1 \1 . b() \ ! V ~ '. flESTflS ~ Ce\ebrac~ones y ritos de Colombia ~, J¡ ~ i ~ I ,:(- ~~'¡' <S:.:-s " I I iI q 11 , ... 11 " ' I Celebraciones y ritos de Colombia . , Dirección, diseño y edición BENJAMIN VILLEGAS "" \ Texto NINA S. DE FRIEDEMANN \ 1 Fotografía general JEREMY HORNER - '"., I t I ~illef : eddofeS .' --------i " ~ I GI )'1 (1 " Libro creado, desarrollado y editado en Colombia por @ VILLEGASEDITORES 1995 Avenida 82 No, 11-50, Intcrior 3 Conmutador 616 1788, Fax 616 0020 Bogotá, Colombia, Diagramación MERCEDESCEDEÑO Coordinación gráfica PILAR GOMEZ Fotografta complementaria Felipe Caicedo, Vicky Ospina, Diego Samper, I 11 1 Jorge Mario Múnera, Fernando Urbina, Mauricio Uribe, Nina S. de Friedemann, Francisco Carranza, Walter Martínez, Osear Monsalve, Pilar Gómez, Juan Camilo Segura, Gerardo Reichel-Dolmatoff, María Elvira Talero, Diego Miguel Gareés, Audiovisuales - Serie Yurupari. Todos los derechos reservados, r 1',1"1 I Ninguna parte de esta pub{icación puede ser reproducida, t por ningún medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros, sin I almacenada en sistema recuperable o transmitida, en ninguna forma o el previo permiso escrito de Villegas Editores, r Primera edición I !j . Noviemhre de 1995 . I ISBN 1; 958- 9393-13-6 ~ .. ~' , .' 1I El editor agradece muy especialmente al BANCO DE COLOMBIA il el patrocinio dé la primera institucional edictón de esta obra, ,f f Ca,átul", Viajando en chiva al carnaval. Riosucio, Caldas, Contra<.arátula, Festival folclórico del. bambuco. Neiva, Hui!::!. ,¡ Página 1, Carnaval andinú de blancos y negros. Pasto, Nariño. .. Páginas 2/3, Carnaval en Barrauquilla, Atlámico. . Página 4, Carnaval en familia, Riosucio, Caldas, I~ 1 I Páginas 6/7, Pólvora para el carnaval del Diablo. Riosucio, Caldas, . , Página 5, Carnaval del Diablo, Riosucio, Caldas, : , , 'i Página 8, Rostro de la fiesta en la feria de Cali, Valle del Cauca, . Página 11, Salida del Diablo, Riosucio, Caldas, Página 12, En Medellín, la ciudad de las flores, Antioquia, ;)1' ~ Página 13, En Curramba la bella, Barranquilla Atlántico. Páginas 218/219, En el festival Wayúu. Uribia, La Guajira, h, Páginas 222/223, En el carnaval del Diablo, Riosucio, Caldas, d'- Págirtas 224, Final de fiesta. Uribia, La Guajira. '0..1 ,1 ¡I I1p: ~,tl' I I~: 1 1 ' .1 ( " '" ~ Introducción -15 El ritual de las fiestas -18- "i¡, I' ~Folklore" y "elitelore" ~26- , '" ., 11 Lasfiestas en las crónicas de conquista -32-- (1 ~ 11" " 1m El Corpus Christi -40- In. Diablitos y cucambas 48 -- \ ~ . 11' "'Elcarnaval: su pasado occidental y su riqueza étnica indígena y negra 1: ~I 111!] - 58 -::- I~II::S Rutas y confluencias de lasfiestas -66- ~. 1 11 La fauna danzante' -74- " 1; 'tI 11 ~ Semana Santa en Popayán-86- NI' r, '11't ... , I ~ H Semana Santa en Mompox y Coteje--100"" \ c¡, ~ l' ,. 11 ':, , H 11 ! ~ :'111 l' d , -1-. ¡ ~! I! \hii Fiesta de San Pacho en Quihd6... -112- " Gallos, caballos y toros defiesta -126- . '1 .,I~ Frutas, música y vientos de fiesta L "!~ -138- El Diablo -162- ~ " iJI Memorias e historia. rI~ ' -174- , <1, .,'~ -.'t' Visiones religiosas -182- . ' '11 .~ ,~~ ~, Corrales, corralejas y circos -190~ ';~ ~¡ '. " /, 'i i~ I ,j! ] " Elparaíso en la tierra -196- -"- ¡11 ,. LLuvias que traen fiestas ,~ " ~210---=- Bibliografía -218-Glosario l' -220-- 1:. " ¡ Introducción " 1 hombre se cubre con la piel de caimán,. mete la cabeza entre los hombros, extiende los brazos como si flotara en el aire y comienza a nadar bajo el sol y la canícula. A su lado pasa el monótono sonido de las chirimías, pasal'l mujeres de polleras de flores y palmas prontas al ron y la alegría, pasan los altavoces que celebran la cumbia y los patrocinios, con su arrugado esqueleto de circunstancias pasa la señora muerte que se va llevando todo lo bueno qy~ en nosotros topa, pasan los rudos bogas que abrazan la cintura de las mujeres de todos, pasan las alumnas del Colegio de la Presentación con la ansiosa inquietud del encuentro furtivo y de los libros de química, pasan las parturientas, los de malos hígadós, los tenientes de Policía, los agentes, los comerciantes y seminaristas, los desocupados que trasladan su ocioso contemplar de las palomas en los parques a ~abulliciosa participación en los desfiles, pasan las solteronas en flor y las viudas y los delincuentes en vacaciones y ejercicio, y allí, bajo los cocoteros y las ceibas, lo más lejos posible de la casa cural, de los juzgados y la cárcel del municipio, arman la de Dios es Cristo, con hombros que sacuden las nubes y las convierten en puro son, en un ocho que es el infinito del sudor y la sed, en la embriaguez de vivir, de bailar, de leer el lenguaje de las estrellas. Es la fiesta que se extiende bajo la piel, que huele los agrios olores humanos hechos de emociones y de miedos, que mira el rojo s~gre de la sangre de las peleas de gallos, las plumas multicolores, el ruedo que trepida bajo el metálico pasodoble del trombón, de los platillos, el toro que salta a ta arena, que persigue el trapo' sin trapío, que revue1ca a un banderillero y oye pitos, la fiesta que no teine poseer'y ser poseída, que en. la madrugada cae bajo la mesa y luego se levanta para seguir la danza del garabato, para llegar a Barranquilla. Esta fiesta es todas las fiestas juntas, sagradas y profanas, lívidas y libidinosas, pr,ocesiones de Mompox, semanas mayores de Pamplona y otras semanas santas,. festivales del Diablo de Riosu... cio y del diablo cojuelo, de negros y blancos en Pasto, de desfiles de amazonas sin Amazonas (y de cabalgaduras), en Cali y Manizales, de Corpus en Anolaima con sus frutas, de tiples y de guitarras como fondo del Mono Núñez, de ritos de los tukano, de los guahíbo, de los emberá, de los sibundoyes, de los guajiros, de los wayúu, de bailes de la chichamaya y carreras de caballos ~o ¡. " -\.. y ferias de pueblo y festival vallenato y teatro de Bogotá y Manizales, y. teatro .callejero y danza en la calle y danza en el escenario, y chivas con bapdas de música pintadas y banda'S de música en vivo y en directo. Esta es la fiesta de las risas que van y vienen y viven aquí y',allá, vivitas y coleando, en el colea de los Llanos, en las corralejas, en las cometas de la Villa, en los s'il1eteros l.i ae Medellín, fiestas con tradición y sin ella, fiestas con reinas y c,?n reinados de belleza, con viejos . y niños y hombres y mujeres y otros. seres humanos e inhumanos, disfrazados, enmascarados, pintados, embetunados, con máscaras para ser usadas como se deben usar, como una forma - de deci; l~ qu~ h:Y~que decir cuandosedeoc dedn:or@'~c:rdebert1 cire5ta verdad dI?J,;¡fiesta en Colombia, monda, lironda y marimonda. Fiesta, festejo, festín, festival. Vieja. vencejo, violín, vendaval. El k¡ruaje ce aUed2 corto para decir sin academia, para nombrar todo lo que es y hace este espec';áculo de vido.cn. eJ "l.r"l-,n" - reinado de la muerte, pero es mas, esta hermandad de amor y odio. de cero t tlf la vida y congoja de ¡'tU rz" ~"r'1al'al andino ae ,15'Os. Pasto. Naril'io. Illfí!' tp le )'" '1 v mal, (,r;>á~ge! y' dem°I!io. AgÚí la vida se mira en la 1üuerte. el ánoc;l ae ~" , eil" ht."T1n(¡' Diablo de grandes cUenlOS} c<.~lade vaca. Y la muenf' y e! J;"iablo peJFtane...:en, darz<JlI. cr:¡¡ atr_aviesan la n,~)("he pa,ra llegar en un aD!:;Jzo.ho11d,) ./ \; ~¡ llueVa día .:on1(\ dos comerwÜe == .d .,.,., / " también van a morir para ser condenados al fuego eterno. El Diablo, la muerte, la zoología. Aquí están, hechos de persistencia y de papier maché,en los carnavales y en las procesi;nes, en los juegos, en las ebriedades que hoy son mañana permanecen, como una forma esencial de asirse y a la vida, de creer en el amor, en la verdad, en la razón, de afirmarse por siempre yyara siempre en el Paraíso. ,Pero basta las puertas de ese Paraís.o la fiesta contará con la compañía de serpientes de innqmerabks patas que bailan ,.1al SOI),.queles toquen, de dragones de grandes fauces que echan fuego por boca y narices, de sapos, iguanas y camaleones, de unicornios, de toda una zoología faJ~áStica soñada en los sitios más inusitados y humildes, en las máquinas.c\e coser, en los tarros de engrudS. r Esto~ son; cuerpos para esc~:mderel cuerpo, el enemigo, dispuesto siempre a complacernos, a hundirnos en la modorra, a a,cariciarnos como Venus, cuerpos hechos de sentidos y de deseos, po ! ~ del place~ de mirar y ser miradas, de oír y se!"o\dos, de gustar y ser gustados.Las fiestas son sólo cuerpo, sólo piel hecha de on'dulaciones y penetraciones. Para ellas se prepara el país entero, el blanco que echa mano de las máscaras y de las mascaradas, el indígena que baila alrededor de la maloca en una confusión de rit-osy de creencias, el negro, tan visceralmente propio, en San Pacho, en Tumaco, con alabaos y lamentos. Estas fiestas de siempre, las de la Comisión Corográ- r I 4; 11. '1'. I ,r' , " . fica, las de los vlajerosc1e los siglos)CVIII y XIX, las de Cordovez descritas con ojo de águila. "La - estación de carnaval -:cuenta él- se abre ,en todas partes desde mediados de noviembre, para terminar el niartes.aQ.Ú~rioral Miércoles de Ceniza... (En ellas) impera la costumbre de divertirse ~ I~ .' disfrazándos~'casi todas las' noches para i~.abailar en la casa que más acomode, sin previo aviso a la parte interesada. Al efedo, se reúnen y se dirigen a la morada designada; llaman a lá puerta y al ¡:,reguntar 'de adentrd\¿quién llama? -Mojiganga- responde el que hace la cabeza, palabra sacramenta¡ que abre toda puerta. El que dirige.la fiesta llama aparte al anfitrión forzado, se " ~ .. I < . descubre a fin de que vea <:onquién se entiende en el caso improbable de que se cometa alguna 1, l' Ili falta, y empieza la jarana". I 11 r ceremonias que ayer fueron, que hoy desaparecen. Todo en este país desaparece. Nuestra tarea es la de acelerar la mUerte de la muerte y; al mismo tief)].po,detener otra forma de muerte que es el lento deterioro de la memoria que se pierde. Quizás algún día nos recordemos cómo somos. Somos como este libro, como esta emoción vital de colores y música. Estamos hechos para la lA I-, . o" I I ri alegría verdadera. Esa alegría tiene que ser profunda, debe salir del fondo del corazón para que permanezca. Ojalá nadie pueda escribir jamás, como epílogo de la historia, lo que el señor Cordovez dejó consignado al final de capítlílo que dedicó a las Carnestolendas. "La civilización 'e 111 \\, .< " I,tll' ,111 II fU . ,11 d! 11' - En este libro empieza la jarana. De él sale la música del Caribe, la música negra, l~/andina. En él se oyen los bundes, las contradanzas, las cumbias, los vallenatos, las guabinas. Aquí hay I I ,. " que hemos alcanzado -dice- dio eri tieFa con esa antigua cosl-umbre, sin establecer nada digno en su reemplazo". A las 6 de la tarde la ciudad sigue su marcha inalterable. Llueve. El frío se apodera de todo, del ánimo y los huesos, de la multitud que va a su casa. Pero de pronto un rictus de alegría dibuja el ánimo y <;pñalael ambiente. Y es que el viernes será viernes, será fiesta y, por qué no, es <,ib]eque sea B:lrranquilla. Reina del carnaval \\ '.UN VILLEGAS andi¡¡~ blancos." negros. Pasto N~ r, El ritual I lit ¡ de llis fiestas /,11 n Colombia, un calen~ 1 , 1 I H fiestas a lo largo y a 101 de su territorio enmarcal i.f h~ J I I1 ; i de ciudades y ruralida~ lebraciones y conmem~ nes éil halos poéticos s~ y sacrilegos sevlSten cot caras y disfraces, en coD1 teatrales y vivencias mísd I mientos r 1" OI'! dra1l1áticas. La búsqueda de un equilílt tual en tomo a la realidad cotidiana se. t, I sa en la mús~ca y la danza, en la dlt corporal, en ld.riqueza creativa de la 011 el canto, el verso o la mímica. El orna~ 1 1" r1 " la gala o el tráje son improntas de un ~ miento religioso y de un transcurrir mu~, en espacios temporales e históricos rep~ J 1 , l' tados en escenarios festivos.¡) En las fiestas, los santos católicos ~ dentes del Viejo Mundo, las IJlemoriasi~ genes de la' selva amazónica, las huellas~ . 1'1 1I I I I {. I 1 I [ l' Fasto facial d I , l' atuendo de carnaval ~ Página opuesta, El Diablo, imaden la antigua ,fiesta de ,los' personaje ambiguo de la tradición blanqUitos y negritos en San Juan de 4,mérica Latina, aparece en el ac,.;ol ca~val andino de blancos I de Pasto, Nariño. y negros en San Juan de Pasto, I I I I I I Nariño. I , I '"I!' 11 r¡, ':, d I deidades africanas con 1l1áscaras de v~ cristianas o las comparsas de letanías, ~ rías Y ritmos participan en procesiones Id seos, teatro, danza o liturgia. La meta del ritual de la fiesta pareceríl en unas instancias, la celebración del vivi/¡' congoja del morir, y.en otras un acto de. peración de una eternidad sagrada 1J Ú~1j na que, emergiendo del tiempo histórk~ vuelve indestructible para la memoria d4 gentes. Mircea Eliade llama a este fenónj el presente eterno, el cual permite la p~ nencia ritual del evento histórico y míticr. la vida cotidiana de los humanos. En este iibro sobre Colombia, sus fi~ 1 se presentan como rituales de comunicaá, cada uno con su sistema propio de signos' i '" sea en el ámbito de lo sagrado o de Jo I I '10: ...:n una procesión 4/, " k\l.. .""' v ! mt~ " " de Semai1~ ~ r1 Mompox o en un !7estivalvallena.o e. <iupar.F1estudio de la puesta en esc' ". , "," " .. /1 I '! t 1:,,;,,;; ""-"""""'w -- '"J" I I 11I cada fiesta revela la existencia En Riosucio, Caldas, desde hace ciento cincuenta años multitudes ... " celebran tológicas, la fiesta del Diablo. , r Mirití-Paraná, Vaupés. gres, gavilanes, dantas, chulos, osos, al grillos en la maloca es una ceremonia qUI picia la cacería. Su ritual aviva el mi Makuémari, la boa dueña de los animale vive enroscada sobre uno de los mUlll cielos del cosmos. De acuerdo con la En Antioquia, Medellín, "la ciudad ción, estudiada por e! antropólogo Mart~ Hildebrand, el cosmos es una gran piI1 Página opuesta, amazónica, '1 Maloca representación del universo. Danzantes Yukuna. Río :1 ~i, de la eterna primavera': H un desfile de su flora tj con la forma de la maloca, su casa, y el ~ "la ciudad de las flores ,,', "la ciudad jardín mundo es e! de Makuémari, según dicen! bién dueño de las frutas silvestres. El ", exalta la que se le superpone es el de las frutas c~ región. '1 das y a éste, a su vez, se le yuxtapone] los chulos, o sea el tercer mundo, al cu~ bién se conoce como e! de las enferme~ I 1 I Sigue el de las ,estrellas, la música y las ~ J al cual se sobrepone e! calI!ino de! sol, ~ do debajo del mundo de los cuatro ImariJj' nas, los creadores, esencias de pensami, Ellos simbolizan la eternidad al p~ye~ sobre las cuatro columnas centrales qu~ tienen' la maloca. Signos y mensajes dI , tradición aparecen en sus cantos y dall11¡ , t ~ " o zonia viven sobre los ríos Mirití y Ap Entre ellos, la danza de enmascarados! i I y de sueños, vencias sociales e históricas, que aman trasfondo irradian e! acontecer de ca Qración. Así, estudiar;j~s fiestas en Col es un camino alegre lleno de ritmos in dos, de realidades maravillosas, y de fic~ verdaderas que permiten acercarse al q miento de la diversidad de sus pueblos,1 Los indios Ufainas o Tanimukas'Cle1.' u I . . , de creencias de vision r' , 1 ~ .' , , "'... "En ámbitos urbanos f! .' ,¡¡ de silleteros; en. Medellín puede intewnt como la metáfora de una historia subl~ , I en torno a un medio de tr~nsporte colQ que ha permanecido en la mem.cáli l\ .gentes de la región antioquena: De aOl I . ., de la fiesta, el ~ j, 1I l' con e! estudioso )~qgar Boiívar,_al recfl1, ."..A. dramatizando ceremonialmente el cultol ,~, I t< I ,1 " I 'f floral, reafirma festivamente la identi~, gional antioqueña. A propósito de tal h~ los viajeros del siglo XIX siempre an~ cQmouna experiencia singular la exis~ . "Ir " l' plexión atlética, con l!na fuerza tan legen~ COI'10la dt: T-fér,ules y éapaces de camin~ 1" descanso, con pesadas cargas, varios dí:i5l las monwñas de los ¡\.nde~/ En su crónia "". \. de 10s'siHéteros y cargueros: hombres de( I 1, " ',: '" : = ;¡¡¡; .. tl r viaje de 1825, Carl August Gosselma sueco, anota fastidiado cómo su pes, Personajes y momentos de la vida 1, política, en esculturas monumentales, paje fue transportado de unJugar a o la espalda de un carguero. Y cómo a le tocó montarse en el asiento de un durante una travesía de tres a cuatro desfilan en el carnaval andino de blancos y 1I I I negros. SanJuan de Pasto, Nariño. , íl , n tre Juntas y Cejas por riscos y desfila, (Q 'Hasta hace pocos años, en la ci San Juan de Pasto, el actual carnava'; de blancos y negros se conoció como 11 j ~I .. ta de los blanquitos y negritos't...CUY2 como fiesta popular se traza'~' s~gún sacramental sobre la Epifanía y L;r:visft reyes magos al Niño Dios en Belén, Er dice Lydia Inés Muñoz- un rey blan( " negro y uno aborigen indio mont:n'ios ~. 110recorrían las calles de la ciudad. t 11 ~ 1I I tiempo, la definición popular de la fíes! visos seculares de carnaval. En la fie !. " " ~ ~I '1 I ---l l' gentes procedieron a trastocar sus statl dianos socio-raciales. Mediante el emba miento del cuerpo un día de la fiesta con y el siguiente con carbón molido, se da\ , a la inversión de oposiciones binarias pr1 por M. M. Bakhtin para interpretacel cat El príncipe se vuelve pordiosero, la fea na bella, el negro se convierte en blan I 1" , ,,' símbolos del jue~o hacen hincapié en la~ rienci~~lÍstórica colonial de la región na gue confrontó a "blancos" descendient españoles c<m--tftdiosy negros descend ' l' , de africanos,".-/ I Con las manos se embadurna al f ot/"O en el juego-tatuaje t ¡ en negrecerlo f ,1 vernáculo , de En el dibujo del /"Ostro de carnaval consagra el gusto del tacto y el I l' tolor. SanJuan de Pasto, Nariño, I l' I í, , 'ti ;I 1I t ,', '1 I I tlrl' " "> 1 í 41 , I V 1 l " .¿2 L ... se :I ¡ti El reinado nacional dR la belleza "Folklore" y "elitelore en Cartagena de IndiQ!,~Eolruar, en la costa caribe, es una celebración 11 de elitelore, que ha abierto sus r I I I I l' puertas a la diversidad étnica \ colombiana. La co,mpetencia involucra a departa;"entos y I. regiones del pafs. La selección se lleva a cabo en clubes sóciales e implica el despliegue r!e una compleja parafernalia I~ e todos modos, en Colomi hablar de fiestas és hablari joyas, maquillajes,gestoy hablapor 'I,illll mitologías, memorias y ~ ciones populares de muJ parte de cada una de las candidatas. La reina compiteen I ,~ eventos intemacionales que a su I I 111 pueblos. De quienes sondit ños de sabidurías ances~ vez son modelopara los numerosos ; ~\ UI'!' : i\: reinados que se celebran a lo largo étnícas, de culturas índígeq precolombinas y actuales,1 de las negroafrícanas,. combinadas y ela~ das a partir de su contacto entre ellas ~ y ancho del pafs durante todo el I ~ de trajes, año, "I~ ' Página opuesta, Desfile aéuático en y con las europeas y aborígenes. Y au~ muchos estudiosos se han referido a la cu~ balleneras de las candidatas a reinas de belleza. Cartagena de 'd. In.lias, Eolruar. que hasta el presente ha estado domínada~ visiones del mundo occidental europeo y~ tadounidense como jolkl°!.G,jolclor ojokJ~ en este libro se alude a él sólo como partel una dicotomía que se configuraría con eld~ lore. Este entendido como un conocÍ11Jieil i~ ., la/' J '1 cultural selectivo de grupos sociales do~ ¡ tes y restringidos, y que 'al decir del'histt4 dor Adolfo González Henríquez, sería~ r 11 l' "folclore" de frivolidades, valses y contrai zas. Que por ejemplo, debieron exhibir las: ses altas en las fiestas con aire de carnav~1 l~J I~ ,,11 Cartagena y en Barranquílla en .el primerC1I to del siglo XIX.". , En la celebración de fiestas y de suCI1 .Ii , 1, t I ceptualización en Colombia el vocablo fo1. re es de uso cotidiano para evocar la fl6 il' : popular, y aludir a la cultura de segment~' poder en determinada sociedad. De estaSi.\ I te, es preciso oponer el término elitelorep representar la cultura de clases dominantes, un escenario donde el juego del poder SC'1 ti '1 i~ ,.¡ 1: '11"11. t~ '. '~I político -,-ser,elaciona alrededor de manil~ dones en gran 'parte estéticas. , ~ Asíse facilitala comprensión de cómo : 1 "lA , .. { '26 " I /- clases' dominantes pueden utilizar las eJ siones de las dominada& con propósitos d~ trolsocío-político. Como en el caso por eje¡ de festivales al borde, de la selva, que SOOI movidos por entidades de un gobierno m I 'i nal. Para propaganda I gubernamental, ce a alguna etnia indígena I ción" en un escenario se ( a exhibir "su lejos de su mal oca En el elitelore se alude a mitologías les de clases dominantes, a p~rticularidi tales como el traje, sitios frecuentados, el automóvil del grupo, tope de la pirámide sus objetivos 1I social le permite sub! en las tareas del manejo versos poderes. , o cuya ubicación f Y este es un ejercicio qut,1 quiere actuación individual, público, del yo social y cultural. cuidado En el calendario manifestaciones creación del~ colombiano de fiesta!] de elite lar e aparecen aUJII eventos en que la expresión popular delJ' ~ 11 lore es visiblemente ~, dominante. en el carnaval de Barranquilla. Por ejernj' Allí, en los~ bes de las clases altas, sus miembros ten en comparsas 1- cinematográfico del \~ Hollywood o de un añejo París nocturno,. Carnaval en Barranquilla, miembros, sin embargo, Atlántico, ciudad del Caribe, que les otorga su posición de clase domin~ gozan del privil~ llamada "Curmmba la bella", para ingresar en ámbitos populares de daIII "Puerta de Oro de Colombia" y y comparsas. "La Arenosa bailar en casa~ y casetas de los barrios po~ 11 11 rutilantes de color y luz~ visos de montaje '.. se di~ ", y también Por ejemplo, si quieren, participan en los desfiles calleil1' como la batalla de flores, la muerte 11 to, o el desenfreno en~ popular de Jo~ bajo el turbión¡ harina. Este es un privilegio que en clubesl las clases altas está vedado a cualquier nij de las clase~populares. lebraciones trarse Generalmente, las~ en tales clubes han llegado aIIIi al público como espectáculo en ~ función especial a la cual se accede mediaJI fI .' el pago de una boleta de'entrada. El reinado nacional de belleza en Carta~ na es ejemplo de una festividad de elitel~ '] que empezó desplazó tenían 'tlll ,': . I\r' f¡~ ---~ ~ I fe las representaciones ~ lugar en las fiestas noviembre. 1: .' ,~ "" " \ --. hace alr~dedor En ese tiempo, de sesenta añ~ , de folklore~ cívicas del 11, salían por laso lles comparsas reminiscentes de los cabil~ de negros y de sus danzas con el retumhar. tambores y memorias de Shangó, la deidadaft cana y afroamericana, símbolo del amorl, las cen.tellas y de la guerra. Y hasta hacq cos años en Palenque de San Basilio, el fa~ so poblado que agrupa a los descendientes. negros rebeldes cimarrones en la colonia. ecordaba con nostalgia cómo en _tiemposl carnaval formaban comparsas que felicesl, iban hasta Cartagena. ~ ~ ~ ¡ 1 Los hombres, -disfra~\ dos de mujeres pil&nderas, salían a bailary~ cantar décimas exhibiendo los balayes, laseol cobas y las totumas con las cuales arroz en los campos. , Para el 11 de noviembre, nial, conocida convierte corno la ciudad colo) El carralita en un recinto alindado mo y la fiesta en torno ~H pilaba~' -',/. ' de piedra, ~~ para el luri,,1 a la belleza corporall fe~enina de jóvenes de distintos lugares dcll país que representan la,s pirámides " cambiantes cúspides dll sociales regionales. De todos modos, en todas las fiestas s~ atisban distintos contornos del drama culturn~ Creación de mundos imposibles es y del juego social de una sociedad. la fantasía de las fiestas como esta presentaciones pueden observarse En susr~f la transfori comparsa de carnaval. Cartagena mación de Indias, Bolívar. mundo imaginado. Así muchas de ellas recuJ rran a la fantasía y a la ficción. Este libro sobre la fiesta en Colombia mue~ .Princesa de club social, Barranquilla, Atlántico. y la fusión del mundo vivido y dil tra el perfil de un país alegre y rico en tradil ciones, que se descubren corno realidad~ . Página opuesta, Celebración del vividas y compartidas. Les eventos, festivllt cuentan con protagonistas y espectadores, cOI admiradores y detractores de algunas costu~ bres celebradas en algunos de ellos. Peroe~ año nuevo durante la feria de Cali, Valle del Caucao las cuales, de algún modo, todos son partía! pes de sus eventos que, corno rituales de c~ municación y de identidad cultural, perme~ los terrenos geográficos y los del tiempo ~ Reinas de belleza de países centroamericanos. Feria de Cali, Valle. ,o Farotas de Talaiguao Hombres en disfraz de mujeres. Cartagena de Indias, Bolívar. ~ -- --- ) ~. todos los colombianos~ La tradición como 1~1 motiven la fiesta, que expresa creencias, a~ tudes de la existencia frente al nacer o el mo~ el gozar o sufrir, dibuja cambios, transforml ciones y atlrmaciones propias de una regió~ de un conglomerado de gentes o de una ép~ ca, Pero su esencia es la afirmación de la~ '= versidad cultural en el''Ser ínSi.módel país. Emprender un viaje por la ge()grafía fesl va de Colombia descubre, entonces, sentimiem ;; tos y símbolos de la identidad eje'sus genle~1 de sus rarces en la historia milenaria de lah~ manidad. Las imágenes, el color, la imagine~ de cada uno de los ~rituales que se muev~ entre el ayer y el presente, nos dejan perci~ la maleabilidad del mundo suramericano d~ de la confluencia de la variedad y de lacreal vidad enriquece la historia del futuro, J. I "; .-"[1 L r-;- ~ ~ "" --- ~ , -~=~~"--~ -00'- --- --"oo' =-~-~_. ¡1111ft :\. IIUlr:L ..Ii Gala y fiesta: joye1fa plata y chaquira de plumas, con dibujo ;::! corporal. -l :r:;o l Indios Sálivas "j Ilt,I¡~1 m I bailando. Lasfiestas en las crónicas de conquísl~ I Manuel María Paz, 1856. I Acuarela sobre papel. 23.2 x 17 cm. I Biblioteca Nacional, Bogotá. I!';~I 1r ~ . ¡[ ~11 , , a crónica de la empresa~ quistadora europea no üt1 su asombro frente al ce~ nial de los aborígenes. y' cho menos ante el fausto~ atuendo plumario y de rn¡j fico oro con el cual se ad~ ban los indios en SlJSfie~ también Üf - I II~ 1 ¡" ~, ,J , "" I Indios Coreguaje con sus adornos. mas, otros con coronas Manuel María Paz, 1857. ras, chagualas Acuarela sobre papel. 23.8 x 31 cm. para que sonasen Bib:ioteca Nacional, Bogotá, sartas de caracoles y conchas... de diferentes h~ de oro al pecho, en las pi~ como cascabeles, vestida parc;fiesta. 1;1 .,1 Río Catrú, Chocó, m~ Asíanse~ manos en corro, entremezclados ¡;,dia Emb,'rtJ, hombre~ mujeres; hacían figura de arco unas vem¡ \j;\ f de muela, otras a la larga pisando de es~1 nera hacia atrás, y hacia adelante... y siaJj se soltaba de la rueda, era para saltar yv~ 1'11 I .con gran ligereza. ~Hl. ...Porque cual hacía~ que pescaba, otro que nadaba, otro hacij maba otro como tigre, otro gruñía, otr~ medaban a la~ aves I ':! fI 1, r, 1, 111 ,."" .' también anotaI lles del comportamiento ceremonial !n~ en su crónica poética: r..J a compás de sus roncos tambo~ ~ escmidras ordenadas por hileras como suek,n cursados guerrcadores¡ L...tunos de ellos con picas en lasrnj. " otros, dorados arcos y carcajes, muy gallardos los mozos y los can(li1 r , " - Juan de Castellanos I¡\~ Ir" JIJ.f. d' ~ ,,~\ sobre diademas \ de oro sus plumal y a su modo tan puestos I Página .. t I f ~ 11 ciego, otro del cojo, otro reía, otro lloraba,l K " de Fray Pe~ unos con encumbrados penachos de vari~1 11 f ~ de ello lo re~ una de las tantas narrativas "Iban a estas [fiestas] todos muy del ' ~I[ '. ~I al más allá. Una muestra para ell món, así: l. 1 ~'~ sus muertos/acicalados ... " " r;puesta, Indio Emberá El desempeño festivo y galanes. de los abciI camino a una fiesta, en busca de precolombinos mujer. Río Catrú, Chocó. sotros gracias a la investigación timbién ha llegado haq¡ arque~ .... rr/i I I .I I ,11: I /, Gala y fiesta: joyelfa plata y chaquira de plumas, 1- con dibujo c01poral. I g! ,,1 !I . . - --- Lasfiestas en las '1 ~ crónicas d~ conqu °, I Indios Sálivas bail{{lndo. Manuel María Paz, 1856, /11111 , 1I I Acuarela Biblioteca sobre papel. 232 x 17 cm, Nacional, Bogotá, ," 1 l I¡ I It a crónica de la empresl quistadora europea ,not su asombro frente al cd i ¡pi nial de los aborígenes. j cho menos ante el faustol ; l' atuendo .':'1 ban los indios en SljSfi~ " '... también I ! J'~ y de ~ fico oro con el cual se a~ I ~ :J plumario sus muertos acicalados al más allá. Una muestra de ello lo rfj una de las tantas narrativas - ..,...,. para eI\ de Fray PeOf món, así: ~ 111 "" I "" { I1 I 11 unos con encumbrados Indios Coreguaje con sus adornos, mas, otros con coronas Manuel María Paz, 1857. ras, chagualas Acuarela sobre papel. 23.8 x 31 cm. para que sonasen Bib;ioteca Nacional, Bogotá, .' f1,';ia Emb, tJ, vestida pare; fiesta . l. t .. I! Río Catrú, Choc6, ~~+- ~ f~ . ': 1 "Iban a estas [fiestas] todos muyd~ , oqo III!-'" Oí -... variJ1 de oro al pecho, en las p4 como cascabeles, m~ sartas de caracoles y conchas." Asíanse~ manos en corro, entremezclados hombr~ ./i de muela, otras a la larga pisando de es~1 nera hacia atrás y hacia adeiante". y sial~ se soltaba de la rueda, era para saltaryv~ ._o:-~. lI::..;!i;: de de diferentes hiI mujeres; hacían figura de arco unas vecesl "" ,'~ r~_,.,- .--- penachos .con gran ligereza. . que pescaba, ...Porque cual otro que nadaba, hacía el, otro hac~ ciego, otro del cojo, otro reía, otro lloraba" maba otro como tigre, otro gruñía, otro~ medaban a la~ aves",," Juan de Castellanos también anota~ I , 11 lles del comportamiento ceremonial indi~ en su crónica poética: L] a compás de sus roncos tambortl1 escuadras ordenadas por hileras como suelen cursados guerrcadores ['..Lunos de ellos con picas en las otros, dorados arcos y carcajes, muy gallardos los mozos y los 'canos sobre diademas de 0[( sus plw'1ai II:!. 1112iI r. I I 'i. ,. , y a su modo tan puestos y ~lanes. El desempeño festivo de los aborigdl I Página 0puesta, Indio Emberá '" r .:arninoa una fiesta, en busca de mujer. Rio CatrÚ, Chocó, precolombinos también ha llegado ha~t4 sotros gracias a la investigación arqueolu, r I"JII El Co1pUS Christi >e..' in em'bargo, 1 ~\ l." los pro~ delall tos de evangelización sia Católica, encontrar debió ser, que en Américal el momento cósmico de!s~. Catedral ae Bogotá. Dibujo de Riou. cio de verano, 16 x 12 cm. L'Amérique época de siembra y Equinoxiale. M. André. París, 1877. los indios tenían Academia Colombiana de Historia, Página opuesta, Indios Camtzá Bogotá. Sibundoy, Putumayo. ~ que seña~. coseet cultosan~ trales al sol y a la lúna. Siguiendo la cos~ bre de la Edad ~dia cuando alrededor del autos sacramentales La Plaza Mayor de la ciuda.d de y las obras de misteriot Bogotá fue el escenario de los En las fiestas de carnaval de los pular, a los iletrados se les enseñaba primeros encuentros festivos indios Camtzá, en Sibundoy, sagrados ent" españoles e indios, putumayo, arrodillarse frente al na católica, se introdujo la fiesta de Co~ Christi coincidente con el movimiento a~ durante sacerdote católico ha sido señal de del sol sobre el horizonte el COipUS Christi del catolicismo y el culto al sol. poder religioso sobre las comunidades indígenas, La festividad sido acogida consagrada ladiX\ y su regreso al~ que desde el siglo XIn ~ en España, y en el siglo XVI como la fiesta principal del cal' cismo, poco a poco recreó en el Nuevo ~ do el aire de espectáculo I ¡ plta . . que había alcan1Jj en la España renacentista. En 1513 y enlf allí habían . aparecido gante y la Gigantona, la enorme rasca, el Aguila y los Dragones, moros, cabezudos ban el mal. como ela personajes culebra' disfracesl y animalc~ que personift En l'i Nueva Granada -de acuerdo conl estudiosa Susana Friedmann-la crónica def~ Cristóbal de Torres,~- arzobispo y fundador. Colegio Mayor,del' Rosario, cuenta cómol celebró por primera vez en 1564 ,lJ,DCo~ Christi en el marco de la Plaza Mayor del ciudad de Santa Fe, más adelante como Bogotá. A 11 descripción " cono~ de la pOffi¡JJ procesión dd clero y de dignatario s de la~ rona empuñando varas de plata repujada'l añadió la de la presenciá de los aboríge~ vesodos de mantas, quienes luciendo toca~ de plumas y adornos de abalorios, braza!~ y candongas, danzaban con la mÚ4ca de~ tambores,y pitos alrededor del palio de la~ caristía. Con el tiempo, la fiesta integró c1' parsas de disfraces, danzas y la evocaci~ blica de una naturaleza pródiga. Los m >i product.os de la tierra: turma s, arracachas, , guas, cubios, hibias; las más frescas fru~ . ñas, pitahayas, granadillas, aguacates, f CUl{ las gallim:.s más gordas, los'gallos de más~ sas plumas, y los mejores ejemplares de ~ en los montes '::11 ....... cercanos a la~ convertían mayor, alrededor de la Rilq deli}"lono, ~. paraíso terrenal. Entre la muna de cartón,d (1 " I!:II enorme culebra verde~engendro de la T~ -la serpiente española- se arrastraba volt~ D los canastos de manzanas y de papas C01 tiéndase en estrepitosa diversión. Pero el~ bro lo provocaba una ballena negra, el mo~ marino del Antiguo Testamento su estómago que lleva~ a ]onás. Del mismo modo que en Bolivia o en)r co, esta fiesta atrajo la curiosidad la población y el go~ indígena desempeñando un~ de adoctrinamiento similar al de los autosl cramentales de la Edad Media. Así mismo,~ ese tiempo en Éspaña ya existían las co~ de negros africanos o descendientes nos, que participaban Christi con representaciones Las máscaras h I de los indios Pág¡::tas 46 Y 47, Indios Yukuna. muertos. fantasmales del Algunos de esos pa najes tenían aspecto de negros, o por lom~ Camtzá, Putumayo, con Río Mirití-Paraná, Amazonas. Baile llevaban carátulas de negros. Ello dio moti1l desordenadao cabelleras de fique o de cJjontaduro o baile de muñeco'. p,eles de animales, representm¡ la Danza: teatral que invoca espíritus que se les llamara "diablitos negros". Uno ellos obtuvo tanto éxito con su actuación, resistencia de los indios Pa:;tosa los acuáticos lesca en la proce-sión eucarística, i;u;as. Miles de Pastos murieron 11 antepasados negras de la, danza de los Sunjuanes deaf¡ en las fiestas del.ea: /ahum'cocha. de sus antepasados. en o "Laguna de saltó ~l escenario Curandero en Putumayo. que de del teatro español, caml mojiganga, figura memorable en el SiglodeQ. sangre". La reiJ6tdía indfaJrente a lo., "blancos" permeó expresión agresí"a tr;¡mllfén /(1 de las m~~curas. ., Dunzantes drHMq.les, en el municipio de Córdoba, Nariño. La tradición oral narra que fueron indios del valle del Guamués 11' 1I 11 , . quienes originaron el poblado, y que una invasión Inca 1:" -1 \ precolombina enriqueció el baile t¡, una compleja estructura. Ii\! Página t ! tr opue::ta, Danza dé los "::n/l,': ",s. lnd~os Ca'mtzá, 1,1, J. ! ¡. que, al son de flauta y tambor, tiene Pu, ,"l.".) -'~1 11 I ~ I Diablitos y cucamb '" '1 " I1 . q,1 '1 Vio I1 I! .jl I 11'11'" t" 1I ~], 11" ero si las crónicas de conqj 'hll !'-I n I se ocuparon de algún m~! las fiestas de la s abOrígen 1111 111 IOd! 1 'II~ 11 111 I11 Currulao en Buenaventura. Dolcey Página opuesta, ¡Toca, toca puede hablarse de la e ' cia de una crónica festir. ~ tamborero! y no dejes de tocar. bre los africanos recién ti, Barranquilla, como esclavos. El drama~ situación escasamente Vergara, 1946. , 11 111" gl . Atlántico. ,"," , tl 1',;, I 11 les,1 Tambor de un parche. Carnaval Barranquilla, Atlántico. de Chirimia: Trompetas, bombo y tambor. Quibdó, Chocó. mitió al comienzo fermería al borde juntarse en las casas~ del mar en Cartagel ~ Indias, reunidos al golpe del tambor que¡ J pañaría ~I 11 J 1111 111 . ílf 1" r. i , U I ~. I~ . , I~ 1.' " I~ ,1 :¡ a las almas de los muertos ensu al cielo. Estos albergues, conocidos másl como cabildos de negros, siguieron lac~ bre de las cofradías dedicadas a los sa1l!l España, donde las había aun para gitanosl los africanos habían acogido con alegr fuera colocándose detrás de los santos cos- la posibilidad de juntarse con sus' y sus antepasados, todos en exilio. Yta cantaban y bailaban. En Cartagena, así. mismo, los cabil( convirtieron en refugios de pedazosde ciones, de huellas de canciones y deri remotos lugares. Con el tiempo se fo~~'" este espacio las fiestas de melllo,ias ~r radas, con e] habla mediadora del taml marimba, y reminiscencias de sabores mas de la viejaAfrica.Losrezos cató/ia almas del purgatorio coincidieron cohe africano a los ancestros; interprétó de las enfermedades - la figura d~ San a OmolÚ, el dios africano p de la pieL No obstapte, cualquier asomode sión aborigen tanto como las de losal y sus descendientes durante la ~ojonñ vieron como paganas en los téfmin1 religión católica. Y las creencias de1 negros se achacaron a la r;:>bray ma demonio eXf)ulsado del puaíso en una monarquía en América. \' e,.! ! Natural y mnral de h-s In.,;jalS dei p~ ae Acosta,impresa en Sevilla en 1590,par~ haber inspirado otra de 1790 titulada M quía del Diablo en la gentilidad americano del mu del padre Antonio ]ulián. Ya dan cuenta del imaginario de demoni"" paganización ~ . con el ctial se..mirabá elcrc . portamiento ceremonial festivo de indiO!I negros. ¿En la~ ico~ografías de la época se mues¡ al Diablo con cara de chivo o cabrón, ysel señala directamente como centro de cultol los negros, a quien éstos tocaban tambOfli besaban el trasero. En el ceremonial indígei/ la fuerza del ritual se consideraba así ~ como una manifestación demoníaca y porer~ ofensiva al cristianismo. Según el investiga~ Irving GoldmalY, el vocablo yurupari con~ los indios de Amazonia en lengua franca\ man a una ceremonia sagrada, en la conve~ ción con m.isioneros término Diablo.Se entiende fue convertido entonces enl cómo en la fiesrn( el enfr~ Corpus Christi', que dramatizaba miento del bien y del mal, éste en la fi~ del Diablo hubiera entrado a formar parte! El interrogante si~ siendo los negros lo fes~ la fecha cuando ron por vez primera en el Nuevo lfn el atdo de la iglesia de San f Nicolás. Bdrranquilla~Atlántico. ella como contrapunto. Granada. \ ¿Hasta cuándo Carnaval Página opuesta, Encajes de madera Fantasía en papel, madera y tlronce. Riosucio, Calda..: y cuándo los antepasados gros, ya disfrazados ert ba/r;ón d~lGrP-ersU'l'lllje risul!iic y danzarín que adora el Ar1~ diaMlico: aludió la participación gra al Diablo del medioevo?¿Enquéregio del Diablo en Riosucio, Caldas. Reino¡ 1 les, brincaron muertos de lO! de diablos al escenario afro-esj del Corpus' "1 americano? golpe del tambor y las luces de la .", -~-pólvora. Riosucio, Caldas. Lo que se sabe por la crónica dels Gosselman es que en'1825, en el COIpUS( ti de Santa Fe de Bogotá, salió "una granc dad de lagartos, tortugas, tigres, serpie~ caimanes", y "que el ejemplar que mástia atención fue una enorme tortllg<;len cuyo iba sentado un negrito". A ~ontinuación el sueco- desfllaron lo,s "horribles em dos" que danzaban "como si represenl baile de demonios". Ellos describe "equ\ con colas largas, cuernos y patas de caW añade que se defendían .. a sus ~spaldas.les - de la persecudíl( hacía el arCángel San~ vestido de sechs púrpuras. Es en estem~ .~ cuando Gosselman JII concreta,su¡ testim~ !J'n.,piab19 jefe y.diablitos rnil1allt~ cri~tiana así: de ren1inisce~ I t .J fI V' 1I t 1 1, p-:-- 11 I¡ ~ I '\. -r ... - -. ... -? Yolombó que escenifica Tomás Carra~ para el siglo XVIII en el nordeste min~ Antioquia, con nutrida presencia de lq cendientes de africanos, resulta para el .;' I ; 111 tor una mezcla de "el Africa con todi '11 "d' caracteres de su ba~9arie". ¿Acaso seI Carrasquilla a los diaBlitos como engenl 11 li I "...el ángel conseguía arrastrar tras los diablillos y al dragón..." El Corpus Christi de La rnarqu~ lo africano? AunqU(~~el autor no es expul menciona cómo en un momento hubo, '1 I '111' cerdote de la Iglesia que prohibió la in, cia de una danza en que los diablos gI 1'1 se revolcaban ante el "Amo Patente". También, de la existencia de esos I 111 tos" enfundados I ",o' en el disfraz de los den católicos y en zonas de minería, se enCUI d un testimonio l' visual más tardío, en 187~ viajero José María Gutiérrez de Alba, rd ~ ,,'i 11' ..,. ,.. I muestra a un personaje OII'iti. "", 11 1I!!ic. 111 ", -? . .. 11111'011 -I~ ,'" JIII ~ 1, ." . '-'h,. .l" ay 11 -..-VII .. 111 I l -.,~.",... I ~I Genio macabro, Riosucio, Caldas. y cachos medianos al claramente identificarse puede 54 Y 55, Cucambas y como un! blo fiestero con su vejiga de res en la m~ de aquellos ~ es reminiscente tos jubilosos, Páginas con cara de cabro millos prominentes personaje I Christi en Mariquil una acuarela titulada "Matachines"donl ~- ~r I a la fiesta de Corpus .." I embaucadores y danzarine¡, rentes de la maldad de los demonioscatíj! <, '1 ¡, ,. f I :¡ f, Página opuesta, Cuadrillas de matachines. palomas. Riosucio, Caldas. Christi en Mariquita. t ~~ Gutiérrez Máscaras ~ del carnaval d(! blancos y sobre papel Fiesta de Corpus José María de Alba, 1874. Acuarela blanco. 17 x 10.4 cm. que salen a bailar locamente en las fi~ colombianas del Diablo en Riosucioyendl naval de Barranquilla. Y también son pe jes en el Baile de Diablos de Yare en Vene~ r. negros. 11. San Juan de Pasto, Nariño. '1 ColecCión particular, Bogotá. siendo los vejigantes en las festividadesde~ en Puerto Rico. Para 1874, tales diablitos ya se habíanil persado por el territorio de la actual C~ bia. Pedro María Revollo, el famoso p~ católico que llegó "'a ser Camarero Secre~ pemumerario de Su Santidad, cuenta"porf plo, cómo en ese mismo año sie!1.doap' un niño de seis años vio al diablo la VÍ1 . de las fiestas de Corpus ~hristi en su d! natal de Ciénaga'. Y siguió viéndolo enSU! 11 jes"de misión durante ¡,,1 .')¡" ..' " :¡ ~"t , " 1 '1 taba poblados del río Magdalena como tr ~ .,¡ y Chilloa, v~cinos a Morp.pox. ". ". Pero si los diablitos 11, .. 1 'l,. las fiestas mientras ~ l. menos lo han sido las cucambas, . de una especie de garzas o palomas b~ que habitan las palmas del vino. En C~ 52 de estas han sido pe tradicionales fiestas religios. " encam¡; ná, en Ciénaga y en poblados Magdalena al borde ddt han sido figuras tradicionales~l' fiesta del Corpus, símbolos del bien y tamli expresiones alegó ricas del aborigen de e531 gión. En 1874 las cucambas bailaban enMi quita, a juzgar por el registro que en acu~ hiciera el mismo viajerp español z" Gutiérr Alba. Y también lo han hecho ~n el e Christi de Atanquez, un poblado en las de la Sierra Nevada de Santa Marta, y del ~ Coyaima en el departamento del Tolima.Si~ pre bailando en oposición a los diablos. Antiguamente, para la danza, las cul'2\ bas eran personificadas por hombres, qud rraban su torso con finas y brillantes pl~ blancas. Portaban una máscara de picoaZl\ cabeza negra, tocada con tres plumas d~ das como penachos. De la cintura a lospi~' A orillas del tio Magdalena cuentan de una mujer que, vestida con las plumas de una cucamba pegadas al cuerpo con miel, retó al Diablo a En Página opuesta, la danza, el Diablo fracasa en su Banco, Magdalena. adivinar su nombre de pájaro. Cucamba en El lucha por desplumar a la cucamba. El Banco, Magdalena. envolvían con hojas de palma y las manos~ calcetines a modo de guantes. Ya en el~ de la iglesia, los diablos intentaban azo~ los pájaros con látigos perreras, ondulantell la mano derecha, mientras con la izquierda, dan sonar una castañuela. Las cucambas~ Los chinitos, fiesta de Corpus Christi taban sus maracas y se defendían atacan~ en Mariquita.fosé Matia Gutiérrez los diablos con picos acerados. Eraun¡IN! desenfrenado que a finales del sigloXIXt(X, de Alba,1874. blanco. Bogotá. Acuarela sobre papel Colección particular, vía formaba parte de la estrategia catequización del indígena. -- (. t 1m 1'. 111 \1. 11' I~f 1 'l ! )1 l']i1II j ti: ' l. , ¡ I ni r ,. , ' , l . I.~ " I , ~ ~c~ ,... t 1 ~6 ., El carnaval: su pasadl' occidental y su riquez~ I lü ~tnica indígena y 11 negl1 111< 111 ': lu r ',y i. ,1>'' 111. , \ ero si en la colonia la fiesta. r¡11 CorpusChristi 1111:: 11 IJ ,11 I ih\ I! , 1111 II Los congos. Danza-emblema se introd~ como ritual religioso y vj:,i dominante del mundo, b.. del carnaval de Barranquilla en el bién el carnaval Caribe colombiano. tualidades del Viejo Mundo!! El carnaval es una traruoJ ! de origen occidental que~I ",En la guacherna,la gran parada, la batalla dej/orés y las relaciona celebraciones de harina en las con el culto que los egipcios le, calles, el carn.1val barranquillem dían a Isis, diosa de la maternidad y del fertilidad. Evoca antiguos ritos de pro~ 14 cada año 'es un libro abierto de ción a dioses griegos '/'r, narraciones sobre la historia del de cultivos y de rebaños, Caribe. nismo: las bacanales, que rendían home~ UIJi I )I! IIU iJ ., 11 "" '. y romanos a Baca y a Dionisio, se celebrara? con~ quetes y orgías y se dice que en medio de! I Pero es el culto a Saturno ]1 ~. 41 I I . Página expresión ~\ '!! 11 B ", 11, :i ut protecto anteriores al c~ libertinaje desaforado. ~ Testimoniqs confluencia Barranquilla, ' festivos de la de gentes y culturas. "1tlántico. opuesta, Danzantes de luchas congos, vernáculas de , '1 i l' ' 'ít de Europa, A del Norte y las Américas. Es el dios ron de la agricultura, Cronos, ~1 cuyo perfil se asemeja,ll divinidad agraria griega, de 01 tribus africanas y evocación de babilónic'o. Para las saturnales, en Raro antiguos trajes portugueses. suspendían Carnaval judiciales, escolares y militares. Aun ala Atlántico. en BarranquiUa, . todas las actividades clavos se les manumitía diversiones comera temporalmente.! prohibidas comad go de dados.. Al propio Saturno, empla¡ en un templó construido entre los añas~ ,265 a. C., en los pfimeros años (:1(;lare~ ca romana, '11 el que pi dar origen a los carnavales permitían :¡l ,J :, I , ,1 1', arribó conl desataban al pie del Clivus CapitoliUl los pies p:¡ra que se uniera festejos. Con el correr del tiempo y al prop.¡ el cristia1'Í1.smo, las saturnales caer. Las divinidades das, y aunque fi" t"\ , I1 la c'ostumbre de'! gozo m no pudo senibolida, I empezaron latinas quedaron~ se introdujo la p Ción . del mismo en torno a la conm¡;mo ' de la muerte ~ ~Tsurrección del l1éroe no ..Jesús. Pese a todo, el carnaval p ! como fiesta de placeres terrenales"a 1: . 11' 58 equilibrada con un tiempo de ascétiea~ ma, arrepentimientos y abstinencia dee Hacia 1774, un doc;]Jmenro del< CXXVIIIdel Archivo Nacional de Colon 0,< ~ Milicias y Marina-, señala la celebraci Cartagena de unas fiestas de carnavalm fraces y máscaras esencialmente participación de funcionarios europe3.\ i y militar~! bailaban minué y contradanza en recinr '<. rrado. Estas provocaron solicitudes in" das ante las autoridades españolas reclal! su prohibición. I Pocos años más tarde, en 1791, feslil des populares acontecían en Mompox -según y en MagaC' , otro documento del~ citado Archivo Nacional, tomo XXVII-] el tiempo de carnaval", suscitaron denul ante el mi~mísimo virrey Ezpeleta. Las~~ alegaban que se ofendía a Dios y se pe~ caba el vecindario; la diversión eratalt hasta las mujeres perdían sus "prendec, abandonaban el trabajo y sus ObligaciO ' .. Así que la introducción pea por parte de los funcionarios na debió de propiciar ' del carnaval de la,.. . en la misma ciu ~ Cartagena y en poblaciones de esa pro1 La cumbia, musicales .\ uno de los símbolos de Colombia, danzá tambor negro-africano, flautas de indios en trajes con 'acento español, de Barranquilla, durante un tiempo chaba con de diversión que a~ ~ gaitas y Porque ya en 1693, de acuerdo con la dora María del Carmen Borrego Pla, los~ el carnaual dos de negros Arará y Mina celebrabant fiestas de tambor. Fiestas que según las morias de sús etnia s eran tablados de( Atlántico. ~encia que revivían Carnaval popular los festejos de las clases domi~.. tr\bales én Santo Tomás, antiguos del Africa ancestral. antagon A tal punt~ . .en 1780, el gobernador Juan de Torrezal Pimienta ordenó la clausura de los caJj Atlántico. congos, mandingas y carabalíes. a juzgar por su presencia danzas de congos rranquilla Peticioo' deslumbrante del actual carnaval ( no llegó a materializarse. Actualmente, los congos son uno. símbolos estéticos más amados del earn un testimonio .. .,. IIIJ vivo de memorias imperios legendarios, afrieaJ de guerreros y dew étnicas a lo' largo de siglos. Junto con las' zas de cumbia y la fauna son la médulal liI ~, fiesta carnavalera. Lo cierto es que las.. dades musicales y sociales de los eabiloo JI .. 60 li1.jo I " B negros y también la espontaneidad d~~I za y del juego popular ocasional, intr4 zaban a las autoridades civiles yecles" En la fauna danzante del Caribe coloniales. Con todo, durante la colombiano aparecen disfraces que se refiere al inicio de una fiestade naval, sobre cuyo eje vernáculo europel raran expresiones étnicas de indios yn individuales, caimán, como tío tigre, tío la araña Nansi, personajes colo, del mundo fantástico infantil. no debió existir restricci~n n! tampocoa Muchos de ellos viajaron desde el rización Africa con la memoria cultural de los negros esclavizados en la-trata bildo de Magangué, en 1791, conro documento en el anteriormente citado de los europeos. chivo Nacional oficial. Y ante las dénunci~s dcl gala de buen de Colombia, . el virrey juicio y olfato político tal paladeando aún la amargura de los Comuneros. Autorizó de fa re las fiestasI pula res, así: L..] "el pueblo Carnaval y catarsis colectiva. Ban"anquilla, AtZántico. también es acreedora, se le concedan de tiempo en tiempo 3u i na~ d,iversiones lícitas que d_ulcifiquenel1 baJo Jornalero de todo el ano". L..J. Del mismo modo trató las denunciasl . bre el carnaval de Cartagena censurand acatas en el comportamiento de al individuos, sin proceder a suspenderlo ~ aunque el establecimiento "oficial" dela,' ta en Cartagena u otros lugares no sehal cumentado, podría sospecharse que fue, Cartagena de Indias donde se plantarool primeras raíces del carnaval vernáculoel pea de máscaras y harina, y donde se~ la confluencia festiva de las etnias abo~ nes y de las descendientes de los africal' en un marco de fiesta mundana. ~ I I( ;1 'á.r¡i,'(' ('" '>. ({J"I", ,.'u! ,\?/I'O G- Mied.) ,1 el 7;mJás ¿,dánficQ. ¡¡Cipote carnaval!! populares, llanura Reinas pueblos y gentes de la caribe desfilan en la gran Rutas y confluend de lasfiestas parada por las principales calles de Barrm¡quílla el domingo de carnaval. La fanfarria monumental de carl'ozas, disfraces, comparsas,cumbíambas, danzas, música, comed:as, reinas de los barrios y reina del carnaval, marchan bajo la mirada de miles laro que cuando quie~ de espectadores hubo que hora tras hora, la ocasión, indi(il gros y aquellos proveni del encuentro de euro debajo de una lluvia de harina, retozan a lo largo del recorrido. aborígenes y descendieo africanos entraron altab~ Página opuesta, En Barranquílla la las fiestas. Fueran ellasI tradición escultórica de máscaras sas con vírgenes, o aquell' de madera pintadas amarillo expresiva 1--- y blanco, de negro, rojo, con ía vivacidad de las mandíbulas, ojos, barbas,o pelos de los mismos ~ en torno a la trama del carnaval peos. . danza de los congos, como un testimonio de la permanencia de ~ m constituyó por losi una fiesta <liS!, nueva. No se paseaban santos ni se exigía¡ colombiana. En el Congo y en signarse arrodillándose a su paso. Perosi~ Angoía, durante ceremonias de una ceremonia de propiciación de la vitb, iniciación, losjóvenes usan evocación máscaras de madera y atuendos de elementos de procedencia fibras vegetales. En algunas otras cana. En este paso del ritual sagrado ala de fertilidad, dio cabida a rit~ aborigen y negIQ sociedades africanas el monial profano hacia la confluencia protagonismo de la serpiente pitón se desvanecieron se aúna al poder religioso del rEY. ~~, El carnaval introducido Africa en ía sociedad caribeña . 11f las aureolas de los santos y al pie de las . en las pro~es. . Y es precisamente dimbre cultural la que viene a enriqu animales, se ha mantenido particularmente palios, como las del Corpus Christi. NI indios deSlizar o n a su s dioses y creenciJs . muchas status de los ritos originales cuII' diferencias enl de las etnias',' situación fue propicia a la transgresión del IIJ mas, una de las calidade~ del carnaval: el~ mosero puede convertirse en rey y el gobe~ 11 " .. " ~ se oculta debajo pájaros de un capuchón; de las etnias aborígenes daI1Z3i1 cruzan, brales sagrados de sus ritos y acuden al~ val como espectáculo tradiciones locales profano. y expresiones Es así c~ individ~ festivas propias de contextos religiosos~ ron transformadas en mundanas hacia ~ dos y ciudades. Las rutas festivas llevaron entonces a~ pos de danzantes por pueblos, caseríosyq dades encendiendo músÍl;::a y disfracesl caravanas de alegría. El Banco, a orillasd~\ Magdalena, por ejemplo, fue lugar de con~ tración de danzas de poblados vecinos c~ (iC '11 Drama y juego de otras fiestas Guamal, Chimichagua, Los Negritos, Ta también participan en el carnaval. meque, Tamalamequito, Chiriguana, Cu Las máscaras de madera, vieja ní y Zapatosa. A Santa Ana llegaron nave, tradición de estirpe africana en el y por tierra danzas de negros de Guatac~1 Mechinguejo y Santa Ana v,iajaron grup~f" gallegos hasta el corregimiento - de Talai! departamento del Atlántico, son .' orgullo de la fiesta barranquillera. /~ Mientras que Talaigua envió a Mompoxsu za de indios. '. Barranquilla, p~ su parte, se~onvirtio el imán. Atrae y concentra las tradiciones' cas de negros, indios y campesinos, re do el proceso carnaval vernáculo las ciudades I histórico de asentamiento que se había iniciadol coloniales de Cartagena, M~ pox y Santa Marta. Así, en 1876, en Barran~ lla se leyó un bando para hacer oficial lafi! Toros y cachos. actividad Testimonio ganadera de la y del arte que se erigió en un emblema de orgullocul! ral nacional. Desde luego que como unM escultórico de la máscara de de evolución madera en la llanura caribeña, tamiento de la ciudad, la historia de!ay¡ del carnaval en Barranquilla es " . tierra de carnaval. bién una historia de inmigración rural yUlO .. acontecida a lo largo de muchos decenios, ]""'" caminos de agua y tierra. Y el río Magdal que desempeñara papel protagónico enel~ , gimiento de la ciudad, se convirtió en ell carnestoléndico del Caribe colombiano. En ~I área ribereña del Magdalena no~ tanJ:radiciones que se celebran en un solol gar y otras que hacen parte de la memoria~ varios pueblos. En poblados río, por ejemplo, abunda mán, de los pájaros y ciudadesu. la evocación dM coyongos, de los in~ "bravos" o de los negros cazadores deti¡rt En tanto que en los poblados cen más frecuentes paloteo costeros p~ la danza de congos, lal mixto, la maestranza y una pro[m~ de disfraces individuales que se ac~ntúan.1 las localidades urbanas. Pero el trahsporterl tural de tradiciones dentro del carnaval esm tinuo. Aparece una fauna 'danzante exuberancia de pájaros: goleros, garzas, coyongos; ji-guares, perros, h;¡una africana danzante en el carnaval de Barranquilla, A'tlántico. / culebras, de. fiestas religiosas cucamba~ micos, caimal toros, insectos. gan al carnaval después conl Algunos de haber hechop en pueblos y poblaa Así la fiesta del caimán es parte de esa [al danzante. Se celebra ~n Plato, Ciéna, Página opuesta, Toro y tigre bailan Mompox como parte del universo de los dios farotos que danzan en Barranco de Gangas, expresión Chimichagua de memorias africciIJqs., CZíYn(lval de C~-" &/1'railq/:Ütla; AtI4f1tico. 7iJ y también Barranquilla. en Barranquilla. y. Mompox, también Y 1m ~ va~ Lafauna danzant~ on todo, hay, tradiciones , aunque esté~ diseminadas, los últimos años tan ''sólo rezcan en el carnaval deBa quilla, son determinados reclamadas! pueblos eo parte de su tradició,n local. par de ejemplos son el de!/¡¡ bre-caimári. y el de las marimondas. Plat1sobr~ el río Magdalena y Ciénaga bre el mar Caribe se disputan, entre otros, hombre-caimán no sólo como protagonista mito y de la danza, que están en la génesi, una de las celebraciones más emblemáticas Caribe colombiano. San Martín de Loba,! vecindades de Mompox, también entraen diatriba. El caimán, figura-metáfora mán que vive en el lecho del río en un pa~ del de oro. A algunos pescadores hombre anfibio del rio Magdalena, Carnaval ir Atlántico. 1 de 13arranquilla, se los haII~ do al fondo del agua, pero cuando elrío¡ juega y baila con la carga de un sinfín de leyendas y mitos. Allí se dice que hay un enormea . Las mujeres satirizan a los hombres vestidos de"mujeres en la danza de "lasfarotas". El Banco, Magdalert'a. crece ayuda a los ribereños subiendo a la~ perficie y su enorme espalda le sirve depui te a mucha gente. Conforme nos dijerona~ Friedemann, a Jaime Arocha y a mí, haceu~ años en Plato, el caimán en sus mejores tid pos fue un pescador, alto, fornido y buenm~ i llamado Saúl Montenegro, a quien le gus~ mostrar su diente de oro en tanto que lesg~ ñaba el ojo-a las mujeres. Le atraíantod~1 esa fue su perdición. Una vez soñó con~ a las jovencitas que retozaban desnudas enl río y tuvo una idea. Buscó a un indio guaji qÚien le pid\ó el, secreto caimán. para convertirse El indio le dio una botellita con líquido mágico. Al salir dichoso del agua, resto de líquido que le devolvería su fonma hombre se derramó alcanzó a restituirse ~. do. Ahí comenzó cuerpod~ caimán, río Magdalena y con unas gotas ape su cara y (su diente d el triste destino de Saúl~ que empezó a deamb~ arriba y río abajo, llegando~ ,. 74 ta él mismo carnaval de Barranquipa, pero~ nunca perdió su gusto por las mujeres al nes, si puede, las engulle. Y ahí debió ea. zar otra parte del desacuerdo '. entre! ; poblados que no ~ólo debaten ia cunadel mán sino su actual sitio de vivienda. En la fiesta quella. gente de Ciénagale celebrado al caimán durante la primera I de este siglo, el disfraz y la danza, quemi de hombres, i¡{cl~ianada.meD-°s 'f'.. que ~rru ras cabezas del reptil a las que se les coll 1\' I v \~~ Ir ban canicas de cristal en la cavidad de los! t articulándose a cuerpos hechos de cañ2!1 recu'o\.ertos de tela o papel en una g;a.\rol pasando por el aZUl \.'oa del gr\.s a\ verde: decenio de 1970 todavía en Ciénagase\ ~ pequeños ca\.manes v\.vos como mas\:()~ ---s..- '2>.\%un'2>.s G.'2>.n'L'<I.SG.e c'<l.\.mi.n. danzantes, corren metidos en asedio sentaciones ~n \.oó'a \.\.~\\\~1 en los cuerpos del~ de las mujeres. Sonn fálicas y su gesto sensual no lugar a dudas sobre sus intenciones. En Barranquilla 11!i'~L la marimonda, undii de carnaval muy frecuente, es un perso cuya cuna la reclama el poblado de Santa sobre el río Magdalena. Se dice ademásqu uno de los más viejos junto con los matacili las mojigangas n::ll y por supuesto los diabl .La marimonda, máscara u originalmente lució de tela burda de costal con en orejas, trompa, boca y ojos de rosquillay po de hombre en andrajos. Era el vesti quien no tenía dinero para conseguirUJj fraz. Su comportamiento irreverente: Ensayo para fiestas Magdalena. cucarlfba, ¡:'~ifj Santo en El Banco, Confección preparaciór, Tomás, A,:lántico. del traje de de tambores. Páginas 80 Y 81, La marimonda, máó;cara que esconde legado de antiguas al elefante, memorias es el de unj¡j entra y sale protegido porSIl enfado y desprecio a cualquier norma( naval. Disipa, desordena, desconcierta, y ofende con el ruido de su lengüeta,u rituales del Africa. Barranquilla, pecie. de. chiflido que por debajo de lan Atlántico. hace sonar cada vez que alguien loinl Irrumpe e interrumpe, se befa de laalew la belleza o de la música, y seguramenl esta conducta se le mira cómo un mico.' ' ~'cuándo apareció este personaje y cóm0 la máscara singular que lo ha destacado siempre, es una pregunta aún sin resp 1 Sin embargo, al hacer un cotejoio fico de las máscaras de elefante de Bamum, Duala y Bamileke en lasprade Camerún en el occidente un parentesco marimonda~ africano, sea estético ancestral conla~ del Caribe colombiano.~ máscara mariinonda la función delaI~ 111 ~ 111 11 ~.I.< ...~ J.Jz..~~ como arma de defensa y ofensa, produdO de sonidos, órgano de comunicación,pl compararse con el papel primordialdelah pa en el elefante mismo: BI ,~ra''&' $¡ "-~~"~~ En Africa, las máscaras son expresi( abstractas de elefantes que se lucenc( atuendo en ceremonias fúnebres. Suapari. en lugares de Suramérica la registrantra~ nes orales de descendient~s de africanos; mismo modo se encuentran leones y~ ejemplares de la fauna de ese continente.! en el marco del carnaval no es insólito esta memoria, testimonio de un puente' entre Africa y América. Dentro de la riq,ueza del eventohay inversión del status de magnificenciayde tagonismo épico que históricamente yen~ mitos ha tenido el elefante en algunasde, La oposición parecería buscar neutralización ~ u sociedades africanas. Su guasonería, su empeño disoluto, individualista y necioha1 el disfraz que en el carnaval del Caribea mujer/bombm 1 momentDsde ritual en el biano lo ha ocultado, aunque increíblen sea aquíJa máscara la que lo desenmasc travestismo de carnaval. Barranquilla, Atlántico. Fantasía fálica: el disfraz casual. Barranquilla, Atlántico. - 11 1I :' ,1 .. ",," f' '!J '<1 ' '1IiJI ir , 1, '", .. ,. 1 'i'o 401 DI ! C' "" H p,; m I ,1 , ,1 ., !lit 11 & D - iII ~ 1:11 El IP l' ~ IJ ~q, 'I!I 11 ~ ::1 ¡, .. .. ó'-I ~ I 111.. 111 j!I a .. 11 ~a. ~ 11 l l1li ¡j,t .. ti R tII " l1li I I , 111 .. lO I .1 8 1:1 lIIi 4 ¡; ¡} rP IP ti! ea : I 11 11.. I'p:¡ w; 'f9 r ~fl J ICII "", ;,1.:1 I ~I 11 rJI! I!! 11 [11 111 iII ~ ~ j :~, , 1 ' ,1 111 "! 1) , ~ ;, r , , .' 1 , j ¡ " .., I J" I I~' , "",,' ",~ /, " '-- 1,'1 < 62 -- - "t> ,"" ;;. ... ~ , '" ~ 11 ~ L l' I " Inciensos, mirras, y gomas para conseguir los aromas de la santidad. Ñapangas y negras esclavas han esparcido los perfumes de resinas y flores en las procesiones Semana de la Santa. La riqueza religioso en Popayán, entre muchos Magdalena, Semana Santa en Popayán , del arte M Cauca, desfila con San Juan, la el Huerto de los Olivos, el Prendimiento, la Negación de Ecce-Homo. a Semana Santa, que conme ra en el cristianismo la mlie Página opuesta, Iglesia de La de Jesús y su resurn:cció~1 un ritual que concita enci~ Ermita. Popayán, des y pueblos Pedro, los Azotes, el Señor Caído, el Cauca. de colombill religiosidad. De jueves ado~ Semana Popayán, Santa en el parque. Procesión del domingo Popayán. Dibujo de Sirouy. go oficialmente en el país susjI! de sus actividades regularei 15.7 x 23.4 cm. Tomado de pues~a en escena del drama de Cristocu L'Amérique Equinoxiale. con una variedad de intérpretacrones Barcelona, 1884. Biblioteca Nacional, Cauca. de pascua Bogotá. M. André. flejan la historia que de sus ea . ~ocial y cultural nidades. La Semana Santa de Popayán constitu) epítome guiada de una celebración religiosaur por el clero con el apoyo oficial gobierno. Sus desfiles seguramente emp ron, según cuenta Francisco Lemos Arbol antes de 1558, cuando recen las primeras documentalmente noticias sobre ellos. ~ trocientos cincuenta años después, el ev se ha convertido en el emblema de lacíu fundada en 1536 por Sebastián de Belal' en el lugar o pueblo indígena de Puben. . Durante los siglos XVII y XVIII Popa se constituyó en médula de una soci esclavista cuya gobernación tenía unos l' . que cubrían todo el occidente colombiano historiador Germán Colmenares anotaquet¡ ventas de esclavos en Popayán constituY1 entre un 6% y un 20% de los llegados aC~ gena durante el período cte los asientos,YI de 9% en todo ~l período entre 1698y]) Además, la ciudad reemplazó como mercado 'lo en la crianza de esclavos, de esclavos a Carta¡1 a raíz del esW criollos nad allí mismo en el Valle del Cauca, Muchol ellos fueron enviados a las minas de oro, Chocó, donde los payaneses tenían ciones; otros se quedaron como esclavos domésticos. este auge de compra expll en las haciefl,;. En el trasfonol de trabajadores ne¡ esd ei aniquilamiento de los indios que ~ ,86 cumbieron en los trabajos forzados o poren- fermedades y dado el afianzamief!-to de UJ]j sociedad diferenciada por atributos del podff político y religioso. Las procesiones de Semana Santa enp~ payán, que empiezan el domingo de R4ma tienen hoy momentos cumbres el juevesye viernes, cuando enormes efigies de santos' vírgenes caminan en proscenios sos, cada uno encima grupo de cargueros. de los cargueros tado soberano Popayán, Cauca, durante la Página opuesta, En Popayán emana Santa se celebra elfestival celebra una Semana e música Chiquita a continuación religiosa más importante ke Colombia. se Santa de la Semana Mayor. ,'" Sus personajes son niños que Representación en. vivo de escenas de la 1/ida y de la pasión durante Boyacá. la Semana de Cristo Santa. Sácbica, llamados~I de los hombros deur, ' Este oficio rememoraa. que predominaron de Antioquia, en elEl que tambiéna¡:¡, recen en la Semana Santa de Mompox. Elofir. se desempeña por tradición honor familiar. En Popayán constituyendom desfilan San.Juan Evangeli!/¡¡ adornan cada paso con flores de La Magdalena, La Verónica, la Virgen de:'1 Dolores, María Salomé y una pléyade defi~ determinado color siguiendo el ras de ángeles simbolismo tradicional cromático Muchas figuras son obras del arte quiteño de cada santo. del arte español filan bandas e imágenes transidas deJesé del siglo XVIII. También~ de guerra, lado y lado, hileras portaestandartes, í de personas que He\' luces de cera de laure! o esperma y que, llaman alumbrantes. Cualquier protagonismo en las proct~ nes es considerado un honor. Desde luego e! evento dibuja la historia que ha hecho hincapié de genealogías, escudos de una soci~ en la herencia se de armas de laa na españ,ola y alcurnias hispánicas. Así" ejemplo, deslumbra a los espectadores elp de la Orden Ecuestre de los Caballeros Santo Sepulcro de Jerusalén, se restringe a personajes chan aliado cuya membre ilustres, quienesm de su respectivo paso vestid~1 frac y con capas blancas. Frente a cada paso que tenga sitial,e¡ cir toldillo, desfila la "ñapanga", una mujer bolo del mestizaje entre 'india pubenense I hombre español,' dedicada al serviciodela tocracia criolla payanesa. ij Corográfica, nos muestra a tres de ellasa nando descalzas, tI 1: " Un grabado de nuel María Paz, realizado dentro de laComi conforme En la procesión, él las vio en¡ lá ñapanga ha dese ñado e! oficio de sahumadora, ~I , 1I incensar 11 a los personajes es decir, sagrados. Tan portante es la visión de la fumarola deli so como su aroma, que para definir a la~ l"J Santa en Popayán, alguien dijo: "esinci< 90 . Antaño la ñapanga preparaba carbón de leña, lo colocaba el fuegocon en un tiestoque aderezaba con rosas, y acollJ.pañaba la proce. sión. No se sabe cuándo empezó a usar alpar. gatas de pabilo, blusa con .qrandelás y [ald! ceñida con un cI;mmbe o cintillQ hecho porl~ ¡. ..!' indios guamJ¡ianQs.De todos moaós,en Pop¡o yán, las damas de la clase alta no han acoslW brado nunca personificar a las sahumado~ dice Hortensia Alaix de Valencia, una estudios. de las costumbres caúcanas. tI'ampoco aparea una representación formal de la poblaciónn~ gra en el desfile oficial. Lo cual es testimonr de la guarda rígida de una tradición con trm y nostalgias de España, que se mantieneCIt protago~ista; dueños de determinados La ñapanga mestizaje es símbolo colonial stah~ del entre india pubenense y hombre español. L~ tradición dice que precedían los 'l' pasos de santos y vírgenes regando r';' Pétalos de flores sobre el piso. Temprano, pudieron en la colonia ser mujeres española, negras esclavas quienes en las procesiones desempeñaban el oficio de sahumadoras. ... 1, L A~.-:t-ri.~r'- ~j .<,. , ,. t, -Ñapangas 1I Manuel de Popaydn. María Paz, 1853. Acuarela. 20.9 x 17.3 cm. El poeta colombiano Rafael Pombo El poeta chileno Julio Barrenechea "Alto jerarca cantó: Como si no se mQYiera / ni ñapanguita, despacio ni ligero / hay que ver Semana entre dos pasos / a la negra del Popayán, religioso" y personajes Santa de la Chiquita. Cauca. sahumerio. / y trescientos años les cantó a las ñapangas: hace / que viene la misma negra / Ñapangas que por modelo con su traje de.ñapanga/como las quisiera un escultor se movie.ra. / si no giraban al resplandor de las lá¡nparas del cielo. De indianas y de españolas las perfecciones lucían; lindas ¡ay! que pare dan Página enamorarse eUas solas. de ¡1apanga. " 94. opuesta, Payanesa Cauca. '"Veslida Páginas 98 Y 99, En MO~lpOX, Semana Santa santos y devotos de la fiesta disfrutan la Semana Santa en en Mompox y procesiones abigarradas de cCJlor, fragancia Coteje de palma de vino y camaradería. "' , Domingo t . de Ramos. Mompox, c. Bolívar. el mismo modo que laSe Vistiendo santos y soldados en la na Santa en Popayán aft su identidad de ciudadseo iglesia de San Francisco. Mompox, Bolívar. rial habitada por una aru cracia colonial, Mompox,( Pa' Jesús y soldados romanos en ciudad traje de procesión. Iglesia de Santa Bárbara. Mompox, Bolívar. colonial que albe los marquesa dos de Santa( Página opuesta, Domingo Ramos. Mompox, Bolívar. de y Torre Hoyos con trabaja: res esclavos y servidores indios, la confu celebrándola en marcos populares, anti.se' riales, como diría el sociólogo OrlandoF Borda, y por fuera de la guía estrictacleric~ gubernamentaL En 1564, Mompox, sobre el río Magdale inició la conmemoración cos comparables en escenarios litú~ a los de ~opayán. Yeni siglo XVIII contaba con diez cofradías yl1li archicofradía. que se dedicaban a los cultos~.' ligiosos,a la fabricaciónde imágenesdesan!o y a preparar los pasos de procesión. Esposiij que sus puertas abiertas a indios, negrosytrxl clase de gente, hayan contribuido a la fOfIl! de la actual Semana Santa, En Mompox, de acuerdo con el testimo~ de María Teresa ArcHa, de 1987, la juntaor¡¡ nizadora de la celebración son doce mompori nos del pueblo elegidos democráticamente,~ participación del clero es escasa, Al prota~ nista central-Jesús de Nazareno-lo llamanr. miliarmente Pa'Jesús, de un modo compara~ a como los choco.anos lo hacen con su~ Pacho -San Francisco de Asís-. El jueves san~ los nazarenos, equivalentes de los cargue: payaneses, también llevan sobre sus homb pasos de santos y vírgenes, y el paso grande . Pa'Jesús. Antiguamente salían encapuchad con capirotes y desde hace muchos añosp , vienen de todos los niveles sociales. El miércoles santo en el cementerio, al de la estatua del gran poeta mompoxino ( delario Obeso, una serenata de música, con cual se rinde tributo a los muertos, señala 190 carácter libre, alegre e innavativ a procesianes san del ritual. Las L. . espectáculas, .teatrales prepa. , ~ , radas can entusiasn:~o'erh.¡n"'áni~itO'péJp~larde l fiesta. t El recarrida de cada procesión puede de. morarse más de siete horas en un trayectode diez cuadras. Las nazarenas se relevan, repanen canversancan se cansan, réposan, fuerzas, taman gaseosasy las amigas. En .otras palabras,dis- frutan del ambiente festiva general. El sahumeria mampaxina se quema para ahuyentar a las malas espíritus. La fraganciaque emana de la palma de vina y que engalanael interior de las viviendas es la que identificaala Semana Santa. El tiempa es para contar histo- rias de susta, de fantasmas y de espantos, dd diabla y sus pactas, de las milagros de Pa'Jesús. En Mampax, celebración al cantraria de Popayán,[¡ es un campendia de "la naturaleza, antisalemne, alegre, franca, directa y ruido~ característica del casteña y de su cultura",con. forme dice Orlanda Fals Borda. El señalacomo una de las' causas de esa natu~aleza "lascele. bracianes públicas de fandangas, bundes, fur.: sas, majigangas, taros maromas, que las señores desde las tiempas - balas, boliches\ casteñas calaniales... organizaban y que duraban varias días can cualquier pretexta...". de penitente entre los cargueros de Pero si en Mampax la autaridad clerical~ escasa durante la Semana Santa,hay zonas ~ santos rales del litaral Pacífica habitadas La tradición del capirote y la túnica no ha. desaparecido aún, por neg¡ Página opuesta, Resurrección mineros del aro dande esa presencia es delrOl procesiones de Semana Santa. debajo de la luna momposina. inexistente. Mompox, Bolívar. Semana la Semana Santa. Tal es el casa de Coteje,l pero su uso no es mandatorio en las Santa. Mompox, Bolívar. N.o .obstante, también se celebraa pablada sabre el ría Timbiquí en las tierrasba¡ del departamenta memorias del Cauca. La fiesta ev~ del cristianisma, tanta como Cff cias y ritmas de sus tradicianes vernáculas gro-africanase induce la visitade losfamilia~ ausentes. Al igual que en Mampax, la festil dad es papular El escenaria y mundana. es el puebla. La iglesia sem vierte en una de las recintas de un teatrolitú gica can expresianes tanta de experiem.1 catidianas cama de huellas de la memoria lectiva. El episadia del apresamiento de Nazaret la realizan un grupo de deJe jóven algunas reclutas del ejércita, .otros aún ada . centes, tadas armadas tes de madera de escapetas y mad y unifarmadas con camis~ calar amarilla aro, pantalanes y botas dea chao Caminan en formación miliciana deaa )06 ~=--~~-"~--";~~'- ~ ~ columnas, una alIado de la otra, guiados porel Jesús de Nélzaret y soldado romano, en la selva aurí/era pacífico. Semana percutir de tambores cununos. del litoral Ayayay qué pasó una 'raña me picó Te dolió? No me dolió Coteje, Cauca. Hacia el calvario y crucifixión de jesús y los ladrones en Coteje. Teatro de arrepentimiento "pecado". Unos entonany otros contestan: Santa a lo vivo. .; Cuando salga del cuartel a mi casa voy a dir a mi novia un ahrazo del Viernes santo. Coteje. , al y a mi suegra un halazo! Página I Eljueves santo la miliciagritapor loscalI~ opuesta, Pi!atos, diablitos negros, recuerdos jones del pueblo: Viva que lo cogimos a Jesús de Nazareno de antepasados míticos t7Jricanos, entre mineros del oro en Coteje el viernes santo. por pícaro y traicionero! Páginas Mompox, 110 Y 111, Semana Para el viernes santo la iglesiase conviertt Sr;mta. en gran teatro de actores y espectadores. Cuan- Bolívar do un par de disparos de escopeta retumbar en la nave, el telón que oculta a los tres cruciicados se abre y por detrás de lis crucessal~ los pilatos. En 1988 eran cinco hombres veSlidos con harapos, costales, sombreros viejos, ur¡ especie de faldellín de fibras vegetales, unap~ que vomitaba fuego y un hacha con la que~ uno amenazaba a la concurrencia. Lospill corrieronpor todo el poblado haciendoviol, tas morisquetas de niños en medio del temor diveJtiir y grandes y de' la batalla quelosdt cos les oponían haciendo sonar sus pitos guadua en el oído de cada uno. La festiviU.. de color y de gesto, de risotada y de rními de símboloy de mística,duró hastacuandoi luz del día se fue. Pero, ¿quiénes son en verdad estospii I tan descabellados y.divertidos y tan disl de la personalidad del Pilatos del drama. no? Ellos materializan otra versión de los sos diablitos negros, símbolo omnipotente . blandiendo el ha. de la deidad Yoruba gó, que no son demonios católicos,sinO¡ najes reminiscentes de los antepasados n( africanos. Lo 'extraordinario es encontrad plena selva aurífera, desde luego, ignoro aún la fecha de su llegada o el momento cual la memoria colectiva les dio un so;, vida y los enfundó "Pilatos". I ¡~ ~ iI :~ I ni 108 en el disfraz lingüísril Fiesta de San Pacho en Quibd~ ~ '1 e todos modos, según ela~ tropólogo chocoano Rogeric ~lásquez, en este litoral pacífico colombiano, la primeI<! noticia documentada que se tiene sobre la tradición defies. tas de santos se refiere a [, realizada en una balsada di: canoas de 1648, que derivaría en la gran ~est;i conocida actualmente como de San Padn en Quib ó. La fiesta tiene sus raíces en la misiÓnde un par de franciscanos, Fray Matías Abad y el, hermano Jacinto Hurtado, quienes par'ieronl de Cartagena hacia el.Chocó llevando consigo la efigie de San Francisco de Asís el 24 de ago~. to de 1648.Su pretensión era la de "pacificar I los indios" y allanar la ruta del oro en el Che .::::G5\ Aunque lograron poco con el oro y mene ~n los indios, sí consiguieron que les ayuda ran a levantar a orillas del río Atra,touna rúst¡ I ~ 'preparar unos festejos para el 4 de octubre. La histor,ia cuenta que un grupo de indio'! Fiesta de santo y carnaval compa/1en Quibdó, ttempo y espacio en ca iglesia, después de lo cual procedieron citaraes llegó con quince de sus embarcacio., nes, bogas, bebidas y una cantidad de pescado' J:¡ a orillas del ,-ío Atrato. para una comilona. Hombres, mujeres y niñO' .-"; Cm"naval. Bamos Yescagrande y maquillados con coloridas pinturas y ataHiadc'1 Alameda, Quibdó, Chocó. con ornamentos cOl)Joralesocupaban catorcel Arco religioso. Barrio Yescagrande, canoas; la decimaquinta era la. de los fraileó quienes también embarcaron a San FrancisccjI Quibdó. El grupo de indios se divirtió de lo lindo, conI '.1 .¡ su jefe a la -cabeza; éste tocaba una campaniJI" Página opuesta, San Pacho de mientras danza deque las los canoas pIe" no río. Lodirigía cual nola significó indiosenacC! dieran a formar un pueblo alrededor de la igles~1 I como era la intención de los frailes. I - Quibdó en arte floral. Barrio Yescagmnde, Quibdó, Chocó. Páginas 114 Y 115, En la fiesta de .~" comida y bebida a todos los .- I l'.isitantes. Edafiesta \1 ( I hermand['ld. . 1..2 .... de (a Qu.ibd{5" Chocó. .' Al año de estar en el Atrato Fray Matíai .~, murió asesinado. En 1669 hubo una masac' )'an Pacho cada barrio ofrece de cuatro de los 12 misioneros, que insistí~1 ' en su plan, y"para 1684 los indios ya había: quemado a Citará, hoy Quibdó. , F En 1670 nuevos aventureros om lIegamn con cuadrilla, en buscade de "clav", yru~ seglares. San Francisco de Asís, acogido porla r población de mineros negros, se convirtióen San Pacho, de correría por ríos y caseríoscha, coanos durante I muchos años. Actualmente, la fiesta de San Qtiibdó, Pachoen una ciudad con mayoría de habita!! tes. negros, se enmarca en un ciclo festivoqueI recorre innumerables ríos de la región enI balsa das con santos y vírgenes católicos:ena! ---- río San Juan la de la Virgen de laPobreza~!I Tadó y la de la Virgen de las Mercedes~ ' Istmina; en el río Condoto las fiestas de Nuestra Señora del Rosario; las del Ecce Homo~, Raspadura, entre el Atrato y el San Juan,fA Pató sobre el río Baudó -dice Adriana M3~ que estuvo allí en 1993- se pasea en éano:¡¡ San Martín de Porres dentro de la iglesia,allf¡ que allí el cura prohíbe el rito de beber IicOl¡~ ofrecer comida, lo cual es usual en los pasea B de otras balsadas. . I Hacia el Sur se celebran los ritos acuátil de Santa Bárbara en el río Timbiquí yen¡1 Guapi las balsadas con la Virgen InmaCUI3 y más al Sur acontecen los paseos en caPA ' del Señor del Mar por los canales y los bram del do Parla, .,¡ como la, peregrinaciuno, ¡ canoa y las danzas acuáticas de la Virgen' Atocha en el río Telembí y en sus afiuel como el Guelmambí. La fiesta de San Pacho en Quibdó, Chocó, es también comida guisúda, tradicional: un banquete de gallina pato en sancocho, Algunas de estas fiestas alrededor defi~ ras católicas, celebradas tanto en laS""ruralida dulce de cabello de ángel, cocadas, guarapo y más. Página opuesta, Las mil y una noches en Quibdó, Chocó. como en lugares urbanos, han mantenido carácter sagrado. La fiesta de San Pacho Quibdó, por el contrario, se ha convertido un evento que además de conjugar sentimi tos de religiosidad evoca, mediante la teat dad de la comparsa, la pantomima y lamím' la mundanidad del carnaval. La fiesta esI propuesta singular que se desenvuelve verbenas, alboradas, desfiles, procesiones,u , ~. de carácter sagrado y otras seculares.Empil : el 3 de septiembre con la lectura de un bar en la alcaldía y termina el 4 de octubre( , una procesión de San Pacho, que visita barrios en clara reminiscencia de sus anti~ ,h viajes por los caseríos del río~Las callesdi fiesta, que son "paganas" con el desfiledel fraces de los barrj.os, se convierten en seo I! . ros sagrados de San Pacho e13 de octubre( la procesión religiosa que cierra el ciclofe ~~I 1, ~ ¡~¡ .11. .. 116 ~ 1) vo del santo. En toda la fiesta vibra la chiri. I mía, aparece el sainete irreverente y el hábito 81 reverencial, la máscara y la carroza políti('J 111 contestataria; suena la tambora, los cuerpos 1II1 danzan, retumba la pólvora, abundan ellicor ~I y la oración. \1' .L' Con frecuencia losquibd6seños venunrn. timo desfile en el atardecercrepuscular: ban.' 11 . '1 dadas de golondrinas que se posan en latorre de la Basílica, viven, donde mientras el santo entra al templo. . Después del bando que ordena el inido 1I ¡ La chirimía chocoana: clarinete, de las fiestas, el ritual de batir es un baile de hombres abanderados bandera, que al sonre 1I1 platillos, , ij tambor alegre o redoblante (la requinta), ij r~¡ tambora, la música de la chirimía, enseña el juegodeu competencia de cada barrio con el otro.¡¡ 1 lij bombardino ya veces saxofón. emulación '~I r i I 111~ , Las fiestas de Sán Pacho son la barrio celebración del santo y la alegría en el desfile del 3 de octubre. SetraI1 de un conjunto del carnaval. bolos alegres que, ha~lan de las necesidad~ chocoanas en materia de salud, educació~ \ \ 1:"1' Quibdó, Chocó. L~I' Ir'1' La banda de San Francisco toca las 1" tubas: trompeta, tambo/'es y .~ ,~ t de carrozas con figuras ys~ energía eléctrica o vías de comunicación, Hace ,unos decenios '1\11 l. tag1bién se hace presente en lacre¡. tividad de lo que se llama el disfraz de ca~ 11 este desfile hacíapi' saxofones, y percute con platillos, te de unas fiestas de carnaval tambor redoblante y bombo, en la enero. Danzaban fiesta de San Pacho, Quibdó. reina, se divertían ¡ .~,II con en diciembre! el rey Momo, elegí¡¡ con una guerra de lasJ¡~i res, marchaban con el disfraz del barrio~I 111 i~1 II1 l~ ~ Irill Página opuesta, Opulencia egipcia carretillas del cuerpo de bomberos, en Quibdó, Chocó. das por jóvenes, y sobre las cuales semo ban hasta seis personas y leían el testame ., Página . 124 y 125, El carnaval arraslil: con del rey cua~do éste ya estaba en el ataúd, capuchones y disfracesempezó raíz de la suspensión de este carnaval en1 hace cien al'ios en Quibdó. por mandato de un alcalde, algunos de~ Concluía con una guerra deflores. componentes como el disfraz de cadaha! se integraron en la fiesta de San Pacha.Ye es la razón por la que algunos piensan,mil: do las imágenes de la fiesta~ que se tratade carnaval. De cualquier modo, la cantidad deao que componen el evento involucra a lato~ dad de la población. Así lo consigna el, mentario de Jeremy Harner, espontáneo inglés que la fotografió en 1994: "Todo mundo estaba en la fiesta ¡de San Pacho,ril y pobres... todos gozaban". "-~ .122 Gallos, caballos ,biana. y toros defiesta uesra, Festival del gallo n(¿¡lejo, Córdoba. Luis artínez, "Gallo vallenato", soy.el gallo jabao, que a ltiene miedo. Vivo listo y o en la legión de San on la espuela y con el pico n 1825 el viajéfo GossellllJl acer una pelea con cuenta r gallo que sea o con el llera de Bogotá a ver riñas I ás guarito. que la entrada a lagil I gallos costaba medio real.Lar sión por ver la pelea yapos!Jri 128 Y 129, Festival del gallo talo Sincelejo, Córdoba. diversión. 'os pitQ's, bonito, ! toco los Pelea de gallos en Ibagué. sabroso, Riou. I ! soy el gallo Dibujo de 15.8 x 23.0 cm. L'Amérique 'so! con la espuela y con el equinoxiale. M. André. París, 1877. Luis Enrique Ma/1ínez, Academia Col()/libiana de Historia, :0 vallenato". cual luchador era lagr~ Bogotá. Así, las apuestas¡:« un gallo negro o por unoc~1 rada podían subir hasta cien onzas. A lagaJe., ra, que era una especie de circo con piSO~ arena y dos filas de palcos, arribaban los~~ llos sin cresta, sin testículos y la mayoría las veces sin lis plumas de la cola. Había criadero o gallería que tenía más de doscil tos gallos bien alimentados y seleccionad((l Lo que Gosselman no anotó es que la gallffil era también 2.rena de discusión y decisión~ bre cuestiones asistían mental. políticas, personaiidades La tradición, dional, tiene porque allí ramoo del mundo gubeIm-.. que proviene tesÜmonios de AsiaMe., arqueológicos ~ Micenas que datan de 2.000 años antes deC~ to. Se sabe además de peleas de g;lllos en dia, Persia, China y Grecia, a donde fue introducidos por el ateniense Temí.stocles,' rededor del año 520 antes de Cristo. Ymi tras en la época de los Estuardos en G, Bretaña jugar gallos era diversión de la no~ za, en Portugal se jugaban popularmenrev1 España eran parte del carnaval. Allí ramb, se criaba la famosa raza de los jerezanos, ( luego se exportaría como negocio -al NUI Mundo desde comienzos del siglo XVI.La ción a los gallos también ha cundido entre taurófilos y toreros. El circo de tQros yiaga ra son escenarios de emulación ex<::lusiva tre hombres con la mediación de animal aunque no faltan en las galleras las muje . > que apuestan. En el calendario festivo de las ruralidai colombianas, las riñas de gallos, las corrall 1.26 de novillos, las c,orridas de toros, elcli galpdo o las carreras de caballos sondi'¡ nes populares de las regiones dondeel do es el eje de la vida económica, y lb conSiituirse en emblemas de identida( gionales. Así, en Montería, capital deldi mento de Córdoba, gran parte de cuyote está en la llanura. caribe" anualmentese bra la concentración nacional del gallofi en Sincelejo, capital del departamento( cre, también en la misma llanura secelf ~eria internacional del gallo fino; y hasta~ unos pocos años tenían lugar allícorra\e¡.st toros bravos sabaneros como las queam mente se celebran en Sip,céy -otrospobb II~ 11, Desfile equino, Carnaval andino de la región. Estas fiestas son amenizadas conmú de de bandas blancos y negros. Pasto, Nariño. 111' ~!! fandangos ', antaño, I' de viento o de acordeóny de plaza como los del Sincelelll dónde bailaban cumbia con luces , I ~ En la fiesta de San Martín, l' danza de las cuadrillas Meta, la se Página opuesta, Fiesta de velas que chorreaban corralejas. Riosucio, Caldas, danzantes sobre las cabezasik en círculos de alegría alucinante 11m enmascara trata de festivictades que sirven de escer con pieles de jaguar, ~I~, venados, chigüirds " o serpientes. - de tradición y cambio social. Allíse mue: que se tiene y se aprende de lo nuevo( llega: Nuevos estilos de vestír y de bailara músicas, diferentes comportamientos soci! y éticas económicas. Acuden a estosfesuj gentes de ciudades y pueblos vecinosysel frendan o se establecen alianzas sociales o I trabajo. Por el contrario, en la isla de Providen en el archipiélago colombiano del Carib finales del decenio de 1960, las carreras1 f11 )~I~ caballos sobre la playa eran apenas unap3I de la celebración cívica del 20 de julio,dú la independen<;ia nacionar Y'recalcaban la queza del paisaje marino en una diáfana mostración de un paraíso incontaminado ya en ese tiempo contrastaba con lasa ción turístiea y demográfica de la islade' 11 11 I( "~t k~ , ~¡¡!~ 'il~~ , 'mr~ I' :' ~' ' , Andrés. Rizos de agua tibia bañaban los~ . de los jinetes que montados a pelo galop4 ,, i\ 4 ,!',, It\) veloces a lo largo de la )línea de encue1 entre sandías la arena y el mar. Enormes. melones de agua, cultivados en las partes: tas de la isla, eran rodados~como fardosp subidos a las goletas' qu~ ~egresarían a! Andrés con los visitantes de. la fiesta. ¡!~ .. En SanMartín,un pueblo en la granllar .~~ '~~ . de la Orinoquia en el oriente de Colombia,: de 1735 cada 11 de noviembre se celeb \ ,"0 ' II~I , '130 fiesta de historia étnica americana con presentación teatral en que los actores penan su papel a caballo. Indios, blancos,.. y moros son los protagonistas que cabalgan pectivamente caballos castaños o alazanes, cos y tordillos, zainos o bayos, y moros. ( cuadrillas de doce jinetes cada una com¡ una cabalgata que juega en un balletdee muzas de guerra y de tregua, frente a lair del patrón religioso San Martín. Uno de los perfiles distintivos de esta ta son las máscaras hechas con pieles,plu y aun cabezas de animales: la piel de unal billa, el pico y el copete de un papagayo, I cuernos de un toro, un cuero de pecarí. fiesta evoca la construcción del hombreHan a partir del encuentro de indios y españo Los árabes o moros actúan como coparu. en la historia española y los negros repD tan a los africanos traídos a América.De. suerte, una de las escenas es la contienda tre moros y galanes o blancos, otra esun safío entre indios y negros, que se realiza pie y que simboliza territoriales el forcejeo por espaci y culturales de los dos gruposro- jeto de la dominación española. Los indka: "atacan" con arcos y flechas, los negroscal Así mismo hay una pantomima\in. El arpa criolla y el cuatro, Página 136, Cabalgata en la feria machete. instrumentos de Cali, Valle del Cauca. güística en que indios y negros se pronuncian emblema de los Llanos Orientales en Colombia. en sus respectivos idiomas sin entenderse.B Página 13 7, Festival folclónco del' teatro de la fiesta se asimila en su montaje; Eljoropo con arpa se ejecuta en los bambuco y reinado nacional del de los antiguos autos sacramentales, y suesen- llanos de Colombia, y también en bambuco cia de síntesis es la imposición española. los venezolanos como su más auténtica manifestación cultural: "Yo soy nacido en el llano y recogido llanero en .mi tierra ciento por ciento como la garza morena, cuando monto mi caballo, óiganlo bien, ~ se borran todas mis penas me siento dueño del mundo..." Página opuesta, Encuentro descarnado de la fiesta llanera con la poética de jaguares, anacondas y plumajes de los Llanos Orientales de Colombia. San Martín, Meta. 134 . . en Neiva, Huila. . ~ Corpus Christi. Fragancia frutal. . Frutas, Anolaima, Cundinamarca. Manizales, y vientos de fiesta //1 Fiesta del café. Ar01!la de mujer" música Caldas. Festival de teatro. Fanfarria. Bogotá, D.C. Festival de la leyenda vállenata. Poesía cantada. Valledupar, Página opuesta, Festival del Mono Núñez. Poética de la tierra. Ginebra, n el intento de aproximarsea Colombia a través de fiestasque evocan la diversidad de suscos- Cesar. tumbres o de sus riquezasde fauna y flora y frutales, aparecen innumerables eventosfes- Valle del Cauca. tivos que tamb),én envían mensajes, cuentan historiaso reaniman memoriasfEn La Guajir~ hayunfestival de la sal y otr~l diVi-di;Yla cañade azúcar se celebra en Cali con una fiestade macetas, que son flores, frutas u otras figuras modeladas en azú~ En Anolaima, 'Cundínamarca, las frutas son el centro de sus fiestasde junio; en Santander hay un festival del bocadi- llo, o sea el dulce de la guayaba; Caldas, en Marmato, hay una feria del oro; en Manizales hay un festival internacional tama se celebran del café; en Dui. el de la cebada y el dela cerveza; en Ocaña hay una feria de la cebolla: en Cereté está la fiesta del algodón; y siguela lista con la fiesta del maíz en Sansón, ladel cacao en Huila, el festival de la chirimoyaen Santander, el festival del coco en el archipiéla. go de San Andrés. Hasta el viento se fes!ejaen festivales ,. i I de cometas en Tuluá y Villa deLe. yva, así como el mar tiene tamJ:>ién sufies~ I en Santa Marta. I1I El más importante \11 festival de música andi. na colombiana, según la antropóloga Lucíade 1/1 Francisco Zea, es el del Mono Núñez, llamado rI )1 así en honor del compositor Benigno Núñez quien también fue un virtuoso de la bandola' 'i~1 ~1 En Gi';lebra, Valle, un poblado al borde del grandes plantacipnes de azÚcary de cultivo ~ilt de maracuyá y arr':"!zse 'reúnen la músicaylo músicos de las montañas de los departamea tos de Antioquia, Caldas, Risaralcla, Quindío Valle del Cauca, Cauca y Nariño, HuilayToo-' ma. y también de Cundinamarca, Boyacá¡ :Il lit! I~ 11\ ';11 111 'I~I ;~t. 'It~ l' 138 Santander del Sur y del Norte. Bambucos,~ sillas, guabinas, torbellinos, danzas y una' queza de instl}lmentos mos vernáculós con estructuras y ritson la poética del terruño amable Un ejemplo y f~ra? es el torbellino Tiplecito de niz vida, con la música de Alejan. dro Wills y la letra de Víctor Martínez Rivas. estrenado en el teatro Olympia de Hogotáel 24 de octubre de 1928 que evoca esas nostalgias: Tiplecito de mi vida pedazo de mis 1Jwntañas cómo suenan de sentidas tus notÜs en tierra extraña... [ . .J Canciones que por sentidas bien merecen ser copiadas con golondrinas por notas y alamhres por pentagra'11-a5. Festival del Mono Núñez, tarima Ginebra, Páginas festival en la de las competencias. V¿¡lle del Cauca. 142 Y 143, Trombón de bandas. en el Paipa, Boyacá. David Puerta, eximio concertista cDlombia. Página opuesta, El vittuosismo del bambuco fiestero El Sanjuanero. no del tiple anota las vicisitude$ sociales que Festiml folclórico del bambuco en ha sufrido este instrumento, igual que otros Neiva, Huila. por su or:gen rural y autóctono. El tiple,se- gún el Maestro siendo una Puerta, aunque A b..iilá salsa, a tocá salsa, a gozá adaptación salsa, a... rumbeeaan' Feria de tista que vino con 19S conquistadores, Cali, Valle del Cauca. colombiana de la guitarra renacen. láminas de la Comísión apenas qlcanza en las Coro gráfica en 185{J a asomarse en las mañas\' debajo de las ruanas de los pobres. Etnanto que allí la guitarra de alcurnia europea apare. ce con un solemne cachaco de big~t~, vestido de paño y sombrero de fieltro. De1:odos modos al festival del. Mori.o,¡Núñez . asisten dúos, tríos, estudiantinas y la Cl'ITñfuía caucana, que cónsta triángulo, tamboras de flautas traverseras. y dos mates o' calabazos envueltos en trapos rojos, raspa de caña YUIU guacharaca también 'de calabazo que¡se tOe:! con el huesito de una costilla de anitrull. Tam. bién asisten otros con~untos instrum~ntalese instrumentales vocale:; y podría concurrircl , conjunto guabinero en Santander de la provincia de Vélez con tiple, requinto, quiribillm esterilla, raspa de cana, carraca, chucho o~. fándoque, caparaz9n y zambumbia. de armadillo,. pandereu Algunos de estGS instmmentm y la zamDumbia, que en el Huila.se llama puer. r. ca o marrana, un calabazo con membrana q¡r suena como el grito de la marrana al tirarle~ cola, y otros son parte del conjuntg rajalem del Huila, que también podría asistIr. Elfe~. val aviva así la memoria musical e instrumm . tal de,/ la montaña. ~n el festival folc1óric~ del bambl1co ~ Neiva, Buila, a orillas del río Magdalena, u 144 música es nuevamente protagonista medular alrededor de personajes de mitos y leyendas que salen del agua y disfrutan rajaleña pueblo las coplas del campesino. -' O sea el diario vivirdel cantado: Qué sabroso es tomar chicha y al fogón meterle leña asado, tamal, mistela y entonar los rajaleñas. '\~ntiguamente, hombres el rajaleña era un cantode y mujeres que dialogaban sus amo. res en el estilo trova. Con el tiempo, los hom. bres con sus instrumentos musicales autóctonos Páginas fiestero 148 Y 1.49, Bambuco el sanjuanero .- En la tarima de Anselmo festival Durá.n Plazas en traje teatral, una creación de la leyenda Valledupar, del Neivr¡, lluila. del .. tríos de rajaleñas. el carángano Uno de esos es un trozo de guadua de dos metros de largo, con sietecuer- Cesar. das de la misma En el valleizato, el acordeón es de origen europeo, la caja de un solo . parche es de estirpe africana y la iii... San llIan! conformaron instrumentos, vallenat~, ~special para el evento con las reinas en/él festival folclórico bambuco. de competencia músicos: guadua. Lo percuten dos uno con dos martillos de maderay otro friccionando las cuerdas con una vejiga de res con semillas para lograr un efecto pare- y vamos a ba.ilar guacharaca indígena es de caña. al son de este joropo Antes ésta se tocaba con una la vida hay que gozár. costilla de res. festival de la leyenda vallenata es otra celebra- j¡j... San Juan! Mientras los conjuntos vallenatos ción a la poesía. El vallenato canta y narra:es compiten en la tarima, abajo mordaz con humor y gracia, es críticoenla fanáticos, aficionados, gente de política, la religión y el trabajo, gime conel amor y llora con el desamor. Sus narrativas viajan de pueblo en pueblo y son un registro Páginas 150 Y 151, Desfile de carrozas y danzas de bambuco traje original cqmpesino y alpargatas. Neiva, Huila.~ ) prensa y público en general gozan y en ...sufi-en sus preferencias. de algodón Página leyenda <;esar. opuesta, vallenata. En el festival Valtedupar, cido al de un contraba~ de la En Valledupar, departamento del Cesar,el de leyendas, mi~s e historia.§. Sus raícesestán en los cantos de trabajo en ámbitos de lahacienda y también de la boga en la colonia, Ciro Quiroz ha recuperado algunos: Cuando yo tenía ganao cantaba mi vaquería ahora que no lo tengo canto la vida mía. Entre los instrumentos ~radicionalesestá la guacharaca. Hecha del tallo de una cañaa la que se le labran estrías, se le fricciona con un trinche metálico: Su voz, según Quiroz,si. milar a la de una pava silvestre que anunciala lluvia, se unió a los cantos de vaquería. Luego entraría la caja de estirpe africana, con memo. ria de tambores, con un parche que al princi. pio fue de piel de buche de caimán secado con 'ceniza debajo del ~ol, que después fue reemplazado por cueros de venado, chivoo carnero. Al grupo después llegó el acordeón, un instrumento típico de muchos puertos dcl mundo que parece haber arribado a Colombi¡ a finales del siglo XIX: El vallenato contiene esencias de las realidades fantásticas del mun. ó' ,,~ . J52 do Macondo de Gabriel García Marquez,que conforme él mismo, impregnaron el pensamiento de sus Cien años de soledadhn toda ~ esta gama de celebraciones no pueden dejar de mencionarse el festival de la tamboraen Tamalameque, Cesar, y los festivales de bandas que tocan con trompetas, trombón,clarinetes, bombardinos, redoblante, platillosy bombo. Se reúnen en Paipa, Boyacá;en San Pelayo, Córdoba; en Villeta, Cundinamarca,en Samaniego, Nariño. Son bandas a las queen los pueblos las llaman "Papayeras", a excepción de San Pelayo, donde la interpretación del porro María Barilla como emblemadela región las ha singularizado con el nombrede bandas "pelayeras", y como si fuera poco, los festivalesinter. nacionales de teatro en Manizalesy en Bogotá ofrecen un frenesí de color y de dramaenrecintos cerrados y en los escenarios naturales de las calles. La participación del teatrode países europeos y americanos, del continente y dd Caribe, durante'las presentaciones decalle y plaza, movilizan multitudes. Todo haceparte del arco iris en honor a la vida y la alegría, que en el calendario colombiano ocupacada uno de los días del año. La evangelización América estimuló de indios¡g¡¡ 1!¡ . --- escenarios.;de teatralización de cristianismo con aires europeos a los cuales se. ""1 a miadieron eleme¡ltos cuÍturales df!.;" indios y de negros. El Cefpus Christi fue un excelente tablado. La primera representación de teatro criollo en el Nuevo Reino 4e J Granada, fue la obra Los Alarcos, en 1580 seguida en 1594 por la formación de una compañía con actores "chapetones" que actuaba n bajo toldas cerca a la plazuela de San Francisco en Santafé de Bogotá. Lafiesta del teatro ha sido una tradición en Colombia. Festivales de Teatro, Manizales, Caldas y Bogotá. 158 "" I I I -- lo l-i El Diablo ; esde blo épocas en bíblicas al Dia. el mundo se b"conoce nombres: occidental con infinidadde Sat~nás, Demonio, Lucifer, Luzbel, Belze1;>ú,Biru. ñas, El Patas, .\ tófeles, El Putas, Mefis. M4ndinga. Otras tantas han sido las épocas de proter. vidad e que él ha sido principal Colom' sus fiestas protagonista, país que eríJ11arca gran partede bajo el aura ~ del catolicismo, tiene entre sus más fastuosas y auténtic:as plcarna. val del Diablo en Riosucio, departamento de . tienda > Entre 1846y 1880, en Riosucio, Caldas, la fiesta en tárno al Diablo . "f Riosucio, Caldas. el1,el siglo XX. un demonio ~de la concepción del mal, antes que como esenci¡¡.ritual y festiva de la religiosidad afri.¡ " En la literatura yo."llitradiciól~ -,-" ~ ' oral ti Página opuesta, En un trono' de carnaval como católica, encarnación cana en su fasto de máscaras. se llamaba "Matachines". Diablos Caldas. Lo cual podría pat~cer incongruente, cuando no v,esánico: que al Diablo se loen. orali. ~. tura, la presencia del DiáDl&50nllevay reflep i-odan{e, Su Majestad El Diablo entra a su fiesta en desfile situaciones de la historia, d<;:lpe?-samiento fl de la vida de gentes y lugares: Mandinga, triunfante. Riosucio, Caldas. " ejemplo, es et nombré 'de una etnia african de cre~nci~s musulmanas, I]i.üy afectadaenl colonia por la ttata. Belicosa, subversiva,r~ cia a convertirse aLcristianismo, una vezesell vizada en las mírías de oro de la Nuer Granada, su gentilicio se convirtió, tantoea; en otras colonias=españolas, demonio. en sinónimo El Diablo de las fiestas no es el demonl .."" de los cristian?s, enemigo del catolicismo I del ser hymano,como personaj~~aléVOlO ' Diablo es gen~il, risueño, a¡na~le, divertido,c' toso y mensajero de la alegna del mundo,1 En Rio$ucio se le r,ev~rencia con regalía¡ remonial, magnificencia dé música: poesía,di 'ia, color y truenos de chorros de pólve iridiscente. De acuerdo con atto Mo(alesBeI ~ ,tez1~esteDiablo es "un ser nacido no saben¡ en qué remota región del pasado núestro..,' 162 .í>' Antes y después de su presentación Ese pasado, de acuerdo con las palabras 1111 1: t '¡ de canto y poesía en el tablado, las del escritor riosuceño, comparsas recorren elpoblado con canas que echaron raíces en.Quiebraiomo, un música y el,esttllnpido de petardos, Real de Minas de Oro que junto con LaMonta- pilares del Diablo en la fiesta. ña, un asentamiento de indios Emberá,diera Hoy estos turpiales sus cancion.:s origen a Riosucio. En 1603, Francisco ]aramillo alzarán / Y su canto eqyidiarán el de Andradatenía trabajadoresnegrosy capata- ave agorera, / la gaviota, el halqón ces mestizos o mulatos de españoles pobresen y el ruiseñor; / con nuestros Quiebralomo. Y se sabía que en la vecindad los indios de La Montaña bailaban el bailedela plumajes naturales nos vistió, / Ilf es el de memorias afri- -. porque en la'noche llevamos chicha y se enmascaraban lúgubre vellón / y la blanca aurora La tradición cuenta, además, que en Quie- en nuestros pechos luce hoy / sus bralomo dorados rayos de luz y esplendor. de carnaval Los Turpiales, letra de Andrés Correa. Riosucio, Caláas. Página opuesta, Riosucio, capital il~fernal de la alegría para sus rituales. existió entre los blancos una especie de reminiscencia occidental, con antifaces de papel de colores traídos deQui- Trejos' to. Pero ya a comienzos del siglo XIXla fiesta, que se llamaba "Matachines", Caldas, diablitos sueltos se alegraba con que repartían vejigazos por doquier. poética. Julián Bueno, cronista contemporáneo del Diablo riosuceño, rescata perfil extraordinario de ese'tiempo un de la fiesta: la~ra, fuerza vital del jolgorio, poética cantada por las cuadrillas en medio de la turbulencia de colór y música en sus calles. En 1987 la escritora Angela María Pérez contó veintitrés cua. drillas, cada una con quince grupo de músicos. integrantes y su Sacerdotes del ritual casi siempre han sido poetas: José Trejos, Efraín Gartner, Enrique Palomino Pacheco, entremuchos. Prosa, verso, cantares o decretos, yel estampido de la pólvora, conforman sus tuétanos desde hace ciento cincuenta años. Tanto así, que el escritor Rómulo Cuesta anotó, sobre la fiesta de 1876, que' los fantas- [ I -- --- ~ -., ,. mas salían a platicar unos con otros después de que los postes de pólvora habían reventa. do sus cargas enviando al cielo bor1;>otonesde fuego multicolor que caían despedazados como castillos de luces sobre la música de guaches. cencerros y carracas. Riosucio es la capital infernal de la alegría, y en cuanto al Diablo, Su Majestad,susim. bolismo debe remontarse a la historia dela resistencia cultural de los africanos en España y el Nuevo Mundo. Las memorias de las deidades nerse al poder africanas ancestrales debieron místico del demonio sobrepocatólico, que en el Diablo de Riosucio ha preservado reminiscencias " iconográficas de los faunosea. pricornios del medioevo. Tales memoriasse camuflaron o enmascararon en las diferentes "" , 166 /' .. ~ En el mundo fantástico 11 el vestuario es elemento vital de ~tl comunicación. ' ..:1' ' ' colombiano, il,( ., Memorias e historia de la fiesta, En el Caribe los hombres se visten o . de guerreros para contar historias ,y invisibles o de mujeres para narrar con ironía viejos resrntimien/os. .. a aventura de mirar fiestascon OjÓSq{fe VeélllllliS élf/ r/tJi. cienso o del alucinante colori. Danzante congo. Carnaval Barranquilla, do que anima a las figuras de religiosas Atlántico. o a las olas de holán de una cumbiamba, 'Danza de lasfarotas. contrar El Banco, . es la deen. dimensiones inespera. Magdalena. volcadas das ~e la memoria humana, a la creaciÓn de un mundo imagina. -40. Héroes de.la trágicos Y:;:(ij)micos provenientes historia y de lQs'~ycuerdos de las gentes i-.'.:!t llegan,a contapsus vidas ymilagros al escena. tid efímero y eterno déla+fiesta. Así bajo la magnífica estridencia de lasea. ñas de millo y el golpe Ci'étambor que subra. yan la embriaguez de la cumbia callejera enel carnaval urbano de Barranquilla, no únicamente se descubren memorias agazapadas de lacon. quista y de la r~pública. En la fiesta se revive la compleja trayectoria de la historia de laciu. "> i dad y la de los pueblos ¡¡ léndica embajadas que lo han musicales de la zona carnestoenriquecido con SUI y danzantes. Y aun )05 conflictos contemporáne?s entre élites y cia. ses subalternas reciben su _'expresión en esta\ carnestolendas. En los carnavales Barranquilla/han dios conocidas deLlío Magdalena yde aparecidot~es como danzas imprdQta de sus relaciones danzas dein. de la conquista, con los espáñoles: memorias guardadas. entre pasos de baile, cán. ticos y consejas populares. ~ Una es la de105 I Chimilas, una antigua etnia en estribacion~ de la Sierra Nevada de Santa Marta. Estacan~' ba dulzonamente a principios de sigloenCié. naga, su conversión religiosa, así: Somos las palomas blancas que remontan más que el viento y venimos a ensalzar el divino sacramento. p" Otra danza es la de los pájaros especie de garzas, recuerdo .174 cucamb~, de la exuberancl ~ "" "¡ ~ faunística del río Magdalena, y otra máslade las farotas, hombres disfrazadosde mujeres indias, quizás de la etnia de los farotos en cer- - canías de Mompox. La danza de las farotas, que reclama elpoblado de Talaigua como parte de Sllpatrimo- nio cultural, es bastante singular. EIl ellase cumple la inversión entre hombres de la oposición binaria y mujeres, algo que ocurreen ritos y mitos de muchas sociedades, nifican travestismos determinados. que esce. rituales con objetivosmuy Las farotas, hombres acicalados de mujer, con pelucas y carmines sobre el rostro,vis- tiendo remedos de un traje español conpolle. ras .d~ flores y joyería de baratija, lucen sbmbi¿ros estrafalarios y sombrillas de perfu cortesano. Danzan una serie de doce intrinca. da-;-.secufÍ1cias, con nombres do~ p~r~an~cen cuyos signiflca- aún en la 'penumbra: saludo, entremétíd:i, entremetida con sacada, entremetida a lo:iárgó~_'de frente, perrillero entresaca. ." ; <,- < :-. do y aporieádo,}avada, paraguas en redondo y a lo lat~. El r~~moes de música de tambor macho o 1Hlmadbr;tambor hembra o tambor alegre, bombo'o la flauta de tambora; guache, maracasy '.HiJ. El baile se ejecuta en dos filas cada una de seis danzantes y dos" por otra farota, Prepm-ándose para bailar como Paratas. El Banco, Magdalena. La caña 'e millo, flauta fiestas de muchas en la costa atlántica. Página opuesta, su autoridad Diablo con látigo perrera para danzar y beben con las "maneja. una mama, que blande con un látigo. Las farotas danzan sin parar desde cuando sale el sol,a cucambas, mujer vesÍidfl para l? largo c}eldía, hasta la ebriedad. Conello, danzar y farotas en El Banco, Magdalena, y en el carnaval de dice el antropólogo 'Ramiro .Delgado, hacen énfasis en su resistencia física para no dejar Barranquilla, Atlántico. dudas acerca. de su masculinidad. de las polleras, y la nubada sobre el serpenteo de polvo la arena son de las sombrillas que una Los vuelos levantan visión al bailar fabulosa. En_. Talaigua, la fiesta se acaba cuando las siluetas. de los danzante s caen con el último resplandor del sol. La danza plasm¡l el sentimiento que sufrieron las indígenas ta, cuando los españoles mujeres, aprovecharon rígenes. . durante la conquisque llegaron sinS1IS sexualmente La figura de la mama, introduce del abuso a lasal» sin embargo, en la danza un código de aspecto occidental proveniente de una experienciade prostitución ajena a las tradiciones aborígen~ de los indios. Y por supuesto sugiere el ingre. so de nuevos elementos .en esta danza. En las farotas, la historia misma qel abw /76 sexual a las indígenas parece sometida a la injusticia de un ritual adiciorial de inversión: ... Mediante el ridículo, las áni]eres indias son quienes aparecen "culpables" miento Con los españoles. de su envileci- Esta inversión, enel seno de una sociedad patriarcal, debió a Silvez hacer posible el arraigo yla difusión de la danza en los poblados ribereños y más adelantesu inclusión en el carnaval de Barranquilla. De todos modos, en Colombia, el carna- val ha sido, como.,en otros lugares del mundo, un escenario que acoge la inversión del orden existente. De este modo, mientras se ha con- vertido en una especie de bitácora de tradiciones, narraciones, gestos de danza o música. que en su tiempo no alcanzaron a llegara las páginas escritas de las ha r evolucionado como un crónicas, medio de también reivindicaleonos del Año Viejo, reflejos de comienza. La costumbre se ha ción y opinión tradiciones indígenas en el sur de extendido por diferentes forma de teatro callejero. Este fenómeno, sin Colombia. departamentos de Colombia, ¡Feliz duda, refleja restricciones de expresión delas A¡1o Nuevo! Manizales, masas en quechua El muñLco El personaje Taita Puru" significa "Padre vacío". se quema noche cuandp a la el nUflfLi año populares, que se manifiestaen que han buscado nuevas formas y escenarios de comunicación. Locu~ ha redú'ndado' en la carnavalización de even- de A110 Víejo relleno con aserrín y pólvora media Caldas. pública tos populares :P4gjna opuesta, ¡Otro diablo! Fiesta .. de SaYlPacho en Ql!:ibdó, Chocó. cívicos, Y religiosos. En la fiesta de San Pacho en Quibdób carnavalización de un segmento de la celebra. ción ha constituido desde hace añosunmodo de hacer reclamos y exigir derechos! dudada.j nos. En 1980, por ejemplo, el barrio LaYes- quita, que en un tiempo era el único barriode ti negros, donde presentó conforme dice Rafael Perea Chalá,\' "todo quibdoseño tiene su ombligo', en el desfile callejero su disfraz:un enorme muñeco negro leyendo el libro deFer. l nando Gómez Pérez: Chocó, quinientosatios de espera. Tan importante es este desfilecomo ~ vida del santo, al día siguiente, cada barrio I el teatro litúrgico -El Milagro- -que sobrela ti presenta debajo de un arco y oraciones cuan- do San Pacho llega de procesión. ¡, En la "fies-tade los blanquitos y negritos', 1 I! que también se llama "Carnaval andino deblan-, cos y negros" en Pasto, la figura alegóricadtj Año Viejo, Taita Pu~u, que en quechua signilica "Padre"-vacío", conocido . como Carranchoo Carrancio en los Santanderes, se ha conveIt¡ do -dice el estudioso Eduardo ZúñigaEraz~ en el rey del desfile popular. trapos relleno con pólvora Es un muñeco~ de aserrín o paja que reviell/l en una amplia zona del surea- lombiano al inicio del nuevo año. TaitaPUIU . simboliza lo prohibido--,Jellicor, impertinencia la algarabía,la y la quema de un año de impo- sibilidades y frustraciones. El fuego como exor- cismo purifica el tiempo pasado para iniciar un año vacío de dificultades. sensaciones l Las imágenesy de la fiesta callejera de carnaval las provoca el retozo de~afora90 de obligaral otro a volverse blanco o negro en el juegode ,. lo posible. En Pasto, al igual que en Quibdó, la carnavalización de la fiesta original que se enmarcaba el}~n rit95ristiano) se expresa también en montajes teatrales sobre carrozas,y los temas E/legado étnico del Chocó se Tembo, Tagui, Mani, Cetre, Arara, remonta a sociedades de Africa Chala, Fon, Lucumí. entre ellas Mandinga, Casaca, Pacho. Quibdó, Festival de San que desfilan aluden nacionales y a comentarios económicos. a personajes socio-políticos y Chocó. Eran, Mambara, Guagfli, Canga, , '\ 1 :11 A comienzos del siglo, carretillas En la cosmología como esta, pero tiradas por Dahomey, de los Fon en Mawu personifica la muchachos, servían también como noche, la luna y la alegria y Lisa, can-02as de fiesta. Quibdó, Chocó. su gemelo, :f es el día, el sol y el trabajo. Fiestas de San Pacho. Página opuesta, En las mitologías de suciedades afiicanas aparecen '~onfTe(.llencia deidades gemelas. lhú Quibdó, Chocó. Visiones religiosas n el misterio, en lo inusual,lo místico y lo mítico, en lo ex. traordinario y lo sobrenatural reside la esencia de la celebra. ción sagrada. En ésta, el mito narra cómo el caos se convirtió en cosmos o cómo un mundo despoblado se pobló. Convoca al mantenimiento de un determinado además orden sociaL lV1~5hos mi!..osfl1acen parte dela génesis de complejas religiones y son el tras. . fondo de ritos, ricas (e~tividades y símbolos plasmados' en arquitectura, canto, poesía, pintura, escultura, danza, traje u ornamento. La presencia de una estatua que luce joyas y pelucas, trajes'y luces, anima la creenciay comunica significados convincentes quesimu. lan realidades. Así, el arte visual en la celebra. ción de cualquier santo es primordial enla emoción cristiana. En Popayán y en Mompox los desfiles~I"~ La religiosidad el acercamiento barroca, presente físico Semana Santa recrean en de sus devotos a las figu ras sagrada~se aprecie: en , . la adquisici6n y venta de santos \ para el culto individual, en el abrazo ferviente y en e/sufrimiento físico de la carga de pasos en los desfiles religiosos. Fiestas de la Virgen del Carmen. Carmen. de que acompaña , madera, un arte magnífico trabajadoen un teatro de liturgia que enmarcan bles escenarios coloniales. impeca. Las fiestas patronales de la VirgenMaría, madre de Cristo, representan su vida a lolar. go de una serie de episodios míticos, también modo Semana Santa. Mompox, Bolívar. con procesiones metales y textiles. Lo mismo que en enmarcados Apicalá,~tvl.,~ el gran mito de la Ea. sión de Cristo, enriquecido por el arte. Estos se celebran de fragmentado en distintas regiones: la Virgen de Atocha en Barbacoas, la Virgende Chiquinquirá en. J;3oyacá, en Cartagena laViro Página opuesta, Magnificencia gen de la Candelaria, la Vi,rgende la Pobreza barroca de oroy plata en la . en Chocó. La poesía de las décimas, el canto)' Semana Santa.. Popayán, Cauca. "la música, los arreglos florales, la coreografia e de los paseos presiones acu'áticos son otras tantas ex. estéticas de la emoción religiosa. En lo que a santos y santas se refiere,lo¡ 'mitos en torno a sus vidas y milagros sonva. .. I l' riadas. En Palenque }(. Lfi2~ de San Basilio, el pobla. . La Virgen del Carmen. Icono de do negro descendiente de negros cimarron- tierras frias y calientes en de la colonia, la solemnidad del tratoalasfi-! Colombia. Carmen deApicata, C~are61. guras religiosas -"\ ~,,..sY cristianismo en áreas dominadas por unl de cuño español, es reemplazada por la familiaridad En traje de fiesta. Carmen de gradas, APicalá, t;;;undinarn:r:trea. ~\ f! opuesta, Ceremonia iglesia, evento obligatorio reminiscente de la etiqueta religiosa africana. Además en la concepción religiosadel ~ Página personal con las figurassa- palenquero, los santos, al igual qu~ las figuraS 1 de. los panteones africanos, se acoplan sexual.~e mente. Es así como San Basilio abandonaen' en la durante junio su casa, la iglesia, para ir en procesión lasfiestas de la Virgen del Carmen. con su mujer Santa Catalina o la SantaHembra. Carmen de APicalá, .L \.- f\Ir. C:Lmdi-namarca. '( 0\I l' y con otra pareja: la de San Agustín y su mujer la Virgen del Carmen. A todos estos santosse les exigen favores que retribuyan las veladoras o el hombro que se les presta para cargadosen andas durante la procesión. "Sino hay milagro no hay andas ni velas!", gritan a los santoslos. palenqueros, que se asoman sonrientesa la puerta de la iglesia. Igualmente, entre los aborígenes america. nos y los africanos la presencia de deidades forjadas en oro, telas o maderas, formanparte de las evocaciones míticas, rituales o festivas. A tales figuras e'n el mundo occidental dominante se las ha mancillado llamándolas "ídolos",a tiem. po que las fiestas que los honraron en la colo. nia fueron objeto de persecución inquisitorial. En este siglo, algunos de estos iconos rescata- dos por las cienciasantropológicashanllegadoa a los museos etnográficos, de un modo pareci- do a aquel en que lós del cristianismollegana exhibirse en museos de arte religioso. En la tienda de santos. Carmen de APicalá...QJ11fii;:tam-arca-, En procesión.lpiales, ~t .'\: Nariño. lO !!I! .. II;¡ 11\1 ... j J8L¡ ~Para las culturas de la Amazonia,porot parte, la ceremonia sagrada delyurupariea! tituye la más solemne, emocionantey mis! riosa de la liturgia indígena de esa región. trata de un rito secreto de pubertad masculi en que los instrumentos musicales,cuyo soru.J do es la voz de los ancestros, no puedens~ vistos por las mujeres. No quiere ello dedt¡ que las mujeres estén¡xcluidasdelmito,por.:, que en él, precisamente se cuenta -<licela" antropÓloga Lennm Hemra- que"'" ,u,,¡ 1 quienes en un. principio tocaban las flautas¡ como no hacían nada, sino bailar, los horn-! ". bres se las quitaron. En este ritual dos filas de oficiantes enga- lanados con grande,s coronas de plumasrojas, azules y verdes, entran en la maloca, símbolo del universo, después de sacar de un lugar secreto del río las trompas y las flautas sagradas¡ Personificando al primer antepasado,la anaconda ancestral, que viajó de Orientea Occidente remontando gresan a la maloca muchachos los ríos, los hombresinpara reconocer a los a punto de cop.vertirse en adultos. El antropólogo Martín van Hildebrand, estudioso de los Ufaina, menciona el sonido de trompetas y flautas que acompaña la visión alucinante, Indio Uitoto de La Chorrera, divina, de rayos de luna y luzde antorchas sobre la procesión de danzantes qu~ rodea la maloca. río ?- Igaraparaná, Am'azonas, en traje En un mundo para ritual. Plumaria de loro y existencia collar de dientes de jaguar. amazónico a cambiante, la de la mal oca es medular en lasce- remonias religiosas y en la cosmovisión de sus Niños indios Tatuyo preparándose gentes. Es fundamental, para el baile del carrii:o, una fiesta que evoca el mito de origen del mundoy para los muchos otros que guían a las sociedades indígenas de esa región. Tanto como puede serio el templo o la iglesia para las sociedades occidentales cristianas. de cosecha. además, para la fiesta ., Río Pira-p'flraná, Vaupés. .\'- Claro que las nuevas realidades de laAmazonia no han dejado de afectar los mitos indígenas; europeos es así como el encuentro con los añade aJ panteón de jaguares y ana- con das un mesías de barba rubia, portador de hachas metálicas. Y también se han introducido cambios en las fiestas: porque aquí, como en otras partes del mundo, conecta con el presente. Páginas 188 Y 189, Indios Yucuna, ritual para la consagraciór;,de una maloca. Raudal de Córdoba. Río C'aquetá, 186 Amazonas. t- la eternidad se a corralejas Corrales, i¡¡ y circos Ir 11 IJ 1: ~ acho en la manga! eselgri~j 11 que como rayo fulminanteen.. 11 tra en el cuerpodelCOleadOry , . )1 El estudioso 11 I1 llanero Nemesio Montaña Medina se refiere al colea de su fiero caballo, que arrani.. ! can del lado izquierdo delco-! como un deporte fuerte de 'hombres rral. Van a aparear al toroO en los llanos de Colombia novillo que acaba de saltaren Venezuela, y en Texas USA, en el estado de jalisco . la pista o manga de coleade , trescientos cho. en México y r:¡nlas pampas de Argentina. Su cento afirma: llegaron los campeones metros de largo por quince de ano El coleador se agacha, coge la chacua,que , los coleadores de fama son las crine.s de la cola del toro, las enrollaen a la manga de colea' También: Sobre los llanos la palma, su mano y velozmente separa el caballodel; toro para colearlo, halándolo y tratandode tumbarlo. Si <:!1toro da dos vueltas sobresí sobre la palma los cielos mismo, el coleador es campeón de una de esas sobre mi caballo yo, . tardes llaneras de fiesta, en que los hombres y sóbre yo mi sombrero. (Copla apuestan marcando vuelta de campapa. coraje y fortale~a física. - 11 a En los Llanos Orientales de Colombiael popular]. Coleo. San Martín, Meta. colea ha sido part~ de las faenas de trabajoen Manga Catama, Villa1;!cencio, l'VIeta. Colea. San Martín, las vaquerías cuando :los animales se desvían del rodeo. Y de unos años para acá, esta práctica se ha convertido en -centro de festivales Meta. que conci~an la poética P9PlJlar: Vienen desde el Llano adentro con aroma de sabana con la pata en el estribo y soga cagaleriada para lucir en su~ brazos .la cinta roja y rosada. '1 El 11 de noviembre en la fiesta deSan Martín y de sus cuadrillas los caballos seapoderan del escenario y iniden el poder desu , velocidad en el desafío. Con la música dearpa <., 'criollay'joropo sellan la identidadde esaenorme llanura en el oriente colombiano. '. ;'. El juego con los toros es distintoenSince-' lejo, Sincé y numerosos pueblos de la llanura caribe en donde las corralejas son fies,las que se celebran a partir del 20 de enero y pores-. pacio de varias semanas, 1\ No son sólo un hom-' bre y un toro encorralados. hombres Son muchos! y varios toros en la arena, celebraIr j do una justa entre los dueños de ganaderías.nL " En las fiestas hay manteros que viajande ¡I corraleja en corraleja ros; también 11 enfrentándose .los hay voluntarios, : a losto- por lo gene.I, ral trabajadores de las ganaderías, quesaltana la arena. Frente al toro, pueden perder nosólo su improvisada manta de toreo sino la vida misma. Pero una corraleja siempre , 11 El lenguaje de la tauromaquia li hc.bla de "ponerle J: el capote en los belfos del toro, la tersura de b 11 11 I muleta, del templar la embestida". I1 También l' muletazos t Plaza de pases de pecho, v de r - .' . (,1,' ,,-.,.. l1li . Ri I . .. I I En Cali, Manizales y Bogotá el toreoes una fiesta de circo con luces de audaciaysa- que se traga el toro. de Toros de Santa maría, Bogotá. Corraleja. que haya algún muerto. En los palcos se comparte la fiestacon\i. cor y música de gaitas. Por fuera las hornillas de las mujeres exhalan humos y aromasde comida frita- Al pie de la corraleja, colmanel estremecimiento ambiguo de vida y muerteque emana de la fiesta. DIII ~ es buena -<licen- ber de capotes, espadas y estoques en 9o~e, según el decir de algunos, se da una batalla entre la fuerza física del animal y la inteligencia del torero. Pero donde, conformeauncro- San Luis de Sincé, Sucre. Aficionados a manteros, San Luis nista taurino, el toro tiene tanta responsabilidad de Sincé,. Sucre. como el torero, porque -4r Dios dispone "'hel torero propone. y el toro lo descompone...". De todos modos, tanto el toreo comola pelea de gallos, dondequiera que se celebren 1. ./ en Colombia, en corrales, corralejas o circos, Corraleja durm:te el carnaval. encuentran manifestaciones simbólicas , quealuden a diferenciaciones culturales de género: En este trance particular son los hombres quie- Riosucio, Caldas. nes interactúan o l.,- ;-,;2 con los animales- Elparaíso en la tierra asta hace pocos años a finales de junio, en Reventones, una vereda de Anolaima en Cundinamarca, la reconstruc- ción de un paraíso de frutasy legumbres sobre estandartes Página opuesta, Piña, maracuyá, de guadua, indios Panche, poblador¡es limoncillo, naranja, guayaba, tirse en las madrugadas hú- originarios curuba, aguacates, tomates de medas. Campesinos árbol, papdyas, mandarinas, bueyes arrastr:ando granadillas, variedades '\;deplátanos y platanillos entre otras.'jrutas la ladera hasta el poblado Anolaima, en el idioma de los ~ de la región, significa "vuestra alegria". Actualmente, en la fiesta del Corpus Christ{ se honra la exuberancia del trópico y ! . también la culinaria;regional de ta, descargaban, . ' almojábanas y dulces de frutas, arriaban sus yuntas de cañas de guadua. Subían días antes de la fies- regresaban a su tierra y vol. , vían a subir con los bultos de naranjas, piñas, . forman Tosarcos de náturaleza viva bizcochuelos, arepas, garullas, empezaba a sen- enlafiest61 de Corpus Christi. mangos, Ano/aima, CU1.]dinamarca. mas, calabazas, maracuyá, con la guadua plátanos, mazorcas guatillas, auya- de maíz. Construían troncos de árboles imaginarios de los que colgaban toda clase de frutas fres: caso Un árbol detrás de otro a lo largo de la calle principal J urbana, del pueblo dibujaba la huerta en medio de la cual desfilaría la pro. cesión del Corpus Christi al compás de música de una banda de viento. Esta fiesta,' que es propia de toda la región de Anolaima, es también reminiscente de otras como las de Natagaima y Guama en el Tolima, o como la de Tibacuy en Cundinamarca, que según Josefa Acevedo de Gómez se celebraba en 1836.Sólo que allí levantaban bres y hortalizas, arcos con raíces, legum- de los cuales también colga- ban sus animales silvestres: conejos, armadillas, lIi 11: zorros, comadrejasJ . Al fin y al cabo todos estos paraísossiguen reflejando las celebraciones aborígenes que en honor al sol tenían lugar en el mundo precolombino, el de los Andes o Amazonia,el del Caribe y el del manglar y selva en el litoral Pacífico. Las cuales, añadidas ., tianas, les permitieron a las fiestas cris- a indios y a sus descen- dieates con blancos y cO,n negros preservar su homenaje a la tierra como madre. Otro homenaje es el desfile de silleteros en Medellín, que de acuerdo 19ci con Edgar Balí- i > var, a partir de 1957 inicia el proceso de fundi- ción de la vieja tradición de transporte portrochas, y el culto floral que desde los primeros ,./' años de la república empezó a consolidaren Antioquia un perfil de su región. Alossilleteros en la colonia también se les conoció como faquines, silleros, peones de tercio, bestiasde ~ '1 ~ ~.. k ,ir "tn. Desfile de silleteros en Medellín, transportaban Antioquia, fardos la ciudad de la eterna gentes, los segundos de mercancías. Era un primavera. Tradicionalmente los fecurso de habilidad y sabiduría, ,t silleteros habían sido :mlamente de fuerza y precisión. (1 ,di hombres que desfilaban algunas de la cuales carga, cargueros, caballitos, estriberos,y alcomienzo, simplemente como indJos. Recorrieron muchas trochas, siendo las más importantes la de Santa Fe a Honda por Villeta;de LaPlata por el páramo de Guanacas a Popayán;de Santa Fe por Tocaima y el páramo del Quindío al Valle del Cauca; por Nare y Rionegroa Antioquia; por Tunja, Socorro,Giróny Pamplona a Mérida en Venezuela; por Cali pasandopor la cordillera al río Dagua que conducíaa Buenaventura. Y como si fuera poco, de Barbacoas a túquerres e Ipiales en Nariñoy los selváticos pasos de Nóvita en el Chocó,o elde Sansón a Santa Fe en Antioquia. De estasuerte, no se le 'puede adjudicar a Antioquia la exclusividad de la tradición, pero sí la evocaciónhistórica que de ella hace en un' desfile de fragancias y colores frescos de jardinescampesinos y de invernaderos industriales de flores. Cada sill~ta narra una pequeña o granhistoria. En la representación de la silleta original dibujan la tradición de vender flotes en ramilletes en las calles de Medellín, en la llamada ~ con silletas; medía¡¡ más de cinco metros de altura, I 1I Páginas 202 Y 203, Azucenas, lirios, clavellinas, alvarinas, ~ ,. ,;1: f anturios, éxtasiS, agapantos, pascuitas, gasas, tul de novia, margaritas, claveles, ilusiones, estefanotis, siemprevivas, estrellas f ,.l' . de belén, crisantemos, pensamientos y chispas son algunas de las flores que llenan las silletas, Medellín, Antioquia. emblemática el éxito de un deportista, en las conocidas como monumentales, la críticaa un funcionario corrupto. Algunas de éstas alcanzan a pesar .setenta kilos. Su mayor momento poético lo alcanza cuando eI viento zumbapor entre las calles y el silletero luce como una cometa de pétalos. Cadá año la celebración intensifica elsentimiento regional del ser antioqueño. Loscuatrocientos silleteros o más, hombres y últimamente también mujeres, desfilan eón sus fardos de color y aroma. Asumen la proyecci6n simbólica de Medellín como una urbe de eterna primavera, orgullo de la región antioqueña. En medio de danzás, mÚsica de tuna~ y de chirimías, de bandas de guerra y de sirenas, cons-.. Página opuesta, En el silletero del truyen el espejo mágico de un paraísoatrapado desfiie de Medellín ha quedado en una silleta floral. I . ~ ' grabada la memoria del transporte Villa de Leyva, la ciudad colonia:! fundada colonial por riscos y cordilleras en en 1572 por mandato d~ Andrés Díaz Venero de Leiva, 'primer presidente del Nuevo Reino de Granada, en su tiempo fue sitio de descan- la espalda de lossilleros y de los -:argu~ros. 200 Los primeros --~ ---\ \ Villa de LtI)lva en Boyacá, los preciados baluartes so de virreyes, arzobispos, uno de oidores, cronistas, poetas y hasta próceres de la independencia. de arquitectura colonial en Colombia, Actualmente, cada año es escenario de juegos de metros fuego y viento. A 8 km. está la laguna de 19uaque, fiesta celestial movida por los vientos de agos- ] tb. En 1994, Carlitos Pisa, de doce años, oriun-i lugar sagrado do de la región, antiguos de los indios Muisca, habitantes de la región. De su plaza"mayor, con catorcemil de superficie, es el escenario de una .. echó al cielo su cometa hexagonal de palitos, cola de trapo y cuerdaI~ sus aguas emergió Bachué, deidad de cabuya. Quería volar. Tanto que a la come-:1. femenina, humano. El niño con quien salió, al ta le puso un par de ojos. Con su miradafija' en ella la soltó, la vio subir en un baileen ' crecer se casó con ella y tuvieron los espiral y le alimentó cuerda hasta cuandoésta' hijos que poblaron ya no dio más. Entonces permaneció estático. madre del género la tierra. Viejos ! con su cara al cielo y al sol hasta ~uandolle- ya, volvieron a la laguna, sumergieron en sus aguas jJ se se garon las cometas acrobaticas,de coloresy convirtieron en dos enormes formas sibaritas que allí en la plaza compiten por un premio. El juego en Villa de Leyva es sobreelcielo. Es la ficción de llegar al firmamentodurante el día o en la noche cuando las cometas . serpientes. Página opuesta, el concurso Preparándose de vuelo de cometa para en la plaza mayqr de Villa de Leyva, Páginas Boyacá. Allí los fuertes chichamaya vientos de grande que tiene la plaza de Colombia, estilo mudéjar, escenario o es una fiesta de preludio ti la fertilidad entre tos agosto y los catorce' mil metros cuadrados 208 Y 209 , La yóona indios Wayúu, conocidos éomc), más Glf'ljiros y "amos de la arrogqncia COIl unq pila y del cacto". Uribia, La Guajira. en e/'centro~.son ideal para volar cometas. " ..... nocturnas, con halos de fosforescencia como naves espaciales, nadan en la oscJlridadprofunda e intentan competir con las,estrellas. Aunque abajo, en la plaza hay músicay jueces que conceden un premio, solame!1teel cometista que regres~ de ese viaje imaginariosabe qué tan cerca estuvo del cielo. 11 11 g Caballos ataviados con trenzas, Lluvias que traen fiestas bOl'lasy madejas de cerda de colores brillantes para carreras de festejo, han sido parte de la tradición Wayúu, La Guajira. Memorias del u;,o ágil y agresivo arco y la flecha que consagró del la arrogancia de los indios Wayúu, festivales de confluenciacomo durante las fiestas en Uribia, La el de Uribia, en 1994llegaron Guajira. Página opuesta, La tradición gentes de lejanías guajirastanto de Colombia como deVene- de los Bollos de maíz, carne de res en indios '1riche", es decir en su misma de la concepción el nuevo niiio zuela, sangre, y cuajada, además de pan mcibe de su padre la sangre y de su Wayúu. Carreras de caballos, de trigo comprado, acudierm madre música y una representación de festival de Uribia, La Guajira. al Wayúu, narra que en el acto la carne. Festival de Uribia, donde la chichamaya La Guajira. vive la etnia -yóona- o fies- ta de la fertilidad les per~itieron nas representar II teatralmente a los indíge- un pertil de su ~ultura, y a ellos mirarse como en un espejo. ¡ l' - Una -yóona- se celebra en diferentesocasjones: cuando la cosecha de los fríjoleses buena, cuando las estrellas anuncianlallegada de las lluvias y cuando llegan las lluvias. Y también cuando una niña se convierte,enmu. l. L. jer. Es una danza que festéja:la fertiHd<lJ. La jovencita sale de su reclusión en e! ranchodonde aprendió el arte maravilloso de! tejidoevitando los rayos del sol y las miradas de los hombres. ,~ para la fie.sta con el ros. tro iluminado cen pintura roja de anoto,ador- ro~ 11, Se presenta nada profusa mente con joyería en el cuello, los brazos y alrededor de los tobillos. A medio da que danza extiende los pliegues de su manta a manera de alas; el velo que cubre su cabeza D 1: ondea y el cuerpo parece empez21ra flotarpor encima delcírcJ.!lo de personas que hanllega- . r .. do atendiendo It I f el llamado de tambor. Un hom. bre sale a la mitad del ruedo y bailaen.cortejo J amoroso !I hasta desfallecer. El tambor continúa Otro lo reemplaza. su percusión hasta el ama- necer. El retumbo, el borrum, borrum, bonllm, tá, tá! tá anuncia .nuevas vidas y m"uchasfies. taso La yóona de los Wayúu, es un ritual que simboliza la imaginación festivade loscolombianos. En La Guajira, la península de cardones y arena, esta celebración a la fertilidad reitera una vez más la personalidad creativa de Colombia en torno a la variedad de sucul. 210 tura, a su alegría, y a la guarda de la tradición. Bibliografía 1"1 I ~ tf I . ABADIA MORALES, Guillermo. 1977. Co'mpendio General de Folklore Co- tI lombiano. Bogotá: Biblioteca Básica Colombiana. CAMPO, OIga Marlene. 1989. 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Currulao: (Del idioma kikongo, kulala nas. t 'danza muy rápida y emocionada'): Chirimía: Conjunto musical indígena . danza.que costa Pacífica, pero que antes tam- XVIy XVII,contrato medÜmte el cual seis orificios, redoblante bién se bailó en Cartagena. El voca- la corona española concedía derechos monopólicos para proveer es- Ocasionalmente tocan el triángulo y la carrasca. Está en la base de la chi- clavos a sus posesivl.es (.n AC1érica. rimí". caucana y de la chocoana a la -bombo. que le añadieron primero un clari'Bunde: . hoy sólo se baila en la formado por flautas traverseras de Asiento de negros: Durañte los siglos lengua de Palenque de San Basilio. Cununo: Tambor de un solo parche de nete rudimentario pequeño; construi- venado o tatabro,.cerrado casi tOíal- na y tamh;~n en e] litoral Pacífico, do en madera, con seis agujeros, que don(1e se baila en velú. ¡OS a muer- produc:e sonidos fuertes y agudos; mente en la base. Se construye con un tronco ahuecado de madera de tos y a santos, por parejas en circu- luego se le agregaron mates o cala- balsa macho, chimbuza o nato. Se lo, con flauta de caña y tambor. Sus bazos, un triángulo, una carrasca. tapa con un trozo de madera con un "wunde" en Sierra Leona, A;rica. huequito para que respire. Se temCima1r6n: En la colonia, esclavo que pla con cuñas, siete para el cununo escapab" de sus amos y generalmen- macho y seis para el cununo hembra. Cucurucho de cartón que te se réugiaba en el monte (de ahí usan los cargueros de pasos de san- e! calificativo). También ganado que tos en algunas procesiones. se separaba de las vacadas que lle- Capirote: dar .las primeras ciudades del valle C'fnunao: En el litoral pacífico de Colombia, un ritual de carácter profano basado en la danza del currulao. por fricción. Se elabora con el fruro del calabazo o totllmo. Se le hacen del Cauca lJ los comerciantes para Se conoce también como una fiesta aprovisionar las minas de Antioquia. del cielo. . cortes transversales en el cu,=rpopara En el norte del Cauca, nombre de vaban los éonquistadores para funCarrasca: Instrumento de percusión raspado con un trinche. Canangucho: En la Amazonia colom- una planta tradicional. También se jO,Íahuían a sitios inaccesibles. retribuía servicios de conquista y colonia autorizan~o la explotación de Cipote: Extraordinario, formidable, excelente. la mano de obra indígena. EsteriUa: Véase Quiribillos: Las cañas Cumbiamba: En la costa atlántica de sis o de alucinación. También jaibaná, Colombia fiesta en que se bailan payé, piache. nele, curaca (segÚn las cumbhs y otros bailes parecidos. difelentes c'Jlturas). , Institución colonial es- pañola mediante la. cual ]a Corona Chamán: Practicante de religión y medicina. que utiliza técnicas de éxta- Encomienda: llamó así a los indios que en la colobiana fruta de la Mauritia minar y la Mat~ritiaflexuasa. son más delgadas y se acomodan en forma de un tubo. Etnia: Grupo humano cuyos miembros comparten características físicas, cul- ,,'2c \. blo africano origina 1 perdura en la Baile popular en la zona andi- orígenes se remiten a los cantos del .J mentos europeos adaptados en América. \\ - I I I I ¡ '1 1Iml~I"11 4 alet, históricas y lingüística s que diferencian de la sociedad domi- sonido, que lo producen granos de "achira" o piedras pt queñas. J Mo¡'os: Arabes, musulmanes. También niños sin el bautismo católico. lte. Guacherna: Danza popular en la cos- Palenque: Comunidad autónoma de los iango: En la costa atlántica de Co- ta atlántica de Colombia; en la cual poderes coloniales, [armada por ne- )1bia baile en un círculo, aIrede\ r de una tarima con mÚsicos. La un grupo de bailarines van de casa en casa buscando más danzantes. En gros cimarrones o rebeldes, quienes demarcaban su territorio mediante Jjer danza con movimierltos rota- el carnaval la guacherna es une de empdizadas de madera. rios sobre sí misma -portando un los eventos que inician el ciclo de anojo de velas encendidas- y el Jmbre a su alrededor como en cor- las fiestas. i()o galanteo. En una variante reanal, se baila alrededor de un árbol asplantado con luces y serpentinas I / Pilatos: En Coteje, Cauca, diablitos negros en la Semana Santa. Maloca: Casa gr,ánde de los indígenas I donde viven/varias familias relacionadas por parentesco. cadendas de papel. En las corralejas. los hom- o cabuya. El sonido musical resulta de su fricción. bres que "torean" de pueblo en pueblo en las fiestas. Real de minas: Poblamiento, de una Mantero: ota: Hombre vestido de mujer para na danza con memorias de conquis- .Quiribillos. Cai'las <ielgad?s alineadas una junto a la otra, unidas con hilo explctación minera del oro. I la: Instrumento de viento, especie Marimba: Voz procedente del Kimbun- le flauta hecho del tallo del cardón, forma anteponiendo al radical el pre- Yanchama: En Amazonia, rela de cor- ¡ue es un \=actó. La hembra tiene I fijo ma, muy frecuente en las len- tez:>de árbol para trajes, máscaras y ¡inco orificios y lleva la melodía. La . guas bantúes); instrumento rimsical en el currulao. prenda~ u"adas en .rituales. En su do. .(Corresponde al plural que se rompás, uno de ellos se tapa con \ era de abejas y sólo se destapa para Marimonda: En la costa atlántica de ocar ciertas tonadas. De proceden- Colombia nombre de varias especies ia indígena. de monos pequeños de larga cola .ache: Antes era de caña, ahora es e latón. Es un tubo cilÍIldrico, con uequitos en el cuerpo para que res:pire. Lleva por dentro semillas de I acacia, capacho o bijao. bolos de la compleja cosmovisión de las sociedades indias. Yurupari: Sistema simbólico de los in- prensil (Ateles sp.). La máscara de dígenas amazónicos y de otras par- carnaval que sirve de disfraz a la memoria cultural africana del elefante. tes de la selva tropical. En el ritual .,,'... . Minga: Trabajo colectivo, en ocasiones festivo. se expresa mediante una procesión de intérpretes de flautas o ~om~ tas sagradas. .'y Es' un calabazo cortado Resina (Eleagia pastoen- y cubierto en la boca con piel de junto de marimba en el litoral pacífico. Es un tubo de astillas de madera sis Mora), base de la artesanía cono- cabrito o cordero. En el agujero, un ciJa como barniz de Pasto, de uso palo de cedro ciJn cera de abeja se de chonta, de diámetro angosto y ex- milenario. Te3timonio de experimen- Mopa-Mopa: '1 decoración pintada se reflejan sím- Zambumbia: asa: Instrumento musical del con- I cuadrilla, en las inmediaciones de la I y colonia. acha tiene dos orificios y marca el J tensión aproximada de 40 cm. Se le tación b9cán/ca aborigen en el valle fricciona. El sbnido como el gruñido de cerdo le merece al instrumen- atraviesan clavos para mejorar el de Sibundoy. to el nombre de I~olae'pu::::rca. I ". j ---=---- 221,( I I I \, A 1!"'- lit! 4 :? 111 I ¡ I I ~ 'or, 1,., t.'t'anfllflJ."1I ',~, ,' I "1; .1 il ¡ ---!~ .~.~ 1.,., I I ! I ...1",--~~ - - - -L--,,- "" '-'" :>1i