalo todo, era la
construcción del oleoducto por Pifo, población cercana a Quito, seguir bajando hacia el sur hasta Santo
Domingo y luego tomar la ruta nor-occidental hacia Esmeraldas.
La construcción, desde luego fue más larga y mucho más costosa que la iniciada en la provincia de
Imbabura. Los inventores del agua tibia, dieron un sin fin de razones y explicaciones que a nadie convenció.
Las ilusiones de mis queridos imbabureños y pimampireños, botadas al tacho de basura. El dinero inicial
gastado en la construcción de la carretera Santa Cecilia. ¡Qué importa! Al fin y al cabo es solo plata del
Estado, que desde luego todos, absolutamente todos aportamos. De manera muy personal, pienso que el poder
del dinero y el poder polÃ−tico se sobreponen a los intereses del pueblo ecuatoriano. “Con éstos amigos,
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para qué enemigos”. DebÃ−an existir muchos terratenientes poderosos que obligaron, no insinuaron, que el
oleoducto pase por sus tierras, para también tener tajada. Como siempre.
Hace pocos años, se construyó el oleoducto de crudos pesados. Igual, nadie dijo nada. Mis Autoridades de
Imbabura, ni fu ni fa. Pelear contra los poderosos y los manda más del paÃ−s, es como sembrar en terreno
estéril. Más lo que se gasta dinero, saliva, tiempo y lo que es más, su respectiva úlcera, ¿Para qué?,
si nunca hacen caso, aquÃ− sÃ−, a las sugerencias del pueblo que siempre es más inteligente que los
encopetados. El tiempo y la Historia, será quien juzgue los atropellos cometidos a Imbabura. El anhelo se
mantiene y quizá en un futuro no muy lejano se logre ésta importante vÃ−a arterial que en su mayorÃ−a
ya está construida; se tiene la carretera Esmeraldas-San Lorenzo-Ramal de Salinas- Pimampiro, faltando
agrandar el ramal Pimampiro-La Merced y construir hasta Santa Cecilia en la región Oriental. La esperanza
nunca muere, dicen.
En la actualidad el pueblo de Pimampiro, que es la cabecera cantonal, se encuentra asentado en una colina con
una corteza sumamente dura, denominada cangagua poco favorable para la labranza. En sus alrededores en
cambio existe un terreno muy fértil para el cultivo y tiene como parroquias a Mariano Acosta, San José,
San Francisco de Sigsipamba, Chalguayaco y Chugá, que es la de más reciente creación, con sus
respectivas comunidades y caserÃ−os.
Pimampiro en los años 1970.
Esta pequeña hoya se encuentra bañada por el rÃ−o Chota, rÃ−o que tiene sus orÃ−genes en la laguna de
Puruhanta, algunos la llamamos Prohanta, de belleza natural virgen. En su nacimiento toma el nombre de
rÃ−o Pisque que lo conserva hasta el puente de MataquÃ− y que tiene sus afluentes como son el rÃ−o
Blanco, el rÃ−o Verde, el Chamachán y el rÃ−o Guambi. Al recorrer con el nombre de MataquÃ−, recibe la
confluencia del rÃ−o Escudillas, que tiene su nacimiento en la provincia del Carchi, para luego tomar el
nombre de rÃ−o Chota, que tendrá la confluencia de muchas quebradas y riachuelos hasta juntarse con el
rÃ−o Ambi y formar el gran rÃ−o Mira, que atraviesa la provincia de Esmeraldas y el departamento de
Nariño, Colombia, donde recibirá como afluente al rÃ−o Güiza y desemboca junto a la ciudad de
Tumaco, en el Océano PacÃ−fico, antiguo asentamiento de la tribu Tuma.
El rÃ−o Guambi tiene su historia, por cuanto es un rÃ−o aurÃ−fero en donde en épocas pasadas se
explotó el oro, en no muy grandes cantidades, pero que satisfacÃ−an las necesidades de los gobernantes
indÃ−genas de esta región, existiendo hasta la actualidad pequeñÃ−simos granos del mineral en
mención.
El Chamachán en cambio tiene su historia no muy halagadora. CorrÃ−a el año de 1976, aproximadamente,
cuando en la quebrada entre los poblados de Yucatán y Buenos Aires, existió un derrumbe de grandes
proporciones. Miles y miles de toneladas de tierra, taponaron el cauce del Chamachán. Se hizo el respectivo
parte a las Autoridades y no pasó más allá. Nadie paró bola ni dijo hay que hacer algo. Tampoco se hizo
eco en la prensa por cuanto éramos minúsculos y no afectaba a los poderosos en dinero y polÃ−tica, tal
como sucedió en el Austro ecuatoriano, en donde si afectaba que se represara el agua y al romperse, se irÃ−a
hacia la Costa, inundando poblaciones y haciendas de los que ya sabemos. LA JOSEFINA
Acá en mi querido Pimampiro a quien se afectaba, nada más ni nada menos que a mis queridos negros del
valle del Chota, selvas de Esmeraldas con algún caserÃ−o en sus riveras y a los poblados colombianos.
Nadie se preocupó y más bien se olvidaron por varios meses. Mientras tanto el agua seguÃ−a
represándose, inclusive nosotros colegiales embelequeros, alguna vez nos fuimos a nadar en ésta
impresionante piscina que a fuerza del derrumbe se iba formando. Los pobladores hicieron lo que más
pudieron para habilitar un improvisado camino y poder comercializar sus productos agrÃ−colas.
La represa después de varios meses de estar llenándose, habÃ−a cedido y con ello, millones de litros
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cúbicos de agua se apresuraron a correr rÃ−o abajo, destruyendo a su paso lo que encontraba. Las
poblaciones que se localizaban en los flancos del rÃ−o, fueron las que más sufrieron, especialmente el
Juncal, Carpuela, San Vicente, el Chota y varias poblaciones costaneras de Esmeraldas, de las cuales apenas
se tuvo alguna noticia en la única radio en Amplitud Modulada que existÃ−a en la población, la radio
“Ecos Andinos” y que tenÃ−a el noticiero a las 6 p.m. dando lectura al diario “El Comercio” de la Capital,
que muy pocos tenÃ−amos acceso. El puente de MataquÃ−, en éste sector, fue arrasado. Las bases que
sostenÃ−an el puente del Juncal, quedaron sentidas por la avalancha.
De los cultivos, ni hablar. Todo se fue en este alud. De las personas fallecidas, nunca llegamos a saber el
número exacto, pero se hablaba del centenar de personas desaparecidas. Como eran los negros del valle del
Chota, apenas si se cubrió la noticia en los diarios del paÃ−s. De la televisión no puedo decir nada, por
cuanto no existÃ−a señal de Tv. en nuestro pueblo, por estar encerrado entre montañas.
Después de aproximadamente dos años, el puente del Juncal, todavÃ−a soportaba el paso del parque
automotor, que en aquel tiempo no era mucho, hasta cuando pasaron varios camiones cargados y con mucho
peso, cuando sucedió lo que tenÃ−a que suceder. Era un sábado a mediados de año, cuando con algunos
compañeros madrugamos, para viajar a la ciudad de Tulcán, a contratar una orquesta que amenizarÃ−a un
baile popular denominado en aquellos tiempos las famosas kermeses y que se las realizaba de tarde en tarde
para recolectar fondos para el paseo de fin de año escolar. Muy por la mañana cruzamos el puente del
rÃ−o Chota en la población del Juncal y que sirve de lÃ−mite entre las provincias de Imbabura y Carchi.
A media mañana y luego de realizar los respectivos contratos con el grupo musical y el transporte que nos
llevarÃ−a de retorno, nos dirigimos a Pimampiro en vista que el baile comenzaba a las 14h00 (2 de la tarde).
Cuando llegamos al puente del Juncal, ¡Sorpresa! No habÃ−a puente. Tuvimos que regresarnos a BolÃ−var
y dar una vuelta inmensa por la ciudad del Ôngel, Mira y el Chota, para la kermés iniciarla con retraso, a
las 5 de la tarde.
En la actualidad, estos negros del valle, que hasta finales del siglo XIX fueron esclavos exclusivamente
traÃ−dos desde el Continente africano y que estuvieron en las faenas agrÃ−colas y más pesadas en las
grandes haciendas, son la gloria de uno de los deportes más populares del mundo ¡El fútbol! Elemento
humano fundamental para la clasificación a los dos mundiales continuos: Corea y Japón en el 2000 y
Alemania 2004. Desde luego que otros deportistas de diferentes latitudes del paÃ−s, también
contribuyeron.
El contacto con la raza mestiza y el vivir en la serranÃ−a, ha hecho que ésta estirpe se supere en los
diferentes campos intelectuales. De aquel desastre en donde el rÃ−o arrasó con todo a su paso, se creó una
de las canciones más populares de este sector “Mi lindo Carpuela” que a dado la vuelta al mundo y en ritmo
de Bomba, ritmo muy popular con raÃ−ces afroamericanas y con un compás pegajoso que invita a bailar.
Este ritmo, la Bomba, es muy difundida y mis negritos se han hecho a la fama con sus canciones. Desde luego
mis deportistas son quienes más han figurado en las noticias tanto en radio, prensa y televisión, inclusive
cadenas de noticieros a nivel mundial, han visitado este valle a realizar sus sendos reportajes.
Para variar en mi lindo Ecuador, los visitantes que llegan a éste lugar, se encuentran que en el valle del
Chota, sus pobladores, ni siquiera tienen los más elementales servicios básicos, las edificaciones de las
escuelas destartaladas, la mayorÃ−a vive en casas hechas de lodo y carrizo ¿Y las Autoridades? ¿El
Gobierno? ¿Acaso aún seremos racistas? Con la entrada económica de muchos futbolistas y músicos, la
economÃ−a de éste sector se ha reactivado y quienes han triunfado en el exterior, no se han olvidado de su
patria chica y han creado fundaciones que ayudan en el estudio, la salud y la práctica del deporte de los
pequeños, como la “Fundación AgustÃ−n Delgado” y también la “Fundación Ulises de la Cruz”
¡FELICITACIONES! Que asÃ− fuéramos todos, diferente serÃ−a mi Ecuador.
El dialecto en este sector se ha mantenido por varias generaciones y a veces es jocoso escucharlo, porque
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tienen una forma muy peculiar al hablar. De estas frases, me recuerdo unas dos, como aquella que cuando uno
quiere decir que no hay que escupir al cielo ya que le puede regresar a la cara, ellos dicen: “No hay que
escupÃ− al cielo, porque con la misma baba se ha de juagá” y la otra que cuando fuimos a comer un plato
de carne de chancho con papas (patatas) con cáscara y maÃ−z tostado, la tÃ−pica fritada, que es muy
apetitosa, al indicarle que el precio estaba excesivo respondió la negra propietaria del local: “Como vay
decÃ− que rrebaje la fritada, no ve que los cuchis tan caro”
PIMAMPIRO EN LA ANTIGÃ EDAD
G
randes historiadores han indicado que el primitivo hombre de Pimampiro, tiene su origen en la raza de los
Arawacos, originarios de lo que hoy es la Florida, en Norte América y las Antillas; que ya se asentaban en
la amazonÃ−a ecuatoriana y eran los antepasados de los Cofanes. El padre González Suárez, Historiador,
mantiene la hipótesis que tanto los Pastos, Quillasingas y Pimampiros, tienen un mismo origen oriental. Se
han encontrado muchos cráneos antiguos y semejantes a los de los Cofanes en la cima de la cordillera
Oriental y que pertenecen al siglo VIII de nuestra era. Otros en diferentes lugares de la comarca y uno muy
especial encontrado en el sector del Calvario, a menos de mil metros del asentamiento actual de Pimampiro y
que debÃ−a tener mucha antigüedad por su aspecto, fue entregado al Obispo Luis Haro de la ciudad de
Ibarra, sin tener ninguna información. No tenemos conocimiento de los resultados o los estudios que se
realizaron.
Otra teorÃ−a manifiesta que los Caras, fueron los primeros conquistadores que llegaron a nuestra provincia,
de allÃ− que los diferentes nombres de las poblaciones, tienen la derivación del idioma Cara, como Piman,
Pimampiro (se considera que anteriormente se llamaba Ulumbuela), Carangue, etc.
El padre Juan de Dios Navas, también Historiador, comenta que en Imbabura existÃ−an tres estados
independientes antes de la conquista de los Shiris (finales del siglo IX): Imbayas, Otavalos y Pimampiros.
à ste último cobijaba a las tribus de AmbuquÃ−es, Carpuelas, PÃ−scos, Pusires y chapÃ−s que ya
existÃ−an. Escribe, Estado independiente de Pimampiro, es decir, se encontraba polÃ−tica y
económicamente bien organizado, con una estructura sólida que le brindaban ésta categorÃ−a, por lo que
deducimos que los Pimampiros debieron estar habitando la comarca, por cientos de años atrás.
Con la conquista de los españoles, la fundación española de Quito en 1532 y la conquista de los
territorios de Imbabura, se transformaron las delimitaciones territoriales de cada uno de los pueblos. En 1582
se escribió la descripción o monografÃ−a del pueblo Sarance (Otavalo) por parte de Sancho de Paz Ponce
de León que ocupaba el puesto de Corregidor de Otavalo, quien escribe que “…las tribus de ChapÃ− y
Pimampiro, pertenecen al corregimiento de Otavalo y que se encuentran el uno a 8 leguas y el otro a 9, caen
hacia el levante…” Además indica que Pimampiro se encuentra a la orilla izquierda del rÃ−o Pisque, en el
lugar conocido como ChimabÃ−.
Cuentan los habitantes más antiguos que en este lugar se encontraban unas ruinas de un antiguo templo
Católico y que fue derrumbado por don Marcos Restrepo, propietario de la hacienda Pinandro, de origen
colombiano y que se le conocÃ−a como “El rey de la leña” por ser, si no el único, el principal proveedor
de madera para los durmientes en la construcción del ferrocarril. La madera la conseguÃ−a más en su
hacienda de Leito, cercana a Ambato, que en la hacienda de Pinandro.
De cementerios reales Incas, como se los conoce vulgarmente cualquiera que sea su origen, en ésta comarca
existen muchos y citaremos como ejemplo los más importantes. Existen en las haciendas de San Juan,
Pinandro, Santa Rosa, la Mesa, en las poblaciones del Inca, Pan de Azúcar, Rumipamba, Paragachi, etc. De
los que puedo dar fe por haber sido testigo ocular es el de la Mesa, propiedad del señor Humberto Román,
hombre público y muy apreciado por los pimampireños, por cuanto en los tiempos de bonanza repartÃ−a
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trigo y despostaba una res para compartir con los más necesitados.
En su hacienda, uno de sus trabajadores, al remover la tierra con el arado tirado por bueyes, se encontró con
unas piedras de tamaño considerable. Al ser descubiertas de la tierra que les tapaba, se encontraron que
éstas estaban recostadas en el suelo, formando una especie de plataforma rectangular. Eran perfectamente
talladas y tenÃ−an un grosor uniforme y delgado (aproximadamente 10 centÃ−metros). En uno de los
extremos existÃ−a una plancha similar pero parada y en la parte superior, en la mitad, tenÃ−a una cavidad en
la cual una persona de rodillas podÃ−a poner el cuello, quedando la cabeza al otro lado. AsÃ− lo hicimos
muchas veces. ¿SerÃ−a un templo de sacrificio? Quien sabe, pero más que seguro ¡SÃ−!
A continuación existÃ−a un túnel, al cual un guardia de la hacienda, no permitió que ingresáramos por
órdenes superiores. Los que sÃ− ingresaron, manifestaban que en el interior existÃ−an más túneles y un
cuarto. ¿De quién fue ésta tumba? Nadie ha dicho nada.
En Rumipamba, existe a flor de tierra una infinidad de cerámica que ha sido destruida y en otros casos, han
extraÃ−do ollas de barro pequeñas y grandes que las tienen de adorno. El propietario no permite que se
realice una excavación que nos podrÃ−a develar a qué época y asentamiento humano pertenecieron.
Como es propiedad privada y muy alejada de las poblaciones, no se le puede exigir que permita un estudio
real. Pero que de estos sectores han sacado entierros en los cuales no podÃ−an faltar los objetos preciosos,
¡Sacaron! A donde fueron a parar, no podrÃ−a asegurar, porque no existe ningún registro.
En Paragachi, de igual manera, existe un laberinto de túneles que cuando adolescentes, junto a dos
compañeros de colegio: Marcelo Pepinós y Juan Gutiérrez, muchas veces ingresamos por simple
curiosidad. También existÃ−a una gran cruz con su cabecera apuntando hacia el norte, con uno de sus
brazos destruido por el pasar del tiempo y formado por montÃ−culos de piedra y cangagua en alto relieve. En
éste lugar también se encontraba un sinnúmero de cerámica en pedacitos, por la destrucción,
pintados de diferentes colores. Algunos entendidos decÃ−an que pertenecen a diferentes culturas antiguas.
Indicaban que existÃ−an desde pueblos que pertenecÃ−an al Perú, Costa, Sierra y Oriente del Ecuador y de
Colombia.
Esta variada cerámica es comprensible por cuanto Pimampiro fue centro de comercialización de todos los
pueblos antiguos. La razón, ésta comarca era muy apreciada por el cultivo de la coca y el algodón. Las
hojas de coca, eran muy valoradas por los indÃ−genas por cuanto las masticaban para salir a los diferentes
trabajos y hasta las consideraban sagradas porque curaban cualquier enfermedad ¡Inocentes y honestos! Hoy
se llama narcotráfico, claro que en ese tiempo no las procesaban.
El comercio se lo realizaba a base del trueque, por lo que los Pimampiros no desarrollaron ninguna clase de
artesanÃ−a o trabajo manual. Todo lo obtenÃ−an con el intercambio. Cuando llegaron los españoles a este
sector, se admiraron por la grandeza de la comercialización existente y la cantidad de personas que llegaban
a Paragachi, cercano a Pimampiro. Ingresaban de todos los lugares y naciones, inclusive se lo comparó con
uno de los mejores mercados que existÃ−a en Centro América (México) y que se encontraban muy
desarrollados. En la actualidad, existe un barrio periférico de la ciudad e inclusive hasta los túneles ya se
han destruido. De la cerámica todavÃ−a se la puede encontrar al otro lado del barrio, aunque muy poco.
Por el año 1967 llegaron a la hacienda Pinandro unos americanos que querÃ−an realizar unos estudios
arqueológicos en un sitio denominado Jurjijaca. En este lugar existe, a un costado del camino por el sector de
Yucatán, una cueva con una entrada de dimensiones aceptables. Mi hermano Pepe y yo, les acompañamos
como guÃ−as para indicarles el lugar de mencionada cueva. Por nuestra corta edad, nos perdimos y no
encontramos el lugar, por lo que tuvimos que regresar a Pinandro. DÃ−as después, los bermejos regresaron
a realizar la inspección, desde luego llevaron otros guÃ−as. Qué conclusiones sacaron, ni idea.
Después de algunas semanas nos atrevimos a realizar la caminata, que es de algunos kilómetros, con mi
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hermano y llegar a la cueva a la misma que ingresamos y por no tener ni la más mÃ−nima idea de lo que
buscábamos, peor aún herramientas y linternas, apenas ingresamos salieron un poco de murciélagos y
fue hasta ahÃ− nomás. La Leyenda dice que ésta cueva fue construida antes de la llegada de los
españoles y que tenÃ−a conexión con el templo de Caranqui, en Ibarra ¿Será? La distancia es muy
considerable. En todo caso, nada se ha dicho.
De los españoles que llegaron a Sudamérica, los curas o religiosos tenÃ−an la misión de catequizar y
enseñar el idioma Castellano a los indÃ−genas conquistados; desde luego como en todo lado, existieron
excepciones y algunitos más bien se dedicaron a enriquecerse. Como decÃ−a, de los que sÃ− en verdad
vinieron a cumplir su misión, se encuentra el fraile Pedro de la Peña, el mismo que sucedió al primer
Obispo de Quito: Fray GarcÃ−a DÃ−az de Arias quien falleció en la capital, el mismo que puso los primeros
cimientos de la Religión Católica en nuestro PaÃ−s.
El sacerdote dominico don Pedro de la Peña, nacido en Cobarrubias en Castilla “La Vieja”, visitó
Pimampiro en los años 1566 y 1567 quedando maravillado por el progreso, la grandeza e importancia de
Pimampiro, por lo que le dio la categorÃ−a de PARROQUIA ECLESIÔSTICA y edificando de inmediato
lo que serÃ−a una de las primeras iglesias Católicas de la zona y comprometiéndose a enviar curas con un
verdadero mérito en la enseñanza, no solo en la palabra de Cristo, sino también en las letras y el
idioma. Otro sacerdote importante, podemos citar a don Antonio de Borja, que estuvo hasta 1596 y fue
reemplazado por el sacerdote don Pedro Ordóñez de Zevallos, más conocido como “El cura Agradecido”
llamado asÃ− por su bondad, generosidad y humanismo. Este cura escribió un famoso libro “Historia y
viaje del mundo”, libro muy escaso en la actualidad y considerado una reliquia, por cuanto se plasman datos
muy importantes del inicio de la Colonia en el Ecuador y por ende la comarca de Pimampiro.
Cuando se fundó la Villa de San Miguel de Ibarra el 28 de septiembre de 1606, a los pocos años,
Pimampiro pasó a formar parte del Corregimiento de Ibarra, sin que se tenga datos exactos si fue elevada a la
categorÃ−a de parroquia civil; pero es fácil de suponer que si era una de las poblaciones más importantes
de la zona, debió haber sido asÃ−, por cuanto para ésta comarca fue elegido un Alcalde Mayor, que se
entendÃ−a con el Cacique del pueblo. Sin embargo, se tiene datos que en la sesión del Cabildo de Ibarra el
1ro. de enero de 1617, se nombra como Alguacil Mayor a don Lábaro Bazán, cargo que hoy
representarÃ−a el de Teniente PolÃ−tico. Sea como sea, Pimampiro es una de las poblaciones más antiguas
de la parte norte del Ecuador.
Cuando los impuestos, tributos y demás cánones que recaudaban los encomenderos fueron muy elevados,
los problemas comenzaron a aflora entre estos, con los dueños de las fincas, los curas y los pimampireños.
Los indÃ−genas de este sector, se vieron imposibilitados de poder contribuir y la mayorÃ−a de los pobladores
de ésta región, simplemente abandonaron sus hogares y siguieron el antiguo camino hacia el Oriente,
internándose en la selva, para nunca más volver. La investigación indica que fue el año de 1679. Los
pocos habitantes que quedaron, en su mayorÃ−a ancianos, mujeres y niños, se vieron atacados por
diferentes enfermedades que diezmaron aún más su ya reducida población, por lo que se vieron obligados
a buscar otro sector con un clima más sano y en donde el viento corra sin obstáculos, siendo éste lugar,
la colina en la cual se asienta hoy, la ciudad de Pimampiro.
En la época Republicana, Imbabura fue creada como provincia, incluyendo los territorios de Cayambe y lo
que hoy es Carchi, que se erigió en provincia en 1880. La parroquia de AmbuquÃ− se creó en 1860. En
1920 la parroquia de Mariano Acosta, en 1926 la parroquia de San Francisco de Sigsipamba y en 1955 la
parroquia de Chugá.
Granero principal hasta hoy, tanto para Ecuador como también para la parte sur de Colombia. Antes de la
Colonia, las hojas de coca y algodón eran el principal producto de estos habitantes y mercado intensamente
visitado por todas las naciones indÃ−genas. Después pasaron a cultivar grandes viñedos con la llegada de
los curas españoles, luego pasaron al cultivo del tabaco, caña de azúcar, anÃ−s, trigo, cebada, fréjol,
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maÃ−z, morocho, papas y principalmente el tomate, por lo que son conocidos como “Los tomateros”.
En la hacienda Pinandro, después de la muerte del señor Marco Restrepo, quedó a cargo su hijo don
Pepe Restrepo. En ese tiempo, los terrenos generosos, se encontraban plantados por inmensos algodonales, en
donde se podÃ−a apreciar una infinidad de animales silvestres. Desde conejos, a los mismos que los
sabÃ−amos perseguir cuando pequeños, hasta las cuturpillas (pájaros tierreros), tórtolas, perdices, etc.
Hoy de esos animalitos solo quedan los recuerdos. ¡Hemos devastado la zona! Para encontrarlos tenemos
que introducirnos muy adentro del monte. Don Pepe, instaló una fábrica de pasta y salsa de tomate
“PINANDRO CALIDAD” introduciendo un tipo diferente de tomate al tradicional tomate riñón. Se lo
conocÃ−a como tomate taconazo o tomate de salsa y era más alargado como especie de un pimiento
pequeño. En todo caso, los botellas de salsa era muy cotizadas por su receta, pues su degustación le daba
un sabor muy diferente a las insÃ−pidas que en la actualidad existen. El tiempo que nunca perdona hizo que
de don Pepe se retirara a la tranquilidad de su hogar en Quito y al no existir un timonero que dirija ésta
empresa, sus puertas cerraron y hoy en la actualidad, la hacienda se la está vendiendo por parcelas.
También se sembró una planta que se llamaba merigol y que daba una flor grande de color tomate.
DecÃ−an que era alimento para pollos, luego de ser procesada. La verdad, nunca nos enteramos para que
mismo era. Por el mucho uso de quÃ−micos, necesarios para el cultivo de la plantación, los terrenos se
estaban quedando áridos, por lo que se volvió a los cultivos tradicionales, entre ellos el pepino dulce y la
fresa.
El desarrollo y el progreso de los pueblos antiguos y modernos, siempre está marcado con la abundancia del
agua, lÃ−quido vital para la supervivencia de todo ser vivo. La capacidad de los antiguos para construir
canales y un sinfÃ−n de formas que lleven el agua a sus poblaciones, es admirable hasta nuestros tiempos.
Los ingenieros de aquellas épocas, si asÃ− se los puede llamar, construÃ−an estos canales con una
precisión milimétrica. Inclusive repartÃ−an las aguas por el interior de túneles excavados para este fin.
En Egipto, México, Estados Unidos, Perú, Ecuador y muchos otros lugares antiguos, podemos apreciar la
mano del hombre que transportaba agua para su supervivencia.
Pimampiro, no fue la excepción, pero desgraciadamente con la llegada de los españoles y la tenencia de las
tierras en propiedad privada, llegarÃ−a el conflicto de la repartición equitativa de las aguas. AquÃ− si cabe
el dicho “Cada quien tira agua para su molino”. Esta mala repartición del lÃ−quido vital, estuvo a punto
de hacer desaparecer la población; por cuanto, al pueblo no se abastecÃ−an lo suficiente y más bien eran
desviadas a las grandes haciendas para el riego de los terrenos cultivables. Muchas veces el aprovisionamiento
se lo realizaba desde el rÃ−o, con algún animal de carga.
Cuando el agua era brindada para la ciudad, lo que se hacÃ−a era llenar pozos o estanques para después
proveerse de ella. Las consecuencias, grandes epidemias y enfermedades que afortunadamente se logró
controlar a tiempo. Hasta el mismo dÃ−a de hoy, no se puede abastecer a la población con un suministro
permanente, amén que su planta procesadora de agua potable, es considerada como una de las mejores del
norte del paÃ−s; sin embargo, falta por concluir el proyecto de agua “Nueva América” que es la
aspiración de todos pobladores, sin todavÃ−a llegar a feliz término y que es la aspiración de todos los
ciudadanos.
En lo que se refiere a la luz eléctrica, en 1954 se instaló la primera planta hidroeléctrica en “el
Calvario”, denominada asÃ− por lo empinado de su cuesta y haciendo referencia al monte en donde Cristo fue
crucificado. La planta eléctrica tenÃ−a la capacidad para generar 30 Kwats. que supuestamente serÃ−an
más que suficientes para la ciudadanÃ−a. Si la planta hubiera sido de buena calidad y de fábrica, es más
que seguro que sÃ− hubiera abastecido. Como solamente era el pueblo de Pimampiro, se le instaló una
planta de las que hoy llamamos desechables. Desde el primer momento que entró en funcionamiento, las
fallas fueron notorias. Si abastecÃ−a en las noches de trabajo óptimo (supuestamente funcionaba solo en la
noche) y entregaba 1 Kwat., serÃ−a que la ciudadanÃ−a estaba de suerte.
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De estos padecimientos, a diario. Preferible era tener al alcance de la mano la famosa lámpara Petromax, que
sÃ− llenaban las expectativas de los usuarios, caso contrario era mejor tener un paquete grande de velas
“Tungurahua” para combatir la oscuridad reinante. Este mal se padecerÃ−a hasta 1965, época en la que se
adquiere una planta generadora de electricidad a diesel, de marca “Volvopentak” a un costo de $ 5470
dólares, es decir unos 164.000 sucres en esa época y que generarÃ−a 60 Kwats. brindando un servicio de
mejor calidad. Por lo caro y escaso del carburante, mencionado equipo solo funcionaba de seis de la tarde a
diez de la noche. Hoy desde luego, estamos conectados al famoso tendido eléctrico nacional
interconectado, que de tarde en tarde nos sigue dando dolores de cabeza.
Ecuador tiene una geografÃ−a maravillosa. La hidrografÃ−a es impresionante. El mismo hecho de que
tengamos cuatro regiones bien marcadas como son Costa, Sierra, Oriente y Galápagos, nos ponen en
privilegio grande frente a otros paÃ−ses; sin embargo, siempre padecemos del mal de la luz artificial. Del
costo por kilovatio hora, ni hablar. Es uno de los más caros de la región y muchas veces nos hemos visto en
la necesidad de comprar energÃ−a a Colombia o Perú. ¿Por qué será? Dios, averigüe y perdone.
PolitiquerÃ−a e intereses personales, que vaya a saber por qué, contaditos tienen generación eléctrica y
la venden como un artÃ−culo de lujo. No sabrán que es una necesidad. El Gobierno tiene la respuesta.
De la educación, diremos que lo curas españoles, a más de enseñar la Religión Católica, instruyeron
a los pobladores en el idioma Castellano, a leer y escribir. Tal es el caso y se tienen registros en los archivos
del Municipio de Ibarra, que la Cacica doña Luisa Tota, oriunda de éste lugar y de la cual fue gobernante
en el inicio mismo del Colonialismo, sabÃ−a leer y escribir. Conforme se iba dando el mestizaje, por la
unión de españoles y aborÃ−genes, los descendientes tenÃ−an una mejor educación. Es de suponer que
en aquellos tiempos no debió existir ninguna infraestructura destinada exclusivamente para la educación,
peor aún que la enseñanza sea programática y continua, sino que debÃ−a ser el templo religioso, el lugar
donde se aprendÃ−an las primeras letras o a su vez, era el mismo hogar en el que se cultivaban los primeros
pasos de la educación.
No se tienen datos exactos de la creación de la primera escuela fundada en Pimampiro, pero diremos que
para 1826, cuando aún éramos parte de la Gran Colombia, la provincia ya contaba con 35 escuelas y un
alumnado de 869 niños. En esta época, a la mujer no se le permitÃ−a estudiar, siendo destinada más
bien a las labores de la cocina y el campo. La igualdad de derechos para el estudio vendrÃ−a a finales de
siglo. Conjeturamos que dentro de estas 35 escuelas estaba incluida una de Pimampiro, por la importancia de
la comarca. No es sino hasta 1870 que se habla de un profesor que llegó a enseñar al alumnado
pimampireño: el profesor José Dionisio Romero, oriundo de Tumbabiro y encargado de los cuatro
primeros años de educación existentes.
En el año de 1918 y por gestiones del profesor MesÃ−as Alarcón, se logra que la escuela funcione con los
seis grados con el nombre de escuela “Antonio Ricaurte”, en honor al héroe colombiano, quien falleció en
1814 luchando por la Libertad del yugo español. Simón BolÃ−var habÃ−a reunido sus tropas en San
Mateo - Nariño, para aprovisionarse de vituallas; sin embargo, el jefe realista José Tomás Boves, quien
estaba al acecho, quiso tomar la población. Por estar en desigualdad de condiciones, el capitán Antonio
Ricaurte viendo perdida la batalla, indicó a Simón BolÃ−var que debÃ−a tomar la retirada. Despidió a sus
hombres y se quedó solo en la población. Cuando observó que la mayorÃ−a de soldados del ejército del
Rey, ingresaron a la plaza, la incendió e hizo explotar el polvorÃ−n, llevándose consigo a casi medio
batallón de enemigos. El batallón lo componÃ−an siete mil soldados. Los sobrevivientes, despavoridos
emprendieron la huida. Simón BolÃ−var al enterarse del suceso, lo declaró Héroe de la Gran Colombia,
en la lucha por la Libertad. En ésta escuela he de resaltar que recibÃ− la educación primaria, recordando
como profesores a los señores Jorge Fuertes, Rafael Cotacachi y Vicente Tobar, cuando ya funcionaba con
los seis grados de educación.
De la otra escuela antigua del lugar, tampoco se tienen datos exactos, pero se presume que se inició por los
años 1902 y 1903 siendo su primera profesora Doña Rosa Isabel Jaramillo, hermana del profesor Manuel
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Jaramillo, quien ya era profesor en la escuela de niños. La escuela se llama hasta hoy “Rosa Zárate”,
personaje insigne de nuestra Historia y que igual combatió junto a su esposo, por la Libertad. Después del
primer grito de independencia, el 10 de agosto de 1809 en Quito, por lo que se la conoce como “Quito, luz de
América”, las persecuciones por parte del ejército realista a los próceres, fue implacable. Trataban de
aplacar la sublevación iniciada por todos los medios posibles. Las matanzas eran el pan del dÃ−a. Con
cualquier pretexto habÃ−a fusilamientos, tal como la masacre del 2 de agosto de 1810 en la misma capital
donde murieron personajes que hoy los recordamos con orgullo.
Doña Rosa Zárate junto con su esposo don Nicolás de la Peña, eran partÃ−cipes del Primer Grito de la
Independencia, por lo que tuvieron que huir con dirección a Ibarra perseguidos por el general Toribio
Montes, enviado por el rey de España, exclusivamente para dar matanza a los osados patriotas. La traición
por parte de los jefes del ejército realista era a la orden del dÃ−a. Un dÃ−a prometÃ−an maravillas para
salvaguardar la vida de los perseguidos, al siguiente, si apresaban o alguien se entregaba, ese mismo rato: el
vire, Fusilamiento seguro.
En estas instancias se encontraba doña Rosa Zárate junto con su cónyuge y después de atrincherarse en
Ibarra, tuvieron que huir más al norte por el acoso del sanguinario militar quien estuvo a punto de morir
atrincherado en la iglesia del lugar. Otra traición, por parte de los Realistas, les salvó la vida y continuaron
con la persecución, hasta que en las selvas de Barbacoas fueron apresados y fusilados sin miramientos, en el
mismo lugar y al instante. Medalla y ascenso para el sanguinario, dolor y tristeza para el pueblo. Más sangre
patriota derramada y en este caso sangre de doña Rosa Zárate, nombre con el que se le bautizó a la
escuela de niñas de Pimampiro.
Para octubre de 1956, entra a funcionar la escuela católica “Dolorosa del Colegio”, regentada por monjas
franciscanas de Colombia y a la cual tuve la oportunidad de asistir cursando el jardÃ−n de infantes, en vista
que en la otra escuela no existÃ−a. Hoy funciona también como colegio y además se enseña la rama
artesanal de corte y confección.
Para 1970, el 28 de septiembre y por decreto de la Presidencia de la República, que en ese entonces se
encontraba el Dr. José MarÃ−a Velasco Ibarra (+), cinco veces Presidente del Ecuador y de quien se dice
fue el gobernante más honrado ¿…? ¿Y el avión que se cayó en el sector de la Libertad, provincia del
Carchi, lleno de dinero del cual muchos lograron rescatar, qué?, en todo caso se realizó la creación del
colegio “Nacional Pimampiro”, que en sus inicios funcionarÃ−a en la Casa Comunal ubicada en la plaza
central de la parroquia, la plaza “24 de Mayo”.
Debo señalar que yo ingresé al colegio y me gradué en la tercera promoción de este nuevo colegio.
Los profesores se unieron ganando, en aquel tiempo como sueldo básico: mil quinientos (1500.oo) sucres.
¡Qué tal! Posteriormente, se construirÃ−a el local en el cual funciona hasta el dÃ−a de hoy, con el aporte
de la población y fruto especialmente de las gestiones realizadas por las reinas, de la ya tradicional “Fiesta
del Tomate”. En todo caso diremos que las escuelas Antonio Ricaurte y Rosa Zárate, son el puntal y
referente de la educación pimampireña.
La idea de la cantonización, siempre estuvo presente en la mente y el corazón de los pobladores que dÃ−a a
dÃ−a luchaban por lograr éste objetivo. No es hasta 1981 en que el extinto Presidente de la República, el
Dr. Jaime Roldós Aguilera, fallecido en el ejercicio de sus funciones en un accidente aéreo el 24 de mayo
de 1981, erigió a Pimampiro a la categorÃ−a de cantón con fecha 26 de mayo del mismo año. Nuestro
benefactor, debÃ−a presidir las fiestas de cantonización. Desgraciadamente no se dio. Por circunstancias de
la vida, falleció en un accidente aéreo dos dÃ−as antes de celebrar el Magno acontecimiento, en la vida
del Cantón.
Anteriormente, el dÃ−a 25 de junio de cada año, se celebraba la parroquialización de San Pedro de
Pimampiro; este fue un error, si se puede decir, de buena fe o involuntario, por cuanto se tomó en
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consideración cuando el Libertador Simón BolÃ−var creó la Provincia de Imbabura. Tamaño error que
se lo descubrió gracias a las investigaciones del profesor Luis A. MartÃ−nez de la Vega, quien realizó una
monografÃ−a investigativa de la población y puso en conocimiento de las Autoridades. En la actualidad sus
festividades se las celebran el 26 de mayo como cumpleaños de su cantonización, quedando atrás el error
que arriba indicamos y que es necesario, especialmente, las nuevas generaciones del lugar, la conozcan.
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