2011 Aprender en la Universidad La formación del estudiante en comprensión y producción académica: entre el conocimiento y el saber hacer ¿Qué implica leer en la Universidad? ¿Qué actividades de escritura voy a tener que resolver? ¿Cuál es la complejidad de la escritura y la lectura? ¿Cómo me ayudan estas actividades a estudiar y a aprender en la Universidad? Prof. Noelia Soriano Burgués Prof. Cecilia Bauer Prof. Claudia Turco Material bibliográfico elaborado por: Área Orientación: Ingreso y Permanencia Universitaria y Seminario de Alfabetización Académica (Carrera de Psicología). FACE – UNCo 2011 Breve editorial: ESTUDIAR VS APRENDER: La Universidad Formación vs información: entre los hábitos de antes y los de ahora o viceversa Cuando se comienzan los estudios del Nivel Superior, los alumnos ingresantes deben poder plantearse qué diferencias existen a nivel de aprendizaje entre un sistema y otro. Partimos desde la base de que no es lo mismo informarse que formarse dado que para estar formado en algo, no alcanza con tener datos a disposición de un tema (información), sino que se deben realizar procesos complejos de aprendizaje en los cuales se asimila el saber nuevo a un conocimiento anterior. La formación en una profesión implica además muchas más cosas que solo estudiar conceptos, como por ejemplo el lado ético de una profesión; de modo que el inicio de formación en una carrera universitaria comienza con el aprendizaje pero creo -firmemente- que nunca termina. En lo que respecta a los conocimientos que son necesarios que desarrolle el estudiante en la Universidad, nuestro interés no es poner en discusión la común frase de que “los estudiantes no vienen preparados, que el sistema anterior no los preparó para la Universidad”, entre muchas otras frases que escuchamos -generalmente desde posturas que más bien se desligan del problema en lugar de abordarlo- . Nuestro interés, en cambio, es brindar en este espacio un primer acercamiento a reflexiones necesarias para un fututo estudiante universitario. No suponemos que el ingresante debe saberlo todo y mágicamente convertirse en un universitario, suponemos sí que cada espacio del sistema educativo debe brindarle las herramientas y las posibilidades que los alumnos necesitan para formarlos en lo que cada área le compete. Por eso el siguiente texto contempla las principales cuestiones que desde los aportes desde la Lingüística podemos brindar tanto a ingresantes como a los estudiantes en la actualidad. Podemos aconsejarles a los estudiantes que es conveniente tomar una actitud permeable para comenzar a reflexionar sobre los modos de aprender y sus principales actividades: escribir y leer en la universidad. Esta permeabilidad es importante dado que el paso al modelo superior exige de un determinado desarrollo personal frente a un conocimiento como lo es la Alfabetización Académica. Se les abre un espacio para adquirir hábitos nuevos de aprendizaje con otras expectativas y dificultades y habrá que dejar atrás en muchos casos, modos que ya no nos sirven para afrontar los desafíos de acceder al conocimiento científico. Podrán comprender la complejidad del discurso académico, tanto de la lectura como de la escritura, por lo cual los invitamos a embarcarse en este hermoso espacio del conocimiento y de la formación que tantas gratificaciones les dará no solo a nivel de desafíos personales sino también profesionales. Prof. Cecilia Bauer Indice I. Editorial A. Primera Parte. 1. Aprender a aprender en la Universidad. Para distinguir ciertos conceptos. 2. ¿Cómo leer y escribir en la universidad? A modo de introducción. 3. Leer desde el paratexto. Prof. Claudia Turco B. Segunda Parte. 1. ¿Qué es la alfabetización académica? 2. El Proceso de lectura. “Leo, pero no comprendo. Algunas reflexiones sobre el proceso de lectura” Prof. Noelia Soriano Burgués. 3. El proceso de escritura. 3. 1. La escritura en el interior de las cátedras. 3.1.1. Leer el programa. Los apuntes de clase. Los parciales y las respuestas a las consignas de los prácticos. 4. Escribir para estudiar. 4. 1. Los esquemas, los resúmenes, las síntesis, redes y mapas conceptuales 5. Los textos académicos. 5.1. Las monografías, los informes de lectura y los ensayos científicos. Prof. Noelia Soriano Burgués 5.2. Los textos expositivos-explicativos. Prof. Cecilia Bauer 5.3. Los textos argumentativos. Prof. Noelia Soriano Burgués 6. Bibliografía A. Primera Parte Aprender a aprender en la Universidad Para distinguir ciertos conceptos: La palabra aprender es un concepto muy amplio y discutido en el ámbito de las Ciencias. Se habla de aprendizaje formal e informal de procesos más simples y más complejos. Lo cierto es que podemos acercarnos a una primera definición diciendo que “aprender es un proceso de adquisición y cambio referido a conceptos” 1. Aprendemos de todas nuestras experiencias de vida y durante toda la vida. Sin embargo, aprender y estudiar no son sinónimos, sino que la actitud de estudiar es un proceso que facilita el aprendizaje, implica una actitud del estudiante en la que, por ejemplo, implica saber buscar y organizar información; manejar ciertas estrategias y técnicas. El estudiar puede garantizar el aprendizaje, pero no es suficiente para producirlo. Estudiar mucho no es sinónimo de aprender mucho. Entonces, estudiar y aprender son procesos complementarios, pero diferentes. Estudiar implica saber manejar, desmenuzar y trabajar la información (además de que cada persona define sus modos y no existe receta válida para todo el mundo, cada uno frente a la situación define el modo que se siente más cómodo al estudiar). Aprender, por su parte, implica recuperar lo estudiado, retrabajarlo, relacionarlo con otras cosas que sabemos. Necesita de tiempo para pensar, para discutir, para explicar, para escribir o producir, interactuar con otros, plantear posiciones y argumentar. Aprender implica entonces problematizar el contenido desde diferentes lugares: análisis de posturas, supuestos teóricos, hipótesis, tesis, etc. Si dicha problematización no existe es difícil que ocurra el conflicto cognitivo. Para realizar aprendizajes significativos en la universidad, será necesario, tal como plantea Ausubel2, que el aprendizaje del alumno dependa de la estructura cognitiva previa que se relaciona con la nueva información, debe entenderse por “estructura cognitiva”, al conjunto de conceptos, ideas que un individuo posee en un determinado campo del conocimiento, así como su organización. “Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio, enunciaría éste: El factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente”. Todo contenido que se aprende de manera comprensiva implica un proceso de estructuración y reestructuración de las ideas que, una vez realizado, produce un conocimiento más duradero. 1 LEITTE, Analía y ALCALÁ, María Teresa. (2000). “Módulo: Aprendizaje y Estudio en la Universidad”, Curso de apoyo al Ingresante, Programa UNNE-Virtual, UNNE, Corrientes. 2 AUSUBEL-NOVAK-HANESIAN (1983) Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. 2° México: Ed. TRILLAS. En el marco de las actividades que realiza el Área Orientación: Ingreso y Permanencia Universitaria surgieron diversas actividades de diagnóstico que nos permitieron analizar las prácticas de lectura-escritura que se desarrollan en los primeros años de la universidad, a través de las concepciones de docentes y, en particular, de los estudiantes. Los resultados muestran que las dificultades en el abordaje de la lectura y la escritura se vinculan principalmente con la particularidad de los modos de leer y los tipos de textos esperados en la universidad, que difieren de aquellos que los estudiantes conocen. Pero ¿qué es leer? Leer no es un acto ingenuo. Leemos e involucramos lo que somos en el proceso de lectura. Pero, además, debemos leer entrelíneas, o como dice Roland Barthes3, detrás de lo leído hay otro texto oculto tan importante como el primero, es un eco. Leer es indagar más allá de lo aparente. Leer es también reconocer un contexto y establecer una relación con el autor. Una especie de diálogo que trasciende el espacio, el tiempo y las diferentes realidades del escritor y del lector. “La lectura es un acto connatural al ser humano. Leemos letreros, placas, modas, sufrimientos, caras, textos, mentiras, gestos, olores, indicios, rótulos, normas, actitudes, voces, letras, actos, sonrisas, leyes, discursos, etc.”4. La lectura transforma la mente, la expande irreversiblemente. Incluso la mente del buen lector almacena y enlaza sistemáticamente todo concepto nuevo que ha leído con uno o varios conceptos que reposan en su mente, fruto de lecturas anteriores. En la Universidad la lectura suele ser considerada como una habilidad básica como una técnica que se aprende de una vez para siempre (Carlino, 2003 b). De ahí que la propuesta de la Dra. Paula Carlino sea trabajar en la “alfabetización académica”, tomando la palabra alfabetización en el sentido del término literacy, que pone de manifiesto que los modos de leer y escribir no son iguales en todos los ámbitos. “Ya no se habla de alfabetización en el sentido de aprender las primeras letras sino de las oportunidades para incluirse y participar en ciertas comunidades que utilizan el lenguaje escrito con determinados propósitos. La universidad es una de ellas”, señala Carlino. ¿Cómo leer y escribir en la universidad? A modo de introducción: Con respecto a la escritura, cabe considerar el valor epistémico de ésta. Como observaba David Olson5, la escritura permite la distancia entre el pensador y lo pensado; lo pensado, una vez 3 Barthes, Roland (2007). El placer del texto. Madrid: Siglo XXI Editores. VELA, Javier. La escritura del habla. Pasto: Centro de Investigaciones y Publicaciones de la Universidad Mariana, 2005. 5 Olson, David R. (1998) El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento. España: Gedisa. 4 escrito, se convierte en una representación externa, estable en el tiempo, manipulable y revisable. La actividad de escritura actual exige poner en relación, confrontar, los conocimientos previos con las demandas de la situación. En este sentido, cada palabra escrita representa un encuentro y, al mismo tiempo, una lucha con los saberes previos. Entonces, implícita en el proceso de escritura está la transformación del conocimiento, de ahí que estudios realizados por Scardamalia y Bereiter6, asegura, que la comprensión de los escritores expertos de aquello de lo que están intentando escribir crece y cambia durante el proceso de escritura. Finalmente, el siguiente cuadernillo constituye un trabajo realizado en conjunto por el Área Orientación: Ingreso y Permanencia Universitaria y el Seminario de Alfabetización Académica para ser utilizado como material bibliográfico de consulta, el mismo estuvo a cargo de las Profesoras Cecilia Bauer, Claudia Turco y Noelia Soriano Burgués. El propósito general del cuadernillo es generar un espacio introductorio de reflexión primaria para los alumnos ingresantes al nivel académico y representar una guía para los alumnos de Nivel Medio que pretenden ingresar a la Universidad Nacional del Comahue y para los estudiantes de nuestra universidad que pretenden reforzar cuestiones referidas a la Alfabetización Académica. El objetivo es lograr que: • comiencen a pensar que el aprendizaje en el nivel académico es complejo y que solo desarrollando procesos cognitivos de lectura y escritura van poder transformarse en lectores críticos y escritores competentes; que comprendan que la adquisición de vocabulario académico es un proceso continuo, que puede acelerarse o retardarse pero que fundamentalmente requiere de tiempo del alumno en conflicto con el conocimiento disciplinar; • qué es acceder a un primer análisis de textos científicos, según las normas de redacción académicas, y que esto les sirve para comenzar a detectar activamente cuestiones específicas de producción y corrección de sus textos. Para esto, se elaboró un cuadernillo-guía que contiene, no sólo un acercamiento teórico necesario, sino también actividades y ejemplos para ser usados por los alumnos a lo largo de toda la carrera. El cuadernillo pretende abordar problemáticas generales de la comprensión y la producción textual, haciendo hincapié en crear hábitos de lectura y escritura, tales como: la relectura, la preescritura, la reescritura, la planificación del escrito, la revisión ortográfica y sintáctica, y el uso recurrente del diccionario. Dicho abordaje tiene como ejes centrales ampliar el léxico, reforzar o desarrollar competencias básicas para el trabajo académico y, sobre todo, que el alumno adquiera técnicas de trabajo intelectual autónomo que contribuyan a su desarrollo como lectores y escritores críticos en el ámbito universitario. 6 Scardamalia, Marlene & Carl Bereiter (1992). Dos modelos explicativos de los procesos de composición escrita. En Tolchinsky, Liliana y Ana Teberosky (Comps.) Más allá de la alfabetización. Infancia y Aprendizaje- Número 58, pp. 43-63. A modo de resumen, presentamos un organizador final con los conceptos fundamentales desarrollados hasta aquí. Leer de la mano del paratexto Prof. Claudia Turco Como ya hemos dicho, cuando leemos, activamos diversas estrategias que permiten buscar distintos datos e informaciones que el texto otorga y que nos ayuda a elaborar el sentido. La primera aproximación a un texto que un lector experimenta es a sus elementos paratextuales. Un paratexto se define por aquellos componentes que rodean al texto y, a la vez, lo auxilian y complementan en la elaboración del sentido. Maite Alvarado sostiene que se trata de un “dispositivo pragmático, que, por una parte, predispone -o condiciona- para la lectura y, por otra, acompaña en el trayecto, cooperando con el lector en su trabajo de construcción -o reconstrucción- del sentido.”7 Este proceso, entonces, propicia la elaboración de anticipaciones, hipótesis e inferencias y colabora estrechamente en la comprensión textual por parte del lector. Es real que el camino recorrido por un texto es extenso desde que el autor lo planifica hasta que llega a un lector como libro. En ese camino, el texto se nutre de distintas aportes que tienen que ver no sólo con las pretensiones del autor sino, por lo demás, con lo que desde la edición se considera para su inserción en el mercado8. Sea como sea, todos los elementos que acompañan al texto también acompañan al lector en la significación que éste le otorgue a aquél. Veamos distintos tipos de paratextos: * Desde un punto de vista perceptivo, distinguimos entre: paratexto icónico (ilustraciones, esquemas, fotografías, variaciones tipográficas, diagramación, etc.); o paratexto verbal (título, prólogo, índice, referencias bibliográficas, notas al pie, etc.). * Desde el punto de vista de la emisión, diferenciamos entre: o P A R A T E X T O 7 8 o o o paratextos a cargo del autor (en muchas ocasiones es él quien redacta el prólogo, las notas aclaratorias, los índices, los títulos y subtítulos, la dedicatoria, la bibliografía, los glosarios y los apéndices); paratextos a cargo del editor (solapas, tapas, contratapas, las que constituyen lugares estratégicos de influencia sobre el público, ilustraciones); paratextos a cargo de un tercero (en algunos casos, los prólogos son escritos por personalidades reconocidas, en ciertos libros aparecen comentarios, glosas, notas al pie hechas por especialistas con el propósito de explicar o aclarar algunos aspectos, con el propósito de facilitar la comprensión). En http://lenguayfilosa.blogspot.com/2010/02/el-paratexto-maite-alvarado.html En el mencionado artículo, Maite Alvarado realiza un desarrollo interesante sobre el mercado del libro. B. Segunda Parte 1. ¿Qué es la Alfabetización Académica? Una aproximación a una definición del concepto. Al ingresar a la universidad, los alumnos se enfrentan a la necesidad de dar cuenta de sus conocimientos acerca del proceso de lectura y escritura con el fin de producir trabajos académicos y, en definitiva, de estudiar; sin embargo, muchas veces esto se constituye en una primera gran traba en su desempeño, ya que aquello que debería ser parte de sus competencias, no lo es. Esto se debe a que socialmente se piensa que estar alfabetizado es saber leer y escribir tal como aprendimos en primaria y que con eso es suficiente para cualquier situación en nuestra vida. Sin embargo, estudios recientes indican que para cada nivel educativo existe una alfabetización que le es propia y que solo ese nivel educativo le puede enseñar cómo es su propia lógica de aprendizaje. Por este motivo, los ingresantes necesitan una nueva alfabetización al iniciar sus estudios superiores: una alfabetización académica. La investigadora Paula Carlino (2003) define la alfabetización académica como “el conjunto de conceptos y estrategias necesarios para participar en la cultura y el discurso de las disciplinas así como en las actividades de lectura y escritura requeridas para aprender en la universidad”. Por su parte, Marta Marín9 agrega con respecto al concepto de alfabetización: La alfabetización es un desarrollo que dura toda la vida del individuo. Esta alfabetización en sentido amplio, o conocimiento letrado, avanza en sus saberes y desempeños a medida que se va encontrando con hechos de lectoescritura más complejos. Esto implica que la lectoescritura no es lo que se aprende en los primeros grados sino una actividad comunicativa continua del individuo en la sociedad, un desempeño de sus competencias comunicativas por medio de la palabra, y ese desempeño está siempre en vías de ser mejorado y ampliado (2006: 17). En este sentido adhiere a lo que plantea Ma. Eugenia Dubois, para quien no debería hablarse de alfabetización, sino de “educación para la lectura y la escritura”10, ya que se ha banalizado demasiado el uso del término y alfabetización parece englobar el mundo y sus alrededores. El trabajo con la lectura y la escritura de textos académicos no debe circunscribirse sólo a actividades previas al ingreso, sino que debe ser un eje problemático revisado por cada 9 Marín, Marta, capítulo 1“El enfoque comunicacional para la enseñanza de la lengua” en Lingüística y enseñanza de la lengua, Aique Educación, pág. 17. 10 Dubois, M.E (2006) “El concepto de alfabetización” en Sobre lectura, escritura… y algo más, Textos en Contexto 7, Bs.As., pág. 88. materia, en cada disciplina, a lo largo de las carreras; es decir que la alfabetización académica debe pensarse como un facilitador de la permanencia de los alumnos en los estudios superiores. Dice Alicia Vásquez11 con respecto a esto: Lo cierto es que se espera que los alumnos en este nivel ya dispongan o adquieran por sí mismos los procedimientos intelectuales necesarios para el trabajo académico –lo que de hecho algunos logran- y, si éste no es el caso, el resultado será un inevitable bajo rendimiento general o, lo que es todavía más preocupante, el atraso en y hasta el abandono de los estudios (2005). Paula Carlino, quien se ocupa de estos temas desde hace algunos años, sostiene que “la fuerza del concepto de alfabetización12 académica radica en que pone de manifiesto que los modos de leer y escribir -de buscar, adquirir, elaborar y comunicar conocimiento- no son iguales en todos los ámbitos. Advierte contra la tendencia a considerar la alfabetización como una habilidad básica que se logra de una vez y para siempre. Cuestiona la idea de que aprender a producir e interpretar lenguaje escrito es un asunto concluido al ingresar en la educación superior. Objeta que la adquisición de la lectura y escritura se completen en algún momento. Por el contrario; la diversidad de temas, clases de textos, propósitos, destinatarios, reflexión implicada y contextos en los que se lee y escribe plantean siempre a quien se inicia en ellos nuevos desafíos y exigen continuar aprendiendo a leer y escribir” (Carlino: 7). POR ESO EN EL SIGUIENTE APARTADO TE INVITAMOS A QUE RECORRAS LA PROBLEMÁTICA DE LA LECTURA DESDE DIFERENTES DEFINICIONES QUE TE ACERCAMOS A VOS... 11 Alicia Vázquez, Universidad Nacional de Río Cuarto - Sec. Académica - Área de Vinculación, 2005. Dice Carlino que la palabra “alfabetización” es la traducción directa de “literacy”, que también puede entenderse como “cultura escrita”. Conviene tener presente que el vocablo inglés hace referencia a un conjunto de prácticas letradas más amplias que las que denota el correspondiente español "alfabetización". Por literacy se entiende la cultura organizada en torno de lo escrito, en cualquier nivel educativo pero también fuera del ámbito educacional, en las diversas comunidades lectoras y escritoras. Tolchinsky y Simó (2001), en un libro que promueve que todas las áreas curriculares de la escuela primaria se ocupen de enseñar a escribir y leer a través del currículum, definen la alfabetización como “la participación activa en la cultura escrita, para ser parte de ella, para disfrutarla y para acrecentarla” (p. 159). La definición de estas autoras resulta pertinente a nuestros fines dado que tiene el mérito de indicar que, incluso para la educación general básica, ya no se habla de la alfabetización en el sentido de aprender las primeras letras sino de las oportunidades para incluirse y participar en ciertas comunidades que utilizan el lenguaje escrito con determinados propósitos. La universidad es una de ellas. 12 2. El proceso de lectura. “Leo, pero no comprendo. Algunas reflexiones sobre el proceso de lectura” Prof. Noelia Soriano Burgués. • ¿Qué es leer? 1. “Leer es siempre una aventura, una práctica que se abre a lo que vendrá”. Gabriela Dicker. 2. “Leer sirve, sobre todo, para hacerse preguntas. Y da igual si son nuevas preguntas o si son preguntas de siempre. El camino del pensamiento tiene que ver con llegar a las propias preguntas, o a la propia formulación de las viejas preguntas”. Larrosa, Jorge, Entre las lenguas. Lenguaje y educación después de Babel. Barcelona. Laertes, 2003. 3. “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; de todos los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”. (J.L. Borges). Esta sería la primera pregunta que uno debe plantearse a la hora de abordar la problemática de la comprensión lectora en el ámbito universitario. Partimos de estos dos caminos que se bifurcan y que luego se unen; caminos que en la universidad debemos recorrer, queramos o no –siempre mejor si queremos-, para llegar a la comprensión, sin perder de vista el fin último: mantener el placer de la lectura. En el siguiente artículo haremos un breve recorrido por algunos puntos problemáticos referidos a la lectura y a su comprensión mediante algunas definiciones de conceptos significativos y a través de las citas de diversos autores que reflexionan acerca del proceso de lectura y el rol del lector. Una primera definición de lectura plantea: “Se entiende por lectura la capacidad de entender un texto escrito” (Adam y Starr, 1982). Isabel Solé (1992), más tarde, define a lectura como un proceso en el que interviene tanto en el “texto, su forma y su contenido, como en el lector, sus expectativas y conocimientos previos”. Entonces, la comprensión lectora es entendida como el proceso en el que la lectura es significativa para las personas. Ello implica, además, que las personas sepan evaluar su propio rendimiento, es decir que está implícita la concepción de lectura como proceso. Otra de las concepciones acerca de la lectura es que es una práctica cultural y como tal cada sociedad le asigna un valor simbólico y una praxis determinada. Entonces, leer no es una capacidad innata ni natural de los humanos, por lo que necesita ser aprendida y enseñada. Sin embargo, la escuela tanto el Nivel Primario como en el Medio, sigue “perpetuando” la concepción conductista de la lectura como un conjunto de habilidades o un pasaje de la simpleza a la complejidad. Pero bien sabemos que no es así, dice Teberosky (1997): “Su aprendizaje es lento, paulatino y forzado, y está atravesado por las diferencias de cada persona y su medio”. Desde la sociología de la lectura se plantea que “leer no es sólo una habilidad sino básicamente una práctica que se realiza en una infinidad de actos singulares, por eso se analiza no sólo los objetos, esas prácticas de lectura y las condiciones de recepción, y los resultados de ese análisis muestran que el proceso de herencia de hábitos de lectura es el responsable de dichas prácticas” (Teberosky, 1997: 257) Pero en definitiva, ¿qué implica comprender? Dice David Perkins13: “La comprensión de un tema implica la elaboración de actividades de comprensión, entonces la parte central del aprendizaje para la comprensión debe ser la realización de dichas actividades. Los estudiantes deben pasar gran parte de su tiempo en actividades que les pidan que generalicen, que encuentren nuevos ejemplos, que realicen aplicaciones, y llevando a cabo otras actividades de comprensión. Y deben hacer dichas tareas de una manera reflexiva, con una retroalimentación que les permita un mejor desempeño”. Es decir que sin comprensión no hay lectura. Entonces, el proceso de comprensión lectora supone un lector activo, que sume sus expectativas y sus conocimientos previos a la hora de desentrañar los planos de significación textual, ya que el texto, “mecanismo perezoso” 14 –concepción acuñada por Umberto Eco-, requiere de las competencias cognitivas del lector para desentrañarlos. Solé (1994) divide el proceso de la lectura en tres subprocesos, a saber: antes de la lectura, durante la lectura y después de la lectura. Isabel Solé recomienda que cuando uno inicia una lectura se acostumbre a contestar las siguientes preguntas en cada una de las etapas del proceso, antes de la lectura; ¿Para qué voy a leer? (determinar los objetivos de la lectura), ¿Qué sé de este texto? (activar los conocimientos previos), ¿De qué trata este texto?, ¿Qué me dice su estructura? (formular hipótesis y hacer predicciones sobre el texto). 13 Perkins, D. y Blythe, T. (1994) “Putting Understanding up-front”. Educational Leadership 51 (5), 4-7. “El texto está plagado de espacios en blancos, de huecos hay que rellenar; quien emitió el texto ya suponía que se los rellenaría y los dejó en blanco por dos razones. Ante todo porque un texto es un mecanismo perezoso (o económico) que vive del exceso de sentido que el lector introduce en él. Por consiguiente, el autor deberá prever un Lector Modelo (un lector ideal) capaz de cooperar en la actualización del texto de la manera prevista por él”. Umberto Eco (1981). Lector in fabula. Barcelona: Lumen, págs. 73-80. 14 La concepción más reciente sobre la lectura proviene de la teoría literaria y fue desarrollada por Louise Rosenblatt15 en 1978: “Mi punto de vista del proceso de la lectura como ‘transaccional’ afirma que la obra literaria ocurre en la relación recíproca entre el lector y el texto. Llamo a esta relación una transacción a fin de enfatizar el circuito dinámico fluido, el proceso recíproco en el tiempo, la interfusión de lector y texto en una síntesis única que constituye el ‘significado’, ya se trate de un informe científico o de un poema” (1989:67). Esta nueva concepción no se opone al enfoque interactivo sino que va un paso más allá (…) en esta teoría lector y texto se confunden en un tiempo único y surgen del mismo transformados. El modelo transaccional supone que: 1. el texto es menos un objeto que un potencial que es actualizado durante el acto de lectura; 2. la comprensión surge de la compenetración de lector y texto y es así algo único a ese evento; 3. el texto es un sistema abierto y por lo tanto la variación en la interpretación es la respuesta esperada (Dubois: 1989,68). 4. “Los lectores son viajeros, circulan sobre las tierras de otra gente, nómadas que cazan furtivamente en los campos que no han escrito”. Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano, México, 1996.(pág. 187. 5. “La lectura es para nosotros una iniciadora cuyas llaves mágicas nos abren en el fondo de nosotros mismos la puerta de lugares a los cuales no hubiéramos sabido entrar…”. Marcel Proust, Sobre la lectura, Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2003. 6. “Leer sin urgencias, pensar con tiempo” De Graciela Perriconi. (La ilustración de la derecha pertenece a Enrique Torralba, ilustrador mexicano). 15 Cf. El apartado “La lectura como proceso transaccional” en Dubois, M.E. (1989). El proceso de lectura: de la teoría a la práctica. Buenos Aires: Aique. La Biblioteca de los textos. Al leer se abre en la mente del lector una puerta a la biblioteca de todas las lecturas que ha realizado en su vida. Dichas lecturas y autores tienden puentes intertextuales entre sí. La lectura intertextual es una lectura múltiple, que trasciende, es decir, tal cual plantea Gerard Genette la intertextualidad es la “relación de copresencia en uno o más textos” o “presencia efectiva de un texto en otro”. Y agrega Julia Kristeva. “Todo texto se construye como un mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto”. De acuerdo con Michele Petit (Petit: 2003) hay tres motivos importantes para leer: en primer lugar, es un instrumento de acceso al conocimiento; en segundo lugar nos permite apropiarnos de la lengua y, además, es un camino privilegiado para la construcción de la subjetividad. Los lectores autónomos, aquellos que han desarrollado distintas estrategias de lectura que favorecen su comprensión y que se mueven entre los libros con soltura y sin acompañamiento, arman y desarman sus itinerarios de lectura guiados por sus intereses, sus inquietudes y, en definitiva, por sus necesidades. La lectura es un intento de recuperación de sentido que se transforma de acuerdo con la subjetividad del lector, quien mientras lee está en diálogo con el conjunto de las experiencias psíquicas y las situaciones significativas que convoca el acto de leer y el sentido de lo que lee. 7. “Para caminar por los túneles, usamos libros como antorchas. Cuando la luz está por apagarse, damos vuelta la página”. Pablo de Santis. Rey secreto, en El sótano de la biblioteca. Ed. Colihue, 2005. 8. “Frente a un texto hay que desconfiar, hay que oponerse, desafiarlo; buscar la respuesta, primero, en nosotros mismos; después, en otros textos o en las palabras de otros; reinventar, recrear, hacer hipótesis. Es imposible un estudio serio si quien estudia se coloca frente al texto como si estuviera magnetizado por la palabra del autor, atribuyéndole una fuerza mágica. No se puede renunciar a una actitud crítica; la misma que es preciso adoptar frente al mundo y a la realidad”. Paulo Freire. • ¿Qué es leer en la Universidad? Ahora abordemos esta segunda pregunta, que refiere específicamente al proceso de lectura en los estudios superiores. En la universidad se requiere que el alumno tenga una nueva alfabetización, una alfabetización académica. Los estudiantes deben reconocer cuáles son los modos de leer universitarios e identificar qué estrategias de lectura le permiten comprender. Pero pensemos ahora, ¿por qué resulta relevante reflexionar acerca del proceso de la lectura en el ámbito académico? La lectura constituye una de las prácticas universitarias de mayor relevancia y, a la vez, configura un obstáculo tangible a la hora de evaluar los porqués de la deserción y desgranamiento educativo. 9. “La universidad se creó para hacer un nuevo tipo de hombre, para creer en él. Más que nunca, urge restaurar esa fe. Y para eso no hacen falta pensar en superhombres; nos bastan los hombres de tamaño natural”. Juan José Arreola 10. “el acto de leer no se agota en la decodificación pura de la palabra escrita o del lenguaje escrito, sino que se anticipa y se prolonga en la inteligencia del mundo. La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente. La comprensión del texto a ser alcanzada por su lectura crítica implica la percepción de relaciones entre el texto y El contexto”. Paulo Freire, La importancia de leer y el proceso de liberación, 1986. Si el proceso de lectura implica esta relación de interacción entre el lector y el texto, tal como plantea Dubois, cabe preguntarse qué sucede en un gran número de nuestros estudiantes que interfiere en la comprensión textual y, por ende, en la aprehensión del significado; qué obstaculiza la fluidez del proceso; de qué mecanismos o estrategias carecen para una comprensión óptima y, en definitiva, para lograr aprender. Habrá que plantearse también qué rol cumplen los docentes en fortalecer u obturar los procesos lecturarios de los alumnos y de qué forma se trabaja para subsanar dichas dificultades. Mientras tanto habrá que seguir recomendando lecturas y difundiendo el placer por leer. 11. “Una persona puede considerarse habilitada como lector - plenamente alfabetizada- cuando está en condiciones de apropiarse de los discursos significantes de la sociedad en la que vive, es decir, de ciertos aspectos fundamentales de su cultura. Preguntarse por la lectura es preguntarse por la circulación de la cultura en una sociedad y también por la manera en que fluyen o no fluyen, están o no están, son otorgados o son negados los bienes materiales a los que esa cultura está ligada: los libros, los diarios, las revistas, los medios de difusión, la educación formal e informal, el arte, etc., etc.” Graciela Montes. Lectura abierta y lectura clausurada. 3. El proceso de escritura (Planificación/Traducción y Revisión). ESCRIBIR NO ES UNA MERA TRANSCRIPCION DE ALGUNA IDEA. Las teorías recientes de la escritura indican que la escritura es un proceso reversible de la lectura (no solo complementario) que permite re significar las lecturas y construir el pensamiento mientras se escribe. Por lo tanto el alto valor cognitivo de la escritura radica en que tomado como un proceso serio que requiere de varias estrategias constituye el proceso por excelencia que demuestra si el estudiante universitario adquirió o no conocimientos nuevos. Para enfrentarse a la escritura académica los alumnos deben primero comprender cuáles son los procesos que constituyen el acto de escribir en la universidad. Para eso se revisarán ciertos conceptos teóricos desde las perspectivas de Marta Marín y Paula Carlino. La escritura académica plantea tomar conciencia de los procesos cognitivos puestos en juego antes, durante y después de la escritura; el pasaje de escritores inexpertos a expertos y, por último, pasar de “decir el conocimiento” a “transformar el conocimiento”. Marín 16, por su parte, en el apartado “La escritura como proceso”, retoma el modelo procesual de Flower y Hayes, quienes explican que en la escritura existen momentos recursivos, “esos momentos interactúan con los conocimientos y las habilidades lingüísticas de los que escriben”(2006: 277). Flower y Hayes describen las partes del proceso de escritura: el ambiente de trabajo (del que depende el problema retórico/tema); la memoria de largo plazo y los procesos de escritura propiamente dichos (planificación/traducción y revisión). El ambiente de trabajo se refiere al problema retórico que enfrenta quien escribe, es decir, las exigencias externas y los objetivos internos, la representación mental del receptor del texto y restricciones temática, discursiva, de extensión, etc. La memoria a largo plazo es la que almacena todos los conocimientos adquiridos por el sujeto y tiene una capacidad ilimitada. Estos conocimientos se pueden recuperar porque están organizados en redes. Durante la escritura se evocan los conocimientos sobre el tema, el tipo textual, sintaxis, léxico. Estos recursos, posesión de cada escritor particular, ayudarán a resolver el problema retórico. 16 Marín, Marta, capítulo 9 “Teoría de la escritura como proceso” en Lingüística y enseñanza de la lengua, Aique Educación. 3.1. La escritura al interior de las cátedras Los procesos de escritura propiamente dichos se refieren a los momentos recursivos que Flower y Hayes proponen: planificación, traducción y revisión del texto. En la planificación se daría cuenta de todas las decisiones de escritor que se toman antes y durante la escritura. En la traducción las ideas se convierten en lenguaje visible. Todo este proceso está sujeto a control y revisión constante, ya que todo escrito es perfectible. Es imposible desconocer el valor epistémico de la escritura, de ahí que la mayoría de las instancias evaluativas en la universidad sean escritas. Esto le permite al docente conocer de qué forma el alumno organiza su pensamiento y construyó el conocimiento adquirido. Dice Paula Carlino17 (2004), que existen cuatro tendencias en los alumnos universitarios: 1. la dificultad para escribir teniendo en cuenta la perspectiva del lector. 2. el desaprovechamiento del potencial epistémico de la escritura. 3. la propensión a revisar los textos sólo en forma lineal y centrándose en aspectos locales y poco sustantivos. 4. la dilación o postergación del momento de empezar a escribir. Y además explica: “Estas tendencias suelen aparecer en la mayoría de los universitarios de los primeros años (población en la cual han sido indagadas) pero en nuestro entorno no sorprendería encontrarlas también en estudiantes más avanzados o incluso en profesionales que cursan posgrados” (2004: 324). Lo que los estudiantes deberían hacer es, sintetiza Carlino: Escribir con conciencia del lector, revisar sustantivamente lo escrito transformando el saber de partida, darse tiempo para armar y desarmar textos y pensamientos, tolerando la angustia de la indefinición por lo que todavía no está construido, postergando la fragua de lo escrito pero empezando temprano a ensayar y a descartar ideas con ayuda de la escritura. 3.1.1. Leer el programa. Los apuntes de clase. Los parciales y las respuestas a las consignas en los prácticos. 3.1.1.1. Leer el programa Cada materia se organiza según un programa. Los alumnos universitarios deben conocer los programas, leer cuál es la lógica y la articulación de los contenidos y, sobre todo, cuáles son las fuentes bibliográficas correspondientes a cada unidad. 17 Carlino, Paula. El proceso de escritura académica: cuatro dificultades de la enseñanza universitaria en Educere. Artículos arbitrados. http://www.unne.edu.ar/institucional/documentos/lecturayescritura08/paula_carlino.pdf 3.1.1.2. Los apuntes de clase Al asistir a clases, es necesario tomar apuntes. Los apuntes de clase son fundamentales pero jamás reemplazan la lectura de los textos obligatorios (y optativos) de la asignatura. El profesor irá marcando qué lecturas hacer y si es necesario hacer diferentes lecturas antes de la clase, con el fin de ir marcando las dudas para consultar. La fuente de estudio son los libros, artículos u otros materiales que se indican en el programa. Los apuntes son un complemento de la bibliografía y no al revés. Es necesario recordar que no se puede estudiar para los parciales, sólo con los apuntes de clases, es fundamental la lectura de la bibliografía del programa. 3.1.1.3. Los parciales y las respuestas de las consignas en los prácticos. En la universidad generalmente se evalúa con exámenes “parciales” donde se toma lo visto. A lo largo del cuatrimestre suelen tomarse dos parciales. Los parciales son una muestra del recorrido realizado por el docente, en concordancia con el programa. En los parciales deben darse respuesta en general en forma expositiva a los interrogantes que realiza el docente. Si los parciales se desaprueban, existen exámenes recuperatorios. En los prácticos, los docentes realizan actividades de escritura con el fin de ir trabajando los textos teóricos que luego se evaluarán en los parciales. Dar respuesta a estos prácticos implica leer en profundidad las guías de lectura que realizan los docentes y elaborar respuestas a las consignas que den cuenta de la reflexión y análisis realizado en esas lecturas. Como ya mencionamos, en la Universidad un alto porcentaje de las evaluaciones se realiza en forma escrita, ya que el docente intenta conocer cuál ha sido el recorrido de aprendizaje que realizó el alumno. En la escritura se puede dar cuenta de aquello que se sabe y lo que todavía no fue aprendido. 4. Escribir para estudiar. 4.1. Los esquemas, los resúmenes, las síntesis, redes y mapas conceptuales 4.1.1. Los esquemas Es la expresión gráfica de la lectura realizada, ya que sintetiza las ideas consideradas como centrales y jerarquiza la información. Daremos algunos ejemplos de esquemas, los mismos permiten visualizar rápidamente la información: Esquema 1. Esquema numérico 2 4.1.2. Los resúmenes y las síntesis Para tener en cuenta: El resumen es una reducción del texto que supone capacidad para seleccionar la información relevante, interpretarla y comprenderla. Es importante aclarar que resumir “no quiere decir acotar el texto e ir pegando y recortando párrafos, sin integrarlos en una estructura general”. Al resumir se ponen en juego las macrorreglas de TeunA.VanDijk: suprimir, seleccionar, generalizar y construir. No es necesario que el resumen mantenga la estructura del texto original, pero deberá tener su contenido básico. Muchas veces resumen y síntesis son usados como sinónimos, pero no lo son. En la síntesis, el lector ciertamente puede expresar con sus propias palabras y estilo la idea principal del autor, cambiando el orden según sus intereses, utilizando analogías, trabajo de investigación, ampliación incluso confrontación en base a los objetivos. El resumen es un texto expositivo que respeta el estilo y léxico con el que se expresa el autor. 4.1.3. Las redes y los mapas conceptuales. Similitudes y diferencias. Los mapas y redes conceptuales son útiles tanto para los docentes como para los alumnos. Los mismos permiten, debido al aspecto gráfico18 que los constituye, una visualización instantánea de los contenidos. “Ambos están formados por nodos (es decir, palabras enmarcadas) y conexiones entre nodos (es decir, las líneas que unen los nodos y que dan cuenta de que entre ellos existe una conexión). Una diferencia importante es que los mapas conceptuales tienen jerarquía gráfica”, es decir que arriba están los conceptos centrales y hacia abajo va aumentando el nivel de detalle. Por su parte, “las redes no necesitan de una jerarquía gráfica vertical”. Las conexiones entre los nodos están dadas por las flechas, que son las que orientan la lectura. Además, ambos instrumentos tienen un aspecto semántico, cuestión que se constituye en la mayor diferencia entre ambos, “Es decir, que importa con qué tipos de palabras está permitido llenar los nodos y completar las leyendas sobre los nexos”. Mapa conceptual Red conceptual Nodos Se completan con sustantivos, verbos o adjetivos Se admiten expresiones matemáticas. Se completan con sustantivos o sustantivos + adjetivos que sean conceptos relevantes del tema. La repetición de nodos está prohibida. No se aceptan fórmulas matemáticas, excepto unidas por la leyenda «se simboliza mediante». Leyendas que unen los nodos Se utiliza cualquier clase de palabras para formar proposiciones entre nodos. La extensión de una oración puede abarcar más de dos nodos consecutivos Se utilizan palabras y verbos muy precisos para formar proposiciones entre nodos. que completan una oración nuclear de óptimo significado entre dos nodos consecutivos. La oración nuclear no puede extenderse consecutivamente a 18 Texto introductorio tomado de: “Diferencias entre mapas y redes conceptuales”. CILIBERTI, N.I. y GALAGOVSKY, L.R. Enseñanza de las ciencias, 1999, 17 (1), 17-29. más de dos nodos. Las oraciones nucleares se leerán siguiendo el recorrido de una flecha Jerarquía gráfica Es absolutamente necesaria. Esta jerarquía vertical debe reflejar la jerarquía conceptual específica del tema No es necesaria. Los conceptos más importantes son los más relacionados 5. Los textos académicos. ACERCA DE LOS TEXTOS PROPIAMENTE ACADEMICOS: Es una tendencia actual que las facultades intenten poner a disposición textos académicos de aprendizaje para los alumnos: pero no es lo común. Cuando un estudiante accede a la bibliografía de cada cátedra en realidad tiene a disposición (salvo excepciones) textos que no están pensados para que el alumno aprenda. Por ejemplo se accede al conocimiento a través de investigaciones, artículos de investigadores dirigidos a otros investigadores, discusiones epistemológicas dentro de un área, entre otros. Nosotros te proponemos que accedas a ver cómo son esos textos académicos por lo cual, en el anexo encontrarás en qué consisten los textos académicos: tanto el texto expositivo como el argumentativo. Asimismo a continuación te presentamos algunos formatos especiales con los cuáles se interactúa en la Universidad. No importa cuál sea el tipo de texto académico que debas escribir en la universidad, nunca olvides elaborar antes una planificación clara de tu escrito; asistí a los horarios de consulta de las cátedras con el fin de ir redireccionando tu trabajo según los objetivos propuestos por la cátedra y los tuyos. Es central realizar borradores, sin perder de vista el proceso de revisión y control constante de la escritura. Recuerda la importancia de leer tu trabajo antes de entregarlo, lo que subsanará errores ortográficos o de puntuación graves y permitirá la corrección de incoherencias o confusiones textuales. Otra alternativa es la corrección entre pares. Por último, recordá tener siempre en mente al destinatario real de tu escrito, lo que hará que no olvides la situación comunicativa. Si bien estos importantes pasos en la planificación del escrito, sumados a la consideración constante de la situación comunicativa, deben tenerse en cuenta en cualquier tipo de texto académico, es relevante que una vez definido el tipo textual que debes escribir consideres la función e intención que el mismo tiene. Así, un texto sólo puede informar acerca de un tema, teoría, época, proceso, entre otros; en tanto otro puede, por ejemplo, argumentar una hipótesis determinada. Considerar el tipo de texto que vas a redactar es de suma importancia para respetar su estructura, su función, sus objetivos. Para esto, es necesario también conocer y distinguir los distintos tipos de texto de circulación académica como, por ejemplo, el informe de lectura, el ensayo científico y la monografía, los que se desarrollan a continuación. 5.1. Las monografías, los informes de lectura y los ensayos científicos. Prof. Noelia Soriano Burgués 5.1.1. El informe de lectura El Informe de Lectura (IL) es un texto escrito en prosa que tiene como propósito fundamental suministrar a un lector, o a unos lectores, una determinada información sobre otro texto escrito (también denominado, texto base). Un Informe de Lectura puede exponer, describir, explicar, analizar, interpretar o argumentar. “El informe de lectura es una revisión expositiva que despliega tareas de análisis y síntesis para exponer un tema (Silveira: 1990) auxiliando al enunciatario en la construcción del sentido global del/los texto/s fuente/s, en la expansión de las inferencias, en la jerarquización de las informaciones, etc.” (Nogueira: 2003). El IL no es una simple sucesión de datos; por el contrario es una construcción de significados que busca dar cuenta de una actividad de comprensión y análisis mediante la exposición de una información jerarquizada. Revela tareas de relación y de distribución de los conceptos más relevantes del texto fuente, su finalidad, su organización, entre otros. El discurso de los textos fuentes puede ser interpretada de manera literal o mediante paráfrasis. El IL no es ni un resumen ni una suma de citas, sino que puede incluirlas en función de la elaboración de una lectura propia, en la que debe opinar académicamente sobre el Texto Base (TB). La finalidad del Informe de Lectura es permitirle al estudiante ampliar sus conocimientos, recoger información, estructurar su pensamiento, forjarse un criterio propio y prepararse para escrituras más complejas: monografías, tesis o ensayos. El IL debe resultar autónomo del TB. Pasos: 1. Esquema. Antes de IL conviene que los alumnos elaboren un esquema. 2. Informe de Lectura (texto autónomo). Planificación del IL: A. Consulta bibliográfica: lectura de la bibliografía obligatoria para encarar el desarrollo del tema. Construcción del tema. Será necesario clasificar y jerarquizar la información obtenida en la exploración del problema. B. Elaboración del plan textual: La confección de un plan supone estructurar la información seleccionada teniendo en cuenta el destinatario al que se dirige y la finalidad del texto. La preparación de un esquema del texto implica, en primer lugar, planificar la información, el desarrollo y el cierre. En segundo término, se deberá proyectar el orden de la exposición y la forma en que se relacionarán las ideas (por ejemplo: mediante el uso de conectores) para contestar al interrogante planteado a través del TB. Elaboración del Informe de Lectura: 1. Realizar una lectura detallada y comprensiva del/los TB propuestos por la cátedra en el programa. 2. Identificar la macroestructura del TB a partir de la elaboración de un esquema. 3. Ampliar el campo de la información sobre el TB, sobre su autor y sobre su contexto histórico y sociocultural. 4. Reconocer los propósitos o exigencias para la elaboración del IL. 5. Desarrollar argumentos críticos o valorativos del/los TB. 6. Redactar borradores del IL. Revisión y control de los mismos. Estructura del IL: 1. Carátula: Presentación personal y título del informe. 2. Índice: Si el informe tiene una extensión considerable, se recomienda la presencia del índice. 3. Introducción: Párrafos introductorias en los que se enuncien los objetivos de la exposición y/o argumentación y, además, se presente a los autores cuyos escritos han sido consultados. 4. Desarrollo: Un resumen de las fuentes consultadas creado en función de responder un interrogante o eje de análisis, en el cual deberán incluirse estrategias explicativas (definiciones, ejemplos, comparaciones, etc.) 5. Cierre: Es una respuesta a la pregunta general a la que responde la exposición, que retoma lo expuesto en los resúmenes. 6. Bibliografía. 5.1.2. El ensayo científico El ensayo comparte con la ciencia uno de sus propósitos esenciales: explorar más a fondo la realidad, aproximarse a la “verdad” de las cosas. Comparte con el arte la originalidad, la intensidad y la belleza expresiva. El ensayo es un producto de largas meditaciones y reflexiones, lo esencial es su sentido de exploración, su audacia y originalidad, es efecto de la aventura del pensamiento. El ensayo es un escrito generalmente breve, sobre temas muy diversos. No lo define el objeto sobre el cual se escribe sino la actitud del escritor ante el mismo; en el fondo, podría ser una hipótesis, una idea que se ensaya. Un buen ensayo científico, por ejemplo, consiste en una creación insuperable en su campo, que ningún literato, por más habilidad que posea, podría escribir mejor. Los grandes ensayistas científicos, en tal sentido, no añaden a su dominio de una parcela del saber el arte de la expresión, sino que su peculiaridad consiste precisamente en entender la ciencia en el lenguaje en que la escriben. De no escribir como lo hacen, no existiría su pensamiento, caracterizado, además, por virtudes como la claridad, la gracia y la agudeza. El ensayo científico es un texto del tipo argumentación de ideas que se articula en torno a una pregunta, objetivo o hipótesis central. Es un ejercicio reflexivo donde el autor elabora argumentos sustentados por una teoría y/o referentes empíricos, de forma clara y coherente. El ensayo está compuesto por tres partes: introducción, argumentos y conclusión (esta última puede ser una puerta a próximas reflexiones). La introducción delimita clara y brevemente la pregunta, objetivo o hipótesis central que guía la discusión. Los argumentos son el cuerpo del ensayo. Éstos se apoyan en evidencia empírica y/o en teoría que responden a la hipótesis o pregunta central para llevarnos a reflexiones propias sobre el tema abordado. El ensayo proporciona una discusión original y rica que contribuye al conocimiento de la temática abordada, en la que el autor muestra el producto de su reflexión basado en una bibliografía diversa, actual y estrictamente del campo científico. Las conclusiones recuperan los argumentos centrales del ensayo para llevarlos a un estado de reflexión superior. Características del ensayo Sus características son: - estructura libre - de forma sintética y de extensión relativamente breve - variedad temática - estilo cuidadoso y elegante - tono variado, que corresponde a la manera particular conque el autor ve e interpreta al mundo. El tono puede ser profundo, poético didáctico, satírico, etc., la amenidad en la exposición, que sobresale sobre el rigor sistemático de ésta. -propósito: convencer o persuadir al lector de adherir a la tesis (para lo cual recurre a estrategias argumentativas). ¿Cómo escribir un ensayo? Se puede escribir un ensayo sobre diversas temáticas o disciplinas siempre y cuando se cumpla con los criterios que constituyen este tipo de textos. Para elaborar correctamente el escrito se debe recordar que el ensayo es un escrito breve. En otras palabras, para escribir un ensayo se deberán responder preguntas relacionadas con el pensamiento crítico; estas preguntas no aparecerán en el ensayo, pero es posible que sí aparezcan varias de sus respuestas. Los procedimientos puestos en juego a la hora de realizar el ensayo científico son: evaluar, debatir, analizar, criticar, exponer-explicar, describir, argumentar y demostrar. 5.1.3. Las monografías. ¿Qué es una monografía? Una monografía tiene por objetivo la realización de una investigación teórica acerca de un tema con el consecuente entrenamiento en la búsqueda, recolección, evaluación y organización del material bibliográfico que le permita escribir al alumno un texto académico, es decir con la seriedad requerida en el ámbito universitario y/o profesional. Entonces, una monografía es una “comunicación escrita sobre una investigación minuciosa de un tema donde se presentan las ideas de forma clara y sistemática”19. Se espera que en el trabajo escrito se evidencie un recorrido general de las lecturas sobre la bibliografía mínima y el planteo de algún interrogante suscitado por estas lecturas. Cabe destacarse que el planteo de interrogantes puede ser vinculado a cualquier área temática; si en el texto se polemiza, es necesario hacerlo con fundamentos y argumentación. Una monografía no puede ser una simple reproducción de los autores leídos. En general, se prefiere que los trabajos contengan algunas referencias a otros trabajos relacionados con el tema, ya que a través del trabajo intertextual el docente podrá reconocer el grado de reflexión. Se considera que un trabajo ha logrado un nivel de conceptualización significativo cuando presenta: a) Tema claro20, consecuente con una planificación clara. b) Organización jerárquica de la información: organización coherente y progresiva de la información. c) Desarrollo argumental: claridad en el planteo de problemas, análisis de la información adecuada; argumentos, contraargumentos, refutaciones y discusiones. d) Sustento teórico; uso del paratexto académico; citación bibliográfica adecuada. e) Es necesario aclarar, con relación al punto anterior, que en la Universidad no se trabaja con el sentido común, sino con teoría, por lo que cada argumento debe sostenerse teóricamente. Elaboración de las monografías • 19 Esquema de trabajo Myrna Rosario Jorge, Universidad Interamericana de Puerto Rico. Para lograr esto será necesario un trabajo concienzudo para la selección y delimitación del tema.Es decir, que se establezco con el docente qué aspectos van a ser abordados en la monografía y qué cuestiones se van a obviar. Por eso, es fundamental la elaboración de una planificación del escrito en la que se evidencien cuáles han sido las decisiones de escritor que se han tomado. 20 Es conveniente realizar un primer esquema o esbozo de las ideas sobre el tema, intentando desglosar los ejes centrales del trabajo, para así separarlas de aquellas otras que se consideren conexas o secundarias. • Bibliografía de Consulta Deberá realizarse una búsqueda lo más exhaustiva posible de la bibliografía existente sobre el tema, por lo que será necesario ampliar el campo de la información. Esta bibliografía puede comprender: libros, enciclopedias, artículos de revistas especializadas, artículos de diarios y revistas de actualidad, publicaciones internas de la Facultad (publicaciones de cátedras, clases teóricas, etc.), informes de investigaciones y publicaciones de otras Facultades o Universidades. Para realizar la búsqueda se puede recurrir a diversas bibliotecas (especialmente aquellas especializadas en la disciplina científica o área temática de interés), hemerotecas, videotecas, sitios especializados en internet. Debe recordarse, con respecto al material bibliográfico buscado en internet que debe ser citado en la bibliografía de la misma forma que cualquier otra fuente bibliográfica y deberá incluirse en la cita la dirección de http y la fecha en que fue consultado el material. Si la bibliografía consultada de internet es abundante se puede agregar en la bibliografía de la monografía un apartado que diga “Bibliografía on line”. Entonces, el material recopilado que se utilizará en el desarrollo de la monografía deberá provenir de fuentes auténticas cuya veracidad pueda acreditarse en citas bibliográficas adecuadas, esto quiere decir que debe citarse no sólo el autor del que proviene el fragmento si no también los datos de año y página, que le permitirán al lector confrontar con el texto original, contextualizar el fragmento o ampliar aquello que está leyendo. Toda declaración o afirmación que se tome de un texto requiere evidencia o demostración y, por lo tanto, deberá ser acreditada mediante la cita apropiada de la fuente, de modo tal que pueda ser corroborada por el lector y diferenciada de las afirmaciones originales del que escribe. Esto legitimará el trabajo y forma parte de los requerimientos del trabajo académico. Organización textual: • Introducción Aquí se explicita lo que se propone abordar, incluyendo, si es necesario, los antecedentes del tema y todo lo que lo contextúe. Debe tenerse en cuenta que la introducción deberá redactarse cuando ya se tengan los lineamientos de lo que se quiere decir, es decir que debe realizarse luego de tener una planificación clara del escrito. De ninguna manera deberá ser una mera expresión de intenciones o de deseos sino el delineado de lo que constituye la propuesta del autor en el trabajo presentado. La introducción debe anticipar al lector lo que encontrará desarrollado en el trabajo. • Desarrollo Luego de confeccionar el esquema conceptual, y en función del mismo, se comenzará a redactar el cuerpo o desarrollo del trabajo. A medida que se avance en la redacción, será necesario ir realizando revisiones y control de lo escrito, con el fin de no perder de vista aquello que se había planificado. Se podrá ir combinando, reubicando y conectando la información de manera que resulte una secuencia lógica coherente que traduzca las ideas construidas en la introducción. Recordamos que toda trascripción de los dichos de otro autor debe distinguirse en forma clara de las ideas del que escribe a través de procedimientos de citación, esto es ser encerrada entre comillas y referida o a través de una nota al pie de página. • Conclusión Una vez terminada la redacción del desarrollo, deberá escribirse las conclusiones. En ellas se podrán explicitar las reflexiones finales a las que se arriba como cierre de lo desarrollado. Se podrá retomar las afirmaciones que aporten hallazgos y/o convicciones y también explicitar las consideraciones respecto a las líneas que se desprendan o que se hayan originado en el trabajo y que puedan dar lugar a futuros estudios o vías de investigación. Citas bibliográficas: Existen dos formas de realizar las referencias bibliográficas correspondientes a citas textuales o paráfrasis: • A pie de página (Con la función en word que aparece en insertar). A continuación del número de nota a pie de página se explicita: Apellido y nombre del autor (o inicial del nombre). Año de la primera publicación (entre paréntesis). Título del libro, artículo, etc. (destacado en letra cursiva). Lugar: Editorial. Cada uno de estos ítems se separa con punto seguido del siguiente, exceptuando “lugar” y “editorial”, que se separan con dos puntos. • Ej.: Le Boulch, Jean (1991). Hacia una ciencia del movimiento humano. Buenos Aires: Paidós. En caso de que se trabaje con un libro cuya edición no corresponde a la fecha original de publicación, se explicita el año de publicación con el se está trabajando al final de la referencia bibliográfica. • Ej: Searle, J. (1995). La construcción de la realidad social. Barcelona: Paidós. 1997. Por lo tanto, en las referencias bibliográficas se debe enumerar, en orden alfabético, todas las fuentes de información (libros, revistas, páginas de internet, periódicos, entrevistas, diccionarios, entre otros) que te han servido para hacer tu monografía. Cada disciplina utiliza normas distintas de citación, por ejemplo en Psicología se utiliza el estilo de las Normas APA; en cambio, en Literatura se utiliza la MLA. Cada docente, explicitará cuestiones referidas a la presentación del trabajo, pero en general los trabajos académicos se presentan con letra Times New Roman, interlineado 1.5, tamaño 11. Recuerda que los márgenes deben estar justificados y el tamaño será 3mm de cada lado. 5.2. SEMINARIO DE ALFABETIZACION ACADEMICA PROFESORA: CECILIA A. BAUER MARZO DE 2011 El Texto Expositivo- explicativo en la Universidad En el presente artículo trataremos de especificar y desarrollar las características y problemáticas del texto académico en tanto texto expositivo. El presente desarrollo no se detendrá en abordar la problemática de los géneros discursivos, ni de tipologías textuales, ni aun de distintos tipos de tramas; sino que asumiremos que las divisiones y clasificaciones en lo que respecta a la gran diversidad de textos es enorme y que resulta inapropiado encasillar en solo una forma el texto académico. Muy al contrario, estamos de acuerdo en que los textos (escritos u orales) son tan heterogéneos como las distintas esferas de la vida cotidiana y por lo tanto cuanto mas compleja la realidad mas complejos son las expresiones textuales. La infinita posibilidad de formas y estructuras no es un impedimento y tal como lo expresara Bajtín21 son una riqueza por lo cual, para el tema que nos ocupa diremos que a mayor complejidad cognoscitiva mayor complejidad textual. El texto expositivo encuentra su anclaje en el ámbito universitario en tanto el texto universitario es por excelencia expositiva y argumentativa, propia del 21 BAJTIN M. (2002). Estética de la creación verbal. Bs. As.: Siglo XXI editores. campo de las ciencias. A su vez, el texto universitario necesita de una secuencia textual que le invite a desarrollar temáticas, ideas, tesis, hipótesis que le permitan plantear problemáticas en su propio dominio, tanto teórico como de investigación o docencia. Así, la producción de discursos científicos en la universidad se instala en el texto expositivo dado que éste le da un lugar privilegiado al conocimiento en lo que tiene de transmisión, de extensión, de estrategias, y de permanencia. En conclusión, abordaremos el texto académico como texto expositivo pensando en aquellos rasgos que le dan una cierta regularidad y estabilidad (unidad). Los textos académicos: El texto expositivo- explicativo El texto expositivo está presente en cada instancia formativa y evaluativa de los alumnos en la universidad. Por ejemplo, cuando un alumno se presenta a un examen oral responderá, desarrollará y expondrá las vicisitudes del tema que el docente le solicita, porque tiene que dar cuenta del conocimiento incorporado. En toda el área de las ciencias sociales es común que además de evaluar al alumno en forma oral lo evaluemos en forma escrita a través de numerosos trabajos: trabajos prácticos, informes de lectura de varios autores; realización de síntesis y reseñas de libros, entre otros. Justamente lo común que tendrán estos escritos serán la necesidad de que el alumno se adecue a la secuencia explicativa- expositiva para poder responder a los requerimientos de la consigna que el docente le solicita. Todas estas tareas están atravesadas por la realización de escritos en los que se solicita desarrollo, explicación detenimiento y análisis de un tema o un problema. Estos desarrollos, ese discurso, no dejan de instalarse en este discurso universitario. También, si pensamos en nuestra vida cotidiana por un momento, vemos que para cada una de nuestras decisiones y acciones recurrimos a justificar-explicar porqué hacemos tal o cual cosa, o cuando algo nos sucede narramos, definimos y exponemos lo que pensamos a otros. Sin embargo, este conocimiento que tenemos y que nos permite expresar lo que sentimos no nos alcanza cuando necesitamos escribir o leer un texto expositivo en la universidad. Por consiguiente, los textos académicos son textos especializados que circulan en el ámbito de la investigación y de la enseñanza superior. La denominación “texto especializado” hace referencia a los textos producidos en ámbitos específicos, con fines específicos. (Adelstein y Kuguel, 2005: 15). Por ejemplo, este artículo no sólo se encuadra dentro de una disciplina lingüística específica sino que, además, tiene un determinado destinatario y ha sido producido bajo una situación contextual especial: para la cátedra de alfabetización académica. Ahora bien, estos textos especializados académicos son los que se producen en universidades, institutos de investigación científica y academias; refieren a temáticas propias de un dominio científico y responden a convenciones y (tradiciones) y variables retóricas especificas de cada área del conocimiento; entre ellos, se pueden mencionar los proyectos e informes de investigación, las comunicaciones en congresos (ponencias), los artículos de investigación, los parciales, las clases. Los distintos grados de especialización que manifiestan responden a cada situación de comunicación en la que cada uno fue producido (contexto, problema retórico y de contenido, restricciones temáticas, destinatario). Así, podríamos ver la problemática de investigar y escribir: “Cabe distinguir, a la hora de analizar los ejemplares textuales, dos fenómenos diferentes: el proceso de investigación y la puesta en texto de dicho proceso. Una cosa es la actividad que los especialistas desarrollan cuando investigan: identificar un problema dentro de su disciplina, revisar lo trabajado por otros investigadores respecto de ese problema, seleccionar una metodología de análisis, recopilar datos y fuentes pertinentes, discutir premisas teóricas e hipótesis de trabajo, testearlas y elaborar conclusiones, etc. En cambio otra cosa es poner en texto la información acerca de esas actividades”(ibídem 2005:16). La cita nos permite introducirnos en la gran complejidad del texto académico que es la complejidad de empezar a conocer una ciencia, una visión de la realidad a partir de la lógica que esa disciplina tenga y la metodología en la cual fue concebida. En este sentido, la lectura de textos académicos nos invita a acceder a la complejidad de recorrer el discurso académico en sus configuraciones expositivas. Este discurso posee una tradición de saberes que se desarrollan a lo largo de la historia de la ciencia, a partir de las problemáticas que cada disciplina tiene y se ha desarrollado en sus investigaciones y avances, en sus metodologías, en las discusiones dentro de su seno, en sus relaciones con otras disciplinas. En definitiva, el acceso a la lectura y producción de textos académicos no solo permite el acceso al conocimiento sino también a su forma de funcionamiento. Esta será entonces la condición de este formato textual; de hecho, el texto expositivoexplicativo es el texto por elección para la presentación y desarrollo de teorías en nuestro ámbito. En el texto académico podemos reconocer explicaciones, argumentaciones, descripciones, narraciones pero vamos a referirnos al texto expositivo-explicativo en su globalidad como aquel en el que predomina la intención de dar a conocer y desarrollar una teoría y que tiene el propósito de transmitir conocimientos en el marco de conceptos y teorías científicas cuyo contenido debe ser tratado en forma rigurosa, respetando las particularidades de la disciplina o tema que expone. De modo tal que quien escribe ese texto trabaja por un lado con una teoría/s – sobre su contenido, por ejemplo seleccionando información y realizando recortes- y además, sobre la situación comunicacional en la que posiciona ese contenido teniendo en cuenta los distintos enunciatarios que el articulo tiene, la comunidad científica en la que se inserta y los factores de relación entre el contexto situacional, institucional y comunicacional en la que se da la emisión de ese texto. El texto expositivo-explicativo se nos presenta, entonces, como aquel texto académico en el que el contenido que circula es una interpretación de quien lo escribe. (Tal es el ejemplo claro de este artículo sin ir más lejos). En este mismo sentido es que podemos agregar que es un texto polifónico. Cada lectura y escritura es una actualización plagada de teorías y voces ya dichas dentro de la disciplina. En esta misma óptica decimos que el texto expositivo puede verse como una “traducción”, es decir una mediación para alguien al que se quiere iniciar en un saber científico. La figura de quien escribe se nos presenta como un especialista en el tema que está legitimado por sus saberes para exponer dicha teoría o problema. Por estas razones, se presenta como un texto “informativo y objetivo”; su meta es facilitar la comprensión de los aspectos fundamentales de un determinado saber” (Nogueira 2003:73). Por este motivo, es un texto en el que se distingue quién enuncia y a quién o quiénes cita en su discurso en tanto fuentes de información. Quien escribe no se instala en el ámbito de la valoración ni en el ámbito de la opinión en este tipo de texto pero se posiciona en un punto de vista y puede discutir sobre un tema a la vez que se propone dar a conocer opiniones de otros (con los que adhiere o no), desarrollar un tema; explicarlo, desarrollarlo. Este sería el punto de la objetividad que mencionáramos. Lo interesante de este modelo explicativo-expositivo es que en el mismo propósito de dar a conocer contenido disciplinar, propone nuevas conceptualizaciones producto de las investigaciones que el enunciador realiza. El texto expositivoexplicativo se sirve de recursos que también podemos encontrar en otros textos como lo son el uso de definiciones, la reformulación, el ejemplo, comparaciones, entre otras. El propósito del uso de estos recursos es que le permitan recorrer los conceptos importantes que definen el objeto de estudio de una ciencia. Así las definiciones son recurrentes a la hora de introducir conceptualizaciones en la exposición. Así, para hablar del átomo deberíamos primero decir que es lo que denominamos átomo: “cantidad menor de un elemento químico que tiene existencia propia y que esta considerada como indivisible”22. Para realizar aclaraciones o explicar diversas formas de un concepto o una teoría; es propicia la reformulación “el átomo es la partícula más pequeña de la materia”. La descripción es un apoyo fundamental de la exposición, sobre todo en aquellos casos en los que es necesario explicar las partes o funciones de un objeto o fenómeno o problema: por ejemplo, cuando se enseña la célula se comienza por indicar sus partes. En el ejemplo del átomo:”El átomo esta formado por un núcleo con protones y neutrones y por varios electrones orbitales cuyo numero varía según el elemento químico”23. En la comparación, se toman dos o mas elementos o teorías para ver los aspectos que se comparten y los que hacen a la diferencia: así, por ejemplo, en la siguiente clasificación podríamos explicar o ampliar dicha información comprando los elementos clasificados: “Hay dos tipos de materia: la que está pura y la que está mezclada. Hay dos tipos de mezclas: las homogéneas y las heterogéneas. De las sustancias puras, los compuestos están hechos de elementos. De ahí que, muchas veces, se acostumbre colocar los compuestos en un nivel superior y más abajo los elementos. Dado que las moléculas y los átomos guardan entre sí la misma relación que la que hay entre compuestos y elementos y, dado que las partículas más pequeñas de los elementos son los átomos y las de los compuestos son las moléculas, suena prudente resaltar ese paralelismo poniéndolos en una columna adyacente”24. En cuanto a lo que estructuralmente es un texto, está atado a su propósito que es demostrar algo, un supuesto teórico. Algunos hablan de una presentación del tema, un desarrollo y por 23 24 22 http://definicion.de/atomo/ http://definicion.de/atomo/ http://www.gratisblog.com/quimica_mas/i148 873-de_palabras_y_conceptos.htm supuesto un cierre. Pero esta versión simplista de la superestructura del texto se complejiza si nos adentramos en el entretejido del texto. Como ya se expuso, todo texto cuenta con un aparato destinado a pensar en el interlocutor. Es un texto escrito para el acceso de otro, y por ende abunda en ejemplos que no solo amplían la información sino que la demuestran. Por estas razones se suele decir que el texto expositivo es directivo: es un texto orientado a la lectura y la comprensión por lo que dirige la mirada del otro a través de sus estrategias por ejemplo, la organización interna como títulos, subtítulos para su mejor comprensión; el resaltado de palabras clave, el uso de cursivas, la citación, entre otros. A nivel temático, este texto tiene una clara estructura que tiene que ver con el planteamiento de un temaproblema y su consiguiente respuesta a través del desarrollo textual. Las disciplinas justamente se vertebran en torno no solo a temas sino a problemas algunos más afines que otros: así por ejemplo, unas se sustentan en el hombre como la filosofía, la psicología, la sociología. Sin embargo cada una de ellas tienen diferentes puntos de partida y recorridos teóricos diferentes en función de las distintas problemáticas que en torno al sujeto se proponen estudiar y por lo tanto a posteriori divulgar. En todas las ciencias se hace uso de este texto, tanto en las físico-matemáticas y las biológicas como en las sociales, dado que el texto expositivo le permite desarrollar en su formato el objetivo central de la ciencia que es proporcionar explicaciones a los fenómenos característicos de cada uno de sus dominios. Así por ejemplo, en las asignaturas del área físico-matemática la forma característica que adopta la explicación es la demostración. El formato textual expositivo se organiza en torno a una estructura que realiza un recorrido teórico en el que muchas veces parte temáticamente de un problema para a posteriori presentar una factible solución o propuesta. Ejemplo de esto, son los enunciados en Matemática que plantean una problemática y el desarrollo de ese enunciado es la solución del mismo: típico en la escuela cuando se enseña la regla de tres simple. En las Matemáticas, la explicación es central como metodología de la disciplina. También en la física y en la química, el modo de transmisión de saberes está atravesado por la explicación: podemos encontrar la presentación y el marco de la situación (podría decirse una delimitación desde donde se sostiene la teoría), el problema en sí mismo, planteado en sus partes y relaciones; luego su desarrollo que puede enriquecerse con ejemplos, ejercicios y por ultimo, la conclusión que viene a retomar lo previo para evaluarlo y darle un final. Por lo tanto, la estructura del texto expositivo es compleja en cuanto la explicación implica estas partes:1-Presentación y posicionamiento dentro de un tema (marco). El enunciador aquí define lo concerniente al ámbito disciplinar, y temático cuyas decisiones implican restricciones a su desarrollo posterior por las decisiones que ha tomado previamente. 2- Planteamiento del problema: dentro de ese recorte que ha seleccionado decide abordar un aspecto problemático en particular para explicarlo. 3-La exposición o explicación y 4- El cierre: que no es un cierre en el sentido corriente del termino; implica evaluar lo presentado al momento y un balance momentáneo dado que en el ámbito de las ciencias nada es definitivo. Visto desde estos aspectos, el texto explicativo es aquel que satisface una necesidad cognitiva, resuelve una duda y desencadena procesos de comprensión y de intercomprensión de la realidad. Por estas razones, una secuencia explicativa se construye siempre a partir del mismo planteamiento porque existe un vacío de conocimiento que el texto trata de aclarar para la comprensión del lector o estudiante. Recapitulando…. El texto explicativo-expositivo como texto universitario es: • • • • • Un texto formativo para difundir saberes. Es un texto especializado, es decir, textos que tienen un grado de dificultad alto, pues exigen conocimientos previos amplios sobre el tema en cuestión (informes, leyes, artículos de investigación científica…) Pretende ser lo más OBJETIVO posible en cuanto al tratamiento de la información y en lo que tiene de conocimiento riguroso y vigilancia epistemológica. Utiliza recursos tales como: definiciones, reformulaciones, ejemplos, comparaciones, descripciones y clasificaciones, comparaciones. Todos estos recursos sirven para apoyar lo que se explica; ayudan a la comprensión. En la presentación del tema- problema: fija la perspectiva y los conocimientos que se presuponen tanto en el tema como de quien será el interlocutor. La necesidad de que la exposición sea clara y ordenada hace que el desarrollo de la información sea progresivo y equilibrado. La estructura típica de las explicaciones en estos discursos es: Presentación / marco, Planteo del problema (explícito o implícito) ,Respuesta del problema, Evaluación conclusiva. Si hubiéramos comenzado este escrito diciendo que el texto expositivo es un texto que expone hubiera parecido una obviedad. Sin embargo, es uno de los aprendizajes más difíciles a la hora de acceder a la cultura escrita en la universidad. A modo de cierre, el texto expositivo encuentra su anclaje en el ámbito universitario en tanto el texto universitario es por excelencia expositivo y también argumentativo. Propio del campo de las ciencias, el texto universitario necesita de una secuencia textual propia que brinde un espacio eficaz para la producción escrita. El texto expositivo no es algo homogéneo sino mas bien lo encontramos enriquecido con cortes argumentales que hacen a la complejidad de un tema, de un problema y que al exponerlo y desarrollarlo no puede dejar de lado las posiciones que enfrenta (y aúna temáticas), dirime o defiende. Este texto universitario no es unívoco, pero no podemos dar una definición acabada de este término complejo. El texto universitario lo es en tanto expone, argumenta y en estos dos procesos principales; realiza la circulación de saberes, aborda discusiones y problemáticas relativas a las temáticas de una determinada disciplina. No existe una sola forma: Puede encontrarse en múltiples facetas porque justamente lo que lo caracteriza es la posibilidad de desarrollo, la posibilidad de decir que el discurso tiene y que el docente o investigador espera (en este ultimo caso si lo pensamos desde el lugar de la evaluación del alumno en la universidad). De este modo, el texto universitario puede encontrarse como artículo de de revista, reseña, informe de lectura, monografía, tesina, tesis, entre otros. Estos textos comparten con el texto expositivo su deseo de difusión, de dar a conocer pero se acercan por sus propósitos y particularidades más al texto argumentativo. Para los alumnos el texto expositivo es el primer texto que aprenden a escribir y en el cual se forman al comienzo de sus estudios. La posibilidad de desarrollo cuando comienzan se ve limitada cuando el tema no se conoce en profundidad y por lo tanto no hay contenido adquirido en el sujeto que escribe. La escritura es polifónica en todo su sentido cultural y por lo tanto, es una reformulación en algún sentido, una actualización, una nueva lectura dentro del ámbito de las ciencias. Esto implica que si no hay contenidos de base para compartir en el texto tampoco habrá reformulación ni reactualización. Por eso la práctica de escritura de un texto expositivo comienza en la universidad con la escritura de pequeños esbozos: primero trabajos prácticos, trabajos prácticos, y luego trabajos de mayor complejidad a medida que van accediendo a este lenguaje compartido científico que involucra formar parte de la cultura universitaria, y que va generando una identidad particular que es propia de este ámbito. Profesora Cecilia Bauer Marzo de 2011 BIBLIOGRAFIA: ADELSTEIN A. Y KUGUEL I. (2005). Los textos académicos en el nivel universitario.Coleccion Texto Básicos. Bs. As: Universidad Nacional de General Sarmiento. BAJTIN M. (2002). Estética de la creación verbal. Bs. As.: Siglo XXI editores. NOGUEIRA SYLVIA (COORD.)(2003) Manual de Lectura y escritura universitaria. Bs. As.: Biblos. SANCHEZ MIGUEL E. (1993) Los textos expositivos. Estrategias para mejorar su comprensión. Bs. As.: Santillana. 5.3. Seminario de Alfabetización Académica Prof. Noelia Soriano Burgués MARZO DE 2011 La argumentación en la Universidad Los textos académicos: entre la exposición y la argumentación “El dominio de la argumentación es el de lo posiblemente verdadero, el de lo problable, en la medida en que este último escapa a las certezas del cálculo”. Charles Pérelman. La argumentación tiene como finalidad principal persuadir, inducir, convencer al auditorio de adherir a una tesis. Primariamente está “destinada a resolver una diferencia de opinión por medios verbales” (2006: 15). Se utiliza normalmente para desarrollar temas que se prestan a cierta controversia, por lo cual se escamotea la información negativa o que pueda presentar fisuras a la lógica argumental, ejemplo claro de esto son las publicidades gráficas de cigarrillos o bebidas alcohólicas o la argumentación jurídica. En la Universidad uno de los textos más recurrentemente usado en la bibliografía es el texto argumentativo, por lo que este artículo tiene como propósito principal conocer y examinar la lectura, la escritura de esos textos argumentativos universitarios; además, y en relación a lo anterior, aprender la relación entre el polo expositivo-explicativo y el argumentativo; su superestructura secuencial; sus estrategias discursivas más usadas, y qué tipos de textos o formatos textuales se leen y se producen en el ámbito universitario. Por otra parte, todo texto, en particular los académicos, tiene una orientación argumentativa. Esto significa que a pesar de la pretensión de objetividad de los textos expositivos-explicativos hay puntos de conexión entre éste y los textos argumentativos, como por ejemplo el uso de las mismas estrategias discursivas (definiciones, ejemplificaciones, metáforas, analogías, entre otras). Las diferencias centrales entre ambos las determinan la intención comunicativa y la situación enunciativa. En el caso de los textos expositivoexplicativos las definiciones, por ejemplo, sirven para que el destinatario supere su desconocimiento acerca de un tema, sin embargo, en los textos argumentativos, la definición es útil para reorientar la discusión, introduciendo un punto de vista diferente del ya expuesto. Citemos un ejemplo de cada uno: 1. Un tsunami25 (del japonés tsu (津): ‘puerto’ o ‘bahía’, y nami (波): ‘ola’; literalmente significa ‘ola de puerto’). También recibe el nombre de maremoto; es un evento complejo que involucra un grupo de olas de gran energía y de tamaño variable que se producen cuando algún fenómeno extraordinario desplaza verticalmente una gran masa de agua. Este tipo de olas remueven una cantidad de agua muy superior a las olas superficiales producidas por el viento. Se calcula que el 90% de estos fenómenos son 25 Real Academia Española (ed.): «Definición de tsunami (avance de la vigésimo tercera edición)» (en español). Consultado el 21 de julio de 2010. provocados por terremotos, en cuyo caso reciben el nombre más correcto y preciso de «maremotos tectónicos». La energía de un tsunami depende de su altura (amplitud de la onda) y de su velocidad. Es frecuente que un tsunami que viaja grandes distancias, disminuya la altura de sus olas, pero mantenga su velocidad, siendo una masa de agua de poca altura que arrasa con todo a su paso hacia el interior. 2. “La guerra biológica es un nuevo tipo de terrorismo, que el hombre ha desarrollado con la ayuda de la ciencia. En el nuevo milenio, la biotecnología emerge cual moderna herramienta permitiendo expandir el poder de la ciencia hacia insospechados bordes. Sus posibles aplicaciones no solamente impactarán en el plano de la biología: también se verá reflejada la presencia de su impronta, en vastas dimensiones psico-socioculturales26”. Otra discrepancia es la construcción del destinatario27, en el caso del explicator, éste se presenta como el poseedor del saber, por lo que busca su transmisión promoviendo la comprensión del lector. En cambio, el argumentator se dirige a un igual que construye; utilizando la captatio benevolentiae28 intenta convencerlo de tener o tomar una posición acerca de la tesis o premisas propuestas. A su vez, en ciertos tipos de textos académicos, como por ejemplo las monografías, los parciales o los informes de lectura, los límites genéricos no son claros, ya que es necesario del trabajo tanto con secuencias expositivo-explicativas como argumentativas. A la hora de leer un texto argumentativo en la Universidad se potenciará la comprensión prestando atención al paratexto, su situación enunciativa y a las secuencias que lo componen. Por lo tanto, la escritura y lectura de textos argumentativos en la Universidad es una tarea compleja. De hecho, alumnos que se desempeñan muy bien en la lectura de textos de este tipo, muchas veces producen argumentaciones de un nivel muy diferente, o poco adecuadas del que harían prever sus competencias lectoras. Como hemos mencionado, en estos textos el argumentator intenta influir al destinatario de que realice una determinada elección ética, estética, social o política; para ello se apoya en otras afirmaciones que, en forma explícita o implícita, le permiten sustentar sus premisas. Así, en un tema controvertido como el uso de la 26 Alicia I. Losoviz. De la Biotecnociencia a la guerra biológica. Consideraciones bioéticas sobre el concepto de responsabilidad. http://www.eps-salud.com.ar/Pdfs/Losoviz_Tecnociencia.pdf (Consultado el 10 de marzo de 2010). 27 La idea de auditorio (o destinatario) es, según Perelman, siempre una “construcción más o menos sistematizada” (Perelman y Oblbrechts-Tyteca, 1989:34) y es a quien el argumentator tiene en mente a la hora de diseñar sus argumentos. Cf. Marafioti, cap. “Chaïm Perelman, la argumentación jurídica y la nueva retórica”, pág. 155. 28 Del latín captatio ('captación, acción de buscar algo') y benevolentia ('benevolencia') en el caso genitivo, es un recurso literario y retórico a través del cual el autor intenta atraerse la atención y buena disposición del público, en el caso de un discurso, o lector, si apareciese en una obra escrita. Los autores hacen alusión la mayoría de las veces a que los oyentes o lectores sean comprensivos con sus errores aduciendo alguna excusa o razón, si bien en muchos de los casos es, presumiblemente, falsa modestia. http://es.wikipedia.org/wiki/Captatio_benevolentiae gramática, se argumenta a favor del presupuesto teórico de que: “es importante enseñar gramática”, idea que se sostiene en otra elección y perspectiva teórica: “la gramática puede ayudar a hablar mejor”. La gramática no enseña a hablar; enseña a reflexionar sobre el hablar, y por tanto indirectamente puede ayudar a hablar mejor (es decir: pensar mejor y comunicarse mejor). La gramática examina los elementos que constituyen la lengua, y la organización y funcionamiento de todos esos elementos. (Seco, 1995: 32). A la hora de argumentar se ponen en juego, entonces, nuevas valoraciones o configuraciones acerca del hecho puesto a discusión, es decir que se busca la identificación con el enunciado de un problema o situación que admite posiciones a favor o en contra a través de una tesis (opinión que se defiende). Argumentar es, por lo tanto, aportar razones para defender una opinión, idea o perspectiva teórica. A pesar de esto la argumentación, según Roberto Marafioti29, es de difícil definición: Muchos estudiosos del tema prefieren definirla por su intencionalidad. En este sentido, convencer o persuadir resultan las metas más usuales. Algunos autores hablan de ‘provocar o aumentar la adhesión de los espíritus a las tesis presentadas para su asentimiento’; otros sencillamente se limitan a afirmar que la argumentación intenta al menos obtener que el destinatario adhiera no a las tesis sino al menos a las razones que se invocan en la elaboración de algunos argumentos (1995: 19). Ahora que hemos abordado el problema de la identificación del concepto de argumentación y que reflexionamos acerca de la relevancia de los textos argumentativos en el ámbito académico, podemos agregar que, si bien el estudio de la argumentación tiene sus orígenes en la retórica clásica30, desde un enfoque pragmático y estructural el estudio de los textos argumentativos se ha abordado en los modelos teóricos de la lingüística del texto. Desde esta perspectiva, el texto argumentativo -y según la teoría de Adam (1995)- es el que presenta como secuencia dominante, esto es, como esquema de base para organizar el contenido, la secuencia argumentativa. 29 Marafioti, Roberto. (compilador). Temas de Argumentación, Buenos Aires: Ed. Biblos, 1995, pág. 19. Aristóteles definió la Retórica como la “facultad de considerar en cada caso lo que cabe para persuadir” (Retórica I, 2), esto suponía la elaboración de unas reglas para elaborar un discurso cuyo fin es convencer a los destinatarios. La retórica tenía como objeto el discurso oratorio desde tres puntos de vista: Producción textual: invención, disposición, elocución, memoria y acción. / - Estudio de la estructura interna: exordio, narración, argumentación y epílogo /- Producción externa: en su relación con el emisor, el destinatario, el referente y el contexto. En el Siglo XX se da un renacimiento de la disciplina a través de Perelman y L. Olbrechts-Tyteca. Estos autores recuperan la retórica clásica aristotélica elaborando una teoría del discurso basada en los presupuestos greco-latinos. 30 1. La secuencia argumentativa La secuencia argumentativa, según Adam31, está constituida por el uso de las estrategias de la deducción, cuestión que se da a través del silogismo y el entimema. A. El silogismo es un discurso compuesto por tres enunciados (o proposiciones) simples. Una de estas proposiciones, la conclusión, se infiere de las otras dos, las premisas. Cada una de las premisas tiene un término común con la otra premisa y un término en común con la conclusión, es decir, dato (premisa mayor y menor) → conclusión. Ejemplo: Los planetas son redondos - primera premisa La Tierra es un planeta - segunda premisa Por tanto, la Tierra es redonda – conclusión Examinemos otro ejemplo más complejo: Premisa Mayor: El progreso técnico nos deslumbró con su mágico poder, liberó a los animales de pesadas cargas, dignificó el trabajo del hombre, multiplicó los bienes. Premisa Menor: Pero la invención tecnológica también deteriora el planeta más bello del universo. El planeta se congestiona: el agua servida en las cloacas se confunde con las napas puras, el humo venenoso de sus chimeneas oscurece el verde de sus parques y amenaza la vida. Conclusión: Es preciso definir los puntos en que habría que modificar la dirección del avance tecnológico, dar otro rumbo a la incesante aventura humana. Como vimos, el silogismo se presenta bajo la forma: “Si todo A es B y si todo B es C, entonces todo A es C”. B. Con respecto al entimema, es una forma incompleta de silogismo. Se omite la explicitación de alguna de las premisas, es decir que se utiliza la deducción. Ejemplo de entimema: La carrera armamentista de los países desarrollados y el desarrollo tecnológico en diversidad de armas ha aumentado; los actos terroristas en los países productores de armas es cada vez mayor. En este razonamiento se omite por sobreentendida la premisa intermedia: “el tener armas no soluciona el problema del terrorismo, ni de la guerra”. La organización estructural de la secuencia argumentativa será: la presentación de argumentos (en la introducción); el tema o tesis/ hipótesis o pregunta (que puede estar implícita o explícita); el cuerpo de la argumentación (uso de estrategias argumentativas en el desarrollo) y los contraargumentos, y la conclusión o cierre (en donde se recupera la tesis o hipótesis argumentativa). 31 Adam, Jean-Michel. “Hacia una definición de la secuencia argumentativa” en Comunicación, Lenguaje y Educación, 1995, 25, 9-22. Pero reflexionemos acerca de la formulación de la hipótesis (aseveración particular, por ejemplo: “Yo gano menos que mi marido”) o tesis (aseveración general, por ejemplo: “Actualmente las mujeres siguen en desventaja con respecto al hombre”). Las mismas se enuncian como proposiciones o aseveraciones bimembres de las que se puede estar a favor o en contra o predicar que son verdaderas o falsas. Toda argumentación está orientada según una hipótesis o tesis de la que se afirman unas premisas y argumentos; éstas contribuyen a sostenerla. A la hora de escribir un texto argumentativo es indispensable que el escritor identifique para sí con precisión su propia tesis, ya que ésta se convertirá en eje de su argumentación. Citemos algunos ejemplos: a) En nuestro país, las campañas contra el SIDA son ineficaces e insuficientes. b) El Estado debería invertir más dinero en Educación pública. 2. Estrategias argumentativas: Para sostener la tesis o hipótesis, el argumentator recurre a diversos procedimientos lingüísticos. Estas estrategias, entonces, son todos aquellos procedimientos discursivos que, de modo intencional y consciente, utiliza el hablante o el escritor para incrementar la eficacia de su discurso al convencer o persuadir al destinatario en una situación comunicativa donde exista argumentación (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1989). Entre ellas se destacan: 1. La DEFINICIÓN en la argumentación se emplea para explicar el significado de conceptos, pero además permite reorientar los argumentos, siempre en pos de lograr persuadir al destinatario. En ocasiones, se utiliza para demostrar los conocimientos que tiene el argumentador. Ejemplo: ¿Qué es el virus sincicial? El sincicial es un virus que produce enfermedad respiratoria en pacientes de cualquier edad, pero con distinta severidad. En los lactantes y niños pequeños es la causa más importante de virus severos y provoca graves problemas obstructivos y bronconeumonías. 2. La COMPARACIÓN o ANALOGÍA se caracteriza por establecer una relación entre dos parejas de términos. Sirve para ilustrar y hacer más comprensible lo explicado. Muchas veces sirve para acercar ciertos conceptos al lector común. Al razonar por analogía se construye una estructura que permite encontrar o probar una verdad gracias a una semejanza en las relaciones. Ejemplo: a. “El intelectual se alimenta de restos como el buitre de la carroña” (Anónimo). b. “El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez que se ha inventado, no se puede hacer nada mejor”, Umberto Eco. 3. La CITAS son reproducciones de enunciados emitidos por expertos y tienen el objetivo de dar autenticidad al contenido. Las citas se emplean como argumentos o citas de autoridad. Ejemplo: Hermann Hesse afirmaba: “Cuanto más se satisfagan con el tiempo ciertas necesidades populares de entretenimiento y enseñanza a través de otros inventos, más recuperará el libro su dignidad y autoridad... No hemos alcanzado todavía el punto en el que los nuevos inventos rivales, como la radio, el cine, etc., descarguen al libro de esa parte de sus funciones que no merecen la pena”. 4. La ENUMERACIÓN ACUMULATIVA consiste en aportar varios argumentos en serie. Cumple una función intensificadora. Ejemplo: Dice Umberto Eco en el artículo “Los libros no morirán nunca” 32: “Por una parte, inventamos muchos instrumentos para conservar la memoria, todas las formas de grabación, todas las posibilidades de transportar sabiduría, y se trata, sin duda, de una ventaja considerable en comparación con esas épocas en que era necesario recurrir a mnemotecnias para recordar, simplemente porque no se podía tener a disposición todo lo que era oportuno saber. Pero, por otra parte, más allá de la naturaleza perecedera de estos instrumentos, que en efecto es un problema, tenemos que reconocer que no tenemos una actitud imparcial ante los objetos culturales que producimos. Por citar sólo un ejemplo, pensemos en los dibujos originales de las grandes creaciones del cómic: son sumamente caros porque son muy raros (hoy en día una lámina de Alex Raymond cuesta una fortuna). ¿Por qué son raros? Simplemente porque los periódicos que los publicaban, una vez reproducidas las láminas, las tiraban a la basura”. 5. La EJEMPLIFICACIÓN se basa en aportar ejemplos concretos para apoyar la tesis. La función de los ejemplos puede ser demostrativa o ilustrativa, siendo necesario en el primer caso deducir o inferir una idea general a través del ejemplo y, en el caso de la segunda, se prolonga un argumento aclarándolo. Ejemplo: “Después del ataque a las Torres Gemelas, una presunta amenaza bacteriológica remedada por la presencia de cartas presuntamente contaminadas con esporas de ántrax supuestamente en la forma de un 'polvillo blanco', condicionó a que el miedo a los contagios se extendiera por todo el mundo. Así, la simple sospecha creada sobre alguna correspondencia 32 Para ampliar información sobre el tema. http://www.lanacion.com.ar/1289086-los-libros-no-morirannunca cerrada, quedó convertida en económica arma bioterrorista, contrastando las numerosas denuncias por falsas alarmas, con los pocos casos detectados”33. 6. Las PREGUNTAS RETÓRICAS se emplean con fines diversos: provocar, poner en duda un argumento, comprobar los conocimientos del receptor, entre otros. Ejemplo: Dice Umberto Eco: “¿El libro desaparecerá a causa de la aparición de Internet? Escribí sobre este tema hace tiempo, es decir, cuando la pregunta parecía pertinente. A estas alturas, cada vez que alguien me pide que me pronuncie al respecto, no puedo sino repetir el mismo texto. En cualquier caso, nadie se da cuenta de que me repito, porque no hay nada más inédito que lo que ya se ha publicado y, además, porque la opinión pública (o por lo menos los periodistas) tienen siempre la idea fija de que el libro desaparecerá (o quizá los periodistas piensan que son los lectores los que tienen la idea fija) y todos formulan incansablemente la misma pregunta”. 7. La DESCRIPCIÓN y la NARRACIÓN son procedimientos discursivos que buscan también hacer más comprensible la información y lograr la adhesión del destinatario. El arte de contar una historia, una anécdota, era uno de los puntos de partida de la inducción Socrática, pues a través de ésta se buscaba contribuir al descubrimiento de un principio o una regla. Ejemplo: “La metáfora militar apareció en medicina hacia 1880, cuando se identificaron las bacterias como agentes patógenos. Se decía que las bacterias invadían el cuerpo, o que se infiltraban en él. Pero el modo con que hoy mencionan el asedio y la guerra hablando del cáncer es de una exactitud literal y de una autoridad sorprendente. La descripción no se limita a la evolución clínica de la enfermedad y sus tratamientos, sino que la enfermedad se convierte en el enemigo contra el que la sociedad entera habrá de alzarse en pie de guerra34”. A modo de cierre El presente artículo intentó, por un lado, definir el concepto de argumentación, reflexionar acerca de su macroestructura y de las estrategias argumentativas puestas en juego a la hora de argumentar. La función de la argumentación es destacar las cosas buenas por decir y disimular o escamotear, lo que podría ser tomado por perjudicial por el auditorio. El fin último es lograr la adhesión a la tesis. Los textos argumentativos en la Universidad constituyen un espacio polifónico y de intertextualidad, de ahí la complejidad de los mismos y de ahí la elección de 33 34 Losoviz, op cit. pág. 3 Susan Sontag: La enfermedad y sus metáforas. Buenos Aires, Taurus, 1996. pp. 67 – 68. estos como material bibliográfico académico. Los tipos de textos argumentativos académicos que se abordan, en general, se alejan de una matriz genérica pura acercándose más a la transgenericidad. La idea es que convencer no sólo es fruto de argumentar sino que, como acabamos de decir, también hay que predisponer al auditórium a recibir los argumentos y al final se debe rematar la argumentación con una buena síntesis. Como lectores y escritores de textos argumentativos es necesario tener bien presentes estas cuestiones para asegurar la comprensión. Bibliografía: ADAM, Jean-Michel. “Hacia una definición de la secuencia argumentativa” en Comunicación, Lenguaje y Educación, 1995. ARCHANCO, P., FINOCCHIO, A. M. 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