¿QUÉ SON PARÁBOLAS? Una parábola es: - Un relato sencillo de un hecho real o imaginario. - Tiene la función de comparar una realidad conocida con otra desconocida. - Puede causar sorpresa en su conjunto o en sus detalles e invita a pensar y a replantear actitudes y conducta. ¿QUÉ ES LO IMPORTANTE DE UNA PARÁBOLA? Es, ante todo la enseñanza que transmite. Su finalidad principal es hacer reflexionar al que la escucha sobre su modo de vida y de actuar. Relatos Sencillos Las parábolas tienen como características que son narraciones cortas y sencillas, porque así pueden ser entendidas por todos. Por eso Jesús las utilizaba, de tal manera que la gente más sabia y la que no tenía cultura lo podían entender sin problema. Las parábolas de Jesús se pueden clasificar en tres grupos según su contenido: Las que hablan del Reino Hablan de cómo se introducen entre los hombres, cómo crece… Son las que hablan del de Dios Reino como una semilla, un tesoro, una perla valiosa… (Ahora puedes ver una de las más famosas: la parábola del sembrador). Las que presentan actitudes de Dios Hablan de cómo es su bondad e infinita misericordia, su perdón… Aquí estaría la tan famosa parábola del Hijo Pródigo y la del Pastor que se preocupa de la oveja perdida. En estos relatos se contraponen un comportamiento positivo y otro negativo del ser Las que contraponen dos humano para invitar a escoger el positivo. Aquí tendríamos como por ejemplo la del comportamientos Deudor despiadado, la del administrador astuto, o la del fariseo y del publicano. Parábola del sembrador En otra ocasión se puso a enseñar junto al lago. Se reunió junto a él tal gentío, que hubo de subirse a un barca metida en el agua; se sentó mientras la gente estaba en tierra junto al lago. Les enseñaba muchas cosas con parábolas, les decía instruyéndolos: —¡Atención! Salió un sembrador a sembrar. Al sembrar, unos granos cayeron junto al camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso con poca tierra; al faltarles profundidad, brotaron enseguida; pero al salir el sol se abrasaron, y, como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre los cardos: crecieron los cardos y los ahogaron. Otros cayeron en tierra fértil y dieron fruto, brotaron, crecieron y produjeron: unos treinta, otros sesenta, otros cien. Y añadió: «Quien tenga oídos para oír que escuche». Mc 4,1-9