Subido por Juan Carlos Saez

pec cultura europea 2017-1 (1)

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Departamento de Historia del Derecho y las Instituciones
PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA
CULTURA EUROPEA EN ESPAÑA
ENERO DE 2017
PRECEDENTES DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978
La presente prueba de evaluación continua (PEC) consiste en la elaboración de un
trabajo original de una extensión libre (no se limita a 20 páginas), en letra Times New
Roman 12. El trabajo debe ser original e individual (no se aceptan trabajos en grupo).
El plazo de entrega de la PEC se abre el 18 de Febrero y termina inexcusablemente el
20 de Abril. No se aceptarán los trabajos que entren en la plataforma con posterioridad a esa
fecha. El prof. Tutor habrá de introducir en la plataforma las calificaciones de las PECs antes
del día 15 de Mayo.
Le recordamos que la PEC no es obligatoria para aprobar la asignatura. Solo con
realizar el examen presencial, el estudiante puede obtener la máxima calificación.
Para ello, el estudiante debe comparar todos los artículos de la Constitución española
de 1978 con los artículos equivalentes en las diferentes Constituciones españolas del siglo
XIX y XX con el fin de localizar y comentar sus precedentes.
A tal efecto, el estudiante irá copiando por orden todos y cada uno de los artículos
de la Constitución española de 1978 y a continuación pondrá su equivalente o precedente
en las Constituciones españolas anteriormente vigentes. Seguidamente hará un breve
comentario sobre el sentido de la evolución o desarrollo de dicho precepto a lo largo de la
historia constitucional de los siglos XIX y XX.
Advertimos al estudiante que la PEC consiste en la búsqueda y comentario de todos
y cada uno de los preceptos de la Constitución española de 1978. Por tanto quedan
excluidos aquellos artículos sin precedentes en el derecho histórico constitucional español.
Concretamente, quedan excluidos de la PEC los artículos o apartados siguientes:
3.3
4.2
6
9
12
13.2 y 4
18.1 y 4
23.1
25.2
30.4
31.2
34.1 y 2
36
37
43.3
47
48
49
51
54
55.2
66.3
67.1 y 3
74
75
76
79.3
81
86
89
93
95
101
105
109
111.2
112
113.4
115.2
116
118
120.2 y 3
122.2 y 3
124.3 y 4
126
127
129
131
133.3
138.1
152.3
154
156
157
158
163
164
168
Disp. Ad. (todas)
La PEC NO consiste en una búsqueda selectiva de los artículos más importantes y su
comparación con el derecho constitucional anterior. Consiste en una búsqueda de todos y
cada uno de los precedentes y comentario de los artículos de la Constitución española de
1978, con la sola excepción de los mencionados en la tabla adjunta.
1
La Constitución española de 1978 puede descargarse en:
http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/index.htm
El resto de las Constituciones, es decir:
Constitución de Cádiz de 19 de marzo de 1812.
Constitución de 18 de junio de 1837
Constitución de 23 de mayo de 1845
Constitución de 6 de junio de 1869
Constitución de 30 de junio de 1876
Constitución de 9 de diciembre de 1931
pueden descargarse en:
http://www.congreso.es/consti/otras/historicas/
A continuación proporcionamos un mero ejemplo referido al Artículo 1.2.:
- Constitución de 1978: Artículo 1.2. “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del
que emanan los poderes del Estado”.
PRECEDENTES:
- Constitución de 1812: Art. 3º. “La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo
mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales”.
- Constitución de 1837: no hay precedentes.
- Constitución de 1845: no hay precedentes.
- Constitución de 1869. Art. 32.: “La soberanía reside esencialmente en la Nación, de la cual
emanan todos los poderes”.
- Constitución de 1931: Artículo primero. “Los poderes de todos sus órganos emanan del
pueblo”.
BREVE COMENTARIO
Para la teoría política de la época, la soberanía nacional suponía considerar la Nación
como un cuerpo moral, un sujeto unitario e indivisible compuesto de individuos pero no
como resultado de su agregación o suma, dado que dicha soberanía no residía en cada uno de
ellos, sino en el sujeto unitario. Por tanto, se rechaza la posibilidad de que el individuo o
ciudadano fuera sujeto de soberanía alguna dado que esta pertenecía pro indiviso
exclusivamente a la Nación. Pero como la Nación no podía por sí sola expresar su voluntad,
necesita de unos representantes. De hecho, esta consideración de la Nación como persona
ficta implicaba de suyo la idea de Representación. De ahí que los diputados o representantes
electos desempeñasen un mandato representativo (no imperativo) en cuanto que no estaban
constreñidos ni representaban a una circunscripción concreta o intereses determinados, sino
que representan al sujeto unitario Nación. Consecuentemente, tal idea de la representación
no podía estar supeditada a controles de los electores, o instrucciones previas, ni a una
revocación del mandato o a la posterior ratificación de los acuerdos, etc. Incluso, el derecho
de elegir representantes o de ser elegido no era un derecho natural o civil (la distinción entre
derechos civiles y derechos políticos ya estaba enunciada por Locke, Sieyes, Constant y
sobre todo por Kant) que perteneciera a cada individuo sino que era una función pública o
derecho político que debía ser regulado por las leyes emanadas de las Cortes como
institución representante de la Nación.
Por el contrario, para los partidarios de la soberanía popular, el Pueblo era la mera
suma de sus individuos de modo que en cada uno de ellos residía una parte alícuota de
soberanía. Esta concepción política, llevada hasta sus últimas consecuencias, excluía la idea
de Representación dado que sólo sería compatible con un sistema de gobierno basado en la
democracia directa en el que nada ni nadie pudiera interferir o mediatizar la voluntad o
"soberanía" de todos y cada uno de los individuos que componen el Pueblo. A lo más, se
aceptarían formas de democracia indirecta no representativas en las que su buscase respetar
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la voluntad soberana de cada individuo respecto a los representantes designados. De ahí que
a tales representantes se les llegue a considerar meros comisionados con mandato
imperativo, esto es, subordinados a sus electores hasta el punto de no poder salirse de las
directrices que les hubieran sido conferidas y de no poder adoptar acuerdos válidos hasta en
tanto éstos no fueran ratificados por los electores. Llevada a sus últimas consecuencias, esta
concepción de la soberanía popular legitimaba las tendencias centrífugas o centrípetas de las
regiones, autonomías o territorios forales al considerar al individuo como ente soberano
capaz de decidir su grado de autonomía aisladamente de lo opinado por el resto de los
individuos.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
Hay numerosos libros que publican y comentan las diversas Constituciones
españolas. Cualquiera de ellos puede resultar de interés. Uno de los más completos es el de
Fernando Garrido Falla, Comentarios a la Constitución, editorial Civitas, Madrid, 1980.
Se recuerda al estudiante que el trabajo debe contener la cita y comparación de todos
los artículos de la Constitución de 1978 que tengan precedentes históricos.
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