Subido por Daniel Medina

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Cutting en adolescentes
El cutting (cortarse la piel de alguna parte del cuerpo) es una práctica a la que recurren algunos
adolescentes para experimentar sensación de dolor que les permita afrontar depresión o encauzar
emociones desagradables, como la tristeza debida a distintos factores.
Autolesiones en adolescentes, ¿alivio del dolor emocional?
El cutting surge como un intento por superar el dolor emocional que no tiene una única causa
definitiva ni un solo grupo social (aunque es más frecuente en adolescentes varones). Por ello cada
persona requiere una evaluación precisa con un psicólogo o psiquiatra que ayude a establecer el
mejor tratamiento contra el cutting.
Es difícil que los pacientes acudan a consulta por prácticas de autoagresión; más bien, solicitan ayuda
por problemas relacionados: se sienten "extraños", han perdido habilidades, tienen dificultad para
establecer relaciones o están deprimidos. Sólo conforme avanza la terapia hacen referencia
al cutting.
"Se dice que tenemos cuatro emociones básicas de las que se derivan todas las demás: alegría,
tristeza, ira y miedo, pero también existe la idea generalizada de que hay sentimientos ‘positivos' y
‘negativos'. Bajo esta óptica sólo es permisible experimentar felicidad, de modo que mutilamos el
75% restante de nuestro espectro. Buscando una equivalencia, sería como dejar de contar con tres
de nuestras extremidades", explica Cecilia Quero.
Tratamiento psicológico para adolescentes que se cortan
Esta terapia se encamina a que los adolescentes que se autolesionan desarrollen tres tipos de
habilidades que le ayuden a superar sus dificultades personales y para relacionarse con la gente:

Habilidades emocionales. Aprender a identificar, expresar y evaluar la intensidad de sus
propios sentimientos para que el adolescente logre entender qué le están diciendo, así como
para manejar sus impulsos, tomar decisiones adecuadas y lograr mejor comunicación. Es muy
importante aprender que no hay nada de malo en experimentar miedo, tristeza o ira, y que
no es posible estar siempre alegre.

Habilidades cognitivas o de conocimiento. Tienen el objetivo de desarrollar la conciencia de
uno mismo y de trabajar sobre los pensamientos irracionales que pueden desencadenar
estallidos emocionales o acciones desfavorables. Además, son útiles para comprender el
punto de vista de los demás, mantener una actitud adecuada ante la vida, mejorar la toma
de decisiones, solucionar problemas, establecer objetivos, planificar proyectos y rechazar o
aceptar peticiones.

Habilidades de conducta. Las hay verbales (establecer comunicación eficiente, enviar
mensajes claros, responder eficazmente a la crítica y aprender a escuchar y a negociar) y no
verbales (realizar expresiones corporales y faciales acordes con lo que se quiere transmitir,
tener seguridad en el comportamiento y manejar adecuadamente el contacto visual),
mismas que en conjunto abren la posibilidad de crear nuevas relaciones, mantener las ya
existentes y hablar en público.
Es básico que el paciente sepa que miedo, enojo o dolor le pertenecen, y que de ello depende poder
reconstruir su vida emocional. "Ser capaz de decir ‘estoy triste' brinda la oportunidad de saber qué
está pasando y qué puede hacerse para resolver el problema, además de que sirve para evaluar si es
algo normal o si se necesita ayuda de un especialista para salir adelante. La solución a un problema
no radica en negar nuestras emociones".
En lo que se refiere a los problemas de autolesión que se originan por esquizofrenia, trastorno de
personalidad que ocasiona distorsión del pensamiento, deberán ser atendidos por un psiquiatra
mediante distintas estrategias debido a que en este padecimiento mental interviene tanto el
funcionamiento inadecuado de algunos neurotransmisores (sustancias que segregan las células
cerebrales para comunicarse entre ellas) como la deficiente relación que tiene el individuo con su
familia y comunidad.
Los jóvenes y adolescentes que practican el "cutting" buscan sentir un "alivio" a sus sentimientos de
arrepentimiento, remordimiento, tristeza y depresión por lo que tienen altas probabilidades de
intentar suicidarse en algún momento.
Se cree que las causas del síndrome de cutting son generalmente ocasionados por abuso sexual, físico
o emocional, bullying escolar, violencia intrafamiliar, trastorno de estrés, retraso mental, separación
de los padres, autismo, ciertos trastornos metabólicos, dolor tras la muerte de un ser querido,
ruptura amorosa, falta de comunicación entre padre e hijo, ansiedad o depresión.
Las principales características del adolescente con síndrome de cutting son notorias, presta mucha
atención a las siguientes conductas:
1. Cambios en la forma de vestir (ropa larga o uso de bisutería para tapar las lesiones)
2. Aislamiento
3. Quemarse la piel
4. Pincharse con agujas o alfileres
5. Golpearse la cabeza
6. Morderse
7. Arrancarse el cabello
8. Arañarse
9. Tatuarse
Se debe actuar a tiempo ante estas conductas compulsivas, ya que el adolescente desconoce su
anatomía del cuerpo y podría lesionarse alguna arteria importante y perder mucha sangre, y en casos
extremos fallecer desangrado. Además de las desagradables marcas que dejan las cicatrices, las
cuales pueden facilitar la desaprobación social, dificultar el conseguir una pareja o un empleo.
El autolesionarse es una forma de autodestruirse, que predispone al adolescente poco a poco al
suicidio, para evitar llegar a estos niveles de inestabilidad emocional es importante que los padres
aprendan a comunicarse con sus hijos desde pequeños para que su adolescencia sea plena y feliz.
Cutting: las huellas físicas del dolor emocional
¿QUÉ ES EL CUTTING?
El cutting o también llamado self injury o risuka se refiere a los continuos cortes en la piel que algunas
personas se realizan de manera intencional sin el propósito inmediato de atentar contra su vida, en
muchas ocasiones estos cortes se convierten en adicción. Para algunos es un grito de ayuda ya que
podría resultar peligroso si se subestiman las consecuencias que pudieran tener dichos cortes, pues
al final de cuentas es un problema que hace referencia al control de los impulsos; en otras palabras,
a la incapacidad para resistirse a actuar los pensamientos agresivos que aparecen de manera
repetitiva y/o repentina.
Algunas personas se cortan todos los días, mientras que otros lo hacen sólo cuando están bajo estrés
o tensión severa. De acuerdo a un estudio publicado en una revista de Psicología y Psiquiatría Infantil
en E.U.A., se encontró que cuatro de las motivaciones más comunes entre los cortadores para realizar
el acto fueron:
1. Obtener alivio para un terrible dolor emocional. El cutting les ayuda con un profundo dolor
psicológico que parece no tener cura; ya que no han encontrado la manera más adecuada de hacerle
frente, crean expresiones exteriores de dolor con las que de alguna manera sí pueden tratar.
2. Sensación de control. El estrés, la carga estudiantil y/o laboral, los problemas de pareja, las
emociones y sentimientos negativos y cualquier otro conflicto emocional cuando no son abordados
de manera apropiada o el individuo no cuenta con los recursos de afrontamiento adecuados para
ello, suelen causar un desequilibrio en la vida de la persona, por ello para algunos el cutting les brinda
una sensación de control de sus propias emociones.
3. Deseo de morir. En realidad hay un desacuerdo entre los especialistas en relación a si quien se
realiza los cortes lo hace o no con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, lo que sí queda
claro es que el deseo de morir es al final de cuentas uno de los motivadores principales para algunas
personas.
4. Simpatizar con el grupo. Por último, algunos niños y adolescentes que practican el cutting han
afirmado que lo hacen simplemente porque sus amigos también lo hacen, así que desean unirse al
grupo de esa manera.
Se estima que 1 de cada 200 niñas o jóvenes estadounidenses de entre 13 y 19 de edad se cortan a
sí mismas con regularidad, mientras que en el caso de los adultos la cifra refleja que el 4% de ellos se
dedican a la autolesión similar según la magnitud del problema. Desafortunadamente en México no
contamos con estadísticas confiables que proporcionen información sobre este tema, sin embargo,
lo que sí está claro es que aunque es una actividad mayormente llevada a cabo por menores de
edad, los adultos también suelen practicarlo bajo los mismas motivaciones.
¿POR QUÉ OCURRE?
Cortarse la piel para calmar el dolor emocional puede parecer algo extraño y sin sentido, pero la
realidad es que hacer ésto no es tan diferente de beber alcohol o drogarse, por ejemplo. Aunque las
cicatrices de las cortaduras son más evidentes, las tres como conductas adictivas están relacionadas
al pobre control de impulsos puesto que se convierten en acciones repetitivas que se llevan a cabo
para calmar, olvidar o asimilar un dolor emocional. La pregunta es: ¿Cómo pueden las cortaduras en
la piel causar bienestar emocional?
Los cortes en la piel funcionan como un calmante, al realizarlos se liberan endorfinas que son neuropéptidos del cuerpo que minimizan el dolor proporcionando una sensación de bienestar; es decir, el
cerebro libera endorfinas que ayudan a calmar y energizar al cuerpo. El dolor pasa de ser emocional
a físico, para la persona que lo hace es satisfactorio, pero sólo por un tiempo pues el dolor físico
desaparecerá un rato mientras que el dolor emocional se seguirá sintiendo al menos hasta que se de
tratamiento terapéutico al conflicto que lo está generando. Y es precisamente en esa explicación que
podemos ver la similitud de esta adicción con el resto de las adicciones.
SIGNOS, SÍNTOMAS Y ÁREAS MÁS COMUNES DEL CORTE
Quienes practican cutting utilizan objetos filosos como alfileres, pedazos de cristal, tijeras, cuchillos
o navajas para hacer incisiones poco profundas en cualquier parte de su cuerpo; sin embargo, las
áreas más comunes son: muñecas, antebrazos, muslos, abdomen y genitales. Cuando los cortes
cicatrizan o aun cuando permanecen en proceso, la persona puede realizarse algunos más en la
misma área o en otra diferente. Algunos de los signos son:
-Uso cotidiano (incluso en clima cálido) de camisas manga larga, pantalones, brazaletes o gran
cantidad de pulseras para encubrir los cortes
-Llevar regularmente o tener en la habitación objetos afilados
-Heridas “inexplicables” o cicatrices de cortes, contusiones o quemaduras
-Manchas de sangre en la ropa, toallas o en la ropa de cama
-Necesidad de estar a solas por largos períodos de tiempo, especialmente en el dormitorio o cuarto
de baño
-Aislamiento e irritabilidad
RECOMENDACIONES
Recuperarse de la adicción al cutting no es tan simple, sobre todo porque las personas que lo hacen
muchas veces no encuentran a alguien que pueda identificarse con su conducta y tienden a ocultar
su comportamiento como si fuera algo vergonzoso. Pero existen tres enfoques terapéuticos que han
demostrado tener éxito en el tratamiento del cutting:
La terapia cognitivo conductual (TCC). Se enfoca en identificación y tratamiento de los sentimientos
negativos como el odio o la ira hacia sí mismo y el comportamiento autocrítico. Ayuda a identificar y
modificar las distorsiones cognitivas o percepciones irracionales de la realidad.
Terapia conductual dialéctica (DBT). Implica la celebración y el procesamiento de las emociones sobre
el pobre control de impulsos de los cortadores.
Psicoterapia. Examina los temas que impulsan inconscientemente a los cortadores tales como: baja
autoestima, fragilidad emocional, depresión, etc., ayuda a analizar más ampliamente el panorama de
conflicto para encontrar alternativas de solución.
-Si bien algunos medicamentos psiquiátricos se utilizan en el tratamiento de este problema, es
preferible que sean prescritos por junto con la terapia psicológica con el fin de obtener un mayor
éxito en el tratamiento.
-Para los padres, descubrir que sus hijos están causándose una autoagresión puede hacerlos sentir
tristes, enojados o incluso culpables. Y, aunque puede ser tentador gritarles, llorar o incluso castigar
al hijo por su conducta, es importante recordar que éste realiza dicha acción debido a algún tipo de
angustia emocional. En lugar de reaccionar emocionalmente los padres o familiares deben de
tomarse un tiempo para analizar sus pensamientos y que puedan ofrecer ayuda real a la persona que
lo necesita. Dar un paseo, hablar con un amigo sobre la situación, tener un momento de llanto o
aislarse unas horas para pensar pueden ayudar a aliviar la tensión momentánea de los
padres/familiares para que les sea posible centrarse en la tarea de proporcionar acciones de ayuda
verdadera a la persona que practica el cutting.
-Si el propósito del tratamiento es conseguir que la persona cese esta práctica, el primer paso es
hacer frente a ¿por qué se está cortando? A menudo, esto significa tratar de determinar si el individuo
tiene una condición subyacente, tales como: depresión, estrés postraumático, trastorno obsesivocompulsivo, ansiedad, etc. Estos problemas emocionales pueden ser tratados todos de manera
ligeramente diferente, pero a menudo, el asesoramiento profesional juega un papel importante en
el proceso de curación.
-Ponte en contacto con tus sentimientos. Si tú eres quien se realiza los cortes y estás teniendo
dificultades para identificar los sentimientos que desencadenan tus ganas de cortar, considera
trabajar terapéuticamente sobre tu conciencia emocional, esto significa saber lo que se sientes y por
qué lo sientes de esa manera. Poder identificar y expresar lo que se sientes en cada momento te
ayudará a entender la conexión entre tus sentimientos y tus acciones.
-Invierte tu tiempo en diferentes actividades. Pintar, dibujar,expresar tus sentimientos en un diario,
componer un poema o una canción para decir lo que sientes, anotar en un papel el/los sentimiento(s)
negativo que estás experimentando y luego romperlo, salir a correr al aire libre, hacer ejercicio de
anaeróbico etc., son actividades útiles que puedes llevar a cabo para expresar tus sentimientos sin
tener que recurrir a una acción dolorosa como el cutting.
Conocer las razones que tienen quienes practican el cutting te ayudará a evitar juzgar, etiquetar o
reprochar anticipadamente un comportamiento que, por extraño que parezca, es adictivo y muchas
veces incontrolable. Solamente con la comprensión, paciencia y el apoyo adecuado podrás
verdaderamente ayudar a que quien lo realiza detenga ese comportamiento de manera oportuna.
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