Subido por oscar agrono

Los comienzos de Internet

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Los comienzos de Internet
En octubre pasado se celebró un aniversario fundamental para Internet, ya que
se cumplían 50 años desde que dos gigantescas computadoras situadas en la
Universidad de Los Ángeles (UCLA) y el Instituto de Investigación de Stanford
(SRI), lograron el primer intercambio de información entre sus nodos.
Nacía la red ARPANET, embrión de la Internet que conocemos y bajo los
primeros conceptos sobre “redes de comunicaciones” que se habían
publicados en 1959 por Paul Baran, un ingeniero que trabajaba en una red
segura de comunicaciones con fines militares capaz de sobrevivir a un ataque
con armas nucleares.
Sobre esta ideas y promovida por la ARPA (Agencia de Investigación de
Proyectos Avanzados), comenzó el diseño inicial de ARPANET (Advanced
Research Projects Agency Network) una red de computadoras creada por
encargo del Departamento de Defensa estadounidense para comunicar los
diferentes organismos del país (y sobrevivir a ataques nucleares) y que se
convirtió en el embrión de Internet, aunque hoy en día poco tiene que ver
con la red original.
Tras la primera prueba de conexión de ARPANET entre los nodos de la
Universidad de Los Ángeles (UCLA) y el Instituto de Investigación de Stanford
(SRI), situados a 500 kilómetros. Desde ahí los avances se sucedieron a buen
ritmo. En 1970 la red ARPANET se estableció entre Harvard, MIT y BNN (la
compañía que creó los ordenadores «procesadores del mensaje del interfaz»
usados para conectar a la red), mientras que en 1972 se realizó la primera
demostración pública de ARPANET y un año después se expandió desde
Estados Unidos hasta Europa conectando la University College of London con
los centros californianos.
En 1973 la DARPA inició un programa de investigación sobre técnicas
para interconectar redes y desarrollar protocolos de comunicación.
De la filosofía de este proyecto surgió el nombre de Internet que se aplicó al
sistema de redes interconectadas mediante los protocolos TCP/IP creados en
la década de los 70 por uno de los «padres de Internet», Vint Cerf.
El año 1974 fue decisivo en el desarrollo de la Internet que conocemos, porque
fue publicada una propuesta para enlazar todas las redes del estilo
ARPANET juntas en una única llamada inter-network. Dicha red no
tendría un control centralizado y trabajaría sobre un protocolo de control de
transmisión (que posteriormente se convirtió en TCP/IP).
Internet dio otro paso de gigante en 1977 gracias al desarrollo de lo que
conocemos como módem de PC. Fue desarrollado por Dennis Hayes y Dale
Heatherington y gracias a ello el acceso a Internet se popularizó años después
ya que permitía que las comunicaciones se realizasen a través de la red
telefónica. Otro paso destacado fue la invención de un sistema de direcciones
empleando sufijos como «.com» y «.org», de uso generalizado hoy.
El gran cambio que dio paso a la Internet moderna sucedió el 1 de enero
de 1983 cuando ARPANET completó la migración del original NCP al protocolo
de red TCP/IP diseñado por Vinton Cerf y Bob Kahn y que actualmente
usamos para transmitir datos entre computadoras, conectarnos a Internet y a
los servidores web.
Finalmente, recordar otro paso fundamental sucedido el 12 de marzo de 1989
cuando Tim Berners-Lee escribió la propuesta de un sistema de distribución de
documentos de hipertexto o hipermedios interconectados y accesibles vía
Internet. Desde un inicio modesto (Berners-Lee pretendía simplemente crear un
mecanismo que le ahorrase el desplazamiento de un edificio a otro en la
Universidad de Oxford, solucionando la incompatibilidad entre ordenadores de
la institución académica) pasó a ser un proyecto global hasta crear la “red
informática de ámbito mundial” que hoy usamos, conocida como World
Wide Web.
La problemática de la Internet actual
Si 2018 cerró como el primer año en la historia donde más de la mitad de la
población mundial (3.900 millones) estaba conectada a Internet, según la
Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). La Internet Universal, un
objetivo definido por la ONU como la posibilidad de acceso a la red de redes de
la gran parte de los habitantes del planeta (al menos el 90%) no se alcanzará
hasta 2050, como poco. Mucho más tarde de lo previsto, consecuencia de
las desigualdades económicas, sociales, educativas y de todo tipo entre las
regiones del planeta.
El aumento de accesos a Internet registrado en la última década ha descendido
de forma dramática en los últimos años. La primera mitad del mundo fue la más
fácil de poner en línea. La conectividad se extendió por naciones desarrolladas
donde los ingresos altos, la educación avanzada y los centros urbanos densos
allanaron el camino. Pero la segunda mitad del mundo será mucho más
difícil de conectar. Muchos lugares que permanecen fuera de línea son
rurales y remotos, donde los costes de instalación de torres de Internet móvil y
otras infraestructuras pueden ser cinco veces mayores que en las áreas
urbanas.
Los expertos han advertido que algunas partes del mundo quedarán excluidas
de Internet durante las próximas décadas si no se realizan mayores esfuerzos
e inversión para impulsar la educación, la alfabetización en línea y la
infraestructura de banda ancha. El retraso para establecer una Internet
Universal resalta la dramática brecha digital que se ha abierto entre los que
aprovechan Internet y sus beneficios y los que están marginados porque
carecen de las habilidades para estar en línea o viven en una región sin
conexión.
Otra de la problemática lleva años siendo señalada Tim Berners-Lee, inventor
de la World Wide Web y director del organismo internacional de
estandarización de tecnologías Web, que ha expresado su decepción por el
estado actual de Internet, postulándose contra los usos de las grandes
empresas y gobiernos, los escándalos por el abuso de datos personales, el
espionaje masivo, el (mal)uso de las redes sociales o la influencia de los
gigantes tecnológicos.
Junto a otros grandes informáticos e investigadores como el pionero de
Internet, Vint Cerf, y el responsable de Internet Archive, Brewster Kahle, ha
insistido en la necesidad de re-descentralizar Internet para dar más control
a los usuarios y garantizar una Internet más segura, privada y
neutral. Para ello, ha estado trabajando con investigadores del MIT (la mejor
universidad tecnológica del planeta con 80 premios Nobel) y de otros centros
para desarrollar Solid, un proyecto de código abierto que pretende “restaurar
el poder de los individuos en la web”, cambiando radicalmente la WWW al
otorgar al ciudadano digital el control total sobre sus datos.
También ha lanzado una campaña para persuadir a gobiernos, empresas e
individuos a que firmen un «Contrato para la Web», un conjunto de principios
diseñados para defender una Internet libre y abierta, de la que a su juicio nos
hemos alejado.
El futuro de Internet
Celebrando este Día Mundial de Internet 2020, nuestros compañeros de
MCPRO han publicado un especial centrado en el futuro de la gran Red y que
te recomendamos: ¿cómo será la Red en 2070? ¿Cómo se solucionarán los
problemas actuales? ¿Hacia dónde va Internet?
Una serie de expertos y científicos intentan dar respuesta y no son demasiado
optimistas. Todos quieren creer que en el futuro Internet llevará aparejada la
armonía, una mejor comunicación, un flujo libre de información y un mundo
más saludable. Pero todo esto va acompañado de muchas dudas y
advertencias.
Las nuevas formas de comunicación como las interfaces cerebrales se
van a imponer. Sólo habrá que pensar y entonces dicha interfaz se encargará
de realizar la tarea automáticamente, facilitando mucho la comunicación, pero
añadiendo otros problemas legales y éticos. Internet estará más integrado
en nuestra vidas y nuestra presencia digital no será tampoco independiente
del mundo físico, sino que estará integrada en él. Para entonces ya nos
habremos olvidado de los teclados, el ratón y las pantallas, y los dispositivos
con Internet actuales no existirán, sino que estarán precargados en nuestra
consciencia.
Los expertos también prevén el fin de la privacidad en Internet… si es que
no se ha producido ya, lejos de reducirse, va a ir a más, y las tecnologías que
se empleen para ello serán cada vez más capaces de saber lo que queremos.
Aprenderán de nuestros hábitos e incluso llegarán a anticiparse a nuestros
deseos. Los avances en los datos sanitarios con la revolución de los datos
biológicos que ya ha comenzado de la mano de los wearables y los
dispositivos conectados que registran nuestra actividad, es otro punto
expuesto. Y será positivo para la salud, aunque tendremos que ver las
garantías de quién tiene esos datos y cómo se utilizan.
En definitiva, desafíos colosales los que esperan a la Red de redes que
homenajeamos en este Día Mundial de Internet 2020.
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