Lic. en Administracion de Empresas Finanzas 5º.C.

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Lic. en Administracion de Empresas
Finanzas 5º.C.
L.E. Jose Luis Pineda Menez
Resumen de la película Wall Street
Wall Street (El poder y la Avaricia)
Autor: Rafael Martínez Quiñones
Abril 25 del 2013
INDICE
Introducción ………………………………...
Pag 03
Reparto ……………..…….……………..….
Pag 04
Premios y Nominaciones…………………..
Pag 05
La Historia ……..………………………..….. Pag 06
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .
Pag 09
Introducción
La película se ha convertido en la muestra arquetípica de los excesos de la década de
1980, con Douglas defendiendo que "la codicia, a falta de una palabra mejor, es algo
bueno". Wall Street se define a sí misma mediante una serie de conflictos morales que
enfrentan la riqueza y el poder contra la simplicidad y la honestidad.
‘Wall Street’ es una buena película, que logra hacer
entretenido lo aburrido, con excelentes interpretaciones
(incomprensible que el enorme potencial de Charlie
Sheen se viniera abajo después de esto), entre las que
destaca un Michael Douglas inspiradísimo y un guión
muy sólido, repleto de diálogos muy sustanciosos, que
reflexiona sobre la ambición de un modo profundo y
realista dentro de lo que cabe. Un clásico de los 80, y altamente recomendable.
Para terminar, el mencionado discurso de Gekko ante la directiva de la empresa Teldar.
Discursos como éste o el de, por ejemplo, Al Pacino en ‘Esencia de Mujer’ están entre
los mejores de la historia del cine.
Reparto
Actor
Personaje
Michael Douglas
Gordon Gekko
Charlie Sheen
Bud Fox
Daryl Hannah
Darien Taylor
Hal Holbrook
Lou Mannheim
Martin Sheen
Carl Fox
John C. McGinley
Marvin
Terence Stamp
Sir Lawrence Wildman
Sean Young
Katherine Gekko
James Spader
Roger Barnes
Saul Rubinek
Harold Salt
James Karen
Lynch
Actor
Frank Adonis
Personaje
Charly
Premios y Nominaciones

Premio Oscar 1988 : al mejor actor principal (Michael Douglas)

Premio Globo de Oro 1988 : a la mejor actuación en cine – Drama (Michael
Douglas)

Premio KCFCC 1988 : al mejor actor (Michael Douglas)

Premio National Board of Review 1987 : al mejor actor (Michael Douglas)

Premio David di Donatello 1988 : al mejor actor extranjero (Michael Douglas)

Premio Nastro d'argento 1988 : al mejor actor extranjero (Michael Douglas)
También recibió el premio Razzie 1988 : a la peor actriz secundaria (Daryl Hannah)
La Historia
Bud Fox (Charlie Sheen) es un corredor de bolsa joven y espabilado, pero que no
levanta cabeza a pesar de su esfuerzo. En un acto de puro peloteo, Bud consigue
reunirse cinco minutos con un mito de Wall Street, el carismático Gordon Gekko
(Michael Douglas), y le propone que invierta en las aerolíneas Bluestar, un auténtico
premio ya que la empresa ha sido
exculpada de un accidente. Bud sabe esta
información a través de su padre Carl
(Martin Sheen). Gekko sorprendentemente acepta y comienzan a hacerse amigos y
confidentes, mientras Bud empieza a aprender sin parar y comprobar los manejos del
mundo bursátil, que en los términos de Gekko, rozan la ilegalidad y que para nada
tienen en cuenta el aspecto humano de las inversiones realizadas.
El personaje de Carl encarnado por Martin Sheen representa en la película a la clase
trabajadora: es el líder del sindicato de los trabajadores de mantenimiento de Bluestar.
En forma permanente Carl ataca a los grandes negocios, el dinero, las inspecciones
obligatorias de drogas, a los fabricantes codiciosos y toda otra cosa que el percibe
como una amenaza contra su sindicato. El conflicto entre la búsqueda permanente de
riqueza por parte de Gekko y el enfoque de izquierda por parte de Carl Fox son la base
del trasfondo de la película.2 Este trasfondo puede ser descrito conceptualmente por
los dos padres que luchan por el control sobre la moral de su hijo.
En Wall Street el trabajador Carl Fox y el hombre de negocios inescrupuloso Gordon
Gekko representan a los padres. Los productores de la película utilizan a Carl como su
voz en la película, una voz que llama a la razón en medio de la destrucción
creativa que resulta de la filosofía personal fuera de control de Gekko.
El personaje de Gordon Gekko es memorable
en todos los aspectos, y hay varias escenas
impresionantes
todas
protagonizadas
por
él, Una escena importante de la película es un
discurso
de
Gekko
en
una
reunión
de
accionistas de Teldar Paper, una empresa que
está planeando comprar. Stone utiliza esta
escena para darle a Gekko, y por extensión, a
los riders de Wall Street que personifica, la oportunidad de justificar sus acciones, lo
cual hace en forma memorable, llamando la atención en cuanto a los desperdicios que
las corporaciones de Estados Unidos acumularon durante los años de postguerra y de
lo cual él se considera un "liberador". La inspiración para el discurso "la codicia es
buena" parecería proviene de dos fuentes. La primera parte, en la que Gekko se queja
en cuanto a que la dirección de la empresa solo es dueña de menos del tres por ciento
de las acciones, y que posee demasiados vicepresidentes, está tomada de discursos
similares y comentarios realizados por Carl Icahn con respecto a empresas que estaba
intentando comprar o controlar. La defensa de la codicia está basada en una charla
que el agente de bolsa Ivan Boesky (quien luego fue acusado de prácticas desleales en
la bolsa de comercio), dió el 18 de mayo de 1986, en la Escuela de Negocios de la UC
Berkeley, cuando expresó, "No hay nada malo en cuanto a la codicia. Yo quiero que
ustedes sepan esto. Yo creo que la codicia es sana. Se puede ser codicioso y aún así
estar bien con uno mismo".
Wall Street no es una crítica englobadora del
sistema capitalista, solo de la cultura cínica y de
réditos
rápidos
de
la
década
de
1980. Los
personajes "buenos" de la película a su vez son
capitalistas, pero de una manera más estable y que
reconoce el esfuerzo por ganarse el sustento. En
una escena, Gekko reacciona ante la pregunta de
Bud Fox sobre el valor moral del trabajo duro, citando el ejemplo del propio padre de
Gekko, quien trabajo con gran dedicación toda su vida y falleció en la mediocridad. Lou
Mannheim como un arquetipo de un hombre de edad sabio, expresa al comienzo de la
película, que "a veces toma tiempo lograr buenos resultados", en referencia
a IBM y Hilton—por contraste, el credo de Gekko en cuanto a que "la codicia es buena"
tipifica la visión de corto plazo que prevalecía en la década de 1980.
La película es muy entretenida, sobretodo en su primera mitad, y esto tiene un mérito
tremendo teniendo en cuenta que la bolsa es el único y principal argumento, al menos
en cuanto a la cara visible de la película. Luego se desvanece un poco al en revesar lo
que es el fundamento de la motivación de Bud: el desengaño ante la ambición
personal, con una vendetta que nadie entiende del todo (a menos que sea un experto
en el tema) pero que todo el mundo disfruta.
Un absoluto acierto que Charlie Sheen y Martin
Sheen interpreten a hijo y padre respectivamente,
cuando los actores lo son en la vida real. Esto
muestra una química imposible de conseguir de
otra
forma
realmente
entre
ambos
emotiva
la
personajes,
escena
y es
donde
repentinamente Bud acude al hospital cargado de
tristeza y amor hacia Carl, consciente de su error e indignado por la falta de humanidad
del mundo donde se ha metido. La película acusa mucho, por otro lado, el hecho de
que el personaje de Daryl Hannah sea una mujer florero con todas sus letras, pues está
desaprovechado y se queda a medias su relación con Bud.
Con golpes de efecto, Oliver Stone conduce con agilidad al espectador a un
final desgraciadamente poco concreto, aunque destaca la detención de Bud, con el
protagonista intentando no llorar, para terminar desconsolado y profundamente perplejo
ante todo lo que ha provocado que él termine de esa forma. Se entiende que Bud
ayuda a la policía a desenmascarar a Gekko, pero habría sido más efectivo un final de
mayor empuje, con una lucha psicológica más justificada. No se entiende que Bud, que
a fin de cuentas era un corredor de bolsa exageradamente ambicioso y eficiente, acabe
perdiéndolo todo por su padre, y llegamos a entender un poco a Gekko cuando le dice,
entre puñetazo y puñetazo, que es un desagradecido.
“El punto es, damas y caballeros, que la avaricia (por faltar una
palabra mejor) es buena. Desear es correcto. Desear funciona. Tener
deseos clarifica y captura lo que es el espíritu de la evolución. La
avaricia en todas sus formas- deseo de vida, de dinero, de
conocimiento- ha marcado el desarrollo de la humanidad.”
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