Rubén Darío. Su primera obra poética de importancia es Azul (1888

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Rubén Darío.
Su primera obra poética de importancia es Azul (1888), en la cual aún no se dan
innovaciones métricas y estróficas, pero sí otros rasgos modernistas como la sensualidad,
la musicalidad, la melancolía, la preocupación por el léxico, el cultismo y la adjetivación.
Prosas profanas (1896) es el libro que marca su magisterio poético en la literatura en
lengua castellana a ambos lados del Atlántico (el modernismo es el primer movimiento
literario que inicia el camino desde Hispanoamérica hacia España). En este libro, la poesía
de Darío llega a su culminación modernista. En él están presentes el erotismo, el
paganismo, la belleza, el colorido… Se recurre a imágenes sugeridas por las distintas artes
(música, pintura, escultura), la mitología aparece una y otra vez, los símbolos religiosos se
utilizan como recursos estéticos y lo exótico se convierte en necesario.
Con Cantos de vida y esperanza (1905), Darío profundiza en aspectos relacionados con el
paso del tiempo y la crisis existencial del hombre. Disminuye el vitalismo de Prosas
profanas para dar lugar a una actitud reflexiva, de preocupación, de interrogación personal.
La pérdida de la juventud, etapa pletórica de la vida, significa además el fin de ilusiones y
esperanzas. Ésta es también la poesía del Darío que se compromete con la realidad de su
tiempo, el que observa el avance de EE.UU. como potencia y el peligro que ello supone
para las naciones hispanoamericanas.
Manuel Machado Sevilla - Madrid (1874-1947)
Buen conocedor de la obra de Rubén Darío, así como de los simbolistas y parnasianos, sin
embargo, su lírica no será tan grandilocuente. Sus libros de poesía más importantes serán
Alma (1900), Apolo (1911) y Cante hondo (1912), en los que también influye el folclore
andaluz.
En sus poemas ensalza el casticismo (por ejemplo su referencia a los toros), la vida
bohemia, los amoríos superficiales, el intimismo y los personajes de la historia de España.
Juan Ramón Jiménez (Moguer 1881- Puerto Rico 1958)
La obra de Juan Ramón Jiménez se inicia dentro del Modernismo literario. Su trayectoria
poética ejemplifica la evolución de la lírica española desde el Modernismo al Vanguardismo. En
ella podemos distinguir tres etapas: la sensitiva, la intelectual y la suficiente, según terminología
del propio autor. En cada una de ellas se reiteran los temas principales de su obra: la belleza,
la poesía, el amor, la naturaleza, la eternidad y Dios.
Etapa sensitiva (1900-1915). Sus primeras composiciones presentan un cariz romántico e
intimista, influido especialmente por la poesía de Bécquer; sin embargo, y tras su encuentro
con Rubén Darío, incorpora rasgos modernistas y publica entre otros: Almas de violeta,
Ninfeas, Arias tristes, Jardines lejanos, Baladas de primavera y Pastorales. Métricamente, no
obstante, predominan los versos octosílabos y la rima asonante.
A partir de 1908, se aleja de la sonoridad y la ornamentación modernistas. Sus obras reflejan
ya la sencillez, al menos aparente, con la que el poeta intenta componerlas. Para ello, utiliza
versos endecasílabos y alejandrinos. Entre las obras de estos años destacamos: Elejías, La
soledad sonora, Poemas májicos y dolientes, y Sonetos espirituales.
Etapa intelectual (1916-1936)
Etapa suficiente (1936-1958)
En su poesía se mantienen ciertos símbolos propios del modernismo, sobre todo el del mar: un
mar que atrae, que despierta la melancolía, pero también el ansia de belleza y de tranquilidad.
Es el movimiento y la quietud, la inmensidad, el azul que invita a soñar, cambiante como la
poesía misma, en constante ir y venir.
Cabe destacar su obra Platero y yo (1907).
ANTONIO MACHADO (1875-1939)
1. El hombre
Nace en Sevilla y viene de niño a Madrid. Lleva una juventud de aire bohemio. En 1907
obtiene la cátedra de Francés y la ejerció en el Instituto de Soria. En 1909, se casa con Leonor
Izquierdo, una muchachita de dieciséis años. Con ella va a pasar un año en París, pero en
1911, Leonor sufre una violenta tuberculosis y regresan a Soria, en donde ella morirá el 1 de
agosto de 1912. Antonio, desesperado, abandona la ciudad castellana y se traslada a Baeza,
pero su corazón queda en Soria, en el “alto Espino”, el cementerio donde reposa Leonor.
Fue un hombre sencillo, bueno, de hondísima sensibilidad y muy metido en sí mismo.”.
2.- El poeta: su estética
Antonio Machado va a tener una doble fuente que procede:
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del Romanticismo tardío representado por Rosalía y Bécquer.
se apoya en el Simbolismo, ese querer buscar la esencia de las cosas, con palabras
simbólicas que lo dijeran todo.
Esta doble fuente, hace que situemos a Antonio Machado en primer lugar en el Modernismo,
pero muy pronto se propuso seguir otros caminos y elaborar una poesía muy personal.
Elabora unos versos que van más allá de lo superficial, que quieren expresar lo que vive en el
hondo el ser humano, es decir, hacer una poesía que recoja el latido humano.
Más tarde va a definir su poesía como: “Palabra esencial en el tiempo”. Esencial: quiere
expresar la realidad más profunda del hombre y quiere hacerlo no de forma abstracta, sino en
el tiempo concreto del español de entonces. Le preocupa el paso del tiempo, el tema de la
muerte y el origen de Dios como meta de la vida.
Su lenguaje poético cada vez se va depurando más, haciéndose más sobrio (menos palabras
para decir más ideas), más denso. Es una poesía más honda, más entrañablemente humana.
3.- Su inicio: Soledades
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Soledades es el primer libro que publica A. Machado. Lo compone en 1903 y en 1907
(suprimidas muchas composiciones y añadidas muchas más), lo publica con el título
Soledades, galerías y otros poemas.
Modernismo intimista: el Romanticismo tardío y el Simbolismo, son las escuelas que
lo forman en el Modernismo intimista. Él siempre querrá mirar hacia dentro de sí
mismo, contando sus sentimientos.
A A. Machado le interesan los sentimientos universales, es decir, los sentimientos de
todo el mundo. Éstos serán: el tiempo (fugacidad…), la muerte que es la que marca
trágicamente el tiempo, está ahí para que el hombre tome conciencia, la muerte como
enemiga de la vida, de las esperanzas. La muerte entronca con el tema de Dios como
principio de todo ser, busca a Dios en su interior, en su más íntimo yo y entabla un
monólogo entre Dios y el ser humano.
Todo ésto, desemboca en querer apresar el destino del hombre, según él, el hombre va
a ser un pozo de soledad, de angustia y de melancolía por la muerte.
Poesía simbolista: sintetiza las preocupaciones en símbolos y repitiendo los símbolos
aparecen la angustia, la melancolía…
- la tarde: es donde el hombre siente más la angustia. Es la vida que se nos
escapa. La noche tiene connotaciones con la muerte.
- el agua: es un tema recurrente. Es símbolo de muchas cosas. Cuando brota
es vida, cuando emana de las fuentes va a ser la fugacidad de la vida, cuando
está quieta en un estaque o en un mar va a ser la muerte.
- la noria: va a ser el paso del tiempo, la rutina, el sin sentido.
- la fuente: va a ser nostalgia, tiempo que pasa, etc.
- las galerías del alma: son los caminos del alma, los entresijos del alma.
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Huye de los abstracto y decorativo, siempre va buscando las palabras limpias, las
frases cortas, con el objetivo de eternizar lo momentáneo, retratando, por ejemplo, la
risa de un niño en la noria. Él quiere con palabras expresar lo que está sucediendo en
este momento.
La versificación en A. Machado. Suele utilizar los versos octosílabos y endecasílabos,
con los últimos da preferencia a los temas más graves, más serios, dándoles más
lentitud.
4.- Campos de Castilla
La sensibilidad de Machado conectó profundísimamente con Castilla. Él mismo pronunció: “Me
habéis llegado al alma”, refiriéndose a las tierras castellanas. El alma de Machado va a estar
siempre teñida del alma castellana. Vuelta a la poesía intimista.
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