Estudiante Universitario ¿Cómo debe ser el perfil del estudiante universitario de hoy? El estudiante de ahora debe desarrollar nuevas competencias tanto personales, sociales y profesionales, para que puedan afrontar a los diferentes cambios que se imponen en todos los ámbitos como en los avances de la ciencia y la nueva economía global. ¿Cómo lo logra? Despiértate con calma Los hay de hábitos nocturnos y otros diurnos, pero seamos del tipo que seamos, la clave de los primeros minutos del día es que nos los tomemos con calma. Eso quiere decir que si tenemos una clase o actividad programada a X hora, nos despertemos con el tiempo suficiente como para poder acudir a la cita tranquilos, relajados, sin prisas. ¿Y qué hora es la adecuada para despertarnos? Una pregunta que causa debate, hay estudios para ello, que determinan la franja de las 5.00 – 7.00h, como la óptima. ¿Quiere decir que no rendiremos si en vez de levantarnos a esa hora, lo hacemos a las 10, 11, 12 o incluso más adentrado el mediodía? Obviamente todo depende de las horas de sueño, que ahí sí hay unanimidad de que lo óptimo es dormir un mínimo de 6 y un máximo de 9 horas, siendo 7 el ideal. ¿Quiere decir que si no somos de hábitos nocturnos, levantándonos entre las 5 o 7 nos garantiza rendir mucho más? Para ello debemos tener muy claro por qué nos levantamos a X hora. No tiene sentido pegarnos el madrugón a las 5 de la mañana para pasar una o dos horas bostezando y deambulando sin más. En cambio sí tiene todo el sentido si ese madrugar nos permite ducharnos con calma, desayunar todo lo que debemos desayunar y acudir a nuestro centro de estudios con calma e incluso paseando. Por ello, la rutina de mañana para estudiantes comienza justo la noche anterior: cuando determinamos a qué hora dormir para cumplir con el mínimo de 6 o 7 horas, y cuando determinamos qué haremos nada más despertar. Desayuna con energía Otra de las claves de la ideal rutina de mañana para estudiantes se basa en el desayuno. No se trata de hacer realidad el tópico «desayuna como un rey», sino que realmente podamos desayunar en condiciones sin que nos suponga un esfuerzo extra. Como ello nos referimos a que hay quienes se levantan y ya están en disposición de tomar un buen desayuno. Otros sin embargo no se ven en posición de tomar todo un banquete de vitaminas, proteínas y otros nutrientes y se esperan erróneamente a la media mañana para ello. Si eres de los segundos, simplemente ajusta el horario de despertarte para que puedas tomarte el tiempo necesario para que tu cuerpo te pida la «gasolina necesaria» para afrontar las primeras horas de la mañana y se la puedas dar con calma. Estudiante Universitario Haz un poco de ejercicio previamente (sin sobreesfuerzos, que estás en ayunas), lee, revisa las noticias… La clave para que la rutina mañanera funcione está en que disfrutes de estos primeros minutos sin prisas. Y en qué debe consistir un buen desayuno completo y energético? Además de diversas y deliciosas combinaciones para un buen desayuno para el estudiante, Hay un tridente infalible que de base nos va a dar todo lo necesario: cereales integrales (huir de los ultra procesados repleto de azúcares), un lácteo (puede ser un yogur, leche o queso) y una fruta (preferiblemente que no sea en zumo, ya que de esta forma prescindimos de piel y pulpa, donde se encuentra la gran mayoría de los nutrientes de la fruta). Haz ejercicio Si no lo hemos hecho previamente, tras el desayuno una hora de ejercicio nos reactivará y nos preparará para enfrentarnos a todo reto. Salir a correr si hace buen día además nos dará energía positiva y buen humor. Si no disfrutamos de la práctica del running o el clima no ayuda, y todo esto nos suena a “castigo”, hay rutinas y tablas de ejercicios que en 7 minutos reactivan nuestro cuerpo desde nuestra propia habitación de residentes. La clave por tanto es que dispongamos de tiempo antes de arrancar las clases, tiempo suficiente como para reactivarnos y comenzar a afrontar todas las actividades del día despejados y con las ideas claras. Esos serían los tres pilares, que se complementas con un conjunto de pequeñas actividades No tienes que estudiar demasiado cada vez Es muy sencillo de entender: si estudias mucho todo el tiempo, te cansas y tus horas no son muy productivas. Distribuí el trabajo a lo largo de la semana o el mes. Planifica horarios específicos para el estudio El tiempo de estudio vale oro. Pero no por eso tiene que ser a toda hora. Marca horarios específicos para completar las lecturas o trabajar en los proyectos asignados. Pero lo más importante es que cumplas los horarios. Trata de estudiar a las mismas horas cada día Si estudias a las mismas horas cada día, vas a marcar una rutina que se transforma en una parte habitual de su vida, como comer o dormir. Cuando llegue la hora programada de estudio del día, vas a estar mentalmente preparado para empezar a estudiar. Fíjate metas específicas para los horarios de estudio Las metas te ayudan a mantenerte enfocado y controlar tu progreso. Estudiante Universitario Estudia primero la materia que te parezca más difícil La materia más difícil requiere de mayor esfuerzo, pero si la empiezas primero vas a tener mayor energía mental. Es importante resaltar el hecho que, cada estudiante es un mundo y no todos son iguales, por lo que no siguen los mismos hábitos. Prueba diferentes técnicas y descubrí qué es lo mejor para ti. Estudia los fines de semana Aunque el fin de semana sea un tiempo para divertirte y descansar, puedes tomar un tiempo para repasar algo. Haz un plan de estudio De no ser así, te sentirás abrumado por todo lo que debes para hacer. Un calendario de estudio de va dar motivación y te va ayudar a concentrar en lo que debes que hacer. Crea apuntes propios Te ayuda a descubrir una manera diferente de aprender. Es un estilo de aprendizaje activo. Practica bajo condiciones de examen Si quieres asegurarte de obtener el resultado deseado, pon a prueba y simula estar en un examen en tu casa: aparta los libros, fíjate un tiempo límite, no hables, etc. Sigue lo que te apasiona Es sencillo: si te gusta lo que haces más empeño, ganas y fuerzas le vas a poner. La pasión ayuda a querer aprender más.