Breve referencia informativa sobre el evento y algunos datos de

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Encuentro Diocesano de Laicos y IV Jornadas Católicos y Vida Pública
“Cristianos y ciudadanos para una nueva evangelización”
Campus universitario CEU de Bormujos
Sevilla, 18 y 19 de febrero de 2011
En este encuentro del laicado de la Iglesia de Sevilla donde se han inscrito más de 500
personas, participando personas vinculadas a más de 35 movimientos o asociaciones laicales,
además de a colegios, parroquias, hermandades y otras instituciones pastorales de la
Archidiócesis, así como 225 jóvenes universitarios, participando también más de 90 niños que
acompañaron a sus padres y que tuvieron actividades paralelas adaptadas a sus edades.
Se adjuntan las dos crónicas periodistas elaboradas por la Delegación de Medios de la
Archidiócesis de Sevilla sobre el evento:
MONS ASENJO: “URGE QUE LOS CRISTIANOS DEFENDAMOS
NUESTRO DERECHO A COMPARECER EN LA PLAZA PÚBLICA”
SEVILLA (18-02-11).- El arzobispo de Sevilla ha inaugurado esta tarde las cuartas jornadas Católicos y
Vida Pública y Encuentro Diocesano de Laicos, que se están celebrando en el salón de actos del campus
universitario CEU de Bormujos (Sevilla). Mons. Juan José Asenjo ha destacado que estas jornadas son
“un aldabonazo o banderín de enganche ante la avalancha laicista que nos invade”. En este sentido, ha
subrayado el hecho de que encuentros como éste, donde se dan cita diversas realidades y carismas de la
Iglesia, “son muy provechosos porque se estrechan vínculos entre los distintos movimientos”, salvando
de esta manera los posibles efectos negativos que se pueden derivar de lo que ha definido como
“excesiva atomización de los grupos”.
Mons. Asenjo recordó la llamada de Juan Pablo II a la “complementariedad de los grupos de la Iglesia”, e
hizo especial hincapié en la oportunidad que estas jornadas significan para el mutuo conocimiento de
los diversos carismas de la Iglesia, “sin olvidar a las hermandades y cofradías, que tanta importancia
tienen en Andalucía y Sevilla”, añadió.
“Es más lo que nos une que lo que nos separa. Nos une el Señor y la inmensa tarea que tenemos ante
nosotros”, señaló. En la misma línea, el arzobispo afirmó su convencimiento en que “estas jornadas
fortalecen nuestra conciencia de familia diocesana”. Hizo también alusión al mensaje que dirigió a los
asistentes a la jornada celebrada el pasado año, cuando hizo un llamamiento a la Iglesia española para
que “cultive un catolicismo militante con coraje, valentía y sin complejos”. Para ello destacó la
necesidad de contar con “un laicado bien formado y partícipe en las tareas diocesanas”. Concluyó su
intervención destacando que “urge que los católicos defendamos nuestro derecho a comparecer con
otros grupos en la plaza pública”.
“Punto de encuentro de cristianos de distintos carismas”
Juan Carlos Hernández Buades, presidente de las IV Jornadas Católicas y Vida Pública y secretario del
centro de Sevilla de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), subrayó en su intervención los
objetivos que se persiguen con la celebración de este encuentro. De un lado, “ser un punto de
encuentro para que cristianos con distintas sensibilidades y carismas podamos conocernos más y
mejor”. En segundo lugar, y aludiendo al lema de las jornadas, alentó a los participantes a “trabajar
juntos para transmitir a la sociedad nuestra verdad”. “Los cristianos tenemos mucho que aportar a la
sociedad”, añadió. Así, Hernández Buades afirmó que “no seremos auténticos cristianos si nuestros
vecinos no saben que lo somos”.
Homenaje a Juan Pablo II
Concluyó su alocución con un recordatorio al papa Juan Pablo II, “quien bien merece un monumento en
Sevilla”. La afirmación fue refrendada por los asistentes que llenaban el auditorio con un largo aplauso,
antes de que se proyectara un audiovisual que se ha preparado como homenaje al anterior pontífice. El
vídeo contaba con imágenes de las dos visitas de Juan Pablo II a Sevilla e instantáneas en las que
aparecen sevillanos junto al papa a lo largo de su largo pontificado.
Precisamente, en el hall de entrada del campus CEU se instaló la réplica del monumento a Juan Pablo II
que el imaginero Juan Manuel Miñarro está ultimando estos días en su estudio sevillano.
“Lenguaje claro con mensaje explícito”
Finalmente, Enrique Belloso, delegado diocesano de Apostolado Seglar, insistió en la necesidad de
“transmitir el mensaje de Jesús con un lenguaje de hoy”. “Tenemos que hablar un lenguaje claro con un
mensaje explícito”, añadió. Se mostró convencido de que “los cristianos no podemos silenciar lo que
creemos, y tenemos que anunciarlo”, aunque “sabemos que muchos viven como si Dios no existiera”.
Resumió su intervención con un alegato a “hacer creíble a Dios en este mundo”. “Para ello –concluyó- se
necesitan testigos con una vida sencilla y abiertos al diálogo con los demás”.
Ponencia de Moreno Andrade
La primera ponencia de las jornadas corrió a cargo de Antonio Moreno Andrade, presidente de la Sala
de los Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, quien disertó sobre la
situación y el compromiso de los laicos ante la nueva evangelización. Moreno Andrade entiende
prioritaria la necesidad de “situarnos los cristianos ante los retos de nuestro tiempo, el relativismo, el
laicismo agresivo y la falta de una verdadera igualdad entre los hombres. Junto a ello –añadió- combatir
sinceramente la inactividad y complacencia, o al menos indiferencia, con que vivimos estos ataques a
nuestro sentimiento religioso”. Ello requiere a su juicio una constante batalla para conocer la realidad
social en que nos sitúa este tiempo y poder así canalizar nuestra conducta y comportamiento, “que
deben ser ejemplarizantes desde la bondad esencial de los mismos”.
Recordó que el cristiano no puede encarar esta situación en soledad, “necesita la ayuda de la Iglesia,
que sea ésta quien marque las directrices de su apostolado, de su propia conducta en defensa de sus
valores, de la vida, la familia y la espiritualidad”.
Situó la consecuencia actual del compromiso cristiano “esencialmente en la ayuda constante a los
demás. De manera especial, en Sevilla, donde movimientos de extraordinaria llamada como las
cofradías, son capaces de aglutinar a tanta gente, a las que hay que implicar seriamente en el ejercicio
de la caridad”. En este punto señaló que “resulta inaplazable plantearnos si, siendo la pobreza el
problema más acuciante de nuestra sociedad presente, no sería conveniente que todos nos
aprestáramos a afrontar esta lacra como prioritaria atención de nuestras vidas”.
Insistió en este aspecto al afirmar que, para los gobernantes, para las asociaciones de todo tipo, para los
cristianos, individualmente considerados, “nada debería haber que resulte prioritario a subvenir las
necesidades de quienes transitan en su desespero por el paro, la pobreza y la falta de horizontes”.
Concluyó destacando que “ante este tiempo de descristianización, de postergación de los valores,
estamos urgentemente llamados a un esfuerzo formativo constante, a una alerta creciente en la
educación de nuestros hijos y a una dedicación permanente en la lucha contra la impostura, la
indiferencia y el ataque a nuestros valores”.
Mesa redonda sobre la propuesta cristiana a los jóvenes
La jornada inaugural concluyó con la mesa redonda sobre “los valores de los jóvenes de hoy y la
propuesta cristiana”, con la intervención de Adrián Ríos, delegado diocesano de Pastoral Juvenil; Rocío
López de la Chica, coordinadora de Comunicación de DED Sevilla´2011; y Constantino Rodríguez
Méndez, secretario general del Movimiento de Seglares Claretianos.
La sesión de mañana sábado comenzará a las diez y media de la mañana con la segunda ponencia de las
jornadas, “El cristiano en un mundo en cambio: misión, libertad, igualdad”, a cargo de José Manuel
Otero Novas, exministro de la Presidencia y de Educación.
El Encuentro Diocesano de Laicos y IV Jornadas Católicos y Vida Pública se desarrollan este fin de
semana en el campus CEU de Bormujos. La organización corre a cargo de la ACdP, la Archidiócesis de
Sevilla y la Fundación San Pablo Andalucía CEU, con la colaboración de BBVA.
Segunda sesión de las jornadas que se están celebrando en el campus CEU de
Bormujos. El arzobispo entre los asistentes.
OTERO NOVAS: “EL CRISTIANO TIENE QUE EXIGIR EL
DERECHO A MANIFESTARSE COMO TAL”
El exministro criticó la existencia de ciertas tendencias sociales que, desde estamentos
públicos, favorecen el recorte de la libertad de los cristianos a presentar en libertad su
verdad.
SEVILLA (19-02-11).- El exministro de Presidencia y Educación en el Gobierno de Adolfo
Suárez, José Manuel Otero Novas, ha abierto la segunda sesión de las IV Jornadas Católicos
y Vida Pública y Encuentro Diocesano de Laicos que se celebra desde ayer en el salón de
actos del campus universitario CEU de Bormujos (Sevilla). Otero Novas ha abordado en su
ponencia la misión del cristiano en un mundo en constante cambio, partiendo del hecho de que
“el cristianismo, contra las tendencias hoy dominantes, defiende la existencia de la verdad y la
necesidad de buscarla, con todas sus dificultades. Se trata –afirmó- de una doctrina radical, sin
medias tintas”.
El ponente ha llamado la atención sobre la corriente que atribuye al cristianismo “caracteres
fundamentalistas”. “No puede confundirse una doctrina con las patologías de algunos de sus
seguidores, ni con lo que sus seguidores piensan en común con el resto de las doctrinas y
posiciones en determinados momentos de la historia de la cultura”, puntualizó. En este línea,
señaló que el cristianismo “no es solo doctrina de fines, sino también de medios; y cualquier
tipo de coacción es incompatible con la esencia del mensaje cristiano, con premio basado en el
mérito, es decir, en el uso de la libertad individual”. Al respecto, recordó que el
antifundamentalismo se basa en textos evangélicos “y por supuesto en doctrina de la Iglesia en
todos los tiempos, últimamente en el Vaticano II y en documentos de Juan Pablo II y Benedicto
XVI”.
Seguidamente, Otero Novas subrayó que el abandono de lo religioso lleva a nuestra sociedad
a “ir dando bandazos de un extremo a otro. También en el eje teocracia-Estado invasor de las
conciencias”.
Renunciar a todo tipo de coacción para predicar la doctrina cristiana
En relación al comportamiento del cristiano en la sociedad actual, el exministro afirmó que
“sabe mejor que nadie que ha de respetar las legítimas leyes de la polis, aunque en muchos
momentos haya violado los claros mandatos evangélicos al respecto”. “Pero también el
cristiano ha de predicar su doctrina, renunciando a cualquier tipo de coacción posible, pero
denunciando todo lo que violente la ley natural o divina y argumentando y tratando de
convencer a otros de la verdad, belleza y utilidad de sus creencias”, afirmó.
Criticó la existencia de ciertas tendencias favorables al recorte de esa libertad desde
estamentos públicos, y argumentó para ello el artículo 18 de la Declaración Universal de
Derechos del Hombre, según el cual “hay derecho básico a propagar las propias creencias,
individual y colectivamente, en privado y en público”. En este punto lamentó que “los Estados
de hoy parecen querer aplicar la tesis de que la religión debe relegarse a la esfera de lo
privado, violando condiciones esenciales del ser humano”. El cristiano, en suma, tiene que
exigir el derecho a manifestarse como tal, “por libertad e igualdad”.
El cristianismo como cultura
José Manuel Otero subrayó la naturaleza del cristianismo como cultura, amen de una religión.
“La cultura cristiana –matizó- es un subproducto de lo religioso, cultura susceptible de ser
compartida por creyentes y no creyentes”. Esa coincidencia de creyentes y no creyentes es, a
su juicio, tradicional: “se proclamaba en tiempos antiguos, también actualmente, por
pensadores católicos, pensadores no católicos pero próximos a lo cristiano, por pensadores
ateos respetuosos con la religión. Incluso por pensadores ateos que pretenden borrar la idea
religiosa del mundo, pero que confiesan que nuestra sociedad sigue siendo culturalmente
cristiana y que los ateos responden a criterios cristianos”. “Esa coincidencia de amplísimas
capas de población en la cultura cristiana, amen de facilitar la difusión del Evangelio, permite
construir una doctrina válida y eficaz cara a lo puramente temporal. Y si ello es posible debe
hacerse”.
El conferenciante destacó la importancia de lo que se denomina “humanismo cristiano”: “es
necesario hoy, en la presente fase apolínea de la cultura, para salir del todo vale, de la
igualación en la mediocridad, de la dictadura de lo zafio, de la superficialidad en el pensar, de
la consideración del bienestar como objetivo supremo”. Y añadió que “será necesaria para la
próxima fase cultural dionisíaca que se avecina, para cerrar el paso a pensamientos de corte
nietzscheano, marxista y fascista que pugnarán por reaparecer, para defender la dignidad de
las personas, la básica igualdad, el bien de la paz, la tolerancia, la bondad de las cosas
corrientes”.
Concluyó su intervención señalando que “los cristianos deben articular grupos minoritarios,
junto con no cristianos, para crear pensamiento y lazos que permitan encauzar las próximas
tendencias hacia el bien, en vez de dejarlas ir como en la fase dionisíaca de la primera mitad
del siglo XX”.
Mesa redonda sobre la misión del laico en sociedad
Tras la conferencia se celebró la segunda mesa redonda de las jornadas, bajo el lema genérico
“El testimonio del laico en la vida pública”, que fue moderada por Álvaro Ybarra, director de
ABC de Sevilla. Precisamente eso, el testimonio personal en los ámbitos familiar y profesional,
fue el eje de los testimonios de los participantes en la mesa redonda: Manuel Enrique
Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla; Isabel Cuenca, secretaria
general de Justicia y Paz España; y el catedrático de Filosofía de la Hispalense, Francisco
Contreras.
Manuel E. Figueroa expuso cómo lleva a cabo el apostolado desde su cometido como profesor
universitario, e insistió en que “se hace necesario aprovechar cualquier momento y
circunstancia para hacer presente a Dios”. Preguntado por la incidencia del crecimiento de la
población en los recursos alimenticios y la ecología, el profesor Figueroa destacó la
importancia de las familias numerosas, máxime cuando se guían por criterios de respeto a lo
creado y a los demás. Rehusó decantarse por una u otra respuesta ante las desigualdades, si
bien declaró que “conviene estar atento a las estructuras que propician las desigualdades a
nivel mundial y que tanta pobreza generan”.
Isabel Cuenca, por su parte, relató la “naturalidad” con la que ha testimoniado su fe en el
ámbito laboral, en su condición de profesora de instituto. Insistió en la necesidad de que el
cristiano se convierta en “comunicador de esperanza”, huyendo de “planteamientos
pesimistas”. “Tenemos que evangelizarnos a nosotros mismos, vivir la experiencia de Dios”,
añadió. “Somos capaces de comunicar esperanza y la Iglesia –concluyó- puede ser el principal
motor de esperanza para el mundo”.
La última intervención corrió a cargo de Francisco Contreras, quien recordó que el magisterio
de la Iglesia insiste en “la alta responsabilidad de los laicos en la Iglesia y la sociedad”.
Denunció el hecho de que se menoscabe en nuestra sociedad la esencia de la naturaleza
humana, “llegándose a considerarla como un atentado a la libertad individual”, en el ejercicio de
una mera concepción materialista de la vida, la sociedad y el hombre, hasta el punto en que
“hoy día se cuestiona lo más esencial”. “Hoy más que nunca los cristianos somos sal de la
tierra por existir contracorriente. Pero existir no es suficiente, y hay que dar razones de por qué
somos así”, destacó. Contreras concluyó su intervención con una afirmación: “no podemos
quedarnos en un rincón de la sociedad, conformándonos con que se nos permita seguir
manteniendo una forma de vida”.
La mañana concluyó con la celebración de la Eucaristía que presidió el arzobispo, mons. Juan
José Asenjo Pelegrina.
Sesión final de las jornadas
La sesión de tarde contó con la ponencia del director de la Cátedra Ethos de la Universidad
Ramon Llull, Francesc Torralba, quien disertó sobre el tema “Conocer y vivir en la verdad nos
hace libres”. A su término, última mesa redonda de las jornadas, con la participación de
Lourdes Azorín, coordinadora del Itinerario de Formación Cristiana de la CEE; Carmen
Azaustre, directora territorial de Andalucía Occidental y Extremadura de la Institución
Teresiana; y Ana Solano, coordinadora del Movimiento Cultural Cristiano. Moderó el acto
Joaquín López-Sáez, director regional de la COPE.
Clausuraron las jornadas Teodoro León, vicario general de la Archidiócesis de Sevilla; Manuel
Orta, consiliario de la ACdP de Sevilla; Juan Carlos Hernández Buades y Enrique Belloso.
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