LA SOLIDARIDAD COMO UN VALOR BIOÉTICO PRESENTADO POR: JIMMY ALEXANDER LOMBANA RIVERA TUTOR DIANA MARIA SEPULVEDA JULIO DEL 2019 UNIVERSIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA UNAD PSICOLOGIA Actividades a desarrollar - Leer comprensivamente el artículo de Rosas-Jiménez, C. (2011). “La solidaridad como un valor bioético” desde la página 6 hasta la página 9 - Realice una breve apreciación personal del artículo indicando en qué medida dicha lectura contribuye o no a comprender en qué consiste la solidaridad en relación con el sentido de la vida y todo lo visto a lo largo del curso. En el artículo nos hace una introducción al mundo de la bioética como un misterio, pues todavía hay muchos interrogantes alrededor de ella, y la bioética, si bien ha avanzado a pasos agigantados, parece que en su reflexión olvidó asombrarse por este misterio y se quedó en discusiones que no llevan a ningún lado. Introduce el autor quien manifiesta Solamente poniendo los ojos en la persona es como la bioética puede retomar su rumbo y responder a los ataques a la dignidad humana que muchas veces alcanzan niveles de salvajismo, o lo peor, que son fruto de la indiferencia. Además asume una posición controversial desde un pronto de vista más amplio como el proponer la solidaridad como un valor bioético, es decir, como un pilar sobre el cual la bioética se pueda reencontrar cara a cara con el ser humano en toda su dimensión y obtener herramientas para aproximarse no solo a los juicios bioéticos, sino a la defensa in situ de la dignidad humana. De este modo podemos asumir una posición donde partiré considerando que el hombre es un ser social, de ahí que su vida adquiera verdadero sentido humano en su relación con los demás. Percatados de lo anterior, se fundamenta la solidaridad en la necesidad de racionalizar o limitar de alguna manera el egoísmo originario del estado de naturaleza, de forma tal que se hiciera posible la convivencia en la sociedad civil. Pero el condicionamiento social de la vida humana no justifica en sí mismo la solidaridad porque el hombre es un ser libre, y tiene derecho a elegir su forma de ser en el seno de la colectividad. Esto llevó al pensamiento moderno a luchar por el reconocimiento de la libertad de conciencia y contra toda tentativa de anular la individualidad personal en nombre del bienestar común, por el absolutismo. Por tal razón, la solidaridad se ha llegado a ver como una exigencia moral circunstancial, es decir, como algo que no se puede fundar definitivamente porque, más que en la comunidad, se basa en la diversidad. Al lo largo del curso nos alimentamos con términos que nutren a la solidaridad y llegamos a establecer que entre las personas solidarias media un acuerdo, expreso o tácito, a través del cual conviene hacer efectivo algo que los acercará o unirá sea una ayuda o dación. Los fundamentos de la solidaridad siempre dependerán de la solidez de los valores y de las convicciones por parte de quienes sellen este acuerdo. - Analice las siguientes preguntas de selección múltiple con única respuesta, determine en cada una la respuesta que usted considere correcta y sustente su elección indicando las razones según las cuales se demuestra que esa es la respuesta correcta, en un párrafo de entre 100 y 150 palabras mencionando apartes del texto que puedan servir como evidencia. 1. De acuerdo con los contenidos del artículo, la solidaridad no es un simple acto de ayuda a otros que se consideran débiles o en estado de fragilidad y vulnerabilidad, sino que para que una acción sea realmente un acto de solidaridad se requiere: a. Tener la intención de ayudar al necesitado y salir en su búsqueda b. Realizar algún esfuerzo y superar las barreras que le impiden actuar solidariamente. c. Comprender al máximo la situación de las personas que necesitan ayuda d. Mostrar sensibilidad y empatía colocándose en el lugar de las personas que sufren e. Todas las anteriores Asumo esta respuesta puesto que la solidaridad es un deber imperfecto, obliga moralmente pero no jurídicamente, y es propia de una ética de máximos y no un mínimo esencial para la regulación de la vida social. El principio de la responsabilidad así entendido es un fundamento obligado de la ética del cuidado que perderá enormemente en calidad y corrección moral si las personas que están a cargo de los cuidados no son solidarias con los que en tal estado sufren. Pero recordemos que la bioética tiende a universalizarse, y desde la perspectiva de la bioética global la solidaridad responsable debe ser global, es decir, universal y no de grupo. Esto debe llevar a practicarla más allá de las fronteras socio-clasistas y de las barreras impuestas por el actual orden socioeconómico internacional a la distribución equitativa de los recursos de salud. 2. Del siguiente párrafo extraído del artículo de Rosas-Jiménez, C. (2011): “Según Roca (23), “Ser voluntario, equivale a ser agentede cambio, de transformación”, pero esto no se logra sinun verdadero esfuerzo, pues todo aquello que resulta exigente para nosotros, generalmente es lo que más alegría o gratificación nos trae. Por ejemplo, todo aquel que quiere subir una montaña y se pone frente a ella,sabe que esa empresa le exigirá mucho esfuerzo, perotambién sabe que no cambia, por nada del mundo, la experiencia de estar en la cima de la montaña. De igual manera sucede con el voluntario que, además de sus propios deberes profesionales y estatus, dedica parte de su tiempo, de manera continuada y desinteresada, a actividades, no a favor de sí mismo ni de sus asociados (a diferencia del asociacionismo), sino a favor de los demás o de intereses sociales colectivos, según un proyecto que no se agota en la intervención misma (a diferencia de la beneficencia), sino que tiende a erradicar y modificar las causas de la necesidad y de la marginación” Se deduce que: a. La solidaridad es meritoria por el simple acto de ayudar cada vez que se presente la ocasión b. La solidaridad produce más alegría y satisfacción que cuando se sube por una montaña. c. Para ser realmente solidario se requiere sacrificar su tiempo y todas sus energías en favor de los más necesitados. d. La solidaridad no es un simple acto de ayuda en forma de beneficencia sino un trabajo permanente hacia el cambio de las condiciones sociales de la gente. e. Todas las anteriores Considero esta respuesta puesto que al asumir la perspectiva ética de la solidaridad responsable no se verá la vida como una fatalidad que toca resolver a cada individuo, sino como una responsabilidad solidaria por toda vida humana, su dignidad y futuro. Si logramos enfocarla desde una perspectiva responsable y solidaria, seguramente los resultados serán distintos a los que se obtienen con el ejercicio ilimitado, irresponsable, de la autonomía. Por supuesto, que este ni ningún otro enfoque podrá eludir la finitud de la vida pero incluso las situaciones relacionadas con ellos ganarán enormemente en humanidad ya que al garantizar esto, todos haremos posible la maximización de valores que podrán contemplarse en cada proyecto de vida individual. - Identifique términos que no conozca, investigue qué significan y la razón por la cual se mencionan dentro del artículo. Lo mismo con autores desconocidos y presente los resultados en forma de glosario. GLOSARIO Sentimentalismo: Cuando el sentimiento se manifiesta de manera exagerada se puede hablar de sentimentalismo. Se podría afirmar que su idea opuesta sería el racionalismo, la corriente que otorga un especial protagonismo a la razón. Dictaminar: Emitir una persona una opinión o juicio sobre un determinado tema del que es experto Esnobismo: Gusto o admiración excesivos por todo lo que está de moda en supuestos ambientes de disti nción Herméticamente: Impenetrable, incomprensible o cerrado - Redacte un documento individual en el cual desarrolle los puntos anteriores. Los problemas de justicia y sobre todo los relacionados con el derecho a la vida deben estar a la orden del día del discurso bioético contemporáneo, por ser los más preocupantes. Téngase en cuenta que 18 000 niños mueren todos los días debido al hambre y la desnutrición, que 850 millones de personas se acuestan diariamente sin comer, que los 10 lugares del mundo donde hay un menor promedio de vida se ubican en el continente africano, en el que también se ubica la nación con la expectativa de vida más reducida, Zimbabwe, donde la población solo puede esperar vivir un promedio de 36 años. En el artículo nos hace una introducción al mundo de la bioética como un misterio, pues todavía hay muchos interrogantes alrededor de ella, y la bioética, si bien ha avanzado a pasos agigantados, parece que en su reflexión olvidó asombrarse por este misterio y se quedó en discusiones que no llevan a ningún lado. Introduce el autor quien manifiesta Solamente poniendo los ojos en la persona es como la bioética puede retomar su rumbo y responder a los ataques a la dignidad humana que muchas veces alcanzan niveles de salvajismo, o lo peor, que son fruto de la indiferencia. Además asume una posición controversial desde un pronto de vista más amplio como el proponer la solidaridad como un valor bioético, es decir, como un pilar sobre el cual la bioética se pueda reencontrar cara a cara con el ser humano en toda su dimensión y obtener herramientas para aproximarse no solo a los juicios bioéticos, sino a la defensa in situ de la dignidad humana. De este modo podemos asumir una posición donde partiré considerando que el hombre es un ser social, de ahí que su vida adquiera verdadero sentido humano en su relación con los demás. Percatados de lo anterior, se fundamenta la solidaridad en la necesidad de racionalizar o limitar de alguna manera el egoísmo originario del estado de naturaleza, de forma tal que se hiciera posible la convivencia en la sociedad civil. Pero el condicionamiento social de la vida humana no justifica en sí mismo la solidaridad porque el hombre es un ser libre, y tiene derecho a elegir su forma de ser en el seno de la colectividad. Esto llevó al pensamiento moderno a luchar por el reconocimiento de la libertad de conciencia y contra toda tentativa de anular la individualidad personal en nombre del bienestar común, por el absolutismo. Por tal razón, la solidaridad se ha llegado a ver como una exigencia moral circunstancial, es decir, como algo que no se puede fundar definitivamente porque, más que en la comunidad, se basa en la diversidad. Al lo largo del curso nos alimentamos con términos que nutren a la solidaridad y llegamos a establecer que entre las personas solidarias media un acuerdo, expreso o tácito, a través del cual conviene hacer efectivo algo que los acercará o unirá sea una ayuda o dación. Los fundamentos de la solidaridad siempre dependerán de la solidez de los valores y de las convicciones por parte de quienes sellen este acuerdo. Asumo que la solidaridad es un deber imperfecto, obliga moralmente pero no jurídicamente, y es propia de una ética de máximos y no un mínimo esencial para la regulación de la vida social. El principio de la responsabilidad así entendido es un fundamento obligado de la ética del cuidado que perderá enormemente en calidad y corrección moral si las personas que están a cargo de los cuidados no son solidarias con los que en tal estado sufren. Pero recordemos que la bioética tiende a universalizarse, y desde la perspectiva de la bioética global la solidaridad responsable debe ser global, es decir, universal y no de grupo. Esto debe llevar a practicarla más allá de las fronteras socio-clasistas y de las barreras impuestas por el actual orden socioeconómico internacional a la distribución equitativa de los recursos de salud. Considero que al asumir la perspectiva ética de la solidaridad responsable no se verá la vida como una fatalidad que toca resolver a cada individuo, sino como una responsabilidad solidaria por toda vida humana, su dignidad y futuro. Si logramos enfocarla desde una perspectiva responsable y solidaria, seguramente los resultados serán distintos a los que se obtienen con el ejercicio ilimitado, irresponsable, de la autonomía. Por supuesto, que este ni ningún otro enfoque podrá eludir la finitud de la vida pero incluso las situaciones relacionadas con ellos ganarán enormemente en humanidad ya que al garantizar esto, todos haremos posible la maximización de valores que podrán contemplarse en cada proyecto de vida individual. Podemos concluir que la solidaridad hoy se ve seriamente frenada por la globalización de la economía de mercado bajo rótulos neoliberales, que han llevado a la privatización excesiva de los servicios y la disminución de los fondos públicos para prevenir y combatir las enfermedades. También han convertido a los servicios publicos en una mercancía de magnificencia a la que pueden acceder los más acaudalados. La solidaridad se plasma, por lo menos, en dos tipos de realidades personales y sociales: en la relación entre personas que actúan movidas por un mismo interés en ciertas cosas o en la relación de una persona que pone su interés en otras y se esfuerza por ayudarle. Aunque el móvil parece ser distinto, en ambos casos el individuo debe ser capaz de limitar su egoísmo para poder abrirse a los demás y ofrecer algún tipo de contribución. Sin embargo, la validez moral del primer tipo de solidaridad será siempre mucho más cuestionada que la del segundo, pues, al encerrarse en el interés de su grupo, el individuo que es solidario sólo con sus compañeros corre el riesgo de comportarse injustamente frente a terceros. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Rosas-Jiménez, Carlos Alberto, enero-junio, 2011 La solidaridad como un valor bioético; Tomado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83221409002